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Así se puede trabajar en clase con series de Netflix

Por: EDUCACIÓN 3.0

Un comentario de texto a propósito de un fragmento de guion de ‘Merlí’, un trabajo en grupo con dudas sobre sexo con la excusa de ‘Sex Education’ o ‘Titans’ para repasar clásicos del mundo del cómic. Así ha aprovechado Cristian Olivé las series de Netflix para trabajar Lengua y Literatura en 2º de ESO en la Escola Joan Pelegrí de Barcelona.

Netflix y otras plataformas de streaming representan la sociedad audiovisual de los tiempos modernos. Los jóvenes de hoy consumen cada vez más contenidos en diferido porque pueden decidir dónde y cuándo hacerlo. Desde el punto de vista educativo, los recursos que Netflix puede ofrecer para las clases de Lengua y Literatura son tan extensos como lo es su catálogo.

Por ejemplo, la serie ‘Élite’ puede ser un buen arranque para hablar de novela negra. Sería, cuanto menos, sorprendente llegar a clase con los planos reales del instituto donde estudian día a día y pedirles que sitúen la escena de un crimen para luego elaborar una noticia con las seis preguntas básicas del periodismo.

Merlí

Con la excusa de que casi todos conocen ‘Sex Education’, pueden realizar un trabajo en grupo en el que expongan sus dudas sobre sexo, preparen un cuestionario, investiguen sobre dichos asuntos y, finalmente, recreen un consultorio juvenil como en la serie de Netflix.

Partiendo de una transcripción de los diálogos de una secuencia de ‘La casa de papel’, pueden añadirle una voz narrativa que combine estilo directo e indirecto. Además, tras algunas visualizaciones del video en clase, pueden recopilar descripciones de lo que sucede para incorporarlas a modo de incisos en el texto dialogado.

¡Hemos dejado entrar a Merlí en clase!

Siempre agradecen que con la literatura miremos más allá de los clásicos. Por ello, a partir de un fragmento de guion de ‘Merlí’, podemos mostrarles las diferencias entre un texto teatral y un guion cinematográfico. Teniendo en cuenta que la serie también trata de forma recurrente los temas de la diversidad y de la tolerancia, podrían buscar información y elaborar un reportaje sobre la situación LGTBI en el mundo.

Merlí Series de Netflix en clase

Black Mirror’, a pesar de estar enfocada a un público más adulto, es conocida por la mayoría de jóvenes. La serie explora los límites de la tecnología, de modo que se puede entablar un debate en clase con argumentos a favor y en contra acerca de la adicción a las redes sociales y qué piensan de la batalla de los likes. El contenido de la serie también puede ser la excusa para hablar de la literatura de distopías y no estaría de más pedirles que imaginen una breve trama de un capítulo con una sociedad futurista y distópica.

También para repasar literatura universal

Los superhéroes de ‘Titans’ pueden ser la razón para repasar algunos clásicos del mundo del cómic y de la novela gráfica. De hecho, con fotogramas de la serie podrían lanzarse a escribir algunas viñetas.

Series de Netflix en clase

En ‘You’ el protagonista es un desequilibrado librero. Como son constantes las referencias a obras de la literatura universal, podemos hacer un repaso de las más emblemáticas, desde “Frankenstein” hasta “El guardián entre el centeno”. De paso, se puede aprovechar que el verbo ‘stalkear’ resume a la perfección la trama de la serie para comentar otras expresiones adolescentes de origen anglosajón, como ‘hater’, ‘shippear’ o ‘hype’, entre otras.

¿Cómo ordenar el aula?

El texto instructivo es la modalidad con la que Marie Kondo ayuda a sus clientes a ordenar su hogar en la serie de Netflix. Por esta razón, una manera divertida y relajada de trabajar dicha tipología textual podría ser pidiéndoles que sienten las bases de cómo tener el aula decente y ordenada en todo momento.

En resumen, Netflix ofrece un abanico lo bastante amplio como para acercar la asignatura de Lengua y Literatura a los jóvenes. Dicen que todo tiene su secreto y, en nuestra profesión, convertir un punto de interés cercano a los alumnos en materia de clase suele ser un éxito asegurado.

Fuente e imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/experiencias/series-de-netflix-en-clase/100685.html

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Con estos libros lo sabrás todo sobre la pedagogía Montessori

Por: EDUCACIÓN 3.0

Esta pedagogía, que busca facilitar el desarrollo de los estudiantes adaptando el entorno del aprendizaje a sus necesidades, puede implentarse tanto en casa como en las aulas. Pero, ¿qué papel cumplen la familia y los profesores? Esta selección de libros tiene la respuesta.

Entre el siglo XIX y el siglo XX la educadora y médica italiana María Montessori ideó un método educativo basado en la psicología natural y el desarrollo físico y social de los menores; un modelo que se caracteriza por convertir al niño en protagonista de su aprendizaje, dejándole aprender a su ritmo. De esta forma, se ayuda al desarrollo personal de la independencia, la libertad con límites, el respeto en la psicología natural y el desarrollo físico y social. La familia y los educadores pasan a ser, por tanto, una guía que proporciona las claves y adapta el entorno de aprendizaje al nivel de desarrollo del niño. Pero, ¿qué pautas que es necesario seguir para hacerlo posible? Estos libros explican a fondo esta pedagogía activa y aportan ideas y trucos para ponerla en práctica.

1. El método Montessori en casa

Las 200 actividades que recopila esta obra están pensadas para contribuir al desarrollo del niño en casa a través de esta pedagogía. Están diferenciadas por franja de edad (de 0 a 12 años) y cada una incluye un análisis detallado para poder llevarla a cabo con garantías, así como una lista con el material necesario y los potenciales humanos que se pueden trabajar a través de ellas. Entre sus beneficios, ayudarán a despertar el interés por la naturaleza, la cultura, el mundo o trabajar los cinco sentidos.

  • Autores: Céline Santini y Vendula Kachel.
  • Editorial: Zenith

 

2. Educar en la felicidad

La autora del blog ‘Peque Felicidad’ ha elaborado una guía repleta de ideas prácticas para llevar al hogar los principios de amor, respeto y felicidad que caracterizan al Método Montessori. Las recomendaciones se acompañan de explicaciones amenas e ilustraciones que facilitan su comprensión. Después de explicar a fondo en qué consiste esta pedagogía alternativa, explica la posición que deben tomar los adultos con respecto a los menores.

  • Autora: Marta Prada.
  • Editorial: Oberón

3. Montessori paso a paso

Una colección de libros que explican los principios fundamentales del método junto con consejos sobre cómo favorecer la autonomía, la preparación del ambiente y la importancia de los periodos sensibles. Algunos están centrados en cómo aplicar el método en ciertas materias como Lengua o Cálculo y Matemáticas. Sin embargo, este título expone de manera general de qué trata la pedagogía Montessori. Además, ofrece una serie de actividades para llevar a cabo en clase y en casa con niños de entre 2 y 6 años que fomentan la atención y la comprensión.

  • Varios autores.
  • Editorial: Escuela Viva

4. Jugar y aprender con el método Montessori

Para aplicar el método Montessori en casa con éxito es imprescindible tener clara la edad a la que va dirigida cada actividad. Por eso, este libro ofrece más de 100 juegos y actividades (que también pueden aplicarse en el aula) que ayudan a los pequeños a preparar materias como Lectura, Escritura, Matemáticas o Ciencias a través de esta pedagogía. Cada uno, está asociado a una edad, un logro concreto e incorpora diferentes consejos y trucos para facilitar su puesta en práctica.

  • Autora: Lesley Britton.
  • Editorial: PAIDÓS Educación

5. 365 actividades para jugar sin pantallas

Pensadas con el objetivo de disfrutar de las cosas sencillas de la vida, tanto dentro como fuera de casa, las actividades y los juegos que propone este libro ayudan a trabajar la inteligencia emocional y a reducir el estrés de los más pequeños. Las 365 están pensadas para realizar en familia lejos de las pantallas de los dispositivos electrónicos.

Fuente e imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/libros-pedagogia-montessori/114570.html

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México: Concluye la Cumbre de Premios Nobel con llamados a la responsabilidad personal

América del Norte/México/22-09-2019/www.dw.com

Gobernador de Yucatán, anfitrión de la cita en la ciudad mexicana de Mérida: «todos podemos hacer la diferencia y aportar nuestro granito de arena». Un concierto de Ricky Martin pone el broche a tres días de encuentro.

La XVII Cumbre Mundial de los Premios Nobel de la Paz concluyó este sábado (21.09.2019) en la ciudad mexicana de Mérida con un llamado a vigilar la convivencia humana en un marco de respeto y asumir un compromiso que evite un mayor deterioro del planeta. En el acto final, el gobernador del suroriental estado de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, resaltó el éxito del encuentro, así como las experiencias que el evento dejó en esta tierra.

Vila Dosal dijo ante unas 3.000 personas que estuvieron en el Centro Internacional de Congresos que «todos podemos hacer la diferencia y aportar nuestro granito de arena por la paz mundial». «Podemos hacerlo con pequeñas acciones individuales, empezando por la casa, amigos, el barrio y la ciudad, que se multipliquen todas ellas, mandando un mensaje poderoso, no solo a nuestros hermanos, sino al mundo», agregó.

A su vez, en nombre de los jóvenes del mundo, un colectivo de ese sector se pronunció, a través de diversos representantes, por defender todas las libertades, entre ellas la de expresión. Eso, dijeron, ayudará a garantizar la paz y los derechos de las minorías, pues los medios son la compuerta que impulsa el compromiso social, aunque hay que decir que es imposible avanzar con información falsa. Asimismo, se pronunciaron por continuar los esfuerzos en favor del desarme nuclear y evitar la amenaza que ello representa, y resaltaron el papel de la educación.

Mexiko Treffen zu Friedensnobelpreis (picture-alliance/Zuma/El Universal )

Lech Walesa, Wided Bouchamaoui, Rigoberta Menchú, Joyce Ajlouny, Steve Goose y Mark Manly durante la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz en Mérida.

Por su lado, al dirigirse a la concurrencia con la declaratoria final, denominada la «Declaración de Mérida», la Nobel de la Paz 2011, la liberiana Leymah Gbowee, se pronunció en favor de lograr un entendimiento renovado del concepto de la paz. «Después de la devastación de dos guerras mundiales, una serie de guerras ideológicas, religiosas y civiles, la ausencia relativa de la guerra se ha confundido como si fuera un logro de paz», expuso. «Creemos que la verdadera paz no puede separarse del logro de la verdadera justicia, y estamos preocupados profundamente por las amenazas existentes al bien común», añadió.

La liberiana pidió también a cada ser humano «entender cómo estamos conectados, no solo unos con otros sino con toda la vida», y resaltó que «cualquier amenaza al bienestar de nosotros o del medioambiente nos afecta a todos». «En este momento pedimos a cada persona dejar su huella de paz por el mundo que todos compartimos y hacemos un llamado a los ciudadanos a contribuir en la construcción de un mundo más justo, más pacífico y más sostenible», puntualizó.

En el acto participó el cantante puertorriqueño Ricky Martin, quien recibió un reconocimiento de la cumbre en forma de paloma, simbolizando la paz. El cantante hizo un llamado a «no aceptar la crisis humanitaria» como parte de nuestro día a día y pidió «respeto» e «igualdad» para la que definió como su comunidad, la LGBT, víctima de «absurdas creencias, prejuicios, desconocimiento e ignorancia». Martin, esta misma noche, ofrece una presentación ante unas 25.000 personas en el Monumento a la Patria en el Paseo de Montejo, la avenida más importante y emblemática de Mérida.

Fuente e imagen: https://www.dw.com/es/concluye-la-cumbre-de-premios-nobel-con-llamados-a-la-responsabilidad-personal/a-50532725

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China: Estudiantes universitarios chinos consideran importante la austeridad en la vida, según encuesta

Asia/China/22-09-2019/spanish.xinhuanet.com

Más del 80 por ciento de los estudiantes universitarios entrevistados en una encuesta reciente creen que la austeridad es importante en la vida, según informó China Youth Daily.

De los 1.988 estudiantes universitarios encuestados, el 87,9 por ciento pensaba que las personas deben ser frugales, mientras que el 83,8 por ciento afirmó que prestan atención a los costos de sus gastos de manutención.

La mayoría de los estudiantes encuestados trataron mantener sus gastos mensuales de manutención en un rango razonable, con el 77,3 por ciento de los entrevistados gastando entre 1.000 yuanes (141 dólares) y 2.000 yuanes cada mes.

Durante la encuesta, una estudiante de apellido Wang que está en el segundo año de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Xi’an dijo que siempre trata de comprar lo que necesita al precio más razonable posible.

Dado que sus padres le dieron una asignación mensual de 1.200 yuanes, Wang nunca agota su dinero y compra algunos productos financieros para obtener una pequeña ganancia.

En términos de cómo llevar una vida austera, el 79,1 por ciento de los encuestados dijo que los estudiantes universitarios no deben seguir las tendencias ni compararse con los demás en los gastos de dinero.

Algunos estudiantes salen a gastar por vanidad; compran cosas solo para presumir ante los demás, dijo Zhang Xin, consejero del Instituto de Pittsburgh de la Universidad de Sichuan.

Desde la perspectiva de Wang, los estudiantes universitarios no deberían prestar demasiada atención a la vida lujosa de las celebridades, sino deben intentar ganar dinero por su cuenta para que puedan entender que el dinero no crece en los árboles.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2019-09/22/c_138412715.htm

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Why intelligence tests do not tell us anything about the real human potential

América del Norte/México/22.09.2019/observatorio.tec.mx

By: Sofía García-Bullé

We live in a culture that sees intelligence as part of a person’s value. Smart people get into the best schools, obtain the best jobs, receive the highest salaries, are the leaders, the examples everyone else should follow. If you are the smartest person of a designated group, it is normal that people follow you and that a lot of doors open for you, figuratively. Being smart is a crucial component of success, but… do we measure it correctly?

IQ tests are a fundamental tool to measure student intellectual capacity. We consider them mathematically and scientifically precise, but are they really that? Or are we purposely blinding ourselves to the cultural contexts that power the biases behind the very concept of the intelligence quotient and the tests we use to measure it?

A historical overview of IQ tests

Ideally, to generate a resource that helps us understand cognitive capacity and the potential for success is so necessary that we cannot even imagine an educational system without this. Nonetheless, IQ tests are barely a century old, and their origins are not as noble as we might believe. The purpose of these tests was not to enrich the educational offerings but to filter them.

In the early 1900s, psychologists, academicians, and politicians were looking for criteria to rank access to education. From the general population, those who were on the higher strata would get the best education. Those who faired lower would have their educational opportunities diminished in comparison. The Lewis Terman intelligence test gave them just what they needed to build this filtering system.

In 1916, Terman published a revised version of the Binet-Simon scale, created by the French psychologists Alfred Binet and Theodore Simone. The test classified children’s performances according to their intellectual aptitudes and their skills to solve exercises that required abilities in math, logic, reading, reasoning, and adaptation.

The test was so successful that it is still being used today in both children and adults to measure cognitive capacity and the potential for success. But like every other scientific breakthrough, this one was linked to the perceptions and cultural dimensions of the academicians who created and applied its set of criteria.

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Cultural bias and the use of IQ tests as a political weapon

To understand the weak point of intelligence tests, we need to take into consideration the time in which they were created. At the beginning of the 20th century, an evolutionist philosophy dominated science and humanities. This way of thinking influenced even the way people constructed and shared knowledge.

When the first tests came out, the idea was not to use the test results for educational innovation to create new teaching strategies that could work to improve different ways of learning. The objective was to secure the survival of the fittest; the fittest were the smarter ones; the smarter ones got higher scores. But were the people who fared better the most intelligent, or were the high-scorers people with an advantage because the tests were culturally designed for them?

Back then, cognitive science supported the evolutionary theories that paved the way for eugenics. If Binet, Simon, and Terman took into consideration only the psychological profiles, mindsets, and circumstances of people of their same race, class and even gender to map how intellectual capacity works, can we say that their test is impartial and accurate?

Is it ok for us to ignore the historical proof that these tests justified racial discrimination and educational gentrification? The notion of people of diverse races having different levels of mental capacity was prevalent at the time, even among the scientific community. This misguided belief impacted the way these tests were created and applied.

Terman himself thought that racial minorities like Native Americans, African Americans, and Latin Americans had less capacity to understand abstract ideas than white people. He also believed that they made up for it in resilience, which from his point of view, made them hard workers and good at following orders.

These arguments are proven false and are indefensible nowadays. But back then they dictated who would receive the best education and who would be better trained to pass the IQ tests. This self-fulfilling prophecy was never about education; it was about maintaining the social order. And that purpose succeeded; people saw IQ test results as an indisputable scientific truth, not a consequence of cultural and social inequity.

What do intelligence tests measure anyway?

Intelligence is defined as the capacity to understand concepts or ideas and to solve problems. Under this definition, the Stanford-Binet scale meets its objective. It assesses people’s skills to understand questions and to resolve the situations included on the test. The mechanism of the exam is not under discussion, but after 100 years, the way we devise its content should be analyzed and updated.

To Antonio Andrés Pueyo, Lecturer in the Psychology Department at the University of Barcelona, intelligence is a very complex concept, especially in a time in which we make machines with artificial intelligence. According to him, there are aspects of intelligence that do not fit the mechanical vision from which the first IQ tests were created.

«There are tests that evaluate different types of intelligence that combine with IQ. This is what happens with the Weschler scale. Tests can also be built to assess a single skill, like the Raven test,» explains Pueyo.

All of these tests have their strengths and shortcomings. In the case of the Bidet- Stanford Test, it still has the right components to measure how apt is a student to navigate standardized learning but not how to apply that knowledge creatively or to think outside the box.

Those who got the highest scores when the test was first created were followed by Terman throughout their careers. Those students went on to get into the best universities and, subsequently, the highest paying jobs, but very few of them went beyond their expected social roles. They did not reinvent the wheel; instead, they mastered spinning along with it.

The test was not perfect. It detected talents like those of Ancel Keys, Norris Bradbury, and Shelley Smith. But it also failed to discover the potential of Luis Álvarez, a student who was rejected by Terman for followup because he fell short of the IQ score cutoff; yet Álvarez went on to win the Nobel Prize for Physics in 1968.

The need to rethink what we know about intelligence and the skills that matter

The challenges that people faced at the beginning of the twentieth century are not the same that we deal with today. They did not have to worry about digital literacy, and similarly, we do not need to know all of our close friends’ phone numbers by memory as they did.

If the problems we solve now are different, the skills and intellectual aptitudes required to resolve them should differ too. We live in an era of automation; machines are being improved with artificial intelligence to do jobs previously performed by humans.

This automation is not limited only to mechanical jobs but also more tasks that require analysis are being automated; for example, the profiling of information of people online to use the data to direct ads to them that align with and impact their consumer habits.

In 2018, an AI system analyzed the most awarded commercials in the last 15 years and used the information to write the script for a Lexus ad. The results were impressive for a machine, and it leads us to question what jobs humans can do that machines cannot in a not-so-distant future.

Some intellectual activities can be mechanical and therefore performed by a machine, such as the compilation, data analysis, and pattern identifications that the AI system utilized to write the script for the Lexus ad. However, the creative thinking and artistic sensibility to direct the ad could only be executed by a human, in this case, the director Kevin Macdonald.

The demands of the modern labor market require that intelligence tests must register and measure more than just mechanical and intellectual skills. They also need to consider everything related to soft skills, now rebranded as “power skills.” We must learn how to measure and nurture creative thinking, social intelligence, emotional intelligence, and other qualities beyond the existing educational standards.

We must abandon the idea of measuring a person’s worth by just one IQ, or seven types of intelligence measurements, or even fifteen or thirty. What we need in these tests is that they assess the diverse ways in which people approach knowledge and problem-solving and how these can be taught. Otherwise, intelligence tests will continue to be a tool for proponents of social dominance instead of the educational resource that would improve the acquisition of knowledge for a better world.

Information Reference: https://observatory.tec.mx/edu-news/iq-tests

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Enseñanza en la era de la posverdad

América del Norte/México/22.09.2019/observatorio.tec.mx

Por: Paulette Delgado

La Real Academia Española define la posverdad como la “distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y enactitudes sociales”. La Fundéu BBVA la describe como lo “relativo a las circunstancias en las que los hechos objetivos influyen menos a la hora de modelar la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”. Es decir, las personas están más inclinadas a creer cosas que se sienten verdaderas aunque haya evidencia que indique lo contrario.

En la “Era de la posverdad”, las escuelas deben ayudar a los estudiantes a deconstruir lo que ven en los medios y las redes sociales y aprender a buscar evidencia de su veracidad, incluso si esos datos no respaldan su afirmación. Este tipo de habilidades de evaluación son más importantes que nunca en la actualidad donde hay mayor acceso a evidencias aportadas por el campo científico y académico.

Al tener tantas opciones con tantos puntos de vista diferentes, es fácil elegir o preferir aquellas que refuercen lo que pensamos. Si bien la posverdad ha existido durante años, el internet exagera sus efectos con sus algoritmos que crean “burbujas de filtro”. Estos filtros estudian a la persona para ofrecer artículos o información similar a la que anteriormente se hizo clic o que les dieron “me gusta”. Gracias a estos algoritmos, que se pueden encontrar en todas partes desde las redes sociales hasta las búsquedas en internet, la información que vemos en internet solo refuerza las mismas ideas en las que creemos.

En un mundo perfecto, los algoritmos ofrecerían una gama equilibrada de artículos con diferentes puntos de vista, pero, como la realidad no es así, la responsabilidad de equipar a los alumnos con las herramientas necesarias recae, principalmente, en los educadores. Los docentes deben buscar que el alumnado esté expuesto a diferentes puntos de vista y darles las herramientas necesarias para evaluar la información que reciben y las bases para poder crear diferentes posiciones y argumentos.

Un estudio realizado por Sam Wineburg en la Universidad de Stanford, muestra que los estudiantes no poseen las habilidades para detectar sesgos y noticias falsas, así como tampoco para evaluar afirmaciones verdaderas. Otra encuesta realizada por Joseph Kahne de la Universidad de California, Riverside y Benjamin Bowyer de la Universidad de Santa Clara, mostró resultados similares: los estudiantes prefieren buscar evidencia que se alinee con sus propias creencias o apoye su punto de vista que puntos de vista opuestos.

Una forma en que los educadores pueden abordar esta era de la posverdad es enseñando alfabetización mediática crítica. Este conocimiento alienta a los estudiantes a interrogar textos y publicaciones por sesgos de pensamiento y preguntarse si pierde otros puntos de vista.

Esto no quiere decir que no hay verdad ni conjuntos de conocimiento, sino que debemos ser mucho más rigurosos y críticos ante supuestas verdades. Los estudiantes deben aprender que los hechos existen y desarrollar su pensamiento a través de ellos con una visión crítica así como con evidencia y lógica.

Un enfoque de alfabetización crítica también debería enseñar a los estudiantes a consumir y producir información y conocimiento a través de la colaboración. A lo largo de extensos proyectos de investigación, así como al enseñarles sobre prejuicios y propaganda, estarán más equipados para pensar, evaluar y reflexionar sobre las fuentes que podrían dispersar.

De esta manera, los estudiantes se convertirán en ciudadanos críticos e informados en un mundo progresista. Así, los estudiantes podrían verse a sí mismos como agentes auto-actualizados en lugar de consumidores pasivos de información.

Además, al enseñar a los estudiantes a razonar y buscar evidencias, los educadores los apoyan para enfrentar el desafío de mantener los principios de la democracia. Al enseñar a los estudiantes a sopesar los hechos, considerar diferentes puntos de vista, formar una opinión y luego articularla para que puedan responder a aquellos que no están de acuerdo con evitar la polarización.

En un tiempo en el que todos estamos expuestos a algoritmos sesgados y políticas polarizadas, se necesitan más que nunca, habilidades de análisis, debate y alfabetización crítica.

¿Has abordado el tema de la posverdad en tu clase? Compártenos cómo enseñas a tus estudiantes la importancia del análisis, el debate y pensamiento crítico.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/enseanndo-en-la-era-de-la-posverdad

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Schools in Russia’s Sevastopol begin teaching Ukrainian language

Europa/Rusia/22-09-2019/RT
Ukrainian language has been added to the list of subjects taught at schools in Crimea’s largest city, Sevastopol. The classes were introduced in response to requests from parents.

Crimea, which reunited with Russia in 2014, has a majority Russian population, but the local authorities are working to make life more comfortable for Ukrainians and other national minorities.

“As part of native language classes, Ukrainian was added to Russian and Crimean-Tatar languages” in Sevastopol from the start of the new school year on September 1, a local education department official said.

The Ukrainian language lessons are optional, and students are required to have an application from their parents in order to attend the classes.

Around 13 percent of the city’s population of 443,000 are Ukrainian, and Ukrainian language classes are currently attended by 180 kids. Roughly the same number of children are learning Crimean-Tatar.

As for the Russian language, it’s studied by 41,000 school students in Sevastopol, a major port city in southern part of the Crimean Peninsula and the headquarters of Russia’s Black Sea Fleet.

There have also been several requests for Armenian and Azerbaijani language classes, and the authorities are looking for qualified educators to teach them.

The situation in Crimea stands in contrast to the ongoing crackdown on Russian and other languages in neighboring Ukraine, where a significant part of the population speaks the language.

Education in Russian will only remain available to primary school students in the country in 2019 and 2020. After that, all schools teaching in any other language than Ukrainian are to be shut down.

The decision by Kiev caused a major outcry not only in Russia, but also in Hungary, Romania and Bulgaria, which also have large diaspora in Ukraine.

A new law supporting Ukrainian as the only state language came into force in the country this July. It made the use of Ukrainian obligatory in education, medicine, culture, media and other areas, abolishing the status of Russian as the language of inter-ethnic communication.

Fuente e imagen: https://www.rt.com/russia/469008-sevastopol-crime-school-ukrainian-language/

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