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Alfredo Sánchez: «Estamos perdiendo el norte. A los cuatro años es imposible aprender a programar»

Por: Carlota Fominaya

Entrevista con Alfredo Sánchez, profesor, divulgador y autor del blog Serhumanodigital.com.

Campamentos y extraescolares de robótica y programación, términos como «scratch», robots «WeDo» de LEGO o «BeeBot» (robots-abeja)… La oferta tanto desde el colegio como fuera es enorme y, lo que es más llamativo, para alumnos cada vez más pequeños, incluso para niños a partir de los dos años. Pero para Alfredo Sánchez, ingeniero, profesor de la Escuela Libre Micael y divulgador, «estamos perdiendo un poco el norte. Más importante que aprender a programar es saber qué programar, o qué estructura necesitas para saber programar. Y la respuesta es sencilla: requiere de un procesamiento cerebral muy complejo, para el cual los más pequeños no están preparados». Pese a todo, el autor del blog serhumanodigital.com cree también que es «importante dejar claro que, efectivamente, ningún niño debería salir del sistema educativo sin saber programar»

¿No está de acuerdo con acercar la programación a niños tan pequeños?

Es que el sector educativo está transmitiendo mucho ese mensaje de «aprender a programar, cuanto antes mejor». No comparto esa visión. Hay que centrarse en qué necesitas para saber programar, qué tipo de estructura cerebral necesitas. Hay una diferencia entre aprender programación como algo que te lleva a conseguir objetivos, a utilizar la programación como instrumento dinamizador en el aula. Así sí puede ser interesante. La programación como juego a lo mejor sí que se puede introducir antes, si te ayuda a dinamizar estructuras de aprendizaje más tradicionales… Pero lo que es programar, requiere de un procesamiento cerebral muy complejo.

Ese procesamiento cerebral necesario para programar, ¿a qué edad se produce? ¿Cuál es la mejor edad para introducir esta materia?

En el colegio donde doy clases se introduce a los 14, los 15 años. En ese momento es súper fluido. Lo entienden, cogen la estructura, prueban, a nadie le desagrada… Tienen otra capacidad para enfrentarse con voluntad a las cosas, no desde la postura del «me tiene que divertir». En un tercero o cuarto de la ESO ya tienen un pensamiento más crítico y desarrollado. Les muestras cómo funcionan los algoritmos de Google y enseguida detectan por qué el buscador les enseña unos vídeos concretos y no otros. Tienen un acercamiento a su día a día y, aunque sea intuitivamente, lo comprenden.

Creo que es importante dejar claro que, efectivamente, ningún niño debería salir del sistema educativo sin saber programar. Es muy importante y se debería meter obligatoriamente la asignatura de programación, pero en la ESO y no para que se conviertan en programadores. Deben salir con unas nociones a este mundo, porque al final son usuarios de tecnología y han de saber cómo funciona para manejarla adecuadamente. Pero eso no es adelantarla a Educación Infantil.

Lo que argumentan es, precisamente, que acercan la programación jugando.

Si la estructura de acercamiento es realmente a través del juego, y muy adecuada, creo que es una buena herramienta a través de la cual se pueden aprender muchas cosas. Pero estoy en contra de aprender a programar desde los cuatro años. Un niño tiene que jugar, más que programar.

Usted dice que deben aprender otros aspectos antes de aprender a programar. ¿Cuáles?

Quizá en un primer lugar se puedan aprender habilidades muy necesarias para el aprendizaje de la programación a posteriori, como el ‘aprender a aprender’, tener pensamiento crítico o estratégico, juegos de mesa… La programación tiene más que ver con las matemáticas, para lo cual hay que saber descomponer problemas y acometerlos por etapas y, como digo, eso se da más tarde.

En conclusión…

Mi mensaje es: desde luego que la programación es una herramienta potentísima, y en Ciencias -o incluso en otras asignaturas como la Filosofía- ayudará mucho a fortalecer otros conceptos. Pero a la edad adecuada. Iniciarlo antes… No. Habrá gente que en clase consiga hacer cosas muy potentes, pero se suele perder el objetivo de solo enseñar a programar y acabar convirtiéndolo solo en un juego. «Jugando» a lo mejor enseñas Biología, Sociales…

A los dos años es imposible aprender a programar. Los programadores de hoy a lo mejor fueron precoces, pero seguro que no aprendieron a esa edad. Como tampoco se puede aprender en teoría a montar en moto, y hay gente que compite a los 10 o a los 12. Cada persona es un mundo pero, como principio general, el pensamiento de programación es abstracto, y hasta los 11 años no se empieza a desarrollar bien la estructura mental del pensamiento abstracto, aunque depende mucho del niño a la niña.

Se puede ver en la asignatura de Matemáticas. Hasta los 12 años se hace cálculo numérico, pero el álgebra, que es abstracto, no se explica hasta ese momento porque antes no lo cogen. Y la programación tiene mucho de álgebra.

¿Por qué cree hay tanta presión social a la hora de incluir el aprendizaje de programación cuanto antes?

Esa imperiosa necesidad creo que responde, de alguna forma, al déficit de mano de obra técnica. Las empresas intentan cubrir esos puestos, y son perfiles muy caros o que, directamente, no encuentran cómo cubrirlos. Fruto de esta situación, muchas compañías están destinando energías y recursos a crear programas que incitan a la sociedad a aprender programación. Al final si seguimos por esta senda, a medio plazo habrá más perfiles con conocimientos de programación y la inversión media que una empresa deba asumir será menor. Es muy lógico que hagan esa apuesta pero al final hace que perdamos un poco el norte. En el futuro, si no está ocurriendo ya, los programadores sean una especie de peones. Eso no quiere decir que no haya gente que disfrute con ese puesto. Programar es una habilidad muy buena, pero por sí sola tiene poco valor. Más importante que saber programar es saber qué programar.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-estamos-perdiendo-norte-cuatro-anos-imposible-aprender-programar-202202090010_noticia.html

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El teatro: una herramienta pedagógica para el desarrollo integral de los niños

Por: Educación 3.0

Aumenta la autoestima, ayuda a socializar y mejora la concentración: estos son algunos de los beneficios de practicar teatro desde edades tempranas. Nos lo cuenta Pablo Garin, bloguero especializado en teatro.

Desde que nacemos, los seres humanos estamos en un constante proceso de cambio y aprendizaje. Pero es en la primera etapa de la vida, al empezar a socializar en la escuela, cuando comenzamos a construir nuestra propia personalidad, tal como viene indicando la Organización Panamericana de la Salud (Paho) desde el año 2011, a través de su Manual de Vigilancia para el Desarrollo Infantil.

Mediante este documento, la Paho también destaca la importancia de la influencia de las actividades lúdicas a fin de impulsar la resiliencia de cada niño, es decir, su capacidad de afrontar adversidades de forma positiva. Y, en este sentido, el teatro es una de esas actividades beneficiosas. De hecho, esta reconocida organización sugiere que los niños deben convivir en entornos donde puedan desarrollar todo su potencial, ya sea con juegos, humor o ambientes orientados a elevar su autoestima e incrementar su creatividad, una tarea capaz de conseguirse poniendo en práctica las instrucciones descritas en un simple ejemplo de guión teatral corto.

Tomando esto en cuenta, podemos comprender con más claridad las ideas dadas por Teresa Blanch, Antonio Moras y Anna Gasol en su libro ‘100 juegos de teatro en la Educación Infantil’. Dichos autores explican que en la etapa de tres a cinco años de edad cuando los infantes empiezan a asistir al aula, inician un proceso de relaciones totalmente nuevo, tratando con otros niños e incluso adultos fuera de su núcleo familiar, lo cual se puede reforzar y acelerar mediante la expresión teatral en clases.

Freud, Brecht o Walter Benjamin: grandes influencias del teatro infantil

No fue hasta la llegada del siglo XX cuando la idea de promover el teatro en las escuelas cobró valor. Anteriormente la dramatización estaba limitada, en su mayoría, a la escenificación por parte de personas adultas. Pero los aportes de distintos autores en pleno auge del teatro pedagógico durante la era pasada, como los del afamado neurólogo Sigmund Freud, con su teoría del psicoanálisis, ‘Personajes psicopáticos en el escenario’ o ‘El creador literario y el fantaseo’, pasaron a convertirse en un marco de referencia para analizar la manera en la que se debía realizar la puesta en escena.

el teatro herramienta pedagógica

Por supuesto, también influyeron otros autores como Bertolt Brecht o el poeta William Blake, entre otros reconocidos exponentes que también se dedicaron a realizar obras para un público infantil. Aunque si a alguien se le debe uno de los más grandes avances del teatro pedagógico infantil, es al filósofo berlinés, Walter Benjamin, quien le abrió el telón a la educación de las artes escénicas a los niños durante el siglo XX, bajo la idea de guiarlos mientras se sumergen en su propia imaginación interpretando diversos personajes o cumpliendo distintos roles, en lugar de, simplemente, adiestrarlos.

Gracias a todos ellos, hoy tenemos una visión más clara de la verdadera importancia del teatro para niños, pues sabemos que les ayuda a expresarse mejor mediante gestos y palabras, interpretar distintos roles o recrear situaciones de la vida real o simplemente fantásticas.

Los beneficios del teatro en edades tempranas

Según Blanch, Moras y Gasol, con la práctica de las artes escénicas los pequeños pueden aprender a escuchar a los demás, pero también a sí mismos, lo cual, junto a otros factores como los que destacamos a continuación:

  • Desarrolla la creatividad de los niños. La educación teatral en la escuela fomenta la capacidad de los niños para imaginar, desarrollando así su creatividad mediante la realización de actividades lúdicas, y despertando distintas sensaciones que antes desconocían.
  • Ayuda a aumentar su autoestima
  • Incrementa su capacidad para expresarse. El mundo de la dramaturgia, como parte de la formación infantil en las aulas de clases, contribuye a que los propios niños conozcan nuevos mecanismos para expresar sus ideas y sentimientos ya sea por medio de las palabras o de los gestos.
  • Los motiva a socializar. Otro de los beneficios del teatro infantil es que les permite a los niños compartir con otros infantes de su edad y entablar relaciones de afecto, amistades y solidaridad, haciéndoles perder el miedo de socializar.
  • Les enseña a trabajar en equipo. Blanch Moras y Gasol sostienen que al participar ‘en la aventura del grupo’, los menores pueden reforzar sus cualidades para trabajar en equipo, infundiendo en ellos respeto por el esfuerzo de los demás.
  • Inculca disciplina. Participar en una obra teatral requiere constancia, dedicación y atención. Por lo tanto, en el proceso los niños aprenden a ser mucho más disciplinados.
  • Les ayuda a conocer su entorno. Interpretar distintos personajes de la vida cotidiana, animales, objetos u otros, obliga a los pequeños a observar el entorno en el que viven y conocerlo mejor.
  • Los impulsa a asumir riesgos y afrontar distintas situaciones. Una vez que se involucren en las artes escénicas, se abra el telón y se acostumbren a desenvolverse frente a muchas personas, los niños estarán dispuestos a asumir cualquier riesgo o afrontar situaciones en la vida real.
  • Transmite valores. Si hay algo que abunda en las piezas teatrales infantiles, son los valores. Además, con cada obra los niños, además de divertirse, aprenden una moraleja, lo cual los ayuda a diferenciar entre el bien y el mal, aquello que es correcto o incorrecto.
  • Mejora su concentración y desarrolla el hábito de la lectura. Aprender un diálogo aumenta la concentración, pero al verlo desde una perspectiva de entretenimiento, a modo de juego, los niños centrarán su interés y, sin darse cuenta, estarán alimentando el hábito de la lectura.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/el-teatro-pedagogica/

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Argentina: Armaron una movida solidaria para ayudar a los alumnos de dos escuelas de 25 de Mayo

América del Sur/Argentina/18-02-2022/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Es un grupo independiente que recolecta útiles, ropa y calzado para los chicos más necesitados.

A menos de un mes para el inicio del ciclo lectivo 2022, un grupo de personas armó una movida solidaria para ayudar a los chicos más necesitados que asisten a dos escuelas de 25 de Mayo y que no pueden acceder a ciertos elementos para poder asistir a clases.

El Grupo Isa, que el año previo al comienzo de la pandemia regaló unas 100 bicicletas a los niños para que no caminen tantos kilómetros para llegar a la escuela, está recolectando útiles, ropa, guardapolvos y hasta calzado para los alumnos de las escuelas Pedro Valenzuela y Ramón Barrera.

Para colaborar hay tiempo hasta el 25 de febrero, contactándose a los siguientes teléfonos: 2644474740 o al 2646717393.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Armaron-una-movida-solidaria-para-ayudar-a-los-alumnos-de-dos-escuelas-de-25-de-Mayo-20220215-0036.html

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La educación afectiva y sexual como derecho

Por: Dinorah García Romero

La educación afectiva y sexual es un derecho. Negarlo debería tener un régimen de consecuencia en esta sociedad.

La República Dominicana es uno de los primeros países en la región afectados por la expansión cotidiana del embarazo adolescente, de las uniones tempranas y de los feminicidios. Los países con más alta tasa de feminicidios en la región son Honduras,  El Salvador, República Dominicana y Bolivia. De igual manera, en la región, el país ocupa uno de los primeros lugares en el embarazo de adolescentes. Formamos parte del conjunto de países que van por delante en este problema. Estos países son Guatemala, Nicaragua, República Dominicana, Guyana, Bolivia y Venezuela. Todo esto ocurre mientras tenemos la Ley 136-03, Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes,  cuyos artículos están cargados de derechos y de medidas protectoras en diferentes órdenes y niveles. Pero en la práctica, esta ley no se toma en cuenta para garantizar la salud integral de los sujetos que pretende proteger y priorizar. Esta ley es clara cuando plantea el derecho a la información y al cuidado que requieren los niños, las niñas y los adolescentes. Sin embargo, existe un descuido intencionado con respecto a la educación afectiva y sexual de estos. De forma reiterada, diferentes sectores de la sociedad exigen que finalice el rechazo a la educación sexual en los centros educativos, pero no se le presta atención a su reclamo.

El Ministerio de Educación de la República Dominicana, históricamente, ha  obviado la educación sexual de los estudiantes. Cuenta con enunciados y discursos interesantes, pero no pasa de ahí.  La sociedad dominicana no puede mantenerse al margen de la civilización ni de la realidad que vive en materia de embarazo adolescente, feminicidios y uniones tempranas. Se requiere una educación afectiva y sexual integral, de calidad y con equidad.  La postura de los gobiernos, orientada a priorizar los votos electorales; y la posición de sectores religiosos que pueden influir en la dirección de los votos, determina, en gran parte, la violación a la Ley 136-03.  Esta violación se evidencia al no ofrecer ni la información, ni la educación a que tienen derecho los niños, niñas y adolescentes. Para obtener el conocimiento necesario y gestionar sus emociones y sexualidad de manera responsable, necesitan que se desbloquee la ejecución real del artículo 29 de la Ley 136-03.

Ya basta de pronunciamientos insustanciales. Lo que procede es ofrecer la información y la educación requeridas. Para ello, las autoridades deben liberarse del miedo a los sectores que se oponen. Además, han de liberarse del terror al desarrollo integral de las personas y de la sociedad. La educación afectiva y sexual es un derecho inalienable. Por esto, es inadmisible que, en este siglo, todavía prevalezcan la ignorancia y la inercia en este campo. Prestarle atención a la educación afectiva y sexual es prevenir y reducir al máximo los feminicidios, las uniones tempranas y el embarazo de adolescentes. Las políticas públicas y sociales que ignoran la aplicación de la educación afectiva y sexual en los espacios educativos, formales e informales, prohíjan los feminicidios, la violencia de género, las uniones tempranas y los embarazos adolescentes.

El cansancio generado por Leyes con una formulación integral, pero en su aplicación, distantes de la realidad de los sujetos que las necesitan y demandan ha llegado al más alto nivel.  Los temas económicos y políticos tienen que dejarle espacio a este problema humano y social que ya está fuera de control. Los datos estadísticos que se aportan anualmente sobre feminicidios, embarazo adolescente y uniones tempranas, suscitan alarmas hipócritas. Mientras tanto, la problemática se agudiza y se convierte en contenido para una pieza teatral más, de gobernantes y sectores adversos a la educación afectiva y sexual sistemática. Se ha de organizar un movimiento más colectivo a favor de la educación afectiva y sexual. Es una demanda justa, que no admite dilación. La indiferencia y la demora planificadas generan incremento de muertes, de enfermedades, de vulnerabilidad familiar y desorden social.

La educación afectiva y sexual es un derecho. Negarlo debería tener un régimen de consecuencia en esta sociedad.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-educacion-afectiva-y-sexual-como-derecho-9032561.html

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España: La Selectividad se sustituirá por una prueba menos basada en contenidos y parecida a los exámenes de PISA

Europa/España/18-02-2022/Autor: IGNACIO ZAFRA/Fuente: elpais.com

El cambio que prepara Educación facilitaría un sistema de acceso a la Universidad más homogéneo en las diferentes comunidades autónomas.

El Ministerio de Educación quiere cambiar la actual Selectividad por una prueba menos basada en contenidos y más parecida a los exámenes del Informe Pisa, con los que la OCDE mide regularmente en decenas de países (79, en 2018) las competencias del alumnado en lectura, matemáticas y ciencias. El objetivo es que la nueva prueba no pida tanto a los alumnos reproducir contenidos como demostrar que saben aplicar los conocimientos que han aprendido a lo largo del Bachillerato, explican a EL PAÍS fuentes que están participando en la revisión del sistema de evaluación. El Gobierno espera tenerla diseñada antes del inicio del próximo curso. El primer paso de Educación ha consistido en recabar información de cómo funciona el acceso a la Universidad en el resto de países europeos.

El ministerio que dirige Pilar Alegría considera necesario el cambio para dar coherencia a la nueva forma de aprender que va a empezar a implantarse en septiembre en todas las etapas educativas, desde Infantil a Bachillerato, basada en competencias. Este modelo, patrocinado por instituciones como la propia OCDE y la Unión Europea, defiende que la meta del sistema educativo no debe consistir tanto en transmitir a los estudiantes grandes cantidades de información y conceptos presentados de forma parcelada, como lograr que los chavales consigan una “comprensión profunda” de las cuestiones y tengan capacidad para “movilizar conocimientos de una forma mucho más interdisciplinar”, en el lenguaje que utiliza el ministerio.

Una prueba más homogénea

El nuevo sistema haría más fácil cumplir uno de los objetivos compartidos por sucesivos responsables del Ministerio de Educación, y que defiende Alegría, de lograr una cierta homogeneización en la Selectividad, una prueba que tiene características diferentes en cada comunidad autónoma, pero cuyos resultados sirven para acceder a todas las universidades públicas del país. La cuestión es especialmente importante ahora porque uno de los efectos de la actual reforma educativa es que la diversidad entre lo que se estudia en unos institutos y otros aumentará. Sucederá debido a la naturaleza de los nuevos currículos (las normas que regulan cómo deben aprenderse y evaluarse las asignaturas) que están elaborando a medias el ministerio y las comunidades autónomas, que dan mucho más margen de maniobra a los docentes, y también por el nuevo reparto de competencias establecido por la ley educativa que entró en vigor hace un año, que deja en manos de colegios e institutos la decisión de fijar una parte de los horarios y contenidos. En Cataluña, la primera en concretar el porcentaje, los centros educativos decidirán a qué se dedica un 20% del horario.

En tal escenario, avanzar en una homogeneización de la Selectividad con el actual sistema de exámenes parece imposible. Pero una Evaluación de Acceso a la Universidad (Evau) basada en competencias sí permitiría hacerlo. Al fin y al cabo, PISA plantea pruebas similares en países con sistemas educativos y contenidos mucho más diferentes de los que habrá en España.

El diseño concreto de la nueva Selectividad está todavía en sus inicios. En el Ministerio de Educación se ha constituido una comisión para definirla, cuyas conclusiones deberán ser consensuadas con el de Ministerio de Universidades. En el proceso de decisión intervendrá también la conferencia de rectores, la CRUE, el organismo que reúne a los responsables de las 50 universidades públicas y las 26 privadas.

Cómo se hace en Europa

El primer paso que ha dado Educación ha sido recabar la información de cómo está regulado el acceso a la Universidad en 27 países europeos, casi todos pertenecientes a la UE, a cuyas autoridades educativas el ministerio envió un cuestionario a través del foro educativo Eurydice. El ministerio ha elaborado un primer informe en base a sus respuestas, que refleja por ejemplo que en un 71% de los 27 Estados analizados los alumnos realizan algún tipo de prueba al acabar el equivalente a su Bachillerato. Pero solo un 36% de los países utiliza la calificación obtenida en un examen “como criterio para el acceso a la Universidad, de manera exclusiva o junto con otros requisitos”.

Entre los ocho países donde no “existe ninguna prueba externa y estandarizada para el acceso a los estudios universitarios” figuran Alemania, Francia e Italia. Mientras que en algunos Estados, como Finlandia y Estonia, las universidades pueden realizar sus propias pruebas para filtrar al alumnado.

Un dato llamativo es que, según el informe, “en la mayoría de los países con pruebas relacionadas con el acceso a la Universidad”, los estudiantes solo se examinan “de algunas disciplinas” del último curso de Bachillerato. Entre los que realizan pruebas más exhaustivas figuran Polonia y Portugal (aunque en este último caso las pruebas las realizan los propios centros y no se considera una evaluación externa estandarizada). Entre los que se examinan de menos disciplinas se encuentran Austria y Estonia, donde los alumnos solo están obligados a examinarse de su lengua propia, una lengua extranjera y matemáticas. A diferencia de lo que pasa en España, al menos en una docena de países (no todos han respondido a todas las preguntas del cuestionario) parte de los exámenes son orales, sobre todo en lengua extranjera, aunque otros también los utilizan en la prueba de lengua autóctona.

La duración los exámenes es muy variable: de los 55 minutos en Suecia a las seis horas en Finlandia (en España duran 90 minutos). En 15 países la prueba es la misma para todo el Estado, mientras otros tres (Países Bajos, Dinamarca y República Checa) tienen una parte general y otra que deciden los centros. El informe constata que el “caso de los países descentralizados” no arroja luz para el caso de España, porque Alemania “no tiene pruebas relacionadas con el acceso a la Universidad” y el ministerio no ha conseguido información de lo que ocurre en Bélgica con las comunidades flamenca y germanófona.

Así es un examen competencial

¿Cómo es una evaluación competencial? Ana Remesal, profesora del área de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Barcelona, responde a la pregunta con el ejemplo contrario: “Un examen de Matemáticas no competencial puede plantear una actividad que diga: ‘¿Cómo se calcula el área de un triángulo?’ Y se espera que el alumno diga: base por altura partido por dos. O: ‘¿Cuántas clases de triángulos hay?’. A lo que se espera que el alumno responda que según los ángulos hay estos tipos de triángulos, y según los lados hay estos tipos de triángulos. Se trata de lo que llamamos un conocimiento declarativo, en el que se pide al alumno que exprese en palabras aquello que sabe sin ir más allá de una definición, la identificación de una fórmula o un algoritmo”. Un examen de Matemáticas más competencial, en cambio, plantearía “un contexto más cotidiano o verosímil de partida, en el que aparecerían diferentes tipos de triángulos, y el alumno tendría que resolver esa actividad problemática demostrando con ello que distingue diferentes tipos de triángulos”, prosigue Remesal.

El objetivo final de una enseñanza y una evaluación competencial sería alcanzar una transdisciplinariedad en el mismo examen, es decir, que para resolver una actividad el estudiante tenga que relacionar conocimientos de diferentes disciplinas. “Pero eso es muy complicado”, reconoce Remesal, que recuerda que incluso PISA sigue planteando la prueba por grandes áreas (comprensión lectora, matemáticas y ciencias). Esta experta añade que en los últimos 20 años las autoridades educativas hablan con cierta alegría de la evaluación por competencias: “Ponen la etiqueta competencial muy rápido, pero no siempre se cumplan los requisitos”.

Fuente e Imagen: https://elpais.com/educacion/2022-02-14/la-selectividad-se-sustituira-por-una-prueba-menos-basada-en-contenidos-parecida-a-los-examenes-de-pisa.html

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¿Qué son los chatbots y cómo se usan en la educación?

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Los chatbots pueden liberar a los maestros de las tareas mecánicas y administrativas para enfocarse en los aspectos más elaborados del aprendizaje.

Las tecnologías de comunicación han avanzado a pasos agigantados en la última década. En el caso de las conversaciones en línea, nuevas herramientas han surgido para optimizar el diálogo con usuarios y la atención a clientes. Estos recursos creados en el rubro comercial han dado el salto para mejorar también la experiencia educativa. Hablamos de los chatbots, que serán el tema principal de nuestro próximo webinar.

El próximo martes 22 de febrero a las 16:00 horas (tiempo de la Ciudad de México) tendremos una nueva edición de los Webinars del Observatorio IFE bajo el título: Chatbots en la educación, comunicando humanos con robots. Nos acompañará la profesora Reyna Martínez quien explicará cómo los chatbots pasaron de ser una herramienta de especialidad para mercadólogos a una plataforma de comunicación masiva, aplicable para la educación. Para entender mejor el temario que se discutirá durante la transmisión, primero tendríamos que explicar: ¿Qué es un chatbot?

Los chatbots, son programas que simulan o procesan una conversación humana, estos permiten a los usuarios interactuar con dispositivos digitales como si fueran una persona. Son impulsados por Inteligencia Artificial, reglas preprogramadas, procesamiento de lenguaje natural y machine learning. Estos atributos funcionan en conjunto para proveer al chatbot de la capacidad de ofrecer respuestas automatizadas pero certeras a solicitudes de las personas que interactúan con ellos.

En un inicio se crearon para garantizar un servicio rápido y eficiente a clientes con preguntas frecuentes, liberando a los agentes humanos para dirigirse a problemáticas más complejas y específicas de los clientes. Eventualmente, los chatbots aprendieron de los patrones de lenguaje y contenido de los usuarios de tal manera que hoy en día pueden ser utilizados para propósitos más elevados, como la educación. ¿Cómo aprovechar los chatbots para fines didácticos?

Los chatbots pueden ser facilitadores del material educativo, así como refuerzo para disipar dudas básicas a través de una conversación automatizada. Solicitudes simples como pedir la bibliografía de la que se compondrá una lección, o datos cortos y simples sobre lo visto en clase. De esta forma, el docente podría liberarse de las tareas mecánicas del proceso de enseñanza para guiar a los alumnos en aspectos más contextuales y de fondo con respecto a su aprendizaje.

La profesora Reyna Martínez cuenta con una amplia experiencia en docencia en nivel medio superior, así como en proyectos en los que intersectan la tecnología de inteligencia artificial y las instancias educativas. En este webinar no solo explicará las definiciones básicas para entender lo que son y cómo funcionan los chatbots sino que compartirá ejemplos de su uso dentro del rubro académico. El webinar se realizará en español, pero si no eres de habla hispana y buscas saber más de las aplicaciones educativas de los chatbots te recomendamos los siguientes textos en inglés, que puedes consultar en Google scholar y Springer Open.

¿Has oído hablar sobre los chatbots? ¿Has estado en instituciones educativas que los usen? ¿Cuál ha sido tu experiencia con ellos? Si eres docente, ¿ayudan a aligerar la carga de los procesos simples al momento de enseñar? Si eres estudiante, ¿te han sacado de dudas o ayudado en tu camino al aprendizaje? ¿Cuál es tu postura con respecto al uso de la inteligencia artificial en la educación? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/webinar-chatbots

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Manuel Azuaga: “Si trasladamos a la vida la toma de decisiones del ajedrez, estamos formando personas más responsables”

Por:

  • Un tablero de ajedrez como metáfora de la vida. Pausa y reflexión antes de tomar decisiones que condicionan el futuro: de la partida, de nuestra existencia. Y una capacidad creciente a la hora de asumir, sin excusas, responsabilidad sobre nuestros errores. De las muchas bondades pedagógicas del ajedrez (mejora del pensamiento estratégico, aumento de la concentración…), Manuel Azuaga se queda con aquella que más ayuda al alumno a ser dueño de su destino.

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Málaga, Manuel Azuaga no se cansa de difundir a los cuatro vientos las múltiples enseñanzas que condensa el milenario juego del ajedrez. También disfruta narrando las incontables anécdotas históricas y literarias que ha protagonizado el tablero y sus jugadores más insignes: una mina inagotable para la transversalidad. Colabora en periódicos, tiene un programa de radio y el pasado año publicó Cuentos, jaques y leyendas (Editorial Renacimiento). En su vertiente puramente educativa, Azuaga coordina el proyecto aulaDjaque (financiado por la Junta de Andalucía), con el que ha logrado colar, como nuevas compañeras, a las blancas y negras en pleno horario lectivo. También es fundador de la asociación Ajedrez Social de Andalucía, volcada en colectivos desfavorecidos.

Hay algo de revolucionario, contracorriente al menos, en promover el ajedrez entre las nuevas generaciones, tan acostumbradas al vértigo digital.

Sí, el famoso elogio de la lentitud en un mundo hiper-rápido, tan exigente con los tiempos. Nosotros llegamos con un jueguito que pide precisamente lo contrario: pausa, análisis sosegado. El mismo hecho de introducir un elemento lúdico en horario lectivo propicia una transformación disruptiva, vincula a los chicos y chicas de una manera distinta. Suele suceder que, con el ajedrez, esos alumnos etiquetados como inquietos o hiperactivos cambian de etiqueta. Se genera un espacio de calma en el que ese alumno mira a los ojos a su compañero —algo que ocurre muy rara vez en clase— y puede poner en práctica sus habilidades ocultas.

En el TDAH, quizá sobrediagnosticado, la A corresponde a atención. Con su demanda de alta concentración, el ajedrez obliga a una atención plena que, supongo, permite canalizar energías dispersas.

El psiquiatra infantil Hilario Blasco Fontecilla lo utiliza específicamente con chavales diagnosticados con TDAH leve o moderado. Tiene un tablero en su consulta y lo prueba antes de pasar a otras opciones terapeúticas, incluidas las farmacológicas. Hay veces en que lo único que necesita el alumno es un entorno agradable y un elemento para fluir.

Para el grueso de los alumnos no debe de ser fácil engancharse al tablero, con su sencillez, ante esa maraña de estímulos de recompensa inmediata en la que están inmersos. ¿Notas que cada vez resulta más difícil?

Al contrario. Llevo unos 12 años dedicándome al ajedrez educativo y mi impresión es que cada vez es más fácil. El fenómeno ajedrecístico va a más entre los chavales, favorecido por series como Gambito de Dama y por las facilidades para seguir desde casa un campeonato del mundo, con comentarios en directo de influencers como Rey Enigma [quien oculta su identidad apareciendo siempre con un traje elástico, estampado con cuadrados blancos y negros, que le cubre todo el cuerpo]. Hace una década, era un poco peregrinar en el desierto de las bondades educativas. Ahora, muchas veces no hay ni que convencer con este tipo de argumentos: los chavales quieren ser Beth Harmon [protagonista de Gambito de Gama] o Rey Enigma.

¿Hay mucha diferencia entre el ajedrez analógico y online? Por aquello de la mal llamada multitarea y las mil tentaciones para desconcentrarse, sobre todo cuando el turno es del otro…

Lo importante es que, si quiere, el chaval ahora puede jugar desde cualquier plataforma (hay muchas y muy buenas) una vez que hemos logrado motivarle con una o dos horas semanales en clase. En mi época, tenías que buscarte el club del barrio o la delegación local. La capacidad de anticiparse al otro, el pensamiento estratégico… Todo es igual en el ajedrez presencial y online. ¿Qué cambia? La tensión, esa energía física insustituible. A veces, nos intimida la sola presencia del otro, en especial si está por encima de nosotros en el ranking. Hay grandes maestros que no saben gestionar esas emociones.

Dices con frecuencia que el ajedrez nos enseña a lidiar con nuestras emociones ante la presión del tiempo. Ese reloj al lado del tablero que, ante la infinidad de jugadas, nos recuerda que, en algún momento, tendremos que mover pieza.

Poco a poco voy afinando mi respuesta a la pregunta sobre las bondades educativas de la práctica frecuente. En los últimos tiempos, destaco por encima de todas la toma de decisiones. En la vida, tomamos decisiones con la presión de una fecha límite o de un reloj biológico (que a veces es simplemente mental y excesivamente estresante). En un tablero, la toma de decisiones es muy similar.

En esa metáfora del tablero como la vida, ¿la enseñanza de la toma de decisiones tiene más impacto entre adolescentes de entornos desfavorecidos? A veces, su contexto les empuja a tomar decisiones equivocadas: dejar los estudios, empezar a trapichear… Además, ante una mala decisión, la repercusión para su vida puede ser mayor, ya que quizá no cuentan con esa red de protección que sí tienen jóvenes más afortunados.

Solemos analizar modelos o partidas históricas en las que una mala decisión desbarató toda la partida. En esos entornos que comentas, se trata de un mensaje muy potente. A veces, con una sola vez que te equivoques, la vida nos viene de vuelta con un castigo quizá desproporcionado. Y esto conecta con la asunción de responsabilidades, el que no valen las excusas porque, una sola vez, una sola mala decisión puede ser suficiente, por mucho que consideremos que el castigo es excesivo o injusto. Hay alumnos a los que les cuesta más gestionar esto. Se quedan enroscados: “Si yo hubiera, si, si…”. Es un condicional que no ha sucedido, así que les decimos que se limiten a lo que pasó en el tablero para analizar cuál fue su error. Les animamos a que no construyan otra realidad. Si consiguen trasladar esto a sus vidas, estamos formando personas más responsables.

Insistes en que la sencillez y frialdad del ajedrez impiden agarrarse a excusas típicas en otros juegos y deportes: el estado del campo, las condiciones climatológicas, el árbitro…

Aun así, los chicos encuentran excusas, lo que es muy natural. “Es que el otro lleva jugando cinco años y yo solo cuatro”. ¡Una lógica aplastante! [sonríe] Lo que sucede en el tablero es tan objetivo que el factor buena o mala suerte es mínimo. Puede ser que te levantes con dolor de cabeza, cierto, pero el ajedrez admite pocos elementos azarosos.

Supongo que, cuando uno empieza a jugar, suele ser más impulsivo. Y con el tiempo aprende a pensárselo dos veces, a ser más reflexivo y tener una visión más estratégica.

Uno de los anclajes pedagógicos de aulaDjaque es la teoría de Daniel Kahneman, que fue premio Nobel, sobre los sistemas de pensamiento. El sistema uno es el rápido, intuitivo. El dos permite procesar información y poner en juego habilidades como la concentración y la anticipación. Resulta fundamental que los alumnos sepan que utilizamos uno de los dos sistemas en todas las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida. El ajedrez ayuda enormemente a entender la diferencia, a ver, por ejemplo, que el 97% de las decisiones de un día normal se toman con el sistema uno. Y que, ante un tablero, los porcentajes deben invertirse.

Una cuestión polémica: algunos expertos explican la práctica ausencia de mujeres en el top mundial del ajedrez por una supuesta predisposición genética. Los hombres estarían, según estas opiniones, mejor dotados para jugar. Se suele insistir en el argumento evolutivo de nuestros ancestros cazadores y el mayor desarrollo de su inteligencia espacial etc. ¿Tú qué opinas?

Que esta realidad claramente engarza con factores socioculturales. Y que es un argumento que se retroalimenta: como no hay ninguna mujer entre los 100 mejores del mundo, los hombres juegan mejor por razones biológicas, lo cual disuade y condiciona a las chicas. Esto se desmonta fácilmente haciendo retrospectiva y mirando de dónde venimos. En los siglos XVIII y XIX, surgen en Europa los cafés donde se reunen literatos, filósofo, intelectuales… y también ajedrecistas que van allí a jugar. Las mujeres no podían entrar salvo que fuesen acompañadas por sus maridos. No es hasta el siglo XX, con figuras como Vera Menchik o Sonja Graf —que quieren jugar también con hombres— cuando se empieza a plantear la igualdad de género en el tablero. Hoy en día, de cada 100 jugadores federados en el mundo, solo ocho son mujeres. Hasta que no se equilibren los porcentajes, no tiene mucho sentido rebatir ese supuesto determinismo biológico. Por cierto, cuando Judit Polgár, la mejor ajedrecista de la historia, se metió en el top 10 mundial, los comentarios fueron profundamente machistas: juega como un hombre, se decía.

El tema del género es solo un ejemplo de la enorme transversalidad del ajedrez. Se puede utilizar como hilo para enseñar matemáticas, historia, literatura…

La Revolución Francesa a partir de [François-André Danican] Philidor, que fue un gran maestro. La Guerra Fría simbolizada por el duelo entre Bobby Fischer y Boris Spasski en Islandia. Y tantos otros ejemplos en sus 1.500 años de historia que se pueden utilizar para conectar con el alumno. En matemáticas, no es que esté relacionado, es que el ajedrez, por sus características cartesianas, es matemáticas. Tirando de la cuerda, uno llega a disciplinas que ni siquiera imaginaba. La música y su fuerte vínculo con el ajedrez. La lengua y cómo la práctica frecuente mejora la comprensión lectora, ya que analizar una posición y leer son, al parecer, ejercicios cognitivos muy parecidos, con sus significantes y sus significados. Y así podría seguir durante horas…

Más información: aulaDjaque

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/02/07/manuel-azuaga-si-trasladamos-a-la-vida-la-toma-de-decisiones-del-ajedrez-estamos-formando-personas-mas-responsables/

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