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Rusia: Ministerio de educación y ciencia aprobó las fechas finales, los exámenes de la escuela en el año 2018

Rusia/14 diciembre 2017/Fuente: Infomotril

El ministerio de justicia de rusia ha registrado las órdenes del ministerio de educación y ciencia de rusia, indicando el horario de realización de un único examen estatal (cse), del examen final (ГВЭ) y del examen estatal (ОГЭ) en el año 2018. Sobre esto ha informado el 12 de diciembre el servicio de prensa del ministerio de educación y ciencia.

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“Anticipado la fase de examen en el año 2018 se celebrará del 21 de marzo al 11 de abril, principal – del 28 de mayo al 2 de julio y el secundario (septiembre problema) – del 4 al 15 de septiembre. Anticipado y principal etapas del examen nacional en el año 2018 comenzará con los exámenes de geografía y ciencias de la computación y las tic. ОГЭ para los graduados de 9 grado en el año 2018 también se realizará en tres etapas: temprana – del 20 de abril al 8 de mayo, principal – desde el 25 de mayo al 29 de junio, y la secundaria (septiembre problema) – del 4 al 22 de septiembre”, – se dice en el mensaje.

Los graduados de 2018, han recibido los resultados poco satisfactorios de lengua y matemáticas, o reciban de nuevo insatisfactorio el resultado de uno de estos objetos en el municipio de GUÍA en el día de reserva, tendrán la oportunidad de participar en la GUÍA del nivel básico en el período adicional de 4 a 15 de septiembre de 2018.

Fuente noticia: https://www.infomotril.es/vida-y-estilo/ministerio-de-educacion-y-ciencia-aprobo-las-fechas-finales-los-examenes-de-la-escuela-en-el-ano-2018.html

Fuente imagen: https://st.depositphotos.com/2030185/4421/i/950/depositphotos_44215407-stock-photo-classroom-with-pupils-in-russian.jpg

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¿Por qué Finlandia tiene el mejor sistema educativo del mundo?

Finlandia / 19 de noviembre de 2017  / Autor: Edith Gómez / Fuente: AZ Revista de Educación y Cultura

Finlandia, un país de tan solo 5,5 millones de habitantes forma parte de los cinco mejores sistemas educativos de Europa (de hecho, es el número 1) y uno de los más fuertes del mundo. Según Gananci, estos son algunos hábitos que practica la gente exitosa.

Es un país que, de manera constante, se ha desempeñado extremadamente bien en los exámenes de matemáticas, lectura y ciencias del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA).

Este fuerte desempeño ha sido el foco de estudio de muchos educadores durante los últimos años, pues quieren descubrir cuál es el secreto. Muchos alrededor del mundo sienten sorpresa, interés y por supuesto, ¡mucha envidia!

A continuación, te presentamos una lista de las razones por las que Finlandia tiene el mejor sistema educativo del mundo.

Los niños tienen un buen comienzo

Una de las razones por las que las escuelas de Finlandia pueden desempeñarse tan bien es debido a que los niños llegan con una base sólida desde casa. El gobierno finlandés cuenta con numerosos programas para ayudar a las familias: el baby box es el primero a ejecutar.

Este se entrega de manera gratuita a las mujeres embarazadas. Contiene ropa, libros y otros suministros para el bebé durante el primer año. Los padres tienen oportunidad de compartir más con sus bebés. Las madres reciben cuatro meses pagos de permiso de maternidad, y además de eso, seis meses libres para madres o padres (con pago completo).

Profesores altamente capacitados

La docencia en Finlandia es una carrera bastante deseable. Los profesores están en el mismo nivel que los médicos y los abogados, por lo tanto existe mucha competitividad para entrar a trabajar en el sistema educativo. Las maestrías en investigación son uno de los requisitos para ser docente (el gobierno finlandés cubre todos los gastos).

El hecho de que una maestría sea requisito, significa que los profesores tienen entre cinco y siete años y medio de preparación antes de liderar un salón de clases.

El profesor tiene autonomía

Tener un grupo de docentes compuestos por los mejores, los más brillantes y los más preparados, hace que el gobierno y la sociedad les concedan más autonomía en las aulas.

A los docentes se les da mucha libertad para probar enfoques innovadores, como desarrollar un “programa de matemáticas al aire libre”, o unirse con otros docentes para implementar un método de enseñanza basado en el trabajo de equipo.

Cuenta con fondos para ayudar a los estudiantes más débiles

Uno de los factores que ayuda a las escuelas finlandesas a desempeñarse tan bien es el enfoque en lograr la igualdad: tanto entre escuelas como entre estudiantes. De hecho, cuando a algunos estudiantes se les hace difícil rendir en clases, el gobierno provee recursos rápidamente para ayudarles a ponerse al día.

El objetivo del gobierno es poder educar a todos los niños en el mismo aula convencional, inclusive aquellos con necesidades especiales. De hecho, los salones no están clasificados por nivel de habilidad.

No hay exámenes

A pesar de que los niños finlandeses obtienen las mejores puntuaciones en las pruebas internacionales de matemáticas y lectura, las evaluaciones estandarizadas no son parte del sistema educativo finlandés.

La única prueba que existe para los estudiantes se realiza en el último año de la escuela secundaria.

Los niños empiezan la escuela tarde

Esto puede ser contradictorio. ¿Cómo es que menos horas de escuela producen mejores resultados?

Bueno, Finlandia prueba que sí es posible, pues en este país no se empieza la escuela hasta no cumplir los siete años de edad. Gracias a los programas subsidiados por el gobierno, los niños comienzan a aprender informalmente y prepararse para la escuela mucho antes.

Antes de los siete años se hace énfasis en el aprendizaje experimental a través del juego y el movimiento.

Todos asisten a la escuela pública

Uno de los aspectos más curiosos del sistema educativo finlandés es que casi no existen escuelas privadas, pues todos están comprometidos con el éxito y la calidad de las escuelas públicas de la nación.

Algo que funciona bien en una escuela se comparte rápidamente con otros con el fin de que los mejores métodos lleguen a todos los estudiantes, pues las escuelas no compiten por estudiantes o por tener las mejores calificaciones.

Se busca la igualdad en todas las escuelas

El concepto de igualdad es importantísimo en la cultura finlandesa. De hecho, es una de las razones principales de que las escuelas sean tan exitosas. No solo se busca minimizar las diferencias entre los estudiantes, sino también que las escuelas sean igualmente fuertes.

Son muchas las cosas que las demás naciones deben aprender del sistema educativo finlandés para formar personas integrales y listas para enfrentar el mundo.

¿Qué es lo que más te gusta de este sistema educativo? ¿Estás de acuerdo con el sistema implementado en tu país? ¡Cuéntanos!

Fuente de la Noticia:

¿Por qué Finlandia tiene el mejor sistema educativo del mundo?

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Los exámenes, un elemento más de la evaluación o ago que debe aparecer

Por: Saray Marqués

La última ha sido María Acaso. Su “Los exámenes no sirven para nada” de hace unas semanas había nacido para ser titular. Reabría así un debate viejo pero no resuelto.

“Los exámenes no sirven para nada en la educación. En Art Thinking no existen porque la evaluación, aunque importante, es entendida como una toma de conciencia sobre la educación y no como un castigo o un sistema para humillar y hacernos sentir tontos respecto a los demás”. Habla la profesora de la Universidad Complutense María Acaso desde las páginas de El Mundo. Acaba de publicar Art Thinking, cómo el arte puede transformar la educación (Paidós).

Alberto Royo, profesor de instituto, musicólogo, guitarrista clásico y autor de Contra la nueva educación. Por una enseñanza basada en el conocimiento(Plataforma Editorial 2016) la lee y suspira. “Ya no me sorprendo casi con nada, unas declaraciones así son esperables en la sociedad gaseosa [título de su segundo ensayo]”, manifestará después.

Ambos representan dos posiciones enfrentadas en un debate que va mucho más allá de las frases categóricas. Nos hemos propuesto profundizar un poco más en él, poniendo a prueba la evaluación en sí con la ayuda de distintos expertos.

Aquí van las preguntas. Las respuestas son múltiples:

¿Los exámenes no sirven para nada?
“El problema del examen tradicional (y esto es lo que entiendo que dice María Acaso) es su enfoque calificatorio, dentro de una lógica prescriptiva del conocimiento. Si se trata de saber cuánto porcentaje del contenido curricular es capaz de reproducir el alumno en una prueba escrita, estoy de acuerdo en que estamos llegando al fin de esto, porque no tiene ningún sentido seguir con ello”, reconoce Lucas Gortázar, coordinador del Ciclo de Educación de Politikon y miembro del Proyecto Atlántida. “Sin embargo, esto no significa que ningún examen (o evaluación) sirva para nada. Al contrario, las evaluaciones (internas y externas) de calidad son hoy más necesarias que nunca, aunque quizá deberíamos llamarlas de otra manera”.

“Es distinto decir que los exámenes no sirven para nada a referirse a exámenes finales, en los que te lo juegas todo a una carta, muy cerrados, que no tienen en cuenta el proceso y dejan fuera muchos aprendizajes… lo contrario a la función formativa de la evaluación. Esto no quiere decir que en la escuela no deba haber evaluación, esta es importante porque nos ayuda a avanzar”, señala Elena Martín, catedrática de Psicología Evolutiva de la Universidad Autónoma.

“La enseñanza es algo muy serio y debe estar blindada ante cualquier propuesta pseudocientífica, por muy bienintencionada que sea. Respecto a los exámenes, la evidencia nos dice que, por lo general, mejoran el rendimiento académico. En concreto, la evidencia indica que hacer exámenes es eficaz para retener y consolidar el aprendizaje y que es más útil que repasar lo ya estudiado y que muchas de las más conocidas técnicas de estudio”, asevera por su parte Royo.

¿Son prescindibles?
Para Martín, si el profesor tiene un número razonable de alumnos y es capaz de hacer un seguimiento de sus procesos, de sus productos (cuadernos, portafolios) mediante una evaluación continua, no haría falta nada más. Con esto tendría suficientes datos de dónde se encuentra cada uno de ellos y la prueba, por sí sola siempre limitada, solo serviría como complemento.

El profesor de Lengua y director del IES Bovalar de Castellón, Toni Solano, manifiesta su posición: “No veo la necesidad de desterrar del todo los exámenes, en determinados niveles y con una adecuada dosis pueden ser un instrumento más de evaluación”.

Julio Carabaña, catedrático de Sociología de la Complutense, sí los considera un buen método, “el único método”, para “comprobar lo que los alumnos han aprendido y evitar los favoritismos y la subjetividad del profesor, algo que se olvida cuando se proponen métodos informales no reglados y libres”. Reconoce que los exámenes finales formales quizá no sean lo mejor para que el alumno aprenda, eso sí, y matiza que hay diferencias en las distintas etapas: si en primaria cree que debe primar la evaluación continua y en secundaria es partidario de evaluación continua con pruebas y controles parciales, a partir de bachillerato, o cuando hay títulos de por medio, sí reclama pruebas finales formales, que, a su juicio, garantizan a los alumnos “el derecho a ser examinados en las mismas condiciones”.

Por sí solos, ¿bastan?
Para Martín, centrar la evaluación en los exámenes es un error, y deben contemplarse como una pieza de un engranaje mucho más complejo. En la misma línea, Solano entiende que, sin otros indicadores, ninguna prueba escrita podría medir competencias como la iniciativa, las destrezas orales, el trabajo cooperativo o la solución de problemas sin planificación previa. “Incluso un buen examen, entendido como una prueba que hace desarrollar competencias (adquisición de contenidos, expresión escrita, desarrollo de la capacidad crítica, autonomía) siempre tendrá carencias para una evaluación integral”, sostiene Solano, partidario de “controles puntuales para determinados aspectos del currículo, pero sin usarlos para obtener la evaluación global”. “Observación diaria del trabajo en el aula, la libreta o el portafolio del alumno, las rúbricas en los proyectos… hay infinidad de elementos que nos proporcionan indicadores del progreso de un alumno más allá del examen, y muchos de ellos son más fiables incluso”, remata.

¿Se abusa de ellos?
Así lo percibe Solano: “No es normal que un alumno de 1º de ESO, que viene de hacer cinco o seis exámenes por trimestre, se encuentre a partir de octubre con dos o tres exámenes cada semana. Sinceramente, se puede evaluar bien a un alumno sin recurrir a tanto examen”.

¿Pueden tener efectos perniciosos?
“Algunos profesores comentan que es una pena tener que suspender a un alumno porque, por ejemplo, ha sacado un tres en el examen, cuando en clase trabaja y participa a diario. ¿Es eso lo que pretende el currículo al hablar de competencias, que aprueben solo los que mejor retienen la información? La evaluación es mucho más compleja que poner nota a partir de un examen. Debo decir que, desde hace años, cuando tengo que poner un examen les doy a mis alumnos las preguntas antes para que las puedan preparar, y nunca el examen es la única fuente para obtener la nota, pues atiendo a otros factores como el trabajo diario, el desarrollo de proyectos o la participación en clase”, relata Solano.

Coincide Royo en que “el examen es una herramienta más” y “a lo largo de todo un curso, el profesor tiene multitud de instrumentos de los que servirse (desde la observación diaria, pasando por la diversidad de actividades y ejercicios de clase, hasta las pruebas o exámenes) para estar seguro de que asigna a sus alumnos una calificación justa”. Sin embargo, considera que “si se afronta como un reto, como un acto de superación, no tiene por qué resultar traumático para nadie”. “Si añadimos que practicar la resiliencia y aprender a sobreponerse a las frustraciones, a las dificultades y a los malos resultados es algo muy educativo, no encuentro motivos para dejar de examinar”, resalta.

Para Martín, sí hay un riesgo: “Cuando la calificación lo impregna todo, cuando pesa más que la función formativa, esto sí es pernicioso, sobre todo cuando se transmite al alumno que falla la sensación de que no va bien, o se fomenta la competitividad entre compañeros, o se transmiten imágenes poco matizadas del grado de progreso de cada uno”.

¿Los hay buenos y malos?
“Creo que hay pruebas que exigen mucho más que una memorización efímera de los contenidos, pero aun así habría que combinarlas con otros métodos”, insiste Solano.

Para Royo, “un buen examen siempre es un buen método de evaluación. Y de aprendizaje. Un mal examen, obviamente, no. El buen examen sirve al alumno y también al profesor, que puede comprobar si su trabajo está siendo eficaz. Los requisitos son los que dicta el sentido común: que responda al nivel de conocimientos adecuado, que recoja con fidelidad los contenidos que se hayan visto durante las clases, que sirva para trabajar tanto aspectos teóricos como prácticos, que ayude al alumno a recordar lo que ha estudiado, que deje poco margen a la subjetividad, que resulte estimulante…”

¿Existe alternativa?
Apunta Martín que hay centros que se están replanteando la evaluación, con herramientas como la rúbrica o el portafolio del alumno, en que los indicadores de progreso se acompañan de la reflexión del propio alumno, en la línea del aprender a aprender, que huyen del “Me lo sé” y del “No me lo sé”, porque “no es cuestión del todo o nada, todos aprenden algo, hay grados”, que se centran en el proceso de aprendizaje y que utilizan toda esa información para que tanto el profesor como el alumno sepan cuál ha de ser el siguiente paso. “Además, todo esto conlleva una nota, pero esta no es la única meta”, explica Martín, consciente de la importancia que tiene reflexionar sobre la evaluación: “La evaluación es una vía muy potente de cambio. Puede haber cambio de metodologías para luego optar por una evaluación tipo control, homogénea, tradicional, pero si cambia la evaluación necesariamente cambiará la metodología, la forma de enseñar”.

“Muchos somos partidarios de modernizar la evaluación, no de eliminarla. En la escuela debe haber pruebas que certifiquen lo aprendido, como guía para la enseñanza y la mejora. De lo contrario, estamos abocados a la arbitrariedad total y absoluta y a una opacidad que perjudica a los más desfavorecidos. Hay metodologías de evaluación modernas que se están poniendo en marcha en muchos centros en nuestro sistema educativo, sobre todo en primaria, y ese es el camino a seguir”, analiza Gortázar, para quien “las rúbricas son uno de los pilares fundamentales del nuevo modelo de evaluación, pues permiten una evaluación con múltiples criterios y están muy ligadas a una tarea con un contexto específico, lo que permite el desarrollo de competencias de forma más profunda, sin quedarnos meramente en la reproducción de contenidos”. “Las rúbricas tienen un sustento científico mucho más sólido que los exámenes de tipo calificatorio, que prevalecen en muchos centros de secundaria de nuestro país, de la misma manera que las evaluaciones competenciales externas (incluido PISA), que son capaces de predecir el progreso educativo del alumno mucho mejor”, zanja.

¿Tienen algo que ver las actitudes anti-examen y anti-PISA?
“Existe una cultura anti-PISA y anti-evaluación externa que yo creo que tiene otros orígenes, que responden más a los problemas de la evaluación externa que hay en nuestro país (no así en muchos otros), a sus usos y desusos por parte de los medios y la opinión pública y a la poca utilidad que se le ha dado a las evaluaciones externas en la práctica diaria de los centros”, comienza Gortázar.

“También prevalece una cierta cultura de opacidad de ciertos sectores que se niegan a aceptar un debate público necesario sobre las responsabilidades de cada uno de los servicios públicos (escuelas, inspección, administración) en los resultados educativos. Es el peor favor que podemos hacerle a la escuela como bien público, negar ese debate”, prosigue.

“Sin embargo, sí creo que hay una relación entre ciertos malos usos y la transición que tenemos pendiente de evaluaciones internas, es decir, evaluaciones por parte de docentes. Son parte del mismo problema, que tiene que ver con la falta de consensos básicos en nuestro sistema educativo”, reflexiona.

¿Para qué evaluar?
“Existe una función reguladora o formativa de la evaluación, que se complementa con la acreditativa, la de rendir cuentas a la sociedad de que la función social de la educación se cumple, que todos aprenden. Esta segunda función es la que se vincula con las calificaciones. El sistema educativo debe conjugar ambas. La evaluación servirá para decirle al docente que evalúa cuál el siguiente paso y al alumno evaluado dónde está. Además, debe permitir que el alumno, al dejar atrás la escuela, sea capaz de regular su propio proceso de aprendizaje, sepa cuándo aprende, por qué, qué le ayuda en ese proceso y qué no. A veces el alumno suspende y no sabe qué ha hecho mal. Está prevaleciendo la función meramente acreditativa, no reguladora, de la evaluación. Y aquí radica el problema, cuando hay una gran presión académico-acreditativa. Esta se intensifica sobre todo a partir de secundaria. Considero que la Lomce en este sentido es un poco esquizofrénica, porque por un lado se transmite que la evaluación ha de ser formativa, pero, por otro, los alumnos han de arañar décimas, llegar a determinadas medias, porque hacerlo o no tiene unos efectos”.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/los-examenes-un-elemento-mas-de-la-evaluacion-o-algo-que-debe-desaparecer/

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La pedagogía del apartheid

Por: Jonathan Ofir

Hace dos meses el Ministerio de Educación de Israel introdujo una pregunta de cuatro partes obligatoria en los exámenes de matrícula de educación cívica. Se pide a los estudiantes que den su opinión sobre un «tema público controvertido» que incluye, por ejemplo, «permitir que diferentes grupos de la población vivan en barrios separados». En la circular a los maestros se dijo que, dado que los docentes «a veces encuentran declaraciones incendiarias o racistas contra grupos o individuos» en el examen, «es importante dejar en claro a los estudiantes que las declaraciones racistas o inflamatorias en cualquier parte de la pregunta descalificarán la respuesta completa» (que vale 11 puntos de un total de 100).

Pero la semana pasada el jefe de la secretaría pedagógica del ministerio, Moshe Weinstock, revocó al supervisor cívico del ministerio y rescindió la regla. Se envió una actualización a los maestros donde se eliminó la prohibición de las declaraciones racistas y se eliminó la cuarta parte de la pregunta, en la cual los estudiantes tenían que defender su posición a la luz de sus propios valores.

Esta historia fue publicada por Haaretz (Or Kashti) el miércoles y el jueves por Times of Israel (Stuart Winer) con algunos detalles adicionales.

Para comprender qué hay detrás de la decisión es necesario analizar los motivos que se dieron tal como se informaron. Un examen detallado revela que son falsos.

Veamos primero la naturaleza de la pregunta propuesta en cuatro partes, como se señala en Haaretz:

Los temas de la muestra incluyeron el agua fluorada, permitir que diferentes grupos de la población vivan en vecindarios separados, la cuantía de las asignaciones del Gobierno por hijo y cuota femenina en el Parlamento. El estudiante, después de expresar su opinión, debe dar un argumento a favor y otro en contra. Luego debe explicar por qué considera que el argumento a favor es más convincente. Finalmente debe basar su argumento en su «interpretación de la realidad, los valores en los que cree y sus preferencias personales en el ámbito emocional y personal».

A continuación de la sección final («interpretación de la realidad»), se formuló la prohibición y la pena en relación con las declaraciones racistas. El ministerio sacó esa cuarta parte, junto con la prohibición del racismo. Por lo tanto usó la pregunta en sí misma como un pretexto para descartar la prohibición del racismo como un todo, pero como hemos visto, esa prohibición se relaciona con » cualquier parte» de la pregunta de cuatro partes. Entonces, efectivamente, el ministerio tiraba al bebé con el agua del baño esperando que no notáramos al bebé.

La actualización del ministerio dijo que esta reversión se debió a la necesidad de «hacer el cambio», es decir, de introducir este nuevo tipo de pregunta «gradualmente». Prometió que después de que el ministerio vea cómo funciona la pregunta, «consideraremos cómo mejor expandirla», como ha informado Haaretz. Pero esto se refiere a la pregunta misma, no a la prohibición del racismo. The Times of Israel confirmó el reclamo: la eliminación «surgió de la necesidad de asimilar gradualmente el cambio para permitir a los estudiantes lidiar con la pregunta de la mejor manera posible».

Pero a los estudiantes aún se les está pidiendo que argumenten a favor y en contra, además de explicar por qué encuentran su argumento más convincente que el otro. Aquí hay muchas oportunidades para obtener respuestas racistas, incluso cuando se toma la cuarta parte de la pregunta. La cláusula concerniente a las respuestas racistas pretendía evitar eso.

¿Era esa cláusula extra sobre el racismo solo un ejercicio teórico para evitarlo?

Haaretz cita a un profesor de civismo:

«Muchos estudiantes escriben cosas racistas en el examen de matriculación: los árabes son una quinta columna, no hay problema con expulsar a los árabes de Israel, está permitido discriminar a los árabes en comparación con los judíos y es posible anexar territorio sin otorgar derechos civiles», dijo. Y agregó que los revisores de los exámenes se quejaban de esto por mucho tiempo. «Mientras no exista una indicación a priori de que cualquier respuesta racista será descalificada, esto constituye el estímulo oficial para el racismo».

Weinstock, jefe de la secretaría pedagógica del ministerio, citado por Haaretz como el que realmente ha rescindido esta regla por los argumentos ostensibles de que «tenemos que inculcar el cambio gradualmente», hizo esto sin consultar con su comité asesor, a pesar de que se cita a varios miembros respaldando su decisión. Haaretz cita a los miembros del comité argumentando que, después de todo, la circular original estaba «mal redactada» y que «la preocupación era que, con una instrucción tan radical, los docentes estarían propensos a interpretar un millón de cosas como racismo».

Así que aquí estamos, finalmente se aborda el problema del racismo. Sí, ese es el problema real del que hablamos aquí, todo lo demás es solo auxiliar.

Cuando se eliminan las tonterías de los argumentos, lo que nos queda es un arrepentimiento en nombre del ministerio que ha abierto este nido de serpientes llamado «racismo». El ministerio intentó argumentar que «condena cualquier exhibición de racismo». Tales exhibiciones no tienen cabida en las escuelas, incluso en los exámenes», como señaló Haaretz. Pero esto no se refleja en la realidad. El ministerio de Educación, encabezado por Naftali Bennett (el ponente del «auto-antisemitismo»), ha introducido en los últimos años políticas egocéntricas, mesiánicas y racistas, incluyendo la prohibición de una novela dentro del currículum porque interpreta un romance entre un judío israelí y un palestino, afirmando que «las relaciones íntimas entre judíos y no judíos amenazan la identidad individual».

Eso es apartheid, en caso de que alguien no se haya dado cuenta todavía. Es absolutamente apartheid, ya que literalmente esa palabra significa «separación».

Preguntas como «permitir que diferentes grupos de la población vivan en barrios separados» son tan intrínsecamente discriminadoras que casi nadie lo registra como tal en Israel. Es como si estuvieras preguntando «¿Estás a favor o en contra del apartheid?». Si el alumno contesta «sí, estoy a favor», no se considera racismo en sí mismo. Esta no es una respuesta correcta o incorrecta. Pero es una cueva de víboras. ¿Qué pasa si un maestro decide tomar nota de que el apartheid es racismo?

Esta es una discusión que tan controvertida en Israel que apenas saben qué hacer con ella.

Haaretz cita a una maestra diciendo que:

Aparentemente [el] ministerio «temía definir qué es el racismo, tal vez porque serían descalificadas demasiadas respuestas». En lo cívico «todo es terriblemente sensible», pero la «intención de Bennett» es bloquear casi cualquier posibilidad de un discusión compleja de la realidad «, acusó.

Uno de los partidarios de levantar la prohibición fue Yossi Londin de Orot Israel, una escuela de educación religiosa. Fue designado por el comité asesor de civismo de Bennett y está afiliado a Habayit Hayehudi, el partido del hogar judío. Dijo que «la redacción excedió el mandato del examen de matriculación de educación cívica y era susceptible de causar más daño». Sin embargo, agregó que no se aceptaría ninguna respuesta si «contradice los valores y leyes del Estado».

¿Qué valores y leyes? ¿Los valores y las leyes racistas? Londin en realidad, y sin darse cuenta, está diciendo que el racismo está bien, porque no contradice los «valores y leyes del Estado». Simplemente no se da cuenta.

Estado racista, valores racistas, leyes racistas y educación abiertamente racista. Eso es Israel año 2017.

Y si yo estuviera en el instituto y respondiera en un examen de educación cívica, es probable que algún maestro descalificara mi respuesta por «racista» o porque «contradice los valores y las leyes del Estado». Pero no necesitarían una cláusula especial para hacerlo de todos modos.

Traducido del inglés para Rebelión por J.M

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=23320

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Portugal: Resultados da segunda fase dos exames nacionais

Portugal / 09 de agosto de 2017 / Fuente: http://www.portugal.gov.pt

A segunda fase dos exames finais nacionais do ensino secundário decorreu de forma regular nas 682 escolas de Portugal Continental e Regiões Autónomas dos Açores e da Madeira, bem como nas escolas no estrangeiro com currículo português.

Nesta segunda fase dos exames finais nacionais foram realizadas 120 872 provas, um aumento em relação ao número de provas do ano transato, que foi de 112 713 provas. Os exames finais da segunda fase foram classificados por 4081 professores.

As disciplinas que registaram um maior número de provas foram Matemática A (639), com 23 576 provas, seguida pelas disciplinas de Física e Química A (715), com 23 341 provas, Biologia e Geologia (702), com 22 783 provas, Português (639), com 22 036 provas.

Relativamente ao ano anterior, verifica-se um aumento significativo do número de provas realizadas na segunda fase a Física e Química A (715), de 4398 provas, o que se encontra em linha com a diminuição da média das classificações deste exame na primeira fase. Assim, 54% dos alunos que realizaram exame nacional de Física e Química A (715) na primeira fase repetiram o exame.

No caso das disciplinas Matemática A (635) e de Biologia e Geologia (702), esta percentagem foi de 48%.

Os exames da segunda fase apresentam resultados em regra inferiores aos observados na primeira fase, o que se explica, em grande medida, pelo facto de se destinarem principalmente aos alunos que não obtiveram aprovação na primeira fase.

Em relação aos resultados obtidos pelos alunos internos verificam-se classificações inferiores a 95 pontos em quatro disciplinas, a saber, Latim A (732), Filosofia (714), Física e Química A (715), História A (623), Geografia A (719).

Os dados relativos às taxas de reprovação dos alunos internos, mostram-nos que uma significativa percentagem dos alunos internos que não tinham conseguido obter aprovação na primeira fase dos exames nacionais conseguiu agora a respetiva aprovação.

Salientam-se as disciplinas de Economia A (712), Biologia e Geologia (702), com 93% de taxa de aprovação de alunos internos, bem como Português (639) e Matemática B (735) com, respetivamente, 88% e 87%.

Fuente noticia: http://www.portugal.gov.pt/pt/ministerios/medu/noticias/20170804-medu-exames-nacionais.aspx

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Portugal: Resultados dos exames nacionais

Portugal / 19 de julio de 2017 / Fuente: http://www.portugal.gov.pt

Os exames finais nacionais do ensino secundário foram realizados em 647 escolas em Portugal Continental e nas Regiões Autónomas dos Açores e da Madeira, bem como nas escolas no estrangeiro com currículo português.

Foram registadas 359 550 inscrições na 1.ª fase dos exames finais nacionais, tendo sido realizadas 332 340 provas, o que corresponde a cerca de 92,4% das inscrições. Relativamente ao ano transato, verifica-se no presente ano escolar um aumento de cerca de 2500 provas realizadas.

Entre as 22 disciplinas sujeitas a exame nacional, a que registou um maior número de provas realizadas foi a de Português (639), com 76 643 provas, logo seguida por Matemática A (635), com 49298 provas, Biologia e Geologia (702), com 47215 provas, e Física e Química A (715), com 43 007 provas.

No processo de classificação das provas estiveram envolvidos cerca de 7092 docentes do ensino secundário, cujo trabalho permitiu o cumprimento dos prazos previstos para a afixação das pautas.

Na totalidade das provas dos exames nacionais do ensino secundário estiveram ainda envolvidos cerca de 10 000 docentes vigilantes e pertencentes aos secretariados de exames das escolas, cujo papel e desempenho foi determinante para a realização desta 1.ª fase.

É de registar o facto de as médias das classificações dos vários exames relativas aos alunos internos serem todas superiores a 95 pontos.
Tendo em consideração as disciplinas com um número de alunos internos superior a 2500, aquelas em que é possível estabelecer comparações estatisticamente mais significativas, destaca-se:

  • A subida da classificação média, em 11 pontos, na disciplina de Economia A (712).
  • A diminuição da classificação média nas disciplinas de MACS (835), em 13 pontos, e de Física e Química A (715), em 12 pontos.

Com exceção da disciplina de Inglês (550), disciplina com maioria de alunos autopropostos, verifica-se, à semelhança dos anos anteriores, que os alunos internos obtêm classificações mais elevadas do que as alcançadas pelos alunos autopropostos.

Algumas das diferenças mais significativas observam-se, como é usual, nas disciplinas de Matemática A (635), Matemática B (735) e Geometria Descritiva A (708).

É de salientar ainda o facto de na disciplina de Economia A (712) a taxa de reprovação dos alunos internos ter descido três pontos percentuais.

Nas disciplinas de Matemática A (635), História A (623) e Geometria Descritiva A (708) a taxa de reprovação dos alunos internos desceu dois pontos percentuais. No sentido contrário, verifica-se um aumento da taxa de reprovação à disciplina de Física e Química A (715), de três pontos percentuais, e à disciplina de MACS (835), de dois pontos percentuais.

Fuente noticia: http://www.portugal.gov.pt/pt/ministerios/medu/noticias/20170713-medu-exames-nacionais.aspx

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Portugal: Atividades escolares nas zonas afetadas pelo incêndio de Pedrógão Grande

Portugal / 28 de junio de 2017 / Fuente: http://www.portugal.gov.pt/

«As atividades letivas estão a ser retomadas em Figueiró dos Vinhos, Pampilhosa da Serra e Pedrógão Grande», refere o Ministério da Educação, em comunicado, acrescentando que, a partir de dia 26 de junho, «também em Castanheira de Pera e Góis as atividades serão restabelecidas».

O mesmo documento reitera que «está assegurado que os alunos das comunidades educativas afetadas terão oportunidade de realizar os exames e provas em datas alternativas, estando acautelado que não serão prejudicados».

«O Ministério da Educação saúda a ação, colaboração e proatividade das escolas pela ajuda que têm dado neste momento de pesar, em especial a todos quantos fazem parte das comunidades educativas das regiões mais afetadas pelos incêndios», conclui.

Fuente noticia: http://www.portugal.gov.pt/pt/ministerios/medu/noticias/20170622-medu-incendios.aspx

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