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Jornadas Ecofeministas Antiextractivistas por el Buen Vivir: Pronunciamiento final de los Pueblos Originarios

PRONUNCIAMIENTO FINAL DE LAS JORNADAS ECOFEMINISTAS ANTIEXTRACTIVISTAS POR EL BUEN VIVIR
(con las correcciones y anexos sugeridos)

 Invitamos a suscribir el documento y ha mantener la comunicaciòn.

 Quienes aùn no hayan enviado o corroborado su firma las invitamos a que lo hagan al correo: mujeresyla6a@gmail.com

 Abrazos solorarios con mucho cariño a todas!

Jin Jiyan Azadi! ¡Mujer Vida Libertad!
Black Lives Matter!
¡Por una Palestina libre!

Aquí está la lucecita que nos dieron las zapatistas.

Somos mujeres que luchan que, escuchándonos en las Jornadas Ecofeministas Antiextractivistas por el Buen Vivir:

Denunciamos el asesinato de Bety Cariño, defensora del derecho de autodeterminación de los pueblos y de la tierra.
Denunciamos el asesinato de Berta Cáceres, defensora de las aguas y la Madre Tierra.
Denunciamos el asesinato de Nicole Saavedra y Marielle Franco, crímenes lesbofóbicos y contra mujeres que luchan.
Denunciamos el asesinato de Macarena Valdés en su defensa del río Tranguil contra la instalación de una hidroeléctrica.
Denunciamos el asesinato de lideresas y lideres sociales en Colombia en defensa del territorio, la vida y la paz, así como la desaparición de líderes garífunas en Honduras.
Denunciamos el asesinato de Zehra Berkel, Hebûn Mele Xelîl y Amina Waysî así como los reiterados ataques del Estado turco en contra del pueblo kurdo.
Denunciamos los feminicidios, como los que están teniendo lugar en Guanajuato y en el resto de nuestros territorios.
Reconocemos las luchas de las madres, padres y familiares de los y las desaparecidos, como los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Denunciamos el Proyecto Integral Morelos, el Tren Maya, el Corredor Transístmico, como megaproyectos de muerte y destrucción.
Denunciamos los tratados de libre comercio, en especial el TMEC y TPP11.
Denunciamos la guerra internacional mundial y la guerra de los Estados contra las mujeres.
Denunciamos el Golpe de Estado en Bolivia.
Denunciamos el complejo industrial carcelario y la situación de las compañeras y compañeros presxs políticos, como los compañeros mapuche en Wallmapu, en especial la de el Machi Celestino Córdova o lo vivido por Lorenza Cayuhan hace tres años quien tuvo que parir engrillada en prisión; las presas políticas en Bolivia, en México, en Kurdistán y en el resto de territorios que habitamos.
Denunciamos que más de 400 mujeres están presas en México por aborto, sumando miles en el mundo entero.
Exigimos educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir ni ser criminalizadas.
Denunciamos a aquella academia cómplice que reproduce y justifica los discursos hegemónicos del capital y el patriarcado.
Somos mujeres que luchan, ecofeministas, anticapitalistas, anticoloniales, antipatricales, escuchando lo que quieran decirnos las mujeres de pueblos originarios, las que saben cultivar la tierra y tienen los conocimientos de nuestra ecodependencia, de nuestras ancestras y de las mujeres de juicio. Desde las mujeres que somos y las
disidencias que habitamos, reinvindicamos la autonomía de nuestros cuerpos-territorios.
Somos un pluriverso de disidencias sexuales, de capacidades, de cuerpos y sentires conscientes de la relación entre lesbofobia y misoginia hacia las mujeres. Reivindicamos la lesbiandad como rebeldía de las mujeres y posicionamiento político ante el
heteropatriarcado.
Nos unen el zapatismo y el reconocimiento de los pueblos originarios. Es un abrazo al corazón estar todas juntas.

Empezamos desde abajo, desde nuestros territorios. Nos acuerpamos para recuperar el territorio, no desde el capital o los nacionalismos, sino desde los seres vivos que somos, el agua y la tierra, poniendo en el centro la vida. Reconstituimos, sanamos y cuidamos nuestras relaciones, así como la forma de intercambio y compartición de los frutos de la Madre Tierra. Las ollas populares son parte de esto.

Nuestro cuerpo es nuestro primer territorio de defensa. Luchamos por la legalización del aborto, que también es un tema ecológico. Denunciamos la criminalización del aborto desde el ecofeminismo, el aborto es parte de nuestra soberanía sanitaria. Es nuestro derecho la autonomía de nuestros cuerpos, también para decidir las hijas e hijos que queremos tener. Sabemos que la lógica patriarcal odia a las guaguas así como odia a las mujeres, este es en un mundo adultocéntrico patriarcal.
Pensamos maternidades distintas y disidentes así como pedagogías ecofeministas.

Ponemos en el centro nuestra alimentación. Apostamos por una alimentación por el bien común, en dirección hacia una economía que nos convenga a todas. El consumo consciente, la autogestión. Seguiremos la discusión sobre la seguridad, la soberanía y la autonomía alimentaria.
Queremos cuidar la producción de lo que llega a nuestras mesas. Pensamos en la recuperación de semillas para avanzar hacia la soberanía alimentaria. Estamos convencidas que la agroecología es la forma de lograrlo. Vemos la separación entre la tierra y las personas, sabemos que acercándoles las semillas, podemos evidenciar el capitalismo y el patriarcado, y desmontarlo. La semilla como reproductora de la vida nos muestra al capitalismo y al patriarcado como reproductora de la muerte.
Hemos puesto el dedo en que sanarnos es sanar la tierra.

Las ciudades son los lugares donde mayor contaminación de agua existe.
Por ello cuestionamos la ingeniería de las ciudades, la distribución y cuidado del agua, las formas de transporte. Debemos replantearnos las grandes ciudades pues representan la comodidad frente a la devastación
de la Pachamama.

Apostamos por la simplicidad voluntaria, una vida sencilla, contrarrestando la lógica del desarrollo. Estamos separando y queremos separar entre las necesidades reales y las necesidades creadas. Sabemos que si reducimos el consumo y tenemos una vida simple, poco a poco podemos agrietar al capital. Proponemos continuar este boicot, que va a tomar tiempo pero ya está iniciado.

Reflexionamos y seguiremos reflexionando sobre el consumo animal que tenemos que disminuir, esto mismo genera salud. Si cambiamos acabaremos con la deforestación de los bosques, porque todo está relacionado. Esta forma de producción y consumo está poniendo en riesgo a la especie humana y a todos los seres vivos.

Denunciamos la peligrosidad del capitalismo verde, falsas soluciones del mal llamado desarrollo y sus megaproyectos. Ejemplos de ello son el Proyecto Integral Morelos, el Tren Maya, el Corredor Transistmico, los
megaproyectos en la península de Yucatán y las eólicas en Chiloé; así como otros de carreteras, de fracking, de minería, y de proyectos hídricos que están devastando los territorios. El extractivismo genera despojo y desplazamientos forzados, afectando especialmente a las mujeres.

Denunciamos que en Argentina el 60% del territorio cultivado produce soja transgénica para alimentar cerdos en China, externalizando los costos de los criaderos de gran magnitud y la dieta chatarra del capital transnacional. Sabemos que dicho país quiere sacarse de encima el riesgo ambiental y bacteriológico de la producción hacinada de cerdos, y llevar esas megagranjas directamente al Cono Sur. Vemos que Argentina es un laboratorio del modelo de producción de soja transgénica, para luego exportarlo a todo los sures globales.

Asimismo, las temporeras en Chile, muchas de ellas migrantes, están expuestas a los agroquímicos y agrotóxicos utilizados y derivados del cultivo de transgénicos. Los abusos del capital y el patriarcado se articulan cuando las trabajadoras agrícolas son abusadas sexualmente por parte de sus patrones, como se ha denunciado en territorio español.
Sabemos que en tanto esto continúe, cualquier política gubernamental que aluda a la soberanía alimentaria es una mentira. Vemos que se sostienen sobre las cuatro ruedas del capitalismo: explotación, despojo, desprecio y represión.

Nos posicionamos en contra de la precarización de la vida y el extractivismo laboral, tal y como vemos en las maquilas. Reconocemos la resistencia de las mujeres de San Quintín y de Tamaulipas, quienes se organizaron y confrontaron a sus patrones, visibilizando el uso de químicos dañinos, la contaminación de las aguas y su relación con los casos de cáncer y abortos espontáneos. Denunciamos la detención política de Susana Prieto, abogada de obreras y obreros del Movimiento 20/32 de Matamoros, a quien después de 23 días en cautiverio se le prohibió
residir en Tamaulipas.

Estamos en contra de los Tratados de Libre Comercio, en especial el TMEC y TPP11, que fortalecen el extractivismo en los territorios. Denunciamos los financiamientos para el falso desarrollo, como los préstamos del FMI y del BID y las políticas del BM y la OMC. No queremos que estas instituciones hablen en nuestro nombre, como lo hizo hace dos años la Organización Mundial del Comercio en la Declaración de Buenos Aires sobre Comercio y Empoderamiento Económico de las Mujeres, y que se denunció en la Asamblea Feminista de la Cumbre de los Pueblos. El financiamiento genera condiciones y deudas ilegítimas; queremos consultas y auditorías ciudanas al respecto.

Denunciamos la contrainsurgencia, la militarización internacional y la guerra contra las mujeres. Los Estados nación con su cientificismo estánjustificando estas guerras. Frente a ello, estamos desarrollando el complejo proyecto de la autodeterminación local de los pueblos.
Reconocemos las autodefensas de las mujeres y las comunidades. Sabemos que en cada región del Kurdistán se llevan a cabo ataques directos en contra de la población kurda: en Bakur, Turquía, compañeras del movimiento de mujeres son arrestadas, encarceladas y torturadas; en Bashur, Iraq, Turquía bombardeó el 15 de junio campos de refugiadas, hospitales, pueblos y zonas liberadas por el movimiento kurdo; en Rojhilat, Irán, se aplica la pena de muerte a presas y presos políticos kurdos y se les mantiene en condiciones inhumanas; en Helincê, Siria, fueron asesinadas el 23 de junio Zehra Berkel, Hebûn Mele Xelîl y Amina Waysî; y en Rojava reconocemos y aprendemos su ejemplo de resistencia.

Estamos en contra del último plan de anexión israelí a los territorios palestinos, que se suma a décadas de ocupación, expolio, desplazamientos forzados, agresiones y violaciones de derechos. Consideramos que ningún
acuerdo colonial, como el del Mandato británico en Palestina, sustituye a la autodeterminación de los pueblos. La memoria de la Nakba sigue viva a pesar de las décadas y la libertad del pueblo palestino es un derecho irrenunciable.

Somos conscientes de la complicidad de algunos feminismos liberales, de la cooptación de la cooperación internacional y estamos dispuestas a disputar los feminismos y los ecofeminismos como nuestro espacio de lucha.

No callaremos ante los progresismos que promueven al extractivismo y al patriarcado. Queremos compartir más los saberes que tenemos, los ancestrales, los nuestros y los de la academia y la ciencia digna.
Compartir los saberes sin que sean aprovechados por el poder, denunciar a las izquierdas complacientes, como hicieron las bolivianas que no aceptaron el golpe de Estado en Bolivia. Así como hacer una crítica de las academias.

Sabemos que lo escrito aquí es sólo indicativo y no exhaustivo de la realidad que habitamos.

Estamos construyendo y queremos construir redes para fortalecer los procesos de resistencia civil, desde lo local, lo regional hasta lo global. Podemos construir muchas herramientas juntas, desde nuestras experiencias y nuestros territorios; reforzar los procesos en los que podemos ser asertivas y hacer temblar al sistema capitalista, etnocéntrico, heternormado, patriarcal. Romper fronteras, romper la lógica de entregar al Estado nuestros sueños.

Hacemos un arte revolucionario, como forma de resistencia. Vamos a seguir imaginando y construyendo sueños con nuestras manos.

Queremos que estas palabras no sean sólo un discurso sino una acción cotidiana.
Queremos hacer unas segundas Jornadas Ecofeministas Antiextractivistas por el Buen Vivir.
Queremos reflexionar las grandes ciudades como proyecto de vida, repensar nuestro consumo y las formas de concebir la tierra.
Queremos buscar la complementariedad entre feminismos, tener un diálogo sororo en el que compartir estas miradas distintas.
Queremos pensar en los otros mundos posibles; queremos un mundo donde quepan muchos mundos.

¡Jin Jiyan Azadi! ¡Mujer Vida Libertad!
Black Lives Matter
¡Por una Palestina libre!

Aquí está la lucecita que nos dieron las zapatistas.
¡Vivan los pueblos originarios!

enviado por jornadasecofeministas@riseup.net

enlace relacionado:
https://mujeresylasextaorg.com/2020/06/22/jornadas-ecofeministas-antiextractivistas-por-el-buen-vivir-4-y-5-de-julio/

Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2020/08/04/jornadas-ecofeministas-antiextractivistas-por-el-buen-vivir-pronunciamiento-final/

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Feministas piden retirar la guía de educación sexual en institutos valencianos por “defender la pornografía”

Por: La Vanguardia/RAQUEL ANDRÉS DURÀ

El colectivo feminista el Front Abolicionista del País Valencià ha pedido la retirada de la guía de educación sexual ‘Els nostres cossos, els nostres drets’ de los institutos valencianos porque consideran que es “neoliberal y patriarcal” porque “defiende la pornografía, la prostitución como trabajo sexual, los vientres de alquiler, la donación de óvulos, o la asistencia sexual para personas con diversidad funcional”.

Así lo han explicado en rueda de prensa las activistas Laura Gómez y Puri Lietor. Han recordado que han enviado una carta pidiendo la retirada del documento vigente desde 2018 al conseller de Educación, Vicent Marzà.

En ella sostienen que 21 mujeres integrantes y colaboradoras del Front han estudiado, analizado y debatido el contenido de la guía y han “llegado a la conclusión de que no es un material adecuado” y que lo consideran “pernicioso para la comunidad educativa”.

La respuesta de la Conselleria: “Es una acusación muy seria”

Aunque las activistas han asegurado no haber recibido respuesta de la Conselleria, esta ha asegurado a este diario que se han reunido con el Front Abolicionista y “ha dado respuesta a sus peticiones”.

En ella, ha propuesto al colectivo que, si lo desean, pueden elaborar otra guía abordando perspectivas complementarias y que estudiarán “la conveniencia de difundirla entre la comunidad educativa”.

En cualquier caso, han subrayado que los materiales se han encargado “a personas expertas” y que “no se vulneran valores relacionados con los derechos humanos”. Revelan que la guía fue supervisada por un Consejo de Revisión de Contenidos compuesto por 19 personas expertas (13 mujeres y 6 hombres).

“Los materiales didácticos son para que se trabajen y sirvan de debate y reflexión, por eso hay total libertad para opinar sobre los diferentes aspectos que se plasman en estos. Prohibir o censurar en este sentido materiales didácticos con los que se puede estar de acuerdo o no, no es tarea de la Administración”, prosigue la Conselleria en un comunicado.

Asimismo, sostienen que decir que la guía se pronuncia a favor de la pornografía “es una acusación muy seria que no se corresponde con la realidad”.

Desde el Front lamentan que la guía no explica la prostitución ni analiza sus causas

El Front Abolicionista se queja de que en la guía hay una “ausencia de la coeducación en las bases teóricas”, “no ha habido una colaboración participativa de la comunidad educativa ni de personas expertas en sexualidad humana”, “apuesta por la diversidad y no por la igualdad entre mujeres y hombres”, tiene un “tratamiento confuso del sistema sexo-género” y “carece de una base científicamente rigurosa”.

También denuncian que el documento “se pronuncia a favor de la pornografía sin considerarla como la escuela de violencia sexual hacia las mujeres”, “carece de referencias sobre la prostitución como violencia sexual hacia las mujeres, posicionándose a favor de considerarla ‘trabajo’”, tiene una “postura favorable a la explotación reproductiva comercial del cuerpo de las mujeres, es decir, de los llamados ‘vientres de alquiler’”, “fomenta la hormonación temprana y modificaciones corporales a menores sanos” (en relación a la transexualidad).

Las activistas del Front Abolicionista del País Valencià, Laura Gómez y Puri Lietor

Las activistas del Front Abolicionista del País Valencià, Laura Gómez y Puri Lietor (Raquel Andrés Durà)

Lamentan que “en la guía no hay ninguna actividad en la que se analicen las causas de la existencia de la prostitución y sus graves consecuencias en las mujeres prostituidas, en el conjunto de mujeres y en la sociedad. Ni siquiera hay una actividad en la que se explique en qué consiste la prostitución”. En este sentido, critican que “no hay referencia alguna al proxenetismo, ni a la vulnerabilidad extrema de las mujeres”.

Por todo ello, consideran que la guía “se suma a las políticas y cambios en legislaciones pretendidos cuya consecuencia última es el borrado de las mujeres, de las normativas y espacios sociales, políticos y jurídicos que hasta hoy el feminismo ha logrado para garantizar los derechos para las mujeres”.

Muchos de los aspectos mencionados son objeto de fuerte debate dentro del movimiento feminista, que tiene distintas visiones sobre la prostitución o la identidad de género.

Las autoras lamentan la crítica “violenta” y las “acusaciones gravísimas”

La Vanguardia ha accedido a la contestación de los autores de la guía, Rosa Sanchis, Charo Altable Agustín Zaragozá. En ella, defienden que la guía “nació con el espíritu de conectar con la juventud para luchar contra el machismo pero también con las discriminaciones que provoca la diversidad” que encuentran en el aula y que, para ellos, “no es ninguna incompatibilidad”.

Aseguran que querían que la guía fuera una página web abierta a modificaciones y a sugerencias y “no un PDF cerrado”, pero problemas de presupuesto no lo permitieron. Aún así, recalcan que “no es una guía-catecismo” y que está abierta a ser “revisada, cambiada y actualizada”.

Argumentan que el Front ha hecho una interpretación de la guía “de brocha gorda” y que “no se ha leído con rigor, se han malinterpretado muchos conceptos y se hacen acusaciones gravísimas”, como que se presentan textos “de personas que promueven la pedofilia o la violación” o “que se posiciona a favor de la pornografía e induce al alumnado a verla y a practicarla”.

En este sentido, desde el Front se les ha criticado que empujen a las jóvenes a hacerse fotos íntimas y a enviarlas, y los autores se defienden argumentando que, lo que buscan, es “deslegitimar el porno vengativo, que no es culpa de quien comparte las imágenes en un entorno íntimo, sino de quien las comparte sin permiso”. Por lo que buscan “desculpabilizar” a las víctimas y “apoderar a los espectadores para que actúen contra la violencia y no sean cómplices”.

Por todo ello, los autores manifiestan su “disconformidad, tristeza y asombro” ante la “manera violenta” que han tenido desde el Front de criticar la guía y han asegurado que están “contra todo tipo de violencia sobre las mujeres y contra todo tipo de mercantilización del cuerpo de las mujeres”.

En el texto muestran su “asombro” ante el hecho de que el colectivo feminista haya expresado sus críticas en público sin antes contactar con las autoras y sugieren que “entre compañeras se critica, se escucha, se pregunta y se proponen cambios o se hacen propuestas”.

Por último, sostienen que la guía es “una brújula para el profesorado”, pero que es él quien debe adaptarlo con un enfoque personal en base a lo que se encuentra en el aula.

“Hay una clara relación entre las ‘ manadas’ y el porno”

Una de las principales críticas del Front es hacia la pornografía, que aseguran que en la guía se contempla tratarla sin entrar en qué hay detrás. En este sentido, Puri Lietor ha valorado que hay “una clara relación entre las “manadas” y el porno”: “Si buscan en Google ‘culo y tetas’, los menores ven un sexo entre adultos y dan por hecho algo que no es. Luego con la primera novia quieren hacer lo que han visto en los vídeos, y las chicas lo aceptan para que no les dejen por otra”.

“Las prostitutas nos dicen que los puteros son cada vez más jóvenes y más violentos. Ahora se contrata a una mujer entre varios para hacer con ella lo que quieran”, ha denunciado.

En este sentido, han aportado algunos datos sobre el portal Pornhub: en 2019 se registraron 42 billones de visitas (8,7 billones más que en 2018). En los vídeos, sostienen que “mientras las mujeres son cosificadas y llevan adelante el disfrute masculino, los dueños de la acción son los hombres.

“Las mujeres permanecen activas, pasivas, complacientes, atadas, abofeteadas, abusadas, por un individuo o por varios. No hay deseo femenino, ni elección femenina ni control femenino”, prosiguen.

El acceso a la pornografía ha disminuido la edad mínima de consumo
El acceso a la pornografía ha disminuido la edad mínima de consumo (Atlas)

Entre los vídeos “con más millones de descargas”, están aquellos que “equiparan deseo y virilidad violenta” con “abusos, violaciones, incesto o pedofilia”. Así, categorías como ‘Por favor para, por favor para’ tienen más de 1.500 vídeos, y ‘Ella dijo no’, otros 1.500. También hay otras categorías de “desmayadas, drogadas, dormidas y borrachas”.

Añaden que algunos títulos como “Prostituta callejera es asaltada en una violación grupal” tiene 6,9 millones de visitas y un 64% de ‘me gusta’. EL vídeo “Joven abusada por su profesor de deporte” acumula 5 millones de visitas y un 60% de ‘me gusta’.

El Front recuerda las declaraciones de la exactriz porno, Vanessa Belmond: “Tienes unos cuantos desgarros anales cuando haces esas escenas, y si tomas un analgésico muy fuerte, es mucho más fácil hacerlo. Te piden que sonrías, consientas y hagas ver que te lo pasas bien”.

El colectivo ha añadido que el libro Nueva pornografía y cambios en las relaciones interprofesionales de Carme Orte y Lluís Bataller, de la Universitat de València, daba datos reveladores.

En la obra se entrevistó a casi 2.500 jóvenes de siete comunidades autónomas de entre 16 y 29 años, en su mayoría heterosexuales, y apuntaba a “un aumento de las ‘manadas’ en el estado español”. Reflejaba que casi un 70% de los jóvenes españoles había visto porno por Internet y que suelen acceder por primera vez a los 8 años, aunque su consumo se generaliza a los 14 años.

*Fuente: https://www.lavanguardia.com/local/valencia/20200804/482678206480/front-abolicionista-pv-retirar-guia-educacion-sexual-institutos-valencianos-defender-pornografia.html

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‘Revolución’ feminista en Afganistán: las nuevas políticas que hacen frente a los talibanes

Cuando hace dos años Zuhra Ahmadzai fue nombrada primera vicegobernadora de Paktia, una de las provincias más conservadoras de Afganistán, solo había unas pocas mujeres en puestos gubernamentales. Ahora se cuentan por centenares y el Gobierno afgano ha decidido extender su participación a todo el país.

El Ejecutivo del presidente afgano, Ashraf Ghani, anunció este mes el nombramiento de mujeres vicegobernadoras en las 34 provincias de Afganistán, tras comprobar los avances logrados por las seis actuales en Herat, Kabul, Daikundi, Bamyan, Nangarhar y Paktia.

«Estas seis mujeres brindaron cambios significativos, ayudaron a resolver problemas de la mujer, promovieron sus derechos e impulsaron el papel de la mujer en la toma de decisiones. Por eso decidimos nombrar vicegobernadoras para las 34 provincias por primera vez en la historia del país», afirma a Efe el portavoz de la Dirección Independiente de Gobernanza Local, Sayed Shah Saqim.

Protección familiar

Un camino que está repleto de obstáculos, como recuerda a Efe Ahmadzai, la vicegobernadora de Paktia, de 67 años, que se enfrenta diariamente a muros culturales y a amenazas, viéndose obligada a contratar a familiares como secretarios, guardas o conductores.

«Cuando eres mujer y trabajas en un lugar tan remoto, tienes que tener a gente de confianza como ayudantes, porque no te puedes fiar en un entorno de tanta desconfianza», asegura la vicegobernadora, que celebra sin embargo que a pesar de todo lo padecido por la mujer en el país, «se han sentado las bases para su progreso«.

Habiba Kakar, vicegobernador de la provincia de Nangarhar habla con mujeres afganas en su oficina en Jalalabad.

Habiba Kakar, vicegobernador de la provincia de Nangarhar habla con mujeres afganas en su oficina en Jalalabad. EFE

Con los nuevos nombramientos, el principal objetivo será eliminar los obstáculos sociales, culturales y administrativos que entorpecen el progreso de las mujeres, combatiendo la violencia doméstica y tratando de mejorar su acceso a la educación o a la sanidad.

Pero la vicegobernadora de Paktia pide al Gobierno cautela, que no se tome a la ligera el perfil de mujer que nombrará en las provincias más conservadoras, donde será importante su experiencia y edad para que se perciba un respeto a la tradición y la cultura.

De lo contrario podrían estar firmando su sentencia a muerte, además de perder los avances alcanzados. «Se trata de puestos realmente sensibles, llenos de responsabilidades y no es para tomárselo a broma. Los nuevos nombramientos(…) no deben jugar con las emociones, con comportamientos innecesarios e irresponsables, como usar ropa o maquillaje inapropiados. Si intentan violar la cultura y la tradición, entonces no saldrán vivas», sentencia.

Tradición y cultura

Latifa Mohsini, de 35 años y vicegobernadora de la provincia central de Bamyan, cree sin embargo que las mujeres tienen la «capacidad y el conocimiento» necesarios para «romper los tabúes» y superar las injusticias que marcan la tradición y la cultura.

«Los nuevos nombramientos de mujeres pueden ayudar a formar una nueva plataforma de cooperación entre mujeres de varias provincias para compartir experiencias hacia el progreso», dice a Efe Mohsini.

La provincia oriental de Nangarhar era considerada hasta no hace mucho el bastión en Afganistán del grupo yihadista Estado Islámico, además de contar con una importante presencia de los talibanes, lo que se traduce en una gran opresión a la mujer.

Por eso, la vicegobernadora de Nangarhar, Habiba Kakar, avisa que, aunque las afganas lograron un progreso significativo, ese progreso se limita principalmente a Kabul y algunas otras ciudades. «Todavía existen problemas en áreas remotas, donde las familias prohíben a sus hijas ir a la escuela por motivos culturales«.

El avance, sin embargo, es innegable si se marca como punto de partida la caída del régimen talibán en 2001 con la invasión estadounidense. El porcentaje de funcionarias aumentó de cero en 2001 a un 28 % en 2019, mientras que el número de niñas en escuelas aumentó de casi cero a 3,5 millones, o el 38 % del total de estudiantes.

Además cientos de mujeres trabajan en puestos de responsabilidad como ministras, viceministras -es significativo el caso de los ministerios de Interior y Defensa- o cabezas de importantes delegaciones como la de la embajada afgana en Washington o la ONU.

«Los últimos 19 años han supuesto un despertar para las mujeres, al contar con una presencia sin precedentes en todos los ámbitos de la vida. (Además) se han aprobado y aplicado varias leyes para el progreso y el empoderamiento de la mujer», celebra en declaraciones a Efe la activista por los derechos de la mujer Laleh Osmani.

Amenaza talibán

Sin embargo, teme que puedan «perder» esos avances si no las tienen en cuenta durante las conversaciones de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes, que aunque sin fecha de inicio, se espera que comiencen en un futuro próximo.

«Las mujeres de hoy no son las mujeres de hace 19 años que permanecía en silencio, ahora son conscientes de sus derechos y no permitirán que sus logros y progresos sean en vano», remarca.

Y es que como recordaba en junio en un informe Human Rights Watch, los talibanes aún aplican con severidad medidas en contra de las mujeres, algo que contradice las declaraciones insurgentes sobre una flexibilización de algunos de sus postulados más rigoristas.

Fuente: https://www.elespanol.com/mujer/actualidad/20200729/revolucion-feminista-afganistan-nuevas-politicas-frente-talibanes/508949632_0.html
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Mujeres: la columna rota

Por: Daniel Seixo

Mujer

Del lat. mulier, -ēris.

1. f. Persona del sexo femenino.

«No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización en conjunto es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino.»

Simone de Beauvoir

«El feminismo es, en la mayor parte del planeta hoy, una teoría de las libertades elementales y mínimas, que no te casen contra tu voluntad, que no te violen, que no te golpeen, que no te den menos de comer, que no te asesinen cuando eres niña.«

Amelia Valcárcel

La mujer casada, la madre que es obrera, suda sangre para cumplir con tres tareas que pesan al mismo tiempo sobre ella: disponer de las horas necesarias para el trabajo, lo mismo que hace su marido, en alguna industria o establecimiento comercial; consagrarse después, lo mejor posible, a los quehaceres domésticos, y, por último, cuidar de sus hijos

Alexandra Kollontai

«Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarse a que te devore desde el interior».

Durante siglos la menstruación ha supuesto incomprensiblemente un tabú que ha situado su vivencia en la superstición, el mito y el estigma social que relega a la mujer a un papel de sumisión frente al hombre, únicamente sostenido por la superchería y el desconocimiento. El desprecio a la realidad y a la cultura propia de más de la mitad de la población, supone todavía a día de hoy un vestigio de irracionalidad demasiado presente para millones de mujeres en todo el mundo. Cerca del 50% de las niñas de La India, desconocen qué es la regla cuando les llega por primera vez.  Un país en el que se cree que las mujeres que tienen la menstruación son impuras y en el que las sanciones sociales que excluyen a estas mujeres de la vida religiosa, laboral e incluso educativa, siguen suponiendo un motivo cierto de discriminación y opresión por parte del arcaico patriarcado.

Tan solo un 12% de las mujeres tienen acceso en el país a compresas y paños higiénicos y millones de ellas carecen de información adecuada sobre la higiene menstrual, pero aún en caso de poder seguir los consejos más básicos en este sentido, el 90% de las mujeres hindúes asegura carecer de un lugar para tirar esos desechos en su centro de trabajo o estudio. Debido a esto, muchas mujeres se ven incapacitadas para poder llevar su menstruación con privacidad y dignidad y de esta forma terminan renunciando a su formación o sus puestos de trabajo. Esto no solo supone un estigma para las mujeres, sino también una traba para una sociedad que sufrirá a largo plazo claras repercusiones negativas en materia de integración y productividad del país.

Resulta sumamente importante conocer las vivencias de las mujeres, pero para ello resulta a todas luces vital conocer y reforzar el sujeto político del feminismo

A causa del estigma asociado a su menstruación, todavía en la actualidad una mujer hindú puede verse excluida de las actividades religiosas, ser señalada y humillada en los centros educativos o directamente ser obligada a apartarse de las reuniones de su propia familia, incluso se le pueden llegar a negar actos tan triviales como cruzar un río o simplemente tocar una jarra de agua por el miedo a que esta resulte contaminada. Por desgracia, todas estas sanciones no suponen la parte más irracional asociada a la regla en un país en el  que 335 millones de mujeres tienen la menstruación cada mes. Muchas de ellas, especialmente en entornos fuertemente precarizados, son a menudo forzadas a adoptar medidas irreversibles para su salud a largo plazo. La dificultad para cuidar de la higiene menstrual, el temor a un embarazo fruto de una violación y las complicaciones que la menstruación provoca en los entornos laborales, hace que muchas mujeres en La India sean sometidas a histerectomías totalmente innecesarias y perjudiciales para sus vidas.

En los últimos años, investigaciones periodísticas han destapado como en el estado occidental de Maharashtra miles de mujeres habían sido sometidas a procedimientos quirúrgicos con la intención de extirparse el útero de cara a lograr ser empleadas como recolectoras de la caña de azúcar. Las infecciones derivadas de las pésimas condiciones sanitarias de las chozas en las que viven sin atención sanitaria cerca de los cultivos y la común negativa de los empresarios de los distritos más ricos en el occidente del estado a contratar a mujeres, alegando que estas se ausentan durante varios días debido a complicaciones relativas a su menstruación, termina llevando a miles de mujeres a tomar esta drástica decisión aconsejadas o directamente presionadas por familiares o doctores sin escrúpulos. En estas condiciones, la regla supone no solo un estigma, sino también una condena para muchas mujeres en todo el país. En tan solo tres años, en el distrito de Beed se produjeron más de 4.605 histerectomías. Muchas de ellas ejercidas contra mujeres de menos de 40 años que desconocían totalmente las posibles complicaciones derivadas de un proceso tan agresivo como innecesario para sus cuerpos.

En 2019 las denuncias por agresión sexual se incrementaron en un 10,5% pese al caso de La Manada, los multitudinarios 8 de marzo o la fuerza política e institucional del feminismo

La  falta de información, la práctica inexistencia de políticas diseñadas para la gestión de la higiene menstrual, la precariedad de las infraestructuras y la irresponsabilidad médica aderezada con la mera superstición que pretende dar solución con agresivas cirugías a problemas ginecológicos menores que en occidente podrían ser tratados con simples medicamentos, ha condenado a millones de mujeres a una vida de dolores persistentes y diversos síntomas con graves consecuencias sobre la salud de mujeres y niñas que en demasiadas ocasiones termina incapacitadas para los duros trabajos físicos que  suponen su única vía de acceso a un salario.

Por desgracia la discriminación y la superstición asociada a la menstruación no supone una actitud social circunscrita de manera exclusiva a la República de la India. Desde el absoluto tabú que supone el tema en Malawi, pasando por la mera superstición que hace que en Tanzania todavía se siga creyendo que una persona que vea sangre menstrual quedará maldita o que en Japón se consideren que la regla puede influir en la preparación de alimentos, la menstruación sigue suponiendo en la actualidad uno de los grandes motivos por los que las mujeres de todo el mundo se ven sometidas a un trato discriminatorio y vejatorio.  También en el supuesto occidente capitalista y desarrollado, la sangre procedente de la matriz que todos los meses evacuan naturalmente las mujeres, sigue suponiendo en muchos casos un motivo de vergüenza y desconocimiento, además de un claro factor de desigualdad social y económica.

No en vano, el mayor precio que comúnmente se aplica a algunos productos femeninos, la conocida como ‘tasa rosa’, puede hacer que estos productos lleguen a ser entre un 50 y un 60% más caros que sus homólogos masculinos. Un sobreprecio que tiene también su efecto sobre los productos de higiene menstrual y que convierte en un lujo lo que sin duda supone una necesidad. Según informes del Instituto de la Mujer, las mujeres españolas pasan unos 36 años de su vida con la regla, unos 13 periodos por año, lo que supone 468 periodos, cuatro días de media por cada uno de ellos, un total 1.872 días. Más de cinco años de la vida de una mujer con la regla, lo que equivale a una media de 7.000 euros dedicados a productos de higiene que en nuestro estado están gravados con un 10%, el mismo IVA que el caviar.

El tabú sobre la menstruación no solo supone un control directo de la experiencia social de la mujer, sino que afecta también a su capacidad reproductiva y a su propio cuerpo. Lejos de suponer meramente arcaicos remanentes culturales sin valor alguno de los que se niegan a desprenderse ciertas sociedades «no tan desarrolladas», el estigma más o menos directo sobre la regla viene a responder simplemente a diferentes etapas o evoluciones de la misma dinámica de opresión patriarcal sobre la mujer. Dinámicas de sumisión que por otra parte son tan diversas entre sí como lo pueden ser el matrimonio infantil o la ablación del clítoris, pero todas ellas comparten un mismo objetivo común: someter bajo el dominio masculino a la mujer.

Las formas de discriminación y opresión sufridas por el simple hecho de ser mujer, varían de forma sádica a lo largo y ancho del planeta

El matrimonio infantil se trata todavía en nuestros días una práctica común en países como Chad, República Centroafricana, Bangladesh, Guinea, India, Somalia o Nigeria. Un problema de amplias dimensiones que además de suponer un flagrante atentado contra los derechos humanos e impedir la libertad física de miles de niñas, suele esconder de forma generalizada el abuso sexual y la explotación de menores. Millones de familias en todo el planeta, pero de forma más focalizada en África Occidental y Central, además de en Asia Meridional, consideran a menudo a las hijas como meras mercancías o cargas que soportar a consecuencia del sexismo generalizado y las tradiciones que lo cimentan. Debido a esta visión mercantilista y patriarcal, cada dos segundos una niña contrae matrimonio en el planeta antes de cumplir los 18 años, cerca de 15 millones de niñas que son forzadas cada año a contraer matrimonio y a ver de ese modo trastocado definitivamente su futuro. A menudo, en aquellas regiones en las que la novia paga una dote a la familia del novio esta suele ser menor cuanto más joven es la futura mujer, por lo que existe un claro incentivo en las familias para casar a sus hijas siendo aún niñas. Mientras que en el caso de que sea el pretendiente varón el que deba pagar una dote, las hijas suelen ser vistas y utilizadas simplemente como mercancías fácilmente intercambiables por dinero en tiempos de necesidad. Los hombres adultos de estas regiones suelen hacer uso de esas tradiciones para garantizarse el acceso a mujeres mucho menores que ellos, en muchas ocasiones directamente niñas. La creencia de que el matrimonio garantiza un futuro a sus hijas o el miedo a sufrir un embarazo no deseado en entornos en los que resulta habitual la violencia sexual, supone a su vez otros de los grandes motivos para que se produzcan matrimonios infantiles. Por desgracia, es esos mismos matrimonios, la violencia sexual, física y emocional, suele resultar habitual por parte de del varón de la pareja.

El matrimonio infantil no solo niega la posibilidad de decidir con quién casarse y en qué momento hacerlo a millones de mujeres, el claro aumento de probabilidades de quedarse embarazadas, la falta de libertad para relacionarse con personas de su misma edad y la reducción de las oportunidades para recibir una educación, condena a gran parte de estas mujeres a una vida recluida al trabajo doméstico y a la explotación física y sexual por parte de quienes dicen ser sus maridos, pero no son otra cosa que sus poseedores. La falta de información o capacidad de decisión sobre su propia salud sexual y reproductiva, hace que aproximadamente 16 millones de niñas de entre 15 y 19 años den a luz cada año, muchas de ellas tendrán su primer embarazo antes de que sus cuerpos maduren, aumentando con ello considerablemente el riesgo de muerte y morbilidad materna y neonatal. En los países en desarrollo el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva resulta prácticamente inexistente, por lo que las complicaciones derivadas del embarazo o el parto suelen situarse entre las principales causas de muerte entre las adolescentes. También las infecciones de transmisión sexual suponen una de las causas de complicaciones médicas entre niñas que carecen de la información acerca de cómo protegerse de las mismas o incluso de cómo reaccionar ante abusos sexuales y relaciones abusivas. El matrimonio infantil supone un claro mecanismo patriarcal en busca de la negación del empoderamiento de la mujer y la imposición del rol de sumisión a través de las futuras generaciones.

Quizás no exista mayor traslación material de la realidad social de esta imposición irracional y sumamente violenta contra el cuerpo de las mujeres que supone el patriarcado que la mutilación genital femenina. Asentada en falsos estereotipos encaminados a imponer una clara y permanente disciplina de raíz falocrática sobre las mujeres y lograr así asentar una estructura discriminatoria para las niñas desde su nacimiento, la ablación genital consiste en un procedimiento en el que los tejidos de los órganos genitales de la mujer son lesionados o directamente eliminados de forma parcial o total, con el único fin de poder llegar a controlar los deseos y las conductas sexuales de las mujeres antes y durante el matrimonio. Sin que ni mucho menos tal arcaica e innecesaria práctica pueda llegar a garantizar esos irracionales objetivos, la extirpación o lesión de sus órganos genitales, por razones no médicas, afecta en la actualidad a más de 200 millones de mujeres en todo el mundo. Este aberrante hábito cultural no solo provoca graves problemas de salud física y mental que incide en las víctimas de forma permanente, sino que además repercute en ellas imposibilitando el normal desarrollo de sus relaciones afectivas o sexuales. La ablación genital femenina convierte a las mujeres mediante la mutilación en seres con serios problemas para poder llegar a experimentar deseo o placer. En la actualidad una de cada 20 niñas sufren alguna forma de mutilación genital femenina según las cifras aportadas por Naciones Unidas, cada año tres millones de niñas menores de 15 años son condenadas en todo el mundo mediante este cruel método a sufrir periodos irregulares, problemas de vejiga, recurrentes infecciones y en muchos casos a verse obligadas a poder dar a luz únicamente a través de una cesárea.

Para la mujer este mundo sigue siendo un lugar peligroso y hostil debido a la estructura patriarcal y a los roles de género claramente diseñados para perpetuar la sumisión de la hembra humana a los designios del machismo más rancio

Pero no solo el placer está regulado por la violencia y la imposición cultural y física del patriarcado, cuando se nace mujer, cuando se es mujer, incluso la vida y la capacidad para reproducirla se encuentra directamente amenazada. A pesar de  que el aborto inseguro se sitúe como una de las principales causas de mortalidad y morbilidad maternas y a que según estudios del Instituto Guttmacher –organización sin ánimo de lucro del campo de la salud reproductiva con sede en Estados Unidos– la tasa de abortos sea de 37 por 1.000 personas en los países en los que el aborto se encuentra totalmente restringido o se permite solo en caso de riesgo para la vida de la mujer y del 34 por 1.000 personas en los países que lo permiten en general –lo que vendría a demostrar que la diferencia entre ambos supuestos es totalmente insignificante pese a aplicación de medidas restrictivas– la legislación sobre el aborto no supone todavía a día de hoy una realidad certera en el mundo y sigue aplicándose en los diferentes estados de forma compleja y diversa. En pleno 2020 países europeos como Andorra, Malta o El Vaticano y otros como Nicaragua, República Dominicana o El Salvador, condenan a las mujeres por abortar incluso en caso de haber sufrido una violación. Siendo en este sentido El Salvador uno de los países más restrictivos del mundo, con penas  que pueden llegar hasta 30 años de cárcel para las mujeres que deciden interrumpir voluntariamente su embarazo.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada año tienen lugar cerca de 22 millones de abortos inseguros y cerca de siete  millones de mujeres son atendidas en centros sanitarios por complicaciones derivadas de una interrupción voluntaria del embarazo considerada médicamente insegura. Lo que termina derivando en que entre el 8 y 15 por ciento de la mortalidad materna se deba a causas que podrían ser fácilmente evitables y están relacionadas directamente con el embarazo o el parto. Las muertes y lesiones causadas por abortos son mucho más comunes en países en vías de desarrollo en los que el acceso al aborto está limitado o prohibido por completo: en los países que de una u otra forma el aborto se encuentra completamente penalizado o se permite únicamente para salvar la vida de la mujer o preservar su salud física, solo 1 de cada 4 abortos tuvo lugar de forma segura, mientras que esta cifra aumenta de forma drástica a 9 de cada diez en el caso de países en los que el aborto es legal en supuestos más amplios.

En los estados en los que el aborto es legal, el riesgo de muerte se reduce prácticamente a cero, evidenciando de forma clara que únicamente garantizando que las mujeres puedan interrumpir su embarazo de formar libre, legal y segura, se podrán evitar en el futuro las muertes relacionadas directamente con el embarazo o el parto. Tal y como demuestran de forma clara los datos estadísticos, penalizar el aborto no impide que este se produzca, solo logra que este sea menos seguro.

El primer país en que las mujeres conquistaron el derecho al aborto bajo cualquier circunstancia fue en la Unión Soviética, en 1920. Como parte de las conquistas de la revolución socialista de 1917, el estado obrero comprendió las reivindicaciones de las mujeres en este sentido y reconoció el derecho de la mujer a no morir por abortos clandestinos, convirtiéndose en una práctica que podía realizarse en cualquier centro de salud público. La revolución socialista marcaba un camino que en 1965 seguiría Cuba como parte de las conquistas de la revolución comandada por Fidel Castro, pero habría que esperar décadas para que otros países de Europa y el mundo lo siguieran. Tan solo 50 años después en plena segunda ola del movimiento feminista, Estados Unidos y otros países de Europa avanzaron en este sentido, aunque todavía a día de hoy el aborto sigue suponiendo un territorio de marcada guerra cultural, política y legal en Estados Unidos, un país en el que sin duda este tema supone un asunto recurrente en las campañas electorales y en el que las mujeres ven a menudo amenazados sus derechos en este sentido por las campañas antiabortistas directamente dirigidas a las mujeres que acuden a las clínicas y por el cierre estos centros abortivos debido a la continua presión institucional de los estados más conservadores.

La causa del dolor, el sufrimiento y la opresión sufrida por millones de mujeres cada año en el mundo, resulta ahora ofensiva o hiriente para quienes no solo parecen renegar de la tradición feminista, sino que también lo hacen del propio sujeto del feminismo

En España, el aborto fue legalizado por primera vez durante la Segunda República Española, si bien debido a la guerra civil y a la posterior dictadura fascista, este derecho se vería pronto revocado. Actualmente, la ley del aborto aprobada en 2010 durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, permite que una mujer pueda abortar en nuestro país hasta las 14 semanas de gestación –22 semanas en determinados casos por enfermedad– independientemente del motivo. La ley impulsada por el Partido Socialista, legalizaba también el aborto para jóvenes de entre 16 y 17 años, pero una modificación del Partido Popular en 2015 hizo obligatorio requerir el consentimiento parental. No olvidemos que fueron precisamente los conservadores los impulsores del proyecto de ley de Gallardón, el cual pretendía cambiar el paradigma del aborto en España para pasar de un supuesto de plazos a uno de supuestos, concretamente dos: las mujeres podrían abortar  si habían sido violadas o si existía un «menoscabo importante y duradero» para su salud física y psíquica o la del feto. Pese a considerarse un avance sólido e irreversible para las mujeres, no debemos de olvidar que en países como Argentina el aborto sigue suponiendo en la actualidad una de las principales luchas para el movimiento feminista en medio de una ola reaccionaria de populismo.

Las formas de discriminación y opresión sufridas por el simple hecho de ser mujer, varían de forma sádica a lo largo y ancho del planeta. Más de cien escuelas destruidas por los talibanes en el distrito de Swat, en el noroeste de Pakistán, como forma de presión para evitar la educación de las niñas, tasas de alfabetización menores al 17% entre niñas de 15 y 24 años en Níger, una mujer muerta cada media hora por dar a luz sin asistencia médica durante el parto en Afganistán, la prohibición del divorcio en Filipinas o el Vaticano o directamente la realidad social para las mujeres de Arabia Saudí, ese socio de la OTAN en el que solo en 2011 se aprobó el voto femenino y hubo que esperar a 2018 para que las mujeres pudiesen conducir. Un reino de la península arábiga en el que aproximadamente el 65% de las mujeres con educación están desempleadas por las restricciones para acceder al mundo laboral, dado que solo pueden trabajar, estudiar, iniciar una relación sentimental o sacarse el pasaporte para viajar si su guardián se lo permite. Un país regido por un régimen teocrático en el que las mujeres deben vestir el manto de abaya, una túnica que cubre todo el cuerpo menos la cara y las manos.

Para la mujer este mundo sigue siendo un lugar peligroso y hostil debido a la estructura patriarcal y a los roles de género claramente diseñados para perpetuar la sumisión de la hembra humana a los designios del machismo más rancio. Según datos proporcionados por Naciones Unidas, cada día son asesinadas un promedio de 137 mujeres alrededor del mundo por su pareja o un miembro de su familia. El 35% de las mujeres del planeta mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental y cerca de un 70% de las mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental. Las mujeres adultas representan más de la mitad de las víctimas de trata de seres humanos detectadas a nivel mundial, unos 15 millones de mujeres de entre 15 y 19 años han sido obligadas a mantener relaciones sexuales forzadas y un estudio realizado en 27 universidades de los Estados Unidos en 2015 reveló que el 23 por ciento de las estudiantes universitarias había sido víctima de agresiones sexuales o conductas sexuales indebidas. A su vez, una de cada diez mujeres de la Unión Europea declara haber sufrido ciberacoso desde la edad de 15 años, lo que incluye haber recibido correos electrónicos o mensajes de texto no deseados, sexualmente explícitos y ofensivos, o bien intentos inapropiados y ofensivos en las redes sociales. El riesgo es mayor para las mujeres jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 29 años. Los resultados de un estudio nacional efectuado en Australia demuestran que casi dos de cada cinco mujeres (39 por ciento) de 15 o más años de edad que han participado en el mercado laboral durante los últimos cinco años han sido víctimas de acoso sexual en el lugar de trabajo en ese período. En un estudio plurinacional realizado en Oriente Medio y África del Norte, entre el 40 y el 60 por ciento de las mujeres declaró haber sufrido acoso sexual en la calle. Mientras que en La India se registran al menos tres ataques con ácido a la semana.

Durante siglos la menstruación ha supuesto incomprensiblemente un tabú que ha situado su vivencia en la superstición, el mito y el estigma social que relega a la mujer a un papel de sumisión frente al hombre

En Rusia una mujer es asesinada cada 38 minutos, mientras que con una tasa de 1,6 por cada 100.000 habitantes, América Latina es la segunda región con más riesgo de mortalidad para las mujeres después de África. En el estado español, desde 2010 han sido asesinadas más de 1000 mujeres a manos del terrorismo machista y durante el pasado año se han denunciado más de 1.000 agresiones y abusos sexuales cada mes.

En 2019 las denuncias por agresión sexual se incrementaron en un 10,5% pese al caso de La Manada, los multitudinarios 8 de marzo o la fuerza política e institucional del feminismo. Pese a todo ello, o quizás precisamente debido a esa demostración de fuerza y hartazgo con la situación de sumisión e indefensión a la que el machismo institucional y social pretende relegar a las mujeres, la reacción patriarcal se muestra cada vez más desproporcionada en el uso de la violencia, pero esto no hace sino señalar claramente que el patriarcado es débil cuanto más fuerte es el feminismo, cuanto más directamente se atacan sus estructuras de reproducción social. Resulta sumamente importante conocer las vivencias de las mujeres, pero para ello resulta a todas luces vital conocer y reforzar el sujeto político del feminismo. No se trata de una tarea baladí o que pueda abandonarse de cara a primar cualquier otro interés que puede encontrarse más o menos relacionado con la batalla por la igualdad y los derechos de las mujeres, pero que sin embargo no recae sobre los hombros del feminismo.

Las obligan a casarse, son estigmatizadas, se les impide decidir sobre su cuerpo y sobre su sexualidad, se les niega el acceso a la educación y los derechos más básicos, las violan y las asesinan por el hecho de ser mujeres. Pero incluso hoy, llegar a afirmar esto, ha pasado de ser una obviedad para cualquier persona comprometida con la lucha feminista a ser considerado por muchos e incluso muchas como una afrenta imperdonable, algo que no debe pronunciarse, en definitiva un nuevo tabú. La causa del dolor, el sufrimiento y la opresión sufrida por millones de compañeras cada año en el mundo, resulta ahora ofensiva o hiriente para quienes no solo parecen renegar de la tradición feminista, sino que también lo hacen del propio sujeto del feminismo. Reniegan en definitiva de la mujer. Hoy el machismo avanza en su agenda de sometimiento envuelto en el falso velo del progresismo y las doctrinas del género, un curioso disfraz tejido con cinismo en la propia opresión patriarcal que sustenta la cárcel de las mujeres.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/mujeres-la-columna-rota/


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Libro Venezuela desde adentro: ocho investigaciones para un debate necesario

Descripción

En los últimos 20 años, desde las coordenadas de las izquierdas, la experiencia venezolana ha estado en el centro del debate político regional, en tanto modelo de transformación, organización popular, redistribución y justicia social, y también como expresión de extractivismo, de las tensiones en los populismos y de rentismo. Actualmente, este modelo, sus prácticas, contradicciones y disputas parecieran estar tocando sus límites como experiencia posible de transformación desde el Estado. Vista a través del prisma de los medios de comunicación masivos internacionales, de la polarización existente en la región y en el mundo, y ante el avance del capitalismo y de las experiencias de derecha, Venezuela se ha erigido como el símbolo de la crisis, de la amenaza “castro-chavista”, del caos de las opciones populares o de izquierda en el poder. En el caso de los medios de comunicación alemanes, se reduce el discurso a un chavismo = socialismo, al que se culpa como modelo fracasado, sin preocuparse por entender las múltiples aristas de la realidad política, económica, social y cultural en Venezuela, y mucho menos entrar en el debate sobre la existencia o no de un modelo socialista venezolano.

Fuente: https://www.ecopoliticavenezuela.org/biblioteca/libros/venezuela-desde-adentro_12/

Descargar: http://ecopoliticavenezuela.org/biblioteca/textos/VENEZUELA-DESDE-ADENTRO_12.pdf

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Revolución en punto cero: Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas

Descripción

Este volumen reúne trece artículos de la feminista Silvia Federici fechados entre 1975 y nuestros días. Incluye algunos de los textos fundamentales de la campaña Salarios para el Trabajo Doméstico así como importantes análisis sobre el impacto de los Programas de Ajuste Estructural en los países del Sur, de los que fue testigo en Nigeria. Recoge también sus recientes propuestas sobre los comunes, al igual que algunas críticas a las posiciones de otros pensadores e instituciones actuales. Todas sus contribuciones reflejan tanto la fuerza de su pasión política como la potencia intelectual de su concepción acerca del capitalismo, en general, y del trabajo reproductivo, en particular. Tres grupos son los protagonistas de este libro: las mujeres, las campesinas y las comuneras. Sobre las primeras recae un trabajo ingente que, por ser imprescindible para la acumulación capitalista, es devaluado y naturalizado como «propio de las mujeres. Las segundas sufren el robo y la contaminación de sus tierras por parte del neoliberalismo (a menudo en forma de guerras) con el objeto de eliminar la agricultura de subsistencia, fuente de autonomía social. El tercer grupo está formado por todos aquellos que generan formas de cooperación no mercantilizadas, relaciones sociales basadas en la solidaridad y la corresponsabilidad. Este análisis de sus prácticas de resistencia resulta central en aspectos todavía poco explorados en la lucha por un horizonte postcapitalista: la crítica práctica al salario en tanto forma de división social, así como el reconocimiento de todos los trabajos no asalariados que sirven de sustento para la vida en común.

Descargar: http://ecopoliticavenezuela.org/biblioteca/textos/Revolucion%20en%20punto%20cero-TdS.pdf

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Libro(PDF): «Heteronomías en las ciencias sociales. Procesos investigativos y violencias simbólicas»

Reseña: CLACSO

Este trabajo no busca cuestionar ni desacreditar la imprescindible actividad académica, ni sus enormes aportaciones sociales, ni dejar de reconocer el trabajo serio, riguroso y socialmente incidente que han realizado y realizan una gran cantidad de científicos sociales. Sabemos y reconocemos que desde las ciencias sociales se imprime mucho esfuerzo, conocimiento y compromiso en aras de resolver problemas económicos, políticos, psicosociales y ecológicos y que esta labor la realizan de manera cotidiana y sistemática colegas que trabajan con una enorme empatía social y respeto a las comunidades, los grupos o los sectores sociales con quienes investigan. Sin embargo, también reconocemos sesgos importantes inscriptos en el propio campo científico donde prevalecen orientaciones vinculadas con enfoques neoliberales de la ciencia, donde más allá de la perspectiva teórica con la que se investiga, predomina la impronta neoliberal monológica, heteronómica y extractivista que incluye violencia simbólica y participa en la reproducción de las relaciones de poder dominantes.

De la Introducción de José Manuel Valenzuela Arce

Autor (a): José Manuel Valenzuela Arce.

Editorial/Edición: CLACSO

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-633-1

Idioma: Español.

Descarga: Heteronomías en las ciencias sociales. Procesos investigativos y violencias simbólicas

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2215&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1406

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