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Libro: Somos tierra, semilla, rebeldía: mujeres, tierra y territorios en América Latina

Somos tierra, semilla, rebeldía: mujeres, tierra y territorios en América Latina

  • Autor: Claudia Korol
  • Coedición de GRAIN, Acción por la Biodiversidad y América Libre.

Resumen: Presentamos el libro Somos tierra, semilla, rebeldía: mujeres, tierra y territorio en América Latina, que realiza un recuento de las luchas de las mujeres en América Latina desde sus comunidades y organizaciones, partiendo del cuestionamiento al capitalismo patriarcal, que agrega a la expropiación de las tierras que sufren el campesinado pobre y los pueblos originarios la división sexual del trabajo por la cual se invisibiliza el trabajo de las mujeres, tanto el trabajo en la casa como en las pequeñas unidades agrícolas.

El acceso a la tierra es uno de los problemas más graves que enfrentan las mujeres rurales en América Latina y en el mundo, y está en la base de muchos otros problemas “invisibles” para la sociedad. Sus consecuencias e impacto abarcan a todas las mujeres y en general, a la humanidad entera y a la naturaleza.

A partir de allí recorre el camino del movimiento de mujeres por el reconocimiento de su trabajo, por la valorización de la agricultura campesina y por la búsqueda de garantizar el acceso de las mujeres campesinas a la tierra y la lucha por una reforma agraria integral, la soberanía alimentaria y la agroecología.

 

Link para descargar : https://www.grain.org/attachments/4092/download

Fuente de la reseña: http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/12/08/somos-tierra-semilla-rebeldia-mujeres-tierra-y-territorios-en-america-latina-por-claudia-korol/

Fuente de la imagen: http://www.resumenlatinoamericano.org/wp-content/uploads/2016/12/Somos20tierra20libro20tapa-300×400.jpg

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Entrevista: «La auténtica revolución del siglo XXI es la pedagogía feminista»

Entrevista a: Mercedes Sáches Vico

La docente Mercedes Sánchez Vico, responsable de un proyecto de Género a través de la Imagen y de dos producciónes audiovisuales ‘Ellas: Mujeres que han hecho historia, pero que no están en la historia’ y ‘Las Educadoras’, participa en Jerez dentro del foro Mujeres en el espacio del Mediteráneo y explica la relevancia de la coeducación.

Mercedes Sánchez Vico fue considerada una loca por llevar a cabo una pedagogía feminista en sus clases de Secundaria. Hoy, desde que creara su proyecto educativo de Igualdad de Género a través de la Imagen y realizara dos producciónes Ellas: Mujeres que han hecho historia, pero que no están en la historia y Las Educadoras, atesora seis galardones y reconocimientos variados por su gran labor coeducativa. Hace apenas dos meses que ha recogido el primer premio Rosa Regás por su contribución a la hora de promover la igualdad de género en el IES Eduardo Janeiro de Fuengirola. La entrevista se produce durante su visita a Jerez como ponente en el Foro de Mujeres en el espacio del Mediterráneo para hablar el proceso pedagógico que lleva a cabo en el instituto malagueño. “Todo el mundo se piensa que soy de Málaga, pero soy jienense”, aclara al inicio de la entrevista.  “Andaluza, mujer, feminista…”, continúa.

Se considera feminista entonces.

Sí, sí, claro.

Es que me llama la atención que en el primer documental que produjo y en el tráiler del segundo, no aparece la palabra feminismo.

Bueno, damos ya por sentado que la mujer, evidentemente y de manera obvia, debe de ser feminista. Y de hecho todas las mujeres que intervienen en el proyecto de Las Educadoras son feministas. Y el primero, Ellas: Mujeres que han hecho historia… lleva ya el mensaje feminista intrínsecamente, es decir, yo no entiendo la educación sin la pedagogía feminista. Yo creo que ahora mismo es lo que está revolucionando la enseñanza y lo que mueve los hilos de absolutamente de todo.

¿Cuánto tiempo lleva en la lucha de visibilizar a la mujer en la educación?

Yo en la docencia llevo cerca de 26 años, pero lo llevo en la sangre desde que era pequeñita. Creo que desde el primer momento en que empecé en la educación, no la concebí si no era transformando y educando en valores. En la lucha por la igualdad de género, aproximadamente de manera muy activista, hace 20 años. Y hace diez que cree el proyecto educativo de Igualdad de Género a través de la Imagen como asignatura.

¿Cuándo se dio cuenta de que la desigualdad entre géneros existe?

Desde pequeña. A mí se me exigía que hiciera las tareas de la casa y a mi hermano no. Y yo me rebelaba contra ello. Tuve unos padres fabulosísimos y además me educaron para que yo tuviera una formación educativa. Sin embargo, no tenían claro que los chicos tenían que participar en la corresponsabilidad de las tareas de la casa. Y yo por el hecho de nacer mujer, sí tenía que hacerlo. Yo me decía, ¿por qué por unos genitales yo sí tengo que hacer unas determinadas cosas que mi hermano no?

Una familia de mente abierta, pero nacida, educada en una sociedad machista.

Exactamente, educados bajo un patriarcado evidente y una educación machista en la que indiscutiblemente sí intentaron siempre que yo estudiara. Es más, mi propia madre siempre me dijo que fuera independiente. Que no

dependiera de nadie, ni económicamente ni nada. Sin embargo había determinadas fronteras que a ellos todavía les costaba mucho atravesar. Mi madre incluso llegó a reconocerme alguna vez que efectivamente yo podía llevar razón, pero que esas cosas no se podían cambiar. Pensó que esas cosas no se podían cambiar. Y es cuando yo dije que sí se podía transformar el mundo. De hecho mi lema es: Coeducar, coeducar y coeducar para transformar el mundo.

¿Y qué es la coeducación?

Es educar en valores en igualdad para que se llegue a una regulación y a una equidad real entre chicos y chicas. Sobre todo en cuanto a lo que es su educación, la visibilización de la mujer, la erradicación de la violencia de género y en cuanto lo que son sus orientaciones sexuales. Es educar para conseguir una igualdad plena entre hombres y mujeres.

El docente entonces, va más allá del contenido de la materia y busca nutrir al alumnado en valores sociales.

Debería. Todos los docentes, den la asignatura que den, transversalmente, siempre deberían educar en género. De hecho la propia ley ya te lo exige, pero todavía creo que estamos a años luz de poder conseguir eso de una manera total y absoluta. Tenemos algunas veces una igualdad legal muy buena, unas leyes que nos dicen que debemos hacer determinadas cosas, pero todavía están muy distantes de lo que es luego una igualdad real.

¿Se ha encontrado con compañeros reticentes y que se han opuesto a lo que usted imparte en sus clases?

¡Hombre! En mis inicios yo y otras personas en mi misma situación éramos las locas de los institutos. No le daban ninguna importancia. Es más, no consideraban ni que fuera fundamental la labor que queríamos ejercer y la revolución, porque esa es la palabra que queríamos llevar al campo de la pedagogía.

¿Cuál era la etiqueta?

Por ejemplo: Ya están las locas estas de nuevo, ya tienen otra idea. En mi caso y en el de otras compañeras, claro que sí. Pero la auténtica revolución del siglo XXI es el feminismo, la pedagogía feminista. Lo que va a hacer que hoy en día, todavía en pleno siglo XXI, haya cosas que transformar. Porque nos están vendiendo lo que es el espejismo de la igualdad, pensar que hemos conseguido la igualdad. Cuando nos dicen: ¿Pero las mujeres todavía por qué os quejáis si ya vivimos en una sociedad igualitaria? Falso. Estamos en pañales. Yo siempre le digo a mi alumnado, que estamos empezando. Queda mucho por hacer. La propia OMS ha dicho que hasta finales del siglo XXI en los países más avanzados del mundo no se llegará realmente a una igualdad real. Y esa revolución que tiene que hacer el feminismo en el siglo XXI todavía, y que lo ha hecho ya en el siglo XX, es la verdad. Ahora mismo es la fuerza y el instrumento más potente que tenemos para conseguir eso. La igualdad se aprende. Nos han educado en desigualdad desde la más tierna infancia, desde que nacemos ya nos ponen el rosa y el azul. Pues igual que nos enseñan en desigualdad, tenemos que enseñar en igualdad. Y si conseguimos llevar eso hasta sus últimas consecuencias, pues conseguiremos cerrar los juzgados de guardia de violencia de género. Educando en igualdad, ganamos hombres y mujeres, porque el patriarcado y el machismo hacen mucho daño también a los hombres.

¿Es el sistema educativo la herramienta que perpetúa esos roles de género?

Creo que desde que nacemos, la forma en que sociabilizamos es lo que ya nos genera los estereotipos o esos roles de género. Cuando el niño o la niña llegan a la escuela ya llegan con esos roles. Esa sociabilización está en la cultura.

Pero usted trata únicamente la igualdad en el instituto, ¿qué pasa con el colegio, qué pasa en infantil?

Se debería de hacer desde la más tierna infancia. Desde el segundo cero. Debería ser una serie de valores que se transmitiera en el aula nada más entrar el niño y la niña en el sistema educativo. Algo crucial, porque cuando llegan al instituto el trabajo todavía es mucho más duro.

Hay que deconstruir.

Tienes que deconstruir absolutamente todo. Es aprender a desaprender. Lo que nos han dicho que es el amor realmente no es amor, lo que nos han dicho lo que en realidad es una relación de pareja, no lo es… Es muy duro porque la coeducación tiene que salir de debajo de la piel, de dentro. Y claro, tienes que romper con muchos miedos. La coeducación abre puertas y nos ayuda a construirnos también como seres humanos. Y también a ser mejores personas. Por eso es tan completo y extraordinario el campo de la coeducación, aunque todavía no se le esté dando el lugar y la importancia que debería de tener.

¿Cómo reacciona el alumnado ante estos asuntos?

Los chicos, en un principio, a la defensiva; no todos, porque no me gusta generalizar, pero yo creo que es importante dejarlos ya que lo han educado también desde esos roles de género. Sienten que tienen que defenderse. Sin embargo, cuando se relajan, porque empiezan a ver que no se trata de una lucha ni de una batalla que hay que ganar. Los chicos están completamente castrados en el campo emocional. No pueden llorar, no pueden experimentar sus emociones, no pueden mostrar físicamente su afecto como pueden hacer las chichas… Todo eso lo ha traído el patriarcado y el machismo. Cuando empiezan a entender que efectivamente su propia castración emocional viene también de ese patriarcado que les va a impedir una paternidad plena, un mundo de efectividad total y absoluto hacia sus amigos, sus propios hijos, su relación de pareja… Empiezan a darse cuenta de que efectivamente tienen que cambiar de actitud. Es más, muchos de mi alumnado masculino, cuando terminan de estudiar el proyecto, me dicen: Mercedes soy feminista. Y eso es extraordinario.

¿Y cómo reaccionan sus alumnas?

Las chicas en líneas generales mucho menos a la defensiva, pero es verdad que muchas de ellas también, porque ha habido en los últimos años un retroceso, tienen que deconstruirse como mujeres. Nos han contado cuentos desde pequeñitas, de princesas, donde siempre tenemos que ser salvadas por príncipes azules. Nos tenemos que salvar nosotras mismas. Es deconstruir todo ese mundo también infantil en el que nos han educado: princesitas, cocinitas, el cuidado… Nos enseñan a ser cuidadoras, frente al hombre que se le ha negado este rol. Deconstruir la manera en la que le han educado a ella para que la mujer se empodere, sea asertiva, tome sus propias decisiones, sea valiente… Tiene muchas ganas de actuar y de hacer cosas, pero evidentemente tiene que entender que es fundamental la coeducación. Un cambio a la par. Tienen que ir a la par, chicos y chicas, en esa transformación.

Fuente: http://www.lavozdelsur.es/sanchez-vico-la-autentica-revolucion-del-siglo-xxi-es-la-pedagogia-feminista

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Libro: Antología del pensamiento crítico nicaragüense contemporáneo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Antología del pensamiento crítico nicaragüense contemporáneo

Juan Pablo Gómez. Camilo Antillón. [Coordinadores]

Carlos Fonseca Amador. Jaime Wheelock Román. Orlando Núñez Soto. Xabier Gorostiaga. Frances Kinloch. Alejandro Serrano Caldera. Andrés Pérez Baltodano. José Luis Rocha. Sergio Ramírez. Ileana Rodríguez. Erick Blandón. Sofía Montenegro. Victoria González Rivera. Myrna Cunningham. María Teresa Blandón. Manuel Ortega Hegg. Galio Gurdián. Miguel González Pérez. Juliet Hooker. Mario Rizo. [Autores de Capítulo]
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Colección Antologías del Pensamiento Social Latinoamericano y Caribeño.
ISBN 978-987-722-210-4
CLACSO.
Buenos Aires.
Abril de 2017

La presente antología constituye una oportunidad única y hasta el momento inédita en el país de reunir una selección de los principales referentes intelectuales de los últimos cincuenta años.

Organizamos la antología en cinco secciones temáticas. Titulamos la primera “Antiimperialismo, dictadura, revolución”, rúbricas que condensan tres procesos significativos del siglo XX nicaragüense. En esta sección incluimos a referentes intelectuales del país que analizaron las lógicas del imperialismo en la historia nacional y señalaron a la dictadura somocista (1936-1979) —la más extensa de este siglo en todo el continente— como uno de sus principales legados.

La segunda sección se titula “Nación, Estado y cultura política”, temáticas clave en las agendas del pensamiento social nacional y continental. Los autores y las autoras de esta sección llaman la atención sobre la constante imposibilidad de la nación, señalando con ello la ausencia de prácticas mínimamente democráticas a lo largo de la historia nacional.

La tercera sección se titula “Cultura y ciudadanías (post)utópicas”. La alusión a la temporalidad (post)utópica nos sitúa en los quiebres del estatuto de las ciudadanías en distintos momentos de la historia reciente del país.

“Movimientos de mujeres y feminismos” es la cuarta sección, y en ella nos concentramos en mostrar las importantes contribuciones que los movimientos de mujeres y distintas posiciones feministas han hecho al pensamiento social del país.

La quinta y última sección, “Problematizando la nación mestiza: pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos”, brinda una muestra de posiciones antagónicas al mestizaje homogeneizador, tanto en su versión liberal-oligarca, que tiende a la eliminación real o epistémica de las diferencias culturales, como en su versión marxista, que constituyó la diferencia como problematicidad.

De la Presentación de Juan Pablo Gómez y Camilo Antillón.

Para descargar el libro, haga clic aquí:

Descargar .pdf

Fuente de la reseña:

http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1222&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1161

 

 

 

 

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Lo que el feminismo ha dado al mundo

Por: Elena Simón

El feminismo sigue siendo muy necesario, un feminismo emancipatorio porque ¿hemos cambiado tanto la forma de educar a las niñas? ¿o solo hmos.

El feminismo ha humanizado al mundo o está en vías de hacerlo. El mundo sin feminismo se torna rudo y violento con las mujeres, misógino y machista oficialmente. Preconiza la superioridad de los varones y su potestad para gobernar y controlar a sus mujeres y a las que no son “suyas” también.

Y así lo vemos en sociedades patriarcales duras y también lo vemos en las sociedades patriarcales blandas, como la nuestra. En nuestro diccionario permanecen aún conceptos como: autoridad marital, patria potestad, débito conyugal, siempre referido al dominio masculino sobre las mujeres.

Sin feminismo las mujeres han de quedar sujetas a normas, principios, valores, prohibiciones y obligaciones indiscutibles, por su condición femenina, por su desigualdad institucional, por su inferioridad de hecho y de derecho. Para evitar que desvíen su interés hacia asuntos distintos al de la sexualidad complaciente, la domesticidad 24 horas y la maternidad como destino. Sin feminismo no hay condición de sujetos y agentes para las mujeres. Sólo sujeción paciente e interiorizada.

Sin feminismo las mujeres no son, no existen, no están. Todas son como la misma, no diversificadas, no electoras de sus pautas de vida y de sus intereses, no gestoras libres de sus talentos, eternas dependientes y menores de edad no emancipadas.

¿Quién quisiera para una hija semejante destino de sujeción?

¿Quién no le desearía una vida como libre e igual?

Sin feminismo sólo existe un pensamiento único: el de la inferioridad natural de las mujeres. Así es que agradezcamos y reconozcamos al feminismo toda su influencia en el cambio de mentalidad y de vida que se ha efectuado en los últimos cien años, al menos.

Pero, aún así, quedan secuelas de misoginia, sexismo y androcentrismo, secuelas de la visión del mundo que muchos muchos varones con influencia han puesto a disposición de la sociedad, acallando e invisibilizando a quienes no tenían un lugar dominante, como hombres, como propietarios del conocimiento, como jueces, como legisladores, como moralistas, como mandatarios. Por eso el feminismo sigue siendo muy necesario como voz crítica y de alerta ante los restos y secuelas de esa enorme y aceptada epidemia planetaria de patriarcado y de machismo.

Sin feminismo, muchas mujeres seguirían secuestradas en la ignorancia, en el encierro, en la desposesión de sus bienes, de sus tiempos y espacios, de sus capacidades, de sus deseos y hasta de sus necesidades. Y, para que esto deje de ocurrir necesitamos mucho más feminismo emancipatorio y no complaciente con la voluntad del amo. Y, necesitamos espacios de voz y voto, de presencia e influencia, de cultura, de representación y comunicación. Para que siga la dificultosa senda que ha hecho mejorar la vida de muchos seres humanos en este mundo.

Sin feminismo hay barbarie de género. Por eso, en vez de hablar tanto de lacra social cuando hay algún feminicidio, en vez de fijarnos tanto en nuestras congéneres de países de patriarcado duro, fijemos nuestro interés y nuestros sentidos en valorar el feminismo y a las feministas como agentes del cambio de creencias y de mentalidad hacia cotas de mayor justicia social, mayor bienestar y más derechos de ciudadanía.

A no ser que la mayoría se adscriba al sistema de dominación masculina y firme todos sus manifiestos. No creo que sea así, pero hay que aprender a correlacionar los nefastos resultados de la violencia contra las mujeres, las jóvenes y las niñas con la actitud contraria al feminismo, como posible perturbador del orden social establecido y como temible por lo que propone de cambio en la vida de los hombres y en la vida de las mujeres.

¿Es que tanto miedo da la idea de Igualdad y de libertad radical en estos tiempos?

Pues hay que conocer también lo que en otros tiempos se llegó a pensar y a proponer desde un pensamiento feminista, como radical y transformador.

Por eso, me gustaría acabar con algún fragmento de la obra La sujeción de la Mujer, publicada en la Inglaterra de 1869, firmada por John Stuart Mill, pero hecha por el pensamiento de su compañera de vida Harriet Taylor y la hija de ésta: Helen Taylor

…“Así, todas las mujeres son educadas desde su niñez en la creencia de que el ideal de su carácter es absolutamente opuesto al del hombre: se les enseña a no tener iniciativa y a no conducirse según su voluntad consciente, sino a someterse y a consentir en la voluntad de los demás. Todos los principios del buen comportamiento les dicen que el deber de la mujer es vivir para los demás; y el sentimentalismo corriente, que su naturaleza así lo requiere: debe negarse completamente a sí misma y no vivir más que para sus afectos”…

Salvando muchas distancias, haré una pregunta inquietante:

¿Hemos cambiado tanto la forma de educar a las niñas? O ¿sólo hemos dejado de usar el discurso de la abnegación, abogando por el de la sumisión encubierta a través del amor, el cuidado y la belleza, como base fundamental de un proyecto de vida “femenino”?

Miremos modelos, productos culturales, mensajes e imágenes dirigidas a las niñas.

Sin feminismo estamos en un círculo vicioso: cambiar los discursos para que sean aceptables y mantener las formas inaceptables, justo lo contrario, que sería una conjunción de discursos, imágenes y prácticas que llevaran al ejercicio no condicionado de la libertad y al acceso sin obstáculos a la Igualdad.

Fuente noticia : http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/24/lo-que-el-feminismo-ha-dado-al-mundo/

Fuente imagen:  https://3.bp.blogspot.com/-fOUwo9yrwxo/VwKXTbKyOaI/AAAAAAAAY5s/m1uc_vub54IOpCwZrJS9ggsobWppziLMQ/s400/Feminismo%2B-%2BS%25C3%25ADmbolo.jpg

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India: Universidad india forma a mujeres en tecnología eléctrica solar

India / 19 de abril de 2017 / Fuente: http://www.telesurtv.net

Una universidad rural reúne a mujeres de todo el mundo para enseñarles tecnología fotovoltáica. Ha graduado a miles que ahora tendrán la oportunidad de ganar su sustento ayudando a sus comunidades.

El Barefoot College (la universidad sin zapatos) se dedica desde 1972 a formar mujeres de todo el mundo con el conocimiento técnico para llevar electricidad y energía solar a sus comunidades. Mediante la enseñanza de la tecnología fotovoltáica intenta brindar oportunidades de desarrollo para mujeres pobres.

Ubicada en Tilonia, un pueblo semidesértico de Rajastán en el norte de la India, esta universidad congrega a mujeres de los lugares más remotos del planeta: África, América del Sur y Oceanía. Desde su fundación ha graduado a casi mil mujeres de 81 países distintos. En el pueblo las conocen como las «mamás solares».

La universidad fue fundada por Bunker Roy, un activista e ingeniero indio de 71 años, inspirado por la filosofía de Gandhi. Roy cree que problemas como el acceso al agua y a la electricidad pueden ser resueltos por los mismos habitantes de las áreas rurales. El Barefoot College busca poner en práctica esta filosofía convirtiendo a las mujeres en expertas en energía solar.

Roy argumenta que “en los pueblos los hombres copan la mayoría de los empleos. Queremos que por una vez se les den a ellas las oportunidades”. Por ello la totalidad de las participantes son mujeres seleccionadas de poblaciones rurales remotas con dificultades para el acceso a las redes eléctricas nacionales. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que 1.100 millones de personas en el mundo no tienen acceso a la electricidad.

El Gobierno de la India es el encargado de financiar el viaje y la estancia de estas mujeres aportando cien mil euros para cada uno de los dos cursos anuales. El resto de los gastos son suministrados por organismos de la ONU y empresas privadas, incluyendo los materiales y paneles que luego las «mamás solares» instalan en sus pueblos.

Las participantes son mujeres como Norti Devi, una mujer india que relata su experiencia en la universidad. Para muchas de estas mujeres los conocimientos técnicos les permitirán adquirir ingresos propios por primera vez en sus vidas.

Beatrice Thiabo, proveniente de Dakar, demuestra su alegría diciendo: “Voy a ser responsable de la instalación de paneles solares en 50 hogares. Esto me proporcionará un papel importante en mi comunidad y algo de dinero”.

La directora del programa Lucie Argeliès explica que “las mujeres regresan a su pueblo con aptitudes que solo ellas tienen. Por eso son una fuente de progreso para todos y no tienen más remedio que escucharlas”.

Fuente noticia: http://www.telesurtv.net/news/Universidad-india-forma-a-mujeres-en-tecnologia-electrica-solar-20170414-0066.html

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Entrevista a Maxine Molyneux: “Con el movimiento de derechos humanos muchas feministas pudieron impulsar cambios”

09 Abril 2017/Fuente: pagina12/Autor:Mariana Carbajal

Molyneux vivió su adolescencia en Argentina y es una estudiosa de los movimientos feministas en América latina. Recuerda el periódico anarquista del siglo XIX La Voz de la Mujer y el papel que jugó Evita.

Piensa que el acceso al aborto es uno de los derechos fundamentales para las mujeres y le sorprende que en la Argentina, donde vivió durante su adolescencia, y siempre volvió, sea todavía una demanda, casi una utopía. Maxine Molyneux se hizo feminista, como muchas mujeres de su generación, por el descontento absoluto que sentía frente al mandato social que pesaba sobre ella. Eran fines de los sesenta. Su padre, un ingeniero aeronáutico que estableció la ruta de la British Airways en el Cono Sur, se oponía a que fuera a la universidad. Por ser mujer. Pero ella, se rebeló. Hoy es una reconocida socióloga feminista, profesora catedrática de la University College London, donde estableció y dirigió hasta hace tres años el Instituto de las Américas. Los movimientos de mujeres en Latinoamérica son uno de sus temas de investigación. Con esa lupa, mira, con entusiasmo, expresiones como las de Ni Una Menos y campañas contra la violencia machista y la misoginia como la “Million Women Rise”, que nació en Londres, o la Marcha de las Putas, que surgió en Canadá, distintas manifestaciones de protesta contra la cultura machista y los ajustes económicos. “Las nuevas generaciones de jóvenes están viendo que lo logros para las mujeres no son tan impresionantes como esperábamos” y “están diciendo basta”, dice Molyneux, en una entrevista con PáginaI12, recién llegada a Buenos Aires.

Tiene una agenda bien cargada. Hoy dará a las 18 la conferencia “Historia, logros y desafíos en el Cono Sur: diálogos feministas entre generaciones”, en el Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofía y Letras, de la UBA. La actividad es libre y gratuita pero requiere inscripción previa a: conferenciamolyneux@gmail.com

América latina, sostiene, se distingue por la importancia y variedad de sus feminismos y por las reformas legales que, después de los años 80, impulsaron una mayor igualdad de género. Sin embargo, todavía hay muchas áreas de política pública donde no se observan avances y algunas donde se han producido retrocesos. Estas últimas –apunta– se han convertido en el foco del activismo de nuevas generaciones de feministas. ¿Cuán diferentes son las luchas, tácticas y desafíos que enfrenta la actual ‘ola’ de activismos feministas frente a las de décadas pasadas? Ese será uno de los ejes de su exposición, en la que además, lanzará un nuevo proyecto de investigación colaborativo sobre los feminismos en Argentina, Uruguay y Chile. Cuenta que le hicieron en Londres entrevistas para la revista The Economist, el diario The Telegraph, y programas de TV, sobre el fenómeno de Ni Una Menos en Argentina y las masivas movilizaciones que se dieron en el país y en la región.

–¿Cómo está viendo esa presencia masiva de mujeres en las calles?

–No sé si se puede hablar de cuarta ola o si de hecho son olas. Hay que pensar cómo periodizar estos distintos momentos. Ese trabajo hay que hacerlo y es una de las preguntas centrales de la investigación que estamos comenzando. Dicho eso, si creo que hay un momento nuevo. Una renovación. En Reino Unido hemos vivido un período de declive del activismo feminista hasta los últimos años, una especie de compromiso de aceptación del presente, la gente aceptaba y no protestaba. Feministas como yo estábamos bastante deprimidas con esa aceptación. Sentir que hubo algunos avances importantes en derechos humanos pero por otro lado, la misoginia empeoró, es más abierta, explícita. Pero ahora ya no se está aceptando. Lo vemos con expresiones como las de Ni Una Menos y campañas contra la violencia machista y la misoginia como la “Million Women Rise”, la Marcha de las Putas, distintas manifestaciones de protesta contra la cultura machista y los ajustes económicos. Y esto sucede porque hay una renovación, nuevas generaciones de jóvenes que están viendo que los logros no son tan impresionantes como esperábamos. Se están presentando nuevos actores en estas luchas. Hay un momento distinto sin dudas. Es difícil explicar por qué surge un movimiento social en determinado momento pero se pueden dar bastantes razones: con las condiciones económicas de los últimos 30 años la gente no ha experimentado progresos, y hay un sentimiento de desencanto con los mecanismos representativos, son muchas cosas que convergen en este escenario. Y las jóvenes están diciendo basta, especialmente con las oportunidades restringidas que tienen en el mercado laboral, la distribución del trabajo doméstico y el cuidado, que sigue siendo tan desigual y recae mayoritariamente sobre las mujeres, por ejemplo, después de la maternidad les cuesta reinsertarse laboralmente en los mismos niveles que estaban antes, hay muchas situaciones de discriminación que todavía persisten, algunas más obvias y otras más sutiles.

–¿En qué medida se diferencian la actual ola de activismos feministas frente a las de décadas pasadas?

–Lo más obvio es el uso del “social media”, el uso de internet y medios sociales, como herramienta novedosa de activismo, que da inmediatez y facilita la comunicación, la capacidad de coordinar acciones, la trans nacionalización de los protestas. Los movimientos ya no dependen de los medios de comunicación hegemónicos para difundir sus propias acciones. Eso es muy distinto. No sabemos si esa herramienta sola alcanza para generar la cohesión, los lazos de solidaridad, que requieren ciertos actores colectivos para consolidarse como movimiento y tener resultados a largo término. Hay algunos que argumentan que ese activismo que se llama “clickismo” lleva a acciones más individuales y fragmentadas. Y que en tiempos anteriores había más cohesión, más lazos de solidaridad. Yo no estoy tan convencida con esa visión. Cuando hay mucho escepticismo y crítica hacia los partidos políticos –no estoy hablando de Argentina en particular, sino en general– hay gente que sostiene que los movimientos deben reemplazar a los partidos políticos. Si los partidos políticos están faltando a su deber de representar se ve que la gente busca otros caminos para influir políticamente. En la historia del feminismo, por su diversidad, se ve que hay distintas maneras de hacer activismo. Yo pienso que hay que luchar en cualquier espacio, pero hay que tener una visión estratégica en función de los resultados que se buscan. Es una pregunta complicada. En realidad, se necesitan tanto movilizaciones en las calle como el trabajo para realizar los cambios que se reclaman.

–¿Cómo analiza el triunfo del Brexit? ¿Qué impacto podría tener sobre las mujeres en particular?

–El Brexit dividió a la población del Reino Unido 48 por ciento contra 52 por ciento. Fue una apuesta arriesgada del Partido Conservador, que no esperaba el resultado y no se había preparado para ello. Los Brexiteers mintieron consistentemente a lo largo de la campaña sobre los efectos positivos de salir de la Unión Europea, mientras jugaban la carta de la inmigración. Estamos siendo sacados del mercado inmediato más grande y pagaremos un alto precio por tener acceso a determinados mercados de exportación, por lo que vamos a estar en peores condiciones que ahora, las consecuencias financieras negativas serán muy serias según calculan autoridades financieras independientes. En estas circunstancias de recesión económica continuada, los recortes a los sectores del gasto público donde se concentran los empleos de las mujeres –la educación, la salud–, auspician un panorama sombrío para la población femenina.

–Las dos mujeres que llegaron al puesto de primer ministro en Gran Bretaña provienen del partido conservador. ¿Hay razones para pensar por qué se consolidaron esos liderazgos femeninos en la derecha y no en espacios políticos más progresistas?

–Esto tristemente puede ser leído como un fracaso del Partido Laborista para hacer más en función de promover a mujeres en posiciones de liderazgo. Todavía es un club de varones y se ha convertido aún más en eso bajo el liderazgo de Corbyn.

–Uno de sus primeros trabajos de investigación fue sobre el anarquismo feminista en Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX. En los archivos del Instituto de Historia Social en Amsterdam, encontró una joya que la deslumbró: la colección de ejemplares del periódico anarquista La Voz de la Mujer.  Dijo que “Descubrir esos archivos fue un momento hermoso”. ¿Por qué le interesaba el tema?

–Por la precocidad de ese periódico La Voz de la Mujer que fue tan radical en 1896 en Argentina. Las editoras hablaban de la sexualidad, de la opresión que vivían por su condición de mujeres, de la necesidad de promover la igualdad entre hombres y mujeres. Me interesó cómo Argentina con su extenso movimiento anarquista, tenía esa corriente feminista adentro. Fue algo raro en el continente en ese momento. Y más similar a lo que estaba pasando en partes de Europa, sobre todo España. Me interesaba la comparación y las condiciones que llevaron a tener ese tipo de influencia en el discurso político argentino de esa época. Ver que la palabra feminista se usaba en esa época. No solo en ese periódico feminista, sino que hubo debates, bastante anti feminista también de algunos hombres anarquistas.

–¿Qué puntos en común encuentra con los feminismos en Chile, Uruguay y Argentina?

–Esa es la investigación que estamos armando. Esas respuestas las podré dar cuando terminemos. Los tres países con sus distintas formas de estado, cultura políticas y formas de organización del feminismo, son un terreno fructífero para hacerse las siguientes preguntas: ¿pueden los feminismos de los tres países periodizarse de la misma manera o no? ¿Cuáles son las diferencias en cómo se relacionan las feministas con el Estado, y con qué resultados? Es notable que en el caso de Argentina un país de medianos ingresos que, sin embargo, no pudo consolidar una institucionalidad de género a largo plazo, y sus logros en términos de igualdad de género son menos significativos que por ejemplo Uruguay. Lo que se puede ver es que los tres países empezaron con movimientos feministas en el siglo XIX. Es interesante ver con qué Estados dialogan, es fascinante ver como feminismos de varios tipos evolucionaron con distintos aliados, con qué efectos y qué tipo de relaciones se dan entre Estados y sociedades. Es muy interesante la Argentina con su periodo de peronismo clásico, hay muy interesantes discusiones sobre el legado de Evita y qué tipo de intervención hizo en relación a los derechos de las mujeres, cuando ella no era feminista, y tenía una idea tradicional y conservadora de la mujer, pero, sin embargo, impulsó algunas de las demandas del feminismo, como el voto femenino, que antes habían promovido las socialistas, y derechos sociales, hizo cosas importantes para la clase trabajadora. Aunque es una figura controversial. Los tres países vivieron la tragedia de las dictaduras militares, y a través del movimiento de derechos humanos muchas feministas pudieron impulsar cambios, con logros importantes.

–La agenda de las últimas décadas del movimiento de mujeres estuvo muy anclada en la Argentina en la problemática de la violencia de género y la demanda por los derechos sexuales y reproductivos, y particularmente la despenalización del aborto. Pero el tema del aborto no se ha logrado discutir todavía en el Congreso. ¿Cómo hay que mirar esa imposibilidad?

–Es uno de los derechos fundamentales la posibilidad de controlar el cuerpo de las mujeres. Porque históricamente no tener ese derecho ha generado que muchas mujeres recurran a abortos inseguros con altas tasas de mortalidad y morbilidad de mujeres por gestación. Por eso es una cuestión de vida o muerte. No es secundario. Quienes se oponen son las fuerzas conservadoras que han ganado fuerza en el debate. Es un proceso internacional que excede a la Argentina. En América latina, sobre todo en América Central, tienen las leyes más restrictivas de acceso al aborto y esa situación es aún más grave teniendo en cuenta la crisis del Zica.

–Frente a las movilizaciones de mujeres que se han dado en la Argentina, hay hombres que se preguntan qué lugar deben ocupar ellos…

–Los hombres deben ser solidarios con las mujeres en todos los espacios. Si quieren marchar, a mí no me molesta. Pero me entristece el poco interés que tienen, en general, sobre las temáticas de género, la historia del feminismo, nuestras luchas.

–¿Por qué todavía es visto el feminismo como lo contrario del machismo, como un extremismo, en lugar de ser entendido como un movimiento que apunta a lograr la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres?

–Hay un prejuicio cultural alimentado por quienes se oponen al feminismo, y se ocupan de denigrarlo. Quizás esto tiene que ver con el proceso de que el feminismo pasa a ser parte del sentido común y de la cultura pública, aparece en la TV, en las revistas, etc. En muchas reuniones surge ese cuestionamiento y yo respondo, cada vez que me lo dicen: si dirían lo mismo en un debate sobre racismo. No me dirían lo mismo. Entonces es un prejuicio hacia las reivindicaciones de las mujeres. Sin embargo, un fenómeno nuevo es que estamos viendo en Inglaterra gente famosa que se declara feminista, incluso, ciertos hombres, y eso es muy interesante. Espero que esto no sea un momento pasajero, sino un signo de un cambio cultural duradero.

Fuente de la entrevista:  https://www.pagina12.com.ar/28109-con-el-movimiento-de-derechos-humanos-muchas-feministas-pudi

Fuente de la imagen: https://images.pagina12.com.ar/styles/focal400x300/public/2017-03/na17fo01_23.jpg?itok=RxicoFd

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Livre: Les fondements éthiques du féminisme

Les fondements éthiques du féminisme
Réflexions à partir du contexte africain

Fifamè Fidèle Houssou Gandonou. [Autor]
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ISBN: 978-2-88931-138-5
Globethics.net
Suiza – Ginebra
Septiembre de 2016

Qu’y a-t-il d’inacceptable aujourd’hui, en Afrique comme ailleurs, dans la condition féminine? Le féminisme bien compris est une réponse à cette question et un effort pratique pour relever le défi d’une injustice criarde, qui maintient la femme dans l’infériorité. L’auteure de cette dissertation présente la clé de compréhension de ce problème social comme une variante du combat contre l’inégalité, où l’éthique déontologique universelle est centrale avec son exigence de dignité pour tous. La première partie du texte évoque la condition féminine en Afrique, la seconde présente l’histoire et l’évolution du féminisme sous différentes formes, enfin la troisième partie, intitulée «Le féminisme, une question éthique et théologique» se concentre sur la déconstruction de l’éthique classique épurée de toute idéologie masculiniste.
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http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana-cm/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1547&pageNum_rs_libros=1&totalRows_rs_libros=1440
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