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Escuelas Normales Vintage

Por: Alberto Sebastián Barragán

Justo como regresar a los discos de acetato, en un movimiento retro, la Secretaría de Educación Pública emitió el Acuerdo número 05/02/18, por el que se expiden las normas para el ingreso, promoción y otorgamiento de estímulos del personal académico en las escuelas normales. Dicho documento suena casi igual al reglamento de 1982.

Hay que recordar varios elementos de coyuntura. En 1978 se promulgó la Ley para la Coordinación de la Educación Superior, y su artículo 14 ya prescribía un Consejo Nacional Consultivo de Educación Normal. Sin embargo, dicha ley no impulsó grandes transformaciones para el sistema normalista. Desde hace cuarenta años las Normales aparecían mencionadas en el sector de educación superior, pero desde que se inscribieron fueron letra muerta. En ese mismo año, la Universidad Pedagógica Nacional hacía su aparición para formar profesionales de la educación y ponía al normalismo en entredicho.

Para 1982 Fernando Solana fue otra vez secretario de educación, ahora en el sexenio de Miguel de la Madrid, e impulsó la revolución educativa de ese gobierno, y publicó el “Reglamento interior de trabajo del personal académico del subsistema de educación normal de la Secretaría de Educación Pública”. Para esos momentos, el sistema universitario se encontraba en expansión, y se procuraba impulsar al sistema normalista, a partir de ejes de la educación superior, y se publicó ese reglamento para el personal académico de las escuelas normales.

Esto representó una buena intención, pero el sistema normalista tenía que transitar del nivel técnico al profesional. Y a partir de 1984, se reformaron los planes de estudio para que los profesores de educación básica egresaran con nivel de licenciatura. Hasta entonces se puede percibir cierta coordinación en las acciones de la política de formación docente. Pero, para esa etapa, el reglamento mantenía estándares que no se correspondían la temporalidad del sistema normalista, como por ejemplo, los requisitos de maestría y doctorado.

La aplicación pública de ese reglamento se convirtió en discrecional, hasta el grado de volverlo prácticamente inoperante. Se convirtió en un archivo histórico, mientras las contrataciones se fueron determinando en función del presupuesto disponible, o de la voluntad de las autoridades en turno, o del tipo de sostenimiento de las escuelas normales. El sistema normalista de formación docente ha estado supeditado a sus reformas curriculares, y no se ha modificado su entidad jurídica, en aspectos de normatividad o autogobierno.

En 1996 se impulsó un Programa para la Transformación y el Fortalecimiento Académicos de las Escuelas Normales (PTFAEN), en 2002 se desarrolló el Programa de Mejoramiento Institucional de las Escuelas Normales Públicas (PROMIN), en 2005 se reestructuró la SEP y se creó la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), y en 2012 apareció otra reforma curricular. Pero entre tantas acciones de fortalecimiento, no se había tocado el papel de los académicos.

Ya para este sexenio peñista, con su respectiva reforma educativa, se prometió desde un inicio un Plan Integral de Diagnóstico y Fortalecimiento de las Escuelas Normales, que tarda mucho en prepararse y salir a la luz. Se avecina otra reforma curricular, pero ahora sí se contempla el reglamento de ingreso y promoción del personal académico de escuelas normales. Pero en términos generales, es el mismo que en 1982.

Tras una somera actualización de categorías y requisitos, se mantienen los profesores de carrera, profesores de asignatura y profesores de apoyo para actividades académicas, clasificados otra vez según las horas de contrato, y se mantienen las categorías de Asociado (A, B y C) y Titular (A, B, y C). Nuevamente se concentra en la Ciudad de México, y se promoverá la aplicación de este reglamento en el interior del país.

Con un discurso de meritocracia, en las nuevas reglas vale más la antigüedad que el perfil profesional. Otra vez se respetan los planteamientos del artículo 123 constitucional. En comparación con los maestros de educación básica, no hay evaluación para la permanencia, como muchos esperaban.

El documento tiene otras inconsistencias. Por personal académico, se refiere al conjunto de profesionales “que imparte educación normal y demás para la formación de maestros de educación básica, realizan actividades de docencia, investigación, tutoría, seguimiento de egresados, actividades de apoyo a la docencia, preservación y difusión de la cultura, así como aquellas personas que llevan a cabo, sistemática y específicamente, actividades de naturaleza técnica”. Por ejemplo, se prescriben las funciones para cada categoría, pero en forma indeterminada. La carga de actividades es directamente proporcional al número de horas, y no de acuerdo al perfil profesional. No se especifica la carga horaria para cada actividad, y no se empalma claramente con el Programa de Desarrollo Profesional Docente (Prodep), el cual implica una descarga laboral.

En el documento no se hace mención de los foros de consulta realizados con profesores de escuelas normales en 2014, en donde se presentaron varias propuestas en materia de evaluación docente para profesores de educación normal, puestos directivos y áreas de investigación. Tampoco se retoman las directrices emitidas por el INEE, para el personal docente de escuelas normales. Lo nuevo es la Comisión Técnica Nacional, como instancia de asesoría, con autoridades educativas federales y estatales, donde se abren dos espacios para la organización sindical; con lo que se comparte nuevamente la rectoría de la educación.

Se tardaron tanto tiempo en publicar este documento, y sólo reeditaron el anterior. No resultará extraño ver el efecto retro de los mismos vicios. No será raro que esa ley ochentera regrese a ser letra muerta. Y por si fuera poco, con esto, la reforma educativa agudiza más el detrimento de la formación docente.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/escuelas-normales-vintage/

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Fabricio Ballarini: Neurociencia y educación, ¿un vínculo posible?

Argentina/24 de Marzo de 2018/

Agencia Agencia CTyS-UNLaM  Entrevista a: Fabricio Ballarini

Las investigaciones de lo que sucede minuto a minuto en el cerebro humano respecto a la memoria, los recuerdos y el olvido, se plasmaron hace 3 años en un libro titulado “REC” escrito por el doctor en Biología y divulgador científico, Fabricio Ballarini. Tiempo después publicó un segundo libro, “Educando al cerebro I”, fruto de las charlas de divulgación que realizó en escuelas con el propósito de crear puentes entre la comunidad científica y educativa. En el marco de la Semana de la Ciencia, y Agencia CTyS-UNLaM lo entrevistó

En esta entrevista, Ballarini analiza los vínculos entre la neurociencia y la educación, reconoce que es un “terreno fértil” para seguir trabajando, pero advierte el riesgo de que termine siendo “un negocio” de unos pocos “para dictar cursos online que no sirven absolutamente para nada”.

También, alerta sobre la difusión en los medios de resultados de laboratorio que son llevados a la clase: “No se puede transpolar los resultados de investigaciones con ratones directamente al aula”.

¿Qué te aportaron tus libros?

Para mí, los libros tienen como una gran bondad que es acercar la ciencia a un público que normalmente no tiene acceso a ese material científico y que, de tenerlo, lo tiene mal comunicado o digerido. Tanto REC como Educando al Cerebro tienen la particularidad de tratar de comunicar ciencia de manera simple y que, esa comunicación, se haga sin intermediarios: desde el investigador al docente. Por eso, manejan un código muy similar: ambos trabajan con la vocación. Es una comunicación entre una persona que ama su trabajo y una persona que quiere mejorar en lo que hace, así que se da fructíferamente.

¿Cómo empezaste con esta investigación?

Yo vengo trabajando sobre esto desde antes del boom de las neurociencias en las escuelas. Veníamos haciendo jornadas y como notamos que los docentes eran super receptivos nos parecía medio injusto usar el instrumento educativo y sólo hacer un paper sin que ellos reciban algo de lo investigado.  Entonces invitamos a otros investigadores que trabajan con educación, pedimos el aula Magna en el Nacional Buenos Aires y empezamos con “Educando al Cerebro”. La charla funcionó tan bien que tuvimos el apoyo del director del CONICET para llevarla al resto del país.

Hoy en día ¿Qué se puede aplicaren el ámbito educativo de todo lo que se divulga en neurociencias?

Por ejemplo, en redes sociales hay muchas cosas que no tienen evidencia y la gente la consume. La comunicación científica en el ámbito educativo es como una manta corta. Por un lado, necesitas contar que existen evidencias científicas para que docentes y estudiantes entiendan que el rol del científico es buenísimo, pero la gente no tiene paciencia. La ciencia avanza muy lentamente y es limitada, entonces lo que se hace mal es contar resultados que no están realizados en escuelas y son llevados directamente al aula.

¿Hay algún lugar en el mundo donde la neurociencia intervengan en la capacitación o formación docente o en el aula misma?

Que yo conozca no, de hecho, en España ahora hay una revolución pedagógica gigante y hablan de las neurociencias, pero su aplicación es muy escasa. Es un terreno fértil para hacer cosas buenas y también para que sea un negocio que le convenga a 5 personas que dicten cursos online sobre cómo funciona la mielina y esto no sirve absolutamente para nada.

¿Qué papel toma el estado en esta relación?

El rol del Estado a nivel educativo no se discute, lo único que se pone en debate a la sociedad son las paritarias o los problemas del aula, pero no hay una discusión sobre cómo educar, qué cambios hay que hacer. Estamos años luz de que el Estado pueda investigar o implementar sobre estas cuestiones.

En el plano económico, por ejemplo, los subsidios que obtuve son para trabajar en roedores. Hay muy poco apoyo a la profundización de estas iniciativas por fuera del laboratorio por másde que tengan éxito comercial y parezca que el futuro de la educación está ahí. Después, en la práctica, esto se frustra.

Y desde tu disciplina, ¿qué evaluaciones hacen sobre las prácticas pedagógicas?

Voy a dar un ejemplo: en la lógica pedagógica tiene sentido que un chico que corta una pizza se dé cuenta fácilmente que se trata de una fracción. ¿Pero eso está probado? ¿Alguien lo midió? La neurociencia y la educación son dos mundos que se chocan. Estaría buenísimo que esos dos mundos vayan en paralelo, acompañándose, para que la ciencia le brinde información útil a los docentes, y a su vez, desarrollar estrategias para que el sistema científico se nutra de nuevas preguntas,ya que no está presente en el aula. Pero, como es tan nuevo, es difícil convencer a las partes de que es posible, que hay resultados y que puede mejorar el sistema educativo.

Fuente: http://www.aptus.com.ar/neurociencia-y-educacion-un-vinculo-posible/

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Los retos de la docencia, frente a la educación inclusiva en el Ecuador

Ecuador / 25 de marzo de 2018 / Autor: Yépez  Mora Mónica Aracely / Fuente: Revista Espirales

Resumen

Los retos de la Educación Inclusiva en el Ecuador afronta y responde a la diversidad de las necesidades de todos los alumnos con mayor  participación en el aprendizaje y basados en una visión común y la convicción de que es responsabilidad del sistema educativo

Actualmente en nuestro país pasa por una fase de transformaciones sociales, políticas y económicas enfrentando esta realidad. La educación es parte de  cambios y esto se manifiesta en su nuevo marco legal.

En la formación docente se han propiciado diversas alternativas acogiéndose a las normativas cambios y modificaciones de contenidos, enfoques, estructuras y estrategias de enseñanza aprendizaje, a pesar de sus limitaciones y  la contribución de todos los actores del ámbito educativo, se enfatiza las competencias estratégicas, en combinación con la innovación y la creatividad en cuanto a las necesidades educativas especiales asociadas o no a la discapacidad que refiere a las adaptaciones temporales o permanentes que les permitan acceder a un servicio de calidad de acuerdo a su condición  para aportar con los jóvenes que debe ser atendidos sin exclusión.

La Educación Inclusiva tiene como propósito permitir que los docentes y estudiantes se sientan cómodos ante la diversidad y la perciban no como un problema, sino como un reto y una oportunidad para enriquecer el entorno de aprendizaje desde una óptica de valoración y respeto.

Palabras clave: Educación inclusiva, integración, formación docente, necesidades educativas especiales, inclusión,  resistencias.

 

Abstract

The challenges the inclusive education faces in Ecuador respond to the diversity of needs of all students with greater participation in learning and based on a commun vision and the conviction that it the responsibility of the education system.   Currently in our country it goes through a phase of social, political and economic transformations facing this reality. Education is part of change and manifests itself in its new legal framework.

In the teacher training, several alternatives have been favored to the norms of changes and modifications of contents, approaches, structures and strategies of teaching learning, in spite of its limitations and the contribution of all the actors of the educational field, it emphasizes the strategic competences , in combination with innovation and creativity to the extent of the special educational needs associated or not with disability that refers to temporary or permanent adaptations that allow to obtain a quality service according to their condition for the young people who must be attended without exclusion. Inclusive Education aims to enable students and students to be comfortable with diversity and perceive it not as a problem but as a challenge and an opportunity to enrich the learning environment from a valuation and respect perspective.

Key words: Inclusive education, integration, teacher training, special educational needs, inclusion, resistance.

Introducción

La Inclusión Educativa es la mejor solución para el sistema educativo que responde a las necesidades de sus estudiantes de todo nivel y modalidades y garantíza el derecho a una educación de calidad, a través del acceso, permanencia, aprendizaje y  su culminación en el sistema educativo, reconociendo a la diversidad, en condiciones de buen trato integral y en ambientes educativos que propicien el buen vivir.

La inclusión precisa la identificación y la eliminación de barreras- Las barreras son aquellas que impiden el ejercicio efectivo de los derechos, en este caso, a una Educación Inclusiva. Genéricamente, las barreras son aquellas creencias y actitudes que los actores en el escenario educativo tienen respecto a la inclusión (las que se reflejan en su perspectiva hacia cómo hacer frente a la diversidad). Estas, se concretan en la cultura, las políticas y se evidencian en las prácticas escolares generando exclusión, marginación o abandono escolar.

Los estudiantes  en mayor riesgo o en condiciones de vulnerabilidad y por tanto es necesario la inclusión poner énfasis en aquellos grupos de alumnos que podrían estar en riesgo de marginalización, exclusión, o fracaso escolar que se adopten medidas para asegurar su presencia, participación, aprendizaje y éxito académico dentro del sistema educativo.

EDUCACIÓN ESPECIAL

La Educación Especial es una modalidad de atención del sistema educativo de tipo transversal e interdisciplinario dirigida a estudiantes con necesidades educativas especiales asociadas la discapacidad no susceptible de inclusión. Plantea el reconocimiento de las diferencias y el respeto de la diversidad, asegura el cumplimiento del principio de equiparación de oportunidades, como un aspecto de enriquecimiento. Se caracteriza por proveer un conjunto de servicios, recursos humanos y técnicos, conocimientos especializados y ayudas, con el propósito de asegurar aprendizajes de calidad a los estudiantes.

Accederán los estudiantes a las instituciones  con necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad, que determine la evaluación del equipo de la Unidad Distrital de Apoyo a la Inclusión (UDAI).

Aulas hospitalarias Desempeñan en el apoyo educativo a los niños, niñas y adolescentes hospitalizados,y garantizan su situación de enfermedad, hospitalización y/o reposo médico prolongado, recibiendo atención educativa en forma colectiva y personalizada integral y de calidad; en el proceso de enseñanza-aprendizaje en el contexto hospitalario y domiciliario. lo cual esta  amparado en la Constitución de la República del Ecuador, Plan del Buen Vivir, Ley Orgánica de Educación Intercultural, Estatuto Orgánico de Gestión Organizacional, Reglamento de la LOEI, Acuerdo No. 0295-13 del 2013, y la Declaración de los Derechos del Niño/a Hospitalizado y en tratamiento en Latinoamérica y el Caribe.

En Latinoamérica la inclusión educativa ha abordado muchos espacios desde los gobiernos, políticas como acciones para implementar practicas educacionales que beneficien a una sociedad, “Educar en la diversidad no se basa -como algunos pretenden- en la adopción de medidas excepcionales para las personas con necesidades educativas específicas, sino en la adopción de un modelo de currículum que facilite el aprendizaje de todos los alumnos/as en su diversidad” (Arnaiz, 2003:184 cita a López Melero, 1995:31).

Según el Informe Mundial sobre la Discapacidad (OMS y BM, 2011): Se estima que más de mil millones de personas viven con algún tipo de discapacidad; o sea, alrededor del 15% de la población mundial (según estimaciones de la población mundial del año 2010).  Ecuador entre una población de 5 a 17 años de edad, existe una deserción  escolar por discapacidad o enfermedad en el 2012 9,92%, para el 2013  12,46% y para 2014 con una tasa 10,74%. ENEMDU – INEC (2012 – 2014). Por tanto, en Ecuador la educación inclusiva se conceptualiza desde un enfoque integrador, holístico, que ofrece la oportunidad de acceso, calidad, equidad, calidez, a los niños, niñas y jóvenes sin distingo de ninguna naturaleza, ni discriminación de ningún tipo, sea racial, económica, cultural, étnica, religiosa y/o con capacidades diferentes o especiales.

Es así que Ecuador  ha determinado programas para niños, niñas y jóvenes  con inclusión a través de políticas que contribuyan a una educación con calidad, en concordancia con la Constitución de la República del Ecuador,.y la Ley Orgánica de Educación Intercultural y su Reglamento General, en el CAPITULO I. de la Educación para las personas con necesidades Educativas especiales Asociados o no a la discapacidad.

 Art. 227.- Principios.- La Autoridad Educativa Nacional, a través de sus niveles desconcentrados y de gestión central, promueve el acceso de personas con necesidades educativas especiales asociadas o no a la discapacidad al servicio educativo, ya sea mediante la asistencia a clases en un establecimiento educativo especializado o mediante su inclusión en un establecimiento de educación escolarizada ordinaria.
Art. 228.- Ámbito.- Son estudiantes con necesidades educativas especiales aquellos que requieren apoyo o adaptaciones temporales o permanentes que les permitan o acceder a un servicio de calidad de acuerdo a su condición. Estos apoyos y adaptaciones pueden ser de aprendizaje, de accesibilidad o de comunicación.
Son necesidades educativas especiales no asociadas a la discapacidad las siguientes:

  1. Dificultades específicas de aprendizaje: dislexia, discalculia, disgrafía, disortografía, disfasia, trastornos por déficit de atención e hiperactividad, trastornos del comportamiento, entre otras dificultades.
  2. Situaciones de vulnerabilidad: enfermedades catastróficas, movilidad humana, menores infractores, víctimas de violencia, adicciones y otras situaciones excepcionales previstas en el presente reglamento.
  3. Dotación superior: altas capacidades intelectuales.
    Son necesidades educativas especiales asociadas a la discapacidad las siguientes:

–     Discapacidad intelectual, física-motriz, auditiva, visual o mental.

–     Multidiscapacidades;y,

–     Trastornos generalizados del desarrollo (Autismo, síndrome de Asperger, síndrome de Rett, entre otros).   Reglamento de la Ley Orgánica Intercultural de Ecuador, (2010).

Cuando se trata de educación inclusiva también se ha hace alusivo a la “integración”, para aludir a la inclusión a las personas con Necesidades especiales (NEE) en el sistema educativo. Sin embargo, Booth y Ainscow (2002), autores del IndexforInclusión (Guía para la Evaluación y Mejora de la Educación Inclusiva es la versión española), prefieren el término de “Educación Inclusiva” frente al de “Integración del Alumnado con Necesidades Educativas Especiales” por ser menos restrictivo. Paralelamente, advierten de que al etiquetar a un alumno con NEE se generan expectativas más bajas por parte de los docentes para estos alumnos y se corre el riesgo de desatender las dificultades experimentadas por el resto del alumnado. En vez de NEE, estos autores recomiendan el uso de “Barreras para el aprendizaje” (Solla, C. 2013, p.8).

SISTEMA EDUCATIVO INCLUSIVO

La realidad educativa y la realidad social en Ecuador y muchos países del mundo, nos indican que muchas de estas acciones en la práctica no pasan de ser un listado de buenas intenciones. No son problemas de legislación, sino de aplicación de las leyes existentes.

Según publicación por la UNESCO (2010), arroja el informe 72 millones de niños en el mundo no pueden ir a la escuela porque han nacido en un contexto de exclusión social o económica, o en el seno de una familia de bajos recursos económicos. A esta dramática cifra deben sumarse otros 71 millones de adolescentes para quienes las puertas de la educación secundaria permanecen selladas.

Se suma la exclusión de niños y adolescentes, sumada a la baja calidad de la educación impartida a los más perjudicados, las cifras del analfabetismo de los adultos – hoy en día más de 759 millones en el mundo- y a profundizar la fractura social. La brecha entre los más y los menos favorecidos es aún muy grande, lo que muestra que los esfuerzos son aún insuficientes dada la magnitud del problema.

RETOS DEL DOCENTE EN ELCAMPO DE ACCIÓN:

Es importante, recalcar que el objetivo de los centros escolares debe ser impulsarlos procesos de cambio hacia una mayor inclusión educativa en los contextosescolares, teniendo en cuenta los puntos de vista de los diferentes miembrosde la comunidad educativa. La inclusión educativa se contempla de forma global,se dirige a todos los estudiantes y no sólo a los diagnosticados con necesidadeseducativas especiales. La mayoría de centros que se han implicado en promovereste cambio en sus contextos educativos, han optado por crear grupos de trabajo.

Estas tareas colaborativas que se pueden desarrollar por medio de diferentes proyectos entre distintos agentes educativos y educandos, se relacionarán conmomentos altamente significativos y de especial interés.

El docente debe ser capaz de promover en los diversos contextos una clase competente que asuma una cultura inclusiva que afiance los conocimientos, que considere las diferencias en las adaptaciones curriculares, que no limiten al niño u joven en su participación. Es así que Alegre (2010) describe diez capacidades docentes fundamentales para atender la diversidad: capacidad reflexiva, medial, fomentar situaciones diversas de aprendizaje en el aula, ser tutor y mentor, promover el aprendizaje cooperativo y entre iguales, capacidad de comunicarse e interactuar, de proporcionar un enfoque globalizador y metacognitivo, enriquecer actividades de enseñanza–aprendizaje, motivar e implicar con metodología activas al alumnado y planificar. Asimismo implica calidad en la enseñanza – aprendizaje a través de la clave de buenas prácticas docentes:

Buenas prácticas inclusivas Claves de calidad de la educación inclusiva
1.-No atender solamente a los estudiantes con Necesidades Especiales, sino a todos. 1. Una actitud cuestionadora.
2. Los estudiantes no debe adaptarse al currículum, sino que el centro educativo construye el currículum a raíz de las potencialidades y necesidades de su alumnado.  

2. Liderazgo.

4.  La comunidad educativa se debe envolucrar  con los alumnos con necesidades  educativas, incluyendo familias.  

3. Respeto.

4. Las NEAE no son vistas como deficiencias, sino como un valor del cual todos podemos aprender nuevos conocimientos, habilidades y actitudes a través de la interacción con esas personas, enriqueciéndonos los unos a los otros.  

4. Logro.

 

5. En vez de recibir una Adaptación Curricular Individualizada (ACI), todos los alumnos trabajan un currículum similar en cuanto a contenidos, objetivos, tareas, recursos, etc., pero no son evaluados de la misma manera.  

5. El aprendizaje es aprender.

 

6. No se limitan el uso de recursos didácticos para el alumnado,y si tienen dificultades, en lugar de prohibírselos, se aplicanotros recursos para favorecer su accesibilidad. 6. La enseñanza es enseñar.

 

7. Los estudiantes con NEAE trabaja dentro del aula con sus compañeros, encontrándose dentro de ella los especialistas en lugarde atenderlos en aulas específicas. 7. Acceso universal al currículum.

 

8. Los estudiantes con NEAE realiza las mismas tareas que sus compañeros a través de su inclusión en grupos de trabajo cooperativo, teniendo cada uno de ellos posibilidades de participaren la dinámica de las clases y favoreciendo el aprendizaje de suspropios compañeros a la vez que beneficiarse de lo que ellospuedan aportarle.  

8. Colaboración.

 

9. Se tienen en cuenta, a la hora de intervenir, todas las “barreraspara el aprendizaje y la participación”, no sólo las barrerasarquitectónicas que dificultan el acceso al currículum, sino especialmentelas emocionales y cognitivas (estereotipos y prejuicios, formación del profesorado, cultura escolar…) 9. Determinación.

 

10. Todos participan en la organización y gestión del centroeducativo y en el diseño, desarrollo e innovación del currículum,incluyendo todo el alumnado. 10. Conseguir empezar.

Tabla 1: A partir de Bruch (2008, p.) y Llorent-García y López-Azagua (2013,p. 176-177). La colaboración familia-escuela, clave de calidad de la educación inclusiva.

La buena práctica inclusiva es un compromiso de todos los actores de la comunidad educativa: del profesorado, los estudiantes, las familias, promoviendo, participación y mejorando la calidad de la educación  con   experiencias innovadoras y efectivas de acuerdo a la realidad y las características del plantel para los estudiantes con Necesidades Educativas Especiales asociadas o no a la discapacidad.

CONCLUSION

La Educación inclusiva cultiva  los principios de igualdad y equidad a los que todo ser humano tiene derecho, por lo tanto los docentes estan en constante formación y actualización en el requerimiento de sus estudiantes independientemente de sus características personales, estructura familiar, grupo étnicos, lenguaje, identidad, culturas, cumpliendo con los objetivos y brindar una educación de calidad y calidez, desarrollando al máximo su potencial su intelectualidad, en tecnología  y en valores. Brindandoles las oportunidades educativas y las ayudas (curriculares, personales, materiales) necesarias para su progreso académico y personal. a pesar de las limitaciones de los diferentes recursos del plantel, los Docentes prestos a  cumplir con las metas propuestas, elaborando herramientas para  contribuir al proceso de aprendizaje de niños u jóvenes con discapacidad o necesidades educativas especiales, contribuyendo en la   formación integral  e interdisciplinaria contextualizada involucrando a toda la comunidad educativa en el quehacer diario, y finalmente estudiantes con las habilidades, destrezas  que sean capaces de convivir y sobresalir en este mundo globalizado.

BIBLIOGRAFÍA:

Alegre, O. M. (2010). Capacidades docentes para atender la diversidad. Una propuesta vinculada a las competencias básicas. Alcalá, España: Eduforma.

Arnaiz, Pilar. (2003). Educación Inclusiva: Una escuela para todos. España. Ediciones Aljibe, Primera Ed.

Blanco, R. (2006). La equidad y la inclusión social: uno de los desafíos de la educación y la escuela de hoy. Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, vol. 4 (3), 1-15

Guajardo, E. (2010). La desprofesionalización docente en educación especial. En: Revista Latinoamericana de Inclusión Educativa, 4(1), pp. 105-126. Disponible en http://www. rinace.net/rlei/numeros/vol4-num1/art5.pdf. Recuperado el 12 de Agosto 2010.

Infantes, (2010). Desafíos a la formación  docente: Inclusión educativa. Chile,  encontrado en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-07052010000100016

Ley Orgánica de Educación Intercultural y su Reglamento General. (2010). Ecuador:

Llorent y Lopez, (2013).Buenas prácticas inclusivas en educación formal y no formal: Análisis de experiencias educativas reales en la provincia de Cádiz (España).

Ministerio de Educación, (2016). Construcción del Plan Decenal 2016. Ecuador. Encontrado en: https://educacion.gob.ec/la-construccion-del-plan-decenal-de-la-educacion-2016-2025-toma-fuerza/    www.educacion.gob.ec, o www.oeiecuador.org.

Save the Children (Solla, C.) (2013) Guía de Buenas Prácticas en Educación Inclusiva. Madrid. SavetheChildren.

Fuente del Artículo:

http://www.revistaespirales.com/index.php/es/article/view/190/131

Fuente de la Imagen:

II CONCURSO DE BUENAS PRÁCTICAS INCLUSIVAS

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República Dominicana: Ministro considera no es realista pensar en más del 4% PIB para la educación

República Dominicana/24 de Marzo de 2018/

Capellán considera que ahora es cuando se requiere aprovechar la tecnología para aprovechar el mercado de China, para mejor el esquema de las exportaciones. El empresario afirma que ha sido un error estar de espalda a lo que representa China en el orden económico, porque es una sociedad de consumo.

El ministro de Educación, Andrés Navarro,  dijo que  pese a los señalamientos que hacen  instituciones internacionales, de que la República Dominicana debe disponer de al menos el 8 % del Producto Interno Bruto (PIB) la educación pública, en lo inmediato es un sueño imposible, y nadie debe hacerse ilusiones.

“No sueñen con eso”, dijo el ministro Navarro,  quien también afirmó que no se puede sacar más recursos de otros renglones para llevarlos a  Educación.

Agregó que hay hacer la transformación completa del sistema educativo antes de invertir más  del presupuesto nacional, porque de lo contrario el Ministerio se tragaría el 4 % y no se verían los resultados que se persiguen.

Navarro habló en el conversatorio “Simposio Disrupción, Técnología en la Educación y la Cultura Exportadora” organizado por el personal del Capex, que desarrolla una agenda de actividades por su VII aniversario, en la formación de jóvenes. El Capex es un organismo de la Corporación de Zonas Francas Santiago.

En la actividad también participaron el presidente de la Asociación para el Desarrollo Inocorporada (APEDI), Fernando Capellán y Martín Ross, representante en el país de la compañía de telecomunicaciones Altice.

Martín Ross, representante en el país de la compañía de telecomunicaciones Altice.

Martín Ross, representante en el país de la compañía de telecomunicaciones Altice.

El ministro Andrés Navarro,señaló que  en estos momentos el trabajo que se realiza en Educación, descansa en seis pilares  para lograr una transformación adecuada: 1-la construcción de nuevas aulas, con   los cambios requeridos en este tiempo, 2-la aplicación de la modalidad de jornada extendida, junto a la tecnología. 4-un nuevo curriculum, que ayude a la creación de habilidades, 5-la  formación docente, 6-administración docente.

Navarro cree que el trabajo se hace más difícil porque no hay confianza en el Estado, porque debido a la gran deuda acumulada la gente quiere resultados rápidos.

“Resolvemos un problema y aparecen 10, hay muchas debilidades, por eso buscamos mejora”, afirma Navarro.

El funcionario   señala que  se trabaja en los contenidos digitales y se procura la incorporación de los padres y amigos de las escuelas.

También garantiza, que se amplía lo relativo a la seguridad escolar.

“El mayor reto es como garantizar que la trasformación de la educación se mantenga más allá de un partido, de un funcionario, de un Gobierno”, dijo Navarro.

Martin Roos, de Altice, valoró la democratización de  información que se ha producido, a  raíz de los avances de la comunicación que han llegado con el internet.

El empresario dijo que esta  facilidad crea más oportunidades de trabajo y consideró que  ayuda a hacer una clase media más fuerte, no obstante, Ross, afirma que es necesario aprender el uso de la internet como una herramienta informática, no solo para el entretenimiento.

Roos aconseja que como empresario se debe salir del país para poder exportar.

También valoró que la empresa que representa trabaja para mejorar en el crecimiento que exige  el consumidor. No obstante, se queja de que hay casos en los que los trámites de los permisos en una demarcación dificultan llevar -por ejemplo- la fibra óptica,  que garantice un mejor servicio.

Dijo que como los usuarios deben valorar primero tener el internet y luego que se tiene,  tener definido  qué hacer con esta facilidad tecnológica. Dijo que el avance en el uso de este tipo de tecnología no se mide en días, sino en años.

Fernando Capellán, del grupo Codevi

Fernando Capellán, del grupo Codevi

El empresario  Fernando Capellán, por su lado, cree que la  tecnología ha llevado la industria a mejorar sus ofertas de servicios, porque la gente se informa rápido y exige.

“El  público que tiene cada vez más conocimiento de lo que quiere,  compara precios, en solo segundos”, dijo Capellán.

Capellán  considera que ahora es cuando se requiere aprovechar la tecnología  para aprovechar el mercado de China, para mejor el esquema de las exportaciones.

El empresario  afirma que ha sido un error  estar de espalda a lo que  representa China en el orden económico, porque es una sociedad de consumo.

Asimismo, Capellán se refirió a la importancia de las relaciones comerciales de República Dominicana con Haití. Enumeró que hay prioridades como definir cantidad de migrantes haitianos que se requiere que  entren al país, la inversión en frontera,  mejorar las carreteras y toda la infraestructura, porque urge activar la captación de divisas.

Miguel Lama, representante del Capex

Miguel Lama, representante del Capex

Capellán ve como positivo que el Poder Ejecutivo haya declarado el 2018, como el año de las exportaciones.

“Ya se han hecho reuniones, han surgido ideas favorables, ya hay resultados”, dice  el empresario santiaguer trámites burocráticos. “La  educación no es solo del ministro y la exportaciones no son solo del Gobierno”, agregó.

En el cierre Miguel Lama, representante del Capex, dijo que el  decreto del Poder Ejecutivo, que declara el 2018, año de la exportación, es un reto para los empresarios.

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“Hay muy pocos proyectos educativos que posibiliten una atención a la diversidad real” Entrevista a Eva Bretones Peregrina. Profesora de Pedagogía e investigadora

Europa/España/Autora: Saray Marqués/Fuente: El diario la educación

“La comprensión de la diversidad cultural no es un acto espontáneo, es un acto de responsabilidad que requiere de un esfuerzo por parte de los profesionales”.

Profesora de Pedagogía e investigadora en el Laboratorio de Educación Social de la UOC, Eva Bretones problematiza la participación del alumnado a partir del análisis de las prácticas docentes. Todos los profesionales, explica, coinciden en que la familia y su modelo educativo influyen en las aspiraciones y las estrategias escolares del alumnado. La diferencia está en cómo interpretan su papel en la gestión de dicha influencia: una mayoría –un 85% de los profesionales entrevistados– opina que la implicación parental en la vida escolar de los hijos, su actitud y expectativas son determinantes en la participación escolar de estos, y que están, además, fuertemente vinculadas a su modelo cultural. Para el 15% restante, en cambio, el éxito del alumnado depende tanto del papel de la familia como del suyo como profesionales al servicio de la ciudadanía, de sus estrategias educativas y del lugar que estas ocupan en los proyectos de los centros. Al mismo tiempo, consideran clave otorgar un lugar a las familias a la hora de desarrollar estas estrategias y proyectos. Son profesionales que reconocen y aceptan la diversidad –cultural, social, individual– presente en sus aulas como resultado de un continuo proceso de formación y reflexión en espacios colectivos.

¿Por qué de repente gira su foco y deja de fijarse en los alumnos para hacerlo en los docentes?

Entiendo la escolarización como derecho de ciudadanía, y mi trayectoria como investigadora me ha llevado a cuestionar a lo largo de estos últimos 20 años las condiciones que la posibilitan desde diferentes perspectivas, a fijarme en los factores que influyen en que un determinado tipo de alumnado tenga éxito en la escuela y promocione educativamente. Uno de estos factores son los profesionales, y de ahí que en mi última investigación me centrara en analizar cómo sus representaciones culturales influían en sus relaciones con las familias, en concreto con las familias gitanas. Me interesaba entender cómo los profesionales percibían las funciones parentales de las familias para ver el lugar que éstas ocupaban en su práctica profesional. Como docente en la universidad, me parecía un tema especialmente relevante para la formación inicial de maestros y educadores.

Y se adentró en las relaciones que se daban en diferentes centros de Cataluña.

Sí, la investigación culminó el año pasado. El trabajo de campo se desarrolló en diferentes centros caracterizados por su diversidad cultural y social. En algunos de ellos sorprendía constatar una ausencia de discusión en torno a los contenidos educativos que se debían transmitir. Destacaba, sin embargo, una centralidad en las dificultades del alumnado, las cuales se explicaban básicamente desde un punto de vista psicobiológico, que reduce las dificultades escolares a factores de déficit o sociales. Esta perspectiva destapaba, asimismo, el olvido de las realidades personales, familiares, contextuales, sociales y culturales diversas y desiguales presentes en los centros escolares, pero también el olvido de las responsabilidades públicas y políticas en la generación o perpetuación de dichas realidades.

¿Tiende a olvidar el profesional la mochila con la que llega el alumno o, por el contrario, suele caer en el fatalismo y creer que con esa mochila le será muy difícil avanzar?

Depende. En ocasiones los profesionales –evidentemente, no todos– olvidan que quien participa en la escuela no es solo alumno. Este es un sujeto con su propia realidad y con capacidad de tomar decisiones. Cuando lo olvidan, caen en las generalizaciones, en los estereotipos, condicionando –cuando no determinando– la escolarización y la participación de las familias.

¿Hay distintos perfiles de docentes por cómo se posicionan ante esta diversidad?

Sí, el abanico es muy amplio. Destacan, sin embargo, dos perfiles por su impacto en la escolarización del alumnado. Aunque son muchas las variables que intervienen en la participación escolar y no todas dependen de los profesionales, solo una minoría de estos busca incansablemente que la escuela tenga sentido para las familias, un sentido que permite el aprendizaje en contextos escolares.

Si un 30% de la sociedad es racista, ¿un 30% de los profesores lo serán?

Digamos que es lo fácil. La comprensión de la diversidad cultural no es un acto espontáneo, es un acto de responsabilidad que requiere de un esfuerzo por parte de los profesionales. Este esfuerzo pasa necesariamente por el cuestionamiento y el análisis de las prácticas profesionales. Visibilizar la dimensión sociocultural y socioeconómica de toda realidad y desarrollar un abordaje atento a la complejidad de los fenómenos implica aprehender y analizar las acciones profesionales como fenómenos vinculados a cuestiones sociales y culturales. Sólo cuando los profesionales analizan y reflexionan en torno a las estrategias que entran en juego en la participación escolar del alumnado, y que están ligadas a factores sociales, culturales, históricos y subjetivos tanto de las personas como de su grupo y de la comunidad en las que se inscriben como de las suyas propias como profesionales se ponen de manifiesto las lógicas de poder subyacentes a todo proceso social y se rompe con visiones reduccionistas y claramente racistas.

¿Hay algunos rasgos distintivos de esa minoría de profesionales que no se desanima fácilmente?

Al principio, cuando empecé en 2009, me topaba principalmente con mujeres. Lógico, por otra parte, pues mi trabajo de campo se centraba sobre todo en centros de educación primaria. Con el tiempo y la diversidad de contextos educativos observados he podido constatar que no depende del género, ni de la edad, ni de la trayectoria. Hablamos de hombres y mujeres que consiguen vincularse al alumnado y a sus familias desde el reconocimiento de la propia vulnerabilidad, desde la humildad. Este reconocimiento les permite tejer lazos entre sujetos diversos para convertirlos en mutuamente comprensibles. Son profesionales que reflexionan y cuestionan los procesos de desigualdad social, que se responsabilizan socialmente y que cuestionan duramente un sistema educativo injusto y muchas veces violento con quienes presentan dificultades de participación social, que creen en la escuela como espacio de participación y de corresponsabilidad. Críticos, muy críticos, con la buena voluntad o la beneficencia que naturaliza los fenómenos de desigualdad, intentan romper, a través de sus prácticas profesionales, con procesos de normalización, disciplina y generalización.

¿Su pasión es contagiosa?

Es contagiosa, visiblemente, para el alumnado. Entre profesionales la situación es más compleja. Eso sí, cuando estos profesionales forman parte de los equipos directivos el impacto puede ser significativo. Cuando no es así, cuando hablamos de profesionales aislados o minoritarios en un centro, el contagio se da en el aula, entre el alumnado, pero es muy difícil arrastrar a otro tipo de perfiles profesionales más asentados.

¿Debería haber una formación más específica para atender a la diversidad?

Sí, falta formación, pero también repensar la existente. Nos estamos acostumbrando a un tipo de formaciones encapsuladas y descontextualizadas, muy vinculadas a la innovación y a los entornos digitales, que olvida cuestionar aquello que se está haciendo: cómo, por qué, qué principios laten detrás. Nos estamos olvidando de la educación.

¿Y en formación inicial?

La investigación pone de manifiesto cómo la formación inicial de los profesionales en el ámbito social y educativo, la descripción de sus pautas de actuación y relación, se asienta, en términos generales, en modelos diseñados por y para una sociedad que no es necesariamente con la que se encuentran en los centros. A menudo están desarrollados para un alumno-tipo, sin particularidades asociadas al origen, al género o a realidades económicas o sociales para entender y atender a los mensajes del profesional y que comparte, básicamente, sus mismos códigos culturales y se identifica con el mismo sistema. La investigación refleja, sin embargo, cómo los profesionales ejercen en contextos heterogéneos y cómo a menudo se encuentran con que esos parámetros no siempre tienen validez para todos los implicados y/o no les permite interpretar lo que ocurre en toda su complejidad. Se hace necesario, por tanto, en la formación inicial de los profesionales, una perspectiva que incorpore no sólo las aportaciones de las diferentes disciplinas que sustentan las acciones profesionales (pedagogía, antropología, sociología, psicología, etc.) sino también que centre su atención en un análisis constante sobre las condiciones en las que operan esos saberes –en los individuos y en los grupos–. Entiendo que esta perspectiva aportaría una posición ética, moral y política en relación a las personas que permitiría la generación de renovados fundamentos en el desarrollo de los modelos que guían las prácticas profesionales en contextos educativos.

¿Hablamos todos de lo mismo cuando nos referimos a la atención a la diversidad?

Es evidente que no. Hay muy pocos proyectos educativos que posibiliten una atención a la diversidad real. Atender e incorporar la diversidad a nuestros proyectos precisa de una previa, de cuestionar nuestros referentes culturales para que el otro deje de serlo y pase a ser un nosotros que no sólo deberemos entender, con sus saberes, sus realidades, sino también sostener como parte constitutiva e imprescindible de nuestros proyectos educativos y de nuestra realidad profesional.

Por muy palpable que sea, en mi opinión, que las pautas culturales acompañan a toda persona –incluidos los profesionales–, sus conductas y percepciones, si los profesionales no las reconocen no serán capaces de identificarlas ni de valorar adecuadamente su impacto. Las consecuencias son conocidas: dificultades de comunicación, desconfianza mutua, rechazo hacia la escuela, actuaciones erróneas o poco adecuadas por bienintencionadas que sean… Es muy importante que los profesionales reconozcan, no tanto cada uno de los contenidos culturales, múltiples y diversos, de los sujetos que participan del sistema, algo que por otra parte sería imposible, pero sí su existencia, su importancia en la vida cotidiana de las personas y en las conductas relacionadas. En este sentido, si hay algo que pone de manifiesto la investigación es la necesidad de que los profesionales reconozcan la existencia de estas pautas culturales que acompañan a todo alumno, a toda familia, su importancia en sus expectativas y comportamientos ¿Cómo? Desde la formación.

Que un profesional tenga unas altas expectativas, ¿hasta qué punto puede repercutir en las de la familia?
Depende. Depende de si los profesionales son capaces, previamente, de ganarse el respeto de las familias. Ganarse el respeto de las familias pasa por conocer sus circunstancias particulares y respetar los procesos y las decisiones que toman, también en relación a la escolarización de sus hijos. Es el reconocimiento de las dificultades de las familias lo que posibilita generar la confianza necesaria para actuar como profesionales, esto es, el vínculo educativo. Cuando la escuela tiene sentido para las familias y los profesionales son reconocidos como tales, las expectativas en el hijo/alumno se alinean.

A veces la participación de las familias puede generar recelo en los docentes.

Sí, este es un recelo muy habitual. De ahí que a menudo, el derecho que tienen los padres y las madres a participar en la vida escolar de sus hijas e hijos sea entendido sólo como el derecho que tienen las familias a recibir información y a ser consultadas sobre decisiones ya adoptadas previamente por el tutor y/o el equipo docente y/o por la dirección. Son pocos los profesionales y los centros educativos que entienden el derecho de participación de las familias como el derecho de las familias a ser copartícipes en todas aquellas cuestiones y decisiones (organizativas, curriculares, etc.) que afectan a la escolarización de sus hijas e hijos.

Fuente de la información e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/03/19/hay-muy-pocos-proyectos-educativos-que-posibiliten-una-atencion-a-la-diversidad-real/

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Argentina: Los chicos mejoraron en Lengua pero siguen mal en Matemáticas

América del sur/Argentina/22 Marzo 2018/Fuente: Diario de cuyo

El 60% de los estudiantes tuvo desempeño satisfactorio, logran comprender textos y leen mejor. Naturales se mantiene en lo alto.

Seis de cada diez estudiantes obtuvieron un desempeño satisfactorio en lengua y comprenden textos de acuerdo a los resultados del Operativo Aprender 2017, por lo tanto, leen mejor, lo que evidencia una mejora respecto a la evaluación del 2016, en la que fueron cinco de cada diez los que presentaban niveles por debajo del básico.

En matemáticas, en cambio, persisten los bajos índices respecto a la evaluación pasada, ya que siete de cada diez alumnos presentan niveles básicos o por debajo del básico y 4 de cada diez reconocen sólo conceptos elementales y únicamente pueden resolver problemas simples.

Los resultados fueron presentados ayer por el presidente Mauricio Macri durante un acto en la Escuela Nacional Superior Dr. Eduardo Costa de la ciudad bonaerense de Campana, junto al ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, y la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.

En Lengua, en el nivel secundario, el 45,4% de los alumnos tuvo niveles satisfactorios de respuesta, el 17,1 llegó a un nivel avanzado, mientras que el 19,6 alcanzó un nivel básico y sólo el 17,9 tuvo bajas respuestas.

En la evaluación Aprender del 2016, la primera realizada en la gestión de Cambiemos, el 9,4% había alcanzado un nivel avanzado, el 44,2 satisfactorio, el 23,4 básico y el 23 por debajo del básico, siempre en alumnos de secundario.

El operativo 2017, que abarcó un universo de 877.000 alumnos, 309.000 de la secundaria y 568.000 de la escuela primaria, confirmó además que se mantiene la brecha educativa entre aquellos alumnos de alto y bajo nivel socioeconómico.

«En algún sentido hemos avanzado», aseguró Finocchiaro tras la presentación de los resultados y detalló que «la mejora sustancial» en lengua se debió, entre otros motivos, a «una fuerte capacitación docente» y a que «hubo una gran reacción del sistema con directores de escuelas que elaboraron estrategias para mejorar los resultados».

El ministro destacó que «para revertir el estancamiento en Matemáticas estamos evaluando algunas propuestas innovadoras, ya que si desde hace 30 años trabajamos de una manera y los resultados son siempre los mismos algo no está bien». En este aspecto remarcó que las líneas de acción tras estos resultados son reforzar el proyecto de Secundaria 2030, seguir trabajando con las 3700 «escuelas faro» -aquellas que tienen el nivel de desempeño escolar más bajo-, además de trabajar muy fuerte en matemática y en la formación docente.

El nivel de participación de los alumnos descendió un 5,6% respecto al operativo del 2016 y ello se notó especialmente en algunas provincias como Neuquén y Río Negro, donde los niveles de asistencia no llegaron al 50%. En 2017 se decidió tomar Lengua y Matemáticas para alumnos de quinto y sexto año de la secundaria y Ciencias Naturales y Sociales para los estudiantes de sexto grado del nivel primario.

Tanto en Ciencias Sociales como en Naturales, los resultados alcanzados confirmaron el crecimiento que se evidencia desde 2013.

En Sociales, el 66% obtuvo niveles satisfactorios de respuestas, lo que expone un crecimiento de 10 puntos respecto a la prueba ONE de 2013, mientras que en Naturales el 67% tuvo niveles satisfactorios y avanzados, aunque aquí el incremento sólo fue de 3,2 puntos respecto al 2013.

   La probreza como un sinónimo de inequidad   

La secretaria de Evaluación Educativa, Elena Duro explicó que «el estancamiento en Matemáticas es una tendencia global, mientras que el avance en Lengua es regional, aunque Argentina tiene el sistema educativo mas desigual de la región».

Duro señaló que esta inequidad «encuentra un fuerte determinismo en la pobreza y en otros factores asociados como el nivel socio educativo de la madre del alumno y destacó que «el 38% de los alumnos del secundario no respondió a las preguntas.

Otro fuerte dato que arroja el Operativo Aprender es que el 21% de los estudiantes evaluados trabajan fuera del hogar a la vez que van a la escuela, un porcentaje que la funcionaria del Ministerio de Educación estimó «alto y que interpela fuertemente al formato escolar».

Duro también destacó que la amplia brecha educativa que persiste entre los alumnos de niveles socio económico altos y los de bajos recursos se evidencia especialmente en el rendimiento en Matemática, la pata floja de la Educación. En los alumnos de sexto año del secundario, seis de cada diez de nivel socioeconómico bajo se ubican en el nivel mas bajo de desempeño.

Fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar/argentina/Los-chicos-mejoraron-en-Lengua-pero-siguen-mal-en-Matematicas-20180321-0076.html

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La inclusión del alumnado sordo, un camino todavía por hacer

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

La visión patológica que pretende que niñas y niños sordos recuperen audición y puedan hablar debe cambiarse por otra más global, que permita el acceso a todas las herramientas de comunicación, como la lengua de signos en la educación.

La inclusión está de moda, como la innovación educativa. El trato personalizado al alumnado para el mejor aprovechamiento de sus potencialidades. La utópica capacidad de los centros educativos de “absorber” a todo tipo de población, independientemente de su situación personal, familiar, social o económica. Es el lugar al que el sistema educativo parece querer tender, a pesar de las muchas dificultades que se le plantean.

Hace unos días conocíamos de la pelea de familias de alumnos sordos de Cataluña para que el Departament d’Ensenyament aplicase correctamente los preceptos de la ley sobre el uso de la lengua de signos catalana en el sistema educativo. Una noticia que nos hizo preguntarnos por la situación en el resto del Estado.

Precisamente hoy se cierra el plazo de información pública al que se ha sometido durante días al real decreto que desarrollará las condiciones de utilización de la lengua de signos española, redactado por el Ministerio Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Y al preguntarnos por la situación del uso de la lengua de signos en el sistema educativo, por la inclusión de niñas y niños sordos en los colegios e institutos uno no para de descubrir la falta de información que circula sobre tal hecho.

En primer lugar porque hoy, como hace 200 años, lo que el sistema educativo, la sociedad en general, lo que pretende es conseguir que las personas sordas recuperen la mayor cantidad de capacidad auditiva posible. Al menos entre quienes no son sordos profundos. Que niñas y niños escuchen y hablen lo másximo posible. De ahí la extensión de audífonos e implantes cocleares.

“Tú puedes usar un implante o un audífono y te puede ayudar. Pero nunca vas a oír como una persona oyente”, asegura Arancha Díez, experta en familias y educación de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), “va a haber ruidos a los que no vas a acceder”. La experta asegura que socialmente, la persona sorda que consigue oír y hablar, aunque solo sea un poco, es considerada un caso de éxito. Pero el problema es que en su vida cotidiana seguirá teniendo múltiples dificultades.

Para Díez, el uso de la lengua de signos es fundamental y ha de comenzar lo antes posible. Y lo es como una herramienta más para facilitar la comunicación de las personas sordas. La comunicación, así como el acceso a todo tipo de información y conocimiento. Englobado esto en lo que se conoce como una educación bilingüe y bicultural que ofrece al alumnado todo lo que necesite.

¿Se está produciendo esto en el sistema educativo ordinario? le preguntamos. “Hay colegios en ciudades como Madrid y Barcelona. Y alguna experiencia en colegios en los que se han adaptado y han enseñado lengua de signos, pero son experiencias muy residuales. Depende de la buena voluntad, de la actitud abierta hacia la discapacidad auditiva del profesorado, de los profesionales que lo asuman”.

En España, según los datos del Gobierno hay 7.531 niños y niñas sordos. La mayor parte de ellos, 7.024, están matriculados en centros ordinarios públicos y concertados. El resto están en centros de educación especial. Pero, que la inclusión sea mayoritaria no quiere decir que el uso de la lengua de signos como lengua vehicular sea algo más que anecdótico.

“A pesar de que, explica Díez, contamos con una ley que claramente recoge el derecho a la libre elección de las familias y de los niños a escoger la lengua de signos como lengua vehicular”. Es la Ley 27/2007, la que ha de ser desarrollada por el Real Decreto que hoy cierra el plazo de información pública.

Para la experta, hay un problema de organización. A pesar de que la ley habla de libertad de elección por parte de las familias y el alumnado sordo de la lengua de signos como lengua vehicular en su educación, lo cierto es que por unas cosas y otras esto no es real. “Tienes que luchar, mover montañas, ir contra el propio sistema educativo en general, contra la organización. Es una lucha que te roba mucho tiempo y dedicación y que es agotadora”.

Describe cómo cada mes de septiembre las familias que lo quieren han de luchar para que la Administración provea al centro en el que se encuentra matriculado su hijo, de intérpretes de lengua de signos para poder seguir las clases con normalidad. Cada mes de septiembre. Y, cada curso, esta figura del intérprete llega un mes o mes y medio más tarde de comenzado el curso, con lo que supone de pérdida de tiempo y aprendizaje por parte del alumnado sordo.

La defensa que Díez hace del aprendizaje de la lengua de signos, o del uso de intérpretes se justifica sola: “Puedo elegir cómo me comunico y cómo recibo la información”. Pero socialmente se prima la recuperación auditiva, y con ella, el desarrollo del habla.

Ejemplifica contando cómo fue un día al médico con uno de sus hijos, de tres años entonces. Arancha Díez es hija de una pareja de sordos y sus dos hijos también lo son. Un caso extraordinario. El 95% de las personas sordas son hijas de oyentes. El caso es que en la consulta de su médico, a la que acudió por un problema que ella tenía, pidió al doctor que le escribiera lo que le decía porque no lograba comprenderlo. Pero su hijo sí lo hizo y le transmitió una pregunta del médico. Desde ese momento, el sanitario comenzó a comunicarse con el menor. Ella tuvo que llamarle la atención y explicarle que su hijo tenía 3 años y no era un intérprete. “Se da más valor a la persona que habla que a la que no. Yo no hablo, valgo menos”. Situación que, además, se da también entre personas sordas, según Díez, quien explica cómo las hay que, al hablar y oír, llegan a asegurar que no necesitan más apoyo, como el del uso de la lengua de signos.

Para que la inclusión del alumnado sordo fuera más real, tanto la administración, como los docentes y las familias deberían fomentar un mayor uso y conocimiento de la lengua de signos española para que estas niñas y niños pudieran contar con una herramienta que parece decisiva en su aprendizaje. Pero también en la socialización con otros niños y niñas.

¿Cómo tendría que ser la inclusión del alumnado sordo en un colegio? Díez lo tiene claro. El ejemplo lo tiene en un colegio público de un pueblo de Ciudad Real en donde hay una niña sorda matriculada. En vez de esperar a que la niña haga el mayor esfuerzo posible de adaptación al sistema ordinario escolar, toda la comunidad del centro, docentes y alumnado, han aprendido lengua de signos. “Todos están haciendo el esfuezo de adaptación y de cambio de su forma de enseñanza, de su forma de comunicación, de su actitud, para que esa niña pueda estar incluida. Esa es la inclusión”.

Además, los niños y niñas oyentes verán la sordera como algo natural al haber hecho este esfuerzo con sus compañeros. De manera que cuando lleguen a la edad adulta, verán a personas sordas con normalidad. Este, a juicio de Díez, es parte del camino que conseguiría, al menos, un cambio social en la manera de mirar la sordera. La educación inclusiva no da tanta importancia a que la persona sorda hable u oiga. “Le da la improtancia a la persona de forma holística, general, global. No es: ‘A ver si oyes o hablas’, sino cómo te vas a desarrollar”.

Todos, personas oyentes y sordas, han de hacer el esfuerzo, defiende Díez. Y esto, asegura, no ocurre con las personas sordas puesto que se les reprocha, por ejemplo, que no hablen porque no quieren. “Bueno, perdóname, yo siempre he ido a un centro en donde no se ha podido usar la lengua de signos -explica-, he estudiado en la universidad, soy psicóloga, pedagoga, he hecho mis másters… pero no hablo bien. Y he tenido recuperación logopédica”.

Las personas sordas “piden intérprete. ¿por qué no se les facilita? Necesitan comunicarse, entender, expresarse, aunque hablen fantásticamente y puedan oír”.

Atención a las familias. Formación docente

Díez estuvo en Ginebra hace unas semanas para hablar ante el comité de la ONU sobre el desarrollo de la Declaración de derechos de las personas con discapacidad. Allí habló de la situación de las personas sordas, de sus familias también. Desde la Confederación están buscando financiación para ofrecer cursos de formación para madres y padres, porque depender de la financiación pública se ha demostrado muy inestable.

“Es primordial la atención de calidad para las familias”, asegura, como lo es también la atención temprana de calidad para niñas y niños. Una atención temprana muy contestada en los últimos meses desde ámbitos diferentes. Entre otras cosas para evitar que tu situación socioeconómica determine tu capacidad de desarrollo posterior.

La presión para que las personas sordas hablen y oigan, no utilicen la lengua de signos, es grande. Pero, recuerda Díez, la capacidad de audición es diferente en cada niña y cada niño. Y la presión, la prohibición en muchos casos del uso de la lengua de signos puede provocar problemas de salud mental. “En nuestro colectivo se cuadruplican los problemas de salud mental si lo comparamos con la comunidad oyente”.

Arancha Díez justifica la decisión de las familias por la supresión de la lengua de signos frente a la recuperación auditiva y el trabajo de logopedia para conseguir hablar. Es lo que recomiendan la mayor parte de expertos y es a lo que se agarran madres y padres. Desde la Confederación lo que defienden es dar el mayor número de herramientas posibles para aumentar las posibilidades de comunicación y comprensión. También para que las diferencias socioeconómicas no determinen el desarrollo de estas niñas y niños. “Las familias que tienen dinero, lo tendrán más fácil. Es la realidad que vivimos. Si la familia se mueve, conseguirá llegar más lejos, pero si es más pasiva, la persona sorda se va a quedar atrás. La población sorda es fácil que esté excluida, porque el sistema general no está preparado para adaptarse a nosotras”.

A estas dificultades se suman otras como el que haya profesores que no quieren tener intérpretes de lengua de signos dentro de sus aulas. “Cada vez pasa menos”, asegura Díez, pero hay quienes entienden que haya otra persona adulta en su clase es una forma de controlar lo que hacen.

O que no haya prácticamente maestros y maestras sordas en el sistema educativo ordinario. ¿Cuántos? “No sé decirte, a lo mejor 15”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/03/20/la-inclusion-del-alumnado-sordo-un-camino-todavia-por-hacer/

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