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Puerto Rico: Educación confirma que 24 mil estudiantes fracasaron en el sistema público de la isla

América Central/Puerto Rico/04-06-2021/Autor(a) y Fuente: www.metro.pr

Se trata del 10 por ciento del número de estudiantes en Puerto Rico.

El secretario interino del Departamento de Educación (DE), Eliezer Ramos, aseguró hoy, miércoles, que el 10 por ciento, es decir 24 mil estudiantesfracasaron en el recién concluido año escolar en la isla.

Ramos sostuvo, además, en entrevista con Radio Isla 1320 am que el mencionado porcentaje es uno «alto» ya que en años anteriores se registraba un 4 o 6 por ciento de fracaso.

«Al viernes pasado 24 mil estudiantes habían fracasado. Todavía es un numero alto (…) En años anteriores hablábamos de un 4 o 6 por ciento de fracaso. Ahora hablamos de 10 por ciento», indicó el secretario interino.

Ramos, indicó la semana pasada que el plan ‘remedial’ para atender el rezago de los miles de estudiantes, incluirá un aumento en los días lectivos en el que se ofrecen cursos a 30 días en lugar de los 20 que habitualmente se asignaban en verano. Agregó que, en este verano, se trabajará un grado por materia, en grupos más reducidos que permitan enseñanza individualizada y estarán disponibles para aquellos estudiantes que se exponen a fracasar alguna materia como a aquellos que desean corregir algún rezago.

Los 30 días les permitiría a los maestros utilizar distintas estrategias de enseñanza, trabajos, tareas y poder evaluar. Ya en agosto estaríamos comenzando con lo que es la administración de una prueba diagnóstica que ya está lista para implementarse y eso le daría el resultado y el escenario del maestro con el que va a tener que trabajar”, dijo el funcionario en un aparte con Metro, quien mencionó que volverán a realizar una prueba diagnóstica en enero.

Fuente e Imagen: https://www.metro.pr/pr/noticias/2021/06/02/educacion-confirma-que-24-mil-estudiantes-fracasaron-en-el-sistema-publico-de-la-isla.html

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Docentes, Directivos Escolares y Pandemia

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

En esta colaboración abordo el tema de los pesos específicos o los valores relativos que tienen docentes y directivos escolares en los llamados procesos de «calidad» de la Educación Básica Pública (EBP); así como la participación de las familias en las actividades escolares de los estudiantes. Todo esto dicho tanto en contextos de la pandemia-epidemia del coronavirus como en contextos de no emergencia sanitaria.

E. Deming decía que la responsabilidad de la calidad (en la producción de bienes y servicios) no era de los trabajadores u operadores, sino de los directores y gerentes porque eran éstos los que diseñaban los ambientes de trabajo y tomaban decisiones claves que afectaban los resultados. ¿Qué podemos decir de esa tesis en el ámbito de la Educación Básica Pública (EBP)? ¿Es válido hablar de máxima responsabilidad de los directivos y mandos altos de la EBP, y no tanto de los docentes, en cuanto a la «calidad» de la educación?

Cuando le preguntaron a W. Edwards Deming (1900-1993) estadístico estadounidense, profesor universitario, consultor y creador del novedoso concepto de “calidad total”: “¿Dónde se hace la calidad?”, él contestó: “En la sala de reuniones de la junta directiva”. En efecto, para Deming, la nueva filosofía de la calidad debe derribar algunos mitos como el siguiente: “Culpar a los trabajadores (que solamente son responsables del 15 por ciento de los errores), mientras se pasa por alto el sistema diseñado por los gerentes, que son responsables del 85 por ciento de las consecuencias indeseadas.

En esto coincido con varios autores cuando se aborda este tema en el ámbito de “lo educativo” (recientemente se lo escuché a Manuel Gil Antón, en Querétaro), debido a que las condiciones, los ambientes, la formación profesional, los planes y programas académicos, los principios pedagógicos, la cantidad de estudiantes por grupo o por docente; así como otras decisiones que se toman en los sistemas educativos públicos, afectan de manera indirecta y directa a los procesos educativos y pedagógicos de aula; por todo ello, considero que el papel de las y los directivos escolares es tan relevante (o quizá más trascendente) que el papel que juegan los docentes frente a grupo, en términos de los factores generales considerados durante la evaluación de la “calidad” del sistema educativo.

Lamentablemente las políticas públicas educativas en México, históricamente, sólo han volteado a ver (y a veces a mal ver) a la figura del docente, a quien ubican como el responsable principal de los fracasos educativos. Las instituciones formadoras de profesionales de la educación, por ejemplo, han diseñado y desarrollado diversos programas formativos y de profesionalización para docentes, sin embargo, no existen programas robustos y de profesionalización completa, amplia, diversificada, que estén dirigidos hacia las y los directivos escolares. Lo que existen son cursos cortos, diplomados aislados, programitas de coyuntura, sin una conexión ni vinculación con las normas y procedimientos de selección (evaluación) para la promoción de estas figuras claves del sistema educativo. En otras palabras: Si en alguna institución formadora de profesionales de la educación (Normales, Normales Superiores, Centros de Actualización del Magisterio y Unidades de UPN) existen programas académicos para formar profesionalmente a las y los directivos escolares, éstos no son vinculantes con respecto a los procesos de promoción, en términos laborales.

Es triste observar que entre la selección de candidatos del modelo anterior (mecanismos escalafonarios paritarios SEP-SNTE) y los procedimientos del modelo actual (exámenes estandarizados) no hay una diferencia sustantiva, en tanto que el sistema educativo y las instituciones del normalismo, han sido diseñados para que los directivos escolares no sean preparados profesionalmente antes de ocupar el cargo, sino después, a base de experiencia. “La práctica hace al directivo escolar”, dice implícitamente el discurso oficial.

En los hechos y en la retórica oficiales hay una ausencia de las figuras de las y los directivos escolares en los planes de desarrollo educativo. Tal parece que no hay una visión amplia y consistente acerca del papel que juegan estas figuras, como organizadores de comunidades, como líderes académicos o pedagógicos de las colectividades y las diversidades educativas. La apuesta de las políticas públicas educativas, por el contrario, está completamente centrada en la figura de la y el docente. Implícitamente, las tareas de los directivos escolares están orientadas hacia la gestión administrativa y escasamente hacia la gestión educativa o pedagógica.

En la actual coyuntura de la pandemia, los y las directivos escolares han sido llamados a ocupar, por parte de sus superiores, el papel o rol burocrático más lamentable: primero el control, los deberes, el cumplimiento, la formalización estadística, la rigidez de los tiempos y luego las personas.

Hoy la crisis de la pandemia, que ha colocado a la escuela en una situación de franca ruptura, también ha puesto al descubierto la miseria institucional acerca de la mirada que se tiene en torno a la y el directivo escolar: Al cual no se le concibe por el trabajo tan importante que realiza (o debe realizar o desarrollar): el liderazgo educativo y pedagógico.

Algunos comentarios en el camino

A la pregunta: ¿Es válido hablar de máxima responsabilidad de los directivos y mandos altos de la EBP, y no tanto de los docentes, en cuanto a la «calidad» de la educación? Surgieron algunos comentarios en la red Twitter.

“Es válido porque son a partir de sus directrices las que dictan el rumbo y los objetivos de la educación. Aunque si se los preguntas a ellos, lo negarán.” (@REobservatorio)

“En educación, como en muchas tareas humanas, la responsabilidad es compartida por los involucrados. La conducción de la política tiene un enorme poder de decisión y, por tanto, de responsabilidad. Pero eso no exime a los agentes escolares, ni justifica una mala actuación. Saludos.” (@TeresaBrachoG)

Pregunto: ¿Es válido identificar los pesos específicos o el valor relativo de uno y otros actores de los procesos educativos y didácticos, sobre todo en la escuela pública?

“No creo que se pudiera hacer de manera general. Cada centro escolar, cada entidad federativa, … tiene formas diferentes de aplicar las políticas más generales. Y estas tienen también márgenes de aplicación. ¡¡¡Por eso es vital entender la gestión escolar!!!” (@TeresaBrachoG)

“La vocación y el compromiso de los #docentes ha sido una constante en este contexto de emergencia. Conoce sus testimonios y experiencias en la cuarta edición del semanario #EducaciónEnMovimiento” (@MejoreduMX)

Me pregunto: Y la vocación y el compromiso de las y los directivos escolares, en esta coyuntura sanitaria y ante la Jornada Nacional de Sana Distancia, ¿no es una constante?

Voltear a ver, en serio, a las y los directivos escolares

Para el especialista en calidad y asesor clave en el despegue de la industria japonesa entre 1960 y 1985, “el trabajador no es responsable de los defectos (de los productos o servicios), sino que la mayoría de los defectos se originan en el sistema” (Ver el libro de Rafael Aguayo: El método Deming). Deming afirmó en uno de sus libros, que una de las 7 enfermedades principales de la gerencia, es llevar a cabo la “Evaluación por rendimiento, clasificación de méritos o revisión anual de resultados… (porque) … la evaluación del comportamiento, a través de la calificación por méritos, está centrada en el producto final y no sobre el liderazgo para ayudar a la gente. Se destruye el trabajo en equipo y aumenta la rivalidad”.

Por otra parte, el papel de las familias en el desarrollo académico y la formación integral de las niñas, los niños y los jóvenes, ha sido estudiado en diferentes latitudes. La tendencia general de tales estudios y sus resultados, indica que, la mayor participación de las familias en los procesos de aprendizaje y de contención en la parte emocional hacia las y los estudiantes, crea ambientes que generan resultados favorables en términos de logro académico.

Quizá en estos hallazgos de la investigación educativa, se pueda sustentar que la educación no descansa sólo en los hombros de las y los docentes, sino en un equipo de trabajo más amplio, en una comunidad educativa comprometida y participativa, que generalmente está integrada por docentes, directivos escolares, asesores técnicos y miembros de las familias, que ofrecen sus experiencias para garantizar el pleno derecho a la educación de la niñez y la juventud en un contexto social determinado.

jcmqro3@yahoo.com

@jcma23

Fuente: https://profelandia.com/docentes-directivos-escolares-y-pandemia/

Imagen: Free-Photos en Pixabay

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El control del Estado sobre la educación, para que los seres humanos estén a su servicio

Por: Pedro Echeverría

1. No ha habido en México ningún sexenio en el que no se anuncie una Reforma o una Revolución Educativa. De igual manera se ha propagado una gran reforma a la salud, en el agrarismo o en leyes laborales. De esa política han vivido todos los gobiernos de la revolución mexicana burguesa de 1910-17. Vasconcelos, Torres Bodet, Bravo Ahuja, Solana, Zedillo, y todos los secretarios de educación de los gobiernos desde Fox hasta Peña. Ninguno, de verdad ninguno, de los presidentes, menos sus ministros de educación, han brillado por inteligentes u honestos; han sido simples burócratas políticos que han ayudado a profundizar el desastre educativo. Ahora toca el turno al presidente López Obrador y a su ministro Esteban Moctezuma, desconocido en el área.

2. El rotundo fracaso de la educación en México, nunca, jamás, ha sido por “malos planes educativos producto de la ignorancia de sus funcionarios”; al contrario, la mayoría de esos funcionarios poseen altos títulos universitarios que sólo les sirve para hacer lo que la clase política y empresarial determina. En las universidades y otros centros educativos en los contenidos educativos se enseña a obedecer, a ser disciplinado y a tener paciencia para esperar y triunfar. No se enseña a crear, a pensar, a ser reflexivo y crítico. Mientras más autoritaria es la educación los egresados de ella son obedientes, los enseñan a ser sumisos y jamás discutir las órdenes superiores. Así se conforma el sistema en beneficio de los más fuertes, poderosos y mandones.

3. Idiota sería el Estado, suicida el gobierno y retrasado mental quien se encargue de la educación, si entregan la mente, el pensamiento de los estudiantes en manos de sus enemigos. Con observar la orientación educativa, viendo el objetivo de la educación, incluso los métodos que usa, podemos ver hacia dónde se dirige cualquier sociedad. Esta era de manera global la idea del Dr. Luis Mora y el presidente Gómez Farías en 1832 que buscaban quitarle la orientación religiosa en educación al traidor, derechista y conservador López de Santana. Este es el quid del problema: ¿Educación para qué? ¿Para que carajos sirven más escuelas, más presupuesto, más maestros, más horas clase, si se enseña para crear más esclavos sumisos para la producción capitalista?

4. La educación siempre ha estado al servicio de la clase dominante; los maestros siempre han sido asalariados de los gobiernos y empresarios de derecha, centristas, fascistas en todos los países. Obvio, en los últimos 30 años se ha registrado mucha rebeldía minoritaria en algunos países, pero son iguales a las de los obreros en sus paros y huelgas: para vender por un poco más de salario su trabajo. Las luchas casi nunca han sido de clases para enterrar el capitalismo, sino solo han sido para que crezca el salario-limosna que se les paga o reciben. ¿Pero cuál lucha de clases, dirían los profesores, si millones de trabajadores no luchan ni se solidarizan? Bien, pues ese es el ejemplo por el que el capitalismo sigue dominando y seguirá mientras no haya conciencia de clase.

5. En 1993, como producto de mi Año Sabático en la UADY investigué y luego la universidad me publicó un libro: “Educación Pública: México y Yucatán” de 164 páginas. Es un libro muy crítico contra Estado, gobierno y capitalismo que analiza la educación en México y Yucatán haciendo en entrelazamiento. No sé si en un año o dos sirvió de texto en la escuela estatal de educadoras, pero luego fue enterrado. Soy el más crítico de mis libros y artículos, pero pienso que éste libro sigue siendo el ensayo más crítico e importante sobre educación en Yucatán en el contexto de las luchas sociales en México. Pienso que entre 100 años algunos comentarán el libro, como suele suceder en Yucatán con otros personajes del siglo XIX. Recuerdo a un personaje de la comisión revisora: “Tu libro sobre la Universidad no pasó porque tratas acontecimientos muy cercanos”.

6. Si la educación no sirve para cambiar la mentalidad capitalista o neoliberal de los estudiantes y profesionistas, tal como ha sucedido durante un siglo, entonces sirve para dar continuidad a la explotación, al individualismo, al neoliberalismo y al modo de vida yanqui dedicada al consumismo y la guerra. Los proyectos, planes, programas educativos deben ser echados a la basura; a partir de ello construir un proyecto anticapitalista con una gran dinámica encabezada por los pocos maestros que tengan claridad y dispuestos a cambiar desde la raíz todo el proceso. Este y mucho más se pueden hacer en seis años con López Obrador a partir de un trabajo intensivo de cursos y debates. Espero que se pongan manos a la obra. Si no sucede, la demagogia puede aplastarnos.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=257617

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El INEE: el fracaso educativo

Por: Abelardo Carro Nava

Aún tengo en mi memoria, el trabajo que el Profesor Refugio realizaba hace un par de años en alguna de las escuelas que se encuentran ubicadas en la Sierra Negra del Estado de Puebla. “Su escuela”, como él le decía, era multigrado. Solo tres pequeñas aulas conformaban esa institución educativa, cuyas carencias en infraestructura y mobiliario, estaban a la vista de todos. Sin embargo, y pese a las adversidades, jamás le escuché expresar un pretexto o justificación para no realizar las actividades que se desprendían de su profesión. Siempre, lo recuerdo muy bien, el buen ánimo y el deseo de que sus alumnos aprendieran lo llevaban a poner en marcha, un conjunto de acciones para favorecer los aprendizajes de sus alumnos.

Atendía a niños de 4º, 5º y 6º grado y, como seguramente usted imaginará, éstos provenían de las pequeñas casas que se encontraban alrededor de la comunidad. La lengua de los pequeños, el náhuatl, no era ni representaba una limitante que pudiera dificultar el trabajo docente. Por el contrario, el profesor conocía muy bien esa zona. Varios años de servicio podían observarse en su rostro y en sus palabras. De hecho, así lo afirmaba, las tradiciones y costumbres y la propia lengua que hablaban los lugareños, le permitía conocer el contexto y la manera en que podría abordar los contenidos que los libros de texto le marcaban como parte de su programa.

El día lo comenzaba como cualquier docente, llegaba temprano para hacer el aseo del aula, además de colocar el papel sanitario en las letrinas y ver que éstas estuvieran limpias. Irrisoriamente, los baños para los niños y los maestros, no estaban ni siquiera comenzados, y eso que tenía poco más de tres años de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) de su entidad, había autorizado su construcción, pero bueno, con una sonrisa en el rostro, siempre daba un argumento para no hacer sentir ese pesar que, muy probablemente, llevaba por dentro.

Después de pasar un poco la escoba por aquí y por allá, se disponía a colocar las butacas para que sus alumnos tomaran asiento, así como también, los materiales que trabajaría ese día con ellos. En un par de filas ubicaba a los de 4º, en otras dos a los de 5º, y en dos más, a los de 6º. Era de llamar la atención la forma en que trabajaba con sus pequeños: iniciaba con la bienvenida y el saludo para todos los niños, les cuestionaba sobre las actividades que habían realizado el día anterior en casa, así como las que correspondían a la tarea que les había encomendado; sus estudiantes contestaban, siempre participativos y entusiastas. Tal parece que la magia en ese instante emanaba.

Luego, con los materiales que previamente había colocado, abordaba el contenido que le tocaba conforme a la asignatura que él había considerado trabajar ese día. Primero, se dirigía a sus alumnos de 4º año, preguntaba sobre el tema, generaba las respuestas y conducía las actividades que deberían realizar los pequeños, siempre con consignas claras y aclarando las dudas que surgieran en ese momento. Posteriormente, realizaba lo mismo con los de 5º y pasaba con los de 6º, para regresar nuevamente con los de 4º, cuyo trabajo era verdaderamente bueno. De esa misma forma evaluaba los productos y, de esa misma manera, generaba sus evidencias de aprendizaje.

Era, repito, de llamar la atención la forma en que conducía el trabajo de sus alumnos; digo, quienes hemos laborado en escuelas primarias de organización completa, sabrán a lo que me refiero.

No había duda, tal parece que el profesor Refugio, o el “Profe” como a él le gustaba que le llamaran, había sido capacitado para realizar tan noble labor con esmero y conocimiento.

La hora de receso llegó y, al compartir unas deliciosas “chalupas” que él mismo había preparado por la mañana, la pregunta no esperó ni un solo momento: Profe, ¿pues cómo le hace usted para organizar el trabajo con sus pequeños? La respuesta fue contundente: “Mira, desde que egresé de la normal del estado, pocos han sido los cursos que la SEP nos ha dado; generalmente, me informo por cuenta propia lo que se viene trabajando en las primarias, entró a internet, leo sobre algunas estrategias y las pongo en práctica en el aula; aquí pocas veces se para un supervisor o un asesor; como te diste cuenta, el viaje para llegar a esta escuela lleva su tiempo y, con seguridad, por esta razón, no nos visitan muy seguido. Algunas veces, nos mandan a llamar a la “Subcorde” que se encuentra en la cabecera municipal, nos informan de los cambios y las políticas que se implementarán en lo sucesivo, pero nada más; lo demás, lo vamos haciendo nosotros… las políticas educativas, muchas veces no tocan nuestras puertas y, si las tocan, son para exigir una rendición de cuentas que no tiene sentido… nos piden evidencias, nos piden productos, nos exigen nuestras planeaciones, pero no nos retroalimentan… hay compañeros que van a ser evaluados y yo me pregunto: qué van a evaluarme si mis condiciones no son las mismas que las de otros compañeros que se encuentran en la zona; tú ya viste, el compañero que está conmigo, además de estar frente a grupo también tiene a cargo la dirección de la escuela y, cuando se ausenta porque tiene que llevar papeles a la “Subcorde”, me hago cargo de su grupo, qué me van a evaluar entonces, mi grupo o lo que realizó con el otro grupo…”.

Palabras más, palabras menos, éste es un breve relato que tengo registrado de alguna de las investigaciones que, varios colegas, hemos realizado en la Sierra Negra de Puebla. Muy probablemente, se parezca a otros tantos relatos que en este y otros momentos, puedan estar registrados en las grabadoras y libretas de otros tantos maestros, y que hoy, justo cuando el debate se ha tornado intenso por la declaración que hace unos días emitió quien, a partir del 1º de diciembre ocupará la Presidencia de la República en cuanto a la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), encuentra sentido. Y encuentra sentido porque como hemos visto, el diálogo que ha surgido entre “detractores y defensores” de tal idea, se ha ocupado en demasía, en la permanencia o no de un Instituto que, desde mi perspectiva, ha fracasado en su intento por influir en la toma de decisiones que los políticos han tomado hasta el momento, olvidándose por completo de quien hoy por hoy, tiene el mayor peso dentro del Sistema Educativo Mexicano (SEM): el maestro.

¿Cuándo se ha escuchado la voz de los maestros y maestras de México en medio de ciertos conflictos educativos como del que ahora somos testigos? Si mi mente no me falla, la respuesta es inequívoca: nunca. No hay espacio para ellos. Sí, no hay espacio para esos maestros cuya voz se muere en la garganta porque hay quienes piensan que el maestro no está facultado para ello. Su función es otra y, prácticamente, los consideramos ignorantes del proceso educativo.

Hace unos meses, Gil Antón reflexionaba en alguno de los Foros que el IISUE (de la UNAM) organizó con la idea de hacer un balance sobre el sexenio peñista en materia educativa, y afirmaba, que el maestro es considerado como un infante porque su papel en el SEM se reduce a ver, oír y callar; y no se equivocaba.

Lamentablemente, esa concepción tiene forma y sentido en este instante cuando, repito, el debate, se ha tornado intenso por la desaparición del INEE.

¿Hasta cuándo se le dará voz al maestro? Es una pregunta que me parece bastante pertinente plantear en estos momentos, porque es cierto, el docente en México, tal vez no tenga grandes investigaciones, tal vez no brinde conferencias magistrales en diversas partes de la República Mexicana, tal vez no tenga en su haber varios libros publicados; sin embargo, creo, se nos olvida, que cada día, en cada sesión, en cada clase, el docente ofrece una espléndida conferencia a sus alumnos, les muestra las producciones que ha venido realizando, les habla de sus descubrimientos a partir de los que la vida le va obsequiando, vaya, les genera un aprendizaje y un motivo más, pienso yo, por el cual deben seguir estudiando.

Sí, a todos se nos olvida que sin el INEE o con el INEE, la vida escolar es un “continuum” que va más allá de la permanencia o no de ese Instituto; caray, por qué no volteamos a ver lo que sucede en los diferentes espacios educativos en México: el aula, por ejemplo.

En suma, muchos, esperamos un ejercicio de autocrítica por parte de los actuales consejeros del INEE. Tal vez, pienso, por ahí podríamos empezar para hablar o no de su permanencia, y luego, considerar que si se hacen ciertos señalamientos hacia el trabajo que han realizado, no es porque ello signifique que no hayan hecho lo que pudieron o no haber realizado en todo este tiempo. Cierto es que han aportado, desde su visión y conocimiento, la información que pudo haber generado un cambio y mejora en la educación en México, pero como el “hubiera” no existe, las consecuencias de sus actos y decisiones, supongo, habrán de asumirlas en los próximos días cuando por fin, se aclare el panorama educativo en manos de un nuevo gobierno.

Personalmente, creo que los consejeros saben y conocen que no gozan de la simpatía de buena parte de los profesores; las acciones que los llevaron a generar esa antipatía, supongo, también la conocen. Algunos docentes, me incluyo, la llamamos “subordinación” a la autoridad en turno, aunque otros prefieran llamarla falta de autonomía.

En cualesquiera de los casos, considero que la autocrítica es viable, pero también, los argumentos que lleven a replantear o reconfigurar un instituto que nació alejado de los maestros o… ¿me equivoco?

Con negritas:

Si Guevara Niebla ha sido invitado a formar parte del equipo de transición en materia educativa del próximo gobierno, por qué su voz no se ha escuchado en los pasillos de la cuarta transformación de México. ¿Será que el significado de infante que he descrito líneas atrás lo ha envuelto?

Al tiempo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-inee-el-fracaso-educativo/

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El Big Data seleccionará al empleado… ya no se exigirá título universitario

Redacción: Hispanidad

El cambio no será fácil pero llegará, como pasa en Google, Amazon o IBM: si su hijo le pregunta qué estudiar dígale que no lo sabe pero que el Cielo nunca se lo podrán quitar.

Pues fíjense ustedes que ahora que parecía que exigíamos títulos académicos, certificaciones y licencias profesionales para todo, las grandes compañías del sector tecnológico (GoogleAmazonIBM, por citar algunas) y de otros sectores también (CostCoStarbucksHilton o Bank of America) han anunciado, o aplican ya sin más anuncio, la política de no exigencia de título universitario para el acceso a empleos cualificados que tradicionalmente lo requerían.

El anuncio es interesante por la tendencia que pronostica, la de la formación al margen de las universidades, y por el fracaso que muestra, el de estas organizaciones como proveedoras de capacitación con valor de mercado. Respecto de esto último, el error tal vez fue introducir en las universidades los planes de estudios y las escuelas de las formaciones técnicas, las antiguas escuelas especiales en España o los institutos politécnicos en otras latitudes, que preparaban muy bien a ingenieros, expertos mercantiles, pero que no eran universitarios porque la Universidad tradicionalmente se había dedicado a la Ciencia y el Pensamiento con mayúscula. Esto incluía el Derecho y la Medicina, así como todo lo que podríamos englobar en las diversas ramas de la Filosofía, incluida la Economía, y las Ciencias Naturales. Básicamente, la Universidad formaba pensadores y humanistas, y el que quisiera saber sobre el motor de explosión, la resistencia de los materiales o la partida doble en Contabilidad, debía acudir a otro sitio.

El error tal vez fue introducir en las universidades los planes de estudios y las escuelas de las formaciones técnicas

El cambio no será tan fácil, pero será, porque la certificación académica, mejor o peor, reduce mucho los costes de búsqueda del empleador. Al fin y al cabo, un requisito de titulación, aunque esta no sea lo importante, reduce el número de candidatos a estudiar. Habrá, pues, que buscar métodos alternativos de cribado, pero eso en la época del Big Data terminará siendo fácil. Todo se tratará en ver qué variables aparecen con frecuencia en los individuos exitosos en una actividad, por peregrinas que puedan parecernos dichas variables. Tal vez no haya entonces que presentarse a una selección, tanto como esperar a ser llamado para un empleo por la Gran Base que auscultará nuestra vida y le indicará al empleador que somos el sujeto que busca. La ausencia de información pública sobre nosotros nos dejará fuera del circuito de empleo.

Eso no nos deja a los individuos totalmente ajenos al proceso o pasivos en el mismo, como quieran verlo. Ni a las instituciones de formación. Las segundas tal vez deban seleccionar, dirigir y formar a sus estudiantes en las habilidades que les harán exitosos. Tal vez los propios empleadores crearán las escuelas. Los buenos despachos de abogados estarían dispuestos, si el acceso al ejercicio se obtuviera mediante un simple examen, con independencia de los títulos previos del candidato: diez años de pasante podrían ser mejor para formar abogados especializados, otra cosa son juristas, que un grado en Derecho.

Habrá enfrentamientos entre los que gozan de un empleo protegido por una patente pública, liderados por los políticos, y los que no, a cuyo frente estarán las grandes corporaciones

Así que en los próximos años, años porque ahora todo va muy rápido, vamos a ver fuertes enfrentamientos entre los que gozan de un empleo protegido de algún modo por una patente pública y los que no. De eso va el conflicto del taxi con Uber y Cabify, aunque les parezca que queda lejos, o el más reciente de los guías turísticos. Los primeros, los protegidos por la patente, lo que incluye al funcionariado cada vez más numeroso y pobre, tenderán a refugiarse en la reglamentación y el Estado con el consiguiente igualitarismo. Los segundos pedirán desregulación, bajos impuestos porque no querrán sostener a aquellos y obtendrán fuerte discriminación salarialpara bien y para mal. Al frente de los primeros, los políticos. Al de los segundos, las grandes corporaciones.

¿Habrá terceros? Siempre hay terceros en un enfrentamiento. Los que descubran el éxito económico serán atacados por los dos: impuestos siempre y copia del éxito por las grandes corporaciones cuando pueda producirse en masa. Sólo algunos pequeños sobrevivirán.

Si su hijo le pregunta qué estudiar dígale que no lo sabe pero que el Cielo nunca se lo podrán quitar.

Fuente: https://www.hispanidad.com/noticias-bancarias-semana/el-big-data-seleccionara-al-empleado-ya-no-se-exigira-titulo-universitario_12003522_102.html

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¿Por qué falla la educación en Argentina? Por José Teruel-Analista Internacional

 

Argentina / 25 de marzo de 2018 / Autor: José Teruel / Fuente: Pirámide Informativa

La educación argentina está atravesando una serie de problemas hace ya décadas y las muestras son alarmantes. Un informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA muestra que solo el 48% de los adolescentes argentinos de 15 años, entienden lo que leen. Además, según el Ministerio de Educación, solo el 44% de los chicos terminan el colegio secundario en tiempo y forma, es decir, menos de la mitad. Por otro lado, solo el 25% de quienes cursan enseñanza obligatoria (primaria y secundaria) en el país, alcanza un buen nivel educativo, lo que significa  un cuarto de los estudiantes. También, ha crecido el número de los llamados ni/ni, los chicos que ni estudian ni trabajan, porcentaje que ronda el 15%. Pero, ¿a qué se debe esta problemática?

En primer lugar, al presupuesto que se le destina. Si bien éste aumentó del 3% al 6% del PBI (diferente de los países con mejor educación que no establecen porcentaje mínimo, sino la cantidad que sea necesaria para una educación adecuada), el dinero se destina mayormente a los salarios, que inclusive siguen siendo bajos: 570 dólares al mes por 20 horas de trabajo, lo que, a comparación con las grandes potencias, es extremadamente precario. Luxemburgo, por ejemplo, paga 8325 dólares al mes (actualmente serían más de 160 mil pesos en argentina). Por su parte, Alemania paga a sus profesores casi 5500 dólares mensuales (110 mil pesos argentinos). Incluso situándonos en América Latina, lejos estamos de los casi 900 dólares mensuales que se pagan en Uruguay por las mismas horas de trabajo.

Este análisis nos trae otro causante del problema: el trabajo de maestro está subvalorado. Esto se pude confirmar en aquel discurso de la ex presidente Cristina Fernández, en la apertura de la Asamblea Legislativa 2012, en el que expresaba que los maestros no podían quejarse ya que trabajan sólo 4 horas y tienen un empleo estable. También se evidencia en las palabras de la actual vicepresidente Gabriela Michetti cuando, en una entrevista con Luis Novaresio, dijo que los maestros ganan 9 mil pesos por 4 horas de trabajo por lo que no debían hacer reclamos. Este pensamiento no es el de los países desarrollados, donde ser profesor es un trabajo honorable y respetado, ya que de ellos dependen en gran medida las futuras generaciones. Tampoco es el de un dirigente que conoce a sus ciudadanos, si no entenderían algo tan básico como que el trabajo docente no termina afuera del aula.

Si, como recién dijimos, el pago de sueldos es en lo que mayormente se usó el aumento del gasto del PBI en educación, el presupuesto en infraestructura educativa no recibió grandes cambios y genera nuevos inconvenientes. Algunos maestros declaran que se pierden 20 minutos de clases en el horario de llegada porque los niños pelean por quedarse con los bancos sanos. Aunque este es el menor de los males: aulas sin ventiladores, focos que no andan, ventanas que no abren, cursos sin puertas, estufas que no funcionan, pizarras destruidas, maestros que tienen que comprar sus propias tizas para escribir, techos que se llueven, entre algunos de los tantos problemas que tienen que afrontarse día a día.

Otro dato alarmante es que en las zonas de mayor pobreza es en donde se da la peor educación. El 20% más pobre es quien peor enseñanza recibe, lo que incumple totalmente con la Ley de Educación Nacional, la cual establece que las mejores escuelas deberían estar en las zonas más pobres, según afirma Manuel Álvarez Trongé, presidente de la ONG Proyecto Educar 2050.

También se distingue un problema en la misma organización educativa, que tiene como fin principal velar siempre por la continuidad del alumno, aunque su rendimiento no sea el adecuado. Esto hace que al estudiante se le exija aprender contenidos superiores cuando aún no comprende los básicos, por lo que la educación no tiene como fin la superación, sino que es más bien un proceso que se puede superar incluso sin cumplir con los parámetros necesarios.

Mientras la educación no sea la prioridad, no tenga objetivos claros y no se trabaje realmente para mejorarla, difícilmente el país avanzará, porque la educación es el motor de toda sociedad.

“Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia” Simón Bolivar

Fuente del Artículo:

¿Por qué falla la educación en Argentina? Por José Teruel-Analista Internacional

Fuente de la Imagen:

http://www.libertadyprogresonline.org/2013/12/13/postales-sobre-educacion-en-la-argentina-2013/

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Fracasos, becas y la educación panameña

Panamá / 25 de enero de 2018 / Autor: Leda Abril Moreno / Fuente: La Prensa

El fracaso del sistema educativo es el fracaso de la sociedad panameña, pues en el sistema educativo participan los educadores, los estudiantes y las familias. Las cifras muestran 41 mil estudiantes fracasados, en su mayoría, de primaria. En el portal Meduca puede leerse que lo causan: pobre comunicación de padres, hijos y docentes, factores económicos o la ausencia de aplicación de técnicas modernas. Muchos intelectuales han opinado que las reformas curriculares realizadas a un sistema anacrónico fueron “parciales” y excluyeron materias humanistas. Fechas como el 9 de enero, la masacre de Albrook, el Viernes Negro, la invasión y la reversión del Canal pasan inadvertidas. Criticamos la falta de ortografía, vocabulario, ética y valores. La apatía estudiantil frente a los problemas de corrupción, ecología y violencia es evidente.

Existe una deficiencia importante de recurso humano relacionada con la globalización y la tecnología. La reforma curricular fue calificada como desarticulada y sin bases filosóficas propias. Parecemos no recordar que la filosofía de la liberación latinoamericana, expuesta por Enrique Dussel en 1975, apunta a una utopía liberadora. Esta liberación plantea una descolonización curricular, pues como está planteada la enseñanza actual y sustentada por organismos tales como Unesco o la OEA, formamos operadores de inventos y conocimientos de los países del primer mundo. Dussel sustenta así que, en los países de América Latina, prácticamente no hay innovadores o inventores. Utilizar las notas como único indicador es minimizar los problemas del estudiante panameño.

La beca universal es una decisión política, no técnica, mucho menos filosófica. A mamá, enfermera jubilada, le enseñaron en el interior a marcar polleras, recitar, historia, ética, matemáticas y ciencias, entre otras; mi hijo, estudiante de escuela primaria privada, usa una maleta dos veces su tamaño y recibe tutorías bilingües por sobrecarga de materias; la nana solo tiene segundo grado; así es Panamá. Yo hice mis primeros tres años (preescolar incluido) en Estados Unidos, regresé aquí a una escuela pública, cursé la secundaria en una privada, medicina en la Universidad de Panamá y un posgrado en Europa; formo médicos, orgullosamente soy producto del sistema educativo panameño.

Hoy coexisten dos Panamá y dos sistemas educativos: el del Panamá profundo y marginal, con deficiencias obvias, y el privado, inflado en materias y en algunos casos, en costos. Como voluntaria de giras al Darién, sé la necesidad de alimentación, calzados y útiles escolares. También tomé la leche CARE en los 70 y como otras panameñas, educo a un hijo siendo madre soltera, pero hasta no hacer una Mesa Nacional por la Educación que incluya Gobierno, educadores, sociedad civil, padres de familia, empresarios y nos planteemos las preguntas filosóficas sobre qué panameño queremos, qué le queremos enseñar, por qué le enseñamos y cómo queremos enseñarle, estos esfuerzos caerán en saco roto.

Solo aprovecharán los esforzados, como siempre ha sucedido, beca o no, tal como hicieron mis ancestros y lograron romper el círculo de pobreza: estudiando.

Fuente del Artículo:

https://www.prensa.com/opinion/Fracasos-becas-educacion-panamena_0_4945755480.html

Fuente de la Imagen:

Firma de convenio con Ministerio de Educación

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