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Gonzalo Frasca, el uruguayo que diseña videojuegos con los que enseñan matemáticas en Finlandia

Uruguay / 30 de diciembre de 2017 / Autor: Lucía Blasco / Fuente: BBC Mundo

¿Quién no ha entonado alguna vez la canción de «Los elefantes»? ¿No la recuerdas? Dice así: «Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña…».

Para muchos, esta canción matemática es un ejemplo de cómo jugar aprendiendo.

Sin embargo, el uruguayo Gonzalo Frasca, uno de los creadores de videojuegos educativos más conocido fuera y dentro de América Latina, dice que este tipo de estrategias de aprendizaje son un error.

«Uno de los problemas que sucede en la escuela a nivel global es que muchos niños aprenden a contar con una canción sin entender realmente qué es cada número«, le cuenta a BBC Mundo el catedrático e investigador de videojuegos.

Para Frasca, ese sistema es «pésimo» porque no tiene en cuenta el sentido numérico. Y éste es, según indica el especialista, «una de las causas más significativas del fracaso escolar».

Frasca no es profesor, pero su trabajo está muy vinculado a la educación y, más concretamente, a las matemáticas.

Junto a un equipo internacional compuesto por una veintena de maestros, pedagogos y diseñadores de videojuegos, ha creado un sistema para enseñar matemáticas a niños de primaria que ya se ha probado en escuelas de Francia, Noruega y Finlandia, y que espera poder exportar próximamente a América Latina.

Se trata de DragonBox School, un proyecto que combina libros de texto y de ficción con algo más novedoso en el sector educativo: los videojuegos.

DragonBox School (Foto: Gonzalo Frasca).
Image captionJunto a un equipo de unas 20 personas, el uruguayo desarrolló un sistema que combina libros de texto y videojuegos para enseñar matemáticas a niños de primara en países como Finlandia. (Foto: Gonzalo Frasca).

«Más autonomía»

Gonzalo Frasca es desde hace dos años diseñador jefe en WeWantToKnow, la empresa detrás del desarrollo de DragonBox, un videojuego educativo que el diario estadounidense The New York Times calificó en 2013 como «la más impresionante aplicación de enseñanza».

El trabajo del uruguayo hoy día es trasladar esa exitosa aplicación -que ya lleva 6 años en el mercado- a escuelas de todo el mundo.

Frasca dice que a través de los videojuegos los niños pueden «experimentar y descubrir conceptos», y no sólo que alguien les cuente en qué consisten.

Por ejemplo, a través de unos personajes pueden «conocer» cómo es cada número y «mirar» cómo son por dentro para comprender ese concepto de sentido numérico que nos permite entender lo que es una suma, resta o división más fácilmente.

«Los videojuegos por sí solos no cambian los sistemas educativos, pero son una poderosa herramienta pedagógica»

Además, asegura que estas herramientas tienen en cuenta los diferentes ritmos a los que aprende cada niño y les proporcionan un aprendizaje más autónomo.

Es un enfoque pedagógico que cada vez se practica más en los países nórdicos y del que, según el especialista, podría aprender mucho América Latina, que está «muy mal posicionada en educación a nivel mundial».

Según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Cuba es el único país en la región que cumple los objetivos globales de educación establecidos en los últimos 15 años.

«Los problemas de América Latina son variados y es importante entender que no hay un solo elemento que vaya a solucionarlo», explica Frasca.

Pero ¿son los videojuegos la solución?

«Los videojuegos por sí solos no cambian los sistemas educativos. Pero sí son una poderosa herramienta pedagógica que necesita para dar todo su potencial del trabajo activo del docente», responde Frasca.

Y es que el desarrollador de videojuegos señala que en este sistema «el docente es fundamental» para guiar a los alumnos.

Las dificultades

El uruguayo afirma que «no se trata de que los niños estén todo el día con la tableta, sino de que haya una dieta balanceada» que combine lo digital con elementos tradicionales.

Esto supone que si, por ejemplo, un niño tiene tres clases por semana de matemáticas, use el videojuego entre 45 y 50 minutos.

Lo importante, sostiene Frasca, es que los niños hablen y discutan sobre lo que aprenden, y no que sea una experiencia individual.

Y América Latina todavía está lejos de implementar esta tecnología en sus aulas.

Escuela en FinlandiaDerechos de autor de la imagenOLIVIER MORIN/AFP/GETTY IMAGES
Image captionEn las escuelas finlandesas lo niños tienen más autonomía, sostiene Frasca.

«Tal vez uno de los inconvenientes es que es un sistema caro«, reconoce. «Pero también el hecho de que en nuestra región falta experiencia… y también una cuestión cultural».

«En América Latina hay muchos prejuicios sobre el entretenimiento juvenil», dice Frasca, quien asegura que los videojuegos son útiles para aprender y que los buenos resultados de países como Noruega o Finlandia salan a la vista.

«Quizás uno de los mayores desafíos educativos de América Latina es comprender que hacen falta dos revoluciones educativas: una logística, que permita tener buenas escuelas y maestros mejor formados, y otra pedagógica, que respete las necesidades de los niños», añade el catedrático.

 

«Los niños saben de forma innata que la mejor manera de aprender es jugando»

Otro desafío es mantener motivados al mismo tiempo al niño y al maestro. Pero Frasca asegura que con los videojuegos es posible lograr ambas.

El especialista cree que «las matemáticas están mal enseñadas» y que la única manera de captar la atención de los niños escon desafíos.

«Las matemáticas son como la música: no podemos enseñarla sin instrumentos. Y sabemos que los videojuegos funcionan en todo el mundo», cuenta Frasca.

«Los niños pueden aprender sin sufrir. Ellos saben de forma innata que la mejor manera de aprender es jugando«.

Fuente de la Noticia:

http://www.bbc.com/mundo/noticias-42411821

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El puzzle de la equidad educativa

España / 15 de octubre de 2017 / Autor: José Saturnino Martínez García / Fuente: Agenda Pública

Nuestro sistema educativo es razonablemente equitativo desde el punto de vista de las competencias. Las diferencias entre alumnado son relativamente bajas (desviación típica), los de bajo origen social logra un nivel bueno (resiliencia), el nivel socioeconómico y cultural de la familia influye, pero menos que en los países de nuestro entorno, y frente a lo que se asevera de forma insistente, el nivel promedio está en línea con los países de la OCDE, especialmente si corregimos por nuestro atraso cultural.

De estos datos (puede consultarse una amplia base de datos sobre la influencia de los factores socioeconómicos y culturales sobre el rendimiento escolar en este barómetro del Observatori Social la Caixa), me gustaría destacar tres cuestiones. Por un lado, la equidad observada se debe a que el alumnado de bajo origen social obtiene resultados más altos que en el promedio internacional, mientras que el alumnado de alto origen social, obtiene malos resultados (cuando hablamos de alto origen social no hablamos del 1% más rico, sino de familias con progenitores universitarios). ¿Por qué nuestros jóvenes de orígenes populares son buenos en competencias pero los de alto origen social son malos? No lo sabemos a ciencia cierta, solo cabe aventurar hipótesis no comprobadas, como el escaso valor de la cultura entre nuestras clases medio-altas. La segunda cuestión a destacar es que la crisis más intensa de la economía española desde la Guerra Civil apenas les ha hecho mella, a pesar de que la inversión por estudiante ha disminuido un 25%,  la renta de las familias un 10% y somos de los países de la OCDE en que más ha crecido la desigualdad económica. Quizá porque sus efectos se noten en un plazo más largo. Pero lo cierto es que entre quienes ya se han escolarizado durante la crisis, tampoco se nota. Da la sensación de que la lógica educativa, en el ámbito de las competencias, es más robusta a los embates económicos de lo que creíamos, posiblemente debido a las inercias de la vida escolar (el profesorado no trata peor al alumnado cuando le recortan el salario), o a que las competencias no se forman principalmente en la escuela, como sostiene Julio Carabaña. Y en tercer lugar, estos indicadores nos ponen cerca de países nórdicos, como Dinamarca, que en materia económica y social, sin embargo, es mucho más igualitaria que nuestro país. Todos estos datos ponen en cuestión mucho de lo que creíamos saber sobre la relación entre economía y educación, al menos desde el punto de vista de las competencias.

Pero las competencias son solo una parte de lo que se evalúa en el sistema educativo. Además, se evalúan contenidos (currículum) y aptitudes, como el orden, la obediencia, la motivación, la perseverancia, etc. Todas estas dimensiones se resumen en un solo indicador: el título educativo.Lograr un título guarda una relación compleja con las crisis. Por un lado, familia y Estado, son más pobres, lo cual influye negativamente. Pero por otro, el aumento del paro hace los estudios más atractivos, sobre todo en países como España con amplia oferta de educación post-obligatoria gratuita o subsidiada. Incluso el importante incremento de las matrículas universitarias, se transforma en una cifra asumible de unos 30€ al mes, prohibitiva para algunas familias (un 5% de los jóvenes declara no estudiar por problemas económicos), pero no para la mayoría, al punto que ha aumentado el dinero que las familias dedican a educación, a pesar de la disminución de la renta. El efecto del paro gana al empobrecimiento, por lo que el fracaso escolar ha llegado a los niveles más bajos de nuestra historia. Desde el punto de vista de la igualdad de oportunidades, ha habido un aumento de la desigualdad, debido a que el 5% más pobre ha empeorado su logro académico.

Por último, me gustaría destacar el peor indicador de equidad del sistema español: la repetición de curso. Por un lado, la repetición es anormalmente alta en España, hasta el punto de que los jóvenes que no repiten tienen un promedio de competencias claramente superior a la media internacional, lo que quiere decir que muchos estudiantes que repiten en España, no lo harían si viviesen en otros países desarrollados. Pero además, durante la crisis ha aumentado el peso de la influencia socioeconómica y cultural de las familias en la repetición de curso, de forma que si dos estudiantes tienen el mismo nivel de competencias, las posibilidades de repetir del de origen popular quintuplican al de origen alto. Esta desigualdad se ve agravada por la rigidez de nuestro sistema educativo, pues el paso a la educación post-obligatoria exige acabar la ESO (aunque esto ha cambiado tímidamente con la FP Básica), a diferencia de los países de nuestro entorno. Por ejemplo, para acceder a la FP Dual en Alemania no obligatorio el título equivalente.

Este artículo resume en líneas generales los principales resultados del libro del mismo autor “La equidad y la educación” (La Catarata, 2017), que es un resultado del Proyecto INCASI, que ha recibido fondos dl proyecto 2020 de la UE (Marie Skłodowska-Curie GA No 691004), coordinado por Dr. Pedro López-Roldán.

Artículo realizado con la colaboración del Observatorio Social de “la Caixa”

Fuente del Artículo:

http://agendapublica.elperiodico.com/puzzle-la-equidad-educativa/

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¿Por qué un tercio de los alumnos que estudian ‘online’ fracasan?

Por: Ángel Perianes

Una mala gestión del tiempo o contenidos poco adaptados a la formación en línea motivan que un gran número de estudiantes abandonen desmotivados o defraudados

El aprendizaje online encabeza la actual revolución educativa con cifras que abruman por su gran tendencia al alza. En el último año, el número de alumnos que ha optado por cursar este tipo de formación (también conocida como e-learningha aumentado un 72% según datos de Plataforma Virtual. Su comodidad, su flexibilidad y el ahorro económico que supone respecto a la enseñanza presencial la han convertido en la opción favorita de miles de españoles, tanto de personas en búsqueda de trabajo como de empleados que desean mejorar su estatus profesional.

Sin embargo, la moda de empezar a estudiar por Internet con las mejores intenciones acaba, en numerosas ocasiones, en saco roto. No son pocos los alumnos que fracasan en su empeño y terminan abandonando hastiados o desmotivados, bien por su situación personal, o bien por su decepción ante el contenido con el que se encuentran.

Aunque no hay datos detallados acerca de la deserción online, expertos e investigaciones recientes como la realizada por la Escuela Europea de Dirección de Empresa (EUDE) calculan que más de un tercio del total que se aventura a estudiar másteres o posgrados en línea desisten pese a haber invertido dinero en ellos. Las estadísticas son mucho más acusadas en el caso de los denominados MOOC (Cursos abiertos masivos en línea, de acceso gratuito), en los que un 90% de sus usuarios claudican al inicio o a mitad de camino.

Las universidades y centros de formación a distancia son conscientes de la paradoja que se produce entre el éxito de su oferta formativa y el abandono de una parte de sus estudiantes. Por eso, incrementan cada vez más sus esfuerzos en identificar las causas y en poner soluciones para paliar el problema. El profesor y director del eLearn Center de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC), Lluís Pastor, apunta a un factor clave: el tiempo. El perfil medio del alumno que estudia en línea es el de un adulto con titulación de entre 30 y 40 años. «Una mayoría suelen ser profesionales que compaginan su formación con su vida laboral. En el mundo del aprendizaje de los adultos hay un punto de mejora muy claro, pero su ritmo de vida no da para estudiar», dice Pastor.

Exceso de optimismo

Las responsabilidades laborales y familiares suponen para el estudiante a distancia una rémora que, a diferencia del alumno presencial, acaba por menguar la euforia inicial y el exceso de optimismo que lleva a algunas a matricularse, incluso, en varios programas a la vez. La vicerrectora de alumnos de la UNED, María Ángeles González Galán, considera que «esta gente se matricula a tiempo completo y luego se da cuenta de que el tiempo que necesitan para rendir al nivel de exigencia que requiere una carrera universitaria es muy superior del que disponen. Hablamos de personas que suelen trabajar ocho horas, llegan a casa con su familia y tienen que dedicar horas de estudio por la noche. Están cansados y, entonces, sus expectativas luego pueden verse reducidas». En este sentido, si bien es cierto que reconoce una serie de motivos personales, enfermedades o un revés económico que puede llevar al abandono, añade que «cuando pasan unos años suelen volver».

A esa falta de gestión en la que se suele caer se suma la ambigüedad con la que se ofertan algunos programas formativos que acaban defraudando al usuario. El vicerrector de Investigación e Innovación Educativa de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), Vicente Gabarda, afirma que la flexibilidad que ofrecen los procesos de formación online puede convertirse en un arma de doble filo: «Por un lado, permite al estudiante avanzar a un ritmo mucho más personalizado, pero también implica que, si el estudiante no le dedica el esfuerzo y el compromiso necesario para seguir el título, se vaya poco a poco desvinculando del mismo hasta terminar abandonándolo«.

La misma desmotivación genera el corta y pega de contenidos presenciales que algunos programas e-learning incluyen en su material y la falta de acompañamiento de un profesor hábil que el usuario, con o sin tiempo para asimilarlos, busca para continuar navegando sin miedo en la plataforma o en los campus virtuales.

Comunicación efectiva

Por eso, los centros y universidades insisten, cada vez más, en una tutorización individualizada y metodologías que permitan atender diferentes necesidades, así como en una comunicación efectiva desde el mismo momento en que el estudiante decide matricularse, tal y como explica Gabarda. La ausencia o la pérdida de esa comunicación entre el alumno y el profesor se traduce, en muchos casos, en falta de perseverancia y en desesperación a la hora de acceder al contenido y de intervenir en foros de la plataforma para resolver dudas.

Al respecto, el vicerrector de la VIU asegura que su institución intenta abordar el problema con «un feedback casi inmediato«, y «dejando de lado el modelo de educación a distancia tradicional, donde solamente hay un envío de materiales y un proceso formativo del estudiante vinculado apenas con un tutor académico, que sin duda interfiere directamente en la motivación del alumno».

Hay muchos estudiantes que ni siquiera llegan a ese contacto con el tutor porque abordan su formación sin una orientación previa y se descabalgan en los primeros días. La vicerrectora de la UNED asume este problema y explica que, para evitar este error, su institución cuenta con un curso de iniciación de estudios a distancia llamado Mis primeros pasos que los nuevos alumnos realizan al inicio «para que sepan de qué van a disponer, qué ayudas tendrán, qué foros van a tener o dónde va a poder ponerse en contacto con los compañeros», comenta González Galán.

De la misma forma, subraya la importancia de huir de una atención meramente virtual y ofrecer una asistencia presencial. Por eso, explica la existencia de los 61 centros asociados de los que dispone su universidad en todo el territorio nacional.

Desde el punto de vista de Lluís Pastor, muchas universidades y centros no hacen caso a los cambios que reclama la sociedad. Se refiere a aspectos como clases grabadas, desfasadas para él, o a la falta de orientación al alumno sobre lo que se va a encontrar. Por eso -añade- «hay que hacer una reingeniería de la universidad«. El profesor de la UOC cree que eso pasa, entre otras soluciones, por ayudar al estudiante a que él pueda planificar su agenda indicándole el tiempo mínimo de lectura y comprensión del contenido. «En el caso de nuestra universidad, intentamos que cada contenido tenga una asignación temporal orientativa para que cada uno pueda gestionarse mejor».

A esas causas de deserción se suma el material pobre, desactualizado o poco atractivo con el que muchos se encuentran en algunos programas. Tal y como lo ven en la VIU, «la diferencia está en el background metodológico y tecnológico al margen de los contenidos y enfoques innovadores». En ello coincide Lluís Pastor, quien opina que enganchar al estudiante de principio a fin pasa por una óptima combinación de diseño entre la tecnología y el propio material. Con este fin, explica por qué su universidad ha convertido el contenido educativo y académico en programas de televisión, tertulias y documentales. «Es la forma de que todo sea mucho más agradable y placentero», asevera.

No obstante, la diversidad de perfiles que buscan ampliar su aprendizaje obliga a centros educativos a mantener sistemas tradicionales para no provocar frustración en quienes se desenvuelven con menos soltura digital. Así lo defiende María Ángeles González Galán, que explica por qué la UNED intenta tener en cuenta este aspecto: «Los contenidos abordan todo tipo de formatos, en papel y digital, porque no toda la gente se maneja en el mundo tecnológico con facilidad. Hemos llegado a tener un alumno de 95 años«. Aunque admite que su universidad no saca un libro nuevo cada año, asevera que todo el material que ofrece está enriquecido con vídeos, programas de radio o con contenidos electrónicos complementarios.

Fase de incógnita

En todo el proceso de formación onlineel momento en el que más abandonos se producen es en el primer semestre. Una fase de incógnita, «bien porque el alumno creía que el programa era más fácil o porque no tiene una buena planificación del tiempo. Ahí está el punto débil», tal y como reconoce Lluís Pastor, quien también considera que estas deserciones son más acusadas cuanto más tiempo requiere la formación elegida. En concreto, los grados acumulan el mayor número de renuncias.

Aunque el fenómeno e-learning no deja de crecer, las cifras y los propias instituciones revelan una realidad poco reconocida que Pastor apostilla sobre el aprendizaje a distancia: «el alumno online tiene más exigencias que un estudiante presencial».

Fuente: http://www.elmundo.es/extras/formacion-online/2017/09/26/59ca9905468aeb441d8b464f.html

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España: Educadores sociales ayudarán a luchar contra el fracaso y el abandono escolar

España/05 octubre 2017/Fuente: La Vanguardia

 Educadores sociales colaborarán durante el actual curso escolar en unos 70 colegios e institutos para ayudar a luchar contra el fracaso y el abandono escolar, así como el absentismo, y también participarán en la redacción y desarrollo del plan contra la violencia infanto juvenil.

Esta colaboración se llevará a cabo después de que la consejera de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias, Soledad Monzón, y el presidente del Colegio Profesional de Educadores y Educadoras Sociales de Canarias (CEESCAN), Francisco Rodríguez, firmasen un convenio de colaboración que permitirá la incorporación de 36 de esos profesionales a los centros educativos del Archipiélago.

La Consejería destinará un presupuesto de en torno a 1.100.000 euros a un proyecto que es una experiencia piloto, si bien ya funciona Extremadura, Castilla La Mancha y Andalucía, y se ha realizado además en cinco centros de Tenerife y en San Bartolomé de Tirajana.

La consejera de Educación y Universidades, Soledad Monzón, ha dicho hoy que la incorporación de estos profesionales es una demanda de la comunidad educativa y ha reconocido que probablemente esta figura tenía que haberse incluido antes en los centros, pero eso no se llevó a cabo debido a los recortes durante la crisis económica.

Soledad Monzón ha señalado que los educadores sociales estarán en los centros educativos pero también llevarán a cabo su labor en colaboración con los ayuntamientos y con la sociedad.

El presidente del Colegio Profesional de Educadores y Educadoras Sociales de Canarias (CEESCAN), Francisco Rodríguez, ha manifestado que se trata de profesionales que son demandados ante nuevas realidades sociales originadas por cuestiones como los avances tecnológicos y ha destacado que tendrán sobre todo una función preventiva.

También actuarán como mediadores ante posibles situaciones de conflicto y desarrollarán asimismo una labor educativa, y Francisco Rodríguez ha agregado que una vez se desarrolle este convenio se decidirá si será estable la incorporación de manera estable.

Fuente noticia: http://www.lavanguardia.com/vida/20171004/431788618295/educadores-sociales-ayudaran-a-luchar-contra-el-fracaso-y-el-abandono-escolar.html

Fuente imagen: https://t2.uc.ltmcdn.com/images/2/1/5/img_cuales_son_las_causas_del_fracaso_escolar_19512_orig.jp

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Libro: La equidad y la educación

España / 3 de septiembre de 2017 / Autor: Saturnino Martínez / Fuente: InfoLibre

El sociólogo Sarturnino Martínez trata de ofrecer «una mirada lo más limpia posible sobre el debate de la equidad educativa» en su último libro, que publica Catarata. La obra será presentada el 14 de septiembre, en la Casa del Libro de la calle Fuencarral (Madrid), por Ángel Gabilondo. A continuación, infoLibreadelanta el capítulo con las conclusiones.

 

La fábula de la tarta nos anticipó la complejidad del debate sobre la equidad. Una complejidad que muestra que no tiene sentido defender la equidad en abstracto, sino que debe realizarse siempre en un marco interpretativo complejo. Esta complejidad en el debate público tiende a degradarse a favor del solapamiento entre utilitarismo y liberalismo, que desplaza del debate político otras opciones. Pero deberíamos crear más solapamientos con las otras corrientes de pensamiento, para mejorar los consensos. En algunas cuestiones, como la educación obligatoria, se ha logrado un gran acuerdo de todas las filosofías políticas. Pero en muchas otras, estamos lejos de tal convergencia. En tal caso, solo cabe conllevarlas de forma inestable, según las correlaciones de fuerzas políticas, como sucede con la “libertad de elección”, es decir, la escuela concertada.

También debemos destacar que el mal uso de las palabras o de los datos oscurece, en vez de clarificar, los problemas educativos. Por tanto, es fundamental la precisión metodológica a la hora de estudiar los problemas educativos. En este punto cabe rogar a las administraciones públicas que generen indicadores que nos aclaren en vez de confundirnos, como está sucediendo. En otras cuestiones, no hay mucho margen para el optimismo, pues hay tensiones que son inherentes a la naturaleza de la educación como campo social. Aristóteles ya señalaba la tensión entre las diversas formas de entender la educación, por lo que lo mejor a lo que podemos aspirar es a un diseño institucional flexible, que permita que convivan de forma inestable las diferentes aproximaciones (ciencia, humanismo y mercado de trabajo). Acabar con los callejones sin salida del sistema educativo, en línea con las últimas medidas de política educativa, parece por tanto, ir en la buena dirección.

Es fundamental destacar cómo la crisis ha puesto en cuestión muchas ideas comunes sobre educación. Las familias se han empobrecido un 10% y la inversión pública por estudiante se ha reducido en un 25%, pero los indicadores de titulación han mejorado, los de competencias permanecen estables y como varios de equidad, incluso algunos mejoran, como resiliencia. Además, somos uno de los países de nuestro entorno con más desigualdad económica, y sin embargo tenemos varios indicadores de equidad educativa a un nivel de país nórdico. Este puzle se resuelve si tenemos en cuenta dos argumentos. Por un lado, la independencia y estabilidad del sistema educativo. Al profesorado le han bajado el sueldo y le han aumentado el número de estudiantes por clase, pero cabe inferir que no por eso se ha visto muy afectada la calidad de su trabajo, aunque hayan empeorado sus condiciones de vida. Como ya se ha señalado, si cuando aumentó el presupuesto, no mejoraron los indicadores educativos, ¿por qué van a empeorar cuando se recorta? Esto abre el debate a que posiblemente tengamos que explorar otras formas de dirigir la inversión en educación.

El otro elemento a tener en cuenta es la importancia de las estrategias familiares de reproducción social y las de los jóvenes, que reaccionan al empeoramiento del mercado de trabajo estudiando más. Cuando pensamos en educación, tendemos a fijarnos en las políticas educativas, el profesorado o en la didáctica, pero se nos olvida la importancia de los factores socioeconómicos y culturales ajenos al aula. En este punto España tiene un grave déficit en equidad: la dificultad con la que los estudiantes de clases populares pasan de las competencias a obtener el título de la ESO o a no repetir curso. Si bien nuestro sistema resulta equitativo desde el lado de las competencias, no lo es en estos indicadores. La situación es más grave debido a que no tener el título de la ESO limita el acceso a la educación posobligatoria, a diferencia de lo que sucede en los países de nuestro entorno. La FP básica ha sido un tímido movimiento para salir de esta situación, y la normalización prevista en la prueba de acceso a la FP de grado medio, puede ser, si se hace bien, una medida en la dirección adecuada; pero aun así, habría que reconocer mejor que hay estudiantes a los que si no facilitamos una formación profesional con poca exigencia académica, quedan fuera del sistema. El fracaso de la LOGSE en “rescatarlos”, pensando que era suficiente con escolarizarlos dos años más para que mejorasen sus resultados, tuvo el efecto perverso de aumentar el fracaso escolar y la desigualdad de oportunidades, por lo que debemos ser más realistas con respecto al tipo de alumnado existente.

La inercia del sistema educativo y la fuerza de los factores socioeconómicos y laborales ajenos al aula no deben llevarnos a la pasividad. El buen profesorado produce más efectos positivos en el alumnado de clases populares que en el de clases altas. Posiblemente medidas encaminadas a mejorar la selección del profesorado sean las más adecuadas, como el “MIR docente”; una selección que dé un gran peso a la vocación, y que use los incentivos de forma moderada y delicada, pues producen demasiados efectos perversos y pueden degradar la relación de confianza necesaria en educación. Además, las medidas de apoyo extra personalizado también mejoran el rendimiento y reducen las desigualdades educativas, pues impulsan más al alumnado de origen popular. En el aula se juega amplificar o mitigar las desigualdades que hay fuera de ella.

Quizá la mayor crítica que pueda realizarse a este libro está en los muchos temas que hemos dejado de lado. Pero nos hemos centrado en aclarar algunas cuestiones básicas que están muy oscurecidas en el debate educativo: la equidad, como inseparable de una concepción de qué sociedad queremos; en qué consisten los indicadores educativos y cómo operan; la desigualdad de clases sociales y cómo se transforma en desigualdad de oportunidades educativas. La cuestión de género se ha tratado bajo el prisma de la clase social, en parte porque en ella intervienen varios factores que actúan en la desigualdad de clase (como las expectativas familiares y las oportunidades laborales). No se ha indagado cómo es la relación entre identidad de género y escuela, de forma tal que la educación es uno de los pocos ámbitos en los que las mujeres están claramente mejor que los varones. En la cuestión de las minorías y de los inmigrantes se pueden entender parte de las diferencias como desigualdades en los efectos primarios; pero cuestiones como la discriminación o el choque cultural merecen un tratamiento específico.

El objetivo final del libro ha sido mostrar que la equidad y la educación son sumamente complejas, y que ganamos mucho en el debate si manejamos las expresiones de forma precisa, y con conocimiento de sus matices, para saber qué decimos en cada momento. A partir de ahí, cabe esperar que el debate vaya a mejor. Si no, será ruido, y no intercambio de razones y evidencias.

Fuente de la Reseña:

https://www.infolibre.es/noticias/cultura/2017/09/04/prepublicacion_equidad_educacion_saturnino_martinez_68973_1026.html?utm_source=twitter.com&utm_medium=smmshare&utm_campaign=noticias&rnot=1024044

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Repitencia, una estrategia con poco resultado

Mariana Otero

El Ministerio analiza cambios en el sistema de evaluación. Volver a cursar todo igual no garantiza el aprendizaje.

Un grupo de adolescentes repitentes de una escuela ubicada en una zona marginal de la ciudad de Córdoba aseguran que sienten que han fracasado porque se quedaron de año. Creen que es su culpa y dicen que sus padres y profesores opinan lo mismo.

En Córdoba, cada año, repiten unos 30 mil estudiantes de primaria y secundaria. Las cifras vienen en leve descenso en los últimos años, pero los índices de permanencia en el sistema no mejoran. ¿Repetir de año es una estrategia válida para lograr los aprendizajes deseados? ¿O es la antesala del abandono?

Hace tiempo que en el mundo se analizan nuevas alternativas. En algunos países, la repitencia no existe (Noruega, Japón o Israel, por caso); y en otros, es excepcional, como Finlandia y Costa Rica.

Los operativos de evaluación nacional e internacional revelan que el nivel de desempeño de los repitentes es inferior al de quienes promocionan.En este sentido, el Ministerio de Educación de Córdoba estudia cambios en el sistema de evaluación y analiza diversos formatos.

“No se está pensando en eliminar la repitencia, pero sí en hacer ajustes, porque nos interesa que los chicos aprendan y que la evaluación dé cuenta de lo que el alumno puede y no de lo que no puede. Significará esfuerzo: estudiar más y modificar prácticas de enseñanza”, indica Delia Provinciali, secretaria de Educación. A fin de año, se presentarán propuestas de cambio.

En general, expertos y docentes coinciden en que la repitencia no ayuda a aprender si no se modifican las estrategias pedagógicas del año anterior. Además, sostienen, afecta la autoestima. A mayor edad del alumno, más alta es la probabilidad de obtener un desempeño bajo.

“Si se repite el grado o el año y no se modifican las estrategias de enseñanza y de aprendizaje y las formas de interactuar con el alumno –en las que muchas veces reside el problema– repetir es repetir el fracaso, con todas las consecuencias negativas a nivel motivacional, de relación con los pares y de estigma, que empeoran la situación”, subraya María Fernanda Freytes, magíster en Lingüística y docente en la UNC.

Sistema obsoleto

Tomás Montiel, maestro de primaria, opina: “La repitencia es el eslabón de un sistema que es viejo y obsoleto. Hay mucho para debatir sobre qué y para qué repetir ¿Qué significa repetir? ¿Repetir significa aprender? ¿Qué dificultades acarrea en un niño? ¿El sistema educativo genera las condiciones necesarias para promover el aprendizaje por sobre la repitencia?”.

Darío Delicia Martínez, especialista en Lectura y Escritura, investigador de la UNC, explica que la repitencia no es en sí misma una estrategia pedagógica, sino que es un fenómeno educativo que interpela al Estado y a la escuela a revisar sus modos de promover el rendimiento escolar.

“Con frecuencia se la asocia a la impericia de los alumnos, sin embargo, factores más radicales, como los problemas de aprendizaje, las circunstancias familiares o la adecuación de los contenidos curriculares por curso son, a mi juicio, las principales causas de la repitencia”, plantea. Y agrega: “Resulta complejo evaluar la conveniencia de que un estudiante repita un curso. Si se la entiende como una ‘nueva oportunidad para aprender’, la repitencia será una alternativa de solución, pero, lamentablemente, no es esta valoración positiva la que prevalece”.

Eduardo Suárez docente en el Ipem 2 dice que cuando repiten, los chicos sienten un fracaso personal. “Pero creo que el fracaso es del sistema escolar”, apunta.

Adriana Kloppenburg, directora de la escuela Alfonsina Storni, considera que no es un buen instrumento pedagógico, ya que no valora lo que los estudiantes hicieron bien. “Al repetir deben cursar todo el año, aun las materias que fueron aprobadas. Creo que habría que pensar un sistema en el que los chicos puedan ir aprobando por materias y no por año. En mi experiencia, generalmente les va peor cuando repiten que cuando cursaron el año por primera vez”, subraya.

Natalia Gianotti, profesora de educación especial y maestra integradora, cree que repetir puede ser beneficioso sólo en casos excepcionales. “Los estudiantes que repiten de grado tienen más posibilidades de abandonar la escuela. Son, en su mayoría, de sectores vulnerables”, plantea.

Silvana Belda, profesora de Educación Física en un colegio privado, sostiene que la repetición sirve, en ocasiones, en los primeros grados, cuando los alumnos no tienen la madurez suficiente.

“En la secundaria, depende mucho de cada alumno y también influye la familia. Nosotros, en general, hemos tenido buenas experiencias en lo pedagógico. El factor afectivo influye muy fuerte en adolescentes. A veces les cuesta vivir las experiencias en su nuevo curso y anhelan lo que hacen sus excompañeros”, remarca.

Delia Altamirano, profesora en el secundario, piensa que, en algunos casos, la repitencia sirve como una experiencia de crecimiento. Aunque no siempre.

“En Córdoba, los alumnos tienen permitido cambiar de especialidad, en casos específicos. Esto significa una trampa al sistema porque pasan de año, pero con muchas materias, previas y equivalencias. En este caso terminan repitiendo al año siguiente. El 70 por ciento de los chicos que pasan con tres materias previas repite el año que está cursando”, opina.

Mariano Montiel, profesor de Electrónica, remarca que los docentes deben adaptarse a los modos de aprender de las nuevas generaciones. “Si el alumno aprendió o no debería ser lo que nos debería llevar a hacer que pase o no de año.

Las cifras oficiales de la repitencia

Repetidores. Primaria: 4.568 alumnos (año 2016). El 1,3 por ciento de la matrícula. Secundaria: 23.994 estudiantes: 7,5% de la matrícula. La mayoría de los repetidores son de segundo año y de primero, en ese orden.

Sobreedad. (Alumnos con edad mayor a la teórica correspondiente al grado en el cual están matriculados). Secundaria: 88.836 alumnos (27,8%). El curso con mayor cantidad de chicos con sobreedad es tercer año (31,1%).

5,5%. Tasa de abandono anual o deserción (porcentaje de alumnos matriculados que abandonan el sistema antes de finalizar el año escolar).

9,5%. Tasa de abandono interanual (porcentaje de alumnos que no se matriculan en el año lectivo siguiente). Cuarto año es el más crítico: 12,7%.

Fuente del articulo: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/repitencia-una-estrategia-con-poco-resultado#

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Africa: Calidad educativa frente al fracaso escolar en Benín

Por: El Pais/Chema Caballero /21-07-2017

Calles polvorientas, falta de alcantarillado, decenas de motos, niños jugando o mujeres vendiendo casi cualquier cosa conforman el paisaje de Tibona, un barrio joven situado a ocho kilómetros del centro de Parakou, la ciudad más importante del norte de Benín. La falta de infraestructuras y urbanización se hace patente una vez que se accede a él. La zona está poblada en su mayoría por personas venidas de otras partes del país en busca de trabajo. No son de la etnia baribadominante en la región, lo que provoca la marginalidad, que se acentúa con la ausencia de centros educativos.

El gran número de jóvenes sentado bajo cualquier atisbo de sombra es indicativo de la alta tasa de desempleo juvenil que reina en el área. Ni siquiera ahora, que las fábricas de algodón de la ciudad están trabajando día y noche para empaquetar todo el producto que les llega en plena campaña de recolección, se les ofrece una oportunidad. Solo les queda el trapicheo y la economía informal para sobrevivir. El abandono que sufre la población de esta zona se nota de manera muy especial en la educación. El hacinamiento, la falta de profesores y de facilidades de los pocos colegios que existen en Tibona son, entre otras muchas razones, causa directa del alto índice de fracaso escolar que se registra en el barrio.

Estas son las principales razones que impulsaron a la Fundación Vie pour Tous (Vida para Todos) a ofrecer oportunidades a los menores de Tibona con la apertura de centros escolares. Tras realizar en 2011 una escuela infantil con la colaboración de Caja Segovia y edificar en 2013 un centro de primaria con la aportación de la Fundación Salvador Soler, en septiembre de 2016, se ha abierto la sección de secundaria. El edificio, separado unos cuantos metros de los anteriores, todavía está en construcción. Los trabajos que han permitido acomodar a los alumnos de los tres primeros años de este ciclo se han desarrollado por la herencia dejada a la fundación de un sacerdote de la diócesis de Bilbao.

No es el primer centro escolar que esta organización abre en un lugar remoto. Más al norte, en Kandi, una zona de fuerte influencia musulmana, han sido pioneros en establecer un internado y clases mixtas; y llevan siete años seguidos siendo la mejor escuela de todo el país, según la inspección del Ministerio de Educación en Parakou. La clave está en la calidad de la educación ofrecida, comenta el beninés Theodore Soume, fundador de Vie pour Tous, que ostenta un MBA por la Escuela Europea de Negocios de Bilbao, un doctorado en teología dogmática por la Universidad Pontificia de Salamanca, un máster en cooperación por la Universidad del País Vasco y que escribe su tesis doctoral sobre la cultura como base del desarrollo humano integral.

En Benín se han conseguido avances considerables en la matriculación de menores en la enseñanza primaria desde que se adoptaran los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en el año 2000, pero mantener a los alumnos en la escuela sigue siendo un reto importante, según se  vislumbra del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). A pesar de ello, se ha logrado que el 55,8% de los inscritos terminen la primaria, lo que supone en sí un gran logro.

Sin embargo, preocupa la gran cantidad de jóvenes de entre 15 y 24 años que están fuera del sistema educativo. Entre 2010 y 2014 se consiguió reducir la tasa en 13 puntos, pero todavía son muchos, especialmente chicas, los que no reciben educación. Esto tiene como consecuencia directa que más de la mitad de las mujeres del país (56.1%) no sepa leer ni escribir. Entre los hombres jóvenes la tasa también es alta, aunque algo menor, el 40,1%.  El Gobierno de Benín se esfuerza para escolarizar a su población. El 18,2% está en edad de acudir a la escuela, y la mayoría vive en zonas rurales, por lo que la tarea no es fácil. «El ejecutivo responde de manera adecuada a este reto destinando recursos a la educación, según afirma el PNUD», que reasalta que el país está a punto de alcanzar la paridad en educación primaria.

«Yo he aprendido que la práctica religiosa no define la calidad de una persona”, dice el fundador de Vie pour tous

Sin embargo, Benín debe poner más esfuerzo en el nivel pre-primario y en la alfabetización de adultos, reconoce el PNUD. Además, la gran asignatura pendiente del país, en materia de educación, es su calidad. Por ejemplo, Benín tiene una ratio media de 48 estudiantes por profesor, que en zonas rurales es superada con bastante frecuencia y muchos maestros carecen además de la formación adecuada. El material escolar es también difícil de adquirir por la mayoría de las familias, por o que el organismo internacional pide que se dediquen más esfuerzos a la formación profesional y a becas para ayudar a todos los alumnos a continuar sus estudios.

“El gobierno beninés no prioriza la educación, muy al contrario, está poniendo todo su esfuerzo en industrializar el país descuidando todos los demás sectores”, afirma Soume aún con los datos oficiales. Un ejemplo es la campaña contra los pequeños negocios gracias a los que viven cientos de familias. Estos son la base de la llamada economía informal. Se han destruido quioskos, tenderetes, puestos y tiendas que se levantaban en las aceras de las ciudades y al borde de las carreteras de entrada y salida de las grandes urbes y en los que se ofrecía de todo: comida, bebidas, recambios para motos y otros vehículos… y mucho combustible traído clandestinamente desde la vecina Nigeria.

Ahora, un reguero de escombros sustituye al bullicio que hasta hace poco caracterizaba a esos lugares. La excusa utilizada por el ejecutivo es que hay que modernizar el país y esa faceta anárquica que ofrecían esos mercadillos no cuadra con la nueva imagen. Además, como estas edificaciones suelen estar construidas sobre suelo público, los dueños no son indemnizados, por lo que a los políticos les sale casi gratis la operación. Una consecuencia directa de esta medida es que muchas personas se han quedado sin ingresos y eso ha repercutido en una retirada masiva de los hijos de los colegios. “Puede que lo que las autoridades están haciendo sea legal, pero no es humano”, concluye el fundador de la entidad.

Escudo con iglesia y mezquita

En el colegio del barrio Tibona se buscan fórmulas para dar respuesta a estos problemas. Al entrar en él llama la atención el orden y la limpieza. Las aulas no tienen más de 15 alumnos, existen ayudas para evitar el abandono escolar y la fundación corre con el gasto de los sueldos de los profesores. La tolerancia y la convivencia entre alumnos de distintas etnias y religiones son algunos de los valores difundidos. De hecho, el escudo de la fundación luce una iglesia y una mezquita. “Nadie puede perder su cultura, su tradición y sus creencias por venir a la escuela”, afirma Soume.

Creó la Fundación Vie pour Tous en 2005 basándose en su experiencia personal. “Soy de una familia muy rica en confesiones religiosas”, comenta el beninés en un perfecto castellano. “Mi padre viene de una familia que es cuidadora de nuestros ancestros y mi madre es musulmana. Todos hemos vivido unidos respetándonos unos a otros. Yo he aprendido que la práctica religiosa no define la calidad de una persona”, reflexiona. La primera escuela se abrió en Kandi, luego vino N’Dali donde la fundación tiene varias bibliotecas infantiles, centros de formación para mujeres y una escuela de soldadura. Y finalmente llegó a Parakou, donde gestiona cuatro escuelas y un centro de formación para mujeres.

«Si se ofrecen oportunidades, todos los niños,  de forma independiente  a su condición social, pueden conseguir las mismas metas», dice Soume

En la clase del último curso de primaria de Tibona impera un silencio absoluto. Todos los alumnos están concentrados sobre sus cuadernos resolviendo los ejercicios de matemáticas que el profesor ha escrito en la pizarra. Soume comenta que este grupo recibe especial atención por parte de los profesores porque tiene que hacer el examen para acceder a la escuela secundaria y quieren conseguir los mejores resultados del país para demostrar que si se ofrecen oportunidades, todos los niños, de forma independiente a su condición social, pueden conseguir las mismas metas. Es la falta de recursos y el abandono de las instituciones lo que condena a los menores de las zonas menos privilegiadas al fracaso.

“No basta con dar a los niños la oportunidad de estudiar, hay que ofrecerles la mejor educación posible para ayudarles a progresar en la vida”, comenta Mindo Gore, director de la escuela primaria. La fundación, entre otras cosas, ha optado por los idiomas. La educación es en francés, pero se estudia también castellano e inglés y son pioneros en la enseñanza en bariba (idioma predominante en la zona).

En la clase de segundo de primaria una niña recita un poema delante de todos sus compañeros y a mitad del mismo se le une un chico que continúa con las rimas. En esta clase hay total paridad de género, pero recorriendo las aulas se puede apreciar como el número de chicas disminuye a medida que se sube de curso. Por eso la fundación hace un gran esfuerzo para evitar que las niñas abandonen el colegio.

Una profesora supervisa los trabajos de sus alumnos en una clase de primaria.
Una profesora supervisa los trabajos de sus alumnos en una clase de primaria. CH. C.

Trabajan con las familias para concienciar de la importancia de educar a las hijas igual que a los hijos. “Muchos padres retiran a sus hijas para que trabajen en casa o para casarlas”, explica Pascualine Abo, directora de la fundación. Cuando eso sucede los trabajadores sociales de la organización visitan a la familia y hablan con ella. “En algún caso, incluso, hemos tenido que dar a los padres una pequeña ayuda para que no pongan a la niña a trabajar y ellas puedan continuar con sus estudios”, dice Abo.

Pero para no tener que depender siempre de fuera, la fundación ha empezado un proceso de autofinanciación con la puesta en marcha de varios negocios como venta de agua o el alquiler de algunos de los coches que les han donado. Pequeñas ayudas para ofrecer una educación de alta calidad a los más vulnerables.“Para poder ofrecer calidad hay que invertir en ella y pagar bien a los maestros”, afirma Soume.

*Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/07/14/planeta_futuro/1500022755_679026.html

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