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Entrevista a Lídia Farré: «La educación es un muro de contención de la desigualdad»

“La crisis derivada de la pandemia podría provocar que muchas familias volvieran a la escuela pública”, afirma la profesora de la UB y coautora del estudio ‘Inmigración, integración y sostenibilidad del sistema educativo’

Profesora de la UB e investigadora asociada del IAE-CSIC, Lídia Farré es coautora del estudio ‘Inmigración, integración y sostenibilidad del sistema educativo‘, publicado por el Observatorio Social de la Fundación «La Caixa». El análisis explica cómo la ola migratoria de principios de siglo influyó en el sistema educativo.

– El alumnado extranjero pasó del 2% al 10% en una década 

-En menos de una década, de 2000 a 2008. En este periodo, la población inmigrante en España en edad de trabajar subió de algo menos del 4% al 12%. España fue uno uno de los principales países receptores de inmigrantes. Muchos eran jóvenes y con hijos. No olvidemos que uno de los motivos principales de la inmigración es buscar un futuro mejor para sus hijos.

-¿Y cómo impactó en las aulas?

El incremento no fue homogéneo. La primera gran diferencia es que, en el momento álgido de la ola migratoria, la tasa de inmigración en los centros públicos era del 14%, mientras que en los privados y concertados no llegaba al 7%. Lo que analizamos en el estudio es la reacción de las familias nativas.

-¿Cuál fue?

La tasa de matriculación en centros privados o concertados aumentó. Ante la llegada de población extranjera, hay familias que deciden llevar a sus hijos en centros concertados o privados. Es el native flight. Y es un fenómeno que se da entre las familias con niveles educativos más altos, con más recursos. No sorprende, porque son las que tienen la opción de elegir. Las familias sin recursos no la tienen.

-¿Qué consecuencias tuvo?

La primera, un posible incremento de la segregación socioeconómica dentro del sistema educativo entre la pública y privada o concertada. Y otra, la pérdida del respaldo social de la educación pública. Si las familias con recursos no usan la pública, podría ser que tampoco quisieran que sus impuestos se destinaran a financiarla.

-Pero no toda la responsabilidad será de las familias. Alguna tendrán los gestores públicos.

-Evidentemente. El diseño del sistema educativo tiene gran responsabilidad. Si la educación pública fuera de más calidad que la privada o concertada todo el mundo iría a la escuela pública.

-¿Falta de recursos o de voluntad política? 

-Una cosa va con la otra. Si los políticos quisieran una educación pública de máxima calidad, la tendríamos. Pero no somos conscientes de la importancia que tiene. Solemos hablar del retorno privado de la educación, pero no del retorno social, muy importante. Una población con un nivel de educación más alto es también una población más productiva, menos conflictiva, con más participación política, más comprometida. La educación es un servicio público esencial, uno de los instrumentos más potentes que hoy tenemos para contener el aumento de la desigualdad entre las generaciones más jóvenes. Hay que ponerla en valor y dedicar más recursos.

-¿Qué impacto puede tener el covid-19?

Uno de los efectos de la crisis asociada a la pandemia es la pérdida de empleo y del nivel de ingresos. Lo que sugieren los resultados del estudio, basados en la crisis financiera de 2008, es que si las familias pierden capacidad económica, vuelven a la escuela pública. A corto plazo, esto puede significar una congestión en las aulas, pero a medio y largo plazo podría permitir que la educación pública recuperara el apoyo social. Si más gente la utiliza también habrá más gente dispuesta a que sus impuestos se destinen a financiarla y eso haría aumentar su calidad.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20210205/lidia-farre-educacion-muro-contencion-desigualdad-11499235

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¿Los traumas también se pueden heredar?

América/Brasil/11/03/2020/Autora: Maria Fernanda Ziegler/Fuente: www.elespectador.com/

El estudio de los descendientes del holocausto Nazi llevó a los científicos a sospechar que los traumas por violencia física, psíquica o sexual también se podrían «heredar». En Brasil inician una investigación con 580 gestantes para comprobar esta hipótesis.

Se sabe que situaciones adversas acaecidas en la infancia, tales como la negligencia o la violencia física, psíquica y sexual, pueden generar reflejos negativos en la salud mental durante la vida adulta. Y existen estudios que también han demostrado que esos efectos negativos pueden transmitírseles a las generaciones futuras, aun cuando los descendientes no hayan vivenciado tales experiencias. El denominado trauma intergeneracional se observó por primera vez en descendientes de sobrevivientes de los campos de concentración.

Y ahora, los mecanismos de transmisión implicados en dichos traumas se investigarán en el marco de un estudio con 580 gestantes en situación de vulnerabilidad en la ciudad de Guarulhos, en el Área Metropolitana de São Paulo (Brasil).

Dicho estudio, que cuenta con apoyo de la FAPESP y de los National Institutes of Health (NIH) de Estados Unidos, está a cargo de investigadores de la Columbia University y de la Escuela Paulista de Medicina de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp).

“Si bien en algunos estudios se había demostrado la influencia de eventos adversos acaecidos en la infancia de las gestantes sobre el desarrollo cerebral de su prole, poco se sabe aún sobre los mecanismos implicados en ese proceso. Nuestro estudio es el primero en el que se analizan las alteraciones placentarias y el neurodesarrollo de los bebés mediante análisis genéticos, imágenes de resonancia magnética neonatal y exámenes cognitivos”, dijo Andrea Parolin Jackowski, docente de la Unifesp y coordinadora del proyecto en Brasil.

La transmisión a través de la placenta

Según Parolin Jackowski, las hipótesis predominantes relacionan la transmisión intergeneracional de traumas a los altos niveles de marcadores inflamatorios o de cortisol –la hormona del estrés– durante la gestación. Ese estado resultaría en alteraciones epigenéticas (modificaciones bioquímicas en las células que controlan la activación o el silenciamiento de genes) que se les transmiten a los bebés.

De alguna manera, las sustancias proinflamatorias y el cortisol que se producen durante el embarazo de las mujeres que sufrieron traumas en la infancia activa o silencia genes relacionados con problemas de salud mental tales como la depresión, el déficit de atención y otros.

“Esto se le transmite al feto a través de la placenta, que es el medio de comunicación entre este y la madre. Son esas alteraciones epigenéticas placentarias las que alteran el desarrollo cerebral del feto”, dijo.

La prevención

Aparte de entender el mecanismo de transmisión del trauma intergeneracional, este proyecto tiene por objeto identificar formas posibles de prevenir problemas de salud mental en los hijos de mujeres con ese historial.

“Podemos detectar qué comportamientos se alteran por la acción de esos mecanismos y pensar en formas de prevención que puedan adoptarse durante la propia gestación”, dijo.

En el estudio serán evaluadas 580 embarazadas atendidas en unidades del Sistema Único de Salud (la red pública nacional de salud de Brasil, conocida por sus siglas, SUS) de Guarulhos. Ese grupo quedará divido en dos: uno compuesto por 290 mujeres que padecieron eventos adversos en la infancia y el otro por aquellas que no vivenciaron tales problemas.

Aparte del análisis genómico y epigenómico de la placenta y de muestras de sangre (para ver marcadores de inflamación) y de cabello (para detectar el nivel de cortisol) de las madres y de los bebés, también se realizará en el estudio un seguimiento del neurodesarrollo del control cognitivo de los bebés durante 24 meses después del nacimiento.

La asociación entre los traumas maternos y el desarrollo de los bebés se observará mediante imágenes de resonancia magnética de los cráneos de los neonatos y evaluaciones conductuales de control cognitivo a los 12 y a los 24 meses.

“Se sabe que las madres con historial de experiencias adversas en la infancia expresan un riesgo aumentado de generar hijos que inmediatamente después del nacimiento exhiban alteraciones en algunos circuitos cerebrales responsables del control cognoscitivo. A los 24 meses es posible identificar esas alteraciones en el desarrollo. Alrededor de los cinco o seis años, esos niños exhiben un riesgo aumentado de desarrollar comportamientos impulsivos”, dijo.

Parolin Jackowski destaca que, si bien ya existían estudios en marcha enfocados en el desarrollo infantil, incluso en la Columbia University, en ninguno se lograron estudiar tan a fondo las vías que relacionan experiencias adversas en la infancia, inflamación, placenta y cerebro.

“Solamente fue posible realizar este estudio en Brasil porque desafortunadamente existe una población vulnerable a varios tipos de violencia y, afortunadamente, existe el SUS. De este modo, logramos recabar información detallada y de calidad en una población de bajos ingresos y en un contexto propicio para la realización de futuras intervenciones que puedan romper ese ciclo de impacto de la violencia tan tempranamente como sea posible”, dijo.

Este proyecto constituye un despliegue de un estudio piloto realizado también en tres centros de salud y una maternidad de São Paulo con 40 embarazadas y sus bebés. “Nuestra idea es prolongar en un futuro este estudio con las 580 embarazadas y realizar un seguimiento de los niños hasta la edad escolar”, dijo.

Fuente e imagen: https://www.elespectador.com/noticias/salud/los-traumas-tambien-se-pueden-heredar-articulo-908321

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Cultura y educación, bastiones para el desarrollo humano

Por: Luis Cifuentes

Con el paso del tiempo se ha aumentado la tendencia de los países por preservar la cultura y las tradiciones con el fin de mantener una estructura social que pasa de generación en generación.

La influencia de la cultura y la educación en el desarrollo de las sociedades modernas trasciende fronteras y generaciones. Los expertos en desarrollo humano han debatido durante décadas sobre el papel que han jugado estos dos elementos en el crecimiento de las naciones.

La educación con su formalidad institucional y la cultura basada en las costumbres, hábitos y creencias son dos mundos que marchan por separado, pero que al final se unen para las más grandes expresiones artísticas o musicales, en el caso de la educación.

Respecto a la cultura, podrían citarse las celebraciones de carnaval o las veneraciones religiosas. Cada manifestación artística o cultural posee sus características particulares, lo que es fácil de apreciar en la gran diversidad de sociedades que conviven en el planeta.

A lo largo de la historia ha existido una tendencia de los países de preservar y rescatar sus orígenes y cultura. Es a través de ella que se determina la estructura social, que luego pasa de generación en generación.

La socialización de los individuos debe ser asumida como un proceso educativo, pues se transforma en un vehículo para culturizar y educar a todos los miembros.

Desde el punto de vista social, la educación es la que promueve la adaptación de los individuos a los comportamientos de su grupo, y también propicia el deseo de mejorar y cambiar su propia realidad.

Aportar conocimientos

El avance y el progreso de las sociedades no serían posibles de no ser por la educación. Además de aportar conocimientos, enriquece la cultura, los valores, el espíritu y todo aquello que caracteriza a los seres humanos.

La educación es necesaria en todos los niveles y en todos los sentidos. Lograr un crecimiento económico y un bienestar social pasa inevitablemente por un recurso humano capacitado para afrontar los retos que la sociedad plantea.

En relación a la cultura, esta viene determinada por las formas de vida y las expresiones de la sociedad. Se compone de las costumbres, los códigos, las tradiciones y las diferentes expresiones artísticas.

Un ejemplo de esto podrían ser las celebraciones de carnaval que se realizan en diferentes partes del mundo y que han sido aceptadas por las sociedades. La cultura establece que las personas deben disfrazarse y entregarse a la diversión.

Son muchos los que salen con atuendos originales, que los transforman en otras personas para no ser descubiertos en sus andanzas. Los disfraces son muy populares entre los adultos y los niños, que se divierten durante horas con sus divertidos trajes.

En el portal handfie.com, una página en la que se muestra cómo elaborar disfraces caseros fáciles, es posible encontrar diversos diseños de disfraces para carnaval. Se trata de disfraces fáciles de hacer, tanto para niños como para adultos.

La cultura también puede verse en las civilizaciones del pasado, cuando el mundo era dominado por la fuerza antes que por la razón.

A lo largo del continente americano, en Europa y en el Lejano Oriente, aún hay vestigios de lo que en otros tiempos fueron grandes imperios que dominaron territorios a caballo. La propia mitología griega ha servido para relatar las más grandes historias de amor, pasión y odio entre dioses y diosas.

El mismísimo Imperio Romano, que dominó el mundo durante años, es otro ejemplo de cómo las civilizaciones han influido en el estilo de vida actual, a pesar de todos los siglos transcurridos.

Tanto es así, que muchos de los nombres de los protagonistas de épicas batallas o de reyes imperiales aún sobreviven hoy en día.

Así lo recoge la página nombresde.online, un sitio web con nombres de diosas mayas, dioses griegos, romanos o de princesas. Además, el portal cuenta con nombres mitológicos y explican el significado de la mitología.

Profunda transformación

La educación siempre ha representado un pilar fundamental para el desarrollo. No obstante, actualmente ha experimentado una mayor relevancia en medio de las profundas transformaciones que experimenta el mundo.

Los cambios han llegado desde dos frentes: el vertiginoso avance de la ciencia, sus aplicaciones, y el acelerado desarrollo de los medios y todo lo relacionado con las tecnologías de la información.

Muchos especialistas han llegado a afirmar que el conocimiento es la nueva materia prima. Incluso aseguran que, en el futuro, la información será el valor más apreciado.

Hoy en día, en las economías modernas, el saber es uno de los factores más importantes de la producción, lo que refleja el impacto de la educación en los países desarrollados.

Hay gobiernos nacionales que destinan un gran porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB) al tema educativo. La razón es que las autoridades saben que solo a través de la educación pueden generarse transformaciones que beneficien a todos los ciudadanos.

Un ejemplo de esto es que las sociedades que más han avanzado en lo económico son también las que han conseguido un progreso respecto al conocimiento.

Desarrollo profesional

Los diferentes centros de estudios también han implementado sistemas de admisión ante la gran cantidad de estudiantes que desean desarrollarse como profesionales. En el caso de las universidades extranjeras, también se incluyen pruebas de idiomas para certificar que el aspirante comprende el lenguaje local.

En el portal ingles-madrid.com, una página con información sobre la preparación del examen SAT, que sirve para medir aptitudes en matemáticas y habilidades verbales, destacan la capacidad que hay que tener para presentarse al Examen SAT en Madrid y buscar admisión en universidades norteamericanas. Para alcanzar este objetivo, han preparado un curso SAT para adiestrar al estudiante.

Atrás quedaron los años en los que los gobiernos consideraban un gasto, y no una inversión, todo lo relacionado con el tema de la educación.

Con el transcurso de las décadas, ha habido un despertar en este tema y cada vez hay más personas sensibilizadas por la educación de los demás. Educar y culturizar a un individuo es otorgarle las herramientas necesarias para que pueda desempeñarse con éxito en el futuro.

Aunque aún falta mucho por mejorar, las naciones ya han comenzado a trabajar en este asunto.

Fuente: https://www.estrelladigital.es/articulo/cultura/cultura-educacion-bastiones-desarrollo-humano/20180212171639341407.html

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Mejor sociedad pero con un futuro incierto: así vemos el cambio generacional

Maria Zuil

Condiciones laborales precarias, vivienda por las nubes y ocio variado y barato. Así ven los lectores de El Confidencial la situación actual comparada con la de generaciones anteriores, según las conclusiones de la encuesta publicada en el reportaje ‘Soy mileurista, ¿pero realmente vivo mejor que mis padres?’. En total 2.923 personas de todas las edades han aportado sus respuestas durante esta semana.

Precariedad, el mal laboral de nuestro tiempo

De los nacidos antes de 1945 –la llamada generación silenciosa– a los que solo conocen el mundo a partir de 1995 –los Z–, predomina un gran consenso en la mayoría de las cuestiones. Es el caso de la situación laboral actual, sobre la que el 69% de los lectores considera que es ahora más precaria que en su generación o en la de sus padres, aunque son sobre todo son los ‘babyboomers’ los que más se decantan por esta valoración (73%). Los más jóvenes, los que tienen ahora menos de 22 años, se dividen más entre la precariedad y el paro como principales problemas.

“La retribución y condiciones de trabajo son mucho peores que en los tiempos con sindicatos más fuertes, convenios con subidas reales, gente movilizada….” considera un zaragozano de la generación X (nacidos del 65 al 80). “Los empresarios han aprovechado la crisis para bajar los salarios y hay menos oportunidades para los que están empezando: el bucle infinito de prácticas”, razona una millennial de Madrid.

Muchos lectores señalan también que la precariedad se da más en trabajos cualificados y que el mantra “si no eres tú, ya vendrá otro” sirve de excusa para empobrecer las condiciones laborales. Según algunas respuestas, la inmigración o la incorporación de la mujer al trabajo han empeorado las condiciones por el incremento de la demanda de puestos de trabajo.

El 16,4% considera que el paro es ahora más alto que en generaciones anteriores, pero sobre todo son los más jóvenes los que tienen esta percepción (el 39% de los nacidos después de 1995). En el otro lado, también hay quien piensa que en la actualidad hay más puestos de trabajo –el 5,1% de la generación X– sobre todo por la creación de nuevas profesiones, y que hay menos precariedad –el 9,6% también de los X–. “Hay más variedad y se puede optar por trabajar en toda Europa”, explica un ‘babyboomer’ de Ciudad Real que considera que “la situación es mucho mejor que hace 40 años, falta un poco de visión positiva en los jóvenes”.

La situación es mucho mejor que hace 40 años, falta un poco de visión positiva

Pero también hay quien cree que la situación no ha cambiado, como este alicantino del Baby Boom: “En 1986 en España el paro era del 21% y en mi primer trabajo me pagaron el sueldo mínimo más 500 pelas (3 euros que ahora serían más o menos 20)”. Según el último dato, el desempleo actual se sitúa en el 17%.

Vivienda inaccesible

En el aspecto en el que más unanimidad hay entre generaciones es en el encarecimiento de la vivienda, tanto de alquiler como de compra. Sobre todo los de la generación X y Millenial –aquellos en edad de comprar o alquilar actualmente– creen que es más alta en la actualidad que en la de sus padres.

“Actualmente el mercado siente que la crisis ha pasado y 2017 es el año en el que los precios de la vivienda vuelven a subir, por consiguiente, los alquileres también”, opina una madrileña ‘millennial’ que se volverá a casa de sus padres para poder ahorrar, y añade en este sentido: “El problema está en que la oferta variada [de ocio] ha provocado que los jóvenes tengamos un ritmo de vida desenfrenado, así que no ahorramos. A ver en qué estamos en 20 años, no quiero ni pensarlo…”.

La gran mayoría de las respuestas apuntan a la especulación y al ‘boom’ inmobiliario como causantes de la situación actual pero también a Airbnb o a la concentración de la población en las ciudades. Además creen que la subida del alquiler se debe al descenso de la oferta de pisos y a lo innacesible de las hipotecas.

Actualmente el mercado siente que la crisis ha pasado, y 2017 es el año en el que los precios de la vivienda vuelven a subir

Sin embargo, también hay quien piensa que el alquiler no ha variado (7,7% de los encuestados) o que ha bajado la venta (3,3%), como este barcelonés nacido antes de 1945: “A igualdad de precio –incluido el efecto de la inflación– los pisos de 1950 eran de pésima calidad respecto a los actuales: mal aislamiento térmico y acústico, calidad de materiales, falta de ascensor…“

Avances sociales con riesgo de retroceder

A nivel social, es llamativo que cuánto más joven es el encuestado, más mejoría a nivel social percibe. Mientras que los nacidos antes de 1945 consideran que se ha avanzado mucho en un 64%, esta cifra aumenta al 77% o al 85% en ‘millennials’ y ‘postmillennials’. De igual manera un 11% de la generación silenciosa, criada entre dos guerras mundiales y una gran depresión, cree que “seguimos igual” frente a solo el 3% de los nacidos a partir del 2000.

Son numerosos también los comentarios que apuntan a que, a pesar de los grandes logros sociales que se consiguieron en las últimas décadas, últimamente se está retrocediendo en algunas cuestiones: “Se ha avanzado si lo comparamos con el 86, pero en cuanto a derechos sociales estamos retrocediendo y esa pérdida afectara a nuestro futuro y el de nuestros hijos…”, apunta esta ‘millennial’ de Madrid.

“En los años 70/80 había una generosidad que se ha perdido, la gente pensaba más en los demás. Salías en pandilla sin un duro, y si alguien llevaba 100 pesetas TODOS teníamos 100 pesetas”, cuenta un ‘babyboomer’ de Valencia. “Cuando alguno se enteraba de un curro nos avisábamos unos a otros: ‘Oye, que en tal sitio necesitan gente para descargar, 15 pesetas la hora…’ Y allá que íbamos todos. Ahora es una guerra sin cuartel ni piedad, todo de tapadillo y que no se enteren, no vayan a chafártelo… Teníamos carencias, pero la alegría que se respiraba y la confianza que teníamos en nosotros mismos y en el futuro se ha quedado por el camino”.

Ocio: más opciones gracias a internet

En cuanto al ocio, casi la mitad de los lectores considera que ahora es más variado, y el 33% que es más barato, frente al 16% que opina que se ha encarecido. Entre los motivos, la tecnología en general e internet en particular, pero también el abaratamiento de los viajes y el aumento de la oferta, que incrementa la competitividad.

Los nacidos a partir de 1995 son los que más creen que la diversión se ha encarecido comparado con sus progenitores. “Antes la gente se relacionaba socialmente mucho menos desde el consumismo. Ahora el ocio está muy mercantilizado y dirigido a ese consumismo que podríamos llamar materialista”, dice este ‘millenial’ de Badajoz, que se incluye dentro de esa manera de disfrutar del ocio.

Teníamos carencias, pero la alegría que se respiraba y la confianza en nosotros mismos y en el futuro se ha quedado por el camino

Futuro incierto

De cara a lo que está por venir, el 80% de los lectores cree que el futuro de la generación actual es menos halagüeño que el que tuvieron otras generaciones, otra percepción que aumenta a medida que más joven es el encuestado. Los nacidos a partir de 1995 ven difícil su futuro en un 82% frente al 75% de la generación silenciosa.

“La economía no va a mejorar porque la hipoteca estrangula la economía familiar y anula el gasto”, considera este madrileño de la generación X. Otros apuntan además al fin de las pensiones o a la pérdida de valores como causas de un porvenir difícil, sobre todo para los que tengan menor formación. “Se puede vivir mejor o peor según cada circunstancia, pero ahora tenemos un futuro mucho más incierto. Antes tenían décadas de crecimiento por delante y un país sin deuda y en expansión. Todo eso ahora ha desaparecido, menos la deuda”, señala otro lector. Desde un lado más crítico con el pesimismo reinante, algunos apuntan a que es una cuestión de perspectiva, como este ‘millenial’ de Madrid: “Como hijos de la abundancia tenemos un rasero mucho más exigente, pero las perspectivas son parecidas”.

Fuente del articulo: https://www.elconfidencial.com/espana/2017-07-29/encuesta-generaciones-millennial_1422391/

Fuente de la imagen: https://www.ecestaticos.com/imagestatic/clipping/657/290/6572900741ae25b4153b6405bbc097f9/mejo

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Entender las generaciones

01 de noviembre de 2017 / Fuente: http://pcnpost.com

Por: Francisco Manrique

¿Y porqué te fuiste de tu casa?. Con esta pregunta trataba de iniciar un diálogo con un joven de 16 años, hijo de un conocido mío, con quien me habían recomendado conversar: “Mis padres no me entienden y es imposible evitar que nuestras discusiones terminen en una descalificación o un comentario agresivos hacia mi”. Su respuesta no me sorprendió, pero si me generó un interés, por explorar más  el tema, de las relaciones entre generaciones que forman parte del capital humano de una sociedad.

Ahora movámonos hacia otros escenario: la escuela. No es inusual, que en ese entorno de formación, los maestros se quejen cada vez más porque no entienden a sus alumnos. A su vez, estos encuentren que sus maestros no se conectan con ellos ni los inspiran en el proceso de aprender. Pero este fenómeno también se repite en el entorno de la universidad.

Y si seguimos hacia adelante en el trabajo, esta brecha también se manifiesta  en las altas tasas de desempleo de los jóvenes en todo el mundo. Para las nuevas generaciones hay dificultades crecientes para ingresar a la fuerza laboral, porque se sienten que no encajan y no son valorados por la sociedad.

No sobra anotar que, estas distinciones entre generaciones, no son universales ya que están matizadas por la geografía y la cultura de la comunidad. Es diferente analizar las brechas en el norte de Europa, donde hay una sociedad más desarrollada, que en América Latina, donde cohabitan las tradiciones familiares con las generaciones jóvenes, cada vez más contestarías e irreverentes. En estos contextos, los conflictos son probablemente mayores y difíciles de manejar.

Para comenzar, es importante entender dos aspectos que afectaron las brechas generacionales. Del siglo XIX hacia atrás, la tradición y la religión fueron dos factores de impidieron que hubieran muchos cambios. De hecho, el concepto de darle una clasificación a grupos nacidos en diferentes épocas, es un tema reciente de la Sociologia, y ha sido impulsado por la necesidad del mercadeo, para identificar las características de los consumidores en función de sus hábitos , comportamientos y costumbres.

Otro factor más reciente para tener en cuenta, fue el inmenso impacto que tuvieron las dos guerras mundiales en los cambios generacionales y lo que era la tradición. A partir de 1945, se genera una nueva conciencia entre los jóvenes que nacieron en las siguientes décadas, y que los movió a repudiar lo que sus antecesores valoraban.

A partir de esos años, la formalidad y la tradición, es cambiada por la irreverencia. Se abre una brecha creciente entre padres e hijos. El rock, el hippismo y el pacifismo, son la características de esta nueva ola generacional.

Ahora bien, para buscar entender el porqué hay estas brechas, y como tender puentes entre las diferentes generaciones, vale recordar los grupos que se utilizan para clasificar a las personas en función del año en que nacieron. Cada grupo tiene características diferentes.

Hay cuatro grupos de clasificación a partir de la mitad de la década de lo 40. Los nacidos entre 1943 y 1961 se les denomina los Baby Boomers. Su nombre se deriva del gran crecimiento demográfico que se tuvo en esos años. A los nacidos en las siguientes dos décadas se les denomina la generación X. La generación Y nacieron entre 1982-2001, y hoy estamos hablando de los post milenials nacidos desde el 2002.

Si queremos tender puentes entre estas diferentes generaciones, y así evitar otra causa de fragmentación y conflictos innecesarios en la sociedad, es importante entender mejor lo que caracteriza a cada una y define su visión de la vida.

Lo interesante de esta division arbitraria, es que sirve para evidenciar una realidad. A medida que nos movemos adelante en el tiempo, las nuevas generaciones reflejan los cambios cada vez más rápidos que afectan a la sociedad. Esto se ve traducido en una escala de valores diferente, en unas expectativas y unas metas que van cambiando con los años.

A pesar de ser los habitantes de un mismo planeta, cada grupo generacional tiene una percepción distinta de su realidad y de los problemas económicos, políticos y sociales que los afectan. Como consecuencia, cada generación aborda la búsqueda de las soluciones de manera diferente. Pero hay una tendencia creciente hacia la individualización y menos interés a la búsqueda colectiva de respuestas a los retos comunes. En las generaciones más recientes, esta realidad se ha traducido en comportamientos más  apáticos y egoístas.

El comentario anterior no deja de ser paradójico. Hoy vivimos en un mundo cada vez más interconectado, donde la complejidad de los cambios, invita aceleradamente a comportamientos colaborativos entre las diferentes generaciones que integran una sociedad.

Pero comencemos por la generación de los baby boomers, que nacieron en una época de grandes transformaciones sociales y acontecimientos de gran impacto: la llegada del hombre a la Luna, la guerra de Vietnam, la libertad sexual, la guerra fría, el movimiento feminista, el derecho de los homosexuales, el despertar de la ecología, el uso de la drogas recreativas. Una generación caracterizada por la desconfianza en el gobierno y el pesimismo. Fueron la primera generación de la TV.

Otra característica actual de esta generación, es que  tienen los más altos ingresos en Europa y es el grupo más numeroso en Norte America. Como parte de la tendencia en los cambios demográficos, un número importante de estas personas siguen trabajando, pero otros están en vía de jubilarse o ya lo han hecho.

Según los estudios realizados de las generaciones actuales, esta es la más apegada a la religión, aunque esta pasó a un segundo plano. Para estas personas, el matrimonio heterosexual es el camino para conformar una familia, y son los usuarios más numerosos de los medios de comunicación tradicionales.

“A este grupo pertenece una generación que ha echado fuera del idioma la palabra “envejecer”, porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de hacerlo. Supuestamente debe ser por esto que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse.

Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de “cincuenta, sesenta o setenta”, hombres y mujeres, maneja la computadora como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben, y se ven, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos y les escriben un e-mail o un whatsapp.*

Hoy la gente de 50 60 o 65, antes los que a esa edad eran considerados viejos y hoy ya no lo son. Un grupo creciente de ellos están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben.

La gente de 50, 60 y 65 de hoy “celebra el Sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo…hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los del siglo XXI”.

Las generaciones que vienen a continuación tienen un tema en común: un acceso creciente al sistema educativo más calificado, tanto técnico como universitario. Las relaciones padres e hijos sufren una transformación importante por la multiplicación de madres cabeza de familia y las parejas que no se casan. Los antiguos simbolismos son cuestionados, la sexualidad es un tema abierto, y la tecnología se vuelve parte de la vida cotidiana.

El primer grupo de estas nuevas tendencias lo conforman las personas de la generación X,  nacidas entre 1962 y 1982. Fueron la punta de lanza de los grandes cambios tecnológicos de la era digital que ha revolucionado al mundo.

Para la generación X, la familia sigue siendo un valor importante pero se muestran más abiertos a la diversidad sexual, de raza y política. La visión del matrimonio cambia mucho en este grupo. En términos religiosos, son menos devotos y constantes que las generaciones que les antecedieron. A nivel educativo, están más preocupados por su preparación, lo que ha disparado el interés por los estudios de post grado. Son más individualistas y viven un mundo cada vez más globalizado.

En la generación X la mujer se aparta de manera extrema de su modelo tradicional, de esposa y guardiana del hogar exclusivamente, para volcándose al trabajo. Esta tendencia se comienza a equilibrar en la siguiente generación.

A continuación vienen los millenials, o generación Y, nacidos entre 1980-2000. Este grupo ha experimentado más problemas que sus antecesores como consecuencia de los grandes cambios en la sociedad: la disolución de la familia, las altas tasas de divorcio, los hogares donde ambos padres trabajan, madres cabeza de hogar, los cambio en sus relaciones familiares, y un vínculo cada vez más íntimo con la tecnología.Esta generación comienza a nadar como pez en el agua en una oferta creciente de nuevas alternativas tecnológicas: los computadores personales, el teléfono celular, los dispositivos portátiles de música o de video. Estas posibilidades son amplificadas por la aparición del internet en los 90, tecnología que transformó la forma de relacionamiento de los miembros de esta generación y su forma de ver el mundo.

Esta generación se caracteriza por tener acceso permanente a la información. Les gusta desafiar lo establecido. Buscan el balance entre la vida y el trabajo. Son confiados y autosuficientes. Le dan mucha importancia a la cultura del lugar de trabajo.

Otra característica de esta generación es el valor de la libertad, la independencia, la inclusión, la diversidad y una mayor conciencia sobre el planeta y multiculturalidad. En la Gen Y, la mujer al ver las distorsiones de sus madres por asumir un rol más masculino, tiende a equilibrar más el rol que tiene de mama y ejecutiva. Pero además, aumenta la demanda de un trato igualitario con el hombre, quien tiene que aceptar cada vez más este proceso hacia la igualdad de géneros. Por ejemplo, un rol cada vez más activo en las labores del hogar.

Y ahora viene la generación Z nacida desde el 2001. Para este grupo la información está al alcance de un click y esperan la gratificación instantánea.  Nacieron con las nuevas tecnologías en sus manos, por lo que desde muy pequeños, las utilizan para romper las fronteras nacionales y culturales, usando las redes sociales.

Esta generación es independiente, les gusta la variedad, tienen personalidad propia, pero también son individualistas y les cuesta trabajo comunicarse y empatizar.

Ahora bien, si lo anterior sirve para ilustrar el porque hay cada vez más dificultad para el encuentro entre padres e hijos, maestros y alumnos, y jefes y subordinados. Es un momento en la historia donde convergen cuatro generaciones muy diversas en términos de su concepción del mundo y del trabajo. El lograr entenderlas y acercarlas implica conocer sus motivaciones y valores. Los entornos en que crecieron cada una son diferentes lo que define su actitud y visión del mundo, de la autoridad y la responsabilidad.

El conocer esta realidad, permite aprovechar la diversidad de estas generaciones en términos de actitudes, comportamientos, hábitos y expectativas, lo que facilita enriquecer las ideas y las oportunidades. Y el intercambio aumenta la posibilidad de cambio, que cada generación le aporta a la cultura, pero también puede evitar los conflictos y los malos entendidos.

Por todo lo anterior, es relevante hacerse algunas preguntas. ¿Es necesario buscar transformar las dinámicas conflictivas y tender puentes para cerrar las brechas entre las diferentes generaciones?. ¿Puede un generación ignorar los aportes de las otras generaciones sin pagar un alto costo de oportunidad?

El tema es tan apasionante que buscaré aportar en el siguiente blog para contestar estas y otras preguntas que ayuden a la reflexión. Tengo la sensación de que es un problema que afecta a mucha gente, pero que poco se trata de manera abierta y constructiva.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/francisco-manrique-entender-las-generaciones/

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OCDE: Las desigualdades entre los mayores crecerán en los próximos años

Por: Ángel Calvo

Las desigualdades entre las personas mayores crecerán en el futuro, con mayores riesgos de pobreza a edades avanzadas debido al rápido envejecimiento de la población y a factores como los recorridos profesionales «irregulares» de las nuevas generaciones.

Esta es una de las principales conclusiones del informe publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que señala que los nacidos a partir de los años 1960 ya no experimentarán un aumento de sus ingresos medios respecto a anteriores generaciones, como ocurría en la mayoría de países en las últimas décadas.

Si bien se espera que la esperanza de vida siga subiendo, su vida laboral ya está marcada por una mayor inestabilidad, lo que significa periodos de desempleo y de condiciones contractuales más precarias, lo que repercutirá negativamente en las pensiones, en particular de las personas con menor nivel educativo.

Además, el sistema de pensiones va a estar sometido a una presión superior por la aceleración del envejecimiento, ilustrada por la llamada tasa de dependencia.

En 1980 había 20,5 personas de media en la OCDE mayores de 65 años por cada 100 en plena edad laboral (de 20 a 64 años), una proporción que subió a 28 en 2015 y que debería elevarse a 53,2 en 2050.

Japón, que ya es ahora el país con mayor tasa de dependencia, con un 47 %, seguido por Italia (37,9 %), Grecia (36,1 %) y Finlandia (36,1 %), lo seguirá siendo a mediados de siglo, con un 77,4 %.

En segunda posición se situará España con un 75,5 %, y luego vendrán Italia (73,9 %), Portugal (72 %), Corea del Sur (71,8 %) y Grecia (71,6 %).

Detrás de eso está, junto a la caída de la tasa de fecundidad, el aumento de la esperanza de vida, que no es lineal para toda la población sino que depende mucho desde muy temprano del nivel educativo, de la salud, del empleo o de los ingresos.

A modo de ejemplo, un hombre con educación universitaria de 25 años tiene una esperanza de vida de 7,5 años más que otro de la misma edad sin estudios (entre las mujeres la diferencia es de 4,6 años).

Esa fractura educativa tiene su correlato en la vida activa, ya que alrededor del 30 % de los hombres de 50 a 64 años con bajo nivel educativo declaran tener limitaciones para trabajar por problemas de salud, algo que sólo le ocurre al 10 % de los universitarios de esa edad.

La OCDE constata que las desigualdades en los ingresos se están ensanchando con las nuevas generaciones, mientras que hasta ahora sus condiciones económicas mejoraban globalmente.

Desde mediados de la década de 1980, los ingresos del grupo de 60 a 64 años han subido un 13 % más que para el de 30 a 34 años, y esa tendencia ha sido particularmente marcada en países como Italia, España, Francia y Dinamarca.

Pero las evidencias sobre quienes vienen detrás auguran un deterioro de esa situación, entre otras cosas por las circunstancias en que se produce la jubilación.

De hecho, sólo un 44 % del grupo de 55 a 64 años con bajo nivel de estudios tienen trabajo, mientras que el porcentaje es del 70 % entre los que han hecho estudios superiores.

La OCDE subraya que las generaciones nacidas en los años 1960, ahora en la cincuentena, tienen ingresos que ya no son superiores a los nacidos una década antes cuando tenían su misma edad. Lo mismo ocurre con las generaciones de los años 1970.

La cuestión reside en saber si esto es el reflejo de la recesión que se desencadenó hace ahora una década, o si se confirma que es una corriente de fondo.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20171018/432159581488/ocde-las-desigualdades-entre-los-mayores-creceran-en-los-proximos-anos.html

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