Page 1 of 8
1 2 3 8

Ataque israelí contra hospital de Gaza quema vivos a palestinos desplazados

El Ejército israelí atacó el hospital de Al-Aqsa donde se encontraban refugiados al menos un millón de palestinos desplazados. El ataque dejó al menos cuatro muertos y más de 40 heridos, entre los que se encuentran personas quemadas tras un incendio causado por el bombardeo. El Ejército de Israel, como es habitual, dijo que estaba atacando un centro de comando de Hamás. Nuestros corresponsales en Jerusalén para Israel y los Territorios Palestinos, Federico Cué Barberena y Janira Gómez Muñoz, ampliaron la información sobre la situación en la Franja de Gaza y los últimos ataques entre Israel y Hezbolá.

https://www.france24.com/es/video/20241014-informe-desde-jerusal%C3%A9n-ataque-israel%C3%AD-contra-hospital-de-gaza-quema-vivos-a-palestinos-desplazados

 

 

Comparte este contenido:

Gaza a un año: Genocidio + Invasión + ¿Guerra regional, mundial o nuclear?

Por: Pietro Ameglio

 

Guerra Sucia en México

Un nuevo 2 de octubre se nos traviesa: en México 56 años sin verdad ni justicia sobre la masacre del Estado mexicano -a través de sus policías, militares y paramilitares- en Tlatelolco con miles de muertos, desaparecidos, heridos y presos políticos-; en el mundo es el día mundial de la noviolencia, en memoria de los 157 años del nacimiento de Gandhi.

Recién está comenzando un nuevo gobierno en México, encabezado por Claudia Sheinbaum, continuidad en mucho del anterior de López Obrador, donde se plantea continuar con la transformación y el cambio de régimen en el país. Existen algunas fundadas esperanzas -por diferentes razones y siempre con reflexión- que se pueda avanzar con firmeza en alguna vuelta de tuerca importante en este proceso, pero su buen resultado dependerá de la organización, compromiso, co-operación y vigilancia de las organizaciones, movimientos sociales y ciudadanía en general a partir de sus luchas y demandas. Respecto a la masacre de Tlatelolco, y la Guerra Sucia del Estado mexicano contra los opositores, los comisionados del mecanismo de Esclarecimiento Histórico de la Comisión para la Verdad sobre la Guerra Sucia, entregaron a la nueva presidenta su informe final: “Fue el Estado (1965-1990)”, con la exigencia que se revise a fondo y “se haga un reconocimiento público de parte de la autoridad de que se han cometido estas graves violaciones y el compromiso de investigar y castigar a los responsables”.

En la primera conferencia mañanera de Claudia, autonombrada “hija del 68” por la lucha allí de su madre, ya se avanzó algo en esta demanda más que urgente, justa y necesaria: “En cumplimiento a la instrucción de la Presidenta y con la convicción de la responsabilidad histórica que han otorgado millones de mexicanos, me dirijo a ustedes para pronunciarnos en nombre del Estado mexicano por los actos cometidos el 2 de octubre de 1968. Este crimen de lesa humanidad fue ideado desde la más alta autoridad del Poder público y la responsabilidad recayó en el entonces Presidente, un acto de represión estudiantil, decenas de muertos, heridos y detenidos y torturados. En este acto nos dirigimos a las familias y a los sobrevivientes de aquel periodo, pues son ellos quienes se encargaron de tener viva la memoria y continuar con la lucha y exigencia de justicia. Tenemos la responsabilidad de garantizar que se reconozcan los crímenes hace 56 años y por ese motivo el Estado mexicano ofrece una disculpa pública a todas las personas que perdieron un ser querido o fueron Víctimas de los crímenes de lesa humanidad de esa noche, hechos como este no pueden volver a repetirse”, dijo la titular de la secretaría de Gobernación. Declaración positiva que ojalá inicie realmente un periodo de verdad, justicia, reparación y acompañamiento a los familiares de las víctimas no sólo de la Guerra Sucia, sino también para los de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala y para los de los más de 130 mil desaparecidos que hay en México actualmente, agrupados en centenares de colectivos. Ahí sí estará una de las principales claves de una verdadera construcción de paz en el país, lo que es asimismo un gran “debe” del gobierno saliente.

No dejen de hablar del Genocidio en Palestina

Cuesta creer y tomar consciencia que ya ha transcurrido un año -televisado en directo las 24 hrs.- desde el inicio de este proceso genocida del gobierno sionista israelí -junto a la múltiple complicidad y silencio internacional de todo tipo, empezando por el gobierno de Estados Unidos y sus pares europeos- sobre la población palestina indefensa de Gaza y ahora Cisjordania. Cada día que ha transcurrido ha sido más inhumano y brutal el exterminio de todo tipo, con 43 mil gazatíes asesinados hasta hoy (2/3 mujeres y niños), 21 mil niños desaparecidos, con lo que se comprueba cómo no se trata de una limpieza étnica -como ha existido desde 1948- sino de un genocidio, que busca exterminar por generaciones cualquier posible existencia palestina allí, que busca matar de hambre, enfermedad y abandono a todos y todas en esa minúscula franja con más de dos millones de personas. Tampoco se quieren testigos, por eso han sido asesinados 172 periodistas y 133 trabajadores de la ONU; ni heridos o educación por eso han sido destruidos todos los hospitales públicos, cuanta escuela y universidad existían, y asesinados 283 trabajadores de la salud. Ni hablar del total aniquilamiento de casas, edificios públicos, instituciones…El objetivo es “arrancar de raíz” toda huella palestina por generaciones, ocupar y tomar esos territorios para la colonización israelí y la expansión capitalista, con mano de obra asiática más barata, ya no palestina, en lo que William Robinson ha llamado un “excedente de humanidad laboral”.

Sin embargo -justo al año- para aumentar el increíble grado de deshumanización se está agregando otra etapa a esta guerra genocida de “7 frentes” según Netanyahu, como es la invasión israelí al Líbano, y ¿después a Cisjordania, Yemen, Siria…Irán? En lo que ya constituye el inicio de una guerra regional ¿o de una tercera guerra mundial nuclear?

¿Cuánta condena y solidaridad internacional política, mediática, institucional se generó con la invasión rusa a Ucrania? ¿Cuántas sanciones, boicots, represalias, entrega de armas para defenderse, solidaridad mundial se ha volcado a favor de Ucrania? ¿Alguien ha dicho o hecho algo similar contra la invasión de Israel al Líbano…?

Como pocas veces en la historia, este genocidio ha desnudado la hipocrecía e inhumanidad del orden social mundial (desde sus principales potencias económico-político-militar), la impunidad y la “doble moral” de escándalo, con todo el apoyo de los grandes medios y corporaciones internacionales. Además, ha quedado exhibida la nulidad del derecho internacional en cuanto a su poder de acción y coerción, más allá de declaraciones y sentencias sin ninguna aplicación práctica. Y asimismo la normalización i impotencia de las sociedades civiles mundiales, que en una gran mayoría están contra el genocidio y simpatizan con los palestinos, pero que no han ejercido masivamente más que mínimamente acciones de verdadera presión política hacia sus gobiernos, para que ejerzan presión real sobre Israel y solidaridad concreta con los palestinos. Ni hablar del escándalo moral de las mayorías de la población israelí, encerrados muchos en el silencio o miedo de sus casas -¿cuántos además serán los que apoyen ideológicamente a su gobierno sionista?-, estando sólo en desobediencia civil los familiares de los rehenes y un sector muy valiente solidario y noviolento de la población, que siempre ha luchado por la paz. Toda esta lucha resulta totalmente insuficiente para detener el genocidio. Se refuerza así la teoría histórica central: el genocidio es la acción de muchos sobre pocos, quienes lo legitiman en formas muy diferentes, desde el silencio o el encierro de no querer ver hasta dar una orden, apretar el gatillo o tirar una bomba.

Bien dijo el presidente de Turquía Recep Erdogan en su reciente intervención ante la asamblea de la ONU: “El Consejo de Seguridad de la ONU ¿qué está esperando para impedir el genocidio en Gaza y decir ‘basta’ a esta crueldad y barbarie?…en Gaza no solamente son los niños los que están muriendo, sino también el sistema de Naciones Unidas…las esperanzas de la humanidad para vivir en un mundo más justo se están muriendo…es el cementerio de mujeres y niños más grande del mundo”.

Todo el genocidio avanza bajo el falso argumento de la autodefensa, construido con total impunidad e “infantilismo social” por los gobiernos y medios cómplices. El mecanismo para instalar masivamente esta gigantesca mentira es “congelar” -reificar- la reflexión en el 7 de octubre con la brutal masacre de Hamas donde se asesinaron a 1200 ciudadanos israelíes pacíficos de todas la edades, sin tomar en cuenta la historia anterior (al menos desde la Nakba de 1948) ni la posterior a partir del exterminio del 8 de octubre. Ese tipo de reflexión centrada sólo en el propio victimismo justifica todo el genocidio humano y material-territorial, las actuales invasiones a países vecinos, el odio y deshumanización total hacia las víctimas: la proporción criminal es matar a 100 palestinos por cada israelí asesinado el 7; colocar explosivos en los celulares y beepers sin tomar en cuenta que el propietario pudiera estar en el momento de la explosión en un kínder, hospital, escuela…

Una muy valiosa estudiante universitaria de derechos humanos palestina que participó en la exposición gráfica bilingüe conjunta que hicimos entre la Unam y la universidad Al-Quds de Belén este año (https://www.serpajmx.org/_files/ugd/6e3166_9677fff34a214edb955e8f6b2811af4f.pdf), y que se puede imprimir o solicitar fácilmente, nos pregunta: “Todo lo que está pasando en Palestina para evitar que los palestinos tengan derecho a la resistencia, a la autodeterminación y a existir ¿es porqué Israel es la víctima y tiene derecho a asesinar a palestinos?” y “¿Quiénes son los perpetradores y víctimas en este conflicto? Tu respuesta depende de tu sentido de humanidad”.

Como complemento, en una conferencia que me parece importante para entender el fondo y manipulación ideológica de este genocidio, el periodista israelí Gideon Levy (https://www.youtube.com/watch?v=_80ho1asfWA) señala los tres principios que legitiman el genocidio internamente ante la población israelí y a nivel internacional: 1) la gran mayoría de “los israelíes están convencidos de ser el pueblo elegido”, lo que les da el derecho de hacer lo que quieran; 2) no existe en la historia de los invasores “una ocupación donde el ocupador se presenta a sí mismo como la única víctima”; 3) la peor razón es la “deshumanización sistemática de los palestinos”, si no son humanos como los israelíes entonces ya no hay problemas de derechos humanos. “Una vez escribí que tratamos a los palestinos como animales, y recibí cartas de protesta de parte de organizaciones israelíes protectoras de animales”.

Esta enorme manipulación y tergiversación nacionalista mesiánica de la historia, tiene su raíz en un proceso de desviación y radicalización ideológica donde ciertos grupos dentro del sionismo -nacido en el siglo XIX entre los judíos askenazis europeos occidentales-, que se fueron transformando en un movimiento colonialista de colonos judíos en un territorio ya habitado, donde se empezó una limpieza ética y desplazamiento de palestinos -que vivían allí desde milenios pacíficamente con judíos y cristianos, en una proporción enorme de población y tierras a su favor-, desde los años 20 del siglo pasado. Como bien señala el importante historiador israelí IIán Papé: “El principal objetivo sionista radical fue la eliminación de los nativos, para pasar de un país árabe a uno judío…conquistando la mayor tierra posible con el menor número posible de palestinos” (https://www.youtube.com/live/ukPnbeSHWwA).

Esta colonización a partir de la abierta complicidad política y militar inglesa desde 1917 (Tratado de Balfour) al menos, y la brutal política de colonialismo militar-económico-político-social israelí inicial de limpieza étnica y ahora de genocidio, “han convertido a Israel en el lugar menos seguro en el mundo para los judíos, pues Israel genera anti-semitismo y hostilidad”, como bien afirma desde la mirada de los árabes judíos -muy ajenos y de experiencias opuestas en cuanto a antisemitismo, a los judíos occidentales sionistas- el historiador judío iraquí Avi Shlaim (https://www.youtube.com/watch?v=SMJJiZlXOi0).

Por nuestra parte, en América Latina continuaremos cada vez con más decisión y cantidad todo tipo de manifestaciones de apoyo al pueblo palestino que pide al mundo -como forma central de resistencia- que “No dejen de hablar de Palestina”. Asimismo, exigiendo a nuestros gobiernos e instituciones culturales, económicas, sociales y educativas que rompan convenios e intercambios de todo tipo con sus pares israelíes que no se hayan pronunciado con determinación y claridad contra el genocidio, en lo que constituyen acciones de no-cooperación básicas para que esta barbarie “No se realice en nuestro nombre”. Mientras, esperamos que surjan más acciones de desobediencia civil masiva muy grande dentro de Israel, Estados Unidos y Europa, países involucrados más directamente en la construcción y ejecución de este genocidio.

A su vez, me pregunto si en México el partido en el poder (Morena) y con mucho poder político y social, no pudiera plantearse que una forma de demostrar autonomía positiva y constructora de paz respecto al actual gobierno, sería exigir al gobierno que realice acciones y sanciones políticas, económicas y culturales mucho más contundentes hacia el gobierno israelí para que detenga ¡Ya! este genocidio. Sería algo muy importante sea para el gobierno que para el partido, para así aumentar su fuerza moral y legitimidad en terrenos de construcción de paz.

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

Comparte este contenido:

Escolasticidio, o genocidio de la comunidad educativa, en Gaza

Por: Renán Vega Cantor

Con todo el dolor del alma este escrito está dedicado a los niños palestinos que soportan el escolasticidio y a Marisol y Lucía, mis queridas hijas.

“La educación y todo el proceso educativo, junto con todos sus componentes, instalaciones e instituciones, están en el centro del objetivo sionista israelí. Este ataque es sistemático, es un asalto calculado, según la clasificación de las organizaciones de derechos humanos”. -Kram Wadi, profesor adjunto de Currículo e Instrucción en la Universidad Al-Aqsa

 “A quienes dicen por qué no hay educación en Gaza, los bombardeamos. Oh, qué lástima, ya no seréis ingenieros”. -Un soldado de Israel

«Estás matando todos los años dedicados a la formación, que en su totalidad serían básicamente miles de años de conocimiento, porque cada una de estas cientos de personas que han sido asesinadas ha trabajado al menos 10 años para obtener un doctorado, si no más». -Abdel Razzaq Takriti, profesor Universidad Rice en Estados Unidos.

El genocidio de los palestinos que realiza de manera cobarde e impune el Estado de Israel alcanza tales cotas de inhumanidad que se han tenido que inventar nuevos términos, porque los existentes son limitados e insuficientes para describir la macabra realidad que viven de manera cotidiana los habitantes de Gaza y Cisjordania. En este caso, las palabras se quedan cortas para señalar los nuevos crímenes nazisionistas. Estos son de tal magnitud que genocidio resulta siendo un vocablo que por su carácter genérico ‒aunque terriblemente cierto‒ no da cuenta de los nuevos crímenes que ha inventado el Estado de Israel, todos inscritos por supuesto en la órbita amplia del genocidio.

Entre esos crímenes existe uno particularmente brutal, que es realizado en forma premeditada y planificado con el claro propósito de matar, herir, destruir, arrasar de manera directa a niños, jóvenes, profesores y, en sentido más amplio, a la comunidad educativa. Para dar cuenta de esa nueva criminalidad estatal y terrorista se ha inventado la palabra escolasticidio, es decir, genocidio escolar, educacidio o educidio, con el cual se quiere dar cuenta de la destrucción sistemática, bien sea total o parcial, de la vida educativa de un grupo nacional, étnico, religioso o racial y de sus formas de organización educativa y cultural, como está aconteciendo hoy con el pueblo palestino.

COMPONENTES DEL ESCOLASTICIDIO

El vocablo escolasticidio fue acuñado por la profesora palestina de la Universidad de Oxford, Karma Nabulsi, en el que se combina el prefijo latino schola, que significa escuela, con el sufijo latino cidio, que significa matar. Más allá de lo literal, matar la escuela, habría que agregar que es una matanza masiva, sistemática, planificada, con el objetivo de destruir a la escuela y a los escolares. En forma esquemática e incompleta, dada la inventiva israelí en el terreno de la muerte y la crueldad, señalemos algunos de los rasgos que caracterizan al escolasticidio, para arañar, así sea superficialmente, la magnitud del crimen en marcha. Se trata también, como enseñanza derivada, que la comunidad educativa, en los diversos países, entienda el sentido y significado del genocidio escolar, porque allí se muestra un elemento del posible futuro que nos espera a todos nosotros si es que no hacemos nada para enfrentar los crímenes del nazisionismo.

Destrucción de escuelas y universidades: Israel expulsa los cuerpos de sus sitios de residencia, mata y destruye las subjetividades de los palestinos y destruye en términos materiales el aparato escolar, para que esta no tenga condiciones físicas de seguir operando. De esta manera, puede colegirse sin mucho esfuerzo que los bombardeos contra escuelas y universidades no son ningún daño colateral, ni se atacan los centros educativos porque supuestamente allí se refugian los combatientes de Hamas. Simplemente, un objetivo central del genocidio en curso es impedir que existan lugares, espacios, construcciones educativas en las que en el futuro inmediato puedan reanudarse las actividades escolares. Al respecto, la destrucción de las escuelas y universidades es de tal magnitud que en poco tiempo ha alcanzado niveles similares a los que se produjeron durante la Segunda Guerra Mundial, incluso peores si tenemos en cuenta que Israel se concentra en forma específica en la destrucción de los centros educativos, algo que no era tan evidente y directo ni siquiera en la Alemania nazi. Ahora han sido destruidas 400 escuelas y las doce universidades existentes. Aparte de todo, las escuelas que quedan en pie han sufrido destrucción parcial y muchas de ellas están tan deterioradas que no es posible habitarlas en un futuro cercano, salvo que se reconstruyan con todas las normas arquitectónicas del caso, lo cual va a durar décadas.

Palestinos inspeccionan los escombros de una escuela bombardeada por Israel el 6 de junio de 2024 en Nuseirat.

Para dar unos pocos datos sobre la destrucción de escuelas, mencionemos que a mediados de julio fueron destruidas cuatro de ellas, que fueron sometidas a incesantes bombardeos y fueron masacrados 25 niños. Sobre esto dice Juliette Touma, directora de Comunicaciones de La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA): “Esto se está convirtiendo en algo habitual. Sólo en los últimos cuatro días hemos visto cuatro escuelas atacadas” y “decenas de personas pagan el precio”. “Hemos convertido a la gran mayoría de las escuelas en refugios y en algún momento tuvimos un millón de personas alojadas en ellas”[1]. El jueves 18 de julio “la escuela Al-Falah, ubicada en el barrio de Zaytoun, al sureste de la ciudad de Gaza, fue objetivo de un ataque que dejó un saldo de dos civiles asesinados y cinco más heridos”[2].

La escuela Al-Falah, ubicada en el barrio de Zaytoun, al sureste de la ciudad de Gaza, fue objetivo de un ataque aéreo israelí la tarde del jueves 18 de julio, con cinco niños asesinados y dos heridos

Demolición deliberada de escuelas y universidades: Para darse cuenta de la perversidad genocida de Israel debe resaltarse que no es que solamente se estén destruyendo las escuelas por los bombardeos indiscriminados contra estas instalaciones y las personas que allí se encuentran. Existe algo de la misma saña criminal, consistente en la demolición programada de escuelas en diversos sitios de la palestina histórica, algo que se viene realizando desde hace décadas y que no ha cesado en los últimos meses. Así tenemos que se han demolido sedes de universidades, como la Universidad de Israa, que fue destruida desde sus cimientos con explosivos el 17 de enero de 2024, o sea, fue literalmente borrada del mapa. O lo menos conocido como la demolición de 42 escuelas de beduinos en el Valle del Jordán, con el objetivo de favorecer la colonización sionista en la zona. Esta técnica, criminal y terrorista de Israel, es de vieja data e involucra la destrucción de las casas de los palestinos, para que estos no tengan donde retornar. En el caso de los centros educativos se demuelen para que no existan lugares donde se pueda volver a estudiar tras el apaciguamiento de esta fase del genocidio.

La Universidad Islámica en la Ciudad de Gaza destruida por el ataque israelí del 15 de febrero de 2024 (AFP).

Ataques a las escuelas de las Naciones Unidas: En el caso de Israel su cinismo genocida no tiene límites, porque no existe ningún caso similar por parte de ningún país reconocido por la ONU ‒e Israel sí que es hijo ilegitimo de la ONU‒ en el que un estado de manera descarada ataque directamente las instalaciones de esa entidad. Al respecto, Israel se ha encargado de liquidar todas las instalaciones de la ONU, la mayor parte de las cuales están ligadas a la Agencia para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWUA), la cual administra escuelas, hospitales, centros de salud, albergues, campos de refugiados, restaurantes… Entre los ataques más criminales de Israel se encuentran los bombardeos contra escuelas y hospitales administrados por la UNRWUA, cuyas instalaciones han quedado pulverizadas y en cada uno de ellos han muertos decenas o centenares de palestinos, incluyendo miembros del personal administrativo de la entidad adscrita a las Naciones Unidas. Es decir, no solamente se asesina a palestinos, la mayor parte niños y mujeres, sino que se mata impunemente a funcionarios y empleados de la ONU, profesores, administradores, lo cual no genera ningún rechazo ni repudio especial de la mal llamada “Comunidad Internacional”. Entre uno de los ejemplos que pueden mencionarse se encuentra el ataque que se realizó en junio a una escuela de la ONU, en el que fueron masacradas 35 personas. El día 7 de junio un avión militar de Israel disparó dos misiles contra las aulas del último piso de la escuela en el campo de refugiados urbano de Nuserait. En el momento en que se produjo el bombardeo 6000 personas desplazadas se refugiaban en la escuela. Uno de los sobrevivientes, Udai Abu Elias contó: «Estaba durmiendo cuando ocurrió el incidente. De repente, oímos una fuerte explosión y los cristales rotos y los escombros del edificio cayeron sobre nosotros. El humo llenaba el aire y no podía ver nada. No esperaba salir vivo. Oí que alguien llamaba a los sobrevivientes para que salieran de debajo de los escombros. Me esforcé por ver mientras tropezaba con los cuerpos de los mártires»[3].

Hasta junio de 2024 han sido atacadas 190 escuelas e instalaciones gestionadas por la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos. Además, Israel no discrimina y bombardea sin pausa los campos de refugiados y las escuelas que allí se encuentran, en donde se albergan niños. Muchos de esos campos de refugiados existen desde hace décadas, y han sido masacrados centenares de niños.Un ejemplo palpable lo representa lo sucedido el domingo 14 de julio cuando Israel volvió a bombardear la escuela de las Naciones Unidas del campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de Gaza, y masacró a 13 personas, la mayoría niños.

Ataques y bombardeos a hospitales: Aunque la destrucción del sistema de salud de Gaza, que incluye el ataque sistemático a hospitales, constituye un crimen de guerra con sus propias particularidades que debe ser analizado de manera específica, debe ser incluido dentro del escolasticidio porque gran parte de los muertos y heridos son niños que se recuperaban de ataques previos o se les atendía por diversas enfermedades. De igual manera, se ataca a mujeres gestantes, lo quiere decir que en forma premeditada se agrede a la población relacionada en forma activa o potencial con el sistema escolar, con la clara intención de matarla. Aparte del bombardeo de hospitales debe incluirse el ataque a ambulancias donde se llevan enfermos y heridos, el allanamiento arbitrario y la evacuación forzosa de los hospitales y el asesinato aleve de pacientes en las camas en que se encontraban convalecientes.

No es una casualidad que los cobardes bombardeos que realiza la fuerza aérea de Israel sobre hospitales dejen centenares de muertos y de heridos. Al respecto valga mencionar que solamente en los dos primeros meses de la fase actual del genocidio, a finales de 2023 se presentaron 250 ataques a hospitales, centros de salud y ambulancias por parte de los ocupantes de Israel, que dejaron centenares de muertos. Un solo caso es demostrativo, el artero ataque con un misil por parte de Israel contra el hospital Al-Ahli que el 17 de octubre mató en forma instantánea a 421 personas y dejo centenares de heridos. Una descripción es suficientemente ilustrativa de este atroz crimen del sionismo, que como hemos dicho, forma parte también del escolasticidio:

“‘En el terreno quedaron cientos de víctimas, entre heridos y fallecidos. Las imágenes mostraban una gran cantidad de personas que yacían en el suelo’.

‘Partes del hospital están en llamas’, relató el cirujano británico-palestino Ghassan Abu Sittah. ‘No sé si es el servicio de urgencias, pero seguro que el quirófano sí. Parte del techo se ha caído. Hay cristales por todas partes’.

Otro médico aseguró que el 80% del hospital estaba fuera de servicio y que cientos de personas murieron o resultaron heridas en la explosión.

Además de los pacientes y personal sanitario que había en el hospital, en el interior y al exterior del edificio había civiles -unos 1.000, según los últimos reportes- que buscaban un lugar seguro ante los bombardeos israelíes”[4].

Bombardeo hospital Gaza: qué se sabe, quién es el autor y víctimas

Destrucción de infraestructura educativa: Cuando se habla de la destrucción material no se incluye solo a instalaciones de escuelas y universidades. Se involucra allí también la destrucción de sedes gubernamentales que están relacionadas en forma directa o indirecta con el sistema educativo. Así, el 15 de noviembre de 2023 Israel demolió la sede de la Asamblea Legislativa y la sede del gobierno de Hamas en la Franja de Gaza. Israel también bombardea y destruye restaurantes y cafeterías de colegios y universidades, los laboratorios, las zonas de esparcimiento, las instalaciones deportivas y todos los lugares de sociabilidad de profesores y estudiantes, así como las zonas administrativas que dirigen y coordinan las actividades escolares. Con la misma lógica criminal se destruyen museos, murales históricos, editoriales, imprentas, centros de producción artística, iglesias, mezquitas, edificios históricos y zonas arqueológicas.

Destrucción de bibliotecas y archivos históricos: Israel pretende borrar los lugares donde se encuentran depositadas las fuentes históricas y de conocimiento para las nuevas generaciones de palestinos. Se incurre en un memoricidio consciente y sistemático, con el objetivo de hacer añicos las bibliotecas y archivos existentes en Gaza. Cabe mencionar la destrucción del Archivo Central de Gaza de 150 años de existencia, en el que se guardaban tesoros documentales y bibliográficos sobre la historia palestina desde hace cientos de años, en especial desde la época del dominio otomano. Miles de documentos fueron destruidos por los ataques de Israel, con lo que se dio un paso más en el intento de hacer desaparecer del mapa todo lo relacionado con el pueblo palestino, incluyendo las fuentes históricas que registran su presencia en la región desde hace varios siglos.

Uso de escuelas como cuarteles e instalaciones militares por Israel: Aparte de desalojar a los niños y jóvenes de sus escuelas y universidades, el ejército sionista procede a ocupar los recintos educativos en forma militar y a usarlos como centros de operaciones logísticos y desde allí atacar al resto de la población gazatíe. Después suele bombardear y destruir las instalaciones que le han servido de centro de operaciones. Un claro ejemplo de esto que mencionamos fue la ocupación de la Universidad de Israa en diciembre de 2023, usada como centro logístico y operativo por los militares de Israel que, tras un mes de ocupación, fue demolida por los mismos ocupantes, quienes incluso bailaban de regocijo y dicha al contemplar y filmar su acción escolasticida.

Ataques y asesinatos de madres gestantes y lactantes: El futuro de la educación en Gaza está en cuestión por otro hecho terrible: en la actual ofensiva genocida por Israel han sido asesinadas miles de madres con sus hijos todavía en el vientre, otras han sido heridas o han quedado lisiadas. Muchos bebes sobreviven huérfanos desde la cuna, ante la muerte de su progenitora. Y las mujeres que quedan vivas deben dar a luz a sus bebés en duras condiciones, sin agua, sin condiciones higiénicas mínimas, sin apoyo médico y sanitario. Sus niños nacen desnutridos y abatidos desde el momento en que ven la primera luz del sol por el estruendo de bombardeos y el ruido ensordecedor de los aviones que lanzan los artefactos explosivos. Un solo ejemplo es revelador: “‘No podía evitar pensar en cómo se sentía mi bebé con cada explosión’. Así se expresaba hace escasos días una mujer embarazada que permanece en el norte de la Franja de Gaza ante el asedio israelí. Ella misma describía cómo su cuerpo temblaba con cada bombardeo mientras corría para refugiarse con su familia en una escuela después de que su casa fuera destruida por los ataques. Duerme en un suelo frío y sucio, sin comida ni higiene. ‘A medida que pasan las noches y avanzan los días se preocupa más. Cada día, cada hora y cada minuto tiene miedo del mundo al que traerá a su bebé y si estará bien’”[5].

Qué futuro puede tener un sistema educativo y un país en general si sus niños no pueden llegar al mundo y si lo hacen su esperanza de vida va a ser breve, teniendo en cuenta el contexto adverso en que llegan a esta tierra, y para completar soportando bombas y explosiones. Nacimientos prematuros y abortos espontáneos se presentan cada minuto en los hospitales bombardeados, donde las madres no solo esperan a sus hijos, sino que, con terrible incertidumbre, deben asumir que, en cualquier momento, sean bombardeadas y allí se acabe todo.

No por azar, dirigentes, políticos y gente corriente en Israel sostienen que debe exterminarse a los niños de Palestina porque, argumentan criminalmente, que estos van a ser futuros terroristas. Una sola muestra es ilustrativa en este sentido: Yelet Shaked, mujer del Parlamento israelí, ha afirmado sobre las mujeres y madres palestinas que «tienen que morir y sus casas deben ser demolidas. Ellos son nuestros enemigos y nuestras manos deberían estar manchadas de su sangre. Esto también se aplica a las madres de los terroristas fallecidos». Agregó con tono hitleriano: «Detrás de cada terrorista hay decenas de hombres y mujeres sin los cuales no podría atentar. Ahora todos son combatientes enemigos, y su sangre caerá sobre sus cabezas. Incluso las madres de los mártires, que los envían al infierno con flores y besos. Nada sería más justo que siguieran sus pasos». Remató diciendo que las mujeres palestinas, «Deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán más pequeñas serpientes»[6].

Asesinato de estudiantes: En estos momentos se está produciendo el asesinato en masa del eje vertebral de cualquier comunidad educativo, esto es, los estudiantes. Y este crimen se perpetúa en forma sádica, porque todos los días se bombardean pueblos, zonas de refugio, campamentos, sedes de la ONU, hospitales, escuelas, universidades. Gran parte de quienes mueren por las “bombas inteligentes” de Israel son niños. Aunque las cifras son imprecisas y cambian minuto a minuto, dado que los bombardeos y agresiones del ejército sionista no se detienen, hasta el momento en que escribimos estas líneas se habla de unos quince mil niños asesinados, a los que deben agregarse miles de cadáveres que se encuentran entre los escombros de los edificios que Israel arrasa con sus tanques y aviones.

Los niños que tienen la suerte (¡!) de quedar vivos contemplan las escuelas destruidas, que son un oscuro recuerdo del lugar y el tiempo que pasaban con los amigos. Uno de ellos recuerda: «‘Salíamos durante el recreo. Íbamos a las aulas y paseábamos. El director venía a las clases’, dijo Abed al-Qara, alumno de quinto año básico, que inspeccionaba los daños con su amigo Muhammed al-Fajem en Bani Suhaila, situada al este de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza. ‘Nos daba los libros. Íbamos allí y veíamos quién entraba y salía; nos quedábamos en la puerta de la escuela. Vivíamos’»[7]. De eso solo quedan los edificios en ruinas, las aulas destruidas, los libros y cuadernos pulverizados. En fin, una muestra macabra de lo que deja el genocidio educativo y los sueños rotos de quienes deben representar el futuro, pero ¡qué radiante futuro que les deja la criminalidad sionista!

Francotiradores que asesinan a niños: Otra de las grandes hazañas de las fuerzas asesinas de Israel es la de matar a mansalva a niños, por medio de francotiradores. Esta práctica terrorista, y un crimen de guerra, se ha desarrollado desde hace años, pero se ha acentuado en los últimos meses.  El primer indicio radicó en que a los hospitales empezaron a llegar niños con heridas de bala en la cabeza. Un médico voluntario, Fozia Alvi, relató a The Guardian que en una unidad de cuidados intensivos atendió directamente a niños, quienes «no podían hablar, estaban parapléjicos. […] No eran los únicos. Vi incluso a niños pequeños con heridas directas de francotirador tanto en la cabeza como en el pecho. No eran combatientes, eran niños pequeños»[8]. Lo más sádico y criminal del asunto estriba en que luego de ordenar a la población que abandoné un lugar y, mientras huye, en el camino los francotiradores de Israel disparan a mansalva contra los niños.

Esos ataques se realizan de varias maneras: por francotiradores que están resguardados a cierta distancia; por militares que accionan ametralladoras que se encuentran montadas en blindados y usan proyectiles calibre 50 y utilizando sistemas de precisión con los que prácticamente no se falla un disparo, con lo cual está garantizada la muerte o el daño del niño atacado; otro método consiste en usar drones que llevan armas, que son accionadas a control remoto con disparos certeros que se dirigen a la cabeza de los niños.

Los francotiradores actúan también en Cisjordania, donde se ha incrementado el asesinato de niños por parte de matones del ejército o de los grupos paramilitares de los colonos ocupantes.

Uno de estos crímenes aconteció el 29 de noviembre de 2023, cuando fue asesinado un pequeño de nombre Adam, aficionado al futbol, y residente en el campo de refugiados de Yenín, una ciudad del norte de Cisjordania. Él se encontraba en compañía de su hermano y otros nueve niños, cuando aparecieron en escena varios carros de combate de Israel. Los niños salieron a correr y un soldado empezó a dispararles y mató a Adam, quien fue alcanzado por una bala que le rompió la nuca[9].

La utilización de francotiradores por las tropas sionistas es otro elemento característico del escolasticidio, puesto que su objetivo radica en matar o dejar parapléjicos de por vida a los niños, con lo cual desaparecen, por sustracción de materia, los niños-estudiantes, el soporte de cualquier sistema escolar.

Una foto familiar de Adam.

Asesinato de profesores y educadores: A la par del asesinato de niños y jóvenes, Israel asesina en forma fría y premeditada a profesores y educadores a todos los niveles del espectro educativo. Junto con los miles de niños asesinados se cuentan 266 profesores asesinados y 973 heridos, un registro parcial e incompleto hasta abril de este año sobre los educadores que han muerto como resultado de los ataques de Israel. Incluso, han sido asesinados rectores de colegios y universidades, porque en ese terreno los sionistas no discriminan ni distinguen, antes bien al contrario tienen claro que al matar a directivos y profesores están liquidando la posibilidad de que las escuelas renazcan en otros espacios, incluso al aire libre. De esta manera, se está destruyendo la savia vital, los profesores, que posibilitan el funcionamiento real de cualquier escuela. “El profesor, que es la piedra angular del proceso educativo, necesita que se le proporcione el elemento de seguridad física, psicológica y ocupacional, así como la provisión de las necesidades básicas y el restablecimiento de su apoyo financiero y moral por parte de las autoridades oficiales, especialmente desde que la devastadora guerra lo ha destruido todo”[10].

Mencionemos únicamente un caso del asesinato de un profesor en Gaza, el del poeta y narrador Refaat Alareer, quien es recordado por uno de sus estudiantes en forma conmovedora:

“Es difícil creer que ya es sólo un recuerdo, difícil aceptar que nunca más volverá a aparecer en su clase, a compartir su ingenio y el humor por el que era famoso. Para quienes le conocimos a lo largo de los años, Refaat es inmortal: es una idea, y las ideas no mueren. Refaat es una palabra y una historia, Refaat es una pluma y un juego de palabras. Refaat es nuestro poeta, narrador y mentor.

Sus enseñanzas eran universales: nos presentó a Malcolm X, John Donne, Shakespeare y Edgar Allan Poe junto a obras de autores palestinos como Edward Said, Susan Abulhawa, Ibrahim Nasrallah y Mourid Bargouthi, entre otros. […]

La conexión de Refaat con sus alumnos no se limitaba al aula. A menudo nos invitaba a dar clases al aire libre o cerca de la playa, ahora ocupada por las fuerzas israelíes. Nos invitaba a tomar café y siempre estaba pendiente de nosotros y de nuestras familias. […]

Refaat creía que las historias tienen un enorme poder de trascender ideas y personas. Solía decirnos que el movimiento sionista no colonizó Palestina de una sola vez: los sionistas trabajaron durante décadas para construir una narrativa que justificara la ocupación de Palestina. […]

Refaat argumentó que para que los palestinos mantengan viva su memoria y su causa, tienen que seguir contando su versión de la historia. Si dejamos de contar historias, traicionaremos a nuestros antepasados, nos recordaba constantemente. […]

Refaat tenía sentido del humor negro y el lenguaje era su juego. Se apresuraba a hacer chistes o juegos de palabras, divirtiendo a quienes le rodeaban. […]

Refaat era una amenaza para la narrativa israelí y por eso la inteligencia israelí lo llamó y le dijo que lo atraparían y que sabían que se refugiaba en una escuela. Refaat decidió abandonar la escuela y se dirigió a casa de su hermana, donde murió por un ataque aéreo israelí a las 18:00 horas del 6 de diciembre.

Las historias de Refaat siempre nos acercaban a nuestra patria y recordamos a Refaat llevando un libro en la mano y corriendo a otra cita. [Escribió] un poema titulado «Si debo morir», en 2011:

Si debo morir,
tú debes vivir
para contar mi historia
para vender mis cosas
para comprar un trozo de tela
y unas cuerdas,
(que sea blanca y con una larga cola)
para que un niño, en algún lugar de Gaza
mientras mira al cielo a los ojos
esperando a su padre que se fue en un incendio –
y no se despidió de nadie
ni siquiera a su carne
ni siquiera de sí mismo.
ve la cometa, mi cometa que tú hiciste, volando
por encima de
y piensa por un momento que un ángel está allí
trayendo de vuelta el amor
Si debo morir
que traiga esperanza
que sea un cuento.

Refaat no murió, se multiplicó, como dice la escritora palestina Susan Abulhawa, porque Refaat es una idea y las ideas no mueren”[11].

Si se asesina a los profesores de educación básica, de idioma local, de matemáticas, de ciencias, de literatura, de artes, de educación física, de geografía, de historia… quién y qué se podrá enseñar en el futuro inmediato a los niños que queden vivos. Esa es una de las finalidades más perversas del escolasticidio, matar las voces que pueden mantener viva la cultura y la historia y de un pueblo, de ahí que se liquide en forma premeditada a los maestros de la vida.

Un hombre con una flor en la cabeza

Descripción generada automáticamente con confianza media

Refaat Alareer, poeta, narrador y profesor de Gaza, asesinado por Israel el 6 de diciembre de 2023.

Asesinato de artistas, investigadores y científicos: Cualquier sistema educativo no está aislado de la cultura general de una nación, porque se nutre de ella, de sus aportes, saberes y conocimientos, a la cual también retroalimenta con sus propios conocimientos e investigaciones. En estas circunstancias, se constituye en un complemento criminal para destruir la educación de un país el asesinato premeditado de sus literatos, intelectuales, pensadores, científicos, artistas, músicos, poetas, cantantes… Y lo que Israel está haciendo, como parte del genocidio educativo y del etnocidio al que somete a los palestinos, es matar a los componentes de la nación palestina: a sus niños y sus escuelas, a sus jóvenes y sus universidades y a todos sus vectores culturales, mediante el asesinato de sus creadores intelectuales, científicos y artísticos. Es elevada la cifra de los que han sido y están siendo asesinados y se incrementa cada día con terribles noticias de nuevos crímenes que perpetran las fuerzas sionistas. Hasta el mes de abril de este año habían sido asesinados 45 artistas y escritores y más de un centenar de científicos, académicos y profesores universitarios.

Encarcelamiento y tortura de niños: Desde que existe como Estado colonialista, Israel captura y tortura a niños, en violación flagrante de elementales derechos de los infantes. Antes de iniciar la actual fase del genocidio en las cárceles de Israel se encontraba una gran cantidad de niños y jóvenes, cuyo número se ha incrementado en la actualidad con las redadas y capturas que cotidianamente llevan a cabo las fuerzas sionistas. Cada año, Israel detiene entre 500 y 1000 niños y adolescentes de Palestina. El patrón represivo es idéntico: redadas nocturnas y por sorpresa, ojos vendados y manos atadas a la espalda, sin que los familiares de los niños sepan de su destino. Luego son sometidos a tribunales militares, algo único en el mundo.

Esto supone que una parte de la niños y de la juventud es alejada por la fuerza de sus vinculaciones y actividades escolares, lo cual se alarga y agudiza en la medida en que los mantengan durante más tiempo en la cárcel y, en gran parte de los casos, sin pruebas y sin juicio de ninguna clase, simplemente porque así lo determina Israel.

Condiciones inhumanas para  niños presos en cárceles de “Israel”

Daños físicos, mentales y emocionales: Los bombardeos indiscriminados y cotidianos, el ver morir a sus seres queridos (padres, hermanos, amigos…), el quedar huérfanos, el hambre y desnutrición forzadas, la destrucción de las fuentes de agua potable, el arrasamiento de pueblos y escuelas, la suciedad y el abandono que genera la criminalidad israelí, todo eso ocasiona traumas físicos, mentales y emocionales en toda la población gazatíe, en especial en los niños. Esos traumas marcan a estos niños y quedaron en su ser para toda su vida. Los niños experimentan ansiedad, miedo, tristeza, dolor, pesadillas, recuerdos que los perturban e insomnio y una terrible sensación de incertidumbre al saber que pueden morir en cualquier momento por una bomba de Israel. Están rodeados por la muerte las 24 horas del día, sin perspectivas ciertas de que la situación vaya a mejorar. Sintetizado esta terrible situación emocional de los niños de Gaza, Jason Lee, director de Save the Children para los Territorios Palestinos Ocupados, afirma: «En tiempos de guerra, la gente suele buscar refugio en lugares seguros, pero ahora mismo no hay lugares seguros en Gaza y no hay forma de conseguirlos. Con una sensación de seguridad, la constante presencia tranquilizadora de la familia, algún tipo de rutina y un tratamiento adecuado, los niños y niñas pueden recuperarse. Pero muchos ya han perdido a miembros de su familia, algunos lo han perdido todo, y la violencia y el desplazamiento persisten. Una y otra vez, hemos advertido de que el peaje del conflicto y el bloqueo en la salud mental de los niños es demasiado grande. Incluso antes de esta escalada, más de la mitad de los padres y madres con los que hablamos informaron de que sus hijos se autolesionaban o tenían pensamientos suicidas.  Nos estamos quedando sin palabras para alertar sobre la magnitud del sufrimiento de los niños y las niñas en Gaza”[12].

Esos niños no hablan, a veces ni siquiera saben su nombre, no tienen ningún horizonte vital, literalmente Israel les ha matado todas sus ilusiones y ha creado las condiciones para que, en el futuro inmediato, las fuerzas de resistencia se nutran con nuevos combatientes. Qué otra cosa harán muchos de esos niños, si sus soportes vitales han sido destruidos o seriamente debilitados.

Niños que quedan solos y sin familiaresUnos veinte mil niños han perdido a cualquier familiar, porque sus casas han sido arrasadas por los bombardeos de Israel, que matan familias enteras. El resultado es tan pavoroso que en Palestina se ha inventado una nueva denominación para dar cuenta del asunto: “Niño herido, familia no superviviente”. Hay casos en que Israel ha asesinado a familias enteras (abuelos, padres, hijos, primos, sobrinos…) compuesta por más de treinta miembros, y entre los escombros ha quedado vivo un niño de ocho o diez años. En muchos casos, esos niños no pueden ni siquiera hablar, quedan en estado de shock tras los bombardeos y la desaparición física de sus padres. Los niños huérfanos sufren lo que se denomina el “síndrome de Gaza”.

Qué futuro y qué vida le espera a un niño que ha soportado una infamia de esta índole: “Una niña […] estaba con su familia en casa de su tío cuando fue bombardeada en las primeras semanas de la guerra. Murieron su madre, su padre, su hermano y sus dos hermanas. Le tuvieron que amputar una pierna”[13].

Suspensión obligada e indefinida del calendario escolar: En medio de la fase más cruenta del genocidio, en marcha desde el 7 de octubre de 2023, se han paralizado, por fuerza mayor, las actividades escolares con la suspensión del calendario previsto en las zonas ocupadas. Por ello, ningún estudiante asiste a la escuela desde el 6 de noviembre, cuando el Ministerio de Educación de Gaza suspendió el año escolar 2023-2024, hasta nuevo aviso, debido a los ataques masivos e indiscriminados de Israel, entre cuyos objetivos prioritarios se encuentran los centros educativos. De esta forma, han quedado fuera de la actividad escolar ‒un sistema que funciona en condiciones relativamente normales en cualquier país del mundo, incluso en aquellos territorios que se encuentran en guerra‒ 625 mil alumnos y sin empleo 22.500 profesores.

Expulsión y desplazamiento generalizado de niños y jóvenes: Un componente central del genocidio es el de la limpieza étnica que implica el asesinato y expulsión de la población palestina, un proceso que comenzó con la Nakba de 1948. Dicha limpieza étnica se ha radicalizado en los últimos meses y se expresa en la muerte de miles de personas y en la expulsión de cerca de dos millones de habitantes de Gaza, la Cárcel a cielo abierto más grande del mundo. Esa expulsión, que Israel, sus ideólogos y falsimedia occidental se encargan de presentar como una migración voluntaria de la población local, trae aparejados los numerosos despojos y pérdidas (de tierras, casas, propiedades personales…) que genera la súbita expulsión del lugar de residencia. Como gran parte de la población está constituida por niños, ellos son el principal componente de esa migración forzada, lo que significa que ya no van a estar en las escuelas en donde estudiaban o iban a estudiar, bien porque o esas escuelas han sido destruidas o bien porque ellos se encuentran lejos de sus zonas escolares. En la expulsión se pierden además elementos indispensables para cualquier actividad educativa, tales como pupitres, cuadernos, libros, lápices, computadores, material didáctico que nunca se recuperará y cuya sustitución hacia el futuro tendrá un elevado costo económico.  Esto lo manifiesta Ahmad, un niño de seis años, el cual se refugió en una escuela con su familia, luego de la orden de Israel de abandonar su territorio de nacimiento, “No sé qué le ha pasado a mi casa, [está] probablemente destruida con todos mis libros y juguetes”[14].

Incremento del suicidio de niños: Dados los niveles de trauma que ocasiona el genocidio, miles de niños y jóvenes, y con razones más que explicables, ya no le encuentran sentido a la vida y han optado por el suicidio. El nivel de desesperanza que causa la violencia extrema de los sionistas y que esos niños experimentan en su propia piel a diario, ha incrementado los suicidios. Niños de escasos diez años ya no quieren seguir viviendo y manifiestan que prefieren morir a estar abandonados, sin familia y sin amigos. Vicente Raimundo, director de Programas Internacionales de Médicos sin Fronteras, una persona que ha estado en la zona y que ha tratado a los niños de Gaza afirma al respecto: “Cuando a un chavalín de 7, 10 o 12 años, que no tiene los mecanismos adaptativos de un adulto, tiene a su hermano muerto en brazos, sus padres bajo los escombros, sus primos fallecidos, su casa no está, el colegio tampoco, ni siquiera su barrio, se le está arrancando todo lo que le ancla con esta tierra”[15]. Por supuesto, existe una correlación directa entre esas pérdidas y el aumento de los suicidios.

Hambrear y desnutrir a la población, en especial a niños y jóvenes: Un componente central del escolasticidio, y del infanticidio que lleva a cabo Israel, radica en reducir al máximo las posibilidades de subsistencia de los palestinos, mediante una política criminal de asfixia alimenticia. Para ello, se utilizan diversos procedimientos encaminados a que cabalgue uno de los jinetes del apocalipsis: impedir el ingreso de alimentos al territorio bloqueado de Gaza, bombardear los lugares de abastecimiento, masacrar a los palestinos que hacen fila para recibir alimentos (el hecho más conocido al respecto fue la Masacre de Harina el 1 de marzo de 2024), contaminar las aguas, destruir las fuentes de suministro de agua potable, obligar a la gente a consumir aguas negras, reducir el consumo de calorías al punto de subalimentar y desnutrir a la gente… Y esto no es aislado, afecta a dos millones de gazatíes que ya no tienen un mendrugo que llevarse a la boca. Es Israel que convierte en parte de la dura realidad el fantasma del hambre, para intentar matar de inanición a todo un pueblo. Por supuesto, los efectos de esta práctica genocida en la educación son inmediatos, porque se sabe que uno de los factores que, en términos individuales, impide la participación adecuada en cualquier sistema educativo es la desnutrición. Un niño desnutrido está incapacitado física y mentalmente para aprender y esas secuelas permanecen durante toda su vida, que en general es muy breve.

La desnutrición y el hambre, por otra parte, adquiere tal dimensión que miles de niños deambulan solitarios porque han perdido a sus familiares y ya no pueden ser acogidos por otras familias palestinas que enfrentan la disyuntiva de alimentar a sus hijos o los niños abandonados. Al respecto, Laura Bill, representante de la UNICEF para Palestina, sostiene: “Estamos viendo que, como en estos momentos la inseguridad alimentaria es tan grave y tampoco hay a penas agua o medicamentos, la población palestina que en otras ofensivas era sumamente acogedora está en la tesitura de tener que quitar comida a sus hijos, que están desnutridos, para dársela a un niño desconocido”[16].

Atenazados por el hambre, los habitantes de Gaza esperan para recibir  magras raciones - SWI swissinfo.ch
Niño palestino en la fila donde se reparte comida en Gaza. Foto: Reuters.

Destrucción del sistema de salud: Un complemento del escolasticidio, que amerita en sí mismo un análisis específico por todos los elementos involucrados de saña criminal, es el de la destrucción del sistema de salud, un elemento indispensable para el adecuado funcionamiento de la educación en cualquier país. Que haya hospitales y centros de salud, higiene y atención es necesario para que los niños puedan asistir a la escuela, porque se requiere tratamiento a tiempo si los infantes se enferman o sufren accidentes o deben cuidar su salud y deben reponer sus energías físicas y espirituales. Es decir, se necesita de servicio médico que les garantice a los niños la continuidad y permanencia en sus actividades escolares. Si eso normalmente debe ser así, imaginemos por un momento lo que acontece en un lugar devastado por los bombardeos de Israel, y en el cual su sistema sanitario ha sido sistemáticamente destruido. De tal forma, que los niños ya no cuentan ni con lo más elemental para reponer su cuerpo y su mente, en muchos casos heridos y mutilados como quedan luego de los ataques sionistas.

Se da el caso que, además, por el bloqueo criminal, ni siquiera los hospitales que se mantienen funcionando cuentan con lo más elemental, ni agujas, ni alcohol, ni antisépticos, ni agua potable, ni anestesia… Y así deben funcionar esos centros y sus médicos y enfermeros. Es obvio, que en estas condiciones no funciona adecuadamente ningún sistema educativo. Y por eso, este es un elemento del escolasticidio, ya que no se puede garantizar la supervivencia de los niños y jóvenes, muchos de los cuales mueren, aunque bien podían haber sobrevivido de existir condiciones básicas de tratamiento médico, algo imposible en un medio devastado por el genocidio, y cuando Israel bombardea directamente los hospitales, con el pretexto que allí se encuentran combatientes de Hamas.

En síntesis, el ataque y destrucción de hospitales pretende evitar que los niños heridos puedan recuperarse y nunca más vayan a la escuela o queden incapacitados físicamente de por vida o mueran por falta de atención médica. Un breve relato de Nyka Alexander, responsable de comunicación de la Organización Mundial de la Salud de la ONU. es elocuente. Allí se describe a “la gente durmiendo a la intemperie o en tiendas improvisadas entre montañas de basura y retretes al aire libre. La ictericia, una inflamación del hígado, se está extendiendo entre la población, incluso entre los niños. Las moscas se posan en las heces y luego en la comida, que no puede lavarse salvo con agua sucia”. Luego se agrega de manera lacónica: “Imagínense todas las aceras cubiertas de tiendas de campaña y en estos refugios improvisados. Imagínense las calles manando agua verdosa, azulada y negra que son heces mezcladas con basura. Imagina que no hay cubos de basura, que no hay recogida de basuras. Sólo hay montones de basura. . . Las moscas también están por todas partes y son muy agresivas. Quieren meterse en los ojos, quieren meterse en la boca”[17].

El impacto de la destrucción del sistema de salud y su inmediato efecto escolasticida se comprueba con dos datos aterradores que la ONU dio a conocer en días recientes y que afectan en forma directa e inmediata a los niños: la emergencia de una epidemia de poliomielitis en Gaza, cuando el polio había sido erradicado hace años en la región, reaparición que es producto de la contaminación de las aguas, la acumulación de basuras, la mezcla de aguas de consumo con aguas residuales, todo lo cual es un resultado directo de las acciones criminales de Israel; y  se registran al menos 40 mil casos de hepatitis en la franja de Gaza en los últimos ocho meses, una cifra que adquiere sentido porque antes del 7 de octubre solo se habían diagnosticado 85 casos, mientras que ahora aparecen alrededor de mil nuevos pacientes por semana[18].

Cortes de electricidad, de agua potable, de telefonía y de cualquier servició esencial: Otro componente relacionado con el genocidio educativo está referido a la destrucción planeada de los servicios básicos para la población, entre los que sobresalen el agua potable, la electricidad, la recogida de basuras, la limpieza de las calles de las ciudades… Pues Israel está destruyendo todo eso, con bombardeos a centrales eléctricas, redes de telefonía, sistemas de aguas y alcantarillados, como resultado de lo cual durante gran parte del día no hay luz eléctrica, no funcionan los teléfonos celulares, no existe abastecimiento de agua potable y las basuras (aumentadas por las toneladas de escombros de los edificios bombardeados) se acumulan en las calles, con lo que se producen epidemias y contagios, evitables, que afectan al grueso de la población. Todo esto conspira contra el funcionamiento del sistema educativo, porque las escuelas no pueden operar sin agua y sin energía. Esos dos servicios son indispensables para mantener unas mínimas condiciones higiénicas y acceder a aspectos elementales de la escuela como la electricidad, que alimenta diversas necesidades del mundo escolar. Por ejemplo, hoy que se le rinde tanto culto a la conectividad de internet, quién puede imaginar lo que acontece con la educación en Gaza, sí incluso les han destruido los pupitres a las escuelas, derrumbado sus aulas, quemado sus libros y cuadernos, bombardeado sus laboratorios. En ese contexto, cómo podría operar allí la conectividad, que es exaltada en el mundo occidental por supuestamente ser un vehículo inigualable de enseñanza y aprendizaje.

El hacinamiento, las condiciones antihigiénicas en los refugios, la falta de agua potable están propagando enfermedades que afectan en gran medida a los niños, tales como diarrea, infecciones agudas e infecciones cutáneas. En ese sentido, Jason Lee, Director de Save Children para Palestina, detalla: “Estamos escuchando historias desgarradoras de niños que sufren enfermedades debido a la falta de acceso a agua potable, como enfermedades de la piel, diarrea y deshidratación. Los niños nunca deben sufrir así, en ningún lugar. Estas infecciones también dejan a los niños deshidratados y, por tanto, sin agua limpia, en riesgo de muerte”[19].

Destruir el juego, la diversión y el jolgorio propio de los niños en sus escuelas: Los niños, a pesar del impacto del genocidio, no dejan de ser niños, es decir, siguen jugando e intentan divertirse en medio de las penalidades y la violencia generalizada y lo hacen en los pocos espacios que le pudieran quedar en los centros escolares que aún permanecen en pie. Uno de los objetivos de Israel es que los niños ni siquiera puedan jugar en tan adversas condiciones y por eso, bombardea con sadismo aquellos lugares a donde los niños están en actividades de esparcimiento. Un ejemplo referido al bombardeo de una escuela donde unos niños jugaban futbol lo ilustra, la masacre de la escuela Al-Awda: “Israel atacó el martes las instalaciones de una escuela en Gaza. El ataque produjo la muerte de al menos a 29 personas que se refugiaban allí y dejó heridas a decenas más. El momento en que estalló la bomba fue capturado en video por una persona que filmaba un partido de fútbol juvenil que se estaba disputando en el patio de la escuela Al-Awda. La pelota de fútbol estaba en el aire cuando la bomba explotó. [Quedaron] cadáveres por todas partes y personas heridas desangrándose entre los escombros, sin recibir ninguna atención”[20].

Si como resultado de un ecocidio no se oye ni el canto de los pájaros ni el zumbido de los insectos, porque desaparecen los sonidos de la vida y quedan los de la muerte, en el caso del escolasticidio se apagan las voces, llantos, risas, gritos de los niños, que con su felicidad espontánea demuestran la alegría de vivir. Eso es lo que quiere exterminar Israel, la alegría de vivir que expresa la risa de los niños. Por eso, los bombardea y masacra durante sus momentos de juego y diversión, como ha sucedido en numerosas ocasiones y se refrendó con la masacre de la escuela del campo de futbol, que describimos en este parágrafo.

La cultura del terror: A la hora de analizar diversos genocidios se ha acuñado la categoría cultura del terror, la cual es muy aplicable a lo que sucede con los palestinos y a la práctica cotidiana de las fuerzas de ocupación de Israel que caracteriza también el comportamiento racista y legitimador del genocidio de la mayor parte de habitantes comunes y corrientes del Estado nazisionista. Por cultura del terror debe entenderse el pánico que se genera en la vida cotidiana a los residentes locales, recurriendo a los más variados métodos de intimidación, con el fin de que el miedo impida la organización, movilización y respuesta por parte de los palestinos. El sistema educativo se constituye en un espacio privilegiado para desplegar esa cultura del terror, porque se trata de ir acostumbrando a los niños a los maltratos, agresiones, crímenes y todo tipo de violencia de que hacen gala las fuerzas ocupantes. Ese terror se despliega en las casas, en las escuelas, en las bibliotecas, en los museos y en todos los espacios de sociabilidad de los niños palestinos. Los van acostumbrando a asumir como si fueran normales los bombardeos, las invasiones de tanques, los disparos indiscriminados por parte de francotiradores, la destrucción de casas y escuelas… Esa normalidad criminal la impone por la fuerza del agresor ocupante y debe ser tolerada, sin chistar nada, por parte de palestinos. Es la escuela del crimen la que implementa Israel en la vida diaria, en sustitución de la escuela de vida que han querido construir durante décadas los martirizados palestinos.

Los dirigentes sionistas no lo ocultan, antes sacan pecho como si las barbaridades que dicen fueran normales y aceptables. Por ejemplo, El ministro de Seguridad de Israel, el ultranacionalista Ben Gvir, ha dicho:  «No podemos permitir que mujeres y niños (palestinos) se acerquen a la frontera; cualquiera que lo haga debería recibir un balazo en la cabeza»[21]. Y en esto cuenta con el apoyo incondicional de sus amos de Estados Unidos, puesto que el Congresista de ese país, Tim Walberg, ha dicho estas humanitarias palabras: “No deberíamos gastar ni un centavo en ayuda humanitaria. Debería ser como con Nagasaki e Hiroshima. Deberíamos terminar con esto rápido”[22].

Decir escolasticidio es hablar de manera implícita de infanticidio y juvenicidio, porque los asuntos están imbricados en forma estrecha: la destrucción de la escuela y la universidad es un ataque directo a niños y jóvenes, a sus intereses vitales en el presente y el futuro, y, al mismo tiempo, matar a bebés, infantes y adolescentes es parte del proyecto de quitarle el agua el pez, es decir, gente al sistema educativo. Es matar a la fuente nutricia de la educación de raíz, afectando de manera a directa a una generación, que ya no tendrá acceso a la escuela, bien porque esta ha sido destruida o porque sus integrantes, incluyendo los profesores, han sido asesinados

Destruir el pasado, el presente y el futuro de un pueblo: Todo lo planteado líneas arriba puede sintetizarse de manera lacónica diciendo que con el escolasticidio Israel busca, nada más ni nada menos, que destruir el pasado, el presente y el futuro del pueblo palestino. Desde luego, eso lo viene haciendo desde hace 80 años, proceso que se ha acelerado desde el 7 de octubre de 2023. Cuando la diferencia entre la vida y la muerte es de escasos segundos, cuando una persona no sabe las horas que le quedan de vida, cuando se teme ser bombardeado en cualquier momento, cuando se obliga a la gente a irse de sus casas, escuelas y lugares cotidianos de vida y se les reúne forzosamente en “zonas seguras” de refugio que luego son bombardeadas, cuando los palestinos han sido abandonados a su propia suerte y no cuentan con el apoyo real y directo de ningún país en el mundo…; en un lugar con todas estas características, se transforma la noción que tienen los niños sobre la vida, la muerte, el presente y el inexistente, para ellos, futuro. En esta dirección trágica y terrible el psicólogo David Musardo sostiene que existe una clara regresión en el estado físico, mental y anímico de los infantes que se expresa en que “los niños ya no conciben un mañana, viven al día, tienen una idea de la muerte y del presente completamente cambiada a consecuencia de estar en contacto directo con asesinatos todos los días. Muchos saben que probablemente mueran a causa de los bombardeos israelíes o por desnutrición de manera inminente”. Continúa señalando:

“Antes veías niños corriendo, que veían a los trabajadores humanitarios y nos pedían cosas, tocaban a la ventanilla del coche o simplemente querían jugar y ahora ves chavales de 12 o 13 que parecen físicamente hombres ancianos, con la cara dura, triste y quemada, que solo gritan de desesperación, tienen pánico y todo ello sin padres o abuelos que puedan consolarles ni escucharlos o darles espacio para su dolor”[23].

En qué futuro pueden pensar los habitantes de Gaza, y en especial sus niños y jóvenes, si tenemos en cuenta que la mitad de sus habitantes, en un territorio con un total de 2.3 millones de personas, tienen menos de 18 años. Es decir, ellos nacieron después de 2006 y han vivido toda su existencia en medio de un brutal bloqueo de Israel y han soportado numerosos ataques y bombardeos, agudizados en los últimos meses.

Si su presente es así, no puede haber una idea de futuro, a lo cual debe agregarse que para completar Israel destruye las fuentes del pasado, la historia y la memoria palestina, junto con la educación, en un proyecto que no habría ni soñado ni concebido el mismísimo Adolfo Hitler.

El Síndrome de Gaza: El genocidio en curso deja una terrible secuela entre los palestinos, y especialmente entre los niños, al que se ha denominado El Síndrome de Gaza, el trauma que soportan en la vida diaria y que llevan consigo como un fardo insoportable. El psicólogo David Musardo lo precisa: “La inmensa mayoría de ellos padecen depresión, ansiedad y estrés agudo ya que lo han perdido todo, dicen, ‘estoy nervioso, no puedo dormir, siempre pienso en cuando bombardearon mi casa o en la última vez que pude ver a mi madre antes de que la mataran’”[24]. Y por supuesto, esta no es una situación aislada y excepcional, sino que afecta a todos los niños, explicable porque han vivido alguno o varios de los hechos que se han convertido en pan de cada día en el genocidio: bombardeos, ataques indiscriminados, redadas, encarcelamientos, torturas,  muerte de alguno de sus familiares y amigos, destrucción de sus escuelas, demolición de sus casas, expulsión de sus lugares de origen, hambre, destrucción del sistema eléctrico, sanitario y de agua potable… Por ello, el 95 por ciento de los niños de Gaza soportan estrés agudo. La mayor parte de los niños no pueden entender ni concebir las razones que explican la violencia extrema que soportan, ni tampoco comprender por qué caen asesinados sus padres y familiares, y todo ello los condena a la indefensión absoluta.

ALGUNAS CIFRAS DEL HORROR DEL ESCOLASTICIDIO

En este ensayo antes que dar cifras, hemos intentado presentar una descripción somera de cada asunto y un análisis sintético de tipo cualitativo. Sin embargo, los datos ayudan a visualizar la magnitud del genocidio educativo, aunque por supuesto las cifras por contundentes que sean no pueden sustituir a las personas de carne y hueso que soportan el genocidio. Además, estas cifras se van quedando cortas y anticuadas a medida que pasan los días y los crímenes de Israel se mantienen al mismo ritmo e incluso se incrementan.

A la fecha han sido atacadas 400 escuelas, han sido asesinados 40 mil palestinos y 90 mil han resultado heridos. Uno de cada tres muertos es niño, lo que equivale que a la fecha han sido masacrados unos 14 mil niños. Miles de personas, un número incierto e impreciso, de seres humanos yacen muertos debajo de los escombros. Han sido asesinadas 520 personas que se albergaban en refugios de la UNRWA y ahí mismo han sido heridas 1.600. Existen dos millones de desplazados internos, que adicionalmente han sido expulsados hasta diez veces de diversos lugares en los últimos diez meses.  Cada diez minutos es asesinado un niño en Gaza.

Se calcula que 8.500 estudiantes han sido asesinados por Israel, cifras que solo cubren hasta comienzos de julio y 14.500 estudiantes han resultado heridos. De las 320 escuelas que se convirtieron en refugio de los palestinos que Israel expulsa cotidianamente, 190 han sido atacadas por las fuerzas sionistas. Se han destruido todas las universidades existentes en la Franja de Gaza, un total de 12 instalaciones que han sido voladas y demolidas.

Israel ha lanzado 80 mil toneladas de bombas, arrasando lo que se encuentra a su paso y con miles de seres humanos y animales domésticos y silvestres que allí habitaban. Desde el 7 de octubre, han perdido la vida tres rectores, 95 decanos y 231 profesores universitarios. Una gran mayoría de los niños gazatíes y 88.000 estudiantes universitarios, se enfrentan a la privación de su educación por la guerra. 625.000 estudiantes han sido separados de la escuela y un millón de niños padecen problemas de hambre por la falta de agua potable y alimentos, y soportan carencias de salud y vivienda.

Todo lo anterior no son cifras insustanciales, se refieren a seres humanos a los que Israel asesina y destruye impunemente. Tenemos que considerar lo esencial: “Por desgarradoras que sean estas cifras, no son más que números. Pero los muertos de Gaza no son números. Eran seres humanos, la mitad de ellos niños y niñas, cuyas vidas han sido apagadas, su potencial borrado para siempre, sus seres queridos abandonados a un dolor que los consume por completo. Muchas víctimas murieron solas, con un dolor extremo, o padecieron un sufrimiento inimaginable”[25].

EL “ESCOLASTICIDIO” INTELIGENTE: COMPLICIDAD Y PARTICIPACIÓN DE EDUCADORES Y ACADÉMICOS DE ISRAEL

Vamos a cerrar este escrito haciendo alusión a un hecho que no puede pasar desapercibido y que está referido a la complicidad o directa participación de una parte sustancial ‒con honrosas excepciones, por supuesto‒ del mundo educativo de Israel en el escolasticidio de los Palestinos.

Esto quiere decir que unos profesores y estudiantes participan, los de Israel, consciente y obedientemente en el asesinato de otros estudiantes y profesores, los de Palestina. Esta es una clara muestra del odio, racismo, discriminación y criminalidad que se genera en un medio que se supone, por su nivel de formación educativa y de conocimiento, debería rechazar su participación en esos crímenes. Eso es soñar despierto, pues se sabe que investigadores, profesores, científicos, artistas, jóvenes estudiantes y universitarios de Israel participan complacientemente en el escolasticidio de los palestinos.

Al respecto, solo consideramos dos aspectos de manera general: el odio hacia los palestinos que se genera desde la escuela de diversas maneras, en la que resalta el tipo de historia que se enseña; y el papel de universidades y académicos en el genocidio en Palestina.

Una historia escolar que fomenta el odio hacia los palestinos

“Los libros escolares israelíes ‒desafiando a la evidencia factual‒ todavía presentan a los palestinos como los matones y a los israelíes como las víctimas y como los protectores de la tierra”. -Nurit Peled-Elhanan, Palestina en los textos escolares de Israel, Buenos Aires, Editorial Canaán, 2016, p.  321.

Por referencias de autores que han estudiado los libros de texto con los que se enseña a los niños de Israel se puede señalar que, tras analizar decenas de libros de diversas asignaturas escolares, entre ellas de manera preferente la historia, esos investigadores concluyen de manera inequívoca que, desde la escuela, con los textos y con la reproducción de los estereotipos que allí se encuentran por parte de los profesores, se enseña a odiar a los árabes en general y a los palestinos en particular[26].

En esos textos se encuentra una justificación de los crímenes de Israel y de su interminable terrorismo estatal, desde finales de la década de 1940, cuando se presentó la Nakba de los palestinos que ocupaban ancestralmente las tierras que el naciente estado de Israel y sus paramilitares les arrebataron violentamente y los expulsaron a sangre y fuego. De ahí en adelante, todas las agresiones y crímenes de Israel son presentadas como parte del proceso de recuperación de la “tierra santa” y del regreso triunfal de unos colonos, unos simples invasores, que retornan a los lugares que la Biblia y otros libros religiosos presentan como si fueran su propiedad divina.

Los procedimientos que se utilizan en los libros de texto parten de ignorar y desconocer la existencia de los palestinos y de su cultura. De esta forma, en los textos no se incluye, ni verbal ni visualmente, algún aspecto cultural digno de destacar de la vida de los palestinos. Allí no hay menciones de la literatura, poesía, historia, agricultura, arte, arquitectura, ni de las costumbres y tradiciones de los palestinos. Este desconocimiento, conscientemente concebido por el Ministerio de Educación y la autoridades encargadas de regular los libros de texto y replicado por los autores de esos manuales, se sustenta en el prejuicio sionista de que la tierra que ocuparon estaba vacía y fue llenada por un pueblo prospero, industrioso y trabajador, por supuesto los israelitas. Es el mito de una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra.

Ese desconocimiento se complementa con el hecho de que las pocas menciones que se efectúan de los palestinos son racistas y discriminatorias y se les suele presentar con los motes de terroristas, refugiados, y agricultores primitivos, «asesinos», «alborotadores», «sospechosos», “atrasados e improductivos. Estos estereotipos racistas son la norma en los textos escolares y eso es lo que se les repite a diario en las clases, es lo que los niños leen en los textos que tienen a la mano y es lo que les dicen en sus casas sus padres y familiares más cercanos.

Con estos supuestos, en los libros de texto se presenta una visión en la que los sionistas libran una “guerra justa” contra un enemigo que se niega a reconocer los pretendidos legítimos derechos de Israel. En estas condiciones, «los libros de texto dedicados a los más pequeños tienden a describir los actos de los árabes como hostiles, desviados, crueles, inmorales, injustos, con la intención de herir a los judíos y de aniquilar el Estado de Israel”, señala el investigador Daniel Bar-Tal de la universidad de Tel Aviv luego de haber estudiado 124 textos escolares que se han usado en la mala educación de los niños de Israel en varias épocas de la historia reciente[27].

Por supuesto, la historia que se enseña en Israel es maniquea, ya que por un lado están los malos, los árabes y palestinos, y por el otro los buenos, los judíos y los sionistas. Estos son presentados como industriosos, trabajadores, valientes, modernos, occidentales, progresistas… y eso se comprueba con la transformación del desierto en florecientes tierras de cultivo, algo que en esa lógica nunca habían hecho los árabes ni los palestinos. Tal mensaje se enfatiza con la utilización de diversos estereotipos, que repiten y complementan los arriba mencionados. Los árabes se muestran como «poco cultos, inferiores, fatalistas, improductivos y apáticos», «tribales, vengativos, exóticos, pobres, enfermos, sucios, ruidosos, de color» que «quemaban, asesinaban, destruían y se exacerbaban fácilmente»[28].

El desprecio de los palestinos se traduce en el odio cotidiano que sienten los niños que, poco después cuando se hacen jóvenes se convierten en miembros del ejército de Israel. No sorprende que la mayor parte de estudiantes salga con ganas de golpear y matar a los palestinos, a cualquiera de ellos y con el primero que se encuentren, incluyendo a los niños de los territorios ocupados. Y eso es lo que se hace a diario, si recordamos que las fuerzas militares de Israel están formadas en una gran proporción por jóvenes que matan sin compasión a los palestinos. Es decir, llevan a la práctica de manera consecuente el odio que les inculcaron pocos años atrás y que niega la existencia de los palestinos o a lo sumo los ven como incomodos obstáculos que hay que eliminar en el camino incontenible de Israel por expandirse a costa de los habitantes que ocupan las tierras que por condición divina les pertenecen a Israel, pues eso dicen las “sagradas escrituras” desde hace miles de años.

Autores que han analizado con detalle la percepción de los niños de Israel ayudan a precisar la manera en que se enquista el odio. Un estudio que analizó una muestra a estudiantes, de los grados de cuarto a sexto a partir de cinco preguntas en una escuela de Haifa, para medir la forma en que se ve a los árabes, presentó estos resultados: “El 70% de los niños describieron al ‘árabe’ como un asesino, alguien que secuestra niños, un criminal y un terrorista. El 80% dijo que veía a los árabes como sucios y con cara aterradora. El 90% de los alumnos afirmó que los palestinos no tenían derecho alguno sobre la tierra en Israel o Palestina”[29].

Y no puede ser algo diferente porque en los textos escolares eso es lo que se repite hasta la saciedad sobre los árabes y palestinos. Así, en un estudio que hizo un investigador de 1700 libros de Israel para niños, que fueron publicados después de 1967, encontró que en 520 de ellos había descripciones humillantes y negativas sobre los palestinos: “El 66% de los 520 libros se referían a los árabes como violentos; el 52% como malvados; el 37% como mentirosos; el 31% como codiciosos; el 28% como falsos; el 27% como traidores, etc.”.  El investigador Adir Cohen indica que los autores de estos libros inculcan de manera eficaz el odio hacia los árabes al despojarlos de su naturaleza humana, al bestializarlos y encuentra, a partir de 86 textos escolares, las siguientes descripciones: homicidas, serpientes, sucios, animales viciosos, sanguinarios, belicistas, asesinos, camellos con joroba…[30]

En conclusión, en Israel se enseña a los niños a odiar: a los palestinos, a los musulmanes, a los árabes en forma general y todo aquel que apoye o se solidarice con la causa palestina. A todos ellos se les descalifica olímpicamente con el mote de ser antisemitas, son los gentiles que odian eternamente a los sufridos judíos.

En la práctica cotidiana ese odio está militarizado, puesto que los niños de Israel desde sus primeros años de vida están rodeados de armas y a ellos se les inculca el respaldo a los militares que van a masacrar palestinos. Así, encontramos imágenes de diversos momentos de la historia reciente de Israel y de sus permanentes agresiones a las zonas ocupadas, preferentemente a Gaza, en que los niños despiden efusivamente a los soldados que van en los tanques que pisotean lo que encuentran a su paso o que pilotean los aviones que van a bombardear a los palestinos, incluyendo a niños. Se pueden observar imágenes detestables en que los niños dibujan en los tanques y aviones de los genocidas tiernos muñequitos y les desean mucho éxito y logros a los soldados-asesinos, muchos de los cuales son los padres o familiares de los niños que los despiden.

Y, para rematar, eminentes historiadores profesionales y académicos de Israel niegan el genocidio y los crímenes del sionismo. Al respecto, un botón de muestra es ilustrativo. En días recientes el historiador Benny Morris, investigador y profesor de la Universidad Ben-Gurión del Néguev, en una entrevista televisiva señaló sin inmutarse y con un cinismo que raya en la criminalidad que Israel no ha bombardeado hospitales en la franja de Gaza: «El único hospital que recuerdo que haya sido bombardeado fue con un cohete disparado por la Yihad Islámica por error. […] Israel ha atacado hospitales, pero con infantería, y encontró allí a gente de [el movimiento palestino] Hamás, cuarteles generales de Hamás dentro de los hospitales, debajo de los hospitales»[31].

Participación de universidades, laboratorios de investigación y académicos en el escolasticidio

[La imagen de Israel, para casi todo el mundo, se ha transformado] «de un grupo de idealistas sobrevivientes del Holocausto que querían hacer florecer el desierto, a una pandilla de fanáticos rabiosos que han convertido en ciencia las técnicas para brutalizar a niños de 12 años”. -David Graeber, citado en Stefano Portelli, La antropología frente a la limpieza étnica, diciembre 27 de 2023. Disponible en: https://observatoriconflicteurba.org/la-antropologia-frente-a-la-limpieza-etnica/ [Énfasis nuestro]

En Israel existe un vínculo directo entre el sistema universitario y el sionismo desde diversos ángulos. En primer término, en lo relacionado con la legitimación ideológica del dominio sionista, al que se le atribuyen, por notables académicos e investigadores que están ligados al mundo universitario, una pretendida superioridad moral, basada en valores religiosos, que permite justificar la limpieza étnica, el apartheid y las prácticas genocidas. Entre los elementos más vergonzosos de esa legitimación se encuentra lo que se denomina arqueología y antropología sionistas. Valga relatar lo que se dice, por ejemplo, en el prospecto del Museo Arqueológico de Tel Aviv: “Las excavaciones llevadas a cabo a lo largo y ancho de Israel por los investigadores, han desvelado una verdad inobjetable: Dios ha elegido a su pueblo para gobernar sobre Tierra Santa. […] Por lo tanto, este museo, que atesora la herencia divina de los antepasados, servirá para mantener eternamente el fervor nacionalista y el amor patrio de las futuras generaciones”. Y se agrega en un video de propaganda de ese Museo que “el pueblo judío nunca olvidó su capital eterna […]. Tres mil años después del rey David, hemos vuelto al monte donde todo empezó”[32].

Israel utiliza la arqueología, por supuesto con participación consciente de antropólogos y arqueólogos, como un arma de guerra para justificar su expansión y apropiación de los territorios ocupados de los palestinos, a los que se les cambian sus nombres históricos árabes y se les reemplaza por denominaciones bíblicas, ajustadas a los intereses geopolíticos de Israel. Se trata de hurgar en los territorios palestinos y expulsar a sus habitantes para encontrar los rastros del pretendido pasado bíblico. Lo peor radica en que allí donde supuestamente se encuentran esos rastros de la presencia judía en tiempos antiguos, hace miles de años, los arqueólogos proceden a excavar con buldóceres ‒son los únicos arqueólogos que hacen eso en el mundo‒, lo que implica tumbar las casas de los habitantes actuales, palestinos y arrasar con barrios enteros, bajo el pretexto de haber encontrado lugares santos de Israel. Con ese procedimiento se han destruido barrios musulmanes con siglos de historia real, para desenterrar quimeras bíblicas, supuestamente encontradas por los arqueólogos sionistas.

De lo que se trata para Israel y sus dirigentes sionistas, para lo cual cuentan con el respaldo de eminentes académicos e investigadores, es de borrar y reescribir la historia de la región, y para eso emplean la arqueología como un arma para borrar el pasado palestino e inventar un milenario pasado israelí de supuesta presencia en el lugar. En otros términos, es una forma de justificar una invención actual del sionismo para reclamar una pertenencia milenaria a las tierras palestinas. Esto se hace a partir de un risible, pero criminal presupuesto: “Los sionistas dependen de millones de personas en todo el mundo que han sido engañadas para creer que hay una verdad histórica en la Biblia, que piensan que el Israel de hoy es el verdadero y legítimo sucesor del Israel bíblico y que permiten a los sionistas reclamar la Biblia como su libro de historia real”[33].

En segundo lugar, algo evidente en los actuales momentos, es la directa participación de las universidades, de sus profesores y estudiantes (con un 95% de aceptación consciente) en el genocidio de Gaza, en el escolasticidio o academicidio en marcha. Investigaciones minuciosas que se han realizado en España demuestran con datos y cifras concretas el aterrador prontuario de las universidades de Israel en el asesinato de Palestinos y en la limpieza étnica en marcha. Todas las universidades de Israel han participado, sin excepción alguna, en el genocidio de manera además directa, mediante el apoyo a actividades militares, con el fomento de programas de I+D [Investigación y Desarrollo] para inventar artefactos, armas, inteligencia artificial, drones… que luego se experimentan en Palestina[34]. Como quien dice, todas las universidades de Israel como instituciones ligadas al Estado sionista ‒perdiendo cualquier viso de autonomía e independencia‒ han participado en la destrucción de todas las universidades de Gaza (doce en total que, como vimos arriba, han sido arrasadas total o parcialmente) y en la destrucción de escuelas, bibliotecas, centros culturales, museos y, por supuesto, en la masacre de estudiantes y profesores de Palestina. Se constata que profesores y estudiantes del lado israelí participan conscientemente en la muerte de profesores y estudiantes del lado palestino. ¡Una vergüenza para el saber y el conocimiento y para los profesores y estudiantes del mundo entero!

Vamos a dar un solo ejemplo, ilustrativo de lo que estamos señalando, el caso de la Universidad de Haifa. Esta universidad, una institución de punta en los vínculos criminales entre el saber académico y el estado sionista y sus necesidades bélicas, cuenta en la actualidad con unos dieciocho mil estudiantes, cinco mil de los cuales se encuentran en el campo de batalla en Gaza, donde también están decenas de profesores que son reservistas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Esta participación es alentada por las autoridades de la Universidad de Haifa, que los considera y los trata como “héroes” (¡brillantes héroes que masacran bebes, niños, madres gestantes…!). Para facilitarles su inserción en la programación habitual, esa universidad les ofrece cursos virtuales, que pueden realizar en sus tiempos libres mientras prestan el servicio militar. Dicho de manera más contundente, luego de bombardear y masacrar a los palestinos, los militares inscritos en la universidad retoman sus cursos vía online, en la que se involucran en temas diversos, entre los que se pueden encontrar asuntos tan cruciales para el bien de la humanidad, tales como los de elaborar armas y técnicas militares para seguir asesinando palestinos. Un profesor de la Universidad de Haifa, y presidente de la Escuela de Ingeniería Afeka, dependiente de dicha universidad, dice al respecto en una ceremonia de graduación el 19 de junio: «Nos comprometemos firmemente a garantizar que cada estudiante complete el año académico con éxito ya tiempo, sin abandonos debido a la guerra, y estamos haciendo todo lo que está en nuestro poder para lograr este objetivo. Para aquellos que han respondido al llamado al servicio con profunda disposición, debemos brindar un apoyo inquebrantable y asistencia para ayudarlos a completar sus estudios, preocupados por su futuro y sin comprometer la calidad de su educación»[35].

Por supuesto, muchos de esos estudiantes-soldados se están especializando sobre el terreno, experimentando en el laboratorio palestino las prácticas genocidas que han aprendido desde la escuela, en lo relativo a las técnicas de guerra y opresión de los habitantes de Gaza y Cisjordania. Tal es el caso de una estudiante, llamada Nofar Shlosberg, la cual estudia ingeniería de software y trabaja directamente con el Ministerio de Defensa de Israel en un proyecto de drones para la FDI. Esta estudiante-soldado-genocida sostiene con orgullo: «Afeka realmente me preparó para el éxito y se aseguró de que me fuera bien a pesar de mis obligaciones en el ejército. También me enseñaron las habilidades que necesitaba para obtener un buen trabajo incluso antes de graduarme. Ahora, en el Ministerio de Defensa, veo a muchos graduados de Afeka que también están desarrollando tecnologías innovadoras e interesantes, y siento que somos parte de una familia. Es reconfortante verlo»[36].

La Universidad de Haifa concede a los estudiantes-soldados becas para que concluyan sus estudios apenas terminen sus labores genocidas en tierras de Palestina. Para eso, cuentan con el asesoramiento de profesores que en “forma bastante comprensiva” se comprometen a darles todo tipo de ayuda, de ellos como académicos y de la universidad como institución, para que exista un complemento adecuado y exitoso en el tránsito de las armas a la universidad y viceversa. Es decir, facilita que se pase sin interferencias de las aulas a los campos de muerte, a donde se masacra a los palestinos, con la aplicación de importantes innovaciones tecnocientíficas que se desarrollan en laboratorios de la Universidad de Haifa.

Nada esto sorprende, porque desde 2018, la Universidad de Haifa fue premiada con una licitación mediante la cual les otorga títulos académicos a oficiales de las FDI en las tres academias militares existentes: el Colegio de Comando Táctico, el Colegio de Comando y Estado Mayor, y el Colegio de Defensa Nacional. En esos estudios, “entrenan a cientos de oficiales, comandantes y figuras importantes del sector público a la institución. A nivel nacional, esto permite coherencia en las calificaciones académicas a largo plazo de los comandantes de las FDI y mejora la educación académica que adquieren en paralelo con los cursos militares”[37].

Cuando se otorgó la licitación, el presidente de la Universidad de Haifa, el profesor Ron Robin, afirmó que la universidad estaba «orgullosa de abrir nuestras puertas a los miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel y de ser el hogar académico de las fuerzas de defensa y seguridad de Israel. Estos hombres y mujeres, que son queridos para nosotros, operan día y noche por la defensa y seguridad del Estado de Israel, y les proporcionaremos contenido educativo de la más alta calidad«. Claro, contenido educativo de altísima calidad para masacrar palestinos, utilizando sofisticados procedimientos tecnocientíficos, que se enseñan en las aulas de esta universidad de la muerte.

Los administradores de la Universidad y de la Escuela de Ingeniería Afeka no niegan que el objetivo estratégico de esas instituciones consiste en vincular estudiantes y militares a través de la alta tecnología de guerra y genocidio. Al respecto el rector, el profesor Moyal, señaló en una reciente ceremonia de graduación: «Te miro a ti y veo el futuro ‒el futuro de la industria de alta tecnología, el futuro de la economía israelí, el futuro de la sociedad, el futuro del país. Para nosotros, ustedes representan una parte significativa de la ‘imagen de la victoria’ de este país. Estoy lleno de orgullo por cada uno de ustedes»[38].

Que duda queda, después de soportar este insulto a la inteligencia humana por parte de una universidad y sus altos directivos. sobre los vínculos entre las instituciones educativas de Israel y el escolasticidio de Gaza, para que conste la manera cómo conscientemente participa un sector de educadores, ligados al proyecto sionista, en la destrucción del sistema educativo de territorios invadidos y colonizados, como lo son Gaza y Cisjordania

En última instancia, no existe ninguna separación en Israel entre los campus universitarios y los cuarteles, son las dos caras del mismo militarismo criminal del sionismo. Eso explica que las universidades tengan bases militares dentro de sus instalaciones, fomenten la militarización de la vida universitaria, permitan la presencia cotidiana de militares uniformados y con armas y más allá en Palestina respalden los asentamientos ilegales, el apartheid, la limpieza étnica, financian y apoyan a estudiantes y profesores que participan directamente en las acciones genocidas… En síntesis, respaldan al “ejercito más moral del mundo”, como reza la propaganda sionista, que traducido a nuestro humilde castellano coloquial quiere decir el “ejercito más criminal del planeta”. Esto alcanza tales cotas de cinismo que, en el anfiteatro de la Universidad de Tel Aviv, se guardan los cadáveres de los palestinos asesinados, en muchos de cuyos cuerpos se realizan experimentos y también en esa universidad se guardan documentos y materiales saqueados en los archivos y bibliotecas de Palestina.

Para concluir, no sorprende en concordancia con lo señalado que el Instituto Weizmann de Ciencias repita la propaganda del régimen de Benjamín Netanyahu que el genocidio sionista es resultado de la lucha de la “luz contra la oscuridad” (civilización de Israel contra la barbarie de los palestinos), y agregue que esa universidad representa “la voz de la ciencia [que] es poderosa y “puede resonar más allá de las paredes de los laboratorios”. En términos menos prosaicos, esto quiere decir sin eufemismos que la técnica y la ciencia no están separadas de los intereses ideológicos y políticos del sionismo, y este se encarga de demostrarlo en los territorios ocupados de Palestina, donde el escolasticidio supone que estudiantes y profesores de Israel participen en forma consciente en la masacre de otros muchos estudiantes y profesores de Palestina, eso sin pestañear y a nombre de la defensa de la civilización occidental.

OSP UC  | El pasado 18 de enero, la universidad Al Israa en Gaza fue  bombardeada por Israel perjudicando a estudiantes de pre y posgrado, así  como… | Instagram

NOTAS


[1]. https://news.un.org/es/story/2024/07/1531091

[2]. https://ciudadccs.info/publicacion/20045-estado-sionista-de-israel-destruye-escuela-en-gaza

[3]. https://www.bbc.com/mundo/articles/cn33v258nlyo

[4]. https://www.bbc.com/mundo/articles/c9re1dk7914o

[5]. https://www.eldiario.es/desalambre/dar-luz-bombas-desafio-extremo-enfrentan-gaza-150-mujeres-embarazadas-dia_1_10616212.html

[6]. [https://actualidad.rt.com/sociedad/view/134489-diputada-israel-matar-madres-palestinos].

[7].  https://es.marketscreener.com/cotizacion/divisas/EURO-ISRAELI-NEW-SHEKEL-E-60037304/noticia/Los-ni-os-de-Gaza-a-oran-sus-d-as-de-escuela-antes-del-conflicto-46470520/

[8]. https://actualidad.rt.com/actualidad/504750-francotiradores-israelies-disparan-deliberadamente-ninos

[9]. https://www.koha.net/es/jackpot/418785/vrasja-e-8-vjecarit-palestinez-qe-coi-ne-hetim-te-izraelit-per-krime-lufte

[10].https://ctxt.es/es/20240201/Politica/45669/Mahmoud-Mushtaha-cronica-educacion-estudiantes-bombardeos-gaza-palestina-israel.htm

[11]Yousef M. Aljamal, “Homenaje de un estudiante a Refaat Alareer, el querido cuentacuentos de Gaza”, diciembre 18 de 2024. Disponible en: https://themarkaz.org/es/a-students-tribute-to-refaat-alareer-gazas-beloved-storyteller/

[12]. https://www.savethechildren.es/notasprensa/la-salud-mental-de-los-ninos-de-gaza-al-limite-tras-casi-un-mes-de-asedio-y-bombardeos

[13]. https://news.un.org/es/gallery/1527642

[14]. https://www.eldiario.es/desalambre/infancia-acabado-ofensiva-israeli-ensana-ninos-gaza_1_10705805.html

[15].  Alejandra Fateo Mano, “Niño herido, familia no superviviente”: más de 17.000 menores de Gaza ya han perdido a su familia”, El Salto, julio 11 de 2024. Disponible en : https://www.elsaltodiario.com/genocidio/nino-herido-familia-no-superviviente-17000-menores-gaza-han-perdido-familia

[16]. Citado en Ibid.

[17]. Citado en Juan Cole, “Netanyahu ha herido, enfermado o condenado a la hambruna a 600.000 niños palestinos en Rafah”, Resumen Latinoamericano, mayo 8 de 2024. Disponible en: https://www.resumenlatinoamericano.org/2024/05/08/palestina-netanyahu-ha-herido-enfermado-o-condenado-a-la-hambruna-a-600-000-ninos-palestinos-en-rafah/

[18]. La Jornada, julio 30 de 2024 y La Jornada, agosto 3 de 2024. Disponibles en: https://www.jornada.com.mx/2024/07/30/mundo/023n1mun;  y https://www.jornada.com.mx/2024/08/03/mundo/018n2mun

[19]. https://www.eldiario.es/desalambre/infancia-acabado-ofensiva-israeli-ensana-ninos-gaza_1_10705805.html

[20]. https://www.democracynow.org/es/2024/7/12/jugar_al_futbol_en_gaza_el

[21]. La Sexta, abril 18 de 2024. Disponible en: https://www.lasexta.com/programas/lasexta-clave/pena-muerte-palestinos-otras-barbaridades-ministro-israeli-ben-gvir-plena-guerra_2024041866217324c18d400001868078.html

[22].https://www.democracynow.org/es/2024/4/1/titulares/rep_walberg_r_mi_calls_for_gaza_to_be_bombed_like_nagasaki_and_hiroshima

[23]. Citado en Alejandra Mateo Fano, op. cit.

[24]. Ibid.

[25]. Jonathan Cook, “El recuento oficial de muertes en Gaza es una mentira”, Rebelión, agosto 3 de 2024. Disponible en: https://rebelion.org/el-recuento-oficial-de-muertes-en-gaza-es-una-mentira/

[26]. Nos hemos basado en:

Asa Winstanley, Cómo Israel enseña a sus hijos a odiar. Disponible en: https://www.monitordeoriente.com/20190727-como-israel-ensena-a-sus-hijos-a-odiar/;  Marwan Bishara, Por qué Israel odia TANTO a los Palestinos. Disponible en: https://infoposta.com.ar/notas/12580/por-qu%C3%A9-israel-odia-tanto-a-los-palestinos/Maureen Meehan, Educación israelí en el odio, Rebelión, julio 20 de 2007. Disponible en: https://rebelion.org/educacion-israeli-en-el-odio/

[27]Maureen Meehan, “Educación israelí en el odio”, Rebelión, julio 20 de 2007. Disponible en: https://rebelion.org/educacion-israeli-en-el-odio/

[28]. Ibid.

[29]Ibid.

[30]Ibid.

[31]. https://actualidad.rt.com/actualidad/518221-historiador-israeli-negar-bombardear-hospitales-gaza

[32]. José Steinsleger, “Arqueología sionista: con la Biblia y los buldócer”, La Jornada, mayo 23 de 2018. Disponible en: https://www.jornada.com.mx/2018/05/23/opinion/017a1pol;

[33]. Miko Peled, “Palestina. Del mito a la realidad: los arqueólogos sionistas están usando la Biblia para reescribir la historia”. Disponible en:  https://www.resumenlatinoamericano.org/2020/12/15/palestina-del-mito-a-la-realidad-los-arqueologos-sionistas-estan-usando-la-biblia-para-reescribir-la-historia

[34]Mussaab Bashir Alazaiza,  “En Israel la academia es militar, por eso hay que boicotear”, Rebelión, febrero 29 de 2024. Disponible en: En Israel la academia es militar, por eso hay que boicotear – Rebelion

[35]. Noa Amouyal, De la batalla al aula: Entre bastidores del año académico israelí en tiempos de guerra, julio 23 de 2024. Disponible en: https://www.jpost.com/spanish/noticias-de-israel/article-8115

[36]Ibid.

[37]Ibid.

[38]Ibid.

Imagen: Mujeres palestinas con sus hijos asesinados por el bombardeo israelí al Hospital Indonesio, Norte de la Franja de Gaza, noviembre 18, 2023 [Reuters/Fadi Alwhidi]

Comparte este contenido:

Israel: ocupación ilegal y genocida

En días pasados, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), máximo órgano judicial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dictaminó que la ocupación que realiza Israel de los territorios de Palestina en zonas como Gaza, Cisjordania y Jerusalén, es absolutamente ilegal y viola los convenios y tratados del Derecho Internacional, por lo que debe cesar la invasión y la ocupación violenta del Gobierno sionista: La importancia de este dictamen -aunque no sea vinculante y tampoco sea desconocida su resolución- radica en que se suma a la fundamentación legal y moral de los reclamos del pueblo y la nación palestina ante el recrudecimiento del genocidio que sufre bajo el asedio y la irracional política de muerte que hoy ejecuta Benjamín Netanyahu con el apoyo irrestricto del imperialismo estadounidense.

Israel ha violado todo tratado y convenio internacional en relación a Palestina, además, el asedio inhumano que ejerce sobre la población palestina ha llegado a grados impensables, sólo comparables con los crímenes que el mismo pueblo israelí sufrió bajo el asedio Nazi, y de esto muchas voces a lo largo de las décadas lo han advertido, siendo una de ellas la de Sigmund Freud, pero, en todo caso, la realidad es que la nación que fuera víctima se convirtió en aquello que combatió alguna vez; una transformación política e ideológica que no es nueva, pero que sí ha tomado matices en alto grado de cinismo que ya resulta una burla a la razón humana.

Netanyahu, primer ministro israelí, tras el dictamen de la CIJ, expresó que la resolución está basada en “mentiras” y que Israel “no comete delito alguno”, eso, al tiempo en que realizó una visita provocadora a una parte de los territorios ocupados, donde la destrucción por los bombardeos y los ataques terrestre es mayor, y donde la población palestina sobrevive a duras penas. Ya se han señalado las medidas genocidas que Israel realiza, como el bloqueo de la ayuda humanitaria, el bombardeo de los campamentos de refugiados, la destrucción de hospitales, escuelas y patrimonio cultural palestino, lo que ha generado hambrunas y la proliferación de enfermedades que en otras circunstancias serían controlables, siendo esta situación señalada por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Pero, a todo esto, hay que sumarle la manera en que los sionistas usan la distribución del agua como un arma de guerra, pues de manera vil Israel restringe en más de un 94 por ciento el suministro del vital líquido, esto último se ha documentado en el informe “Water War Crimes” (Crímenes de guerra de agua), que público Oxfam Intermón. ¿Qué más tiene que hacer Israel y qué más debe acontecer en este genocidio inhumano para que por fin se intervenga por parte de la ONU y demás organismos internacionales y se detenga de forma inmediata este crimen de lesa humanidad?

En este contexto, Israel ha bombardeado territorios de Yemen en días pasados y, ahora, también lo han hecho los ejércitos de los Estados Unidos y del Reino Unido, estos ataques a Yemen son más que provocativos, y está claro que sólo al imperialismo estadounidense y a sus aliados les interesa expandir el conflicto en Medio Oriente, pues en el fondo con estas acciones no se busca la paz ni la desaparición del “terrorismo” –que dicho de paso sólo desaparecerá cuando el imperialismo deje de subvencionar grupos terroristas y de fomentar la guerra-, sino el involucramiento de más naciones y el estallido de una guerra a gran escala. La disputa por el control geopolítico de las regiones del mundo suele disfrazarse de “acciones estratégicas para la paz”, sólo a Occidente le interesa una guerra cuyos efectos serían devastadores para los pueblos del orbe.

El dictamen de la CIJ y la reiteración de la ilegalidad de la ocupación sionista-israelí de territorios palestinos debe servir para unificar más las voces que claman el fin del genocidio y de la ocupación, y para ejercer presión a los gobiernos del mundo a dejar a un lado sus intereses particulares, sumándose a la presión contra Israel y así participando en la urgente causa de la humanidad. ¡Palestina será libre!

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

Comparte este contenido:

Selena Pizarro: Una escuela de circo en Palestina para resistir contra la ocupación israelí

Llega media hora tarde y con la cara preocupada, se propuso hacer maqluba para cenar pero reconoce que nunca cocinó para 30 personas y aquí las especias son diferentes. Viste una camisa blanca y se cubre los hombros con una kufiya. Es la primera vez que visita Rivas y cuenta que lo que más le gusta es la calma. Admite que ha sido difícil decidir viajar pero que “es nuestro deber estar aquí”.

 

A Mohammad Al-Azza le llaman Mosa, tiene 35 años y es originario de Beit Jibrin, una aldea destruida por el ejército israelí en las colinas del oeste de Hebrón. Trabajó como videógrafo y fotoperiodista para varios medios, llegando a ser disparado en la cara por los soldados israelíes mientras ejercía su profesión. Asumió la dirección del Lajee Center tras el fallecimiento de Salah Ajarma en 2021. Este centro está en Aida, entre Belén y Beit Jala. Es uno de los 19 campos de personas refugiadas gestionados por UNRWA en la zona de Cisjordania. Allí viven más de 5.000 habitantes rodeadas por el muro del apartheid, una enorme base militar, más de siete torres de vigilancia y unas 20 cámaras de seguridad. “Toda nuestra vida está controlada por estos francotiradores”, cuenta Mosa.

 

Mosa, director del Lajee Center en el campo de personas refugiadas de Aida (Palestina). SELENA PIZARRO

 

Tras varios años de relación entre Lajee Center y la asociación Pallasos en Rebeldía decidieron crear la primera escuela de circo en un campo de refugiadas. En el año 2020, justo unos días antes de que empezara la pandemia se creó en Aida la Rebel Circus School. “Hicimos la inauguración oficial y nos llamó el consulado para decirnos que había que volver a España. Se paralizó todo. La idea era estar yendo cada mes para darles recursos. Teníamos que formar a la gente para que luego dieran las clases. Para nuestra sorpresa, cuando abrieron de nuevo las fronteras y fuimos, la escuela estaba llena de niños”, explica Gonzalo Ruiz, portavoz de Pallasos en Rebeldía. La Rebel Circus School se había convertido en un espacio de juego para las niñas y niños del campo.

 

Desde 2015, Pallasos en Rebeldía junto al Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, organizan un campo de trabajo juvenil en el que 15 jóvenes ripenses viajan a Palestina para realizar actividades con infancia y juventud palestina. En 2024 debido a la situación actual, tras el inicio del genocidio en Gaza, se decidió crear el Campo de Trabajo Inverso. 12 niñas y niños de la Rebel Circus School, de entre 8 y 16 años, han viajado a Rivas para llevar a cabo el campamento de circo del 22 de junio al 10 de julio.

 

“La gente piensa que en un campo de refugiados hay que tener una vida de refugiados y no podemos ser creativos. Nosotros decimos que no, que podemos hacer todo lo que queramos soñar”

 

Los objetivos del Campo de Trabajo Inverso van más allá del espectáculo y la diversión. Se trata también de generar un espacio de aprendizaje y reflexión para la población de Rivas sobre lo que ocurre en Palestina, entender cómo es la vida de las más pequeñas bajo la ocupación, la colonización y el apartheid israelí. “La gente piensa que en un campo de refugiados hay que tener una vida de refugiados y no podemos ser creativos. Nosotros decimos que no, que podemos hacer todo lo que queramos soñar”, defiende Mosa.

 

Doce niñas y niños de la Rebel Circus School, un proyecto en Palestina del Lajee Center y Pallasos en Rebeldía, han viajado a Rivas para llevar a cabo el campamento de circo. SELENA PIZARRO

 

El derecho fundamental a jugar

Amani Asad empezó en Lajee Center cuando tenía 10 años dentro del grupo de danza dabke. Ahora forma parte del Comité Administrativo y trabaja allí. Junto a Mohamad Romi, el coordinador de la Circus Rebel School, son responsables de las 12 niñas y niños en este viaje a Rivas. Sin quitarle el ojo al campo de fútbol de donde vienen los gritos de euforia de su alumnado, explica al detalle el proyecto haciendo hincapié en el jardín.

 

«En el centro tenemos un jardín. Lo abrimos para todos los niños porque no teníamos espacios en Aida para que pudieran jugar. En 2014 hicimos un campo de fútbol y venían todos los días. Después acabamos creando un vínculo con el Celtic de Glasgow que decidieron apoyarnos, de hecho nuestro equipo se llama Lajee Celtic, y ahora nos han invitado a ir a Sudáfrica a jugar al fútbol”, cuenta Amani.

 

A través de la escuela de circo, Lajee Center y Pallasos en Rebeldía defienden el derecho fundamental al juego de todas las niñas y niños de Palestina. Para Gonzalo, “la cultura es una herramienta de transformación social y les puede servir como arma terapéutica para dejar a un lado todos los traumas que les hace vivir el ejército de ocupación, pero también como un arma para resistir y expresar al mundo cuál es su día a día y poder utilizar el circo como mecanismo de difusión de la causa palestina”.

 

“Aprender circo es un empujón para que seamos más fuertes. Pero también para enviar nuestros mensajes a otras ciudades u otros países, por eso estamos en Rivas”, cuenta Amro, de 15 años.

Mosa se pregunta si alguna vez la población palestina practica algún derecho y cuenta qué le respondieron las niñas y niños cuando llegaron a Rivas: “Uno de los chicos me dijo que en el albergue al abrir la ventana veía el patio y las zonas verdes, mientras que en el campo solo ve el apartheid. Otro decía ‘cuando pongo la cabeza en la almohada sé que ningún soldado invadirá mi casa’. Aquí practicamos nuestros derechos como humanos”.

 

“El derecho a jugar lo tomamos, no lo tenemos. Esta es la diferencia. En Palestina los niños siempre están preguntando si pueden jugar o moverse, porque saben que no siempre pueden”, defiende Amani mientras llama con las manos a dos jóvenes que no tienen ninguna intención de soltar el balón.

 

Dareen de 13 años y Amro de 15 viven en el campo de Aida y forman parte de la Rebel Circus School. SELENA PIZARRO

 

Dareen Faraj tiene 13 años y Amro Ezia 15. Ambos forman parte de la Rebel Circus School. A ella le encanta bailar dabke y a él jugar en el Lajee Celtic. “Aprender circo es un empujón para que seamos más fuertes. Pero también para enviar nuestros mensajes a otras ciudades u otros países, por eso estamos en Rivas”, cuenta Amro. Para Dareen lo más importante del centro ha sido la oportunidad de “descubrir lo que nos gusta hacer y poder hacerlo”.

 

“Nosotros le enseñamos a vivir a los niños con todas las dificultades. Por eso no venimos a representar el campo de refugiados de Aida, representamos a los palestinos”.

 

Para Mosa la escuela de circo se ha convertido en una forma más de resistencia para las más jóvenes del campo porque dentro pueden ejercer su derecho a moverse libremente. “Pueden saltar, trepar y bailar. En la escuela viven su infancia. Encontrando momentos para ser creativos. Nuestra vida no es solo sufrimiento. Estas actividades nos animan a continuar, a vivir por la esperanza de volver a nuestros pueblos de origen. Porque no deberíamos estar viviendo en un campo de refugiados. Esta oportunidad de venir a Rivas nos permite contarle a la gente que los palestinos no somos los terroristas que piensan, nosotros le enseñamos a vivir a los niños con todas las dificultades. Por eso no venimos a representar el campo de refugiados de Aida, representamos a los palestinos”.

La vida en Cisjordania también ha empeorado

 

Desde el 7 de octubre, en la zona de Cisjordania el gobierno de Israel dio luz verde a los colonos para armarse y disparar. Esto provocó que en un principio se parara la actividad en el Lajee Center por la seguridad de las niñas y niños. Después de dos meses decidieron reanudarlo todo porque “la mayoría de los niños estaban traumatizados por las imágenes que veían en televisión”.

 

“La ocupación”, responden Dareen y Amro, a la vez y sin dudarlo, a la pregunta sobre qué cambiarían en Palestina si pudieran. Amro se enfada cuando habla de su rutina y lo difícil que es para él y sus amigos poder jugar en el campo de fútbol. “Tenemos siempre el tiempo justo para volver a nuestras casas por culpa de la ocupación y porque algunos tienen miedo. A veces los soldados entran en el campamento, empiezan a gritar y nos tiran gas. Otras veces escuchamos los sonidos de las bombas”.

 

Dareen de 13 años, está preocupada por la situación en Gaza, “allí los niños están comiendo las ramas de los árboles porque destruyeron sus cultivos”.

 

Dareen le molesta que siempre le pregunten por qué huelen a gas y por qué la gente muere sin motivos. Recuerda perfectamente el día que mataron a un hombre en uno de los puestos de control y tardaron dos horas en conseguir llevarlo a un hospital. Desde el 7 de octubre está preocupada por la situación en Gaza, “allí los niños están comiendo las ramas de los árboles porque destruyeron sus cultivos”. La vida en Aida también ha empeorado desde que empezó el genocidio.

 

»

Inmediatamente después del 7 de octubre, cientos de soldados empezaron a invadir las casas en mitad de la noche. Dispararon a los detenidos, más de siete jóvenes recibieron disparos en las piernas. Mataron a un chico de 17 años mientras estaba dentro de su casa, un francotirador le disparó en el pecho. Era el hermano de Amro. Además, al menos 60 jóvenes fueron detenidos. Algunos de ellos niños y niñas. No tenían ninguna causa en su contra y les mantuvieron en prisión bajo detención administrativa”, cuenta Mosa.

Israel es el único gobierno del mundo que juzga sistemáticamente a menores en tribunales militares, según Unicef. En noviembre de 2023 Netanyahu y Hamás llegaron a un acuerdo para liberar a 50 rehenes israelíes y 150 personas prisioneras palestinas, en su mayoría mujeres y menores. “En ese acuerdo liberaron a un niño de 13 años y una chica de 22 del campo de Aida. Ambos fueron arrestados de nuevo y ahora siguen en prisión”, explica Mosa.

Crecer en Palestina no era fácil antes ni después de que empezara el genocidio en Gaza. Desde muy pequeñas están obligadas a reclamar cada día sus derechos y a recordarle a las personas adultas que son niñas y niños. Tal vez por eso Dareen con 13 años tiene claro que quiere estudiar para ser jueza: “Quiero defender a los niños y jóvenes palestinos que Israel encarcela sin haber hecho nada”. Mientras que a Amro le gustaría ser profesor de circo. Ambos tienen claro que el juego es una gran arma para resistir contra la ocupación y seguirán usándola.

 

La actuación final del campamento de circo contó con la participación de jóvenes ripenses junto a los niños y niñas del campo de Aida (Palestina).
SELENA PIZARRO

En la actuación final de la Rebel Circus School las niñas y niños denunciaron el lanzamiento de gas frecuente del ejército israelí contra el campo de personas refugiadas en Aida.
SELENA PIZARRO

Amro, alumno de la Rebel Circus School, Amani, miembro del Comité Administrativo y trabajadora en el Lajee Center, Dareen, alumna de la Rebel Circus School, y Gonzalo, portavoz de Pallasos en Rebeldía.
SELENA PIZARRO

 

Dareen de 13 años y Amro de 15 viven en el campo de Aida y forman parte de la Rebel Circus School.
SELENA PIZARRO

 

Romi, coordinador de la Rebel Circus School, junto a su alumno Mustafa antes de salir al escenario en la actuación final en Rivas Vaciamadrid.
SELENA PIZARRO

 

Rowan de 8 años y Layan de 12 años viven en el campo de Aida y forman parte de la Rebel Circus School.
SELENA PIZARRO

 

Las niñas y niños de la Rebel Circus School, un proyecto del Lajee Center y Pallasos en Rebeldía, realizaron una actuación final de circo en la que denunciaron la situación de la infancia en Palestina bajo la ocupación israelí.

 

https://www.elsaltodiario.com/palestina/una-escuela-circo-palestina-resistir-ocupacion-israeli-visita-rivas-vaciamadrid

 

 

 

Comparte este contenido:

No se puede luchar contra la guerra y el genocidio si no politizamos su tecnología

ENRIQUE DÍEZ-GUTIÉRREZ | MAURO JARQUÍN RAMÍREZ

No se puede luchar contra la guerra y el genocidio si no politizamos su tecnología

La Inteligencia Artificial (IA) ha desembarcado en las universidades públicas. Departamentos y Facultades de todo el mundo han asumido y normalizado la incorporación y el uso de la IA de origen y control privado, respondiendo de forma casi automática a las campañas de marketing de grandes empresas y start-ups con el fin de “no quedarse atrás”.

 

Aprender a utilizar esta tecnología dentro de los marcos establecidos por los proveedores privados, así como su incorporación a la docencia, se ha convertido en un imperativo para enfrentar los “retos del siglo XXI”, que prioritariamente están determinados, cada vez más, por las necesidades y demandas de los mercados.

 

Esta narrativa dominante, “eficientista” y economicista, es extensiva a las distintas formas de tecnología digital en la educación superior y ha generado tal consenso y tal urgencia que, pese a enclaves críticos relevantes al interior de las universidades, de forma general se han dejado de lado consideraciones sobre las condiciones sociales e ideológicas de la producción de dicha tecnología (ONU, 2024).

 

No se ha cuestionado que la producción de IA está enmarcada en una cosmovisión del mundo específica, ni que está condicionada por un conjunto de prioridades económicas, políticas, ideológicas y sociales que la definen y la orientan. No se ha considerado el proceso social mediante el cual el “conocimiento producido socialmente” es extraído con el fin de ampliar las bases de datos que dan vida a dicha tecnología. Con ello, tampoco se han discutido las consecuencias del enriquecimiento corporativo a costa de la expropiación de la información colectiva.

 

En el ámbito universitario, el análisis de la IA se ha sustraído de su historia y contexto. Presentada como una herramienta lista para ser utilizada, sin considerar su condición de articulación técnica condicionada históricamente y fundada en el trabajo humano. Una tecnología que generalmente la comprendemos poco y aún menos la podemos controlar (Innerarity, 2019).

 

Plantear esto resulta clave porque, pese a que la discusión en torno a la IA ocupa paulatinamente un mayor espacio en la academia, esto no ha sido suficiente para lograr una pausa, un respiro, a nivel comunitario e institucional, que permita plantear una serie de preguntas y discusiones previas a su adopción. Esto incluso en un contexto global en el cual se ha demostrado el uso de la IA en procesos tales como el engaño de masas (Piacente, 2024), la desinformación (Perotti, 2024) e incluso el genocidio (Raiss, 2024), en los cuales el interés por la acumulación ha condicionado no solo el uso de la tecnología, sino también su diseño.

 

La pausa propuesta podría ser útil para superar los marcos interpretativos que se nos han impuesto en torno al desarrollo y el uso de tecnología digital en educación, los cuales aluden a los lugares comunes -aunque no por ello irrelevantes- respecto a los potenciales sesgos (sexo-genéricos, étnicos, de clase, etc.) en los resultados de la IA generativa, así como un potencial uso no ético de la misma, expresado, por ejemplo, en el fraude académico. Las condiciones sociales de la producción y distribución de dicha tecnología, donde confluye la explotación laboral, el impacto ambiental, la “caja negra” de sus algoritmos y el control de un reducido conjunto de megaempresas corporativas sobre sus condiciones de producción y uso, deben ser discutidas, porque la IA está afectando procesos fundamentales de la vida en común, tanto al interior de las Universidades, como fuera de ellas.

 

En este momento, resulta importante cuestionarnos la posibilidad de que, tal vez, la IA sea “una forma sofisticada de controlar las actividades y modificar las subjetividades de las personas a fin de incrementar las ganancias económicas” (Reyes, 2023) y de consolidar formas de opresión, y no únicamente una herramienta que el mundo de la ciencia ha desarrollado para “hacer nuestra vida más fácil” por medio de encargarse de tareas repetitivas y que consumen demasiado tiempo.

 

Genocidio en Palestina asistido por IA

 

Un ejemplo del nivel de impunidad epistémica que ha logrado la IA, así como de sus mecanismos de funcionamiento y del poder de las compañías proveedoras, es la invisibilidad de la cual ha gozado su uso respecto al genocidio palestino.

 

Como ha sido documentado, la IA ha tenido un papel relevante en el apartheid y el genocidio contra el pueblo palestino (Mhajne, 2023; Abraham, 2024; Gould et al., 2024). En mayo de 2021, el periódico The Jerusalem Post publicaba que la escalada de las fuerzas militares israelíes contra Hamás, denominada “Operation Guardian of the Walls”, era la primera guerra guiada por IA (Ahronheim, 2021). Los militares israelíes habían establecido una IA que centralizaba todos los datos sobre los grupos armados en Gaza, en un sistema que establecía los ataques a efectuar.

 

En 2023 Amnistía Internacional publicó el informe “Apartheid automatizado: cómo se fragmenta, segrega y controla a la población palestina mediante el reconocimiento facial”. En este, explicaba que tales instrumentos tecnológicos han sido usados para violar los derechos humanos y potenciar la guerra. Así, el apartheid de Palestina y la represión en Gaza se habían convertido en un «laboratorio» en el que experimentar con este tipo de prácticas (Amnistía Internacional, 2023; López, 2024).

 

Posteriormente, en abril de 2024, las revistas israelíes +972 Magazine y Local Call publicaron un reportaje sobre Lavender, una IA que opera a través de un avanzado sistema estadístico, el cual ha “asistido” los bombardeos israelíes en Gaza, con poca supervisión humana y un alto nivel de permisividad de personas asesinadas (Abraham, 2024) con lo cual ha mostrado una “tasa de error” muy alta que ha terminado con la vida de miles de personas y destruido infraestructura básica. Dicho programa se ha articulado con otras formas de IA para impulsar el actual genocidio del ejército israelí en la Franja de Gaza.

 

Resulta problemático que, pese al conocimiento público del uso bélico de la IA cada vez más extendido, así como a un generalizado rechazo de la campaña bélica israelí en medios universitarios del mundo, la discusión política global sobre la importancia de la tecnología y su rol se encuentre evidentemente desatendida. Esto contrasta con episodios históricos previos, donde una parte relevante del movimiento estudiantil desarrolló una crítica no únicamente a la violencia sobre los pueblos, el neocolonialismo y la guerra, sino también a las condiciones tecnológicas de su realización. En cierta medida, esto puede responder al nivel de integración que la tecnología digital ha logrado en nuestra vida cotidiana, con lo cual se ha despojado de todo vestigio de política, lucha o proceso social subyacente a su producción.

 

Protesta social y universidades. De Vietnam a Palestina

 

La brutalidad del ataque israelí sobre la población palestina, la sistemática violación de derechos humanos y los niveles de masacre continuada de población indefensa, generaron que la indignación mostrada a nivel global mediante movilizaciones masivas se expresara también en los campus universitarios.

 

El asesinato de más de 36.000 palestinos hasta el mes de abril de 2024, entre ellos más de 14.500 niños y niñas, así como la destrucción de cientos de escuelas y todas las universidades (Red Universitaria por Palestina, 2024), la devastación de viviendas, infraestructuras sanitarias, mezquitas y lugares patrimoniales palestinos, provocó el estallido de una “revuelta universitaria”. Manifestaciones, movilizaciones, tomas de campus, denuncias públicas, exigencias de suspensión de acuerdos y colaboración en investigaciones con el régimen israelí a los rectorados y autoridades académicas, jornadas de discusión y debate público en la calle y en las aulas, etc., fueron parte del abanico de estrategias y planes de acción definidos para intervenir políticamente en el debate sobre la situación palestina, y buscar así frenar la avanzada bélica de muerte y sufrimiento.

 

La irrupción del activismo universitario se extendió paulatinamente en distintas partes del mundo, con una participación importante también en Estados Unidos, donde a comienzos de mayo casi 3.000 estudiantes y personal académico de 61 campus habían sido detenidos (Rubin et al., 2024). En España, la policía irrumpió violentamente en los campus para desalojar acampadas universitarias, pese a que distintas universidades respaldaban institucionalmente las propuestas estudiantiles. En México, también colectivos estudiantiles, con su epicentro en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), decidieron organizar acampadas por Palestina, además de foros informativos y de discusión con la participación de la academia, estudiantes y otros integrantes de las comunidades universitarias.

 

A la luz de la revuelta universitaria estadounidense, que tomaba lugar también en otras partes del mundo, un periodista del New York Times apuntó que tal situación podía “evocar los fantasmas de 1968” (Blow, 2024) refiriéndose a la protesta estudiantil contra la guerra de Vietnam. Una lectura que fue compartida en otros medios y espacios de debate, identificando paralelismos entre el activismo universitario contra la masacre del pueblo palestino y el movimiento estudiantil contra la intervención estadounidense en Vietnam (Helmore, 2024; Rees, 2024).

 

No obstante, entre otros elementos contextuales, es posible identificar una diferencia fundamental entre ambas experiencias: el lugar que ocupa en la crítica a la campaña bélica la problematización de sus condiciones tecnológicas de desarrollo. En este ámbito, ha sido posible ver cómo, pese al uso sistemático de tecnología de punta por parte del ejército israelí, persiste una clara ausencia de discusión en torno al papel que ha jugado, en este caso, la IA. Un caso significativo si consideramos que al menos una parte de las protestas estudiantiles respecto a Vietnam se centraron en la tecnología usada para su desarrollo.

 

Si la campaña bélica de Israel es la primera guerra asistida por IA, la guerra de Vietnam fue la primera guerra en la historia asistida por eletronic data. Tal como explica Fisher (1988) hacia 1968, Estados Unidos había instalado computadoras en Saigón, con data procedente de Vietnam del Sur, el cual iba a ser utilizado para analizar cada faceta de la guerra mediante la cuantificación de procesos diversos, con lo cual se podían hacer análisis y recomendaciones bélicas. Esta inclusión de computadoras también en el ámbito bélico se llevaba a cabo en un contexto en el cual la burocratización de la sociedad estadounidense iba de la mano con la incorporación de tecnologías para la gestión y el control, una tendencia que paulatinamente se consolidaba también en la universidad.

 

Los efectos de la guerra contribuyeron a agudizar el malestar causado por la tecnificación y burocratización de la sociedad y las universidades, un proceso al cual los estudiantes críticamente se referían como La Máquina. La problematización de dicha metáfora de funcionamiento de la sociedad condujo a que en las universidades los estudiantes se rebelaran contra las técnicas que alcanzaban cada vez mayor presencia. Así, los estudiantes optaron por quemar las tarjetas perforadas -un instrumento muy utilizado en el momento para organizar procesos administrativos- tanto de matrícula como de reclutamiento, en protestas contra la guerra en Vietnam (Lubar, 1992). Grupos de estudiantes organizados gritaban “¡Paremos la máquina de guerra!”. Otros, de los cuales algunos derivaron en la consolidación del movimiento hippie, simplemente no querían formar parte de dicha máquina, y optaban por renunciar a la vida en la sociedad moderna. Otros más denunciaban: “¡Nuestras vidas están manipuladas por máquinas IBM” (Lubar, 1992, p. 54).

 

La tecnología se comprendía poco a poco en tanto una expresión del control que sometía tanto a la universidad como a los pueblos y estaba vigente en el proceso colonial. Mueller (2021) recuerda cómo, mientras la rebelión estudiantil contra la guerra en Vietnam crecía, también lo hacían las acciones contra las computadoras ubicadas en los campus, tanto a nivel discursivo como en términos de acción directa. Explica que Old Mole, una publicación estudiantil de Cambridge, Massachusetts, escribió en un artículo de 1969, titulado Let’s smash MIT: “El MIT no es un centro de investigación científica y social al servicio de la humanidad. Es parte de la maquinaria de guerra de EE.UU.”. Lo anterior estaba acompañado de actos como ocupaciones y tomas de centros, incendios o ataques físicos a centros de computación, tal como sucedió en Syracuse University, University of Wisconsin, NYU o Stanford.

 

Sectores importantes del movimiento estudiantil contra la guerra de Vietnam, consideraron importante el análisis y la acción frente a una técnica y tecnología que posibilitaba la opresión y habilitaba procesos como el colonialismo y el militarismo. Plantearon en llevar la discusión más allá de los resultados de la guerra, y desarrollaron una crítica práctica en torno a los medios tecnológicos de despliegue bélico, la cual al día de hoy resulta tanto pertinente como necesaria.

 

Politizar la tecnología en las universidades

 

Luchar contra la guerra y el genocidio desde las universidades requiere discutir profundamente no solo sus resultados sino también su aristas tecnológicas. Más aún, responder a las necesidades vitales del siglo XXI, conlleva que el sistema educativo sea un espacio de reflexión crítica y conocimiento sobre la tecnología en nuestra vida cotidiana, y no únicamente un espacio adaptativo respecto a los intereses de quienes la controlan.

 

Por su lado, la universidad pública no puede ser un espacio pasivo de conquista para una novedad tecnológica y sus compañías desarrolladoras. Es preciso superar el fetichismo tecnológico de ver en la IA esencialmente una herramienta disponible para utilizarla a placer, y con ello avanzar hacia consideraciones relevantes sobre los efectos de su producción, su distribución y su consumo en nuestra vida cotidiana y en el trabajo que realizamos día con día en las universidades.

 

La tecnología digital -y paulatinamente la IA- ha logrado un status de naturalidad, normalidad y habitualidad y se ha consolidado como una parte inherente e indispensable del entorno y la acción humana a tal punto que es difícil marcar límites respecto al acto de usarla, o terminar siendo usados por quienes la controlan. Se ha convertido en un enclave a menudo invisible de generación de ganancias, reproducción ideológica y creación de condiciones de ordenamiento social.

 

De forma acrítica, cursos, cátedras y capacitaciones en IA, así como en competencias digitales se ofrecen y se establecen continuamente. La academia, profesoras y profesores nos afanamos por incorporar la última novedad en su campo de investigación y docente, adoptando un discurso de modernización revestido de innovación para “adaptar la universidad al siglo XXI”. Las instituciones de educación superior invitan a docentes y estudiantes a formarse y profesionalizarse en el uso de herramientas de IA, sin un cuestionamiento ni un debate sistemático sobre el sentido y la finalidad de dicha tecnología. Cada vez se ofertan más cursos de actualización tecnológica en mercancías educativas (software o hardware) cuya utilidad educativa aún no resulta clara, pero que son impulsadas por campañas publicitarias fundadas en un discurso que ha logrado llegar al sentido común en el sector educativo.

 

Consideramos que, frente a una coyuntura de expansión corporativa en la política y educación globales, resulta un imperativo la politización de la tecnología en nuestras universidades, así como la creación de un debate amplio en torno a su finalidad y su sentido, lo cual debe conducirnos a plantear, entre otras cosas, también el control democrático y transparente y su regulación pública y abierta. No se trata de maquillar ese control con organismos o regulaciones paliativas como la reciente Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA), cuya misión de vigilar la aplicación de esta tecnología y sus efectos en empresas e instituciones públicas, como se puede hacer con los alimentos o los medicamentos, supuestamente serviría para “avanzar hacia una IA confiable y ética”. Tenemos que caminar hacia una discusión plural que nos conduzca, en un primer momento, a una mayor transparencia en la implantación de la IA y hacia su auditoría (Castillo, 2024).

 

Politizar la tecnología implica, también, discutir las condiciones sociales y los actores implicados en su producción. Esto nos remite a pugnar por cambios en los mecanismos de toma de decisiones y formas de gobernanza que alteren la tradicional distribución de poderes en esa toma de decisiones (Subirats, 2016). Politizar la tecnología es tener acceso público y democrático para auditar sus algoritmos y tener capacidad de impedir que se sigan utilizando si reproducen discriminaciones, vulneran los derechos humanos o se utilizan para fines bélicos o genocidios como el de Gaza. Politizar la tecnología es decidir para qué la queremos, cómo utilizarla, y al servicio de qué fines sociales y políticos. En definitiva, esto se vincula a la apuesta por un control social y democrático, orientado al bien común, de una tecnología que actualmente está condicionando nuestra forma de pensar, relacionarnos, actuar, estudiar y construir el mundo que habitamos.

 

Mauro Rafael Jarquín Ramírez es profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México y Enrique Javier Díez Gutiérrez de la Universidad de León (España).

 

Referencias:

 

Abraham, Y. (2024, abril 5). Lavender & Where’s Daddy: How Israel Used AI to Form Kill Lists & Bomb Palestinians in Their Homes. Democracy Now. https://bit.ly/3Rl9O8l

 

Amnistía Internacional (2023, mayo 2). Apartheid automatizado: Cómo se fragmenta, segrega y controla a la población palestina en los TPO mediante el reconocimiento facial. Amnistía Internacional. https://bit.ly/3RrqqLB

 

Blow, Ch. M. (2024, abril 24). The Ghost of the 1968 Antiwar Movement Has Returned. The New York Times. https://bit.ly/45kccC4

 

Castillo, C. del (2024, junio 19). La Agencia de Supervisión de la Inteligencia Artificial echa a andar entre quejas por dar de lado a la sociedad civil. El Diario.es https://acortar.link/pg2kQn

 

Fisher, D. (1988). Computers, electronic data and the Vietnam War, Archivaria, 26, 18-32.

 

Gould, L., Arentze, L. & Holjtink, M. (2024, mayo 2). Gaza war: artificial intelligence is changing the speed of targeting and scale of civilian harm in unprecedented ways, The Conversation, https://acortar.link/g3gUxX

 

Helmore, E. (2024, abril 29). Echoes of Vietnam era as pro-Palestinian student protests roil US campuses. The Guardian. https://bit.ly/3VBXseA

 

Innerarity, D. (2019, marzo 11). Lo digital es lo político. La Vanguardia. https://bit.ly/3VoM4RQ

 

López, V. (2024). Israel usa la inteligencia artificial como arma para afianzar el «apartheid» en Gaza. Público. https://acortar.link/Jbq0GW

 

Lubar, S. (1992). Do not fold, spindle or mutilate: A cultural history of the Punch Card, Journal of American Culture, 15(4), 43-55.

 

Mhajne, A. (2023, noviembre 2). Israel’s AI revolution: From innovation to occupation, Carnegie Endowment for International Peace, https://acortar.link/hgYPgn

 

Mueller (2021). Breaking Things at Work: The Luddites Are Right About Why You Hate Your Job. Verso.

 

ONU (2024). La militarización de la inteligencia artificial y el género. ONU. https://acortar.link/pGrrBc

 

Piacente, P. J. (2024, mayo 13). La IA ya es una maestra de la mentira y el engaño. Levante. https://bit.ly/3x4jRb3

 

Perotti, E. (2024, febrero 27). Desinformación e inteligencia artificial: ¿la revolución industrial? World Association of New Publishers. https://bit.ly/3xghli0

 

Raiss, A. (2024, junio 6). ‘Digital kill chains’: The dark side of tech in warfare. The Cradle. https://bit.ly/3yXQPdP

 

Red Universitaria por Palestina. (2024). Universidad, Gaza y genocidio: una ecología de guerra. Red Universitaria por Palestina. https://acortar.link/cgmWk2

 

Rees, J. (2024, mayo 18). The crucial difference between the Gaza and Vietnam student protests. Middle East Eye. https://bit.ly/4aYMdBk

 

Reyes, C. (2023). La inteligencia artificial no es neutral, El Viejo Topo, Julio-Agosto, Núm. 426/427

 

Rubin, A., Beheraj, K., Lysik, T., & Chase, W. (2024, mayo 10). Mapped: Where pro-Palestinian student protesters have been arrested. Axios. https://bit.ly/45hZBPT

 

Subirats, J. (2016). Internet y democracia. Politizar la transformación tecnológica. Gaceta Sindical, 27, 61-72.

https://vientosur.info/inteligencia-artificial-y-universidades-no-se-puede-luchar-contra-la-guerra-y-el-genocidio-si-no-politizamos-su-tecnologia/

 

Comparte este contenido:

Palestina y las voces que han visibilizado el genocidio

Por: Karen Campos Rodríguez

“Palestina Libre desde el Río hasta el Mar” -Organización para la Liberación de Palestina-

“Hemos visto cómo un coro cada vez mayor de voces, incluidas, voces que antes apoyaban a Israel se desvían a otra dirección. Eso nos preocupa porque no creemos que contribuya a la seguridad o vitalidad de Israel a largo plazo…”. Jake Sullivan – Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca-

De acuerdo con la publicación del 23 de mayo en RT ver [1], El Asesor de Seguridad estadunidense, Jake Sullivan expresó que el reconocimiento de Palestina como Estado por parte de naciones como España, Irlanda y Noruega, no es conveniente por razones de seguridad de Israel, ya que, las decisiones se deben hacer mediante negociaciones y no por decisión unilateral.

Lo anterior expuesto, es sin duda, una postura arbitraria y antidemocrática en el contexto internacional que distingue a Estados Unidos por su política, intervencionista, injerencista y colonialista.

Desde hace décadas, la Sociedad Internacional ha atestiguado el desplazamiento forzado y los crímenes de lesa humanidad a los que se ha enfrentado el Estado Palestino en un contexto de silencio y la complicidad por parte de Occidente ante un salvajismo estrepitoso del sionismo israelí, en una era en la que resulta inconcebible la figura del genocidio.

Bajo la justificación de la legítima defensa, el sionismo israelí emprendió desde octubre de 2023 una “contraofensiva” contra Hamás derivada de la operación “Tormenta de Al-Aasa”, misma que ha sido el resultado de las constantes violaciones al Derecho Internacional en la Franja de Gaza en un inicio.

Sin embargo, ante los bombardeos incesantes, la sociedad civil global ha quedado conmocionada ante el catastrófico escenario de violencia e incertidumbre, ya que pareciera que los colonos israelíes buscan el exterminio de la población palestina.

La legítima defensa está reconocida en el artículo 51 de la Carta de la Organización Naciones Unidas (ONU).

De acuerdo con Vázquez (1998) los elementos de validez de la legítima defensa son:

“a) Amenaza de un daño grave, inminente e irreparable.

  1. b) Que no haya medio de escapar a tal amenaza si no es con un recurso a los propios medios de defensa.
  2. c) Que la reacción defensiva sea proporcional al daño cuya amenaza se cierne sobre el sujeto.
  3. d) Que la acción de la legítima defensa sea de carácter provisional, tendiente a evitar un daño, y sin pretender imponer un castigo”.

La escalada israelí orquestada por el primer ministro y genocida Benjamín Netanyahu, en complicidad con Occidente, principalmente por su aliado, Estados Unidos encabezado por Joe Biden y su gabinete, han emprendido un genocidio sin precedentes en la zona de la Franja de Gaza y Rafah.

Justo el pasado 15 de mayo, se conmemoró el 76 aniversario de la Nakba de Palestina de 1948, en el cual se recordó la ocupación forzada por parte de Israel en medio de un nuevo genocidio por parte del sionismo israelí y la Guerra de Netanyahu, cuyos antecedentes remontan casi a finales de la Primera Guerra Mundial (1917), ya que ante el ascenso militar alemán en la Gran Bretaña que les llevaría a la capitulación, el ministro de asuntos exteriores británico Arthur James Balfour, buscó aliarse a lxs judíos sionistas que buscaban la creación de un Estado.

Esta alianza además de ayudarles militarmente a combatir con Alemania y el Imperio Turco-Otomano, este último con mandato en Palestina, después de que al finalizar la Primera Guerra Mundial la Sociedad de Naciones, impusiera la administración del territorio al Reino Unido como coste de la Guerra, buscaban emprender una estrategia geopolítica a través del Canal de Suez, el cual representa hasta nuestros días, una de las vías fluviales más importantes del mundo, cuya conexión une a Europa con el Océano Índico, así como con Estados de Asía-Pacífico y el Mar Arábigo.

A cambio, Balfour se comprometió con los sionistas a favorecerles al establecimiento de un asentamiento en territorio palestino, por lo que con la redacción de la Carta de Balfour se asentaron las bases jurídicas de lo que hoy es geográfica y políticamente Israel, en un acto de imposición e ilegitimidad.

De acuerdo con el documento: –La Cuestión del Palestina y la Asamblea General- de la Organización de las Naciones Unidas, “en la resolución 181 (II), la Asamblea General decidió dividir a Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío, con régimen internacional especial para Jerusalén”.

“Después de la Guerra de la Guerra de 1948, la Asamblea General, en su resolución 194 (III) de 1949, estableció la Comisión de Conciliación de las Naciones Unidas para Palestina para ayudar a las partes a alcanzar una solución definitiva reafirmando al mismo tiempo los derechos de lxs refugiados palestinxs al regreso y a la restitución”. En la resolución 3236 (XXIX) se refirmaron los derechos inalienables de lxs palestinxs a la libre determinación, la independencia, la soberanía nacionales y el derecho de regresar a sus hogares”.

Pareciera una falacia lo anteriormente expuesto por la Asamblea General ante un concierto de naciones, hoy, con pronunciamientos sin acciones, discursos pueriles vacíos y de doble moral, así como la nula credibilidad de la ONU ante un genocidio de proporciones descomunales, ya que, ante la mirada internacional, a Palestina se le ha violentado de la manera más atroz y flagrante, violando toda jurisprudencia, el Derecho Internacional y el Estatuto de Roma principalmente.

Es importante mencionar que actualmente Palestina se encuentra en calidad de observador permanente en Naciones Unidas. Asimismo, hay que precisar que no tiene ejército debido a los acuerdos de Oslo en los que les negaron el derecho, por lo que es sionismo se han impuesto con el control del espacio aéreo y marítimo, violando así también, el Derecho Aeronáutico y el Derecho Marítimo Internacional, situación que les ha posicionado en desventaja debido a la superioridad armamentista y tecnológica del sionismo israelí, por eso es que sólo se puede contextualizar esta masacre como la guerra de Netanyahu y genocidio.

En estos momentos es importante revisar el preámbulo del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, así como el contenido de los artículos 1 al 8 para cuestionarse a quién le favorecen los lineamientos de la justicia internacional.

Es importante destacar, que de acuerdo con el Derecho Internacional y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional [2] lo siguiente:

Artículo 5. crímenes de la competencia de la corte 1. a) el crimen de genocidio; b) los crímenes de lesa humanidad; c) los crímenes de guerra; d) el crimen de agresión.

Artículo 8.  la Corte tendrá competencia respecto de los crímenes de guerra en particular cuando se cometan como parte de un plan o política o como parte de la comisión en gran escala de tales crímenes. 2. a los efectos del presente estatuto, se entiende por “crímenes de guerra”: i) el homicidio intencional; i) la tortura o los tratos inhumanos.

De acuerdo con Vázquez (1998), “En relación con los crímenes de guerra debemos mencionar dos instrumentos convencionales importantes; la Convención para la prevención y la Sanción del delito de genocidio y la convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra”.

En medio de un genocidio discursos sobran y las acciones son escasas o nulas por parte de los Estados, salvo aquellos que se han atrevido a romper relaciones diplomáticas con Israel o a unirse a la denuncia ante la Corte Internacional de Justicia impuesta por Sudáfrica por las incesantes violaciones a la jurisprudencia internacional, evidenciando así la fragilidad de los organismos internacionales pertenecientes a la estructura de la ONU, cuyo impacto recae de acuerdo a las cifras oficiales proporcionadas por medios de información como Palestina hoy 2.0, (quienes en distintas ocasiones han sido silenciadxs en las redes sociales) con base en la última información del 13 de mayo de 2024 lo siguiente:

“Resumen del GENOCIDIO EN Gaza [3]:

-220 días de genocidio.

-3.123 masacres cometidas por el ejército de ocupación.

-45.091 entre asesinados y desaparecidos.

-10.000 desparecidos.

-35.091 asesinados que llegaron a los hospitales.

-15.103 niños asesinados.

-31 niños muertos por hambre.

-9.961 mujeres asesinadas.

-492 asesinados del personal médico.

-69 asesinados de la Defensa Civil.

-143 periodistas asesinados.

-7 fosas comunes hechas por Israel en hospitales de Gaza.

-520 cuerpos encontrados en fosas comunes.

-78.827 heridos.

-11.000 heridos necesitan ser trasladados a otros países para recibir tratamiento

-17.000 niños viven sin sus padres o uno de ellos.

-11.000 heridos con necesidad de viajar para recibir tratamiento.

-10.000 pacientes con cáncer enfrentan el riesgo de muerte.

-1.095.000 pacientes con enfermedades infecciosas.

-20.000 casos de infección por hepatitis viral.

-60.000 mujeres embarazadas en riesgo.

-350.000 pacientes con enfermedades crónicas sin control y tratamiento adecuado.

-5.000 secuestrados por Israel de Gaza.

-310 secuestrados de personal de salud.

-20 periodistas secuestrados.

-2 millones de desplazados.

-103 escuelas y universidades quedaron completamente destruidas.

-311 escuelas y universidades parcialmente destruidas.

-247 mezquitas completamente destruidas.

-326 mezquitas parcialmente destruidas.

-3 Iglesias atacadas y destruidas.

-86.000 viviendas quedaron completamente destruidas.

-294.000 viviendas parcialmente destruidas.

-75.000 toneladas de explosivos arrojados por Israel.

-33 Hospitales fuera de servicio.

-55 centros de salud fuera de servicio.

-160 instituciones de salud fueron parcialmente atacadas.

-126 ambulancias destruidas.

-206 sitios arqueológicos y patrimoniales destruidos”.

¿Acaso esto no es genocidio?

Por todo lo anterior, como Internacionalista, me uno a las jornadas de protesta civil a nivel internacional, pronunciándome con repudio hacia el genocidio perpetrado por el Estado ilegítimo de Israel y sus cómplices hacia nuestras y nuestros hermanxs palestinxs.

Expreso mi solidaridad, apoyo y alteridad a lxs estudiantes y docentes que a nivel internacional han alzado la voz de quienes han callado con bombas, ante una ola de represiones en el ejercicio de su derecho a la libre manifestación, por parte de quienes ostentan en sus dobles discursos la libertad, la democracia, la paz, seguridad y fraternidad internacionales.

En estos momentos la resistencia son las voces invisibilizadas, continuando con la exigencia a nuestros gobiernos del rompimiento de relaciones diplomáticas con Israel, así como el boicot comercial de sus cómplices comerciales.

El genocidio que Netanyahu emprendió con premeditación, alevosía y ventaja, ha tenido consecuencias catastróficas, la más dolorosa, las niñeces y civiles asesinadxs, mientras, los sobrevivientes han quedado con secuelas físicas y psicológicas irreparables, sin hogar, sin familia y sin ayuda humanitaria, ya que los sionistas han dejado sin alimentos, agua potable y servicio médico a familias palestinas en Gaza y Rafah, siendo esta última ciudad, la que protagonizó uno de los ataques más desgarradores en un campo de refugiados.

Palestina Libre por el Apartheid, el desplazamiento forzado, los crímenes de lesa humanidad, el genocidio y las violaciones a la jurisprudencia internacional.

Palestina Libre por lxs que ya no están.

Palestina Libre por quienes están resistiendo con miedo, hambre, sin hogar, sin acceso a la salud ya la educación.

Palestina Libre para que se haga justicia y se aplique el peso de las leyes internacionales a lxs criminales de guerra.

Palestina Libre por la autodeterminación y el retorno a sus territorios.

Palestina Libre por la lucha de sociedad civil que son la voz de Palestina.

Palestina Libre por un Estado que no tan sólo sea reconocido, sino que sea libre y soberano.

Palestina Libre por el cese al fuego inmediato.

Referencias:

France 24. 25 años después de los Acuerdos de Oslo, el conflicto palestino-israelí sigue sin resolverse. https://www.france24.com/es/20180913-acuerdos-oslo-conflicto-palestino-israeli

Lastchan, T. (15/11/2023). “Desde el Río hasta el Mar”, el eslogan de la discordia. DW. https://www.dw.com/es/desde-el-r%C3%ADo-hasta-el-mar-disputa-por-el-eslogan-propalestino/a-67412000

Naciones Unidas. La cuestión de Palestina y la Asamblea General. https://www.un.org/unispal/es/data-collection/general-assembly/#:~:text=La%20Cuesti%C3%B3n%20de%20Palestina%20y%20la%20Asamblea%20General&text=La%20cuesti%C3%B3n%20de%20Palestina%20se,r%C3%A9gimen%20internacional%20especial%20para%20Jerusal%C3%A9n.

Vázquez, S. (1998) Derecho Internacional Público. Páginas|392,415.

[1] https://actualidad.rt.com/actualidad/510437-eeuu-preocupado-creciente-aislamiento-israel

[2] https://www.un.org/spanish/law/icc/statute/spanish/rome_statute(s).pdf

[3] https://www.facebook.com/profile.php?id=61555823877181

Fuente e Imagen: La autora escribe para OVE

Comparte este contenido:
Page 1 of 8
1 2 3 8