Saltar al contenido principal
Page 3 of 8
1 2 3 4 5 8

El conflicto en Gaza aviva el debate sobre la libertad de expresión en las universidades de EEUU

En Estados Unidos, la libertad de expresión siempre ha sido uno de los pilares de los derechos constitucionales en el país. En la actualidad, el alcance de este derecho es parte de un debate sobre las regulaciones al discurso en campus universitarios que ha provocado hasta la renuncia de dos presidentas de sendas prestigiosas instituciones.

 

El conflicto entre Israel y Hamás ha sido clave en la discusión sobre libertad de expresión en las universidades, donde sus líderes han luchado por definir la línea donde el discurso político cruza el acoso y la discriminación, y los estudiantes judíos y árabes expresan su preocupación de que sus universidades están haciendo muy poco para protegerlos.

 

La cuestión ocupó un lugar central en diciembre cuando las entonces presidentas de la Universidad de Harvard, Claudine Gay, y de la Universidad de Pensilvania, Liz Magill, testificaron en una audiencia en el Congreso sobre el antisemitismo en la universidad.

 

Durante la audiencia, la congresista republicana Elise Stefanik cuestionó a Gay si “¿el llamar al genocidio de judíos viola las reglas de Harvard sobre bullying y acoso?”, a lo que la académica respondió: “Puede ser, pero depende del contexto”.

 

Sus expresiones generaron una ola de críticas y peticiones de renuncia, lideradas por la misma congresista Stefanik, y terminaron en la dimisión de Gay. El caso se repitió con Magill, quien renunció a su cargo.

 

Ahora, los republicanos en la Cámara de Representantes consideran investigar a más universidad por temas que van más allá del antisemitismo. Esto, según los analistas, haría más difícil hablar abiertamente en las universidades sobre temas como el aborto, la raza y la diversidad.

 

“Muchos administradores y grupos de estudiantes, especialmente en ciertas escuelas, tienden a inclinarse hacia la izquierda, y cuando los estudiantes expresan puntos de vista diferentes, especialmente en lo que respecta a las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión, vemos que son silenciados”, dijo a la Voz de América Alex Morey del grupo no partidista Fundación para los Derechos Individuales y la Expresión.

 

El Departamento de Educación de EEUU ha advertido repetidamente a las universidades que deben luchar contra el antisemitismo y la islamofobia en sus campus o correrían el riesgo de perder fondos federales.

 

El secretario de Educación, Miguel Cardona, dijo que la agencia ha abierto más de 40 investigaciones en colegios y universidades en respuesta a denuncias de antisemitismo e islamofobia desde los ataques del 7 de octubre en Israel, incluidos Harvard, Stanford y MIT.

 

“Algunos profesores están siendo forzados a salir, despedidos, o encuentran el ambiente para la investigación y la enseñanza tan opresivo que muchos de ellos renuncian”, dijo David Jeating del Instituto para la Libertad de Expresión.

 

Sin embargo, ante ciertos intentos conservadores de reformar más ampliamente la educación superior, la organización PEN America advierte que cualquier mejora para proteger la libertad de expresión debe surgir de las propias instituciones.

 

“Tenemos una gran preocupación cuando vemos a políticos que intentan hacer esas reformas, y en la forma en que las hemos visto en legislaciones, como órdenes de silencio educativo, que definen qué se puede y no se puede enseñar en los campus”, apuntó Kristen Shahverdian, líder del equipo de libre expresión y educación de PEN America, en declaraciones a la VOA.

 

Más allá de cómo se desarrollen las guerras políticas, las universidades pueden tomar medidas para fomentar una cultura de libertad de expresión, según el profesor de la Primera Enmienda Eugene Volokh.

 

«Creo que las universidades deberían tener más paneles o debates sobre temas como el aborto, la raza, la acción afirmativa basada en la raza, los derechos de los transexuales, la inmigración tanto legal como irregular”, agregó Volokh.

 

Esto, aseguró, ayudaría a que a que los estudiantes entiendan la importancia de escuchar puntos de vista con los que no necesariamente coinciden.

 

Mientras tanto, el miércoles pasado varios estudiantes judíos presentaron una demanda contra Harvard acusándola de convertirse en «un bastión de odio y acoso desenfrenado contra los judíos».

Fuente: https://americanomedia.com/el-conflicto-en-gaza-aviva-el-debate-sobre-la-libertad-de-expresion-en-las-universidades-de-eeuu/

Comparte este contenido:

No colabores con la prensa que calla el genocidio en Gaza

Por Ollantay Itzamná

En un mes del exterminio de la población civil en Palestina, sobre todo en Gaza, 49 periodistas fueron asesinados por el ejército de Israel, ante la complicidad y el silencio de la gran mayoría de la prensa mundial.

“No podemos soportarlo más, estamos exhaustos. Somos víctimas, somos mártires. Es solo cuestión de tiempo. Vamos a ser asesinados uno por uno y nadie nos está mirando”, dice conmocionado Salman al Basheer, corresponsal de la televisión palestina, frente a las puertas del hospital Nasser, en Khan Younis.

Del otro lado, en pantalla compartida, su colega llora en el estudio del canal local. La luz roja de la cámara encendida, sus palabras: “nadie está mirando”. Al Bassher está retrasmitiendo en directo el asesinato de su compañero, Mohammed Abu Hatab, quién pocas horas antes estaba parado frente a la cámara en ese mismo lugar. “Estos chalecos balísticos, estos cascos, no nos protegen. No protegen a ningún periodista”, expresa con rabia mientras se quita el traje de protección azul con el eslogan de “prensa” y lo lanza al suelo.

Mientras la humanidad sufre el tercer holocausto moderno. Mientras Israel, promovido y pertrechado por los EEUUU, asesina a más de 11 mil palestinos en cuestión de días. Mientras las bombas israelnorteamericanas pulverizan cámaras y micrófonos junto a los corresponsales de guerra. Existen empresas de comunicación y trabajadores de prensa que guardan un cómplice silencio total sobre este macabro suceso que ocurre en vivo y en directo.

Guatemala vivió uno de los últimos genocidios en el Continente. Específicamente la población maya ixil, sobreviviente al holocausto del siglo XVI, a finales del pasado siglo fue masacrada con fusiles de asalto galil de fabricación israelí, pero este país no ha expresado aún solidaridad o protesta contra el crimen que Israel comete en Palestina.

Existe un silencio total sobre el genocidio en Palestina de medios de comunicación alternativa como prensa comunitaria, y de otros, en una atmósfera de agenda noticiosa alternativa y corporativa nacional determinada por la Embajada norteamericana y por la USAID.

Este silencio cómplice con el genocidio contra la humanidad cobra mayor responsabilidad tratándose de comunicadores/as guatemaltecas que saben de lo que es un genocidio en su propio terruño. Responsabilidad que no se justifica, ni se mitiga, por más que las y los trabajadores de la prensa corporativa y alternativa estén en situación límite en la generación de sus medios de subsistencia. No es humano, mucho menos es ético, callar los asesinatos inmunes de nuestros colegas corresponsales en Gaza, o del genocidio en Palestina. Esto no tiene perdón según la ética periodística.

Desde esta sencilla columna de opinión, así como reiteramos nuestros pedido a  gobernantes de los diferentes estados del Continente a desconocer al Estado genocida de Israel, pedimos también a nuestros colegas periodistas e investigadores/as a dejar de colaborar con la prensa callada sobre el genocidio en Gaza. No podemos, ni debemos ser cómplices de la derrota de la verdad y de la humanidad en esta batalla cultural mediática que Israel/EEUU lideran.

Ollantay Itzamná. Defensor de Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos desde Abya Yala

Blog delñ autor: https://ollantayitzamna.com/

@JubenalQ

Comparte este contenido:

Holocausto y/o Genocidio

Por Franklin González

«Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.» (Mahatma Gandhi).

En diversas fuentes de información y por el principal medio de comunicación del mundo de hoy-las redes sociales-, así como en las películas de Hollywood y Netflix, se dice, repite y afirma que ha habido un holocausto, asociado exclusivamente con el genocidio que tuvo lugar en Europa durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial bajo el régimen de la Alemania.
Y, ciertamente, debe decirse que ese fue un acontecimiento horripilante, aborrecible, deleznable, donde murieron, según algunas fuentes, algo así como 9 millones de judíos en la llamada «solución final». Por su puesto, que el holocausto del pueblo judío a manos del ejército nazi fue un episodio histórico terrible.
Al respecto, rescatamos dos expresiones que son importantes.
Una, la de genocidio, que es la destrucción organizada y deliberada, total o en gran parte, de grupos raciales o étnicos por parte de un gobierno o sus agentes, que puede implicar no solamente matanzas masivas sino también deportaciones forzadas (limpieza étnica), violaciones sistemáticas, y el sometimiento económico y biológico. El artículo número dos de la Convención sobre Genocidio de 1948, de la Organización de Naciones Unidas, lo describe como las acciones llevadas a cabo con la intención de «destruir, total o parcialmente, una nación, una etnia, raza o grupo religioso».
Dos, el holocausto se define como «gran matanza de personas, especialmente la que tiene como fin exterminar un grupo social por motivos de etnia, religión o política».
¿Habrá alguna duda que lo anterior está ocurriendo con el pueblo de Palestina?
Veamos
¿Un revanchismo histórico?
El secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró: «Me horroriza la noticia del ataque en Gaza contra un convoy de ambulancias frente al hospital Al Shifa. Las imágenes de cadáveres esparcidos por la calle ante el hospital son estremecedoras». También destacó que: «No llegan alimentos, agua ni medicinas suficientes para satisfacer las necesidades de la población. El combustible para los hospitales y las plantas de agua se está agotando».
Guterres indicó que, desde hace casi un mes, la población civil de Gaza, incluidos niños y mujeres, «ha sido asediada, se le ha negado ayuda, ha sido asesinada y bombardeada para expulsarla de sus hogares».
Siete relatores especiales de las Naciones Unidas alertan que se agota el tiempo para evitar «un genocidio y una catástrofe en Gaza» y «estamos convencidos de que el pueblo palestino está en grave riesgo de sufrir un genocidio».
Además, han dicho que «el tiempo para la acción es ahora» para evitar un genocidio y aseguran que «los aliados de Israel tienen también responsabilidad y deben actuar para evitar este desastroso desarrollo de los acontecimientos».
Los firmantes del comunicado, incluida la relatora de la ONU para Palestina Francesca Albanese, han expresado también su «profunda frustración» por la consigna israelí a «diezmar una Franja de Gaza asediada».
Por último, subrayaron que las recientes imágenes y las noticias alarmantes y preocupantes sobre los palestinos que agarran desesperadamente harina y otros suministros humanitarios en almacenes de la ONU, beben agua del mar en la falta de agua potable o son sometidos a cirugía sin anestesia, «muestran que hemos llegado a un punto de ruptura» en lo que respecta a necesidades humanitarias de los civiles asediados en la Franja de Gaza.
Craig Mokhiber, ex alto funcionario de la ONU, escribió una carta de renuncia el ataque israelí a Gaza al Alto Representante de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, donde denunció:
– Que «estamos viendo cómo se desarrolla un genocidio ante nuestros ojos, y la Organización a la que servimos parece impotente para detenerlo».
– Que la actual matanza masiva del pueblo palestino, está «enraizada en una ideología colonial etnonacionalista de colonos, como continuación de décadas de su persecución y purga sistemáticas, basadas enteramente en su condición de árabes, y unida a declaraciones explícitas de intenciones por parte de dirigentes del gobierno y el ejército israelíes, no deja lugar a dudas ni a debate».
– «En Gaza, se atacan gratuitamente hogares civiles, escuelas, iglesias, mezquitas e instituciones médicas, y se masacra a miles de civiles. En Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada, se confiscan y reasignan viviendas basándose exclusivamente en la raza, y los violentos pogromos de colonos van acompañados de unidades militares israelíes. El apartheid impera en todo el país».
– «El proyecto colonial europeo, etnonacionalista y de colonos en Palestina ha entrado en su fase final, hacia la destrucción acelerada de los últimos restos de vida palestina indígena en Palestina. Es más, los gobiernos de Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa son totalmente cómplices de este horrible asalto. Estos gobiernos no sólo se niegan a cumplir sus obligaciones de garantizar el respeto de los Convenios de Ginebra, sino que, de hecho, están armando activamente el asalto, proporcionando apoyo económico y de inteligencia, y dando cobertura política y diplomática a las atrocidades de Israel».
– «Los medios de comunicación corporativos occidentales, cada vez más capturados y adyacentes al Estado, violan abiertamente el artículo 20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), deshumanizando continuamente a los palestinos para facilitar el genocidio y difundiendo propaganda de guerra y apología del odio nacional, racial o religioso que constituye incitación a la discriminación, la hostilidad y la violencia. Las empresas de medios sociales con sede en Estados Unidos suprimen las voces de los defensores de los derechos humanos mientras amplifican la propaganda proisraelí».
– «El Consejo de Seguridad, con su poder de protección, ha sido bloqueado de nuevo por la intransigencia de Estados Unidos. Décadas de distracción por las promesas ilusorias y en gran medida falsas de Oslo han desviado a la Organización de su deber fundamental de defender el derecho internacional, los derechos humanos internacionales y la propia Carta».
-«El mantra de la «solución de dos Estados» se ha convertido en una burla abierta en los pasillos de la ONU, tanto por su absoluta imposibilidad de hecho, como por su total incapacidad para dar cuenta de los derechos humanos inalienables del pueblo palestino».
– «En las últimas décadas, partes clave de la ONU se han rendido al poder de Estados Unidos y al miedo del lobby israelí, abandonando estos principios y retirándose del propio derecho internacional. Hemos perdido mucho con este abandono, sobre todo nuestra propia credibilidad mundial. Pero el pueblo palestino ha sufrido las mayores pérdidas como consecuencia de nuestros fracasos».
El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, ha dicho que, aunque Washington y sus aliados dicen exigir el cumplimiento del derecho internacional humanitario en todas las hostilidades, ahora prefieren ignorar «la horrible destrucción en Gaza, muchas veces superior a todo lo que han criticado airadamente en otros contextos regionales».
Nebenzia manifestó que el conflicto palestino-israelí «ha sido y sigue siendo el epicentro» de las crisis de Oriente Medio, y afirmó que la nueva escalada de violencia demuestra que la normalización de las relaciones entre Tel Aviv y los Estados árabes «no puede ni debe producirse a costa de los palestinos».
Es una lástima que nuestros colegas occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU sigan saboteando cualquier esfuerzo para una desescalada sobre el terreno e impidiendo que el Consejo tome medidas urgentes para normalizar la situación lo antes posible.
El alto diplomático también afirmó que el objetivo de Washington «no es sólo desviar la atención del fracaso de su propia política, culpando a Irán, Hezbolá y los palestinos de la Franja de Gaza de todos los problemas», sino también persuadir al Consejo de Seguridad para que legalice la campaña terrestre de Israel en el enclave palestino.
Afirmó que actualmente los países occidentales prefieren ignorar «la horrible destrucción en Gaza, muchas veces superior a todo lo que han criticado airadamente en otros contextos regionales: los ataques contra objetivos civiles, incluidos hospitales, la muerte de miles de niños y el atroz sufrimiento de los civiles sometidos a un bloqueo total».
Finalmente, este diplomático ruso condenó las declaraciones «insultantes» de los funcionarios israelíes con respecto a todos los palestinos, así como sobre la supuesta «responsabilidad colectiva de todo un pueblo por las acciones de Hamás» y «el bloqueo total de la Franja por parte de Israel es inaceptable. Un bloqueo así, además de provocar el pánico entre la ya asustada y desesperada población civil, socava directamente la labor de los servicios médicos y de rescate, lo que provocará más víctimas civiles»
Por su parte, la ministra de Igualdad del Gobierno español, Irene Montero, también se pronunció, condenando, con términos enérgicos, las atrocidades del régimen de Tel Aviv contra el pueblo oprimido palestino en la Franja de Gaza y aseguró que los israelíes son «asesinos» puesto que están bombardeando ambulancias que trasladan heridos, y también bombardean sin escrúpulos y contra toda la legalidad internacional a la población civil en la cárcel al aire libre más grande del mundo, y han cerrado toda la posibilidad de ayuda humanitaria.
Tras resaltar la complicidad de EE.UU., en el genocidio de los palestinos, Montero dijo que «ningún dirigente político ni siquiera Netanyahu se atrevería a hacer este genocidio a plena luz del día si no se supiese protegido por las principales potencias económicas y políticas a nivel internacional, especialmente por parte de EE.UU. y la Unión Europea».
En conclusión
Más claro imposible, porque desde el inicio de la agresión israelí contra Gaza, han muerto miles de palestinos, incluidos niños, mujeres y ancianos, además de miles de heridos.
Y, lo peor de todo, es el silencio y la indolencia de la comunidad internacional ante los delitos graves que comete «un régimen infractor de la ley como Israel», lo cual «hace añicos la santidad del derecho internacional y permite la continuación del genocidio con impunidad».
Y, aunque la Asamblea General de Naciones Unidas ha pedido una «tregua humanitaria inmediata y duradera» y «la entrega de víveres y servicios esenciales a la población de la Franja de Gaza», la pregunta de rigor es: ¿Cuántos han de morir para hablar de sanciones económicas y acabar con ese genocidio y holocausto?
Ha pasado el tiempo y parece que ahora todo es peor, porque el 11 de julio de 2014, el escritor uruguayo, Eduardo Galeano, ya dijo: «La llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?»
«Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declaraciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad».

Comparte este contenido:

“Abya Yala…”, un libro para cambiar la geografía mental

Por: Pressenza

“Que este grandioso libro, reuniendo el relato de las guerras de destrucción del mundo amerindio, consiga despertar en todos nosotros el valor necesario para gritar ¡BASTA!”

Ailton Krenak. indígena, ambientalista, maestro y escritor

 

“Abya Yala, genocidio, resistencia y sobrevivencia de los pueblos originarios de las Américas”¹, es un libro imprescindible para conocer la historia no contada de los pueblos de este continente: la del 90% de indígenas cruelmente muertos por los conquistadores europeos; la de la resistencia y sobrevivencia ejemplar de esos mismos pueblos hasta hoy.

Sus autores son Marcelo Grondin (95) y Moema Viezzer (84), consecuentes luchadores y compañeros de vida. Moema es educadora popular, feminista, y autora de “Si me permiten hablar”, el libro más vendido en Bolivia después de algunos textos religiosos. Marcelo es sociólogo, economista, historiador y autor de varios libros entre los que se cuentan una gramática quechua y otra aymara.

En la entrevista que compartimos hoy, ambos siguen conmoviéndose al recordar los descubrimientos que fueron haciendo en su investigación, los desencantos que sufrieron y el entusiasmo que los anima ante el fortalecimiento de la presencia indígena en todo el continente y el proceso de decolonización en gestación.

Tras repasar las cifras de víctimas en las cinco regiones estudiadas (Caribe, los Andes, Méjico, Brasil y EEUU), Marcelo afirma que “el genocidio continúa”, impulsado por la permanente apropiación de tierras en todos los países. “Vivimos en un territorio robado”, dice. Y agrega: “No podemos cerrar los ojos. Nosotros tenemos responsabilidad en este genocidio.”

Después, siguiendo el contenido del libro, hablarán de la tierra, la lengua, la diversidad, del ejemplo de Bolivia, del necesario aporte indígena al proceso mundial. Propondrán “cambiar la geografía mental” y manifestarán su anhelo de que la resistencia que crece en todo el continente, lo transforme más temprano que tarde en Abya Yala, tierra que florece, tierra madura.

Los invitamos a disfrutar de este cálido encuentro (con interpretación al español) en el que sus protagonistas nos dicen lo que saben, nos confían lo que sienten, nos leen un poema en quechua, un ruego en guaraní y, en definitiva, nos ofrecen generosamente un valioso trabajo. “Es la primera vez que hablo así”, dice Marcelo sobre el final de la entrevista y Moema lo ratifica, feliz.

Nosotros les agradecemos a los dos la confianza, y sobre todo lo que han hecho hasta aquí y lo que siguen haciendo.

Interpretación al español de Savio Bezerra y Graça Pinheiro

Edición digital en español
Edición en portugués: Libro físico | Edición digital

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com

Comparte este contenido:

Michelle J. Bellino : “No podemos enseñar la paz sin abordar la injusticia histórica”: experta en educación y civismo

Michelle J. Bellino participará en el seminario web de UNESCO Educar sobre el Holocausto y los genocidios en América Latina y el Caribe. En esta entrevista reflexiona sobre la contribución de la educación a los procesos de reconciliación. 

Santiago, 1 de octubre de 2021 (UNESCO) — El siglo XX y el comienzo del siglo XXI han estado marcados por atrocidades masivas como el Holocausto, y otros crímenes sucedidos en América Latina y el Caribe, que dejan de manifiesto la urgencia de abordar la temática con un enfoque integral desde los niveles global, regional y nacional.

En este contexto, la UNESCO ha organizado el seminario web Educar sobre el Holocausto y los genocidios en América Latina y el Caribe para promover la Educación para la Ciudadanía Mundial (ECM) como una prioridad de la Agenda Educación 2030.

Tiene el fin de ayudar a los docentes a desarrollar las habilidades necesarias de sus estudiantes para convertirse en pensadores críticos, ciudadanos globales activos, responsables, que valoren la dignidad humana y el respeto por todos, rechacen el antisemitismo, el racismo y otras formas de prejuicio que pueden conducir a la violencia y al genocidio.

El seminario web busca contribuir a la formación de pensadores críticos, ciudadanos globales que valoren la dignidad humana y el respeto por todos.

Una de las invitadas a las sesiones de este seminario es Michelle J. Bellino, profesora asociada en la Facultad de Educación de la Universidad de Michigan, quien ha centrado su investigación en la educación y el desarrollo cívico de los jóvenes, y que ha puesto especial atención a los contextos afectados por conflictos armados y desplazamientos forzados.

En su trabajo, ella explora cómo las experiencias con la violencia, el asilo y los procesos de paz y justicia influyen en la participación de los jóvenes en las escuelas y en la sociedad, en sus aspiraciones futuras, así como en el acceso a la educación y la inclusión.

¿Cómo puede lograr la educación sobre los pasados violentos contribuir al desarrollo de los procesos de reconciliación?

Primero, pienso en la oportunidad de clarificar la historia, establecer una verdad complicada reconociendo que gran parte de lo que sucede durante los períodos de violaciones de derechos humanos ocurre en las sombras, por lo que es necesario reconocer las acciones, las motivaciones y el impacto del daño.

En mis investigaciones en sociedades postconflicto encuentro que es muy común silenciar la historia del pasado violento en el aula, en favor de enfocarse en el futuro, para pensar en crear la paz. Hay muchas razones por las que esto pasa, incluso con maestros que tienen toda la intención de cubrir temas difíciles, pero que no cuentan con recursos apropiados o apoyo profesional.

Michelle J. Bellino, profesora de la Universidad de Michigan, investiga el desarrollo cívico de los jóvenes, en especial los contextos afectados por conflictos armados y desplazamientos forzados. 

No podemos lograr la enseñanza de la paz sin abordar la injusticia histórica y el sector educativo tiene que tomar en cuenta su papel en esa historia, por ejemplo, preguntándonos cómo contribuyó a la violencia y a la división a través del acceso desigual, un currículo sesgado u otras formas.

Típicamente se piensa en otras entidades de justicia transicional para establecer la verdad y hacer el trabajo de reconciliación. Tendemos a ser muy buenos para pensar en la educación al final de los procesos de justicia transicional, pensando cómo las escuelas son lugares importantes donde los niños aprenden acerca de la ciudadanía y la democracia. Nos resulta más difícil pensar en la educación como parte de los procesos de justicia transicional, incluso de reconciliación, lugares donde a través del diálogo se hace la justicia transicional y se apoya el fortalecimiento del camino a la paz.

¿Cómo contribuye la educación sobre el Holocausto a comprender otros sucesos históricos ocurridos en América Latina y el Caribe marcados por atrocidades masivas y graves violaciones a los derechos humanos?

Aunque el Holocausto es un caso muy particular, creo que un estudio profundo de cómo las condiciones permitieron una violencia tan extrema y un nivel de participación tan amplia en la sociedad pueden iluminar condiciones y formas de comportamiento humano que aparecen en muchos contextos de conflicto. El objetivo pedagógico es doble: por un lado, estudiar el caso del Holocausto en su propio contexto histórico y político; y por otro, pensarlo como una entrada para hacer conexiones e iluminar otros casos.

Debemos preguntarnos cómo la educación contribuyó a la violencia y a la división a través del acceso desigual o un currículo sesgado.

Por ejemplo, me llama la atención en el análisis comparativo la frecuencia con la que vemos condiciones similares que permiten que la violencia se arraigue: deshumanización, inequidad sistémica y exclusión.

Y una vez más, aunque las escuelas no siempre juegan un papel tan explícito en la configuración de la dinámica del conflicto, como vemos en el caso de la Alemania nazi, aparece una cuestión tan importante acerca de cómo se educó y socializó a los jóvenes en la jerarquía racial.

Había lecciones obligatorias sobre “conciencia racial” donde se enseñaron a los jóvenes sobre sus obligaciones raciales con la nación, vinculando a la ciencia de la raza defectuosa con un sentido de nacionalismo.

Al respecto me surge una pregunta: ¿Cómo podemos mirar desde este papel adoctrinador muy claro hacia formas más sutiles e implícitas en las que el currículo educativo, la pedagogía y las estructuras trabajan para dividir y excluir, tanto en tiempos de conflicto como de paz?

¿Cómo cree usted que la educación sobre el Holocausto y el genocidio puede ayudar a los jóvenes a convertirse en pensadores críticos, ciudadanos globales activos y responsables que valoren la dignidad humana y el respeto por todos?

Cuando estudiamos episodios de genocidio no podemos verlos como eventos aislados ni contenidos dentro de fronteras nacionales, más aún ahora porque las dinámicas del conflicto armado han cambiado a causa de la migración transnacional y movimientos (pacíficos y violentos) que cruzan fronteras.

Podemos arriesgarnos a enseñar sobre violaciones de derechos humanos y períodos de violencia masiva como si fueran aberraciones, como si surgieran de nada, pero en muchos casos hay años o siglos de opresión y sistemas opresivos que marginaron y contribuyeron a un sentido de identidad excluyente y opositora. Estas fuerzas se originan desde adentro del Estado y afuera en el contexto mundial.

Para mí, la ciudadanía global implica el reconocimiento de que todos estamos comprometidos cuando examinamos la injusticia en un contexto particular, preguntándonos al mirar el pasado: ¿Cuáles fueron las condiciones que permitieron eso? ¿Cuándo y en qué forma lo pudimos interrumpir?.

La ciudadanía global implica el reconocimiento de que todos estamos comprometidos cuando examinamos la injusticia en un contexto particular.

Y mirando al presente y hacia al futuro ¿Cuáles son las condiciones institucionales que necesitamos para crear justicia y así prevenir más violencia? Me importa mucho esta pregunta y creo que es importante hacerla en nuestras clases, para que los estudiantes puedan decidir por sí mismos qué tipo de ciudadanos necesitamos para apoyar la democracia, los derechos humanos y la paz.

¿Cómo sueña la educación del futuro?

Lo sueño como un espacio donde las diversas identidades y estatus (ciudadano y no ciudadano, desplazado, refugiado) son inherentemente reconocidos por sus derechos (su derecho a la educación, su derecho a aprender en su lengua materna, su derecho a la participación política, etcétera) y también por tener contribuciones y perspectivas valiosas.

También como un espacio para preguntar abiertamente, un espacio donde podamos hacer preguntas que no tienen respuestas definitivas, un espacio para dialogar y navegar la diversidad con respeto, así podamos apoyar el desarrollo de ciudadanos democráticos que respeten la pluralidad y reconozcan la injusticia en todas sus formas, y que reconozcan la necesidad de incluir a quienes han sido y siguen siendo marginados sistemáticamente.

Fuente: https://www.onu.org.mx/no-podemos-ensenar-la-paz-sin-abordar-la-injusticia-historica-experta-en-educacion-y-civismo/

Comparte este contenido:

‘Canadá puede ser acusado de genocidio’, sobreviviente de escuelas residenciales

Gerónimo Henry, de 84 años, afirma que una vez se detecten todas las tumbas clandestinas y se realizan los respectivos funerales, Canadá puede ser acusado de genocidio, ya que alguien tiene que pagar por la tragedia por la que pasaron esos niños.

Gerónimo Henry, sobreviviente de una de las controvertidas escuelas residenciales en Canadá ,donde se encontraron cientos de tumbas clandestinas de niños, pide justicia para todos los menores y señala que pueden considerarse parte de un genocidio.

En entrevista con la Agencia Anadolu, Henry, de 84 años, recordó sus años en la escuela residencial Instituto Mohawk en la ciudad de Brantford, Ontario. «Pasé 11 años aquí en la escuela residencial, desde 1942 hasta 1953», asegura.

El miembro de la comunidad indígena Seis Naciones dice que tenía seis años cuando lo llevaron a la escuela y 17 años cuando salió. Agrega que sus hermanos, un hombre y dos mujeres también fueron llevados a la escuela mientras él se encontraba ahí.

Recuerda que su hermano encontró una manera de escapar de la escuela y nunca regresó, y que no pudo ver a sus dos hermanas a pesar de estar en la misma escuela.

En Canadá, más de 150.000 niños indígenas fueron separados por la fuerza de sus familias para ser llevados a 139 escuelas residenciales que fueron abiertas por la Iglesia Católica en el siglo XIX, en nombre del Gobierno canadiense.

La escuela residencial Instituto Mohawk, que fue inaugurada en 1831 por la Iglesia Católica, es una de las más grandes del país. Fue cerrada en 1970.

La escuela, cuyo edificio principal permanece cerrada por reformas, ha estado sirviendo como centro cultural desde 1972 con tres galerías de arte, un museo de historia y una biblioteca en el edificio que se construyó más tarde.

«Escuelas inauguradas para recolectar niños nativos»

Henry señala que esas 139 escuelas en todo el país se abrieron para agrupar a los niños indígenas, para «cambiar su idioma, cultura y creencia».

«Mi familia no cree en la iglesia», como nativos, afirma, tienen sus propias creencias.

Henry dice que no vio ninguna tumba durante su estadía en la escuela, pero asegura que siempre se hablaba sobre las tumbas clandestinas ubicadas en una granja detrás del centro educativo.

“Todavía estamos exigiendo que esta área sea registrada con radar. Todos los terrenos aquí y todas las escuelas de Canadá ”, dice. Para Henry los cuerpos de todos esos niños deben registrarse y sus ceremonias fúnebres deben realizarse de acuerdo con sus creencias.

Henry afirma que debe haber justicia para todos los niños, «esas escuelas eran como cárceles para niños».

“No cometimos ningún delito. Solo ser nativos. Supongo que ese es nuestro crimen», subraya.

Para Geronimo Henry una vez se detecten todas las tumbas clandestinas y se realizan los respectivos funerales, Canadá puede ser acusado de genocidio, ya que alguien tiene que pagar por las tragedias por las que pasaron esos niños en las escuelas residenciales.

Hace hincapié en que una disculpa no es suficiente.

«Canadá masacró a nuestros niños en las escuelas residenciales»

Otra persona de la comunidad indígena de las Seis Naciones, Jacquline House, dice que visitó una de las escuelas para ofrecer oraciones.

House asegura que su padre también estuvo retenido allí y está profundamente conmovida por las noticias recientes de tumbas clandestinas encontradas en Columbia Británica y Saskatchewan.

Agrega que después de permanecer en esa escuela durante años, su padre puede hablar su propio lengua. También afirma que a los niños les lavaron el cerebro en esas instituciones.

De igual forma House califica los hechos como un genocidio, dice que las escuelas residenciales en Canadá masacraron a niños e insta a los perpetradores a rendir cuentas por sus crímenes.

Las escuelas residenciales indígenas fueron establecidas por el Gobierno canadiense a partir de la década de 1820. Los niños de las Primeras Naciones fueron separados de sus padres, a veces por la fuerza, para ser enviados a estos institutos, cuyo objetivo era acabar con la cultura nativa e inculcar una cultura blanca en los niños.

Las Primeras Naciones se refieren a las 600 tribus indígenas que habitaban Canadá antes de que llegaran los colonos europeos.

Los niños que asistieron a las escuelas residenciales fueron sometidos a menudo a abusos físicos, psicológicos y sexuales.

Los canadienses reaccionaron con horror cuando se descubrieron en junio casi 1.000 tumbas clandestinas en antiguas escuelas residenciales en Columbia Británica y Saskatchewan.

Aproximadamente 4.000 niños murieron y fueron enterrados, a veces clandestinamente, sin informarle a sus familias lo que les sucedió.

*Sena Guler y Aicha Sandoval Alaguna contribuyeron con la redacción de esta nota.

Fuente: https://www.aa.com.tr/es/mundo/canad%C3%A1-puede-ser-acusado-de-genocidio-sobreviviente-de-escuelas-residenciales/2288182#

Comparte este contenido:

Palestina un genocidio, una pandemia y un pueblo abandonado.

Por: André Abeledo Fernández


Hoy en Palestina sobrevivir sigue siendo resistir

Continua el silencio complice ante la barbarie, los gobiernos callan y otorgan, el pueblo palestino necesita a los pueblos del mundo para denunciar el genocidio.
La agresión contra el pueblo palestino es constante y cada agresión constituye una nueva traición, otro abuso por parte del imperio yanqui y su perro de presa el sionismo.
Israel continúa haciendo oídos sordos a todas las resoluciones internacionales.
Y Donald Trump ya se encargó antes de abandonar a rastras la Casa Blanca de reconocer unilateralmente a Jerusalén como capital y territorio de Israel.
Vemos claramente hasta qué punto el sionismo controla las decisiones políticas de Washington en cuanto a sus políticas en Palestina y Oriente Medio.
Una vez más se riegan las calles de Palestina con sangre inocente y nuevas humillaciones al pueblo torturado de Palestina.
 ¿Donde están los organismos internacionales encargados de defender los derechos humanos?, como siempre solo están cuanto a los que mandan les interesa.
Ya ni siquiera piensan hacer el paripé de respetar ciertos límites, o disimular el abandono de sus funciones.
¿Quién responderá por toda la sangre que se va a derramar?. Nadie responde por la sangre de los nadie, de los olvidados.
Nadie dirá nada por los niños que van a ser asesinados, por todos los detenidos y torturados, por la familias destrozadas, por las casas demolidas, por las detenciones arbitrarias.
¿La comunidad internacional volverá a dar la espalda al horror?
¿Otra vez la comunidad internacional permitirá el genocidio de un pueblo?
Pues sí, una vez más miraran para otro lado, tal vez en esta ocasión la disculpa sea la pandemia.
No podemos guardar silencio ante la barbarie, si los gobiernos callan y otorgan, los pueblos debemos gritar y apoyar la resistencia del pueblo palestino.
Hoy en Palestina sobrevivir sigue siendo resistir.
Comparte este contenido:
Page 3 of 8
1 2 3 4 5 8
OtrasVocesenEducacion.org