Obtener un título universitario sin tener que «pagar» matrícula será una realidad este año en Nueva York cuando entre en vigor una nueva política pública adoptada por el estado.
El programa de becas Excelsior, que comenzará en otoño en la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) y la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), permitirá que los estudiantes cuyas familias posean ingresos menores a $125,000 anuales estudien una carrera de entre dos y cuatro años en las universidades estatales «gratis».
Sin embargo, uno de los principales requisitos de esta iniciativa es que una vez los jóvenes se gradúen tendrán que vivir y trabajar en Nueva York durante el mismo número de años que tardaron en completar sus estudios. De lo contrario, deberán devolver el dinero invertido por el estado.
Ante este panorama, surgen varias interrogantes: ¿Podría Puerto Rico emular este modelo?, ¿Es beneficioso condicionar a los graduados a trabajar en el mismo territorio para pagar su deuda?, ¿Podría el estado sufragar los costos?
A juicio de varios expertos en economía, educación y administración pública consultados por endi.com, la medida tiene pros y contras. Y es que, aunque sería beneficioso que miles de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) estudien una carrera sin pagar matrícula, las retantes condiciones laborales en el País obstaculizan la retención del talento profesional.
Para el economista JoséAlameda, este programa «tiene sus méritos en Nueva York», ya que los costos de las universidades de Estados Unidos son más altos que en la Isla. En la nación americana, un año de estudios supera el costo de un bachillerato en la UPR, que promedia entre $15,000 y $20,000.
Sin embargo, en Puerto Rico, el escenario es más complicado.
Hoy día, la tasa de participación laboral es baja, de 40% aproximadamente, lo que significa que cuatro de cada 10 personas con 16 años o más tienen un trabajo, según el experto.
“En parte (el programa) sería bueno porque obligas al recurso, una vez termina de estudiar, a servirle a la sociedad que te impartió la educación. Pero tener que quedarte en Puerto Rico es un problema. ¿Quedarme haciendo qué? La situación de empleo en Puerto Rico es estrecha, limitada y muchas carreras tienen mejor ingreso y salario en Estados Unidos”, señaló el profesor universitario.
“Esos estudiantes van a terminar pagando esos estudios cuando empiecen a trabajar en otro país”, agregó Alameda, quien resaltó que un programa de matrícula “gratuita” debería ser voluntario, que los estudiantes decidan si quieren acogerlo o no.
No es una idea nueva
Este tema de política pública no es novedoso. Argentina, por ejemplo, ofrece enseñanza gratuita en las universidades públicas, mas la exención no está condicionada a que el alumno deba permanecer trabajando en el país suramericano.
En el caso de Puerto Rico, los partidos Nuevo Progresista y Popular Democrático también han propuesto una medida similar para la UPR en sus plataformas de gobierno.
Christian Arvelo, exmiembro de la Junta de Gobierno de la UPR y expresidente del Consejo General de Estudiantes de la UPR en Río Piedras, recordó en una columnapublicada la semana pasada que en el 2012 se realizó una consulta en el Recinto de Río Piedras de la UPR sobre cuatro fórmulas de matrícula, siendo la dotación convertible una de ellas. Con la dotación convertible, el universitario toma sus cursos, se gradúa y se compromete en recompensarle al estado lo que este ha invertido en él; pero esta fórmula no prosperó.
“Para muchos, en aquel entonces, la dotación convertible era un concepto novel. Algunos estudiantes no lo entendían y otros lo veían con malos ojos porque se percibía como una limitación a la libertad del estudiantado para expandir sus horizontes fuera de Puerto Rico”, dijo el joven.
“Por ende, lo que hizo el estado de Nueva York no se trata de una matrícula gratuita, se trata de un compromiso de pago por parte del estudiante. Ese pago, sin embargo, no tiene que ser monetario”, expuso Arvelo, quien resaltó que a pesar de ese requisito, ese tipo de estrategia provee una opción para que la educación universitaria sea más accesible.
Necesario un sistema educativo ágil
Por su parte, la secretaria del Departamento de Educación, Julia Keleher, opinó que el éxito de este tipo de fórmula dependerá de un sistema educativo universitario ágil y bien planificado.
“Estamos (en Puerto Rico) en un período de crisis en el cual podemos crear las condiciones y nuevos modelos que apoyarían esa estrategia. Pero empezaría con algo pequeño primero”, manifestó la funcionaria.
Al igual que Keleher, el exsecretario de Educación César Rey apuntó que «sería una medida interesante para implantar en este país» porque la fuga de profesionales no ha tenido freno.
“Con el éxodo significativo que hemos tenido en los últimos 15 años de profesionales y jóvenes en las áreas de medicina, arquitectura, ingeniería, entre otras áreas, este país se está quedando con las personas de 50 años o más. Estamos perdiendo una generación importante”, sostuvo el sociólogo y profesor de la Escuela Graduada de Administración Pública de la UPR en Río Piedras.
“Así que por el momento histórico que estamos viviendo me parece que sería un palo poder pensar que hay maneras de provocar una retención de profesionales en el País”, aseguró.
A su juicio, la Isla necesita retener maestros de inglés y matemáticas, vocacionales, de educación especial, patólogos del habla, médicos especializados, sicólogos escolares, gerontólogos, entre otros. “Hay que mirar lo que nos hace falta, los vacíos”, manifestó Rey.
Pero ante la crisis económica que enfrenta la UPR, ¿puede esta institución sufragar los gastos de matrícula de los estudiantes?, preguntó endi.com.
“Yo no lo vería como un gasto, sino como una inversión. Si voy a retener por años a un profesional aquí, estás haciendo una inversión. Además, países que están bien posicionados pasaron por crisis dramáticas, lo que pasa es que decidieron planificar el país y la educación fue la prioridad número uno”, culminó Rey.