Colombia: Estudiantes con habilidades especiales: ¿Los están incluyendo en los colegios?

América del sur/Colombia/16 enero 2020/Semana.com

Bogotá tiene más de 19.000 estudiantes en situación de discapacidad matriculados en los colegios públicos. Semana Educación recoge experiencias e historias alrededor del programa de inclusión a dos años de su puesta en marcha.

Juan Sebastián Ávila tiene una sonrisa particular. Es tímido y aunque está en compañía de sus padres, Jeny y Gervert, no emite muchas palabras para expresar si se siente a gusto con lo que pasa a su alrededor. ‘Juanito‘, como le gusta que le digan, está en segundo de primaria, tiene 8 años y fue diagnosticado con trastorno de desarrollo del habla y del lenguaje cuando cursaba primer grado.

Su paso por el colegio no comenzó con pie derecho. Juan Sebastián solía salirse del salón, no copiaba en su cuaderno lo que escribían en el tablero y en una ocasión lanzó un tajalápiz a la cara de su maestra cuando lo gritó por haberse equivocado. Su personalidad era tan impredecible que si no recibía atención especializada para controlar su carácter y potenciar sus habilidades, iba camino a perder otro año escolar.

En el colegio distrital CLASS, al sur de Bogotá, hay dos docentes de apoyo para tres sedes y seis jornadas. Lorena Becerra lleva el caso de Juan Sebastián y de 59 niños y niñas más que tienen alguna discapacidad cognitiva, de orden neurobiológico, hipoacusia, baja visión y aquellos con capacidades y talentos excepcionales.

Foto: “Mi hijo es muy hábil para el dibujo, el boletín dice que muestra un gran avance”, comenta Jeny Salamanca.

Hace dos años, cuando entró en vigencia el decreto 1421 del Ministerio de Educación –que reglamenta la atención educativa a la población con discapacidad– los colegios implementaron estrategias para dar cumplimiento a la norma y, aunque no se han presentado tropiezos y falencias, hoy existen más de 185.529 estudiantes con discapacidad matriculados en todo el país. SEMANA Educación les puso la lupa a este programa y a sus protagonistas; niños, niñas, padres y docentes en Bogotá.

Anteriormente, el paradigma de la integración indicaba que las instituciones debían recibir a los estudiantes con discapacidad hubiese o no una persona especializada para llevar a cabo su proceso formativo. Ocupaban una silla y un pupitre, pero difícilmente tenían un seguimiento académico acorde con sus necesidades, por lo que algunos repetían con alta frecuencia y en otros se registraba una rápida deserción escolar.

Sin embargo, el decreto actual, bajo el paradigma de la inclusión, ha intentado garantizar la permanencia de esta población en la educación formal, sin tener que segregarlos a aulas especializadas.

“El estudiante tiene derecho a participar, a una flexibilización o ajustes curriculares y a unos ajustes de tiempo en la institución, en pro de que tengan calidad de vida”, explica Lorena Becerra, docente de apoyo licenciada en educación especial.

Foto: Lorena Becerra lleva el caso de Juan Sebastián y de 59 niños y niñas más que tienen alguna discapacidad cognitiva, de orden neurobiológico, hipoacusia, baja visión y aquellos con capacidades y talentos excepcionales.

La descripción del caso, las sugerencias del docente de apoyo, los diagnósticos médicos y los compromisos de los padres quedan consignados en un Plan Individual de Ajustes Razonables (PIAR) que se revisa en cada periodo académico para evaluar el progreso del niño.

De esa forma, aunque Juan Sebastián ve las mismas temáticas que sus compañeros, Lorena promueve que se le evalúe en otros procesos académicos y convivenciales. Y vaya que se han visto los resultados: ahora él toma dictado, lee, identifica los números y es más sociable.

“Para educar a un niño pequeño el docente debe tener su método de enseñanza. La profesora Lida sí tuvo paciencia y supo estimularlo”, dice Gervert Ávila, padre de Juan Sebastián. “Mi hijo es muy hábil para el dibujo, el boletín dice que muestra un gran avance”, comenta Jeny Salamanca, su esposa.

Como señala Lorena, los niños no mejoran porque ella los vea una vez a la semana en su aula de inclusión y les refuerce ciertas temáticas; lo hacen por la práctica pedagógica de la docente permanente en el salón de clases. Sumado al trabajo en casa es importante la ayuda médica que brinda el sistema de salud al diagnosticar el tipo de discapacidad y dar el tratamiento adecuado.

No obstante, para Carlos Iván García, director de Inclusión e Integración de Poblaciones de la Secretaría de Educación del Distrito, una dificultad para brindar atención integral a los estudiantes con discapacidad es la falta de oportunidad y de calidad en los procesos de atención en salud.

“Las EPS no responden en los tiempos que se requiere, los tratamientos no son pertinentes y la mayoría de las veces, los profesionales de la salud emiten conceptos frente a cómo debe ser la educación de los estudiantes sin tener la competencia pedagógica para ello”, señala García.

En casos de discapacidad el tiempo es clave. Lo que un niño no aprende en la edad y el momento correcto es muy difícil que lo asuma más adelante. Por eso, si no existe un diagnóstico médico del estudiante, el docente no puede remitirlo al programa de inclusión y esto retrasa el proceso de aprendizaje.

Además, si tampoco existe un equipo interdisciplinario para centrarse en cada niño, los docentes de apoyo quedan atados de manos. Por eso, Lorena menciona que falta apoyo de un psicólogo, un terapeuta ocupacional, fonoaudiólogo y enfermeros en casos complejos.

A cambiar el chip

Kennedy es la localidad de Bogotá donde hay más estudiantes con discapacidad en instituciones públicas (2.593). El colegio Paulo VI entró en plan de contingencia por tener un alto índice de repitencia y deserción, en donde la población con discapacidad representa un gran desafío.

Lida Jineth Muñoz, licenciada en educación especial, era la única docente de apoyo del colegio cuando salió la normativa en 2017. Atendía 90 casos en las dos jornadas.

Al inaugurar el programa de inclusión se encontró con mitos como que los estudiantes en condición de discapacidad aparecieron de un momento a otro en los colegios cuando se lanzó el programa de inclusión. Lo que sucedía es que no estaban caracterizados ni se hacía un seguimiento por caso.

Según el Registro para la Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad (2018) hay 1.418.065 personas con discapacidad en Colombia, pero 41 por ciento de la población entre 5 y 24 años no está escolarizada y 56 por ciento manifestó que asistía a alguna institución educativa. Para este último grupo en el colegio Paulo VI existe un refuerzo extra los fines de semana para que se nivelen académicamente.

Los docentes debían capacitarse

Si bien es cierto que los docentes de otras épocas no se formaron en pedagogía para niños con discapacidad, los pénsums actuales les proporcionan algunas asignaturas relacionadas con diversidad o atención diferencial. “Ya no se vale decir que no fue formado para esto”, reitera Lida.

Es necesario que los docentes del aula se capaciten para dar la mejor atención posible a esta población y para eso, según datos suministrados por la Secretaría de Educación, existen varios convenios con universidades públicas y privadas para instruirse en ambientes de aprendizaje incluyentes, o en modalidades del trastorno del espectro autista, la discapacidad cognitiva y psicosocial.

No obstante, hay que señalar que la mayoría de docentes ya entendieron que deben transformar su método de enseñanza y hacen su máximo esfuerzo por obtener buenos resultados con estos niños.

Hay logros, pero falta inversión

Jefferson Camilo Fino Castro ha repetido tres veces el grado quinto. Tiene 13 años y gracias al acompañamiento de la docente Lida y el apoyo de su madre Carolina Castro, pasó de perder ocho materias a reducir este número a la mitad. Ha fortalecido su comprensión lectora y aunque todavía le cuesta desarrollar la lógica matemática, ellas tratan de darle las herramientas necesarias para que vaya al ritmo de sus compañeros de clase.

Foto:“El año pasado cuando estaba en la jornada de la mañana le estaba cogiendo pereza al colegio. Me decía que no quería ir, pero ahora casi no falta”, dice la madre.

Sin embargo, el material pedagógico que debería llegar para este colegio es insuficiente y esta es una situación que se repite en varias instituciones. En este caso, Lida cuenta que solo obtuvo una oficina a comienzos de este año para atender personalizadamente a Camilo y a sus otros 40 estudiantes con discapacidad. Antes lo hacía en cualquier lugar disponible del colegio. Pero además, señala que el material pedagógico no llega o no se ajusta a los niños con baja visión, autismo o con problemas más severos.

La Secretaría de Educación registra que hay 873 docentes de apoyo en toda la ciudad, 121 enfermeras, 85 intérpretes en lengua de señas y 110 mediadores para dar soporte a todos los colegios que cuentan con población discapacitada. Lo que indica que hay una disparidad entre el número de profesionales y el número de estudiantes con discapacidad matriculados, que en Bogotá ya son 19.600.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/estudiantes-con-habilidades-especiales-los-estan-incluyendo-en-los-colegios/648063

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China orienta desmantelar la política pro-talento en la escuela primaria y secundaria

China/03 de Marzo de 2018/Autor: Wu Kai/spanish.people.com

El Ministerio de Educación de China ha orientado a las escuelas primarias y secundarias que dejen de favorecer a los solicitantes con talentos especiales, como aquellos niños que se destacan en el ámbito deportivo.

La nueva directiva pidió a las escuelas dejar de matrícular a los alumnos sobre la base de sus talentos especiales y cancelar dicho programa para el 2020.

Esta nueva exigencia del Ministerio de Educación de China se ha entendido como una respuesta al creciente reclamo por lograr un sistema educativo más justo, ya que el programa vigente permite matricular a un cierto número de estudiantes que tienen puntos extras debido a sus habilidades especiales, estrategia que ha sido utilizada por algunos padres como un mero atajo para lograr que sus hijos aventajen a los demás estudiantes.

En el 2014, el Ministerio de Educación de China publicó un documento donde expresó que las escuelas primarias y secundarias debían reducir en un 5 por ciento la proporción de alumnos matriculados por esta vía.

«Creo que la nueva orden enfadará a algunos padres que han invertido mucho tiempo y recursos para desarrollar el talento de sus hijos. Sin embargo, espero que pueda entrar en vigor lo más pronto posible», aseguró Amy Yang, maestra primaria de la provincia de Hubei.

«El programa pro-talento es injusto para aquellos que estudian con más ahínco en aras de mejorar sus calificaciones académicas», agregó Yang.

El objetivo inicial del programa era alentar a que más y más estudiantes ofrecieran lo mejor de sí a la hora de desarrollar sus habilidades y talentos. Pero en la práctica, el esfuerzo se convirtió en una pesada carga económica para los padres chinos.

Jason Wong, padre de un niño de 11 años, afirmó que su hijo había estudiado chino pintura y piano. El costo mensual de las lecciones podría llegar hasta los 3.000 renminbi (unos 475 dólares).

Wong añadió que tenía que asumir este gasto porque la mitad de los compañeros de clase de su hijo también recibían clases particulares para desarrollar habilidades y talentos. Y que él no puede permitir que su hijo esté rezagado con respecto a los demás.

Fuente: http://spanish.people.com.cn/n3/2018/0228/c92122-9431176.html

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El Salvador:Una vida de docencia dedicada a la educación de niños especiales

Centro América/El Salvador/14 Agosto 2016/Fuente:laprensagrafica /Autor: Juan Carlos Díaz

Marta Lidia Velásquez de Segura ha convertido desde hace 28 años la escuela de educación especial de La Unión en su segundo hogar. Los niños que estudian en ese centro educativo son su otra familia, y con la que pasa el mayor tiempo posible. Velásquez es graduada en Ciencias de la Educación y en Psicología, y también ha sido parte de diferentes organizaciones no gubernamentales.

Esta mujer de 63 años y originaria del municipio de San Alejo es la fundadora del único centro de enseñanza que existe en el departamento de La Unión para los niños que tienen discapacidades. Ella ha sido maestra, niñera, ordenanza y directora de esa institución, y reconoce que hasta el momento sigue desarrollando muchas de esas funciones.

Relata que comenzó siendo maestra en un colegio de La Unión, de donde fue reclutada por el Ministerio de Educación en 1986 para planear la creación de 14 escuelas de educación especial en todo el país, de las cuales una estaría en la ciudad-puerto, y la elegida para iniciar ese proyecto fue ella.

“Siempre quise ser maestra, porque tuve un hijo que se salía del grado y tenía que quedarme con él en las clases para que no se saliera. La maestra me pedía que le cuidara a los alumnos y me quedé en el kínder, luego ella tuvo un accidente y me dejaron a mí a cargo”, recuerda. Su carrera en la educación especial inició en un aula en malas condiciones en el Centro Escolar República de Honduras de La Unión.

Los techos estaban dañados, no tenía pupitres ni materiales didácticos, es decir, debió comenzar de cero, porque ya tenía los primeros 10 niños a los que les debía enseñar. Asegura que su primera gestión la hizo en la Base Naval, donde pidió apoyo para que le elaboraran pupitres y mesas; en otros lugares solicitó ayuda para materiales didácticos y juguetes. Dice que cuando le avisaron de la Base Naval que le habían elaborado los pupitres, no tenían cómo trasladarlos a la escuela ni recursos para pagar transporte, y tomó la decisión de salir a la calle, hacerle parada a un camión y pedirle que le hiciera el favor de llevar los muebles.

Sus primeros dos años en la educación para niños especiales los pasó en aquella aula descuidada, período en el que tampoco recibió un sueldo, pero en 1988 iniciaría un sueño que parecía imposible. Un extranjero de la Marina de Estados Unidos decidió aportar 55,000 colones para iniciar la construcción de la escuela especial en un terreno que era propiedad del centro escolar. Desde ese año a la maestra Velásquez le sumaron otra función: aparte de ser la niñera, la ordenanza y la profesora, también debía asumir la función de directora. Cuenta que en 1993 llegó una maestra pero no duró mucho y se fue porque no le gustó, y en 2000 le enviaron dos maestras más. Explica que con el paso de los años se fue acostumbrando a tratar y entender a los niños especiales.

“Lo más complicado en la educación especial es cuando los niños tienen regresiones. Uno siente que van saliendo de su discapacidad porque ya juegan, pero de repente se enferman y se pierde el hilo de la educación y hay que comenzar de nuevo, y eso es triste”, refiere.

Con satisfacción afirma que uno de sus mayores logros ha sido la construcción de una infraestructura adecuada para la escuela especial, aunque todavía haya cosas por mejorar. Actualmente la escuela tiene un local propio y docentes asignados para atender a 112 alumnos de todo el departamento. –

Fuente de la noticia: http://www.laprensagrafica.com/2016/08/14/una-vida-de-docencia-dedicada-a-la-educacion-de-nios-especiales#sthash.t9ZZHWY1.dpuf

Fuente de la imagen:http://www.laprensagrafica.com/2016/08/14/una-vida-de-docencia-dedicada-a-la-educacion-de-nios-especiales

 

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Reino Unido: La emocionante carta que recibe un niño autista de su colegio tras suspender todos los exámenes

LaSexta/15 de julio de 2016

Después de haber suspendido todos los exámenes finales, Ben ha recibido una carta de parte de los docentes del centro felicitándole por tener algunas habilidades y competencias que no se pueden calificar.

Cuando con cinco años a Ben Twist le diagnosticaron autismo, su madre decidió matricularle en el colegio Landsbury Bridge, un centro educativo especial donde tienen métodos para «respetar los patrones de conducta respecto al tiempo, ritmos y hábitos» de los niños y jóvenes con discapacidades. En la actualidad, Ben tienen 11 y después de haber suspendido todos los exámenes finales, ha recibido una emocionante carta del centro.
Gail Twist, madre de Ben, ha recibido la mayor y mejor de las sorpresas, cuando en lugar de una bronca se ha encontrado una felicitación por parte de los profesores del centro educativo reconociendo las increíbles habilidades del niño para trabajar en equipo o para hacer amigos nuevos. Unas habilidades que como reconocen los propios docentes, los exámenes no pueden medir.
Tan sorprendida y emocionada se mostró la mujer que no dudó en compartir la carta a través de su cuenta de Twitter.
«Algo muy importante que queremos que entiendas es que los exámenes finales sólo miden un poco de ti y de tus habilidades. Está claro que son importantes pero tú tienes otras muchos talentos que en Lansbury Bridge medimos de otra manera.
Algunos de ellos son:
• Tu talento artístico
• Tu capacidad de trabajar en grupo
• Tu amabilidad
• Tu capacidad de expresar tus opiniones
• Tus habilidades deportivas
• Tu habilidad de hacer amigos y conservarlos
• Tu habilidad de debatir y conservar tu propio progreso
• Tu diseño y construcción de talentos
• Tu habilidad musical
Somos muy felices de que todos y cada uno de estos talentos y habilidades te hagan la persona tan especial que eres.
Éstas son el tipo de aptitudes que desde Lansbury Bridge evaluamos para asegurarnos de que estás progresando y de que continúas desarrollándote como un joven absolutamente brillante. Bien hecho, Ben.
Estamos muy orgullosos de ti».
La conmovedora respuesta del colegio al suspendo de Ben, hizo llorar de alegría a la madre que quedó tan sorprendida que declaró que «es la más maravillosa y hermosa carta que he recibido en mi vida». También ha manifestado que que «no esperaba que Ben aprobara y sé que no lo ha hecho pero estoy orgullosa de él».

Tomado de: http://www.lasexta.com/noticias/virales/emocionante-carta-que-recibe-nino-autista-colegio-suspender-todos-examenes_201607145787700c6584a86fb36b0077.html

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