Chile/ 08 de Mayo de 2016/El Mercurio/Economía y Negocios
Como no todos los colegios dan el resultado de los exámenes de admisión en la misma fecha, hay papás que pagan una matrícula para reservar el cupo en el primer colegio que acepta a su hijo. Y si luego se desisten, pues el niño es seleccionado en otro establecimiento que era su prioridad, no hay seguridad de que le reembolsen el dinero pagado la primera vez. Bernardita Aguirre Pascal
«Te dicen que tienes tres días para pagar la cuota de incorporación y la matrícula. Si no, se entiende que rechazas el cupo, y la lista corre», cuenta Paula, una ingeniera comercial de 35 años que con hijos mellizos se enfrentó en 2014 al proceso de matrículas. El año 2013 había postulado a sus niños a tres colegios, y en ninguno quedaron. Al año siguiente postuló a varios esperando que con la madurez de sus hijos y la mayor cantidad de opciones esta vez sí pudieran entrar a prekínder.
Postuló a cuatro: The Mayflower, The Newland, Saint George’s y San Esteban, y recuerda que solo los dos últimos daban los resultados el mismo día. El primero en responderle que sus hijos habían sido aceptados fue The Mayflower, que le dio unos días para matricularlos antes de que dieran los resultados en el Saint George’s y en el San Esteban. «Los matriculé, porque no podía esperar los otros resultados con la posibilidad de quedarme sin colegio. Tampoco podía pagar cuatro matrículas (dos por cada niño) si los aceptaban en otro, porque matricularlos en un colegio eran $5 millones por los dos, y no había ninguna seguridad de que te lo devolvieran si te arrepentías», cuenta Paula.
Cada año entre marzo y mayo los padres de niños de entre tres y cuatro años se enfrentan a una dura competencia por entrar a colegios particulares pagados. Es que en estos colegios es tan alta la demanda, que hay entre tres y seis niños por un cupo disponible para familias nuevas (que no tienen otros hijos en el colegio).
Como los papás no saben si su hijo entrará porque debe dar pruebas él y entrevistas sus padres, lo postulan a entre tres y seis colegios, pagando por el derecho a prueba, que va de entre $30 mil y $70 mil en cada uno. Tras los resultados, vuelve el estrés porque los colegios no dan a conocer en la misma fecha la lista de seleccionados, y hay que pagar si se quiere asegurar el cupo.
El monto de la cuota de incorporación puede ir de entre $1,7 millones y $4,6 millones, considerando unos 25 colegios del sector oriente de Santiago. Los colegios ingleses están entre los más caros y en los católicos del sector oriente este pago supera los $2 millones por niño.
Hay papás que cuando saben que su hijo quedó en el colegio que preferían, optan por pagar esa segunda matrícula, aunque en el primer establecimiento no les devuelvan lo ya cancelado.
En los colegios no existe el derecho a retracto, como sí existe desde 2004 en las universidades (ver recuadro).
Colegios se pusieron de acuerdo para garantizar la libertad de elegir
Diecisiete colegios de Santiago, conscientes del estrés que les causa a los padres esta decisión, acordaron entregar sus listas de aceptados el viernes 13 de mayo, para que los padres puedan escoger con todas las opciones en la mano.
Estos fueron los colegios Saint George´s, Verbo Divino, SS.CC. Manquehue, San Benito, Villa María, Santa Úrsula, Institución Teresiana, Compañía de María, Nuestra Señora del Camino, Padre Hurtado, Juanita de Los Andes, San Pedro Nolasco, SC Monjas Inglesas, Saint John’s, San Esteban, San Ignacio El Bosque y San Francisco Javier de Huechuraba.
Ellos pusieron un inserto en el diario en el que destacan que «esto permitirá a las familias elegir con más libertad, de modo que no estén obligados a matricularlos en un colegio sin tener el resultado de sus otras postulaciones».
Según cuentan en un colegio británico, esta medida también la están tomando los establecimientos de la Asociación de Colegios Británicos; entre ellos, el Santiago College, The Mayflower y The Grange, que, según información entregada por padres seleccionados, permitirá matricular hasta el viernes 13 de mayo (este último colegio declinó entregar información al diario). En el Redland y el Bradford también se podrá matricular hasta este día, según información entregada telefónicamente y disponible en la página web.
Pero hay otros colegios que cierran sus procesos de matrícula antes. Ya hay niños matriculados en el colegio Cordillera; en el Monte Tabor se cerraron las matrículas el jueves 5 de mayo, según dicen padres postulantes, pues el colegio declinó participar en este reportaje. También en el The Newland dijeron que el proceso se cerrará el 12 de mayo y en The Kent School matricularon a fin de abril.
No es un problema de un colegio sino del sistema, que no está regulado
El año pasado una familia que venía de fuera de Santiago postuló a su hijo a seis colegios. El primero en avisarles que su hijo fue seleccionado fue The Newland, y sin saber si su hijo quedaría en otro, los padres decidieron pagar la cuota de incorporación. Finalmente el niño quedó en el Saint George’s, colegio que preferían, y pese a que él nunca fue a The Newland, éste se quedó con la matrícula y parte de la cuota de incorporación.
En sus bases de postulación The Newland dice que tras el pago de la cuota de incorporación de 85 UF ($2.203.544), los padres tienen 30 días para retractarse. Solo si lo hacen dentro de ese plazo podrían acceder al reintegro del 90% de la cuota de incorporación, que se les devuelve en septiembre, cuatro meses después de que se canceló, en mayo. En las bases informan también que no devuelven la matrícula, que este año son $352 mil, y no aclaran si se reintegra la cuota de materiales, que son $80 mil más. Sumando, si el niño se rematricula en otro colegio, los padres perderían $652 mil sin que el niño haya pisado la sala de clases.
Hay otros colegios que simplemente dicen en sus bases de admisión que no devolverán la cuota de incorporación de los niños y otros que dicen que lo verán caso a caso.
«Los papás están pagando doble matrícula para asegurarse el cupo porque no tienen todas las opciones para elegir. Algunos pierden la matrícula, y son más de $2 millones», reclama Carolina, una mamá que ha intentado hacer una denuncia a la Superintendencia de Educación, pero dice que ésta la acepta solo si se hace por un colegio. Pero ella dice que no es un problema de uno sino del sistema, que no está regulado.
La explicación de los colegios para quedarse o no devolver la cuota de incorporación podría ser que se quedan con la vacante sin llenar. Pero la alta demanda de tres a seis niños por cada cupo hace pensar que eso no sucederá. En un colegio que matricula antes explican que lo hacen para recibir a los papás que tienen más afinidad con el colegio, que dicen que son los que lo tienen como primera opción. Además, reconocen que hay apoderados dispuestos a pagar dos matrículas, porque la que pierden es un «costo hundido».
No hay protección legal
Fernanda es abogada y está postulando este año a su segundo hijo al colegio, y después de que tuvo dificultades para que su primer hijo entrara a prekínder el año pasado, ahora está investigando. «La Superintendencia de Educación no obliga a los colegios a dar una fecha única en que se termine el proceso y cierre la matrícula. Los colegios no tienen la obligación de ponerse de acuerdo para publicar sus listas de aceptados, pero eso genera un perjuicio para todos los que estamos postulando», explica.
«Te hacen tomar una decisión sin tener toda la información sobre la mesa. A los que quedaron los obligan a pagar rápido. Puedes querer esperar para elegir, y no puedes. El que no sea en un periodo igual para todos enreda las cosas, y te podría hacer rechazar un colegio y después no quedar en ninguno. Tampoco es llegar y cambiar a tu hijo a un colegio, porque la cuota de incorporación es carísima», reclama Andrea, otra mamá que postuló este año a su hijo.
El abogado del departamento jurídico de la Federación de Instituciones de Educación Particular (Fide), Cristián Dockendorff, sostiene que los colegios particulares pagados se rigen por su regulación interna que deriva de la autonomía que le entrega la Ley General de Educación. Pero dice que esta ley sí los obliga en algunos aspectos.
«La ley establece que al momento de la convocatoria hay que informar el número de vacantes ofrecidas, criterios generales de admisión, plazo de postulación y fecha de publicación de los resultados, requisitos de los postulantes, antecedentes y documentación a presentar, tipos de pruebas a los que serán sometidos los postulantes, monto y condiciones de cobro por participar en el proceso y proyecto educativo del establecimiento. Realizado el proceso de admisión, deben publicar en un lugar visible y opcionalmente en un medio electrónico los resultados», lee el abogado de Fide.
«Los requisitos que establece la Superintendencia para la admisión desde mi punto de vista son muy amplios y permiten que pase todo lo que pasa. Las vacantes no son reales, los colegios no muestran los exámenes, los resultados se entregan cualquier día y las matrículas no se devuelven, y no puedes exigir mucho al colegio, porque te tildan de problemático. Es muy sensible el tema, porque es la educación de tus hijos», reclama Fernanda.
En la Superintendencia de Educación fiscalizan a los colegios particulares pagados en casos de reclamos. La jefa de la División de Denuncias de este organismo, Ximena Bugueño, explica que hasta la fecha no se han recibido denuncias de este tipo contra los colegios.
«El derecho a retracto o devolución de dineros excede las competencias de esta Superintendencia. La sugerencia, entonces, a los padres y apoderados es revisar los contratos de prestación de servicios educacionales antes de proceder a matricular a sus hijos e hijas en un establecimiento, ya que en ese contrato se regula el monto, fechas, forma de pago y derecho de retracto, entre otros. Y recurrir ante el Servicio Nacional del Consumidor, Sernac, ante una eventual irregularidad», dice Bugueño.
En el Sernac explican que los padres no están protegidos frente al derecho a retracto en la educación escolar.
Aclaran que este derecho está en la ley de protección del consumidor, pero hay solo tres casos en que una persona se puede arrepentir de un contrato logrando devolución del dinero pagado: cuando el cliente haya hecho la compra en una reunión convocada por la empresa que ofrece el servicio, como ocurre con los tiempos compartidos; cuando se trata de contratos a distancia, como los hechos por teléfono o por internet, y en contratos de educación superior para alumnos de primer año.
«El principio general es que los contratos se respeten por ambas partes una vez que estos se encuentren celebrados legalmente», explican desde este servicio.
Añaden que los colegios no están obligados a devolver el dinero abonado por concepto de matrícula o por cuota de incorporación, a no ser que se establezca dicha posibilidad en el contrato o que exista algún incumplimiento a lo informado por parte del colegio. Por eso dicen que los padres deben fijarse si se ofrece devolución del dinero si es que se arrepiente de la decisión tomada.
EN LOS COLEGIOS PARTICULARES PAGADOS de Santiago es tan alta la demanda, que hay entre tres y seis niños por un cupo disponible para familias nuevas.
Fuente: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=249953
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