Democracia y Educación ¿es posible?

Por: Teresa Galicia

“Recordar que esta relación es bilateral,

 en una sociedad democrática la educación 

florece y la democracia se fortalece si hay 

una calidad de educación bien distribuida “

Sylvia Schmelkes

 

Este 21 de mayo, se realizó nuestro primer Webinar, dentro de las actividades que hemos programado junto con Genera Educación A.C, ya que la situación actual amerita analizar a profundidad que sucede con la relación Democracia y Educación en México y hasta qué punto puede lograrse.

Partimos de  tres propósitos para realizar este trabajo, como parte de   esta iniciativa ciudadana: a)Propiciar un ejercicio democrático en donde se reflexione y analice hasta qué punto la política actual ha logrado concretarse en las diversas realidades educativas del país, en un momento, en el que las trayectorias de vida de las personas, se han visto afectadas por  la  educación  a  la  que  tienen acceso, b) promover con actores educativos de diversos estados del país, una red de participación libre, consciente, crítica y participativa   para debatir la construcción de una posible agenda ciudadana  así como c)  Impulsar una agenda educativa transexenal, que permita proseguir con aquellas políticas y programas educativos que han dado buenos resultados a partir de una evaluación eficiente y contextual.

Las reflexiones y aportes fueron muchos, por lo ahora en este espacio les invito a acercarse de manera muy sintética a algunas de las opiniones vertidas, que, desde mi punto de vista, abonan de manera importante en este escenario complejo y polarizado en el que estamos viviendo:

“Mi experiencia profesional en política publica indica que es  muy importante hacer un diagnóstico y evaluación acerca de las problemáticas existentes para el diseño e implementación de  estrategias con mayores posibilidades de éxito” ( Reyes Tamez);   “La proyección a futuro de la Política Educativa , tendría que tener el planteamiento de aprendizajes relevantes para la vida de las personas, tarea que involucra a todos los ciudadanos, incluyendo las autoridades” ( Leonel Zúñiga);“ Es necesario  que existan instituciones políticas inclusivas, su pluralismo implica que el poder político este ampliamente repartido en la sociedad y que  los espacios públicos en los que se participa en sociedad se realicen  acciones transparente, libres y comprometidas con la justicia y el bien común” (Hernán Medrano);  “Problema grave, el de construir una agenda educativa transexenal, para poder avanzar, hay que situarnos en esta regresión de la que se ha hablado, volver a situar una agenda con la crisis educativa que tenemos ante la crisis de la pandemia, centrarnos en las cosas que valen la pena en nuestro sistema educativo (Flores Crespo);  “En México, sobre las dos partes de la relación  Democracia y Educación tenemos problemas, tenemos apenas una democracia incipiente que no permite que la educación crezca y la democracia no se puede fortalecer porque la inequidad educativa es nuestro principal problema” ( Sylvia Schmelkes ); “Pensar este reto, implica cuestionarnos sobre la viabilidad de conceptos educativos que responde a visiones hegemónicas, invisibilizando lo local y lo contextual, pensar necesariamente  que tipo de colectividades y culturas estamos construyendo y desde que miradas analíticas y críticas podemos generar propuestas  a partir de las realidades sociales históricas concretas ( Magaly  Hernández); “La ciudadanía se construye con la participación activa y no solo lo electoral, en la convivencia de las discrepancias, de las diferencias, de las ideas, que como dijeran los zapatistas, de “construir un mundo donde quepan muchos mundos”, hablar sobre formación ciudadana, educación y democracia no es cualquier cosa porque involucra a casi la mitad de la población, muchos informes nos mencionan que esta ciudadanía ha tenido muchísimos tropiezos y muchísimos retos que se deben de superar” ( Erick Juárez); “¿Cómo le hacemos para transitar del discurso demagógico de todos colores , desde el descolorido derecho a la educación hasta la idea meritocrática de la idea de excelencia educativa que tienen como fundamento el dominio señorial académico sobre los demás y no en una práctica pedagógica precedida por la horizontalidad y la fraternidad?. Ante este escenario vale la pena pensar en que políticas educativas y que estrategias podemos instrumentar para que efectivamente, la democracia pueda surgir en estos ámbitos tan desiguales, donde los caminos no pueden ser muchos, lamentablemente, ni en México ni en el mundo” (Miguel Ángel Rodríguez).

Como puede observarse, la diversidad de experiencias y saberes se conjugaron para mostrar realidades muy complejas y actuales, en donde la relación Democracia y Educación que debería ser bilateral, no existe.

Estamos ahora en un periodo electoral polarizado, donde hay una total ausencia, empezando por los discursos, de la atención prioritaria a la educación, ya no digamos de sus plataformas electorales, que más bien tendrían que llamarse electoreras, sustentadas en la descalificación, en el morbo y en la ausencia de propuestas para el bien común, es inadmisible que se hable de democracia refiriéndose solamente al voto.

Pero algo tenemos que hacer, apostando por el encuentro con quienes como a nosotros, ante una democracia endeble, intentamos impulsar políticas de estado que provengan de las necesidades reales de nuestra sociedad, para que unidos, presionemos para que el gobierno defina y respete aquellas políticas que han mostrado ser sólidas y de impacto social  y para que se   construyan aquellas políticas educativas que tengan que ver   con la equidad en los ámbitos en los que la desigualdad está creciendo.

Fuente: Educación Futura

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La iniciativa ciudadana sobre educación

15 de febrero de 2017 / Fuente: http://www.jornada.unam.mx

A unos cuantos días de que los diferentes órdenes de gobierno celebraran el centenario de la Constitución de 1917 exaltando sus alcances contemporáneos, en medio de múltiples protestas, denuncias sociales y el descontento generalizado por los cambios sistemáticos que ha tenido nuestra Carta Magna hasta perder su espíritu originario y extinguir derechos fundamentales de la sociedad, la CNTE presentó ante el Senado una iniciativa de ley ciudadana y popular para revertir la última reforma hecha al artículo tercero.

No obstante que en el centro de la rebelión ciudadana está la legítima inconformidad por el aumento a los precios de los combustibles y sus consecuencias en el encarecimiento de la vida, por el impacto negativo que representan de manera inmediata y cotidiana en la economía familiar, la iniciativa de ley para reformar la reforma educativa fue respaldada por más de medio millón de firmas, superando cinco veces el requisito que la legislación exige para aceptarla.

Más allá de las incertidumbres generadas al canalizar la lucha popular a través de las instancias del régimen, la CNTE logra colocar de nueva cuenta el tema educativo y del respeto a los derechos laborales en la agenda nacional, abriéndose paso en el Poder Legislativo como un interlocutor que ha reconocido ciertos fracasos de la reforma educativa y la voluntad de cambiar su cuerpo constitucional, al que por años se había considerado intocable. Esto debe entenderse en su justa dimensión, después de seis meses de recesada la huelga magisterial que cimbró las bases de la gobernabilidad, periodo en el que el Ejecutivo cerró los espacios de diálogo y buscó por todos los medios a su alcance desprestigiar y neutralizar las demandas de la Coordinadora.

La iniciativa de ley pone de manifiesto ante la ciudadanía y el gobierno que los maestros disidentes tienen voluntad de diálogo. Son, además de protesta, propuesta e inteligencia colectiva capaz de hacer efectivo el ejercicio ciudadano de la democracia, de construir desde la soberanía popular oposición al proyecto de reformas neoliberales a través de una alternativa que, además de educacional, tiene como horizonte la emancipación social, frente a un gobierno que está entregando la soberanía nacional a los organismos de la globalización y al avance neofascista de la política invasiva del vecino país del norte.

Esta iniciativa devuelve a la Constitución el debate cultural, ético, social y pedagógico, infectado por el virus empresarial que se incubó desde hace más de 30 años hasta aparecer con toda su enfermedad en la reforma educativa de 1993. Calidad (industrial) y competencias han querido borrar de la historia de los debates en torno al artículo tercero conceptos como gratuidad y laicidad, o los de educación pública, científica, socialista, nacionalista y democrática.

Su eje transversal es la dignidad humana. Desde ahí se entreteje una educación que no se limita al desarrollo de competencias laborales, sino que permita la plenitud del ser en el máximo de sus múltiples potencialidades. El concepto alude al respeto de la pluralidad de cosmovisiones, culturas, de capacidades y discapacidades; a la equidad de género, así como a sus diversas expresiones; pero también a una nueva racionalidad no económica, sino ambiental, que acompañe el acontecer evolutivo de la humanidad sin el saqueo territorial y ecológico.

Educar para la dignidad humana es respetar los derechos laborales; por eso propone desaparecer el Servicio Profesional Docente. En este sentido, la evaluación no sería coercitiva, ni focalizada para responsabilizar a un sector en particular. La nueva cultura evaluativa se concibe como integral, porque incluye a todos los componentes del sistema educativo; aquí, la verticalidad y las funciones suprainstitucionales del INEE como el gran evaluador, sucumben con la creación y el fortalecimiento de nuevos órganos horizontales que incluyen a los actores de la sociedad garantes del interés público y nacional, hasta hoy desplazados por los mercaderes de la educación.

En la ruta informativa de recaudación de firmas y lo que continúa para hacer posible una eventual reforma de la reforma, también está implícita la plataforma política de la CNTE para hacer visibles temas que no han sido resueltos: la liberación de alrededor de 40 encarcelados tan sólo en esta última etapa de lucha; justicia y atención a las víctimas, que suman decenas de heridos y asesinados por defender la educación pública; la reinstalación de los centenares de maestros cesados; no podría ser distinto, justo en este momento en que se reinicia el calendario de evaluaciones para quienes ya van por su tercera y última llamada, amenazando con una nueva oleada de represión y despidos masivos.

La iniciativa de ley ciudadana no tiene nada que perder; en el peor de los escenarios, si no se aprueba, se habrá ganado consenso social, se habrá articulado un gran movimiento de padres de familia, sindicatos educativos de todos los niveles, estudiantes y académicos dispuestos a sumar sus agravios, indignaciones, experiencias, capacidad organizativa e intelectiva, a las resistencias y rebeliones ciudadanas opositoras al régimen, a Peña Nieto, a los políticos afines al imperialismo estadunidense, a la oligarquía empresarial criolla que hoy se da sus aires de nacionalismo, intentando mantener su estabilidad económica, endeble por la crisis de gobernabilidad.

* Historiador y doctor en pedagogía

Fuente artículo: http://www.jornada.unam.mx/2017/02/15/politica/021a2pol?partner=rss

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