DICTADURAS DEL CRIMEN Y GOLPES DE ESTADO

El único país que puede estar seguro de que nunca va a tener un golpe de estado es Estados Unidos, porque no tiene embajada estadounidense.

Evo Morales

La historia de Latinoamérica ha estado marcada por la bota militar, desde Mar del Plata y los Andes Chilenos, hasta las costas del Caribe centroamericano, militares con el auspicio de la derecha y los Estados Unidos han marcado la historia de nuestra patria grande, los apellidos  de Pinochet, Stroessner, Somoza, Videla, Noriega, Duvalier, Noriega y otros tantos están en la memoria de millones, no solo por el hecho de haber llegado al poder por métodos violentos y fraudulentos sino porque sus gobiernos estuvieron marcados por la barbarie absoluta, la violación de derechos humanos y toda serie de episodios brutales que llenaron de sangre los anaqueles de la historia del siglo XX.

Aún todavía las muertes y desapariciones de esos oscuros años claman justicia y reparación, muchos de sus dolientes, en su mayoría esposas y madres esperan respuestas que tal vez nunca lleguen porque una de las cosas mas sobrecogedoras es que los perpetradores actuaron con la impunidad que les proporcionaron los medios de comunicación, un aparato estatal totalmente a su servicio y el apoyo o ¿complicidad? de parte de la sociedad que pese a todas las evidencias históricas aún creen en que las causas defendidas por estos regímenes son justas en la medida en que conservan el Statu Quo de algunos y benefician sus  intereses particulares. Habría que preguntarles a los colombianos: ¿ les suena parecido a algo?

Pero en el trasfondo de toda esta historia de horror se encuentran dos elementos fundamentales: Por un lado la herencia del fenómeno del caudillismo en América Latina, una práctica política que definió la consolidación de las nacientes repúblicas del subcontinente durante el siglo XIX, en donde un “prohombre” con un halo mesiánico y en la mayoría de ocasiones de origen  militar o características autoritarias, es reconocido por la mayoría de la sociedad como el portador de la verdad y las soluciones, lo que en esa medida le permite monopolizar el poder político, militar y establecer una dictadura por el “bien común”, una especie de “absolutismo” europeo adaptado a las subdesarrolladas naciones del otro lado del Atlántico; Sin embargo, durante el siglo XX y con la dependencia cada vez mas agudizada hacia los Estados Unidos, estas expresiones  empezaron a declinar a favor de gobiernos que actuaban cada vez  más como embajadas de los Estados Unidos en cada uno de los países latinoamericanos, el asesinato del líder populista liberal Jorge Eliecer Gaitán en Colombia, fue la prueba del sometimiento y la alianza de la oligarquía colombiana a los designios de Washington.

Pero fue con la guerra fría y la doctrina de seguridad nacional, que desde  la potencia norteamericana empezaron a apoyarse golpes de Estado y regímenes brutales e inhumanos para “detener” y prevenir la entrada de la amenaza comunista al continente, el Plan Cóndor y la Escuela de las Américas fueron el escenario concreto en donde las frágiles democracias fueron pereciendo desde el Caribe a los Andes; En Colombia el golpe de Estado atípico del General Gustavo Rojas Pinilla en la década de los 50, contrastaba un poco con esa doctrina y selló una ruta,  estuvo marcado por el apoyo popular, la llegada al poder con ayuda de facciones del partido conservador, una serie de avances importantes en infraestructura e incluso el reconocimiento del sufragio femenino en 1954, su gobierno tuvo una doble cara, populista por un lado y represora por el otro, pero quienes estaban mas descontentos eran las mismas élites de los partidos políticos liberal y conservador que terminaron tras una larga sucesión de pactos (Sitges, San Carlos) concretando una alianza bipartidista entre liberales y conservadores llamada el Frente nacional, que terminó estableciendo una especie de “dictadura civil” en donde el bipartidismo cercenó la posibilidad de participación de otros movimientos sociales y políticos, alimentando la creación de guerrillas y ejércitos privados huérfanos de participación, reivindicaciones y derechos políticos.

De esta manera las oligarquías colombianas solo le dieron la posibilidad al pueblo colombiano de decidir entre el liberalismo y los conservadores, a eso le llamaron “la democracia mas estable de América Latina”, mientras tanto el pueblo, esos “nadies” invisibilizados sufrían al igual que hoy de una profunda exclusión. Al mismo tiempo que se desarrollaron estos hechos, llegó el negocio de la coca, llegaron los grandes carteles del narcotráfico, continuó el proceso de expropiación de tierras, apareció el M-19, una guerrilla urbana atípica, por no ser de ideología socialista y surgir como respuesta al robo de las elecciones en 1970 a manos de los conservadores, la violencia nunca se fue, la promesa del frente nacional de terminar con la violencia fue apenas un sofisma de distracción para apretar mas el lazo y asfixiar la democracia.

Mientras a ritmo de merengue dominicano, llegada de Rock en español, salsa y vallenatos,  el pueblo entraba de lleno a los locos “ochentas”, un pandemónium se apoderaba del Estado colombiano, latifundistas, empresarios, narcotraficantes, políticos y poderosos definieron el futuro, ríos de dinero producto del tráfico de drogas inundaron la institucionalidad, costearon magnicidios, le untaron la mano a mas de uno, apartaron del camino a quienes les estorbaban, degradaron la guerra, alimentaron las finanzas de guerrillas y paramilitares, fue una bonanza de la coca que dinamitó la política colombiana.

Y fue tan así que, con nueva constitución política, la de 1991, esa producto de la séptima papeleta, el país no mejoró. Peor aún, el neoliberalismo impuesto a la mala por Gaviria acabó con el agro, quebró miles de empresas, generó desempleo, destrozó los sindicatos y sus luchas ganadas, benefició a los importadores  y empezaron a aparecer cientos de centros comerciales llenos de vitrinas lujosas y escaparates, tiendas y marcas internacionales de todos los productos que dieron la idea de progreso a muchos, los adinerados y consentidos por el régimen sintieron que Miami no estaba tan lejos, los menos afortunados cayeron de rodillas al sentir por un momento que podían estar a otro nivel con el solo hecho de dar una vuelta por esas nuevas “catedrales” del siglo XXI, disfrutar de la vista, comerse un helado y endeudarse con la tarjeta de crédito.

Las luchas sociales, la violencia y la masacre era televisada y se volvió parte del paisaje, los habitantes de las ciudades empezaron a mirar el conflicto social como un tema de unos pocos, mientras la Colombia profunda se desangraba y uno que otro atentado y magnicidio en la ciudad afectaba la “tranquilidad”, el colombiano promedio de las grandes ciudades se sumergió en la cultura del consumo y de la apariencia,   se comieron entero el cuento de la “plata fácil” y el emprendimiento,  la cultura traqueta y la mujer prepago, alimentaron el sueño de miles que cayeron en el sicariato, el modelaje como fachada para la prostitución de alto nivel y la devoción  a la violencia y el lujo. La estigmatización contra los pobres, los negros, el campesino y ese enemigo inventado que es todo aquel que hable de justicia social y derechos humanos hicieron carrera en el imaginario de muchos.

Pero lo peor habría de llegar cuando las mafias lograron concretar el monopolio del poder, liberales y conservadores cedieron su dictadura al ungido del Clan Ochoa, la sociedad estaba tan descompuesta que se arrodilló ante ese “paisa frentero” que prometía el fin de la guerrilla pero que de paso etiquetó de guerrillero y terrorista a todo aquel contradictor, las torres gemelas y la lucha contra el terrorismo mundial impuesto por Bush legitimó su discurso, Uribe es  ese “caudillo” que meteóricamente producto de una alianza entre narcos y paramilitares logra monopolizar el poder y se convierte en una versión de dictadura  del siglo XXI, instaurando un régimen que profundiza el neoliberalismo, con claros rasgos neofascistas y  cifras escalofriantes que ruborizarían a los propios Videla y Pinochet juntos. Con 20 años en el poder ha colocado 2 presidentes y quiere imponer el tercero, su ejercicio es muy sagaz, el no necesita habitar en la Casa de Nariño, para ello tiene toda una red de políticos en las regiones, mayorías en el Congreso, alianzas con los partidos tradicionales y unas fuerzas armadas que se convirtieron tras dos décadas en un ejercito al servicio del partido de gobierno. Asunto bastante grave y que, sin negar el oscuro historial del aparato represivo colombiano, evidencia aún más la descomposición brutal de policía y ejército durante los últimos años.

Por eso las últimas declaraciones del comandante del ejército, el General Zapateiro, participando en política abiertamente en alusión a Gustavo Petro, violando la propia constitución nacional (art. 219) que prohíbe la intromisión y la toma de partido de los militares en política son bastante graves, incluso el militar en tono de amenaza reitera en últimas declaraciones:

 

“Jamás me iré… porque dejaré muchísimos Zapateiro en la institución”

 

más aún con el aval que el propio presidente Duque le proporcionó.

Unido a lo anterior, aparece la “equivocación” de Noticias Caracol en emisión de medio día del pasado jueves, en donde producto del testimonio en una supuesta audiencia de Hugo “pollo” Carvajal en España, sacan una noticia falsa que incrimina al mismo Petro con presuntos aportes económicos del chavismo, luego de la llamada de los abogados del candidato, denunciando la falsedad de la información, tuvo que salir el propio director de noticias del canal, Juan Roberto Vargas a rectificar:

 

Aseguramos de buena fe y basados en su información ya que ella se encontraba en el lugar de los hechos, que la diligencia se realizó. La noticia registrada nunca ocurrió. Desde Noticias Caracol ofrecemos excusas a todos los televidentes y a las personas afectadas con esta información errónea” 

 

No me extenderé al “entrampamiento” que sufre el mismo candidato con temas relacionados a la supuesta rebaja de penas a corruptos a cambio de votos, situación ya bastante clarificada por el mismo Petro y por testimonios de los implicados que niegan y dejan sin piso el intento del uribismo de dañar su imagen y acabar su campaña.

Sin embargo, todo este recorrido histórico buscar poner en evidencia y en alerta una grave situación: si bien el régimen uribista no es una dictadura militar arquetípica, si es la acentuación de un modelo político  autoritario y excluyente que ha tenido el monopolio del poder en Colombia, lo grave de este asunto es que la decisión manifiesta y clara del comandante del ejército  de meterse de lleno en política, asunto que no había ocurrido, acompañada de la intromisión descarada del presidente Duque, el fiscal Barbosa y los grandes medios de radio y televisión,  como Caracol, RCN  y la revista SEMANA , representan la posibilidad de un posible golpe de Estado en caso de una probable presidencia de Gustavo Petro y peor aún legitimado a punta de micrófono, bota militar y ausencia de apoyo internacional.

Hábilmente el uribismo y Duque continúan en su política de dependencia de los Estados Unidos, aprovechando la guerra en Ucrania, para ponerse totalmente del lado de los intereses norteamericanos y volver a reciclar vientos de la guerra fría, Colombia no puede seguir siendo el Israel de Latinoamérica, la política uribista no solo es una tragedia para el pueblo colombiano, es una amenaza y un peligro para la soberanía de los pueblos latinoamericanos.

Fuente: El Autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación

 

 

 

 

 

 

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AUSTRALIA Gobierno publica directrices para contrarrestar la interferencia extranjera en Educación Superior

Oceania/Australia/universityword

El gobierno australiano ha presentado pautas de mejores prácticas para contrarrestar la interferencia extranjera en el sector universitario australiano y «garantizar que nuestros estudiantes e investigación estén protegidos».

Las directrices, que se han desarrollado en colaboración con universidades y agencias de seguridad nacional que trabajan en un Grupo de trabajo de interferencia extranjera universitaria, establecen pasos prácticos que las universidades pueden tomar para preservar la integridad del sistema de educación superior.

El ministro de Educación, Dan Tehan, dijo que las directrices garantizarían que las universidades tuvieran las políticas, los marcos y las estrategias para proteger contra la interferencia extranjera y al mismo tiempo mantener su autonomía.

«El gobierno está trabajando con las universidades para garantizar que tengan las protecciones necesarias para los estudiantes, los datos de investigación y la integridad académica», dijo Tehan. «Hemos tomado medidas para garantizar que las universidades entiendan los riesgos y sepan qué pasos tomar para protegerse».

El ministro del Interior, Peter Dutton, dijo que las agencias de seguridad de Australia están liderando los esfuerzos del gobierno para responder a la interferencia extranjera y proteger el sector universitario.

«El director general de ASIO [la Organización de Inteligencia de Seguridad de Australia] dice que la interferencia extranjera contra los intereses de Australia está en un nivel sin precedentes que incluye a las universidades y el sector de investigación», dijo Dutton.

Las directrices establecen cinco temas clave respaldados por acciones concretas que cubren:

  • • Gobernanza y marcos de riesgo.
  • • Debida diligencia
  • • Comunicación y educación.
  • • El intercambio de conocimientos
  • • La seguridad cibernética.

El vicecanciller y presidente de RMIT University, Martin Bean, uno de los copresidentes del grupo de trabajo, dijo que estaba encantado de ver el compromiso compartido de las universidades y el gobierno de salvaguardar la seguridad del sector universitario de Australia sin socavar el inestimable activo de su apertura. .

«Las pautas son un nuevo recurso fantástico para que las universidades agreguen a sus herramientas existentes y ayuden a los tomadores de decisiones a continuar evaluando los riesgos en evolución de la interferencia extranjera», dijo.

Universities Australia coordinará la recopilación de ejemplos de mejores prácticas para compartir en todo el sector de la educación superior.

Las directrices han sido publicadas conjuntamente por el gobierno australiano, las universidades de Australia y el Grupo de los Ocho de Australia.

Se han desarrollado conjuntamente a través de un grupo directivo y cuatro grupos de trabajo (investigación y propiedad intelectual, colaboración extranjera, ciberseguridad, comunicación y cultura), con aproximadamente 40 miembros en todo el gobierno y el sector, que representan a 13 universidades y 10 agencias gubernamentales australianas.

Los principios generales para informar el desarrollo de las directrices fueron:

  • • La seguridad debe salvaguardar la libertad académica, los valores y la colaboración en la investigación.
  • • Las actividades de investigación, colaboración y educación deben ser conscientes del interés nacional.
  • • La seguridad es una responsabilidad colectiva con responsabilidad individual.
  • • La seguridad debe ser proporcional al riesgo organizacional.
  • • La seguridad de la comunidad universitaria de Australia es primordial.

La profesora presidenta de Universities Australia, Deborah Terry, dijo que los líderes universitarios de la nación elogiaron el proceso de colaboración para desarrollar las directrices y señalaron el fuerte compromiso del sector universitario en todo momento.

“Esta ha sido realmente una asociación equitativa entre las universidades y el gobierno. Nuestro objetivo compartido es construir sobre las protecciones existentes contra la interferencia extranjera, sin dañar la apertura y el compromiso global que son esenciales para el éxito de Australia «, dijo.

«La intención no es aumentar la carga reglamentaria o de cumplimiento para las universidades, ni contravenir la autonomía universitaria, sino mejorar los recursos y la inteligencia para salvaguardar aún más a nuestra gente, la investigación y la tecnología».

Amenazas en evolución

Las directrices dicen que en un mundo de riesgos más complejos, con nuevos desafíos y amenazas que evolucionan a nivel mundial, incluidos los sistemas de propiedad intelectual y TI, las universidades y el gobierno australiano están «trabajando juntos para agregar a las protecciones actuales, al tiempo que preservan la apertura y la colaboración crucial para el éxito del sistema universitario de clase mundial de Australia «.

Un ciberataque en la Universidad Nacional de Australia en 2018 es un ejemplo de alto perfil de estas amenazas. La violación masiva de datos comprometió los detalles personales de miles de estudiantes y personal de la Universidad Nacional de Australia, incluidos los números bancarios, detalles de impuestos, registros académicos y detalles de pasaportes de estudiantes y personal que datan de casi dos décadas.

Las directrices establecen que un enfoque proactivo del sector universitario ante la amenaza de interferencia extranjera ayuda a salvaguardar la reputación de las universidades australianas, proteger la libertad académica y garantizar que las instituciones académicas y la economía australiana puedan maximizar los beneficios de los esfuerzos de investigación.

Si bien la mayoría de las interacciones internacionales son «bienvenidas y en beneficio de Australia», puede haber actores extranjeros que buscan participar en la interferencia extranjera en el sector universitario, a través de esfuerzos para sesgar o controlar la agenda de investigación, la presión económica, la solicitud y el reclutamiento de correos -investigadores doctorales y académicos, y ciber-intrusiones, advierten las directrices.

Entre los temas que cubren se incluyen los riesgos de interferencia extranjera en los marcos, políticas y procedimientos de riesgo existentes y la identificación de capacidades en la universidad que contribuyen a la seguridad de las personas, la información y los activos.

Por ejemplo, el informe advierte que “aquellos que buscan interferir o ejercer influencia indebida en el esfuerzo de investigación de Australia pueden intentar alterar o dirigir inapropiadamente la agenda de investigación en áreas particulares de investigación. Esto puede ocurrir a través de formas sutiles de influencia y compromiso indebidos y a través de arreglos de financiación que pueden conducir a la pérdida de valor futuro y / o control de la propiedad intelectual «.

Dice a nivel de organización, la presentación de informes internos de contactos internacionales, o al menos socios colaborativos internacionales, en investigación y potencialmente como donantes, ayuda a construir la capacidad de sensibilización temprana y transparencia entre las partes interesadas de la universidad.

Luego ofrece una serie de preguntas para ayudar a las universidades a guiar a los tomadores de decisiones sobre este tema en particular:

  • • ¿Qué capacidad y capacidad tiene la universidad para analizar y responder a la información recopilada de los arreglos de informes internos?
  • • ¿Qué nivel de supervisión existe para los nombramientos del personal, incluidos los nombramientos secundarios (por ejemplo, roles honorarios y adjuntos)?
  • • ¿Qué nivel mínimo de diligencia debida se aplica a las inversiones y asociaciones extranjeras?
  • • ¿Qué nivel de información interna se aplica a las inversiones y asociaciones extranjeras y cómo ayuda esto a la rendición de cuentas y la gestión de riesgos?

Otras áreas cubiertas incluyen conocer a su socio, colaboradores de investigación y personal mediante la debida diligencia adecuada, respaldada por los procesos universitarios, teniendo en cuenta la posible interferencia extranjera y los riesgos de reputación.

Las directrices también analizan las estrategias de comunicación y los programas de educación para aumentar la conciencia sobre los riesgos de interferencia extranjera, y proporcionan a los responsables de la toma de decisiones conocimientos que permitan niveles de vigilancia proporcionales al riesgo; y proteger la información contenida en los sistemas de TIC a través del desarrollo e implementación de estrategias sólidas de seguridad cibernética, interactuando con las agencias de la Commonwealth, compartiendo las mejores prácticas y el modelo de amenazas cibernéticas.

Mayor asistencia de las agencias de seguridad.

Las directrices también subrayan la necesidad de que las agencias de seguridad brinden mayor asistencia a las universidades para identificar riesgos y respuestas proporcionales, pero también que las universidades compartan información con el gobierno y las agencias de inteligencia.

Por ejemplo, compartir ciberinteligencia entre universidades y con el gobierno «ayuda a construir una imagen común de las amenazas en todo el sector. Esto permite a las universidades responder a los riesgos en evolución de las amenazas cibernéticas, compartir contramedidas y permitir que el gobierno brinde asistencia oportuna y personalizada ”, dicen las directrices.

«También ayudará a los departamentos y agencias del gobierno australiano a obtener una comprensión más profunda de las realidades operativas del sector y las prácticas que contribuyen al éxito de nuestro sistema de educación superior e investigación».

El profesor Terry dijo que un objetivo clave del grupo de trabajo en el desarrollo de las directrices era profundizar el nivel de asesoramiento y cooperación entre universidades y agencias en una responsabilidad compartida para comprender y gestionar el riesgo, pero subrayó que se respetaría la autonomía universitaria.

«La autonomía universitaria sigue siendo un principio fundamental del sistema universitario de Australia, y este enfoque de asociación respeta este principio central de las universidades al tiempo que gestiona el riesgo».

En el Reino Unido, el Centro para la Protección de la Infraestructura Nacional, que informa a la agencia de inteligencia nacional MI5, ofrece consejos prácticos detallados en su sitio web a universidades y académicos sobre cómo proteger la investigación, gestionar el riesgo y mantenerse a salvo.

Fuente: https://www.universityworldnews.com/page.php?page=UW_Main

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Caos geopolítico y lucha de clases

Por: Raúl Zibechi

La crisis venezolana puede   saldarse con una guerra civil e internacional si no se consigue frenar el militarismo rampante de quienes quieren voltear al gobierno de Nicolás Maduro, apelando a un golpe de Estado que complemente la desestabilización que se promueve desde Washington. Sería un desastre para los venezolanos y para toda la región.

Desde una posición de principios, la no intervención en los asuntos internos de otros países es un asunto básico. El respeto a la soberanía nacional es absolutamente independiente de la posición que cada quien tenga sobre lo que sucede en el país, el carácter del gobierno y la calidad de sus instituciones.

Quienes sufrimos las dictaduras en el Cono Sur, nunca pedimos la intervención extranjera para derribarlas. Ni ahora pedimos que se intervenga en Arabia Saudita por ser una régimen deplorable que, además, desató una guerra genocida en Yemen.

Lo que está sucediendo en Venezuela implica la interacción entre tres actores: el pueblo venezolano, el gobierno, las fuerzas sociales, políticas y militares que lo apoyan y las grandes potencias, en particular Estados Unidos. Los tres tienen intereses distintos que en algunos casos convergen y en otros son antagónicos.

Quien esto escribe apoya al pueblo venezolano, rechaza el intervencionismo pero no respalda al gobierno de Maduro, que muestra una deriva autoritaria y antipopular. El problema de quien mantiene esta posición, es que el concepto pueblo venezolano está siendo manipulado desde todas las tiendas, pero además no existen organizaciones o convergencias que encarnen una representación significativa de ese pueblo.

Creo que la situación actual amerita varias consideraciones.

La primera es que vivimos un periodo de hondo caos geopolítico que durará algunas décadas. Dos grandes grupos de países juegan sus intereses en Venezuela: Estados Unidos apoyado por la Unión Europea y China apoyada por Rusia. El que tiene la iniciativa (lo que no quiere decir que vaya a prevalecer) es Estados Unidos, que busca revertir sus derrotas en Medio Oriente y en el mar del Sur de China, hacerse fuerte en el Caribe y en el resto de América Latina para enlentecer su decadencia hegemónica.

El nuestro es el único continente donde Washington ha cosechado victorias en la pasada década. Ha sido su patio trasero durante más de un siglo y desde finales del siglo XIX invadió países, desestabilizó y derribó gobiernos que no le eran afines promovió el ascenso de dictaduras y gobiernos conservadores. En las pasadas décadas apoyó y armó la contrarrevolución en Nicaragua en la década de 1980, la invasión de Granada en 1983, la invasión de Panamá en 1989 y la invasión de Haití en 1994, derribando gobiernos legítimos e imponiendo a sus aliados. En 2002 Estados Unidos apoyó el fallido golpe de Estado en Venezuela.

En los próximos años asistiremos a la profundización de este caos. Se sucederán gobiernos de signos opuestos y llegarán al poder ultraderechas que parecían erradicadas del panorama político. El ministro de Educación de Jair Bolsonaro se despachó con una frase que representa a esta nueva derecha: La universidad no puede ser para todos, hay que reservarla a una élite intelectual (goo.gl/Fu2aAp).

La segunda cuestión es que los pueblos no tienen una organización que los represente, ni un caudillo, ni un partido o movimiento. Esto puede ser positivo, ya que venimos de un periodo de unificación de fuerzas que al homogeneizarse perdieron su capacidad de resistir y combatir. Tanto la resistencia como la creación de lo nuevo son múltiples, heterogéneOs en sus tiempos y modos de hacer y caminar.

Pero el hecho de que exista mucha dispersión y que las fuerzas y pueblos que resisten no construyan convergencias y establezcan códigos comunes que les permitan dialogar y aprender mutuamente, es una desventaja en estos momentos en los que necesitamos reconocernos y encontrarnos entre los abajos.

Entiendo que estas confluencias están siendo muy complejas, y encuentran dificultades por las diferentes trayectorias y culturas políticas de cada quien, por los egos de muchas organizaciones y de muchas personas entre las que resistimos. Pero sobre todo están jugando en contra las iniciativas de la banca mundial aplicadas por los gobiernos, conservadores y progresistas, que se resumen en políticas sociales que alivian la pobreza aunque no la resuelven, pero garantizan la gobernabilidad y la división del campo popular.

La tercera cuestión son los gobiernos. Tenemos un buen puñado que practican el discurso antisistema. El principal es el de Brasil, pero la mayoría han adoptado ese popular discurso. Las diferencias son mínimas: conservadores y progresistas gobiernan para los de arriba. Están ahí para ahogar las autonomías de abajo porque, a la larga, saben que son las únicas capaces de transformar el caos sistémico en mundos nuevos, donde los pueblos sean los protagonistas y no el capital. Ninguna transición en la historia se hizo desde arriba.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=252045

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