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Entrevista a Eduardo Halfon: “Nuestra identidad no es más que una colección de máscaras”

Por: Aloma Rodríguez

En ‘Canción’ Eduardo Halfon construye una novela en la que se mezclan episodios de la vida familiar pasada con el secuestro de su abuelo, pero también una intención de explicar Guatemala.

Canción (Libros del Asteroide) es la nueva entrega de esa especie de gran novela en marcha del escritor guatemalteco Eduardo Halfon (1971). Aquí los recuerdos de infancia y de un abuelo severo, de una prima que llega de Buenos Aires y cuya promesa de enseñarle las nalgas queda en suspenso se mezclan con el relato del secuestro de su abuelo por parte de la guerrilla. Halfon se cita con una de las secuestradoras en un bar, ella le ha hecho prometer que no escribirá nada. Y todo esto lo recuerda o lo cuenta a propósito de un congreso de escritores libaneses en Tokio, al que ha sido invitado porque su abuelo era libanés.

Canción es la historia del secuestro de tu abuelo, un judío libanés que prospera en Guatemala, y al que la guerrilla mantuvo secuestrado 35 días. Sin embargo, “Canción” es el sobrenombre del secuestrador con el que su abuelo parece que intimó más, ¿por qué?

Nunca supe por qué mi abuelo formó una especie de amistad con ese secuestrador en particular. Pero su amistad sigue el patrón clásico del síndrome de Estocolmo, ¿no?, en el cual una víctima de secuestro o retención desarrolla un fuerte vínculo afectivo con su captor. Sabemos que mi abuelo y Canción hablaban mucho, que jugaban dominó por las tardes, que cenaban juntos. Sabemos que mi abuelo no solo le compró medicinas durante el secuestro, sino que su captor lo visitó varias veces después, en su almacén de telas en el Portal del Comercio, para que mi abuelo le entregara más medicinas.

Lo que se cuenta en el libro es también qué fue de los secuestradores. El narrador se cruza por azar con uno de los guerrilleros que planificaron el secuestro y se da cita con otra guerrillera que estuvo implicada en el secuestro. ¿Por qué ese interés por saber qué fue de ellos?

Siempre supe del secuestro de mi abuelo, pero lo supe de una manera anecdótica, fragmentada, aun prohibida. Era una historia apenas comentada en la familia. Lo que finalmente me hizo interesarme por saber más —o sea, por escribir más— fue tropezarme con la historia de uno de sus secuestradores. Yo estaba en Guatemala de visita en 2019, cuando me puse a ojear un viejo ejemplar de Los años de la resistencia, de Miguel Ángel Sandoval. En un par de páginas, y en primera persona, Sandoval narraba los detalles del secuestro de mi abuelo por la guerrilla guatemalteca en enero de 1967, y especialmente la participación de uno de los guerrilleros, un tal Percy Amílcar Jacobs Fernández. Y como Percy trabajaba entonces en una carnicería, intentaba explicar Sandoval, sus compañeros lo apodaron Canción. Ese personaje, y su apodo tan extraño, me abrió la puerta a la historia de mi abuelo, y también a la historia reciente y tan violenta de mi país.

Contar la historia de ese secuestro es contar necesariamente la historia de Guatemala, que es una historia de violencia, de dictaduras y de intentos frustrados de llevar el país hacia una cierta igualdad y justicia, un camino fallido hacia la democracia.

Podríamos decir sin ningún titubeo que en Guatemala el intento revolucionario fracasó. Hoy existe aún más desigualdad, aún más violencia, aún más injusticia y corrupción, aún más pobreza extrema y analfabetismo y desnutrición infantil. Pero si uno se acerca un poco a la historia reciente del país, nada de esto sorprende. Guatemala es, como alguna vez escribió mi abuelo, un país surrealista.

Aparece la relación con ese abuelo, un señor de carácter; hay recuerdos de infancia, pero también visitas a bibliotecas en busca de documentación, ¿cómo se mezclan materiales tan diversos y de manera tan natural?

El escenario donde suceden mis historias se va armado siempre así, con recuerdos de infancia como telón de fondo, con documentos y detalles históricos como mobiliario y accesorios. Pero el drama que se desarrolla en el escenario es ficción. Y para que esa ficción funcione el escenario debe ser verosímil, palpable, muy visual. El lector debe sentirse subido ahí en las tablas, mirando a los personajes, oliendo los aromas.

Canción se abre –y se cierra– en un congreso en Tokio dedicado a escritores libaneses. Cuando le invitan, el narrador descubre que esa es otra de sus identidades, la de libanés…

Mi abuelo libanés no era libanés. Es decir, cuando él salió de Beirut, en 1917, Beirut formaba parte del territorio sirio. Mi abuelo, legalmente, era sirio, pero siempre se llamó a sí mismo libanés. Y cuando de pronto me invitan a Tokio como un escritor libanés, primero pienso que es un error o una broma, pero luego empiezo a preguntarme qué significa ser libanés, algo que para mi abuelo ni siquiera estaba relacionado con un país. Nuestra identidad no es más que una colección de máscaras.

El congreso de Tokio y el discurso de inauguración en la Feria del Libro de Guatemala le permiten hacer un retrato, casi una foto, de en qué consiste el mundo literario. Pensaba en los libros más recientes de Rachel Cusk, donde también se asoma a la vida cotidiana del escritor.

Es que no es lo mismo escribir que ser escritor. Escribir es un oficio solitario, íntimo. Mientras que ser escritor es un oficio público y hasta histriónico, en el cual uno viaja a congresos y se viste de escritor y cuenta pequeñas historias con una voz entre graciosa y tierna. Pero en mis páginas, como quizás también en las de Rachel Cusk, escribir y ser escritor se mezclan. Mi narrador, ese otro Eduardo Halfon, no puede evitar escribir sobre su pose de escritor.

Esta novela forma parte de la exploración sobre su pasado, sus orígenes y su identidad, y en ese sentido se inscribe en un proyecto mayor, el que conforman sus novelas, una especie de libro por entregas…

Sí, es una especie de proyecto literario en marcha, pero uno que se ha ido formando muy espontáneamente ante mí, sin que yo lo supiera y sin ninguna planificación previa. Inició en 2008, con la publicación de El boxeador polaco: seis cuentos, escritos todos de una manera independiente pero narrados por un mismo personaje, un tal Eduardo Halfon. No soy yo, aunque se me parece. Fuma (yo no fumo). Viaja mucho. Es intrépido. Tiene su propio temperamento. Tiene su propia voz, en la cual nos cuenta seis episodios de su vida. Seis cuentos, y listo. Pero de pronto, en 2010, uno de esos cuentos empieza a crecer y se convierte en una novela corta titulada La pirueta. En 2013, otro de los cuentos originales se vuelve un capítulo de Monasterio. Le sigue Signor Hoffman en 2015, y Duelo en 2017, y este año Canción, todos narrados por ese mismo personaje. A veces él continua una historia anterior, otras veces revisita algún personaje. Pero siempre me sorprende. Entonces, sin yo planificarlo, y sin saber que esto iba a pasar, aquella primera edición de El boxeador polaco ha ido funcionando como una especie de libro gestor, o como libro madre, o como un sol, si se quiere, para todos los libros siguientes que circulan alrededor de él y que forman parte de un proyecto o quizás de un solo libro, escrito por entregas. Nunca sé cómo seguirá. Ni tampoco cuándo termina. Quizás sólo lo sabe ese otro Eduardo Halfon.

Fuente: https://www.letraslibres.com/espana-mexico/libros/entrevista-eduardo-halfon-nuestra-identidad-no-es-mas-que-una-coleccion-mascaras

 

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Pasión, amor y educación

Por: Erick Juárez Pineda*

El ejercicio pleno del derecho a la educación requiere necesariamente de prácticas educativas que estén ejecutadas por profesionales con una formación sólida y amplia experiencia en la materia. Además, de las condiciones necesarias para su desarrollo e implementación de estrategias enfocadas al aprendizaje de los estudiantes.

Sin embargo, esto no sería posible sin pasión ni amor.

En Pedagogía del oprimido, Paulo Freire advierte que el despertar de las personas y la liberación completa, sólo vendrá desde adentro, es decir, desde la noción individual de su condición de oprimidos y, posteriormente, de una visión colectiva del contexto. Esto, señala, va acompañado de procesos amorosos de reconstrucción interna que se refleja en el deseo comunitario de mejora y liberación.

Los millones de maestros y trabajadores de la educación que a diario enfrentan los contextos, situaciones e historias más complejas, deben tener una fortaleza emocional casi inquebrantable. La interminable desigualdad de condiciones, injusticia social e incertidumbre del porvenir; aunado a la crisis epidemiológica que atraviesa el mundo y los cambios radicales en materia educativa, han mermado considerablemente la salud mental de los principales actores educativos.

Como sabemos, lamentablemente son momentos de mucha frustración, tensión y tristezas. La amenaza constante a la salud, pérdidas de empleos e ingresos económicos, la débil y tardía adaptación a los dispositivos digitales y el poco acceso a los recursos tecnológicos para continuar con la tarea educativa, son factores que debilitan y transforman la tranquilidad emocional de padres, alumnos y maestros.

Sin embargo, aunque mucho se habla del cuidado mental de los alumnos, poco se ha abordado la salud emocional de los docentes.

La pérdida de familiares cercanos, la disminución de sus ingresos familiares, el incremento de tareas y el poco o nulo acompañamiento y respaldo por parte de las autoridades educativas y los grupos sindicales, han debilitado considerablemente la parte emocional de los trabajadores de la educación.

A pesar de ello, de las malas condiciones, la poca voluntad política por mejorar el contexto y la incertidumbre del futuro próximo, existe un pequeño hilo de esperanza alimentado de amor y pasión educativa.

La mayoría de maestras y maestros han sabido sortear el complicado panorama. La creatividad, el crecimiento de redes de apoyo magisterial independiente y la creciente exigencia y formulación de propuestas, han dado esperanza, aunque sea mínima, para creer que no todo está perdido.

Otras crisis profundas por las que ha atravesado la nación han dejado lecciones valiosas: la empatía, el amor propio y colectivo y la pasión por mejorar las condiciones, han demostrado que no se requiere participación gubernamental, política o de otras organizaciones para lograr mejorar las cosas. Sin embargo, es necesario, como dice Freire, despertar la inconformidad interior para generar cambios que ayuden, de verdad, a mejorar esas malas condiciones.

Ya lo decían en algún momento los zapatistas: llamamos a todos y a todas a no soñar, sino a algo más simple y definitivo: los llamamos a despertar.

Para Miriam por su interminable pasión educativa

* Periodista especializado en temas educativos. Director editorial de Educación Futura . Locutor de La Otra Educación 97.3 FM.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2021/02/07/opinion/014a1pol

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Cada uno en su burbuja

Por: Elisabeth De Puig

La crisis de la covid-19 y las incertidumbres que esta arrastra me hicieron reflexionar sobre los aprendizajes que nos ha traído el 2020.  La solidaridad, compasión y reciprocidad de muchos se ha mostrado en forma directa e indirecta, pero a la vez también se han manifestado actitudes de egoísmo, deshonestidad, injusticia y mentira.

Cada uno en su burbuja. Estas Navidades fueron especiales y atípicas. A lo opuesto de las que fueron desde que, al nacer mi hijo, inicié mi propia tradición celebrándolas en mi casa y no en Puerto Plata con la familia de mi esposo.

No puedo recordar todos esos comensales, pero algunos fueron fieles durante decenios y los he tenido muy presentes en esta Noche Buena fuera de rumbo.

El teléfono, las redes, fueron lo que nos acercó más a nuestras amistades encerradas por edad, responsabilidad o circunstancias dentro de sus casas, en el país y alrededor del mundo.

Las caritas sonrientes reemplazaron en muchos casos los abrazos y apretones, hubo algunos toques de codos, pero ni ellos son recomendados.

“Estuve sola con mi cenita frente al televisor”. Eso pasó a menudo para los “ancianos”, tanto en Santo Domingo como en París o Plousganou, y miles de ciudades alrededor del mundo según las normas impuestas y los diferentes toques de queda. Las mismas modalidades, pero en horas diferentes.

La crisis de la covid-19 y las incertidumbres que esta arrastra me hicieron reflexionar sobre los aprendizajes que nos ha traído el 2020. La solidaridad, compasión y reciprocidad de muchos se ha mostrado en forma directa e indirecta, pero a la vez también se han manifestado actitudes de egoísmo, deshonestidad, injusticia y mentira.

Hemos tomado conciencia de nuestra vulnerabilidad e interdependencia y de hasta qué punto nos necesitamos los unos a los otros para sobrevivir y vivir dignamente, también de que la naturaleza es vulnerable.

Necesitamos tener mayor responsabilidad y compasión para estar más atentos a nuestras obligaciones que a nuestros derechos, más atentos a las consecuencias que tienen nuestros actos en el trato con los demás y también con el medio ambiente.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/cada-uno-en-su-burbuja-8896774.html

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El devenir de una educación acrisolada

Por: Gonzalo Erubiel Roblero Velázquez

Introducción

La educación en México ha jugado un papel preponderante en la vida social del país. Se ha expandido en infraestructura y accesibilidad a la educación, sin embargo, no ha logrado los objetivos, de mejoras que se proponen en los proyectos educativos de independencia, reforma y sobre todo la revolución mexicana.

La educación se ha visto opacada por debates infructíferos, pugnas que no contribuyen a la concreción de los proyectos, así como la discontinuidad en el desarrollo de los proyectos que son cambiados o manipulados al siguiente sexenio presidencial.

A lo largo de la historia se notan proyectos educativos con altas expectativas sociales, que tienen como sustento la justicia y el porvenir de las y los ciudadanos mexicanos. Especificados en el Artículo 3º constitucional. Y con desdén, digo, la incursión frontal o clandestina del extranjerismo en diversos sectores del país, dieron como resultado una educación acrisolada por ellos y las pugnas que desvanecieron los idearios revolucionarios.

De aquí la importancia del devenir de la educación, aquellos proyectos truncados y allanados por los avatares de los tiempos sociales que se vivieron y aun nos persiguen. Resaltando el influyentísimo extranjero como forma de vida en el país, la incursión letal y eficaz del capitalismo en México y sus fuertes lazos con la educación. Destacando, las ilusiones educativas y sociales de un cardenismo que no floreció, que prometía hacer justicia a la revolución, sin en cambio termino dando pie al desarrollo del capitalismo, con un México golpeado incapaz de sobrellevar las pugnas sociales y eclesiásticas, dejando atrás idearios emancipadores y humanos.

Los proyectos educativos son huellas del camino, de un país que se pintó de pugnas, de muerte, desolación y pobreza, poniendo la esperanza con firmeza en la educación, como medio y fin; para una mejor forma de vida, para llegar a la libertad del hombre y su conciencia social.

El Estado- Nación

Es menester aclarar la conceptualización de Estado-Nación, ya que nos referimos al Estado moderno.  Surgido de los anhelos de quitarse los yugos ancestrales, se da paso al poder central, que unía a la población con su territorio. Que gira alrededor de una idea de soberanía y que permite demostrar o transitar hacia una democracia como concepto y realidad.

Dentro del proceso histórico que se ha vivido, el Estado –Nación, es una forma de expansión política con interés nacionales, sublevados desde la mirada de la descolonización por ello una Nación se compone de estados. Esta dualidad de conceptos se refiere a la organización política, a un territorio y a un individuo como autoridad, así también al conjunto de personas que cohabitan en una sociedad que tienen como característica una cultura, una lengua e historia. Existen diversas formas de organización centralistas, federalistas y autonomistas, México esta ordenado dentro del federalismo en donde los estados resuelven determinados asuntos propios de su región o sociedad, sin dejar de responder a un Estado-  Nación, conjunto. Para mayor facilidad le denominamos solo Estado.

El Estado es quien ejerce el control de la sociedad en general, quien en teoría vela por los intereses de todos. Sigamos las palabras de Arnoldo Hernández Peña (2013) cuando dice que existen “factores reales de poder” sin duda que la estratificación social tiene influencia en la confabulación de un estado, las clases sociales confluyen con el poder ejercido por el Estado. Las relaciones establecidas no son únicamente como instituciones que pertenecen al Estado, sino como hegemonías que se empalman para ejercer el poder, hablamos de la clase dominante como poder en un Estado.

Siendo así, el Estado tiene relativa autonomía y el campo de acción se reduce, en referencia a hacer todo lo conveniente al resto de la sociedad, convirtiéndose la lucha de clases en una tienda de abarrotes en donde compra el que más tiene. Podemos pensar que la clase dominante se convierte en hegemonía de un estado rebasado por esta, aun si el estado muestra la capacidad de equilibrio entre fuerzas, según Anderson Perry (2002) “crea así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados”.

La oligarquía y el Estado como acción impositora de ideas de poder, sostienen a la represión como mantenimiento del orden, culpable de pobreza e injusticias sociales. Usando la violencia como legitima, creando la hostilidad sistemática de imposición monopólica, como forma de organización política.

Buscando así la supremacía del Estado, bajo la falsa ostentación del poder, y las clases sociales que caminan paralela a los intereses de los dominadores sobre los dominados. Se inicia a formar el Estado Nación después de las reformas propuestas por Benito Juárez (leyes de reforma) en donde se desliga el Estado de la iglesia en 1858 bajo la intención restauradora de un país acaecido por la independencia. Desde esta perspectiva, la educación se encuentra sitiada por un Estado sin autonomía y una oligarquía deseosa de poder.

Modos de producción mexicana

Es pertinente acotar   los modos en que produce el Estado mexicano.  En un país se le llama modo de producción a las relaciones sociales y políticas, jurídicas, económicas, culturales e ideológicas que co-existen; para brindar una sólida formación de la sociedad que le atañe. México ha tenido que transitar por el feudalismo, el cual provenía de la época de la colonia en donde el fuerte ingreso del país era minería y el campo – agricultura, produciendo lo necesario y bajo una visión económica de autoconsumo.

Una vez consumada la independencia, inicia en 1821 la reconstrucción política y económica del país, después de varios años de dominio español. Las pugnas entre españoles (criollos y peninsulares) se agudizaban, las visiones de un país naciente, no dejaban de darse bajo los postulados occidentales. La etapa de transición y de implantación de un sistema económico, político y social que brindara a México el cumplimiento de los idearios emanados de la independencia, aun no se reflejaban. Sin embargo, los indicios del capitalismo que permeaba por Europa llega al país, de forma sutil y engañadora.

Siguiendo a Hernández Peña (2013) “la lucha de clases sienta las bases de la transición del capitalismo…” en 1880 dada las condiciones sociales en que se encontraba el país las pugnas entre ricos y pobres marco el camino que se debía tomar y naturalmente la burguesía de esta época opta por un capitalismo, antagónico a la sociedad en general. Sin olvidar que el ferrocarril fue un medio de inserción capital al conectar el norte, la época de Porfirio Díaz, es sin duda la protagonista del capital que incursionaba de forma seria ya en el país.

Una vez que la transición ha hecho huella, se viene la propagación, destrucción y concreción del capitalismo y para ello tendríamos que pasar por una revolución.  La de 1910, se piensa que la economía no pudo haber crecido, las personas perdieron tierras, cosechas y muchos emigraron hacia el norte del país. La segregación dio pie a un bajo aprovechamiento en la industria del momento. Dados los vaivenes que acarreo la revolución, la clase burguesa permaneció hasta cierto punto intacta, con los privilegios que solo el capitalismo brinda (protección, inversión económica dentro del país). México se convierte en tierra fértil para la inversión nacional y extranjera que detonan aún más el capitalismo.

 Años más tarde 1934 y con las mismas intenciones de sustituir el capitalismo por una  política de Estado más justa, se sobreviene la incursión de Lázaro cárdenas del rio, trayendo el socialismo a cuestas como modo de organización del país y con el anhelo de muchos mexicanos de ver realizado los principios sociales de una independencia y una revolución, abrazan los idearios de Cárdenas  convirtiéndose en Presidente de México, dando una franca batalla al Capitalismo expropiando el petróleo y demás argumentos para instaurar el socialismo en México.

En los años subsiguientes a la revolución y los intentos de derrocar al capitalismo por parte de los socialistas y de manera paulatina, pero segura, el capitalismo en México se convirtió en un sistema de gobierno y modo de vida de las y los ciudadanos, los modos de producción fueron enajenados por este régimen, las batallas y pugnas no dieron resultado para que México abandonara el capitalismo y la oligarquía nacional y extranjera continuara con el dominio del rico hacia el pobre.

Capitalismo dependiente

México se quedó con un capitalismo dependiente, que se encuentra limitado dentro de su campo de acción. Totalmente alineado a los países poderosos y con más rango de mercado (Estados Unidos, España, Francia), quienes ya caminaban en el capitalismo. La incursión de inversiones extranjeras se vio reflejadas en los avances económicos y sociales del país, la apertura hacia un mercado, que daba empréstitos, para subsanar los problemas ocasionados por las circunstancias sociales menguaron los objetivos de ideas emancipadoras y la nación se suscribió en la deuda externa y en la dependencia económicas, política y social, quedando bajo el yugo oligárquico de países extranjeros y sus organizamos mutiladores de justicia.

¿Somos un país sub-desarrollado? Es controvertido pensar en un sub-desarrollo teniendo riqueza natural y otros servicios, aunque dicho sub-desarrollo se enclava en diversas dimensiones del individuo social y no únicamente en una. Con un capitalismo dependiente como el que se ha gestado, no cabe duda que nuestro desarrollo como nación se ve opacada, mejor dicho, sometido a las naciones que manejan la economía internacional, rondando como un satélite. No dependemos de nosotros mismos, la autonomía en México es una ilusión que no termina de pasar.

El capitalismo, funda con fuerza, la coerción en las relaciones de poder, que se encuentran en el desarrollo mismo del capitalismo en países subdesarrollados. Esto permite pensar en el carácter anticapitalista que camina paralelo a su instauración y continuación, frenarlo y preguntarse ¿queremos seguir dependiendo de otros? ¿Qué política es la que conviene a la sociedad?

En los proyectos de Nación, es menester proveer de una economía y una política capaz de obtener ganancias hacia las y los ciudadanos, para que vivan con bien-estar. Estamos navegando con bandera ajena en la ciencia, educación, economía y cultura ¡cómo no ser un país sub-desarrollado!

Y los ideales de independencia y revolución siguen incubados en las quimeras de las y los mexicanos hacia su propio devenir.

La educación como reflejo

Los pasos de la educación se ven reflejados en los proyectos educativos de un país expresando siempre y en palabras de Hernández Peña (2013) “equilibrio de compromisos” ya que el Estado se compone también de instituciones quienes llevan a cabo dichos proyectos, pero también existe las pugnas dentro del grupo dominante que también son hegemonía y quienes quieren verse favorecidos por dichos proyectos. La educación es un espejismo de las clases dominantes instauradas en el país, reproductora de ideologías capitalistas, con ideas educativas extranjeras, proyectos impositores europeos y anglosajones (Rusia, Francia, Estados Unidos). Dentro de los vaivenes sociales se encuentran las imposiciones de las ideas capitalistas en los proyectos educativos, los cuales, se encuentran constituidos desde:

1824 enseñanza lancasteriana

1857 gratuidad obligatoriedad y laicidad

1917 enseñanza libre pero laica

1934 educación socialista, laica, científica, solidaria

1946 educación armónica y democrática

1980 educación universitaria para un desarrollo democrático.

La lucha por la educación en México era un terreno hostil, los grupos en pugna, liberales, positivistas, clérigos, laicos, reaccionarios no daban nada perdido. Las imposiciones por instaurar proyectos educativos que los favorecieran llevaron a la enajenación de las ideas sociales, formativas de ciudadanos como humanos a caer en una imposición de ideas ajenas a México y sus necesidades, al mismo tiempo fortalecieron el capitalismo.

La escuela activa, la escuela socialista, la escuela racionalista formatos pedagógicos externos, bajo enfoques positivistas, liberales o conservadores; fueron los medios para concretar los fines plasmados en el artículo tercero constitucional de las épocas y de los proyectos educativos propuestos en campaña, cada una de estas ideas materializadas en México, como formación social. Todas, pedagogías extranjeras, capaces de formar mano de obra, no humanos y la escuela fue el medio ideal para lograrlo, la lucha por poder y su aliado el capitalismo acarrearon un empalme cultural o mejor dicho una transculturización de la sociedad nacional de ahí que la ideología capitalista siga reproduciéndose por medio del sistema educativo.

Educación Acrisolada

Dentro del contexto histórico de la educación, el devenir, forma parte de un análisis de confrontación hacia los proyectos educativos instaurados en el sistema educativo nacional. La independencia, reforma y revolución, sin duda, factores trascendentales; idearios logrados a través de pobreza, marginación y muerte en la acrisolada educación.

En el discurrir del tiempo, también lo hace la historia. Los objetivos propuestos en los proyectos educativos son atemporales, mutilados o concretados algunos, por la sociedad y su realidad. La educación en México ha encontrado vicisitudes, gestadas por vaivenes propios de los flujos y reflujos sociales (iglesia- estado).

 Siguiendo el pensamiento de Espadas Sosa “La revolución fue sin duda el primer movimiento del siglo XX que logro transformar radicalmente las estructuras económicas, políticas y sociales del país”. Los objetivos trazados dentro de esta época no dejan lugar a dudas “Educación Gratuita” y el derecho a la huelga, hablan de las libertades del individuo, encarnadas en el movimiento. Sin embargo, la educación es asediada por la oligarquía nacional y los organizamos internacionales que han confabulado, para el incumplimiento total de tan altas encomiendas.

A la educación se le ha dado la tarea de proveer a la sociedad de justicia social mediante lo que se enseña y lo que ahí se aprende, es decir una formación democrática capaz de contribuir a la formación humana del individuo sigamos a Jesús Palacios (1989) “[…] la escuela no puede ser <curada> si no lo es antes  la sociedad […]” las directrices del tipo de educación que una sociedad requiere, comúnmente las tiende el estado y su estructura, hay una obediencia al sistema que impera, si es capitalista su educación, la ciudadanía ira en consonancia. Es necesario ver a la educación como un fin, es decir: la formación del individuo en todas sus dimensiones sociales, humanas, biológicas, psicológicas y emocionales, con tendencias a una formación integral. Y eso se logra pensando siempre al hombre como un animal social, las sociedades se construyen en el contacto cotidiano y en la historia de los pueblos mismos.

Uno de los proyectos a resaltar y que se pensaba que resolvería algunas atribuciones educativas.  Las escuelas socialistas, quienes contaban con una pedagogía social estructurada con intenciones de mejorar al país. Sotelo Inclán (2010) “jornadas culturales de des-fanatizacion, de combate a los vicios y a todas las formas de explotación humana, rebasando las aulas para solidarizar la vida escolar con el afán emancipador de las masas”. Rasgos socialistas que tenían como intención la búsqueda de la libertad humana, el arraigo a la cultura propia del mexicano y no dejarle el trabajo solo a la escuela si no un involucramiento social en donde se vea la corresponsabilidad entre las y los individuos. Decía, “no hay en México un gobierno comunista; nuestra constitución es democrática y liberal con algunos rasgos moderados de socialismo”

Sin duda, recogía pilares importantes de los movimientos subversivos libertarios del país, una educación que en su accionar llegara a las niñas, niños y otres proletarios y una mejor atención en todos los ámbitos a las y los ciudadanos en general. Se aceleraron muchas cosas (sociales, económicas de relaciones con otros países) se le dio un revés importante al neoliberalismo de la época.  Los flujos sociales y las circunstancias, no permitieron que el socialismo floreciera como se hubiese querido. Fue un impulsor de las instituciones que se tienen, las ideas revolucionarias estaban contempladas en el proyecto de Nación y contrario a la lógica fue una representación de los sueños mexicanos “ni capitalismo ni comunismo”.

Dentro del vaivén político y las gestas educativas plasmadas en los proyectos, es pertinente destacar nombres celebres que dejaron huella en la nación como José Vasconcelos, Narciso Bassols y Jaime Torres Bodet.  Contribuciones que se ven reflejadas hasta el día de hoy, la escuela rural, libros de texto y múltiples instituciones como la SEP que fueron creadas bajo las ideas de estos visionarios de un mejor país.

Retos y desafíos

La educación se ha extendido, se tiene mayor cobertura educativa, incrementaron los niveles educativos, los libros de texto logran una cobertura amplia en educación básica. Se legitima la educación inicial dentro del artículo tercero constitucional, los avances en educación han sido notables en este trascurrir de los años infraestructura, accesibilidad, cobertura etc. Aunque no son suficientes se siguen teniendo escuelas con aulas de madera, las niñas, niños y otres desertan de la escuela por falta de profesor, los libros de textos incompletos y en muchos casos las niñas, niños y otres caminan para el acceso a la escuela.

Pero, en definitiva, que los desafíos centrales se encuentran en el hecho educativo, ahí donde se gestan ideologías y se concretan enfoques y políticas de estado. Para ampliar la idea es pertinente revisar cuatro aspectos, a saber:

Aspecto Justica social

Se tendría que enfocar la repartición justa de las cosas, dar a cada individuo lo que le corresponde, en servicios básicos, con la intención de que el individuo tenga un mayor desenvolvimiento y, su desarrollo social sea acorde con su necesidad. Es necesario que se concrete el artículo tercero en su totalidad, equidad en la educación, la justicia tiene que ser en los derechos humanos de todo individuo social, el aspecto educativo es relevante para su desarrollo humano y cerrar el círculo de beneficios el social-afectivo, se olvida que el ser humano es un constructo social, la empatía que una sociedad muestra y tiene como principio, ayudará a un crecimiento humano y social trascendente.

Aspecto Pedagógico

Es necesario llevar la pedagogía a la reflexión, ya que aquí es donde se revisan los contenidos extraídos de una sociedad. El sistema educativo no tiene por qué ser sectorizado se requiere de una visión más amplia de organización educativa y una mejor planificación del currículo que los docentes abordan. ¿Cómo hacer para tener una educación diferente? Es viable pensar en una educación que no tenga figuras aisladas si no que se integren familia, sociedad y entorno cercano del sujeto a formar. Pensar en una pedagogía en donde se plasmen principios humanos como bases de un ente social individual –colectivo, y no únicamente utilitaristas, como mano de obra y de intercambio entre lo técnico y la empresa. Segregar la palabra calidad por calidez humana, ganancia monetaria por enriquecimiento del ser humano como ser humano.

Aspecto Escuela

La escuela es pivote del sistema educativo. Ahí se reflejan y se concretan idearios e ideologías. De aquí la importancia de fortalecer o cambiar lo que ocurre en el hecho educativo: prácticas pedagógicas, didácticas, relaciones humanas, metodologías y la comunicación como puente de relación. Dentro del transcurrir del tiempo la escuela ha sido gestora de habilidades y destrezas, para la formación técnica-empresarial del individuo, bajo el utilitarismo capitalista y devastador de los tiempos.

La escuela como centro de enseñanza y aprendizajes, tiene la oportunidad de hacer cambios, buscar nuevas formas de relaciones, cuestionar y criticar lo que hace; buscar un camino alterno a la formación del individuo apegada al humanismo. Re -dimensionar la mirada a los valores como ejes trascendentales en la vida social de las y los estudiantes. Acuñar principios de criticar y reflexionar sobre los procesos sociales que se viven desde la escuela. Una escuela que forme seres humanos y no autómatas, que convivan para un mundo mejor.

Aspecto de Política Pública

Los retos y desafíos no solo están en la cobertura o acceso que sin dudad son importantes.  Sino más bien, en la trascendencia de la educación como formadora de seres humanos.  Ahí juega un papel preponderante la política pública, porque si no considera y no pondera principios rectores de una política integradora que formule propuestas en donde se resalte al ser humano como tal o que sectorice los proyectos, seguiremos en este camino de diversas aristas y sin una dirección socialmente acorde a lo humano.

Continuaremos formando humanos autómatas y no reflexivos de su propio devenir.  La política pública necesita ser más pública, cambiar, ver a la educación como un aliado de una mejor sociedad.

La sociedad contemporánea exige, un mayor diseño de política pública, con fines de satisfacer necesidades sociales, humanas y de desarrollo. Hacer uso de los recursos que se tienen para una implementación de un proyecto educativo integral y no sectorizado, que alivie los problemas de violencia, valores, equidad, accesibilidad, cobertura, pobreza y derechos humanos. Verdaderas acciones que conlleven a una mejor sociedad y un bien-estar humano en todas sus dimensiones. La política pública en su organización y planeación tiene que ser estratégica y saber la brecha de movilidad, para ejecutar la política; es decir, saber que normatividad rige a la sociedad y el marco financiero con el que cuenta para brindar servicios eficaces a la sociedad, sin estos marcos de referencia la política pública no funciona.

A manera de coda

A lo largo de los proyectos emprendidos por el Estado y las instituciones que lo componen se denota una preocupación añeja, una mejor vida para la sociedad mexicana. Los proyectos educativos se encharcaron en la discontinuidad, gobiernos o regímenes sin una visión a largo plazo, sin duda, dejaron en el baúl los idearios de justicia social, emancipación del individuo y un ser humano armónico con su entorno.

Las imposiciones del capitalismo en la educación son de considerarse (diseño de programas, políticas, métodos, practicas pedagógicas etc.) la influencia del extranjerismo en la educación es notable y criticable, al tiempo de pensar en una alternativa que nos conduzca a repensar el sistema educativo en su conjunto, así como el hecho educativo como eje medular de un cambio.

¿Cómo construir una nueva utopía? ¿Una escuela diferente? No podemos renunciar como docentes a tener una educación y sociedad que viva bajo el concepto de justica, de derechos e igualdad entre individuos. Las aspiraciones no deben morir. La pedagogía crítica es una alternativa a la devastación humana que se vive, formar seres humanos integrales desde las escuelas en donde confluyen las culturales y los intereses sociales.

Fines y propósitos en donde se plasme la construcción de un ser humano como individuo inmerso en una sociedad y, se reconozca al conocimiento como una construcción humana. Construir una emancipación social y humana.

Necesario modelo educativo diversificado en donde la escuela juegue su papel de gestora de aprendizajes basado en la integralidad de lo humano, pensar en las dimensiones del individuo como ser- humano y no únicamente como seguidor de técnicas que no potencializan la formación integral. Una escuela que profundice en el análisis como capacidad y posibilidad no solo de aprender datos estadísticos, sino que integre conceptos y los relacione a su cotidianeidad. Los sesgos de calidad y excelencia solo cristalizan la inmersión neoliberal y pos-capitalista mercantilismo y utilitarismo humano de nuestro México actual.

Al final y en el lenguaje de Jesús Palacios (1989) “de nosotros depende que nuestro sistema de clase capitalista, de ricos y pobres, de explotadores y explotados, continúe hacia un éxito mayor”. La educación en México es hija legal del capitalismo que segrega a la sociedad y divide al barrio pobre del rico que distingue entre escuela para pobres y escuelas para los adinerados.

BIBLIOGRAFIA

Espadas Sosa Freddy J. en “Vicisitudes de la educación Nacional”. https://studylib.es/doc>vicisitudes

Hernández  Peña Arnoldo (2013) “Legislación, políticas públicas y proyectos  de educación en  México”, en Antología  2013. Ensenada B.C. México. Pag.  53

Perry Anderson (2002) “Estado y Hegemonía en Gramsci”, en Gramsci. Revista paradigmas y utopías, julio -agosto 2002, numero 5. México, pp. 149-177.

Palacios Jesús (1989). En “La cuestión escolar: críticas y alternativas. 2ª edición. España 1989 p. 186

Soto Flores Armando (2013). En http//biblio.juridicas.unam.mx revista de derecho constitucional núm. 28, enero-junio 2013.

Solana Fernando Et. Al. (1981) En “Historia de la Educación Pública en México” Sep. FCE. Fondo de cultura económica. México.

Sotelo Inclán Jesús (2010). En “educación socialista en México” https://www.buenastareas.com>la-e…

Zoraida Vázquez Josefina Et. Al. (2013). “Ensayos sobre historia de la educación en México. El colegio de México, 2da edición. https://www.jstor.org/stable/j.ctv26d8sv

Fuente: El autor escribe para OVE

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Desterrados en París: un drama sin fin para los inmigrantes

Por: Eduardo Febbro

El impacto económico de la pandemia obligará a más personas a desplazarse.

Desde que se reabrieron las fronteras hace algunas semanas, inmigrantes de Somalia. Afganistán, Libia, entre otros, llegaron a la capital francesa para terminar amontonados, en su mayoría, en un suburbio del que acaban de ser desalojados.

Desde París

 La primera vez se asustó y se sintió agredido, la segunda salió corriendo, la tercera y cuarta trató de recuperar sus cosas y la quinta, es decir, ayer, dejó que todo ocurriera sin intervenir. Salió de la carpa, fue hasta el bus de la policía y miró desde allí “todo ese absurdo y esa injusticia que nos seguía cortando el camino”. Idil vivió este 29 de julio su quinta evacuación por la fuerza desde que llegó a Francia proveniente de Somalia. Junto a otros 2.000 inmigrantes oriundos de Sudán, Somalia, Tchad, Etiopía o Afganistán Idil se había instalado en uno de los campamentos improvisados que los inmigrantes van montando en la periferia Norte de París hasta que la policía los desaloja y trata de reubicarlos en hoteles y gimnasios de la zona. La víspera, el Prefecto de París, Didier Lallement, les había dado un plazo de “12 horas para abandonar el lugar”. La mayoría se quedaron y a la seis de la mañana el operativo comenzó a orillas del canal Saint-Denis, en la localidad de Aubervilliers.

La

situación era doblemente nociva: para los mismos inmigrantes expuestos ahora al calor y la insalubridad, y para las autoridades, interpeladas pos los vecinos debido a la suciedad y las peleas entre comunidades distintas. ”De todas formas, no sabemos ni siquiera a dónde vamos a ir a parar. Lo más esencial es que alguien nos ayude porque ya no podemos más”, cuenta Saidi, un afgano con unos cuántos meses de residencia en la calles, primero en París, luego en las afueras. La evacuación es tensa. Hay mucha gente, muchos niños en las carpas, muchos policías y militantes de las asociaciones de protección al migrante (France Terre d’Asile, Solidarité Migrants Wilson), muchos gritos y nervios y miedo e incomunicación. Un destierro sobre muchos otros destierros. Cada respiración es una bocanada de tragedia. De un lado están los buses para los hombres solos, del otro el reservado a las familias. Michel, una militante de la asociación Utopía 56 que asiste a la evacuación, anticipa la crueldad del futuro:” volverán aquí u a otro lugar. Ni ellos tienen donde ir, ni el Estado la responsabilidad y la voluntad de asumir la situación. La gran mayoría de la gente que está aquí regresará a la calle dentro de un tiempo. Es un ciclo infernal”. Michel y otros militantes de France Terre d’Asile y Solidarité Migrants Wilson se apresuran para recuperar los utensilios y las carpas. Hay más de seiscientas (representan unos 10.000 euros) y, en un par de meses cuando llegue el invierno, salvarán unas cuantas idas.

Los inmigrantes son personas muy pobres, perseguidas en sus países, torturadas también, que saltaron al Mediterráneo en un barco cualquiera desde las costas de Libia y se salvaron porque un navío humanitario las rescatóOtros, como en el caso de los afganos, emprendieron un terrorífico viaje a través de Irán, Turquía y Grecia hasta llegar a Francia. Las cosas son ahora peor que antes. La pandemia no arregló el mundo, al contrario. Robert (France Terre d’Asile), desliza una frase que hiere como un latigazo por su carga de lúcida veracidad: «esta gente está más allá de la posibilidad de que algo cambie para ella, incluso si en un mes el liberalismo o las bolsas se vienen abajo. No son ni pobres ni ricos, ni víctimas de la desigualdad de los sistemas. Son las voces del otro lado de la fractura provocada por la improvisación occidental. Siempre los dejarán solos”. Ningún barco humanitario opera ya a lo largo de las costas de Libia para socorrer a los migrantes. Los últimos dos, el Ocean-Viking y el Sea-Watch, fueron, una vez más, víctimas del ardor perverso de los guarda costas italianos. Desde que se reabrieron las fronteras hace algunas semanas, los inmigrantes, sin embargo, continúan llegando para terminar amontonados, en su mayoría, en este un suburbio del que acaban de ser desalojados. 

Las cifras son imparables: durante los dos meses del confinamiento, en las orillas del canal Saint-Denis había unas 200 personas, luego, dos meses después del fin del encierro, ya sumaban 2.300. Su viaje no empieza por mar sino por tierra, a menudo en la frontera entre Irán y Turquía o en la misma Grecia a través de la no menos terrorífica “ruta de los Balcanes” (Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Croacia, Hungría). Desde allí zanjan todos los peligros que un ser humano pueda imaginar con tal de llegar a un país europeo seguro: los traficantes de personas, las autoridades turcas, las cárceles de Turquía, los robos, las violaciones, las agresiones, la corrupción de los policías de Albania, de Grecia, Croacia, Serbia o Hungría (les roban su dinero, sus pasaportes y sus teléfonos), las denuncias, los malos tratos o la persecución.

Osmane, un somalí con más de cinco años de residencia en Francia, espera tranquilo sentado en el bus. Cuenta que “los nuevos, los que llegaron hace dos meses, me dan un poco de pena. ¡Han hecho tanto, sufrido tanto para llegar hasta aquí !. Y mirá, mirá lo que les espera”. Osmane es el tango del migrante, la historia que, sin,- que sea contada, se refleja en la absorbente soledad de las miradas: en su caso huyó de Somalia para escapar de las milicias chabab, llegó a Francia, obtuvo los papeles, trabaja, pero nadie le alquila una casa, sea porque no le alcanza “sea porque no entiendo”, dice señalando a un hombre joven, conocido por todos debido a la adversidad de su historia. Es Chenar Gull Nasairi, el afgano. Pasó tres años en Alemania hasta que le negaron el asilo político. Se desplazó a Francia donde, este año, también se le negó el asilo. Aunque Gull Nasairi asegura que en Afganistán los talibanes le pusieron precio a su vida, la Corte Nacional del derecho de asilo no cree ni en su historia, ni en que sea afgano. Ya va por su tercer intento de suicidio. Hay otros ejemplos como él: les rechazan el asilo en Gran Bretaña, en Austria, en Alemania, en Francia y van así, con el correr de los años, probando de un país a otro.

Luis Barda, miembro de Médicos del Mundo, advierte que los flujos serán más importantes porque quienes estaban bloqueados por la pandemia y el cierre de las fronteras “ahora vuelven a los caminos”. Ismail y Faycal son hijos de ese flujo. Estos dos afganos estuvieron bloqueados en Serbia un par de meses y llevan apenas tres semanas en Francia. Recién ahora empiezan a entender que lo peor está por venir. Faycal cuenta con cierta desesperanza: «obtener una cita con la OFII (Office français de l’immigration et de l’intégration) para presentar un pedido de asilo es imposible”. Y hasta que no lo obtenga tampoco tendrá un estatuto, o sea, ayuda mínima. Por eso terminó a orillas del canal Saint-Denis. ”Fue una sorpresa. Después de todo lo que viví y ahora esto, la calle, las carpas, la policía, los periodistas, no sé, no sé…”.

El traqueteo y el ruido mundial que destapó la covid-19 silenció sus voces, pero su drama continúa siendo como un fino chorro de agua helada que cae sobre el rostro de mundo. Jagan Chapagain, Secretario general de la Federación Internacional de la Cruz Roja, anticipa que “el desastre económico de la pandemia y sus efectos devastadores obligarán a muchas personas a desplazarse más allá de sus fronteras. Muchos inmigrantes sentirán que, pese a los riesgos, atravesar el mar será más seguro que permanecer en sus países porque habrá, también, la posibilidad de una vacuna contra el virus”. El canal Saint-Denis recupera su fisionomía. Pero en este paseo al que vuelven los ciclistas ha quedado como un dolor cautivo, una tensión latente. Dentro de unos meses regresarán los inmigrantes, aquí o un poco más al Norte. Volverá la policía, las asociaciones, la palabra y la indiferencia. Ellos están en la frontera de todas las fronteras. Ese lugar donde se acepta la fatalidad sin hacer demasiado para detenerla.

Fuente e imagen: https://www.pagina12.com.ar/281874-desterrados-en-paris-un-drama-sin-fin-para-los-inmigrantes

 

 

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Alarmante situación de violencia contra las mujeres

Pandemia profundiza desigualdades e injusticias.

La semana pasada, el Centro de Derechos de Mujeres (CDM), el Equipo Jurídico por los Derechos Humanos y Women’s Link Worlwide solicitaron al máximo órgano judicial hondureño un informe sobre el trabajo de atención a casos de violencia doméstica, que deberían estar desarrollando los Juzgados de Paz mientras dure la suspensión de labores en el poder judicial por la pandemia de Covid-19.

La decisión tomada por la presidencia de la Corte Suprema de Justicia fue plasmada en el Acuerdo No. PCSJ 16-2020[1], donde se instruye a los jueces de paz recepcionar denuncias e imponer medidas de seguridad, velando por su cumplimiento.

Uno de los efectos más graves de la pandemia es la profundización de las desigualdades que ya existen en la sociedad. En este contexto, la cuarentena se convierte en fuente de mayor amenaza para muchas mujeres, niños y niñas.

Desde la entrada en vigencia de las medidas restrictivas, el Observatorio de Derechos Humanos de las Mujeres del CDM[2] ya reportó 26 femicidios – 12 de ellos en lo que va del mes de mayo -, 3 intentos de femicidio y 10 casos de violencia sexual. En total se registran 95 femicidios desde enero.

Miedo e impunidad

Hasta el 30 de abril, el Ministerio Público reportó más de 300 casos de violencia doméstica, aunque todo apunta a que la situación sea más grave por el miedo de muchas mujeres a denunciar a su agresor.

En Honduras son más de 20 mil las denuncias de violencia doméstica que cada año ingresan a la Corte Suprema de Justicia. Solamente el 22 por ciento de los casos terminan con una sentencia favorable para la víctima.

El Movimiento de Mujeres “Visitación Padilla” asegura que entre marzo y abril registró casi 13 mil llamadas de mujeres pidiendo auxilio, y más de 32 mil denuncias desde el inicio del año.

Según el Observatorio sobre la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma (UNAH) en 2019 al menos 406 mujeres fueron asesinadas. Una cada 22 horas. Más del 90 por ciento de los crímenes quedan en la impunidad.

Es por eso que, ante esta difícil situación, las organizaciones firmantes solicitaron al máximo órgano judicial un informe sobre la implementación del Acuerdo PCSJ 16-2020.

En especial pidieron conocer la cantidad de denuncias domésticas recibidas, la cantidad de Juzgados de Paz abiertos al público y si se han realizado campañas informativas dirigidas a las mujeres.

También solicitaron conocer qué tipo de medidas de protección se están brindando a las víctimas de violencia intrafamiliar y sexual, y de qué forma están monitoreando su implementación.

Nuevo Código Penal

La situación de vulnerabilidad de mujeres y niñas en Honduras podría hasta empeorar debido a la entrada en vigencia del nuevo y muy cuestionado Código Penal, que estaba prevista para el 10 de mayo.

Las muchas críticas, la presión popular y la crisis sanitaria de estos meses hizo que los legisladores aprobaran extender por 45 días más la vacatio legis.

Entre otras críticas que le han llovido al nuevo Código Penal a nivel nacional e internacional, destacan las del CDM y otras organizaciones de mujeres y feministas que, en reiteradas ocasiones, ha denunciado el retroceso en la defensa de la vida de las mujeres.

El nuevo texto, por ejemplo, baja de entre 30 y 40 años a entre 20 y 30 años la pena para el femicidio. Asimismo, disminuye de entre 10 a 15 años a entre 9 y 13 años la pena por violación. También desaparece el concepto de “violación especial” (pena de 15-20 años)[3].

Notas:

[1] http://www.poderjudicial.gob.hn/SiteAssets/Paginas/NoticiasAbril2020/AcuerdoPCSJ16-2020.pdf

[2] https://derechosdelamujer.org/observatorio-2/

[3] Cuando la víctima es menor de 12 o mayor de 70 años o si la violación se comete por más de una persona o hay reincidencia

Fuente: Rel UITA

Fuente: https://rebelion.org/alarmante-situacion-de-violencia-contra-las-mujeres/
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Infancia y sociedad: Fátimas

Por: Andrea Bárcena

Dulcísima Fátima, no te vamos a olvidar. Y haremos que el gobierno tampoco te olvide, ni olvide a ninguna de las niñas que como tú siguen y seguirán muriendo a manos de monstruos desalmados, hasta que la justicia y la política lo impidan. Tus asesinos, Fátima, fueron capturados gracias a vecinos y a tu familia; si no hubiera sido por ellos, no los hubieran agarrado.

Porque a pesar del aumento de estos delitos, el gobierno de la Ciudad de México y el gobierno federal parecen ciegos ante la tragedia de niñas, niños, mujeres y hasta bebés que desaparecen a voluntad de delincuentes impunes. Vamos a exigir estrategias de prevención de esos delitos con protocolos impecables; vamos a exigir que no pisen más las esperanzas, hasta que logremos construir un auténtico gobierno democrático que ame a toda la gente: niños y viejos, indígenas y científicos, ricos y pobres, mujeres y hombres, artistas y estudiantes.

Entonces se podrá construir la Plaza de la Memoria, llena de jacarandas y prados para que niñas y niños jueguen sin peligro. Ahí se erigirá una estatua en tu honor, que te evocará con tu pelito de ángel como emblema de niñas mártires; otra por los nenes calcinados en la guardería ABC; habrá una más para los estudiantes de Ayotzinapa. Y en las áreas de piso de cemento, para que nadie los borre, nombres insertos de metal de mujeres asesinadas en los –para entonces– superados años del horror. Las niñas que ya conocen tu historia, Fátima, te recordarán.

Miedo y Orgullo. La casualidad puso en mis manos el escrito de una niña de ocho años (a pedido de su maestra) sobre el orgullo de ser mexicanos: “Yo quiero y no quiero a mi país, porque la creatividad y el amor nos hacen mejores, pero cómo vivir en un país donde matan, asesinan, secuestran. Eso no es vivir, es morir, horrible sentimiento. Yo no tengo orgullo de ser mexicana. No es un país de felicidad; díganme cómo no morirse de miedo cuando pasa algo como el caso de la pequeñita a la que una señora recogió en la escuela y la mataron… y le tocaron sus partes íntimas. No es un país feliz, no tengo sensación de vivir, tengo mucho miedo de pasar esa experiencia…”

En la infancia habla nuestro espíritu. El pasado 30 de abril hice un recorrido y observé un aumento de menores que, a pesar de la pandemia o quizá debido a ella, piden ayuda para comer en las calles de la Ciudad de México.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/05/09/opinion/018o1pol
Imagen: Free-Photos en Pixabay
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