Cuando el río suena, energía lleva: un nepalí crea una bomba de agua que no necesita combustible.-


Con la experiencia de haber nacido en un pueblo dedicado principalmente a la agricultura, Pratap Thapa ha inventado la ‘bomba Barsha’, capaz de regar hasta tres hectáreas sin necesidad de combustible, ecológica y eficiente gracias a la energía hidráulica, recoge La Bioguía.

aqysta.com.-

Thapa, licenciado en Ciencia de la Universidad Técnica de Delft (Países Bajos), diseñó la bomba junto a la empresa holandesa aQysta. El sistema consiste en una rueda hidráulica sencilla de instalar sobre una plataforma flotante en un río del que aprovecha la energía cinética y potencial producida por la corriente para bombear el agua a través de mangueras hasta una altura de unos 25 metros.

Otro de los aspectos más importantes de la bomba Barsha es que, a nivel ambiental, para su funcionamiento no necesita ningún tipo de combustible ni de energía eléctrica, lo que supone un gran ahorro energético y económico.

El ingeniero mecánico de aQysta, Jaime Michavila, estima que esta bomba “puede regar entre 0,5 y 3 hectáreas con 45.000 litros diarios”, aunque estas cifras pueden variar “dependiendo de la potencia del caudal del río y de la altura de bombeo”.

“En un plazo 10 años el uso de esta bomba supone ahorrar hasta el 70% del costo total de riego, por lo que se puede recuperar la inversión en ella en un periodo de apenas dos años”, aclara Michavila.

Este invento recibió el primer premio de Climate-KIC en 2014, una iniciativa de la Unión Europea sobre cambio climático que busca la cooperación público-privada de Europa para la innovación orientada a mitigar el cambio climático y adaptarse al mismo. A día de hoy existen 35 bombas Barsha en funcionamiento en distinpos países del mundo, entre ellos Nepal, Indonesia, Turquía, Zambia y España, además de en Latinoamérica, detalla aQysta.

Fuente: http://factoria21.com.es/cuando-el-rio-suena-energia-lleva-un-nepali-crea-una-bomba-de-agua-que-no-necesita-combustible/

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En Amsterdan: Crean el primer pueblo ecológico capaz de producir luz, criar, cultivar y reciclar su basura

La «ecoaldea» contará en un principio con 25 viviendas con una posible ampliación de hasta 100

ABC.ES- @abc_es – 03/06/2016 a las 23:28:55h. – Act. a las 23:29:17h.G

Un desarrollador llamado «ReGen Villages» ha situado a las afueras de Ámsterdam una aldea de 25 viviendas capaces de cultivar sus propios alimentos, generar su propia luz y desechar sus residuos alejada de lasgrandes ciudades y de la contaminación que conllevan.

Esta aldea sostenible, tiene como objetivo aprovechar toda la tecnología de la que disponemos hoy en día para generar un barrio sostenible y autosuficiente siendo capaz incluso de poder reciclar su propia agua. «Podemos producir más alimentos orgánicos, agua más limpia, más energía limpia, y mitigar más residuos que en caso de que utilicemos la tierra para cultivar alimentos orgánicos, explica James Ehrlich, el CEO de la empresa.

La idea es que mediante el aprovechamiento de la tecnología y la gestión de una manera razonable de la tierra, ReGen aproveche de nuevo sus residuos, tanto del suelo como de la energía, para seguir desarrollando vida allí.

El proyecto, se inaugurará en 2017 en las afueras de Ámsterdam con un total de 25 viviendas sostenibles aunque la idea es que crezcan hasta un total de 100. ReGen, tiene en mente crear más «ecoaldeas» en países como Suecia, Noruega, Dinamarca y Alemania en Europa y también, (si el proyecto funciona), trasladarlo a Oriente Medio.

Aún no sabemos si el proyecto será viable aunque no parece tener un mal planteamiento. ¿Llegaremos a ver ciudades sostenibles en España? El tiempo lo dirá.

Fuente: http://www.abc.es/natural/desarrollorural/abci-crean-primer-pueblo-ecologico-capaz-producir-criar-cultivar-y-reciclar-basura-201606032328_noticia.html

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Plantan el primer “bosque flotante” en las aguas del puerto de Rotterdam

www.ecoportal.net/19-04-2016/ Europa

Una iniciativa artística llamada “bosque flotante” ha ‘plantado’ en las aguas del puerto de Rotterdam veinte olmos que sobrevivirán gracias a unas boyas gigantes rellenadas con agua dulce.

La idea de plantar un bosque en medio del mar parece, cuanto menos, atrevida; carece de sentido si se tiene en cuenta que los árboles necesitan agua dulce para sobrevivir. No obstante, con la progresiva subida del nivel del mar a nivel global, a los artífices de la iniciativa no les ha parecido mala idea pensar en esa imagen como una estampa de un futuro lejano, pero no por ello imposible.

Holanda es un país que, durante décadas, ha hecho del control de las mareas un arte. Buena parte de su territorio se encuentra bajo el nivel del mar y el Plan Delta, una gigantesca obra de ingeniería levantada a base de diques y esclusas, protege al país de inundaciones en temporadas de tormentas.

Solo en un lugar así podía echar raíces la idea de plantar un “bosque flotante”, que ha cobrado vida en una dársena sin uso comercial del puerto de Rotterdam, el más grande de Europa. Veinte árboles se mecen ya en sus aguas, desafiando al viento y a las inclemencias del tiempo.

La idea original nació en la mente de Jorge Bakker, que en 2011 creó En búsqueda del hábito, una obra de arte que contenía varios árboles en miniatura que flotaban en un tanque de agua y buscaba que los habitantes de las ciudades reflexionaran sobre su relación con la naturaleza.

“Cuando lo vi me pareció tan bonito que pensé que sería increíble construirlo a escala real”, explicó a Efe el fundador de la compañía Mothership, Jeroen Everaert, que en 2012 se puso manos a la obra para levantar el primer bosque flotante de la historia.

Dos problemas técnicos surgieron en ese momento. El primero fue encontrar un tipo de árbol que sobreviviera al experimento. “Con el viento, el agua salada termina a menudo en las hojas de los árboles. Cuando los rayos del sol dan en esas gotas se forman agujeros. Tras estudiarlo, vimos que el olmo era el árbol que mejor aguantaba ese problema”, indicó Everaert.

La segunda dificultad consistió en buscar unos soportes que aguantaran el peso de los árboles y flotaran al mismo tiempo. La empresa Mothership los encontró gracias a la compañía pública de aguas Rijkswaterstaat, que sustituyó unas boyas de acero que llevaban 20 años en el mar del Norte por otras sintéticas, dejando las primeras disponibles para el “bosque flotante”.

Cada boya tiene debajo un tanque con una capacidad de 600 litros que serán rellenados cada tres meses, proveyendo a los árboles del agua dulce necesaria. Los olmos se mueven a merced de las tranquilas mareas del puerto en un perímetro de cinco metros a la redonda.

El “bosque flotante” es una obra artística que busca que tanto los habitantes de Rotterdam como sus visitantes se hagan preguntas, según su responsable.

“Una está relacionada con el aumento del nivel del mar. ¿Qué vamos a hacer cuando éste suba? Pero también es una manera de recordar que cada nuevo árbol nos aporta oxígeno y reduce la cantidad de CO2 que emitimos a la atmósfera”, indicó Everaert.

La previsión de los organizadores es que los árboles estén cinco años en el puerto de Rotterdam. Quién sabe si, en un futuro, el “bosque flotante” trasciende los límites del arte y se convierte en un plan que estudiar de cara a reducir las consecuencias del cambio climático.

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