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Innovar para qué, innovar con quiénes.

Por: Guadalupe Jover.

Construir la innovación educativa desde la exclusión escolar es lo más reaccionario que quepa imaginar. Consentir que sea el capital privado quien lo financie es contribuir al desmantelamiento de la educación como derecho universal y como práctica emancipadora.

El acuerdo parece unánime: urge la reforma de un sistema educativo que no está dando respuesta a los desafíos de un mundo en transformación. Asistimos en consecuencia a una eclosión de propuestas innovadoras impulsadas bajo la premisa de que el cambio más acuciante es el cambio metodológico. ¿A más cómo menos para qué?

Hace unos meses organizábamos desde la plataforma La Educación que Nos Une un ciclo de mesas redondas en las que pretendíamos poner a dialogar a quienes no piensan lo mismo, a quienes tienen diferentes miradas y respuestas para algunas cuestiones de especial relevancia en el ámbito educativo. En el primero de estos diálogos, Qué educación para qué mundo, se propuso a los dos ponentes, Francisco López Rupérez -ex presidente del Consejo Escolar del Estado- y Yayo Herrero -excoordinadora de Ecologistas en Acción- una triple pregunta: ¿Qué mundo tenemos? ¿Qué mundo queremos? ¿Qué educación necesitamos?

López Rupérez señaló como rasgo más destacado del mundo en que vivimos la globalización económica y cultural, cuyas dos patas principales son la liberalización de los mercados y la revolución digital. Como respuesta a estas profundas transformaciones -sostuvo- la educación debe priorizar la transmisión de unos valores y la preparación profesional de unos estudiantes que habrán de vivir en un mundo caracterizado por la destrucción de empleo y por la competitividad a la hora de buscar un trabajo cualificado con nuevos e inciertos perfiles.

Yayo Herrero centró su exposición en la profunda crisis ecológica que vivimos y en la evidencia de que el crecimiento económico perpetuo no es ya una opción: por una parte, porque pretender ignorar los límites físicos del planeta pone en riesgo la supervivencia misma de la especie humana; por otra, porque este modelo económico construido sobre la acumulación de capital es responsable de unas desigualdades que no hacen sino aumentar. Movimientos migratorios y luchas por el control de unos recursos cada vez más escasos son dos de las consecuencias de esta situación. La violencia -también la que se ejerce cotidianamente contra las mujeres- es una de las principales lacras que hay que combatir.

Si, como vemos, los diagnósticos apuntaban en dos direcciones diferentes, no habían de diferir menos la función que uno y otra atribuían a la educación. Para López Rupérez la clave la daban dos verbos: instalar (en el mundo heredado) e insertar (en el mercado laboral). Para Herrero, dos sustantivos: la conciencia de nuestra ecodependencia y de nuestra interdependencia.

En estos tiempos en que se multiplican los proyectos de innovación educativa no siempre es fácil deslindar a qué horizonte ponen rumbo. ¿Pretenden la inserción en el mundo o su transformación? Dicho en otras palabras: ¿priorizan el dominio de una serie de competencias que permitan la adaptación a un entorno cambiante e incierto, o priorizan unos aprendizajes que permitan tomar las riendas en la construcción de un mundo en que corresponde a la ciudadanía y no a los mercados definir qué formas de vida y qué perfiles profesionales dan respuesta a las necesidades de las personas?

Como el discurso educativo neoliberal ha acabado por fagocitar una a una las viejas demandas de los educadores progresistas -desde el aprendizaje cooperativo hasta el trabajo por proyectos- pervirtiendo su sentido; como hoy en día todo lo que recurra a la “última” tecnología -con independencia de que esta se ponga o no al servicio de una alfabetización más crítica- parece asegurarse el sello de educativamente innovador; como en muchos de estos casos los proyectos de innovación no surgen de un profesorado comprometido con la justicia social sino que no son sino el señuelo alentado por la iniciativa privada para posicionar “su” centro en el supermercado educativo, habremos de hacernos con alguna brújula que nos permita descubrir a quiénes benefician cada uno de estos proyectos y a quienes postergan, excluyen o condenan.

Un proyecto pretendidamente innovador que se construye desde la exclusión escolar -digámoslo sin paños calientes- es lo más reaccionario que quepa imaginar. Si nuestro centro y nuestras aulas no reflejan la heterogeneidad socioeconómica, cultural, religiosa, etc. del afuera, sobra todo lo demás. En un mundo con crecientes desigualdades -e infinitas violencias- la prioridad de la escuela es no contribuir a agravarlas. Diseñar proyectos de innovación que solo pueden desarrollarse con quienes vienen de casa con determinado capital cultural o pueden permitirse que el ipad forme parte del uniforme escolar es contribuir al apartheid educativo de quienes se encuentran en situación de desventaja y vulnerabilidad. Y eso solo se combate con centros en que no haya filtro alguno que impida que niños y niñas de orígenes diversos convivan en pie de igualdad.

Una segunda piedra de toque a la hora de calibrar lo que de transformadores tienen los proyectos de innovación la constituye la relevancia dada en la selección de contenidos a las desigualdades sociales y a la crisis ecológica. Sustituir el libro de texto o el viejo encerado por mil y un artilugios o juegos que eluden estas cuestiones constituye una formidable maniobra de distracción que no hace sino apuntalar el modelo más ranciamente conservador o la entrega acrítica en brazos de los mercados. No hay proyecto innovador que valga si no hace de la ecología y el feminismo, de la justicia social y el bien común su cimiento y su objetivo.

Y tres. Si dichos proyectos necesitan de formación docente, materiales curriculares, respaldo institucional, financiación económica… no da lo mismo quiénes los están sosteniendo. Desde que las administraciones educativas han hecho dejación de funciones y han entregado el timón de nuestros sistemas educativos a empresas y fundaciones privadas -pantallas tantas veces de multinacionales directamente responsables de la depredación del planeta y del injusto reparto de la riqueza (por la explotación laboral de sus trabajadores o el fraude fiscal, entre otras cosas)-, ¿qué podemos esperar? La educación no es ya un derecho garantizado por el Estado sino un suculento nicho de negocio provisto por capital privado allí donde puede sacar algo a cambio.

Cuando se externalizan y privatizan determinados servicios, las grandes empresas y las multinacionales no solo firman suculentos contratos, desgravan impuestos o protegen su responsabilidad social corporativa: están haciéndose con el control de la formación del profesorado, de los contenidos y materiales curriculares y aun con las riendas de la agenda educativa de medio mundo. Hemos dejado en manos de ACS, Eulen, McDonald´s McKinsey, PWC, Bridge International, Microsoft, Teach for all (o su versión española, Empieza por Educar), Ashoka y tantas otras lo que debiera ser competencia de la ciudadanía. Hablamos, en fin, de una cuestión de soberanía.

La última campaña de Yo estudié en la Pública -“Asalto a la Educación“- pretende desvelar los intereses que mueven los hilos de tanto proyecto falazmente innovador a fin de contribuir a concienciarnos acerca de los enormes riesgos que esta vertiginosa colonización de nuestras escuelas entraña.

Fuente:http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/10/19/innovar-para-que-innovar-con-quienes/

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Innovar para qué, innovar con quiénes

Por: Guadalupe Jove

Construir la innovación educativa desde la exclusión escolar es lo más reaccionario que quepa imaginar. Consentir que sea el capital privado quien lo financie es contribuir al desmantelamiento de la educación como derecho universal y como práctica emancipadora.

El acuerdo parece unánime: urge la reforma de un sistema educativo que no está dando respuesta a los desafíos de un mundo en transformación. Asistimos en consecuencia a una eclosión de propuestas innovadoras impulsadas bajo la premisa de que el cambio más acuciante es el cambio metodológico. ¿A más cómo menos para qué?

Hace unos meses organizábamos desde la plataforma La Educación que Nos Une un ciclo de mesas redondas en las que pretendíamos poner a dialogar a quienes no piensan lo mismo, a quienes tienen diferentes miradas y respuestas para algunas cuestiones de especial relevancia en el ámbito educativo. En el primero de estos diálogos, Qué educación para qué mundo, se propuso a los dos ponentes, Francisco López Rupérez -ex presidente del Consejo Escolar del Estado- y Yayo Herrero -excoordinadora de Ecologistas en Acción- una triple pregunta: ¿Qué mundo tenemos? ¿Qué mundo queremos? ¿Qué educación necesitamos?

López Rupérez señaló como rasgo más destacado del mundo en que vivimos la globalización económica y cultural, cuyas dos patas principales son la liberalización de los mercados y la revolución digital. Como respuesta a estas profundas transformaciones -sostuvo- la educación debe priorizar la transmisión de unos valores y la preparación profesional de unos estudiantes que habrán de vivir en un mundo caracterizado por la destrucción de empleo y por la competitividad a la hora de buscar un trabajo cualificado con nuevos e inciertos perfiles.

Yayo Herrero centró su exposición en la profunda crisis ecológica que vivimos y en la evidencia de que el crecimiento económico perpetuo no es ya una opción: por una parte, porque pretender ignorar los límites físicos del planeta pone en riesgo la supervivencia misma de la especie humana; por otra, porque este modelo económico construido sobre la acumulación de capital es responsable de unas desigualdades que no hacen sino aumentar. Movimientos migratorios y luchas por el control de unos recursos cada vez más escasos son dos de las consecuencias de esta situación. La violencia -también la que se ejerce cotidianamente contra las mujeres- es una de las principales lacras que hay que combatir.

Si, como vemos, los diagnósticos apuntaban en dos direcciones diferentes, no habían de diferir menos la función que uno y otra atribuían a la educación. Para López Rupérez la clave la daban dos verbos: instalar (en el mundo heredado) e insertar (en el mercado laboral). Para Herrero, dos sustantivos: la conciencia de nuestra ecodependencia y de nuestra interdependencia.

En estos tiempos en que se multiplican los proyectos de innovación educativa no siempre es fácil deslindar a qué horizonte ponen rumbo. ¿Pretenden la inserción en el mundo o su transformación? Dicho en otras palabras: ¿priorizan el dominio de una serie de competencias que permitan la adaptación a un entorno cambiante e incierto, o priorizan unos aprendizajes que permitan tomar las riendas en la construcción de un mundo en que corresponde a la ciudadanía y no a los mercados definir qué formas de vida y qué perfiles profesionales dan respuesta a las necesidades de las personas?.

Como el discurso educativo neoliberal ha acabado por fagocitar una a una las viejas demandas de los educadores progresistas -desde el aprendizaje cooperativo hasta el trabajo por proyectos- pervirtiendo su sentido; como hoy en día todo lo que recurra a la “última” tecnología -con independencia de que esta se ponga o no al servicio de una alfabetización más crítica- parece asegurarse el sello de educativamente innovador; como en muchos de estos casos los proyectos de innovación no surgen de un profesorado comprometido con la justicia social sino que no son sino el señuelo alentado por la iniciativa privada para posicionar “su” centro en el supermercado educativo, habremos de hacernos con alguna brújula que nos permita descubrir a quiénes benefician cada uno de estos proyectos y a quienes postergan, excluyen o condenan.

Un proyecto pretendidamente innovador que se construye desde la exclusión escolar -digámoslo sin paños calientes- es lo más reaccionario que quepa imaginar. Si nuestro centro y nuestras aulas no reflejan la heterogeneidad socioeconómica, cultural, religiosa, etc. del afuera, sobra todo lo demás. En un mundo con crecientes desigualdades -e infinitas violencias- la prioridad de la escuela es no contribuir a agravarlas. Diseñar proyectos de innovación que solo pueden desarrollarse con quienes vienen de casa con determinado capital cultural o pueden permitirse que el ipad forme parte del uniforme escolar es contribuir al apartheid educativo de quienes se encuentran en situación de desventaja y vulnerabilidad. Y eso solo se combate con centros en que no haya filtro alguno que impida que niños y niñas de orígenes diversos convivan en pie de igualdad.

Una segunda piedra de toque a la hora de calibrar lo que de transformadores tienen los proyectos de innovación la constituye la relevancia dada en la selección de contenidos a las desigualdades sociales y a la crisis ecológica. Sustituir el libro de texto o el viejo encerado por mil y un artilugios o juegos que eluden estas cuestiones constituye una formidable maniobra de distracción que no hace sino apuntalar el modelo más ranciamente conservador o la entrega acrítica en brazos de los mercados. No hay proyecto innovador que valga si no hace de la ecología y el feminismo, de la justicia social y el bien común su cimiento y su objetivo.

Y tres. Si dichos proyectos necesitan de formación docente, materiales curriculares, respaldo institucional, financiación económica… no da lo mismo quiénes los están sosteniendo. Desde que las administraciones educativas han hecho dejación de funciones y han entregado el timón de nuestros sistemas educativos a empresas y fundaciones privadas -pantallas tantas veces de multinacionales directamente responsables de la depredación del planeta y del injusto reparto de la riqueza (por la explotación laboral de sus trabajadores o el fraude fiscal, entre otras cosas)-, ¿qué podemos esperar? La educación no es ya un derecho garantizado por el Estado sino un suculento nicho de negocio provisto por capital privado allí donde puede sacar algo a cambio.

Cuando se externalizan y privatizan determinados servicios, las grandes empresas y las multinacionales no solo firman suculentos contratos, desgravan impuestos o protegen su responsabilidad social corporativa: están haciéndose con el control de la formación del profesorado, de los contenidos y materiales curriculares y aun con las riendas de la agenda educativa de medio mundo. Hemos dejado en manos de ACS, Eulen, McDonald´s McKinsey, PWC, Bridge International, Microsoft, Teach for all (o su versión española, Empieza por Educar), Ashoka y tantas otras lo que debiera ser competencia de la ciudadanía. Hablamos, en fin, de una cuestión de soberanía.

La última campaña de Yo estudié en la Pública -“Asalto a la Educación“- pretende desvelar los intereses que mueven los hilos de tanto proyecto falazmente innovador a fin de contribuir a concienciarnos acerca de los enormes riesgos que esta vertiginosa colonización de nuestras escuelas entraña.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/innovar-para-que-innovar-con-quienes/

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Entrevista al profesor Jose Antonio Marina “A los gobiernos les da igual cómo es la educación, solo importa salir bien en PISA”

Por: El Confidencial/Hector G Barnés 

A sus 78 años, el toledano sigue siendo uno de los principales referentes en nuestro país de la pedagogía, a la que somete a crítica en su último trabajo, ‘El bosque pedagógico’

La educación española se encuentra en una de sus grandes encrucijadas. Por una parte, los cambios sociales, laborales y políticos exigen reformas en un sistema que muchos perciben como desfasado y exigen que incorpore las propuestas que provienen desde la innovación educativa. Por otro, se clama casi con unanimidad por alcanzar una estabilidad en el marco legal que dé fin a la sucesión de leyes y reformas que han complicado el trabajo de docentes. En ese contexto, José Antonio Marina ha publicado, junto al Equipo de Investigación UP, ‘El bosque pedagógico’ (Ariel), una útil guía en el proceloso mundo de la educación.

El filósofo, pedagogo y profesor, también colaborador de este periódico, recuerda que se trata de un libro “que contiene muchísima información, pero que es muy humilde”. Marina enfrenta el paradigma tradicional —centrado en enseñar, estandarizado, cuya principal figura es el profesor— con el nuevo —centrado en aprender, activo, cuyo protagonista es el alumno— para descartar sus fallos, recoger sus aciertos y generar un nuevo paradigma, el ultramoderno, que se base en el talento y que se guíe a través de una filosofía de la educación que aúne la complejidad de saberes que influyen en el entorno educativo.

La metodología del nuevo pacto educativo es mala: ¿por qué hay tanto secretismo?

Una visión optimista, a pesar de que el escritor no confíe en el resultado que pueda surgir de la subcomisión del Pacto Educativo, ya que considera que sigue una metodología equivocada y sospecha de su falta de transparencia. Él mismo fue, a través de los ‘Papeles para un Pacto Educativo‘, uno de los grandes promotores de un acuerdo que, desvela, estuvo a punto de cerrarse, pero que se vino abajo en el último momento, como había ocurrido años antes con Ángel Gabilondo en el Ministerio de Educación. De su mano nos adentramos en el bosque pedagógico con la esperanza de que, como señala en el subtítulo del volumen, nos oriente para salir de él.

PREGUNTA. En los últimos años se han sucedido las innovaciones, las nuevas metodologías y las propuestas de cambio. Sin embargo, esta avalancha de información puede resultar paralizadora.

RESPUESTA. Es un sistema de autodefensa. Ante esta proliferación de cosas que no puedo dominar, vuelvo a mis posiciones de siempre, porque sé cuánto pueden dar de sí. Además, una parte importante de los estudios de evaluación de estos sistemas está reivindicando métodos antiguos, como la enseñanza directa, del profesor al alumno. Por lo tanto, hay muchas cosas que están dando pie a que el movimiento antipedagógico esté cogiendo mucha fuerza, lo cual no es bueno, porque hay cosas de las que sabemos mucho más ahora. Hay una necesidad en el mundo académico de publicar o morir, así que se cuenta lo mismo con un nuevo nombre. Esto produce aburrimiento.

P. Con un problema añadido, que es que en educación es más difícil saber qué funciona o qué no. Muchas de estas propuestas suenan bien, pero no es fácil conocer su verdadera utilidad.

R. La evaluación educativa es trascendental. La que se ha puesto de moda es PISA, pero no nos dice nada sobre los métodos, solo de los resultados. Tenemos que tomar otro camino. PISA, por ejemplo, después de haber defendido que la ratio entre alumno y profesor no influía, acaba de reconocer que sí. No podemos andar con estos bandazos, porque como ha tenido tanto éxito, lo que les interesa a los gobiernos es salir bien. Les da igual que sea una educación que conviene a los ciudadanos, que ayude al desarrollo personal… Y eso está creando una homogeneización de los sistemas educativos al mismo tiempo que dicen que hay que fomentar la autonomía de los centros, la innovación y la creatividad. Nos faltan elementos para evaluar lo que funciona y lo que no. Ahí es donde deberíamos investigar mucho más.

P. Y los gobiernos no han hecho nada.

R. No. Tampoco el español, aunque haya un instituto de evaluación educativa. A mí me pidieron que revisara un estudio de la OCDE en más de 20 países, elTALIS, sobre la calidad del profesorado. Cuál sería mi sorpresa al ver que era un estudio muy caro, con mucha estadística, pero en el que nadie había entrado a un aula. El mundo educativo tiene alergia a la evaluación. Cuando publiqué el ‘Libro blanco sobre la profesión docente‘, una de las cosas que decía era que había que evaluar al profesor, y eso despertó críticas muy agresivas.

En primer lugar, de los sindicatos, que decían que a los profesores funcionarios no había que evaluarlos porque ya habían demostrado su idoneidad. Una cosa es aprobar una oposición, que es algo puntual, y otra pasar 40 años ejerciendo. No es lo mismo aprobar un examen teórico que saber dar clase. Reprochaban que la evaluación del alumno no era fiable, pero era solo un aspecto de lo que propuse. También estaba la del claustro: yo he estado en claustros educativos y sabía qué profesores eran buenos y cuáles eran malos por cómo hablaban o preparaban sus clases… Y otra era entrar en el aula y observarlos, algo que se hace en todo el mundo menos aquí.

P. La innovación educativa se ha convertido en un reclamo publicitario. ¿Cómo pueden los padres distinguir el grano de la paja?

R. Lo mejor es no fiarse solo de lo que dicen los papeles y visitar el centro para ver cómo funciona. En la teoría, un modelo puede ser bueno, pero en la práctica no. Que los padres sepan lo suficiente para que no les den gato por liebre presentándoles cosas que no están fundamentadas, que tengan un sentido crítico. La elección del centro es muy importante.

El Pacto Educativo estuvo a punto de firmarse antes de las elecciones, pero se echaron atrás en el último momento

Me interesa el concepto de ‘talento’, distinto de ‘inteligencia’, que son unas capacidades básicas que se pueden medir, pero que se pueden aplicar bien o mal. Tenía un alumno en 1º de Bachillerato con 150 de coeficiente intelectual, pero que se hizo jefe de una banda de su barrio. Ahora tiene 25 años y está en la cárcel por tráfico de drogas. ¿Era muy inteligente o muy estúpido? Era inteligente porque lo decían todas las mediciones, pero era muy estúpido en la manera de utilizar esa inteligencia. ‘Talento’ es el buen uso de la inteligencia, que tiene que ver con elegir bien las metas, gestionar las emociones y las virtudes de la acción (tenacidad, capacidad ante la frustración…). Esto es en lo que tienen que centrarse.

P. Llevamos unos cuantos meses de subcomisión por el Pacto Educativo, ¿en qué coordenadas se está moviendo?

R. Yo he trabajado mucho por el Pacto Educativo. Con mi equipo publicamos unos ‘Papeles por el Pacto‘, donde hacíamos algo de sentido común. Preguntarnos, en primer lugar, por qué si ha habido muchos intentos, nunca ha funcionado. Luego, identificar los problemas principales y la solución que han dado otros países, donde la mayoría de pactos son muy antiguos. En Inglaterra, la Ley de Enseñanza Obligatoria es de finales de los ochenta, y no se ha movido. Tuve antes de las elecciones muchas reuniones con representantes de partidos políticos, porque veía claro que si había un pacto, debía acordarse antes de las elecciones, cuando todo el mundo es más receptivo.

El pacto estuvo a punto de firmarse. La parte más logística la llevaba Manuel Campo Vidal con su fundación. Yo estaba dando unas conferencias en Lyon e iba a volver el martes porque se iba a firmar, pero Manuel me llamó y me dijo: “No vengas, se han echado atrás”. La solución era una subcomisión. No sé qué partido, creo que Ciudadanos, me invitó a ir, pero me negué. Dije: “He trabajado mucho en esto, aquí tenéis el estudio, leedlo”. Esas subcomisiones valen para muy poco. Una persona va, expone unas cosas y se marcha. Ponlo por escrito, lo estudio y si tengo dudas, pregunto.

La metodología me parece mala. Están organizando las conclusiones y van a caer otra vez en lo mismo. ¿Por qué tanto secretismo? Que sean públicas y que la sociedad sepa cómo se está tratando eso que le afecta tanto. Ahora todo el mundo ha descubierto que en la escuela catalana se adoctrinaba. Pero ¿qué ha pasado todo ese tiempo, no ha habido una alta inspección que se pasase por ahí? No interesaba meterse mucho, porque había pactos políticos o lo que fuese. Ahora nos rasgamos las vestiduras y dicen que lo importante es recentralizar todo. ¿Por qué? Si alguien quiere adoctrinar, cuanta más centralidad, más adoctrinamiento. ¿Por qué este miedo a la diferencia? Otra cosa es que se utilice mal. ¿Por qué hay regiones de España que están en los primeros lugares, si tienen la misma ley? Porque lo están haciendo mejor.

P. De hecho, entre las mejores comunidades figuran Cataluña, País Vasco, Navarra…

R. El consejero de Educación del País Vasco me invitó hace tres semanas a que viese cómo tienen organizada la Formación Profesional. Y es mejor que la de Austria, la de Alemania, la de Finlandia… Lo están haciendo de cine. Vamos a aprender qué les está funcionando. ¿Por qué tienen una tasa de paro bajísima? Porque lo están cuidando, por ejemplo, pidiendo ayuda a las empresas que tienen cerca, que se han dado cuenta de que tener una buena FP les viene estupendamente, y ayudan muchísimo.

En España hemos carecido siempre de la gestión del sistema educativo. Gestionar un sistema es complicado, tienes que hablar con la gente, aunar esfuerzos, borrar diferencias… Tienes que complicarte la vida, y no puedes ponerte chulito diciendo que vas a españolizar a todo bicho viviente. Debes tener talento para la gestión, y en España los ministros no lo han tenido.Méndez de Vigo, que pensaba que lo iba a hacer, tampoco, pero por una sencilla razón: en el momento en que accede a compatibilizarlo con la portavocía, se ve el aprecio que tiene hacia la educación. Ya no puedo fiarme.

Hay gente trabajando en puestos que no necesitan cualificación con títulos universitarios, que han desplazado al resto

P. ¿Es la mejora de la Formación Profesional el futuro inmediato de la educación en España, como señalan tantas voces?

R. Creo que puede haber una trayectoria más parecida a la alemana: una persona hace Formación Profesional y luego va a la universidad. El problema surge porque España es una sociedad muy clasista, y el ascenso social no ha funcionado nunca. Una de las maneras era tener una carrera universitaria. Eso presionó a la baja a las universidades, que tuvieron una función social respetable, pero distinta a la que debían tener. Se trata de que sean universitarios que quieren estudiar, no que quieran poseer un título por cuestiones sociales, porque hemos producido una hipercualificación de puestos de trabajo.

Ahora mismo hay gente trabajando en puestos que no necesitan cualificacióncon títulos universitarios, que han desplazado hacia abajo a los que naturalmente debían ocuparlos y, además, se sienten muy frustrados. Debemos dignificar socialmente la FP, que sirve para resolver un problema inmediato de colocación. Abres una nueva vía. Comparativamente, tenemos muchos universitarios y poca formación profesional.

P. El paradigma tradicional y el moderno se miran con desconfianza. ¿Qué deberían aprender uno de otro?

R. En primer lugar, que los maniqueísmos son malos. En segundo, identificar lo bueno y lo malo de cada uno. Lo que tienen de malo los dos es que ninguno tenía una idea lo suficientemente potente de qué son la inteligencia y la memoria humanas y en qué consiste el proceso de aprendizaje. Ese es el centro de la pedagogía. Tiene que prolongarse con un análisis de las finalidades de la educación, de los contenidos para conseguir esas finalidades y de los métodos para enseñar. No tenemos una ciencia de suficiente nivel para decidir todos estos temas. La pedagogía se nos ha quedado pequeña, y por eso reclamo una ciencia de superior nivel. A falta de otro nombre, la llamo ‘filosofía de la educación’.

El filósofo, durante la entrevista. (Héctor G. Barnés)
El filósofo, durante la entrevista. (Héctor G. Barnés)

¿Cuál es la función de la educación? ¿Cuál es el papel del Estado? Por ejemplo, ha influido mucho la idea que un paradigma y otro tienen de la liberad. En el tradicional, los niños son libres, pero son como los árboles, hay que tutorizarlos bien para que no se tuerzan. Es una idea recelosa de la libertad. En el nuevo, la libertad es lo genial, y se educa con más libertad. El niño nace perfecto, y la sociedad debe proteger su desarrollo autónomo. Eso es mentira, gran parte de las estructuras psicológicas las aprende en la sociedad, y ese ha sido un fallo que está en el origen del niño tirano.

La crítica que he hecho siempre a las competencias es que son a un único nivel, en ninguna se apela al pensamiento crítico. Intenté, cuando se publicaron, reclamar la novena competencia, la filosófico-crítica, pero cuando se habla de filosofía solo se habla de su historia. Necesitamos algo que, desde una visión más global, tenga una idea clara de lo que sabemos y podemos predecir.

*Fuente: www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-11-09/jose-antonio-marina-entrevista_1474920/

 

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Tecnologías emergentes en la educación superior: principales conclusiones del informe NMC Horizon Report 2017

Conocé las conclusiones generales que dejo la edición 2017 del NMC Horizon Report; un informe sobre los cambios tecnológicos que se aproximan en la educación superior a nivel global

A continuación, presentamos las principales conclusiones que deja este documento que nos permiten ver cuáles son las tendencias que lideran este cambio educacional que se resume en los 18 ítems analizados.

1. El avance progresivo de los enfoques de aprendizaje requiere una transformación cultural

Las instituciones deben estructurarse para estar en condiciones de promover el intercambio de ideas nuevas, identificar modelos exitosos dentro y fuera de la universidad, y premiar la innovación en la enseñanza.

2. Las habilidades del mundo real son necesarias para reforzar la empleabilidad y el desarrollo en el lugar del trabajo

Es necesario que las personas salgan de la universidad con habilidades que se aprenden de manera práctica en el mundo real. En este sentido, las instituciones tienen la responsabilidad de ofrecer una experiencia de enseñanza que permita a los alumnos adquirir habilidades basadas en la práctica, y que además integre a la tecnología de una manera significativa.

3. El trabajo colaborativo es clave para el progreso

Las instituciones y los educadores pueden progresar más si aprender entre ellos. Para lograr esto, es fundamental el trabajo colaborativo mediante comunidades de práctica, grupo multidisciplinario de líderes y grupos sociales abiertos.

4. Pese a la proliferación de la tecnología y los recursos online, el acceso sigue siendo desigual

La brecha se mantiene a lo largo del mundo entre quienes no pueden finalizar sus estudios por problemas socioeconómicos, como clase social, raza o género. Además, el acceso a Internet continúa siendo desigual.

5. Se necesitan procesos para evaluar el desarrollo de habilidades a nivel individual

Las tecnologías adaptativas sumado a un enfoque de medición del aprendizaje están llevando a las instituciones a tomar la decisión de buscar la manera de personalizar la experiencia pedagógica del alumno; donde los líderes deben evaluar la adquisición de habilidades vocacionales, competencias, creatividad y pensamiento crítico.

6. Manejarse con fluidez en el mundo digital va más allá de simplemente entender cómo usar la tecnología 

La formación debe buscar algo más profundo que la adquisición de habilidades para el uso de una tecnología en particular y debe focalizarse en el entendimiento de todo el entorno digital, permitiendo que ante nuevos contextos o creaciones el individuo pueda adaptarse de manera fácil e intuitiva.

7. El aprendizaje online, móvil o combinado (bleanded learning) es inevitable 

Según explica el informe, aquellas instituciones que no se plantearon estrategias para integrar este enfoque tendrán dificultades para sobrevivir. En este sentido, será importante lograr un registro de cómo este nuevo modelo está mejorando los resultados de aprendizaje.

8. El ecosistema educativo debe ser lo suficientemente ágil para soportar las prácticas del futuro

Con el uso de las herramientas tecnológicas y plataformas como los Sistemas de gestión de aprendizaje, los educadores tienen el deseo de poder tomar elementos de distintas aplicaciones y herramientas para luego unificarlas en un contenido abierto y lograr una experiencia cada vez más personalizada.

9. La educación superior es una incubadora para el desarrollo de computadoras cada vez más intuitivas

Así como la inteligencia artificial y las interfaces de usuario avanzan a pasos agigantados y vemos su aplicación en la vida cotidiana, las universidades están diseñando algoritmos de aprendizaje automático y dispositivos hápticos que se adapten cada vez mejor a la interacción humana.

10. El aprendizaje permanente es el alma la educación superior 

Las instituciones deben priorizar el aprendizaje continuo -tanto formal como informal- por el por el bien de su facultad, los alumnos y el personal.

A continuación, te invitamos a descargar el informe completo «NMC Horizon Report: 2017 Higher Education Edition«, donde podrás obtener informarse sobre lo que están haciendo las instituciones en materia de tecnología para mejorar, brindar un mejor soporte y lograr extender la educación y la investigación. Se trata de un informe que los educadores líderes de todo el mundo consultan como parte de su estrategia de planificación en la búsqueda de referencias, y es a la vez con el propósito que fue hecho.

Fuente: http://noticias.universia.com.ar/cultura/noticia/2016/01/20/1135511/1000-libros-gratis-pdf-descargar.html

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Perú: Egresada de Educación gana concurso nacional de innovación educativa

Perú / 9 de noviembre de 2017 / Autor: Tania Elias / Fuente: UDEP Hoy

¿Cómo promover la lectura en tiempos de la tecnología? Esa pregunta es la que responde “Leer es crecer”, un proyecto que se aplica desde abril de este año, en el colegio María Montessori, y que resultó ganador en la categoría de Secundaria, del concurso Innovación Educativa 2017, organizado por la Fundación Telefónica- Educared.

La responsable del proyecto es la profesora María Elisabet Palacios Almendro, egresada de la Facultad de Ciencias de la Educación el 2009, y de la Maestría en Psicopedagogía el 2013. Hoy está a cargo del Plan Lector del colegio Montessori, y en el proyecto involucra a los alumnos, desde quinto de primaria hasta quinto de secundaria.

María Palacios explica que el proyecto plantea el uso de estrategias de animación a la lectura para fomentar el hábito lector y fortalecer habilidades de comprensión lectora en niños, adolescentes y jóvenes. Estas estrategias son utilizadas durante todo el proceso de lectura (antes, durante y después) donde también se inserta el uso de la tecnología ( TIC´S).

Durante el desarrollo de “Leer es crecer”, la docente vio necesario la creación de un espacio en el blog institucional. Nació así un sitio web que le permitió actualizar todas las novedades, intereses, actividades, etc. para fomentar la lectura, e interactuar con sus estudiantes. Además, realizó la creación de una cuenta de Facebook y de Instagram para compartir información con la comunidad educativa, sobre la lectura.

En el blog se evidencia cada una de las etapas del proyecto trabajadas durante el año, desde la animación y sensibilización a la lectura (publicación de videos, booktráiler, audiolibros, entre otros), hasta la publicación de las diferentes actividades y producciones de los estudiantes, como la aparición de booktubers cuyo mensaje se centra en críticas sobre los libros leídos.

“La tecnología hoy es una aliada para fomentar la lectura. Nos propusimos que los alumnos lean, pero hicimos toda una estrategia a través de la tecnología, para que despierten su gusto por los libros. Por eso también se realizó una campaña Transmedia con la colaboración de tres estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura. Además, nuestros alumnos también elaboraron sus propios videos que fortalecieron la campaña de Leer es crecer, jornadas de lectura, entre otras iniciativas”, refiere.

La docente indica que la formación que recibió en pregrado de la Universidad de Piura, le permitió conocer y apreciar la literatura, pero fundamentalmente comprendió cómo enseñarla en las escuelas donde ejercería su profesión.

“La literatura permite valorar la belleza de las palabras, de la cotidianidad y el desarrollo de la sensibilidad humana; formarse en valores trascendentales que no pasan de moda, y apreciarla”, expresa.

También destaca haber aprendido que los protagonistas del proceso educativo son los estudiantes, y por eso “como educadores debemos primero preocuparnos por ellos y atender su singularidad, intereses y necesidades y ritmos de aprendizaje; de esta manera buscaremos innovar y aplicar una serie de estrategias para lograr un verdadero aprendizaje integral. Definitivamente, la mejor manera de impactar en la vida de un estudiante es mediante el ´primer enganche afectivo´ (maestro- alumno); desde allí puedes desarrollar todo su potencial cognitivo y personal”, comenta.

Montessori plan lector (1)

En reconocimiento a su esfuerzo, la docente será premiada el 13 de noviembre en la ciudad de Lima y recibirá una laptop; posteriormente, el 14 de noviembre viajará a Buenos Aires (Argentina) a compartir la experiencia educativa de su proyecto en un evento internacional. Anteriormente ha participado como ponente en Cuba, Colombia, Chile, Costa Rica, México, y Ecuador.

A través del Concurso de Innovación Educativa, que se promueve desde el 2010, la Fundación Telefónica incentiva y apoya a aquellos docentes peruanos que integran las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) en sus procesos de enseñanza, generando un cambio metodológico real en el aula.

Fuente de la Noticia:

http://udep.edu.pe/hoy/2017/egresada-de-ciencias-de-la-educacion-gana-concurso-nacional-de-innovacion-educativa-organizado-por-fundacion-telefonica/

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Los elementos de la innovación educativa

08 de noviembre de 2017 / Fuente: https://ined21.com

Por: Manel Rives

Cuando planteaba escribir esta entrada sobre innovación educativa, no tenía muy claro qué palabras poner negro sobre blanco, sé muy bien a quien dirigírselo y cual mi objetivo final.

Tengo la sensación de que son demasiadas cosas las que quiero contar y personas a las que me gustaría contárselas -y a otras tirarles de las orejas por este tema y gastar auténticas barbaridades de dinero- pero al mismo tiempo no quiero ser la cabeza de turco por tocar donde duele.

En cualquier caso, tengo tristemente claro que en nuestra escuela adolecemos de excesos de proyectos de enormes cantidades y falta de elementos clave para tomar esas decisiones.

Pero, ¿qué elementos clave serían necesarios para poder hablar de innovación educativa? Siempre que escribo estas dos palabras juntas recuerdo a unos buenos colegas del departamento de innovación en el CAFI, trabajando duramente para cambiar las cosas en una parcela como la formación docente -cuando desde arriba se les hace el mínimo caso, trabajar sobre esta parcela de forma aislada tiene muy poco recorrido-.

Si no existe ósmosis entre las áreas relacionadas con la innovación educativa y el resto de elementos necesarios, su alcance es muy reducido.

Pero ¿cuáles son los elementos necesarios para llevar acabo un movimiento de innovación que tenga en cuenta todas las variables?

Podríamos leer mucha literatura, pero hace unos meses cayó en mis manos un libro digital titulado “Los ocho elementos del éxito” sencillo de leer (en inglés) y excelente compendio de las variables a tener en cuenta cuando desarrollamos un proyecto de innovación.

En la imagen ya podéis observar qué elementos entran a jugar. Creo, personalmente, que es un buen compendio y una forma muy real y efectiva de afrontar esta temática.

Me gustaría que pensásemos en cada uno de los proyectos que nuestra institución o administración pública ha llevado a cabo.

¿Somos capaces de discernir

en cada uno de ellos estos elementos?

El primero de ellos, la visión, se perfila como el primer indicador de lo que perseguimos. Nuestra visión pedagógica -ESENCIAL!-, nuestra filosófica de qué entendemos por APRENDER para poder hablar de educar, qué metodologías entrarán a ser las utilizadas dependen de qué vemos como futuro, qué pretendemos que consiga nuestro alumnado decidirá el resto de elementos de la ecuación. El resultado de su ausencia: una falta de liderazgo pedagógico, metodológico, tecnológico, en definitiva,  educativo.

Pero no confundamos, ser líder tiene mucho más que ver con ser mentor que con ser jefe.

Lo mismo sucede cuando no se tiene en cuenta a la comunidad, el segundo elemento. Evidentemente no todos los miembros de la comunidad tienen el mismo peso ni el mismo bagaje -por mucho que nos digan que todos los docentes saben y hacen los mismo, no es cierto- pero existen personas, movimientos y tendencias presentes en la comunidad que las personas que deciden los proyectos acaban ninguneando, directamente porque el movimiento vertical jerárquico sólo atiende a aquellos que se alinean con las jerarquía superiores. Y eso es un enorme error porque produce resistencia.

El equipo: Nuestro sistema no contempla contar con líderes. Tener líderes significa que:

bien pueden discutir nuestras decisiones con lo que nuestro equipo debe ser de personas de alta capacitación, muy formadas en diferentes campos -multidisciplinar sería lo idóneo- y en los que se puede reconducir cada elemento para adecuarlo a la visión y los objetivos del mismo.

Dicen amén a lo que se plantea y sólo son los recursos humanos a los que les queda poco más que desgranar en pequeñas partes las órdenes recibidas desde arriba.

Cuando sucede lo primero tienes un equipo altamente competente en diferentes campos, tecnología, metodología, inteligencias múltiples, psicología, neuroaprendizaje, recursos humanos, …

Cuando sucede lo segundo (mucho más habitual) puede que tengas a personas que concuerden con tu idea inicial, sea buena o mala, pero resulta muy poco enriquecedor para el proyecto y como resultado tendrás un proyecto pobre.

La calidad de los recursos humanos y el papel que se le permite tener cuando estos son personas de alta cualificación, referencia en sus campos y docentes de vanguardia resultan determinantes para la calidad del proyecto. No contar con ese equipo ni objetivos para ellos, con sus rutas de trabajo y objetivos a corto, medio y largo plazo puede hacer sentir muy fácilmente confusión.

La sostenibilidad financiera. Todo lo anterior no tiene sentido si para adecuar esta innovación, no tenemos en cuenta las necesidades financieras a las que tendremos que hacer frente.

Si hemos realizado bien todos los puntos anteriores y queremos, de verdad, una innovación real en nuestras aulas, llegados a este punto, la cuestión económica será como mínimo real, tanto a nivel tecnológico como de recursos humanos. De no tenerlo en cuenta el proyecto se vuelve insostenible desde cualquier óptica.

En todo proceso de transformación es necesario que exista un adecuado aprendizaje del profesionaldocente para que pueda “subirse al carro“, pero dicha formación desconectada de la realidad docente del aula, inconexa con una verdadera revolución y que tiene como filosofía centrarse en el rol del docente en vez del rol que pretendemos que juegue el alumno en su propio aprendizaje es una formación “de cacharreo“, falto del acercamiento metodológico innovador.

La formación centrada en el aspecto técnico genera una diferencia nula en un proyecto de innovación, es más, aparece la tan poco deseada ansiedad a la que podemos someter al profesional que se ve inundado de elementos que le superan.

Y esto sucede también cuando se tensa demasiado la cuerda, cuando quemamos a los buenos profesionales que están dándolo todo, o dejando morir a los que realmente generan un cambio real, sin aportarles un merecido valor a su persona ya a su trabajo. No, desde luego en recursos humanos es donde menos debería darse el “café para todos”.

Curiosamente, en prácticamente todas las innovaciones generadas por la administración hay una cuestión que prácticamente nunca se tiene en cuenta, y es el diseño del entorno. como mucho se pone encima de la mesa cuestiones técnicas (importantes eso si) como el acceso ala Red, pero es a día de hoy donde todavía se prima la conectividad por cabe, en un mundo dominado por el uso de dispositivos digitales permanentemente conectados a Internet. Pero la transformación del entorno va mucho más lejos.

Desde la concepción de los centros educativos de manera actualizada: espacios abiertos, multifuncionales, transparentes, ambientales…

Y un mobiliario que no sea prácticamente el mismo que se utiliza desde hace 30 años, un mobiliario cómodo para la lectura, funcional para el trabajo en equipo, facilitador para el desarrollo de la alfabetización audiovisual…

El entorno tecnológico tambén exige unas condicioens ocmo el acceso a servidores seguros y próximos en los propios centros para facilitar el acceso a recursos, la posiblidad de trabajo en remoto para los docentes, las posibles necesidades de plataformas -que ni se plantean en la administración- para subir contendos audioviaules a plataformas modernas y sencillas de utlizar por el docente… y no, Drupal ni es la major alternativa ni la más capaz.

Pero también ambientes, tecnologías y mobiliario que permitan ser porosos a lo que sucede fuera de nuestros muros escolares, muros en los que nos recluímos pensando que lo que hacemos dentro es esencialmente lo que se necesita fuera… aunque ninguno de los administradores que toman las decisiones hayan nunca trabajado en dicha realidad. En definitiva, espacios que permitan a la sociedad entrar… empezando por las familias.

La frustración hará acto de presencia tan pronto como el aspecto técnico no funcione, la wifi no vaya fluida, los equipos se caigan, no puedan instalarse elementos de valor, el mobiliario no cumpla con los objetivos o las salas de trabajo se conviertan en un horno o en un congelador.

En sexto lugar, tenemos que ser capaces de medir qué pasa cuando incorporamos un proyecto a la realidad docente. El hecho de hacerlo primero en pequeña escala, de dotar de herramientas de evaluaciónde los nuevos elementos y que dicha evaluación sea tendida en cuenta para recalibrar, y si es necesario parar, el proyecto.

¿Cómo beneficia el nuevo proyecto en el aprendizaje del alumnado? si no tenemos definido filosóficamente qué queremos que aprendan, qué es importante o básico para sus vidas, todo lo demás no tiene sentido. Poco importa meter hardware en las escuelas si no creemos que la creatividad es importante, que el desarrollo de la persona necesita de arte, de trabajo colaborativo, etc, que la competencia digital es mucho más que utilizar un ordenador para hacer procesamiento de textos o actividades de cálculo. El aprendizaje y lo que entendemos por aprender es la base de todo.

Evaluar su impacto con nuevas formas y visiones ante el nuevo paradigma es obligatorio. Si queremos medir lo de siempre con nuevos elementos, tendremos como resultado un disparate. Si pretendemos que los estándares, la memoria, el cálculo mecánico sea lo imperante, no estamos valorando realmente lo que necesita nuestra sociedad ni ahora ni en el futuro.

¿El resultado? fracaso.

Lo cual nos hace volver a plantearnos la primera pregunta y como decía Ken Robinson:

Si te dedicas a enseñar a alguien a hacer una cosa muy bien,

luego no te extrañes que sólo sepa hacer eso

Para terminar, quería agradecer a Josep Vicent Climent por la presentación que realizó en Amsterdam algunas de cuyas imágenes se muestran aquí mismo y que tan amablemente me ha facilitado para completar gráficamente esta entrada.

Fuente artículo: https://ined21.com/elementos-la-innovacion-educativa/

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Cuba: Universidad de Camagüey, luces de la educación del futuro

Centro América/Cuba/08 Noviembre 2017/Fuente: Prensa Latina
Organizada por la Universidad de Camagüey, la Conferencia Internacional de Ciencias de la Educación, reúne desde hoy al centro-oriente cubano, especialistas de varios continentes enfocados en diversas temáticas pedagógicas, en busca de perspectivas y cambios.
En medio de la jornada de celebraciones por el medio siglo de vida de la primera institución universitaria creada por la Revolución cubana, el evento debate asuntos medulares, como la formación integral de los profesionales, la instrucción socio-emocional, estrategias y estilos de aprendizaje, educación ciudadana, cultura extensionista y ética.

Otros de los tópicos de gran interés resulta la innovación educativa a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, que a decir de la doctora María de los Ángeles Legañoa, ‘juegan un rol importante en los escenarios y prácticas pedagógicas’.

El centro de Convenciones Santa Cecilia, ubicado en el corazón del área de la urbe declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, acoge los simposios con asuntos de importancia vital para el desarrollo y el bienestar de la población, entre ellos la educación ambiental.

Precisamente la doctora en Ciencias pedagógicas, Alisvech Águila, se refirió a este espacio como ‘la posibilidad socializar resultados que desde el punto de vista educativo llegan a varios niveles de enseñanza, que trascienden los propios trabajos doctorales’.

‘Las investigaciones de maestrías y tesis doctorales las llevamos a la práctica en las comunidades, especialmente en las costeras, pues la educación ambiental conforma la agenda priorizada de la política del país para la preservación de los ecosistemas y de toda las personas que de ellos se benefician’, acotó Águila.

En la conferencia magistral, en la inauguración del evento, el rector de la Universidad de Camagüey, Santiago Lajes, expresó que la educación de calidad está comprometida con el futuro de Cuba hacia una sociedad inclusiva en el siglo XXI.

Además de los talleres , el diálogo y los intercambios científicos, los investigadores nacionales y extranjeros, recorren sitios de interés socio-histórico de una ciudad con una rica vida cultural y con más de medio milenio de existencia; una de las primeras fundadas por los españoles en Cuba.

Desde su creación, en noviembre de 1967, la casa de altos estudios camagüeyana ha egresado más de 30 mil profesionales, entre ellos una cifra superior a los mil educandos extranjeros, procedentes de 25 naciones de Latinoamérica, Asia y África.

Perspectivas en la formación integral de los profesionales, la superación de los docentes y un adecuado clima laboral, prima en la la UC donde se cursan más de 40 carreras de las ciencias Agropecuarias, Técnicas, Sociales, Económicas, Jurídicas, Pedagógicas y de la Cultura Física.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=129874&SEO=universidad-de-camaguey-luces-de-la-educacion-del-futuro
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