“ La innovación en la educación vive una primavera pedagógica ”
Miquel Àngel Prats (Barcelona, 1970), director científico del congreso ITworldEdu y de los estudios de Educación Infantil en Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y el Deporte Blanquerna de la Universitat Ramon Llull, comparte con Educaweb los logros que este evento sobre innovación educativa ha conseguido durante sus 10 años de vida.
Para el doctor en Pedagogía y profesor titular de Tecnología Educativa e investigador responsable de la línea eduTIC del Grupo de investigación en Pedagogía, Sociedad e Innovación con el apoyo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (PSITIC), elITworldEdu ha conseguido que el ámbito empresarial tecnológico y las entidades educativas puedan conocerse y crear sinergias juntos para beneficio de la educación.
Prats, quien fue director de las primeras cinco ediciones del mencionado congreso, considera que actualmente los centros educativos están viviendo «una primavera pedagógica», pues se hallan más dispuestos a innovar.
¿Qué ha aportado el ITworldEdu a la educación?
Este evento nació con la finalidad de que el ámbito empresarial tecnológico que presta servicios a la educación conociera de cerca las necesidades que el mundo educativo tenía. Era muy importante también que las empresas tecnológicas enfocadas a la educación se conocieran entre sí para que no repitieran productos y se pudieran detectar nuevas oportunidades.
Básicamente, el objetivo del evento era que se establecieran puentes de contacto entre la oferta y la demanda, aparte de promoción económica y negocio para las empresas, cuestiones también legítimas. A mi modo de ver, el evento permite impulsar la tecnología educativa y, en el fondo, mejorar la educación.
A lo largo de estos 10 años hemos visto cambios muy significativos, tanto por políticas educativas que han fomentado el uso de tecnología como por la importancia que los centros, profesores y los propios estudiantes le han dado. Ha habido una evolución (lenta) y podemos decir ya que el tema tecnológico en la educación está a la orden del día. Una escuela que hoy en día no se plantea la cuestión digital es una escuela que en el fondo acaba siendo negligente.
¿Qué balance hace de los 10 años del ITworldEdu?
El balance del congreso es muy positivo. En este sentido ha habido cambios de todo tipo. Sobre todo, pedagógicos y también tecnológicos… Por ejemplo, qué se entiende por una escuela digital, o un aula digital. Y no sólo eso, en este caso también se han tratado las competencias digitales tanto de alumnos como de los docentes.
Creo que el evento ha provocado que el mundo tecnológico -de la mano de las empresas tecnológicas al servicio de la educación- se han conocido, se han identificado y se han estructurado y de aquí ha surgido un clúster. La gran aportación, entre otros muchos aspectos, del ITworldEdu es que al final ha permitido que se haya creado un clúster de empresas. Un Cluster de empresas que pueden conocer mejor al ámbito educativo y que le pueden aportar mejores soluciones.
¿Cómo han evolucionado las temáticas del ITworldEdu? ¿De qué se hablaba antes y de qué se habla ahora en cuanto innovación educativa?
Inicialmente se hizo una exploración sobre lo que se utilizaba en la escuela en el ámbito tecnológico. El punto de inflexión en las temáticas fue cuando explotó la política de la escuela 2.0, de un ordenador por niño, pues hubo una gran eclosión de lo que significaba la tecnología en el mundo escolar. El «uno por uno» puso de relieve cómo tenía que ser una escuela digital y la función docente. A partir de ahí se ha realizado una gran diversificación de temáticas, de lo que es el liderazgo, de la innovación pedagógica, y de cómo deben llevarse los procesos de la innovación en este sentido.
El último ITworldEdu acabó con lo que hemos denominado «una primavera pedagógica» porque nos hemos percatado de que los centros están muy activos, y podemos afirmar sin llegar a equivocarnos que hay muchas ganas de innovar con el uso de la tecnología por parte del profesorado. Se están haciendo cosas muy interesantes y lo que intentamos en el congreso es hacer emerger experiencias buenas que puedan ser extrapolables. Lo más interesante del ITworldEdu es que hemos sido capaces de poder identificar buenas prácticas para que la gente las pueda copiar o transferir a sus centros. Y, sobre todo, de la mano principalmente de alumnos y profesores.
¿Qué se puede esperar del próximo ITworldEdu?
En el último congreso una de las actividades más exitosas han sido los talleres prácticos, sobre todo porque han tenido que estar liderados, como decíamos antes, tanto por los profesores como por los propios alumnos y esto ha sido un gran reto, un punto muy a favor. El hecho de que tengas alumnos de primaria, ESO o bachillerato explicando el taller ha sido muy relevante y seguramente los repetiremos.
¿Qué criterios se siguen a la hora de elegir el programa y los ponentes?
Sobre todo, que los mensajes de cada uno de los speakers puedan ser extrapolables o tener doble lectura, tanto para el ámbito empresarial tecnológico como para los responsables de los centros educativos y sus responsables de innovación. Para quienes organizamos el congreso es importante que las conferencias aborden temas relacionados con gestión del cambio, liderazgo e innovación educativa, entre otros.
Intercambiar buenas prácticas es clave para transformar la educación
¿Cuáles son los principales retos que afrontan las instituciones educativas para gestionar la transformación digital de la educación?
Uno de los principales es aún el reto de la conectividad, el segundo tiene que ver con la resistencia del profesorado, el tercero con el liderazgo de la innovación tecnológica, y el cuarto gran reto es todo lo que supone llegar a hacer emerger buenas prácticas y experiencias interesantes con el uso de la tecnología. En este caso, a través de la creación de redes de profesores que intercambien buenas prácticas, por ejemplo.
Es importante poner en contacto a profesores para que compartan sus experiencias. Esto ya sucede, pero lo que ocurre es que muchas veces acaban siendo «los mismos sospechosos habituales«. Es necesario tener en cuenta que hay muchas escuelas que son modestas o discretas y que están haciendo cosas muy interesantes, incluso con pocos recursos tecnológicos. Estas son también las que valen la pena que se den a conocer.
Nos hemos dado cuenta de que hay escuelas que tienen mucha tecnología en su centro, pero que no la saben aplicar; sin embargo, hay otras que tal vez tienen poca, pero han sabido aprovecharla para innovar. Tenemos escuelas públicas que están liderando procesos de transformación educativa, y de la misma forma escuelas concertadas-privadas que están en proceso de transformación.
Como he señalado, una de las conclusiones a las que llegamos en el último ITworldEdu es que estamos viviendo una primavera pedagógica en la que el profesorado se está poniendo las pilas, se está formando, haciendo grandes esfuerzos para innovar. Aún falta mucho por hacer, pero se están haciendo muchas cosas. Y es importante decirlo y verlo.
¿De qué evidencias disponemos sobre los beneficios que aporta la tecnología en el proceso de aprendizaje de los alumnos?
Las tenemos mucho más a nivel cualitativo. En primer lugar, muchos profesores acaban diciendo que con la tecnología en la educación los alumnos se motivan más, pero eso no es suficiente.
La tecnología es capaz de aportar un campo de simulación, reto y exploración mucho más interesante. Por lo tanto, en segundo lugar, otra evidencia es que la tecnología nos aporta grandes posibilidades didácticas, que es necesario explorar más. Lo que falta es tiempo para poder aprovecharlas y ver sus potencialidades, tiempo para poder experimentar con ellas.
Y, en tercer lugar, una de las evidencias más claras es que las tecnologías permiten al alumnado ser mucho más autónomo en el momento del aprendizaje, es capaz de acceder a las fuentes de información, de formarse a él mismo, ser mucho más organizado. El alumnado que accede a internet se espabila más y es mucho más autónomo, siempre y cuando tenga una buena orientación y guía por parte de sus profesores.
¿Qué medidas se deberían tomar para que estas evidencias y buenas prácticas se generalicen y tengan impacto en todo el sistema educativo?
Primero tiene que haber una buena política educativa por parte de la administración pública que fomente el uso de la tecnología en la educación; no solo en el sentido de aportar materiales o máquinas, sino que ayude al profesorado a obtener estas competencias digitales.
Por otro lado, es muy importante que los centros tengan una hoja de ruta, un plan estratégico y que el equipo directivo lidere la transformación educativa que necesita el centro. Es necesario también que el centro cuente con una buena dotación tecnológica y que exista un soporte y acompañamiento al profesorado de manera continua.
En resumen, si un centro tiene una hoja de ruta, un liderazgo del equipo directivo, el centro está bien dotado de recursos tecnológicos y además cuenta con un buen programa de acompañamiento al profesorado y lo mima, entonces tiene todos los ingredientes para poder hacer un buen plan de trabajo.