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¿Quién tiene derecho a defenderse: el verdugo o su víctima?

Por: María Landi

A quienes conocemos y apoyamos la causa palestina nos resulta casi tan intolerable como las vidas perdidas en cada nuevo ataque israelí la forma en que los medios hegemónicos ‘informan’ sobre lo que está pasando. El economista y político griego Yanis Varoufakis lo expresó así hoy: «Imaginen que los reportes sobre los disturbios en Soweto contra el Apartheid no mencionaran nunca el Apartheid, sino que se concentraran únicamente en la violencia de los jóvenes o en la pérdida de vidas y bienes causada por los militantes negros. Esto es lo que nos encontramos hoy en los informes de los medios de comunicación occidentales sobre Palestina. Cuando la verdad es sustituida por el silencio, dijo una vez un disidente, el silencio es una mentira. Y cuando esta mentira se refiere a la limpieza étnica de una población nativa y a la instalación de un estado de apartheid, quienes perpetúan la mentira a sabiendas son partícipes del crimen.»

Mientras leo las cifras crecientes de muertes en Gaza (más de 100, incluyendo 22 niñas/os), es imposible no recordar la brutal masacre cometida allí por Israel en julio-agosto de 2014: 2200 personas asesinadas en 20 días, 550 de ellas niñas y niños, decenas de miles heridas y mutiladas. Es imposible, también, olvidar que cuando hace tres años la población de Gaza decidió protestar pacíficamente contra el bloqueo en la llamada Gran Marcha del Retorno, fue también masacrada por francotiradores apostados en la valla que encierra a Gaza. El saldo de esas protestas semanales pacíficas fue igualmente sangriento: centenares perdieron la vida y decenas de miles recibieron heridas irreversibles; los soldados israelíes usaron balas especiales que pulverizan los huesos, y cientos de jóvenes fueron amputados.

Y sin embargo los medios continúan condenando la violencia de Hamas. En el mejor de los casos se habla de un “conflicto”, y la comunidad internacional llama a “ambas partes” a cesar las hostilidades. Como si se tratara de dos países vecinos que se disputan un territorio. No se dice que de un lado hay una potencia militar y nuclear (la cuarta del mundo) que recibe millones en ayuda estadounidense y del otro un pueblo oprimido que no tiene ejército ni tanques ni aviones de guerra, y que resiste como puede el robo cotidiano de su tierra y su agua, el asesinato y encarcelamiento de sus jóvenes y una vida entera carente de todos los derechos fundamentales.

Pero esa falsa asimetría desaparece del discurso cuando se afirma que “Israel tiene derecho a defenderse”. ¿Acaso el pueblo palestino no tiene derecho a defenderse? ¿Realmente el victimario tiene derecho a defenderse de su víctima? Digámoslo claramente: según el Derecho Internacional Humanitario que rige para Palestina, una potencia ocupante no tiene derecho a defenderse del pueblo que mantiene bajo ocupaciónPor el contrario: Israel como potencia ocupante tiene el deber de velar por la seguridad de la población y el territorio que ocupa.

El lenguaje del ‘conflicto’ y del ‘enfrentamiento’ que iguala al ocupante y al ocupado, al colonizador y al colonizado, oculta que el origen de la cuestión palestina-israelí es un proyecto colonial de asentamiento –el sionismo− surgido en Europa a fines del siglo XIX que se propuso conquistar la tierra de Palestina, expulsar a su población árabe nativa y sustituirla por personas judías provenientes de todo el mundo. Tras un proceso masivo de inmigración judía europea, facilitado por el Mandato Británico en las primeras décadas del siglo XX y acelerado por el nazismo, el Estado de Israel fue creado en 1948 sobre las ruinas de 500 localidades palestinas destruidas tras una violenta campaña de limpieza étnica (Nakba o ‘catástrofe’ en árabe) que asesinó a unas 30.000 personas, expulsó a otras 800.000 y las convirtió en refugiadas a las que hasta hoy no se les permite regresar (ni a sus descendientes) porque son una amenaza demográfica para el Estado judío.

El falso mito fundacional sionista que prometía “una tierra sin gente para un pueblo sin tierra”, ignorando y despreciando ─como todo proyecto colonial─ a la población nativa, significa en la práctica apoderarse del máximo de tierra con el mínimo de árabes. De esa población excedente hay que deshacerse, ya sea por métodos violentos (como ahora en Gaza) o perversamente sofisticados, como el complejo sistema de ocupación y colonización en Cisjordania y Jerusalén, o las más de 50 leyes que discriminan a la población árabe dentro de Israel. El objetivo es que todos se vayan. Porque más allá de la retórica para consumo occidental sobre “los dos Estados”, en el proyecto sionista no hubo nunca lugar para la población palestina.

Ese sistema de dominación fue por fin calificado este año de apartheid por la principal organización internacional de derechos humanos, Human Rights Watch, y por la más importante de Israel, B’Tselem. Superando la falsa separación entre el Israel ‘democrático’ y los territorios que ocupa y coloniza, se afirma inequívocamente que «En toda la región entre el Mar Mediterráneo y el río Jordán, el régimen israelí implementa leyes, prácticas y violencia estatal con un diseño destinado a cimentar la supremacía de un grupo: el judío, sobre otro: el palestino

Pero de esto no hablan los medios occidentales. Para ellos la noticia empieza siempre con la primera víctima israelí o el primer cohete disparado desde Gaza, sin antecedentes ni contexto. Mientras no lanzan cohetes, los medios ignoran la lenta agonía que es la vida cotidiana para los dos millones de personas encerradas en esa gran cárcel israelí que es la Franja de Gaza, bloqueada por aire, tierra y mar desde hace 14 años. No es noticia que el agua esté contaminada, la energía eléctrica limitada a unas horas diarias, los hospitales desabastecidos, la economía destruida, el desempleo generalizado y las perspectivas de futuro reducidas a escombros igual que las viviendas con cada periódico bombardeo israelí. Como escribió un joven de Gaza: «Aquí estamos sangrando en silencio, todo el tiempo. Independientemente de esta o aquella guerra. (…) tenemos que elegir entre una muerte rápida en tiempos de guerra o una muerte silenciosa bajo el bloqueo».

Del mismo modo, los medios occidentales ignoraron la escalada de ataques y provocaciones de colonos y tropas israelíes que la población palestina de Jerusalén Este venía sufriendo desde el comienzo del Ramadán. Ignoraron las marchas de judíos extremistas por las calles de la Ciudad Vieja gritando consignas racistas como “muerte a los árabes” y prometiendo quemar sus casas y aldeas. Ignoraron las vallas colocadas por la policía israelí en la explanada de la Puerta de Damasco, la principal entrada a la Ciudad Vieja (y centro neurálgico de la vida social y económica palestina) para impedir las reuniones festivas que tienen lugar allí al caer el sol cuando se rompe el ayuno.

Ignoraron también la inminente expulsión de familias palestinas del barrio Sheikh Jarrah por parte de organizaciones de colonos judíos que pretenden quedarse con sus viviendas. No fue noticia que tras décadas defendiendo sus hogares en una lucha desigual, Sheikh Jarrah se convirtiera en símbolo de resistencia a la limpieza étnica y la judaización violenta que Israel lleva a cabo en Jerusalén. Ni fue noticia la brutal represión de la policía y los ataques de colonos armados contra la gente de Sheikh Jarrah y de muchas localidades palestinas de Israel (pues la de Cisjordania no tiene permitido entrar a Jerusalén) que llegó para solidarizarse.

Tampoco fue noticia la violencia arrogante con que las fuerzas israelíes armadas a guerra irrumpieron en la Explanada de las Mezquitas durante las oraciones del viernes y el sábado; ni siquiera cuando el lunes invadieron la mezquita de Al Aqsa (el lugar más sagrado para el pueblo palestino) armados a guerra, disparando, gaseando e hiriendo a más de 400 fieles y convirtiendo la mezquita en un campo de batalla. Quizás no hubo portadas ni titulares porque las víctimas eran musulmanas, los victimarios judíos y el templo destrozado no era una sinagoga ni una iglesia. Pero las imágenes del ataque dieron la vuelta al mundo en tiempo real y causaron indignación en las redes sociales. Y también llegaron a Gaza.

Los medios tampoco informaron que Hamas dio un ultimátum a Israel exigiéndole que antes de las 6 de la tarde retirara sus tropas de Al-Aqsa y de Sheikh Jarrah. El ultimátum fue ignorado, y los primeros cohetes fueron lanzados desde Gaza. Esta vez no buscaban llamar la atención sobre el bloqueo intolerable que sufren sus habitantes, sino decirle a Israel que no puede atacar Jerusalén durante semanas y esperar que la resistencia no responda.

Como expresaron Ibrahim y Afaf, jóvenes de Gaza: «No es sólo una conexión religiosa. El pueblo palestino ve a Jerusalén como una parte inseparable de su identidad nacional y de su historia. En los últimos días, cientos de palestinos de Gaza han salido a la calle a manifestar su rabia por lo que está ocurriendo en Jerusalén y en Sheikh Jarrah.» «Es un sentimiento. Y es que, al fin y al cabo, los palestinos estamos dispersos por todo el mundo. (…) Pero cuando se trata de Jerusalén, todos somos uno. En una realidad de total segregación entre las distintas comunidades palestinas, esta ciudad es el último fragmento de nuestra unidad. Eso es lo que alimentó la ira en Gaza hacia lo que está sucediendo en Sheikh Jarrah, la Puerta de Damasco y la Mezquita de Al-Aqsa

A lo largo de la Historia ningún pueblo oprimido dejó de resistir. La violencia continúa porque la Nakba −de la que se cumplen 73 años este mes− continúa todos los días sobre la tierra de Palestina. «Los viejos morirán y los jóvenes olvidarán» afirmó Ben Gurión. Pero ese pueblo tiene memoria y se niega a desaparecer; aun en el exilio o en los campos de refugiados, las familias conservan las llaves de las casas que les robaron y las pasan a las nuevas generaciones; y estas aprenden desde la cuna que Palestina es su patria y que “existir es resistir”.

Fuente: desinformemonos.

Ilustraciones: Latuff

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Casi 60 muertos en la Franja de Gaza; se teme “guerra a gran escala”

Por: La Jornada 

Tel Aviv. Los enfrentamientos entre los grupos armados palestinos, que lanzaron más de mil cohetes hacia territorio israelí, e Israel, que bombardea intensamente la Franja de Gaza, dejaron 58 muertos y hacían temer este miércoles una «guerra a gran escala».

Israel despertó el miércoles con daños considerables que no se veían desde la guerra de Gaza de 2014, con casas y coches destrozados.

Hasta ahora los enfrentamientos dejaron al menos 58 muertos en ambos bandos, 53 en Gaza, entre ellos 14 niños, y cinco en Israel. También hubo tres muertos en Cisjordania en incidentes separados con el ejército.

La violencia tiene su origen en los disturbios del fin de semana en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del Islam, en Jerusalén Este, anexionado por Israel en 1967.

La preocupación crece en la comunidad internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU se prepara para otra reunión de emergencia el miércoles.

El presidente ruso, Vladimir Putin, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan, llamaron este miércoles a la «desescalada», igual que lo hizo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mientras que el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, advirtió del riesgo de una «guerra a gran escala».

Por su parte la Corte Penal Internacional (CPI) advirtió que se pueden haber cometido «posibles crímenes» de guerra.

Estado de emergencia en Lod

En Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu declaró el estado de emergencia en la ciudad de población mixta judía-árabe de Lod, donde la policía informó de disturbios por parte de los residentes árabes.

Una violencia que el presidente israelí Reuven Rivlin calificó de «pogromo» por parte de «una multitud árabe sedienta de sangre».

Algunos observadores temen que los disturbios civiles se intensifiquen. En varias ciudades mixtas del país, manifestantes con banderas palestinas quemaron coches y propiedades, atacaron a automovilistas y se enfrentaron a la policía.

Según el ejército, los ataques aéreos israelíes, los más intensos desde 2014, son una respuesta a los «más de mil cohetes» lanzados por varios grupos armados desde la Franja de Gaza hacia Israel desde la noche del lunes.

De ese total, unos 850 cohetes cayeron en Israel o fueron interceptados por el sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro, y los demás se estrellaron en la Franja de Gaza, según el ministerio israelí de defensa.

«Calma duradera» antes de la tregua

El miércoles el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, dijo durante una visita a la ciudad israelí de Ascalón que «el ejército seguirá atacando para garantizar una calma total y duradera» y aseguró que «solo cuando hayamos alcanzado este objetivo podremos hablar de tregua».

Israel ha lanzado cientos de ataques aéreos contra el enclave palestino de Gaza, controlado por Hamas, dirigidos a lo que el ejército describe como emplazamientos militares palestinos.

Además del creciente número de muertos, más de 320 palestinos resultaron heridos, y muchos fueron rescatados de las ruinas de los edificios. Del lado israelí, más de 100 personas resultaron heridas.

Hamas lanzó el lunes por la noche una salva de cohetes como gesto de «solidaridad» con los más de 900 palestinos heridos en los enfrentamientos con la policía israelí en Jerusalén Este.

En el norte de Gaza, cinco miembros de una misma familia murieron el martes por un ataque israelí, entre ellos dos hermanos, Ibrahim y Marwan, que estaban llenando sacos de paja.

«Estábamos riendo y divirtiéndonos cuando de repente empezaron a bombardearnos. Todo lo que nos rodeaba se incendió», dijo a la AFP su primo, también llamado Ibrahim.

El martes por la noche la aviación israelí voló un edificio de 12 plantas en el que tenían sus oficinas altos cargos de Hamas y luego otro edificio de nueve plantas, en el que había un canal de televisión local, viviendas y tiendas.

El ejército dijo que el objetivo era el «jefe de inteligencia militar» de Hamas, Hasan Kaogi, y al «director de contrainteligencia» del movimiento islamista armado, Wael Isa.

El movimiento palestino anunció el miércoles la muerte de varios de sus comandantes, entre ellos Bassem Issa, jefe de su rama militar en la ciudad de Gaza.

Tras los ataques nocturnos, Hamas lanzó una nueva andanada de cohetes, de nuevo contra la ciudad Tel Aviv.

«Si [Israel] quiere una escalada, estamos preparados», dijo el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, y pidió a las fuerzas de seguridad que se retiren de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén Este, escenario en los últimos días de enfrentamientos entre la policía y manifestantes.

Fuentes diplomáticas afirmaron a la AFP que la ONU, con la ayuda de Catar y Egipto, inició una mediación con las partes «afectadas» para lograr una distensión.

https://www.jornada.com.mx/notas/2021/05/12/mundo/mas-de-50-muertos-en-la-franja-de-gaza-se-teme-guerra-a-gran-escala/

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Carlo D’Ursi: ‘Una infancia normal no la hay en sitios como Gaza’

Por: Rosana Lakunza

Yalla es un corto de ficción, basado en la historia real de cuatro niños que estaban jugando al fútbol en la playa de Gaza y un dron militar terminó con la vida de estos niños.

Carlo D’Ursi sigue inmerso en su mundo de ficción, fluctuando entre la realidad social y el entretenimiento puro y duro. hace un mes obtuvo el premio Forqué al mejor cortometraje con ‘Yalla’

Ha trabajado en series de televisión –la última, Sabuesos, en La 1 de TVE–, y ha tomado los mandos de producción o dirección de cortometrajes y largometrajes de gran contenido social como Yalla, Cartas mojadas, Tabib o Diamantes negros. Es un profesional que puede remover conciencias o hacer reír a carcajadas con una comedia negra como Jefe. Italiano de nacimiento, un día llegó a Euskal Herria, haciendo un curso Erasmus en la UPV y un máster de Marketing en la Universidad de Navarra. Su centro de operaciones ahora está en Madrid.

¿Cómo surgió la historia de Yalla?

Es la historia real de cuatro niños que estaban jugando al fútbol en la playa de Gaza y un dron militar los confundió, entre comillas, con milicianos de Hamás. El bombardeo terminó con la vida de estos niños. He recreado ese momento tan dramático quitando todos los diálogos y dejando solo la palabra yalla. También he eli- minado el color; es un blanco y negro onírico. Hay una yuxtaposición de imágenes. El blanco y negro a ras de suelo y la del dron en color.

¿Y qué sentido tiene dejar al dron en color?

Mi intención era crear una dicotomía cromática entre los que tienen recursos y están sentados cómodamente en una base militar a miles de kilómetros pilotando un dron, y los civiles a los que dispara este dron. La vida nunca será en color para los niños en Gaza.Solo podrá ser, como mucho, en blanco y negro.

¿Cuál es su pretensión?

Llamar la atención sobre las violaciones que hay de los derechos de la infancia en los conflictos armados. Por muy irónico que pueda parecer, la regla tiene unas reglas.

Resulta difícil creer que esas reglas existan…

Pero existen, e incluyen no atacar a personal civil, a personal sanitario, ni por supuesto a los niños. La infancia normal no existe en un territorio como Gaza. Después de hacer el anterior corto, Tabib, me he interesado por los derechos de la infancia en diferentes conflictos y he estado en contacto con asociaciones no gubernamentales. También es cierto que mi interés por los conflitos entre Palestina e Israel viene desde muy lejos. He investigado sobre ellos desde que era un adolescente.

Yalla es el retrato de un lugar horrible para jugar aun siendo niño.

Efectivamente. No solo en Gaza, hay muchos otros lugares donde jugar es una acción de alto riesgo. Fui a Belén en un viaje de prospección para otra película y conocí a un chico palestino cuyo hermano había muerto por el disparo de un militar al otro lado del muro, a donde había ido a recoger la pelota con la que jugaba al fútbol. Empecé a investigar y me encontré con que había habido varios casos de niños muertos mientras jugaban. Son los llamados casos colaterales. Durante esa investigación me encontré con el que he narrado en el cortometraje.

Muchos vemos los drones más como juguetes que como armas de guerra.

Pues la visión es al revés. El dron nace como un arma de guerra y luego se convierte en un juguete. El problema es que los drones militares son una lacra, porque no están regulados. Lo que queda claro son sus efectos en una guerra o en una zona en conflicto. Están construidos para no ser detectados por los radares, para ser invisibles, y ni siquiera se sabe de qué bando son. Causan esos daños llamados colaterales sin que haya ningún responsable. Nunca se sabe quién está detrás de uno de ellos, y estamos hablando de granjas de operadores de drones que se ocupan de moverlos desde distancias muy lejanas mientras se están comiendo un bocadillo.

¿Cree que Yalla va a llegar al corazón de alguien que tenga poder y que se intentará eliminar esos efectos colaterales?

Estoy seguro de que ha llegado al corazón de muchas personas, y eso lo ha evidenciado la última edición de los premios Forqué. Nunca tendré ni tendremos la seguridad de que las cosas vayan a cambiar, pero puedo garantizar que voy a seguir haciendo todo lo posible para que ocurra.

Ha hecho todo tipo de trabajos audiovisuales como productor, director y actor en series y películas, pero tiene especial querencia a los cortos, que parecen estar entre sus referentes.

Es cierto. Los cortos se han convertido en uno de los referentes de la línea editorial de la productora, pero no por una decisión de carácter empresarial; es más bien una decisión mía, una decisión humana.
Los cortos te permiten un espacio de libertad. Cuando producimos series o largometrajes no tenemos el mismo espacio de libertad. En el momento en el que intervienen presupuestos mucho más altos y están presentes diferentes empresas, hay que mediar entre todos los objetivos.

¿Le satisface más un corto?

Me satisfacen más los proyectos bien hechos, las buenas historias y las cosas bien contadas. Un corto supone un paréntesis de libertad que me puedo conceder, un espacio en el que pienso continuar viviendo.

¿Siente pasión por los temas sociales?

Siento pasión por contar historias. Dentro de las posibilidades que te ofrece el mundo audiovisual, podemos trabajar desde los temas sociales al entretenimiento puro y duro. Poder contribuir al desarrollo cultural y ético de un país produciendo cortos y películas de carácter social me hace vibrar y sentir que estoy cumpliendo con mi cometido como ciudadano, pero no es lo único a lo que me dedico. De hecho, tengo Diamantes negros, un drama social, pero también tengo Jefe, una comedia negra que está en Netflix. Hay cosas muy diferentes en mi currículo y todas pueden caber en mi sumario de intenciones.

¿Qué significa el termino Yalla?

Quiero aclarar que Yalla es un corto de ficción, no un documental. Hemos recreado lo que pasó en aquella playa, pero no lo hemos reconstruido. Yalla significa vamos, así que tiene diferentes significados, que van desde un grito de ánimo a un imperativo. Decidí reunir todos los significados en un único grito.

¿Qué más proyectos tiene?

Soy un hombre con la cabeza en el aire y los pies en la tierra. No puedo hablar de lo que no sé si voy a poder entregar. Próximamente vamos a estrenar Retrato de mujer blanca con pelo cano y arrugas, película que está protagonizada por Blanca Portillo, Imanol Arias, Ana Wagner y un servidor.

Es usted un renacentista que lo hace todo: producir, escribir, dirigir e interpretar.

Vivo en el ecosistema del audiovisual desde que tengo 11 años. Tengo siempre diferentes proyectos y distintas posibilidades que aportar, y lo que hago es poner al servicio del proyecto mi mejor versión. Me siento muy cómodo en los diferentes puestos que puedo realizar y voy a seguir viviendo
así. Llevo años haciendo todo eso que dices y todos mis proyectos me han llenado mucho.

Otro trabajo suyo ha estado nominado este año a los Goya, Cartas mojadas.

Sí, y no pudo ser. Cartas mojadas es la voz que acompaña al barco de la ONG Open Arms. Surge del fondo del mar. Son todas esas cartas que muchas madres escriben a sus hijos cuando comienzan la aventura de buscar un mundo, entre comillas, mejor. Este documental se ha rodado a lo largo de los últimos cinco años y trata sobre la crisis migratoria. Narra la odisea de las diferentes mujeres que han intentado cruzar el Mediterráneo, algunas con más suerte que otras.

No ha podido ser, pero, ¿qué significa un premio?

Significa mucho, pero estoy convencido de que también son un engaño para el ego. Te seducen mucho y a veces lo hacen malamente.

Acaba de recibir el premio Forqué, así que tendrá el ego más que seducido.

Ja, ja, ja… Muchas veces la gente confunde el premio con la tarta. El premio es la guinda sobre la tarta, pero no hay cumpleaños si no hay tarta. Hay que tomarse los premios en su justa medida. Lo que importa es lo que has querido contar y mostrar, la tarta, y lo digo desde el punto de vista de quien ya ha pasado por ello.

¿Sufre su ego ante un Goya perdido?

No. El trabajo de Cartas mojadas ya está hecho y se ha contado lo que en su momento queríamos. Hace años que mi ego ya no sufre, pero sí que ha sufrido en otras ocasiones y ya he aprendido a dejar de sufrir. Disfruto con el trabajo que hago, y me siento muy bien tanto cuando mis audiovisuales se meten de lleno en el mundo social como cuando hago reír a la gente con una comedia.

 

Fuente: www.noticiasdegipuzkoa.eus

Ver Trailer Yalla:

 

Fuente e imagen: https://palestinalibre.org/articulo.php?a=77073

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Israel sigue sometiendo a fuego al pueblo palestino

Por: Víctor Arrogante

El pueblo palestino sigue sufriendo. Más de setenta años han transcurrido y sigue sometido a los designios del estado judío de israel.

«Palestina es como Auschwitz», dijo José Saramago. Lo que está pasando contra los palestinos, es un crimen contra la humanidad. Los palestinos son víctimas de crímenes cometidos por el gobierno de Israel, con el aplauso de su pueblo y el apoyo de EEUU. Parece que no hay forma de frenar a Israel. La comunidad internacional y la propia ONU, desde el principio del «conflicto» no han sido capaces, ni con guerras ni con paces, de frenar la agresión sistemática de Israel contra el pueblo palestino

Hace unos días, la ONU expresó su preocupación por la continuada expansión de los asentamientos israelíes en territorios ocupados y urgió una vez más a las autoridades del país a detener inmediatamente estas actividades. «Reitero que los asentamientos no tienen validez legal y constituyen una violación flagrante de la legislación internacional«, señaló el enviado de la organización para Oriente Medio, Tor Wennesland, en una intervención ante el Consejo de Seguridad.

El pueblo palestino sigue sufriendo. Más de setenta años han transcurrido y sigue sometido a los designios del Estado judío de Israel. Hace más de dos mil años, quien estaba sometido al Imperio Romano era el pueblo judío. Roma ejercía su poder a través de un gobernador, quien exigía tributos para el mantenimiento de las tropas de ocupación y envío de remesas a la cosmópolis romana. Lo sobrante, como dicen en la vida de Brian, era para el «alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños públicos». Hoy es el Estado de Israel quien somete a fuego al pueblo palestino. Siento dolor y vergüenza por ello.

Mucho ha sucedido desde que Naciones Unidas aprobase el Plan para la partición de Palestina en 1947. Con supuesta buena fe, se pretendía dar respuesta al conflicto entre árabes y judíos en Palestina. La presión de la comunidad judía internacional y la mala conciencia de los actores —por no haber hecho todo lo necesario para parar y evitar el Holocausto judío, cuando todavía era posible—, hicieron que el plan fracasara; como todos los acuerdos, pactos y hojas de ruta, desde entonces. Se apoyó a los judíos y se dejó en el desamparo a los palestinos. En algún momento tiene esto que finalizar.

Palestina sigue siendo protagonista, no por los sucesos de hace más de dos mil años, ni por la partición de 1947. Palestina es miembro de la Corte Penal Internacional. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina Abu Mazen, abrió la vía de la justicia internacional, para denunciar los crímenes de guerra cometidos por Israel en los territorios ocupados, en la guerra de 1967. Con el apoyo de EEUU, Israel pidió al organismo, que rechazase la petición, porque la Autoridad Palestina no es un Estado. Pero todo ha sido en vano. El Estado palestino es el miembro 123 de la CPI. Ahora existe la posibilidad de que se juzguen los crímenes de guerra cometidos en los territorios palestinos ocupados. Todo es imposible.

Como todos los meses, el máximo órgano de decisión de Naciones Unidas se reunió para repasar los últimos acontecimientos en el conflicto palestino-israelí, centrándose en esta ocasión en la implementación de la resolución 2334, que entre otras cosas exige a Israel que detenga la construcción de colonias. La resolución fue aprobada a finales de 2016 gracias a la abstención de Estados Unidos, entonces bajo el Gobierno de Barack Obama, después de que durante años Washington protegiese a su aliado gracias a su derecho de veto. La decisión fue muy criticada por el Ejecutivo de Donald Trump, que estaba a punto de asumir el poder y que reforzó la alianza estadounidense con Israel.

Durante los últimos años la autoridad israelí ha seguido ignorando los acuerdos de la ONU y han continuado con la expansión de los asentamientos y con las demoliciones y confiscaciones en tierras palestinas. La ONU, frente al sistemático incumplimiento de Israel sobre el conflicto con Palestina, debería tomar otro tipo de decisiones, como sanciones que afectaran directamente a los intereses israelíes, que favorezcan la posibilidad de crear un Estado palestino contiguo y viable.

En la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel conquistó la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este, la península del Sinaí y los Altos del Golán en Siria. La guerra de Yom Kipur en 1973, fue iniciada por Egipto y Siria, para recuperar los territorios ocupados en los Seis Días, pero no lo consiguieron. Después de tantas operaciones militares, intifadas, ataques indiscriminados, innumerables resoluciones de la ONU, conferencias internacionales, acuerdos y pactos, las principales cuestiones siguen pendientes: la soberanía de la Franja de Gaza y Cisjordania; la formación un estado palestino; el estatus de la parte oriental de Jerusalén, Altos del Golán y Granjas de Shebaa; el destino de los asentamientos israelíes; y la situación de los refugiados palestinos. Israel, sistemáticamente ha incumplido todo.

Gaza sigue asediada. 1.500.000 de personas permanecen encerrados, en un territorio de 365 Km2. Confinados entre muros, la mayor prisión del mundo. Los ataques por tierra, mar y aire, no discriminan objetivos militares de los civiles. Los palestinos son considerados combatientes; los niños y las mujeres también. Los bombardeos se han cebado con ellos. Son los daños colaterales. Son crímenes de guerra, cometidos por un Estado, que dice hacerlo en su defensa.

La Fiscalía de la Corte Penal Internacional ha dado luz verde a una investigación en Palestina después de que los jueces confirmasen el pasado febrero que el tribunal tiene jurisdicción para juzgar supuestos crímenes de guerra presuntamente perpetrados por todas las partes en conflicto en los territorios ocupados por Israel. «La investigación abarcará delitos de la competencia de la Corte que presuntamente se han cometido desde el 13 de junio de 2014«.

La partición de la zona en dos estados, no contentó a ninguna de las partes. La Liga Árabe aprobó otra resolución que rechazó frontalmente la de la ONU, en la que advertía que, para evitar la ejecución del plan de partición, emplearía todos los medios a su alcance. Reino Unido abandonó Palestina el 15 de mayo de 1948, un día después de que David Ben Gurión declarase la independencia de Israel. Todo fue un desastre. Una historia sin fin, que ha dejado a su paso demasiadas muertes.

Por aquel entonces, los judíos celebraron la independencia y la creación del Estado judío, pero criticaron el plan, que dividía en tres zonas separadas el territorio asignado; poco viable y de difícil defensa. Los líderes árabes se opusieron al plan, por violar los derechos de la población árabe, que representaba el 67% de la población total, criticando que el 45% de la superficie de todo el país se adjudicaba al Estado judío, que representaba tan solo el 33% de la población. Agravio sobre agravio.

El pueblo palestino sufre las consecuencias de la política internacional desde hace demasiado tiempo. La economía palestina estubo al borde del colapso. Dejó de recibir más de 500 millones de dólares, por parte de Israel, lo que llevó a la ANP, que administra Cisjordania, a reducir los sueldos de casi todos sus empleados en un 40%. Israel hace una guerra total contra Palestina. Ya había tomado medidas similares en 2006, 2007 y 2008, haciendo que la economía en la zona dependiera de los donantes internacionales, a quienes pone todas las trabas posibles para su gestión humanitaria.

Los palestinos son reducidos a números y en el peor de los casos al olvido, bajo la sospecha que siempre persigue a las víctimas: «algo habrán hecho». Los crímenes se cometan con demasiada impunidad. Israel se ha convertido en el árbitro moral: decide lo qué debe ocurrir y lo qué no es posible hacer en Palestina; mientras sigue ocupando la tierra ocupada en la guerra y en la paz. Pero no hay solución militar posible «porque a pesar de todo, Palestina y los palestinos existen«. La única solución pasa por poner fin a la ocupación, a los asentamientos y a la exclusión; por justicia.

La zona sigue siendo un polvorín, aunque Israel tiene tratados de paz vigentes con Egipto y Jordania que garantizan su convivencia. Así mismo, tiene tratados de alto el fuego firmados con el Líbano, Siria y Arabia Saudí que, si bien no reconocen la existencia de Israel, sí han supuesto un mecanismo eficaz para el cese de las hostilidades. También existe un complejo acuerdo provisional con Palestina, que supone el establecimiento de una especie de protectorado israelí y un alto el fuego parcial.

El conflicto palestino, se ha cobrado demasiadas vidas humanas, las estimaciones oscilan desde los 51.000 fallecidos (35.000 árabes y 16.000 israelíes desde 1950 hasta 2007, hasta los 92.000 fallecidos (74.000 militares y 18.000 civiles) entre 1945 y 1995. Demasiado sufrimiento, que si en la edad moderna es insufrible, en otras épocas, que la Biblia como buen best seller, cuenta en primera personas, no lo fueron menos.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no ha alcanzado con sus potenciales socios la mayoría de 61 diputados de los 120 del Parlamento necesarios formar gobierno. El bloque de partidos opositores tampoco rebasa el mínimo suficiente, en las elecciones del 23 de Marzo. Netanyahu había prometido la construcción de 3.500 viviendas en una polémica zona que amenaza con dividir Cisjordania e impedir su continuidad territorial. En un acto de su campaña electoral anunció que había ordenado poner en marcha el proyecto urbanístico en el denominado sector E-1, situado al este de Jerusalén en territorio palestino ocupado desde 1967. Pese a los resultados y las declaraciones, parece que tampoco en esta ocasión se va a resolver el problema.

No se habla lo suficiente sobre la Palestina de hoy, sometida a la dictadura de la guerra sin cuartel por el Estado de Israel. Debería haber llegado la hora de frenar a Israel en su acoso contra Palestina; todo representa una vergüenza que la humanidad no es capaz de solucionar. El Estado de Israel somete a fuego, al pueblo palestino. Siento dolor y vergüenza por ello.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/israel-sigue-sometiendo-a-fuego-al-pueblo-palestino/

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Las sombras de la exitosa campaña de vacunación israelí que excluye a los territorios palestinos

Por: Sarah Babiker


Israel iniciaba el 19 de diciembre su plan de vacunación, tomando la delantera del impulso global para inmunizar a su población ante el covid-19. Poco más de un mes después, más de la cuarta parte de su población habría recibido al menos la primera dosis, y se está avanzando en el suministro de la segunda. El Gobierno israelí se ha permitido en estos últimos días vacunar masivamente a una población que no es de riesgo, la de los estudiantes de 16 y 18 años, para que puedan examinarse presencialmente. En definitiva, los titulares alabando la sobresaliente gestión de la vacunación en Israel salpican la prensa de estos tiempos pandémicos.

El país reúne ciertas características que facilitan el desarrollo de los programas de vacunación: un territorio poco extenso y bien comunicado, buenas dotaciones tecnológicas en general y en el ámbito sanitario en particular, y un ejército provisto de personal y medios suficientes para facilitar la distribución de la vacuna. Vacunas tampoco faltan, el gobierno israelí se ha hecho con 10 millones de dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech, seis millones de la Moderna, y un número aún desconocido de la AstraZeneca. La ciudadanía israelí puede estar segura de que antes o después será alcanzada por la campaña de vacunación. Los palestinos de los territorios ocupados no pueden celebrar lo mismo.

Netanyahu se propondría tener a toda la población mayor de 16 años vacunada para finales de marzo, coincidiendo prácticamente con la celebración de elecciones, donde se juega la continuidad al frente del gobierno

Según medios israelíes, Netanyahu se propondría tener a toda la población mayor de 16 años vacunada para finales de marzo, es decir, antes de las elecciones del día 23 de ese mes (las cuartas en menos de dos años). Las últimas semanas están siendo testigo del fervor vacunatorio del presidente Benyamin Netanyahu, que no pierde ocasión para hablar de la operación. “Israel va a convertirse en un modelo para el mundo, una experiencia piloto, y va a ser el primer país en emerger del coronavirus”, se enorgullecía el mandatario. De fondo, aplazados por la situación de emergencia y eclipsados por la situación pandémica, los procesos judiciales pendientes del político, acusado de fraude, cohecho y abuso de confianza, procesos que tendrían que haberse retomado en enero, y que han sido pospuestos por la emergencia sanitaria.

La población palestina excluida

La población palestina de los territorios ocupados, sin embargo, no verá la primera vacuna hasta probablemente marzo. Pese a que, como han recordado numerosas organizaciones, la IV Convención de Ginebra obliga a Israel como estado ocupante a prestar servicios médicos a la población que vive bajo ocupación, extremo que el país no admite argumentando que es la Autoridad Palestina quien tiene las competencias sanitarias.  Las autoridades israelíes acuden al Acuerdo de Oslo II en 1995 para respaldar sus argumentos. Sin embargo, el mismo documento aduce que las dos partes están obligadas a cooperar en la lucha contra las pandemias.

“Israel es un Estado racista, que negaría a palestinos como mi abuela la vacuna”, decía la congresista Rashida Tlaib al medio estadounidense Democracy Now en una entrevista el 19 de enero. La política estadounidense se sumaba así al reclamo que exige a Israel vacunar a la población palestina que ha quedado relegada de los planes de un Estado ocupante que sí que ha incluido a los colonos en los asentamientos ilegales de la Cisjordania ocupada.

“Moral y legalmente, este acceso diferencial a servicios de salud necesarios en la peor crisis sanitaria del último siglo es inaceptable”, denuncian expertos de Naciones Unidas

El 14 de enero, expertos de Naciones Unidas instaban a Tel Aviv a proveer de vacunas a la población palestina. “Moral y legalmente, este acceso diferencial a servicios de salud necesarios en la peor crisis sanitaria del último siglo es inaceptable”, afirmaban en el documento. “Nada puede justificar la realidad actual en algunos lugares de Cisjordania, donde las personas de un lado de la calle están recibiendo vacunas, mientras las del otro lado, no, en base a si son judíos o palestinos”, denunciaba el responsable de Human Rights International en un comunicado de la organización.

Mientras, los esfuerzos de la Autoridad Palestina para hacerse con vacunas para su población se está topando con numerosos obstáculos.  En primer lugar, no puede optar a las vacunas de Pzifer ante la incapacidad de mantener la rigurosa cadena de fío. Las 5.000 dosis de la rusa Sputnik V que se habrían contratado para suministrar al personal médico han sufrido varios retrasos. El contingente de AstraZeneca se espera para marzo, aunque hay cierta inquietud sobre el cumplimiento de los plazos. La farmacéutica está teniendo problemas para satisfacer sus compromisos con la Unión Europea, hecho que dibuja un panorama complicado para las autoridades palestinas.

También se espera que en marzo, lleguen vacunas a través del programa COVAX por el cual la OMS aspira a facilitar el acceso a la vacunación a 92 países de bajos recursos. La llegada de las vacunas se ve supeditada a la voluntad israelí a través de cuyos aeropuertos deberían entrar, y a quien la Autoridad Palestina debe pedir permisos de importación.Y es que no tener soberanía sobre las propias fronteras en plena pandemia mundial dificulta la salida de la crisis. Mientras los sucesivos confinamientos en territorio palestino han agravado la estructural crisis económica y empeorado los altos índices de desempleo, el confinamiento del lado israelí, dificulta el acceso de miles de palestinos tanto a sus puestos de trabajo —durante el primer confinamiento fueron muchos quienes tuvieron que pernoctar en condiciones insalubles en sus lugares de trabajo para no perder el empleo— como a la atención sanitaria que precisan.  A esto ha de añadirse el bloqueo que Israel ejerce desde hace 14 años sobre la franja de Gaza, donde se hacinan dos millones de personas, de las cuales muchas residen en campos de refugiados, y cuyas infrastructuras y hospitales están seriamente dañadas como consecuencia de las múltiples ofensivas israelíes y los obstáculos para introducir los materiales necesarios para la reconstrucción.

Una campaña de vacunación polémica

El debate en Israel no circula en torno al hecho de que los vecinos palestinos hayan quedado fuera del plan israelí. Si no que se centra en otros tres ejes: el uso político de la campaña de vacunación en plena campaña electoral, el costo que el ejercicio de propaganda internacional ha tenido para el Estado y la población, y la resistencia de los sectores ultraortodoxos a la vacuna y a las restricciones.

Así no pasa desapercibida para la oposición la capitalización política que pretende hacer Netanyahu de la cuestión. El líder, que fue el primer israelí en vacunarse, el 19 de diciembre, hizo de ello un acto público. En su afán inmunizador, el lunes 25 de enero desde su perfil de Facebook, encabezado por una foto suya sonriente en la vacunación, instaba a los mayores de 60 años que no se hubiesen vacunado a dejarle sus datos para llamarles personalmente y convencerles. El post fue borrado por la propia red social al infringir las cláusulas de privacidad.

Israel habría pagado a la alemana Pfizer-BioNTech las dosis a un precio muy superior al fijado para la Unión Europea. También acordó la cesión de datos médicos a la farmacéutica

Liderar la carrera de la vacunación, mientras las farmacéuticas no alcanzan con su capacidad de producción para cumplir con sus compromisos y empiezan a recibir reclamos y denuncias por parte de cada vez más Estados, tiene un costo. Israel habría pagado a la alemana Pfizer-BioNTech las dosis a un precio muy superior al fijado para la Unión Europea. El costo no se reduce a lo económico, el mismo Netanyahu anunció que se había acordado con la farmacéutica la cesión de datos de las personas vacunadas, algo que ha despertado críticas en el país. Mientras que desde el gobierno se insiste en que los datos médicos se usarán exclusivamente con fines de control epidemilógico, y se tratará de estadísticas anónimas, el pasado 19 de enero se vio forzado a mostrar el contrato, un documento de 20 páginas del que había tachado el precio pagado por las dosis.Con las elecciones en mente un tercer elemento podría complicar las opciones de Netanyahu de ser elegido de nuevo primer ministro: la rebelión de los ultraortodoxos ante las restricciones impuestas para afrontar las pandemia. La pretensión de que este sector de la población, que tiende a seguir sus propias normas, aplicara las restricciones en sus centros de estudio y reuniones religiosas, han generado descontento.

En la última semana, los ultraconservadores han causado incidentes, en manifestaciones que han acabado con enfrentamientos contra la policía. La noche del domingo llegaron a prender fuego a un autobús tras expulsar a su conductor árabe del mismo. Mientras, algunos rabinos extremos, lanzan proclamas contra la vacunaciones que incluyen extraños miedos, como un supuesto cambio de orientación sexual. Netanyahu depende de los partidos que tienen como base electoral a este sector de la sociedad para permanecer en la presidencia por lo que tampoco se puede permitir una condena frontal a sus acciones.

Fuente e imagen: El Salto

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Israel: ONG israelí denuncia régimen de racista en su país

Asia/Israel/15-01-2021/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

La organización denunció que Israel insiste en «promover y perpetuar la supremacía de los judíos sobre los palestinos”.

La ONG por los derechos humanos, B’tselem calificó este miércoles a través de un comunicado a Israel y a su control de los territorios palestinos como “un solo régimen de apartheid».

B’Tselem sostuvo en el documento que la política del primer ministro Benjamín Netanyahu ha promovido «un apartheid de facto» que se perpetúa para millones de palestinos desde 1967.

La organización israelí denunció que el estado judío no es una democracia a la que se le atribuye una ocupación, sino que “es un solo régimen desde el río Jordán hasta el mar basado en una política que consiste en promover y perpetuar la supremacía de los judíos sobre los palestinos”.

Fuentes diplomáticas de Israel han reaccionado de forma inmediata para calificar este informe de “propaganda” y rechazan lo que consideran “acusaciones falsas basadas en un punto de visto ideológico, y no en la realidad”.

Creado en 1989 durante la primera intifada, B’Tselem documenta abusos contra los derechos humanos en Judea y Samaria (Cisjordania), Jerusalén oriental y Gaza. En presentaciones ante las Naciones Unidas y la Unión Europea, sus representantes han alegado que los israelíes han cometido violaciones de derechos humanos y en ocasiones crímenes de guerra.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/israeli-denuncia-regimen-racista-20210113-0039.html

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Preparación para reapertura del jardín de niños en Israel

Asia/Israel/25-10-2020/Autor(a) y Fuente: Spanish. xinhuanet. com

Una maestra de jardín de niños israelí realiza trabajos de limpieza como preparación para la reapertura del jardín de niños en la ciudad de Modiin, en el centro de Israel, el 16 de octubre de 2020.  (Xinhua/Gil Cohen Magen)

ISRAEL-MODIIN-COVID-19-JARDIN DE NIÑOS-REAPERTURA-PREPARACION

 MODIIN, 16 octubre, 2020 (Xinhua) — Una maestra de jardín de niños israelí realiza trabajos de limpieza como preparación para la reapertura del jardín de niños en la ciudad de Modiin, en el centro de Israel, el 16 de octubre de 2020. (Xinhua/Gil Cohen Magen)

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MODIIN, 16 octubre, 2020 (Xinhua) — Una maestra de jardín de niños israelí realiza trabajos de limpieza como preparación para la reapertura del jardín de niños en la ciudad de Modiin, en el centro de Israel, el 16 de octubre de 2020. (Xinhua/Gil Cohen Magen)

ISRAEL-MODIIN-COVID-19-JARDIN DE NIÑOS-REAPERTURA-PREPARACION

MODIIN, 16 octubre, 2020 (Xinhua) — Una maestra de jardín de niños israelí realiza trabajos de limpieza como preparación para la reapertura del jardín de niños en la ciudad de Modiin, en el centro de Israel, el 16 de octubre de 2020. (Xinhua/Gil Cohen Magen)

Fuente e Imagen: http://spanish.xinhuanet.com/photo/2020-10/22/c_139447080.htm

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