Soraya Calvo: «La educación sexual no es ideología»

  • Charlamos con Soraya Calvo, maestra, pedagoga, sexóloga y doctora en Equidad e Innovación Educativa por la Universidad de Oviedo, acerca de las enormes carencias de la educación sexual que reciben niñas, niños y jóvenes en las aulas españolas y la importancia de subsanarlas para favorecer relaciones sexuales y afectivas saludables.

En una etapa más que convulsa desde el punto de vista político, donde los discursos abiertamente racistas, sexistas y homófobos ganan terreno y llegan, incluso, a campar a sus anchas en las instituciones, es cada vez más palpable el retroceso en materia de libertad educativa. Asistimos pues impasibles a cómo la educación sexual es denostada, desprestigiada y tachada poco menos que de perversión. Soraya Calvo es, además de maestra, pedagoga y sexóloga, doctora en Equidad e Innovación en Educación por la Universidad de Oviedo y defiende, sin pelos en la lengua, la necesidad de un mayor peso de la educación sexual, tanto en colegios como en institutos, al considerarla una herramienta fundamental para el correcto desarrollo de niños y adolescentes.

¿Qué entendemos por “educación sexual”?

Lo primero de todo, es necesario comprender a qué nos referimos con “sexual”. Sexual no es solamente genital, no nos referimos en exclusiva a las prácticas eróticas. Nos referimos a todo lo que tiene que ver con el desarrollo de la sexualidad: lo afectivo, lo emocional, las relaciones de pareja, el autoconcepto, la autoestima… Es mucho más que lo puramente erótico.

Durante muchos años se ha empleado el término de “educación afectivo-sexual” para que la palabra parezca menos fuerte. Una especie de eufemismo. De forma que la sociedad comprende y asume que lo sexual se relaciona con la penetración, con el coito… Pero, insisto, “sexual” no es sinónimo de “genital”. Se puede hacer educación sexual sin hablar de coito en ningún momento.

¿Desde cuándo se imparte educación sexual en los centros educativos españoles?

La educación sexual, como tal, lleva en el currículo desde los años 90. Como contenido curricular, se implementa de la mano de la LOGSE de un modo transversal, es decir, que se debe abordar desde todas las áreas. Con las diferentes legislaciones que se han desarrollado hasta la actualidad ha sufrido algunos cambios pero, en síntesis, se ha mantenido. Otra cosa es si se lleva o no a la práctica…

¿A qué te refieres con eso de “si se lleva o no a la práctica”?

La principal dificultad es que, al ser transversal, la educación sexual no es evaluable. Además, se supone que se debe trabajar desde todas las asignaturas. Pero lo cierto es que no hay procedimientos e indicaciones claras y concretas hacia el profesorado acerca de dónde y cómo trabajarlo, lo que va a provocar que el hecho de que se imparta o no educación sexual de una forma adecuada en los colegios e institutos quede en manos de los propios docentes. Es decir, al no estar incorporada dentro de una asignatura específica, buena parte del profesorado no la incluye dentro de sus programaciones de aula. Esto es un problema, porque provoca que haya centros en los que se trabaje en profundidad y otros en los que no.

Otra cuestión problemática es que, en muchos casos, se cede la responsabilidad de impartir estos contenidos a entidades externas al centro. Aunque hay colegios e institutos que disponen de sus propios programas, los menos, en la mayoría de los casos se acude a distintas asociaciones, a organizaciones dependientes de los ayuntamientos y las comunidades autónomas, e, incluso, a entidades privadas. Esto es otro problema, porque hay centros educativos con mayor capacidad para financiar estos servicios y otros que tienen menos.

¿Quién es el destinatario de la educación sexual?

Son contenidos que, de acuerdo con el currículo, deberían abordarse en toda la educación obligatoria. Es decir, desde la educación primaria y, por supuesto, con un foco importante en secundaria. En la práctica, se aborda en la ESO, sobre todo en los cursos superiores. Es lógico que se ponga el foco en secundaria, puesto que es cuando se comienza a pensar y hablar de relaciones eróticas, a mantener este tipo de encuentros con otras personas, a tener las primeras relaciones con penetración, y, por consiguiente, surgen dudas al respecto de todo lo que tiene que ver con la erótica.

No obstante, la sexualidad comienza en el momento en que nacemos e implica aspectos tales como la identificación de la propia identidad, la forma en que me relaciono con mis iguales en la guardería y en educación infantil… Es posible hacer educación sexual desde los primeros años de escolarización: el conocimiento del cuerpo, los estereotipos de género, los roles que se atribuyen a la identidad, cuestiones sobre orientación sexual… Por ejemplo, es ya en la etapa de primaria cuando comienzan a surgir distintas cuestiones relacionadas con la identidad. Esto también es educación sexual, al igual que hablar de homofobia, de transfobia… Lógicamente, debe ir graduándose en función del momento experiencial de las personas.

No podemos pedir a los docentes que aborden cuestiones de educación sexual con sus alumnos si no están formados para ello

Mencionas una gran cantidad de contenidos que se podrían abordar en educación sexual. No obstante, ¿se trabajan todos estos aspectos en la práctica?

En el currículo hay contenidos que se pueden relacionar con todos estos aspectos que he mencionado y que se pueden trabajar en distintas asignaturas. Pero, como te decía, no hay una pauta clara…

A nivel internacional, organizaciones como la Unesco o la OMS plantean programas e indicaciones acerca de cómo trabajar la educación sexual desde la etapa de infantil. Estas entidades, sin embargo, no tienen capacidad de legislar. España, como estado integrado en ellas, sí tiene capacidad jurídica para hacerlo. De hecho, lo tiene muy fácil para incorporar estas cuestiones dentro de su política educativa. Y no lo está haciendo.

Al no estar articulado legalmente de manera explícita en el currículo, como mencionaba al principio, depende del grado de implicación de los profesores y de los programas que existan en los diferentes centros. No hay un marco teórico que permita determinar cuáles son los contenidos que se deben abordar con respecto a la educación sexual en el contexto educativo español. Existen, eso sí, muchísimos programas externos que establecen qué contenidos abordar y cómo hacerlo. Pero todo va a depender de cada centro. Es, en definitiva, un problema de equidad: hay centros en los que se trabaja muy bien porque los profesores y los equipos directivos están muy involucrados y otros en los que ocurre todo lo contrario.

Por tus palabras, imagino que se podría hacer mucho más al respecto…

¡Pues claro! ¡Se podría hacer todo! Ahora mismo se está haciendo lo mínimo. Se está plantando una semilla en uno de cada ocho centros.

Además de una cuestión de política educativa, también se trata de una cuestión de formación del profesorado. En la mayoría de los planes docentes que regulan la formación que reciben los maestros y las maestras, además, por supuesto, de los profesores de secundaria y bachillerato, no hay asignaturas que trabajen la cuestión de la educación sexual. En alguna universidad sí, pero es la excepción. Esto es una dificultad añadida, porque no es posible pedir que se aborde en la escuela un contenido que ni siquiera el profesorado ha visto mientras se formaba para ejercer como tal.

La formación para la educación sexual en nuestro país se limita a másteres muy específicos en sexología o a cursos muy concretos de alguna entidad, ya sea pública o privada. Es, de nuevo, un problema de equidad. Si planteamos que la educación debe ser igual para todo el mundo y que debe plantear unos principios mínimos de actuación para toda la población, no tiene ningún sentido que esto se trabaje en unos lugares sí y en otros no.

Si un profesor no se siente lo suficientemente seguro para abordar esto en el aula y, además, el currículo no lo exige, es muy fácil que se obvie. Son, sin duda, los dos pilares fundamentales que subsanar para limar las carencias de la educación sexual y que esta se integre de manera definitiva en el sistema público. Si esto no es así, estaremos fallando a los principios de equidad y justicia social.

¿A qué retos se enfrenta la educación sexual?

Para mí, el principal es evitar la violencia de género. Otras cuestiones como la prevención de infecciones de transmisión sexual y de embarazos no deseados a través de la promoción en el uso de métodos anticonceptivos, por supuesto, también se deben trabajar en la escuela porque existe poca concienciación social al respecto. Menos, incluso, que antes. No obstante, quizá se vinculen más a la educación para la salud que a la educación sexual. En cualquier caso, el principal reto sería, sin ninguna duda, combatir la violencia machista. Para ello se debe fomentar la construcción de relaciones equilibradas entre las personas. De esta forma, descenderá el número de situaciones relacionadas con la violencia de género..

¿Es necesaria, por tanto, una educación sexual, con perspectiva de género?

¡Por supuesto! Tan necesaria que no entiendo la existencia de la educación sexual sin perspectiva de género. Para mí, la educación sexual debería tener una perspectiva de género de base. Si no la tiene, estaremos haciendo otra cosa, pero no educación sexual.

Sin una adecuada educación sexual estamos fallando

a los pilares de la equidad y la justicia social

¿En qué medida puede contribuir la educación sexual a paliar aspectos negativos o “riesgos” en las relaciones de pareja como pueden ser los celos, el control, la falta de interés, empatía e implicación o, en los casos más extremos, la violencia física y psicológica?

La educación sexual sería un agente más trabajando en pro de evitar este tipo de desequilibrios de comunicación y relacionales, que son cotidianos y que, en muchos casos, tendemos a normalizar. Solo así es posible alcanzar relaciones conscientes. Hablo de “relaciones conscientes” porque muchas veces se usan los conceptos de “relación sana” o “relación tóxica” y estos no son del todo preciosos. Al menos, a mí no me lo parecen, en la medida en que todos y todas somos tóxicos en alguna ocasión, fruto del contexto social y mediático en el que nos hemos desarrollado. Por supuesto, también contribuiría a poner fin a estos casos más graves de violencia, tanto física como psicológica.

Es cierto, la educación sexual plantearía una base importante. Pero no es la panacea. Debemos tener siempre presente que el sistema educativo no es, en muchos casos, lo más significativo. Sobre todo, en el caso de gente joven. Tendemos a hablar de lo que se puede hacer en el aula como algo mágico, casi milagroso, pero no es así. La escuela hace lo que puede, pero tiene un límite espacial, temporal y contextual muy concreto. Hay otros muchos agentes que influyen. Por ejemplo, discursos políticos que, en los últimos tiempos, defienden abiertamente la xenofobia, la homofobia… Y que calan entre la población.

También los medios de comunicación y otros productos mediáticos como películas, series, influencers o youtubers son claves formativas no formales que pueden modelar los comportamientos y actitudes de las personas jóvenes y también adultas. Se habla mucho de los mitos del amor romántico y de las películas antiguas de Disney, pero también se reproducen actitudes y comportamientos que son del todo negativos en productos relativamente más modernos. Se me ocurre, por mucho que nos guste a todos, la serie Friends y la relación que mantienen Rachel y Ross. Sin embargo, lo normalizamos y nos parece hasta gracioso. También en la música. Se critica mucho el reggaetón, y con razón, pero el metal o el rock clásico hacen lo mismo. Estos géneros también incluyen componentes machistas al tratar a la mujer como un juguete.

Se trata, en definitiva, de una cuestión cultural. Es por ello que necesitamos que todos los citados sean agentes positivos y contribuyan a construir relaciones saludables. Poco podemos hacer desde la escuela si no hay un verdadero compromiso por parte de toda la sociedad.

¿Son tan comunes este tipo de actitudes y comportamientos en las relaciones de pareja, sobre todo, entre los más jóvenes?

¡Por supuesto! Tan comunes como que aprendemos a relacionarnos así. Y no solo se manifiestan entre la gente joven. Está muy de moda atribuir estos aspectos negativos que comentas a relaciones adolescentes, pero lo cierto es que también se reproducen en relaciones entre jóvenes y, por supuesto, en la edad adulta. Es, por desgracia, algo común a toda la población.

Se trata de una consecuencia más del sistema capitalista en el que vivimos. En Modernidad líquida, Bauman aborda la cuestión de las relaciones y del amor exponiendo cómo las relaciones interpersonales en el mundo actual se van encadenando una tras otra de forma consumista. Es lo que llama “el consumo de las personas”. Un claro ejemplo de esto es una herramienta muy de moda entre los jóvenes y los adolescentes como Tinder. Una herramienta que, por si misma, puede ser positiva y que, sin embargo, favorece una ilusión de existencia casi infinita de personas con las que poder establecer relaciones esporádicas, sin necesidad de involucrarte a nivel emocional. Relaciones superficiales. De usar y tirar. Relaciones de consumo. Es la idea capitalista de la competencia, de aspirar siempre a algo mejor porque siempre hay algo mejor.

Del mismo modo, los celos, el control o la violencia no solamente operan en relaciones de pareja, sino en la práctica totalidad de las relaciones de la vida: con la familia, con los amigos, en el trabajo… Por ello, quizás más que educación sexual, la actuación de la escuela a este respecto debería llamarse “educación comunicacional”.

¿Quién ejerce, por norma, este tipo de comportamientos y actitudes negativas en las relaciones de pareja?

En la sociedad en la que vivimos existe, en general, violencia. Eso es así. Lo que no quita para que la cuestión del patriarcado, la idea preconcebida de la masculinidad y la exigencia de esta sea lo que provoca, en la mayoría de las situaciones, la violencia. Lo verdaderamente violento, lo que reproduce y perpetúa las dinámicas machistas en las relaciones interpersonales, incluidas, por supuesto, las relaciones de pareja, como mencionaba, es el proceso de masculinidad tan característico del patriarcado.

Al margen de esto, evidentemente, pueden producirse episodios violentos entre las personas en general. La violencia supera la dicotomía hombre-mujer. Pero el problema estructural, que va más allá de las relaciones de pareja para afectar a todas las relaciones humanas, es la de género: la masculinidad operada en torno a los hombres contra lo «no masculino». Es esta la que da lugar a asesinatos.

¿Son más comunes estos comportamientos en la actualidad o es que simplemente antes se normalizaban y ni siquiera se veían como algo negativo?

Las investigaciones sobre este tema ponen el foco en que ahora estos comportamientos son más explícitos y, por ende, más comunes. Personalmente creo que no es que sean más comunes en la actualidad, sino que ahora se detectan, por suerte, más rápido. Esto debería dejarnos un sabor agridulce en la boca. Por un lado, hemos progresado en cuanto a la detección. Es decir, la gente los detecta más rápidamente, se les da visibilidad, las mujeres que lo sufren pueden hablar de ello y denunciarlo con mayor facilidad… Sin embargo, esto también nos da a entender que parece que no avanzamos, que la situación no mejora, que esta pesadilla no se acaba… Se detecta más y más rápido, sí, pero sigue existiendo de forma bastante explícita. Lo que da a entender que no se está trabajando bien porque las mujeres seguimos muriendo a manos de nuestras parejas.

No hay datos ni estadísticas que nos indiquen que se haya producido un incremento ni una disminución de este tipo de comportamientos porque los estudios al respecto son actuales. No se puede saber a ciencia cierta cuántos casos de violencia machista se registraban hace 40 años, cuando no estaba reconocido socialmente, cuando no se hablaba de ello, cuando se convivía con ello como algo normal y  no se denunciaba…

No se puede entender la educación sexual sin perspectiva de género

¿Se están generando cánones y pautas de comportamiento a nivel sexual en jóvenes a través de aspectos como la pornografía? ¿Guardan relación con estas violencias de las que hablábamos?

La pornografía no es algo nuevo. Hay niños de primaria que ya consumen pornografía. Nos puede gustar más o menos, pero creo que la pornografía va a seguir estando ahí. Los adolescentes, sobre todo, van a seguir consumiéndola y no vale de nada ignorarla, hacer como que no existe o, incluso, prohibirla. Se trata de trabajar en torno a ella. Es decir, hacer ver a los niños y a las niñas que lo que ahí se ve es mentira, que es una ficción, una producción, un montaje como puede ser cualquier película de superhéroes. Su objetivo no es educar, sino vender. De ahí que sea fundamental trabajar con ella y desmontarla como un producto que, por muchas cuestiones, no es ético. Se trata de saber qué conocen los alumnos sobre sexualidad a través de la pornografía, cuáles son las ideas que han adquirido a través de su consumo y, a partir de ahí, ponerlas en tela de juicio para que sean ellos mismos quienes las terminen cuestionando y rechazando.

¿Y qué papel juegan las redes sociales a este respecto? ¿Cómo se podría trabajar la educación sexual a través de ellas?

Con las redes sociales pasa algo parecido a lo que comentábamos al hablar de pornografía. Son algo que está ahí. Es inevitable que los niños y adolescentes las usen porque son un medio de comunicación significativo. Son herramientas de acercamiento, de encuentro, de disfrute y de vivencia común. El gran problema aquí es cómo gestionarlas para que se haga un uso adecuado de ellas. Si conseguimos esto, son muy útiles. Sirven para charlar con amigos, quedar, leer, jugar, ligar, informarse… Pero claro, también puede hacerse un mal uso de ellas: propagar rumores, acosar… Por este motivo se hace tan necesaria una educación mediática que, por supuesto, debe ir estrechamente ligada a la educación sexual, ya que ambas abordan contenidos comunes como lo afectivo, lo emocional, las relaciones de pareja, el autoconcepto o la autoestima entre muchos otros. Las cuestiones relativas a las nuevas tecnologías, la comunicación y todo lo que tiene que ver con la sexualidad requieren un enfoque multidisciplinar para ser trabajadas y entendidas de un modo adecuado.

¿Se está produciendo una “puritanización” de la educación sexual en los últimos años? ¿Se trataban antes con mayor libertad estos temas en la escuela?

No solamente se está produciendo esa “puritanización” de la que hablas sino que, además, hay cada vez más miedo como consecuencia de determinadas políticas que estamos viendo últimamente en el contexto político español. Parece que hoy se puede hacer un discurso político contra los derechos humanos, pero no se puede hablar de sexualidad en el aula. Me parece una incoherencia absoluta.

El otro día estaba trabajando con mis alumnos y alumnas sobre este tema y veíamos cómo en los años 90 había guías super actualizadas, super interesante y basadas en cuestiones totalmente científicas que, ahora mismo, no se podrían publicar. ¡Hace ya más de 30 años de esto! Es muy grave.

Además, es muy perverso. Cada vez se muestra más el cuerpo como un elemento de consumo. No hace falta más que ver redes sociales como Instagram o TikTok para darse cuenta de ello. Parece que se puede usar el cuerpo para el consumo, pero no para ser trabajado desde una perspectiva educativa.

Otro ejemplo son las campañas que se hacían en la televisión de los 90. “Póntelo, pónselo” tuvo una repercusión enorme y consiguió grandes éxitos con respecto a la gestión de la salud sexual. Ahora parece que mostrar o dar un condón en clase es poco menos que invitar al alumno a que mantenga relaciones sexuales automáticamente. Esto no funciona así. La educación sexual debería hablar sin ningún tipo de pudor de estas cuestiones porque no estamos hablando de ideología. Muchas veces se trata de cuestionar la educación sexual aludiendo a que es ideología o moral, con el tema del pin parental, por ejemplo, y no es así. Se basa en elementos científicos y tiene una base empírica igual que cualquier otro ámbito del conocimiento.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/05/13/soraya-calvo-la-educacion-sexual-no-es-ideologia/

Comparte este contenido:

En defensa de la libertad educativa

Por: Jesús Rogero

El sistema educativo debe promover la libertad educativa estableciendo un contexto educativo adecuado y con recursos suficientes para todo el alumnado, eliminando las barreras económicas y sociales en el acceso a los centros, y garantizando la libertad de pensamiento.

En las últimas semanas, determinados sectores de la sociedad española han redoblado sus esfuerzos para reivindicar lo que denominan “libertad educativa”. Para ellos, la libertad educativa equivale a que los padres puedan elegir (o ser elegidos por) colegios e institutos de titularidad privada sufragados con dinero público (centros concertados), proceso al que llaman “libertad de elección de centro”. Aseguran que así se garantiza el derecho a que los padres elijan la formación religiosa y moral acorde con sus convicciones (Constitución Española, 27.3), a pesar de que la evidencia jurídica contradice su argumento (Tribunal Constitucional, sentencia 86/1985). Sostienen que la educación pública adoctrina a sus hijos en valores contrarios a los suyos. Su propuesta para evitarlo es ceder directamente la gestión de los centros a quienes defienden, en la mayoría de los casos y con escaso disimulo, intereses particulares (económicos, políticos y/o religiosos). Dicho de otro modo, quieren tener las manos libres para adoctrinar a sus hijos en valores que no respetan la diversidad ideológica, religiosa o sexual, y en un contexto que excluye a parte del alumnado. Y lo grave es que lo hacen y quieren seguir haciéndolo con dinero público.

En su férrea defensa, los supuestos adalides de la libertad educativa omiten, en primer lugar, que los titulares del derecho fundamental a la educación -que incluye la libertad educativa- son los niños y las niñas, y no sus padres. En segundo lugar, no mencionan que hay enormes obstáculos para que la libertad educativa se desarrolle de forma efectiva: no dicen que lo que realmente compromete esa libertad es que un niño asista a un centro con más del 80% de población vulnerable, porque ese contexto impide un aprendizaje adecuado para todos; que una niña de 3 años esté en una clase con otros 24 alumnos sin más apoyos que la tutora, porque esa situación limitará su aprendizaje en un momento clave de su desarrollo; que un niño sea invitado a marcharse de su colegio bilingüe por no seguir el ritmo, porque un centro debe atender a toda la diversidad y no lo hace; que una niña, por tener síndrome de Down, se vea obligada a irse a un centro de educación especial por carecer de los apoyos necesarios, porque se conculca su derecho a la inclusión; que un niño se eduque solo con varones, porque se le priva de entender y relacionarse de forma adecuada con otros géneros, o que a una niña se le obligue a realizar actividades religiosas en horario escolar, porque se compromete su libertad de conciencia. En estos y otros muchos casos se restringe gravemente la libertad educativa de la persona para acceder a una vida plena, respetuosa y con igualdad de derechos y oportunidades.

De esta forma, las propuestas de quienes hoy se proclaman sus defensores nada tienen que ver con la libertad educativa en términos sustantivos. La verdadera libertad educativa reside en que el origen y el contexto social de la niña y el niño no restrinjan sus opciones vitales. En un Estado democrático, el encargado de poner las bases materiales y sociales para garantizar ese principio es el sistema educativo, cuya finalidad es que todas las personas puedan elegir qué quieren ser en todos los ámbitos de su vida: en su trabajo remunerado, sus relaciones sentimentales, su identidad religiosa o sus ideas políticas. Para garantizar la libertad educativa, el sistema educativo debe asegurarse de que en su seno se respete la libertad de conciencia del alumnado, siempre bajo los principios democráticos de convivencia y los derechos y libertades fundamentales (CE, 27). Esta idea es incompatible con la imposición de formas de ser y de pensar por parte de grupos con intereses particulares de carácter económico, político o religioso.

En definitiva, el sistema educativo no puede soslayar su obligación y debe promover la libertad educativa estableciendo un contexto educativo adecuado y con recursos suficientes para todo el alumnado, eliminando las barreras económicas y sociales en el acceso a los centros, y garantizando la libertad de pensamiento. Ello solo es posible desde la ampliación y mejora de la escuela de titularidad pública, y a la ciudadanía corresponde defender y perfeccionar ambas, la libertad y la escuela pública, porque son lo mismo.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/11/26/en-defensa-de-la-libertad-educativa/

Comparte este contenido:

Educación a la carta – Un documental sobre libertad educativa

España / 27 de marzo de 2019 / Autor: Plataforma para la Libertad Educativa / Fuente: Youtube

Documental de la asociación española Plataforma por la Libertad Educativa, dirigido por Laura Mascaró, que muestra diferentes opciones educativas y aboga por su coexistencia y la libertad de elección de las familias.

LEER MÁS: ¿Por qué «Educación a la carta»?

Porque del mismo modo que nadie pone en duda que lo mejor para nuestra alimentación es que haya múltiples opciones y que cada uno pueda elegir su comida en función de sus necesidades, sus gustos y sus intereses, tampoco nadie debería poner en duda que en educación lo deseable es, también, que existan múltiples opciones.

No defendemos un modelo educativo por encima ni por contraposición a otros. Defendemos que todos los modelos tienen aspectos positivos y que corresponde a cada familia elegir el que más se ajuste a las necesidades de cada uno de sus hijos.

Si te gustó el documental «Educación a la carta (La revolución pendiente)» no te pierdas los extras. Más de 120 minutos de contenido inédito. Accede aquí: https://vimeo.com/ondemand/educaciona… _____________________________________________________________________

Ficha técnica:

Guión y dirección: Laura Mascaró

Imagen, sonido, montaje y realización: Jon Urdangarín

Ayudante: Damián Cendón

Música: Jezabel Martínez http://jezabelmartinez.wix.com/artista

Locución: Laura Pons

 

 

 

Fuente: https://youtu.be/JwQHTXRS0jg

ove/mahv

 

 

 

Comparte este contenido:

La educación en casa está prohibida en Cuba

Cuba/20 marzo 2017/Fuente: Diario Las Americas

En las sociedades libres, escoger el tipo de educación para sus hijos es un derecho de los padres. Los estados totalitarios no garantizan la libertad educativa. Ese es un derecho continuamente cercenado en la Cuba socialista.

El éxito es ciertamente la consecuencia de la perseverancia. Por supuesto, esto no es una categorización absoluta. Pero para muchos, el trabajo constante e inteligente es el porciento fundamental de la consecución concreta de las ideas geniales. Por eso, “el genio es el 99% de sudor y un 1% de inspiración”. Esto ha dado como resultado el desarrollo creciente y constante del hombre y la sociedad, que demuestra la capacidad talentosa del ser humano y nos recuerda la esencia misma original de nuestro imago dei.

 Del mismo modo, existen historias comunes convertidas en extraordinarias por las realizaciones persistentes y la confianza en sí mismo de que sus ideas son alcanzables y no pueden ser frenadas por la mediocridad o la falta de visión. Veamos algunos de estos memorables paradigmas.

El niño tenía ocho años y estaba parado delante del individuo adulto; para él, era como un gigante amenazante que lo llenaba de improperios. Pero su irresoluta firmeza hizo irrealizable los pronósticos del maestro. No dejo que sus sueños fueran truncados por estereotipos y el falso diagnóstico de retardo infantil. El niño comenzó a estudiar en su casa con su madre y, finalmente, se convirtió en un hombre de éxitos. Este científico, inventor y empresario, cambio definitivamente la forma de percibir el mundo. Él es Tomás Alva Édison.

Asimismo, muchas personalidades fueron fruto de esa enseñanza en el hogar, entre ellas tenemos a Amadeus Mozart, Abraham Lincoln, Michael Faraday, Pierre Curies, Albert Einstein, Mark Twain, Teodoro Roosevelt, Winston Churchill.

En Cuba tenemos algunos casos talentosos en la sociedad que obtuvieron su desarrollo de la educación en el hogar. El ejemplo más destacado es la poetisa, escritora y cronista Dulce María Loynaz. Su novela más conocida es Jardín (1951). Por su obra literaria recibió el Premio Cervantes. Otro de los grandes cubanos es Claudio José Brindis de Salas, el Paganini Negro, músico y el mejor violinista de su época. Fue condecorado con la Legión de Honor por el Estado francés y el emperador alemán y rey de Prusia, Guillermo II, lo nombró Barón de Sala.

En los últimos dos siglos, la educación en casa fue en detrimento por la popularización de la enseñanza estatal. Esta, en países demócratas como Estados Unidos y Europa, se encuentra secuestrada y malograda por estar maniatada a los designios de los gobiernos y los sindicatos de maestros. Sin embargo, la enseñanza hogareña es prohibitiva su aplicación en sociedades totalitarias: Alemania de Hitler, Rusia estalinista y la Cuba de Castro.

En general, la desconfianza y disgusto con el sistema educativo público y privado ha llevado a la determinación de seleccionar la educación en el hogar. Famosos y ricos como John Travolta and Kelly Preston, Tom Cruise y Nicole Kidman, Brad Pitt y Angelina Jolie, Robert Frost, prefirieron el ambiente familiar e individualizado para la enseñanza de sus hijos.

En las sociedades libres, escoger el tipo de educación para sus hijos es un derecho de los padres. Las escuelas públicas, semipúblicas, privadas, religiosas o caseras (homeschooling) deben ser opciones para la familia. Estas están en correspondencia con los Pactos Internacionales de Derechos Humanos y la Declaración Universal Derechos Humanos. Esta última en su Artículo 26, incisos 2 y 3 declara: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.

En realidad, los estados totalitarios no garantizan la libertad educativa. Permitir la educación en casa resquebrajaría su sistema y las personas escaparían a su prédica de adoctrinamiento. Ese es un derecho continuamente cercenado en la Cuba socialista.

En días atrás, la libertad de enseñanza y de pensamiento fueron mancilladas impunemente por el régimen castrocomunista cuando fueron detenidos, en Guantánamo, en el oriente de Cuba, Ramón Rigal y su esposa Adya, por preferir la educación familiar. El Pastor y su esposa están pendientes a sanción que pudiera terminar en encarcelamiento y la pérdida de la patria potestad.

Ramón y Adya, al tomar esta valiente decisión con su hijo, demostraron su nobleza. Que la libertad solo está garantizada cuando se examina todo y se retiene lo bueno. Que la auto-educación familiar es algo de las cosas buenas que ellos, al ir en su búsqueda, se han ofrecido para que una nación entera viva.

Por eso, digo como Séneca: “Todo aquel que no impide una injusticia es cómplice de ella”. Pongamos nuestras ideas de libertad en práctica virtuosa y condenemos esas injusticias. Así, este ambiente luminoso, es el modo de hacer a Cuba libre.

Fuente noticia: http://www.diariolasamericas.com/opinion/la-educacion-casa-esta-prohibida-cuba-n4117277

Fuente imagen: https://cubanosporelmundo.com/wp-content/uploads/2017/03/leyendo-cuentos.jp

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comparte este contenido:

Aún hay esperanzas para la educación chilena

América del Sur/Chile/17 de febrero de 2017/Fuente: eldiarioexterior

El próximo mes se cumplirá un año desde la entrada en vigencia de la polémica ley N° 20.845 que prohíbe el lucro, el copago y la selección en la educación chilena. El cuerpo legal que fuese promulgado en el mes de mayo del año 2015, durante toda su tramitación contó con la negativa de la ciudadanía.

El año 2014 obtiene gran notoriedad pública la Confederación de Padres y Apoderados de Colegios Particulares Subvencionados de Chile (Confepa), cuerpo intermedio de la sociedad, que promovió a lo largo y ancho del país una seguidilla de manifestaciones contra la propuesta impulsada por Bachelet y la Nueva Mayoría -nombre de la coalición de partidos que la apoya- de la cual forma parte activa el Partido Comunista Chileno, antigua Sección Chilena de la Internacional Comunista.

La Confepa, luego de un agotador tira y afloja con el gobierno metropolitano de Santiago –la capital política del país- logra el permiso para realizar una gigantesca manifestación en la Alameda – principal arteria de la capital- en la cual se emplaza el Palacio de La Moneda, edificio que es la Casa Blanca chilena. Luego de aquella gran manifestación, han sido muchas las agrupaciones de familias y sostenedores –dueños de colegios- que perdiendo el temor a expresarse, han surgido con el afán de oponerse a las políticas escolares impulsadas por el gobierno izquierdista y exigir el derecho que tienen de escoger la educación que desean para los suyos. A  todas aquellas organizaciones, les resulta evidente que, como indicase el presidente de Estados Unidos Thomas Jefferson, el precio de la libertad es eterna vigilancia.

Producto de la ley 20.845, en el mes de marzo de este año, las escuelas administradas por privados que reciben financiamiento del Estado, deberán informar a las familias si se transformarán en personas jurídicas sin fines de lucro –una de las tantas imposiciones del gobierno que las habilitaría a seguir recibiendo fondos públicos– o si se mantendrán como sociedades comerciales, o simplemente cerrarán sus puertas, situación que debe configurarse legalmente en un plazo que no puede ir más allá del día 31 de diciembre de 2017. El cierre de las escuelas se debe a dos factores, a saber: un sinfín de detalles administrativos y económicos impuestos a las escuelas, como por ejemplo, el tener que ser dueñas del terreno donde operan y; la falta de demanda en caso de continuar como sociedad comercial. Ocurre que las escuelas, al ser sociedades comerciales, no podrán optar a fondos públicos, lo cual haría que como mínimo tuviesen que cobrarles a las familias 230 dólares al mes a fin de poder prestar un servicio de calidad, esto es 190 dólares más de lo que actualmente cobran en promedio. Cifra inalcanzable para la mayoría de las familias chilenas. Ejemplo de esto es que actualmente solamente alrededor del 8% del alumnado del país se educa en escuelas que no reciben aportes del Estado.

Durante el primer semestre del año pasado, fueron 39 los colegios que le informaron al gobierno que cerrarían sus puertas, producto de la nueva ley. Esto se traduce en más de 25,000 alumnos que ya no contarán con su antigua escuela y que, por la falta de recursos de sus familias, necesariamente tendrán que matricularse en establecimientos escolares administrados por los municipios, esos mismos que salvo contadas excepciones, han sido descartados dada su mala calidad por las familias en los últimos años, contando en la actualidad con sólo un poco más del 30% de la matrícula escolar.

En atención a los Decretos con Fuerza de Ley N° 3 del año 2015 y N° 1 del año 2016, la ley tiene un cronograma de entrada en vigencia diferido a lo largo del país, siendo la primera región –unidad político administrativa- en empezar a funcionar la de Magallanes y la Antártica Chilena, ubicada en el extremo sur de Chile, distante de Santiago en línea recta a 2.197 kilómetros (1.365 millas) y en vehículo a 3.418 kilómetros (2.122 millas), en la cual habitan alrededor de 165 mil personas. Región que, por lo demás, no tiene congresistas que adhieran a los valores y principios de una sociedad libre y responsable.

Las personas que habitan aquella región ya han tenido la oportunidad de apreciar los nefastos efectos de la ley 20.845 recortando la libertad educativa. Considerando que el cuerpo legal prohíbe a las escuelas seleccionar a sus alumnos, siendo el sistema de admisión escolar reemplazado por un programa computacional, han sido centenares los niños que han quedado sin escuelas donde estudiar. Además son muchos los alumnos que han sido designados a escuelas que no son de su agrado, casos como mujeres que habían postulado a escuelas con orientación artística han terminado siendo asignadas a escuelas con estudios técnico-automotriz. Los casos más graves son de niños con capacidades especiales, que en vez de asistir a escuelas que cuentan con el personal y los recursos necesarios para atenderlos, han sido derivados a escuelas que no están preparadas para recibirlos. Y por cierto, muchos alumnos han sido derivados a escuelas administradas por los municipios, casi como si el imparcial sistema computacional quisiese a la fuerza llenar esas semivacías aulas.

Este año será decisivo para la política escolar en Chile. Ya no será sólo la región de Magallanes y de la Antártica Chilena la que conocerá de cerca algunos de los terribles efectos de la ley 20.845, sino que se sentirán en todo el país. Serán todas las familias las que sentirán la angustia por saber si sus hijos continuarán o no estudiando en la escuela de su elección, siendo el año 2018 cuando muchas se enfrentarán a la realidad de tener que desembolsar grandes sumas de dinero para cubrir la educación de los suyos o conformarse con la opción única, opaca y lastimera que le entrega el Estado. Por suerte este año hay elecciones generales en Chile, algo que a muchas familias les dará la esperanza de hacer oír su voz en las urnas y volver a poder escoger la educación que desean para sus hijos.

Fuente: http://www.eldiarioexterior.com/aun-hay-esperanzas-para-la-48668.htm

Imagen: www.eldiarioexterior.com/imagenes/fotosdeldia/44824__.jpg

Comparte este contenido: