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España: El Gobierno entierra la ‘ley Wert’ con la nueva reforma educativa

Redacción: El País

El ministerio incluye planes personalizados para que los alumnos repetidores puedan salir adelante. Se eliminan los itinerarios y Religión no computará en Bachillerato

El Ministerio de Educación ya tiene lista su propuesta para reformar la actual ley educativa (LOMCE), conocida como ley Wert. A grandes rasgos, recupera muchos de los aspectos de la Ley Orgánica de Educación (LOE), la norma que aprobó el PSOE en 2006, aunque incluye novedades como el impulso de un plan personalizado para los alumnos repetidores, que podría incorporar contenidos y exámenes diferentes de los del resto del grupo. Serán los profesores los que decidan qué estrategia emplear en cada caso. Es la primera vez que una ley contempla un plan de este tipo. Según el informe PISA, uno de cada tres alumnos de 15 años estaba repitiendo curso en España en 2015, el triple que en la media de los países de la OCDE.

La oposición política a la LOMCE llevó en 2013 a los grupos parlamentarios —a excepción de UPyD y los dos diputados de UPN y Foro Asturiano— a acordar por escrito el compromiso de derogar la LOMCE en la siguiente legislatura.

La reforma se someterá a consulta de las organizaciones educativas y órganos de la Administración —como el resto de ministerios— y la propuesta definitiva se elevará al Consejo de Ministros a finales de año. Como ya adelantó la titular de Educación, Isabel Celaá, suprimen los llamados itinerarios en tercero y cuarto de la ESO; eliminan las reválidas —que en la actualidad están suspendidas—; se incluye Ética como asignatura obligatoria —bajo el nombre de Educación en valores cívicos y éticos—; queda eliminada la llamada demanda social para el acceso a la educación privada subvencionada (concertada); y la Religión ya no será materia de oferta obligatoria en 1º y 2º de Bachillerato. Las calificaciones que obtengan los alumnos que cursen la asignatura católica no serán computables para obtener la nota media de acceso a la Universidad.

Estos son algunos de los detalles de la reforma en sus puntos principales:

Conciertos y acceso. El objetivo primordial es “mejorar el sistema de admisión” que impera en la escuela concertada. Para ello, se eliminará la referencia a la demanda social, por la que la Administración debe garantizar a los padres plazas en centros concertados. Celaá ya consideró ese concepto “un eufemismo que ha servido para propiciar en algunos casos que la escuela pública pueda ser considera subsidiaria de la educación concertada”.

Para evitar la segregación por sexo, se prescindirá en el texto de la alusión a que “la educación diferenciada no se considera discriminación por género” y se dará prioridad en el régimen de conciertos a los centros en los que se coeduca.

Se modificarán los criterios de baremación para dar mayor puntuación a las familias monoparentales y a las víctimas de violencia de género y de terrorismo.

Equidad e inclusión.Se eliminarán los polémicos itinerarios educativos para asegurar que “cualquier opción” curricular elegida en la ESO conduce a la misma titulación. Ahora los alumnos tienen que decidir al acabar 3º de secundaria el camino a seguir, si Formación Profesional o Bachillerato. Y en 4º, asignaturas como matemáticas ofrecen dos niveles de dificultad en función del camino escogido, lo que, finalmente, determina si se obtiene un título u otro. “La segregación temprana, que da lugar a distintas titulaciones, impide que muchos alumnos con dificultades cursen Bachillerato o FP de grado superior”, señala el documento.

Se establece un plan individualizado para los alumnos repetidores. Serán los centros educativos y los docentes los que decidirán cómo configurarlo y si el alumno debe recibir unos contenidos distintos o someterse a exámenes diferenciados. Se incidirá en la necesidad de que los centros adopten “medidas educativas” que eviten la repetición del alumno para evitar su fracaso académico. Será la Junta de Evaluación la encargada de decidir la propuesta.

Religión. “Respetando los acuerdos con la Santa Sede”, dice el texto, se deja de considerar la Religión como una materia específica en 1º y 2º de Bachillerato, es decir, su oferta no será obligatoria en los centros. Así se evita que la calificación obtenida al cursarla se tenga en cuenta para calcular la media de acceso a la Universidad o la obtención de becas. Además, se elimina la obligación de cursar una materia alternativa a la Religión. Educación en valores cívicos y éticos pasa a ser obligatoria para todos los alumnos en un curso de primaria y en otro curso de secundaria aún por determinar.

Autonomía y dirección. El objetivo es evitar que el director “sea el único órgano de gobierno en los centros educativos”, señala la propuesta ministerial. La LOMCE quitó poder a los Consejos Escolares, que recuperarán ahora competencias. Además, se modificará su composición en los centros concertados para reincorporar al representante del Ayuntamiento.

Se modificará el procedimiento para la selección de los directores, aumentando la participación del Consejo Escolar (integrado por las familias y los docentes). En la actualidad, las comunidades autónomas deciden si la elección del director recae en la Administración o en el consejo escolar, lo que ha originado una gran dispersión de modelos.

Además, se evitará que la autonomía pedagógica de los centros dé lugar a la selección del alumnado, señala el documento.

Y se eliminará la posibilidad de contratar por “procedimientos diferentes a los ordinarios” a personas nativas para la enseñanza en otro idioma de diferentes asignaturas, algo que se ha detectado que ocurre en algunos establecimientos educativos.

Evaluación y reválidas. Se prohíbe utilizar los resultados de las evaluaciones efectuadas al alumnado para establecer una clasificación de los supuestos mejores y peores centros. Este punto se recupera de la LOE.

Las reválidas al final de 6º de primaria y 4º de la ESO se convertirán en “evaluaciones muestrales y plurianuales” que permitan conocer el estado del sistema educativo y favorecer la rendición de cuentas por parte de los centros para mejorar las políticas públicas.

Se implantará un “plan individualizado” con orientación académica y profesional para el alumnado que abandone el sistema educativo sin el título de secundaria obligatoria.

Etapas formativas. La educación primaria, de los seis a los 11 años se vuelve a organizar en tres ciclos de dos años cada uno. Ahora se evalúa a los alumnos cada año, curso a curso, de modo que pueden repetir curso si su momento de maduración no está al nivel esperado. Al evaluarlos cada dos cursos se espera que las capacidades de unos alumnos y otros se vayan igualando para pasar de ciclo con el menor fracaso posible.

Se eliminará la elección de todas las asignaturas a cursar en 4º de educación secundaria y Bachillerato. Solo se hará referencia a las materias comunes, las demás se dejarán para una regulación posterior —a través de real decreto— y, en el caso de las optativas, lo decidirán las comunidades autónomas.

EL GOBIERNO ESTABLECERÁ MÁS DEL 50% DEL CONTENIDO Y LAS HORAS DE CADA MATERIA

La propuesta de reforma de la actual ley educativa contiene un séptimo capítulo que con el nombre Modelo Territorial regula la distribución de competencias entre el Estado y las comunidades para definir los contenidos curriculares y el número de horas dedicadas a cada asignatura. El documento recupera la fórmula de la LOGSE(ley educativa de 1990) y de la LOE por la que el ministerio determina el 55% de los contenidos de todas las asignaturas que se cursan en las autonomías con lengua cooficial, y el 65% en el resto.

Eso quiere decir que, por ejemplo, en la asignatura de matemáticas, el ministerio fija el 55% del contenido y de las horas totales que deben impartirse de esa materia —en el caso de las regiones con lengua cooficial—. El otro 45% lo determinan las comunidades autónomas. Con ese modelo, el ministerio persigue un plan común para toda España, que no haya tantas diferencias en el programa académico entre una región y otra.

La actual ley (LOMCE) utiliza un sistema distinto: no emplea porcentajes. Divide las asignaturas en troncales (las obligatorias que fija el Estado), y opcionales y de libre configuración (que determinan las comunidades autónomas en su totalidad). Este otro modelo implica grandes diferencias entre las materias que se estudian en cada autonomía. El ministerio busca con el cambio que plantea, un mayor consenso y colaboración entre el Estado y las comunidades.

Respecto a la enseñanza de las lenguas cooficiales, el documento señala que se aprobará una “regulación acorde” a la sentencia del Tribunal Constitucional del pasado febrero. El fallo anuló los artículos de la LOMCE por los que el Gobierno español obligaba a la Generalitat de Cataluña a pagar ayudas para garantizar que los hijos de las familias que así lo solicitasen pudiesen estudiar en castellano. “El sistema diseñado por la ley para garantizar la enseñanza en castellano sostenida con fondos públicos no respeta el reparto de competencias” entre Administraciones, sostuvo la sentencia.

La LOMCE fijaba que la Administración autonómica tendría que compensar con hasta 6.057 euros (el coste de una plaza en un centro público) a los alumnos que quisieran recibir la educación en castellano y ante la falta de oferta de esa opción en el sistema público, se viesen obligados a matricularse en un centro privado. Este punto de la ley Wert recibió un fuerte varapalo de la justicia por invasión de competencias.

Sobre el porcentaje que deberán ocupar cada una de las lenguas, el documento no contiene ninguna especificación por el momento. El peso de los idiomas cooficiales en la escuela varía en cada comunidad, que dispone, a su vez, de un modelo lingüístico diferente: en Galicia se imparten las materias a partes iguales en castellano y gallego; en la Comunidad Valenciana se establece un 25% de horas en castellano, un 25% en valenciano y un 15% o 25% en inglés; en Baleares, al menos el 50% de las clases se imparten en catalán; en el País Vasco, los padres pueden elegir la escolarización en cualquiera de las lenguas cooficiales, aunque el modelo del euskera como idioma vehicular es el mayoritario. En Cataluña está el modelo de inmersión lingüística, donde todas las materias (excepto Lengua Castellana) se imparten en catalán.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2018/11/08/actualidad/1541684931_038197.html

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España: El Ministerio abre a la participación pública el proyecto de modificación de la LOMCE

Europa/España/08 Noviembre 2018/Fuente: El diario la Educación

El Ministerio de Educación prefiere no esperar a tener una ley orgánica completa, de manera que se aprobará primero esta modificación del texto vigente. El plazo para enviar alegaciones se cierra el próximo día 10.

El objetivo inicial, firmado por toda la oposición en pleno, era el de derogar la Lomce en cuanto la mayoría parlamentaria así lo permitiese. La mayoría parlamentaria consiguió sacar adelante una moción de censura que llevó al Ejecutivo de Mariano Rajoy a la oposición. Pero la derogación de la ley Wert no se ha puesto sobre la mesa. Los plazos de la legislatura y la dificultad en la negociación han dejado la redacción de una nueva ley educativa en el cajón de los proyectos futuros.

Eso sí, el Ministerio ya planteó que haría las modificaciones necesarias para revertir algunos de los efectos más perniciosos de la Lomce en el sistema educativo. Antes de Navidad quiere tener listo dicho texto. Y es eso lo que ahora mismo se está discutiendo, y para lo que se pide la participación de quienes estén interesados.

Qué hay que modificar

El Ministerio de Educación y Formación Profesional, en la justificación de la necesidad de este cambio legislativo, enumera los asuntos que quieren modificar por ser especialmente gravosos. Además, aseguran desde el Departamento, se hará hincapié en aquellos temas en los que ya hay consenso (tras escuchar las diferentes intervenciones que se dieron en la Comisión del Pacto organizada por Íñigo Méndez de Vigo, exministro de Educación) y tendrán muy presentes los objetivos y metas marcadas desde la OCDE y la UE.

Entre aquellas cosas que se pretenden se encuentra la mejora de la equidad del sistema educativo para que toda la población pueda gozar del derecho a la educación. Así mismo, se hará una modificación de la estructura del currículo para adecuarla a la inclusción y al desarrollo de las competencias básicas. En relaciónal currículo, se pretende que la materia de Religión deje de tener peso en la nota del alumnado y no obligue a la matriculación en una asignatura espejo a quienes no quieran cursarla.

La evaluación dejará de tener un sentido que sea el de jerarquizar a los centros. Será una evaluación centrara en el diagnóstico de la situación y para el planteamiento de las mejoras necesarias.

También se quiere equilibrar la balanza dentro de colegios e institutos haciendo que los consejos escolares vuelvan a tener el peso que perdieron, de manera que las direcciones escolares dejarán de tener la capacidad de maniobra ganada con la Lomce.

El Ministerio pretende, así mismo, mejorar la transparencia en la rendición de cuentas que han de hacer todos los centros en virtud de su autonomía escolar; se mejorará la admisción de alumnos mediante la eliminación de los elementos discriminatorios derivados de la especialización de los centros.

Por último, el futuro texto legal pretende recuperar la capacidad de las administración para la programación de las enseñanzas y para que se apoye la coeducación y, además, se pretende regular las competencias del Estado y las comunidades autónomas para fomentar la lealtad y la colaboración entre administraciones.

El plazo para enviar opiniones sobre esta reforma termina el 10 de noviembre. Quienes estén interesados pueden escribir a la dirección de correo electrónico: consulta.seefp@mecd.es

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/11/05/el-ministerio-abre-a-la-participacion-publica-el-proyecto-de-modificacion-de-la-lomce/

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España: Educación concreta en nueve puntos su reforma de la Lomce, entre ellos, que la Religión no compute

Redacción: ABC.es

También contempla «hacer efectiva la participación de la comunidad educativa en el control y gestión de los centros»

El Ministerio de Educación y Formación Profesional ha publicado un documento donde expone los principales objetivos de la próxima reforma de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que prepara el Gobierno de Pedro Sánchez. Entre ellos, se detalla que la asignatura de Religión dejará de contar para la nota media, y que los poderes públicos recuperarán la programación de la enseñanza.

El documento ha sido publicado en la web del Ministerio para ser sometido a consulta pública, y contiene nueve puntos que detallan los objetivos del próximo anteproyecto de ley orgánica de modificación de la también conocida ‘Ley Wert’, aprobada por el Partido Popular en el año 2013 con la oposición del resto de los grupos parlamentarios, y que desde entonces ha provocado «un frente de críticas y protestas del conjunto de la comunidad educativa y de la sociedad», según el Gobierno.

El Ministerio sostiene en el documento que la aprobación de la LOMCE ha derivado en diversos «problemas» a resolver, como los itinerarios, que han incrementado «las desigualdades en la educación y perjudicado la inclusión y la equidad». También señala las reválidas y la publicación de los resultados de las evaluaciones por centros, ya que «puede dar lugar a clasificaciones jerarquizadas».

El documento atribuye a la LOMCE la «menor participación de los distintos sectores de la comunidad educativa» y el «desequilibrio de las competencias de gestión a favor del director y de la administración educativa» en los centros. También la reducción del «papel de los poderes públicos en su función de garantizar el derecho a la educación a través de la creación plazas públicas». Algo que la ministra Isabel Celaá ha criticado por permitir que la educación pública «pueda considerarse subsidiaria de la concertada».

Propuestas para mejorar la LOMCE

Para revertir esta situación, el documento del Gobierno propone «recuperar plenamente, para los poderes públicos, el mandato constitucional de la programación de la enseñanza, apoyando la coeducación», así como «vincular la autonomía de los centros al fomento de planes estratégicos y líneas de trabajo para mejorar su calidad, exigiendo una mayor transparencia en la rendición de cuentas».

También «mejorar el sistema de admisión con políticas activas, con el fin de que diversos colectivos se vean reflejados en los criterios de baremación y eliminar los elementos discriminatorios derivados de la especialización de centros», y «diseñar un sistema que atienda los diferentes intereses, aptitudes y capacidades del alumnado, garantizando la equidad y la calidad educativa en todos sus niveles y facilitando que ningún estudiante quede excluido, con el fin de lograr un ejercicio efectivo del derecho a la educación».

Religión sin alternativa

Sobre la asignatura de Religión, la propuesta del Gobierno pasa por «regular el ejercicio del derecho a una enseñanza de la religión confesional, sin que obligue a una asignatura alternativa ni interfiera en la nota media obtenida en enseñanzas académicas, en el marco de los Acuerdos con la Santa Sede», según se detalla en el documento.

Además, entre los objetivos de la reforma figura «llevar a cabo una regulación de las competencias educativas del Estado y las CCAA respetuosa con el marco constitucional y basada en la cooperación y lealtad institucional», y «hacer real y efectiva la participación de la comunidad educativa en el control y gestión de los centros sostenidos con fondos públicos, equilibrando las competencias del director o del titular y del Consejo Escolar».

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Nicaragua, filosofía, cooperación genuina

El arte en la escuela o el complejo del jarrón chino

Por: Saray Marqués

¿Podrían seguir las artes la estela de la filosofía y ganar peso en la próxima ley educativa? ¿Es eso lo que quieren los educadores de materias artísticas o el cambio legislativo es solo el principio?

Hace una semana, en parte gracias a la presión ejercida desde 2013 por diferentes colectivos como la Sociedad Española de Profesores de Filosofía o la Red Española de Filosofía, y tras una propuesta de Unidos Podemos apoyada por unanimidad en el Congreso, el Ministerio se comprometía a devolver la obligatoriedad a la asignatura de filosofía en 1º y 2º de bachillerato.

2013 tampoco fue un buen año para las materias artísticas, que desde entonces vienen resintiéndose del efecto Lomce. Como plasma Sofía de Juan, cofundadora de Plataforma indómita, en su investigación –de próxima publicación– Formas de acción. Aprendizaje y formación artística del profesorado de educación formal, la división de las asignaturas en troncales, específicas y de libre configuración autonómica supuso el fin de la obligatoriedad de la educación artística (plástica y música), “dejando margen a las comunidades para su impartición”, y una reducción de su carga horaria “para alimentar a esas otras asignaturas prioritarias de diverso modo según el territorio”. Con gran disparidad según las comunidades, desde entonces cunde el modelo de las que otorgan una hora a la música y otra a la plástica en cada curso de primaria, pero otras como Murcia no las contemplan en todos, y las hay, como Galicia, que dedican dos horas a la semana a las artísticas, pero sin especificar el reparto. Mientras, en secundaria se suele apostar por la alternancia entre música y educación plástica y audiovisual en los distintos cursos.

Esto, cuenta De Juan, ha desembocado en la actual situación en que el tiempo medio de docencia dedicado por el profesor especialista en exclusiva a las asignaturas artísticas es del 66% mientras que con el 34% restante cubre otras. Según datos de la Asociación de profesores de Dibujo 09 Madrid, el 62% de los departamentos de estas materias tiene menos de tres profesores (cada vez más, los hay unipersonales). También se imponen las jornadas parciales. Y, aunque esto no es culpa de la Lomce sino de la implantación del modelo de bilingüismo, educación artística plástica se ha reconvertido en muchos casos en arts&crafts por ser “una asignatura con una carga de contenidos mucho menor, que implica numerosas instrucciones y procesos verbales, los cuales pueden ser transmitidos de forma sencilla y directa, bien de forma visual y gestual, al tratarse de una materia manipulativa”. Como consecuencia, al profesorado se le exige ser especialista en lengua extranjera, sin ninguna formación específica en educación artística plástica.

Tampoco ayudan los estándares de aprendizaje Lomce. Y todo ello a pesar de que esta llegaba después de la recomendación en 2009 del Parlamento Europeo de convertir la educación artística en obligatoria en todos los niveles educativos por su impacto en las competencias clave del alumnado. Y de que la propia Lomce aseguraba entre sus objetivos “propiciar las condiciones que permitan el oportuno cambio metodológico” y daba por superados los modelos que apuestan “solo por las habilidades cognitivas”.

¿Tiempos dorados?

La situación de las materias artísticas en la educación formal nunca ha sido boyante, pero la LOGSE (1990) es vista como una especie de balón de oxígeno para el sector. “De la nada sentimos que se empezaba a caminar, se reconocía a los profesores especialistas en educación musical, y supuso grandes esperanzas”, relata el catedrático del Conservatorio Superior de Música de Madrid, Víctor Pliego de Andrés, que lamenta: “Ojalá se hubiera cumplido lo que recogía”. La LOGSE, como señala también De Juan, fue una teoría “no tan afortunada en su aplicación”, en parte por la falta de recursos.

Hoy, con el recambio de la Lomce encima de la mesa del Ministerio, Pliego de Andrés reclama a las autoridades educativas “que de verdad crean que la educación artística, con su promoción de la creatividad, de la inteligencia, de la capacidad de razonar, es fundamental en la educación integral del ser humano”. “Yo la veo muy conectada con la filosofía, interpela a la parte más humana y más social de la educación”, asevera Pliego de Andrés, que reconoce que la vuelta de la Filosofía ha generado cierta esperanza de nuevo entre el colectivo docente de música.

Como sus colegas filósofos, los profesores de materias artísticas (la Confederación de Asociaciones de Educación Musical del Estado Español, la Sociedad para la Educación Musical del Estado Español, la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana, la Asociación de Profesores de Música de Galicia, la Asociación de Profesores de Música 009 de Madrid y un largo etcétera) no han dejado de moverse desde 2013, tanto a escala autonómica como estatal. En ocasiones, la reclamación, en vez de reivindicación corporativa, viene en formato de reflexión colectiva, como sucedió en el encuentro #ArteyEscuelaCarasso, organizado este verano por la Fundación Daniel y Nina Carasso con la colaboración y facilitación de ZEMOS98. En realidad, se trata uno más de los 25 proyectos que la fundación tiene en marcha para reflexionar sobre arte y escuela. Durante él, a modo de performance, se elaboró una ley orgánica de arte y escuela que recoge el papel que deberían jugar la comunidad educativa y las instituciones educativas y políticas.

Lectura del articulado de la Ley de arte y educación en el encuentro #ArteyEducaciónCarasso. Fotografía: ZEMOS98

Cristina Sáez, del programa de Arte ciudadano de la Fundación en España, explica cómo la intención es promover el cambio desde lo micro, desde el profesorado y los centros, apoyando proyectos artísticos en las escuelas. “El reto está en trasladar esos cambios que se están consiguiendo a nivel micro a las instituciones”, plantea. “Sí vemos algo más de permeabilidad y cierto interés hacia estos temas, cierto cambio de mentalidad de los gobernantes, en parte gracias a toda la fuerza del colectivo docente en contra de la actual ley, pero las cosas van muy lentas. Que la Filosofía haya vuelto nos parece un buen paso”, reflexiona, al tiempo que anhela una ley ideal que recoja las artes como centrales: “Han de servir como conector de las distintas materias, pues el pensamiento artístico detona reflexiones más allá de las artes, todo lo cuestiona, todo lo critica, y esto es clave para formar ciudadanos y personas completas, no solo receptores de conocimientos”.

Entretanto, apunta, el primer cambio fundamental sería que dejaran de ser optativas y pasaran a ser obligatorias. Otro, que se revisara el modo de impartirlas para que de verdad promuevan el pensamiento artístico y la creatividad, con cambios en el currículum y la formación del profesorado, y con conversaciones con todos los actores implicados. “La ley no puede ser lo único, ni será la panacea, habrá que articular otros mecanismos alrededor, pero si una ley lo favorece, siempre es más fácil. Sin esa ley sentimos que estamos todo el tiempo remando a contracorriente”, concluye.

Coincide Sofía de Juan, que de su análisis deduce que las leyes educativas nunca han encontrado hasta ahora el sitio para las materias artísticas. “Nadie las ha logrado encajar de manera real. Es como si hubiera un enorme problema en la adaptación de las teorías a la realidad. Pasa incluso con la LOGSE: todo lo que plantea sobre el papel está bien, pero cada uno lo aplica a su manera, no hay unas directrices reales, una coordinación real”.

Lo que late a su juicio detrás del desencuentro entre arte y escuela es “la desvalorización a nivel pragmático de las materias artísticas, que claramente se sitúan por debajo de las troncales, también a escala de comunidad autónoma y de centro”. De Juan, que escuchó a 35 docentes y formadores de materias artísticas en el curso de su investigación, plantea cómo otra causa del desencuentro es la falta de referentes para “un educador que o bien utiliza el arte de manera transversal, como medio, o bien como fin en el aula de educación formal”. “Al artista que visita la escuela se le mitifica, mientras que los profesores que trabajan en el arte o a través del arte todos los días en esa misma escuela son invisibles”, señala.

Arteeducadores

Adolf Murillo es profesor de música en ESO y Bachillerato en el Institut Arabista Ribera de Carcaixent (Valencia). Para él, sí, ha habido avances, ahí está la LOGSE, que incluye en el currículum las materias artísticas, amplía las horas, pero “hay un problema de raíz, cultural, político, y es que no se entiende el alcance de estas asignaturas, que siempre se han movido en el terreno de lo marginal”.

Murillo reclama un cambio de visión, de enfoque: “Durante un tiempo han funcionado como áreas auxiliares, se han metido con calzador y se han respetado en el currículum porque favorecían el rendimiento académico, podían ayudar en lengua, en matemáticas. Esto ya no da más de sí. No queremos más horas si son para reforzar lo que se está haciendo mal. Reclamamos la centralidad del arte. Creemos que se ha de trabajar el tema de la creatividad, y que debe gozar de un espacio del que nunca ha gozado, en un currículum que sitúe el alumno en el centro”.

Como profesor de Música, siempre ha apostado por la idea de que todos somos creadores, artistas, y por la hibridación con otros tipos de arte. También por el uso del arte de forma transversal. En sus clases no hay exposición, repaso, ejercicios y deberes. Hay documentación, experimentación, encaje, producto. “Claro, están las barreras. Con 55 minutos, trabajar en procesos de creación es muy complicado”, asume. Pero cada vez se presta más atención a esta forma de trabajar. En Valencia se acaba de crear un centro de formación del profesorado específicamente de artes, y se está incidiendo en esta línea de la creatividad y de los lenguajes contemporáneos.

También se apuesta cada vez más por el aprendizaje basado en proyectos artísticos, por los proyectos multidisciplinares: “En la escuela no deberíamos trabajar en parcelas separadas cuando todo funciona de forma más compleja, en el mundo laboral, en el de la investigación. Las carreras STEM, de ciencia, tecnología y matemáticas, por poner un ejemplo, han incorporado la A de artes”.

Lucía Sánchez es profesora de educación plástica, visual y audiovisual en ESO, y de dibujo artístico y dibujo técnico en bachillerato en el IES Francisco de Quevedo de Madrid. Para ella, la ley que sustituya la Lomce debería empezar por dotar de una mayor carga horaria a las artísticas. En la elaboración, además, reclama que se escuche a expertos en educación artística en secundaria, no solo en la universidad, y también a expertos del mundo del diseño, de la ilustración o la arquitectura que estén actualizados. “Al final, creo que no es tan distinto lo que sucede en artes y lo que sucede en ciencias: la ciencia va por un lado y la educación científica, por otro. En ambos casos es necesaria una actualización, pues los profesores están tan centrados en el currículum que no pueden abarcar lo que ocurre fuera de las aulas”.
Sánchez comparte, por tanto, la posición de los compañeros de Filosofía que han aprovechado para pedir que se replantee la asignatura: “Hay clases en que se dan láminas a los alumnos para que las coloreen con puntos. Si es así da igual tener dos horas o cuatro. No hay proceso creativo posible”. Sánchez plantea que el pensamiento crítico ha de partir del profesor, que ha de reflexionar para qué ha de servir su asignatura, cómo vincularla con el mundo real…

“Creo que el problema de la educación artística es un problema de la educación en general. Este año tengo 22 horas de docencia, por ejemplo. Me pueden responder ‘No te quejes’, pero esas 22 horas dejan en realidad muy poco espacio para preparar cosas y coordinar proyectos. Aun así estoy organizando un seminario con 15 profesores, de Matemáticas, de Biología, de Música… sobre cómo emplear el arte como herramienta en el aula. Tenemos los mismos grupos y estamos trabajando con medios audiovisuales. Yo aporto la técnica y ellos, el contenido. Empleamos el arte, el lenguaje visual, de un modo similar a como se emplea en publicidad, por ejemplo, conscientes de que la forma (los colores, la tipografía…) es tan importante como el fondo”, explica.

“Los profesores, por lo general, no tienen conciencia de cómo han de usar la imagen. Les da igual no saber hacer un Power Point o entregar fotocopias que se leen mal. Los hay que sí tienen conciencia pero no saben. Yo creo que sería fundamental que todos los profesores tuvieran una formación en educación artística”, zanja.

Por lo demás, se muestra optimista. La ley que sustituya la Lomce solo puede ser mejor para las materias artísticas. “Yo no he perdido el optimismo desde 2013. Ahora creo que existe cierta conciencia, que se cree que el arte puede funcionar muy bien como transversal, que no debemos obsesionarnos tanto con los contenidos. Y todo el discurso en torno a las competencias clave, que poco a poco va calando, ayuda”, añade. “Por otra parte, yo nunca me he sentido aludida cuando se ha hablado de ‘asignaturas que distraen’. Yo pensaba que se referían a la religión”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/arteyeducacion/2018/10/26/el-arte-en-la-escuela-o-el-complejo-del-jarron-chino/

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La educación como servicio social requiere un enfoque ecosocial

Por: Luis González Reyes

Un indicador de una educación de calidad es la que permite al alumnado comprender el mundo en el que vive y desenvolverse en él. Es imposible cubrir este objetivo sin abordar en profundidad la crisis ambiental contemporánea.

Hace poco una profesora amiga me preguntó si me animaba a ir a su colegio para charlar un rato con el alumnado de bachillerato. Tienen en marcha un proyecto en el que proponen temas “poco habituales” (es decir, que no trabajan durante el recorrido escolar), para abrir las miradas de su alumnado. El asunto “poco habitual” que me proponía abordar era la crisis ambiental y distintas prácticas sostenibles para enfrentarla.

Es increíble que esto siga siendo una realidad en muchos colegios e institutos, y que la ley vigente aborde casi de puntillas estos temas. El cambio climático no es una realidad por venir, sino algo que ya existe y va a cambiar radicalmente los entornos en los que vive nuestro alumnado. El fin de la alta disponibilidad de recursos no renovables (petróleo, gas, carbón, cobre o fósforo), es otro cambio ambiental de gran magnitud para nuestras sociedades, cuyas primeras fases ya están sucediendo. Podríamos seguir poniendo ejemplos, cómo la disfunción ecosistémica consecuencia de que, actualmente, estamos viviendo la Sexta Extinción masiva de especies de la historia de la vida en la Tierra. Esta disfunción está implicando problemas para sostener la polinización o la depuración de aguas, por poner solo un par de ejemplos de muchos.

Si como consecuencia de esta crisis múltiple, la capacidad de consumo de la población, inevitablemente, va a disminuir, tendremos que aprender a ser felices con menos bienes. También a reparar y reciclar. Tendremos que aprender a articular economías en las que todas las personas puedan tener garantizada una vida digna a través del reparto de unos recursos de cada vez más difícil acceso. O a regular conflictos de corte socioambiental.

Sostengo que es increíble que estos temas no estén en el currículo escolar porque un indicador de una educación de calidad es la que permite al alumnado comprender el mundo en el que vive y desenvolverse en él. Es imposible cubrir este objetivo sin abordar en profundidad la crisis ambiental contemporánea. Pero eso no es suficiente. La educación, más que un servicio individual, es un servicio social, colectivo. Tiene que contribuir a mejorar las condiciones del conjunto de la población. Desde estas dos perspectivas, la individual y la colectiva, la crisis ambiental en curso y las maneras de abordarla deben ser temas centrales en los currículos, ya que lo son en el devenir de nuestras vidas.

Pero atender a los temas ambientales no es lo único necesario. ¿Podemos comprender nuestro mundo sin saber los flujos migratorios que están produciéndose?, ¿podemos entender los movimientos migratorios sin tener en cuenta las desigualdades, los distintos sistemas políticos o el cambio climático?, ¿podemos estudiar nuestra democracia parlamentaria obviando que hay personas con las que convivimos que no pueden participar de ella? Podríamos seguir haciendo preguntas de este tipo hasta visibilizar la necesidad de abordar en los colegios el conjunto de temáticas ecosociales. Es decir, una educación entendida como un servicio social que nos permita avanzar en democracia, justicia y sostenibilidad.

Para trabajar los temas ecosociales con la profundidad y el rigor que se merecen hace falta programarlos adecuadamente. Igual que la programación de las matemáticas tiene un desarrollo vertical en el que, curso a curso, se van construyendo nuevos conocimientos a partir de los ya adquiridos, de igual forma necesitamos una integración vertical del conjunto de conocimientos que engloba una competencia ecosocial.

No es únicamente necesaria la mirada en vertical, sino también en horizontal. Del mismo modo que acoplamos los conocimientos de matemáticas con los de física para que avancen en paralelo realimentándose, es necesario que esto también suceda con los distintos campos que comprenden lo ecosocial y de estos con el resto de áreas de conocimiento escolares.

Todo esto requiere muchas horas de trabajo, un conocimiento especializado de las temáticas ecosociales y una visión global de todo el proceso educativo. Pero ninguno de estos factores están al alcance de la gran mayoría del profesorado. Para intentar cubrir ese hueco, acaba de publicarse el libro Educar para la transformación ecosocial. Es el resultado del trabajo de cuatro cursos de un equipo multidisciplinar de profesorado de todas las etapas y áreas de conocimiento, y de personas expertas en distintos temas ecosociales. En él se hace una propuesta de cómo realizar una transformación integral de un centro educativo desde la perspectiva ecosocial pero, sobre todo, se realiza una propuesta exhaustiva de los objetivos ecosociales a cubrir, los contenidos, los métodos que serían acordes y algunas líneas sobre la evaluación. Es decir, se describe un currículo ecosocial.

Además, esta propuesta se entrelaza con el currículo de la LOMCE. Para ello, se ha realizado una relectura ecosocial de las introducciones de áreas y etapas. También se recorre, curso por curso y asignatura por asignatura, el temario de la LOMCE realizando una propuesta detallada de cómo abordarlo desde una mirada ecosocial.

El trabajo no consiste en una propuesta cerrada, sino en una guía para poder incorporar en la práctica docente el conjunto de las temáticas ecosociales con calidad. Esta matriz debe ser interpretada y adaptada por cada docente a su realidad. Lo que sí tiene es una vocación de globalidad en la mirada de los distintos ámbitos ecosociales y áreas de conocimiento.

En resumen, una sociedad que aspire a la justicia, la democracia y la sostenibilidad tiene que poner estos temas en el centro del aprendizaje escolar. Y el centro del aprendizaje escolar es lo que sucede en el aula, sin quitarle importancia al resto de momentos y espacios educativos que se producen dentro de los colegios. Por eso, es fundamental un currículo ecosocial.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/25/la-educacion-como-servicio-social-requiere-un-enfoque-ecosocial/

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“Solo un 6% de las plazas de la educación de niños(as) de 0-3 se financian completamente con fondos públicos”. Entrevista a María Ángeles Espinosa

Entrevista/24 Octubre 2018/Autor: Daniel Sánchez caballero/Fuente: El diario la educación

La educación infantil entendida como derecho humano está todavía en ciernes. Falta de inversión y diversidad de criterios (formación docente, perfiles profesionales, criterios de acceso a las escuelas…) son dos de sus mayores problemas.

Profesora de Psicología Evolutiva de la Educación en la UAM, María Ángeles Espinosa ha dedica su desempeño profesional a los más pequeños. En calidad de experta y, además, miembro de la comisión permanente de UNICEF, ha escrito el informe La garantía del derecho a la educación en la etapa 0-3. Una inversión necesaria y rentable, en el que realiza una de las disecciones más completas del panorama nacional en la educación infantil. Reacia a las entrevistas, se deja hacer una “por los niños”. Y advierte: “Nosotros [Unicef] no nos posicionamos ni a favor ni en contra de nadie, solo constatamos”.

Es difícil generalizar, pero, ¿cuál es el estado de la educación infantil en España?

Es desigual. La principal conclusión a la que llega el informe es que hay una tremenda desigualdad en esta etapa entre las comunidades autónomas en todo lo que tiene que ver con lo que se consideran criterios de calidad: formación del profesorado, ratio profesor alumno, los criterios de admisión de los alumnos, tasas, exenciones, subvenciones… Es una etapa sin regular, en la que no hay unos mínimos a nivel nacional a diferencia del resto de etapas, esta es la mayor característica.

¿Tiene ese carácter educativo y no asistencial por el que usted aboga?

Sin lugar a dudas, sí. Todavía quedan algunos puntos o lugares donde hay centros para niños y niñas de estas edades con un carácter más asistencial, pero lo que impera en la mayor parte de las comunidades es un modelo educativo con objetivos, contenidos, profesionales cualificados, espacios especialmente diseñados. Lo que se trataría es de garantizar este modelo para todos los niños con independencia de su situación familiar, económica, etc. El problema es que no hay suficientes plazas para todos los niños que las necesitan y, además, la cuestión económica es muy importante. Solo hay un 6% de las plazas escolares en el 0-3 que se financian completamente con fondos públicos. El resto tienen que ser financiadas de un modo u otro por las familias, con mayor o menor cuantía. Es un problema de plazas, no hay para todos los niños y muchos no pueden acceder por una cuestión económica.

¿Lo que se decía de que la LOMCE era asistencial no llegó a bajar a las escueles?

La LOMCE tiene cosas buenas y malas, pero en esta etapa la LOMCE no regula ni garantiza. Todo lo que se ha avanzado, porque se ha avanzado (el plan Educa 3 fue una apuesta fuerte del gobierno que aumentó el número de plazas y escuelas, pero se acabó la subvención), ha resultado ser insuficiente. Ese es el problema.

La escolarización por comunidades está claramente diferenciada: en el norte es más común, en el sur menos. ¿Esto responde a la apuesta de las administraciones, es una cuestión cultural?

Al ser una etapa regulada por cada comunidad autónoma, cada una ha establecido unas prioridades. Toda la normativa depende única y exclusivamente de las comunidades autónomas, no hay un decreto de mínimos.

¿Lo ideal sería una escolarización universal como en primaria o no hace falta aspirar a tanto?

Lo ideal sería que todos los niños que necesiten una plaza escolar dispongan de ella, independientemente de su situación económica. Y en especial los que proceden de entornos socioeconómicos más vulnerables. Lo que demuestran los estudios es que la educación infantil mejora el desarrollo infantil en todos los ámbitos (cognitivo, sensorial, emocional), pero esta mejora es especialmente sensible en los niños de estos entornos. La educación infantil en estas primeras etapas es una herramienta de compensación de las desigualdades sociales.

¿Cree que la Administración le da a la etapa la importancia que debería tener?

Yo creo que sí. Las administraciones educativas dan a la etapa la importancia que tiene, pero tiene que haber una confluencia de factores. Tiene que haber una inversión económica importante, una cualificación del profesorado adecuada, tiene que haber una apuesta fuerte por la equidad, por aumentar el número de plazas. Todo ello pasa por una colaboración que quizá no sea única y exclusivamente responsabilidad de las comunidades autónomas, quizá tenga que haber un compromiso de mayor nivel. Si hubiera un pacto educativo y un pacto por la infancia todo sería mucho más fácil. Un pacto por la infancia es por lo que abogamos en Unicef. Habría una implicación más potente y comprometida de todos los niveles, desde el Estado central, las administraciones autonómicas, locales, para conseguir este objetivo de dotar de plazas escolares para los niños y niñas de estas edades. No es una cuestión de falta de compromiso, sino que es un problema complejo con muchas aristas que hay que abordar de forma integral.

Pero —y aquí le hablo de lo que conozco, que es Madrid— si el Ayuntamiento se ve obligado a abrir escuelas infantiles por la falta de plazas públicas, competencia que no le corresponde, quizá sea indicativo de que el Gobierno competente, el regional, no está haciendo su labor.

Lo que pasa es que al no ser una etapa regulada hay una enorme diversidad en cuanto a la titularidad de los centros. Los hay privados, municipales, de las consejerías de Educación, de bienestar social. Lo bueno que tendría una regulación de mínimos sería establecer un paraguas bajo el que cupiesen todos los centros educativos que respondieran a esos criterios de calidad que se exigen para que la educación infantil tenga los efectos deseados. No es cuestión de llevar a un niño a un sitio para que le guarden sino para que le eduquen. Esta es la diferencia entre guardería y escuela infantil.

¿Por qué es tan importante la escolarización temprana?

Todos los estudios demuestran que la escolarización desde las primeras etapas del desarrollo mejora el desarrollo cognitivo, social y emocional. Algunos estudios incluso ponen de manifiesto que hay una cierta mejora de las habilidades que facilitan la inserción en etapas educativas posteriores, una ventaja que se mantiene durante determinado número de años. Esto es especialmente notable en los niños que proceden de entornos menos satisfactorios o más vulnerables. En entornos gratificantes o satisfactores los niños pueden conseguir esos estímulos, desarrollar esas capacidades, con sus referentes familiares. En entornos menos favorecedores esos niños nunca van a conseguir desarrollar esas capacidades con sus referentes familiares. Una escuela infantil de calidad tiene espacios adecuados para los niños que permiten que sean autónomos, que exploren y se muevan de forma segura, tiene profesiornales cualificados para planificar las tareas de manera que los niños lo puedan abordar, siempre a través de metodologías lúdicas, motivadoras. Si un niño tiene algún retraso estos profesionales lo pueden detectar y compensar, algo que en casa es difícil. Se dan todas las condiciones para que se fomente todo esto.

¿Son las familias conscientes de la importancia de la educación infantil que usted destaca?

Creo que cada vez más. La escuela infantil es buena para los niños, pero también es una herramienta potente para eliminar la pobreza infantil. Disponer de una plaza de educación infantil gratuita o con un coste adaptado a los ingresos familiares permite que una de las personas de la familia, que generalmente son las madres aunque no tenga por qué, pueda dedicarse a formarse o buscar trabajo. Es una posibliidad de aumentar los ingresos familiares. Es una posibliidad, en el caso de familias vulnerables, de tenr un referente normalizados, de tener un modelo de referencia que ayude a las familias a satisfacer las necesidades de su hijo de manera adecuada o le ayuda a buscar alternativas en caso de tener una carencia. Las familias vulnerables a veces no saben que existen ciertos recursos y la escuela infantil puede ser mediadora entre familia y servicios sociales, por ejemplo.

El informe indica que existen en España diferentes modelos de acceso. ¿Es partidaria de priorizar la renta o el estatus laboral de las familias?

Hay tres modelos de acceso. Uno está fundamentado en la conciliación: los criterios de admisión están relacionados con la situación laboral de la familia. Hay otro más relacionado con la equidad, donde los criterios de admisión están más fundamentados con la situación económica de las familias. Por último, hay un modelo mixto, que mezcla cuestiones de conciliación y equidad. En teoría el modelo ideal sería este que combina la corresponsabilidad con la equidad. Pero el modelo a veces hace primar factores que tienen que ver con la situación laboral y deja de lado la equidad. Entonces el modelo ideal sería el que hace que ningún niño se queda sin plaza de educación infantil, sea cuál sea su situación. Los criterios de admisión no pueden ser los mismos para las familias que no tienen ingresos regulares que para las que sí los tienen. En algunos casos, para familias que no tengan ingresos regulares sería el modelo de la equidad el ideal. En otras, el que combina ambas. Nosotros partimos de la idea de que la educación en estas edades también es un derecho y todos los niños deben tenerlo garantizado.

¿Cómo está la formación de maestros?

El mayor reto yo creo que viene de una homogenización de los criterios. Que en todas las comunidades se exija un determinado nivel de formación a los profesionales que van a atender a los niños de estas edades. Que en todas las comunidades se establezcan unas ratios mínimas, unos criterios de admisión básicos, que haya unos precios públicos mínimos, como en el resto de etapas educativas. El mayor reto es una regulación de mínimos a partir de la cual cada autonomía pueda tomar sus propias decisiones igual que se hace en otras etapas educativas.

¿Nos hemos dejado alguna cosa que sea importante destacar?

Que la educación en la etapa 0-3 es una inversión necesaria y rentable. Todos los niños y niñas tienen derecho a tener los mejores comienzos para su vida, y es una inversión rentable porque es una herramienta de compensación de las desigualdades sociales, y no hay nada más caro que la pobreza, que la falta de educación, que las desigualdades. En términos de justicia social no puede haber desarrollo social si no hay desarrollo humano, y la mejor manera de invertir en desarrollo humano es educar desde las primeras etapas. Zeckman, un economista que ganó el Nobel hace unos años, tiene una serie de estudios que demuestran que la inversión más rentable del sistema educativo es la que se ha realiza en las primeras etapas. Y, sin embargo la inversión en esta etapa es la mitad aproximadamente de lo que se gastan en otras etapas, esto para para cualquier país.

Pero en España estamos por debajo en inversión educativa, en infantil entonces…
Sí, y también de la inversión que se hace en prestaciones familiares en apoyo de las familias con hijos.

No sé si resulta contradictorio decir que la Administración le da a la educación la importancia que tiene, pero no invierte lo suficiente.

No es que no le dé la importancia que tiene, es que no pone los recursos. Quizá porque la educación infantil o en las primeras etapas se considera que surge de manera espontánea. No diré que las administraciones no dan importancia a la educación infantil, pero sí decimos que no hay suficientes recursos para atender las necesidades que requiere una educación infantil de calidad.

Imagen y fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/18/solo-un-6-de-las-plazas-en-el-0-3-se-financian-completamente-con-fondos-publicos/

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Entrevista a Andreas Schleicher, creador del informe PISA: «Las leyes educativas en España son casi del siglo XIX»

Redacción: El Mundo

Andreas Schleicher, director de Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sostiene que todos los alumnos pueden sacar buenas notas al margen de su talento o de su origen. Sólo hace falta poner altas expectativas en ellos y contratar a buenos profesores. Lo cuenta en un libro, Primera clase, que el padre del Informe PISA presentó ayer de la mano de la Fundación Santillana. Dice que en España se memoriza mucho pero no se aplica lo aprendido y critica la sucesión de leyes en un modelo «casi como del siglo XIX» que «no ha tenido impacto» en las aulas.

¿En qué son buenos y en qué son malos los alumnos españoles, según los datos de PISA?
Hay más personas ahora que terminan el colegio en comparación con el pasado y España ha tenido éxito al reducir las diferencias de calidad entre escuelas. Los alumnos españoles son buenos al reproducir los contenidos de las asignaturas. Pero son menos buenos al aplicar su conocimiento de forma creativa y tener una idea conceptual y profunda de lo que aprenden. El aprendizaje se centra en la memorización, faltan estrategias de pensamiento complejo.
¿Qué nos recomienda?
Hay que enseñar las cosas con mayor profundidad, reforzar el rigor, ser más coherentes y ayudar a los estudiantes a aprender. Tener entornos donde haya menos consumidores pasivos y más contribuyentes activos. El tipo de fortalezas que tiene España al enseñar a los alumnos a aprender muchos contenidos se convierte en algo menos relevante en el siglo XXI. El reto es crear humanos de primera clase, no robots de segunda.
Opina que los planes de estudios dedican mucho espacio a la trigonometría o al cálculo cuando debería emplearse en otras cosas.
No se trata de dedicar menos tiempo a las Matemáticas, pero se hace mucho énfasis en herramientas del pasado. En España quizá se podría reducir el contenido del currículo, que es kilométrico pero no muy profundo. Es importante enseñar a los alumnos más allá de las disciplinas académicas y eso significa que los profesores de distintas asignaturas tienen que aprender a colaborar más entre ellos.
Cuenta en el libro que Polonia subió el nivel y exigió que todos los estudiantes cumpliesen los estándares que antes sólo se pedían a los alumnos de élite. Aquí se ha defendido más aquello de igualar el nivel hacia abajo. ¿Cómo le iría a España elevando el listón?
Se trata de tener expectativas elevadas para todos los alumnos. Los profesores deben saber que todos los estudiantes pueden aprender, no que algunos tienen mucho talento y otros poco. Hay muchos alumnos que sacan buenas notas incluso si los resultados de PISAno son buenos; por tanto, las expectativas son bajas. La mayoría de los estudiantes españoles dice que su éxito en Matemáticas tiene que ver con su talento: «Yo no puedo hacer nada porque no he nacido para ser bueno en Matemáticas». Si haces la misma pregunta a los estudiantes de Singapur, China o Japón, nueve de cada 10 lo relaciona con el esfuerzo: «Si yo estudio mucho, sé que me va a ir bien».
¿Es la Lomce una buena ley?
España se ha centrado mucho en las leyes y ha prestado poca atención al cambio en las prácticas. No creo que las diferentes leyes educativas hayan tenido un impacto real en lo que ocurre las aulas. Las leyes en España son como las regulaciones en una fábrica muy grande: alguien en el Gobierno dice cómo deberían funcionar los colegios y luego los profesores implementan esas prácticas y los alumnos están en las clases para consumir esas lecciones. Es casi como una versión del siglo XIX de la educación. En el siglo XXI, todos los niveles del Gobierno piensan qué pueden hacer para ayudar a que los alumnos aprendan más, sean más responsables o se cree un buen entorno de aprendizaje. Otros países cambian sus leyes cada 15 o 20 años y se centran en cambios de comportamiento, en ofrecer espacios para crecer, en una organización menos industrial y más profesional.
¿Cree que España está madura para una reforma educativa, con un Gobierno en minoría parlamentaria y unos profesores sin ganas?
No creo que tenga otra opción. La economía del mañana es el sistema educativo de hoy. España está invirtiendo una buena cantidad de recursos y se trata de invertirlos dando a los docentes apoyo, oportunidades y desarrollo profesional.
¿Hay que subirles el sueldo?
No. Los docentes españoles están bien pagados, pero su trabajo no es atractivo desde un punto de vista intelectual porque es como el trabajo de una fábrica. Tienen poco tiempo para atender a los alumnos de forma individual fuera de las aulas como ocurre en Japón, no observan las prácticas de otros colegas, ni trabajan de forma colaborativa. Deberíamos pensar en hacer su trabajo más atractivo, creando más oportunidades para que puedan trabajar en equipo, estableciendo la figura del mentor y mejorando sus prácticas. No se trata de poner más dinero, sino de crear un sistema más abierto, que les apoye más.
¿Nos hemos equivocado insistiendo tanto en reducir el tamaño de las aulas?
España ha invertido mucho en las ratios y ha invertido muy poco en apoyar a los profesores. Cuando hay que decidir entre tener una clase más pequeña o un mejor profesor, debemos centrarnos en mejorar la calidad del profesorado. Si no cambiamos las prácticas docentes, tener una clase más pequeña no va a servir de nada.
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