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Gaspar Sánchez : Aceptarse como somos es un avance en contra del sistema patriarcal

Por Pillku.org

Gaspar Sánchez es de Honduras. Es parte de la organización que fundó la compañera Berta Cáceres, elCOPINH. Es indígena lenca y nos cuenta cómo ha sido el proceso para él, no sólo desde el cuerpo, como gay, sino también desde lo político y la lucha en un país que hoy atraviesa una seria crisis política. Desde su militancia asume la diversidad como un reto de transformación de la sociedad, empezando por sus raíces.

Gaspar Sánchez: Para uno o una poder identificarse como una persona gay o lesbiana es todo un proceso, no hay condiciones, el pueblo hondureño carece de falta de educación sobre estos temas y dada esa falta de educación está siempre presente el tema del patriarcado, el racismo, el rechazo por ser gays y cuerpos diversos, entonces nos toca enfrentarnos primero a la familia, después al rechazo de la comunidad y todo eso tiene que ver con un sistema patriarcal que se ha venido construyendo, y quiénes promueven eso, son las iglesias

Pillku: ¿Tuvo internet algún papel en tu construcción de identidad?

GS: Yo creo que sí. Es decir, es a través de las redes sociales que me di cuenta que por medio de ese mundo virtual que puede ser un tanto bueno o un tanto malo a la vez dependiendo cómo lo utilicemos, internet me ha servido mucho para entender qué significa ser lesbiana, que significa ser gay y que no es algo nuevo. La historia nos ha demostrado que en los pueblos indígenas siempre hemos existido las personas gays, las personas lesbianas, claro no sufríamos tanto rechazo ni discriminación cómo ahora pero incluso había cómo más respeto, porque los pueblos indígenas siempre hemos tenido respeto por la vida. Antes de la colonización que sufrieron nuestros pueblos, las personas gays y lesbianas eran consideradas personas especiales, personas con doble espiritualidad, que les permite entender la situación de los hombres y de las mujeres. Todas esas cosas las tuve que ir consultando.

Pillku: ¿Cuál ha sido para ti el proceso de diversidad sexual dento del COPINH?

GS: El COPINH es una organización que lucha por el respeto a los derechos del pueblo lenca, por el derecho al territorio, a los bienes comunes. Es decir que haya reconocimiento de los pueblos indígenas a su territorio, pero también a su cosmovisiones, su espiritualidad propia, pero a la vez también estamos luchando para que las mujeres sean liderezas, puedan ser también tomaderas de decisiones. El pueblo lenca al igual que otros pueblos de honduras es un pueblo muy machista. Muy patriarcal. Y eso es parte del reto, ir derrumbando ese patriarcado que está en las comunidades. Y porque es un tema también que en el COPINH no tenemos pajas en la boca para hablarlo. Lo hablamos a través de las radios comunitarias, a través de las reuniones en las visitas comunitarias que se hacen. Se habla abiertamente de estos temas. Porque realmente el estado de honduras como tal, no se interesa por educar o generar la información sobre estos temas, pues entonces nos toca hacer ese trabajo a nosotres como organización. Aunque no ha sido fácil, lo digo por lo menos en mi caso, pero también hay otros compañeras y compañeros que son también parte de la organización y no se aceptan, dado que toda esa discriminación, todo ese rechazo, muchas veces nos hace sentir culpables de lo que somos. Pues terminamos recriminándonos nosotres mismos y negándonos a ser libres y vivir con esa culpa. Entonces se quedan en el closet como se dice popularmente.

Por eso el espacio de diversidad sexual dentro del COPINH, que es un espacio que desde 2014 se abrió, con un proceso de asamblea general dónde casi 800 personas delegados y delegadas de las comunidades aprobaron que se abriera este espacio, pero dónde uno se encuentra como el reto o la barrera es cómo uno llega a las comunidades. Acá vienen les líderes, pero allá también toca enfrentarse a otros compañeros, otras compañeras que el fundamentalismo religioso está muy fuerte, muy arraigado en las comunidades, entonces toca ahí mediar porque la verdad es que no podemos seguir estando callados y creo que va a ser uno de los espacios que en el futuro va a ser fuerte al igual que el espacio de las compañeras mujeres, y así otros espacios.

Pillku: ¿Es diferente ser lenca y parte de la comunidad LGBTI que venir de zonas urbanas?

GS: Este es un tema que hemos venido discutiendo mucho, porque normalmente se cree que el ser gay o ser lesbiana solamente es un tema de las ciudades y que en las comunidades indígenas no existimos. Sabemos que ahí estamos siempre presentes sólo que estamos marginados porque nosotres sufrimos como una doble o triple criminalización: por ser indígenas, por ser pobres y porque no encajamos dentro de ese mundo moderno del consumismo. Entonces también es un reto para nosotres como cuerpos diversos seguir manteniendo la libertad de poder expresarlo, pero también de seguir manteniendo nuestras propias tradiciones como indígenas. Por ejemplo el respeto a la tierra, al agua, a los árboles, a la vida como tal. Yo creo que ese es como el reto. Y ahora el tema de las personas LGBTI ya es un tema que se ha vuelto muy moderno creo, porque el sistema capitalista se está pensando, por ejemplo en novelas o películas de personajes que son gays o que son lesbianas pero lo hacen con el sentido de atraer este tipo de población, no lo hacen pensando en nosotres los pobres, lo hacen pensando en las personas que por lo menos tienen dinero para gastarlo en ese tipo de cosas. Entonces creemos que también es un reto el poder despojarnos de todo ese consumismo que nos mete el sistema porque al final muchos gays muchas lesbianas, queremos imitar lo que vemos en las películas lo que vemos en ese mundo también virtual. Internet puede servir también para eso.

Pillku: Una parte de la sociedad hondureña es bastante homofóbica ¿como has luchado contra eso siendo Indígena?

GS: Creo que a uno al final le toca enfrentar resistir ante todo ese tipo de cosas porque por ejemplo en mi caso, que ojo creo que eso tampoco debe de permitirse, cuando yo salí del closet los comentarios racistas homofóbicos eran super fuertes por los mismos compañeros de la organización o por mis vecinos, incluso hasta luchas con el rechazo familiar. No fue toda mi familia la que me rechazó pero un hermano si me dijo que me olvidara que era hermano de él porque yo le comenté mi preferencia, mis gustos. Y cuando se lo comenté el me dijo: olvidate de mi, no sos mi hermano. Y es defícil porque el llegaba a la casa, saludaba a todo el mundo y yo como que no existía. Y a mi lo que me ha ayudado es toda la formación que he recibido en el COPINH. Para mi el COPINH es mi casa, es mi escuela, es mi universidad porque aquí he aprendido todo mi desarrollo como lider, no sólo de diversidad sexual, sino entender todo lo que ampliamente hace el COPINH en las comunidades es lo que a mi me ha permitido entender, comprender y tener conciencia.
Y otra cosa con la que también toca enfrentarnos, es luchar contra esas etiquetas que pone la sociedad. Porque por ejemplo si yo soy gay no debería estar hablando de política, debería de estar en un salón o en una cocina porque si me creo mujer es allá dónde debería estar. Romper ese tipo de cosas todavía es muy fuerte. Dentro de la población LGTBI todavía no logramos despojarnos de esas cosas.

Por ejemplo en qué medida también estos procesos primero con la familia, porque me tocaba pasar por enfrente de la casa donde ellos viven, cada vez que pasaba por ahi eran gritos de “culero, hacete hombre que te vamos a matar y no se qué” y todo ese tipo de cosas. Hasta llegar al caso que me golpearan. Que fue así como pues ya no puedo seguir aguantando entonces tuve que denunciarlos, pues es un caso que sucedió en el 2015 y todavía no ha avanzado el proceso.

Uno ya está cansado de ese tipo de rechazos. Me parece que en la población LGTBI al igual que las mujeres tenemos todo un reto por seguir trabajando el empoderamiento de las personas. El tema de formación me parece super importante. Qué es lo que vemos y entendemos dentro de la educaci ón que nos ofrece el gobierno.

Pillku: ¿Crees que internet es un lugar seguro para expresar tu identidad?

GS: Bueno, nada de lo que se pone ahí es seguro ¿verdad? Que sea de todas maneras un lugar donde podemos dar a conocer la problemática de las comunidades, de las luchas que se están dando en los territorios. Yo lo comentaba al principio de la entrevista, internet puede ser un tanto bueno pero también un tanto malo. Ahí hay información que nos ayuda pero también hay otra parte oscura, como por ejemplo el espionaje, el robo de información, por todo este tipo de cosas yo creo que toca tener mucho cuidado.

Pillku: Desde el cuerpo como campo de batalla política por nuestros derechos, como ha sido para ti la dimensión cuerpo-red? Cómo desde el cuerpo se dan las batallas y que rol juega internet para vos en esta disputa?

GS: El hecho de aceptarse como lo que somos es un avance en contra del sistema patriarcal. Algo que lo veo muy bueno al igual que sucede con muchos otros y otras compañeras, el hecho de hacernos visibles ante la comunidad, ante la organización porque eso también creemos que nos da protección en el sentido de que me pasa algo a mi y el mundo se va a dar cuenta. Porque el sistema de justicia en nuestro país, está diseñado para criminalizar, para que los casos queden en la total impunidad, por ejemplo el caso de Berta, las redes sociales, el internet ha jugado un papel muy fuerte y que nos ha ayudado a que el mundo esté presionando al gobierno para que el caso no quede en la impunidad. Y en cuanto a mi experiencia para mi ha sido lo mismo, pues porque muestro mi cuerpo como soy y lo que soy y eso ayuda. Nuestro cuerpo tiene que jugar el rol político.

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El poder masculino

Por: Gloria Hurtado

Sí, puede que usted todavía lo dude. Puede creer que son “viejas exageradas”. Y su reflexión sea “ahora les dio a todas por decir lo mismo”. Puede que crea que el mundo se feminizó y todos los hombres se convirtieron en potenciales abusadores. Puede estar pensando que señalar hombres se convirtió en una pandemia, algo así como un virus contagioso y ahora todas las mujeres “si” recuerdan lo que los hombres que rodearon sus vidas les hicieron alguna vez. ¿Qué coincidencia? Todas a la vez. Sin embargo, déjeme decirle que es tan arraigado el concepto del “derecho” de un hombre, un padre, un hermano, un hijo, (hombres todos), sobre el cuerpo, el dinero, las ideas, los horarios de las mujeres, que lo mas delicado es la sorpresa por el descubrimiento. Era tan natural el sometimiento que ver lo contrario es sorprendente. Pasó en las narices de todos y “nadie” vio o se dio cuenta o registró. Pasó (y sigue pasando en todos los lugares) pero nadie lo captó. ¿Por qué?

Es el poder masculino, el poder de quien detenta los instrumentos para someter a otros. Son abismales sus secuelas y sus consecuencias. Sucede con la mujer, con los niños, con los animales. El sábado se celebró el “día de la no violencia contra la mujer”, donde lo que se busca es crear conciencia para no ver como natural conductas patológicas y humillantes pero es mas fácil derrumbar un edificio que cambiar creencias. Es tan natural generar violencia a nombre del patriarcado que en estos días, dos profesoras de Psicología de una universidad caleña, decidieron favorecer a un papá perturbado emocionalmente, por encima de la situación concreta y asfixiante que vivía su hijo. Dos profesoras de Psicología, en una actitud totalmente patriarcal. Pudieron mas el orgullo y ego del hombre que el dolor y derecho del niño. No importa: es el poder masculino por encima del sentir del hijo. “Por qué nadie me cree, ni Bienestar, ni los jueces de que digo la verdad, que no soporto a mi papá, que me desespera, que me llama todo el día, que me persigue, que se me aparece, que no me quiero ir con él”. Un poder asfixiante que somete, que considera que las mujeres, los niños y los animales, son instrumentos al servicio del patriarcado. Sí, la mujer también puede ser machista, en especial cuando desea ganarse el beneplácito masculino y allí sí, no importa lo que se lleve por delante.

Es visceral, está cosido a las entrañas y como tumor no es fácil de erradicar. Hace metástasis en el cuerpo comunitario. Los jueces son un cuello de botella. Un gran número de ellos no tienen sensibilidad para entender que hay que propiciar equilibrio y no un sometimiento donde “bajar la cabeza” no pueda ser la conducta a seguir. Existen multitud de casos en este momento, a pesar de las campañas, de los buenos deseos.  La información es tal vez el único instrumento para modificar las creencias. Sin embargo el miedo a perder el poder se convierte en el mayor enemigo. No hay que olvidar que el poder mas fuerte de la condición humana, por encima del dinero, del sexo, o de la droga, es el poder. Poder para poder. Poder para humillar. Poder para someter. Los casos se multiplican y pareciera que estemos arando en el desierto.  No hay que perder la esperanza: cada caso que devuelve la dignidad, vale la pena.  ¡Intentémoslo!

Fuente: http://www.revolturas.com/en/articulos

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Mujer ¡pecadora!

Por: Gloria Hurtado

Todavía sigue con el estigma, con la marca. Todavía la tratan diferente porque creen que es la culpable, que ella “causó el daño”. Para la religión católica y la versión “elemental” de Adán y Eva, ella fue la responsable de la caída de Adán. Y por mas esfuerzos que intenten hacer, la discriminación brota a flor de piel. Todavía hoy en el siglo XXI la mujer con su cuerpo, es “tentadora” para el hombre, es la que (según parece) lo maneja (¡y se dejan!) y no hay manera de contrarrestar su peligroso poderío sino sometiéndola, humillándola.

Entonces, los niveles de exigencia a los cuales debe someterse para estar frente al Papa no se si calificarlos de absurdos o de estúpidos.  Debe colocarse una mantilla que la cubra, debe taparse los brazos y la falda debe tener un largo especial, prudente. Ningún escote, ninguna “insinuación” que tiente o perturbe. Lo dice el protocolo y debe acatarlo. No puede cruzar las piernas, debe usar colores oscuros. Maquillaje, perfume y accesorios deben ser mínimos. El cabello si es largo “se recomienda” recogido. No puede usar pantalones (qué amenaza) y su vestimenta necesita “aprobación” de la rígida etiqueta de la Curia romana. Lo mas amorfa e invisible que pueda, nada llamativo ni escandaloso (¡). Ni un ápice de comparación con las exigencias (¿cuáles?) al mundo masculino. ¿Dios le habría puesto tantos obstáculos para recibirla? ¿Le habría exigido velo en su cabeza recordando una burka “disimulada”? El Papa es el representante de Dios en la tierra y la mujer debe sentir que está ante un ser superior a ella y por lo tanto todos los protocolos exigen la diferencia para que simbólicamente sienta cuál es su lugar. Que en la Iglesia Católica jamás ha sido de igualdad, por el contrario, está bien marcada su retaguardia.

Pienso en el Dios en el que creo y no lo imagino con tanta exigencia y mucho menos con actitudes tan discriminatorias hacia las mujeres. Un Dios misógino es un exabrupto. Pero el Dios de la Iglesia Católica “exige” que ante su representante terrenal, la mujer sienta que debe someterse evitando que su cuerpo sea “otra vez” motivo de tentación. Pero ni siquiera el Papa Francisco tan consciente del ostentoso protocolo de la Curia ha logrado manejar el discriminatorio protocolo contra ella. La Iglesia Católica tiene reglamentos especiales para el mundo femenino y no ha podido construirlos con equidad. Ah, claro, las mujeres le tejen los ornamentos, preparan la comida, le arreglaran la alcoba y la mesa con manteles ungidos por estas “manos femeninas”. Hasta allí. Esa es la gran participación de la mujer en el mundo del Papa y de sus sacerdotes. Y aun cuando Francisco ha dado muestras de intentar hacer un cambio en las rígidas posiciones católicas, en lo que sí  “pierden el año” es en el tema mujer. Existe una barrera, no hay modificaciones. Por el contrario viven aun como en  1950, como si el mundo femenino hubiese permanecido estático.

Canal 1 da un revolcón a su parrilla y “vende” como espectacular una novela turca donde la desvalorización de la mujer es impactante. Hombres poderosos y mujeres “enamoradas” que se dejan pisotear por el hombre que las salva y reivindica. Otro regreso al pasado. ¿Cambio? Se innova en noticias y se retrocede en criterios. ¿Mabel sabes de que se trata?

Fuente: http://www.revolturas.com/en/articulos

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Juana Rivas está en mi casa

Por: Lidia Falcón

Y en la de todas las personas de buena voluntad. Porque no podemos consentir que una vez más se ponga en peligro la vida, la salud y el bienestar de unos niños, entregándolos a la insania de un padre maltratador.

Este 8 de agosto todos y todas debemos manifestarnos en la puerta de los juzgados, allí donde estemos, exigiendo que Juana pueda vivir con sus hijos en paz. Porque ese día la jueza –y una mujer tenía que ser- del número 3 de Granada ha impuesto a la madre que hoy debe entregar a su exmarido, condenado por maltrato, sus dos hijos -de 3 y 10 años. Como es ciudadano italiano se los llevará a su país. Y todo este drama mientras el Tribunal Supremo todavía no se ha posicionado sobre el caso tras el recurso de Juana, y suponiendo que se ha aprobado un  pacto de Estado donde se prohíbe entregar la custodia de menores al padre que sea maltratador.

La jueza ha señalado la entrega de los dos menores para las 16.30 horas del día 8 en el Punto de Encuentro Familiar de Granada, al que deberán ser llevados por la madre a fin de que el padre los recoja  y traslade a Italia, donde tiene su «residencia habitual».

Porque el Patriarcado está triunfante en esta nueva ofensiva de los machistas. Los tribunales se llenan de casos en los que jueces y juezas se niegan a proteger a los menores de padres violentos, abusadores sexuales e incluso homicidas.

Veintiséis niños han sido asesinados por su padre cuando convivían con él cumpliendo el régimen de visitas impuesto por algún juzgado. Ángela González Carreño presentó 51 denuncias antes de que el padre asesinara a la hija de 8 años, en la tarde de visita que impuso el juez.

José Bretón quemó vivos a sus dos hijos, Ruth y José, en su finca de Córdoba cuando se los llevó la tarde de visita que impuso el juez.

Daniel Ubiel Renedo asesinó hace dos años a sus dos hijas, Amaia y Candela con una radial y un cuchillo, después de haberles proporcionado unos calmantes, que en el caso de la mayor de 9 años no tuvieron efecto, ya que hubo señales de lucha cuando intentó librarse de la cinta adhesiva con que la había atado. Ubiel había llamado previamente a la madre para decirle que pensaba matar a las hijas para vengarse de ella.

La serie de asesinatos de niños y niñas perpetrados con absoluta crueldad por sus propios padres a fin de hacerle daño a la madre excede de la crónica de un siglo XXI. Solamente en los ritos satánicos y las sectas fanáticas de la Edad Media encontramos hechos semejantes.

Y sin embargo, en el primer tercio del siglo XXI las mujeres seguimos teniendo que defendernos de los ataques de agresores machistas, jueces y juezas formados en los más reaccionarios principios patriarcales que, amparándose en su libertad de criterio, dictan resoluciones que dejan en la indefensión a las madres y a los niños, fiscales que no cumplen con su mandato de proteger a los débiles y legisladores que no piensan modificar las normas legales vigentes, ni aún para garantizar la seguridad de los menores.

Las feministas no sabíamos que los avances conseguidos, tan largas y penosas luchas, durante el siglo XX, para reconocer a las mujeres como ciudadanas con igualdad de derechos con los hombres, podrían revertirse de forma tan cruel y desaforada. Como dice Susan Faludi, la reacción de los sectores machistas de la sociedad no se ha hecho esperar.

Si algún reconocimiento se otorgó a las mujeres en tiempos bien difíciles como los de la dictadura fue el de que indiscutiblemente eran buenas madres y en los procesos de separación se les entregaba la custodia de los menores sin vacilaciones. Ha sido alcanzar la legalización de la igualdad cuya implantación en la sociedad se supone, por eso incluso tuvimos un ministerio de Igualdad y una ley que la garantiza, para que a las mujeres se les achacaran toda clase de maldades, a través de perversas campañas de difusión de la más atrasada ideología patriarcal.

A partir del momento en que se difunde la consigna de que la igualdad se ha instalado en nuestra sociedad, se hace más aguda la discriminación social respecto a los hombres. Ya no basta con que los salarios sean el 30% más bajos que los de los hombres, ni que apenas tengan poder político ni económico, que las violaciones se hayan multiplicado y que la mayoría sufran explotación laboral y acoso sexual, ahora hay que convertirlas en sujetos detestables.

Se ha difundido la especie de que las mujeres presentan denuncias falsas de maltrato; se las acusa de influir malévolamente en los hijos para separarlos de su padre, según un delirante diagnóstico de padecer el SAP, que ninguna autoridad médica ha reconocido, y se les imponen multas y penas de cárcel si no cumplen las órdenes judiciales de entregar sus hijos a un padre violento y peligroso que puede acabar con su vida. Y cuando obediente y mansamente las más sumisas cumplen lo ordenado por el juzgado y el progenitor los asesina, nadie es responsable del incumplimiento del deber de protección que tiene el Estado, según nuestros preceptos constitucionales.

La tutela judicial efectiva que tan pomposamente impone la Constitución es una declaración vacía para los 500 niños que han quedado huérfanos porque el padre mató a la madre, para los más de 60 que han sido asesinados por su propio padre, para las 1.200 víctimas de feminicidio que hemos contado en los últimos diez años.

Como en un remedo de los tiempos siniestros de la persecución de las brujas, las mujeres están siendo víctimas, cada vez en mayor número, de la insania de maltratadores y asesinos, de jueces y fiscales que se complacen en perseguirlas y castigarlas, de funcionarios y médicos y trabajadores sociales que creen que su labor consiste en investigar la maldad de las mujeres en vez de protegerlas, de legisladores que mantienen las normas patriarcales.

Y se cometen cada vez más frecuentemente  infanticidios ante la indiferencia de los responsables de proteger a nuestros niños.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/08/07/juana-rivas-esta-en-mi-casa/

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Libro: Mujeres intelectuales. Feminismos y liberación en América Latina y el Caribe

Mujeres intelectuales 
Feminismos y liberación en América Latina y el Caribe

Alejandra de Santiago Guzmán. Edith Caballero Borja. Gabriela González Ortuño. [Editoras] 

Mirna Paiz Cárcamo. Madres de Plaza de Mayo. Violet Eudine Barriteau. Betty Ruth Lozano Lerma. Julieta Paredes. Moira Millán. Ochy Curiel. Martha Teresita de Barbieri. Natalia Quiroga Díaz. Ivone Gebara. Marcella Althaus-Reid. Norma Mogrovejo. Yuderkys Espinosa Miñoso. Gloria Anzaldúa. Karina Andrea Bidaseca. Rita Laura Segato. Pilar Calveiro. Érika Lindig Cisneros. Marcela Lagarde y de los Ríos. Sayak Valencia Triana. [Autoras de Capítulo]

Colección Antologías del Pensamiento Social Latinoamericano y Caribeño. 
ISBN 978-987-722-247-0
CLACSO.
Buenos Aires.
Julio de 2017
«La labor intelectual y política de las mujeres que integran este libro abarca temas tan diversos, como diverso es el territorio latinoamericano. Sin embargo, esta antología tiene una postura primordialmente feminista, porque consideramos que es la posición desde la cual las intelectuales latinoamericanas han encontrado el marco adecuado para mostrar cuáles son sus condiciones específicas en el orden moderno patriarcal neoliberal».
Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1260&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1198
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El pacto del engaño

Por: Lidia Falcón

Se ha filtrado el borrador del Pacto de Estado Contra la Violencia de Género (como le llaman), sabiendo como sabemos todos que solo se filtra lo que interesa. En ese documento, trascendental para la supervivencia de las mujeres, dicen que se contemplan 200 medidas para atajar los feminicidos y el maltrato machista.

DOSCIENTAS MEDIDAS, repito asombrada, y me pregunto ¿son necesarias tantas? Siguiendo la guía que nos marcan los Diez Mandamientos diría que éstas se resumen en dos: meter en la cárcel a los maltratadores y dar ayudas económicas a las víctimas.

No he leído las 70 u 80 páginas que llenan las 200 medidas, porque me parece que a mi edad no me lo merezco. Y no creo que las lean ninguno de los diputados, y sobre todo diputadas, que las firman, –para eso tienen sus sherpas que son los que las redactan. Pero tampoco las leerán los fiscales ni los jueces ni los policías ni las asistentes sociales ni los psicólogos ni los forenses a los que conciernen, porque eso es ilegible.

Gracias a los resúmenes que se difunden por las redes me he enterado de que quieren aumentar el dinero destinado a las víctimas y sus defensas y terapias y casas de acogida, pero poquito a poco. En cinco años o así. Y que se lo repartirán a los Ayuntamientos para que ellos carguen con la molestia de atender a las llorosas féminas con sus churumbeles gritones agarrados a las faldas. Que ampliarán la red de casas de acogida, gabinetes asesores y terapéuticos, y poca cosa más. Como también que ahora se enterarán de que una mujer es víctima de maltrato sin necesidad de que vaya a la policía a denunciar, cosa que por lo visto hasta hoy no sucedía. Porque ¡tantas técnicas de igualdad, asistentes sociales, policías municipales, médicos, forenses, psiquiatras, y otros profesionales ad hoc, que pagamos, eran incapaces de saber que la mujer que acudía a su consulta con un ojo morado o un brazo roto no se había dado un golpe con una puerta o caído por la escalera!.

Todavía ni siquiera se han puesto de acuerdo en retirar el régimen de visitas, la custodia y la patria potestad de los desgraciados menores sometidos al poder omnímodo de machos maltratadores, violadores y asesinos, porque se deben seguir preservando los privilegios del patriarca.

Me repito, ¿era necesario escribir 200 párrafos de mala literatura para describir las desgracias de las mujeres y  designar a psicólogos, asistentes sociales, abogados de oficio, casas de acogida y demás mecanismos de ayudas para pobrecitas desgraciadas que ni siquiera saben denunciar? ¿Hacer un vademécum de la caridad organizada por el Estado?

No sé si el PSOE ha firmado semejante engendro, y ni siquiera quiero saberlo para no desanimarme definitivamente. Pero lo evidente es que los partidos dominantes en el Parlamento, con la complicidad y el contento de Ciudadanos,  han llevado adelante una farsa que ha durado siete meses, fingiendo que se preocupaban mucho de la situación de la mujer y de la infancia. En esos 7 meses han asesinado a 49 mujeres y 5 niños, han violado a casi una docena y han maltratado a millones de ellas. Calculando la media anual, habrán denunciado 50 o 60.000 más que están siendo apaleadas por sus parejas, y que según los cálculos internacionales es aproximadamente el 10% de las víctimas reales. Las violaciones todavía se denuncian menos.

Y a ese manifiesto que documenta el engaño le llaman Pacto de Estado.

Ya sabemos el Estado que tenemos abandona a los más desgraciados y entrega nuestro dinero a la OTAN, al Ejército, a los bancos, a la Iglesia católica, a las grandes corporaciones que significan “el mercado” y a las Casas Reales –no hay que olvidarse que disfrutamos de dos, más que ninguna otra monarquía.

Ya sabemos que el Estado es un eufemismo que encubre a los partidos que gobiernan, y que como decía Marx, es el consejo de administración de El Capital. Ya sabemos que bajo una maraña de legalismos y constitucionalismos los que montaron este supuesto Estado de Derecho han convertido la democracia en una construcción hueca dentro de la cual sólo se encuentran los privilegios de los ricos.

Pero en el caso de la violencia contra la mujer es demasiado desvergonzado que se proteja de tal manera al maltratador, porque disponer de una ley que obligue al acusado a demostrar su inocencia y exonere a la víctima de aportar las pruebas, que ordene la detención y prisión de los maltratadores y los obligue a cumplir íntegras las penas, no cuesta dinero, no pone en dificultades al Capitalismo y apenas le da una patada al Patriarcado.

Solamente la crueldad y el machismo de Ciudadanos, la indiferencia satisfecha del Partido Popular y el obstinado empecinamiento del Partido Socialista pueden conseguir que después de meses de trabajos –y de cobro de primas- la Ley de Violencia de Género salga tan incólume como entró en los trabajos de la Subcomisión.

Dicen que la adecuarán al Convenio de Estambul, que parece el tratado del “no va más” de la protección de la mujer y que en realidad únicamente se limita a reconocer que todas las víctimas merecen protección y a aconsejar que se las proteja. Pero, incluso para cumplir con ese compromiso internacional que alguno de nuestros gobiernos  aceptó ratificar por quedar bien con sus colegas, sin tener la menor intención de cumplirlo, se recurre a la astucia de proponer redactar otra ley que ahora llaman marco –siempre hay alguna categoría para engañar- para no tener que modificar el horrible redactado del artículo 1 de la Ley de Violencia de Género, que es el único que acepta “perfeccionar” el PSOE. Y la Ley tiene 72 artículos, 20 disposiciones adicionales, 2 disposiciones transitorias, 1 disposición derogatoria única y 7 disposiciones finales.

Ese perfeccionamiento se va a realizar con otra disposición adicional y otra ley –más leyes- que se llamará de Todas las Violencias, para introducir la trata de personas, las violaciones, los abusos sexuales, la mutilación genital, etc. que al parecer, y no me había enterado, hasta ahora no estaban penadas por nuestra legislación.

Es decir que es imposible aceptar para esos diputados,  y sobre todo diputadas, que hay que modificar el impresentable redactado de la Exposición de Motivos y del artículo 1 de la nunca tan ponderada Ley, para reconocer que las víctimas de un maltratador o asesino pueden ser mujeres de todas las categorías sociales y de todas las variables familiares, y cambiar ese engañoso constructo verbal de “violencia de género” que desidiologiza y despolitiza el maltrato a la mujer, por el término preciso de violencia machista. Como tampoco están dispuestos, ni dispuestas, a introducir la inversión de la carga de la prueba, no vaya a ser que los buenos y pobrecitos hombres sean acusados falsamente por las malvadas mujeres.

En definitiva, no cabe duda, por un lado, que los diputados y diputadas se ganan su sueldo y sus retribuciones extraordinarias, dada la cantidad de horas que han invertido en discutir los detalles y sutilezas del redactado de las 200 medidas aprobadas –hay que incluir las que nos han dedicado a los expertos y a las asociaciones de mujeres que han testificado en la Subcomisión,  las visitas, entrevistas, llamadas telefónicas, etc. con que las activistas y las militantes del Partido Feminista les hemos entretenido y fastidiado.

Por el otro, que llegados a este punto, el 22 de julio de 2017, hay que perder toda esperanza de que de esa Subcomisión salga un acuerdo decente que proteja a las mujeres españolas. El Patriarcado saldrá triunfante nuevamente de esta prueba, y yo no volveré a aconsejar a mis clientas que presenten denuncias ante las autoridades competentes. Les aconsejaré que se compren una pistola.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/07/22/el-pacto-del-engano/

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Dora Barrancos: «La ciencia es patriarcal»

Por Universidad Nacional de La Plata /Mujeres y Ciencia

Compartimos la mirada de Dora Barrancos, una de las dos mujeres que integran el directorio del CONICET

Si bien el 52% de las personas que investigan en el CONICET son mujeres, en su directorio sólo hay dos representantes entre 9 cargos y sólo un 25% ocupa cargos directivos. Dora Barrancos, especialista en estudios sobre género, doctora en Historia, licenciada en Sociología, docente e investigadora universitaria, es una de ellas.

La estructura de la ciencia tiene una matriz patriarcal desde sus orígenes -reconoce Barranco- las mujeres fueron apartadas de las Universidades y sólo pudieron conquistar su ingreso en la segunda mitad del XIX. Participaron en la producción del conocimiento pero sin reconocimiento y ese criterio patrialcal se evidencia en situaciones cotidianas, como que para los estudios de inteligencia que se hacen con animales generalmente se eligen machos de las especies, según marcan las biólogas feministas.

Según la científica, Argentina tiene una proporción muy notable de mujeres y ha mejorado bastante la condición de posibilidad del ascenso al sistema científico hegemonizado por el CONICET. De todos modos, la base de la pirámide es suculenta en mujeres, más del 52%, mientras que la cresta de la pirámide sólo tiene 25% de mujeres.

Las causas de esta situación son múltiples, en primer lugar las mujeres científicas tienen las mismas obligaciones del sistema patriarcal nuestro respecto de las gerencias de su casa, el cuidado de los chicos, y esto dificulta producir la misma cantidad de papers que un varón. En segundo lugar, muchas científicas se casan con varones científicos y muchas veces ven condicionadas sus oportunidades porque se prioriza la carrera del hombre. Y la tercera cuestión que señala Dora Barrancos, es que las mujeres, están con bastantes más dificultades para creer en sus oportunidades. A menudo hay una especie de auto impugnación («esto no es para mí», «esta no es mi oportunidad») ante una situación de mayor complejidad.

La matrícula universitaria se ha feminizado notablemente, pero en algunas disciplinas no, por ejemplo en ingeniería donde el ingreso apenas supera el 22 %. Esto marca que hay algo estructural y que hay algo también que obviamente es consonante con la personalidad de los varones que dirigen laboratorios. El problema del patriarcado es su triunfo en la subjetividad de las mujeres, muchas jefaturas de laboratorios que son mujeres encarnan los mismos procedimientos valorativos que los varones, y esto es un problema, porque allí radica el triunfo del patriarcado, explica Barrancos.

El cambio debe ser mas amplio, no solamente desde la estructura científica sino en toda la vida de la socialización que tienen los niños y las niñas en escuelas, colegios y las propias Universidades. «Estamos viendo cómo se extiende los protocolos para atender la violencia y eso es comenzar a darse cuenta en el propio territorio de las Universidades. Porque en realidad la segregación de las mujeres de la ciencia, el no darle las mismas posibilidades de desarrollarse en laboratorios, el menguar su presencia en un paper, etcétera, es violencia» recalca Dora Barrancos.

Fuente: http://www.exactas.unlp.edu.ar/articulo/2017/3/10/la_ciencia_es_patriarcal

Imagen tomada de: http://perio.unlp.edu.ar/sites/default/files/u5/img_5234.jpg

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