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Todo no es dinero

Por: Lidia Falcón

Doscientas concentraciones de personas en la puerta de los ayuntamientos de los pueblos y ciudades españolas dieron testimonio de la indignación de nuestra sociedad ante la masacre continuada de mujeres y niños, que se sigue padeciendo.

Se reclamaban 180 millones de euros en la partida del Estado destinada a la que llaman “violencia de género”, para atender a las víctimas. Y denunciaban          que en los presupuestos, que se aprobarán a lo largo de este mes, no se había aumentado lo que ya, desde hace años, se ha evidenciado insuficiente para dotar  a las fuerzas de seguridad del Estado, a la judicatura, a la sanidad, a la asistencia social, a la educación, a la atención a las mujeres maltratadas y a los niños huérfanos, de los medios necesarios para garantizarles la atención necesaria. Y tenían razón.

Porque todas las instituciones que son responsables de la seguridad y la supervivencia de los más débiles padecen una falta de recursos que ya es endémica. Ni es suficiente la dotación económica de la policía ni de los juzgados ni de los servicios sanitarios, ni tampoco se han implementado las reformas educativas y de formación que prevé la Ley de Violencia de Género. Y no hay mayor crueldad que negarles la asistencia económica a las mujeres sobrevivientes del maltrato y a los huérfanos que están abandonados, después de que el padre matara a su madre.

Pero todo lo que necesitan las víctimas de esta tragedia no es dinero.  Porque lo primero que tenemos que impedir es que haya víctimas.

Con dinero no se hubiese salvado la hija de Ángela González Carreño, de 7 años, que fue asesinada por su padre cuando éste disfrutaba del régimen de visitas que un juez, comprensivo con las necesidades afectivas del patriarca, le había concedido.

Tampoco con dinero hubiesen podido sobrevivir Ruth y José, los niños de José Bretón, cruelmente asesinados por su padre  cuando los tenía en su compañía. Ni los seis más que han muerto a manos de su progenitor solamente en los primeros meses de este año.

Los últimos casos son espeluznantes. Desde el infame que se tiró de la ventana del hospital abrazado a una bebé de 8 meses, para arrebatarle a la madre su ser más querido, hasta el que ha asesinado a su hijo de 11 años cuando convivía con él.

El dinero no hubiese convencido al guardia civil de Pollensa, que el 15 de agosto de 2016  aconsejó a la mujer, que acudió a pedir ayuda porque su marido la había amenazado de muerte,  que se buscase un abogado y presentase una demanda de divorcio, de que rápidamente tenía que detener al maltratador.

Resultaría imposible que por dinero el juez que permitió que el marido siguiera en libertad y visitara a su mujer en el hospital, en el que se reponía de las heridas que le había causado él mismo, y le dio la ocasión de que la apuñalara en la misma cama, hubiera decretado la prisión del asesino.

Por supuesto es impensable que la jueza de violencia de Barcelona, Francisca Verdejo, por dinero, hubiese cambiado su resolución de dejar en libertad al marido que asesinó días más tarde a su mujer, después de que ésta le hubiese denunciado.

Pagando tampoco el juez habría cambiado la sentencia de 4 años que ha impuesto al asesino de su mujer, a la que apuñaló, tiró a un vertedero y le robó el dinero que tenía en el banco.

Ni pagándole, el fiscal hubiese modificado su calificación de homicidio en el caso del individuo que mató a su mujer, estrangulándola por la espalda, en el encierro y soledad del hogar, considerando que no era asesinato porque no se había podido probar. No había testigos.

Tampoco creo que mediante pago policías, guardias civiles, policías municipales, policías autonómicas, fiscales, psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales, jueces y magistrados, cambiaran su conducta de negarse a tramitar los atestados de las denuncias, rechazar órdenes de alejamiento, dejar en libertad a los acusados, anular órdenes de protección y dictar sentencias absolutorias. Porque eso sería más que negar la asistencia a las víctimas, sería hundir en la ignominia el sistema democrático de nuestro país.

Y me dirán que ya lo sabemos, pero entonces, ¿por qué un sector del Movimiento Feminista centra todas las reclamaciones en el aumento del presupuesto para la atención a las víctimas de violencia machista?

La única manera de frenar esta horrible sangría que nos arrebata más de cien mujeres cada año y una decena de menores es modificar la nunca bien ponderada Ley de Violencia de Género que permite todas estas atrocidades.

Si las fuerzas del orden y la judicatura y la fiscalía y el servicio médico no estuvieran amparadas por la ley, ninguno de sus ejecutores se atrevería a desasistir a las víctimas con el descaro y la impunidad con que lo hacen.

Si la famosa ley no determinara la diferencia entre mujeres que tienen una relación afectiva con el maltratador y las que no la tienen, para negarles a éstas la protección; si la ley invirtiera la carga de la prueba y obligara al denunciado a probar su inocencia; si la ley impusiera la orden de alejamiento inmediata a la denuncia y el encarcelamiento del denunciado cuando hubiera parte de lesiones; si la ley exigiera responsabilidades a todas las instituciones que han abandonado su deber de protección de las ciudadanas, con toda seguridad no contaríamos con ese inaceptable número de asesinadas, maltratadas y violadas.

Pero una maldición se extiende sobre las mujeres víctimas de maltrato y es esa bendecida Ley de Violencia de Género, con la que el PSOE creyó haber resuelto para siempre el maltrato a la mujer. Porque dada la extrema satisfacción con que la acogen los y las responsables socialistas,  presumiendo de  que se aprobó por todas las fuerzas parlamentarias por aclamación, resulta imposible modificarla. Cuando ya el hecho de que todos los partidos estuvieran de acuerdo en su redactado tiene que provocar desconfianza. No puede ser que ese cuerpo legal sea eficaz para poner coto a los mayores desmanes del Patriarcado si todas las tendencias políticas lo aprueban.

En aquel Parlamento que se puso en pie para aplaudir a Bibiana Aído, la promotora y gestora de la ley, estaban el PP, el PNV, CiU, UPN, UPyD, CC, el Grupo Mixto, ninguno de los cuales puede destacar por su defensa del feminismo. Y lo que sucedió es que tanto el PSOE como IU se plegaron a las exigencias, condiciones y chantajes que las demás fuerzas políticas les plantearon.

Porque los partidos que gestionan el Capital también defienden el Patriarcado. Al fin y al cabo el primer sistema no puede subsistir sin el segundo. La pena  es que las socialistas todavía no se hayan enterado.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/06/21/todo-no-es-dinero/

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Educación para el Machismo

Por: Lidia Falcón

En la polémica tormentosa desencadenada por la reforma educativa del ínclito ministro Wert se han discutido todos los temas que comportan las nuevas medidas, con el protagonismo indudable de las clases de religión, la política de becas y la enseñanza bilingüe, único éste importante  para el gobierno de Cataluña. Pero muy poco se ha oído sobre el contenido de las materias que se imponen a los alumnos y sobre el método de enseñanza, como si estos aspectos de la instrucción pública no tuviesen ninguna trascendencia. Y nada he podido escuchar ni leer acerca del machismo que contienen las asignaturas básicas, la forma de impartirlas por parte de los profesores –incluyendo a muchas profesoras- el trato diferenciado que se da a los alumnos y a las alumnas, la ignorancia que padecen la mayoría de los maestros sobre la coeducación que confunden con amontonar chicos y chicas en la misma clase,  el mantenimiento de una enseñanza androcéntrica que ningún gobierno ha tenido la menor intención de modificar, ni por supuesto la ausencia de toda enseñanza del feminismo, ni aún en las asignaturas de historia, filosofía, sociología o política.

Los bachilleres y los licenciados, pueden obtener sus títulos sin saber quiénes fueron Olimpia de Gouges, Flora Tristán, Alejandra Kollöntai,
Louise Michel, Emma Goldman, Victoria Kent, Simone de Beauvoir, Federica Montseny, Carmen de Burgos, Margarita Nelken, Clara Campoamor,  etc.etc., ignorando supinamente por qué se conmemora el 8 de marzo en todo el mundo occidental y cuáles han sido las luchas que han jalonado los doscientos años del Movimiento Feminista. Y los profesores –y muchas profesoras- consideran que han enseñado bien las materias de las que son especialistas, los escritores que fabrican los libros de texto obvian toda referencia al feminismo y los historiadores, sociólogos, politólogos y comentaristas de la educación, entre los que se encuentran los más conspicuos representantes de la excelencia de la Academia, nunca se dignan hacer mención alguna del papel que han cumplido las mujeres en las luchas de clases, en el mantenimiento de la sociedad, en las revoluciones que han cambiado el mundo, en la literatura, las artes y las ciencias.

Pero esta ausencia no es reciente, ni un invento del señor Wert. En la añorada asignatura de Educación para la Ciudadanía, cuya supresión hace bueno el refrán de “que otro vendrá que a mi bueno me hará”, no se encontraban ninguno de estos temas. Circunscrita toda la información que ofrecía a los alumnos a comentarios sobre la Constitución, la igualdad entre el hombre y la mujer y la homosexualidad, los que la diseñaron creyeron que habían plantado una pica en Flandes. Y mejor es eso que nada, y más cierto que en España se vive resignadamente el otro refrán de “que el que no se conforma es porque no quiere”, pero la parquedad de los temas que se supone conciernen a la mujer –como si lo demás no lo hiciesen- y la vulgaridad con que estaban expuestos en los textos escolares, ni atrajeron al feminismo a los alumnos ni les concienciaron mínimamente de lo que es el Movimiento revolucionario más importante del último siglo, puesto que tiene como protagonista a la mitad de la humanidad.

Hace veinte años el Ministerio de Educación publicó un informe sobre el sexismo en la escuela donde se denunciaban las actitudes discriminatorias de los profesores respecto a las niñas, las conductas agresivas de los chicos, los contenidos machistas de los textos escolares. Pues bien, dos décadas más tarde puedo afirmar que todos los vicios, defectos, segregaciones, e incluso ofensas que se denunciaban entonces siguen produciéndose, aumentados y corregidos.

Los contactos periódicos que mantengo con institutos y Universidades para dar conferencias y clases me han permitido comprobar in situ y de ciencia propia, el desprecio que sienten la mayoría de los profesores –y algunas profesoras- por el feminismo, la negativa a incluirlo entre los temas de sus materias –entre otras cosas porque lo ignoran absolutamente-, la indiferencia de los alumnos y de la mayoría de las alumnas por conocer las luchas de sus antepasadas. Y cómo, sólo algunas profesoras esforzadas –las que me invitan- se dejan la piel intentando aprender y enseñar la verdadera historia del mundo y de las luchas de clases de las mujeres y motivar a los alumnos en su estudio y en su participación.

Resulta descorazonador comprobar que dada la edad de los alumnos,  en el ambiente en los Institutos sigue primando la actitud de conquista machista de las muchachas por parte de los varones, con su mucha carga de agresividad, y la aceptación gozosa de tal situación por parte de aquellas, que utilizan las llamadas artes de seducción femenina que conocían sus tatarabuelas, con una evidente actitud de sumisión, y que es igual al que se imponía en la escuela de mi infancia, sin que el profesorado –incluso el femenino- lo conciencie siquiera, ni aún menos intente conducirlo hacia unas relaciones igualitarias.

La propaganda de los gobiernos socialistas ha llevado a creer a una buena parte de la sociedad que los contenidos de las materias eran ya progresistas y democráticos, pero muy pocos comentaristas se han atrevido a negar esta errónea percepción, y nadie se molesta en preguntar a los protagonistas sobre la veracidad de esta percepción generalizada. Cuando se investiga, y mínimamente, la queja de los alumnos y alumnas sobre la falta de enseñanza de la sexualidad, de los métodos anticonceptivos, del aborto, del divorcio, de la igualdad en las tareas de cuidado y domésticas, es unánime.  ¿Qué se les enseña, en realidad, en las aulas? ¿De qué temas se habla y discute en relación con el eterno, y fundamental, drama de las relaciones entre los sexos? ¿A qué asignaturas se atribuyen tales contenidos? ¿Cuáles son los que más interesan a los chicos y cuáles a las chicas? Nadie ha sabido contestarme desde el seno de los Institutos y de la Universidad, y cuando los he planteado los más sorprendidos han sido los profesores.

Y, ¿qué se está haciendo para revertir esta situación, que treinta y cinco años después del fin de la dictadura no ha avanzado en la educación feminista que precisamos? Pues si pocos  eran los logros de los gobiernos anteriores las nuevas reformas de este conducen hacia una situación aún más regresiva. Eliminada la Educación para la Ciudadanía  no queda ninguna materia que tenga mínimos contenidos sobre la situación de la mujer. Teniendo en cuenta que es común oír a los alumnos de segunda enseñanza que la Historia que se les enseña no contempla la del siglo XX, y no más allá del reinado de Alfonso XIII, como en los tiempos de la dictadura, malamente podemos esperar que se les explique lo que han sido las luchas feministas, al menos en España, en este último siglo.

Resulta indignante escuchar a muchos chicos y chicas de 15 a 18 años explicarte que cada curso comienzan las clases de Historia en la Prehistoria y que nunca han estudiado la II República. Y triste es oír a una muchacha comentar que los profesores no quieren que los alumnos participen en el aula. “Callados, como muebles, así es como nos quieren”.

No es de extrañar que con esta educación los Observatorios de Violencia contra la Mujer hayan “detectado” comportamientos machistas en muchachos muy jóvenes y la aceptación de ellos por parte de sus compañeras. De tal modo el 80% de los adolescentes cree que la novia debe complacer a su novio, más del 40% de los jóvenes cree que “el chico debe proteger a su chica” y seis de cada diez considera que los celos son normales en una relación de pareja”.

El señor Wert ha suprimido la Educación para la Ciudadanía, y sea lo que sea que la sustituya debería llamarla Educación para el Machismo.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2013/07/18/educacion-para-el-machismo/

 

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Ingobernable retrata al Narcoestado mexicano y al patriarcado

Por:Ilka Oliva Corado

Sobre las telenovelas feministas en México, Las Aparicio e Ingobernable

En el 2010, México fue sacudido hasta los cimientos por Las Aparicio, telenovela feminista producida por Argos Comunicación, hasta el momento ninguna televisora mexicana había presentado un material de semejante excelencia tanto en la producción como en la temática. Aquello fue como una revelación. Fue transmitida en México por Cadena Tres. En Las Aparicio se visibilizó lo impronunciable en las sociedades patriarcales, machistas, clasistas, racistas y estereotipadas.

Todo gira alrededor del matriarcado y de una familia formada por seis mujeres que todos los días luchan por romper con las normas impuestas por la sociedad, también toca el tema de la homosexualidad, de la ética profesional, de la conciencia colectiva, de la memoria histórica. El tema de la inclusión de la mujer como ser humano en una sociedad que limita y mutila a quien rompe con el rol de ama de casa.

Las Aparicio no es cualquier telenovela, es única y sobre todo cada capítulo es un aprendizaje. Por eso temblaron las productoras de siempre y tembló la iglesia y tembló también la doble moral que pulula en todos los rincones. De los mismos productores de Las Aparicio llega Ingobernable, serie que presenta Netflix.

En cualquier proyecto en el que esté el nombre de Argos, de Epigmenio Ibarra y sus hijas Natasha Ibarra- Klor (guionista) y Eréndira Ibarra (actriz) es por demás un producto de calidad comprobada, ahí no hay vuelta de hoja ni medias tintas. Porque sus producciones golpean la insensibilidad humana, siempre nos presentarán la otra visión, la verdad no contada, lo que esconde la norma religiosa, política y cultural. En Ingobernable, con la actuación principal de Kate del Castillo como la primera dama de México, nos llevan de la mano por las entrañas de la podrida política mexicana y dignifican a los 43 de Ayotzinapa, a las Cabronas de Tepito y a Tepito mismo que representa a las alcantarillas de Latinoamérica y el mundo. Ninguna producción había llegado hasta Tepito para dignificarlo, Ingobernable es la primera, vaya y de qué manera lo hace, tanto que lo volvió protagonista. En cada uno de los 15 capítulos (ojalá continúe) nos muestra con santo y seña cómo funciona el Narcoestado mexicano, cómo actúan la policía y el ejército, la oligarquía y la clase política del país. Cómo torturan, cómo secuestran, cómo desaparecen a quienes se atreven a levantar la voz y a denunciar o simplemente a cuestionarse o a quienes que por ser parias quieren eliminar.

Evidencia la médula de las limpiezas sociales. Los pactos con los altos mandos de Estados Unidos. La invención de una guerra contra el narcotráfico que no es más que un genocidio contra el pueblo mexicano. También dentro de la misma atmósfera, nos presenta cómo funciona el patriarcado en contra de la mujer, de quién es diferente, de quien ama no como se supone deben amar todos. Y nos presenta el papel de las empleadas domésticas dentro de las familias poderosas de México con una visión distinta, las nombra como personas y las hace existir.

La integridad y profesionalismo de unos cuántos que dentro del sistema de gobierno quieren hacer las cosas bien y quieren cambiar al país. De cómo pagan con su vida quienes se atreven a decir no. Lo que esconden los medios de comunicación respecto al Estado fallido que vive México, lo presenta Ingobernable, que no es una serie cualquiera, es un retrato en calco de lo que es México y todos los gobiernos latinoamericanos de carácter neoliberal.

Es una producción de denuncia y es confiable porque sus actores y sus productores están involucrados en el tema de trata de personas para fines de explotación sexual, de derechos humanos, del patriarcado. Y lo podemos ver en las redes sociales, en las entrevistas. Y no porque estén en Ingobernable, lo vienen haciendo desde hace tiempo, Ingobernable solamente los unió para que denunciaran juntos lo que vive México.

Un ejemplo es el #PaseDeLista del 1 al 43, que lleva a cabo todos los días a las 10 de la noche Epigmenio Ibarra en Twitter. Es una mención continua de los 43 de Ayotzinapa. Usted no verá a Epigmenio jactándose con reconocimientos, con fotografías con personalidades, sus redes sociales son de denuncia y como lo personal es político, se demuestra al centavo en Ingobernable y  Las Aparicio.

Si usted quiere ser parte del #PaseDeLista puede unirse y recordarle al mundo y al Gobierno mexicano que no hemos olvidado, ni a los de Ayotzinapa ni a los miles de desaparecidos y asesinados en manos del Narcoestado mexicano.

Y ya para terminar, por supuesto, queremos ver a una mujer presidenta en México, una que dé la talla de Emilia Urquiza. Vendrá, ese tiempo llegará, para eso tenemos que empujar todos, derrumbar el patriarcado, los estereotipos y las estructuras de poder machista, juntos.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=227239&titular=%3Ci%3Eingobernable%3C/i%3E-retrata-al-narcoestado-mexicano-y-al-patriarcado-

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¿Cuál es la próxima?

Por: Gloria Hurtado

Cada día la sociedad se desgarra las vestiduras por los ataques de hombres contra sus parejas sentimentales. El asesinato diario es parte de la parrilla de noticias de la mañana. Marchas, pancartas, protestas, panegíricos, nada sirve, no cala. Vuelve y se repite. Ya no son asesinatos, ahora se llaman feminicidios. No me gusta ser ave de mal agüero pero los casos se seguirán dando. Por montones. Ni la cárcel, ni las condenas perpetuas logran “controlar” una ira desbordada de quienes se creen dueños de “sus amores”.  No sirve, qué pena. Cuántos expresan casi con orgullo “me pudro en la cárcel pero no se sale con la suya”, “no hace lo que le da la gana”. La emoción logra desbordar cualquier razonamiento, no hay barrera que contenga la ira, la rabia, la venganza, la traición. Nada sirve… Hemos alimentado inteligencias, mentes, pero no formamos en emocionalidad y mucho menos en niveles de conciencia. Aquí están las consecuencias.

Esta es una sociedad patriarcal. Una sociedad enferma a la que la cárcel no sana. Las pruebas están a la vista. Pero no se ven, no se cae en la cuenta. Es tan obvio el machismo que no se detecta. Para esta cultura es “natural” la superioridad del hombre frente a la mujer, viene por naturaleza. ¿Cómo contrarrestar esta idea?  Es como pararse frente a un cuadro y sólo ver lo que mi interior “escoge” ver. El machismo, la superioridad masculina, está allí a la vista pero no importa. En los foros, en los simposios, en las elecciones, en los puestos directivos, en los salarios, en la intimidad de las casas, en las religiones, en los oficios y cargos, en todo, allí está la superioridad y claro, la discriminación. Es una sociedad ilusa la que cree que con cárcel perpetua, o manifestaciones o protestas, los comportamientos van a modificarse. Para muchos, los machistas son “los otros”. Los que discriminan son los demás. Tocarse cada quien para revisar qué tan patriarcal y prepotente es, sería parte de un trabajo para cambiar mentalidad. Nos alimentamos a diario de machismo y creemos que el problema solo está en los hombres que asesinan a sus compañeras. Se pregunta acaso, ¿qué los forma? ¿qué los alimenta? ¿de qué se nutren?

¿Maluma merece la condecoración por su canción en aras de la libertad de expresión? ¿Los chistes, las burlas, las publicaciones con “mujeres-objeto” son válidas en aras de la no represión y la libertad individuales? Si supiera que una canción, una telenovela, una publicidad, motivan al asesinato ¿lo permitiría? ¿Estamos construyendo un monstruo llamado libertad, a cualquier precio y bajo cualquier circunstancia? Aun cuando no lo crea, todo ese “material”, incluído el humor negro, definitivamente alimentan el morbo y la patología social. No importa, primero va la libertad. Ojo, no todos tienen la misma capacidad de captar y los niveles de conciencia marcan diferencias abismales La cárcel ni cura ni sana. El trabajo está “en otro lado”, en el lado de los que nos creemos sanos, impolutos y no machistas.  Estas mujeres no pueden no saben defenderse. Seguirán siendo asesinadas mientras los “sanos” asistimos a la discriminación sin “verla”, repetimos estereotipos, tatareamos música, reímos de los chistes machistas. El asunto es mas complejo y menos instantáneo, créalo. Mientras ¿cuál es la próxima?

Fuente: http://www.revolturas.com/en/articulos

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En Guatemala: Las alfombras que educan maridos

Lo revolucionario, en un país como Guatemala donde en 8 de cada 10 hogares las mujeres son víctimas de la violencia, es que en Patanatic los hombres han aprendido a respetar a sus esposas. Y todo gracias a las alfombras de Glendy Mendoza.

Cada mes, además de los pequeños y la casa, la costureras de Patanatic elaboran dos alfombras artesanales, una grande de 24×38 centímetros, y otra pequeña, de 22×18. “Con la grande se saca más beneficio”, concluyen todas a la vez. En total, unos 2.000 quetzales (253 euros) mensuales. Un ingreso que ha permitido mejorar la vida de las familias. “Antes el suelo de la casa era de tierra, ahora es de piso. También cambiamos la ventana”, dice Glendy, apuntando con sus dedos ásperos a la luz que cruza la estancia desde los campos de maíz. “Pero sobre todo ayuda también la alimentación de la familia”.

“Al principio mi marido no quería, pero luego se dio cuenta de que podía apoyar con los gastos de la familia. Desde entonces me ayuda con los dibujos y a escoger colores”. La que habla es Nicolasa. Pero podría haber sido Juana, Lucía, Encarnación o cualquiera de las otras seis mujeres que conforman el grupo de costureras de alfombras Patanatic que a golpe de aguja han transformado el mundo. Todas relatan una historia similar: “Él no quería que viniese, pensaba que eso de las alfombras no se vende, pero luego empezó a ver que es rentable. Ahora él mismo me guarda las piezas y me ayuda”.

En Guatemala, especialmente en las comunidades rurales, las mujeres sufren una doble condena: por género y por etnia

En Guatemala, especialmente en las comunidades rurales, las mujeres sufren una doble condena: por género y por etnia. Al ser las primeras en abandonar la escuela, habitualmente al concluir el ciclo de educación primera, sus posibilidades de incorporarse al mercado laboral se reducen exponencialmente. Siendo indígenas, las oportunidades de trabajar fuera de casa son en la práctica inexistentes. Su papel social se limita al rol de madre. E incluso como tal vuelven a ser discriminadas.

Cuando la comida escasea, lo que ocurre con demasiada frecuencia en un país donde el 79,2% de los indígenas vive en situación de pobreza, el modelo social prima el papel del hombre: los padres son habitualmente los primeros en alimentarse, dando luego prioridad a sus hijos varones. La madre y esposa es la última en comer. Las sobras de la miseria.

Cada día, Bartola dedica entre cinco y seis horas a la costura, al tiempo que se encarga del cuidado de sus hijos. - PABLO L. OROSA

Y no sólo por instinto maternal, sino también por disposición cultural. Así, cuando resultan embarazadas, la mayoría carecen del estado nutricional adecuado para dar a luz, lo que se traduce en una de las tasas de desnutrición crónica más elevadas del mundo: casi la mitad de los menores carece de la alimentación necesaria para su correcto desarrollo físico e intelectual.

“Contra la mujer aquí hay violencia psicológica, física y económica. Hay mucha dependencia, la mujer está supeditada al hombre. Eso es lo que queremos romper”, subraya Lilian Xinico, una activista indígena empeñada en transformar el modelo de desarrollo de los pueblos originarios empoderándolos desde dentro. “Si damos la oportunidad a las mujeres pueden mejorar la vida de las familias”. Y transformar la forma de vivir de un pueblo.

Generar ingresos y cuidar a los niños

Los pequeños no paran de corretear. Los de más edad persiguen las gallinas que atraviesan la cocina a toda velocidad, mientras los demás los miran desde la distancia, pegados al güipil de su madre. La ventaja de este trabajo es que “lo podemos hacer en nuestro hogar”, sin descuidar a los niños, interrumpe Glendy Mendoza. Apenas a un metro, Bartola, la más abnegada de las costureras de Patanatic, tira de los hilos sobre el bastidor con el peso de su bebé sobre la espalda. «Esta es nuestra vida, un poco costura, un poco cuidamos de los niños».Cuando sonríe, a Bartola se le ven los pespuntes del tiempo.

“Entre las 10 y las 12 tenemos algo de tiempo para la costura. Después ya tenemos que preparar la comida y mirar por los niños»

Porque la vida en este pequeño pueblo colgado sobre las aguas refulgentes del lago Atitlán, apenas a cuatro kilómetros y decenas de campos de cebolla de Panajachel, el centro turístico más importante de Guatemala,comienza demasiado pronto.

Con el sol todavía escondido, las mujeres preparan el desayuno para sus maridos antes de que estos inicien su jornada como labradores o albañiles. Después se ocupan de los niños, los alimentan, los visten y envían a los mayores a la escuela. El resto de la prole permanece en casa, junto a las gallinas y los platos sucios. “Entre las 10 y las 12 tenemos algo de tiempo para la costura. Después ya tenemos que preparar la comida y mirar por los niños. Hasta la tarde, entre las 3 y las 6, no volvemos a la costura”.

A su lado, todas asienten. “Con el dinero que gano de las alfombras ayudo en los gastos y podemos mejorar la casa para ofrecer un futuro mejor a nuestros hijos”, añade Roxana. A su lado, las mujeres de Patanatic vuelven a asentir.

Pero no siempre fue así. Cuando Glendy llegó al pueblo con la propuesta que Reyna Isabel, la joven que junto a la artista norteamericana Mary Anne Wise ha puesto en marcha el proyecto llamado Multicolores, la indiferencia fue la mejor de las respuestas. Los hombres no creían que sus mujeres pudieran conseguir ingresos por su cuenta y ellas no habían entendido que el progreso pasa siempre por el desafío de lo establecido. “Costó que confiaran”, reconoce Reyna desde la pequeña tienda de Panajachel en la que reciben a los turistas que se acercan atraídos por la fama de las alfombras de Patanatic.

Glendy Mendoza tuvo que lidiar con la indiferencia y los prejuicios patriarcales para convencer a su compañeras. - PABLO L. OROSA

Glendy Mendoza tuvo que lidiar con la indiferencia y los prejuicios patriarcales para convencer a su compañeras. – PABLO L. OROSA

Dos días de 2012 lo cambiaron todo. Doce mujeres de cinco comunidades, en su mayoría incapaces de leer ni escribir, recibieron un taller intensivo. Elegir las telas y los colores, dibujar los flores, pájaros y diamantes, dejar los puntos arriba para que nada se desate. El resto, el talento, ya venía de casa.

En apenas unos meses, las diez costureras de Patanatic ya sabían lo que Glendy les había enseñado. “Los colores, hay que tener cuidado con las tonalidades para estar siempre dentro de la misma escala”, recuerda Lucía. A su espalda, las gamas cuelgan sobre la pared: los tierra, los azules y los rojos.

Cada vez son más las mujeres que se acercan a casa de Glendy Mendoza para unirse al proyecto. “Se quieren incorporar para ofrecer un ingreso a sus familias”. Por ahora son ya son 62 (y un niño de 14 años), repartidos en cinco comunidades. Todas de etnias quiché y kaqchikel. El objetivo es que la cifra no deje de multiplicarse.

“Cada año se vende más. Es un trabajo hecho por mujeres y respetuoso con el medio ambiente (las tiras de lana que utilizan para tejer las alfombras las adquieren en tiendas de ropa de segunda mano). Queremos expandirnos a más mercados en USA, Canadá y Europa y hacer más productos: cojines, portavasos…”, señala Reyna Isabel.

Por ahora han conseguido lo más complicado. Romper el círculo del patriarcado.Porque gracias a las alfombras de Glendy los hombres de Patanatic han entendido que para cambiar el mundo basta con una aguja y dos manos.

Fuente: http://www.publico.es/internacional/femenino-plural-alfombras-educan-maridos.html

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Bolivia crea comisión interinstitucional en contra de la violencia machista

El presidente boliviano, Evo Morales, anunció ayer, en el Día Internacional de la Mujer, la creación de una comisión integrada por siete ministerios para implementar la normativa boliviana en materia de lucha contra la violencia machista. Mientras, con silbatos, cacerolas y carteles por la igualdad y contra la violencia machista, mujeres bolivianas se adhirieron a la huelga global que se cumplió en 55 países y más de 200 ciudades, en el Día Internacional de la Mujer.

Dicha comisión se reunirá al menos una vez al año y estará compuesta por los departamentos de Educación, Salud, Comunicación, Cultura y Turismo, Trabajo y Justicia y Transparencia Interinstitucional, que la presidirá.

«Hay muchas normas, pero todavía no hay resultados», reconoció Morales en una rueda de prensa, a pesar de que valoró que en Bolivia se avanzó mucho en materia legal desde la nueva Constitución, promulgada en 2009.

La medida, recogida en un decreto supremo, aprobará cada 5 años una resolución con una «política pública integral para una vida digna de las mujeres bolivianas».El presidente admitió que no están asumiendo «una responsabilidad en el tema de la educación y de la prevención» y llamó a seguir trabajando en materia de género.
El feminicidio está penado en la legislación boliviana con la condena máxima, 30 años de prisión sin derecho a indulto, pero las organizaciones defensoras de las mujeres se quejan de que muy pocos procesos acaban en sentencia y los juicios son largos y costosos.En lo que va de año, 24 mujeres fueron asesinadas víctimas de violencia machista, según datos de la Fiscalía boliviana, que reportó 104 feminicidios en 2016, y sólo 24 condenas a agresores.
En Bolivia, colectivos y activistas por los derechos de las mujeres de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Sucre bloquearon varias calles céntricas y con silbatos, cacerolas y carteles protestaron contra la violencia machista y denunciaron la desigualdad salarial y la precariedad laboral.Así cuatro ciudades de Bolivia se adhirieron al paro internacional que ayer 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, convocaron mujeres de todo el mundo para protestar contra la violencia de género y reclamar por la igualdad económica, política y social.»Patriarcado y capital, una alianza criminal», corearon las mujeres que realizaron un ruidoso plantón que al medio día paralizó el tráfico en El Prado de la ciudad de La Paz.
A la misma hora, varios grupos de mujeres bloquearon los principales accesos a la plaza principal de la ciudad de Sucre, más temprano se iniciaron las protestas Santa Cruz, mientras que en Cochabamba se concentraron al final de la tarde.Durante las protestas reclamaron por las precarias condiciones en que las mujeres se insertan al mercado laboral y demandaron igual salario por igual trabajo.
También denunciaron las graves consecuencias de la violencia machista que en lo que va del año cobró la vida de 24 mujeres.Ayer se cumplió cuatro años de la promulgación de la ley integral para una vida libre de violencias contra las mujeres, que tipifica el feminicidio y otros delitos de violencia machista.
La denominada Ley 348 se considera una norma muy avanzada, pero expertas y agrupaciones de mujeres denuncian que no está dotada de medios económicos suficientes para la prevención y la atención a las víctimas.
Fuente: http://www.jornadanet.com/n.php?a=138434-1
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ENTREVISTA: Educación en alta tecnología, crítica para empoderamiento económico de mujeres

ENTREVISTA: Educación en alta tecnología, crítica para empoderamiento económico de mujeres

La educación en alta tecnología para mujeres y niñas es un medio crítico para asegurar la participación femenina en la actual economía digital, dijo la subdirectora ejecutiva de ONU Mujeres, Lakshmi Puri.

En una entrevista reciente con Xinhua, Puri dijo que las mujeres tienen que aprender habilidades relacionadas con la tecnología de la información y de la comunicación (TIC) para poder tener acceso a empleos decorosos y para seguir siendo competitivas en el mercado laboral.

La educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas puede equipar a las mujeres para satisfacer las demandas del mercado laboral y así empoderarse en términos económicos, agregó.

La defensa del empoderamiento económico de las mujeres es un punto central del próximo Día Internacional de las Mujeres que se celebrará el miércoles 8 de marzo.

La ONU celebrará este día con el tema «Las mujeres en el cambiante mundo del trabajo: Planeta 50-50 para el 2030» con el fin de exhortar a lograr cambios en todo el mundo.

Puri dijo que empoderamiento económico significa que las mujeres pueden tener acceso igualitario a tierras, propiedades, activos y recursos productivos, servicios esenciales e infraestructura.

También significa que las mujeres deben tener las mismas oportunidades para tener un trabajo decoroso, capacitación profesional y un empleo pleno y productivo, dijo.

«Si no logramos el empoderamiento económico de las mujeres no podremos habilitarlas para gozar de los mismos derechos en otras áreas», dijo Puri.

Las mujeres en todo el mundo, dijo, enfrentan múltiples desafíos en el lugar de trabajo, incluyendo las brechas de género en los salarios, los estereotipos de género, la segregación profesional y los obstáculos en los ascensos.

Estadísticas del Banco Mundial indican que, a nivel global, las mujeres reciben un salario menor que el de los hombres. En la mayor parte de los países, las mujeres ganan en promedio entre 60 y 75 por ciento del salario de los hombres.

Además, las mujeres tienen una responsabilidad desproporcionada en cuanto al trabajo no pagado: las mujeres dedican entre una y tres horas más al día que los hombres al trabajo doméstico y entre dos y 10 veces más tiempo al día para cuidar a los niños o a los ancianos.

Puri dijo que un trabajo flexible para las mujeres puede ayudarlas a equilibrar su vida y su trabajo.

Pero también dijo que las nuevas formas de trabajar pueden generar condiciones que profundicen la disparidad de género, lo cual debe evitarse con políticas bien concebidas.

En este sentido, Puri dijo que el sector privado debe asumir la responsabilidad principal de integrar la igualdad de género a la práctica y que el sector público debe brindar el apoyo correspondiente.

Puri dijo que el espíritu empresarial femenino es lo que la agencia de la ONU ha estado defendiendo para superar las diferencias de género en el mercado laboral.

«Esperamos que el espíritu empresarial femenino se convierta en un motor clave para emplear a otras mujeres y para generar empleos para mujeres», dijo.

Con este fin, los países tienen que crear un ambiente favorable con un mejor apoyo financiero y técnico para ayudar a las mujeres a iniciar sus propios negocios en todos los sectores, dijo Puri.

Al hacer esto «esperamos que la actual economía pueda transformarse de manera que sea más favorable para las mujeres, que se adapte más a las necesidades y talentos de las mujeres y que genere igualdad en todo el mundo», añadió.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2017-03/08/c_136110528.htm

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