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Profesores de FP de Madrid se unen a la lucha de sus compañeros andaluces al cobrar menos que los nuevos opositores

Administrativando Abogados defiende a este colectivo de más de 80 profesores madrileños junto a los 245 docentes de Andalucía.

Con la nueva reforma de la Ley Orgánica 3/2022 de 31 de marzo de ordenación e integración de FP, se ha introducido como requisito estar en posesión de una licenciatura, una ingeniería, grado universitario o diplomatura. Algo que antes no sucedía.

Más de 80 profesores madrileños de Formación Profesional (FP) han reclamado ante la Comunidad de Madrid cobrar igual que sus compañeros que acaban de aprobar la oposición. Una batalla que también están intentando ganar 245 docentes de Andalucía.

Y es que, con la nueva reforma de la Ley Orgánica 3/2022 de 31 de marzo de ordenación e integración de FP, se ha introducido como requisito estar en posesión de una licenciatura, una ingeniería, grado universitario o diplomatura.

Más de 80 profesores madrileños de Formación Profesional (FP) han reclamado ante la Comunidad de Madrid cobrar igual que sus compañeros que acaban de aprobar la oposición. Una batalla que también están intentando ganar 245 docentes de Andalucía.

Y es que, con la nueva reforma de la Ley Orgánica 3/2022 de 31 de marzo de ordenación e integración de FP, se ha introducido como requisito estar en posesión de una licenciatura, una ingeniería, grado universitario o diplomatura.

Algo que está causando un gran revuelo entre los profesores más veteranos porque antes no se exigía tener ninguno de estos títulos, de modo que la categoría a la que pertenecían era A2. Sin embargo, ahora, los nuevos integrantes, al tener estudios superiores, acceden al subgrupo A1.

Una categoría que es más alta y por la que cobran más a pesar de estar realizando el mismo trabajo, de modo que dichos profesionales se han unido en una reclamación colectiva al considerar que su retribución debe ser la misma que el resto de los compañeros en base al principio de «a igual trabajo, igual salario».

«LA INJUSTICIA ES PATENTE»

Algo que no es más que una manifestación del principio de igualdad consagrado en el artículo 14 de la Constitución Española. Ya que, para ellos, la injusticia es patente.

Tal y como declara Antonio Benítez Ostos, socio director y fundador de Administrativando Abogados, el despacho que ejerce la representación de este colectivo de profesores de FP, y también de los compañeros de Andalucía, ha explicado que «el principio de igualdad de retribución entre trabajadores para un mismo puesto de trabajo o para un trabajo de igual valor, es reconocido en el artículo 157 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea vigente desde el 12 de junio de 1985».

Por otro lado, el letrado también ha resaltado que ello está plasmado en el artículo 23.2 de la Constitución, que hace referencia al reconocer a los ciudadanos el derecho de acceder en condiciones de igualdad a las funciones públicas, y también en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, que habla sobre la permanencia en dichos cargos en igualdad de condiciones.

Al igual que el artículo 14 del Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público.

Pues en el apartado i) reconoce el derecho de los empleados de la Administración Pública a no ser discriminados por razón de nacimiento, origen racial o étnico, género, sexo u orientación e identidad sexual, expresión de género, características sexuales, religión o convicciones, opinión, discapacidad, edad o cualquier otra condición, o circunstancia personal o social.

Por último, Benítez Ostos ha comentado que en la reclamación presentada, se alude a diversa jurisprudencia de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo, sobre la obligatoriedad de atribuir el mismo salario a todos aquellos que realizan el mismo trabajo.

Profesores de FP de Madrid se unen a la lucha de sus compañeros andaluces al cobrar menos que los nuevos opositores

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España: Marea verde contra «el saqueo de la educación pública»

La Asamblea Marea Verde Madrid ha convocado una manifestación el próximo sábado 9 de septiembre.

La comunidad educativa está convocada a la próxima manifestación que convoca la Asamblea Marea Verde Madrid. Tendrá lugar desde Neptuno hasta la Consejería de Educación el próximo sábado 9 de septiembre a partir de las 12 horas.

La movilización, que lleva por lema “No al saqueo a la Educación Pública. Dinero público para la Pública”, ha sido compartida por redes sociales por la Plataforma Emergencia Educativa Rivas. Esta plataforma ripense denunció a mediados del curso pasado la situación del exceso de los ratios en las aulas.

«La Comunidad de Madrid no garantiza la elección de centro»

Coincidiendo con el inicio de curso, la FAPA Francisco Giner de los Ríos ha denunciado a través de una nota de prensa que «la Comunidad de Madrid no garantiza la elección de centro». Tras la presentación por parte del Consejerero Educación, Ciencia y Universidades, Emilio Viciana, del nuevo curso, la FAPA ha definido el curso como «continuista» y «plagado de titulares vacíos de contenido».

La FAPA ha denunciado el incumplimiento del artículo 27.4 de la Constitución acerca de la gratuidad de la educación. «Las familias estamos realizando constantes copagos en la pública, año tras año, y a esto debemos añadir el cobro de cuotas ilegales en un altísimo porcentaje de centros privados concertados», denuncian la FAPA.

¡Difunde la noticia!
https://zarabanda.info/marea-verde-contra-el-saqueo-de-la-educacion-publica/
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España: Almeida deja fuera al 86% de las familias que han solicitado Escuelas Infantiles

Por: Sara Plaza Casares

De las 28.671 solicitudes emitidas por las familias madrileñas para entrar en las Escuelas Infantiles, el Gobierno municipal ha dejado fuera a 25.489 familias.

De las 28.671 solicitudes emitidas por las familias madrileñas para entrar en las Escuelas Infantiles, el Gobierno municipal ha dejado fuera a 25.489 familias. Esto significa que el 86,2% de las solicitudes han quedado sin plaza y que sólo 3.683 familias tienen hueco en un centro municipal, según denuncia Más Madrid. Desde esta formación aseguran que no hay ni una sola plaza nueva respecto al curso pasado, “a pesar de que la cifra de peticiones crece cada año”.

“El Gobierno de Almeida está haciendo de Madrid una ciudad hostil para la crianza y para la conciliación”, expresa la concejala de Más Madrid Carolina Pulido. Pulido subraya además que no está prevista la apertura de ninguna Escuela Infantil “hasta los meses previos a las elecciones del 2023”. Así, y según su formación política, las obras de las cuatro que se han puesto en marcha fueron proyectadas por el anterior gobierno, cuando el consistorio lo lideraba Manuela Carmena: Antonio Mercero (Moncloa-Aravaca); La Bruja Avería-Lolo Rico (Centro), Margarita Salas (Retiro) y Parque de Ingenieros (Villaverde).

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España: “Organizarse es empezar a vencer”. Algunas notas desde las II Jornadas de Feminismo Sindicalista

Por: Laboratoria Sur De Europa*

La Laboratoria, desde su nodo Madrid, lleva ya dos años incitando pensamiento y encuentros desde un feminismo sindicalista que, bajo diferentes nombres, va abriéndose paso en nuestro territorio y más allá. Entendemos que “trabajadoras somos todas” porque dedicamos todo nuestro tiempo y nuestras fuerzas a sostener nuestras vidas y las de los que nos rodean, enfrentándonos a las múltiples y entrelazadas opresiones y explotaciones que el proceso de huelga feminista nos ayudó a revelar, cual papel tornasol. Diversos colectivos compartieron esta misma intuición en las I las Jornadas «El feminismo sindicalista que viene» en otoño de 2020. Son colectivos cuyo feminismo se teje en el día a día, en una práxis a caballo entre lo comunitario y lo sindical.

Año y medio después, y tras un proceso de autoencuesta que nos sirvió para calibrar mejor deseos y necesidades de los colectivos en lucha, celebramos en Madrid entre el 16 y el 21 de febrero de 2022 las II Jornadas por un feminismo sindicalista, con la alegría de encontrarnos en persona después del aislamiento de la pandemia y con la urgencia de la dureza de nuestras condiciones de vida. El objetivo: tramar formas de estar más conectadas, de compartir redes y recursos, de apoyarnos en cada una de nuestras luchas. Desde La Laboratoria-Madrid pensamos que todas estas luchas de base comparten ya una forma de acción y un campo de batalla.

Las feministas marxistas, los ecofeminismos, los llamados feminismos del Tercer Mundo, los feminismo postcoloniales y descoloniales nos han enseñado que además de la explotación asalariada, existe una inmensa apropiación de trabajo no pagado, todo el trabajo de cuidados que realizan tradicionalmente las mujeres (y que se suma a la apropiación de la naturaleza). Existe también extracción a través de la deuda, extracción de nuestros estilos de vida y creaciones colectivas, extracción de la permanente movilización de nuestra energía y trabajo para sobrevivir.

Los feminismos negros nos han enseñado también que esta explotación asalariada, la apropiación de trabajo no pagado y el extractivismo, es diferente según una jerarquía racial que viene de la colonia y que es la forma de organización de la acumulación capitalista, no algo tangencial sino constitutivo, imprescindible para la acumulación.

Los feminismos marxistas y las economías feministas nos han enseñado que los roles de sexo-género normativos cumplen una función económica: para las mujeres, poner los cuidados por encima de los deseos propios, sea cuidando material y emocionalmente, sea trabajando en cualquier cosa para mantener a niñes y ancianes; para los hombres, llevar a casa el salario principal, sostén monetario de la familia. En estos roles de sexo-género se nos educa desde que nacemos, pero cuando esa educación falla, cuando la desobedecemos, llega la violencia; y escapar de esta violencia se hace muy difícil cuando se suma a la precariedad, a la falta de trabajo y casa y a la cuestión de la custodia de les niñes, al gran miedo de perder a les niñes.

Las historiadoras feministas nos han enseñado que estos roles de sexo-género con función económica no siempre han existido en su forma actual. Nos cuentan que este régimen de acumulación se inició con la desposesión de los medios de reproducción, la pérdida de la tierra y los comunes: la llamada acumulación originaria, iniciada en la Edad Moderna. Y llega hasta la actualidad, como vemos en la continuación del despojo en América Latina y tantos otros lugares del mundo.

Por eso en estas Jornadas no solo nos encontramos colectivos que luchan en el campo asalariado, sino un amplio arco de luchas feministas anticapitalistas con todas las letras, dentro y fuera de un terreno laboral cada vez más desdibujado. Y lo hacemos desde la convicción de que las luchas que no tienen en su centro de forma explícita el empleo no son luchas sectoriales o menores o divisorias; no son luchas que señalen algo superpuesto con el capitalismo, algo parcial, sino el corazón mismo del capitalismo: la forma en que construye jerarquías sobre las que acumula de forma diferencial, sin las que la acumulación misma no sería posible (imaginemos que las patronales del mundo tuvieran que pagar el ingente trabajo de cuidados no pagado sobre el que se sostienen sus beneficios) y que constituyen la base política de la dificultad misma de luchar juntas.

Vemos lucha anticapitalista en la pugna por ser menos dependientes del salario, por construir nuestros medios de producción, como hace el Nodo de producción del barrio madrileño de Carabanchel. O en la lucha por la vivienda y la luz, por desmontar la relación salarial como única legítima para el acceso a lo que necesitamos para vivir, como hace la Asociación Tabadol de La Cañada Real de Madrid, o los movimientos por el derecho a la vivienda como la Plataforma de Afectadxs por la Hipoteca o los sindicatos de inquilinos. O en la lucha contra esa violencia que busca atarnos a roles sexo-genéricos y raciales, que va dirigida a que no nos movamos ninguna de nuestra casilla asignada: de la violencia machista a las redadas policiales contra las economías populares o a la ilegalidad producida por la Ley de Extranjería. Mujeres supervivientes de Sevilla o AAMAS de la Red de estructuras populares y comunitarias de Manresa enfrentan esta violencia y lo hacen de forma colectiva, creando y espesando el tejido social.

Y es que todos los colectivos que nos encontramos en las Jornadas consideramos fundamental construir y fortalecer comunidades, redes sociales y de apoyo mutuo, que nos hagan más fuertes, más autónomas, frente a toda explotación y apropiación, y nos permitan imaginar y poner en práctica nuevas formas de relación y de vida. A estas luchas anticapitalistas, basadas en el apoyo mutuo y en la acción directa, que crean comunidad, que traen prácticas comunitarias de otras partes del mundo e inventan nuevas relaciones de cooperación en autonomía, las llamamos feminismo sindicalista. Lo hacemos sin ninguna pretensión de que sea un nombre canónico: lo hacemos para sentirnos más juntas.

Estas Jornadas han sido otro pasito en este sentirnos más juntas, para conocer nuestros nombres y nuestras caras, para compartir nuestra potencia y nuestros retos. Hemos decidido establecer formas de comunicación permanentes entre nosotras, poner por escrito nuestras exigencias más básicas, poner en común los recursos y las redes que tenemos y empezar a pensar modelos organizativos que puedan hacernos más fuertes. Porque organizarse es empezar a vencer y, también, empezar a vivir de otra manera.


  • La Laboratoria, espacio transnacional de investigación feminista


Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

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Que no decidan por ti


Por: Juan Chambe


Decía Malcolm X que «si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido». Es una reflexión que debemos tener muy presente, especialmente en estos tiempos en los que la mayor parte de la información está controlada por un puñado de empresas privadas. Estos medios quieren parecer plurales, imparciales, exentos de cualquier atisbo de sectarismo o coerción. Sin embargo, tras esa máscara de objetividad se encuentra una realidad bien diferente.

Repasemos algunos ejemplos recientes: el 17 de febrero varios medios, incluían en su portada alguna reseña de los disturbios que se vivieron en Madrid y en Barcelona tras las protestas por la detención de Pablo Hasél. Dos meses después veíamos como las portadas de esos medios silenciaban el ataque con artefactos explosivos que sufrió la sede de Podemos en Cartagena. En mayo del año pasado, pudimos ver algún artículo refiriéndose a una manifestación por la sanidad pública en Moratalaz como “convocatoria ultraizquierdista” mientras que cuando se ve a unos neonazis acosando a un Vicepresidente del Gobierno se tilda de “jarabe democrático”. Hemos visto también a varios medios llevar en sus portadas ruidosos titulares sobre causas abiertas por supuesta financiación irregular de Podemos; que casualidad que esas mismas portadas se quedan sin espacio cuando se trata de publicar el archivo de dichas causas. Por último, pero no menos importante, asistimos cada mañana a debates donde participan mentirosos profesionales, repetidamente condenados, sin que eso ponga en cuestión la veracidad de lo que se dice.

Evidentemente hay muchos más ejemplos, pero creo que los expuestos son suficientes para encontrar un patrón. Por un lado, hay numerosos programas que dan veracidad a periodistas que mienten sistemáticamente, y por ende, el debate que se genera es completamente estéril desde el punto de vista informativo. Y por otro lado, vemos que esas mentiras, medias verdades, titulares capciosos o sencillamente falsos tienen siempre la misma dirección. Los errores no tienen una dirección predilecta, las mentiras sí. Y si esos medios no sólo permiten que se mienta en sus programas, sino que además tienen permanentemente a los mentirosos en sus platós, es porque lo que se pretende es atacar al enemigo político de las elites que controlan dichos medios.

En este periodo electoral que se abre hasta el 4 de mayo vamos a ver recrudecida esta tendencia, de hecho, ya lo estamos viendo. El discurso de Ayuso se está reduciendo en generar miedo hacía el adversario, especialmente Podemos. Ese es su lema, sin propuestas. Pero detrás de Ayuso hay todo un ejército de periodistas, opinólogos, pseudoexpertos y palmeros que se están encargando de dar sustancia a ese mensaje. De ahí que en TVE ayer no viésemos el pronóstico alcista de Podemos en el CIS, sino sólo que Pablo Iglesias era el líder peor valorado. Los programas líderes de las mañanas dedican largos debates al caso Neurona, sobre el que no hay sentencia alguna, mientras ignoran informaciones clave como que Ayuso no medicalizó las residencias de ancianos durante la primera ola y que además mintió cuando fue preguntada sobre el asunto. Pero todo esto recubierto de pluralidad e imparcialidad, que si no se nota mucho.

La Comunidad de Madrid ha supuesto durante más de 20 años la simbiosis perfecta entre el Gobierno Regional y constructoras, inmobiliarias, grupos privados de salud y un largo etcétera de empresas que, gracias a esa colaboración público-privada, han obtenido grandes beneficios a costa del erario público. El Hospital Isabel Zendal es sólo el último capítulo de un libro muy largo.En las elecciones del 4 de mayo nos jugamos mucho, y las élites lo saben. Y de no tener una mirada crítica hacia los medios de comunicación corremos el riesgo de no decidir quién nos va gobernar los próximos dos años, sino que serán los medios, y las élites que los controlan, quienes lo decidan por nosotros.

Fuente e imagen: https://www.tercerainformacion.es/opinion/06/04/2021/que-no-decidan-por-ti/

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España: La Plataforma Trans pide una reunión con el Gobierno para abordar las agresiones al colectivo

La Federación Plataforma Trans pide una reunión urgente con el Ministerio del Interior y con la ministra de Igualdad, Irene Montero, para abordar las agresiones hacia las mujeres trans.

Esta semana 2 mujeres jóvenes trans, una en Barcelona y otra en Madrid, han sufrido 2 brutales palizas. Así lo ha indicado Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans, que considera que «hay que poner freno» a esta «grave situación» con las herramientas que el propio Estado de Derecho tiene, para que no se llegue a convertir en algo común la agresión hacia las mujeres trans.

La noche del viernes era agredida una joven de 19 años, Eva Vildosola, mediante patadas y puñetazos mientras le gritaban insultos como «engendro» o «maldito travelo». Con las fotografías adjuntó también el siguiente texto: «Soy transexual, sí, pero es que es no me hace menos normal, no me hace un engendro, no me hace menos, tengo derecho a salir a la calle, tengo derecho a hacer con mis redes sociales lo que yo quiera y tengo todos los derechos que tendría que tener todo el mundo».

Además, tal y como recoge ‘Telemadrid’, el jueves Adriana, una joven de 27 años, procedente de Paraguay, se encontraba junto con una amiga en el centro de Madrid cuando 2 individuos, con la excusa de pedirlas un cigarro, se acercaron a ellas, momento que en el que uno de los hombres, sin mediar palabra le hizo tocamientos en el pecho y las piernas. Ante esto, las jóvenes salieron huyendo, intentando zafarse, cuando uno de ellos les dio alcance y cogió del pelo a Adriana, golpeándola en la cabeza y tirándola al suelo, propinándole patadas, puñetazos y agrediéndola con un objeto punzante en la espalda.

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‘It is easy to blame us for spread of Covid-19, rather than the people in authority’

Manuel Jabois/elpais.com

EL PAÍS speaks with residents in districts affected by the restrictions on mobility about the rise in coronavirus cases and whether the new rules will be able to curb contagion.

Francisco Albarrán was 21 years old when he left Ávila province and came to the Madrid district of Usera looking for work. It was 1974 and he found a job in a bar that had been open for six months called Vicentín. He went on to run the place and has been behind the bar now for a total of 46 years.

Dressed in a maroon shirt and black apron, Albarrán serves coffee to a customer playing the slot machines. “I’m thinking of retiring for the first time. Not because I want to, but because this is forcing me to,” he says. By “this,” he is referring to the virus. Half a year after it first emerged, Covid-19 no longer needs to be referred to by name. “This country has been through a lot since 1974,” he adds. “Dictatorship, crises… But this is the worst.”

In a bid to curb coronavirus contagion in the region, the Madrid government has placed 37 basic health areas – many of them in working-class – under a selective lockdown. Usera is one of the districts affected by the new rules, which came into effect on Monday. Under these rules, people in the affected areas are only allowed in and out for essential activities such as going to school or work, or to care for dependents. Public parks in the restricted zone have been closed, capacity at stores and other commercial establishments reduced to 50% and closing time set at 10pm, with the exception of pharmacies and gas stations.

As of Monday, Albarrán’s bar is only allowed 10 customers inside at once, none of whom can stand at the counter; and it has to close by 10pm. But he was closing at that time even before the new restrictions came into effect. “Things don’t work like they used to, whether that’s 20 customers inside or opening beyond 10pm,” he says.

It’s 10am and the Vicentín has been open since 7am. “People act irresponsibly and recommendations are not followed. Twenty guys meet and nothing happens,” says Albarrán, adding, “I am 67 and I have never regretted coming here from Ávila; Madrid has given me everything.”

Why are some of us affected and others aren’t? Because of the way we behave? So how are they behaving in the center of the city?

MONTSE, UNEMPLOYED WOMAN IN USERA

The Vicentín is in Rafaela Ybarra street in the Zofío area of the Usera district where restrictions were enforced due to the high coronavirus transmission rates. The street is named after an affluent 19th century woman from Bilbao who gave alms to the poor using silk gloves to avoid dirtying her hands. “She realized that this was not right,” wrote Carmen Torres in a biography Rafaela Ybarra. The Lover of God. Exchanging her luxurious clothes for humble attire, Ybarra dedicated her life to caring for girls and young women, for which she was beatified.

When her husband, the president of the manufacturing company, Altos Hornos de Vizcaya, inquired after her fortune, he was told that his wife kept it in the best bank there was – heaven. Today if Ybarra was to grace the street named after her, she would have to pull her gloves back on. In the parish of San Juan de Avila, in Fornillos street, there is a quote from her, placed there in 2003, which reads: “Gaze on this world, as it was all made through love for you, and all it is, and all things in it, speak of love, and demand love, and mean love.” When entering the church itself, a sign informs visitors that there is no holy water and that the sign of peace is made without touching.

“It is easy to blame us for the uncontrolled spread [of the virus], rather than the people in authority or those who should have given us the resources to organize ourselves,” says Montse, a young unemployed woman who is taking her dog out at 11am. “What are they going to do about the people who have to work outside the area – which is the majority?” she asks. “What are they going to do about the people waiting for a PCR test? And what are they going to do about people with children? Why are some of us affected and others aren’t? Because of the way we behave? So how are they behaving in the center of the city?”

On Marina Usera street, a man drops his cigarette which falls close to the feet of Juan Carlos Valdeoliva, who is standing at the door of the Luarca bar. Valdeoliva works at the bar and lives in the Usera district. “The measures are a joke and, because of them, many businesses here are definitely going to go down the drain,” he says.

So why is the spread of the disease so virulent in the district? “Because there are a lot of assholes who don’t do what they should,” he replies, then, reiterating the prejudices that have taken root in various sectors of the population, he adds, “I’m not a racist, but South Americans don’t give a damn about the measures.”

During the Spanish Civil War, Zofío – a health area in the Usera district – was known as the Usera front where one of the most important episodes of the Republican defense of Madrid took place. The sculptor Emilio Barral died nearby, hit by a shell, and had the following lines dedicated to him by Spanish poet, Antonio Machado: “Emiliano Barral, captain of the Segovia militia, fell at the gates of Madrid, defending his country against an army of traitors, mercenaries and foreigners.”

The entrance to the Metro station in Carabanchel, which has been placed under a selective lockdown.
The entrance to the Metro station in Carabanchel, which has been placed under a selective lockdown.DAVID FERNÁNDEZ / EFE

Julio Embid calls the Madrid district of Carabanchel home, though he currently lives in Zaragoza province, where he works as a coordinator for the Socialist Party’s (PSOE) parliamentary group in Aragón. Carabanchal, like Usera, is also under a selective lockdown. In 2016, Embid wrote an essay called Concrete Children; How do we live on the southern fringes of Madrid? In it, he talks about how five-story syndicate blocks were built between the M-30 and M-40 ring roads, housing thousands of people during the 1960s from all over Spain, their diversity of origin reflected in the street names. “Many of the streets in the Pilar neighborhood are called after Galician towns, and in El Pozo, the names are towns in Córdoba; in Aluche it’s towns in Toledo,” he tells EL PAÍS by phone.

Embid sheds light on what he terms “one of the most unequal cities in Europe,” explaining that there is a four-year difference in life expectancy between El Viso, the capital’s wealthiest neighborhood, and Villaverde, in the far south. “There are just three hospitals for a million inhabitants: Gómez Ulla, 12 de Octubre and Infanta Leonor. Nowhere else in Spain with a million inhabitants do they have just three hospitals,» he says, referring to Madrid’s southern districts. «If you live in Las Águilas, in the south of Madrid, and you work in La Moraleja, for every 19 years, you will spend an entire one on a train,” he adds. “The distances are long and public transportation has not improved. Not only has it not improved, between 2005 to 2014, the inflation rate in Madrid rose by 10 points while the basic monthly transport pass rose by 45 points.”

The authorities don’t follow the advice of the experts – such as providing trackers, more primary healthcare resources, planning for schools and teachers

ANTONIO PALACIOS, PSYCHOLOGIST IN CARABANCHEL

Emid also points out another difference in this area: the rise of the misery economy. Since the financial crisis, there has been a notable increase in “businesses that can only work if people are doing badly, such as betting stores, pawnshops and witchcraft stores – for the desperate,” he says.

Meanwhile, in the neighboring Carabanchel district, five communions take place at 12:30pm in Colonia de la Prensa. Many journalists would retire to villas in this old residential district at the start of the 20th century. Several of these villas are still standing, but many were demolished when the area began to attract more working-class families.

A group of people in formal dress stand out in the empty street. Antonio Palacios, a psychologist, emerges from one of the communions. “It is unfair to take issue just with the individual responsibility of the locals,” he says. “The authorities don’t follow the advice of the experts – such as providing trackers, more primary healthcare resources, planning for schools and teachers. There is a very clear lack of responsibility.”

The communion was supposed to be held in May but had to be put off until last weekend. It almost didn’t happen. “I don’t know if it could be held after Monday,” says Palacios, in reference to the new restrictions which have reduced capacity at religious sites to one third. “Today, 10 relatives, including parents, can enter the church. There is no lunch, and although we had planned to go to a park to celebrate, with the weather as it is, we can’t do that either.”

The weather is cloudy with showers in Carabanchel. People come and go from the local market. There is a queue at the fishmonger and butcher with people standing more than a meter and a half apart, occupying almost the entire market. Tucked away, cobbler Mariano is at his stall making shoes. He knows that things have changed but as he lives in another district, he doesn’t think he will have any problems. “If there are any problems, they’ll give me a pass or something,” he says. “At this stage, they need to let me get on.”

English version by Heather Galloway.

Source and Image:  https://english.elpais.com/society/2020-09-23/it-is-easy-to-blame-us-for-spread-of-covid-19-rather-than-the-people-in-authority.html

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