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Por qué sí estudiar para maestro

Por: Abelardo Carro Nava

A lo largo de estos años he saboreado los sinsabores de la profesión, pero también, las grandes satisfacciones que la docencia brinda cada día, con cada amanecer, en cada aula y en cada escuela.

El cúmulo de sucesos, inimaginables e inciertos, generan cierta inquietud, cierto desasosiego, cierta esperanza. ¿Qué nuevas y extraordinarias aventuras viviré este día? Siempre me he preguntado y la respuesta, tan inverosímil como cierta, me remonta a los primeros encuentros que tuve con mis alumnos. Sí, personas cuyas edades se asemejaban a la mía. ¿Qué podré enseñarles si tal vez poseamos los mismos conocimientos? Cierto, la escuela te prepara teóricamente para enfrentar las diversas situaciones que pueden ocurrir en un salón de clases, pero la práctica… ¿qué puedo decir de la práctica? Ésta hace al maestro.

¿Cómo olvidar ese nerviosismo que recorría todo mi cuerpo cuando por primera vez estuve frente a mis estudiantes? Aún lo recuerdo y debo ser sincero, a pesar de tener más de 20 años de servicio en diferentes escuelas, todavía lo siento. Describirlo es indescriptible. De hecho hace unos días, cuando conversaba con algunos jóvenes de alguna escuela normal del Estado de Puebla, les decía que antes de estar frente a ellos, sentí un golpe de adrenalina, tan único como sincero, pero que nada, absolutamente nada se comparaba con ello. Es sentirse vivo, es sentirse pleno, es sentirse completo.

No hay más, la docencia me ha dado los mejores momentos de mi vida profesional. Bien lo afirmaba Esteve en su texto “La aventura de ser maestro”, la docencia es una profesión ambivalente, porque en ella te puedes aburrir soberanamente o bien, puedes maravillarte con el descubrimiento que cada día hacen tus alumnos, y es cierto. Nada puede compararse con el ejercicio diario a través del cual se logra interactuar con el otro, que no es otro más que uno mismo, porque ambos viven en un mismo plano, en un mismo espacio, en un mismo mundo.

¿No acaso la docencia implica una acción de enseñanza mutua, recíproca? Si mis conocimientos no me fallan ésta, la docencia, en una sola acción, pone en marcha una relación indisoluble entre el maestro y el alumno. Ahí, en ese momento esplendoroso, tiene sentido el ejercicio docente que, quienes lo ejercemos, podemos contemplar en toda su magnitud y eso, créame usted mi apreciable lector, no encuentra comparativo alguno.

Sí, en estos años, particularmente desde que inicio el pésimo gobierno de Enrique Peña Nieto, la docencia y al docente, se le ha satanizado, se le ha enjuiciado, se le ha denostado. Toda responsabilidad sobre los magros resultados que se han visto y conocido en el Sistema Educativo Mexicano (SEM) se les han atribuido a los maestros, y esto no es cierto porque como sabemos, las políticas educativas que se han implementado en estos casi seis años de gobierno con la idea de “mejorar” la calidad educativa, no han logrado los resultados esperados. Nada más nefasto que el “Pacto por México”. Un montaje a través del cual, se dijo, el estado recuperaría la rectoría de la educación y ¿qué es lo que ha recuperado?, ¿qué es lo que ha arrojado la implementación de una reforma educativa?, ¿qué beneficios ha traído consigo una evaluación punitiva?, ¿cuáles son los logros o beneficios que se han obtenido con un ingreso al servicio profesional docente si en los estados o en buena parte de ellos, las prácticas clienterales y corporativas siguen permeando a las instituciones cuyo propósito es el de velar por la aplicación de una Ley del Servicio Profesional Docente? En fin, ¿qué es lo que se ha obtenido? Como decía, la denostación de la docencia y del magisterio.

Por qué sí estudiar para maestro, fue una interrogante que me surgió en los primeros días del mes de febrero de este año, cuando a través de las redes sociales, observé que varias escuelas normales del país comenzaron a publicar sus convocatorias de ingreso. Todas estas escuelas, además de convocar a los miles de jóvenes que próximamente egresarán del bachillerato, difundieron videos mediante los cuales dieron a conocer sus programas de estudio. Un ejercicio que difícilmente se veía hace unos cuantos años pero que hoy, ante una inminente reducción de la matrícula por los efectos que esa misma denostación del magisterio se ha hecho evidente pero, también, por las políticas que la misma Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) y lo que cada estado de la República Mexicana ha implementado con la idea de disminuir y, tal vez desaparecer, al normalismo mexicano, a éste, no lo han mermado por completo. Y no lo han mermado porque el normalismo sigue vivo; ahí, caminando en silencio, con pasos firmes y seguros; con voz pausada pero nítida; con ideas claras y principios sólidos; con sueños y esperanzas renovadas.

Por qué sí estudiar para maestro es una pregunta que tiene más de una respuesta; porque ésta es un noble profesión que, más allá de esas políticas educativas, más allá de esos “Pactos por México”, más allá de los Secretarios de Educación y funcionarios a cargo de la DGESPE, o de los que ocupan las diferentes direcciones generales de normales en las Secretarías de Educación de las entidades, se encuentra una esperanza. Una esperanza que solamente la educación brinda a cada uno de nosotros: la docencia.

Ésta, es encontrarse con un mundo maravilloso donde los sueños cobran vida a través de un cuento, de una lectura, de una poesía. Es maravillarse con la resolución de un problema, de un acertijo, de una adivinanza. Es asombrarse con un relato histórico, con una leyenda, con una semblanza. Es sorprenderse con un experimento, con un descubrimiento, con un juego. Es simplemente vivir y vivir una vida.

Cierto, como toda profesión, seguro estoy, que los sinsabores son parte de ésta; los he vivido, de eso no hay duda. No obstante, y como al inicio de estas ideas refería, aprender a saborearlos, es también una enseñanza, un proceso, un aprendizaje. Enseñanza, proceso y aprendizaje que es para toda la vida.

Creo en las escuelas normales y el potencial que en éstas se encuentra. Recientemente lo constaté en el 2º Congreso Nacional de Investigación sobre Educación Normal pero también, lo he constatado en el recorrido que he realizado en varias de estas instituciones formadoras de docentes del país. De hecho, si alguien en este instante me preguntara si volvería a estudiar para maestro, con el corazón en las manos le respondería que sí. Sí, porque vale la pena ser maestro.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/por-que-si-estudiar-para-maestro/

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Un maestro, un arma

Por: Juan Carlos Yáñez

Ante los casos de violencia en México, así como las ocurrencias del presidente Trump de armar a los docentes, la apuesta pasaría por crear culturas de paz, además de presión policial y políticas financieras para aliviar la crisis económica.

I. Vivo en un Estado mexicano secuestrado por la violencia del narcotráfico. Mientras los ciudadanos mirábamos atónitos las ejecuciones entre bandas enemigas, lo que comenzó como una guerra entre cárteles se convirtió en una batalla que cobra víctimas inocentes, sin distinguir edades, condiciones sociales y geografía. Las cifras de muertes violentas colocan en primer lugar a Colima, uno de los estados más pequeños del país, el menos poblado entre los 32 (menos de 800 mil habitantes). Tres de sus diez municipios ocupan posiciones ominosamente estelares entre los más violentos en México.

Abandono el rosario de cifras para concentrarme en dos recientes acontecimientos, que tengo a la mano sin hurgar en archivos periodísticos; hay más, pero estos sirven para ilustrar la intención: el homicidio de un niño de 14 años, mientras viajaba de noche en su bicicleta, a pocos metros de dos escuelas. Ignoro si estudiaba o había abandonado las aulas, en cuyo caso, de ser estudiante, ya no volverá a ocupar su silla, escuchar las clases de su maestra y presentarse a las pruebas de matemáticas, español o formación ciudadana. Conozco ese barrio; allí viví varios años y este mediodía pasé por el sitio donde cayó abatido: veladoras encendidas y juguetes son una imagen dolorosa. Para el sistema escolar será un desertor; para la familia, un hueco enorme, irreparable de forma injustificada. Para la sociedad, lastimosamente, otro número en una cifra incesante.

El segundo hecho ocurrió pocas horas después del primero, en pequeño poblado distante a una hora de la capital, en el que califican medios internacionales y nacionales como el municipio más violento del país; Tecomán, se llama. Por las redes sociales nos enteramos que varios minutos atrás había comenzado un intercambio de armas de fuego a las afueras de la escuela primaria. Según reportaban, los niños estaban encerrados con los maestros en las aulas, mientras sus padres aterrados esperaban la menor pausa en la balacera para recogerlos. No hubo heridos ni muertos, por fortuna, pero los aterrados testigos tendrán historias que contar; ninguna leí en la prensa. El hecho se lo comieron las nuevas noticias y la urgencia, el silencio cómplice o el miedo innegable.

La violencia carcome la sociedad en sus tejidos más profundos. El temor se apodera de las calles. Los sicarios pueden colocarse en su motocicleta al lado de tu automóvil, no puedes saberlo; las bandas de ladrones se apoderan de las calles aledañas a las sucursales bancarias y ya cobraron víctimas mortales en sus asaltos. El miedo camina a nuestro lado sigiloso pero paralizante.

Las ciudades educan. Sus calles educan. ¿Qué clase de educación están transmitiendo estos fenómenos que describo en forma escueta? ¿Qué clase de ciudadanos y gobernantes permitimos llegar a tal estado de cosas? La experiencia de otras ciudades, como Medellín, en Colombia, revelan que es posible revertirla, pero hay que comenzar y tener un proyecto de largo aliento, estructural y decidido. La solución pasa, creo sin ser experto, por la dimensión policiaca, pues las bandas están en las calles, pero también por la financiera, y es imposible de zanjar sin una pedagogía para la paz. Mientras comenzamos a andar cuesta arriba, las dudas y los temores crecen, como la cifra de muertes diarias.

II. El ataque perpetrado en una escuela en Florida, Estados Unidos, volvió a colocar el tema de las armas de fuego en la violenta sociedad norteamericana. Las primeras declaraciones del presidente Trump atisbaron la posibilidad de un levísimo cambio de rumbo en su posición frente a la posesión de armas.

Enterrados los muertos y todavía encendidas las velas por los dolorosos hechos, el presidente arremetió con una idea que no es novedosa: que los profesores también asistan armados a las escuelas. Instigado por algunos padres de las víctimas, precipitó la propuesta. Podríamos capacitar a los maestros, dijo frente a los padres de las víctimas; levantó aplausos entre la industria armamentística, a quienes califica como “grandes patriotas”. “Los colegios estarían seguros con profesores armados y entrenamiento militar”, aseveró. Más dislates presidenciales: “Una zona escolar sin armas es un imán para gente mala. ¡Los ataques terminarían!”.

Una organización de docentes reviró: no nos hicimos profesores para portar armas. No hay unanimidad: una encuesta de la Asociación Nacional de Educación en 2013 reveló que uno de cada cinco maestros estaría de acuerdo en armarse.

La solución es delirante: frente al riesgo palpable y constante de que los alumnos acudan a la escuela con rifles y pistolas, solo queda que los profesores hagan lo propio. El resorte que impulsa la idea, ya se sabe, emerge de poderosas asociaciones que defienden el derecho a vivir con arsenales en casa. Pero también de mucha gente común que juzga que solo el ojo por ojo es la solución, o la intimidación de los agresores antes de actuar con esquemas de seguridad distintos en las escuelas. Y no hay novedad en la cuestión: según la BBC por lo menos nueve estados ya permiten en sus legislaciones que los profesores porten armas en las escuelas.

En México la solución jamás pasaría por pensar siquiera un disparate así. En términos generales la escuela todavía ha sido respetada en esta guerra contra los narcotraficantes, y es ella el sitio más seguro para la ciudadanía, según las encuestas nacionales que miden las percepciones sobre seguridad-inseguridad, más que la propia casa.

Pero las escuelas no son islas pacíficas en archipiélagos violentos, y los gérmenes que pululan fuera de ella no se detienen en sus puertas. Necesitamos construir una pedagogía para la paz, como solución de largo aliento, mientras los responsables de las batalles policíacas y financieras cumplen su parte. En el medio, por ahora, los ciudadanos seguiremos en la incertidumbre y la preocupación, con el riesgo de inmunizarnos ante la desgracia.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/03/09/un-maestro-un-arma/

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Entrevista a Sixto González Víllora: «El maestro es el centro de la sociedad del futuro»

10 Diciembre 2017/Fuente:lasnoticiasdecuenca /Autor: Gorka Díez

Más de 170 años lleva formando en Cuenca maestros la Facultad de Educación, cuyo origen está en la Escuela Normal de Maestros puesta en marcha en 1846, que en 1970 adquirió el nombre de Escuela Universitaria y, ya en 2010, con la reforma de los planes de estudio que supuso el Plan de Bolonia, el de Facultad de Educación. Hablamos con su decano desde junio de 2016, Sixto González Víllora (La Roda –Albacete–, 1978), maestro, licenciado y doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), institución en la que lleva trabajando desde 2004 tras haber ejercido un par de años de profesor de Educación Secundaria de Educación Física en Madrid, donde se sacó la oposición a la primera. “Esta Facultad y este Campus es para mí algo muy querido. Aquí me siento como en casa”, cuenta.

¿Cómo está la Facultad de Educación en cuanto a alumnos matriculados?

La Facultad de Educación goza de muy buena salud. Tenemos dos grados, uno de Educación Infantil y el otro de Educación Primaria, y los primeros cursos de ambos grados están completos. En algún curso más avanzado sí que hay alguna reducción de alumnos, bien porque alguno ha decidido dejar de estudiar, porque tienen problemas económicos o porque son de otras comunidades autónomas, especialmente de Valencia, y deciden seguir estudiando más cerca de su casa para reducir costes. Actualmente la Facultad alcanza los 800 estudiantes, datos similares a hace dos o tres años, con lo cual la demanda se mantiene. Y entre nuestras novedades hay que destacar el Máster en Investigación e Innovación Educativa, que este año celebra su segunda promoción.

Este nuevo máster, sumado al de Profesor de Secundaria y Bachillerato que se imparte desde 2010, permite que en esta Facultad se forme tanto a futuros maestros de colegio como a profesores de instituto y de Universidad…

El Máster en Investigación es un puente entre el Grado y el Doctorado que hasta ahora no teníamos, y que hacía que los alumnos que querían hacer esta formación se tuvieran que ir a otras universidades. Es una preparación oficial de gran calidad, para formar específicamente en innovación o investigación educativa, de ahí que tenga muy pocas plazas, diez, en el campus de Cuenca. Una característica muy positiva es que cualquiera puede formarse en investigación en cualquier área de conocimiento (Matemáticas, Lenguas Extranjeras, Música, Lengua Española, Educación Física o Educación Musical). Después, si a uno le satisface el mundo de la investigación, se puede matricular en el Doctorado, que tiene una duración a tiempo completo de tres años, y que también es posible cursar en la propia UCLM.

Supongo que en la Facultad primarán los alumnos de Cuenca…

Fundamentalmente son de la provincia, de la capital y de muchos pueblos próximos, pero también hay un número de alumnado bastante importante de Albacete, donde hay Facultad de Educación, pero las plazas que ofrece se quedan escasas, de ahí que muchos vengan a Cuenca. Y también tenemos alumnado de Valencia y Alicante por la cercanía geográfica e incluso de Madrid.

Cuenca es una ciudad que ofrece más tranquilidad para estudiar que Madrid o Valencia. ¿Qué destaca de ella?

Es una ciudad bonita, patrimonio de la Humanidad, tenemos cerca Madrid y Valencia, donde con el AVE es fácil llegar. Me gustaría destacar la Serranía, pues la naturaleza es uno de los muchos atractivos que tiene Cuenca.

¿Y qué es lo que destaca de la Facultad?

El trato personalizado, el estudiante no es un número o un apellido, sino que los profesores somos cercanos, conocemos sus nombres y sus gustos. Y eso creo que es algo muy importante junto a la calidad elevada que ofrecemos en los estudios. Por otro lado, el coste que tiene la ciudad para vivir no es alto, además sumado con que las matrículas de la UCLM son las más baratas de todas las universidades españolas para Grado, Postgrado y Doctorado, algo importante en los tiempos que vivimos. Y una de las áreas que ha potenciado la Facultad es la internacionalización. Hace tres o cuatro años solo eran diez-quince alumnos los que salían a otras universidades por convenios Erasmus, principalmente a Portugal, Italia, Inglaterra, Bélgica o Francia, mientras que hoy ya salen entre cincuenta y sesenta alumnos. También tenemos alumnos que nos visitan, principalmente de Portugal y de México.

Con un sistema educativo que tiende al bilingüismo, para los futuros maestros es fundamental aprender inglés…

El inglés es fundamental. Hoy es difícil que un maestro no esté familiarizado con lenguas extranjeras. A través de nuestros estudios, se puede salir con un B2 tanto en inglés como en francés. Y se favorece el aprendizaje de otras lenguas como alemán, portugués e italiano mediante las salidas Erasmus y los cursos que ofrece el programa Aprende Lenguas, que como novedad ha incluido el chino. Nuestra mención en Lenguas Extranjeras es una de las más elegidas por los alumnos, y la Facultad está acreditada por la Universidad de Cambridge para que los alumnos puedan optar a la acreditación en lengua extranjera de los niveles B1, B2 o C1, títulos especializados que luego a uno le pueden servir para concurso-oposiciones o acceder a colegios concertados o privados.

Se está avanzando mucho entonces…

Los idiomas siempre han estado presentes, aunque sí que tradicionalmente eran unos pocos los que elegían la especialidad de inglés para formarse específicamente. Y hoy todos los graduados en maestro de Infantil y Primaria necesitan inglés, francés u otros idiomas, además de la formación especializada en la mención elegida. Para obtener el título de Grado es obligatorio el nivel B1, aunque cada día son más los graduados que intentan obtener un B2 y con la idea de seguir aumentando el nivel.

Junto al inglés, ¿qué otras especialidades son las más demandadas en Cuenca?

Educación Especial (Pedagogía Terapéutica), a las que siguen Educación Física y Audición y Lenguaje.

¿Y son las que tienen más salida laboral?

Probablemente la elección está muy relacionada con la salida laboral, aunque también con los gustos de los estudiantes. Porque por ejemplo tenemos una mención de Música, muy interesante, y con una larga tradición en la Facultad, pero como se han reducido horas en Educación Primaria en el área de música, y se ofertan muy pocas plazas en el concurso-oposición, los estudiantes, no sé si por este u otros motivos, deciden no hacer esta especialidad. Pese a ello, ha salido este año en tercer curso y tiene seis alumnos. Sería una gran pérdida si desapareciera esta mención, muy relevante para el desarrollo integral del niño.

Las expectativas de encontrar trabajo, tras unos años sin casi oposiciones, ahora en cambio son mayores…

Ha habido un parón muy importante en educación en los últimos cinco años, pero sí que ahora parece que se van a abrir las puertas otra vez, especialmente porque la Unión Europea nos está diciendo que tenemos que reducir el número de interinos, con lo cual posiblemente se aumenten las plazas públicas que salen en Infantil y Primaria. Pero también hay otras salidas. Hay que pensar en colegios concertados o privados, trabajo en escuelas extracurriculares, escuelas infantiles, academias de idiomas, escuela de adultos, animación a la lectura u otros. Los colegios no deberían abrir solo por la mañana, sino también por la tarde con otras actividades educativas y culturales. Y también sería bueno que contaran con maestros en centros culturales y académicos, escuelas de enseñanzas de idiomas, escuelas deportivas, etcétera. Tenemos que abrir el prisma de los trabajos, algo que creo que se está haciendo, y que la sociedad valore el título de maestro para trabajar en otros ámbitos, no solo en el colegio público.

Ocurrirá con otros estudios, pero cuando alguien decide estudiar educación se entiende que es por vocación…

Principalmente es vocación. La mayoría de los estudiantes que tenemos han vivido una larga e intensa vida escolar, pasando por Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, y saben lo que es un maestro y un profesor. Así que el que viene a estudiar sabe a lo que viene. Yo, aunque luego hice un doctorado en Ciencias del Deporte, en su momento también estudié Magisterio y lo hice por vocación, porque quería ser maestro, enseñar a niños y jóvenes, y finalmente el camino me ha llevado a ser formador de formadores. Por otro lado, los estudios de maestro son también cercanos, se tienen en Cuenca y se pueden estudiar sin el coste económico que conlleva tener que salir de tu ciudad, lo que también compensa. Y, últimamente, al ser los estudios de cuatro años, se están abriendo las posibilidades porque ahora un maestro también puede estudiar un máster oficial, hacer un doctorado, irse al extranjero y formarse en idiomas o continuar estudios en otro tipo de Facultades.

Es un trabajo bonito pero también duro, a lo mejor más duro de lo que parece…

Creo que la sociedad debería valorar mucho más al maestro. El maestro es el centro de la sociedad del futuro. Al ingeniero, el que le enseñó a leer fue un maestro; y al médico, el que le enseñó a comprender y resolver problemas fue también un maestro. Está la idea de que el maestro del colegio solo trabaja de nueve a dos, o hasta las tres que es cuando salen de la hora exclusiva donde preparan las coordinaciones o algunas clases. Por ejemplo, mi mujer, Reme, es maestra y trabaja todas las tardes preparando las clases de las semanas siguientes, preparando materiales, corrigiendo trabajos o pruebas de evaluación. La labor del maestro no termina cuando sale del colegio. Aquellos maestros activos realizan habitualmente cursos de formación para actualizar sus metodologías de enseñanza o implementar un nuevo contenido de forma más atractiva para los estudiantes.

«Tenemos que abrir el prisma de los trabajos y que la sociedad valore el título de maestro para trabajar en otros ámbitos, no solo el colegio público, como centros culturales y escuelas deportivas»

¿Y cambia mucho ser profesor de colegio que de instituto o de Universidad?

Todos somos profesores. Y todos creo que tenemos una gran importancia social por lo que generamos. Dentro de eso, sí que cada uno es algo distinto. Educación Infantil es de tres a seis años y la psicología del niño y su evolución en ese periodo no tiene nada que ver con la de seis a doce años, de ahí que haya un grado de Educación Infantil y otro de Educación Primaria. Por otro lado, es difícil pasar de ser profesor de una etapa a otra porque hay concurso-oposiciones para Infantil, Primaria y para Secundaria y Bachillerato, así como para la Universidad. Incluso a veces sucede que la experiencia docente en otras etapas educativas, o no se cuenta en los concursos, o se cuenta en menor proporción.

Siempre se habla de la necesidad de una nueva ley de educación pero por consenso. ¿La cree necesaria?

Sí, considero que la nueva Ley de Educación debería estar consensuada, para ello se hace necesario que se plantee desde la moderación, y que no tenga carga ideología en su marco legislativo y práctico. Y que esa ley durase como mínimo diez años, tras lo cual se evaluara y se planteasen mejoras, y que con estas modificaciones se construyera una Ley de Educación para una nueva década. Para abordarlo, sería fundamental que los profesionales que la van a desarrollar e implementar participen activamente en su elaboración, y no sea impuesta desde fuera, por los altos estamentos políticos. Para este reto, propondría una comisión formada por maestros de Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Educación Superior que hayan sido personas destacadas en las diferentes etapas educativas, asesorados por un grupo de legisladores expertos en la elaboración de este tipo de leyes. Muchas veces se habla del funcionamiento educativo de países como Finlandia o Noruega, que tienen sistemas que puntúan mejor en los rankings internacionales, pero no se pueden replicar directamente en el contexto español, porque ellos tienen un clima, una cultura, una forma de ser, y nosotros, dentro que somos países de Europa, tenemos otro clima, cultura u otra forma de convivencia. Se trata entonces de adaptar la educación a nuestro contexto.

¿Alguna propuesta que debería incluirse en esa futura Ley de Educación?

El alumno tiene que ser el centro de interés. Se tendría que analizar qué conocimientos y capacidades son importantes para las sociedades del presente y futuro, abordarlas desde diferentes puntos de vista, pero desde una orientación de aprendizaje mucho más interdisciplinar y buscando la resolución de problemas de forma autónoma. Considero que la variabilidad de metodologías activas, como el aprendizaje por proyectos, el aprendizaje basado en problemas o el aprendizaje cooperativo, enriquece el proceso de aprendizaje.

Si se gestionase la docencia en módulos de aprendizaje, todos deberían ser relevantes, y tener como mínimo tres o cuatro sesiones a la semana, pues se requiere tiempo para profundizar en las capacidades que se pretende que los alumnos aprendan. Todos los módulos deben ser evaluables, pues aquello que no se evalúa no se sabe en qué nivel se encuentra y cómo se puede mejorar, e incluso puede llegar a devaluarse. Aquellas áreas que no se consideren de especial importancia, quizás no deberían estar en el currículo oficial, y pasar a formar parte de una enseñanza de tipo informal o extracurricular. El concepto de evaluación innovador es diferente al de la educación tradicional, que se basaba en una evaluación del resultado, pues la evaluación debe ser formativa, es decir: que la propia evaluación le sirva al docente para aprender de sus aciertos y errores. La educación debe servir para que el alumno se sienta competente y capaz de realizar diferentes tareas, pues ello le dará la motivación para seguir aprendiendo. Si por el contrario un alumno que está estudiando se siente poco competente, su tendencia será a la desmotivación y al abandono. También sería interesante incluir algunas aportaciones basadas en la Ciencia, por ejemplo, la Neuroeducación, que entre otros consejos propone clases más cortas, más preparadas por los docentes, más impactantes y significativas para los estudiantes.

Fuente de la entrevista: http://www.lasnoticiasdecuenca.es/cuenca/maestro-centro-sociedad-del-futuro–31809

Fuente de la imagen: http://www.lasnoticiasdecuenca.es/storage/contents/mid_31809-773–maestro-es-centro-sociedad-del-futuro

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Angola celebra día de educador con deudas en sector

Angola/23 noviembre 2017/Fuente: Prensa Latina

Angola celebra hoy el Día del Educador con deudas en el sector educacional, incluidas la escasez de centros para atender todos los niños en edad escolar y un analfabetismo que ronda el 25 por ciento de su población.
La fecha se instituyó en 1978 por el primer presidente del país, Antonio Agostinho Neto, y marcó el comienzo de la campaña de alfabetización, toda vez que hace casi 40 años había 85 iletrados por cada 100 personas.

Aunque en Angola hay más de 10 millones de niños y adolescentes escolarizados, todavía varios centenares se encuentran fuera del sistema educacional, tanto por ausencia de escuelas como por lejanía de estas, sobre todo en zonas rurales.

La escasez de centros escolares también tiene su reflejo en la duración de las sesiones de clases, pues un mismo salón lo emplean dos grupos de alumnos, o sea en la mañana y en la tarde, además de los que reciben lecciones en lugares improvisados.

En materia de educación de adultos también la tarea es inmensa, y hay sectores que abogan por la creación del estatuto del alfabetizador, en aras de superar la tasa de analfabetismo, que afecta a por lo menos seis millones de angoleños adultos, algunos de ellos menores de 30 años de edad.

‘Tenemos en el país alfabetizadores sacrificados que transmiten conocimientos a ciudadanos analfabetos en condiciones precarias (…) Que el Día del Educador sirva este año para que se evalúe el papel del alfabetizador en nuestra sociedad, que quiere superar definitivamente el oscurantismo y crear condiciones para que Angola sea un país próspero’, publicó este miércoles el Jornal de Angola en un comentario de opinión.

La actual tasa de analfabetismo no satisface los objetivos del ejecutivo para mitigar y declarar zonas libres de analfabetismo o incluso todo el territorio nacional, explicó recientemente el secretario de Estado de Enseñanza Prescolar y General, Joaquim Cabral.

En el país hay unos 19 mil 650 alfabetizadores voluntarios que reciben un subsidio de 10 mil kwanzas (unos 60 dólares al cambio oficial), pero la crisis económica que vive el país ha motivado atrasos en esos pagos.

Entre los programas de enseñanza para superar el analfabetismo, se destaca el método cubano Yo, sí puedo, que desde 2012 enseñó a leer y escribir a dos millones de angoleños.

Fuente noticia: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=133307&SEO=angola-celebra-dia-de-educador-con-deudas-en-sector

Fuente imagen: http://cdn2.portalangop.co.ao/angola/pt_pt/files/highlight/2016/10/47/0,7da50067-acc3-49dd-824f-e5c4a345fe80.jpg

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Educación del tercer mundo

Guatemala / 5 de noviembre de 2017 / Autor: Salvador Paiz / Fuente: El Periódico

En países desarrollados ser maestro es el mayor de los honores. Me impresiona la manera en que estas naciones se han unido para elevar la profesión docente, y así dejar la educación de las futuras generaciones a cargo de su mejor talento. Sueño con el día en que la niñez guatemalteca reciba ese tipo de educación, pero el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia, nos aleja de ese sueño.

Hace algunos meses la Corte de Constitucionalidad abrió el camino para la restitución de la carrera de magisterio, cuando le autorizó a la Escuela Normal Bilingüe Intercultural del cantón Xolacul en Santa María Nebaj, Quiché, restituir la carrera magisterial a partir del 2018. Tal y como muchos temíamos, esta resolución generó un efecto dominó. El pasado lunes fue anunciado el regreso de la carrera de magisterio a nuestro sistema educativo, en esta ocasión, gracias al recurso de amparo planteado por la bancada de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).

Recordemos que la reforma educativa de nuestro país ha recorrido un largo y empinado camino. En 2009 inició un diálogo multidisciplinario en la mesa de Formación Inicial Docente. Partiendo por reconocer las carencias del actual sistema, la mesa buscó consensuar los cambios necesarios. En 2012 el Mineduc resolvió preparar a los docentes a un nivel universitario, el magisterio fue oficialmente sustituido por el bachillerato con orientación en educación y se ampliaron los años de estudio. Estas medidas nos acercaban un poquito más a las mejores políticas de formación docente del mundo. Es evidente que, si tan solo el 35 por ciento de docentes optantes a plaza pasan la prueba de matemáticas, tres años es insuficiente para lograr una formación adecuada.

No existe una fórmula mágica para formar a esas futuras generaciones de maestros. Pero, en las últimas dos décadas, países de toda la región han impulsado reformas educativas que incorporan medidas orientadas a fortalecer y mejorar la calidad de la formación inicial docente. En ese sentido, es posible identificar tres tendencias. La primera es la búsqueda del fortalecimiento de las instituciones de formación. La segunda se refiere a la creación de instituciones rectoras que establezcan los estándares para los docentes, evalúen su desempeño y acrediten la calidad de los procesos de formación. Y, la tercera, definir los lineamientos curriculares que orienten la formación inicial.

Por ejemplo, en México y Colombia, la formación docente está a cargo de universidades pedagógicas. En Bolivia y Ecuador trabajan con Institutos Terciarios, cuyo sistema es parecido al de una universidad. Y en Chile, la formación de maestros es exclusiva de universidades. Sea cual sea el caso, se ve un profundo compromiso con la formación de futuras generaciones de maestros. Un escenario totalmente contrario a lo que pasa hoy en nuestro país. La reciente decisión de restituir el magisterio a nivel de diversificado implica un franco retroceso para Guatemala.

Esta medida no solo es retrógrada, sino que también es totalmente nociva para la educación de nuestros niños y jóvenes. No es más que un capricho de unos cuantos cuyos intereses no reflejan los del país entero. Me pregunto, ¿a quiénes busca congraciar la UNE, aunque signifique sacrificar a la niñez? ¿Qué motivó esta decisión? Es lamentable que asuntos tan importantes, como la educación de nuestros niños, se politicen así. Parece que ignoran por completo que la única manera de acabar con el círculo vicioso de la pobreza, es con una educación de calidad. En lugar de eso, nuestros honorables gobernantes deciden regresar a un modelo educativo totalmente obsoleto, como si hubiese funcionado. ¿Cómo pretendemos avanzar de esta manera?

Fuente del Artículo:

https://elperiodico.com.gt/opinion/2017/11/02/educacion-del-tercer-mundo/

Fuente de la Imagen:

http://same2016.campanaderechoeducacion.org/index.php/en-tu-pais/guatelama

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Profesor alemán obligaba a alumnos a hacer saludo nazi

05 Noviembre 2017/Fuente:cronica /Autor:Mundo

Un maestro fue acusado de forzar a sus estudiantes a hacer el gesto del brazo extendido que hacían los jerarcas del Tercer Reich que respondían a Adolf Hitler. En el país, cualquier apología del nazismo o la negación del Holocausto puede ser penalizado con hasta cinco años de prisión.

Alumnos de un centro de formación profesional situado en Hannover, en el norte de Alemania, acusaron a su profesor de haberlos obligado a hacer el saludo nazi y de ofender en reiteradas ocasiones durante las clases a migrantes y a minorías, informó la prensa local.

«Nos tomamos estas acusaciones muy en serio. Hasta ahora carecemos de pruebas que puedan confirmar dichas quejas», señaló una portavoz del Ministerio de Educación de la región de Baja Sajonia.

Los hechos ocurrieron en un instituto donde se imparte formación profesional relacionada con el sector de la construcción. Por su parte, el docente en cuestión llevaría poco tiempo impartiendo clases y, de confirmarse la acusación, arriesgará una pena de cárcel efectiva.

Según explicó la vocera, el director del centro educativo se ha reunido el viernes con el acusado, así como con el director del departamento y los alumnos, citó la agencia de noticias alemana DPA. En caso de que se confirme que el instructor conminó a los jóvenes a emular el saludo con el brazo extendido de los jerarcas del Tercer Reich como Adolf Hitler, las autoridades educativas se verían forzadas a tomar medidas.

Hacer el saludo nazi está prohibido en en Alemania, un país en el que la apología del nazismo o la negación del Holocausto es un delito castigado con penas que pueden ir desde una multa hasta los cinco años de cárcel.

Fuente de la noticia: https://www.cronica.com.ar/mundo/Profesor-aleman-obligaba-a-alumnos-a-hacer-saludo-nazi-20171103-0016.html

Fuente de la imagen:

https://www.cronica.com.ar/__export/1509717099277/sites/cronica/img/2017/11/03/nazi.jpg_1734428432.jp

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Se cumplen 248 años del natalicio de Simón Rodríguez, el gran Pensador y Maestro de El Libertador

Aporrea

Caracas, octubre 28 – Se cumplen 248 años del natalicio de Simón Rodríguez, el gran pensador y Maestro de El Libertador Simón Bolívar.

Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez (Caracas, Venezuela, 28 de octubre de 1769 – Amotape, Paita, Perú, 28 de febrero de 1854), conocido en su exilio de la América española como Samuel Robinsón, fue un educador, escritor, ensayista y filósofo venezolano. Tutor y mentor del Libertador Simón Bolívar al igual que Andrés Bello, fue un visionario defensor de la educación pública.

Simón Rodríguez fue bautizado en la Iglesia de Nuestra Sra. de la Candelaria, Caracas, el día martes 14 de noviembre de 1769. Este párvulo expósito tuvo por nombres Simón Narciso de Jesús, de lo que se corrige su fecha de nacimiento, si se considera que el 28 de octubre es día de San Simón Apóstol y el 29 día de San Narciso de Jerusalén. Se asume, pues, que de acuerdo a la tradición de nombrar a los expósitos según el santoral, Simón Rodríguez nació la noche del 28 al 29 de octubre de 1769. Respecto de la parentela de Simón Rodríguez escribía el historiador chileno Miguel Luis Amunátegui en 1854:
Tuvo por padre a un clérigo nombrado Carreño, cuyo apellido llevó don Simón por algún tiempo; pero que cambió después por el de Rodríguez. […] Don Simón no fue hijo único; tuvo un hermano, llamado Cayetano, que de afición llegó a ser el mejor músico de Venezuela.

Probablemente se haya basado Amunátegui en el testimonio de Andrés Bello, a quien conoció en Santiago de Chile y de quien fuera su primer biógrafo. Es el caso que Andrés Bello y Simón Rodríguez fueron vecinos en Caracas, habitando ambos casas en el Callejón de la Merced, frente a la iglesia del mismo nombre. Andrés Bello se crió en la casa de su abuelo, el gran pintor Juan Pedro López; Simón y Cayetano vivieron en casa del sacerdote Alejandro Carreño.

La tradición ha dado por cierto que Simón Rodríguez y Cayetano Carreño fueron hijos naturales del sacerdote Alejandro Carreño y Rosalía Rodríguez, y así lo recogen tanto Arístides Rojas como Ramón de la Plaza. Rojas afirma que recibió sus datos del último hijo sobreviviente de Cayetano Carreño, también llamado Cayetano, sobrino de Simón Rodríguez. Arturo Uslar Pietri y más recientemente Rafael Fernández Heres han cuestionado esta filiación. Sea como fuere, el hecho es que Simón y Cayetano se criaron juntos, y fueron conocidos en Caracas como los “hermanos Carreño”.

Cotejando los censos de la Parroquia de Altagracia es posible arrojar luz sobre la crianza de Simón Rodríguez. En las matrículas de los años 1774, 1775 y 1776 aparecen los párvulos expósitos Simón y Cayetano registrados en casa de Rosalía Rodríguez, viuda, quien era hija de un propietario de haciendas y ganaderías en los llanos del Guárico, descendiente de canarios. No es descabellado suponer que, luego del segundo matrimonio de Rosalía Rodríguez hacia 1780 con Ignacio Abay, los niños Simón y Cayetano hayan pasado al cuidado de Alejandro Carreño. Y en efecto, la matrícula de la Parroquia de Altagracia de 1790 registra a los jóvenes en casa del sacerdote. Luego de la muerte de Alejandro Carreño en 1791, los hermanos quedaron bajo la tutela del clérigo Juan Rafael Rodríguez, Canónigo Doctoral de la Catedral y hermano de Rosalía Rodríguez. Simón y Cayetano ocuparon una casa en la “calle segunda de norte a sur … cuadra de Nuestra Señora de la Salud” (hoy esquinas de Ibarras a Madrices), casa en la que probablemente vivieron juntos hasta el casamiento de Cayetano en 1794.

En mayo de 1791 el Cabildo de Caracas le da un puesto como profesor en la Escuela de Lectura y Escritura para niños, en 1794 presentó un escrito crítico Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras en Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento. En esta escuela tiene la oportunidad de ser el tutor del futuro Libertador Simón Bolívar. Fuertemente influenciado por el Emilio de Jean-Jacques Rousseau, Simón Rodríguez desarrolla una revolucionaria concepción de lo que debe ser el modelo educativo de las naciones americanas. El mismo Bolívar en carta al general Santander en 1824 decía que su maestro ‘enseñaba divirtiendo’. Este espíritu que intentaba romper con las rígidas costumbres educativas del colonialismo español se reflejaría en toda la obra y el pensamiento de Simón Rodríguez.

Su participación en la Conspiración de Gual y España en contra de la corona española en 1797 lo obliga a dejar el territorio venezolano.

Samuel Robinson

En Kingston, Jamaica, cambia su nombre a Samuel Robinsón, y después de permanecer algunos años en los Estados Unidos, viaja a Francia (1801). En 1804 se encuentra allí con Simón Bolívar, de quien había sido maestro cuando niño. Juntos realizan un largo viaje por gran parte de Europa. Son testigos presenciales de la coronación de Napoleón Bonaparte en Milán como Rey de Italia y de Roma. Es testigo del famoso juramento de Bolívar sobre el monte Sacro, en donde profetiza que liberaría a toda América de la corona española, y lo registra para la historia.

Entre 1806 y 1823, mientras se libraba gran parte de la Guerra de Independencia en su natal Venezuela, Rodríguez se hospeda en Italia, Alemania, Rusia, Prusia, y Holanda. Luego daría su opinión sobre este periodo de tiempo diciendo:

Permanecí en Europa por más de 20 años; trabajé en un laboratorio de química industrial […]; concurrí a juntas secretas de carácter socialista […]. Estudié un poco de literatura, aprendí lenguas y regenté una escuela de primeras letras en un pueblecito de Rusia.

Regresa a América en 1823, usando el nombre de Simón Rodríguez nuevamente. En Colombia establece la primera escuela-taller en 1824. Atiende al llamado hecho por Bolívar desde el Perú y es nombrado “Director de la educación Pública, Ciencias, Artes Físicas y Matemáticas” y “Director de Minas, Agricultura y Vías Públicas” de Bolivia.

En 1826, establece una segunda escuela-taller como parte del proyecto para toda Bolivia. Pero el Mariscal Antonio José de Sucre, presidente de Bolivia desde octubre de 1826, no tenía una buena relación con él, por lo que Rodríguez dimitió el mismo año, trabajando el resto de su vida como educador y escritor, viviendo alternadamente entre Perú, Chile y Ecuador. Muy importante es su trabajo titulado Sociedades Americanas, dividido en varias ediciones publicadas en Arequipa (1828), Concepción (1834), Valparaíso (1838), y Lima (1842). El texto insiste en la necesidad de buscar soluciones propias para los problemas de Hispanoamérica, idea que sintetiza su frase:

La América española es original, originales han de ser sus instituciones y su gobierno, y originales sus medios de fundar uno y otro. O inventamos, o erramos.

Otra obra importante fue El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de Armas (1830), un alegato sobre la lucha social que emprendía Bolívar en esa época.

Epílogo y restos

En los años finales de su vida dio clases en varios colegios de Quito y Guayaquil (Ecuador); debido a un incendio que azotó esta ciudad, gran parte de su obra quedó hecha cenizas.

En el año de 1853 emprende su último viaje rumbo a Perú al lado de su hijo José, y Camilo Gómez, un compañero de éste. Gómez lo asiste en su muerte en el año 1854, en el pueblo de Amotape. Sus restos son trasladados setenta años después al panteón de Perú, y luego a su Caracas natal en donde reposan hoy en día en el Panteón Nacional desde 1954.

Fuente del articulo: https://www.aporrea.org/actualidad/n316451.html

Fuente de la imagen: https://www.aporrea.org/imagenes/2016/10/simnrodrguez_maestro_de_bolvar.j

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