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Tanzania: Niños que trabajan como esclavos domésticos en Zanzíbar

Tanzania/30 noviembre 2017/Fuente: Rebelión

Rose, que creció en el territorio continental de Tanzania, fue captada por unos reclutadores cuya principal estrategia consiste en poner de relieve la riqueza y el lujo de Zanzíbar para convencer a los padres de los menores de que los envíen allí para hacer trabajos domésticos.

Durante meses a Rose le obligaron a trabajar desde el alba hasta el anochecer, sin salario y bajo la amenaza de recibir una paliza si cometía el mínimo error. Ahora vive en un refugio para víctimas de trata escondido en un callejón de las afueras de la ciudad de Zanzíbar. Esta niña de trece años tiembla cuando recuerda su experiencia como trabajadora doméstica de una familia rica.

Su recuerdo más vívido es el olor fétido de una pequeña letrina situada fuera de la casa donde la encerraron durante más de 11 horas.

«Estaba fregando los platos pero se hizo oscuro y me fui a dormir sin haber acabado», explica: «A la mañana siguiente me despertaron muy temprano y me pegaron. Me encerraron en ese cuarto desde las cinco de la madrugada hasta las cuatro de la tarde y fue entonces cuando me echaron de la casa».

Para los trabajadores domésticos menores de edad, la vida es un juego de azar. La encuesta nacional más reciente sobre trabajo infantil calcula que unas 110.911 niñas trabajan como criadas. Las que tienen la suerte de ir a parar a casas decentes reciben una educación, un trabajo en la ciudad y pueden ayudar a sus familias. Sin embargo para muchas otras es el inicio de una vida de explotación, miedo y aislamiento. Según el Departamento de Estado estadounidense, la trata de niñas para el servicio doméstico constituye el principal problema de trata humana de Tanzania.

Rose, que creció en el territorio continental de Tanzania, fue captada por unos reclutadores cuya principal estrategia consiste en poner de relieve la riqueza y el lujo de Zanzíbar para convencer a los padres de menores de que los envíen allí para hacer trabajos domésticos.

Engañan a sus padres

Con sus aguas cristalinas y sus playas de arena blanca, Zanzíbar atrae anualmente a cientos de miles de turistas. Con ellos va unida la promesa de las oportunidades económicas. «A los que viven en las zonas rurales del territorio continental del país les parece una tierra de riquezas», indica Aisha Iddi, gestora del programa ActionAid Zanzíbar.

«Zanzíbar es un lugar turístico», explica: «hay hoteles, atracciones y dinero, así que los padres creen que si sus hijas van a la isla todo será fantástico».

Un agente fue a visitar a la familia de Rose en su pueblo y prometió que viviría con una buena familia, tendría un salario decente e iría a la escuela.

«Los agentes les dicen que los patronos tratarán a las niñas como hijas, pero cuando las niñas llegan a las casas la realidad es otra», indica Aisha al Ibrahim, coordinadora de un refugio en Zanzíbar para menores que han hecho trabajos domésticos. «No van a la escuela. No tienen un salario. No tienen amigos. Los tratan como esclavos».

En mayo, después de que una familia llegara a un acuerdo con el reclutador, llevaron a Rose a casa de sus patrones. Pronto se percató de que nadie la iba a ayudar.

«Quería venir porque pensé que conocería otro sitio, quería ver el mar», explica Rose: «Me hicieron muchas promesas y me dijeron que no tendría que trabajar mucho pero [la primera mañana] me despertaron muy pronto y me pegaron».

En el siglo XIX Zanzíbar era el principal puerto de comercio de esclavos de la región africana de los Grandes Lagos. Por el puerto pasaron anualmente más de 50.000 esclavos que iban a la península arábiga, India y a otras partes del mundo. En la actualidad, la trata para el servicio doméstico es un negocio floreciente.

«Están a su merced»

«Muchas familias prefieren contratar a trabajadores domésticos de Tanzania continental porque no quieren hacer trabajar a las niñas de aquí», indica Iddi: «No todas las familias tratan a los menores como si fueran esclavos, pero muchas lo hacen porque estos niños están en una situación de gran vulnerabilidad. Están completamente a su merced».

Los abusos que sufren los niños en Tanzania se repiten a lo largo y ancho del planeta. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que en el mundo más de 17 millones de niños de entre cinco y diecisiete años hacen trabajos domésticos en sus propias casas o en casas de terceros. Un tercio de estos menores se encuentran atrapados en lo que la OIT considera trabajos peligrosos, están expuestos a la violencia y a abusos, trabajan en exceso y no tienen acceso a una educación o a cuidados médicos.

Rachel, de 14 años, fue golpeada y obligada a trabajar 16 horas diarias y sin sueldo para una familia de la ciudad de Zanzíbar. Cocinaba para ellos, les lavaba la ropa y cuidaba a los niños. El padre de familia la violó en numerosas ocasiones.

«[Mi jefe] me preguntó, ‘¿No me quieres? Ven y siéntate en mi regazo», explica Rachel. «Entonces me llevó a una habitación que tenía un colchón en el suelo. Vio que estábamos solos y cerró la puerta con llave. Me tumbó en el suelo y dijo: ‘No tengas miedo. No soy tu padre».

Tras sufrir abusos físicos y sexuales durante prácticamente un año, Rachel consiguió escapar cuando convenció a un conductor de autobús de que la llevara hasta el pueblo de Matemwe y consiguió llegar hasta la comisaría. Ahora está recibiendo cuidados en un refugio.

«Nos llegan muchos casos de niños de Tanzania continental, niños pequeños que son violados por sus patronos», explica un agente que trabaja en la unidad de protección de menores de Zanzíbar: «No sabemos quiénes son los intermediarios que llevan a los niños hasta aquí, pero es un problema grave».

En la última edición del informe sobre trata de personas, publicado en 2017, el Departamento de Estado de Estados Unidos señaló que si bien Tanzania no cumple plenamente con las normas mínimas para la eliminación de la trata de personas «está haciendo esfuerzos considerables en ese sentido». El Gobierno investigó unos 100 posibles casos de trata en 2016 en comparación con los 12 que había investigado un año antes. Lo cierto es que los niños que intentan escapar de estos abusos solo pueden acudir al refugio de ActionAid , que tiene diez camas, ya que es el único sitio de Zanzíbar que les ofrece protección.

Después de que el patrón de Rose la encerrara en la letrina, una lugareña la ayudó a encontrar la comisaría más cercana y el Departamento de Bienestar Social la envió al refugio. Ahora se prepara para regresar a su casa.

El personal del refugio no cree que la historia de Rose sirva para que otras familias se lo piensen dos veces antes de mandar a sus hijos a Zanzíbar.

«Su familia no sabe lo que le ha pasado», indica al Ibrahim: «e incluso si comparte su historia con sus amigos y les dice que no vayan a Zanzíbar porque no les espera un trabajo real, no la creerán».

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=234219

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Unicef: Uno de cada 12 niños vivirá en extrema pobreza, dejará la escuela o morirá por la violencia

UNICEF / 26 de noviembre de 2017 / Autor: RT / Fuente: El Diario de Coahuila

Millones de infantes en todo el mundo están destinados a vivir un futuro peor que el de sus padres, advierte en pormenorizado estudio Naciones Unidas.

Unos 180 millones de niños, de 37 países, tienen más probabilidades de vivir en situación de pobreza extrema, dejar de ir a la escuela o morir por causas de violencia, que aquellos que vivían en esas mismos lugares hace 20 años.

La advertencia se desprende de un análisis realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), dado a conocer este lunes con motivo de la celebración del Día Mundial de los Niños.

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Las cifras indican que uno de cada 12 niños está destinado a vivir un futuro peor que el tuvieron sus padres, si no se hace algo al respecto.

Esto revela que el panorama mundial, en cuanto a condiciones de vida, ha ido empeorando, pese a progresos en la materia. De acuerdo con el informe  sobre el Estado Mundial de la Infancia en 2016, de la Unicef, se prevé que para 2030 unos 167 millones de niños estarán destinados a vivir en extrema pobreza.

«Mientras que la generación anterior ha sido testigo de una mejora sin precedentes en la calidad de vida de la mayoría de los niños del mundo, parece mentira que una minoría olvidada de infantes haya quedado excluida, por causas ajenas a ellos o a sus familias», dijo Laurence Chandy, director de Datos, Investigación y Políticas de Unicef, con motivo de la presentación del informe.

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De acuerdo al análisis de la Unicef:

  • El porcentaje de personas que viven con menos de 1,90 dólares al día se incrementó en países como Benín, Camerún, Madagascar, Zambia y Zimbabue.
  • En 21 países se han reducido las matriculaciones en la escuela primaria; en especial en los que tienen conflictos internos, entre los que se cuentan Siria y Tanzania.
  • En países como Irak, Libia, República Centroafricana, Sudán del Sur, Siria, Ucrania y Yemen, se han incrementado las muertes de menores de 19 años como producto de la violencia.

Al presentar estos resultados, Chandy calificó de «terrible» el que millones de niños vean reducida su calidad de vida «en una era de rápidos cambios tecnológicos», que generan enormes beneficios en la existencia de las personas.

Preocupaciones de los niños

La Unicef también dio a conocer los resultados de una encuesta que hizo en 14 países a niños y adolescentes de entre 9 y 18 años.

Terrorismo, violencia, cambio climático, conflictos internos, pobreza y el trato que se les da a refugiados y migrantes, son asuntos que también preocupan a los infantes.

Los niños señalan asimismo que no se respeta su derecho a decidir, en especial en Sudáfrica y Reino Unido.

Las cuestiones sobre las que desean que los dirigentes tomen medidas son el terrorismo, la educación precaria y la pobreza.

Los niños y adolescentes de Brasil, Nigeria y México son los más preocupados por la violencia contra ellos.

Los infantes encuestados en Turquía y Egipto son quienes más preocupación tienen por el tema del terrorismo.

Entretanto, los de Brasil y Nigeria son los más angustiados por la educación precaria o la falta de acceso a ella.

Fuente de la Noticia:

http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/internacional/2017/11/20/unicef-cada-ninos-vivira-extrema-pobreza-dejara-escuela-morira-violencia-692274.html

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México: Revelan violaciones de derechos humanos de 559 niños indígenas

México/22 de Noviembre de 2017/Cooperativa CL

Estudio de la Comisión Nacional de los DD.HH. halló «violencia física y psicológica» por parte de empleados de sistema de desarrollo integral.

Entre las vulneraciones se encuentran «diversas afectaciones a la salud y datos clínicos de desnutrición infantil».

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Save the Children pide al Gobierno de Afganistán el fin de los castigos físicos en los colegios

Afganistán / 12 de noviembre de 2017 / Autor: Europa Press / Fuente: El Economista

La organización no gubernamental Save the Children ha exigido al Gobierno de Afganistán que prohíba y ponga fin al castigo físico contra los alumnos en los centros educativos después de que un estudiante de secundaria muriera víctima de esta práctica en un colegio del norte del país.

«Es desgarrador que sucedan casos como este. El colegio es un lugar donde los niños deberían estar seguros y protegidos, sin temer por sus vidas», ha explicado el director de Save the Children en Afganistán, Onno van Manen.

Save the Children ha subrayado que, a pesar de que la legislación afgana prohíbe el castigo físico a los niños en las escuelas, los problemas persisten en su aplicación. «La muerte de este niño es un ejemplo extremo de lo que puede suceder cuando se permite que el castigo corporal continúe a pesar de que la ley diga lo contrario», ha señalado Van Manen.

«Tristemente, sabemos que esta situación no es un hecho aislado. La violencia como forma de castigo es muy común en muchas escuelas y hogares en Afganistán y debe detenerse», ha asegurado el responsable de Save the Children en Afganistán.

En su opinión, «no se puede tolerar la violencia en la escuela de ninguna manera. «Save the Children insta al Gobierno afgano a trabajar junto con todas las partes implicadas para poner fin al castigo corporal», ha afirmado.

El director de Save the Children en Afganistán ha subrayado la importancia de que el Ministerio de Educación «garantice que las escuelas afganas sean un lugar seguro para todos los niños y trabaje con profesores y padres para evitar el uso de cualquier forma de violencia física».

«La violencia no solo causa daño físico y emocional a un niño sino que también puede afectar a su bienestar y desarrollo a largo plazo», ha alertado Van Manen. En agosto, Save the Children publicó un estudio que pone de manifiesto los alarmantes niveles de violencia, abuso y abandono que aún sufren los niños en Afganistán.

El documento analizó las actitudes hacia la violencia y las prácticas dañinas contra los niños en cinco provincias de Afganistán, incluida una encuesta a casi 1.100 niños, padres, cuidadores y trabajadores de protección infantil.

Los resultados de este análisis revelaban, entre otras cuestiones, que nueve de cada diez niños habían experimentado alguna forma de violencia; el 40 por ciento habían recibido patadas, el 21 por ciento habían sufrido intentos de estrangulamientos y el 15 por ciento habían sufrido quemaduras o humillaciones. El estudio también señalaba que cuatro de cada diez adultos apoyan que los niños deben ser castigados físicamente para poder ser criados o educados adecuadamente

«El estudio mostró que los niños afganos están expuestos a altos niveles de violencia desde una edad muy temprana, lo que no solo obstaculiza su desarrollo físico y emocional, sino que también aumenta la probabilidad de que usen la violencia cuando sean adultos», ha señalado Van Manen.

«Es un círculo vicioso que causa un daño tremendo a los niños en todo el país, muchos de ellos ya viven en un contexto desafiante y a menudo inseguro. Los niños deben ser apoyados y protegidos por sus familias, comunidades y maestros para que puedan disfrutar de una infancia segura y feliz», ha concluido.

Fuente de la Noticia:

http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/8728721/11/17/Save-the-Children-pide-al-Gobierno-de-Afganistan-el-fin-de-los-castigos-fisicos-en-los-colegios.html

Fuente de la Imagen:

http://www.namnewsnetwork.org/v3/spanish/read-photo.php?id=MTA5OTY=

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El maltrato infantil que empieza con el primer azote

Por: Lola Hierro

Unos 300 millones de menores entre dos y cuatro años en el mundo sufren castigos físicos o psicológicos en casa. Un informe de Unicef desvela los tipos de violencia actuales contra la infancia y la adolescencia.

— «Una cosa es moler a palos a un crío y otra, pegarle un azote suave en el culo».

— «Hay veces en las que un bofetón a tiempo evita males mayores».

— «Creo que la violencia física debe usarse, pero como última opción».

¿Cuántas de estas afirmaciones se han escuchado en una conversación cualquiera con adultos? ¿Con cuántas ha estado de acuerdo? Si cree que con una, o con más de una, lea y piense en estas otras: 300 millones de niños de dos a cuatro años de todo el mundo —es decir, unas tres cuartas partes— sufren castigos físicos y/o psicológicos por parte de sus cuidadores en el hogar. En 30 países, otros seis de cada diez de un año de edad están sometidos a algún tipo de disciplina violenta de manera sistemática en casa. Y cerca de uno de cada 10 recibe un golpe o una bofetada en la cara, la cabeza o los oídos. Los adultos, parece ser, tenemos la mano muy larga y dan fe de ello niñas como Jenny, que son solo tres años vive en un hogar de acogida en El Alto (Bolivia) tras ser encontrada viviendo en las calles después de haber sido maltratada por sus padres.

Estos datos pertenecen, con otros muchos, al último informe mundial del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), publicado este miércoles. Su título es Una situación habitual: violencia en las vidas de los niños y los adolescentes e intenta arrojar luz sobre la magnitud de los distintos tipos de violencia que los menores sufren en todas las etapas de su infancia y en todos los entornos. Su contenido no da respiro. Lo que demuestra es un hecho rutinario y aceptado: según este estudio, al menos 1.100 millones de cuidadores —o algo más de uno de cada cuatro— creen que el castigo físico es necesario para criar adecuadamente a un pequeño pese a que la Convención de Derechos del Niño de las Naciones Unidas, de 1989, enfatiza que ninguna forma de violencia es admisible. Las metas 5 y 16 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible también mencionan la necesidad de acabar con el maltrato infantil.

MORIR EN BRASIL POR EL COLOR DE LA PIEL

PATRICIA PEIRÓ

El riesgo de ser asesinado en Brasil se multiplica por tres para los negros y mestizos, y es uno de los cinco países del mundo con la tasa de homicidios adolescentes más alta (59 muertes por cada 100.000 habitantes). En lo más alto de esta clasificación le acompañan otras cuatro naciones latinoamericanas: Venezuela (97), Colombia (71), El Salvador (66) y Honduras (65). La mitad de las muertes violentas de jóvenes entre 10 y 19 años que se registraron en 2015 en todo el mundo sucedieron en la región latinoamericana y caribeña, a pesar de que estos territorios comprenden tan solo un 10% de la población adolescente global. >>Sigue leyendo

Si la violencia en el hogar por parte de los cuidadores está a la orden del día, no es menos preocupante la que se ejerza en los centros escolares. Aún hoy, la mitad de la población de niños en edad escolar —732 millones— vive en países donde el castigo corporal en la escuela no está completamente prohibido. El bullying, por su lado, afecta a unos 130 millones de adolescentes de entre 13 y 15 años. En el último cuarto de siglo se registraron 59 tiroteos en las escuelas de 14 países y casi tres de cada cuatro fueron en Estados Unidos.

Las muertes violentas por homicidio o a consecuencia de un conflicto armado también se tienen en cuenta: cada siete minutos, un adolescente es asesinado en un acto violento en el mundo. Aunque las cifras globales disminuyen, en la región de América Latina y el Caribe la tendencia es la contraria, y en 2015 casi la mitad de todos estos homicidios se dieron allí. El estudio llama la atención sobre la importancia de la raza o el sexo a la hora de ser víctima de un asesinato. Ejemplo clarificador es el de Estados Unidos, donde los varones negros no hispanos de 10 a 19 años tienen casi 19 veces más probabilidades de ser asesinados que los blancos no hispanos de la misma edad. De hecho, en 2015, el riesgo que tenía un adolescente negro no hispano en Estados Unidos de ser asesinado por homicidio era el mismo que tenía un adolescente de Sudán del Sur de ser asesinado debido a la guerra que sufre el país.

Honduras es ejemplo paradigmático de los riesgos que sufren los adolescentes para ir a la escuela, que ya no son lugares de aprendizaje seguros sino que se han convertido en territorios de reclutamiento para las pandillas. Muchos menores corren el riesgo de ser reclutados, amenazados, maltratados, atacados e incluso asesinados. El ciclo de violencia aumenta las tasas de deserción escolar, ya que los niños temen continuar su educación. Javier y Jesús, ambos de San Pedro Sula, sufren a diario esta realidad. El primero, de 10 años, vive con su abuela después de que su padre y sus cinco tíos fueran asesinados por una banda. Él no ha sido amenazado pero tiene amigos que sí. Jesús, de 15 años, iba a un colegio situado en un barrio donde las peleas entre pandillas rivales son frecuentes. A los 12 fue agredido y eso le llevó a dejar los estudios. Poco después, su mejor amigo murió asesinado. Ahora asiste a un centro ubicado en el límite entre los dos territorios de estas bandas, donde puede aprender el currículo escolar a través de internet.

Estamos aún en proceso de asumir que un niño tiene que estar protegido de cualquier violencia, incluida la de la familia

BLANCA CARAZO, UNICEF

Por último, el informe se ocupa de la violencia sexual. En 38 países de ingresos bajos y medianos, 17 millones de mujeres adultas reconocieron haber sido forzadas a mantener relaciones cuando eran niñas. Y solo en 28 países europeos, alrededor de 2,5 millones de mujeres fueron violadas o agredidas antes de los 15 años. Nueve de cada diez, además, dijeron que habían sido forzadas por personas de su entorno (familiares, pareja…). También hay rostros y dolor real detrás de estos números. El de Rosie, nombre ficticio para una jovencita de la República Dominicana que sufrió abusos sexuales por parte del novio de su madre. Al cabo de los años, ya adolescente, tuvo valor para contarlo y hoy sigue tratándose sus heridas psicológicas. Ella al menos no quedó embarazada, como sí le ocurrió a la sierraleonense de 14 años Mery, nombre falso también. Fue violada por un hombre mayor de su pueblo y ha tenido que dejar la escuela hasta que dé a luz. «No me siento bien porque soy solo una niña pequeña», dice.

¿Por qué seguimos pegando a los niños?

Pegar es un problema de arraigo cultural y de reproducción de patrones experimentados en el seno familiar desde la infancia. «Aunque ahora haya otros mensajes, si los adultos actuales vivieron los castigos corporales como algo normal, sigue quedando esa pautas en el comportamiento», indica Blanca Carazo, del Comité Español de Unicef. Otro apunte: la madre de uno de cada cuatro niños —unos 176 millones— es víctima de violencia por parte de su pareja.

Además, apunta la experta, no en todos los países existen mensajes claros sobre la disciplina violenta. «El discurso es reciente, la declaración sobre los derechos del niño, también; estamos aún en proceso de asumir que un niño tiene que estar protegido de cualquier violencia, incluida la de la familia», denuncia la experta.

Sin datos del alcance real

El informe pone de relieve que se progresa en la concienciación y en la reducción de la violencia contra los niños. No obstante, la falta de información dificulta conocer el verdadero alcance del problema. Aunque aumenta, la disponibilidad de información sigue siendo muy baja, así que es difícil obtener una imagen fiable de la evolución. Para Carazo es algo que se retroalimenta: «Como no hay datos, no es fácil visibilizar la problemática y lograr que se destinen recursos a combatirla. Y como no está en las agendas políticas, no se prioriza y seguimos sin tener datos». «Se trata de un tema muy delicado, son  tabúes o a los que no se da importancia», explica otra de las expertas del Comité Español, Almudena Olaguibel. «A los niños no se les suele creer, o se minimiza lo que cuentan». Prueba de ello es que solo un 1% de las niñas que han sufrido violencia sexual se atrevieron a buscar ayuda. Al final, el resultado es que se justifican comportamientos hacia un menor que no se tolerarían en un adulto.

SIETE DE CADA DIEZ PADRES ARGENTINOS SON VIOLENTOS CON SUS HIJOS

MAR CENTENERA

Cada día se registran 85 denuncias por maltrato infantil de media en la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 40% de la población de Argentina. La mayoría son por casos graves —palizas, abusos sexuales y abandono— y no contemplan otras formas de violencia invisible, ejercida contra los niños en millones de hogares. Gritos, bofetones, insultos, azotes y sacudidas forman parte de los métodos de de disciplina aplicados por los padres a sus hijos en siete de cada diez familias argentinas. >> Sigue leyendo

¿Qué hacer?

Para paliar estas carencias, la organización ha desarrollado varias acciones en los últimos años, entre ellas la nueva #STOPViolenciaInfantil, y la más veterana #EndViolence, en la que han participado ilustres como David Beckham y que dispone de una herramienta en Internet para denunciar agresiones. En la actualidad, se ha logrado que el número de países con datos comparables sobre disciplina violenta haya aumentado de 39 a 79 desde 2005, por ejemplo.

Eliminar todas las formas de violencia contra los niños pasa por preguntarse si de verdad un castigo físico es efectivo. Para Carazo, sucede al contrario: «Las víctimas de castigos físicos no se desarrollan bien. Posteriormente sufrirán problemas para relacionarse y tenderán a replicar esos comportamientos violentos. Y no hay nada que avale que un castigo físico es más eficaz que otro».

Unicef aboga por cambiar las normas. Para ello es importante promover y dar a conocer a los padres otras formas de disciplina basadas en el refuerzo positivo y en transmitir lo que está bien y lo que está mal desde la no violencia. «También nos sirve a los mayores, pues en nuestra manera de resolver conflictos en la vida diaria no siempre es pacífica», opina Carazo. Una de las claves es el tiempo, tiempo para transmitir valores y conocimientos a los hijos y alumnos; para hablar, razonar, y crear un clima de intercambio de opiniones en el que los niños se puedan expresar.

Desde el punto de vista institucional, es importante fortalecer los marcos jurídicos promulgando nuevas leyes y haciéndolas cumplir para proteger a los niños. Unicef también destaca la necesidad de fijar estrategias de prevención, entre ellas la limitación del acceso a las armas de fuego, e implementar más servicios sociales para responder a las necesidades de niños y adolescentes.

Devuelven el optimsmo ejemplos como el de  Edward, de Uganda. Su padre no le prestaba ninguna atención y su madre era demasiado estricta. Él tuvo una infancia complicada pero, al menos, rompió la maldición y hoy es un solícito progenitor con su hijita Vera Edna, de siete años, y el resto de su prole. Cuando miro a mis hijos, los tomo como mi tesoro. Me aseguro de que su entorno en el hogar y la escuela sea seguro», afirma.

27.100 MENORES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA EN ESPAÑA

La violencia en España existe, igual que existe en el resto del mundo. Unicef maneja cifras del Registro Unificado de Maltrato Infantil (RUMI), una base de datos en la que se recogen notificaciones de sospecha de violencia en el ámbito familiar por parte de profesionales que tienen contacto con menores, como servicios sociales, policía, educadores y sanitarios. En 2015 se notificaron 13.818. Más reciente es la información extraída del Ministerio de Interior: en 2016, 27.100 niños fueron víctimas de delitos que implican algún tipo de violencia, según las denuncias recogidas por los cuerpos de policía nacional y autonómicas y la Guardia Civil. De estas, 5.523 fueron víctimas de delitos graves en el ámbito familiar. «Hay que poner estos datos en relación con los del RUMI, que son sospecha, frente a estos que son denuncias firmes», detalla Almudena Olaguibel, del Comité Español de Unicef.

Otros 4.393 menores fueron victimas de delitos contra la libertad e indemnidad sexual en España, que engloba acoso, agresión, pornografía y otros a través de redes sociales con componente sexual. «Llama la atención que los niños y adolescentes suponen casi la mitad de todos los delitos contra la libertad sexual e indemnidad, cuando no son ni la mitad de toda la población española», resalta la experta. Por último, otros 26 menores murieron a causa de agresiones y otros 28 fueron localizados como víctimas de trata con fines de explotación sexual, dos de explotación laboral y tres que iban a ser casadas a la fuerza

Estas cifras aumentan con relación a las recogidas en periodos anteriores, pero para la experta de Unicef no es algo negativo. «Tenemos cada vez más datos, y aunque hay que cogerlos con pinzas, vemos que ocurre lo mismo que con la violencia hacia la mujer: tener más casos no significa que haya aumentado el maltrato, sino que los mecanismos de denuncia se van poniendo en marcha».

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/10/31/planeta_futuro/1509452811_194730.html

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Como un salto al vacío

Por: Carolina Vásquez Araya

Al salir de la niñez, los seres humanos ingresan en un mundo tan plagado de amenazas como de posibilidades. El color del espectro dependerá, entonces, no solo del nuevo entorno sino de cómo se ha vivido la niñez desde el momento del nacimiento; si fue una feliz llegada al mundo o estuvo rodeada de pobreza, amenazas y violencia. Si durante el transcurso de los primeros años hubo amor  o una carencia profunda de nutrición emocional y física, elementos indispensables para garantizar el desarrollo adecuado del nuevo ser. De acuerdo con los Informes de Desarrollo Humano de los años recientes, en Guatemala la niñez es uno de los segmentos poblacionales más castigados por la pobreza y el abandono. Del universo infantil, las niñas son quienes sufren mayores carencias y abusos.

La idea de una adolescencia feliz es -en los países con mayores deficiencias en su manejo de los asuntos públicos, como Guatemala- una burla desde todo punto de vista. Las políticas educativas dependen de la voluntad de sectores opuestos al desarrollo humano, porque su atención y esfuerzos están centrados en obtener los mayores beneficios posibles del manejo de los haberes del Estado y de las riquezas nacionales. Una sociedad educada, preparada y potencialmente fuerte en términos de ciudadanía representa una amenaza que no figura en los planes de quienes detentan el poder.

Lo anterior, deslizado muy hábilmente como política de Estado, ha representado la eliminación de institutos vocacionales para jóvenes que emergen de una niñez con baja cobertura educativa y programas inadecuados para enfrentar los desafíos de un mundo cambiante. De ese modo, sus aspiraciones de alcanzar sueños de vida capaces de eximirlos del triste destino de integrar huestes de desempleados, se ven aniquiladas incluso antes del intento.

Las cantidades obscenas de dinero de las arcas públicas desviadas hacia los bolsillos de quienes han hecho feria del presupuesto de la nación revela de manera inequívoca que esa estrategia de oscurantismo educativo es efectiva, porque produce una especie de vacío entre los operadores político/económicos y el resto de la población cuya capacidad de reacción ha sido prácticamente abolida, incluso entre sus estratos más privilegiados. Ante la cruda realidad de la corrupción y el crimen organizado, la ciudadanía parece preferir el estatus a un cambio radical cuyas consecuencias son impredecibles. Y los tiburones, satisfechos, aprovechan el temor de sus víctimas nutriéndose de su sangre.

De ahí que sea conveniente apagar el fuego juvenil incluso antes de prender. Quitarles la savia, rodearlos de obstáculos para su desarrollo y mantenerlos en un estado de perenne frustración en donde cualquier oferta de trabajo mal pagado les parezca una puerta al paraíso, son estrategias puntuales sacadas de un tratado de la más vil ideología de la explotación. La juventud se debate, entonces, entre lo poco legítimo a lo cual tiene acceso y la abundante oferta de organizaciones criminales, cuyos intereses prevalecen por encima de los objetivos comunes de una población abandonada.

Surgir de una niñez plagada de carencias -para el 60 por ciento de la ciudadanía- malnutrida, violentada y sin perspectivas, para ingresar de golpe en una etapa de adolescencia y juventud más amenazante aún, es la vida diaria de miles de guatemaltecos. Niñas madres a los 12 años, niños sicarios capaces de asesinar por dinero, jóvenes transformados en monstruos por una sociedad que prefiere aplicarles la pena de muerte a luchar por ofrecerles educación y trabajo, es la fórmula perfecta para el fracaso.

ROMPETEXTO: Jóvenes enfrentados a un mundo que los rechaza y los margina, es componente toral de la crisis.

Blog: http://www.carolinavasquezaraya.com
@carvasar

Fuente: http://iberoamericasocial.com/salto-al-vacio/

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Honduras: Aumenta el número de casos de maltrato infantil.

CentroAmérica/Honduras/04.07.2017/Autor y Fuente: http://lahora.gt

Los casos de maltrato contra personas menores de edad muestran un aumento significativo a nivel nacional, según estadísticas del Organismo Judicial, que hasta junio de este año registró un total de *708 casos. Hace nueve años, el número era mucho menor.

_Recuadro 1 Nac2_1 LAPEn 2009, cuando se tipificó el delito de “maltrato contra personas menores de edad” en la Ley Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas, 26 casos ingresaron a distintos órganos jurisdiccionales.

Norma Ramírez, fiscal de la sección adjunta de la fiscalía de Niñez y Adolescencia del Ministerio Público (MP), afirma que uno de los motivos por los cuales se reportan más hechos de maltrato se debe a que la población tiene más cultura de denuncia, en relación a años anteriores.

“Los derechos de los niños se han visibilizado. Tenemos casos de papás que, por corregir a los niños, los golpean y los maltratan. En muchos lugares es común que papás golpeen a sus hijos por corregirlos, pero no se puede permitir que por aplicación de costumbres maltraten así a los niños”, explica Ramírez.

La fiscal también apunta la necesidad de ampliar el personal de la Fiscalía de Niñez y Adolescencia por el volumen de denuncias que ingresan diariamente. Actualmente, explica, únicamente se cuenta con dos agencias y ocho auxiliares fiscales para investigar el delito de maltrato contra personas menores de edad, con competencia únicamente en municipios de la ciudad capital.

PADRES, PRINCIPALES AGRESORES
La fiscal de sección adjunta estima que en el 85 por ciento de los casos de maltrato contra personas menores de edad el agresor es uno de los dos padres de familia o una persona muy cercana al hogar.

Miguel Álvarez, de la Comisión Nacional contra el Maltrato y Abuso Infantil (Concami), señala que el hogar debería ser un espacio ideal de protección. No obstante, en la práctica se constituye como un lugar de riesgo permanente para gran parte de la niñez guatemalteca.

CRUELDAD SE INTENSIFICA
Álvarez señala que, además del aumento de las denuncias, es preocupante la crueldad con la que muchos niños y niñas son maltratados en Guatemala.

“Nos llama mucho la atención la saña que se utiliza para violentar a los niños. Cuando nosotros hablamos de violencia física, cuando usted va a ver registros de hospitales, lo primero que se da es fracturas craneoencefálicas, incluso en niños y niñas menores de 5 años”, dice el experto.

Según Álvarez, la niñez vive en condiciones de riesgo porque los adultos suelen ver a niños y niñas como un objeto, “y no como sujetos sociales de derechos. A los niños se les trata como que fueran propiedad de los adultos”.

*El último dato que reportó el OJ es hasta el 14 de junio del presente año.

Fuente: http://lahora.gt/aumenta-numero-casos-maltrato-infantil/

Imagen: http://lahora.gt/file/2017/07/Nac2_1.jpg

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