Ecuador – España / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Christian Orozco / Fuente: Nueva Revolución
Una sociedad que sustituye bienestar por beneficio es el exponente de una sociedad en grave decadencia.
José Luis Sampedro
¿Alguien está a favor de dejar de enseñar a Copérnico o Newton en las facultades de física? ¿Alguien pensaría que es lógico dejar de explicar la Teoría de la Evolución de Darwin en una carrera de biología? ¿Alguna persona osada creería que en las aulas de las facultades de filosofía no se debería transmitir a los estudiantes los planteamientos de Platón o Aristóteles con el argumento de que éstos son anticuados?
Pues muy bien, como cabría esperar, cualquier persona con un mínimo de sentido común respondería que no, respondería que es un disparate descomunal descartar de los programas académicos a verdaderas eminencias en sus respectivos campos. Lo que a todas luces es un despropósito en ámbitos como la física, la química, la biología o la filosofía; no ocurre lo mismo con la carrera de economía. A todos aquellos que la hemos cursado (y padecido) bien sabemos que hay autores, corrientes, doctrinas económicas que en el mejor de los casos se ocultan, y en el peor se vierten anatemas contra ellos desde el desconocimiento absoluto de los mismos. Casualmente, dichos autores, corrientes y doctrinas generalmente plantean formulaciones alejadas del dogma neoliberal y keynesiano. La Universidad, y especialmente las facultades de economía se han ido convirtiendo con el paso de los años en importantes centros de adoctrinamiento ideológico capitalista, incluso las instituciones públicas no se han escapado de este proceso. Nada nuevo bajo el sol, parafraseando a Marx, las teorías económicas dominantes no son más que las teorías económicas de una clase dominante.
¿Y qué decir de los exámenes y trabajos académicos? Para poder aprobar hay que mentir, y para mentir hay aprenderse muy bien los argumentarios económicos de la derecha reaccionaria o de la izquierda descafeinada
Tener un pensamiento crítico con el sistema económico vigente es “peligroso” en estos lugares. Plantear que la economía es una ciencia que debe buscar el máximo bienestar de las personas, especialmente de las más empobrecidas no está bien visto. Palabras como marxismo, feminismo o ecologismo son ajenas, salvo contadas ocasiones, entre las paredes de estas facultades. ¿Quién se va a estar fijando en el deterioro de las condiciones de vida de las clases populares cuando con unas sencillas formulas podemos maximizar los beneficios y minimizar los costes de una empresa? ¿Para qué?
¿Y qué decir de los exámenes y trabajos académicos? Para poder aprobar hay que mentir, y para mentir hay aprenderse muy bien los argumentarios económicos de la derecha reaccionaria o de la izquierda descafeinada. Así pues, unas inteligibles fórmulas a los ojos de un lego en la materia, nos dicen, dan como resultado las siguientes conclusiones, todas ellas científicas, sin mácula de contaminación ideológica alguna: tanto el salario mínimo como los sindicatos destruyen empleo puesto que crean rigideces al mercado de trabajo. Hay que privatizar la sanidad porque todos los centros públicos son ineficientes. Hay que avanzar hacia un sistema privado de pensiones porque el sistema público es insostenible. Los mercados de competencia perfecta existen, y en ellos todos los empresarios son precio-aceptantes… Suma y sigue.
Estructuralmente el cambio ha sido paulatino, pero no se ha detenido, siendo el Plan Bolonia una de los hitos más destacables de este deterioro, los programas académicos cada vez pretenden tener una imagen más científica y apolítica, sin embargo, lo son a un más, pero siempre en defensa de los intereses de las oligarquías. Así, donde antes se hablaba de clases sociales ahora hay robinsoncrusoes autónomos e independientes, donde antes había asignaturas de Economía Planificada ahora hay tres asignaturas de finanzas, donde antes se estudiaba El Capital de Karl Marx ahora se ha sustituido –en el mejor de los casos– por El Capital de Thomas Piketty, donde antes había Sociología e Historia del Pensamiento Económico ahora hay asignaturas de Emprendimiento y Marketing. El utilitarismo y el individualismo metodológico recorren las facultades de economía, y las perspectivas no son halagüeñas. Ni siquiera la terrible crisis que ha experimentado el mundo desde 2008 ha hecho que los programas académicos se modifiquen ni en una sola coma. La Universidad presenta una ceguera avanzada y parece que se agrava.
Afortunadamente, no solo en España sino también a nivel mundial se han conformado distintos proyectos, asociaciones y agrupaciones[1] de estudiantes (principalmente), profesores, investigadores críticos con este modelo de pensamiento único. Un movimiento imparable que solo busca una cosa: máxima pluralidad en la enseñanza de la economía. Simplemente afirma que de la misma forma que un científico que se precie debe conocer la Teoría de la Relatividad de Einstein o el Principio de Incertidumbre de Heisenberg; un científico social, un economista completo en este caso, debe saber que es la tasa de plusvalía, como se han conformado las cadenas globales de cuidados, o que es la huella ecológica.
[1] Uno de los principales colectivos internacionales que persiguen este objetivo es International Student Initiative for Pluralism in Economics (ISIPE), el cual agrupa a más de setenta asociaciones de estudiantes de económicas repartidas por más de treinta países distintos, y según afirman es su página web: “No es sólo la economía mundial la que está en crisis. La enseñanza de la economía también está en crisis, y esta crisis tiene consecuencias que van más allá de la universidad. Lo que se enseña en la universidad moldea la mentalidad de las próximas generaciones de políticos y, por tanto, da forma a la sociedad en que vivimos.”
El año pasado nos enteramos a través de los medios de comunicación de que al Gobierno de la Ciudad se le “había ocurrido” una idea para resolver la falta de docentes, y que si creaba una universidad a tal efecto podría resolver esa problemática. Esta ocurrencia va de la mano del cierre de 29 instituciones de formación docente. Con este propósito, presentó un proyecto de ley, sin ningún sustento teórico/técnico, lejos de ser construido a partir de estudios o diagnósticos que lo sostengan y más lejos aún de ser el resultado de consultas y discusiones con la comunidad educativa.
Esta modalidad de anunciar ideas inesperadas y repentinas sobre cuestiones importantes y vitales para el sistema educativo no es nueva, vale recordar la propuesta sobre la Escuela del Futuro. Comparten aspectos comunes: son técnicamente débiles, no se sustentan en diagnósticos ni estudios serios. Son decisiones rápidas, efectistas, cosméticas y alejadas de cualquier instancia de consulta y que en cualquier otro país (siempre les gusta apelar a la experiencia internacional como garantía de seriedad) llevaría más tiempo de trabajo.
La creación de la Unicaba es producto de un marketing pedagógico, típico de este gobierno, que necesita reducir y desconocer los conflictos y procesos que involucran decisiones de este tamaño y que niega a los sujetos involucrados y en este caso también las experiencias y saberes construidos a lo largo de décadas en los profesorados. Pareciera que no es necesario discutir las políticas de formación, desarrollo profesional y carrera docente como una totalidad. En vez de eso, el enfrentamiento con el sector sindical es garantía de “éxito” para cualquier resolución que se tome. El desconocimiento acerca de la complejidad del asunto y la modalidad de abordarlo están más cerca de la ignorancia y de la soberbia que de cualquier otra cosa.
En el proyecto presentado se pueden inferir varios supuestos. El primero es que la formación universitaria es mejor que la que se recibe en los institutos, el segundo es que una oferta universitaria es más atractiva para los jóvenes; el tercero es que los diez años de la gestión macrista no se relacionan con la falta de maestros (el sistemático y sutil desprestigio hacia el maestro impulsado desde el Gobierno, las magras ofertas salariales fuera de los encuadres normativos pautados, la responsabilización a los educadores por los resultados de aprendizaje, la demonización de sus dirigentes gremiales, etc.) y, por último, “olvida” que los planes de estudio actuales elaborados por esta gestión no solo incrementan la carga horaria sino que incorporan la práctica escolar desde el inicio de la formación, y que en la Ciudad existen universidades públicas con amplia experiencia en esta materia.
Pero la propuesta no resiste ninguna discusión desde el punto de vista de la política educativa. No va por ahí la cuestión. Decididamente, han sido “muy buenos” en reducir el problema e instalarlo en la opinión pública apelando a que “lo bueno” es lo universitario y lo deficitario es lo que hay (aunque las actuales políticas gubernamentales para las universidades nacionales no acompañen este efectista eslogan) y que “lo bueno” es cambiar, aunque implique destruir y desconocer 29 instituciones. Ese es el tono simplista y vacío que eligen dar a sus argumentaciones a través de un efectivo despliegue comunicacional. Así, el “producto Unicaba” se instala de modo eficaz y desecha tanto el estudio y el análisis crítico de diversas estrategias formativas como también cualquier instancia de debate.
Queda el reto de discutir este proyecto en una Legislatura con mayoría propia, que se tienta con reforzar la idea de que se puede hacer cualquier cosa a partir del voto mayoritario de los porteños. Ojalá podamos debatir diversos supuestos políticos pedagógicos sobre la formación de nuestros docentes e imaginar y proponer otras propuestas, dejando de lado la injusta y empobrecedora opción de cierre de 29 instituciones educativas.
08 octubre 2017/Fuente:eluniverso /Autor: María Gisel Acosta
El gurú en marketing de contenidos Guy Kawasaki comparte sus ideas y experiencias en el congreso de innovación TIDCO que se realizó el 4 de octubre en el Centro de Convenciones de Guayaquil. En la década de 1980 colaboró con Apple para ‘evangelizar’ el uso de computadoras Macintosh. Ahora Kawasaki es un experto en marketing de contenidos y startups.
¿Cuál es la diferencia entre el marketing de contenidos y el marketing tradicional?
El tradicional busca vender, está relacionado con la publicidad, el precio y las características de un producto. El de contenidos está relacionado con la educación. Te pongo un ejemplo: si quieres mercadear el turismo en Ecuador, el enfoque del marketing tradicional sería sobre descuentos en hoteles, comida, y otros, es decir, un enfoque sobre precios. El enfoque del marketing de contenidos te presentaría cómo se elabora el chocolate, te describiría la historia de Ecuador, te señalaría los destinos turísticos del país; es decir, sería un enfoque educativo. La premisa es: si educas a las personas despertarás en ellas el interés por visitar Ecuador.
¿Por educación se refiere a brindar a las personas una información adicional que antes desconocían, o a darles información sobre un servicio o beneficio?
Es más lo primero que lo segundo. En el ejemplo que te referí el objetivo es educar sobre el chocolate, sobre la historia, porque si una persona conoce sobre el país, se interesará en él y lo visitará.
¿Crees que para incursionar en este segmento de marketing hay que desechar ciertos conceptos del marketing tradicional?
El marketing de contenidos no trata sobre precios y promoción; trata sobre educación e ilustración. Es priorizar la educación antes que la publicidad.
¿Entonces la publicidad dejó de ser importante?
No, tampoco así. Los dos tipos de marketing se usan, y cada cual tiene sus fines. Por ejemplo, la revista de una aerolínea informaría a los pasajeros de un vuelo que viajan por turismo a Ecuador sobre los 10 atractivos que hay que visitar, pero también sobre paquetes turísticos, lugares que ofrecen descuentos, y así. Obviamente, hay empresas que usan más un tipo de marketing antes que el otro.
¿Como cuáles?
Para las startup (empresas emergentes) el marketing de contenidos es más fácil y barato que el tradicional. Las empresas grandes tienen el presupuesto para pautar publicidad en un canal de televisión; las startups no. Ellos no pueden competir con marketing tradicional, pero sí con el de contenidos. Te cuento lo que pasó con mi startup, Canva: nosotros usamos marketing de contenidos para enseñar a las personas a hacer grandes diseños. Cómo elegir la tipografía, el color, imágenes, todo eso. Esos principios de diseño también están vinculados con el marketing de contenidos.
¿Y cuál es la relación del marketing de contenidos con tu filosofía de evangelizar?
Evangelizar proviene del término griego ‘traer buenas nuevas’. La práctica de evangelizar busca posicionar a las buenas noticias como contenido. Entonces yo diría que el marketing de contenidos es una herramienta para concretar la evangelización. (I)
Fuente de la entrevista: http://www.eluniverso.com/noticias/2017/10/07/nota/6418480/marketing-contenidos-trata-sobre-educacion
Fuente de la imagen: http://www.eluniverso.com/sites/default/files/styles/nota_ampliada_normal_foto/public/fotos/2017/10/10529147.jpg?itok=XRA
El próximo lunes 19 de junio finaliza la inscripción para los cursos de elearning que ofrece la plataforma de Perfil Educación . La educación a distancia permite acceder a la capacitación continua con gran flexibilidad horaria y sin salir de tu casa. Por esa razón, Editorial Perfil presenta 10 cursos para estudiar Periodismo, Community Manager, Comunicación Institucional, Marketing y Fotografía.
Los cursos duran un mes y están preparados con clases especiales que ofrecen contenido audiovisual, material de lectura, foros y chats para estudiar en cualquier momento y en el lugar en el que te encuentres.
Los cursos son ciento por ciento online . Toda la información está disponible en www.perfileducacion.com
Estos son los cursos de Perfil Educación:
Comunicación Institucional: Sus destinatarios son personas que trabajen en áreas de comunicación o relaciones públicas de empresas, organizaciones del estado y ONGs, o que se desempeñen en consultoras o agencias de comunicación. Dictado por Mariana Jasper, socia fundadora de Alurralde, Jasper y Asociados .
Periodismo Digital: Está dirigido a todos aquellos interesados en conocer el periodismo digital , ya sea estudiantes o egresados de Comunicación Social y Periodismo o carreras afines que puedan confluir en el periodismo online. Dictado por María José Bonacifa, editora de Perfil.com .
Edición de Revistas : Destinado a estudiantes de Comunicación Social o Periodismo y periodistas que deseen aprender a editar una revista de actualidad . Desde la organización de la redacción, la producción de notas y el armado de tapa. Dictado por Alejandra Daiha, editora ejecutiva de la revista Noticias .
Periodismo Deportivo: Dirigido a estudiantes de Periodismo o periodistas, y también a los apasionados por los deportes que quieran profundizar conceptos del periodismo deportivo . Dictado por Guido Glait, periodista de TyC Sport y ex editor de PERFIL , junto a Claudio Gómez , editor a cargo del Suplemento Deportes del diario PERFIL .
Introducción a la Fotografía: Dirigido a aquellos que se preguntan por qué las imágenes no quedan como se las imaginaron y desean conocer las herramientas de fotografía que tienen al alcance. Dictado por Facundo Iglesias, editor de Imágenes del diario PERFIL y fotógrafo especializado en soporte digital, retoque y montaje.
Periodismo Económico y de Negocios: Destinado a estudiantes o egresados de Periodismo y también a los interesados en Economía para comprender cómo funciona una revista de Economía y Finanzas como Fortuna. Dictado por Claudio Celano Gómez, edtior de la revista Fortuna .
Community Manager: Destinado a los interesados en el manejo de la comunicación de marcas, empresas y negocios en medios digitales y que desean aprender nociones de redes sociales . Dictado por Ariel Kogutek, socio y director creativo Agencia de Marketing Digital Interactivity.
Periodismo de Investigación: Brinda las herramientas básicas para comprender el proceso de elaboración de una investigación periodística , desde la hipótesis inicial, pasando por el acceso a fuentes, hasta la realización periodística. Dictado por Damián Nabot, editor jefe de Política de diario PERFIL .
Claves del Marketing Online: Dirigido a estudiantes, consultores y desarrolladores de negocios, ejecutivos de marketing, programadores interesados en potenciar sus negocios a través del marketing online . Dictado por Federico Poletto, gerente de Marketing Online de Editorial Perfil .
Contenidos Digitales para Marcas y Empresas : Dirigido a personas con conocimientos básicos de redes sociales que quieren crear contenidos para potenciar negocios a través del uso de la tecnología. Dictado por Ariel Kogutek, socio y director creativo Agencia de Marketing Digital Interactivity.
Amables promotores entregan folletos que presentan como material educativo sobre nutrición y diplomas con el logo de la empresa para los niños que se portan bien en la consulta. ¿Cómo entró y quién saca del hospital público a Coca Cola? Tal la pregunta que realiza Soledad Barruti en una de las notas de la nueva Mu, edición 102, que ya está en los kioscos, y que aquí reproducimos.
Datos: en un país en el que se consumen 80 litros de gaseosas per cápita, hay 620.000 niños de colegios primarios que reciben en la escuela el marketing de Coca Cola, que usa 6 hospitales públicos para promocionar sus productos.
Los visitadores de Coca Cola aparecieron en el Hospital Penna hace unos tres años. Para el médico Fernando D’Ippolito el programa empresario coincidió con un momento especial: recién recibido, estaba a suerte y verdad con su vocación, con esa atención lúcida de los estrenos que sirve para confrontar la teoría con lo que hay alrededor. Estaba haciendo la residencia en medicina general porque quería dedicarse a lo que se dedica ahora: la atención primaria de las familias que no tienen acceso a la salud porque básicamente no tienen nada: ni gas, ni agua segura, ni alimentos frescos, ni calles por las que transiten colectivos o ambulancias. Enseguida se dio cuenta de que había llegado al lugar perfecto.
A pocas cuadras del hospital está la villa 21-24, la más importante de la Capital Federal: entre Barracas y Pompeya, ocho manzanas donde viven 60 mil personas. Su trabajo se abrió como un caleidoscopio a las necesidades: guardias, internaciones, consultorios externos y hasta la supervisión de cursos y talleres de nutrición que estaba seguro podían mejorarles la vida. “Está entre los problemas más urgentes que tienen: el alimento y sus consecuencias. Estamos hablando de niños que almuerzan chicitos con jugo, siguen con un pancho, galletas y gaseosas. Comida, comida: con suerte a la noche”, dice D’Ippolito ahora en un tono que seguro no tenía tres años atrás: exhausto. No resignado, más bien sin fuerzas para activar las ganas; esa íntima tragedia que se detona cuando uno se cruza cada vez con algo peor. “No sabría decir bien por qué pero tengo los números que lo hacen evidente: desde que empecé las personas pesan más, no menos, sufren porque no pueden atender adecuadamente su diabetes o su hipertensión. Se esfuerzan, hacen lo que pueden, pero enseguida se desmoralizan. Más si son chicos”.
El esfuerzo y la frustración: eso veía una y otra vez, sobre todo cuando le tocaba una de las prácticas más simples y a la vez más importantes de pediatría, el control de talla y peso de los niños.
Fue en alguna de esas prácticas, un día de semana cualquiera, cuando se cruzó con la representante de la empresa por primera vez. Era una chica joven, y traía regalos; y en un hospital público como ese, donde siempre falta de todo, alguien que trae algo, lo que sea, es bien recibido. “Si no entendí mal se trataba de una nutricionista, y como suelen hacer los visitadores médicos, entregaba el material, pero antes pedía firma y sello”.
Material que entregaba la empresa dos años atrás: recetarios membretados con el logo de la marca. Coca Cola en rojo y abajo el blanco clásico para que el médico indique, ¿qué? ¿Un antibiótico? ¿Un calmante? ¿Una dieta?
“Pero peor es el otro: mirá”, dice D’Ippolito y muestra el diploma al buen comportamiento. “Hoy a …. se le otorga este diploma porque el Dr/Dra ….. le pidió que 1. Sacara la lengua, 2. Tosiera o 3. Respirara hondo; Y LO HIZO SIN LLORAR NI PROTESTAR”, dice el cuadro. Así: con los espacios a completar, las instrucciones, y las mayúsculas. Con un corazón sonriente y con el logo en cursiva de la marca, enfrentado a la firma del profesional que lo complete.
“Cuando lo recibí me alarmé”, dice. “Me alarmé porque es una marca directamente vinculada a las enfermedades que los médicos intentamos sanar, como la obesidad en los niños, y porque estaban entregando un certificado que aplaude la obediencia a una orden de conducta. Es Coca Cola diciéndole a un chico cómo se tiene que portar”.
En la guardia y en la escuela
Hoy el material que quedó de entonces no es el único que se puede encontrar en el hospital. En la entrada de la guardia que recibe 120 mil enfermos al año, Coca Cola dejó un almanaque 2016 que devela otras formas de publicidad no convencional que inevitable o estratégicamente llegan a ese target al que aseguran ellos ya no le hablan: los menores de 12. Entre las típicas acciones –cuidar el agua, reciclar envases, trabajar con las comunidades donde establecen sus plantas- el cuadernillo da cuenta también del concurso intercolegial de baile, Baila Fanta y del torneo intercolegial de fútbol, Copa Coca Cola. Dos acciones que se llevan adelante desde hace años, porque sirven a la marca para subrayar el mensaje al que más fuerte se abrazan: hay que moverse. No importa que una botellita de gaseosa tenga 66 gramos de azúcar: si los chicos bailan, saltan, corren atrás de una pelota hay quienes dicen que lo queman, le ganan a las calorías, no engordan, y pueden, al otro día, seguir tomando.
Vida activa, vida saludable, vida feliz.
Eso recalcan también en el programa de educación con el que lograron desde 2008 ingresar a las escuelas públicas de 16 provincias con un alcance estimado en 620 mil niños. Dale juguemos se llama y fue desarrollado por la marca a través de la Fundación Alimentaria y avalado por el Comité Olímpico y la Federación Argentina de Cardiología. “Con el consentimiento de autoridades educativas provinciales, se capacitan docentes y se entrega material áulico y deportivo para los recreos. Son las autoridades escolares y sus docentes quienes implementan el programa. De acuerdo a nuestros lineamientos globales de marketing responsable, este programa se realiza sin presencia de nuestras marcas frente a los alumnos”, asegura Francisco Do Pico, que hace un año pasó de encargado de comunicación de Monsanto a ocupar un sillón similar en Coca Cola, en donde parece que no creen que algo que dice que fue hecho “para Coca Cola Argentina” tenga presencia de marca.p
Insólito.
“Aunque no más que lo que me enteré después”, dice D’Ippolito abriendo la puerta a un enigma que nadie parece dispuesto a resolver:“Las visitadoras de Coca llegan al hospital casi todos los meses. No se sabe quién las deja entrar ni cuál es el propósito: entregan folletos, hablan con los médicos, recopilan firmas y sellos. Tal vez hacen estudios de mercado. O estadísticas. O buscan hospitales aliados, ¿cómo saberlo?”.
Les preguntamos.
“Coca-Cola de Argentina brinda exclusivamente información sobre los ingredientes de sus productos. El principal objetivo del relacionamiento con los profesionales de la salud es escucharlos y responder a sus inquietudes respecto a los productos e ingredientes del portafolio de la compañía, siempre mediante información basada en la evidencia científica disponible y explicada por profesionales de la salud”, dice Do Pico, no sin antes aclarar que visitadores médicos no son porque para Coca, “la función de un visitador médico es promover fármacos de venta bajo receta, para así lograr la prescripción médica de los mismos. A tal efecto son contratados por laboratorios farmacéuticos”.
En el consultorio
El Hospital Penna, el Fernández, el Gutiérrez, el Garrahan, el Güemes y el Italiano: Coca Cola logra ingresar a todos, y en todos, los médicos -principalmente los pediatras que suelen ser los más requeridos- llaman a las nutricionistas de la empresa, las visitadoras. No hay quien no las haya cruzado, no se haya sorprendido, y no haya terminado aceptando que si bien al principio le resultó algo casi ofensivo –¡Coca Cola ingresando a los hospitales!- al final como se trata de personas amables pidiendo unos minutos nomás de los que depende su sueldo, les abren la puerta de sus consultorios y les prestan un poco del tiempo que casi ni tienen.
“Yo las recibo por educación, porque me da lástima dejarlas ahí afuera. Pero nunca entendí el objetivo de la visita: que justo esa empresa, Coca Cola, se interese por querer hablar con médicos cuando es obvio que nosotros sus bebidas a los chicos no se las vamos a indicar”.
Intentar entender la estrategia de marketing más polémica del momento no es fácil. Pero puede ser entretenido.
La ciencia del marketing
La primera vez que Vanesa Miquel se topó con el asunto fue a través de una colega que había sido contratada por Coca Cola. Nutricionista ella también lo entendió todo: la oportunidad laboral en un contexto que siempre parece difícil y lo perfecto que sería para la marca si resultaba bien. Entonces no lo dudó. Como era docente de la universidad de la Universidad de Concepción del Uruguay, en Rosario, pensó que para desarticular la trampa, que termina estallando nada menos que en cuerpos que enferman año a año un poco antes, exponerlo frente a sus alumnos. “Les di clases utilizando ese material que es espectacular para desarrollar pensamiento crítico: tanto el contenido como el propósito de la marca y la ética profesional están expuestos en esos folletos”.
Porque lo que entregan las nutricionistas a los médicos, lo que Do Pico llama información basada en evidencia científica, son folletos y cuadernillos que resumen el punto de vista de la empresa sobre distintas temáticas, con referencias a documentos que los apoyan.
Ahí está en papel ilustración La Ciencia de los Azúcares: 24 páginas en las que se presentan temas conflictivos, como el azúcar y el jarabe de maíz de alta fructosa, señalados cada vez con más elementos como los responsables de las pandemias de obesidad y diabetes tipo 2, que en algunos países alcanzan a la mitad de la población y en otros es solo cuestión de tiempo, pero con una astucia dialéctica que podría llevar a conclusiones increíbles. “Los carbohidratos –los azúcares, almidones y fibras que se encuentran en las frutas, verduras, cereales y productos lácteos- son una parte importante de una dieta saludable (…) Las bebidas endulzadas con endulzantes calóricos suministran calorías –energía- de los azúcares que son carbohidratos simples. Los carbohidratos son nutrientes esenciales para la vida”.
Si A es parecido a B, y B es un poquito parecido a C, ¿A es igual a C? Definitivamente, sostiene página a página este cuadernillo.
Mientras en distintas revistas científicas se publican estudios que demuestran que los edulcorantes no calóricos no solo no disminuyen el consumo de azúcar, sino que suman sustancias como aspartamo, ciclamato o acezulfame K que probablemente gatillan problemas parecidos como el aumento de peso, Coca acerca a los médicos un vistoso collage que niega rotundamente nuevos paradigmas.
En otras entregas la apuesta está en la hidratación: la importancia de atenderla antes de que sobrevenga la sed (que muchas veces, aseguran, llega tarde) y de saciarla con bebidas que mejor si son saborizadas porque así los chicos “toman entre un 45 y un 50 por ciento más de líquido que si es solo agua”.
“Y lo hacen con referencias: eso me sorprendió”, dice Miquel, “es una jugada astuta de la marca: hacen una lectura propia de distintas publicaciones científicas para hacer publicidad”.
Sin dudas esa estrategia que Coca Cola ha sabido desplegar creando incluso institutos y sociedades, es lo más cuestionable.
Las visitadoras de Coca Cola a las que ellos prefieren no llamar así tienen, como cualquier visitador médico, objetivos: una cantidad de profesionales con los que hablar, relaciones que establecer y material que a su vez les piden a ellos que repartan entre sus pacientes a fin de ampliar la educación nutricional. Así, los consultorios pediátricos de los hospitales públicos de nuestro país tienen pilones de hojas infomerciales que por supuesto llevan a cuestionar, cómo es posible que ingresen, que ocupen el tiempo de los médicos, que dejen cosas.
“Es una locura”, dice Sergio Auger, que también es médico hasta diciembre era el director del hospital Santojanni y desde entonces es el coordinador de Hospitales del Ministerio de Salud. “Para que ingrese alguien a un hospital público tiene que haber un convenio escrito con la dirección. No es que puede pasar quien se le ocurra con un carrito a ofrecer sus productos”.
¿Conoce alguno?
“No. En mi gestión jamás se acercaron de esa empresa a proponerme algo así. Tampoco estoy al tanto de que dentro del Ministerio exista algún convenio marco que lo habilite. Y si me lo propusieran no lo aceptaría”.
¿Tiene Coca Cola algún acuerdo con el sector público en Argentina?
No, dice Do Pico.
¿Entonces?
“Convenio no hay”.
“Si hay nadie lo quiere hacer público”.
“Yo creo que entran así nomás”.
“Libremente”.
“Ven luz y pasan”.
Lo que enferma
El último informe sobre enfermedades no transmisibles del Ministerio de Salud (publicado en febrero de 2016), que ubica al sobrepeso como uno de los problemas más graves por los que atraviesa el país, con el récord regional de niños menores de 5 años obesos, sostiene que hay una asociación comprobada entre el aumento de peso y la ingesta de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas. De estas en especial sostiene que:
Se estima que en 2010 el consumo de bebidas azucaradas causó en el mundo 184 mil muertes. 133 mil debido a diabetes, 45 mil debido a enfermedades cardiovasculares y 6.450 debido a algunos tipos de cáncer.
La mayor cantidad de estas muertes ocurrieron en América Latina.
En Argentina, por cada millón de adultos, hay 74 que mueren por el consumo de bebidas azucaradas: es de los países con mayor mortalidad atribuida al consumo de bebidas azucaradas de la región.
En nuestro país el consumo per cápita de bebidas elaboradas por la compañía más grande de gaseosas en 2011 fue de 80 litros: 2,5 veces más que en 1991 y 1,5 veces más que en 2001.
La empresa más grande es por supuesto Coca Cola, que a plena luz del día, anda suelta por los hospitales, se pasea por los consultorios e intenta convencer a los médicos de que ellos no solo no son un problema, son casi la solución.
¿Permitirá Jorge Lemus, el mismo ministro de Salud que autoriza la publicación de un informe con esta contundencia, que este tipo de promoción continúe?
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