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«Diez años y divorciada»: La traumática historia de un matrimonio forzado

Asia/Yemen/27 de agosto de 2016/Fuente: lavanguardia

La directora yemení Khadija Al-Salami retrata la dura situación de las niñas de su país que son obligadas a casarse.

Nojoom es una niña yemení de diez años que sueña con tener una muñeca con la que jugar. Su familia, de origen humilde, no tiene ni para pagar el alquiler de una vivienda decente donde pueda vivir la menor junto a sus padres y sus hermanos. Su progenitor tiene dos esposas, no encuentra trabajo y la única vía de escape que ve para subsistir durante un tiempo es casar a la pequeña de la casa con un hombre de 30 años. El acuerdo es legítimo y la dote ofrece a la familia una renta pequeña y una boca menos que alimentar. Esta situación, tan normal en Yemen, es de las que dejan al espectador con cara de asombro, incapaz de asumir tal atrocidad sin sentir un escalofrío por todo el cuerpo. ¿En qué lugar queda el derecho de esa niña a ser simplemente una niña, a poder jugar con sus amigas y llevar una vida digna?

El caso de Nojoom, recogido por la directora yemení Khadija Al-Salami en su película Diez años y divorciada, no es solo el retrato de un matrimonio forzado y la pesadilla que le toca experimentar a una niña que es arrancada de los brazos maternos y de su sonrisa infantil para convertirse de un día a otro en mujer de alguien que truncará para siempre sus sueños, golpeándola y abusando sexualmente de ella. La propia Al-Salami vivió tan traumático episodio a la edad de once años, cuando fue forzada a contraer matrimonio pese a su corta edad. Ella tuvo la suerte de poder cambiar el rumbo de su destino gracias al apoyo de su madre, una mujer que también fue obligada a perder su niñez a los 8 años. Decidida a mandar al traste los arcaicos valores familiares de la sociedad de su país, finalmente Al-Salami abandonó a su marido y se fue a Estados Unidos a estudiar cine con una beca.

 Gracias a su propia experiencia y a la de Noyud Ali, una niña yemení que consiguió que un juez se apiadara de su trágica situación familiar y le concediera el divorcio, la realizadora se ha dedicado en cuerpo y alma a difundir un discurso potente contra este tipo de injusticias. Y es que en Yemen no hay ningún requisito de edad para el matrimonio y más de la mitad de las niñas se casan antes de cumplir los 18 años, muchas de las veces con hombres mucho mayores que ellas y que tienen otras esposas, según un estudio de la Universidad de Sanaa.
La joven protagonista de 'Diez años y divorciada'
La joven protagonista de ‘Diez años y divorciada’ (Splendor Films)

El Parlamento yemení intentó aprobar una ley en 2008 que situaba la edad mínima para casarse en 17 años. Sin embargo, la propuesta no salió adelante porque muchos diputados argumentaron que violaba la ‘sharia’ o ley islámica. Y aquí nos preguntamos ¿cómo puede ser posible que ocurra algo tan cruel y nadie haga nada al respecto?.

Al-Salami cree que la única manera de luchar contra esta terrible situación es a través de la educación. El matrimonio infantil afecta cada año a 15 millones de niños en todo el mundo y al hecho de que todavía siga vigente contribuye la pobreza, el analfabetismo, la falta de leyes y una mala interpretación de la religión y las tradiciones. “Hay que concienciar sobre lo que ocurre y la educación es una herramienta de cambio. Si atacas a la gente, es muy difícil cambiar las cosas. Yo no quería que hiciera la película alguien que no conoce esa cultura”, aseguró la cineasta el pasado mes de abril en San Sebastián, donde su filme ganó el Premio del Público del Festival de Cine y Derechos Humanos.

La narración que describe la realizadora es de las que golpea conciencias y no deja a nadie indiferente. Una película de visión obligada que pasó no pocos problemas durante su rodaje: desde impedimentos técnicos hasta un bombardeo de Al Qaeda en un edificio cercano al de la filmación.

“Nunca he olvidado lo que me pasó. Sé lo que sienten las niñas, la soledad, el trauma, el dolor físico y psíquico. Muchas no sobreviven a su noche de bodas y, si lo hacen, pueden morir al dar a luz. No están preparadas para tener sexo ni para ser madres”, explicó la primera directora de cine de Yemen.

Al-Shalami ha podido dejar atrás un capítulo oscuro de su vida porque no se resignó a seguir con una horrible tradición. Hoy en día vive en Francia, ha recibido numerosos galardones y es autora de 25 documentales que retratan los roles de las mujeres y jóvenes de su país. La lucha continúa.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/cine/20160826/404187912818/diez-anos-y-divorciada-matrimonio-infantil-forzado.html

Imagen: www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p3/WebSite/2016/08/25/Recortada/img_astrid_20160825-161440_imagenes_lv_otras_fuentes_10anos1-kBlH-U404187912818fDE-992×558@LaVanguardia-Web.jpg

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Inocencia interrumpida: La realidad del matrimonio infantil en el mundo

África/Asia/16 de agosto de 2016/Fuente y autor: publimetro/Irene Ayuso Morillo

Una de cada tres niñas se casan antes de cumplir los 18 y una de cada nueve antes de los 15. Esta práctica las priva del derecho a la educación y expone su salud a peligros como embarazos y partos precoces, VIH y violencia sexual y doméstica.

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Enseñar a refugiados en Malawi

Malawi/28 de julio de 2016/Fuente: educacionmundial

Todo el mundo está de acuerdo en que la educación es importante en un campo de refugiados, para ayudar a aquellos que han tenido que dejar la escuela a que puedan cruzar la frontera. Hablo por experiencia propia, como refugiado que ahora enseña a otros en Dzaleka, Malawi.

Me llamo Dede Buloba. Soy congoleño. Llegué a Malawi en 2007. Enseñé en escuelas secundarias en la República Democrática del Congo durante 8 años, durante 6 años impartí francés como lengua extranjera a refugiados adultos de varios países (Etiopía, Somalia, Congo, Rwanda, Burundi y Malawi) y seis años más a los chicos de 18 a 25 años en Malawi.

Hoy en día hay más de 23.000 refugiados en Malawi. Creo firmemente, a partir de mi experiencia enseñando a refugiados, que la educación es especialmente importante porque los protege del tráfico, la adopción ilegal, el matrimonio infantil, el trabajo infantil y la explotación sexual.

A lo largo de los últimos tres años, casi 22 chicas de entre 14 y 18 años se han quedado embarazadas. Cuando les preguntas quién es el padre, dicen que no está aquí, sino en Sudáfrica. A los chicos de entre 7 y 15 años sus familias los ponen a trabajar para bombear agua y ganan menos de 1 dólar al día (500 kwachas malauíes). Terminan abandonando sus estudios. Dicen que no tienen alternativa.

malawi2Comprender la situación en la que se encuentran los refugiados es complicado. En general, sabemos muy poco sobre su procedencia, su estatus como refugiados y todo lo que conlleva acogerlos en un nuevo país. Y el hecho de no entender del todo su origen puede desencadenar tensiones entre comunidades. A veces hay tensiones entre etiopios, o incluso entre malauíes o congoleños, de las tribus Babeme y Bafuliro.

En el campo de refugiados de Dzaleka, donde trabajo, en Malawi, más de la mitad de los refugiados son niños. Deberíamos priorizar sus necesidades. Son vulnerables, víctimas de enfermedades y malnutrición, y dependen de los adultos tanto física como psicológicamente. Al haber huido de conflictos o persecuciones, se alejan de todo tipo de peligros. Además, puesto que están separados de sus familias, en un estado frágil y sujetos a discriminación, pueden terminar reclutados por fuerzas armadas o víctimas de abusos sexuales, y su acceso a la educación se resiente. Algunas de las niñas incluso acaban como prostitutas para hombres mayores.

Acogemos con beneplácito algunos de los programas pragmáticos que están dirigiendo el Servicio de la Universidad Mundial (World University Service) de Canadá, el Servicio Jesuita para Refugiados (Jesuit Refugee Service) y ACNUR para auxiliar a estas jóvenes. Estos programas ayudan a las jóvenes a estudiar en el extranjero, e incluso las han ayudado a abrir un restaurante y una guardería, donde algunas de estas chicas han podido encontrar empleo.

Un papel importante de la educación para estas personas es transmitir lo importante que es la tolerancia y la democracia, así como la cultura de las diferentes poblaciones: su religión, alimentación, estilo de vida y, en el caso de los refugiados, las distintas razones por las que pueden haber huido del conflicto.

Después de tantos años en este campo de refugiados, comprendo lo que quiere decir la gente cuando afirma que la educación puede ser una solución al odio religioso y cultural. Aprender otra lengua es el inicio hacia la integración, un paso esencial para ayudar a los refugiados.

En cuanto a los profesores, deben tener experiencia y estar capacitados para asumir esta responsabilidad. Pero, desgraciadamente, aquí en los campos de refugiados formar a los profesores no es una prioridad, por varias razones. Todo lo que cuenta es si pueden hablar y escribir la lengua de instrucción, inglés. Como resultado, el aprendizaje de los niños sale perjudicado. Conozco un estudiante de séptimo curso que ni siquiera puede leer o escribir.

Enseñar a estos niños no debe consistir solo en que consigan un buen trabajo: sus destrezas y conocimientos aprendidos en la escuela pueden alterar su futuro de muchas formas. “La educación es la clave para el desarrollo”, dijo Nelson Mandela. Si incluimos la educación en todos los aspectos de la vida, se producirá el cambio.

Fuente: https://educacionmundialblog.wordpress.com/2016/07/21/ensenar-a-refugiados-en-malawi/

Imagen: https://educacionmundialblog.files.wordpress.com/2016/07/16.jpg?w=444&h=250

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Violencias contras las mujeres en África

Africa/23 junio 2016/ Fuente: Por Fin en África

No podemos hablar de igualdad dentro de la familia cuando las leyes de violencia contra las mujeres no protegen la integridad de la mujer sino la de la familia; es decir, cuando el objetivo final es reconducir la situación, volver las cosas a su estado original.

Y menos aún podemos hablar de igualdad ni de derechos en las sociedades que se enfrentan a situaciones de conflicto o post conflicto. En este contexto, son habituales la violación como arma de guerra, la trata de mujeres con fines de explotación sexual, el reclutamiento de niños y niñas soldados… Pero además, es entonces cuando las violencias que se dan en el hogar quedan más invisibilizadas si cabe: los abusos sexuales en la familia, el matrimonio infantil, la violencia en el hogar…

Todo ello unido a los estigmas que provoca ser una víctima. Es cruel, es inhumano, pero sucede. La reintegración de una mujer violada, abandonada por su marido por no poder tener hijos o utilizada como niña esclava es extremadamente difícil. La tradición, los bulos, las supersticiones o las creencias caen sobre ellas como una losa y su situación se hace casi imposible de superar incluso cuando las leyes están de su parte, cosa que, por otra parte, sucede en pocas ocasiones.

Según datos de 2013, África era la zona del mundo con mayor porcentaje de maltrato a las mujeres (45,6%), pero además tenemos la ablación, la violación como arma de guerra, la discriminación a la hora de ocuparse de las tareas del hogar y de los hijos, las dificultades de acceso a la educación, la falta de oportunidades… y tantas otras cosas que hacen necesario que se siga trabajando, mucho, para avanzar en igualdad.

Fuente: http://porfinenafrica.com/2016/06/violencias-contras-las-mujeres-en-africa/

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Ghana: ¿Demasiada joven para casarse, pero bastante viejo para tener sexo?

Ghanastar

Cada año, 15 millones de niñas se casan antes de la edad de 18 años en todo el mundo. En el África subsahariana, se prevé que el número de niñas novias podría duplicarse para el año 2050. En promedio, 1 de cada 4 niñas en Ghana se casan antes de los 18 años. Estas estadísticas de UNICEF y la Encuesta de Ghana de indicadores múltiples (MICS) muestran las tendencias preocupantes de matrimonio infantil en todo el mundo lo que ha hecho necesario el llamamiento mundial a la acción para eliminar el matrimonio infantil para el año 2030.

Ghana, con el apoyo de UNICEF, lanzó su campaña para acabar con el matrimonio infantil en enero de 2016, y estos esfuerzos están suscitando debates interesantes en todo el país. Uno de estos debates es el tema de las disparidades entre la edad de consentimiento sexual y la edad legal para el matrimonio. El movimiento es que la diferencia de dos años entre la edad de consentimiento y la edad legal para el matrimonio fomenta el embarazo adolescente, que es un factor clave del matrimonio infantil. Este artículo trata de poner de manifiesto los aspectos legales del debate, centrado en las implicaciones de la brecha en el matrimonio infantil en Ghana.

La edad de consentimiento sexual y la edad legal para el matrimonio en Ghana son bastante similares a los rangos internacionales. Aunque no existen directrices internacionales sobre la edad de consentimiento, a menudo se extiende de 13 a 18 años Es muy común encontrar la mayoría de edad inferior a la edad legal para el matrimonio entre países. La edad para contraer matrimonio en los otros promedios de mano en 18 años para la mayor parte del mundo y es guiada por los convenios internacionales como el Convenio de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. La edad legal para el matrimonio en Ghana está consagrado en la Ley de 1998 de los niños de la Ley del Código Penal Ghana y, fijándolo en 18 años para todas las formas de matrimonio. Antes de esto una norma para todos, lo que solía ser variada con la edad viene determinado por las leyes tradicionales (al llegar a la pubertad), la ordenanza del matrimonio y las leyes religiosas.

Esta no es la primera vez que estamos teniendo este debate. En 1998, debates similares llevaron a la aprobación de la Ley de menores en el que se incluiyo cual debia ser la edad de consentimiento. Mientras algunos sostenían que se elevara la edad a los 16 años, otros querían que fuera a la par con la edad para el matrimonio. Por lo tanto, es interesante observar que después de casi dos décadas, este debate no ha desaparecido, principalmente como resultado de la campaña para terminar con el matrimonio infantil en Ghana en 2030.

Los principales impulsores para elevar el consentimiento a las relaciones sexuales argumentan que la Ley de menores establece que un niño es una persona menor de 18. De lo anterior se deriva que un joven de 16 años de edad, es todavía un niño y no puede saber las consecuencias de tener relaciones sexuales y la protección de si / ella misma. Se cree que cuando la niña se queda embarazada, hay pocas opciones disponibles para ella en vista que no puede casarse legalmente a esa edad. Dado que la sociedad a menudo frunce el ceño en la monoparentalidad, algunas de estas chicas consiguen a menudo abortos que tienen sus propios problemas. Así, las niñas, incluso a los 16 años de edad, son demasiado pequeños para protegerse de las implicaciones y consecuencias de tener relaciones sexuales y no se debe permitir a dar su consentimiento a las relaciones sexuales.

A continuación, los autores dicen, porque la mayoría de edad es a los 16 años, el abuso sexual del niño a esa edad es tratado como un delito menor y no un delito grave, dado que los hombres cuentan con pocos incentivos para abstenerse de él. Un ejemplo muy conocido de esto fue la disputa entre un propietario de una escuela y un estudiante, llevado ante el tribunal de género en 2009. El titular embarazó a una estudiante de 16 años de edad y más tarde se casó con ella. La chica estuvo de acuerdo con el sexo consentido. Fue enviado a la corte por cargos de coacción de la unión de un adolescente. El caso recibió mucha publicidad en el país con activistas de los derechos de las mujeres que desean utilizarlo como un caso de prueba. Las personas estaban horrorizados porque casarse con alguien menor de 18 años es considerado un delito menos grave que la contaminación que conlleva una sanción de entre 1 y 3 años de cárcel. Sin embargo, puesto que ya fue dada en matrimonio al propietario, el caso tuvo que ser finalmente abandonado. La joven involucraba dijo «este es mi marido y yo no permitirá que envien a la cárcel al padre de mi hijo, ya que no se van a hacer cargo de mí». Esto resume muchas de las experiencias en el procesamiento de matrimonio infantil en Ghana contra las personas que están dentro de la edad de consentimiento. Cuando se eleva la edad de consentimiento, el sexo menor de 18 años será tratado como impureza que atrae a un mínimo de 7 años y un máximo de 25 años. Ellos creen que este será un gran desincentivo para el sexo dentro de la separación, sobre todo las relaciones sexuales entre adultos y niños, lo que reduce considerablemente la incidencia del matrimonio infantil.

Además, algunos son de la opinión de que el aumento de la edad de consentimiento es en el mejor interés del niño como lo requiere la ley. Ellos creen que no tiene sentido a decir que una persona puede tener relaciones sexuales a los 16 años y no estar preparado para las consecuencias. Y también que a los 18 años, una persona es económico, mental y emocionalmente mejor que un joven de 16 años en términos de matrimonio. Así que una vez que la edad de consentimiento se desplaza, a continuación, la carga no estará en los niños a decidir si tener sexo legal. En consecuencia, creen que el hecho de que los adolescentes de esa edad tienden a tener relaciones sexuales no significa que debe ser tolerada. El objetivo debe ser el establecimiento de ideales y se esfuerzan por hacer que funcionen. Si todos los niños a esa edad pueden tener relaciones sexuales, nuestra sociedad será peor de lo que es. La ley debería animarles a hacer lo correcto, con los pocos que quedan fuera de la ley de ejercer todas las competencias necesarias para ayudarles a la reforma.

Fuente: http://allafrica.com/stories/201606160084.html

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Escuelas inaccesibles para millones

Londres/09 de Junio de 2016/hrw.org

Por: Human Rights Watch

La adopción de leyes y políticas discriminatorias, y la falta de voluntad política para dar cumplimiento a obligaciones básicas en materia de derechos humanos por países de todas las regiones del mundo, impiden que millones de niños y adolescentes puedan asistir a la escuela, señaló Human Rights Watch en un informe difundido hoy. Altos funcionarios gubernamentales del área de educación, responsables de políticas globales y agencias de financiamiento se reunirán en Noruega del 13 al 16 de junio para adoptar medidas que mejoren el acceso a la educación de calidad a nivel mundial.

El informe de 89 páginas, denominado “The Educaction Deficit: Failures to Protect and Fulfill the Right to Education in Global Development Agendas» [Déficits en materia educativa: ausencia de medidas de protección y cumplimiento del derecho a la educación en las agendas globales de desarrollo], sostiene que, dos décadas atrás, los gobiernos de países de distintas regiones del mundo expresaron el compromiso de eliminar los obstáculos a la educación para las generaciones venideras. Sin embargo, Human Rights Watch evidenció que, en muchos países, las leyes y prácticas discriminatorias, los aranceles elevados, la violencia y otros factores excluyen a niños y adolescentes de las escuelas. El informe se elaboró a partir de investigaciones   llevadas a cabo por Human Rights Watch en más de 40 países, a lo largo de casi dos décadas. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO,  ha informado que 124 millones de niños y adolescentes no asisten a la escuela.

“Es inconcebible que, en 2016, se niegue el derecho a la educación a millones de niños y adolescentes de todo el mundo”, manifestó Elin Martínez, investigadora de derechos del niño de Human Rights Watch. “La escasa supervisión gubernamental y la carencia de políticas que prohíban de manera absoluta la discriminación a menudo permiten que los funcionarios del área educativa tengan atribuciones ilimitadas para decidir quiénes pueden entrar a una escuela y quiénes quedan afuera”.

La totalidad de los 196 países miembros de la ONU han asumido obligaciones jurídicas frente a todos los niños en su territorio. La Convención sobre los Derechos del Niño, que ha sido ampliamente ratificada, así como varios otros tratados internacionales y regionales, estipulan requisitos detallados para proteger el derecho a la educación. En septiembre de 2015, los gobiernos acordaron trabajar conjuntamente con el fin de “garantizar una educación inclusiva y de calidad para todos» para el año 2030, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por la ONU, y establecieron así como meta global el acceso a la educación secundaria por primera vez. Los objetivos de desarrollo anteriores, los Objetivos de Desarrollo del Milenio, procuraron asegurar en forma plena el acceso a la educación primaria y su finalización, aunque todavía no han sido alcanzados no han sido alcanzados.

A pesar de la obligación de eliminar los aranceles en la escuela primaria y otros costos asociados, que se encuentra en numerosos tratados internacionales, muchos países —como la República Democrática del Congo y Sudáfrica— aplican aranceles que las familias no pueden solventar. Los aranceles y costos asociados de la educación secundaria impiden que millones de adolescentes en Bangladesh, Indonesia y Nepal, por ejemplo, puedan completar al menos nueve años de educación.

“Mi último año de escuela fue el primer semestre del primer año de la escuela media. Deseaba realmente continuar estudiando, pero la verdad es que no tenía el dinero necesario”, contó Endah, que abandonó la escuela en Indonesia para emplearse en el servicio doméstico cuando tenía 15 años. “El arancel de la escuela era de 15.000 rupias (USD 1,10) por mes. Pero lo que realmente no podía pagar era el ‘arancel edilicio’ y el uniforme. Tenía un valor de 500.000 rupias (USD 37)… Luego, cada semestre teníamos que comprar libros”.

La violencia en contextos escolares afecta a más de 246 millones de niños, según indica el organismo de la ONU para la infancia, UNICEF. Los castigos físicos en las escuelas —una práctica que equivale a tortura y trato degradante, y afecta negativamente la capacidad de aprendizaje de los niños— es lícita o sigue siendo generalizada en países como Tanzania, Sudáfrica y muchos estados de EE. UU.

Entre los factores que propician que las jovencitas a

bandonen la escuela, se incluyen el carácter extendido de los abusos sexuales y la violencia por parte de docentes y pares, pruebas físicas de virginidad abusivas e irrelevantes, pruebas de embarazo obligatorias, y políticas que excluyen a jovencitas embarazadas de las escuelas. Las condiciones insalubres e inadecuadas en escuelas, incluida la falta de instalaciones donde atender los cuidados relativos al ciclo menstrual con privacidad y en forma digna, provocan que muchas adolescentes, incluidas jóvenes con discapacidad, tengan una asistencia irregular o abandonen los estudios. El matrimonio infantil es, a la vez, una causa y una consecuencia de la falta de acceso a educación de calidad en países como Bangladesh, Nepal, Tanzania y Zimbabwe.

Millones de niños con discapacidad en China y Sudáfrica, así como niños de diversos grupos étnicos, idiomáticos o religiosos en la India, sufren habitualmente discriminación por parte de funcionarios gubernamentales cuando intentan inscribirse en escuelas. Una vez que ingresan a las escuelas, muchos de estos niños son asignados a aulas segregadas, donde reciben educación de calidad inferior. Muchos niños con discapacidad abandonan la escuela debido a la ausencia de docentes especialmente preparados, falta de apoyo o porque no son admitidos para pasar a niveles más avanzados de educación. En Rusia y Serbia, por ejemplo, existe una cantidad desproporcionada de niños con discapacidad confinados en instituciones, que con frecuencia solo reciben educación de baja calidad, o directamente ninguna educación.

Una cantidad cada vez mayor de niños que viven en contextos de crisis humanitarias y conflicto a largo plazo no pueden hacer valer su derecho a la educación, dado que las escuelas son inaccesibles o inseguras. Los ataques a escuelas y la ocupación de estas instituciones con fines militares han impedido que millones de niños en Afganistán, Nigeria, Palestina, Ucrania y Yemen pudieran ir a la escuela.

También en países de ingresos medios y altos se crean obstáculos a la educación, a través de prácticas discriminatorias contra minorías, refugiados, migrantes y niños LGBT.

Todos los gobiernos deberían garantizar que la educación primaria sea verdaderamente gratuita y obligatoria, y que la escuela secundaria sea gratuita. Los gobiernos deberían eliminar las políticas o reglamentaciones discriminatorias que permiten que las escuelas excluyan a niños y adolescentes, y asegurar que las escuelas atiendan las necesidades de las jovencitas, los niños con discapacidad, los niños que pertenecen a minorías y los niños LGBT.

Los gobiernos deberían abolir por ley los castigos físicos y adoptar medidas más rigurosas para garantizar que los niños estén seguros frente a violencia, abusos y hostigamiento en las escuelas.

Los donantes —incluidas las instituciones financieras multilaterales como el Banco Mundial y la Alianza Mundial para la Educación— y los organismos internacionales que ayudan a los gobiernos a implementar sus planes educativos, deberían observar los estándares de derechos humanos y no hacer ningún tipo de concesiones ante abusos que excluyan de las escuelas a niños y adolescentes.

El Secretario General de la ONU y la UNESCO deberían garantizar que los “países líderes” —que encabezan iniciativas globales en materia de educación— cumplan sus propias obligaciones de derechos humanos y pongan fin a los abusos en sus propios sistemas educativos.

“No debería haber ningún grado de tolerancia ante el incumplimiento de estas obligaciones, cuando de lo que se trata es de garantizar el acceso a la educación a todos los niños y adolescentes del mundo”, apuntó Martínez. “Los niños no pueden esperar otros 15 años, ni tampoco otro año lectivo, para que sus gobiernos garanticen plenamente su derecho a prepararse para el futuro”.

Citas extraídas del informe

“La mayoría [de los alumnos en] las principales escuelas no tienen que pagar. Pero nosotros sí tenemos que pagar los aranceles. Muchos padres que tienen hijos con discapacidad no podemos trabajar, y debemos ocuparnos de ellos las 24 horas. Las escuelas nos escriben para preguntarnos por qué no hemos pagado, pero no entienden nuestra situación”.
–Padre de un joven de 8 años con autismo, Johannesburgo, Sudáfrica

“Mi prima y yo somos las únicas niñas sirias de la clase. Los demás alumnos se confabularon en contra nuestra y andan diciendo que hablamos mucho y que nos portamos mal. El maestro nos envió al fondo del aula. Todos los maestros me tratan mal porque soy siria. Cuando uno de los maestros le pregunta algo a una niña jordana y ella responde correctamente, le dice ‘¡Bravo!’. En cambio, cuando soy yo quien contesta bien, no me dice nada”.
–Hadeel (seudónimo), 11, Al-Zarqa, Jordania

“Me golpeaban cuando el maestro no los veía, y como mi maestro no veía lo que pasaba no hacía nada para impedirlo. Mi padre se presentó ante el director de la escuela para quejarse, y este le dijo: ‘Si le preocupa, entonces no debería seguir mandándola a la escuela…’. En Siria me encantaba ir a la escuela. Tenía amigos. Me gustaba muchísimo aprender”.
–Fatima, 12, Turgutlu, Turquía

“Un [maestro] intentó persuadirme para que tuviera relaciones sexuales, y entonces yo no quería avanzar a Nivel 2 para evitar tener que pasar por eso. Dejé de ir [a educación física]. Lo hice porque temía que si me encontraba con él, me llevara a algún sitio para hacerme cosas. Me sentía mal y [los maestros] me llamaron para decirme que no me estaba concentrando o estudiando y que entonces mi desempeño no era bueno… Decidí dejar la escuela y no seguir malgastando el dinero de mis padres”.
–Ana, 16, Mwanza, Tanzania

“El sistema educativo japonés es realmente muy estricto con el tema del género. Les inculca claramente a los alumnos adónde pertenecen y adónde no; en los años más avanzados, cuando la división de géneros es más marcada, los niños transgénero comienzan realmente a sufrir. Tienen que ocultar su realidad y mentir, o actuar como ellos mismos y exponerse así al hostigamiento y la exclusión”.
–Docente transgénero de escuela secundaria, Japón

“Mis tíos me obligaron a contraer matrimonio con un hombre que tenía edad suficiente para ser mi abuelo. Yo iba a la escuela y estaba en sexto grado. Me gustaba la escuela. Si hubiera tenido la posibilidad de terminar los estudios, no habría tenido estos problemas; no estaría trabajando de mesera y separada de mi esposo”.
–Akur L., casada a los 13 años, Sudán del Sur

“Quedé embarazada el año pasado, cuando tenía 14. Tuve que dejar de ir a la escuela ese mismo año porque mi madre, que trabaja como empleada doméstica y cobra un salario de USD 50 por mes, no podía cubrir el costo de que yo fuera a la escuela. Tuve una relación sentimental con un hombre mayor que estaba casado. Fui al hospital y di a luz un niño que murió pocos minutos después… Quisiera volver a la escuela porque todavía soy una niña”.
–Abigail C., 15, Zimbabwe

“[El ejército] disparó contra mi escuela con un tanque… Cuando huí corriendo, un shabiha [miembro de milicia apoyada por el Estado] me tomó por el hombro, pero tras forcejar conseguí escaparme. El shabiha entró a la escuela y disparó contra las ventanas y rompió las computadoras. Luego de eso, solamente volví para rendir mis exámenes”.
–Rami, 12 años, refugiado procedente de la gobernación de Daraa en Siria, entrevistado en Ramtha, Jordania.

Fuente: https://www.hrw.org/es/news/2016/06/09/escuelas-inaccesibles-para-millones

 

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UNICEF: Más de 60 millones de mujeres en el mundo contrajeron matrimonio siendo niñas

etcétera/06 de mayo 2016

El matrimonio infantil no es cosa nueva, inclusive en muchos países del mundo es una tradición arraigada desde hace siglos. La Unicef lanzó en el pasado mes de marzo la campaña “La boda perfecta…salvo por un pequeño detalle”, para concientizar sobre esta realidad que se ha extendido en muchos países, y que de acuerdo con Unicef, alrededor de 15 millones de niñas se casaran en 2016.

Según las estadísticas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef por sus siglas en inglés) en los países en desarrollo más de 60 millones de mujeres contrajeron matrimonio o viven en pareja desde antes de cumplir los 18 años.

Independientemente de que en algunas culturas está permitido el matrimonio con mujeres menores de edad, la Unicef informa que la falta de educación en las niñas es un factor que determina estas uniones. Las mujeres que cuentan con educación primaria son notablemente menos propensas a contraer matrimonio o vivir en pareja, en comparación con las niñas que no han recibido ninguna instrucción. Por ejemplo: en Zimbabwe, el 48% de las mujeres que habían asistido a la escuela primaria estaban casadas al cumplir 18 años, en comparación con el 87% de las mujeres que no habían asistido a la escuela.

Los padres optan por casar a sus hijas a edades tempranas por varios motivos. Las familias pobres consideran que las niñas son una carga económica, por lo que casarlas es una medida de supervivencia necesaria para la familia. Algunos piensan, además, que el matrimonio a una edad temprana protege a la niña frente al peligro de sufrir agresiones sexuales o, con carácter más general, le procura la protección de un tutor varón.

Fuente: http://www.etcetera.com.mx/articulo/M%C3%A1s+de+60+millones+de+mujeres+en+el+mundo+contrajeron+matrimonio+siendo+ni%C3%B1as%3A+Unicef/45531

Fuente de la imagen de cabecera: http://img1.measombro.lavozdegalicia.es/wp-content/uploads/2016/03/Boda-ni%C3%B1a.jpg

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