Enseñanza basada en competencias, extensión horaria, y capacitación de los docentes son los principales pilares del cambio que atravesará el país en marzo próximo.
El gobierno de Uruguay impulsa un plan de transformación educativa para enfrentar el deterioro de la calidad de enseñanza, en un país que durante décadas lució con orgullo el nivel de formación en todos sus ciclos. Pese a la fuerte resistencia de sindicatos y organizaciones de izquierda, el presidente Luis Lacalle Pou avaló el cambio con firmeza.
Incluso, ante dudas internas por el costo político de enfrentar a los gremios, el mandatario reunió a toda la bancada de senadores y diputados para que apuntalen el proceso de reforma, y expliquen a la población la importancia del plan, que comenzará a implementarse en marzo próximo. “Creo que la transformación educativa es de una sensibilidad social importante, de una justicia importante, y es pensando en todos los niños, adolescentes y jóvenes, y, sobre todo, de aquellos que menos tienen”, dijo el presidente uruguayo.
El plan fue trabajado durante meses en la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) que preside Robert Silva. Este abogado participó en la última reforma de 1995, en el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti. Aquella reforma tuvo como objetivos consolidar la equidad social, mejorar la calidad con la universalización de la educación inicial y la extensión del tiempo pedagógico y potenciar la formación y la función docente.
De asistente en aquella reforma, Silva ahora lidera el nuevo plan con el entusiasmo acumulado en años, y siente que llegó su momento. Por eso, recorrió los barrios de Montevideo y las ciudades del interior para explicar en reuniones abiertas el contenido de los cambios.
La necesidad de una reforma educativa fue marcada ya en 2010 cuando José “Pepe” Mujica asumió como presidente y lo puso como prioridad de su gestión: “De la educación dependen buena parte de las potencialidades productivas de un país, pero también la futura aptitud de nuestra gente para la convivencia cotidiana”. Sin embargo, a Mujica la resistencia sindical a las reformas le doblaron el brazo. Con el tiempo, el expresidente reconoció: “Yo cometí errores también, quise arreglarla medio a los ponchazos y no arreglé” y fue durísimo con los sindicatos docentes. De hecho, dijo que había que derrotarlos, pero lo hizo con un expresión menos políticamente correcta.
Prioridades
¿Por qué Uruguay precisa una transformación profunda de la educación? “Nuestro país tiene un rico patrimonio, un acumulado histórico donde la educación ha sido motor de progreso social, de desarrollo humano y productivo, pero en los últimos tiempos nuestro sistema educativo ha sufrido escasez de adaptación a las necesidades de la sociedad en la que vivimos”, señaló Silva a LA NACIÓN.
Y destacó: “Este proceso de cambios fue analizado en forma muy participativa, con expertos y asesores, pero con cientos de docentes, en grupos constituidos al efecto. Es una de las transformaciones más participativas. No solo por los grupos, y asambleas de docentes, sino por que participaron equipos de partidos políticos, la sociedad civil organizada, las universidades en mesas redondas, y, usando la tecnología, lo hicieron más de 100.000 personas entre estudiantes, docentes, y familias”.
Los cambios
“El país cambia su matriz curricular y se enfoca hacia un nuevo paradigma de un currículo basado en competencias, donde más allá del saber, que es trascendente, el sistema se encamina al saber hacer y saber ser. A través de un nuevo marco y progresiones de aprendizaje, acompaña al estudiante en su trayecto. Esto es útil para los docentes y para las familias”.
Silva dijo que ahora habrá “un plan único de educación básica integrada, coordinada y sistemática, que en Uruguay hace mucho tiempo que era algo que se quería tener”. Ahora ese plan irá de los 3 a los 15 años en la educación básica. Los tres ciclos serán: de los 3 años (inicial) a segundo grado (7 años), luego de tercer a sexto grado y de séptimo a noveno grado –que eran los primeros tres años de secundaria–. Esta nueva organización exige “cambiar el cómo, las prácticas de enseñanza, para lo que se precisa hacer”. Por eso, han “comenzado la capacitación en formación docente, para las prácticas de enseñanza”.
Destacó que el “nuevo plan de formación de maestros, de profesores y de docentes técnicos” implica trabajar en “saberes comunes” y que “por primera vez, todos los docentes van a tener lengua española, pensamiento computacional, pensamiento científico” y “todos con inglés, con enseñanza multimodal, investigación, evaluación
Otro aspecto del plan es que “cambia la carrera y, por primera vez, habrá concursos de docentes más allá de la antigüedad”, con “elecciones de horas por tres años” para el mismo centro y con un “cronograma de concursos, para dar estabilidad”, así como “cursos y concursos para directores, para dar autonomía a los centros, desde la profesionalización, estabilidad y radicación de los docentes”.
El otro aspecto destacado por Silva es la equidad social. Para eso, crearon los Centros María Espínola, que son liceos (secundarias) y locales de enseñanza técnico-profesional, con tres característica: primero, tienen mayor tiempo pedagógico (ocho horas), talleres extracurriculares y trabajo en proyectos (y con tres comidas diarias); segundo, cuentan con nuevas figuras educativas (el facilitador, el coordinador de enseñanza, el coordinador de actividades y de participación, y el profesor de tecnología e innovación) y tercero, cada centro tiene participación activa de la comunidad y de las familias de los estudiantes. Además, ofrecen tutorías y becas.
Resistencia gremial
Robert Silva está confiado en ganar la pulseada con los gremios, con estas herramientas: “Haciendo lo que los docentes reclaman hace tiempo, que hay que hacer, lo que dicen que hay que hacer, dando estabilidad, y haciendo concursos. Pero también saliendo públicamente a desmentir los escenarios catastróficos que los sindicatos han construido sobre lo que iba a pasar, demostrando que todo lo que anuncian y han dicho no es así. Todo eso, sin perjuicio del diálogo permanente y de los acuerdos por convenios salariales como acabamos de hacer”.
Además de esta reforma, el ministro de Trabajo, Pablo Mieres, impulsa cursos y talleres de capacitación para la inserción de jóvenes y de personas desempleadas en el mercado de trabajo, mientras que el ministro de Defensa, Javier García, pidió a las autoridades militares una profunda revisión de los planes de estudio, en el liceo y en la escuela militar.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/uruguay-lacalle-pou-impulsa-una-profunda-reforma-educativa-que-resisten-los-gremios-docentes-nid05012023/