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No, el método Montessori no es “aprender jugando”

Por: Catherine L’ecuyer

En educación, está muy difundida la creencia de que el método Montessori consiste en “aprender jugando”. Tanto se ha popularizado esa idea, que se puede leer, en la cuarta línea de la entrada sobre la autora en Wikipedia, que Maria Montessori “defendía que el juego es la principal actividad a través de la cual el niño lleva su vida durante los primeros años de edad.”

En 1911, un año antes de publicar su primer libro sobre su método, Montessori observó que los alumnos de la Casa dei Bambini que habían aprendido a reconocer las letras perdían interés por completo en los juguetes; se dio cuenta de que los juguetes eran un refugio en ausencia de un mayor reto para ellos. Fue cuando sacó definitivamente los juguetes de sus aulas. Sobre la cuestión de la finalidad del juguete, Montessori dijo que los niños aprenden de los juguetes cuando los rompen, y que no lo hacen por rabia, sino por curiosidad, para ver “lo que hay dentro”.

La pedagogía montessoriana es compleja, y todo esfuerzo para simplificar su propuesta sobremanera está condenado al fracaso. Su autora escribió 21 libros en diversos idiomas; los libros no fueron todos publicados en el idioma en el que fueron inicialmente escritos y las traducciones posteriores a menudo se hicieron partiendo de una segunda traducción. El estilo escrito de Montessori es metafórico, recargado, con alusiones a teorías a veces obsoletas y su propuesta es transmitida con un lenguaje a veces tortuoso. La autora salta de una idea a otra, trae anécdotas metafóricas complejas para convencer de sus ideas. No suele cerrar el bucle de sus argumentaciones de forma estructurada; el texto no fluye. Parece que intenta darnos de golpe todo lo que piensa sobre todas las cuestiones, sin orden o desarrollo argumental estructurado. Algunos comentaristas de sus obras caen en la hagiografía y se niegan a ver los defectos de la autora o de su obra, lo que da a esa pedagogía aires místicos casi como si de un culto se tratara; otros critican desde la ignorancia, sin molestarse en intentar entender a la autora.

Montessori tiene un tono autoritario, a veces incluso parece dogmático; pide ortodoxia y no admite diálogo. Un análisis superficial lleva uno a preguntarse: ¿Por qué no da a sus maestros el mismo margen de espontaneidad que a sus alumnos? Su estilo a menudo recibe críticas que llegan incluso a su persona, lo que distrae del análisis honesto y riguroso del mérito intrínseco de su propuesta. Hay que entender que el papel de la ortodoxia y de la disciplina, en Montessori, no es inmovilismo o fe ciega en un bloque teórico monolítico, sino prerrequisito para el movimiento con propósito, la creatividad y la espontaneidad ordenada a un fin. En un contexto educativo que plantea la creatividad, la imaginación y el aprendizaje, desarraigados de los contenidos y del esfuerzo para adquirirlos, Montessori está hoy más vigente que nunca.

A menudo, sus más fieles apóstoles pueden, sin ser conscientes de ello, convertirse en los peores enemigos de su método. Eso ocurre cuando la leen parcialmente y no la entienden globalmente. Por ejemplo, en el prólogo de la primera edición americana del primer libro de Montessori, Henry Holmes describe lo que considera una bondad del método: “El alumno Montessori hace todo lo que quiere, mientras no hace daño a otros”. Sabemos que esa descripción del método está equivocada, porque el material Montessori es uno de los más rigurosos y estructurados que existe en la etapa infantil. Solo hay una forma de utilizarlo y el sistema de control del error diseñado para cada material no permite al niño hacer todo lo que le plazca. Los defensores de su método pueden también desvirtualizarlo cuando proponen con buena fe fusionarlo con otros. En vida, Montessori lamentó esas prácticas entre los pedagogos de la Educación Nueva. El intento de combinar dos métodos cuyas premisas son fundamentalmente incompatibles pone en evidencia la incapacidad de entender los motivos y las asunciones que caracterizan el espíritu que mueve a esos métodos. La preocupación del eclecticismo educativo no puede ser más vigente hoy, dada la frívola tendencia a acumular las innovaciones educativas sin hacer el esfuerzo previo de entender el trasfondo de cada propuesta educativa y la incoherencia que puede haber entre ellas.

Quizás esas explicaciones arrojen luz al hecho de que muchas de las personas que se proclaman expertos de la educación montessoriana en el ámbito educativo no conocen a fondo sus obras. Quizás esa sea la razón por la cual encontramos en muchos colegios autodenominados Montessori metodologías o planteamientos (por ejemplo, estimulación temprana, uso de la tecnología en la primera infancia, libertinaje escolar, exclusión de la dimensión espiritual, etcétera) que no están en armonía con lo que ella defendía (la disciplina interior, el proceso de normalización, la dimensión espiritual, el término medio en la cantidad de estímulos que responde a las características de cada período sensitivo, la mente absorbente, etcétera).

Más allá del lenguaje técnico, Montessori es una mujer con un sentido del humor fino; a menudo escribe con un tono de ironía que solo captan aquellos que conocen ese rasgo de su personalidad y que entienden bien el trasfondo de su método. Por ejemplo, algunos entienden como apoyo lo que en realidad era una crítica que la autora formulaba a la idea de eliminar asignaturas para así aliviar a los alumnos de la fatiga. Montessori argumenta en contra de la reducción de la fatiga mediante la rebaja de las exigencias académicas y a favor de un contenido curricular exigente. Para ella, la fatiga disminuye cuando el niño alcanza la concentración y realiza actividades sensoriales y mentales que tienen un propósito, no cuando se vacía el aprendizaje de sus contenidos. Deplora el giro que tomó el movimiento de la Educación Nueva del siglo XX del que se consideró precursora ignorada, y lo asocia con nada menos que “una revolución que aspira al desorden y a la ignorancia”. No es casualidad que Montessori está ahora apareciendo en primera línea de la actualidad pedagógica.

Para comprender la educación Montessori es preciso entender el trasfondo de sus principios, así como la relación que esos principios guardan con el material. Por ejemplo, es importante entender el motivo por el que defiende que la disciplina es una condición previa a la libertad y da tanta importancia al trabajo individual y la responsabilidad personal. Es clave entender el trasfondo de las críticas del sector de la escuela progresista y de la Educación Nueva que calificaron su método de mecánico, formal, restrictivo, carente de oportunidades de juego creativo y de cooperación, así como las respuestas que da a las críticas que recibe del sector antimodernista que existía en el clero de principios del siglo XX. Es necesario entender el motivo por el que rechaza la imaginación productiva tan característica del Romanticismo. Es importante entender el motivo por el que piensa que los juegos simbólicos llevan la confusión mental del niño a su culminación; para ella, la necesidad de tener experiencias imaginativas en vez de reales es consecuencia de la pobreza sensorial. En sus escuelas, los niños no simulan servir la mesa con copas de plástico, la sirven con copas de cristal; no simulan lavarse las manos, se las lavan de verdad y disfrutan haciéndolo. Todos los “ejercicios de vida práctica” que hacen sus alumnos están basados en la realidad, no en el juego simbólico.

Pero entender la teoría tampoco sería suficiente. Montessori insiste en que parte de la formación en su método consiste en la observación, durante horas, de la actividad espontánea de los niños en un entorno que se adecue a sus necesidades. El método se basa en la asunción de que los niños pequeños quieren trabajar y disfrutan haciéndolo, sin necesidad de castigos o de recompensas externas. Esas ideas chocan contra el prejuicio de aquellos que piensan que el niño es esencialmente vago, perezoso e incapaz de buscar retos que se ajusten a sus capacidades. Debido a una visión pesimista de la naturaleza del niño, algunas personas creen que eso no es posible.

Por otro lado, debido a la dependencia que tienen los niños hacía los dispositivos tecnológicos y a la dificultad que tendrán para desarrollar un locus de control interno, es posible que no tengamos hoy un entorno que nos permita fácilmente observarlo. Cuando los sentidos están alborotados, estimulados por encima del umbral de la sensibilidad, el niño deja de sentir y difícilmente prestará atención sostenida a los estímulos externos. Entonces su método se arriesga a convertirse en una utopía impracticable, pero no porque el método sea inoportuno, sino porque el entorno en el que se encuentra el niño de hoy hace imposible su “normalización”. La “normalización” es un término aparentemente anacrónico de la pedagogía montessoriana, pero sin explicarlo bien, es imposible pretender entender nada. Montessori explica que los niños pobres en sus aulas se interesaban antes que los niños de clase alta por el material, porque estos últimos estaban saturados de objetos y juguetes que alborotan pasivamente sus sentidos. Hoy en día, ni los niños desfavorecidos tienen ese privilegio, se lo hemos arrebatado cuando la retórica educativa dominante defendió que la mejora educativa pasaba necesariamente por el cierre de la brecha digital.

Es cierto que Montessori repite a menudo que el niño aprende “con menos esfuerzo”, pero en realidad no es que no haya esfuerzo; dejarse medir por la realidad siempre requiere esfuerzo. Cuando el niño está absorbido o completamente concentrado trabajando, no es consciente del esfuerzo que está poniendo en la tarea y ese esfuerzo se ve compensado por la satisfacción del gozo de aprender. El esfuerzo es, de alguna forma, placentero. Para Montessori, la actividad espontánea y la concentración son los secretos para la resistencia a la fatiga y la disciplina interna es una condición previa al ejercicio de la libertad que permite al niño experimentar esa irresistible inclinación para aprender.

En definitiva, sería bueno que los autoproclamados expertos en la pedagogía montessoriana vuelvan a los textos originales de la autora. Todos podemos estar o no de acuerdo total o parcialmente con su propuesta, pero si pretendemos hablar en su nombre o en el de su método, más nos vale hacerlo de forma responsable. Porque no se puede “aprender” sobre Montessori “jugando” a ser experto sobre ella.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/03/18/mamas_papas/1552896695_886326.html

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Método Montessori: cómo es la educación que recibieron los creadores de Amazon, Google y Wikipedia

Por: Noticiero52.

Muchos detalles de su vida se exponen públicamente. Y si alguno no se conoce, muchas personas intentan descubrirlo rastreando en su trayectoria para hallar las claves de su éxito.

Tal vez sea solo una coincidencia, pero ¿y si un detalle se convierte en un denominador común entre varias personas exitosas?

Fijémonos en el hombre más rico del planeta, que en la actualidad es el estadounidense Jeff Bezos con una riqueza valorada en US$140.200 millones, según Forbes.

Es dueño del 16% del gigante del comercio electrónico Amazon, que fundó en un garaje en Seattle en 1994 y que se convirtió en un rotundo éxito de mercado.

Sergey Brin y Larry Pagepor su parte, son otros dos emprendedores que supieron darle forma a su ingenio para crear el buscador por excelencia de internet: Google.

Ellos también están entre las personas con más dinero del planeta, en los puestos 12 y 13, respectivamente. La fortuna de ambos sumada supera los US$96.000 millones.

Otros creativos y exitosos emprendedores son Jimmy Wales, fundador de Wikipedia; o Will Wright, diseñador de videojuegos y creador del conocido SimCity.

En otro sector bien distinto encontramos a Beyoncéuna artista que supo cautivar al público convirtiéndose en una estrella de la música y referente feminista. Es una de las mujeres mejores pagadas de la industria tras recaudar US$60 millones en la lista de Forbes de 2018.

Y para cerrar este repaso de personalidades, citaremos también al fallecido premio Nobel de Literatura, el colombiano Gabriel García Márquez.

Aunque no te lo creas, todos ellos coinciden en algo. ¿En qué?

En que, desde muy pequeños, estudiaron bajo un mismo sistema: el método Montessori.

¿De qué se trata el método Montessori?

Experimentar y descubrir es una de las bases del método Montessori Foto: Getty

Es un procedimiento de aprendizaje fundado por la científica y educadora italiana María Montessori (1870-1952), que pone énfasis en un ambiente de colaboración en donde no existen las calificaciones o los exámenes.

Además, los salones de clases están formados por estudiantes de edades variadas que oscilan sobre todo entre los 2 años y medio hasta los 7 (aunque existen programas hasta los 18 años), en donde el aprendizaje y descubrimiento es individual de cada alumno y sucede durante largos períodos de tiempo.

“Nuestra principal preocupación debe ser educar a la humanidad, los seres humanos de todas las naciones, a fin de guiarla hacia la búsqueda de objetivos comunes”, dice la Asociación Internacional Montessori (AMI, por sus siglas en italiano) en su página web.

“Debemos hacer del niño nuestra principal preocupación. Los esfuerzos de la ciencia deben concentrarse en él, porque él es la fuente y la clave de los enigmas de la humanidad”, agrega.

“Lo que destaca la educación Montessori es el desarrollo individual de las personas. No crea un sistema centrado en el maestro sino en el desarrollo de las necesidades del individuo. Y no es solo académico sino también físico, social y emocional”, dice Scott Akridge, propietario de la Academia Riverstone Montessori en Georgia, Estados Unidos.

Se trata, destacan sus partidarios, de un sistema basado en habilidades.

“No sólo enseñamos en lo académico, también enseñamos habilidades para emprender. Es lo que se denomina habilidades de función ejecutiva, que es prestar atención, organizar, planificar, iniciar tareas y hacer foco en ellas, controlar las emociones y la auto observación”, explica Akridge a BBC Mundo.

“Y es por esto que los graduados de Montessori se convierten en grandes líderes:porque todas las funciones ejecutivas para ser exitosos las aprendieron en preescolar y primaria”, agrega.

En la actualidad se estima que hay 25.000 escuelas Montessori en todo el mundo, aunque desde la misma organización AMI reconocen que es muy difícil contabilizarlas porque las instituciones no están obligadas a registrarse.

En primera persona

Cuando solo tenía 2 años, Jeff Bezos asistió a una escuela Montessori en Albuquerque, Estados Unidos, durante aproximadamente un año y medio.

“Es increíble”, dijo Jeff Bezos a la revista Montessori Life en el año 2000. “Qué buen programa fue”.

María Montessori (en la imagen) se dio cuenta de lo importante que era la estimulación sensorial y las actividades manuales para el desarrollo de los niños Foto: Getty Images

“Intuitivamente creo que fue una experiencia muy formadora haber ido a esas clases, en ese ambiente y haber sido estimulado desde muy temprana edad”, analizó Bezos sobre su paso por la escuela Montessori.

Incluso el pasado mes de septiembre, Bezos creó un fondo de beneficencia de US$2.000 millones para ayudar a personas sin hogar y establecer una nueva red de escuelas inspiradas en ese método educativo.

Los fundadores de Google también resaltaron en el pasado la importancia de la educación primaria que recibieron para alcanzar sus logros.

“Los dos fuimos a la escuela Montessori y creo que parte del entrenamiento de no seguir órdenes y reglas nos motivó a pensar qué estaba pasando en el mundo y pensar las cosas diferente“, dijo Larry Page en una entrevista a la cadena estadounidense ABC en 2004.

Incluso Gabriel García Márquez fue otro de los exestudiantes de Montessori, un hecho que destacó en sus relatos biográficos “Vivir para contarla”.

“No creo que haya método mejor que el Montessoriano para sensibilizar a los niños en las bellezas del mundo y para despertarles la curiosidad por los secretos de la vida”, escribió.

“Es curioso que los emprendedores exitosos que estudiaron en Montessori hablan de su educación inicial cuando se les pregunta cómo se convirtieron en lo que son”, dice Akridge.

“Cuando hablamos de logros en Montessori, a veces es difícil, porque nuestro método solo es de primaria. Así que hay una brecha desde que las personas dejan la escuela [hasta que comienzan a trabajar]. Por eso, es llamativo que estos emprendedores millonarios la mencionen“, le dice a BBC Mundo.

Críticas

Pero no todos los comentarios son positivos cuando se habla del método Montessori.

Algunos críticos creen que el ambiente en el aula es demasiado libre, cuestionan las prioridades de enseñanza de Montessori o el hecho de que los niños normalmente no lleven tarea a la casa.

También están los que critican que los alumnos tengan libertad para elegir lo que estudian, porque creen que eso provoca que algunos no dominarán en el futuro ciertas áreas importantes.

Como tampoco existen exámenes formales, hay quienes temen que la falta de estructura deje al niño en desventaja a la hora de hacer la transición entre la escuela Montessori y una tradicional, según un artículo de la Universidad Concordia en Oregón, Estados Unidos.

“Las últimas investigaciones sobre educación reflejan lo que nosotros hacemos en términos de lo que es el éxito. Por ejemplo: mezclar edades en la escuela, dar menos tarea, focalizarnos en las necesidades emocionales del niño…”, defiende Akridge.

“Todo eso, nosotros lo estuvimos haciendo por 100 años”, asegura.

Lo cierto es que en un estudio de 2017 publicado en la revista Frontiers in Psychology, investigadores evaluaron al inicio de la escuela preescolar en Estados Unidos a unos 70 alumnos de Montessori y a 70 de una escuela tradicional.

Todos ellos comenzaron sus estudios con puntajes similares.

En los siguientes tres años, los 70 niños de Montessori tuvieron mejores resultados en los exámenes de matemáticas y alfabetización. Al final del preescolar, los alumnos de Montessori tuvieron un rendimiento significativamente mayor en esas áreas.

Sin embargo, en la resolución de problemas grupales, la función ejecutiva y la creatividad no hubo diferencias significativas en ambos grupos.

“La crítica no tiene fundamento. Solo es porque somos diferentes”, dice Scott Akridge dueño de la Academia Riverstone Montessori, en Georgia, Estados Unido Foto: Getty Images

Sin embargo, otro estudio de 2017 publicado en la revista Nature destacó que no hay evidencia de que los resultados en alumnos de Montessori indiquen un mayor éxito.

La investigación, del Departamento de Psicología y Desarrollo Humano del University College de Londres, Reino Unido, analizó las investigaciones hechas sobre el sistema educativo y resaltó que “no hay elementos individuales del método Montessori que podrían explicar alguno de los efectos positivos que dicen encontrarse” en los alumnos.

Lo que está claro es que medir el éxito es muy difícil. Y atribuirlo a la educación temprana, como la de varios millonarios exitosos, también lo es.

“La historia detrás del éxito de las personas de negocios es de ellos. Si ellos se lo atribuyen a su educación en Montessori, también es su decisión”, aseguraron a BBC Mundo desde la Asociación Internacional Montessori.

“Todos son personas de negocios inspirados en la tecnología y, en ese sentido, sus mentes son, por supuesto, curiosas, inquisitivas e impulsadas por el deseo de descubrir“, concluyeron.

Fuente de la reseña: https://noticiero52.com/metodo-montessori-como-es-la-educacion-que-recibieron-los-creadores-de-amazon-google-y-wikipedia/

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El humanismo pedagógico de María Montessori

Por: Fran Rodgue

Una mujer avanzada a su tiempo que entendió la necesidad de establecer un método educativo centrado en el perfeccionamiento y potenciación de las características individuales y sociales del ser humano.

Educadora, científica, médica, filósofa, psiquiatra, psicóloga, católica, feminista y, sobretodo, humanista. Nacida el 31 de agosto de 1870 en la provincia italiana de Ancona, Montessori se crió en el seno de una familia burguesa donde destacó desde muy pequeña por desarrollar un aprendizaje significativamente más rápido que el resto de menores de su edad. Esto le llevó a estudiar ingeniería a los 14 años, siendo esta una formación muy alejada de la que era la máxima aspiración de la mujer en la época: La docencia.

María Montessori en 1896. Fuente: Montessoricr
María Montessori en 1896. Fuente: Montessoricr

       En 1896, María presentó su tesis a un grupo de diez hombres, los cuales quedaron impresionados por su trabajo, lo que motivó su graduación como la primera mujer médico de Italia. Además, se convirtió en 1901 en directora de una clínica psiquiátrica asociada a la Universidad de Roma. Igualmente, se formó en contenidos antropológicos y filosóficos, elementos esenciales que impulsaron su interés hacia la psicología.

A consecuencia de un desamor, se afilió al movimiento feminista italiano, representándolo al mismo nivel, nacional e internacional, en los Congresos de Berlín (1896), y Londres (1899).

Montessori se apoyó en los trabajos de dos médicos franceses: Jean Itard (1774-1838), padre de la nueva pedagogía, y Eduardo Séguin (1812-1880), el cual investigó las causas de las deficiencias mentales. A través del estudio de ambos investigadores, llegó a entender la importancia que suponía la observación sistemática y la investigación científica de los niños como la mejor manera de entender el patrón de desarrollo bio-psico-social y su influencia en la construcción de la personalidad y el conocimiento que estos tenían del mundo.

Igualmente, podemos destacar la figura del pedagogo suizo Pestalozzi (1746-1827), el cual constituyó un sistema didáctico apoyado en la inteligencia. Para dicho autor, la mejor manera de alcanzar el conocimiento era a través de las propias experiencias de los niños, y sobre todo, estableciendo una educación más democrática.

El método Montessori tiene como bases fundamentales la necesidad de respetar a los niños y sus capacidades de aprendizaje. Considerados como la esperanza de la humanidad, entendía que a través de la libertad en los primeros años del desarrollo psicosocial, el niño llegaría a convertirse en un adulto con capacidad de hacer frente a los problemas de la vida. Para ello, diseñó un programa pedagógico integral que cubría todas las áreas temáticas  (matemáticas, lengua, ciencias, historia, literatura, arte o música) abarcando desde los 0 hasta los 18 años.

Principios como la libertad, la creatividad, el pensamiento y el movimiento, la recompensa interna, el contexto, los iguales, el orden psicosocial o la interacción maestro-alumno, se constituyen hoy en día como las bases fundamentales de la pedagogía humanista de María Montessori. 

Montessori visitando una de las escuelas que aplicaban su método. Fuente: lateladicarlotta
Montessori visitando una de las escuelas que aplicaban su método. Fuente: lateladicarlotta

A principios del siglo XX viajó a Estados Unidos y conoció a Alexander Graham Bell y a su esposa, quienes fundaron la Asociación Educativa Montessori en Washington. Igualmente, en 1929 se inauguró la Asociación Montessori Internacional en Ámsterdam, en 1938 el Centro de Entrenamiento Montessori, también en Holanda y en 1947 un Centro de Pedagogía Montessori en Londres.

El régimen de Mussolini le concedió la distinción de miembro honorario por sus investigaciones en los campos de la pedagogía y la psicología. A pesar de ello, en 1933 se vio obligada al exilio, pues se clausuraron sus escuelas por unas declaraciones contrarias a la dictadura. Montessori entendía que el fascismo solo buscaba «formar a la juventud según sus modelos brutales, convirtiéndolos en pequeños soldados». Se instaló en Barcelona durante unos años, hasta que tuvo que partir de nuevo como consecuencia del comienzo de la Guerra Civil española. Desde 1936 a 1947 se estableció en Holanda, donde siguió profesando sus conocimientos pedagógicos y la importancia de establecer una educación centrada en las necesidades del niño.

En 1947 regresó a Italia para ayudar en la reorganización de las escuelas, incorporándose de nuevo a la Universidad de Roma. La idea de que los niños son sus propios mentores y que necesitan de un sistema educativo libre y democrático que les permita escoger aquellas opciones que mejor se adapten a sus necesidades, sirvió para que Montessori luchara por reformar la metodología y psicología de la educación.

En 1949 decidió establecerse definitivamente en Ámsterdam, publicando ese mismo año el libro “The Aborbent Mind”. Asimismo, publicó diversos textos que recogían las experiencias a través de sus métodos de enseñanza, entre los que destacan “El método Montessori, “El niño en la familia”, “Paz y Educación” o “Antropología pedagógica”, entre otros. Fue nominada tres veces al Premio Nobel de la Paz (1949, 1950 y 1951), y nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad de Ámsterdam.

María Montessori murió en Holanda el 6 de Mayo de 1951 a la edad de 81 años, convirtiéndose en una de las figuras más representativas de la pedagogía activa de la historia.

Fuente: https://www.vavel.com/es/historia/2018/04/24/905946-el-humanismo-pedagogico-de-maria-montessori.html

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María Montessori, la mujer que revolucionó la educación

Por: aleteia/22-09-2017

Las raíces cristianas del método de aprendizaje que respeta la psicología natural y el desarrollo físico y social del niño

Nacida en 1870, María Montessori fue una médico y educadora italiana cuyo trabajo fue elogiado por los papas Pablo VI y Benedicto XVI. Su visión del niño como una persona completa, compleja y frágil destinada a desarrollarse y su método educativo para ayudarle a lograrlo con éxito cuentan con una importante reputación internacional. Gracias sus primeros escritos, publicados en 1935, su pedagogía destacó por su originalidad impregnada de la sabiduría tradicional.

El método Montessori, aplicado todavía hoy por miles de personas alrededor del mundo, tiene sus raíces en la fe de su autora. Su intención es ofrecer a los niños una educación respetuosa sus intereses y atenta a ellos para adaptar su entorno de aprendizaje a su nivel de desarrollo. María Montessori lo explica en “Dios y el niño“, un escrito inédito en el que rescata las convicciones profundas de esta célebre pedagoga.

El Niño-mesías

Para María Montessori el niño está dotado de una grandeza natural que busca desarrollarse en un entorno propicio. Ella es católica y su pensamiento toma la imagen de Cristo para proporcionar al niño una misión divina.

Su pedagogía sigue su propio camino, pero nunca se aleja de las las palabras de Cristo a los niños. Y es a través de la observación de sus comportamientos durante años llega a la conclusión que los niños están dotados de una riqueza interior innata que podrían perder o ignorar si su entorno les impide desarrollarla.

Un embrión espiritual

En “El niño” encontramos la metáfora del “embrión espiritual” que, para expresarse, tiene que pasar por una encarnación.

En numerosas ocasiones, María Montessori expresa su entusiasmo por el desarrollo del niño y el misterio que lleva consigo. Y la palabra“milagro” se plasma con regularidad a lo largo de su escritura.

El carácter cristiano de su pedagogía no da lugar a dudas en la forma en que termina su capítulo sobre el recién nacido donde encontramos una dimensión crística sin equívocos:

“Llegó al mundo

Y el mundo fue hecho para él.

Pero el mundo no lo reconoció.

Llegó a su propia casa

Y los suyos no le recibieron … “

*Fuente: https://es.aleteia.org/2017/03/07/maria-montessori-la-mujer-que-revoluciono-la-educacion/

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Reseña de Película: Maria Montessori ,una vida dedicada a los niños.

Sinopsis Maria Montessori: una vida dedicada a los niños (2007) El drama, filmado en Turín, cuenta la historia de María Montessori, educadora italiana famosa inventora del método que lleva su nombre, siendo conocida y aplicada en todo el mundo. Hasta que llega a una situación particular incómoda: la paradoja de una mujer que crece y educa a miles de niños con pasión, pero no puede hacerse cargo del suyo propio.

Dirigiendo:

  • Gianluca Maria Tavarelli

Actores:

Fuente: https://youtu.be/BT248M49YgU?list=PLxG4qQP3RRe5hRKv4NsTVsANgH-wydgMC

Imagen:http://2.bp.blogspot.com/_e6H1qAtsths/S9Aa2p35bkI/AAAAAAAAAXM/oFhyb8wTQvY/s1600/montessori.png

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La mejor forma de enseñarle a un bebé a caminar es… ¡No enseñarle!

Entrevista/26 de julio de 2016/Fuente: la nación

A veces las madres y padres nos ponemos ansiosos y morimos de ganas de ver a nuestros hijos pasar a la siguiente etapa o conquistar algún logro, cuando en realidad ellos no tienen ningún apuro. Cada bebé como individuo tiene sus propios tiempos y si no gatea o no camina todavía, no quiere decir que haya algo mal, simplemente que por ahora se siente bien descubriendo el mundo así y no está listo para pasar a lo siguiente. Pero pronto seguro lo logrará.

Sobre esto hablan Liliana Gruss y Francis Rosemberg, dos fonoaudiólogas y psicomotricistas que, inspiradas por el método del movimiento libre la pediatra húngara Emmi Pikler, escribieron el libro Bebés en movimiento, El desarrollo postural en imágenes. En él muestran fotos de las posturas y desplazamientos espontáneos de los bebés y las van analizando, demostrando la naturalidad y armonía con que los bebés van evolucionando hasta lograr ponerse de pie y caminar por sí mismos, sin necesidad de enseñanzas, ya que al ser respetados sus tiempos y valoradas sus iniciativas, crecen seguros, tranquilos y capaces para lograrlo.

Destaco a continuación algunas claves de mi entrevista a ambas expertas, acerca del desarrollo postural y el movimiento de los bebés para tener en cuenta:

Foto: Pixabay

– La intervención del adulto «estimulando» o provocando posturas que el bebé no domina, interfiere en la secuencia y entorpece las adquisiciones. El control del cuerpo en el espacio, el dominio del equilibrio, son vivencias muy íntimas; nadie desde el afuera puede determinar cuál es el momento para colocar al niño en tal o cual posición. María Montessori decía que toda ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo.

– Hay que partir desde un comienzo de la postura sobre la espalda, en la que está garantizada la mayor superficie de apoyo y, por lo tanto, el equilibrio y la seguridad corporal, y permitirle al bebé ejercitar todos sus movimientos con libertad, facilitará que cada niño construya por sí mismo la secuencia de posturas y desplazamientos que lo llevarán de la horizontalidad a la verticalidad.

– Dejarlos aprender solos influye positivamente en la confianza y autoestima de nuestros hijos. Esta vivencia de control del propio cuerpo, del equilibrio, del ejercicio de las propias iniciativas, tiene gran incidencia en el desarrollo emocional de los niños. El vínculo cálido y seguro con sus padres y con los adultos responsables de su cuidado, adultos que le permiten actuar, que disfrutan con lo que el bebé es capaz de hacer, con lo que sabe y puede en cada etapa por la que va transitando, permite que el niño se desarrolle seguro de sí mismo, con la seguridad emocional que le dan la contención y el respeto por sus logros.

– Todos los bebés atraviesan las mismas etapas pero a distintos tiempos: esto sucede en una secuencia que va desde la posición sobre la espalda a poder pararse y caminar. Hay niños más precoces y otros más tardíos. Lo importante no es cuándo los niños hacen lo que hacen, sino cómo lo hacen: con seguridad, confianza, dueños de su propio cuerpo, o dependiendo de que alguien lo ponga, lo saque, lo acomode… Los ritmos son diferentes: la marcha se da generalmente entre los nueve y los dieciocho meses. Los que caminan a los nueve, son los precoces; los que lo hacen a los dieciocho son los tardíos. El promedio de los niños suele comenzar a caminar alrededor de los dieciséis y no a los doce meses como indican muchas tablas de desarrollo.

– Si el desarrollo autónomo es respetado y no se interfiere colocando al niño en posturas que aún no domina, todos los niños gatean, se sientan, se paran y caminan. Gatean sentados aquellos niños que fueron colocados en posición de sentado antes de adquirirla por sí mismos. Reptar es un desplazamiento correcto que se adquiere antes del gateo, antes de que las piernas y los brazos logren sostener el tronco alejado del piso. Es posible que en un principio el desplazamiento se produzca hacia atrás, ya que hay empuje desde los antebrazos antes de que el niño organice el punto de fuerza en los dedos de los pies. A partir de la experiencia, los niños irán organizando sus desplazamientos hasta lograr el reptado hacia adelante.

Foto: Pixabay

– Hablar de autonomía del niño pequeño, es reconocerlo como un ser de acción y no sólo de reacción desde las etapas más tempranas. Como un interlocutor válido en el vínculo adulto-niño. ¿Acaso no se transforma la casa, nuestras rutinas cotidianas y la vida entera cuando llega un bebé al hogar? ¿No nos ponemos felices si abre la boca alegremente para comer el puré que le ofrecemos y no nos angustiamos si la cierra y frunce el entrecejo o da vuelta la cara negándose a comer? Hablar de autonomía es considerarlo persona desde el nacimiento. Es poder observarlo y descubrir que sólo es torpe si le imponemos posturas a las que no ha llegado por su cuenta. Que es armonioso en sus movimientos cuando gira y pasa de estar panza arriba a panza abajo; que tiene iniciativas propias cuando explora los objetos tomándolos en sus manos, observándolos, cuando chupa, sacude, frota, tira y vuelve a tomar… Hablar de autonomía es tomar la decisión de respetarlo en sus tiempos y en sus ritmos, en sus deseos y necesidades, sin intentar imponer los nuestros.

– Si bien hay que dejar que los niños «hagan» por su cuenta, esto no quiere decir que el adulto se desentienda de él. Todo lo contrario. Conocerlo profundamente, saber cuáles son las necesidades de cada uno, tomar en serio la actividad de cada bebé, le permite al adulto referente organizar el espacio adecuado, un medio tranquilo, distendido y seguro, rico en elementos seleccionados en función de sus intereses y sus posibilidades, en cada etapa madurativa por la que va transitando.

Foto: Pixabay

– Hay puntos en común entre la filosofía de María Montessori y los principios de la Dra. Emmi Pikler. Ambas buscan organizar un lugar en el que los niños puedan hacer las cosas por sí mismos – vivir su propia vida – sin ayuda inmediata de los adultos. De esta manera, el niño se hace consciente de su propio poder, es decir de su poder hacer. También hay algunas diferencias, ya que Montessori se dedicó a la «educación» de los niños y a desarrollar planes de aprendizaje individualizado, pensando en las formas más naturales y espontáneas de adquisición de conocimientos, a partir de las edades de la escolarización. Emmi Pikler se dedicó a las etapas más tempranas del desarrollo infantil, desde el nacimiento hasta el ingreso en la etapa escolar. Es decir a la constitución subjetiva más temprana. Sus principios se asientan sobre la calidad de los cuidados cotidianos, y sobre la libertad del movimiento en los bebés, y no sobre los aprendizajes de índole escolar.

– Algunos de los errores comunes que cometemos los papás: a veces los adultos caemos en la tentación de acelerar o querer saltear etapas. Cuando el bebé está madurativamente preparado para jugar boca arriba, mover libremente brazos y piernas, girar la cabeza, nosotros pensamos que es mejor ponerlo boca abajo (posición en la queda aplastado contra el colchón, sin poder mover su cuerpo ni elevar la cabeza, ya que ésta es muy pesada). Cuando está ejercitando este giro para ponerse boca abajo, consideremos necesario sentarlo. Entonces le colocamos almohadones para sostenerlo (pero igual se cae para un costado, ya que su columna no está madura para permanecer erguida). Y cuando comienza a sostenerse sentado, lo paramos. Y apenas él comienza a pararse por sí mismo, lo hacemos caminar. Siempre apurando sus tiempos. Como si lo que el bebé propone, no importara. Porque nuestras expectativas siempre están más allá de lo que él puede en el aquí y ahora. Así es muy difícil construir la autoestima, la confianza en sí mismo, la posibilidad de tener iniciativa…

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1920883-la-mejor-forma-de-ensenarle-a-un-bebe-a-caminar-es-no-ensenarle

Imagen: http://bucket1.glanacion.com/anexos/fotos/23/ahora-entiendo-a-mi-mama-2239823w620.jpg

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España: Aprender jugando, los niños mejoran con la educación en positivo

España/www.canarias7.es/22 de julio de 2016

Desde que Maria Montessori revolucionara el mundo de la enseñanza, no hay duda: la educación en positivo funciona o, lo que es lo mismo: los niños aprenden más jugando. Cada vez son más madres y padres que intentan aplicar esa máxima para que la absorción de conocimientos sea mayor y ocurra en todo momento, sin que el niño sufra por ello

A finales del siglo XIX, la escuela Montessori dio inicio a una revolución en el método de la enseñanza que hasta el momento se aplicaba. Partiendo de la premisa de ayudar a un niño a buscar su completo desarrollo, el método instauró una serie de cambios que entre otras premisas, apostaba por la enseñanza en positivo. El niño, en las primeras etapas de su desarrollo, está en un proceso de absorción total: todo estímulo puede traducirse en un aprendizaje a adquirir. Pero para eso, claro, hay que obtener ese estímulo. Más allá de los párvulos y las escuelas, esto se traduce en un «aprender jugando» que cada vez más padres y madres llevan a cabo con sus hijos.

La idea es sencilla: una vez ha concluido el día en el colegio, incluso después de las posibles actividades extra escolares que puedan tener, niños y niñas quieren seguir jugando y cada vez son más los progenitores que seleccionan juegos educativos. De este modo, sus hijos se lo pasan bien, y no sólo aprenden, sino que lo hacen con mayor ahínco, reteniendo conceptos y enseñanzas de manera mucho más eficiente.

No son pocas las empresas especializadas en el ocio infantil que buscan implementar el método Montessori a sus juguetes y, de la misma manera, surgen otras propuestas interesantes. En este sentido, Planeta DeAgostini ha lanzado la colección Playmobil – La aventura de la historia, figuras y libros de la popular marca de juguetes que a cada nuevo fascículo repasan una parte de la historia de la humanidad. De este modo, los niños coleccionan juguetes, juegan con ellos y de paso, aprenden.

Cuando se trata de la educación de nuestros menores, no hay límites. La educación en positivo puede aplicarse a todas horas si con ello, además de aprender, disfrutan y se divierten.

Tomado de: http://www.canarias7.es/articulo.cfm?Id=428613
Imagen: https://www.google.com/search?q=m%C3%A9todo+Montessori&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjUw6HhtoXOAhVErB4KHSgaANIQ_AUICCgB&biw=1366&bih=623#imgrc=wcHYuPZoPsHQ0M%3A

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