Centro América/Costa Rica/18 Junio 2017/Fuente y Autor: elmundo
Es común que en las aulas universitarias las clases sean magistrales, el estudiante anota, luego va a casa, resuelve las tareas a medias, al otro día se revisan rápidamente, sin derecho a profundizar, pues hay más materia que impartir.
En un esfuerzo por mejorar los procesos didácticos, un matemático de la Sección Regional Huetar Norte y Caribe, Campus Sarapiquí de la Universidad Nacional (UNA), se dio a la tarea de implementar un singular modelo, en el que resuelven las deficiencias apuntadas y las necesidades del estudiante pasan a ser prioridad; es el llamado aprendizaje invertido, toda una tendencia mundial.
Eithel Trigueros, académico de la Sede de Sarapiquí y responsable del proyecto explicó que “lo que procuramos es aplicar una novedosa metodología basada en la resolución de problemas prácticos en clase con el uso de tecnologías y entornos virtuales; de tal manera que el estudiante pueda hacerlo de manera creativa, potenciando la relación profesor-alumno”.
“Luego, los alumnos en casa, también apoyados en otros materiales audiovisuales complementan lo visto en el aula. Así el provecho que se le saca al tiempo en clase es grande”, agregó.
La prueba se hizo a lo largo del primer semestre con estudiantes del curso de Estructuras Discretas de Informática, Sede Sarapiquí, y los resultados fueron halagadores, “el nivel de aprobación del curso se elevó y los estudiantes dicen que esta modalidad les pareció más atractiva”, recalcó Trigueros.
Tras la exitosa experiencia, la comunidad académica de la UNA mira con interés el modelo de aprendizaje invertido, el cual no se descarta, pueda replicarse en otras Escuelas o Facultades de la UNA.
El proyecto de Trigueros formó parte de su tesis para optar por su Maestría en Tecnología e Innovación de la Educación de la UNA.
Fuente de la noticia: http://www.elmundo.cr/profesor-la-una-implementa-novedosa-metodologia-utilizando-entornos-virtuales/
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América del sur/Colombia/18 Marzo 2017/Autor: Diario Semana Educación/Fuente: Semana
Semana Educación habló con el experto internacional Josep María Duart, de la Universitat Oberta de Catalunya, España, para saber por qué hoy hay que optar por una carrera en esta modalidad de aprendizaje.
La aparición de nuevas plataformas digitales ha eliminado por completo las fronteras y las excusas para no aprender. De hecho, la cobertura en educación superior en el país ha crecido a un ritmo vertiginoso gracias a la oferta de programas en línea que están ofreciendo las universidades en todo el mundo.
Sin embargo, muchos todavía creen que esta modaldiad de aprendizaje es sinónimo de mediocridad y baja calidad. Pero lo cierto es que este formato pone sobre la mesa nuevas metodologías de enseñanza que forman profesionales capaces de emprender procesos de aprendizaje autónomos. Los retos de sobrellevar un proceso académico de este tipo son tan complejos como los que requiere un programa presencial.
La educación virtual le ha dado un vuelco a los modelos tradicionales de enseñanza, y aunque en Colombia la virtualidad todavía es un terreno poco explorado, algunas universidades ya empezaron a poner en marcha programas en línea y otras ofertas técnicas. Semana Educación habló con Josep María Duart, profesor e investigador de la Universitat Oberta de Catalunya, en España, quien se encuentra en el país para asesorar a diferentes instituciones, como la Universidad Cooperativa de Colombia, en esta materia.
Semana Educación (S.E.): ¿Son las carreras virtuales de menor calidad que las que se hacen de manera presencial?
Josep María Duart (J.D.): Desafortunadamente en América Latina y en Colombia esa es una de las características más grandes por la que es conocida la formación virtual y a distancia. Pero esto es del todo falso. En los países de Europa, Asia o en Estados Unidos este prejuicio no existe, en lo absoluto. Los grandes movimientos de educación digital se han producido en estos territorios. De hecho, la creación de los cursos Mooc se le adjudica a la Universidad de Stanford. Las mejores instituciones en educación superior como Yale, Cambridge, Oxford tienen cursos online o de aprendizaje combinado. Lo de no valorar esta metodología sólo ocurre aquí. Las mejores universidades en Colombia están intentando dar el paso para abrirse a la educación virtual, pero ninguna se ha atrevido a meterse de lleno. Las que sí lo han hecho paradójicamente son las que no están acreditadas en alta calidad y eso ha contribuido a que se cree un imaginario negativo en torno a la educación virtual.
S.E.: Entonces, ¿Cómo garantiza esta metodología la calidad de los contenidos?
J.D.: En un principio el problema que ha habido en este país y muchos otros es que el uso que se ha hecho por parte de algunas universidades con criterios no basados en calidad. Básicamente se ha pensado que esto era fácil porque consistía en subir unos PDF y en tener un computador, pero se ha olvidado que lo más importante es crear un modelo de formación tan o igualmente bueno y posible que los demás. Por ejemplo, en Estados Unidos uno de los colectivos que más se forman online es el de las enfermeras y uno podría pensar que se necesita el contacto presencial para adquirir esos conocimientos, pero no; y no hablemos de otras disciplinas como las Humanidades y carreras afines a los negocios.
Hay que entender que lo único que cambia en esta modalidad es el entorno: aquí no hay un salón con profesor, hay un espacio compartido llamado Internet y el estudiante puede acceder cuando y cómo quiere. A pesar de que los estudiantes sean autónomos y aprendan a su ritmo, la figura del profesor es fundamental y su calidad como docente primordial. A su vez, hay que saber que como ha cambiado el medio de aprendizaje, también las dinámicas. Muchos estudios han demostrado que el nivel de participación en clase de los estudiantes de modalidad virtual es mucho mayor que los que optan por la educación tradicional.
Hoy en día, los estudios que estamos haciendo en Cataluña no tienen ninguna diferencia con títulos de otras universidades. Sabemos que el valor del título del trabajador es el mismo, pero con un añadido que son una serie de competencias que se adquieren en este entorno virtual, como la autodisciplina, el autocontrol y la capacidad de trabajar en equipo.
S.E.: El tema de la disciplina es muy importante, porque si no se tiene en cuenta esta metodología no funciona…
J.D.: Yo diría que la disciplina es algo que se adquiere y aprende. Hay que entender que una de las primeras cosas que se debe hacer esi se opta por esta metodología es planificarse. Se necesita unos espacios de tiempo para trabajar y también unos de estudio para desarrollar los contenidos.
S.E.: Estamos rodeados de tecnología pero, ¿qué le hace falta todavía a la educación virtual para seguir innovando en esta metodología?
J.D.: Como pedagogo, pienso que hay que hacer una reflexión profunda sobre el uso de las tecnologías. Recuerdo una vez que en mi universidad pudimos entrevistar a Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, y le preguntamos sobre qué uso podíamos darle a la red social en materia de educación. Él se limitó a responder que no había creado la red social para educar. La reflexión es que pensar en educar con estas herramientas es el trabajo de nosotros los pedagogos. Tenemos que saber qué objetivos nos van a ayudar a cumplir. Cuando aparecen nuevas tecnologías la gente piensa que hay que adaptarla inmediatamente a la educación, pero no debe ser así. Hay que primero pensarla, ver cómo actúa, qué beneficios puede traer y situarla. Pasa hoy con Twitter, Facebook y Wikipedia por mencionar algunas plataformas.
S.E.: Al ritmo que van las tecnologías, ¿cree que la educación tradicional podría extinguirse?
J.D.: No lo creo. Ambas modalidades son complementarias y creo que existirán por mucho tiempo. Siento además que el verdadero éxito está en la hibridación: saber aprovechar lo mejor de cada metodología. Hace años, cuando empezaron a aparecer los libros electrónicos y los medios digitales se llegó a pensar en la completa extinción de lo impreso, pero hoy en día eso no es así. La gente continúa imprimiendo. Más bien, podría decir que hace diez años existían universidades que no tenían estos medios tecnológicos que hoy existen en las aulas y dudaban de su reputación, hoy la realidad es otra y todos se están volcando por el universo tecnológico. En pleno siglo XXI nos estamos dando cuenta que la formación no sólo se da en la universidad o en el colegio, sino a lo largo de la vida. La sociedad cambia y los conocimientos también, por eso nosotros los pedagogos debemos continuar formando mientras trabajamos y la modalidad e-learning se adapta perfectamente a estos cambios.
América del Sur/Brasil/14 de febrero de 2017/Fuente: BID
La Corporación Interamericana de Inversiones (CII), en nombre del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), firmó un préstamo de 18 millones de reales con Mind Lab Brasil para aumentar el acceso a metodologías educativas innovadoras en escuelas públicas y privadas de Brasil. Con el apoyo de la CII, la compañía espera ampliar su alcance a más de 160.000 estudiantes durante los próximos seis años, la mayoría de ellos en la base de la pirámide económica.
En 2013, el 88% de los estudiantes en Brasil asistía a escuelas públicas, de los cuales el 78% provenía de familias de bajos ingresos. El enfoque de contenido tradicional utilizado en la mayoría de estas escuelas no es el adecuado para preparar a los estudiantes con las habilidades de pensamiento crítico necesarias que pueden sacarlos de su situación de vulnerabilidad.
El concepto de Mind Lab se basa en la noción de que los juegos de pensamiento, facilitados por el profesor en un papel de mediador, sirven como una herramienta de desarrollo de destrezas emocionales sociales de gran potencia. Según la OCDE, estas habilidades socio-emocionales son habilidades de aprendizaje crítico para tener éxito en el siglo XXI. Cada año, más de 400.000 estudiantes de 1.000 escuelas públicas y privadas de Brasil aprovechan esta innovadora metodología.
La CII y Mind Lab también se han asociado con el Instituto Ayrton Senna, una ONG brasileña dedicada a la educación, para realizar una evaluación independiente del impacto de esta metodología de enseñanza. Esto ayudará a identificar lecciones aprendidas sobre cómo mejorar las habilidades socio-emocionales de los estudiantes.
Acerca de la Corporación Interamericana de Inversiones (CII)
La Corporación Interamericana de Inversiones (CII), miembro del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es un banco multilateral de desarrollo comprometido con el sector privado de América Latina y el Caribe. La CII financia empresas y proyectos sostenibles para que alcancen resultados financieros y maximicen el desarrollo social y medio ambiental en la región. Con un portafolio de US$7 mil millones en activos y 330 clientes en 20 países, la CII provee soluciones financieras innovadoras y servicios de asesoría que responden a las demandas de sus clientes en una variedad de sectores.
Acerca de Mind Lab
Mind Lab es una empresa de educación brasileño-israelí cuya misión es ayudar a estudiantes de todas las edades a desarrollar las habilidades cognitivas y blandas necesarias para tener éxito en el siglo XXI. La empresa fue fundada en 1994 y ya ha impactado a millones de estudiantes y profesores en más de 25 países. Mind Lab ha demostrado resultados con 14 estudios de investigación realizados por instituciones como la Universidad de Yale (EE.UU.), la Universidad Northumbria (Reino Unido), el Instituto INADE (Brasil), IPRASE Institute (Italia) y la Universidad de Estambul Turquía). Mind Lab fue mencionada en Wired como una de las 10 empresas de educación más innovadoras del mundo y fue nombrada como una de las 50 compañías de educación más importantes de América Latina. En Brasil, Mind Lab se ha asociado con más de 1,000 escuelas públicas y privadas, cubriendo a más de 400,000 estudiantes cada año.
América del Sur/Colombia/21 de diciembre de 2016/Fuente: el espectador
Aunque todavía falta mucho trecho, hay otros motivos para tener esperanza sobre el futuro educativo de los colombianos.
Tener en cuenta el nivel socioeconómico de la población impactada, la metodología utilizada en las aulas de clase, el costo de pensión, la estratificación, la ubicación geográfica y el género del plantel, al momento de realizar listas de los mejores colegios, es una excelente idea para alejarnos de las urbes y de los centros educativos privados con excelente calidad, pero altísimos precios. Así podemos atacar la desigualdad del país. / Foto: Cristian Garavito
Los resultados de las pruebas publicados hace un par de semanas, que miden cómo están los estudiantes colombianos y de otros países en varias áreas del conocimiento, fueron justo motivo para que el gobierno de Juan Manuel Santos sacara pecho y reiterara su compromiso con que Colombia sea el país más educado en América Latina en 2025. Aunque todavía falta mucho trecho, y hay consideraciones que pueden plantearse sobre el énfasis que se le ha dado a ese examen, también hay otros motivos —como los llamados “colegios cohete”— para tener esperanza sobre el futuro educativo de los colombianos.
El presidente Santos dijo que “hay un motivo grande de satisfacción: las PISA revelan que Colombia está entre los únicos tres países que mejoraron su desempeño sustancialmente en todas las áreas evaluadas”. Tiene razón. En ciencia, por ejemplo, es el segundo país que más ha mejorado desde 2006, aumentando 28 puntos en su promedio. Por otra parte, subió cuatro posiciones en el ranquin general de lectura, superando a Brasil, México y Perú, y en matemáticas subió una posición.
Seguimos estando, no obstante, por debajo del promedio de los países de la OCDE, y aún estamos lejos de Chile, referente en la región. Pero los analistas han indicado que estos resultados deben leerse dentro de un contexto de mejoría después de varios años de estancamiento, y siempre teniendo en cuenta que los procesos educativos, por su naturaleza, tardan años en poder evaluar su rendimiento.
Entre las preguntas que surgieron después de los resultados estuvo una particular sobre la preparación que el Gobierno motivó especialmente para las pruebas PISA. ¿Estamos corriendo el riesgo de crear colegios diseñados para responder a esas pruebas? ¿Eso puede considerarse como la educación de calidad que necesita Colombia?
Aquí podemos valernos de una medición distinta que nos invita a pensar en cómo vamos a construir un sistema educativo mucho más incluyente. La Fundación Alberto Merani tardó seis años en analizar los datos de 13.000 instituciones educativas del país con una intención: ver cuáles mejoraban más rápido y considerablemente. De esta manera, y enfocándose en los colegios públicos y aquellos privados con una pensión mensual inferior a $130.000, encontraron que el 1 % de los colegios del país, denominados “cohetes”, mejoran rápidamente en su desempeño año tras año. Ahí deberíamos enfocar nuestra mirada para ver cómo lo replicamos.
Tener en cuenta el nivel socioeconómico de la población impactada, la metodología utilizada en las aulas de clase, el costo de pensión, la estratificación, la ubicación geográfica y el género del plantel, al momento de realizar listas de los mejores colegios, es una excelente idea para alejarnos de las urbes y de los centros educativos privados con excelente calidad, pero altísimos precios. Así podemos atacar la desigualdad del país.
Entonces, además de celebrar el desempeño en las PISA, qué útil sería estudiar el ejemplo de la Fundación Pies Descalzos (en Barranquilla), Los Santos Apóstoles (en Cúcuta), el Francisco Luis Hernández Betancur (en Medellín), el Gónzalo Jiménez Navas (en Floridablanca), el Adelaida Correa Estrada (en Sabaneta) y todos los otros cohetes identificados por la Fundación Alberto Merani. A ver si podemos seguir por el buen camino de tener la Colombia más educada y de manera equitativa.
¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a yosoyespectador@gmail.com.
El modo en que nuestros hijos aprenderán a leer y a escribir está a punto de cambiar en la Argentina. El Ministerio de Educación avanza en su decisión de impulsar una metodología de alfabetización diferente de la que, desde hace 30 años, domina en el aprendizaje de la lecto escritura de la mayoría de los chicos del país y que, según muchos especialistas, genera serios problemas de repitencia y abandono.
La nueva metodología es conocida en el mundo académico como «conciencia fonológica», una perspectiva de alfabetización que se enfoca en la oralidad y los sonidos de las palabras para el dominio de la escritura y la lectura. Hasta ahora el marco conceptual dominante fue el de la psicogenética, sobre todo en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires, una perspectiva de alfabetización constructivista que supone que los chicos aprenden a partir de enfrentarse con diversas experiencias culturales de escritura.
«Estamos analizando el tema con la mesa federal de formación docente y formación continua, poniendo el énfasis en lectoescritura desde el Instituto Nacional de Formación Docente (Infod) y manteniendo reuniones con referentes del tema.» Con estas palabras, la secretaria de Innovación y Calidad Educativa de la Nación, Mercedes Miguel, confirmó a LA NACION la decisión a favor de alentar la «conciencia fonológica» como metodología de formación docente y pieza clave del diseño curricular en los primeros grados de primaria.
Por eso Miguel convocó para hoy, a las 10, a una reunión a los principales referentes de la perspectiva de la «conciencia fonológica». Entre los expertos invitados figuran la investigadora principal del Conicet Ana María Borzone; la investigadora del Conicet, docente de la Unsam y responsable de la propuesta Derecho a Aprender a Leer y Escribir (DALE), Beatriz Diuk, y Florencia Salvareza, directora del Departamento de Lenguaje del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco).
El tema anunciado del encuentro es «Alfabetización y lectura». En la práctica, la «conciencia fonológica».
¿Pero qué diferencia a cada una de esas metodologías? «Desde la perspectiva de la conciencia fonológica, sabemos que no emitimos sonidos aislados al hablar, sino sílabas. Los chicos identifican primero las sílabas, pero el gran objetivo de la alfabetización es el acceso al fonema. El desafío es que el maestro intervenga para que sean capaces de desarmar cada sílaba y aislar cada fonema», explica Diuk.
Se trata de que los chicos sean capaces de encontrar la correspondencia entre un fonema y su letra. El punto de partida es la oralidad.
Del lado de la perspectiva psicogenética, el proceso de alfabetización tiene un inicio bien distinto: la interacción con estímulos de escritura. «Los chicos van pensando el sistema de escritura en interacción con lo que el medio les va proveyendo en términos de experiencias culturales con los sistemas de escrituras.» Así describe la directora de la maestría en Escritura y Alfabetización de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Mirta Castedo. La creadora de la perspectiva psicogenética es Emilia Ferreiro, psicóloga y pedagoga radicada en México, discípula de Jean Piaget, una leyenda en el mundo de la enseñanza de la lectoescritura en América latina.
¿Cómo se diferencia el trabajo del maestro en el aula en cada caso? «La conciencia fonológica exige muchas intervenciones del maestro y muy precisas: apoya la escritura prolongando los sonidos de las palabras. El alumno escribe esos sonidos que el maestro prolonga para enseñar la correspondencia entre el fonema y su representación visual», detalla Diuk.
Los críticos tachan la «conciencia fonológica» de mero entrenamiento y de conductista. En el caso de la psicogenética, «el maestro introduce a los chicos en la cultura escrita desde el primer día sin piedad», afirma Castedo. Lectura de maestros a los chicos. Mucha lectura de los chicos. Y alentarlos a escribir como salga. Y un maestro que intervenga para que detecten los «índices» de escritura, suerte de patrones en la formación de las palabras.
Los defensores de la «conciencia fonológica» están convencidos de que ese tipo de inmersión en la escritura no conduce a la alfabetización.
Otra crítica contra la psicogenética es su falta de efectividad para alfabetizar a los chicos de sectores vulnerables. Para Borzone, «es una metodología que hace más pobres a los pobres». Diuk explica: «Los chicos que tienen menos oportunidades extraescolares necesitan que la escuela haga un trabajo sistemático para ayudarlos a acceder al fonema».
Entre los argumentos a favor de la «conciencia fonológica» los especialistas señalan su alineamiento con los procesos cognitivos en el cerebro. «Estamos trabajando con el Ineco en qué tienen las neurociencias para decir sobre cómo aprende el cerebro», explica Miguel.
Castedo afirma que la psicogenética puede validarse desde la neurociencia. El debate sobre los métodos de alfabetización es intenso entre los educadores de todo el mundo.
«The reading wars.» Las guerras de la lectura. Así se conoció en los Estados Unidos la polémica que enfrentó, en los 90, a los defensores de uno y otro método. Finalmente, en 1997, el National Reading Panel dictaminó a favor de políticas públicas basada en la «conciencia fonológica».
La Argentina, en cambio, tuvo otra experiencia. «La psicogenética dominó en lo que se les enseña a los docentes. La otra corriente fue sistemáticamente combatida», dice Diuk. En la práctica, los docentes suelen combinar las metodologías.
Algunos expertos esperan que la decisión dispare un debate intenso, aunque sin muchas esperanzas de acuerdo. La falta de consensos imprime sesgos ideológicos a posiciones académicas: el supuesto progresismo de la psicogenética y su constructivismo se oponen al supuesto conservadurismo utilitarista de la «conciencia fonológica».
Dos modelos en pugna
Conciencia fonológica. El método por venir
Parte de la oralidad para que los alumnos aprendan a reconocer los componentes del habla, los fonemas y, desde allí, llegar al conocimiento del sistema de escritura.
Característica: la conciencia fonológica requiere de mucha más intervención del maestro, pero es una intervención muy específica con un objetivo muy puntual y claro.
Papel del maestro: el docente apoya la escritura prolongando los sonidos de las palabras. El alumno pasa al frente y escribe esos sonidos que el maestro prolonga para aprender la correspondencia entre el fonema y su representación visual, es decir su letra.
Crítica: demasiado conductista; aprendizaje reducido a entrenamiento.
Psicogenética. El plan que tiene más de 30 años
Parte del contacto de los alumnos con experiencias de escritura y de lectura -escuchando leer a sus padres, viendo escribir a sus maestros, intentando leer o escribir- en sus hogares y en el aula para llegar gradualmente, por la comprensión de contradicciones, al conocimiento del sistema de escritura.
Característica: es un método constructivista en el que el aprendizaje parte la exposición del sujeto a los estímulos escritos del entorno.
Papel del maestro: colabora en ofrecer estímulos de escritura, con la lectura diaria, a partir de dictados que los chicos le proponen al docente.
Críticas: no tracciona el aprendizaje de la lectoescritura; confía demasiado en el poder de los estímulos escritos del entorno; no logra enseñar a los sectores desfavorecidos
América del Sur/Argentina/04 de noviembre de 2016/www.lanacion.com.ar/Por: Sebastián Campanario
El formato insignia de capacitación empresaria está en crisis y enfrenta una competenciade opciones de aprendizaje menos convencionales en un mundo corporativo en el que las carreras de estudio se acortan y la vida laboral tiende a alargarse.
Hay dos noticias para dar con respecto al futuro de la educación ejecutiva: una buena y una mala. La buena es que la velocidad de cambio en la economía es tan alta que los conocimientos caducan cada vez más rápido, con lo cual la demanda para actualizar y reinventar carreras profesionales aumentará. Y esto abrirá una era de aprendizaje permanente, más allá de la clásica maestría al terminar la facultad, con más trabajo que nunca para el sector de la educación focalizado en empresas y profesionales. La mala noticia es que a las universidades y casas de estudio tradicionales les está costando captar esta nueva demanda, que comienza a buscar opciones de aprendizaje menos convencionales, más allá del MBA («Master in Business Administration», en su sigla en inglés).
«Estamos viviendo cambios importantes en las empresas y en la forma de relacionarse de los ejecutivos. Las carreras se acortan para mucha gente, al tiempo que la vida laboral tiende a alargarse», explica Fernando Zerboni, profesor de la Udesa y experto en innovación y estrategia, «la capacitación ejecutiva está forzada a realizar modificaciones drásticas en este contexto. El MBA, el formato insignia, tendrá que evolucionar en su esquema básico y en su metodología de enseñanza; pero también en sus contenidos».
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