En busca de académicos integrales: la carta bajo la manga de las b-schools peruanas

Redacción:  MBA América Economía

La mayor demanda y diversidad de maestrías ha impulsado a las escuelas de negocios peruanas a reclutar talento especializado para que imparta conocimiento y adoptar metodologías de enseñanzas más atractivas para una generación que busca marcar diferencia en un mercado cada vez más competitivo.

ada vez más, el mercado laboral peruano demanda mayor especialización en los profesionales en determinadas áreas para lograr el éxito en sus empresas. Y es que, ante el desarrollo de determinados sectores e industrias en el país, el grado y tipo de especialización son altamente valorados. Ante ello, las escuelas de negocios locales necesitan reclutar catedráticos capaces de transmitir conocimientos a los profesionales que buscan marcar la diferencia en un mercado que se torna más competitivo y exigente.

“Las maestrías especializadas forman expertos en una determinada área organizacional o sector económico del país. Por ello, se requiere contar con docentes que sean reconocidos en su área de expertise”, dice Giuliana Leguía, directora de Pacífico Business School. “El proceso de selección debe hacer hincapié en qué tan experto es el docente para potenciar las competencias que se buscan desarrollar en el área o sector sobre el que trate determinada maestría y así lograr alcanzar el perfil de egresado requerido”.

Según Peter Yamakawa, decano de ESAN Business School, actualmente hay un mayor número de profesionales que apuestan por ser catedráticos en programas de este tipo. “Muchos de los participantes que han estudiado una maestría especializada quieren enseñar, porque desean compartir sus conocimientos y su experiencia profesional, y encuentran en la docencia un espacio alternativo de desarrollo profesional”, dice.

Paralelamente a esta tendencia, existe una mayor cantidad de candidatos o postulantes a catedráticos. Y si bien el nivel académico está aumentando, el grado de especialización también. La competencia por ser catedráticos de maestrías es más fuerte, y el deseo de enseñar no basta para lograrlo. En ese sentido, la mayoría de escuelas de negocios buscan un perfil atractivo que combine tanto los grados académicos como la experiencia profesional.

“Tenemos maestrías en áreas muy punteras, como la de medioambiente, donde hemos reclutado profesionales que han desarrollado su carrera en el extranjero. Evidentemente tienen el grado académico y el know how, y lo bueno es que al formar a estas futuras promociones de maestros podrán cumplir los requerimientos del mercado laboral y educativo para tener profesionales con grado de maestría”, dice Guillermo Quiroga, director académico de Posgrado de la UPC. Quiroga también apunta que en el mercado académico existen profesionales que ya están terminando su ciclo corporativo y ven en la docencia una manera de devolver lo aprendido.

“Son ejecutivos con una muy buena carrera corporativa, que en su momento hicieron un MBA y que todo su trabajo los ha llevado a ser expertos. Por ejemplo, en la maestría de Project Management necesitamos que los profesores tengan un MBA y la certificación PMP”, dice. En tanto, la carrera por atraer el mejor talento no solo se da en el plano local. “Una gran barrera para reclutar catedráticos es la competencia no solo local, sino sobre todo la internacional, ya que al realizarse procesos de selección internacionales, se está compitiendo con las mejores escuelas del mundo en la atracción y retención del mejor talento”, dice Giuliana Leguía.

Pero ¿cuál es el perfil ideal? “Buscamos un mix entre profesores jóvenes, con una mayor aproximación con los alumnos y profesores, con experiencia, que sepan canalizar el ímpetu de los profesionales por querer avanzar a gran velocidad. La experiencia es un atributo que no se gana de la noche a la mañana y este tipo de profesores aporta mucho para la formación de un profesional en la medida en que la enseñanza sea dinámica. Los años de experiencia en el mundo empresarial contribuyen mucho, y es importante darle la importancia necesaria a este perfil de catedráticos”, complementa Peter Yamakawa. Para Giuliana Leguía, el docente de una maestría debe tener una trayectoria relevante, “es decir, que sea un excelente profesor e investigador, pero que además tenga un amplio conocimiento y vinculación con el mundo organizacional y sectorial, así como experiencia internacional”.

Métodos que cautivan Hoy, los estudiantes de maestrías pertenecen a generaciones jóvenes que buscan una mejor gestión del conocimiento y dinamismo en las clases. Atrás quedaron las clases en las que los alumnos se sentaban en un salón viendo una presentación en PowerPoint y escuchando al profesor. “Ellos quieren a un profesor que pueda retarlos, que les enseñe a analizar y que les permita relacionar los conocimientos que van aprendiendo con la mejora de sus organizaciones o emprendimientos”, dice Peter Yamakawa.

“Por ello, buscamos que nuestros docentes se actualicen constantemente, para estar alineados a las tendencias de negocios globales e incorporen en clases nuevas tecnologías y metodologías ágiles de enseñanza. Por ejemplo, en el caso de nuevas tecnologías, nuestros profesores deben tener conocimientos en Kahoot, una app que permite que los estudiantes contesten preguntas en tiempo real, así como en simuladores de toma de decisiones como The Fresh Connection”, detalla.

Para Guillermo Quiroga, en maestrías relacionadas con transformación digital, las metodologías dinámicas son un must. “Obviamente se tiene que trabajar el tema de design thinking, agile, scrum, lean startup, entre otros. Próximamente lanzaremos una maestría de transformación digital que tendrá un componente muy importante de change management, o manejo del cambio, que es un tema crítico en los procesos de transformación.

También tenemos herramientas para sustentar un business case que justifique esta transformación. Las maestrías no solo apelan a una formación teórica, sino que brindan herramientas para abordar un problema concreto, generar ideas o conceptos y además formar competencias. Al pedirle al alumno que tome decisiones, que investigue, compare y analice, es fundamental tener herramientas como simuladores que ayuden a lograrlo. En nuestra maestría de Márketing trabajamos con varios de estos. Lo interesante de la simulación no es el resultado, sino el briefing posterior: por qué tomó esa decisión y la discusión que se genera al evaluar el proceso”, explica.

Otros factores que los profesionales buscan en las maestrías especializadas son la flexibilidad de horarios y las modalidades de estudio. En ese sentido, las escuelas de posgrado ofrecen horarios que se acomodan a los tiempos de los participantes e incluso han incorporado clases virtuales a sus diferentes programas para que los participantes puedan estudiar desde cualquier lugar. El factor internacional también es relevante.

“Tenemos un componente internacional muy potente a nivel posgrado, por la calidad de sus partners internacionales en los cinco continentes, pero vamos más allá y ofrecemos distintas opciones de internacionalización”, dice Yamakawa. Así, todo indica que el número de alumnos de maestrías seguirá al alza en los próximos años en Perú, por lo que las escuelas de negocios continuarán y afinarán su búsqueda para reclutar a los mejores profesores. La idea es que ellos brinden las mejores herramientas para formar a los ejecutivos peruanos que trazarán el futuro que todos necesitamos.

Fuente: https://mba.americaeconomia.com/articulos/reportajes/en-busca-de-academicos-integrales-la-carta-bajo-la-manga-de-las-b-schools

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¿Modalidades de titulación en Normales?

Por: Abelardo Carro Navas

En esta ocasión, he querido abordar un tema que se me hace de lo más pertinente en estos momentos, dado que las instituciones educativas de todos los niveles, se acercan a la culminación de un ciclo escolar más. Como parece obvio, me referiré de manera específica a las escuelas normales y a las modalidades de titulación que tienen contempladas las licenciaturas en educación preescolar y primaria, en su Plan de Estudios, las más de 200 escuelas públicas de mi México querido.

Para iniciar, deseo comentar que así como he señalado en reiteradas ocasiones (en este mismo espacio), que la Secretaría de Educación Pública (SEP) y sus titulares, han mantenido en el olvido a las normales del país; ésta, la reforma que sufrió el Plan de Estudios de normales en el año 2011 – primero en escuelas piloto – y, posteriormente, para todas las instituciones a partir del 2012, fue un acierto. Y fue un acierto que operó la Dirección de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), instancia encargada de estas escuelas.

Como seguramente tendrá conocimiento, los planes de estudios 1999 y 1997 de las licenciaturas en educación preescolar y primaria, respectivamente; tenían contemplado una única modalidad de titulación, el documento recepcional. Éste, era un ensayo mediante el cual el estudiante normalista, con base a sus argumentaciones derivadas de la experiencia obtenida de sus jornadas de prácticas profesionales durante el último año de su carrera, construía un documento con cierto rigor teórico-metodológico, en el que plasmaba dichas vivencias relacionadas con su trabajo docente en los jardines de niños y escuelas primarias, mismas que eran el resultado de la puesta en marcha de una propuesta pedagógica.

Se pensaba en ese entonces, que al interior de las aulas en las que el practicante ponía en juego sus conocimientos, habilidades, actitudes y valores, los problemas se encontraban en sus alumnos, en sus aulas, en sus escuelas, no así en el ejercicio de su práctica profesional.

Años pasaron y tal propuesta de titulación llegó a “pulirse” en las escuelas normales de tal manera, que los temas recurrentes bajo los cuales se titulaban los estudiantes – y que los docentes asesoraban –, estaban relacionados con el desarrollo de un juego, una propuesta didáctica, el seguimiento de un caso, el análisis de la gestión escolar; en fin, de aquellas situaciones que aludían a la propuesta, seguimiento y análisis de una problemática en particular.

Para el logro de este propósito, los docentes que fungían como asesores, integraban sendos colegiados en los que, bajo una estructura que año con año se “renovaba”, diseñaban todo un esquema de trabajo que les permitiera orientar a sus estudiantes. Así, todos los docentes – éste es un supuesto porque en los hechos no acontecía de esta manera por las dinámicas institucionales – podían participar en el proceso de titulación como asesores.

Con el Plan de estudio 2012, la estructuración de una malla curricular, las normas de control escolar, y las orientaciones para la elaboración del documento de titulación, la cosa cambió; la DGESPE, dio un salto monumental en la forma en que podrían titularse los estudiantes normalistas. Su propuesta radicó en tres modalidades: tesis de investigación, informe de prácticas profesionales, y un portafolio de evidencias. Modalidades que los alumnos pueden elegir al momento que culminan el 5º semestre.

Sobre la primera modalidad no abordaré mucho, considero que sabemos lo que significa elaborar una tesis a partir de los enfoques y de la metodología que la misma investigación ofrece. Lo importante a rescatar aquí es que tal modalidad, plantea la enorme necesidad de generar conocimiento sobre los distintos fenómenos que en el campo educativo acontecen día con día. A diferencia del documento recepcional, en la construcción de ésta, el rigor científico y metodológico, es fundamental para el logro de tal objetivo.

Por lo que respecta al informe de prácticas profesionales; éste, sienta sus bases en la investigación-acción, necesaria para analizar el proceso de enseñanza y de aprendizaje pero, sobre todo, del ejercicio o de la práctica docente. La idea de que los problemas se encontraban en los niños, el aula, la escuela, la comunidad, quedó atrás. Pensar y repensar la función y práctica educativa en esta modalidad, lleva a los estudiantes  – a decir de la DGESPE –, a poner en marcha una propuesta que le permita atender sus debilidades y fortalecer aquellos elementos de su quehacer en el ámbito educativo, específicamente, en el aula en la que realiza sus prácticas profesionales.

Finalmente, el portafolio de evidencias – escasamente seleccionado en estos días por los estudiantes en las normales –, plantea la posibilidad de demostrar el desarrollo de las competencias adquiridas a los largo de los seis semestres que antecedieron al inicio del proceso de titulación. Como parece obvio, el alumno, recaba todas aquellas evidencias de aprendizaje con las que construye un documento a través del cual, da cuenta de los logros alcanzados pero, también, de aquellas áreas de oportunidad que tiene para mejorar su quehacer docente.

Para el logro de estas tres modalidades de titulación, resulta fundamental el trabajo previo que los docentes de las normales, tuvieron que haber desarrollado con sus alumnos. La malla curricular, ofrece cinco trayectos formativos y varios cursos que le permiten al estudiante y al profesor, ese acercamiento para que los aprendizajes y experiencias, se vean plasmados en su documento de titulación.

Por ello, y por las características de la nueva propuesta de titulación, a las normales se les estableció – normativamente – que aquel profesor que deseara ser asesor de titulación, contara con maestría a fin al campo educativo. Asunto más que importante si consideramos que una licenciatura debe estar a cargo de docentes con un grado superior de estudios.

Las bondades que tienen consigo dichas modalidades de titulación, son muchas y muy variadas. No obstante, también existen ciertos problemas en su implementación, pero esas cuestiones serán motivo de otra entrega, más por falta de ganas, de espacio en estos momentos.

De esta forma mi apreciable lector, culminó estas ideas expresando lo que al inicio señalé con claridad: así como he marcado ciertos errores en los que ha incurrido la SEP en varios rubros relacionados con la educación normal, éste, por parte de la DGESPE, ha sido y es un acierto.

Ahí tenemos los normalistas, motivo de investigación para el desarrollo de proyectos vinculados con los procesos de titulación en la educación normal que nos arrojen luz y conocimiento para la toma de decisiones.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/modalidades-de-titulacion-en-normales/

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