Reseña de libro: Evaluar para conocer, examinar para excluir

España / 11 de marzo de 2018 / Autor: Raül Solbes i Monzó / Fuente: raulsolbes.com

Mi última entrada se centró en la reseña del libro “Comunicación no violenta” y la entrada de hoy va en el mismo camino. Se trata del último libro que estamos leyendo en el seminario “Proyecto Roma“…

Es un libro enmarcado dentro de un modelo de evaluación de cuarta generación, también conocido como modelo alternativo o modelo constructivista. Este modelo es:

  1. Crítico con la evaluación tradicional, por su visión gestora y tecnócrata.
  2. Mantiene un gran apego al enfoque positivista.
  3. Propone cambios globales basados en que la evaluación es un proceso sociopolítico, de colaboración, de enseñanza-aprendizaje, continuo, recursivo, altamente divergente y emergente, en el que los resultados son impredecibles y que además “crea realidad” al influir en las percepciones de las personas.

J.M Álvarez Méndez no aporta recetas mágicas (¡vaya, lo que usualmente buscamos los docentes!) pero sí te hará reflexionar sobre tu práctica educativa y fundamentalmente replantearte el sentido y el diseño de los instrumentos de evaluación.

Evaluar para conocer, examinar para excluir” se estructura en un total de 8 capítulos:

  1. El campo semántico de la evaluación. Más allá de las definiciones
  2. Naturaleza y sentido de la evaluación
  3. La retórica de la evaluación
  4. La cara oculta de la evaluación: la cuestión ética y práctica
  5. La estructura de la evaluación
  6. La evaluación como actividad crítica de conocimiento
  7. De técnicas y recursos de evaluación: la importancia (relativa) de los métodos
  8. Aprender de los errores. Aprender de las preguntas. Sugerencias para la acción reflexiva y crítica

Álvarez Méndez empieza su libro con una cita de Juan Ammós Comedio que podría ser un perfecta síntesis de todo lo que viene después:

CitaCOMENIO

Veamos algunas de las anotaciones de mi cuaderno:


  • La evaluación educativa deberían caracterizarse por:
    • Ser democrática, negociada, transparente
    • Estar siempre al servicio de los protagonistas de la enseñanza y aprendizaje
    • Debe formar parte de un continuum: precesual, continua, integrada en el currículo y en el aprendizaje
    • Siempre formativa, motivadora y orientadora (NO sancionadora)
    • Conviene aplicar técnicas de triangulación: evaluación del profesorado, autoevaluación del alumnado y coevalución de los compañeros.
    • Todos los agentes deben ser responsables
    • Orientada a la comprensión y al aprendizaje y no al examen
    • Preocupada de la forma en que el alumnado aprende, sin descuidar la calidad de lo que aprende
  • Una enseñanza orientada al examen, distorsiona el currículo porque da o desplaza el interés hacía los factores de medición, otorgándoles un poder de control que realmente no tiene (uno de los principales problemas del bachillerato).
  • No podemos contemplar formas alternativas de vida porque continuamos valorando el orden, la eficiencia y la uniformidad por encima de los ideales de espontaneidad, reciprocidad, variedad y flexilidad. RIZVI (1989)
  • La evaluación educativa es esencialmente una actividad práctica que mira a la formación integral de las personas que participan en el proceso y por lo tanto es una cuestión ética y no solo académica. Si entre los aspectos técnicos preocupa la objetividad, entre los éticos la preocupación se centra en la acción justa, ecuánime, equitativa.
  • El diálogo puede ser el método de evaluación más potente para saber lo que las personas conocen. Solo hablando con las personas se pueden plantear los temas en términos inteligibles y en un lenguaje común, coloquial y directo, que no tiene por qué estar reñido con las exigencias intelectualmente más formales. (J.M. Álvarez Méndez cita en varias ocasiones a HABERMAS)
  • Quien evalúa quiere conocer, valorar, sospesar, discriminar, discernir, contrastar el valor de una acción humana, de una actividad, de un proceso, de un resultado. Evaluar es construir el conocimiento por vías heurísticas de descubrimiento. Quien evalúa con intención formativa quiere conocer la calidad de los procesos y de los resultados.
  • La evaluación debería ser el momento en el que quien enseña y quien aprende se encuentren con la sana intención de aprender. Evaluamos para conocer. Aprendemos de la evaluación. Solo asegurando el aprendizaje podremos asegurar la evaluación, la buena evaluación que forma continuamente, que sería además, significativa en cuanto catalizadora de nuevos aprendizajes. Evaluamos mientras aprendemos; aprendemos mientras evaluamos. Paradójicamente, el examen rompe de un modo artificial este proceso de equilibrio entre este momento de la recepción y el de la producción.
  • Emplear la comunicación y el debate como la base de la evaluación permite que la clase se centre en el analizar, el razonar, el argumentar, el criticar y en persuadir, más que en el memorizar procedimientos trillados y repetir respuestas automáticas.
  • El valor de la educación no está en el instrumento en sí mismo sino en el uso que de él se haga. Más que el instrumento, importa el tipo de conocimiento que pone a prueba, el tipo de preguntas que se formularán, el tipo de cualidades (mentales o prácticas) que se exigen y las respuestas que se espera obtener según el conocimiento de las preguntas o problemas que se formulan.
  • Como alternativa a los modelos y técnicas de evaluación tradicionales (conductivistas) es necesario afianzar, tanto al profesorado como al alumnado, criterios que orienten y que apoyen realmente la evaluación participativa y compartida. En base a este razonamiento se reconoce que quien es evaluado aplica y utiliza los conocimientos de un modo argumentado, participativo, creativo, compartido, para resolver las cuestiones que se le plantean en el ejercicio de la evaluación.
  • Se requiere un cambio de uso de las técnicas e instrumentos de evaluación disponibles (examen, entrevista, cuestionario,…), de forma que se informe al sujeto que ha respondido sobre la calidad de la respuesta, la forma de elaboración de la misma, la explicación de los fallos o errores, el proceso de comprensión y de elaboración del pensamiento. 
  • La calificación, que se acepta como inevitable, llegará como consecuencia de las conveniencias acordadas, en los principios de negociación establecidos. Cuando la evaluación se mezcla con la calificación, se confunde la parte con el todo.
  • Para recuperar el valor formativo de los exámenes es necesario hacer preguntas inteligentes (que estimulen, que no paralicen). Deberían buscar contenidos relevantes y significativos que inciten a la reflexión y que miren más allá de la inmediatez del examen
    • Aquellas preguntas que obtengan la misma respuesta entre alumnos se pueden descartar sin más (seguramente solo requieren de memoria).
    • Si son preguntas cuya respuesta pueden copiarse mecánicamente entre los alumnos, habrá que revisarlas.
    • Se deben formular preguntas que “obliguen” a argumentar de un modo creativo, crítico y autónomo.
    • Las preguntas deben estimular no adormecer y incitar a la obediencia.
    • La única forma de corregir un examen con este tipo de preguntas es hablando con el sujeto que las responde. La autoridad del profesor se ejerce por su capacidad de argumentar
    • Las preguntas con “truco” o “trampa” son una perversión del proceso de formación.

Generalmente la práctica docente obedece más a la inercia de la costumbre que a un quehacer reflexivo, por lo que usualmente los docentes confundimos evaluación con calificación y perdemos el objetivo de la misma.

Termino hoy con una serie de preguntas que también nos plantea Álvarez Méndez en el capítulo 7 de este libro:

¿Evaluación para reproducir, repetir, memorizar, crear, comprender?¿Evaluación para comprobar la capacidad de retención, ejercer el poder, mantener la disciplina? ¿Evaluación para comprobar aprendizajes, desarrollar actitud crítica, de sumisión, de obediencia, de credibilidad? ¿Evaluación para garantizar la integración del individuo en la sociedad o para asegurar el éxito escolar? ¿Evaluación en un sistema que garantiza el acceso a la cultura común y la superación de las desigualdades sociales por medio de la educación? ¿Evaluación para garantizar la formación correcta de quienes aprenden?…

¿Para qué evalúas tú? ¿Qué finalidad persigues?

Fuente de la Reseña:

Evaluar para conocer, examinar para excluir

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Modelo educativo local ayudaría a combatir abandono escolar en Dominicana

República Dominicana/13 de Noviembre de 2017/Metro

Se trata de la educación alternativa puertorriqueña.

Al igual que en Puerto Rico, el abandono escolar entre los jóvenes se presenta como uno de los grandes desafíos sociales que enfrentan las autoridades educativas y las organizaciones sin fines de lucro en República Dominicana.

Mientras en nuestra isla el número de estudiantes entre los 13 y 18 años de edad que deja la escuela ronda el 49 %, en el hermano país caribeño la cifra oficial es de 37.5 %, según datos del último Censo Nacional de Población y Vivienda. Asimismo, la Oficina Nacional de Estadística apunta a que del total de estudiantes dominicanos que entra al sistema educativo apenas el 15.4 % ingresa a la universidad.

En ambos países, el abandono escolar juvenil se relaciona a factores como el desencanto de los jóvenes con la escuela tradicional, la falta de recursos económicos, nuevas y prematuras responsabilidades familiares y la necesidad de trabajar.

Para atajar esa situación, en Puerto Rico se ha puesto en marcha un modelo de educación alternativa que, por más de tres lustros, ha mostrado resultados sorprendentes, reteniendo a los jóvenes en las escuelas, aumentando su aprovechamiento académico, apoyando a sus familias y ofreciéndoles nuevas oportunidades para potenciar sus talentos y encaminar sus vidas.

Los detalles de esa exitosa experiencia se presentaron este fin de semana ante un nutrido grupo de educadores dominicanos en la decimosexta edición del Encuentro Internacional de Educación y Pensamiento, que tuvo lugar en la Universidad Adventista Dominicana (UAD), ubicada en Bonao, capital de la provincia Monseñor Nouel en la República Dominicana.

Allí, la presidenta ejecutiva de Nuestra Escuela, organización pionera en la implantación del modelo de educación alternativa en Puerto Rico, tuvo a cargo la conferencia magistral de apertura del evento titulada “Fomentando el desarrollo integral del estudiante: una experiencia de sana convivencia guiada por el amor”.

“En ambos países tenemos muchos jóvenes talentosos con experiencias de vida dolorosas que necesitan apoyo socioemocional para sanar sus heridas y una oportunidad para expresar sus talentos e intereses. La escuela alternativa fomenta el desarrollo integral del estudiante y se convierte en una experiencia transformadora conducida por el amor”, señaló Guzmán Torres.

Para la educadora, el modelo de educación alternativa aporta al desarrollo formativo e intelectual de los jóvenes y potencia sus capacidades, tal y como ha experimentado Nuestra Escuela a lo largo de sus 17 años de historia, tiempo en el que la institución ha servido a 1,651 jóvenes y sus familias, de los cuales 1,307 se han graduado, logrando una asistencia de 86.3% y una tasa de retención promedio de 95%.

Del total de sus egresados, 86% ha continuado estudios post secundarios y 34% ha ingresado a la fuerza laboral del país.

“Nuestra Escuela es algo más que una escuela, somos familia. Una comunidad que desde la responsabilidad y el compromiso apoya y cuida los unos a los otros en una experiencia que incluye los familiares y el entorno social del estudiante”, sostuvo.

Para ahondar en las características de la población que sirve su organización, Guzmán Torres detalló que el 82% de los jóvenes que actualmente sirve Nuestra Escuela viven bajo niveles de pobreza. Al igual, 88% viven sin la figura paterna; 32% ni siquiera conocen quién es su padre; 23% viven sin la figura materna; 26% viven sin ninguno de sus dos padres; 20% son madres adolescentes; 10% son padres adolescentes; 15% viven en hogares sustitutos; y 63% han repetido algún grado en la escuela.

“Trabajamos con una población de jóvenes muy vulnerable. Junto a ellos construimos un ambiente de comunidad educativa, afectiva y amorosa en una experiencia de la que hemos derivado grandes logros y satisfacciones”, puntualizó.

Para la educadora, que es natural de la República Dominicana, el modelo de educación alternativa aporta al fortalecimiento de la sociedad y promueve la construcción de una nueva concepción de ciudadanía, en la que priman valores como la solidaridad, la democracia y el respeto.

“En Nuestra Escuela hemos aprendido el valor de la transformación de los jóvenes desde el ser humano, su vida, talentos, sueños y necesidades. Hemos desarrollado un modelo de servicios educativo que nos ha dado mucho éxito y qué más quisiéramos que compartirlo con la comunidad educativa dominicana y verlo florecer aquí”, dijo.

Agregó que “la educación alternativa es una herramienta efectiva para combatir el abandono escolar. Es una opción para garantizar que nuestros jóvenes, no importa su condición, obtengan una educación de primera que aporte a potenciar sus capacidades y talentos y les ofrezca destrezas que los ayude a emprender proyectos sociales y económicos que les permita romper con los nudos de la dependencia”.

Y aunque la educadora aseguró ante sus colegas dominicanos que no hay recetas ni soluciones mágicas para atajar el problema del abandono escolar, cifró su esperanza en las posibilidades de transformación que la educación alternativa ha logrado en los jóvenes puertorriqueños.

Fuente: https://www.metro.pr/pr/noticias/2017/11/07/modelo-educativo-local-ayudaria-combatir-abandono-escolar-domincana.html

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