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¿Ser Docente o Ser Ausente?

Por Dra. María Guadalupe Barradas Guevara

¿Cómo saber lo que nos conviene sin saber en dónde nos encontramos?

Se ha dicho que cuando existe la vocación de educar, la enseñanza debe ser necesariamente un acto de amor y de fe hacia los demás. Es decir; un proceso compuesto de actos intencionales, que busquen el bien en el otro. La enseñanza debe ser una continua búsqueda de la perfectibilidad humana, que implique la promoción de cambios en las personas, de cambios profundos y radicales; de cambios que transformen de manera auténtica a los alumnos.

Sin embargo, aunque uno de los temas frecuentes en discusiones y diálogos entre los docentes, sea el desarrollo de sus alumnos, no todo maestro, en el impulso de este proceso, produce aprendizajes en ellos, aunque cuando se logra, siempre existe una enseñanza implícita. Por esta razón, veo cada vez más endeble la legitimidad de las premisas subyacentes a esta profesión, puesto que ser docente se ha convertido a través de la historia en algo rutinario, desencantado y desesperanzador. ¿Qué vientos en contra tienen estos maestros? ¿Serán ellos mismos? ¿Será el poco interés que presentan los maestros o los alumnos en su propia construcción? ¿Serán el desaliento de la educación?

En México, como en muchos otros países, son muchas las tensiones que envuelven el ser docente, desde las propias confrontaciones sociales y la devaluación de su práctica, hasta la contradicción permanente en la que vive por la naturaleza de su trabajo. Latapí (2002) señala que la profesión de maestro a nivel básico, y también en el medio superior y superior, en México tiene muchos rasgos oscuros:
1. El sueldo escaso y lo que ese sueldo significa de bajo reconocimiento social;
2. Las condiciones laborales poco estimulantes, tanto en el medio rural como en el urbano marginado: instalaciones y muebles deteriorados, carencia de apoyos didácticos, presión de muchas obligaciones burocráticas y, a veces, una gran soledad;
3. La pobreza de los alumnos que les dificulta aprender, y con frecuencia la indisciplina, rebeldía o altanería de algunos muchachos en el aula;
4. La ignorancia o indiferencia, a veces, de los padres de familia que no los corrigen ni estimulan;
5. Y la competencia descorazonadora a la que se enfrenta el docente, al rivalizar con la “televisión”, los videos y las bandas de rock para conquistar el interés de los alumnos, en batallas perdidas de antemano.

A este lado oscuro de la profesión docente se debe, también, añadir la corrupción en el medio magisterial. Hay reglas de juego poco edificantes, simulaciones a las que hay que resignarse, abusos que callar aunque molesten y poderes nada éticos con los que hay que transigir. Termina diciendo Latapí (2002), por otro lado, ser maestro tiene, afortunadamente, otros rasgos que se inscriben en su lado luminoso y se descubren, cuando se logran trascender las pequeñas miserias de la cotidianidad y recuperar lo esencial, lo que alguna vez fue atractivo, es lo que se conoce como “vocación”: el amor a los niños y a los jóvenes, el deseo de ayudarles, de abrir sus inteligencias, de acompañarlos en su proceso para llegar a ser hombres y mujeres de bien.

Partiendo de lo anterior y tratando de contestar el gran dilema de este artículo “Ser docente” o “Ser ausente”. ¿Cuál de los dos nos lleva a un estado concreto dentro de la práctica educativa? ¿Los maestros están o fingen que están?

Sin saber qué contestar, y como docente que soy, considero que esto depende a las circunstancias o momentos que se nos presenten:
a. Aulas con alumnos preocupados y motivados por ser mejores.
b. Aulas con alumnos despreocupados y desmotivados por ser mejores.

Los primeros remiten a aquellos alumnos sabedores que a través de la educación garantizan su desarrollo y perfección, o como diría Aristóteles, “un hombre virtuoso”, el cual está estrechamente ligado a la excelencia de la propia vida. Puesto que, sólo la persona virtuosa es sabia, prudente, valiente, justa y sólo de este modo puede ser feliz. Y las virtudes se adquieren ejercitándose en ellas al través de la creación de hábitos (citado por Lonergan, 2001). Y es en este tipo de aulas que el maestro puede ser docente, pese a todas las incertidumbres laborales, a su sueldo escaso, a los desesperanzadores resultados que tiene la sociedad, puesto que su labor, está determinado por la fe de la perfección humana, entendida como un proceso compuesto de actos intencionales, que busquen el bien en el otro. Este tipo de maestro entiende que la enseñanza es una continua búsqueda de la perfectibilidad humana, que implica la promoción de cambios en las personas, de cambios profundos y radicales; de cambios que transformen de manera auténtica a sus educandos.

Por otra parte, el aula del tipo dos, tienen alumnos determinados por la pobreza de su autonomía, por su mediocridad, para ello José Ingenieros en su libro: “El Hombre Mediocre”, dice:

(…) Están fuera de su órbita de ingenio, la virtud y la dignidad, privilegios de los caracteres excelentes; sufren de ellos y los desdeñan. Son ciegos para las auroras; ignoran la quimera del artista, el ensueño del sabio y la pasión del apóstol. Condenados a vegetar, no sospechan que existe el infinito más allá de sus horizontes. (…)
(…) No viven su vida para sí mismos, sino para el fantasma que proyectan en la opinión de sus similares. Carecen de línea; su personalidad se borra como un trazo de carbón bajo el esfumino, hasta desaparecer. Trocan su honor por su prebenda y echan llave a su dignidad por evitarse un peligro; renunciarían a vivir antes que gritar la verdad frente al error de muchos. Sus cerebros y su corazón están entorpecidos por igual, como los polos de un imán gastado (2000, p. 45).

Este tipo de aula es la que lleva a los docentes a “Ser Ausentes”, porque, ¿cómo luchar con clases de este tipo, en donde los alumnos no tienen ningún interés por el conocimiento, por la razón o la construcción de ellos mismos? ¿Cómo pretender ser docentes en este tipo de aulas, en las cuales no podemos por más que tratemos educar?

Estimado lector, de lo que hablo aquí, considero que no debe sorprendernos, porque en este siglo XXI, la mayoría de nuestros alumnos en verdad no quieren aprender y mucho menos estudiar.

Al igual que otros filósofos, psicólogos o pedagogos, considero que el ser educador tiene como responsabilidad buscar estrategias para motivar a todos nuestros alumnos y tratar de “Ser docente”. Pero a diferencia de ellos considero que debemos explorar nuestras fortalezas y debilidades y reconocer cuándo en verdad no podemos hacerlo, como en la Oración de la Serenidad de Einhol Niebuhr, que nos dice: Señor, concédenos serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, valor para cambiar las que sí podemos y sabiduría para discernir la diferencia (2015).

Luego entonces, si recordamos la pobreza de nuestras aulas, que tienen alumnos que no quieren estudiar y lo relacionamos con la Plegaria anterior, pareciera que es mejor “Ser Ausente”; reconocer que el mundo difícilmente puede cambiar; cumplir con nuestras obligaciones de enseñar a través de cuatro pasos fundamentales:
1. Saludar a los alumnos
2. Sonreír artificialmente
3. Dar la clase
4. Escapar
Porque no importa cuánto nos esforcemos: Nada se podrá cambiar.

Por lo tanto, debemos reconocer qué tipo de maestro debemos ser, ya que, aunque Aristóteles, en su libro de Metafísica, haya dicho que: “Todos los hombres desean por naturaleza saber”, no hablaba de todos los hombres, sino, sólo de los que eran reconocidos como ciudadanos griegos. Los otros eran los esclavos, los seres inferiores, gentes ignorantes, carentes de toda libertad posible, correspondientes al tipo de la segunda aula, la de los alumnos despreocupados y desmotivados. Teniendo como conclusión, que dependiendo de las circunstancias a veces en lugar de “Ser docente” el educador un es “Ser Ausente”.

Referencias
Aristóteles. (s. f.). Metafísica. Traducción de Valentín García Yebra. Recuperado de: http://www.mercaba.org/Filosofia/HT/metafisica.PDF
Barradas Guevara, Ma. Guadalupe. (2009). La dimensión moral del docente: una mirada al trabajo del maestro de diferentes áreas de conocimiento. Tesis Doctoral. México: Universidad Iberoamericana Puebla.
Ingenieros, José. (2000). El hombre mediocre. Editado por elalepeh. Recuperado de: http://www.cecies.org/imagenes/edicion_176.pdf
Einhol, Niebuhr. (2015). La Oración de la Serenidad. Recuperado de: http://codependencia.net/index.php?option=com_content&view=article&id=71&Itemid=92
Latapí, P. (2002, 8 de noviembre). ¿Cómo aprenden los maestros? Conferencia Inaugural del: Foro de formación y actualización de docentes y su relación con la equidad y la calidad de la educación. Observatorio Ciudadano de la Educación y Contracorriente A.C. Recuperado de: http://www.observatorio.org/colaboraciones/latapi2.html
Lonergan, Bernand. (2001). Método en Teología. Salamanca, España: Ediciones Sígueme.

Imagen tomada de: http://pavelaguilar.com/wp-content/uploads/2015/08/El-gran-ausente.png

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Libro: La alegría de educar

La alegría de educar

  •  Autor: Josep Manel Marrasé
  • Colección: Actual
  • Formato: Rústica con solapas
  • ISBN: 978-84-15750-28-4
  • Páginas: 160

Sinopsis: Tras muchos años dando clases en diferentes niveles y ámbitos, el autor ofrece un conjunto de claves prácticas para mejorar los resultados en el aula a través de recursos como el teatro o la música con el fin de detectar las ilusiones de los alumnos. De esta forma, anima a hacer de la práctica docente un verdadero placer superando el desencanto actual con el sistema.

¿Cómo redescubrir día a día el universo de la educación? ¿Cómo seguir vibrando al entrar en el aula? ¿Cómo hacer de la práctica docente un verdadero placer? Tras muchos años dando clases en diferentes niveles y ámbitos, el autor ofrece un conjunto de claves prácticas para mejorar los resultados en el aula y, por tanto, la satisfacción personal y profesional del educador. Se trata de incorporar recursos del mundo del teatro, la música, la ciencia…, todo vale con el fin de detectar las ilusiones de los alumnos, que conforman el motor mental que los incita a la superación. ¿Un objetivo demasiado ambicioso en épocas de altas tasas de fracaso escolar y desencanto con el sistema docente? Por el contrario, el autor está convencido de que, para superar esta sensación de abatimiento y desencanto con el sistema educativo, precisamente hay que poner el listón más alto y aprovechar el potencial y talento de todas las personas que lo integran.

Fuente de la reseña:http://www.plataformaeditorial.com/ficha/271/1/3321/la-alegria-de-educar.html

Fuente de la imagen: http://www.plataformaeditorial.com/uploads/RESG3321laalegria.jpg

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Al frente de la clase

Al frente de la clase es una película de 2008, basada en el libro de Brad Cohen

Front Of The Class: How Tourette Syndrome Made Me the Teacher I Never Had? (VanderWyk & Burnham), ganador del premio IPPY de «Independent Book Publisher», en la categoría «Education/Academic/Teaching» (Educación/academia/enseñanza).
Relata la historia verídica del autor, un joven con Síndrome de Tourette que quiere ser maestro.

A veces los seres humanos no somos capaces de reconocer el valor que tenemos como personas y mucho menos el valor que tienen los demás al igual que nosotros y las cosas que podemos llegar a alcanzar si en realidad lo queremos y luchamos por ello.

La película Frente a la clase trata acerca de la vida de Brad que era una persona con síndrome de Tourette, este síndrome hacia que el emitiera sonidos y movimientos extraños, aunque se manifiesta de distintas formas pero en este caso se manifestaba de dicha manera, al emitir eso extraño Brad no era capaz de controlarlo y eso provocaba que los demás lo vieran como un sujeto raro lo cual hizo que el conviviera en un ambiente donde fue víctima de discriminación en cada lugar donde el situaba era excluido desde pequeño lo veían de manera indiferente con relación a las demás personas, incluso en su propia familia su padre pasaba quejándose y regañando a su hijo cada vez que tenía un ataque de este síndrome, su madre siempre se preocupo por el y buscaba en distintos lugares atención para tratar la enfermedad de su hijo, asi fue creciendo en ese ambiente lo que hizo que no se desenvolviera normalmente en la sociedad y teniendo como resultado una baja autoestima por no poder manejar su padecimiento en distintas ocasiones.

A medida Brad iba creciendo desde pequeño fue creando una pasión por ser un educador, el enseñar a los demás era lo que a él más le gustaba esto hizo que él se preparara académicamente y alimentando siempre su conocimiento, luego el busca trabajo en muchos lugares, muchas personas dudaron en que él iba a conseguir un centro donde laborar y poner en práctica su preparación, así fue como al final le dan la oportunidad de ejercer su profesión lo que lo hizo de una excelente forma tal que llego a obtener un reconocimiento por su buena dedicación.

Esta película nos deja una gran enseñanza de vida mostrándonos que todos a pesar de nuestras dificultades somos merecedores de oportunidades, mas aun cuando nos esforzamos tanto por lograr lo que nos gusta hacer, a no excluir a los demás si no que seamos promotores de oportunidades tanto como para nosotros así como para las otras personas sin importar sus dificultades, cada uno tenemos un valor único y esencial que no se le iguala a nadie, Brad a pesar que dudaron tanto de él, se esforzó aun mas por lograr lo que tanto deseaba y lo hacía con tanto esmero y dedicación que era una persona digna de admirar y un ejemplo a seguir, sin importar los tropiezos, las miles de veces que fue rechazado el no se canso de seguir, logrando que al final su esfuerzo fuera recompensado, como educandos también nos deja una enseñanza y más que todo un ejemplo positivo acerca de la actitud de el hacia sus alumnos y el desempeño que a diario dedicaba a su trabajo que más que una labor era su mayor pasión.

Fuente: http://peliculafrentealaclase.blogspot.com/2015/04/analisis-de-la-pelicula-frente-la-clase_6.html

Imagen: http://2.bp.blogspot.com/-aN45EHVKk0c/VSNwe5cKFjI/AAAAAAAAAJ8/XmA-EwGkR-o/s1600/985x300_front_of_the_class.jpg

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The OECD Teacher Knowledge Survey: Implications for Teachers and Teacher Education

Continuando con el Ciclo de Presentaciones realizadas por altos funcionarios en el marco del 8vo Foro Internacional de Dialogo de Políticas Docentes, en esta oportunidad publicamos el texto de la disertación realizada por la Sra. Sonia Guerriero de la OECD sobre un estudio en progreso respecto al impacto de la motivación docente en el desempeño de la profesión y sus implicaciones en la formación de docentes

La Encuesta de Conocimiento de la OCDE Maestro: Implicaciones para los profesores y la formación del profesorado

 

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La OECD realizará estudio internacional sobre motivación y desempeño docente

OVE/ 18 de Marzo de 2016/

La Organización para el Desarrollo Económico anunció en el octavo Foro Internacional de Políticas Docentes que esta a punto de iniciar la prueba piloto que permitirá realizar en los próximos meses el Estudio Mundial sobre Motivación Docente y Ejercicio Profesional.  ESte estudio procura explorar la relación que tiene el presente la satisfacción y la motivación docente en el logro de las metas de calidad de la educación que se impulsan a nivel internacional.

El equipo del Observatorio Internacional de Reformas Educativas con énfasis en Políticas Docentes sostuvo una reunión de trabajo con la Sra. Sonia Guerriero, responsable de este estudio y allí se acordó iniciar conversaciones para la conocer más en detalle esta metodología.

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