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TRISTEZA EN NAVIDAD: SOBRE LA OBLIGACIÓN DE «ESTAR FELIZ» EN LAS FIESTAS DE DICIEMBRE

POR: SANDRA NIETO

LA NAVIDAD Y EL AÑO NUEVO NO IMPLICAN NECESARIA Y FORZOSAMENTE FELICIDAD PARA TODOS POR IGUAL

Desde niños se nos ha inculcado la idea de que la Navidad y el fin de año son momentos de alegría y regocijo, y que todo diciembre es un mes festivo, lleno de luces, colores, adornos, celebraciones, regalos, felicidad y buenos deseos.

Así como la felicidad se ha vuelto una obligación debido a la positividad tóxica, ser feliz y derrochar alegría se ha convertido también en un ideal obligado durante la temporada decembrina; pero en realidad, no todo el mundo la pasa verdaderamente bien en estas fechas.

Muchas veces, esa felicidad sólo está en la superficie, pues, en el fondo, para un gran número de personas, esta temporada trae consigo elevados niveles de estrés, tristeza, soledad, ansiedad y depresión, sin mencionar la ola de gastos que implican tanto los obsequios como todo lo necesario para los eventos propios de la temporada.

Y estos sentimientos no son exclusivos de los llamados “Grinch”, sino que también pueden afectar a aquellos que aman la Navidad y las fiestas de fin de año, pues suelen ser momentos de mucha exigencia en busca de tener la celebración perfecta, lo que puede hacer que la gente se sienta estresada, ansiosa y exhausta.

En este sentido, la felicidad forzada que implica esta temporada hace que las personas se sientan más tristes, molestas y solas, porque mientras piensan que la alegría de todos los demás es real, saben que ellas la están fingiendo, sólo para guardar las apariencias e ir con la corriente.

Esa sensación de que “todos tienen vidas perfectas –o familias, parejas, navidades o fiestas perfectas–, menos yo” es una de las principales razones que hacen crecer la tristeza, el estrés, el sentimiento de soledad y la depresión durante diciembre.

Por otro lado, debido a que las festividades decembrinas marcan el fin de un año y el inicio de uno nuevo, el momento se presta para hacer un recuento de lo ocurrido durante los últimos 12 meses y, en muchos casos, si las circunstancias fueron adversas, esto lleva a experimentar sentimientos de arrepentimiento, fracaso, desilusión y desánimo.

Si te sientes identificado con esto, las siguientes son algunas formas con las que puedes lidiar de mejor manera con esos sentimientos y emociones que afloran en esta época del año.

1. Evita compararte, pues nadie tiene la vida perfecta

Aunque las personas se esfuercen por mostrar su mejor lado –e incluso una felicidad inexistente– en sus redes sociales, la realidad es que nadie tiene una vida perfecta y nadie es 100% feliz todo el tiempo. Todos tenemos altibajos, problemas, preocupaciones y aspectos imperfectos, tanto en nuestra persona como en nuestra vida. Así que evita compararte con otros y enfócate en aquello que te llena, te hace bien y te da alegría a TI.

2. Busca tu propia felicidad

La felicidad tiene un significado diferente para cada persona y tanto la Navidad como el fin de año también pueden tener significados muy diversos. Mientras para unos esta temporada puede significar festejo, alegría, comida y diversión, para otros tendrá un significado más espiritual o incluso religioso, y para algunos más puede ser un momento de reflexión e introspección. Así que piensa qué significa para ti la temporada decembrina y encuentra la forma de celebrar –o de estar en paz– que sea mejor para ti, sin hacer cosas sólo por complacer a los demás.

Si para ti está bien acudir a reuniones, fiestas y cenas familiares y te sientes a gusto en ellas, ¡adelante! Si prefieres pasar estas fechas en casa, sólo con tu círculo más cercano, hazlo y disfruta a esas personas con quienes te sientes realmente a gusto (ojo, no necesariamente tiene que ser la familia perfecta o una pareja, también pueden ser amigos, vecinos o esas personas que se han cruzado en tu camino y que se encuentran en situaciones complicadas como tú, con quienes puedes sentirte más identificado y en confianza).

Si prefieres pasar estos días en soledad, aprovecha para dedicar ese tiempo para ti y lo que te hace feliz. Si esta vez quieres dar un nuevo sentido a las celebraciones al ayudar a otros, súmate a algún voluntariado y comparte la felicidad con otros menos favorecidos, o visita a esa persona que suele pasar las fiestas sola.

Y si estas fechas no significan nada en especial para ti y prefieres vivirlas como cualquier otro día, ¡también está bien!

3. Si te sientes solo, no te aísles

Aunque para muchos, en especial para los introvertidos, la soledad puede ser una gran amiga, para quienes sufren la sensación de soledad no es recomendable aislarse, en especial en estas fechas, cuando ese sentimiento puede volverse mucho más profundo, al ver a toda la gente sonriente y reunida. Así que, si bien no tienes por qué asistir a reuniones que no quieres, procura mantener el contacto con personas con cuya compañía te sientes bien.

4. Aprende a decir “no” sin sentir culpa

Es importante que aprendas a negarte a las invitaciones que en el fondo no quieres aceptar; evita hacer cosas por compromiso, por agradar o por dar gusto a otros y haz sólo aquello que te haga sentir bien y te dé tranquilidad y felicidad. Ponerte a ti como prioridad no es nada malo y no debes sentir culpa por decir “no” a lo que no te hace bien.

Por otro lado, en esta época puede ser común que amigos, familiares, conocidos o compañeros del trabajo te pidan ayuda para diferentes actividades y eventos, lo cual exige que dediques tu tiempo y recursos. Esos favores pueden terminar por convertirse en obligaciones que serán una carga no deseada para ti, así que analiza muy bien a lo que accedes y evita comprometerte demasiado, conociendo tus límites y aprendiendo a decir «no».

5. Establece expectativas realistas

Aunque la publicidad y las fotos de muchas personas en redes sociales nos muestran casas llenas de luces y decoraciones fastuosas, cenas elegantes y una gran cantidad de regalos bajo el árbol, la verdad es que la Navidad no debería estar enfocada en eso, sino en los sentimientos de amor, unión y esperanza.

Así que no te desanimes si tu casa no está perfectamente decorada, si no puedes adquirir numerosos obsequios o si tu cena será algo de lo más sencillo, al final, lo más importante es que te sientas bien y te encuentres rodeado de las personas que son importantes para ti, o bien, que estés a gusto con tu soledad.

Por eso, toma en cuenta que es importante mantener tus expectativas realistas y alcanzables, para evitar sentimientos de frustración y desilusión. Y ten muy presente el primer punto de esta lista: Nadie tiene una vida ideal ni una Navidad perfecta como lo pinta en sus fotos de Instagram, así que no te compares y disfruta de lo que tienes.

Al final, la temporada decembrina no tiene que estar llena de celebraciones perfectas para ser algo especial y no tienes que ceñirte a lo establecido socialmente para festejar, sino que puedes adaptar la temporada de modo que se vuelva algo significativo y memorable para ti.

Fuente de la información e imagen:  https://pijamasurf.com

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10 grandes películas de Navidad para ver en plataformas que no son las de siempre

Una lista alternativa de títulos que formaron parte del canon navideño de antaño, habituales en las televisiones de los años setenta y principios de los ochenta.

Cada año por estas fechas los medios se llenan de recomendaciones cinematográficas con las que soñar un tiempo de amor y ternura y quizá también de dolor o añoranza. Sin embargo, acudimos (casi) siempre a los mismos títulos, los mejores o simplemente los más populares, instalados de momento en el podio navideño contemporáneo. Historias que la inmensa mayoría del público ya conoce y ha disfrutado con puntualidad y constancia hasta la saciedad¡Qué bello es vivir!, Plácido, La gran familia, Pesadilla antes de Navidad, La jungla de cristal, Gremlins, Love actually, The holiday (Vacaciones), Solo en casa, Los amigos de Peter y unos cuantos más. Ahora bien, junto a ellos, no pocas películas reivindicables como inmejorables para fin de año suelen quedar fuera de las selecciones, al menos de las antologías no demasiado amplias.

Cuento de Navidad (1951), de Brian Desmond Hurst

Hasta finales de los años ochenta era la versión del relato de Charles Dickens que solían emitir en la tele al llegar las fiestas. Sin embargo, la aparición de otras notables relecturas, como Los teleñecos en Cuento de Navidad (1992) o la animada homónima de Robert Zemeckis con Jim Carrey, de 2009, relegó a la obra de Hurst, la mejor visión de siempre de Mister Scrooge, al baúl de los clásicos ocultos. Su retrato del avaro, de la pasión por el dinero por encima incluso del amor, y cómo determinadas circunstancias vitales ennegrecen el alma humana, es feroz. Con una majestuosa expresividad en su puesta en escena y en el tratamiento de la luz, este Cuento de Navidad apela, naturalmente, a algo tan básico, pero a veces tan pasado de moda, como que seamos buena gente. La conversión gestual del actor Alastair Sim en el tramo de la redención final, desde el drama casi de terror hasta la comedia, es prodigiosa. Disponible en Amazon y Filmin.

Escondidos en Brujas (2008), de Martin McDonagh

Confesonario. Sacerdote: “¿Asesinaste por dinero?”. Feligrés: “Sí, padre, no por ira ni por nada. Por dinero”. Las implicaciones religiosas aparecen en todo momento en la historia creada por el dramaturgo y cineasta McDonagh. Dos asesinos a sueldo varados durante una Navidad en Brujas, huyendo de un crimen horrendo. Pero, sobre todo, aguardando la llegada de una personalidad, como una moderna versión de Esperando a Godot, incluido el absurdo de algunos diálogos, en la que esta vez el aludido sí que acaba apareciendo. Y en la base, el remordimiento, ese que nos llega a final de año por lo mal hecho, y que nos puede llevar a una cierta reconstrucción; en este caso, antes del día del Juicio Final, en el museo Groeninge de la ciudad belga, frente al cuadro de El Bosco, espejo moral de los asesinos que lo observan. Comedia negra, intriga criminal, drama existencial. ¿Es Brujas, o el mismísimo Purgatorio? Disponible en Movistar.

De ilusión también se vive (1947), de George Seaton

Un momento de la película 'De ilusión también se vive'.
Un momento de la película ‘De ilusión también se vive’.

Seaton se adelantó con su película a una dicotomía casi actual: el doble camino para los niños entre la racionalización adulta de la Navidad, de los regalos y de las relaciones personales, o el mantenimiento de la magia y el anhelo. Planteada también como una estruendosa apoteosis del consumismo, a tal nivel que la producción parece financiada por los grandes almacenes de regalos Macy y Gimbel (aunque no lo estuviera), De ilusión también se vive cuenta la llegada a nuestro mundo de Santa Claus, contratado para hacer de sí mismo en una cabalgata y en una gran tienda de Nueva York. Lo que lleva a un hombre bueno y siempre sincero a un juicio en el que debe demostrar que es el verdadero mito de la Navidad. Cuidado, porque los niños que aún no conozcan el secreto del pastel en torno a los regalos pueden empezar a disparar a sus padres inconvenientes preguntas. Y una frase para los adictos a la esperanza: “La fe es creer en cosas que el sentido común te dice que no creas”. Disponible en Disney+.

Navidades negras (1974), de Bob Clark

Un momento de 'Navidades negras'.
Un momento de ‘Navidades negras’.

Antes de pasar a la historia del cine juvenil con la desbocada testosterona de Porky’s, Clark era un especialista en el terror que, junto a Tobe Hooper y La matanza de Texas, había dado carta de legitimidad en el año 1974 al subgénero del slasher (matanzas sucesivas de jóvenes por obra de un psicópata). Con la estupenda Navidades negras comenzó también el mito de la final girl, o la chica valiente y juiciosa que suele sobrevivir a las matanzas en este tipo de cintas. Clark, armado de una cámara en mano con objetivos en gran angular, y conformando continuos planos subjetivos desde el punto de vista del asesino, ofrece también una lección maestra de la utilización del color rojo como elemento de desasosiego. Una película de atronador feminismo, que aboga por la liberación sexual de las chicas frente a las reticencias del poder masculino (padres, policías…), que además queda ridiculizado, y que se atreve con una asombrosa defensa del aborto y de la decisión individual de la mujer. Disponible en Filmin.

La mujer del obispo (1947), de Henry Koster

David Niven y Cary Grant, en 'La mujer del obispo'.
David Niven y Cary Grant, en ‘La mujer del obispo’.

Al igual que Cuento de Navidad y De ilusión también se vive, otra con la que hace décadas era habitual toparse en estas fechas y ahora, en cambio, es necesario rebuscarla. El protagonista es un pastor anglicano que pretende construir una catedral, pero el conflicto es trasladable a cualquier ámbito laboral, social y político: o cómo rebajarse ante el poder que puede hacer que se cumplan nuestros propósitos, por muy loables que sean, aun a costa de la humillación personal constante. El mangoneoy un ángel de la guarda que viene del cielo para dar sentido común a las intenciones del obispo y, de paso, enamorar sin remedio a su esposa y a cualquier mujer u hombre con el que se cruza en la Tierra. Pero es que nunca hubo un ángel más atractivo: Cary Grant. La naturalidad y el sentido del divertimento como camino para vivir y para gozar. Disponible en Amazon y Filmin.

Tangerine (2015), de Sean Baker

Kitana Kiki Rodríguez (izquierda), como Sin-Dee Rella en un fotograma de 'Tangerine'.
Kitana Kiki Rodríguez (izquierda), como Sin-Dee Rella en un fotograma de ‘Tangerine’.

La primera frase de la película ya marca el tono navideño a contracorriente: “¡Feliz Nochebuena, zorra!”. Se lo dice una prostituta a una amiga transgénero, que se pasa todo el relato buscando a su novio (o algo parecido a un novio). Con estilo casi documental, Baker, uno de los adalides del mejor cine social americano contemporáneo, con magníficas películas posteriores como The Florida Project y Red Rocket, muestra su colorido habitual: gamas de azules y rosas para ilustrar una historia de tristeza, de soledad, de genio, de garra, de dulzura y de sororidad sobre seres humanos con ganas de vivir y de mejorar. Se cantan villancicos, como en cualquier película clásica de Navidad, pero aquí ni los personajes ni los ambientes son los habituales. De hecho, se desarrolla en Hollywood (Tinseltown, en jerga), con clima veraniego incluso en diciembre. Disponible en Filmin y Mubi.

Fanny y Alexander (1982), de Ingmar Bergman

Tres horas y cuarto de imágenes imborrables con la infancia del propio Bergman como semilla: hijo de un rígido pastor luterano, y amante desde niño del teatro y de la creación de historias. “Todo puede suceder. Todo es posible y verosímil. El tiempo y el espacio no existen. Sobre una insignificante base de realidad, la imaginación hila y teje nuevos dibujos”, se dice en la película, citando a Strindberg. Así, el contraste entre una primera familia delirante, libertina, teatrera y borracha de vida, y una segunda, violenta, austera, lúgubre y cruel, es experimentado siempre desde los ojos de Alexander, con sus tentaciones y, sobre todo, con sus fantasmas. O cómo el brillo navideño de la primera parte de la historia se apaga en pos de una rectitud dolorosa y sufriente. Ganadora de cuatro Oscar. Disponible en Movistar +HBO y Filmin.

Metropolitan (1990), de Whit Stillman

Un momento de la película 'Metropolitan'.
Un momento de la película ‘Metropolitan’.

Impertinentes snobs teorizando sobre el socialismo durante una fiesta de Navidad. Pijos de Nueva York espetando al nuevo de la pandilla, un humilde universitario, que por qué no se compra un abrigo de calidad en lugar de llevar esa gabardina con la que suele amargarles la vista cada noche. Relaciones sociales y sentimentales de finales del siglo XX que parecen de principios del XIX. Si hasta Jane Austen y su Mansfield Park es el motor que los mueve, incluso explicitándolo en uno de los diálogos. Stillman, uno de los más famosos directores indies de los noventa, nominado al Oscar al mejor guion original, se presentó en sociedad con una película cálida, cínica y sofisticada que, como también se verbaliza en el texto, puede llegar a parecer El discreto encanto de la burguesía en versión navideña y juvenil. Disponible en Mubi.

Eyes Wide Shut (1999), de Stanley Kubrick

Tom Cruise y Nicole Kidman en 'Eyes Wide Shut'.
Tom Cruise y Nicole Kidman en ‘Eyes Wide Shut’.EYES WIDE SHUT

La infidelidad en fechas de concordia, fidelidad, ternura y amor, ¿es una doble infidelidad? El adulterio de pensamiento, o de ganas, que a veces puede resultar peor que el de obra (y olvido), está invitando a la pareja perfecta a un tentador desliz. “Si no te follaste a esas modelos fue por consideración hacia mí, y no porque no quisieras realmente”, dice al personaje de Tom Cruise el de Nicole Kidman, matrimonio además en la vida real, en uno de esos perversos juegos de casting que tanto le gustaban a Kubrick. Quizá sea eso la fidelidad, o definitivamente, la necesidad de practicar eso que explicita la última (e histórica) palabra de la película, y de la filmografía del maestro de todos los géneros. Mientras, en el deambular de Cruise por un infierno de depravación, humillación y bacanales varias, Kubrick coloca decenas de árboles de Navidad en interiores y exteriores, como recuerdo del tiempo de esperanza y gloria en que se desarrolla su fantasía sexual. Disponible en HBO.

Un cuento de Navidad (2008), de Arnaud Desplechin

Un momento de 'Un cuento de Navidad'.
Un momento de ‘Un cuento de Navidad’.

La película definitiva en torno a las familias disfuncionales que deben pasar la Navidad juntas en una casa, pese al disgusto. Una abuela con una rara forma de leucemia; un nieto esquizofrénico; un hijo tarambana que no ha podido ver a su propia familia durante los últimos cinco años, como una forma de destierro impuesto por la hermana que pagó sus millonarias deudas a cambio de no tener que verlo ni soportarlo nunca más. Y todo ello, en forma de comedia. Negra, por supuesto, con diálogos brillantes y oscuros como el carbón. Desplechin aborda la ternura y la ruindad familiar desde las más desastrosas afinidades, no precisamente electivas. Y la búsqueda entre la familia de un donante de médula para la matriarca que interpreta Catherine Deneuve desemboca en una extraña forma de delicadeza dentro de un microcosmos delirante, cautivador y desvergonzado. Disponible en Filmin.

Fuente: https://elpais.com/cultura/2022-12-23/10-grandes-peliculas-de-navidad-que-no-son-las-de-siempre-para-ver-en-plataformas.html

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Películas de Navidad de los 80 y 90 que marcaron nuestra infancia

Te presentamos las mejores producciones navideñas para los más nostálgicos del hogar.

A pocos días de celebrarse la Navidad, miles de personas desean compartir en familia y ver películas navideñas. Aunque existen una gran variedad de producciones, los más nostálgicos desean ver las producciones que fueron un éxito en la década de los 80 y 90.

Por tal motivo, en esta nota te mostramos una lista con los mejores largometrajes con temática navideña y que aún son populares entre el público.

Una historia de navidad (1983)

Una cinta de humor oscuro cuya trama se centra en un niño que quiere como regalo de Navidad un rifle de aire comprimido, pero sus papás se niegan a darle el obsequio, porque piensan que no es una buena idea.

Gremlins (1984)

Este éxito es obligado en Navidad. Con Joe Dante como actor principal, nos narra cómo un regalo navideño de última hora puede provocar desastres inesperados en la Nochebuena.

Milagro en la calle 8 (1987)

Una compañía inmobiliaria quiere tirar abajo la casa de decenas de familias, pero como estas no se van, les mandan a un grupo de bandidos desalojarlos. Lo que menos esperan estos pandilleros es que unas naves espaciales en miniatura salven la navidad y los enfrenten.

Mi pobre angelito (1990)

Este filme de Navidad protagonizado por Macaulay Culkin es un clásico de la fecha. La familia de Kevin, un niño de 8 años de edad, se va de viaje y se olvida de él. Sin embargo, no estará solo, pues los ladrones Harry y Marv ya se dijeron robar su casa, por lo que el menor deberá impedirlo.

El extraño mundo de Jack (1993)

Es una producción de Tim Burton protagonizada por Jack Skellington, el rey de la ciudad de Halloween, quien un día tropieza con un portal que lo lleva a la ciudad de la Navidad y decide sumarse a la celebración.

El regalo prometido (1996)

Una comedia navideña protagonizada por Arnold Schwarzenegger, quien encarna a un padre que asume la misión de conseguir el regalo de Navidad de su hijo.

https://larepublica.pe/cine-series/2020/12/21/peliculas-de-navidad-de-los-80-y-90-que-marcaron-nuestra-infancia-evat/

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Mundo: Zoom eliminará límite de 40 minutos en videollamadas de cuentas gratuitas por Navidad y Año Nuevo

Los usuarios no deberán hacer ningún acción; el límite se eliminará solo de forma automática en las fechas indicadas.

La plataforma Zoom eliminará de manera temporal el límite de 40 minutos para las videollamadas de cuentas gratuitas, para que los usuarios puedan contactar con familiares y amigos en las celebraciones que tendrán lugar en todo el mundo durante las próximas semanas.

Las videollamadas que los usuarios realicen con las cuentas gratuitas de Zoom en el último día de Hanukkah, 18 de diciembre; Nochebuena y Navidad, 24 y 25 de diciembre; Nochevieja y Año Nuevo, 31 de diciembre y 1 de enero; y el último día de Kwanzaa, 1 de enero no se cortarán una vez alcanzados el usual límite de 40 minutos.

Se trata de “una muestra de apreciación” para todos los usuarios de la plataforma durante un tiempo extraordinario, como explicaron desde Zoom en una publicación en su blog oficial.

Los usuarios no deberán hacer ningún acción; el límite se eliminará solo de forma automática en las fechas indicadas.

Eric Yuan, creador de Zoom, contó en una entrevista en el Web Summir que la pandemia ha demostrado que los encuentros virtuales funcionan. Según él, aunque cambie el panorama, las videollamadas se van a mantener.

Sin embargo, el mercado no opina lo mismo. El mismo día en que la empresa farmacéutica Pfizer anunció una vacuna efectiva, las acciones de Zoom cayeron. Al igual que las de Amazon y Netflix, otras de las grandes beneficiadas del encierro.

Fuente: https://www.elnacional.com/ciencia-tecnologia/zoom-eliminara-limite-de-40-minutos-en-videollamadas-de-cuentas-gratuitas-por-navidad-y-ano-nuevo/

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10 cuentos en PDF para leer en Navidad

Por: oyejuanjo.

La Navidad está a la vuelta de la esquina, y qué mejor oportunidad para disfrutar un momento tan especial que leyendo una buena selección de cuentos virtuales inspirados en la magia de estas fiestas navideñas.

Estamos hablando de un repertorio generoso de cuentos de dominio público y otras obras gratuitas que puedes leer en compañía de toda la familia. Hay para todos los gustos, desde el clásico de Charles Dickens hasta una colección de poemas navideños para los más pequeños de la casa.

Esta lista de cuentos navideños cuenta con el auspicio de distintas organizaciones educativas y bibliotecas digitales, garantizando su libre difusión y acceso para el público en general.

¿Cómo puedo acceder a los cuentos navideños? Es muy sencillo, basta con hacer clic en los enlaces que compartimos más abajo para ingresar a la página del cuento con toda la información necesaria para leer los libros PDF desde el navegador, o en su defecto, bajar en cualquier dispositivo.

Sin más preámbulos, es momento de consultar esta pequeña biblioteca de cuentos PDF para leer en nochebuena. ¡Feliz Navidad!

10 Cuentos Navideños En PDF Que No Te Puedes Perder

#01. Breve cuento de navidad (leer aquí)
#02. Navidad en las montañas – Cuento infantil (leer aquí)
#03. Cuento de Navidad – Charles Dickens (leer aquí)
#04. Cuentos de Navidad y Año Nuevo (leer aquí)
#05. Poemas de navidad en PDF (leer aquí)
#06. El cuento de navidad de Auggie Wren (leer aquí)
#07. Cuentos de Navidad y Reyes (leer aquí)
#08. Cartas de Papá Noel – J. R. R. Tolkien (leer aquí)
#09. La niña de los fósforos – Hans Christian Andersen (leer aquí)
#10. Cinco cuentos cortos de Navidad (leer aquí)

Fuente de la reseña: https://www.oyejuanjo.com/2016/12/10-cuentos-pdf-para-leer-en-navidad.html
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Jólabókaflóð, la tradición islandesa de regalar libros en Nochebuena

Por: julianmarquina.

Entre mito y realidad se mueve la tradición islandesa navideña de regalar libros en NochebuenaJólabókaflóð, como así se llama esta práctica y que significa «inundación de libros del Yule», hace referencia a la gran cantidad de libros publicados en las semanas previas de las navidades. Hecho que los convierte en el regalo ideal para dichas fiestas.

Esta tradición viene de lejos, y es que durante la Segunda Guerra Mundial se impusieron en Islandia importantes limitaciones en las importaciones. Como el papel tenía menos restricciones que otros productos, los libros se convirtieron en un popular regalo navideño.

La tradición se remonta a la Segunda Guerra Mundial, donde se impusieron restricciones monetarias estrictas, por lo que no había muchos artículos de regalo importados. Y los islandeses tenían mucho dinero para gastar en esos días debido a la agitación económica durante la guerra. Las restricciones sobre el papel importado fueron más indulgentes que en otros productos, por lo que el libro surgió como el regalo de Navidad elegido. Y los islandeses han honrado la tradición desde entonces. [The Reykjavik Grapevine]

La Asociación de Editores de Islandia manda gratuitamente desde entonces a cada casa un catálogo impreso de los nuevos libros publicados (Bókatíðindi), y el cual da el pistoletazo de salida de las fiestas navideñas. Sin duda que muy parecido a lo que se hace aquí con los catálogos de juguetes. Ni que decir tiene que me gusta más el catálogo de libros. En la última encuesta publicada en por la asociación, el 57,4 % de la población islandesa recibió al menos un libro por Navidad. Y el que fuera su presidente, Kristjan B. Jonasson, comentó en el medio online NPR.org:

«La cultura de dar libros como regalos está muy arraigada en cómo las familias perciben la Navidad como una fiesta. Normalmente, entregamos los regalos la noche del 24 de diciembre y la gente pasa la noche leyendo. En muchos sentidos, es la columna vertebral del sector editorial aquí en Islandia».

Cenar en familia, regalar y recibir libros y leer… ¡Qué más se puede pedir! Sin duda que un plan perfecto (según familia y libro) para pasar una estupenda noche de Nochebuena leyendo en familia. Personalmente me encanta la idea, y es que no hay mejor regalo que un buen libro. Por cierto, en España los libros son el tercer regalo más deseado en navidades y la segunda opción como regalos más comprados.

Fuente de  la reseña: https://www.julianmarquina.es/jolabokaflod-la-tradicion-islandesa-de-regalar-libros-en-nochebuena/

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Navidad purépecha

Por: Francisco Castellanos

Con una mezcla de ritos prehispánicos y tradiciones católicas, los pueblos de la Meseta Purépecha, en Michoacán, ejemplifican a la perfección el sincretismo religioso con el que comunidades indígenas de México celebran la Navidad desde el siglo XVI.

Meseta Purépecha, Michoacán.- La celebración de la Navidad en México surge del sincretismo religioso, ya que los miembros de diferentes congregaciones llegadas a la Nueva España notaron la coincidencia de la celebración del nacimiento de los dioses indígenas con el tiempo litúrgico de Adviento. Esto dio lugar a una conciliación religiosa de las festividades católicas y la creencia indígena.

Desde la noche del 24 al 27 de diciembre se celebra la Navidad purépecha en las comunidades de la Meseta. Una celebración que sufrió modificaciones a partir de la década de los 70.

Con anticipación a la Noche Buena en todas las comunidades se levanta un enorme poste con una estrella dorada, que se puede ver desde cualquier parte y cuyo significado es que ahí habrá un nacimiento y de arrullara al Niño Dios.

El sincretismo se mantiene intacto. También otros conceptos propios de su expresión festiva, como la convivencia comunitaria en ceremonias y fiestas de larga duración, que originan una visión todavía no bien comprendida por el sector mestizo y turístico.

La Navidad consiste en el trabajo comunal, que se realiza en torno al Niño Dios. Existen “cargueros”, quienes asumen los gastos de la celebración de toda la comunidad, entre los que se incluye la comida de por lo menos mil 500 personas durante los cinco días que dura la celebración, en especial los que participan en la pastorela.

Las festividades de La Natividad en algunas comunidades indígenas de Michoacán se prologan más allá del 6 de enero, y cada una tiene su sello muy característico de acuerdo con la comunidad donde se celebra.

Dentro de las manifestaciones artísticas y culturales del México indígena, se encuentran las pastorelas, el nacimiento y el levantamiento del Niño Dios, que si bien no son netamente indígenas, han hecho eco en las tradiciones de la cultura purépecha.

Los purépecha celebran la tradición del nacimiento del Niño Dios con danzas de Negritos en Tingambato, de Viejitos en Ahuiran y Pomacuarán (Paracho), de los Terehauraries (bailadores viejos) en Ichán, de Cúrpites (“los que se juntan”) en Nuevo San Juan Parangaricutíro, y de Cherequis en San Felipe de los Herreros.

En la mayoría de los pueblos se efectúan las famosas pastorelas, actos teatrales que durante la Colonia los misioneros españoles representaban para evangelizar, pero que con el paso del tiempo fueron adquiriendo características propias de cada subregión purépecha: La Sierra, La Cañada de los Once Pueblos, el Lago de Pátzcuaro y la Ciénaga de Zacapu.

En medio de los fríos intensos y las heladas se deja sentir la influencia de cantos sacros. La pastorela es la recreación de las peripecias que enfrentan los pastores para llegar a Belén a adorar al Niño Jesús, que ya ha nacido según ha anunciado el arcángel San Miguel. En el camino tienen que luchar contra los siete pecados capitales representados por los demonios, y ayudados por el Arcángel, quien finalmente triunfa sobre el mal, encarnado en Luzbel.

El objetivo de la pastorela es dejar en el público una moraleja, comenta tata Juan Victoriano, director de la representación que se celebra en San Lorenzo durante los días 24, 25, 26 y 27 de diciembre.

La pastorela encuentra su antecedente en los antiguos coloquios para después ser herramienta de evangelización y culminar como una representación profana, conservando los rasgos originales de contenido teológico. Su práctica encuentra en sí misma la oportunidad para los miembros de las comunidades de integrarse, participar, divertirse, convivir y jugar, al mismo tiempo que conocen, rescatan, promueven y asumen dicha tradición, asegura Juan Victoriano Cira, autor de varias pastorelas versión purépecha, obras que son presentadas en las comunidades de la región.

Para los purépechas, las pastorelas hoy en día son un punto de encuentro entre su cultura y la mestiza. Desde la Colonia, las órdenes religiosas aprovecharon esta tradición en forma teatral para propagar didácticamente la evangelización, por lo que fueron los frailes los principales impulsores de coloquios de pastores y diablos.

En cada comunidad de la Meseta Purépecha, a partir del día 24 de diciembre y hasta el 6 de enero, bajo figuras evangélicas, los purépechas recrean el nacimiento de Jesús en las tradicionales pastorelas, actividades que son encabezadas por los “cargueros” del Niño Dios y las autoridades tradicionales de cada lugar. En cada pastorela hay una “profunda reflexión teológica” que muestra el sincretismo de la cultura occidental y la cosmovisión purépecha.

Las personas que participan como organizadores de la festividad, al concluir su servicio, adquieren el grado de prestigio y, cuando cumplen los principales cargos comunitarios religiosos y de orden civil, reciben la categoría de ‘tatas’ (papás).

‘Tata’ Juan Dice: “No sabemos cuándo inicia la celebración de la Navidad, pero lo que sí sabemos es que a estas tierras llegaron de la Nueva España los sacerdotes, quienes ejercieron una gran influencia en la educación e impulsaron la representación de coloquios y autos sacramentales, fueron los que abrieron paso a las pastorelas”.

De acuerdo con la tradición oral, sabemos que las pastorelas se celebraron por primera vez a fines del siglo XVI, y estas representaciones se hacían y se siguen haciendo en los atrios de los templos y en las plazas, así como en la casa de los “cargueros”.

Una forma para cristianizar, la pastorela tiene sus antecedentes en la época colonial, cuando los evangelizadores aprovecharon la tradición teatral de para difundir en forma didáctica el cristianismo. Este teatro pastoral durante la Conquista fue el punto medular para adoctrinar y propagar la religión. Sólo de esta forma podrían aceptarse de manera más fácil las formas dramáticas por medio de los bailes, mitotes o pantomimas, que ya se acostumbraba representar, por lo que no les fue difícil a los evangelizadores implantar el drama litúrgico, las moralidades, los misterios, los actos sacramentales y las pastorelas, adaptados a la mente indígena.

Nacimientos y levantamientos 

La tradición de colocar nacimientos o pesebres en época decembrina tiene como principal objetivo para la Iglesia reafirmar la presencia de Jesús en cada familia. Es por ello que en cada comunidad por lo menos se tiene una imagen del Niño Dios, que es “acostado” la noche de 24 de diciembre.

En esta tradición de colocar nacimientos en invierno, cada familia saca a relucir el ingenio sin límite, ya que hay nacimientos de grandes proporciones, de escenas completas de personajes del pueblo atentos al nacimiento.

Estas “capillas” al Niño Jesús, como se les llama en la región purépecha, permanecerán allí hasta el 2 de febrero, día que se conoce como de La Candelaria, y con el cual termina el ciclo de festividades de la Navidad. En esa fecha se levanta el nacimiento y se presenta la imagen del Niño Dios en el templo.

Sabor y color

Por su parte, Pedro Victoriano Cruz, periodista purépecha, revela que “en cada comunidad de la Meseta Purépecha, desde varios días antes del 24 de diciembre, día que inicia la fiesta navideña, los familiares de los “cargueros” del Niño Dios y de la Virgen se preparan con alimentos, bebidas y música para todos los invitados y participantes de la festividad”.

En esta celebración, que termina 1 de enero en algunas comunidades y el día 6 en otras, la participación de las autoridades tradicionales es primordial, pues son ellas las que dan el sabor propio y original a cada rito y ceremonia. Oran en lengua purépecha, propician los saludos a la usanza antigua en la casa de los “cargueros” y siempre tienen que estar presentes en los banquetes que se ofrecen.

Las mujeres, por su parte, tienen una doble encomienda: preparar los alimentos y asistir a cada uno de los eventos programados. Los alimentos que se sirven en la fiesta son: buñuelos, tamales, atoles de diferentes clases, guisos de carne y charales.  Sin faltar el tradicional “caliente”, que es el té de nurhite con alcohol, además de otro tipo de antojitos. Los que más participan en las festividades son los niños y jóvenes, quienes tienen que estar dentro de las danzas: viejitos, negros, pastores y otras actividades.

La pastorela en el pasado

En el pasado las comunidades indígenas utilizaban las pastorelas incluso para “limpiar el aire de los malos espíritus”, aun cuando en las postrimerías del siglo XVI y principios del siglo XVII la Santa Inquisición prohíbe este tipo de manifestaciones.

La pastorela nació como una forma de diseminación de la doctrina cristiana que rápidamente se convirtió en una auténtica manifestación de teatro popular Durante la Colonia, las órdenes religiosas que llegaron de España, aprovecharon la fuerte tradición teatral de la cultura indígena para propagar en forma didáctica la evangelización.

Los jesuitas, llegados a la Nueva España en 1572, y quienes ejercieron amplia influencia en la educación del pueblo, fueron los principales impulsores de los coloquios. Pero el fervor indígena prevalece y sobrevive la pastorela, y ya en pleno siglo XVII se divide de hecho en tres tipos: la de las casas de la comedia (en teatros y con fines lucrativos); la de los indígenas, de gran valor religioso y fuerza ritual; y la de los sacerdotes, como apoyo a la evangelización.

Tanto la pastorela mexicana como la virreinal tienen la esencia de Fernández de Lizardi cuando, en 1821, escribió su tradicional “Noche más venturosa”, como reacción a las impuras manifestaciones “antirreligiosas”. Las pastorelas, que desde entonces pueden llamarse género teatral, se vuelven de lo más flexible en su intención y representación.

La primera representación que se recuerda en Jalisco se ubica en Zapotlán, hoy Ciudad Guzmán, donde se presencia la primera batalla entre San Miguel y Lucifer En los primeros años, las pastorelas se convierten en importantes elementos de comunicación y participación social Así, para fines del siglo XVI, pueden encontrarse referencias a una pastorela propiamente mexicana, sobre todo en estados de antigua influencia jesuita: Puebla, Querétaro, Guanajuato y Jalisco.

Las raíces

El también director del diario indígena Xiranxua, Pedro Victoriano, explica que “los purépechas celebran el nacimiento de Jesús en esta época invernal como producto de la Conquista española y cristianización, pero también se está buscando reconciliar con el pasado histórico.

Es por ello que, cada 1 de febrero, realizan el ritual y ceremonia del nacimiento de un nuevo ciclo; es decir, la llegada del nuevo, para lo cual realizan el encendido del “fuego nuevo”.

Esta celebración del rito cada año cambia de sede, y en esta fecha se realizará en la comunidad de Caltzontzin, donde las autoridades y los propios habitantes están en la última fase de preparación del festejo principal; en esta actividad se trata de volver a realizar aquellos ritos y ceremonias que ejecutaban los antiguos purépechas, indica el ex carguero de la fiesta de Año Nuevo, Esteban Maciel, de la comunidad de Tacuro, municipio de Chilchota.

Fuente: https://espaciomex.com/cultura/navidad-purepecha/

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