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La «América crece» de Trump: nueva forma de neocolonialismo

Por: Hedelberto López Blanch

 

La Alianza para el Progreso impulsada por el ex presidente estadounidense John F. Kennedy a principios de la década de 1960 hasta la nueva “Iniciativa América Crece” lanzada por Donald Trump en 2019 son mecanismos utilizados por Washington para dominar económica y políticamente a las naciones latinoamericanas.

Mediante la Alianza para el Progreso, Estados Unidos pretendía buscar modelos capitalistas de desarrollo en la región para neutralizar el ejemplo que significaba la naciente Revolución cubana.

De esa forma se enviaron especialistas a la América Latina para explorar las riquezas naturales y las posibles fuentes de progreso de cada país, las que en los años siguientes fueron controladas y explotadas por empresas transnacionales, en su mayoría norteamericanas.

Washington brindaba entonces la asesoría económica con empréstitos provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y enviaba grupos denominados “cuerpos de paz” que impulsaban la animadversión contra Cuba y el sistema socialista. Todo desembocó en un rotundo fracaso que llevó más hambre y miseria a los pueblos donde los políticos corruptos de turno los acogieron, a la par que ellos se enriquecían con las abundantes prebendas.

A la tristemente célebre Alianza para el Progreso le siguieron unos tras otros los ensayos estadounidenses para controlar a los países de América Latina en la que en los últimos años ha jugado un pernicioso papel la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID).

Ahora, dentro del enorme esfuerzo que hace la administración Trump para controlar Latinoamérica, a semejanza de la Doctrina Monroe que proclamaba América para los americanos, se ha lanzado la “Iniciativa América Crece” que permite a Washington evadir controles parlamentarios en los países que la acepten y va dirigida a modificar la dependencia económica, financiera, social y política de la región.

Un análisis divulgado por Rusia Today, señala que esa Iniciativa es expedita, escueta, y no requiere de negociación alguna entre instancias gubernamentales. Tampoco precisa de consultas a los Parlamentos y mucho menos involucra a segmentos de la sociedad civil, porque el formato de Memorando de Entendimiento (MoU, por sus siglas en inglés) así lo permite.

Mediante el MoU, los gobiernos que se acojan al mismo, sellan el compromiso de cumplir la hoja de ruta que trazarán los distintos organismos y agencias norteamericanas, lo que es igual a una nueva forma de neocolonialismo.

La ex diplomática boliviana Maria Luisa Ramos, en entrevista con la publicación panameña Bayano Digital, denunció que la fórmula avanza hacia un reformateo de la dependencia económica, financiera y política de la región, sin requerir de negociación alguna entre instancias gubernamentales, ni consultas a los Parlamentos y mucho menos incluye a segmentos de la sociedad civil.

Agregó que mediante ese procedimiento ya no se involucrarán en engorrosas negociaciones de Tratados de Libre Comercio (TLC) para mejorar su balanza comercial, para obtener jugosos contratos estatales, realizar cambios a la legislación y en general adecuar a sus intereses el diseño del esquema de inversiones de los países.

En realidad se trata de un subterfugio mediante el cual Estados Unidos y los gobiernos latinoamericanos hacen un compromiso diplomático de alto nivel para encaminar la agenda trazada por los organismos y agencias norteamericanas con homólogos empresariales de los hasta ahora firmantes en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Jamaica y Panamá.

El programa América Crece también sale de la órbita de la Organización Mundial del Comercio ya que la agenda general será delineada y encaminada por los organismos y agencias estadounidenses y sus homólogas entidades empresariales de esos países.

En el amplio panorama del MOU (que lo firma cualquier ministro y no los presidentes de las naciones como ocurre con los Tratados de Libre Comercio) aparecen los intereses del régimen norteamericano y sus compañías para realizar obras de infraestructura en aras de explotar yacimientos petrolíferos, todo tipo de minerales y recursos naturales que sean beneficiosos para sus intereses.

O sea, es un saqueo autorizado de las riquezas de los países en cuestión, que no tiene que contar con las aprobaciones de los diferentes Parlamentos.

Como “sublime artimaña” de este convenio se indica que acelerará el acceso del sector privado a los recursos financieros de Estados Unidos fundamentalmente a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La Casa Blanca bajo enormes presiones a los gobiernos latinoamericanos impuso hace unos días, al frente de esa organización bancaria al ultraderechista Mauricio Claver Carone, principal asesor de Trump para América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional (CSN).

También en este programa están envueltos los Departamentos de Estado, Tesoro, Comercio y Energía, la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), la Agencia de Comercio y Desarrollo de los Estados Unidos (USTDA) y la Corporación de Inversiones Privadas en el Extranjero (OPIC).

En definitiva, América Crece es una forma más moderna de neocolonialismo que busca controlar económica, política y financieramente al continente. Esperemos que los pueblos despierten.

Fuente e imagen: https://rebelion.org/la-america-crece-de-trump-nueva-forma-de-neocolonialismo/

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Seminario Jurjo Torres Santomé Creación de Mentalidades Neoliberales y Neo-Conservadoras. (Video)

Por: Otras Voces en Educación/Luz Palomino
Estos seminarios de formación permanente en Pensamiento Crítico, son en alianza con CEIP Histórica de Argentina, Centro de Investigación RÍUS de Clacso-México y Otras Voces en Educación.
En esta oportunidad nos acompaño Jurjo Torres Santomé, quien es Catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Universidade da Coruña. Antes fue profesor en las Universidades de Salamanca y Santiago de Compostela. Profesor visitante en numerosas universidades españolas, portuguesas, latinoamericanas y norteamericanas en las que participo e impartio cursos, seminarios y conferencias. Coordinador del Grupo de Investigación en Innovación Educativas –GIE 000260 de la Universidade da Coruña (UDC). En sus palabras pretende ser un activista político, un profesional crítico comprometido con la transformación de la realidad, y en concreto con la mejora de la educación.
Líneas de investigación principales son: Políticas educativas y curriculares, curriculum integrado, curriculum antidiscriminación, análisis de materiales curriculares, educación inclusiva, y formación del profesorado.
Les recordamos que pueden conseguir toda la información de nuestros seminarios de formación en pensamientos critico, en las redes sociales de las organizaciones que hacen posible este espacio como lo son la CEIPH de Argentina, CINPECER de México y Otras Voces en Educación de Venezuela.
Recuerden seguirnos, compartir y suscribirse para llegar a mas personas y poder seguir construyendo este espacio de reflexión y debate, que es tan necesario para la defensa de nuestra educación publica como derecho humano fundamental para todas y todos.

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Estados Unidos: “¡No existimos!” en las estadísticas y en las historias que se cuentan en universidades, revelan dos indígenas

Estados Unidos / 25 de noviembre de 2018 / Autor: Horacio Rentería / Fuente: El Latino

Luis López Rezendiz y Janet Martínez son dos jóvenes indígenas que han tenido acceso a estudios superiores en California y que han sabido aprovecharlos, alcanzando el liderazgo.

Pero ambos aceptan que no se ha dado de manera mágica ni casual, sino en mucho –además de su iniciativa propia de progresar- gracias al apoyo ofrecido por su organización: El Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB).

Ambos fueron entrevistados por El Latino San Diego al término de una exposición ofrecida en la 7th Binational Conference on Border Issues 2018 (Séptima Conferencia Binacional sobre Temas Fronterizos, 2018) efectuada el jueves 15 de noviembre en instalaciones de San Diego City College (Colegio de la Ciudad de San Diego).

Ante la pregunta específica de si los indígenas tienen realmente acceso a la educación en Estados Unidos, Janet Martínez, quien egresó de UC Berkeley, dijo que de entrada no existe un dato sobre la cifra  real de indígenas que existen en Estados Unidos.

“Un genocidio estadístico”

Vale recordar en este sentido que la Oficina del Censo de Estados Unidos sólo se ocupa de categorías sociales como son los Blancos, los Afro-Americanos, los Latinos/Hispanos, Asia-Pacífico y Hawaii y los indígenas nativo americanos, mismas categorías en las que se basan los formatos de inscripción en las escuelas, desde la primaria hasta la universidad.

En Estados Unidos, creo que una de las cosas que a lo mejor no compartimos es que las estadísticas especialmente de los indígenas, son muy escasas. No hay conteo de números fuertes, no se cuentan a las comunidades indígenas en el Censo y sólo se estima que habría un millón de indígenas en los Estados Unidos, pero es un simple estimado, es un genocidio estadístico.

Vale hacer mención que esta visión mutilada y estereotipada de la sociedad estadounidense en perjuicio de la comunidad indígena, se evidencia con sólo atender a las categorías marcadas por la Oficina del Censo de Estados Unidos, pues pese a la inclusión de los indígenas nativos americanos estaría muy lejos de considerar la presencia de miles de indígenas provenientes de Latinoamérica, Europa, África y Asia, que viven en Estados Unidos.

En la exposición se presentaron cifras, atribuidas a la Organización de las Naciones Unidas, según las cuales México, es en Latinoamérica, el que tiene la mayor población indígena con 17 millones, seguido de Perú, con 13, Bolivia, con 12, Guatemala (5.9 millones), Ecuador (4.2 y Chile, con 1.8, pero de cuántos de ellos viven en Estados Unidos, como advirtió Janet Martínez, no se revelan datos.

“No hay real acceso”

La joven está convencida que la educación superior es elitista  y por lógica, sólo unos cuantos pueden acceder a la misma.

Por su parte, Luis López Reséndiz, un indígena oaxaqueño egresado de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), aceptó que, “en general, el acceso (a la Educación) de las comunidades que no son blancas, no la hay; los recursos que van a esas escuelas son muy limitadas, por ser barrios”.

“Soy producto del Frente”

“Soy un producto de los jóvenes que el Frente trabajó. Yo me integré a FIOB en 2012 y fui de los jóvenes que el Frente cobijó, politizó y formó; nos ayudó a acceder a la escuela y ahora tenemos una posición de liderazgo”, señaló.

“Entonces, uno tiene que buscar, pues, luchar por una Educación digna y yo tuve suerte, porque aparte que mi comunidad hizo su parte, el Frente hace el trabajo organizativo político”.

“No hay reconocimiento de los grupos indígenas’

Pero aquí vino su advertencia: “Pero el FIOB también nos instruyó de que cuando se accede a la Educación se puede uno  perder en lo que es todas esas historias que se cuentan en las escuelas que nos podemos borrar”.

¿Qué significa eso, qué historias son esas?, le repreguntamos:  “Se cuenta que los pueblos indígenas no existimos, de que no hay estudiantes indígenas en las aulas de educación superior, de que nosotros no somos capaces de formular un pensamiento propio porque somos indígenas y vivimos en el área rural;  simplemente no existimos; entonces no hay ese acceso (a la Educación-Instrucción)”.

Comparó que incluso en los departamentos de estudios chicanos y  latinos, que manejan las universidades en California,  no hay reconocimiento de estos grupos indígenas

Y continuó López Reséndiz, buscando ser aún más explícito:  “Cuando yo llego a UCLA, una institución educativa reconocida en el mundo por su excelencia, se sorprendieron que yo fuera un indígena mexicano. Tanto en México como aquí, pues nos borran; no se crean esas historias, para que nosotros podamos tener recursos; entonces cuando nos organizamos y  bajamos esos recursos, conforme las necesidades que se tienen, para que nosotros podamos tener una Educación digna”, dijo convencido.

“Entonces, uno tiene que buscar pues”, subrayó, “luchar por una Educación digna y yo tuve suerte, porque aparte que mi comunidad hizo el trabajo para que yo la mantenga. El Frente hace el trabajo organizativo político”.

Pensamiento de colectividad sobre el del individualismo

“Como todo inmigrante”, expresó el entrevistado, “llegas aquí con el sueño americano individual, entonces cuando falta la organización colectiva, pues los jóvenes pueden perderse fácilmente, aunque no seas indígena, cuando llegas aquí y ves todas las oportunidades que se te abren, pues uno pod todo para uno. ¿Verdad? Pero se nos enseña a pensar colectivamente, porque no soy yo, somos nosotros”.

Cuando yo llego a UCLA, una institución educativa reconocida en el mundo por su excelencia, se sorprendieron que yo soy indígena mexicano. No se habla, tanto en México como aquí, pues nos borran; no se crean esas historias, para que nosotros podamos tener recursos”.

Y continuó: “Entonces nos organizamos y  bajamos esos recursos, de acuerdo con las necesidades que se tienen, para que nosotros podamos tener una Educación digna”.

Incluso, en los departamentos chicanos y de estudios latinos no hay reconocimiento de grupos indígenas. SDSU.

Dijo por otro lado que siendo California el estado con más oaxaqueños (pues en el mismo se hablan 16 de las 63 lenguas indígenas), el gobierno de ese estado mexicano los apoya con el pago del programa de intérpretes, el cual funciona en la mayor parte de los Estados Unidos.

Fuente de la Noticia:

https://www.ellatinoonline.com/2018/nov/20/no-existimos-en-las-estadisticas-y-en-las-historias-que-se-cuentan-en-universidades-revelan-dos-indigenas/

ove/mahv

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Es hora de descolonizar la ciencia

Por: Palino Betancourt Figueroa

El médico británico Ronald Ross acababa de regresar de una expedición a Sierra Leona en diciembre de 1899, cuando dio una conferencia en la Cámara de Comercio de Liverpool sobre su experiencia combatiendo la malaria, que con frecuencia mataba a colonos ingleses. En dicha conferencia indicó: “en el próximo siglo, el éxito del Imperio dependerá en gran medida del éxito del microscopio”.

Al utilizar su microscopio para identificar cómo se transmitía la malaria, se dio cuenta de que su descubrimiento prometía salvaguardar la salud de las tropas y oficiales británicos en el trópico. A su vez, esto permitiría a Gran Bretaña expandir y consolidar su dominio colonial. Las palabras de Ross también señalaron cómo se usó la ciencia para argumentar que el imperialismo estaba moralmente justificado porque reflejaba la buena voluntad británica hacia las “personas colonizadas”. Implicaba que las ideas científicas podrían emplearse para promover la salud y la higiene entre los sujetos coloniales, así el Imperio fue visto como un proyecto “benevolente y desinteresado”.

Ross, quien ganó el Premio Nobel de Medicina por su investigación sobre malaria, resumió claramente cómo los esfuerzos de los científicos británicos se entrelazaron con el intento de su país por conquistar una cuarta parte del mundo. En este sentido, Rudyard Kipling también lo describió en la oda La Carga del Hombre Blanco, que era la modernización, evangelización y educación de los aborígenes. Por ello, la ciencia en ese momento era una herramienta práctica e ideológica cuando se trataba de los imperios. La extracción de materias primas de las minas y plantaciones coloniales iba de la mano con la extracción de información científica y especímenes. Es así, que personas como Charles Darwin en el Beagle, el botánico Joseph Banks en el Endeavour o el geólogo Roderick Murchison, desarrollaron sus trabajos científicos gracias a la expansión del imperio británico, permitiendo, en algunos casos, recopilar información no solo sobre especímenes y minerales, sino también sobre la política local.

De esta manera, los avances en ciencia y tecnología durante este período impulsaron y fueron impulsados por su dominio político y económico del resto del mundo, la ciencia occidental moderna estaba indisolublemente entretejida con el colonialismo y se construyó efectivamente un sistema que explotó a millones de personas, al tiempo que ayudó a justificar y sostener esa explotación.

Como resultado, en los últimos años se ha visto un número cada vez mayor de llamados a “descolonizar la ciencia”, llegando incluso a abogar por eliminar por completo la práctica y los hallazgos de la ciencia moderna. Hacer frente a la influencia persistente del colonialismo en la ciencia es muy necesario. Pero también existe el peligro de que los intentos más extremos de hacerlo puedan ponernos en manos de los fundamentalistas religiosospolíticos (caso Venezuela) y ultranacionalistas. Por ejemplo, algunos nacionalistas indios, incluido el primer ministro actual del país, Narendra Modi, han enfatizado las glorias científicas de la antigua civilización hindú.

Los intentos de descolonizar la ciencia deben cuestionar las afirmaciones intransigentes de superioridad cultural, ya sea que provengan de ideólogos imperiales o de los representantes actuales de los gobiernos poscoloniales. Debemos encontrar una forma de eliminar las desigualdades promovidas por la ciencia moderna, asegurándonos de que sus enormes beneficios potenciales funcionen para todos, en lugar de dejar que se convierta en una herramienta para la opresión.

Los imperios prácticamente han desaparecido, pero los sesgos culturales y las desventajas que impusieron aún se mantienen.

Los imperios prácticamente han desaparecido, pero los sesgos culturales y las desventajas que impusieron aún se mantienen. Si miramos las estadísticas sobre la forma en que se lleva a cabo la investigación a nivel mundial, veremos cómo continúa la jerarquía científica creada por el colonialismo; las clasificaciones anuales que se publican de universidades tienden a favorecer a sus propias instituciones. Las revistas académicas de las diferentes ramas de la ciencia están mayoritariamente dominadas por EE. UU. y Europa. Debido a esto, la mayor parte de Asia, África y Latinoamérica se ve en un juego de convergencia con el mundo desarrollado o como dependiente de su experiencia científica y ayuda financiera.

Algunos académicos han identificado estas tendencias como evidencia de la persistente “dominación intelectual” y las han calificado como una forma de “neocolonialismo“. Varios esfuerzos bien intencionados por cerrar esta brecha han tratado de ir más allá de los legados del colonialismo. Por ejemplo, la colaboración científica entre países puede ser una forma fructífera de compartir habilidades y conocimientos, y aprender de los conocimientos intelectuales de los demás. Pero cuando una parte del mundo económicamente más débil colabora casi exclusivamente con socios científicos muy fuertes, puede tomar la forma de dependencia, si no de subordinación.

En algunos casos, el papel más común de los científicos en países subdesarrollados fue la recolección de datos y el trabajo de campo, mientras que los colaboradores extranjeros aportaron una cantidad significativa de la ciencia analítica. Esto fue tratado en un estudio en el 2003, sobre colaboraciones internacionales de unos 48 países en desarrollo, sugiriendo que los científicos locales con demasiada frecuencia llevaban a cabo “trabajo de campo en su propio país para los investigadores extranjeros” y del 60 al 70% de los científicos de los países desarrollados, no reconocieron a sus colaboradores en los países más pobres como coautores en sus reportes.

Para finalmente dejar atrás el bagaje del colonialismo, las colaboraciones científicas deben ser más simétricas y estar basadas en mayores grados de respeto mutuo. Necesitamos descolonizar la ciencia reconociendo los verdaderos logros y el potencial de nuestros científicos. Deberíamos cuestionarnos si la ciencia ha hecho lo suficiente para disipar los prejuicios modernos basados en conceptos de raza, género, clase y nacionalidad.

Fuente: http://efectococuyo.com/opinion/es-hora-de-descolonizar-la-ciencia

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Colombia más cerca de entrar a la OCDE

Colombia / www.elespectador.com / 24 de Enero de 2018

El ministro de hacienda, Mauricio Cárdenas, viajó a París con el objetivo de presentar los avances que ha tenido el país en su proceso de ingreso. Se espera que además reciba recomendaciones para la recta final.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tiene como objetivo promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo. Colombia actualmente avanza en el proceso para ingresar a este grupo que consolida hoy a 35 países miembros.

Esta mañana el Ministerio de Hacienda confirmó la asistencia del jefe de la cartera, Mauricio Cárdenas, a una reunión en la ciudad de París para avanzar en el proceso de ingreso que ha venido adelantando la nación desde el año 2013, cuando solicitó su participación en la organización.

Según lo dicho por el ministro: “en una sesión especial del consejo de la organización, el país podrá presentar los argumentos, avances recientes y resultados de las recomendaciones hechas por los 23 comités de la OCDE”.

Otro objetivo que se suma al anterior, sobre la visita de Cárdenas a la organización, es recibir las recomendaciones que deberá tener presente Colombia en su recta final para ingresar al grupo de países miembros.

“El país aún está pendiente de aprobar en tres comités para ingresar a este club de buenas prácticas mundiales (laboral, comercio y economía) y se espera que, en esta sesión especial, que se celebrará en París, sede de la organización, se avance en el proceso en estos tres comités faltantes”, puntualizó el Ministerio de Hacienda.

Con esto Colombia se convertiría en el país número 36 que hace parte de la organización, de la que hoy en día, figuran otras naciones como Chile, México, Estados Unidos, España, Francia, Canadá, Japón, Italia y Portugal, entre otros.

Colombia:https://www.elespectador.com/economia/colombia-mas-cerca-de-entrar-la-ocde-articulo-734671

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El año que viene

Por: Graziella Pogollotti

El año que termina suele despedirse en medio del bullicio, sobre todo para los jóvenes. La música y el baile dominan el ambiente. Una tradición ya perdida representaba con la quema simbólica de un muñeco la despedida del año viejo en el momento de acoger el recomienzo de un calendario.

En un país donde buena parte de los pobladores sobrepasan la media rueda, son muchos los que permanecen en el espacio más íntimo del hogar. Allí, junto al televisor, esperan las 12 campanadas y el anuncio ritual del año que está naciendo, acaso nostálgicos del ritmo de otrora, portadores de antiguas remembranzas.

Ante el desafío de la página en blanco, me aparto del estruendo general. El forzoso descanso me induce a un paréntesis reflexivo volcado siempre hacia la perspectiva del mañana inminente.
Abundante en efemérides, el 2018 nace bajo el signo del sesquicentenario de nuestra primera guerra de independencia. En el contexto actual, la conmemoración adquiere capital importancia. No podrá reducirse al recuento formal de los hechos acontecidos en aquel entonces. Convoca a una reflexión renovada acerca del vínculo entre cultura, nación y proyecto social.

Así ocurrió, no podemos olvidarlo, en el centenario de La Demajagua. Situado en la perspectiva de un proceso histórico centrado en raíces coloniales y neocoloniales, Fidel trazaba la línea de continuidad entre el «ellos entonces» y el «nosotros ahora» teniendo en cuenta las contradicciones fundamentales que configuraron cada época. El  patriciado criollo disponía de información actualizada sobre las ideas más avanzadas de su tiempo en el campo de la filosofía, la economía y la pedagogía. Los próceres más destacados tenían conciencia lúcida de las realidades del país. Para afrontarlas, no bastaba con desplazar un poder metropolitano anacrónico. Céspedes lo entendió así cuando, en gesto simbólico, concedió la libertad a sus esclavos el 10 de octubre. Fragua de cubanía esencial, la guerra ofreció oportunidades y protagonismo a figuras procedentes de las capas más humildes de la sociedad. Modesto agricultor dominicano, Máximo Gómez demostró su talento de estratega militar. En Baraguá, Arsenio Martínez Campos tuvo que parlamentar con Antonio Maceo.

En términos culturales hay territorios insuficientemente explorados. Conocemos el recuento épico de los grandes combates y el poder decisivo de las cargas al machete, instrumento de trabajo de los cortadores de caña devenido arma de raigambre popular que sembraba el terror entre los artilleros. No nos hemos detenido tanto en las duras condiciones del vivir cotidiano de los campamentos mambises donde faltaron ropas, calzados, alimentos, medicinas para atender a heridos y enfermos. En esas condiciones, hubo que aprender a subsistir con recursos venidos, acaso, de una subyacente cultura del cimarronaje.

Las carencias materiales, los conflictos surgidos en el proceso, los errores y las injusticias cometidos pusieron a prueba la reciedumbre moral de los hombres y las mujeres que participaron en un batallar de diez años. Crecido en refinadísimos ambientes en Cuba y en otros países, acostumbrado a sujetar  el cigarro con tenacillas de oro, Carlos Manuel de Céspedes ofrendó a la independencia lo más entrañable de su familia.

Depuesto de su cargo de presidente, abandonado por todos, conoció la miseria extrema en su refugio de San Lorenzo. A pesar de tanta amargura, mantuvo su fidelidad a la causa que lo había inspirado. Ese paradigma ético subyace como rasgo esencial de nuestra cultura. Se expresa en la conducta de quienes supieron tomar las armas en el momento necesario y en quienes asumieron su papel desde la enseñanza, el pensamiento y la creación artística. Entre todos, construyeron un imaginario en lo más profundo de un pueblo que sobrevivió a lo largo de una república neocolonial y corrupta hasta asumir, con plena conciencia, los grandes desafíos planteados por la Revolución.

Bajo el auspicio del sesquicentenario de la Guerra de los Diez Años, el año que comienza habrá de proyectarse hacia una relectura integradora de nuestra tradición cultural, entendida en su sentido más amplio como portadora  de valores, costumbres, modos de vivir y también en aquel otro, centrado en las manifestaciones artísticas y literarias. No es tarea  que incumbe tan solo a los organismos especializados. El empeño habrá de recorrer transversalmente la sociedad toda. Incluye la acción de los medios de mayor alcance masivo, la educación y el trabajo cotidiano a nivel de la comunidad.

En su marcha de Oriente hacia Occidente durante la Guerra del 95 el Ejército mambí se convirtió en fuerza unificadora del país. Rompió así la dramática fragmentación que lastró la contienda de los diez años. El concepto de patria adquirió su dimensión concreta en tanto columna vertebral de una historia común. Sin embargo, la vocación unitaria no puede considerarse sinónimo de indeseable homogeneidad. La diversidad es fuente de riqueza  cultural. Contiene el germen de insospechadas potencialidades de desarrollo y también el lastre de zonas oscuras de la herencia revivida, tales como el racismo, el machismo y las expresiones de violencia asociadas a la indisciplina social.

Revisitar la historia y examinar en profundidad lo que somos, teniendo en cuenta la complejidad del panorama contemporáneo, constituye un reto impostergable. Sería erróneo hacerlo con estrecha mirada aldeana. Aunque rodeada de agua por todas partes, paradójicamente, Cuba nunca ha sido una isla. Desde que fue reconocida como llave del nuevo mundo y antemural de las Indias Occidentales, estuvo sujeta a la codicia de los imperios de entonces. Después del triunfo de la Revolución, su mensaje anticolonial y anticapitalista empezó a escucharse en el mundo. Ahora, el dominio del capital financiero opera sobre las conciencias a través de la cultura. Por eso, la batalla económica anda aparejada a la que nos toca librar en el plano de las ideas. En ese terreno, no podemos trasplantar modelos. Con esa tarea de gigantes ante nosotros, habremos de recibir el inminente 2018.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2018-01-01/el-ano-que-viene-01-01-2018-23-01-35

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Volver a fusilar a Lorca

Por: Juan Carlos Monedero

Miro a España y no siempre la veo. En 1925, después de un homenaje en el restaurante Canari de la Garriga en Barcelona, Lorca firmó en el libro de oro del lugar: “Presidiario en potencia. Visca Catalunya lliure!». Primo de Rivera, el primer dictador de nuestro siglo, había prohibido cantar en catalán. Lorca, español hasta en los lunares de la cara, se indignó por la prohibición y su espíritu libre puso el cuerpo contra la represión ( a él no le dejaban estrenar Mariana Pineda). Enarbolar la bandera de la literatura y la libertad lo pagaría muy caro diez años después.

¿Quién que no sea un demente puede prohibir una lengua? Volvió a hacerlo Franco, segundo dictador del siglo. Lo hizo Esperanza Aguirre jactándose de que en Telemadrid no se hablaba catalán. Lo hicieron los que abuchearon a Raimon en Madrid y los que construyeron la emisora de los obispos como un conciliabulo de odio. Hoy esos mismos grupos están evalentonados, a veces escondidos, las más en jauría, dando a todo el mundo que piense diferente con la bandera en la cabeza. El PP anda feliz porque está tapando con la roja y amarilla, que debiera ser de todos los españoles, sus 800 cargos envueltos por corrupción. Da igual que regrese la imputación a Cristina Cifuentes. Ella es española, española, española. Somos un país donde puedes tener los tirantes con la bandera y el dinero en Suiza, Panamá o Andorra.

Puigdemont abrazó la independencia solamente para impedir que una mayoría de izquierda les echara del poder por la gestión de la crisis económica. La gente protestando en las calles de Catalunya desde 2008 estaba en contra de los recortes del gobierno de Mas, de la corrupción de Convergencia Democrática de Catalunya (CDC), de la represión de los mossos antidisturbios en las protestas de Aturem el Parlament. ¿Pero ya no nos acordamos de que Más tuvo que salir en helicóptero? Esa es la dirección política actual de la independencia. Mentiríamos si no viéramos que solo tensionando la cuerda Catalunya se ha hecho escuchar. ¿Pero va a aportar soluciones quien viene mintiendo al pueblo de Catalunya desde que mandaron llamar a Tarradellas para que no gobernara la izquierda? ¿Alguien cree de verdad que se puede apoyar ese sinsentido ignorando la manipulación de lo que está pasando?

La práctica totalidad de los gobiernos que gestionaron la crisis/estafa económica perdieron las elecciones. La astucia de CDC fue convencer a una parte importante de catalanes de que ellos eran la solución después de haber sido el problema. Astucia de mentirosos. Que han prometido la independencia y han mentido. Y que sus mentiras son tan flagrantes que solo les sirve ya el caos. Y que llevan las cosas hasta el extremo solamente porque saben que el gobierno del PP está tan desesperado como ellos, rodeado de corrupción y con una gestión patética que sólo ha beneficiado a los bancos a los que les ha regalado 60.000 millones de euros (y que hacen teatros de sacar las sedes sociales de Catalunya bailando al son que les toca la “pela”).

Hay gente que cree que hablar catalán en España es un insulto. Pero esos no son la mayoría que están protestando por el órdago insensato del gobierno de Puigdemont y la amenaza de declarar unilateralmente la independencia. Ni el conjunto de los españoles ni los catalanes aceptan que la solución sea o la declaración unilateral o la aplicación del artículo 155. Hay otras vías de solución, de mediación, de acuerdo 40 años después de la Constitución de 1978. Pero hay gente poderosa a quien la interesa lo que está pasando. Es momento de pueblo constituyente y políticos que obedezcan.

ETA, en su locura, hizo Presidente del Gobierno a José María Aznar. La estupidez de la banda les llevó a pensar que con un gobierno de la derecha tendrían la independencia. Y lo único que tuvimos, todos, fueron gobiernos de derechas que nos estropearon la vida metiéndonos incluso en una guerra. Estamos repitiendo la historia. La búsqueda violenta de la independencia está reforzando a los que han robado hasta las cucharillas y a los que no tienen un proyecto de España donde quepamos todos los españoles. Les basta decir que son españoles, muy España y mucho españoles y por arte de magia desaparecen Rato, Bárcenas, Granados, González, el rescate bancario, el vaciamiento de la hucha de pensiones o el pago de campañas electorales con dinero negro proveniente de contratos públicos a amañados. Y también la falta de sustancia de Ciudadanos, al que le basta esperar para recoger lo que se le caiga al PP. Es lo malo de tiempos donde vuelve a mandar el vientre en vez de la cabeza. La religión y la nación sirven más a la reacción que a la emancipación.

Fusilaron a Lorca‬ en 1936 y sigue siendo un desaparecido. Lo mataron por ser un hombre libre, homosexual, rojo, gitano, judío, negro. Dio igual que fuera español por los cuatro costados. Le mataron los que llevan dos siglos dictando cómo se es español. Cuando no les gusta, te quedas fuera de España. En una cuneta o en una fosa. Otro gran escritor, Vargas Llosa, va a Barcelona junto con Rafael Hernando, portavoz del PP que cree que hay españoles de segunda. Qué malos compañeros de viaje hacen la ira, la vanagloria y el dinero.

Hay una España mayoritaria, emergente, que no se puede dejar ocultar por esa minoría (¿acaso apenas diez de los 46 millones de españoles? que quiere vivir en el pasado. Hay una España mayoritaria dispuesta a cerrar su herida colonial, su herida social, su herida ciudadana y su herida territorial. Para volver a escucharnos en nuestra pluralidad, en nuestro genio, en nuestra pena y nuestra grandeza.

Mientras, algunos, puede verse en su ira envuelta en una bandera que no les pertenece, volverían a fusilar a Lorca. Por supuesto, en nombre de su España.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/10/11/volver-a-fusilar-a-lorca/#.WeAOr4_Wy00

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