La vida de un niño soldado después de ser liberado

Reseñas/10 Octubre 2019/El país

Los menores reclutados a la fuerza en un conflicto sufren el rechazo de la sociedad, y en muchas ocasiones el de su familia, además de traumas físicos y psicológicos. En lo que va de año, 44 han sido rescatados en Nigeria

François —nombre ficticio— tenía 15 años cuando fue liberado, después de dos años como niño soldado en la República Centroafricana. A dos días de reencontrarse con su madre biológica, después de haber pasado por una familia de acogida y haber hecho un curso de FP de carpintería, le preguntaron qué quería hacer en el futuro. No lo dudó: «Quiero volver a la escuela». François es uno de los 300.000 menores víctimas de reclutamiento forzoso en todo el mundo, según datos de Unicef, que cambió su infancia y su educación por un fusil y que, años después, volvía a su vida después de ser escapar.

El grupo de 23 niños y dos niñas liberados el pasado 3 de octubre en Nigeria.
El grupo de 23 niños y dos niñas liberados el pasado 3 de octubre en Nigeria. REUTERS/KOLAWOLE

Desde 2015 se han liberado 10.000 niños y niñas de grupos armados en todo el mundo, según el informe El fin del uso de niños reclutados en conflictos armados, de Unicef. La última operación de rescate ha sido la de 23 niños y dos niñas en Nigeria que permanecían bajo custodia administrativa por su supuesta vinculación con grupos armados y la organización terrorista Boko Haram. Con estos últimos 25 casos, ya son 44 los menores liberados en el país africano en lo que va de 2019.

«Necesitan pasar de la vida militar a la vida civil de nuevo. Muchas veces al ser liberados llegan a los centros de tránsito sin saber quiénes son”, explica Lorena Cobas, responsable de emergencias de Unicef España. “Si ni siquiera los adultos están preparados para una guerra, las consecuencias psicológicas para un niño son terribles”, asegura María José Pinzón, experta y defensora de los derechos humanos y de la infancia. “Cuando su propia casa o su escuela pueden ser atacadas sin reparos; cuando los refugios tradicionales se convierten en objetivos, ¿cómo pueden los menores de edad escapar de la brutalidad de la guerra?”, explica Virginia Gamba, representante Especial del Secretario General para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados de la ONU. “Este panorama demuestra el flagrante desprecio de las partes en conflicto por el derecho internacional, lo que hace que los civiles, especialmente los más pequeños, sean cada vez más vulnerables a la violencia y el abuso y a ser utilizados”.

Las niñas, doble víctimas de la guerra

Al igual que los niños, las niñas soldado tienen oficios y tareas que no necesariamente son la de empuñar un fusil: son porteadoras, cocineras y en la mayoría de los casos, se las aísla del resto y se las convierten en esclavas sexuales, o incluso se las casa forzosamente con los miembros del grupo armado o la milicia en la que han sido reclutadas. En Sierra Leona un 60% de las niñas soldado se convirtieron en bush wives —esposas de la selva—, fenómeno que también se ha documentado en Liberia o Angola, según explica la organización Save The Children. Las niñas que han sido esclavizadas sexualmente y han sido madres, también viven la estigmatización social de que sus hijos cuenten con un progenitor del ejército o del grupo armado enemigo, lo que las convierte en “las dobles víctimas del conflicto”, según la experta Cobas, al ser antiguas niñas soldados y madres de un hijo ya marcado desde su nacimiento.

Vuelta a la vida civil y el rechazo de la comunidad

El primer paso, una vez liberados del grupo armado o militar, es pasar por un centro de tránsito, donde se les suministra los elementos básicos de higiene y medicamentos, y se les somete a un estudio físico y psicológico. En el caso de las niñas, este suele ser más pormenorizado por haber estado en un mayor riesgo de sufrir violencia sexual durante su cautiverio. «El periodo que permanezcan aquí, cuanto más corto sea, mejor. Lo siguiente será volver con su familia», explica Cobas. El gran problema de los programas de reinserción de los reclutados es que no está claro el papel que debe adoptar la sociedad en su conjunto, poco preparada para acoger adecuadamente a estos niños en su comunidad, asegura Pinzón. “Los niños soldado son considerados asesinos, y socialmente van estar estigmatizados siempre. Nadie quiere que sus hijos vayan al colegio con un exguerrillero”, explica Pinzón.

Importante después para que el menor recupere su infancia es buscar y encontrar a su familia biológica. Pero la tarea resulta muchas veces difícil. A veces están lejos o han muerto a causa del mismo conflicto que llevó al menor a la guerrilla o el Ejercito. En casos muy extremos, el primer acto en un escenario de guerra es el de matar a los padres, lo que ayuda a manipular al hijo o hija y conseguir, así, que el repudio de su familia y su comunidad perdure. “El odio forma parte del conflicto”, dice Cobas.

En el caso de que la familia no desee su regreso, el plan B son las familias de acogida, dispuestas a dar cobijo a estos niños en el periodo de transición, que suele durar entre 2 y 3 años. «Luego toca volver a la escuela lo antes posible o a una formación profesional», explica Cobas. Los programas de reinserción de los niños y niñas reclutados forzosamente ofertan distintas opciones, desde carpintería, fontanería, electricidad  en función de la demanda de cada región. Una de las formaciones profesionales preferidas de muchos de estos niños y niñas en República Centroafricana es el curso de Mecánica. «Se les enseñan a conducir, y para muchos niños y niñas conducir es símbolo de poder y quieren sentir ese poder. Es importante verles cómo eligen su propio camino”. Su propio camino, como el que llevó a François a la escuela, de nuevo.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/10/07/planeta_futuro/1570463862_316980.html

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Camerún: La guerra por el idioma que tiene al 80% de las escuelas de un país cerradas desde hace 3 años

Redacción: BBC

Los estudiantes son damnificados directos del conflicto que el gobierno de Camerún, principalmente francófono, mantiene contra los combatientes separatistas de territorios angloparlantes.

Las fuerzas independentistas bloquean ciudades, pueblos y aldeas en las regiones del noroeste y el suroeste para asegurar que las escuelas se mantienen cerradas por cuarto año consecutivo.

Dichas regiones están fuertemente militarizadas, con tropas gubernamentales que pelean con rebeldes que llegan, atacan y huyen.

Las escuelas debían haber abierto el 2 de septiembre pero, en cambio, miles de padres y niños han dejado sus casas por el miedo a la escalada del conflicto.

Escuela abandonada en Camerún.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption Las escuelas debían abrir el dos de septiembres, pero en su lugar, miles de padres y niños han dejado sus casas por el miedo a la escalada del conflicto.

Niños secuestrados

La mayoría de escuelas en las dos regiones bloqueadas han estado vacías durante tres años y las instalaciones ya están cubiertas de hierba.

En algunas áreas, el gobierno desplegó tropas para vigilar las clases, pero al ser el ejército el principal enemigo de los separatistas, eso incrementó el riesgo de ataques de tiradores independentistas.

Según cifras de Unicef, el veto a la educación afecta a alrededor de 600.000 niños, con más del 80% de escuelas cerradas y al menos 74 centros escolares destruidos en las regiones de conflicto.

Mapa
Image captionLas zonas noroeste y suroeste de Camerún son las protagonistas del conflicto.

El año pasado, fueron secuestrados 80 alumnos, el director y un profesor de una escuela por haber desafiado el bloqueo. Fueron liberados una semana después.

El gobierno culpó a los guerrilleros separatistas, que negaron cualquier vínculo con el episodio.

Las raíces del conflicto se originaron tras la decisión del gobierno de incrementar el uso del francés en las escuelas y tribunales de las regiones mayoritariamente angloparlantes en 2016.

Escuela en Camerún.Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGES
Image caption El 80% de las escuelas en zonas de conflicto se mantienen cerradas por cuarto año consecutivo.

La medida provocó protestas en masa que desembocaron en una rebelión al año siguiente, cuando algunos civiles, indignados porque el gobierno envió tropas para aplacar las protestas, se alzaron en armas.

Miles de personas han muerto entre civiles, separatistas y soldados, y hay más de 50.000 desplazados.

La economía también está en la ruina, con negocios que quiebran y trabajadores que no cobran.

Niños soldados

Algunos niños se han quedado sin padres durante el conflicto y otros de ellos se han alistado en los grupos armados que han emergido para luchar por lo que ellos llaman el estado independiente de Ambazonia.

Lo que una vez fue impensable se convirtió en realidad: Camerún, como otros estados africanos, ahora tiene niños soldados.

Culpan a las tropas del gobierno por matar a sus padres y ahora juran venganza.

Los separatistas se han centrado en las escuelas más que en cualquier otro lugar, porque son un objetivo fácil, y porque así truncan los esfuerzos del gobierno de hacer que la próxima generación de angloparlantes caiga bajo la influencia del francés.

Los secesionistas insisten en que las escuelas permanezcan cerradas hasta que el gobierno acuerde negociar la creación de Ambazonia, algo que hasta el momento se ha negado a hacer, porque piensa que puede derrotar a aquellos que llama «terroristas».

Una mujer frente a un colegio destruido.Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGES
Image caption Al menos 74 centros escolares han sido destruidos desde el inicio del conflicto.

Sin apenas esfuerzo internacional para terminar el conflicto, los bandos se han vuelto más beligerantes.

El último mes, un tribunal militar sentenció a cadena perpetua al autoproclamado líder de Ambazonia, Sisiku Ayuk Tabe, y a otros nueve compañeros.

Crisis humanitaria

El fallo del tribunal enfureció a los separatistas, que intensificaron sus esfuerzos para imponer un bloqueo y asegurarse de que los residentes en las dos regiones, que tienen una población de aproximadamente ocho millones, permanezcan en sus hogares.

Se ha detenido el transporte público y se han cerrado tiendas, oficinas y mercados.

Funerales.Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGES
Image caption Miles de personas han muerto entre civiles, rebeldes y soldados del gobierno.

En el pasado, los separatistas ordenaban los bloqueos por un día, generalmente los lunes. Cualquiera que desafiara la orden era calificado como «vendido» y corría el riesgo de ser asaltado e incluso asesinado. Esta vez, el bloqueo podría durar de dos a tres semanas.

Bamenda, la ciudad más grande de habla inglesa con una población de aproximadamente 400.000 habitantes, ha estado en cierre de emergencia desde la semana pasada, mientras que en otras áreas el encierro comenzó esta semana.

En los días previos al cierre, las tarifas de transporte se duplicaron con creces, ya que miles de personas huyeron de pueblos y ciudades en busca de áreas más seguras en Camerún, principalmente de habla francesa, incluida la capital, Yaundé, y el corazón comercial de Douala.

Esto ha empeorado la crisis humanitaria, con algunas personas varadas en las estaciones de autobuses en las dos ciudades sin tener adónde ir.

Cartel en Camerún.Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGES
Image caption La mayoría de cameruneses son francófonos.

Ante la situación, muchas personas están desesperadas, preguntándose si hay futuro para ellos y sus niños en el Camerún angloparlante o si de lo contrario deberían emigrar.

Yo mismo me mudé a Canadá en enero porque Bamenda, donde vivía, se volvió demasiado peligrosa para mí por ser periodista.

Camerún, dividida por el reparto colonial

Las causas del conflicto también se explican en la historia.

Tras la primera conquista del país por parte de Alemania en 1884, tropas francesas e inglesas ocuparon el país en 1916, durante la I Guerra Mundial. Tres años más tarde, el 80% del territorio quedó en propiedad francesa y el 20% en manos británicas.

El Camerún francés logró la independencia en 1960 y, después de un referéndum, las zonas británicas del sur se unieron, mientras que los norteños se unieron a la angloparlante Nigeria.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-49565197

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África: Niños sin cuentos de hadas

África/09 Agosto 2019/Cubahora

Próximamente cumplirán 60 años de la aprobación por la ONU de la Declaración de los Derechos del Niño, ocasión para revisar cómo se comporta la humanidad al respecto…

Naciones UnidasUnión Africana y diversas organizaciones no gubernamentales (ONG), coinciden en la necesidad de erradicar el empleo del niño soldado, desterrar definitivamente de la realidad política el uso de menores en contiendas bélicas.

La historia recoge muchos sucesos que involucraron el reclutamiento y uso de tales criaturas en conflictos armados; un caso fue en la Edad Media de la llamada Cruzada de los Niños, en 1212, y en la época contemporánea en el curso de la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo desde la década de los años 70 del siglo pasado –coincidiendo con un incremento de la carrera  armamentista y la Guerra Fría- surgió un fuerte movimiento contra la conscripción de niños soldados, los “kadogos” (pequeños, en swahili), quienes resultan dobles víctimas de los disensos armados, situación arraigada en el contexto africano.

A principios de año se estimó que aún decenas de miles de menores en África son obligados a ejercer como militares y al respecto una  ONG, ChildSoldiers International, denunciaba que ese abuso persistía en al menos siete países subsaharianos, además precisó que: “Los continuos disturbios en Somalia, Sudán del Sur, República Democrática del Congo, República Centroafricana y otros países hacen que los niños estén cada vez más expuestos al reclutamiento”.

Por definición, niño soldado es aquel que participa en acciones militares como combatiente, como escudos humanos o con fines de propaganda y suelen usarse también como porteadores, espías, mensajeros, personal de patrulla y esclavos sexuales o su presencia puede constituir una ventaja política en caso de un contrincante prevé presionar a su rival en una mesa de negociaciones.

En los conflictos bélicos no convencionales, es decir en los que se abandonan las normas tradicionales de guerra, la señalada figura adquiere atributos tales como el de zapador involuntario y/o atacante suicida, fórmulas muy aplicadas por la secta terrorista BokoHaram, creada en el 2002 y que desde 2009 enfrenta militarmente al gobierno federal de Nigeria.

Esa facción insurgente, considerada como uno de las más peligrosas y mortales de África, nutre sus filas con el alistamiento forzados de menores obligados a seguir a sus jefes, quienes  les advierten que cualquier desobediencia conlleva a graves represalias contra los familiares. Deben cumplir ciegamente  las órdenes impartidas por muy irracional que sean.

Una prueba de cómo opera ese grupo armado ocurrió en 2014, cuando secuestró a unas 200 escolares en la localidad de Chibok. El jefe de esa formación extremista de confesión islámica, Abubakar Shekau, amenazó con venderlas a traficantes y de entregarlas a la tropa, en caso de no utilizarlas como importante carta  de cambio en negociaciones con el gobierno.

La exacerbación de la violencia criminal perpetrada por los niños soldados se manifestó en la guerra en Sierra Leona (1991-2002), en la cual esos pequeños fueron ejecutores de las decisiones de los mandos del Frente Revolucionario Unido, de  Foday Sankoh, y quienes se encargaban de saquear poblados y amputar órganos de los opositores entre otras operaciones.

Otro caso de notable maldad es el llamado Ejército de Resistencia del Señor (LRA), del excatequista Joseph Kony, que operó fundamentalmente en el norte ugandés, pero luego en regiones de Sudán del Sur, República Centroafricana y Congo Democrático, su estilo de incorporación era  mediante el rapto y su método de convencimiento la tortura marcadamente contra las mujeres que rechazaban la conscripción forzada de sus hijos.

Se presume que hoy el LAR –un concentrado de criminales de guerra- esté disperso y declinando, mientras sus víctimas reclaman que se haga justicia en todos los sentidos.

Desde el genocidio  ruandés de 1994, tanto grupos de  integrantes de las comunidades hutus y tutsis huyeron a la actual República Democrática del Congo (RDC)  antes Zaire, y se establecieron en los alrededores del oriental Parque Nacional de Virunga, donde operan  grupos armados como los Maï-Maï, de entre 20 000 y 30 000 efectivos, gran parte de ellos menores de edad.

Algunos estudiosos opinan que en África, el uso de adolescentes en guerras y conflictos tribales es común y lo señalan como parte de un universo de problemas que requiere una solución integral  como es el asunto de la pobreza, la ignorancia, la inseguridad y la falta de opciones para escapar de las situaciones de conflictos.

El problema de los niños soldados en alguna forma afecta a todo el continente y lo más alarmante es que esas criaturas por lo general  no conocen  otro estilo de vida que la ofrecida por la guerra, están desprovistos de cariño y poseen una obsesión fría por la muerte, pero resultan muy útiles para los adultos que les someten por su lealtad y lo inflexible que puede a ser su conducta por falta de madurez o como consecuencia de manipulaciones.

Según organizaciones de auxilio, en los últimos 10 años, 65 000 menores fueron liberados o rescatados, se estima que de ellos más de 20 000 correspondieron a la RDC, pero esa estadística solamente expone una parte del dilema, debido a las dificultades para acceder a los  escenarios correspondientes para obtener informaciones más confiables.

Sin ser el principal factor que estimule al  enrolamiento infantil, uno de ellos es la radicalización de los grupos armados, los cuales asumen ideologías violentas con las que los menores se dejan envolver y arrastrar, explicó a Inter Press Service la investigadora SiobhanO’Neil.

A los niños soldados  se les separa de las familias por largos períodos; dejan se socializarse con sus parientes y la comunidad de procedencia, son tratados brutalmente y se les somete a la continua exposición a la violencia, todo lo cual les causa problemas psicológicos y perturbaciones emocionales, así como sufren trastornos del sueño, adicciones anormales, problemas con la alimentación, ansiedad y temor por su futuro, informan expertos que trataron a esas víctimas.

EN SUSPENSO

El próximo mes de noviembre se cumplirán 60 años de la aprobación por la ONU de la Declaración de los Derechos del Niño, una buena ocasión para pasar revista a cómo se comporta la humanidad para contrarrestar el fenómeno porque queda mucho por hacer, principalmente hay que colocar los intereses económicos detrás de la seguridad de la infancia en todo el planeta.

La interrogante principal es cómo resolver totalmente el problema de la conscripción infantil en el continente africano; lo primero sería acabar con los conflictos armados, a lo cual se debe aspirar algún día, pero mientras cesan definitivamente el asunto es poner coto al menos parcial a las causas que lo generan, las que configuran el mosaico del subdesarrollo en el caso del continente, donde además de los conflictos propios se le unen los exógenos, porque es el gran pastel del cual otros siempre comieron sin recato.

Actualmente en el mundo hay más 300 mil  niños y niñas soldado que sufren guerras cada vez más brutales y en la mayoría de los casos pasan a ser combatientes involuntarios por hambre, por falta de seguridad o de objetivos en la vida.

Pese a que  el Protocolo Opcional a la Convención de los Derechos del Niño, que entró en vigor en 2002 y lo ratificaron más de 120 Estados, que elevó de 15 a 18  años la edad mínima para el reclutamiento forzoso y la participación en combate, eso no bastó para transformar realidades en los ambientes de guerra, pues aunque desde 2004 disminuyó significativamente el número de niños soldado, se debe más al fin de algunos conflictos que a la voluntad de la comunidad internacional, un ente decisivo en el asunto.

Fuente: http://www.cubahora.cu/del-mundo/africa-ninos-sin-cuentos-de-hadas

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3,7 millones de niños afganos carecen de acceso a escuela: Unicef

Afganistán – UNICEF / 25 de noviembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Xinhua

La oficina en Afganistán del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) dijo hoy que cerca de 3,7 millones de niños afganos no tienen acceso a la escuela debido a la inseguridad y a la pobreza en el país.

«Alrededor de 3,7 millones de niños carecen de acceso a la escuela en Afganistán, de ellos 60 por ciento son niñas», dijo Ahmad Jan Nawzadi, un funcionario de la oficina de Unicef en Kabul, a los reporteros en una ceremonia para celebrar el Día Universal del Niño, que se celebra el 20 de noviembre.

Durante la celebración del Día Universal de la Niñez en Kabul, funcionarios de Unicef expresaron preocupación por la situación de los niños afganos, su falta de acceso a la escuela, el trabajo infantil y el reclutamiento de niños soldados.

En Afganistán afectado por el conflicto, muchos padres, en su mayoría de zonas rurales, se muestran renuentes a enviar a sus hijas a la escuela debido a preocupaciones de seguridad y a barreras culturales.

Sin embargo, alrededor de 9 millones de niños afganos, entre ellos 40 por ciento niñas, están asistiendo a la escuela regularmente.

Ante la actividad en el país de grupos armados, incluidos el Talibán y el Estado Islámico (EI), cientos de escuelas han permanecido cerradas, en su mayoría en zonas rurales.

«Con el fin de preparar el acceso de los niños a la escuela, Unicef y el gobierno afgano han establecido más de 5.000 escuelas comunitarias en áreas rurales, donde pueden estudiar 176.000 alumnos», dijo Nawzadi.

Fuente de la Noticia:

http://spanish.xinhuanet.com/2018-11/19/c_137617936.htm

Fuente de la Imagen:

ove/mahv

 

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El horror de la esclavitud infantil en el siglo XXI: así explota el mundo a 152 millones de niños

Por: Ana I. Bernal Triviño

La trata infantil y la explotación sexual, el trabajo forzoso por endeudamiento, en la mina o en la agricultura, los niños soldados o el matrimonio infantil forzoso son las diferentes caras de una misma realidad.

“El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral”.

Principio 9, de la Declaración de los Derechos del Niño

Su explotación está en nuestro día a día, desde nuestra ropa, hasta los minerales de nuestro teléfono móvil. Los derechos de las niñas y niños quedan en papel mojado cuando se ven las estadísticas. Hoy es el Día de la Esclavitud Infantil, que se manifiesta bajo diferentes formas pero que, en todos los casos, destruye su infancia.

La trata infantil y la explotación sexual, el trabajo forzoso por endeudamiento, en la mina o en la agricultura, los niños soldados o el matrimonio infantil forzoso son las diferentes caras de una misma realidad.

Las cifras varían dependiendo de la asociación u ONG que los calcule, porque no es fácil contabilizar un problema que se oculta bajo mafias y corrupción en la gran mayoría de los casos. Un conjunto de cifras que se teme que solo sean la punta del iceberg, y que desvelan otra realidad: en algunos casos las niñas son las más afectadas.

Víctimas de trata y de explotación sexual

La ONU estima que la trata de personas mueve anualmente entre 5 y 7 billones de dólares, y unos 4 millones de personas se ven desplazadas de un país a otro. Según Save The Children, cada año 1,2 millones de menores son víctimas del tráfico infantil, un negocio que mueve al año 23.500 millones de euros.

La pobreza, la globalización y la consiguiente demanda de mercancías y mano de obra baratas han provocado un aumento sin precedentes de menores trabajadores. África, Asia y el Pacífico y las Américas son quienes más lo registran, y por ello una tercera parte de esta infancia queda fuera del sistema escolar. Estos menores adquieren, muchas veces, una deuda con su patrón y tienen que trabajar hasta que esa deuda quede pagada.

La mayoría de víctimas de trata con fines de explotación sexual son adultas, pero también las hay menores de edad

Otra cara de la trata es la explotación sexual, donde se destina a los menores, en muchos casos, a la industria pornográfica o al turismo sexual. Según Naciones Unidas, España está entre los principales países de destino de víctimas de trata con fines de explotación sexual.

La asociación Apramp, en España, conoce de cerca este problema. Su trabajo se centra en la prevención, reinserción y atención a la mujer prostituida. Desde Apramp, recuerdan que España está en el punto de mira del comercio con fines de explotación sexual de mujeres. La mayoría son adultas, pero también las hay menores de edad. Se calcula que entre 40.000 y 50.000 mujeres y niñas son víctimas de la trata de seres humanos. La propia asociación hizo un informe centrado en menores en España. La mejor forma de identificar esta realidad fue preguntar a mujeres adultas cuándo empezaron a ser víctimas de trata. De 772 mujeres encuestadas, 498 reconocían haber sido iniciadas en la explotación sexual siendo menores. Representaban el 64,5% del total.

Hay que dejar claro que la explotación sexual de menores es una violación de los derechos de la infancia siempre. El Protocolo de Palermo reconoce que no hay consentimiento cuando la víctima es menor de 18 años.

Apramp recuerda que esta prostitución se produce en la misma calle, en bares de karaoke, discotecas, clubes nocturnos o pisos privados.

Niños soldado

Unicef calcula que hay unos 300.000 niños y niñas soldado en conflictos armados de todo el mundo. Los reclutan en las escuelas y pueblos. No sólo los usan para primera línea de combate, matando a personas, sino también para ataques suicidas, violaciones o como esclavas sexuales.

Acnur recuerda que los traumas que estos menores soportan dejan secuelas difíciles de superar. “Algunos son secuestrados; a otros, la pobreza, los malos tratos, la presión de la sociedad o el deseo de vengarse de la violencia contra ellos o sus familias les llevan a unirse a grupos armados y empuñar un arma. Son víctimas inocentes de las atrocidades de la guerra. Para ellos, el regreso a su vida y la recuperación de su infancia es tan difícil que puede parecer casi imposible”, menciona Unicef en uno de sus informes.

Sufren secuelas físicas, producto de las torturas, abusos, mutilaciones, desnutrición o enfermedad sexual. A ello se suman los traumas emocionales. Quedan atrapados en una tela de araña de la que no saben cómo salir porque normalizan la violencia, o ni siquiera saben dónde está su familia. A veces, cuando eso sí ocurre, son rechazados por sus padres, sobre todo cuando las niñas soldados regresan con sus bebés en brazos.

Ante cada conflicto armado, crece su presencia. Y aún más en las guerras largas, como el caso de Siria. Otras permanecen prácticamente invisibles, como Yemen, República Centroafricana, Sudán del Sur o Nigeria.

Matrimonio forzoso

Según la OIT, hay unas 15,4 millones víctimas de un matrimonio forzado a cualquier edad y, de ellas, más de una tercera parte eran en su mayoría niñas.

Se ha alertado de los riesgos que conlleva para la salud y la educación el hecho de casarse a edades tempranas. Sin embargo, durante la próxima década, 100 millones de niñas contraerán matrimonio antes de cumplir los 18 años, según Save The Children. Muchas menores son obligadas a casarse con adultos por sus propios padres, según Acnur.

Save The Children arroja más cifras. Unas 15 millones de niñas y adolescentes están casadas o viven ya en pareja. Cuatro millones lo hacen antes de los 15 años. Lo que representa que cada siete segundos una menor de quince años se casa en alguna parte del mundo, desde Oriente Próximo hasta Europa o Norteamérica. Quizás ello está relacionado con las cifras de maternidad tan altas entre menores: cada dos segundos, una niña da a luz.

Trabajo en minas, canteras y agrícolas

Según Save The Children, un millón de menores trabajan actualmente en minas y canteras en más de 50 países de Asia y Sudamérica. Se trata de uno de los trabajos más peligrosos que puede tener un menor y que solo en África occidental ocupa a 200.000 niños y niñas, más de un tercio del total de la mano de obra. Los trabajos más peligrosos van desde el servicio doméstico, el servicio militar, la pesca en aguas profundas o la agricultura, hasta la construcción y la búsqueda en vertederos.

El trabajo agrícola es una realidad diaria para 132 millones de niños y niñas menores de 15 años en todo el mundo. Casi el 70% de todos los menores trabajadores lo hacen en granjas y plantaciones, algunos de ellos en condiciones de esclavitud peligrosas.

Más de 40 millones de niños y niñas en todo el mundo trabajan como empleados domésticos, 10 millones permanecen ocultos tras las puertas de los hogares donde trabajan. Los menores, en su mayoría niñas, sufren castigos extremos como golpes con planchas ardiendo, flagelaciones y quemaduras con agua hirviendo en sus cuerpos.

Fuente: http://kaosenlared.net/el-horror-de-la-esclavitud-infantil-en-el-siglo-xxi-asi-explota-el-mundo-a-152-millones-de-ninos/

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Unidad didáctica sobre niños y niñas soldados

Amnistía Internacional – Madrid Equipo de Educación en Derechos Humanos

Introducción: En todas las sociedades y en todas las culturas se ha querido proteger y amparar de manera especial a los menores de edad. Todos reconocemos que los niños y niñas son inmaduros, tanto física como emocionalmente, que dependen de sus familias y de su comunidad y son por eso más vulnerables. La Asamblea General de Naciones Unidas aprueba en 1959 la Declaración Universal de los Derechos del Niño, que resume en diez puntos los derechos básicos de los niños y niñas. En 1989 se aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, que específica con mucho más detalle estos derechos, y entiende que el interés superior del niño y de la niña debe ser la consideración primordial a la que siempre hay que atenerse en todas las decisiones que conciernen a los menores. Todos conocemos situaciones de abusos y violaciones de los derechos de los niños y niñas. En muchos lugares del mundo se tolera el trabajo infantil, persisten los matrimonios forzados inclusive a muy temprana edad, y se aplica la pena de muerte a menores de edad. Hay niñas y niños enfermos y abandonados, menores con minusvalías que no reciben cuidados especiales. Muchos niños y niñas no reciben educación formal, y desgraciadamente el maltrato y la explotación sexual son demasiado extendidos. El uso de niños y niñas soldado es sin duda la forma más extrema de explotación infantil. Estos menores pasan por experiencias terribles que los dejan insensibilizados y traumatizados; muchos de ellos no pueden olvidar los abusos que padecieron. En el caso de las niñas soldado, a las frecuentes lesiones físicas se añade el trauma de la brutalidad que han sufrido y si sobreviven, el rechazo por parte de su comunidad. Según Kofi Annan, Secretario General de la Organización de Naciones Unidas, la utilización de niños y niñas soldado es “una práctica dañina y despreciable”. En esta unidad didáctica se presentan casos reales, documentos y actividades para que los alumnos puedan conocer la terrible situación de los niños y niñas soldado durante los conflictos armados y sobre el difícil paso a una vida normal después de su desmovilización.

Descargar guía didáctica: https://redescuelas.es.amnesty.org/fileadmin/user_upload/re_materiales/UD_Ninos_soldado_FEB2016.pdf

Fuente: https://redescuelas.es.amnesty.org/materiales-para-el-profesorado/ninos-y-ninas-soldados/

Imagen tomada de: https://www.politicaexterior.com/wp-content/uploads/nin%CC%83os-soldado-960×638.jpg

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Estados Unidos: Llama Unicef a erradicar la vergüenza de los niños soldados.

América del Norte/Estados Unidos/26.02.2017/Autor y Fuente: http://prensa-latina.cu/
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) llamó hoy a la comunidad internacional a desempeñar un papel decisivo en la erradicación del fenómeno de los niños soldados.

‘Estamos en 2017, representa una vergüenza que los niños sigan utilizándose en conflictos, tenemos que pararlo’, afirmó en una entrevista con Prensa Latina la vocera de la agencia Najwa Mekki.

De acuerdo con la especialista en comunicación, deben incrementarse los esfuerzos para poner fin a un problema que muchos menores de edad enfrentan en cada escenario de guerra, donde está latente el riesgo del reclutamiento por grupos armados no estatales y fuerzas armadas.

No tenemos datos exactos, pero sabemos que son miles y miles los afectados por esta práctica, precisó.

Mekki comentó las acciones de Unicef para lidiar con un problema, que por su magnitud e impacto llevó hace una década a la adopción de los compromisos de París, instrumento dirigido a proteger a los pequeños del flagelo de la guerra.

Esos compromisos son muy importantes, más de 100 países se han incorporado a la iniciativa, con logros concretos como los planes de varias naciones con niños en sus fuerzas armadas de abandonar el reclutamiento, señaló.

Según la portavoz, las actividades de Unicef van desde las negociaciones con los actores de conflictos para liberar a los menores de edad hasta los programas de reinserción social y los preventivos.

Resulta para nosotros una prioridad el trabajo en las comunidades, en aras de crear condiciones para evitar que los niños sean reclutados y se mantengan en las escuelas y junto a su familia, dijo la vocera, quien explicó que el término de soldado es general, porque muchos además de combatir, cumplen funciones de mensajeros, espías y hasta de esclavos sexuales, en el caso de niñas.

Mekki advirtió que el Fondo está siempre dispuesto a negociar con quienes tengan en su poder a menores de edad, algo que no siempre es posible.

‘La naturaleza de los conflictos ha cambiado en los últimos años, con cada vez más ataques directos a los niños por parte de grupos armados interesados en destruir a comunidades, organizaciones con las que no podemos conversar’, lamentó.

Para la funcionaria de Unicef, en la lucha por erradicar la repudiable y vergonzosa práctica desempeñan un papel notable quienes alguna vez estuvieron afectados.

Contamos en esta lucha con el apoyo de activistas que alguna vez fueron niños soldados, con ejemplos como el de Ishmael Beah, quien después de vivir esa experiencia en Sierra Leona, escribió un libro y participa en esta causa junto a nosotros, expuso.

‘Nos parece muy importante, porque nadie puede hablarle mejor a un niño traumatizado que alguien que vivió la misma experiencia y esté en condiciones de decirle: yo estuve en tu lugar y soy una muestra de que hay oportunidades y puedes superarlo’, agregó.

Unicef informó esta semana que desde la adopción de los compromisos de París, hace una década, al menos 65 mil niños han sido liberados.

Para Mekki, se trata de un logro relevante, pero queda mucho por hacer para que las fábricas de la sociedad no corran el peligro de verse enroladas en conflictos y se concentren en la educación.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=66514&SEO=llama-unicef-a-erradicar-la-verguenza-de-los-ninos-soldados

Imagen: http://prensa-latina.cu/images/2017/febrero/24/ninos-soldados.jpg

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