México: Va SEP por cambios en la función de Supervisores y Directivos

La SEP señaló que hay tareas y funciones que desempeñan Directivos y Supervisores que requieren ser transformadas.

La Secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya, lanzó un llamado a Supervisoras, Supervisores y Directivos escolares a que se involucren en las escuelas a partir de una gestión colaborativa y participativa.

En el mensaje que dirigió a dicha figuras educativas con motivo de la Primera Sesión Ordinaria del Consejo Técnico Escolar 2023-2024, Ramírez Amaya reconoció que, la implementación del nuevo Plan de Estudios 2022 para educación básica, implica un cambio en el papel que desempeñan Supervisores y Directivos.

Y es que advirtió que si bien la implementación del nuevo currículo educativo depende en gran medida de los docentes frente agrupo, los esfuerzos que éstos realicen no serán suficientes si no cuentan con el apoyo, el acompañamiento, la orientación y asesoría de Directivos y Supervisores.

“La transformación educativa requiere el impulso de Ustedes (supervisores y directivos), y para lograrlo, una condición es el conocimiento y apropiación de la nueva propuesta educativa”, dijo la funcionaria federal.

Del mismo modo, Ramírez Amaya recordó que son los Supervisores y Directivos escolares quienes conocen los perfiles, trayectorias y prácticas pedagógicas de los maestros que se encuentran trabajando en sus zonas escolares o escuelas.

“Sus saberes y experiencias como directivos y supervisores son fundamentales para promover el análisis y la reflexión de los colectivos docentes sobre qué enseñar y cómo hacerlo”, afirmó.

En ese sentido dijo que hay tareas y funciones que desempeñan Directivos y Supervisores que requieren ser transformadas.

“Por diversas circunstancias, muchos supervisores y directivos se ven absortos en diversas actividades administrativas y no siempre son percibidos, por maestras y maestros, como figuras de orientación pedagógica. Las características del Sistema Educativo Nacional hace muy compleja la labor directiva. Garantizar el acceso a la educación de todas las niñas, niños y adolescentes está aparejado a un número de trámites y procesos administrativos que son su responsabilidad y que limitan el tiempo que puede dedicar al acompañamiento pedagógico de las y los docentes”, dijo la titular de la SEP.

Por lo anterior, Ramírez Amaya señaló que es momento de resignificar la función de supervisores y directivos, de que acompañen los procesos de enseñanza y aprendizaje, “de estar en las escuelas, de formar parte de los colectivos docentes, de dialogar, de escuchar y dar confianza a las y los maestros, de respaldar sus decisiones cuando son producto de la reflexión, la información y el trabajo colectivo”.

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El Asesor Técnico Pedagógico en la administración educativa

Por: Joel Horacio Orozco González

 

«La figura del Asesor Técnico Pedagógico es fundamental para la administración educativa en México, ya que su trabajo contribuye de manera significativa al mejoramiento de la calidad educativa en el país.»

«El maestro debe caminar con una legítima rabia, con una justa ira, con una indignación necesaria, buscando transformaciones sociales»

Paulo Freir

Hablar de educación en México es reflexionar de las diversas coyunturas y de las complejas situaciones que afectan el funcionamiento escolar, no sólo en el desempeño académico, sino aquellas que provocan un bajo rendimiento en la práctica docente, ya que en las escuelas se entretejen dinámicas administrativas y académicas entre los supervisores, los asesores técnico pedagógicos, los directivos, los profesores y los estudiantes, debido a que son piezas primordiales en el engrande escolar. Todo ello cuando nos encontramos en una nueva forma de llevar la enseñanza, debido a que la pandemia provocada por el SARS COVD/19, nos dejó la incorporación de nuevas didácticas y otras herramientas tecnológicas de la informática y la comunicación (TICs) para contribuir al logro del aprendizaje en los estudiantes.

Aunque el rezago por el cual atravesamos en educación, es un problema que se debe agendar como tema primordial durante los próximos ciclos escolares, debido a que en los años en los cuales las escuelas estuvieron cerradas, se rompió el dinamismo académico y se burocratizó la enseñanza, puesto que las secretarías de educación, tanto federales como estatales, sólo cuantificaron los resultados de estrategias descontextualizadas, alejadas de la realidad de la infraestructura con las que cuentan las escuelas. Estrategias que nacieron desde el escritorio, sin tomar en cuenta la realidad que los maestros viven frente a los alumnos. 

El rezago educativo es uno de los principales problemas que aqueja a México. A nivel nacional, en 2010, el porcentaje de población de 15 años y más que era analfabeta o no terminó la primaria o secundaria fue de 40.7%. El porcentaje de población no terminó la primaria fue 12.9%, lo que equivale a 10 082 386 personas. En Nuevo León se registra un 28.8% de rezago educativo, lo que equivale a 958 035 individuos que son analfabetas o no terminaron los estudios de primaria o secundaria. Las personas que no terminaron la primaria ascienden a 282 141 (8.5%) (INEGI, 2010, citado en Cárdenas 2017, p. 1).

Por lo anterior, se debe realizar un análisis sobre la importancia que tiene la administración educativa de una forma sintética (ahora que está de moda este término) y también desde la perspectiva analítica, dentro de los centros escolares, ya que el hecho de analizar cada una de las partes de forma separada, nos permitirá  determinar las consecuencias y causas para comprender cómo intervienen ciertos actores en el funcionamiento y en el desarrollo académico, social y sindical entre los niveles educativos. Desde esta premisa, se puede afirmar que dentro del organigrama educativo, nada se encuentra aislado, sino más bien, todo es parte de una misma conexión llamada política educativa.

 

 

Debemos recordar que en los últimos sexenios la educación ha pasado de política de estado a una política electorera, en la cual sólo se busca justificar los desaciertos que hemos tenido en el desarrollo y en el aprendizaje de los estudiantes, ya que países como la India, Singapur o China han avanzado a pasos agigantados. Mientras nosotros seguimos viendo a nuestras escuelas y al magisterio como una política que sólo busca legitimar al gobierno en turno, puesto que; cada cambio de legislación nos sumergimos en un limbo en materia educativa. Con base a lo anterior, los maestros se tienen que adaptar a modelos educativos al vapor, a dinámicas escolares fácticas y carentes de sentido académico y a capacitaciones en donde el eje rector es fingir que todo se encuentra bien.

Dentro del sistema educativo, el cual se encuentra en una transformación radical, desde las reformas para el ingreso, permanencia, promoción, con la creación del Instituto Nacional para la Evaluación (INEE) en el año 2002, el cual buscaba evaluar a los docentes de una forma punitiva, posteriormente con la creación de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) y sus leyes que pugnan por la revalorización del magisterio,  y ahora, con la entrada en vigor de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), que tiene como eje principal, el aprendizaje a través de la comunidad. Además que el Sindicato Nacional de Trabajadores a la Educación (SNTE), también ha entrado en la sinergia de renovarse a través de elecciones libres, secretas y directas para elegir a sus representantes seccionales. Todos estos factores que se han presentado desde el año 2012 con el Pacto Por México; en el cual las principales fuerzas políticas del país, firmaron en contubernio algunas leyes que buscaban cambiar las políticas del país, entre ellas la educación.

Es por lo anterior que, dentro de estos cambios, que se han presentado en la última década en el sistema educativo nacional; la administración educativa juega un papel importante, debido a que esta disciplina tiene por objeto de estudio la organización de todos los niveles escolares, tanto nacionales como estatales.

La administración educativa se ha interesado por investigar diversos aspectos adyacentes a su propio quehacer como la legislación, los actores sociales que conforman el proceso enseñanza aprendizaje, la estructura del sistema educativo nacional, entre otros. Por esta razón, puede dar cuenta de estos en función de su propio objeto de estudio. (Madriz, 2003, p. 13)

Se busca analizar y sobre todo; entender el comportamiento de los principales actores que viven estos cambios, para poder saber cómo afecta la organización estructural a los alumnos, a los docentes, a los directivos, a los supervisores o a los jefes de sector, pero principalmente, a los asesores técnico pedagógicos, figura educativa que ha estado siendo sesgada y marginada dentro del sistema educativo, tanto nacional como estatal, “Cada nivel educativo exige a la organización educativa procesos de administración distintos, en el tanto sus responsabilidades, objetivos y metas son diversos y obedecen a las características propias de cada etapa de formación”. (Madriz, 2003, p.11) los cuales se encuentran en el limbo de lo que manifiesta la Secretaría de Educación Pública (SEP), con lo que se vive realmente en las cientos de supervisiones escolares en todo el país. Es por ello, que la administración educativa, busca dar soluciones a lo que se dicta burocráticamente con lo que es la práctica docente en cada escuela.

Podemos reflexionar que el ámbito educativo, no debe ser ajeno a la sociedad, sino más bien, es un tema que debemos de ahondar y profundizar desde cualquier artista, ya que invirtiendo adecuadamente en políticas educativas que busquen la mejora de los alumnos bajo cualquier circunstancia, lograremos que paulatinamente exista un mejor nivel social en nuestro país. Por ello, la administración educativa, debe intervenir como la disciplina que ayude a mejorar las relaciones entre lo administrativo y lo académico, ya que se busca mejorar las relaciones entre los niveles educativos, para tratar de combatir el rezago pospandemia como se muestra a continuación: “Destacan el rezago en habilidades previas a la lectoescritura en grupos de primaria y el deterioro de habilidades de redacción en secundaria. Estos resultados son similares a los hallazgos de la investigación cualitativa realizada por Fernández Escárzaga et al. (2020)”. (Cortez, 2023, p. 248)

Desde esta perspectiva, existen alumnos que aún no alcanzan a consolidar la lectoescritura, estudiantes que muestran deficiente manejo del pensamiento lógico matemático, dominio parcial de operaciones aritméticas, además falta de comprensión lectora. Situaciones que antes de la pandemia, no estaban tan arraigadas y tan marcadas en las niñas, niños y adolescentes (NNA) de una misma generación o de diversos grados escolares.

Para ello, pondremos sobre nuestra reflexión y en congruencia con la administración educativa, la cual:

“…está apegada a una visión simplista, de tipo empresarial, en donde se le da mayor relevancia al factor de la ganancia que al sistema del servicio (…) se pierde el valor pedagógico y se pierde de vista la trascendencia del fin de la institución educativa…” (Martínez, 2012, p. 17)

En este sentido, la educación se muestra como un producto febril, en donde importa más la cantidad, que la calidad, donde dejamos de lado lo que el alumno aprende para poder aplicarlo en su contexto y en su vida diaria, es aquí, donde la educación pierde su orientación académica y formadora de ciudadanos analíticos, reflexivos y competentes, para volverse un instrumento del estado para producir ciudadanos de acuerdo a sus intereses facticos o de políticas externas.

Con base a lo anterior, vale la pena analizar el comportamiento de los diferentes entes que interactúan en las instituciones educativas, desde las escuelas, supervisiones y las propias secretarias de educación estatales, en donde se gestan los mecanismos administrativos que la mayoría de las veces dan más importancia a estas cuestiones que a lo verdaderamente importa; el aprendizaje de los estudiantes.

Por lo tanto, la función que realizan los Asesores Técnico Pedagógicos, quienes también son parte de la administración educativa y fueron los encargados de mediar las estrategias propuestas por las autoridades y la realidad que se vivía en los contextos escolares, con la intención de apoyar y contribuir en el fortalecimiento de la práctica docente a distancia durante la contingencia sanitaria y los cuales han implementado estrategias para poder ser esos puentes de interacción entre lo administrativo y lo académico, con la intención de fortalecer y contribuir en el desempeño de los maestros frente a grupo, que muchas veces son rebasados por la carga administrativa. 

La figura del ATP, tiene sus orígenes desde varias reformas atrás, para ello nos remitimos Manual de Organización del Departamento de Telesecundaria donde dice lo siguiente: “Asesorar al personal de supervisión, directivo y docente del servicio de telesecundaria en el desarrollo de las actividades técnico pedagógicas y de los programas de trabajo social, orientación y extensión educativa”. (SEP, 1982, p. 45)

El trabajo del ATP no queda allí; con la entrada en vigor de la Nueva Escuela Mexicana, en donde a finales del mes de diciembre del año pasado, se presentó un avance preliminar del programa sintético 2022, por parte de la SEP, esta figura educativa ha estado en una serie de capacitaciones estatales como nacionales (cabe mencionar que muchas de forma efímera y al vapor) para capacitar a las supervisiones y zonas escolares para la aplicación de los nuevos contenidos a implementarse el próximo ciclo, con la intención de que los profesores, quienes son los que se enfrentan y sufren estos cambios tan abruptos en el timón educativo, estén mejor capacitados e informados ante una nula o parcial información por parte de las autoridades educativas.

El Asesor Técnico Pedagógico, es una pieza imprescindible en la administración educativa, no sólo a nivel federal, sino también en la estructura de cada secretaría de educación en los estados, ya que es responsable de capacitar académicamente o de apoyar y acompañar a los profesores frente a grupo, en los diversos procesos de enseñanza y aprendizaje, de acuerdo a las metodologías que constantemente se innovan, orienta sobre los procesos pedagógicos en los modelos educativos para dar congruencia entre la práctica frente a grupo y los planes y programas. Busca abatir el rezago que existe en las escuelas que conforman la zona escolar; promoviendo estrategias encaminadas a subsanar las áreas de oportunidad que muchas veces se presentan en la heterogeneidad de los centros escolares que se conforman en las relaciones educativas, ya que busca crear proyectos educativos en donde el aprendizaje de los alumnos con ciertas situaciones, sea atendida por los docentes, de acuerdo a proyectos de enseñanza que buscan abatir el rezago educativo.

Como leemos, el Asesor Técnico Pedagógico, no es una figura académica reciente, sino que ha transitado de una reforma educativa a otra, con la intención de favorecer y contribuir académicamente en intervenciones focalizadas a escuelas para dar acompañamiento puntual y precisos en las áreas de oportunidad que se detectan durante los ciclos escolares, no con el hecho de sancionar, evidenciar, solapar o castigar, sino más bien, siendo ese enlace entre la realidad educativa frente a grupo y la política educativa que se elabora en las altas esferas burocráticas, esto con la intención de ayudar a los maestros que muchas de las veces no son comprendidos por sus propias autoridades locales inmediatas.

Es decir, el ATP, como figura académica desde su experiencia, desde su capacitación o autocapacitación (la mayoría de las veces), busca contribuir al fortalecimiento y como el apoyo en la solución de los aspectos académicos que están a sus manos, no con la intención de ser un actor sancionador, sino un mediador y un líder académico que busque generar espacios en donde se solucionen todas esas fracturas académicas o de desempeño que son provocadas por el propio sistema, el contexto en donde se encuentra inmiscuida la escuela o bien, aquellas situaciones extraescolares que son ajenas a las manos de docente frente a grupo, busca a través de la administración escolar, que en los últimos años lo ha lacerado y vilipendiado, busca ser un líder dentro de su contexto educativo.

“Liderazgo es considerado como el arte o proceso de influir en las demás personas, para que se esfuercen voluntaria y entusiastamente en el cumplimiento de metas grupales. Las metas grupales son los objetivos de los comités en el campo administrativo de una organización”. (Koontz, 1998, p. 108)

Por lo cual el Asesor Técnico Pedagógico es un líder en materia académica, tiene la obligación de ir un paso más adelante que los docentes en cuanto al conocimiento de los nuevos planes de estudio, tiene el liderazgo de estar capacitándose y autocapacitándose para poder asesorar académicamente a sus compañeros, en sus manos se encuentra la obligación de ser ese líder innato que sea capaz de solventar a la medida de sus posibilidades, estas nuevas trasformaciones en los planes educativos, para poder ser esa figura académica que los docentes necesitan para apoyarlos, ayudarlos y acompañarlos en este transitar de reformas.  

El Asesor Técnico Pedagógico más allá de encaminarse por el complejo camino académico, trata de motivar, impulsar y romper esos paradigmas o vicios que quizás, muchas veces se han quedado arraigados, siendo caldo de cultivo para perpetuarse y no romper esa zona de confort, que muchas de las veces es propiciada por lazos que se establecen en las relaciones entre los diferentes actores que se dan entre maestros, directivos, supervisores y que la administración educativa, con su misma burocracia permite o exime constantemente, por ello, el liderazgo y principalmente el académico es difícil de implementar bajo estas premisas. Ya que una de las funciones que tienen deben cumplir como agentes centrales de procesos de cambio y mejora en las escuelas

Asesorar, apoyar y acompañar en aspectos técnico pedagógicos, a docentes y técnico docentes de forma individualizada y colectiva, en colaboración con otros actores educativos, con el fin de coadyuvar, en su ámbito de competencia, a la mejora de la práctica docente y de lo aprendizajes de los alumnos, considerando las características de los docentes y técnico docentes, los contextos socioculturales y lingüísticos en que se ubican las escuelas. (SEP, 2019, p.21)

Apelando a lo antes citado en función de lo que representa el Asesor Técnico Pedagógico, es primordial que exista más apoyo para esta figura, ya que su trabajo no sólo reside en cuestiones administrativas como muchos lo han tratado de hacer pasar durante los ciclos escolares, bajo esquemas de promoción como el compadrazgo o el influyentísimo, los cuales denostaron esta función, haciéndola creer como un espacio creado para allegados sindicales o del supervisor. Sin embargo, como hemos analizado, representa y en él se anquilosan muchas de las prácticas académicas y pedagógicas que transcurren en la administración educativa y con la entrada en vigor de la Ley general para el Servicio Profesional Docente (LGSPD), se fue afianzado académica y administrativamente bajo los esquemas de promoción y de verticalidad, sin embargo, con la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (LGSCMM), esta figura educativa cedió unos cuantos pasos y retoma su aspecto de reconocimiento temporal y no definitiva, con ello pierde la fuerza académica que se buscaba construir en las zonas escolares, ya que al estar o ser sometidos a un periodo de un corto lapso de tiempo, no se pueden consolidar proyectos académicos a largo tiempo, ya que no se les dará el seguimiento oportuno y primordial para lograr los objetivos trazados.

Con todo lo anterior, se plantea que la administración educativa tanto federal como estatal, tome más en cuenta el trabajo académico que realizan los ATPs, para ello se propone que la función sea definitiva, ya que al estar siendo temporal o por reconocimiento, los proyectos trazados a largo plazo, pierden su sentido académico para fortalecer a los docentes, ya que con ello se burocratiza la práctica de asesoría técnico pedagógica, convirtiéndose en un actor, que sólo busca cumplir con lo que le indica la USICAMM, para poder justificar el pago del incentivo económico.

Otra de las propuestas que buscan mejorar las condiciones del Asesor Técnico Pedagógico, es mayor capacitaciones de formación, de actualización y de desarrollo; con la intención de que la figura siempre se encuentre en constante innovación académica, con la finalidad de estar al día de los cambios en el devenir educativo, con el objetivo de poder ayudar a los docentes de su zona escolar, ya que es medular como agente de transformación educativa, como capacitador dentro de las escuelas, para que el diálogo académico entre los docentes y sus practica de enseñanza sea acorde a los retos que se viven con el cambio hacia la Nueva Escuela Mexicana, todo ello, con el único fin de contribuir al mejoramiento de los profesores frente a grupo, para poder lograr una enseñanza de calidad para los estudiantes. También se sugiere incentivar económicamente y administrativamente esta función, ya que a pocos docentes les llama la atención el hecho de promocionarse para la asesoría técnico pedagógica, puesto que no ven en ella una categoría vertical que les ayude a superarse y que a la vez contribuya en su zona escolar, debido a que no tiene bien definida las cuestiones en las que incide constantemente, por lo cual muchas veces, se tiene a participar en otras categorías en las cuales sus atribuciones se encuentran bien delimitadas. Mientras no exista una remuneración económica pertinente, oportuna y concreta por parte de la SEP y se siga dejando a los presupuestos económicos de cada estado y, además, no se siga dando legitimidad sindical, jurídica y principalmente administrativa, esta figura tiende a extinguirse, ya que la mayoría de los docentes aspiran a promociones como directivos y supervisores.

Como conclusión podemos aseverar que aún existen lagunas dentro de la administración educativa, las cuales siguen estando lejos de beneficiar al sistema educativo, ya que se le da más peso a la carga burocrática y administrativa dentro de cada grupo, institución o zona escolar, dejando de lado lo que en verdad importa, el aprendizaje de los alumnos, quienes necesitan docentes concentrados en llevar a cabo una práctica educativa que no los distraiga de lo que en verdad importa, consolidar el aprendizaje de los estudiantes. Es por ello que la administración educativa, debe de centrar todos sus esfuerzos en ser más eficaz y eficiente en el desempeño académico; por lo cual el asesor técnico pedagógico es una figura clave en la administración educativa, tiene la responsabilidad de apoyar a los docentes y directivos en el mejoramiento de la calidad educativa, es el enlace entre las autoridades educativas y las escuelas, y su papel es fundamental para garantizar que se cumplan los objetivos de la política educativa nacional. Dicha figura educativa es especialmente importante en el nivel educativo de Telesecundaria, ya que se trata de una modalidad que requiere de un enfoque pedagógico diferenciado, que considere las particularidades de la población estudiantil y de las zonas rurales y marginadas donde se ubican muchas de estas escuelas.

En resumen, la figura del Asesor Técnico Pedagógico es fundamental para la administración educativa en México, ya que su trabajo contribuye de manera significativa al mejoramiento de la calidad educativa en el país. En este sentido es esencial para la implementación de políticas educativas y para el logro de los objetivos de mejora de la calidad educativa en México. Su labor contribuye a la formación de ciudadanos críticos y comprometidos con su entorno, lo cual es fundamental para el desarrollo social y económico del país.

Finalmente, se concluye que el ATP es un actor clave en la administración educativa actual y su labor es fundamental para lograr una educación de calidad y equitativa que permita a los estudiantes desarrollar al máximo su potencial y contribuir al desarrollo sostenible de la sociedad. Es necesario que se valoren y reconozcan las habilidades, conocimientos y aportes para poder fortalecer su labor y garantizar que cuenten con los recursos y apoyo necesarios para llevar a cabo su trabajo de manera efectiva y eficiente. En definitiva, la labor del Asesor Técnico Pedagógico es de vital importancia para la mejora continua de la calidad educativa y el desarrollo integral de los estudiantes en cada una de las supervisiones y escuelas.


Cárdenas, E. M., & Coronado, M. Z. (2017). Factores intra y extra escolares asociados al rezago educativo en comunidades vulnerables. Alteridad. Revista de Educación, 12(1), 79-91.

Cortez Soto, A. J., & Heredia Escorza, Y. Consecuencias del aprendizaje a distancia en educación básica: indicios de burnout docente y rezago educativo

Madriz, F. E. S. (2003). La administración educativa y su fundamentación epistemológica. Revista Educación, 27(1), 9-16.

Manual de Organización del Departamento de Telesecundaria en las Delegaciones Generales. Número 5. Colección de Manuales Administrativos, SEP, (1982).

Sistema de asesoría y acompañamiento a las escuelas. Lineamientos generales del Sistema de Asesoría y Acompañamiento a las Escuelas en la Educación Básica. SEP (2019)

Fuente de la información: https://profelandia.com

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Enfoque por competencias ¿desaparición o re-invención en el panorama educativo de México?

Por: Jocksan Japhet de la Cruz Bautista. Educador de Veracruz, México

INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Y GEOPOLÍTICA

Con los diversos cambios a nivel global, ya sea de índole económico, social, ambiental, cultural e incluso geográfico, se ha dado apertura a una modificación sui generis que ha traído modificaciones en el orden de vida de los ciudadanos que componen la “aldea global”. En las políticas nacionales e internacionales afloró en las primeras décadas del siglo XXI un nuevo proyecto cultural que pretendió trascender en la vida de todos y cada uno de los hogares, sin embargo, conviene entender desde donde provino este proyecto “cultural”, cuáles son sus fines sociales, y cómo afectaron las formas de vida de los países, para después ir analizando el ejercicio de resistencia y contra-argumentación que –al menos conceptualmente- buscaría entablarse a partir de la construcción de un modelo antagónico al neoliberalismo, mismo que está siendo construido a partir de la Nueva Escuela Mexicana en la actualidad.

Para comenzar, habría que recordar cómo es que la educación basada en competencias fue el reflejo de un nuevo orden económico mundial, surgido precisamente de la transformación de las nuevas formas de organizar el proceso de trabajo, este nuevo orden económico se orientó primeramente hacia la modificación de las instituciones de educación media y superior, les otorgó nuevas funciones a cumplir, además de que pretendió la construcción y la difusión del nuevo proyecto cultural.

Este proceso fue avanzando a la par de la globalización como fenómeno económico político y cultural, y los procesos que se originaron a partir de este suceso social fueron provocando una reformulación en las reglas de competitividad, lo cual obligó en su momento, a que las organizaciones productivas y de servicios revisaran y cambiaran sus procesos de producción y comercialización. En México, por ejemplo, con el marco Neoliberal, las instituciones educativas ya no pudieron darse el lujo de seguir manteniendo un sistema educativo que difería de las necesidades de los mercados internacionales.

Haciendo un poco de historia, recordemos que, a partir de la segunda guerra mundial, las formas de organización para el trabajo fueron modificándose radicalmente, priorizando la desconcentración de la producción, la especialización de los roles para el trabajo, la flexibilidad, entre otras cosas. Apareció el fordismo y el taylorismo, pero la heterogeneidad y la fragmentación de los mercados, obligó a que estos sistemas de organización del trabajo también avanzaran en el cambio. Se provocó entonces, una reorganización de la acumulación del capital en torno a nuevas bases que permitieran la estabilidad económica a plazos más prolongados.

Otro ejemplo de estos cambios fue el de Japón, en donde se privilegió la eliminación del despilfarro en la producción, la baja calidad en la producción y además se buscó involucrar más a los trabajadores en la toma de decisiones relativas a la producción, con esto se exigió al mismo tiempo la capacidad de las empresas de asegurar una capacitación permanente de sus trabajadores, extendiendo así el proceso “educativo” más allá de un lapso definido de tiempo. Con todo esto, la polivalencia y la multifuncionalidad de los trabajadores se convirtieron en el eje fundamental para llegar al éxito de las empresas.

El ajuste y la flexibilidad fueron tomando un lugar preponderante en la jerarquía de valores del orden económico-laboral a nivel mundial. El lenguaje de las empresas conducido hacia las nuevas formas de organización para el trabajo giraba en torno a la producción flexible, -un concepto ambiguo sin duda alguna-. Al trabajador se le pedía dentro de esta producción flexible, que tuviera capacidad de decisión (interpretar y tomar decisiones con respecto a la operatividad), socialización (interiorización de la nueva cultura empresarial, trabajo en equipo y disponibilidad para el intercambio de conocimiento útil para la producción) y gestión, tareas que hasta ese entonces no le competían directamente.

Desde ese momento, se comenzó a poner de moda la nueva cultura empresarial que modificó radicalmente las formas de organización para el trabajo, la globalización había encontrado un entorno favorable de simbolismos y esquemas sobre los cuales inscribirse para introducirse en las formas de vida de la ciudadanía en general, y en especial, en el ámbito escolar, no como institución educativa, sino como una empresa más, orientada a producir capital humano a partir de un enfoque por competencias, es decir, a partir de un enfoque basado en el espíritu empresarial, con un proceso de instalación ideológica y posterior reproducción didáctica.

EL ENFOQUE POR COMPETENCIAS EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA, INSTALACIÓN Y RESISTENCIA EN CURSO.

El impulso para la reestructuración de las instituciones educativas, sobre todo las de nivel medio y superior, y más tarde en las escuelas primarias en México y en el mundo, tuvo que ver con el hecho de que no había suficiente capital humano que respondiera a las necesidades del mercado y de las fuerzas de producción. De ahí que uno de los principales esfuerzos de las empresas transnacionales, en colaboración con diferentes organismos internacionales de la educación en el mundo, fue impulsar una serie de reformas de gran escala para imponer políticas que buscaron estandarizar los procesos educativos, al respecto, hubo algunos autores como (CORAGGIO, 1995, pág. 72) que argumentaron la idea de que en la actualidad

Es frecuente oír que el Banco Mundial viene imponiendo políticas homogéneas para la educación no sólo en la región sino en el mundo. Esta tesis es plausible: las declaraciones del propio Banco Mundial, la simultaneidad con que están emprendiéndose reformas educativas en los distintos países, y la homogeneidad discursiva que envuelve esas reformas, así parecen indicarlo…

 Por esta razón, los organismos internacionales comenzaron a generar alternativas que de alguna u otra manera privilegiaron la perspectiva empresarial. Con ello, se hizo todo lo posible en años posteriores para promover un nuevo modelo de formación de profesionales, y para ello se recurrió a la organización curricular basada en estándares y en un modelo educativo basado en competencias laborales. Ante tal planteamiento resulta importante preguntar:

  • ¿Por qué un proyecto educativo basado en competencias laborales?
  • ¿Por qué el modelo educativo centró el crecimiento económico y el desarrollo social en el ser humano? ¿a costa de qué o de quiénes? ¿desarrollo social y crecimiento de quiénes?
  • ¿Por qué el enfoque competencial consideró a la calidad y la capacidad del ser humano como determinantes para la empleabilidad y la calidad del empleo?
  • ¿Por qué el modelo curricular se adaptó a la necesidad de cambio omnipresente en la sociedad internacional? Pero… ¿esta necesidad de cambio es la misma para todos?

Influencias de los modelos empresariales.

Lo único cierto es que el modelo de formación por competencias es acorde a los requerimientos de la economía globalizada, prioriza la promoción de tres tipos de competencias: Competencias cognoscitivas, de comportamiento profesional y competencias técnicas específicas.

El concepto de competencias puede poseer distintos sentidos, pero en el rubro laboral y su imbricación con el contexto educativo por parte de la Organización Internacional para el Trabajo (OIT), se le puede definir, según lo propuesto por  (BARRÓN Tirado, 2000, pág. 237), de la siguiente manera: “la competencia laboral es la construcción social de aprendizajes significativos y útiles para el desempeño productivo en una situación real de trabajo, que se obtiene no sólo a través de la instrucción, sino también mediante la experiencia en situaciones concretas de trabajo.”

Al entender el concepto de competencias desde esta perspectiva, la lógica nos lleva a deducir que la enseñanza que promueve dichas competencias es de un carácter integral, que implique la combinación de conocimientos generales y específicos con experiencias de trabajo, y que por supuesto, tenga también manifestaciones prácticas en contextos definidos. Es así como las estrategias más usadas para la formación de individuos son:

  • Impulsar la implantación y operación de esquemas de educación y capacitación de los individuos a lo largo de toda la vida.
  • Promover la vinculación entre capacitación y el empleo.
  • Mejorar mecanismos de evaluación y certificación de habilidades y competencias de los individuos.
  • Reconsiderar funciones y responsabilidades de todos los agentes que intervienen en la prestación de servicios de capacitación y formación, incluyendo los gobiernos.
  • Establecer incentivos para los individuos, empresas e instituciones que proporcionen servicios educativos, con el fin de promover la inversión eficiente en los esquemas de formación continua.
  • Adaptar a los sistemas educativos a los cambios tecnológicos y de organización del trabajo.
  • Que la escuela sea el instrumento para llevar a cabo los cambios en la reestructuración de las formas de producción y organización para el trabajo.

En esta última estrategia surge una incongruencia, puesto que la escuela está diseñada para enseñar contenidos y prácticas relativamente estables, mientras que el mercado de trabajo, sufre continuas transformaciones, por esta sencilla razón, la escuela difícilmente podrá atender a las demandas solicitadas. Esta situación recae principalmente cuando se piensa en el papel que están jugando las escuelas públicas.

Como bien puede verse, el enfoque por competencias a nivel internacional nació con un sesgo definitorio entre formación-capacitación para el trabajo, esto pese a que uno de los máximos exponentes de dicho enfoque mencionó en una de sus publicaciones (PERRENOUD, 2004) que el “inventario” de competencias en ningún momento tuvo la intención de “…dar cuenta de las competencias del profesor medio de hoy en día. Más bien describe un futuro posible y, […] deseable de la profesión…”.

Lo cierto fue que dichos modelos (reinterpretados por autoridades educativas, docentes y sociedad en general) fueron “asimilados” a sus conciencias, pero bajo la consigna de una imposición escolar incongruente con la realidad en que estaban inmersos. En relación a este hecho, fue interesante encontrar que en la misma publicación de Perrenoud existe el señalamiento de “…que la misma identificación de las competencias supone opciones teóricas e ideológicas, por lo tanto, una cierta arbitrariedad en la representación de la profesión y de sus facetas…”, situación que refuerza la idea de que el enfoque por competencias respondió desde sus inicios a una interpretación basada en paradigmas economicistas y de producción de capital humano para el trabajo.

Instalación de la educación basada en competencias en el marco de las políticas educativas del estado mexicano.

A partir de los programas de desarrollo educativo 1995 – 2000 en México, y de empleo, capacitación y defensa de los derechos laborales 1995 – 2000, comenzó a tomarse en cuenta y en forma seria la educación basada en competencias, posteriormente aparece el sistema nacional de capacitación para el trabajo (SNCT) a la par del Proyecto de modernización para la educación técnica y capacitación (PMETYC) en cuyo marco se crea también el Consejo de Normalización y Certificación Laboral (CONOCER).

Todos estos organismos propusieron entre otras cosas atender las necesidades del aparato productivo mediante la creación de un sistema normalizado de competencias, además de buscar la certificación de competencias por medio de un organismo consensuado. Todas estas acciones fueron encaminadas directamente a la implantación de un nuevo proyecto cultural que trascendiera más allá de lo establecido por las empresas, buscó ganar terreno en diferentes ámbitos a partir de la ejecución de políticas educativas.

Una de estas políticas educativas fue la creación en México, de una reforma integral de la educación básica (RIEB) en el año 2011, y en la que básicamente los diseñadores de dicha propuesta curricular buscaron

…definir un currículum que aborde como un solo trayecto formativo los tres niveles que integran la educación básica, están también, el reconocimiento de la necesidad de poner ese currículum a tono con los acelerados cambios experimentados por la sociedad en los últimos tiempos y, como se ha dicho, la pretensión de mejorar los resultados de aprendizaje de los alumnos atendidos por el sistema educativo mexicano. (RUIZ CUELLAR, 2012, pág. 55)

Dicha reforma integral vino acompañada más tarde con el desarrollo de una serie de reformas educativas en los años 2012 y 2017, las cuales buscaron trastocar aspectos laborales, pero disfrazada a partir de una re-estructuración de contenidos programáticos, encaminados a reforzar el enfoque competencial como instrumento formativo de capital humano en la educación básica. En dicha reforma curricular lo más llamativo fue el enfoque asignado a la evaluación, mismo que fue elevado a rango constitucional, pero interpretado desde una perspectiva cuantitativa, de control y eficacia empresarial, así lo demostraron algunos intelectuales de la época tales como (PÉREZ ROCHA, 2012), quien argumentó entre otras cosas sobre la reforma, que

La Evaluación, por lo demás, empieza mal. En el párrafo primero de la fracción novena que se propone para el artículo 3° Constitucional, se identifica “evaluación” con “medición”, el encargo para el nuevo INEE es “hacer mediciones” [sic]. Esto es una aberración: no es lo mismo evaluar que medir. En el campo educativo los elementos más valiosos no pueden medirse, pero sí tienen que evaluarse, y los que sí pueden medirse, una vez medidos tienen que evaluarse (13 de diciembre de 2012).

Tanto dentro de la RIEB, como en las posteriores reformas (2012 y 2017) el enfoque competencial quedó apuntalado y dirigido hacia un curso de formación apegado a un paradigma de medición de aprendizajes, es decir, para que un alumno pudiera concluir su educación básica (primer momento del largo y enriquecedor trecho formativo) necesitaba cursar y acreditar inicialmente el Preescolar, enseguida la Educación Primaria y posteriormente la Educación Secundaria, y en cada uno de estos niveles se privilegiaría el desarrollo de conocimiento (contenidos conceptuales y declarativos), destrezas (instrumentales) y actitudes (enfatizando la educación socioemocional como gestión de emociones en el ámbito empresarial).

No está de sobra mencionar que, para desarrollar estas competencias en los alumnos, el sistema educativo, y específicamente la educación básica, se propuso cumplir con objetivos que pretendieron desarrollar de forma estandarizada en los alumnos, una serie de conocimientos técnicos, habilidades técnicas y actitudes que le permitan comunicarse eficientemente, así como desarrollar el pensamiento matemático instrumental y la búsqueda de información, como herramientas cognitivas que favorecieran una formación integral.

Con esto se pretendió que al termino de estos tres niveles el alumno debería haber potencializado toda una serie de competencias básicas que le permitieran seguir aprendiendo de forma permanente y autónoma en lo posible, así como competencias para el manejo de información, de organización y diseño de planes para la vida personal y en sociedad, competencias para la convivencia con otras personas y con la naturaleza, etc. Sin embargo, lo que el currículum oculto planteaba dentro del currículum oficial era, que el proceso de formación de este alumno, tenía que desarrollarse específicamente en las habilidades instrumentales que lo capacitaran para el mundo laboral y no para el desarrollo estético, espiritual y volitivo como integrante de un colectivo social.

Para lograr estos tan anhelados propósitos, el nivel preescolar, primaria y secundaria, se organizaron específicamente para que el proceso de enseñanza – aprendizaje estuviera ordenado por ciertos rubros, programas, proyectos o planes. Y es de esta manera como cada nivel de aprendizaje tuvo características semejantes y diferentes entre sí. Por citar algunos ejemplos generalizados podemos mencionar los siguientes:

Tanto en la primaria como en la secundaria, el perfil de egreso es prácticamente similar, esto con el objetivo de contribuir a una articulación pedagógica basada en proyectos. En contraste con la organización por contenidos en la escuela primaria, en el Preescolar se organizó la enseñanza centrando la atención en la formación por competencias. En la primaria se definió una secuencia más o menos flexible, pero siguiendo un orden específico planteado en los programas, al igual que en la secundaria. En el preescolar, el programa no definió secuencias de actividades, pues era la educadora quien debía seleccionar o diseñar situaciones didácticas. A pesar de que en la primaria y secundaria se pretendió desarrollar propósitos generales y en el preescolar la existencia de propósitos fundamentales, los tres niveles conllevaron a la agrupación por competencias en campos formativos y, por ende, la finalidad fue la misma: Formar individuos con competencias similares.

 Llamó la atención que durante la parte final del sexenio 2012-2018 en el Estado mexicano, hubo un esfuerzo casi agónico por implantar la reforma curricular a la educación básica a partir del desarrollo de aprendizajes clave, que básicamente eran un “…conjunto de contenidos, prácticas, habilidades y valores fundamentales que contribuyen sustancialmente al crecimiento de la dimensión intelectual y personal del estudiante. Se desarrollan de manera significativa en la escuela.” (SEP, 2017, pág. 519)

Como bien puede notarse, esta definición, no se deslindó epistemológicamente de lo que se venía proponiendo en reformas curriculares anteriores, se siguió optando por un enfoque competencial que conjuntara conocimientos, habilidades y actitudes de forma integrada para el desarrollo integral del alumnado. Con la irrupción de esta reforma curricular, el nivel de educación primaria del sistema educativo mexicano comenzó a navegar con el uso de dos planteamientos curriculares durante el mismo ciclo escolar, es decir, en primero y segundo grado de educación primaria se han estado empleando libros de texto con aprendizajes clave de la reforma curricular del 2017, mientras que, para tercero, cuarto, quinto y sexto grado se trabajaron en el mismo periodo, los libros de texto con aprendizajes esperados y estándares curriculares.

La principal diferenciación entre ambos programas fue al menos en el plano discursivo, que el plan 2017 señalaba al humanismo como referente conceptual para el logro de los fines de la educación, sin embargo, varios autores tales como (DE ALBA, 2022) llegaron a cuestionar las pocas veces que se clarificó este concepto en los documentos curriculares, además de increparle un eurocentrismo de antaño que “…ignora realmente la cuestión del humanismo en Hispanoamérica, Iberoamérica, en América Latina y en México, cuando hay una riqueza muy grande a nivel humanista…”, lo cual en pocas palabras evidenció una pobreza epistémica para sustentar el enfoque y dejó la puerta abierta para interpretar que más allá de la reestructuración de contenidos convertidos a aprendizajes clave, lo que se buscó de fondo es dar continuidad al enfoque competencial que se venía reproduciendo desde antes del 2011 en México.

La irrupción de la resistencia, caminos confusos y recesión.

Además de esta situación confusa para los docentes del nivel primaria, lo más complejo estuvo por llegar, pues a partir del año 2022, comenzó a gestarse en el sistema educativo mexicano y en específico en la educación básica, la construcción de un nuevo marco curricular que buscará contra-argumentar desde un posicionamiento de izquierda progresista, la imposición de este modelo por competencias que respondió al espíritu capitalista y neoliberal, hecho con el cual, a partir de este año ha generado ciertas incertidumbres al incorporar en cuarto grado, el trabajo con la asignatura de español pero desde la óptica de un nuevo modelo centrado en lo que el actual gobierno ha denominado como Nueva Escuela Mexicana (NEM).

Este nuevo modelo ha traído consigo una serie de consideraciones dignas de revisar en profundidad, sobre todo para ir construyendo un contexto – problema que permita avanzar a paso lento pero firme en la construcción de nuevas pedagogías ajenas al modelo neoliberal, por ello es necesario cuestionarse si la educación básica y en específico el nivel de educación primaria ¿sigue en crisis? ¿Por qué habiendo similitudes entre los programas de cada nivel de aprendizaje, sigue viéndose la desvinculación de aprendizajes entre el nivel preescolar, primaria y secundaria? ¿Qué se estuvo enseñando en los preescolares, primarias y secundarias durante estos últimos 11 años? ¿Se estuvo dotando al alumno de herramientas básicas a largo plazo o simplemente se le instruyeron con mecanismos mínimos para su futura participación en el ámbito laboral?

Reflexionando sobre estas cuestiones, es válido señalar que la educación básica se mantiene en crisis, debido a que es precisamente esa su característica peculiar que permite el progreso y la transición hacia nuevos estados de transformación. En la actualidad, la escuela se encuentra en un momento de recesión, es decir, la escuela primaria no está dotando al alumno de esas herramientas básicas que superen el enfoque competencial, pues lo único que se hizo con dicho modelo educativo es limitar la enseñanza a promover conocimientos, habilidades y actitudes aislados que sólo contribuyen a la acreditación de los alumnos en las instituciones, pero que no cumplen con los verdaderos propósitos educativos: Formar individuos plenos que sean capaces de coexistir en sus ámbitos comunitarios para participar en situaciones reales, con problemas y soluciones reales.

Esta situación, sumada al tránsito que estamos viviendo para aterrizar un nuevo marco curricular, pero sin tener aún un plan de estudios definido y con programas de enseñanza definidos por la NEM, ha traído grandes desafíos al magisterio mexicano y las comunidades escolares en general. Por el momento solo se tienen referencias solidas sobre un sistema de educación básica que se integrará por seis fases de aprendizaje que aglutinan la educación inicial, preescolar, primaria y secundaria, además de cuatro campos formativos (lenguajes; saberes y pensamiento científico; ética, naturaleza y sociedades, y de lo humano y lo comunitario) y 7 ejes articuladores denominados de la siguiente manera: pensamiento crítico; interculturalidad crítica; inclusión; igualdad de género; educación estética; lectura y escritura en el acercamiento a las culturas, y vida saludable.

Todos estos elementos curriculares buscarán revertir el daño causado por el consumismo neoliberal, el atentado contra la cultura de los pueblos indígenas y los procesos de colonización que han estado legitimándose desde muchos frentes, uno de ellos, las políticas educativas y sus reformas curriculares, por lo pronto el desafío docente es irse apropiando de nuevos paradigmas de formación pedagógica y participar activamente en la construcción del nuevo modelo educativo, orientado hacia el desarrollo de las potencialidades que ofrece colocar a la comunidad en el centro de los procesos educativos. Pero ¿estamos a la altura de este desafío? ¿Tenemos un gobierno en sintonía con la izquierda progresista? ¿Hay lealtad a estos principios filosóficos o simplemente es un discurso más en el debate ideológico de la educación?

A MANERA DE CIERRE

A partir de esta situación, es viable entender que la derogación de las reformas que fueron conducidas por dicho enfoque competencial, busca responder a un llamado para la resistencia, en el que a partir de la constitución de la nueva escuela mexicana, como un modelo creado por las propias comunidades escolares, se busca ofrecer una resistencia desde lo local y en contra del proceso de colonización educativa que ha prevalecido durante muchos años, y que puede resumirse como un intento constante por occidentalizar y reforzar el eurocentrismo en América Latina, y específicamente en México.

Ahora bien, este nuevo bosquejo curricular que intenta desarrollarse en pleno periodo 2022 y 2023 en México, aún tiene muchos aspectos pendientes por resolver, pues presenta muchos retos tales como la elaboración de los nuevos libros de texto gratuito que respondan a la diversidad cultural representada por el mosaico de pueblos indígenas que hay en México, así mismo existe la necesidad urgente de afinar los nuevos planes y programas de estudio a partir del nuevo marco curricular, o en su caso, elaborar algún documento rector que pueda brindar orientaciones prácticas en cuanto a organización de tiempos, espacios y agrupación de alumnos, así como respecto a la estructuración de saberes y pensamientos de la cultura social.

Ciertamente hay enormes diferencias entre el nuevo marco curricular, programas sintéticos – analíticos y los planes y programas de estudio anteriores, muestra de ello son la misma relevancia social que se le adjudica a los saberes ancestrales de los pueblos originarios en relación al aprendizaje de la lengua y las matemáticas, así como la exaltación de la cultura para la paz y el deslinde del uso de las tecnologías como paradigma vanguardista en la educación contemporánea, sin embargo, pese a que se hace justicia en el plano discursivo al pensamiento de izquierda progresista, existe un enorme riesgo de dar continuidad al modelo neoliberal, pero esta vez vestida con una túnica de múltiples colores que solo aparenta una trasformación, mientras que en el “fondo de verdades” se mantenga oculto y operando el fantasma del capitalismo refundado.

Ahora bien, con todo lo ya abordado en este breve ensayo con respecto al modelo por competencias imperante en México durante los últimos 11 años, puede notarse que hoy en día en el campo laboral y, por ende, también en el educativo (escolarizado) se privilegia más a la eficacia y a la productividad. La educación en su sentido lato, dejó de ser un asunto de justicia social y pasó a ser un tema de la economía política.

Por tal motivo, con el modelo por competencias se buscó generar un sistema de reglas de competitividad en el que los países participaran irremediablemente en los procesos de producción, sin embargo, valdría la pena cuestionarse si dada la situación político-económica de algunos países, por ejemplo, los de América Latina, la condición de este modelo por competencias realmente pudo haber llegado a reflejar un beneficio social. Recordemos que un proyecto, por más buenas intenciones que posea, cuando no responde a la realidad económica, política, cultural y social de determinado grupo social, no deja de ser una verdadera invasión, con buenas intenciones, pero invasión, al fin y al cabo.

Con la superación del modelo por competencias debería buscarse algo más que las metas reduccionistas de producción de recursos humanos, se debería de contribuir a la búsqueda de una mejor sociedad, una sociedad donde el capital económico no sea el motor de cambio, donde la educación no sea vista como la instrumentación y capacitación técnica de nuevas destrezas para el desempeño de roles como ciudadanos en un mundo parametrizado, sino más bien, y usando las palabras de Zemelman, quien a su vez citó a Machado,  debería buscarse concretar un modelo donde la educación sea entendida como aquella experiencia que significa ‘puertas abiertas al campo’, donde los individuos aprendan a colocarse ante los desafíos para desarrollar sus potencialidades, para romper las certezas y reconocer así las complejidades de la realidad.

BIBLIOGRAFÍA CITADA

BARRÓN Tirado, C. (2000). «La educación basada en competencias en el marco de los procesos de globalización». En: Valle Flores, Ma. de los Angeles, Formación en competencias y formación profesional. México: Pensamiento universiatrio 91, tercera época. CESU-UNAM.

CORAGGIO, J. (1995). “Las propuestas del Banco Mundial para la educación: ¿sentido oculto o problema de concepción?” J. L. Coraggio y R. M. Torres. La educación según el Banco Mundial. En Antología UPN-H, MECPE, lí. Buenos Aires: Miño y Dávila-CEM.

DE ALBA, A. (06 de Diciembre de 2022). IISUE UNAM oficial ¿Qué humanismo defiende el Nuevo Modelo Educativo? Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=9iJhoj_ihS0

PÉREZ ROCHA, M. (13 de Diciembre de 2012). ¿Reforma educativa? LaJornada, pág. 36.

PERRENOUD, P. (2004). Introducción. En: Diez nuevas competencias para enseñar». Queretaro, México: Quebecor World, Gráficas Monte Albán, Fracc. Agroindustrial La Cruz, El Marqués.

RUIZ CUELLAR, G. (2012). La Reforma Integral de la educación Básica en México (RIEB) en la educación primaria: desafíos para la formación docente. México: redalyc.org, Departamento de Educación, Universidad Autónoma de Aguascalientes.

SEP, . (2017). Plan y programas de estudio, orientaciones didácticas y sugerencias de evaluación. En Aprendizajes clave para la educación integral 5°. Ciudad de México: ISBN de la colección: 978-607-97644-4-9.

Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com

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Capacitación para el nuevo plan de estudios, ¿otra vez el mismo cuento?

Por: Abelardo Carro Nava

 

«Si existiera una pertinente formación continua del profesorado mexicano, ¿tendría que capacitarse el magisterio para que implementara un plan de estudios?»

 

Una de las demandas más sentidas del magisterio mexicano de los últimos años ha sido el tema de la formación continua. Un tema, sin duda, de enorme relevancia para el quehacer docente pues, independientemente de la formación inicial adquirida en las instituciones formadoras de docentes (o en las Instituciones de Educación Superior, por aquello de que cualquiera podía ser maestro), se requiere de un proceso formativo que acompañe a las maestras y maestros a lo largo de su trayectoria profesional, es decir, desde su inicio hasta su jubilación; se trataría de un proceso que no se limitaría a superar las exigencias de un esquema de ingreso y promoción salarial tal y como desde el peñanietismo – o antes de éste – se ha establecido en nuestro país, pero también, que superara ciertas exigencias profesionales derivadas de la implementación de un nuevo plan de estudios.

Se esperaba que, con la llegada de un profesor o profesora a una de las Secretarías de Estado de vital importancia para el desarrollo de los seres humamos, tal y como lo es la Secretaría de Educación Pública (SEP), las cosas en esta materia mejoraran o cambiaran, sin embargo, desde que asumió el cargo Delfina Gómez – quien se desempeñó como docente y directivo por varios años en el Estado de México – las cosas no se han movido mucho que digamos.

Hasta el momento, este tema ha sido uno de los grandes pendientes del régimen actual porque, si bien es cierto que la Comisión Nacional de la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) ha venido trabajando con la intención de ofrecer un esquema formativo que apoye a los docentes y directivos en sus respectivos espacios escolares, también es cierto que ha sido visible una enorme falta de vinculación entre la SEP, la Unidad del Sistema de Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) y la propia MEJOREDU; por tanto, no sería nada descabellado afirmar que cada una de estas instancias ha venido “jalando” por su lado. ¿Y las maestras y los maestros? Veamos.

Un breve, pero muy breve recorrido histórico, nos recordaría la trascendental participación de las escuelas normales después de la Revolución Mexicana hasta la década de los cuarenta, cuando se acompañaron con la creación del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio (IFCM); años más tarde, como sabemos, entraría en escena la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y los Centros de Actualización del Magisterio. Instituciones con fines formativos específicos y que, derivado del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) en 1992 fueron, por así decirlo, prácticamente relegadas al olvido.

En este sentido no hay que olvidar que, con la firma de este último Acuerdo, se creó el Programa de Nacional de Actualización Profesional (PRONAP), con la intención de regular los servicios de formación continua para ampliar las posibilidades de acceder a una formación permanente de calidad que respondiera las necesidades educativas de los estudiantes inscritos en educación básica. La federalización del sistema educativo entró con todo en nuestro país y, con ello, el sistema de formación se desdibujó. Para pocos es desconocido que, en cada uno de los estados, a partir de esos años hasta nuestros días, siguen operando instancias de formación continua que nada más no terminar de apoyar la labor del profesorado mexicano.

Y es que, a través de los años, mientras en la federación se determinaba una cosa, otra muy diferente ocurría (y ocurre) en las diferentes entidades de la República Mexicana, consecuencia lógica de eso que se conoció como “descentralización educativa”.

Entonces, dado el reciente anuncio que realizó la profesora Delfina Gómez, en Chihuahua, al clausurar las Asambleas de Análisis del Plan de Estudios 2022 y Libros de Texto (SEP, 2022), estaríamos ante un esquema de capacitación tal y como lo hemos conocido en los últimos años, es decir, que un par de semanas antes de que inicie el ciclo escolar 2022-2023, como parte de los incomprensibles Consejos Técnicos Escolares (CTE), ¿se estaría capacitando a las maestras y los maestros sobre este plan de estudios?, ¿no sería esta una forma de reducir y desvalorizar una función tan sustantiva como lo es la docencia?, ¿no sería esta una forma de decirle al maestro y a la maestra que es un simple operador o instrumentador de un plan de estudios?

Cierto, habrá quien diga que, en su discurso, la Secretaria de Educación expresó dos términos por demás importantes “formación” y “acompañamiento” pero, a fuerza de ser sinceros, habría que preguntarse desde qué posición o mirada asumió tales conceptos la profesora. En consecuencia, nada mal estaría que al interior de la SEP se dialogara al respecto con la finalidad de superar aquel modelo carencial, remedial e instrumental que ha permeado la formación continua en nuestro país en las últimas décadas, para dar entrada uno donde los diversos actores que en éste concurren no queden desdibujados y sometidos a los que un “facilitador” (“poseedor” de todo el conocimiento y claro ejemplo de una educación bancaria dicha por Freire) determine en razón de una tradición formativa que no permite la participación activa para la construcción colectiva de conocimientos.

Se ha dicho hasta el hartazgo, de hecho, dicha Secretaria de Educación así lo afirmó en este evento, que las maestras y maestros son los expertos, entonces ¿podría pensarse y diseñarse una estrategia nacional que rompiera con el enfoque formativo e instrumentalista para dar paso a otro donde, a partir de ciertos ámbitos y ejes articuladores se favoreciera el quehacer que miles de profesores realizan en sus aulas escolares? Vaya, ¿hasta cuándo se podrá observar una pertinente vinculación entre las distintas instancias gubernamentales como lo es la SEP, MEJOREDU y USICAMM para este propósito?, ¿hasta cuando se terminará el sistema de ingreso y promoción salarial del magisterio que nada más no termina por abonar en una mejora sustantiva de la educación?

Hace unos días, encontré un material cuyo contenido me pareció bastante pertinente, se titula “Orientaciones para identificar y seleccionar contenidos curriculares indispensables” publicado por la MEJOREDU; desde mi perspectiva, es un material que abona para que los profesores conozcan y comprendan diversas estrategias que permiten organizar los contenidos que podrían trabajar con sus alumnos de acuerdo a la asignatura establecida. Me recordó a una actividad que hace años realizaba con mis estudiantes en la asignatura “Propósitos y contenidos de la educación básica I y II” del plan de estudios de las escuelas normales 1997. Sin duda, un tema necesario e indispensable para el conocimiento y desarrollo del quehacer docente que, desde luego, trasciende la instrumentalización de un plan de estudios acercando a sus actores a la comprensión del enfoque que lo permea y al por qué se hace necesaria la dosificación o articulación de contenidos.

Finalizó este cúmulo de ideas expresando una pregunta que, hace unos días, formulaba en mis redes sociales y en algunos eventos en los que he tenido la oportunidad de participar derivado del análisis del Plan de estudios 2022: si existiera una pertinente formación continua del profesorado mexicano, ¿tendría que capacitarse el magisterio para que implementara un plan de estudios?

Ojalá que la SEP respondiera este cuestionamiento.

Al tiempo.

Referencias:

 

Fuente de la información e imagen: https://profelandia.com

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India: Tripura to adopt NCERT curriculum: Education Minister

Asia/India/timesofindia.indiatimes

Resumen: El gobierno de BJP-IPFT en Tripura ha decidido adoptar el plan de estudios NCERT para las escuelas del estado en lugar del plan de estudios prescrito por el Consejo Estatal de Investigación Educativa (SCERT), dijo el miércoles el ministro de Educación, Ratan Lal Nath . La Junta de Educación Secundaria de Tripura (TBSE) está siguiendo los libros de SCERT a nivel escolar, hasta el momento no ha producido resultados deseados, lo que ha llevado al estado a cambiar al plan de estudios de NCERT para impulsar el sistema educativo estatal, dijo Nath. «Es más probable que se siga el plan de estudios del patrón CBSE y el sistema de tabulación a nivel escolar para obtener mejores resultados», dijo. «Se formó un comité de expertos de seis miembros encabezado por el ex vicerrector de la Universidad Central de Tripura, el profesor Arunoday Saha, para preparar una hoja de ruta para adoptar el plan de estudios NCERT. Una vez que el comité presente su hallazgo, el gobierno tomará una decisión adecuada», dijo Nath. El Ministro de Educación dijo que dos funcionarios de SCERT fueron a NCERT en Delhi para discutir sobre cómo adoptar su plan de estudios a nivel escolar. Se supone que deben presentar un informe ante el gobierno. Nath dijo que el gobierno estatal quiere introducir el plan de estudios NCERT lo antes posible.
Esto será beneficioso para los estudiantes de Tripura que no pudieron competir con estudiantes de fuera del estado en un examen competitivo, agregó. El BJP-Frente Indígena de Tripura (IPFT) ganó las elecciones de la Asamblea de Tripura en marzo de este año, poniendo fin a 25 años de gobierno ininterrumpido del Frente de Izquierda (CPI) en el estado.


The BJP-IPFT government in Tripura has decided to adopt NCERT curriculum for schools in the state instead of the State Council of Educational Research and Training (SCERT) prescribed curriculum, Education Minister Ratan Lal Nath said here on Wednesday.

Tripura Board of Secondary Education (TBSE) is following the SCERT books at the school level, it has not yielded desire results so far prompting the state to switch over to NCERT curriculum in order to boost the states education system, Nath said.

«It is more likely that CBSE pattern syllabus and tabulation system will be followed at the school level for better outputs,» he said.

«A six-member expert committee headed by former Vice Chancellor of Tripura Central University Prof Arunoday Saha has been constituted to prepare a roadmap for adopting NCERT curriculum. Once the committee submits its finding, the government will take an appropriate decision,» Nath said.

The Education Minister said two officials of SCERT went to NCERT in Delhi to discuss on how to adopt its curriculum at the school level. They are supposed to submit a report before the government.

Nath said the state government wants to introduce NCERT curriculum at the earliest.

This will be beneficial for the students of Tripura who could not compete with students from outside the state in competitive examination, he added.

The BJP-Indigenous People’s Front of Tripura (IPFT) won the Tripura Assemblyelections in March this year, ending 25 years of uninterrupted rule of the CPI(M)-ledLeft Front in the state.

Fuente: https://timesofindia.indiatimes.com/home/education/news/tripura-to-adopt-ncert-curriculum-education-minister/articleshow/64388965.cms

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Evalúa Ministra de Educación la formación docente en Cuba (+Audio)

Cuba / 19 de noviembre de 2017 / Autor: Mireya Ojeda Cabrera / Fuente: Radio Rebelde

La Ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez Cobiella destacó en la Perla del Sur la importancia de la formación docente al intervenir en la reunión nacional de directores de las escuelas pedagógicas, que inició en esta ciudad y culminará mañana, con la participación de todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud.

En la sede de la Escuela Pedagógica Octavio García Hernández subrayó Ena Elsa que luego de atender la formación vocacional y gestionar los ingresos de estudiantes deben seguir a los graduados y que todos matriculen en la universidad: “Es una manera de atenderlos conjuntamente entre las direcciones municipales de educación y los pedagógicos”.

Insistió en recuperar a los estudiantes, que se reincorporen a los centros para tener más profesores aunque se gradúen en otros ciclos luego de volverse a matricular por diversos problemas personales manteniéndoles la motivación e insistió en la formación para la Enseñanza Técnica y reconoció el avance general”.

Recalcó la importancia de atender especialmente al primer año académico de la carrera: “Porque la eficiencia del ciclo se gana o se pierde en el primer año. A partir del segundo disminuyen las bajas y debemos garantizar la mayor retención, en aras de elevar la eficiencia”.

A las cuatro especialidades de educación infantil se agregan siete para la formación de profesores de secundaria básica y prevén otras cuatro especialidades docentes de educación artística.

Valoraron los indicadores de eficiencia, la situación de los claustros de escuelas pedagógicas en torno a la cobertura, estabilidad y superación unido al Perfeccionamiento del sistema Nacional y a las tareas para el Plan 2018.

Se conoció que los territorios de mayor permanencia de egresados en el sector son Pinar del Río, Cienfuegos y Granma.

Un programa que abarca para este jueves la propuesta de incorporación de los documentos del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, como fuente del contenido de los programas de estudios que se emplean en las escuelas pedagógicas para la formación de docentes de la educación media superior.

También caracterizarán los planes de estudio vigentes en las escuelas y la concepción de actividades complementarias en el nuevo plan de estudio para el primer año académico junto con la organización escolar.

Acompañaron a Ena Elsa el viceministro Rolando Fornerio, el vicepresidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular, Alexander Corona y la Directora provincial de Educación Odalys Carranza Ojeda

Escuche detalles en el siguiente audio:

 

 

 

Fuente de la Noticia:

http://www.radiorebelde.cu/noticia/evalua-ministra-educacion-formacion-docente-cuba-audio-20171108/

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