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Tiempo y aprendizaje escolar

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

El director de una de las escuelas que siempre quedaba entre las 10 mejores escuelas en las Pruebas Nacionales de 8º me respondió a mi cuestionamiento de la manera siguiente: “En Mi Escuela, No Tenemos Tiempo Para Perder el Tiempo”.

Es frecuente en educación encontrarse con concepciones lineales acerca de los logros de aprendizaje y los factores con los cuales se asocian o relacionan. Es una lógica que nos viene al pretender aplicar en las ciencias sociales una racionalidad propia de las ciencias naturales y, que incluso hoy, no se sostiene en todos los ámbitos de ésta. Es decir, muchas de nuestras políticas parten del supuesto de que, si hacemos tal cosa, obtendremos tal otra. Esa suerte de causalidad la andamos buscando desde hace ya mucho tiempo, pues resultaría muy efectivo, por adelantado que, si B es una condición de A, bastaría con cambiar A. O lo que es lo mismo, si A, entonces B.

En educación contamos con bastantes evidencias acerca de lo que saben o dominan nuestros estudiantes de un conjunto de contenidos. Las evaluaciones realizadas desde el MINERD dan cuenta de ello. Las Pruebas Nacionales como las evaluaciones diagnósticas proporcionan información importante acerca de estos resultados; así mismo, los estudios PISA, ICCS, como los ERCE. El primero es el Programa de Evaluación de Estudiantes organizado por la OCDE; el segundo el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadanía, llevado a cabo por la IEA (Asociación Internacional para la Evaluación de los Aprendizajes); el último, el Estudio Regional de Comparativo y Explicativo, organizado y coordinado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa-LLECE.

Todos esos estudios ofrecen evidencias acerca de lo que saben o no, o si se tienen o no desarrolladas determinadas competencias. La riqueza, en ese sentido, es encomiable. En sentido general, y en cada uno de estos estudios afloran “factores asociados” a los aprendizajes. Por ejemplo, sabemos que la variable relativa al nivel socioeconómico de la familia de los estudiantes es posiblemente la mejor predictora de los aprendizajes. Sin embargo, hurgando a profundidad en los datos encontramos reiteradamente que hay escuelas y, por supuesto, estudiantes de los niveles económicos más bajos con logros de aprendizajes iguales o superiores a los del nivel socioeconómico más alto. Eso fue evidentísimo en las PISA 2019, cuando un 12% de los estudiantes del quintil uno (más pobre) mostró logros superiores a los del quintil cinco (más rico), contrario a toda predicción. A esos estudiantes PISA los llamó, “estudiantes resilientes”. Algo ocurre en esas escuelas, en esos estudiantes y, muy probablemente, en dichas familias y comunidades, que es capaz de dirigir la diagonal en un sentido distinto al esperado. Hace ya bastante tiempo, que el director de una de las escuelas que siempre quedaba entre las 10 mejores escuelas en las Pruebas Nacionales de 8º me respondió a mi cuestionamiento de la manera siguiente: “EMEscuela, NTenemos Tiempo Para Perder el Tiempo”.

Una respuesta simple, que denota el compromiso asumido por la comunidad en esa escuela por colocar los intereses de los estudiantes por encima de cualquier otro.

Por supuesto, y fue lo que el director de esa escuela rural y aislada no me dijo entonces, pero que me explicó una estudiante en mi clase de Metodología de la Investigación Psicológica en INTEC, siendo ella una de las estudiantes sobresaliente becada por la Institución: “Yo se lo puedo explicar porque yo vengo de esa escuela”. Y lo dijo con un orgullo y un convencimiento que a todos en el curso sorprendió. “Iniciamos la clase a las 7 de la mañana todos los días, no importa que esté lloviendo. Como es una comunidad pequeña, hay una relación muy directa entre los profesores y las familias, y así ellos van monitoreando si dedicamos tiempo para el estudio. En la escuela disfrutamos mucho, pues los profesores son muy buenos y nos tratan bien, y un largo etcétera”. Todo ese conjunto de cosas, en sus múltiples vínculos y relaciones, apuesta a los aprendizajes. No es solo un factor: el maestro, el director, el tiempo… es la manera como esos factores se vinculan y lo que ellos generan en el corazón y la cabecita de esos niños y jóvenes.

EDUCA, hace ya un tiempo, puso de relieve en más de una ocasión, que en nuestras escuelas no se cumplía ni con el horario ni el calendario escolar. Es más, se hablaba de que en promedio los estudiantes estaban expuestos a no más de dos horas y media de clase. Es decir, que un estudiante que había terminado el 6º de primaria, en promedio, había recibido un tiempo de clase no mayor de un 3º de primaria. Por supuesto, esto levantó de su asiento a los funcionarios y técnicos del ministerio. Se postuló incluso aquella política nacional de 1000×1000, que llenó pancartas, anuncios de radio y televisión, murales, en fin, el slogan prendió. Pero, como son y han sido las cosas en la educación dominicana, y no parece que hayan cambiado mucho, las paralizaciones de la docencia, el incumplimiento del horario y el calendario siguió siendo un tema que no cambiaba. Siempre ha habido y habrá “una razón justa” para detener los procesos de enseñanza y aprendizaje en nuestras escuelas. Y, por supuesto, siempre se programarán operativos de recuperación de clases, bajo la ingenuidad de que una hora perdida con una hora recuperada más tarde, podrá subsanar el impacto negativo en los aprendizajes escolares. Sabemos, por la evidencia científica, que eso no es así, que de esa manera no funcionan los procesos que tienen que ver con los aprendizajes escolares.

El tiempo siempre será la dimensión en que las cosas acontecen; lo mismo que el espacio. Espacio y tiempo son condiciones esenciales del desarrollo de la vida y, por supuesto, de los procesos de enseñanza y aprendizaje en las escuelas. ¿Pero es el tiempo o la calidad de su uso? ¿Será el espacio por sí solo o las características y cualidades con que lo adornamos, en el buen sentido, en ese hermoso proceso que es enseñar y aprender?

En el ámbito de las neurociencias cognitivas, cada vez está más claro, que cuando se producen aprendizajes nuevas conexiones neuronales se están organizando y estructurando, y ello así para un buen como un “mal aprendizaje”, es decir, “un aprendizaje inadecuado” – que por supuesto es muy común- solo que tomará más tiempo y mayores esfuerzos eliminar este último. Por ejemplo, si él o la estudiante no aprende que, para realizar una operación aritmética simple de sumar dos números, tiene que cerciorarse que las unidades van debajo de las unidades, lo mismo que las decenas y las centenas, y de no hacerlo así, corre el riesgo de obtener un resultado equivocado, que se repetirá siempre.

Hace ya varios años, en un estudio que hiciéramos la Universidad de Albany del Estado de Nueva York, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, en el cual, entre otras cosas, se midió el dominio de varios contenidos en aritmética y comprensión lectora en los estudiantes de 200 centros educativos elegidos al azar y que debían haber sido aprendidos en el 4º de primaria; la evidencia, que aún en el 7º, esos mismos estudiantes presentaban un bajo dominio de los mismos. Es decir, pasados cuatro años, estos estudiantes habían “bien aprendido” muy poco, reproduciéndose los mismos errores años tras años. Eran centros públicos y privados, rurales y urbanos. ¿Era un problema del tiempo? La evidencia apuntaba hacia un uso inadecuado del tiempo de enseñanza en el aula. Miles de fotos que fueron tomadas a los cuadernos de los estudiantes, además de que era casi imposible encontrar una estructura lógica de los procesos de enseñanza tomados por los estudiantes, ponían en evidencias muchos de estos errores sin corregir. ¿Qué se puede esperar de una situación con esas características?

El currículo termina siendo no lo que pretende el ministerio en sus documentos, como tampoco lo que logra entender y aprender el maestro, sino lo que el estudiante llega a procesar y comprender correctamente.

No me cabe la menor duda de que el cumplimiento del horario y el calendario escolar es una cuestión importante, que de no cumplirse pone en entredicho la necesidad incluso de la escuela misma. ¿Para qué construir y mantener edificaciones? ¿Para qué adquirir y disponer en las escuelas de materiales didácticos, computadoras, laboratorios y otros tantos artefactos, si estos no se van a emplear a su máxima posibilidad y con la calidad necesaria?

Esta cruda realidad de lo que ocurre en muchas de nuestras escuelas es lo que justifica que, para poder ingresar a un aula como profesional de la educación, los aspirantes no solo deben contar con una certificación de estudios universitarios, sino que tienen que mostrar un alto nivel de dominio de los conocimientos y competencias necesarios para una enseñanza de alta calidad. De seguir el camino, que en los últimos meses se ha estado ventilando por los medios de comunicación respecto a los procesos del concurso docente, estaremos proporcionándole a la educación un golpe muy duro que, en varios años, se manifestará con logros de aprendizaje más bajos que los que hoy muestran en las evaluaciones nacionales e internacionales nuestros estudiantes en los diferentes grados y niveles. Esperar otros resultados, es algo más que ingenuidad.

Hay un derecho que preservar y que está por encima de los demás, y es el que tiene todo niño, niña, joven adolescentes y adultos, según nuestra Constitución, de recibir una educación de calidad.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/tiempo-y-aprendizaje-escolar-9058722.html

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La apertura de centros desde 2020 frena la pérdida de aprendizajes

Por: 

  • Un estudio elaborado por Cotec y EsadePol con datos del Instituto Vasco de Evaluación llega a la conclusión de que a pesar de la pérdida de aprendizajes durante los meses de confibnamiento y el verano de 2020, estos se vieron muy equilibrados a partir de septiembre.

España es uno de los países de la OCDE que menos tiempo cerró los centros educativos. Tan solo desde marzo hasta junio (y hasta septiembre si se cuentan los meses de vacaciones de verano). Desde septiembre de 2020 por supuesto, ha habido cierres de centros y aulas, así como miles y miles de cuarentenas, pero no cierres de todo el sistema educativo. En otros países sí.

Tanto la anterior ministrar de Educación, Isabel Celaá, como la actual, Pilar Alegría, han asegurado todo este tiempo que esto suponía un hito importantísimo para el sistema educativo español. Tal vez la investigación realizada por la Fundación Cotec junto a EsadeEcPol (el Centro de Políticas Económicas de Esade) pueda dar la razón, al menos en parte, a estas afirmaciones.

Ambas instituciones han contado con los datos de las evaluaciones que realiza el Instituto Vasco de Evaluación Educativa, una entidad del Gobierno vasco que realiza importantes informes sobre el estado de salud de su sistema educativo. Elaboran pruebas censales en 4º de primaria y 2º de ESO, con seguimiento del alumnado, con preguntas iguales para poder comparar a lo largo del tiempo y siempre hechas por personal externo a los centros educativos.

Con estas cifras han llegado a la conclusión de que el alumnado español ha sufrido una cierta pérdida de aprendizajes equilavelante, en algunos casos, al 20% de un curso lectivo. De media, a un 13% de dicho curso. A pesar de que no es poco, al comparar con los otros tres estudios hechos en diferentes países más allá del confinamiento (Dinamarca, Alemania y Brasil), la perdida de aprendizaje es menor en España. La clave, así lo entienden los investigadores como Lucas Gortázar, de EsadeEcPol, uno de los cuatro que firman el estudio, se encuentra en el hecho de que no se hayan cerrado las escuelas. Pero no solo.

Además de esta continuidad en la presencialidad a partir de septiembre, que podría relazionarse con otro proceso que se da todos los veranos y es el de la perdida de aprendizajes que rápidamente se recuperan en el momento en el que se retoman las clases, habría un elemento más, el de la «compresión de los aprendizajes». El hecho de que durante el confinamiento y en la reapertura del curso pasado hubiese una apuesta importante por ir a los contenidos mínimos y básicos ha tenido sus efectos positivos, aunque también contradictorios.

Por una parte, el alumnado que tenía peores resultados antes de la pandemia ha podido sostener su aprendizaje sin sufrir una pérdida este tiempo. Gortázar cree, como el resto de los compañeros de investigación, que esto se debe a esa compresión de los aprendizajes. Pero al mismo tiempo que se producía este efecto, había otro, que el alumnado que antes del confinamiento tenía mejores rendimientos perdía más aprendizajes al comparar sus resultados en las evaluaciones con el alumnado de su mismo año de la evaluación anterior.

Para realizar la investigación se han tenido en cuenta dos puntos diferentes: la evaluación que el Gobierno vasco realizó en marzo de 2021 a alumnado de 2º de ESO y 4º de primaria y la comparó con la evaluación que se realizó dos años antes, en 2019. La comparación entre ambas es la que refleja esa pérdida de aprendizajes.

Peor la pública

Los datos del alumnado de la escuela pública, aseguran los investigadores, son sustancialmente peores que los de la concertada. Eso sí, dice el informe que este resultado no tiene relación con el nivel socioeconómico ni del alumnado ni de la escuela en sí misma. A mismo nivel pública-concertada, la primera obtuvo peores resultados.

Preguntado Gortázar por este particular, asegura que no tienen información suficiente como para señalar una o varias razones unívocas. Pero sí plantean la hipótesis, apoyada en un informe previo realizado en Cataluña por el equipo de Xavier Bonal, sociólogo de la Universidad de Barcelona. Ambos creen que esta diferencia se debe a que la concertada ha estado más presionada este tiempo atrás, entre confinamiento y vuelta a la presencialidad, para mantener la relación estrecha con las familias y el alumnado. La posibilidad de perder estudiantes ante unas situaciones económicas muy inciertas para todas las partes, podría haber sid un acicate importante para la concertada a la hora de recuperar aprendizajes.

También señalan una mayor autonomía de los centros educativos para dar respuestas a los problemas y necesidades de su alumnado así como una mayor costumbre o posibilidad de llevar a cabo educación online.

Eso sí, señala el informe que también hay importantes diferencias dentro de la propia concertada, de manera que aquella con peores resultados previos a la pandemia tenía, ha perido aprendizajes, frente a la que tenía buenos resultados que no lo ha hecho.

Euskera y Matemáticas, peor

Las evaluaciones del ISEI-IVEI, así como los resultado de la investigación ahora publicada, toman en cuenta tres materias: Euskera, Matemáticas y Castellano. Las tres primeras son las que han salido peor paradas en esta pérdida de aprendizajes después de un año de pandemia. El castellano, sin embargo, se ha mantenido en el valor cero.

En este punto, así como en el de las razones para que la concertada salga mejor parada que la pública, no hay explicaciones claras. Comenta Gortázar que no han encontrado grandes diferencias de resultados entre los alumnos que hablan euskera o castellano en casa en estas pérdidas de aprendizaje. Es decir, que sus resultados han sido igual de buenos o malos independientemente del idioma que se habla principalmente en su casa.

En cualquier caso, Matemáticas y Euskera son las dos materias que se perciben como más complicadas y que, además, se aprenden fundamentalmente en la escuela. Además de que en el País Vasco, las matemáticas en secundaria se imparten en euskera.

Para Gortázar, más allá de que haya datos que podrían ser mejores, el hecho de que no haya habido una sangría en los aprendizajes, que las y los estudiantes con peores resultados hayan aguantado mejor el tirón estos meses o el uso de flexibilización y compresión curricular, son buenas noticias. Buenas noticias producto del no haber cerrado los centros educativos más allá del confinamiento de 2020.

Eso sí, lo malo de estos datos es que no son extrapolables a todos los territorios. Es presumible que hayan sucedido cosas parecidas en el resto de las comunidades autónomas, pero muy pocas administraciones se han tomado la molestia de realizar evaluaciones parecidas (Gortázar enumera Canarias y Cataluña, aunque insiste que el ISEI-IVEI «va 15 años por delante» del resto). Tampoco lo hizo en su momento el Ministerio de Educación y FP a pesar, recuerda el investigador, que personas y entidades se lo solicitaran.

Otra de las cuestiones que queda en el aire es que los datos que recoge el ISEI-IVEI con los que se ha elaborado el informe se refieren a primaria y, justamente, 2º de secundaria obligatoria, es decir, etapas y cursos en los que la presencialidad estuvo garantizada en todo el país. A partir de 3º y 4º de la ESO, cada territorio, cada centro, tuvo que hacer de su capa un sayo por la falta de recursos (materiales y humano), así como de espacios, para organizar las cosas: semanas, días u horas en casa porque no cabían todos los estudiantes al mismo tiempo fueron bastante comunes en buena parte del país. Ninguna adminsitración educativa ha recogido datos en este tiempo sobre los aprendizajes que se han perdido o no este tiempo en los últimos años de la ESO o en el bachillerato y la FP.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/03/16/la-apertura-de-centros-desde-2020-frena-la-perdida-de-aprendizajes/

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LOMLOE: ¿en qué afecta al fomento de la lectura?

Por: Educación 3.0

Entre las novedades que incluye la nueva ley educativa que entrará en vigor el próximo curso se encuentra la obligación de un tiempo diario de lectura en el aula. Jesús Hernán, director de Legiland, subraya en este artículo la importancia de fomentar el hábito lector.

La nueva ley educativa (LOMLOE) estará vigente a partir del curso 2022/2023. Algunos de los elementos clave sobre los que se vertebra son: los derechos de la infancia, la defensa de la igualdad de género, la personalización del aprendizaje, el desarrollo sostenible o la inmersión al mundo digital; pero, ¿Qué dice sobre algo tan esencial como el fomento de la lectura?

En este sentido, la nueva ley apenas propone cambios significativos respecto a las anteriores. La principal novedad es la obligación de un tiempo diario de lectura en el aula. Esto es algo que la LOE y la LOMCE ya contemplaban para Primaria, pero no para Secundaria. Parece una buena medida y, desde luego, un reto para los educadores, que tendrán que cambiar algunos hábitos para dejarle espacio de calidad a la lectura.

La ley reconoce que el fomento del hábito y del gusto por la lectura impacta directamente y de manera positiva en la mejora de la comprensión lectora, la capacidad de expresarse, la gestión de la información, el pensamiento crítico y el aprendizaje de nuevos conocimientos. Sin embargo, delega en las Administraciones educativas la concreción y promoción de los planes de fomento de la lectura y presupone, no queda claro cómo, la colaboración de las familias y del voluntariado, así como el intercambio de buenas prácticas.

En referencia a las bibliotecas escolares, la LOMLOE no introduce apenas novedades. Habla de la obligación de los centros de disponer de una biblioteca, pero no entra en detalle sobre su funcionamiento, recursos o características. Tampoco menciona quién debe gestionar la biblioteca y no exige personal cualificado para ello. En ese sentido, no parece que la triste realidad de las bibliotecas escolares vaya a cambiar demasiado.

El hábito lector: clave para el éxito escolar

Un estudio realizado por la OCDE a partir de las pruebas PISA 2000, demuestra que disfrutar de la lectura es más importante para el éxito escolar que el estatus socioeconómico de la familia. Otra investigación británica dirigida por el profesor Mark Taylor, que siguió a casi 20 mil personas desde la adolescencia hasta la edad adulta, revela que la lectura por placer es el primer predictor de éxito profesional. Sin embargo, el último estudio PISA 2018 sitúa a España con 477 puntos, significativamente por debajo de la media de la OCDE (487) y de la Unión Europea (489). Visto esto, es comprensible que las leyes educativas sigan poniendo el foco en fomentar el gusto y el hábito lector, huyendo del concepto de lecturas obligatorias.

LOMLOE fomento lector

La pregunta que muchos docentes y equipos directivos se hacen es: ¿cómo llevar a la práctica la nueva normativa? Si a la poca concreción de la misma sumamos la compleja realidad del día a día en un centro educativo y que el fomento lector no siempre es una prioridad, la solución se antoja una quimera.

Áreas para desarrollar el hábito lector

Un plan de trabajo que tenga como propósito fomentar el gusto por la lectura y desarrollar el hábito lector debe tener en cuenta, al menos, cuatro áreas:

  • El catálogo: poner al alcance del alumnado un amplio, variado y atractivo surtido de lecturas de todo tipo. Esto, con la fragilidad de las bibliotecas escolares es cada vez más difícil y requiere de un gran compromiso y mucho tiempo por parte de educadores e, incluso, de las familias.
  • La autonomía: situar al lector en el centro del plan lector y fomentar su autonomía y construcción de un criterio propio.
  • La mediación: todo el profesorado -no solo los de lenguas- debe ser capaz de acompañar, orientar y mediar al alumnado desde la diversidad.
  • El clima: hay que proponer dinámicas y actividades transversales relacionadas con la lectura que se orienten a crear un clima y una cultura lectora en el centro.

El hábito lector es algo que se construye en el día a día y al que es necesario darle su espacio y tiempo. Para que un plan lector funcione debe contar con tiempo, confianza y el compromiso del equipo directivo y de todas las áreas, como también remarca la LOMLOE. Dada la complejidad de la misión, cada vez más centros disponen de una plataforma digital específica para vertebrar el plan lector que les ayuda optimizar el tiempo, gestionar el trabajo, dinamizar las lecturas y medir los resultados.

En resumen, la LOMLOE sigue apostando para que desde los centros educativos se fomente el gusto por la lectura y se desarrollen hábitos lectores que perduren y así producir un impacto positivo en el plano académico, personal y profesional del alumnado. Para ello, se obliga a destinar un tiempo diario a la lectura y se pide la implicación y compromiso de todas las áreas. La nueva Ley educativa sigue reconociendo y refuerza la importancia del fomento lector, esperemos que dé sus frutos en el mundo real en los próximos años.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/lomloe-fomento-lector/

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España: La Selectividad se sustituirá por una prueba menos basada en contenidos y parecida a los exámenes de PISA

Europa/España/18-02-2022/Autor: IGNACIO ZAFRA/Fuente: elpais.com

El cambio que prepara Educación facilitaría un sistema de acceso a la Universidad más homogéneo en las diferentes comunidades autónomas.

El Ministerio de Educación quiere cambiar la actual Selectividad por una prueba menos basada en contenidos y más parecida a los exámenes del Informe Pisa, con los que la OCDE mide regularmente en decenas de países (79, en 2018) las competencias del alumnado en lectura, matemáticas y ciencias. El objetivo es que la nueva prueba no pida tanto a los alumnos reproducir contenidos como demostrar que saben aplicar los conocimientos que han aprendido a lo largo del Bachillerato, explican a EL PAÍS fuentes que están participando en la revisión del sistema de evaluación. El Gobierno espera tenerla diseñada antes del inicio del próximo curso. El primer paso de Educación ha consistido en recabar información de cómo funciona el acceso a la Universidad en el resto de países europeos.

El ministerio que dirige Pilar Alegría considera necesario el cambio para dar coherencia a la nueva forma de aprender que va a empezar a implantarse en septiembre en todas las etapas educativas, desde Infantil a Bachillerato, basada en competencias. Este modelo, patrocinado por instituciones como la propia OCDE y la Unión Europea, defiende que la meta del sistema educativo no debe consistir tanto en transmitir a los estudiantes grandes cantidades de información y conceptos presentados de forma parcelada, como lograr que los chavales consigan una “comprensión profunda” de las cuestiones y tengan capacidad para “movilizar conocimientos de una forma mucho más interdisciplinar”, en el lenguaje que utiliza el ministerio.

Una prueba más homogénea

El nuevo sistema haría más fácil cumplir uno de los objetivos compartidos por sucesivos responsables del Ministerio de Educación, y que defiende Alegría, de lograr una cierta homogeneización en la Selectividad, una prueba que tiene características diferentes en cada comunidad autónoma, pero cuyos resultados sirven para acceder a todas las universidades públicas del país. La cuestión es especialmente importante ahora porque uno de los efectos de la actual reforma educativa es que la diversidad entre lo que se estudia en unos institutos y otros aumentará. Sucederá debido a la naturaleza de los nuevos currículos (las normas que regulan cómo deben aprenderse y evaluarse las asignaturas) que están elaborando a medias el ministerio y las comunidades autónomas, que dan mucho más margen de maniobra a los docentes, y también por el nuevo reparto de competencias establecido por la ley educativa que entró en vigor hace un año, que deja en manos de colegios e institutos la decisión de fijar una parte de los horarios y contenidos. En Cataluña, la primera en concretar el porcentaje, los centros educativos decidirán a qué se dedica un 20% del horario.

En tal escenario, avanzar en una homogeneización de la Selectividad con el actual sistema de exámenes parece imposible. Pero una Evaluación de Acceso a la Universidad (Evau) basada en competencias sí permitiría hacerlo. Al fin y al cabo, PISA plantea pruebas similares en países con sistemas educativos y contenidos mucho más diferentes de los que habrá en España.

El diseño concreto de la nueva Selectividad está todavía en sus inicios. En el Ministerio de Educación se ha constituido una comisión para definirla, cuyas conclusiones deberán ser consensuadas con el de Ministerio de Universidades. En el proceso de decisión intervendrá también la conferencia de rectores, la CRUE, el organismo que reúne a los responsables de las 50 universidades públicas y las 26 privadas.

Cómo se hace en Europa

El primer paso que ha dado Educación ha sido recabar la información de cómo está regulado el acceso a la Universidad en 27 países europeos, casi todos pertenecientes a la UE, a cuyas autoridades educativas el ministerio envió un cuestionario a través del foro educativo Eurydice. El ministerio ha elaborado un primer informe en base a sus respuestas, que refleja por ejemplo que en un 71% de los 27 Estados analizados los alumnos realizan algún tipo de prueba al acabar el equivalente a su Bachillerato. Pero solo un 36% de los países utiliza la calificación obtenida en un examen “como criterio para el acceso a la Universidad, de manera exclusiva o junto con otros requisitos”.

Entre los ocho países donde no “existe ninguna prueba externa y estandarizada para el acceso a los estudios universitarios” figuran Alemania, Francia e Italia. Mientras que en algunos Estados, como Finlandia y Estonia, las universidades pueden realizar sus propias pruebas para filtrar al alumnado.

Un dato llamativo es que, según el informe, “en la mayoría de los países con pruebas relacionadas con el acceso a la Universidad”, los estudiantes solo se examinan “de algunas disciplinas” del último curso de Bachillerato. Entre los que realizan pruebas más exhaustivas figuran Polonia y Portugal (aunque en este último caso las pruebas las realizan los propios centros y no se considera una evaluación externa estandarizada). Entre los que se examinan de menos disciplinas se encuentran Austria y Estonia, donde los alumnos solo están obligados a examinarse de su lengua propia, una lengua extranjera y matemáticas. A diferencia de lo que pasa en España, al menos en una docena de países (no todos han respondido a todas las preguntas del cuestionario) parte de los exámenes son orales, sobre todo en lengua extranjera, aunque otros también los utilizan en la prueba de lengua autóctona.

La duración los exámenes es muy variable: de los 55 minutos en Suecia a las seis horas en Finlandia (en España duran 90 minutos). En 15 países la prueba es la misma para todo el Estado, mientras otros tres (Países Bajos, Dinamarca y República Checa) tienen una parte general y otra que deciden los centros. El informe constata que el “caso de los países descentralizados” no arroja luz para el caso de España, porque Alemania “no tiene pruebas relacionadas con el acceso a la Universidad” y el ministerio no ha conseguido información de lo que ocurre en Bélgica con las comunidades flamenca y germanófona.

Así es un examen competencial

¿Cómo es una evaluación competencial? Ana Remesal, profesora del área de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Barcelona, responde a la pregunta con el ejemplo contrario: “Un examen de Matemáticas no competencial puede plantear una actividad que diga: ‘¿Cómo se calcula el área de un triángulo?’ Y se espera que el alumno diga: base por altura partido por dos. O: ‘¿Cuántas clases de triángulos hay?’. A lo que se espera que el alumno responda que según los ángulos hay estos tipos de triángulos, y según los lados hay estos tipos de triángulos. Se trata de lo que llamamos un conocimiento declarativo, en el que se pide al alumno que exprese en palabras aquello que sabe sin ir más allá de una definición, la identificación de una fórmula o un algoritmo”. Un examen de Matemáticas más competencial, en cambio, plantearía “un contexto más cotidiano o verosímil de partida, en el que aparecerían diferentes tipos de triángulos, y el alumno tendría que resolver esa actividad problemática demostrando con ello que distingue diferentes tipos de triángulos”, prosigue Remesal.

El objetivo final de una enseñanza y una evaluación competencial sería alcanzar una transdisciplinariedad en el mismo examen, es decir, que para resolver una actividad el estudiante tenga que relacionar conocimientos de diferentes disciplinas. “Pero eso es muy complicado”, reconoce Remesal, que recuerda que incluso PISA sigue planteando la prueba por grandes áreas (comprensión lectora, matemáticas y ciencias). Esta experta añade que en los últimos 20 años las autoridades educativas hablan con cierta alegría de la evaluación por competencias: “Ponen la etiqueta competencial muy rápido, pero no siempre se cumplan los requisitos”.

Fuente e Imagen: https://elpais.com/educacion/2022-02-14/la-selectividad-se-sustituira-por-una-prueba-menos-basada-en-contenidos-parecida-a-los-examenes-de-pisa.html

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Derecha empresarial y educación

Por: Pedro Salmerón Sanginés

Este fin de semana, Leonel Manzano, Carmen Sánchez y los compañeros de la sección 22 de la CNTE me invitaron a presentar el libro de Mauro Jarquín La pedagogía del capital: Empresarios, nueva derecha y reforma educativa en México, en el que muestra cómo las reformas “educativas” del PRI-PAN-PRD-etcétera del Pacto por México, de Enrique Peña Nieto (muchas de ellas aún vigentes), fueron, como escribió en esos años Luis Hernández Navarro, “un menú empresarial a la carta”.

En la presentación, el mismo Hernández Navarro exhibe al principal vocero y gestor de esos intereses empresariales contrarios al modelo educativo surgido de la Revolución Mexicana y defendido por los profesores y las comunidades: Claudio X. González Guajardo. Pero no sólo él: lo que parecerían acciones aisladas de algunos grupos de presión, algunas ONG, voceros de las cámaras empresariales, directivos e investigadores del Tecnológico de Monterrey, el ITAM, el CIDE, se nos presenta como una ofensiva bien montada, bien armada y bien organizada, apenas disimulada bajo una infinidad de siglas y acrónimos.

Mauro Jarquín cuenta qué buscan las organizaciones empresariales y qué se esconde bajo términos como “calidad educativa”, “competencia”, “capital humano”, “rendición de cuentas”, “evaluación”. Las propuestas de Mexicanos Primero (grupo de presión de Claudio X. González, buque insignia de la selva de grupos de negociación y chantaje) están directamente ligadas con algo que él llama “Movimiento de reforma educativa global”, que está “estrechamente asociado con las transformaciones político-económicas” neoliberales. Dicho “movimiento” ha sido abiertamente impulsado por entes como el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económicos (OCDE).

La brutal ofensiva contra la educación y los maestros, que ya venía de atrás, fue una de las constantes del gobierno de Peña. No es casual que los dos actos más atroces de su sexenio hayan sido perpetrados contra normalistas rurales y contra maestros en resistencia. Datos compilados por Hugo Aboites muestran que ante el arribo de la evaluación punitiva, más de 200 mil maestros se jubilaron anticipadamente.

Cuando decimos que esta brutal ofensiva viene de afuera y que Claudio X., sus socios y empleados traducen para México los dictados del BM y la OCDE no contamos cuentos: en la tercera parte del libro, Jarquín hace una radiografía de los grupos de presión y ONG surgidos en este siglo, y mediante los nombres, siguiendo el dinero, demuestra fehacientemente esa relación y rastrea de dónde vienen las “ideas” que se han ido imponiendo en México, particularmente por el gobierno de Peña, pero también por los anteriores, hasta Salinas de Gortari. Los nombres de los operadores (los empleados de alto rango) se entrecruzan. Aparecen reiteradamente los mismos personajes del CIDE y el ITAM con doctorados en Harvard o Chicago. Detrás de esas figuras intercambiables aparecen siempre los grandes empresarios, los 10 multimillonarios cuyos nombres todos conocemos, también grandes empresas trasnacionales con fuertes intereses en México, como Iberdrola (casualmente), Kellogg (a propósito de la batalla por el etiquetado la búsqueda de exclusión de productos chatarra de las escuelas), Google… y organismos como la USAID (la agencia estadunidense “para el desarrollo internacional”).

¿Creen ustedes que toda esta presión para imponer ese modelo es altruista, como dicen Claudio X. y sus empleados?, ¿creen que su vocerío en defensa de la “calidad” y de la “rendición de cuentas” se debe a su “preocupación por los niños”, como reiteran? En lo absoluto: tanto la presentación de Hernández Navarro como el texto de Jarquín nos abren un montón de rutas para seguir la pista del dinero, de los jugosísimos negocios hechos a la sombra de la gradual y silenciosa privatización de la educación: como dijo un alto gerente del Tecnológico de Monterrey con motivo de la firma de un muy lucrativo contrato con el gobierno en 2016, “En el fondo se trata de que instituciones privadas como el Tec tengan un rol cada vez más importante en la educación en México”.

Mencioné el CIDE, institución de educación superior pública, hoy en el centro de un debate muy importante. El libro muestra que muchas de las traducciones al mexicano de ese movimiento internacional, se elaboraron en el CIDE. Muchos de los altos empleados de Claudio X. y sus socios son egresados del CIDE o simultáneamente académicos del CIDE… y todos esos think tanks (como los llama Jarquín) están hoy en campaña en defensa no del CIDE (que no está en riesgo, tampoco la pluralidad que aún mantiene) sino de los grupos de poder que tenían copada su dirección.

El otro gran centro generador de traducciones y traductores, el ITAM, en junio 2018 abandonó cualquier apariencia de pluralidad académica, cuando su junta de gobierno aprobó una reforma al estatuto general que, contra su anterior tradición de premiar y consentir a los altos funcionarios del neoliberalismo, ahora cierra la puerta a cualquiera que trabaje en el actual gobierno: https://bit.ly/3yll2Pv.

Fuente de la información:  https://www.jornada.com.mx

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Los CAED y PRONI: la precariedad laboral en tiempos de la 4T

Por: Abelardo Carro Nava

«Vaya precarización laboral y docente en un gobierno que se dice humanista…»

Vivimos en un país donde, por un lado, los políticos de todos los partidos que llegan a ocupar un lugar en Palacio Nacional o en distintas Secretarías de Estado, específicamente en la Secretaría de Educación Pública (SEP), buscan de cualquier forma satisfacer las demandas y exigencias de los organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) o el Banco Mundial, en materia de inclusión educativa o de incorporación a eso que se le conoce como globalización con la enseñanza de una lengua extranjera, pero, por otro lado, en un país donde esos mismos políticos, diseñan programas que no acaban de concretarse para beneficio de la población a los que están dirigidos: niños, niñas y adolescentes (NNA) en edad escolar, ya sea en educación básica o media superior. NNA que, indudablemente, sufren las consecuencias de una serie de decisiones mal tomadas por quienes tendrían que procurar el derecho irrestricto, en este marco, a una educación de calidad.

En este sentido, el tema del Programa Nacional de Inglés (PRONI) o el del Programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial y de Integración Educativa (hoy Programa de Fortalecimiento de los Servicios de Educación Especial, FFSEE), impulsado hace unos años por gobiernos emanados de otros partidos políticos muy diferentes al que hoy dirige los destinos del país, nada más no acaban de tomar forma para hacerse una realidad. Es más, con la mal llamada “austeridad republicana”, sufren los embates de una serie de recortes o ajustes presupuestales pues, como se sabe, para el actual régimen hay de prioridades a prioridades que no se visualizan en el ámbito educativo, pero sí en lo clientelar o corporativo.

Por ejemplo, el pasado 17 de noviembre, profesores del PRONI de los estados de Zacatecas y Puebla, denunciaron en distintos medios de comunicación y/o redes sociales, el adeudo de varias quincenas y falta de prestaciones de ley y servicio médico en plena pandemia, pero también el que, en Guerrero, el 15 de noviembre, terminaría el servicio que éstos prestaban en cada una de las escuelas de esa entidad federativa (Noticias en la mira, 2021). Un asunto que no es nuevo, de hecho, en enero de este año, publiqué un artículo que titulé “El PRONI, entre la corrupción y el limbo” (Carro, 2021). Así ha sido y, tal parece, que así seguirá este programa: entre la corrupción y el limbo.

Ahora bien, por lo que toca al tema de la inclusión educativa, durante el sexenio de Felipe Calderón, se impulsaron los Centros de Atención para Estudiantes con Discapacidad (CAED), como parte de las políticas de equidad e inclusión impuestas por los organismos internacionales referidos y, cuyo propósito, fue el de brindar atención especializada de calidad y pertinente a los estudiantes con discapacidad, así como también, integrarlos a la comunidad escolar. De hecho, en 2016, según la SEP, se tenían en operación 275 CAED, teniendo previsto, abrir 225 más en el periodo 2016-2018, y por el cual se aseguraba que, al término del sexenio, se tendrían 500 en todo el país (Boletín 131, SEP, 2016). No obstante, con la llegada del actual régimen, y bajo el pretexto de esa mal llamada “austeridad republicana”, desde hace un par de años, alumnos, padres de familia y maestros que laboran en los CAED, han denunciado por diversos medios de comunicación y redes sociales, la presunta eliminación de estos CAED, así como también, una serie de irregularidades en sus pagos, pero, lo más preocupante, el que los alumnos que cursan sus estudios en estos Centros, tenían serias dificultades para obtener los documentos que avalan la culminación (certificación) de sus estudios (Discapacidad, 2019). Un asunto que, hay que decirlo, así se ha mantenido hasta nuestros días. ¡Vaya forma de implementar las políticas educativas de carácter incluyente en nuestro país! En fin.

En este sentido es importante señalar que, en ambos programas, la figura del docente que estaría a cargo de los procesos de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes, tanto para los que cursan el nivel básico para la adquisición de una lengua extranjera o, en media superior, para la atención de alumnos con alguna discapacidad, no reciben esta denominación, la de docentes, sino aquella que, por más que se diga lo contrario, es totalmente incomprensible y hasta denigrante: “asesores externos”. ¿Acaso estos “asesores externos” no planean, desarrollan una clase y evalúan los aprendizajes? Cierto, en ambos casos, no ha habido una completa formalización del servicio educativo que prestan estos profesores; ello explica el por qué no tienen una base definitiva o el que se les pague irregularmente por honorarios (previo contrato), pero ¿ello justifica esa irregularidad a la que han estado sujetos desde hace varios años?, ¿no un gobierno, que se dice del pueblo y para el pueblo, tendría que velar por brindar una atención integral a todos los sectores de la población que así lo requiera con personal calificado y especializado en diferentes rubros?

Y es que, como se sabe, con la suscripción del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) en la década de los noventa, la implementación de políticas internacionales emanadas de los señalados organismos, y la tan anhelada y mal lograda “calidad” educativa en nuestro país, se ha precarizado y desvalorizado el quehacer docente en diversos rubros afectando, como parece obvio, a los trabajadores que prestan sus servicios bajo estas modalidades, pero, desde mi perspectiva, lo más importante y preocupante, el que los alumnos de todos los sectores sociales, y con diferentes capacidades, no reciban lo que propio derecho les corresponde: una educación que les permita afrontar los retos que la vida misma y la sociedad impone, pero también, ser incluidos en esa sociedad altamente demandante derivado de ese mundo globalizado.

Cierto, habrá quien me diga que se ha avanzado en materia de inclusión educativa en nuestro país, no obstante, en mi defensa, diré que el que un alumno con alguna discapacidad intelectual, visual, auditiva o motriz asista a cualquier escuela de México no es un signo de un avance mayúsculo pues, como se sabe, desde hace varias décadas, las maestras y maestros de nuestro país no han recibido la formación especializada para tratar a estudiantes con autismo, hipoacusia, etcétera, que se incorporan a sus aulas escolares.

Curiosamente, si el actual régimen tiene la intención de desaparecer programas “neoliberales”, hasta el momento no hemos conocido (y con seguridad no conoceremos) qué programas substituirían a éstos. Vaya, el que la Secretaria de Educación, PROFESORA Delfina Gómez, haya anunciado el pasado 3 de diciembre (día internacional de personas con discapacidad) que, para 2022, se tendría un aumento superior a los 650 millones de pesos en el PFSEE (Profelandia.com, 2021), no asegura que los CAED seguirán subsistiendo. Creo, la profesora, tendría que tener claro que los Centros de Atención Múltiple (CAM), no son los CAED, y punto.

¿Por qué no brindar una certeza laboral y profesional a estos profesores que no son asesores externos para que, de alguna forma, se avance en una adecuada implementación de las políticas en comento?

Con negritas:

Vaya precarización laboral y docente en un gobierno que se dice humanista.

Al tiempo.

Referencias:

Fuente de la información:    https://profelandia.com

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Los perros como maestros de la empatía en el aula

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España es pionera en la terapia asistida por animales para la prevención del bullying.

El bullying es un problema serio en la comunidad educativa desde que la educación estandarizada existe. A pesar de su prevalencia, sigue siendo un tema infraestudiado en Latinoamérica. De acuerdo con la ONG Bullying sin fronteras, las estadísticas sobre el tema son escasas, las más recientes antes de las provistas este año por ellos mismos en colaboración con la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) datan de 1990.

México ha visto un gran aumento en las estadísticas de violencia estudiantil. Bullying sin fronteras sostiene que en los últimos tres años siete de cada diez niños sufrían acoso escolar, y recientemente esta cifra subió a ocho de cada diez, colocando a México en el primer lugar de bullying en el aula entre los países participantes de la OCDE. En Estados Unidos esta cifra es uno de cada cinco. Ante esta situación, el rubro educativo se ha concentrado en una posible solución a través de aliados que no hubiéramos imaginado antes: los perros.

La prevención tiene cuatro patas

En el 2017, la Fundación Affínity, en conjunto con la escuela Lleó XIII en Barcelona (Cataluña), lanzaron el programa piloto “Respétame”, que consiste en educación asistida por animales para combatir el acoso escolar. La iniciativa funciona como una asignatura más en el horario escolar. Dentro de este espacio se manejan terapias asistidas con perros que tienen como objetivo principal fomentar el respeto, prevenir el bullying y reforzar la inclusión entre los estudiantes.

“Desde un aumento de la autoestima, o de la tolerancia a la frustración, el reconducir conductas no adecuadas, el saber trabajar en equipo, algo que parece muy simple, pero que a ellos les cuesta”. Dice Maribel Villa, técnica de la fundación, refiriéndose a los estudiantes y los beneficios que el programa les otorga, esto en una rueda de prensa realizada en el 2018. Agrega que se pueden trabajar innumerables objetivos para mejorar la inteligencia emocional de los alumnos en un curso electivo como este.

Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity, explicó durante el mismo evento la clave por la cual los perros son tan efectivos en el proceso enseñanza-aprendizaje de herramientas para fortalecer la salud emocional de los estudiantes y prevenir el bullying, entre otras cosas. Buil sostiene que los canes proveen un espacio seguro que es instrumental para que niños y jóvenes ejerzan la escucha y la empatía sin sentirse juzgados. Gracias a esta dinámica, niños y adolescentes pueden formar vínculos saludables con los animales de terapia y repetir estos patrones positivos en la relación entre el alumnado y personas fuera del aula.

Lo que hay detrás del perro

Existen otras instancias de prevención del acoso a través de la terapia con perros en España, como la asociación asturiana Entrecanes, que realizan diversas intervenciones asistidas con perros en ambientes como escuelas, universidades y empresas. En materia de educación, ofrecen planes para intervenir en las escuelas y reforzar el aprendizaje de las habilidades sociales necesarias para prevenir o reducir el acoso escolar.

“El objetivo es mejorar la convivencia en el aula, la cohesión grupal y trabajar aspectos como las emociones, la resolución de conflictos o la empatía”, expresa Oscar Bueno, portavoz de la asociación Entrecanes para El País. Reiteró que los talleres de intervención están dirigidos ya sea a la prevención de acoso o a su disminución en caso de que ya se haya presentado, agregando que es importante entender la diferencia al momento de trazar las metas. Destacó que los talleres y programas de esta naturaleza no se apoyan solamente en los perros, sino en profesionales de la psicología, la docencia y contenidos teóricos que ayudan a poner en contexto lo que se necesita que los alumnos aprendan para forjar vínculos positivos.

Una segunda oportunidad para los canes

El enfoque de la terapia o educación asistida con perros es la de ayudar a personas con problemas específicos de aprendizaje, comportamiento y manejo de emociones, pero un beneficio no declarado es la oportunidad de una vida útil y feliz para los perros que realizan estas tareas, especialmente en Latinoamérica donde el problema del abandono de mascotas es tan rampante. En México, el 70 % de los perros viven en situación de calle, colocando al país en el primer lugar de abandono canino en América Latina. Durante la pandemia, el abandono de mascotas aumentó un 20 % de acuerdo a la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT). El organismo sostiene que solo el 10 % de los animales en los albergues son adoptados.

México y el resto de Latinoamérica comienzan a ver las ventajas de rescatar perros para integrarlos a programas de terapia y acompañamiento de diversos propósitos. Ya sea para el apoyo de niños con autismo, manejo de duelo y educación asistida. Si bien no se cuenta en el continente con organizaciones con treinta años de experiencia en programas personalizados, como Affinity, lo que se puede encontrar son nuevas ideas y entusiasmo por aprender cómo potencializar esta vertiente de apoyo educativo y psicológico.

En México se formó la asociación de Terapeutas Caninos México AC, además de la comunidad de Perros de Terapia en México. Colombia también se ha sumado a la tendencia con organizaciones como LATIMOS, que incluye desde educación para perros hasta talleres de intervención con perros entrenados para dar terapia.

¿Habías oído hablar de la terapia asistida con animales en el salón de clases? ¿Has estado en alguna sesión de este tipo? ¿Cuál fue tu experiencia? ¿Conoces algún otro tipo de terapia con animales distintos a los perros? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/perros-contra-bullying

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