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España: Educación lanza una campaña contra el acoso escolar

Europa/España/07-11-2021/Autor(a) y Fuente: www.elcomercio.es

La ministra Pilar Alegría pide no mirar hacia otro lado ante un problema que afecta a casi uno de cada cinco alumnos de 15 años.

Coincidiendo con el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, incluido el ciberacoso, que se celebra este jueves 4 de noviembre, el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) lanza una campaña de sensibilización para fomentar el buen clima en las aulas. Esta incluye, entre otras iniciativas, la difusión de unos vídeos de concienciación, en los que participan Javier Calvo y Javier Ambrossi, que se emitirán en las redes sociales del Ministerio. El MEFP anima ala ciudadanía a sumarse a la iniciativa en redes sociales utilizando la palabraclave #ActúaContraelAcoso. La campaña cuenta con la colaboración de Atresmedia, que también la difundirá a través de sus canales.

«Mejorar la convivencia en nuestras escuelas es un objetivo de todos. Nuestros escolares, nuestros niños y niñas, nuestros jóvenes, tienen que acudir a clase en un entorno seguro, donde sean felices», explica la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, en un mensaje difundido en redes. «Por eso, te pedimos que actúes. Que no mires a otro lado. Que nos ayudes a ayudar a todas esas chicas y chicos que son excluidos o que se sienten amenazados. Cada gesto cuenta», añade.

Uno de cada tres estudiantes ha sido víctima de acoso escolar en el mundo en el último mes, según los últimos datos de la UNESCO. Los alumnos y alumnas que sufren este tipo de violencia presentan peores resultados académicos, son más propensos a sufrir ansiedad, depresión y soledad, e incluso pueden plantearse el suicidio, según alerta el organismo de Naciones Unidades.

En España, cerca del 17% de los alumnos de 15 años ha sufrido acoso escolar, según recoge el Informe PISA 2018, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Aunque esta cifra se encuentra por debajo de la media de la OCDE, del 23%, es motivo de preocupación para el MEFP, que trabaja en diversas iniciativas destinadas a mejorar el clima escolar.

Cualquiera que sufra acoso escolar o sea testigo de un caso puede dirigirse al teléfono de ayuda 900 018 018 del Ministerio. El servicio es gratuito, anónimo, confidencial, está operativo las 24 horas, todos los días del año, para toda España y es atendido por psicólogos apoyados por trabajadores sociales y abogados. Existe también un chat, disponible también las 24 horas, gratuito y anónimo. Ambos son gestionados por la Fundación ANAR.

La nueva Ley de Educación, que entró en vigor en enero, establece entre sus principios «la educación para la convivencia, el respeto, la prevención de conflictos y la resolución pacífica de los mismos, así como para la no violencia en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social, y en especial en el del acoso escolar y ciberacoso con el fin de ayudar al alumnado a reconocer toda forma de maltrato, abuso sexual, violencia o discriminación y reaccionar frente a ella.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/sociedad/educacion/educacion-lanza-campana-20211104101623-ntrc.html

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América Latina: Observatorio Latinoamericano presenta el escenario de la educación y de la privatización educativa en 10 países de la región

América Latina/05-11-2021/Autora: Ana Raquel Fuentes/Fuente: redclade.org

Serie de investigaciones elaborada por la IEAL revela que la consigna neoliberal se centra en la descalificación de lo público, en la limitación de las capacidades del Estado y en promover que las lógicas de mercado y el enfoque empresarial orienten la toma de decisiones en la política pública educativa

El Observatorio Latinoamericano de Políticas Educativas (OLPE) es una iniciativa del Comité Regional de la Internacional de la Educación América Latina (IEAL), creada para registrar el comportamiento de las políticas educativas en la región. En una serie de publicaciones sobre política educativa, el OLPE ofrece un análisis sobre cómo éstas se desarrollan a partir de los escenarios encontrados en los distintos países de América Latina, detallando las leyes que propician el comercio educativo y la incursión de actores privados dentro de esta arena, y alertando sobre las tendencias que buscan el debilitamiento de la educación pública en la región.

Según el análisis, por más de tres décadas, el proyecto neoliberal implantado en América Latina ha redefinido el rol del Estado, favoreciendo la lógica de mercado a través de las mismas políticas públicas. La política pública educativa no es una excepción, también reproduce los valores y las prácticas del proyecto neoliberal.

El observatorio detalla las acciones y modelos educativos por cada país. A continuación, una breve descripción por país.

El modelo de actuación del sistema educativo colombiano se caracteriza por la participación del sector privado en todos los ámbitos de la educación pública y persiste un trasiego sistemático de fondos públicos a las arcas privadas, mediante la compra pública de servicios educativos a grupos privados. Estos servicios incluyen desde la gestión de instituciones educativas hasta el diseño e implementación de modelos pedagógicos, pasando por el acompañamiento docente, la promoción de procesos de actualización profesional, la elaboración de contenidos educativos y la implementación de estos, así como los procesos de evaluación de los aprendizajes. Las autoridades educativas en Colombia han comprado al sector privado una amplia variedad de servicios educativos. Colombia es uno de los países donde más se ha avanzado con el comercio educativo a través de los modelos de alianzas público-privadas. El marco normativo que rige el Sistema General de Participaciones es el principal impulso para dirigir fondos públicos a proveedores privados de servicios educativos. Esa ley establece que hasta un 24% del presupuesto municipal se use para contratar servicios educativos con entidades no estatales. Con más de seis décadas de conflicto armado en Colombia, los gobiernos han estado enfocados en el desarrollo de la guerra y su agenda y gran parte del presupuesto estatal, también. Los gobiernos colombianos han gobernado subcontratando procesos completos de política pública, dejando un vacío en el rol del Estado.

En la gestión de la política educativa de Costa Rica, lo que se observa es que el Estado costarricense ha avanzado en un formato de gestión pública-privada y, al tiempo que se disminuyen los fondos disponibles para educación y se des-responsabiliza al Estado de la gestión de la política educativa, los grupos privados y la cooperación se instauran como tomadores de decisión e implementadores de la política educativa pública mediante el modelo de las alianzas público-privadas. El crecimiento de la oferta privada en todos los niveles educativos es un rasgo de cómo el Estado costarricense ha facilitado las condiciones para el comercio educativo, pero, principalmente, cómo el Estado ha permitido el deterioro y el déficit de la oferta pública y ha dejado en manos de las familias la responsabilidad de garantizar el derecho a la educación de sus hijas e hijos. En general, lo que se observa es que no solamente las autoridades, sino todos los actores privados, han naturalizado la participación de grupos empresariales y del sector financiero en la toma de decisiones y en la gestión de la educación pública.

En El Salvador, el marco legislativo es favorable a la educación pública y al rol del Estado.n Sin embargo, en el país centroamericano se han establecido mecanismos paralelos, que no son superiores a las leyes vigentes, pero que están investidos del carácter de “consenso multisectorial” y que son mecanismos favorables a la participación del sector privado, las ONG, las corporaciones religiosas, la cooperación y los medios de comunicación en la toma de decisiones en educación. Estos mecanismos son el Consejo Nacional de Educación (CONED) y el Plan El Salvador Educado (PESE). Persiste una crítica de parte de los sectores de la cooperación y fundaciones externas a la inversión pública en secundaria. Esta crítica la basan, por una parte, en que la educación secundaria no está suficientemente alineada con las necesidades del sector productivo del país. Complementariamente, los actores que comercian con la educación critican que, a pesar de la inversión, no se detiene la exclusión educativa y que cada año crece el número de “desertores” escolares.

Guatemala tiene particularidades propias como un Ministerio de Educación fuerte, comprometido con la política educativa y con la protección del derecho a la educación de la niñez y la juventud indígena. Los modelos de escuelas subvencionadas y de centros educativos por cooperativas de enseñanza, principalmente en las zonas rurales que estuvieron afectadas por la guerra, mantienen la ausencia del Estado en esas regiones, 25 años después de finalizado el conflicto armado. Aún con esas particularidades, actores como el Banco Mundial o Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), han instalado su propia agenda en la política educativa y han dado pie para que se consolide la presencia de Organizaciones no Gubernamentales (ONG) y grupos consultores privados en los espacios de toma de decisión, el diseño de programas y proyectos educativos y en la implementación de servicios educativos.

En Honduras se observa una fuerte presencia de programas y proyectos educativos desarrollados por sectores privados, con el fin de implementarse en el sistema público. Estos son financiados con fondos de la cooperación internacional con la venia de la Secretaría de Educación. Lo que se observa es el avance de formatos público-privados y privados de gestión, administración e implementación de la política educativa pública. También las iniciativas de participación de las comunidades promueven la participación de grupos privados y ONG. Las principales formas de lucro percibidas no se nutren de fondos públicos, sino más bien, de fondos de cooperación que compran servicios de las ONG y grupos privados para que actúen en el ámbito de la educación pública.

En Panamá, el sistema educativo básico tiene tres niveles, 1) preescolar, primaria y premedia, 2) segundo nivel o educación media (secundaria), y 3) educación universitaria. El comercio educativo es más visible en los dos primeros niveles, que incluyen dos años de educación preescolar, seis de primaria, más tres de premedia, y tres de educación media. El país ha experimentado aumentos importantes en la cobertura educativa, por ejemplo, el aumento de 19 puntos porcentuales de cobertura de educación media del año 2011 al 2012. La legislación panameña facilita que las alianzas público-privadas atiendan las necesidades de infraestructura. La carencia de equipamiento y de acceso al agua en centros educativos, revistió aún más importancia a partir del inicio de la pandemia. En Panamá las iniciativas como el Plan Estratégico del Gobierno (PEG) 2019-2024, así como el Compromiso por la Educación y las recomendaciones que hace la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) al país, tienen puntos de convergencia como la intención de desvalorizar la gestión pública, poner en duda la capacidad estatal para llevar adelante una gestión adecuada, avanzar en la descentralización de la gestión educativa y pensar la política educativa centrada en el desempeño. Los casos del Programa Panamá Bilingüe y de la Beca Universal, y los subsidios de matrícula, dejan al descubierto cómo los grupos privados por un lado critican la función pública, pero por otro, están dispuestos a que se transfieran millones de dólares en recursos públicos a proveedores de servicios privados.

En Paraguay se nota una tendencia de los gobiernos de facilitar la participación del sector privado en los ámbitos de toma de decisiones de la política educativa, consolidando las oportunidades para el lucro privado y favoreciendo el desmantelamiento del sistema público. Esta situación se produce en un momento de debilidad institucional y de polarización política. La pandemia ha propiciado cuestionamientos a la gestión para las autoridades educativas, que en los últimos años han tenido una tendencia de recuperar prácticas autoritarias y de mayor incidencia de grupos fundamentalistas. Al igual que otros países de la región, se observa la injerencia de la cooperación internacional en la gestión de la política pública y la aceptación por parte del Estado. En particular, se nota la gran influencia de la Unión Europea, la USAID, y la Organización de los Estados Iberoamericanos.

En Perú se observa una creciente participación del sector privado y de la cooperación internacional (principalmente USAID) en los ámbitos de desarrollo de política pública y de toma de decisión en materia educativa. Se sobresalen dos tendencias preocupantes que pueden escalar hacia otros países de la región. Por un lado, el surgimiento de franquicias de escuelas privadas de bajo costo, como son las Innova Schools, y por otro, la inversión de grupos financieros y holdings comerciales en negocios educativos que actúan como franquicias o “cadenas” educativas.

En República Dominicana se observa una fuerte naturalización de la participación de actores privados, religiosos, de la cooperación internacional y de las instituciones financieras internacionales en los procesos de política pública, incluida la política pública en educación. Los grupos privados y empresariales están involucrados en procesos centrales de la política educativa como son la gestión interna en el Ministerio de Educación, el sistema de información interno, la carrera docente y la evaluación. Las principales tendencias de comercio educativo observadas hasta ahora están enmarcadas en el Pacto Nacional Educativo que surge a partir del Foro Nacional de Educación y de la aprobación del 4% del PIB para la educación (no exclusivamente pública) en el país. En el año 2015, el Banco Mundial aprobó un préstamo por US$ 50 000 000 para el desarrollo del Apoyo al Proyecto Nacional de Pacto Educativo para República Dominicana. Este préstamo contemplaba el reclutamiento y capacitación de maestros y maestras de escuelas primarias y secundarias, evaluación a estudiantes y docentes, evaluación de los centros de primera infancia y la gestión descentralizada de escuelas. El sector empresarial privado nacional participa activamente en el diseño de propuestas y en los niveles de toma de decisión con respecto a las políticas educativas. Igualmente, la cooperación internacional, principalmente la USAID y UNICEF también juegan un papel central en el diseño y la implementación de políticas educativas en el sector público.

La forma de privatización mayormente observada en el Uruguay es la configuración de redes de empresas privadas que venden servicios al Estado y entre sí, para gestionar diferentes componentes de la política educativa. La legislación uruguaya garantiza espacios de participación y construcción conjunta de la comunidad educativa en el nivel de los centros educativos, tanto en los proyectos pedagógicos como en la elaboración de proyectos en convenio con otros actores, etc. Esta participación es una forma de blindar y proteger al sistema educativo público. Si bien se observan experiencias importantes en las que algunos grupos privados le venden sus servicios a otros grupos privados y no directamente al Estado, estos servicios terminan por expresarse y concretarse en el ámbito de la educación pública, generando y naturalizando la permanencia de empresas privadas en el quehacer educativo público. En Uruguay, el avance del comercio educativo y del lucro privado en este país se ha dado, incluso frente a este marco normativo que protege la educación pública y los actores privados con agenda de lucro se han instalado como actores legítimos frente a la opinión pública. Sumado a esto, en Uruguay se percibe un alto nivel de sofisticación de los negocios en educación, que se organizan en formas de clústeres y que, por tanto, tienen interés en protegerse entre sí, para permanecer vigentes en el mercado.

Fuente e Imagen: https://redclade.org/noticias/observatorio-latinoamericano-presenta-el-escenario-de-la-educacion-y-de-la-privatizacion-educativa-en-10-paises-de-la-region/

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Educación. ¿Por qué es necesaria la construcción de escuelas?

Por: Sulem Estrada

Una medida tomada en algunas escuelas para el regreso a clases fue dividir los grupos en secciones para evitar el hacinamiento. Con el anuncio del semáforo verde en la CDMX, Sheinbaum planteó que en todos los niveles se considerará un regreso a clases al cien por ciento ¿qué implicaciones tiene esto?

El hacinamiento en las aulas es uno de los problemas históricos del sistema educativo mexicano. Nuestro país ocupa el primer lugar entre los países de la OCDE con más alumnos por grupo en educación básica, lo que repercute directamente en su aprendizaje y en la capacidad de las y los docentes de atender las necesidades de los niños, niñas y adolescentes a su cargo.
Evitar el hacinamiento en tiempos de pandemia se convierte, además, en una condición mínima indispensable para mantener la salud de nuestros alumnos y alumnas.

Con la medida tomada por la SEP de dividir los grupos en dos y hasta tres secciones en el caso de las escuelas con mayor cantidad de alumnos, es la primera vez que las y los maestros podemos atender grupos reducidos. Si bien no en todas las escuelas aplicaron esta medida, en las escuelas donde se aplicó, ha permitido no solo mantener la “sana distancia” sino dar una atención más personalizada a muchos alumnos.

Los grupos reducidos permiten resolver dudas individuales, atender las necesidades de cada uno, considerar sus ritmos y estilos de aprendizaje. Es que la diferencia entre atender entre 10 y 15 alumnos y atender 50 es abismal. Podemos conocerlos mejor, charlar con ellos, saber de sus vidas, sus miedos e identificar de mejor manera sus habilidades.

“Me siento tranquilo, hay mucha calma aquí. Hay algo de silencio. En mi casa vivimos diez, duermo con mis dos hermanos”, me dice un alumno que por primera vez tiene un poco de espacio personal en su salón de clases.
México declara ante la OCDE tener 25 alumnos por grupo en primaria y 27 en secundaria. Todos los docentes sabemos que es mentira, pues hay grupos de hasta 60 alumnos inscritos y aunque ahora acuden 15, esto implica que escalonen su asistencia y acudan una semana a clases presenciales y aguarden en casa otras dos o tres en lo que se atiende al resto de los alumnos inscritos.

Esto genera que el avance académico se dé a cuentagotas, lo que no ayuda a abatir el rezago educativo que los alumnos arrastran producto de no haberlos dotado de herramientas tecnológicas ni haber garantizado que tuvieran acceso a internet para sostener las clases a distancia.

Esta situación les da el pretexto perfecto al gobierno y a las autoridades educativas para exigir un regreso a clases “al cien por ciento”, soslayando que esto implica en muchos casos hacinar a 50 chicos y chicas en condiciones insalubres, con aulas pequeñas y sin la ventilación adecuada.

 

Urge construir escuelas y contratar docentes con plenos derechos laborales
En su documento Panorama de la Educación: Indicadores de la OCDE, este organismo plantea que “se ha comprobado que un bajo número de estudiantes por cada maestro tiene un impacto positivo sobre la relación alumno-maestro en los diferentes tipos de entornos”. Sin embargo, a diferencia de otras recomendaciones que se siguen al pie de la letra, ésta es ignorada, pues reducir significativamente la cantidad de alumnos por grupo implicaría forzosamente invertir en construcción de escuelas y en la contratación de docentes y personal administrativo y manual.

La política de “austeridad republicana” que ha llevado adelante el gobierno de la 4T ha implicado que nuestro país siga invirtiendo menos por estudiante que la mayoría de los demás países de la OCDE, como sucedía en los sexenios anteriores. Mientras el promedio en los demás países es de 11,231 dólares, en México se invirtieron solamente 3,320 dólares, lo que implica que las necesidades de los alumnos no puedan solventarse adecuadamente.

Las y los maestros no podemos permitir que nos obliguen a volver a salones hacinados e insalubres. Para resolver el problema del hacinamiento es necesaria y urgente la construcción de más y mejores escuelas, que puedan estar equipadas con tecnología y materiales didácticos acordes a las necesidades de nuestros alumnos. Con instalaciones deportivas para que puedan cuidar su salud de forma integral. Asimismo, se requiere contratar docentes, personal de apoyo, psicólogos, médicos, orientadores y trabajadores sociales con plenos derechos laborales, pues la precarización de la labor docente avanza a pasos agigantados como mostramos aquí.

Para poder construir más escuelas, es indispensable un aumento al presupuesto educativo, recurso que podría obtenerse de dejar de pagar la deuda pública fraudulenta y de destinar a educación los recursos que se otorgan a la guardia nacional.

Docentes, padres y madres de familia necesitamos unirnos y organizarnos para luchar por una educación pública que responda a nuestras necesidades y las de nuestros niños y niñas. Súmate al Movimiento Nacional por un Regreso Seguro a Clases. Contáctanos aquí.

Fuente de la información e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx

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Espacios escolares seguros

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

 

Es claro que, si el impacto de la pandemia en la educación no se atiende en el corto plazo, los estudiantes de hoy sentirán sus consecuencias durante el resto de su vida…

Las secuelas que ha dejado la emergencia sanitaria en nuestra sociedad han sido de un gran impacto en muy diversas áreas, lo que conduce a contar con efectos nocivos que dejan como consecuencia aspectos muy graves, sobre todo, si enfocamos nuestra observación en lo que tiene que ver con la educación.

 

Tan solo por efectos directos de la pandemia, de acuerdo con una investigación publicada en la prestigiada revista médica británica “The Lancet” de 21 países, México es donde más niños han perdido a sus padres o a sus cuidadores principales, cifra que alcanza a 131,325 niñas, niños y adolescentes en situación de orfandad.

 

Esto pone en contexto que, a pesar de estar en medio de una alerta, en donde la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que las infecciones por COVID-19 en niños y adolescentes registran un incremento de 2020 a 2021, la necesaria tendencia del regreso a las aulas no se ha revertido.

 

Entre otras cosas, factores como el incremento de casi un 30 por ciento de las violaciones, además, el dato por parte del Sistema de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) de que las muertes por suicidio de niños, niñas y adolescentes superó tres veces las muertes producto de la emergencia sanitaria, así como el notable incremento de los jóvenes con trastornos emocionales que llaman para solicitar algún tipo de ayuda, nos hacen pensar en la urgencia de retomar una vida medianamente cercana a la normalidad que se tenía antes de la pandemia es urgente.

 

En una investigación, denominada “Educación en pandemia: los riesgos de las clases a distancia” desarrollada por el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO), se muestra que durante la pandemia los mexicanos perdieron, en promedio, aprendizajes equivalentes a dos años de escolaridad. Para poner en contexto este impacto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que en los próximos 80 años este fenómeno le podría costar a México un monto acumulado de hasta 3.4 billones de dólares equivalente al 136% del PIB de 2019.

 

Es claro que, si el impacto de la pandemia en la educación no se atiende en el corto plazo, los estudiantes de hoy sentirán sus consecuencias durante el resto de su vida. Por ello resulta fundamental que el Estado mexicano establezca como prioridad el que el personal de los centros escolares, así como las niñas, niños y adolescentes, cuenten con los elementos mínimos necesarios para una estancia segura en clases.

 

Tan solo por poner un ejemplo, en un ejercicio de revisión de centros que abarcó 48 mil 667 escuelas de todo el país, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, entregó el “Primer Informe de la Jornada Nacional en Apoyo al Regreso Seguro a las Escuelas”, reportó más de 31 mil escuelas sin agua potable, además de otras que la mitad de los centros escolares tienen carencias que ponen en riesgo al alumnado, como el mobiliario, contactos de luz, tinacos, ventanas, puertas y bardas en mal estado.

 

No hace falta ser un genio para saber que esas carencias se arrastran de muchas décadas atrás, sin embargo, lo que queda claro, es que hoy más que nunca se necesita de fortalecer las acciones de mejora de las condiciones escolares para que no tengamos problemas que lamentar en el futuro inmediato.

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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La educación en España en 2021: fortalezas y oportunidades, según la OCDE

Redacción de Educaweb

Atraer a más personas para que estudien una FP de grado medio y disminuir el número de repetidores son algunas recomendaciones del informe Panorama de la Educación 2021: indicadores de la OCDE.

Contenido

Los retos del sistema educativo español

1.      Aumentar el porcentaje de personas con un título de FP de Grado Medio
2.      Reducir los ‘ninis’: España es el segundo país de la UE que tiene más
3.      Bajar el número de repetidores
4.      Renovar al profesorado
5.      Incrementar la inversión en educación

Los puntos fuertes de la educación en España

1.      España, reconocida por mantener la educación presencial en pandemia
2.      La población con educación superior supera a la que solo tiene estudios básicos
3.      Altas tasas de escolarización en Educación Infantil
4.      El 54% de las mujeres españolas cuentan con estudios superiores
5.      Disminuye menos la formación de adultos en España que en la OCDE durante la pandemia

¿Sabías que…?

Ficha técnica

 

¿Qué mejoras o dificultades ha tenido la educación en España en el último año? ¿Cómo ha afectado la pandemia al sistema educativo? El informe Panorama de la Educación 2021: indicadores de la OCDE, publicado recientemente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) intenta responder estas cuestiones.

 

El estudio, en el que ha colaborado el Ministerio de Educación y Formación Profesional, analiza los aspectos educativos que España necesita mejorar, como disminuir la tasa de repetidores y de población que no estudia ni trabaja, y da a conocer los puntos fuertes o resultados positivos del sistema educativo español, entre los que destaca el aumento de personas adultas con educación superior, por ejemplo.

 

Los retos del sistema educativo español

 

Algunos aspectos en los que el sistema educativo español debe mejorar cuanto antes, según el informe, son los siguientes:

 

1. Aumentar el porcentaje de personas con un título de FP de Grado Medio

En España solamente el 23,2% de los adultos tiene como titulación máxima la ESO o un título de FP de Grado Medio, mientras que la media de la OCDE alcanza el 42,5% de la población y el 46% en los 22 países de la Unión Europea que forman parte del organismo. Esto repercute en la desigualdad de oportunidades laborales e ingresos de la población española, advierte la OCDE.

«Sin embargo, tras varios cursos en los que la tasa de acceso a ciclos formativos de grado medio ha decrecido, los últimos datos apuntan a un ligero crecimiento que, de consolidarse, podría favorecer la reducción de las diferencias y un mayor equilibrio en el nivel de educación de la población adulta española«, indica el informe.

El informe también hace hincapié en que la pandemia ha aumentado el desempleo entre los adultos jóvenes, en particular entre los menos formados. Así, la tasa de paro en España entre los adultos de entre 25 y 34 años sin estudios de secundaria postobligatoria ha subido cuatro puntos en un año, hasta el 27,6% en 2020. En la media de la OCDE, esta misma cifra presenta un incremento en dos puntos, hasta el15,1%.

«Las tasas de desempleo en España son de las más altas de los países analizados y, para todos los niveles de formación, son más elevadas que las de la media de países de la OCDE y de la UE22. Un mayor nivel educativo supone una disminución en la tasa de desempleo«, apunta el informe.

2. Reducir los ‘ninis’: España es el segundo país de la UE que tiene más

La OCDE advierte a España que debe reducir el número de personas de 18 a 24 años que ni estudian ni trabajan, los llamados ‘ninis’, que ya son el 22% de los jóvenes de esas edades. De hecho, el país es el segundo de todos los estados miembros de la Unión Europea que forman parte de la OCDE con las tasas más altas de jóvenes en estas condiciones, después de Italia (24,8%),

Además, el aumento de ‘ninis’ se ha incrementado en un año más que en otros países de la UE22. Mientras que en el país el porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan ha pasado del 19,2% en 2019 al 22% en 2020, en la media de la OCDE este incremento ha sido del 14,4% en 2019 al 16,1% en 2020.

Gráfico sobre la evolución de la formación de la población adulta en el 2000, 2010 y 2020

Imagen: Panorama de la Educación 2021: indicadores de la OCDE

3. Bajar el número de repetidores

España es el país de la OCDE con las tasas más altas de repetición del alumnado de 1º a 3º de la ESO: un 8,7% de estudiantes repiten curso, mientras que en

la OCDE solo lo hacen el 1,9% de los estudiantes y el 2,2% en la Unión Europea.

 

En 4º de la ESO, Bachillerato, Formación Profesional Básica y de Grado Medio, el porcentaje de alumnado repetidor también es mayor que en el resto de los países de la OCDE: repiten curso el 7,9% de los alumnos en España, cuando la media de la OCDE es del 3% y la de la Unión Europea del 3,3%.  Resulta imprescindible para el país reducir la repetición del alumnado porque esta se relaciona con el abandono escolar temprano y, por consiguiente, con la exclusión educativa y social.

 

4. Renovar al profesorado

 

La OCDE advierte que en los próximos años un grupo importante de docentes se jubilará en todos los países que forman parte del organismo, por lo que es importante realizar esfuerzos para atraer a la docencia a los profesionales más jóvenes y competentes, pues «la calidad del profesorado es uno de los indicadores determinantes del rendimiento de los estudiantes».

 

En España en particular, el profesorado de Educación Primaria con más de 50 años representa el 32,1% del total, inferior al 32,6% de la OCDE y al 35% de la Unión Europea. Y en secundaria, este porcentaje se sitúa en el 37,9% en España, el 36,4% en la OCDE y el 42% en la UE (ver gráfico).

 

El envejecimiento de los docentes puede aumentar los costes escolares, lo que a su vez limitaría los recursos disponibles para otras iniciativas, según el informe.

 

Gráfico sobre el porcentaje de profesorado en función de su edades por países

 

Imagen: Panorama de la Educación 2021: indicadores de la OCDE

5. Incrementar la inversión en educación

 

España ha invertido menos en educación que la media de los países de la OCDE. La inversión en educación resulta significativa en todos los países de la OCDE y de la UE22: en 2018, estos países han destinado una media del 4,9% y del 4,4% de su PIB, respectivamente, a educación, cuando en España esta proporción ha sido del 4,3%.

 

En Educación Primaria, Secundaria y Bachillerato, la media de países de la OCDE redujo la inversión en educación entre 2012 y 2018 en 2,7 puntos porcentuales (p.p.), mientras que para España fue de 3,4 p.p. Asimismo, entre 2012 y 2018, el gasto en educación con fondos públicos se ha reducido en 3,8 puntos porcentuales en el país, mientras que en la media de la OCDE la reducción del gasto público en educación ha sido de 0,9 puntos porcentuales.

 

Los puntos fuertes de la educación en España

 

El informe Panorama de la educación. Indicadores de la OCDE 2021, que analiza cómo se ha desarrollado la educación en España durante el curso 2020-2021, destaca algunos puntos fuertes del país en el ámbito educativo. Conoce algunos de ellos…

 

1. España, reconocida por mantener la educación presencial en pandemia

 

España ha sido uno de los países, junto con Costa Rica, Japón, Corea, Nueva Zelanda, Noruega y Suiza, que menos días ha cerrado sus centros escolares entre el 1 de enero de 2020 y el 20 de mayo de 2021. Así, los centros españoles de Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato estuvieron cerrados una media de 45 días en ese periodo; en comparación, los cierres fueron de 55, 78, 92 y 101, días de media, respectivamente, en los países de la OCDE.

 

También es uno de los 16 países que han aprobado ayudas específicas dirigidas al alumnado con mayores necesidades y forma parte del 40% de los países analizados que ha reforzado el número de profesores durante la pandemia, con la contratación de 30.000 docentes, según el informe.

 

2. La población con educación superior supera a la que solo tiene estudios básicos

Por primera vez en España, la población con educación superior (un ciclo de grado superior o un grado universitario) ha superado a la que solo cuenta con estudios básicos (los tres primeros cursos de la ESO).  Así, el 39,7% de la población de 25 a 64 años cuenta con un nivel formativo superior, frente al 37,1% que ha estudiado los tres primeros cursos de la ESO y un 23,2% con estudios de 4º de la ESO, Bachillerato o ciclo formativo de grado medio.

 

A pesar de esta evolución positiva, que revela que el nivel educativo de la población española continúa subiendo, el porcentaje de adultos con estudios superiores continúa por debajo de la media de los países de la OCDE (42,5%) y de los 22 países de la Unión Europea que forman parte del organismo (46,0%).

 

Cabe señalar que la proporción de personas con un nivel educativo superior varía significativamente entre las comunidades autónomas. Por ejemplo, la proporción de población adulta de entre 25 y 64 años con un nivel de educación terciaria (estudios universitarios y ciclos de grado superior) varía del 26% en Ceuta al 53% en el País Vasco, una de las mayores variaciones regionales entre los países de la OCDE con datos disponibles.

 

3. Altas tasas de escolarización en Educación Infantil

El informe reconoce que España destaca por sus altas tasas de escolarización en Educación Infantilen comparación con la media de la OCDE y los 22 países de la Unión Europea que forman parte del organismo (UE22): el 39,6% de los niños de 0 a 3 años asisten a un centro educativo, según datos de 2019, mientras que en los países que forman parte del organismo esta proporción es del 24,9%, y en la UE del 22,4%.

 

En el caso de la segunda etapa de Educación Infantil, España presenta mejores resultados todavía: un 97,3% del alumnado de 3 a 5 años está escolarizada en un centro, frente al 87% de los países de la OCDE y el 90,9% de la UE22.

 

 

4. El 54% de las mujeres españolas cuentan con estudios superiores

Mujeres con estudios superiores aumenta en 2020

El país supera a la media de la OCDE en el porcentaje de mujeres de 25 a 34 años con estudios superiores: 54% de ellas han obtenido una titulación terciaria en 2020 frente al 52% de la media del organismo.

 

Asimismo, esta proporción de chicas con una titulación universitaria o de FP de grado superior supera a la de los hombres: en España, solo el 41% de ellos cuenta con estos estudios, frente al 39% de los países de la OCDE.

 

En general, en todos los países de la OCDE los hombres tienen menos probabilidades de ingresar y graduarse en la educación terciaria que las mujeres, afirma el informe. «Si los patrones actuales continúan, se espera que el 46% de las mujeres jóvenes de los países de la OCDE se gradúen con un título terciario por primera vez antes de cumplir los 30, 15 puntos porcentuales más que los hombres».

 

A pesar de los logros más altos, la tasa de empleo de las mujeres es más baja que la de los hombres, con una brecha mayor en los niveles educativos más bajos. Ellas también ganan en promedio el 76% al 78% de los salarios de los hombres, independientemente del nivel educativo.

 

5. Disminuye menos la formación de adultos en España que en la OCDE durante la pandemia

El aprendizaje permanente se ha convertido más que nunca en algo fundamental para que los adultos mejoren sus habilidades y vuelvan a capacitarse en un mundo cambiante; sin embargo, el porcentaje de personas adultas interesadas en recibir formación formal y/o no formal ha disminuido por la pandemia. Aun así, en España esta reducción ha sido mucho menor que en el resto de los países de la OCDE, apunta el informe.

 

En los países que forman parte del organismo, el número de personas adultas que se forman se ha reducido en un 27% de media entre el segundo trimestre de 2019 y el segundo trimestre de 2020 (es decir, durante el pico de la primera ola de COVID-19). Sin embargo, en España, la participación de la población adulta en formación y educación formal y no formal en este periodo solo se redujo un 5%.

 

Dado que el informe de la OCDE deja claro que aprender permanentemente puede ayudar a evitar el desempleo, desde Educaweb te invitamos a formarte y conocer algunos de los cursos formativos que te permitirán mejorar tus habilidades.

 

¿Sabías que…?

  • El informe de la OCDE apunta que las diferencias en el nivel educativo de las personas conducen a una desigualdad de ingresos muy marcada. Así, las personas con estudios superiores perciben retribuciones más elevadas que aquellas con estudios de la segunda etapa de educación secundaria, un 45% en España, un 53% en la media de los países de la OCDE y un 49% en los países de la UE. Además, la ventaja salarial de la población con nivel de educación terciaria se incrementa con la edad, los años de experiencia y mayores responsabilidades.

  • En España, entre la población adulta con educación terciara, están empleados el 82% de los españoles nativos y el 68% de los extranjeros. En los países de la OCDE, el porcentaje de personas nativas empleadas es del 86%, en comparación con el 79% de la población adulta extranjera con estudios superiores.

  • El salario del profesorado en España es, para todos los niveles educativos, superior al salario medio de los países de la OCDE. Sin embargo, esta retribución es alta al inicio de la carrera docente y moderada al final. De hecho, España es uno de los países en el que los docentes necesitan más tiempo, en concreto 39 años, para alcanzar el máximo en la escala salarial.

El estudio Panorama de la educación 2021. Indicadores de la OCDE (Education at a Glance 2021. OECD Indicators) analiza y compara las estadísticas nacionales referentes a educación de los 38 países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), así como de Arabia Saudita, Argentina, Brasil, China, Costa Rica, Federación de Rusia, India, Indonesia, y Sudáfrica.

En su edición 2021, el informe se centra en la equidad y el impacto del COVID-19 en la educación. Para ello, analiza el progreso de la igualdad educativa en los países de la OCDE y cómo se ha visto afectado en función del género, el estatus socioeconómico y el país de nacimiento.

https://www.educaweb.com/noticia/2021/09/21/educacion-espana-2021-fortalezas-oportunidades-19666/

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La política de la reapertura escolar

Por: Mauro Jarquín Ramírez*

La reciente decisión oficial de reactivar las clases presenciales ha generado una gran polémica en nuestro país, algo lógico si consideramos sus potenciales implicaciones a nivel de salud pública, actividad económica, continuidad educativa y relación entre Estado-magisterio.

Para el gobierno federal resulta de particular interés el costo político que una medida de tal magnitud podría conllevar. Así, ha buscado construir un consenso político-discursivo con distintos actores respecto a la pertinencia de las actividades educativas presenciales. En esta dimensión pueden interpretarse el compromiso abierto –de corte corporativo– con la dirigencia nacional del SNTE; el acercamiento entre Delfina Gómez, titular de la SEP y el Episcopado Mexicano, que se había mostrado cuando menos escéptico respecto a la revisión de los libros de texto impulsada por la 4T y la recuperación de la exigencia principal del mediático movimiento Abre mi Escuela –conformado por padres de familia y apoyado por instituciones educativas privadas– sobre considerar a la educación como una actividad esencial; es decir, una que puede llevarse a cabo independientemente de las condiciones del semáforo epidemiológico. De esta forma, el gobierno puede plantear que el magisterio mexicano está dispuesto a regresar a clases con buen ánimo y que la reapertura escolar, exigida por las propias familias, es una decisión sensata aún considerando el tsunami de contagios de Covid reportados recientemente, en el cual la variante Delta ha resultado protagonista.

Para el propio gobierno federal, ha quedado claro que las condiciones estructurales de nuestra sociedad han llevado a que el programa Aprende en Casa sea insuficiente para garantizar la continuidad educativa. Además, tal como lo plantea la Unesco a escala global, el cierre prolongado de escuelas ha impactado negativamente en distintos ámbitos como el aprendizaje y la nutrición de los estudiantes, el trabajo docente y las funciones de cuidado en los hogares. También ha profundizado la deserción escolar, que en México ha alcanzado a más de 5 millones de personas, según el Inegi y a casi un millón, de acuerdo con datos de la SEP.

Es importante considerar que el debate que llevamos a cabo ahora ha sido realizado ya en otras partes del mundo. Para contribuir a una discusión informada, distintas agencias de salud han publicado información relativa a las actividades escolares y el riesgo de transmisión del nuevo coronavirus.

El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDPC, por sus siglas en inglés) ha indicado que la transmisión del virus en entornos escolares no es un determinante principal de transmisión comunitaria, particularmente cuando se implementan medidas de mitigación adecuadas, aunque resulta difícil evaluar esto cuando la transmisión comunitaria está en curso. Entre las medidas de mitigación se encuentran: distanciamiento físico, mejora de la ventilación, lavado regular de manos, reducción del tamaño de clases, escalar tiempos de llegada y tiempos de comida y descanso, así como cambios en la composición de clases y grupos, y la realización de clases al aire libre. Resulta importante, además, administrar vacunación completa al personal educativo. Medidas que requieren infraestructura, insumos, organización, coordinación entre el sector educativo y distintos niveles de gobierno, y una condición de transmisión comunitaria controlada.

Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) afirman que, según la evidencia disponible, las escuelas que han implementado estrictamente estrategias de prevención han sido capaces de mantenerse abiertas. Además de las propuestas hechas por el ECDPC se contempla el uso universal y correcto de cubrebocas, etiqueta respiratoria, limpieza y mantenimiento de las instalaciones, seguimiento de contactos con aislamiento y cuarentena. Adicionalmente, se considera la realización de pruebas para identificar individuos positivos al nuevo coronavirus, así como la inoculación del personal educativo.

Ambas entidades coinciden en que la reapertura escolar puede resultar segura mediante determinadas condiciones, las cuales, en gran medida, están ausentes en nuestro sistema educativo. Para muestra, unos cuantos botones:

Durante el ciclo escolar 2019-2020 alrededor de 41 mil 423 escuelas no tuvieron agua potable y 47 mil 566 carecieron de servicio para el lavado de manos, según el Mejoredu; la ratio alumnos/profesor en México ha sido de las más altas de la OCDE, lo cual dificulta la sana distancia; persisten dudas respecto a la suficiencia de una sola dosis de la vacuna Cansino, recibida por los docentes, y al menos siete estados de la República se encuentran en semáforo rojo y muchos otros en naranja.

Se han publicado y difundido interesantes artículos sobre algunas medidas a considerar para un regreso seguro a las aulas. Sin embargo, su realización requiere un compromiso profundo entre los distintos órdenes de gobierno y las comunidades educativas para avanzar en cuestión de presupuesto, logística y cobertura, algo que rebasa, por mucho, los 10 lineamientos de reapertura y la carta de corresponsabilidad de las familias emitidos por la SEP.

El gobierno ha optado por operar un retorno a las escuelas desde arriba, aunque hay otras opciones. Docentes de la CNTE, por ejemplo, han propuesto consultar a las familias respecto a la reapertura, partiendo del supuesto de que cada comunidad escolar puede decidir de forma autónoma –considerando las condiciones de las escuelas y el estado de la transmisión comunitaria– el momento idóneo para el regreso a actividades presenciales.

Esto no significa desvincular a las comunidades educativas de los distintos niveles de gobierno, sino es un intento por crear una sinergia que permita conocer necesidades, asignar recursos y crear corresponsabilidad real ante lo que sucede en las aulas.

Esa es la política que necesitamos.

* Politólogo. Autor del libro La pedagogía del capital

Fuente de la información: https://www.jornada.com.mx

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La lógica competencial como fundamento del currículo neoliberal

Por: Marc Casanovas

Publicamos el prólogo escrito por Marc Casanovas al libro “Educación Anticapitalista” de Luis Bonilla, recientemente publicado por Sylone Editorial y Viento Sur.

“Cuando un niño ve actuar a los volatineros, tocar a los músicos, traer el agua a los muchachos y rodar los carruajes, piensa que todo acontece por el puro placer y alegría de hacerlo; no puede imaginarse que esa gente también come y bebe, se va a la cama y se levanta. Pero nosotros sabemos cuál es la “realidad”. Todo es por la ganancia, que se apodera de todas las actividades como simples medios y las reduce por igual a tiempo abstracto de trabajo. La calidad de las cosas se sale de su esencia para convertirse en el fenómeno contingente de su valor. La “forma equivalente” distorsiona todas las percepciones: aquello donde ya no resplandece la luz de la propia determinación como “placer de hacerlo” […] el desencanto del mundo visual es la reacción del sensorium a la determinación objetiva de aquél como mundo de la mercancía”

Adorno, Theodor, Minima moralia, p. 236.

 

“Todos los análisis y estudios sobre el medio estudiantil realizados hasta el presente han obviado lo esencial. […] El fetichismo de los datos enmascara la categoría esencial y los detalles hacen que se olvide la totalidad. De esta sociedad se dice todo, salvo lo que en realidad es: mercantil y espectacular”

Internacional Situacionista, Sobre la miseria de la vida estudiantil considerada bajo sus aspectos económico, político, psicológico, sexual e intelectual, p.31

Decía Freire que todo momento de alfabetización (en sentido amplio) comienza por un proceso de lectura y reapropiación crítica del propio mundo, de nuestra memoria y de nuestras prácticas en aquél. La “palabra mundo” precede a la palabra escrita. Entonces, el acto de leer en un contexto dialógico entre realidad, texto, sujeto educando y docente no consiste únicamente en descodificar el significado de una palabra o un texto escrito, sino desvelar nuestro propio mundo, nuestra experiencia de éste en un momento histórico determinado para reapropiárnoslo conscientemente; el acto de lectura anticipa un mundo de sentido, lo problematiza y posteriormente se adquiere un conocimiento y una experiencia más profundas y complejas de éste.

Aunque este hecho fundamental y contextual de un acto educativo emancipador ni le interesa, ni es calibrado y esperado por los actuales informes PISA, que evalúan (y performan) sin embargo los planes de estudios y sistemas educativos a nivel internacional y en nuestro país, el hecho es que la lectura se convierte en el contexto educativo apuntado en el primer párrafo, y por definición, en desalienante, utópica y transformadora.

Cuando a principios del siglo XX, en su obra En busca del tiempo perdido, Marcel Proust recupera su mundo personal y colectivo en proceso de desaparición a partir de la palabra-mundo de una magdalena, el escritor francés no hace un ejercicio de simple recordatorio o inventario de éste, sino que intenta restituir la experiencia perdida de un tiempo y sus posibilidades, una actualización de un tiempo que no se había vivido conscientemente deviene consciente ahora, lleno de posibilidades antes no vistas.

Si saltamos otro siglo atrás, en el terreno de las ciencias sociales, y nos adentramos en las páginas de El Capital de Karl Marx desde el punto de vista colectivo de los intereses históricos de una clase social determinada, podríamos decir que en muchos sentidos el autor alemán hace un ejercicio de conocimiento de la misma naturaleza. En Marx la explotación no es sólo un concepto económico, sino que también es cognitivo, y todas las páginas en las que se abordan las condiciones y la miseria de la clase obrera bajo las formas de explotación capitalista son también un intento de búsqueda y restitución crítica. Tales páginas pretenden hacer consciente cómo dicho tiempo perdido bajo las modernas formas de producción se convierte en un tiempo “no vivido”, abstracto e impersonal, al servicio de unos objetivos ajenos a las necesidades y el desarrollo personal e integral de las clases trabajadoras. Cuanto más avanza la técnica y más crecen los beneficios de los capitalistas, más proletarizada deviene la experiencia práctica y concreta de la mayoría de la clase trabajadora (su conocimiento), que ahora incluso aparece despojada de los saberes y contenidos de sus formas de trabajo tradicional (de su mundo), y se ve obligada a actuar de forma condicionada e irreflexiva (como los perros de Pávlov) bajo la ciencia aplicada por unos técnicos a las modernas condiciones de la división social del trabajo. Es, pues, perfectamente plausible aplicar los términos de la pedagogía del oprimido tanto a este contexto laboral como al de los “excluidos” que no “han sabido adaptarse” a la modernización capitalista: “La alfabetización en una zona de miseria sólo cobra sentido en la dimensión humana si con ella se realiza una especie de psicoanálisis histórico-político-social cuyo resultado es la extroyección de la culpa indebida” (Freire, 2012, p. 106).

De esta miseria o proletarización de la experiencia y de la vida, de la renuncia a todo conocimiento sustantivo de la misma, y no de otra cosa, va, como intentaré mostrar, la lógica que ampara los currículos (y las prácticas educativas) que se van introduciendo paulatinamente en nuestros centros. Desde la administración catalana, en alianza con fundaciones entorno a Escola Nova 21 1, y desde el Estado español con fundaciones como Trilema 2, se va desmantelando el modelo de escuela pública (que dicen defender) y que tantas luchas de los de abajo había costado conquistar 3.

Tal y como han demostrado los sociólogos Christian Laval y Pierre Dardot (La nueva razón del mundo, 2015), estamos asistiendo a un inmenso experimento de ingeniería social impulsado por la OCDE, la Unión Europea y sus Estados miembros que tiene sus raíces ideológicas y teóricas más profundas en la escuela de economistas y juristas ordoliberal alemana y la escuela neoliberal austro-americana que se forjaron en la Europa de entreguerras y que arraigaron institucionalmente a partir de la revolución conservadora de los años 80 4.

A lo largo de las últimas décadas, este discurso ha ido encontrando en la transformación de los modelos educativos de los diferentes países su ámbito estratégico privilegiado de aplicación y en las socialdemocracias históricas (convertidas, con sus satélites y Think thanks “progresistas”, al social-liberalismo) sus más entusiastas impulsores en todos los terrenos de la gestión pública. De ahí su quiebra política y moral, de ahí, también, la crisis de legitimidad de las instituciones europeas y de muchos de sus Estados.

Es un error concebir el neoliberalismo como un retorno al liberalismo clásico. Éste se basaba en una concepción naturalista, en la que el Estado debía retirarse de la vida social y económica para dejar emerger de forma espontánea al mercado y su “mano invisible” como reguladores de la vida y de las relaciones sociales, culturales y económicas. El mercado actuaba, pues, del mismo modo que el célebre personaje de Daniel Defoe, Robinson Crusoe, recreando espontáneamente, al naufragar en una pequeña isla desierta, “el orden natural de las cosas” (que coincidía casualmente con el clasismo y el imperialismo de la sociedad británica de su época).

El neoliberalismo, por el contrario, no es “naturalista”. El Estado y las políticas públicas no deben retirarse simplemente de la vida social y económica para permitir que emerja la auténtica “naturaleza capitalista” del hombre, sino que son intervencionistas hasta la médula; deben construir la sociedad de mercado y los tipos sociales que la impregnan. Todo esto representa una revolución en diferentes órdenes de la realidad, cuya concepción podríamos dividir en tres ejes: axiológico, antropológico y epistemológico.

A nivel axiológico: en esta nueva concepción, vemos como se produce una auténtica inversión de los valores o conceptos que habían informado la modernidad desde la Revolución francesa y del sentido de las luchas sobre las cuales se habían construido los Estados sociales. Así, según esta visión, la “soberanía” ya no debería radicar en el pueblo o los ciudadanos como fundamento del derecho público, sino en el “ciudadano-consumidor” y su “libertad de elección”, que se convierte así en la expresión genuina e irrevocable de la “voluntad general” 5. Voluntad que el Estado debe preservar mediante la institucionalización del “derecho privado” como forma de sociedad que regula los vínculos humanos a través de su nuevo fundamento “universal”: la competencia.

Resumiendo, en esta transformación conceptual, la soberanía se convierte en “soberanía del consumidor”, la democracia en “democracia de consumo” y la libertad en “libertad de elección” en un marco de atomización social y competencia de mercado generalizada que hay que construir activamente desde las administraciones públicas.

Todo esto representa un verdadero cambio de paradigma global en las políticas de gestión de los servicios públicos. Una concepción que emula los modelos de gestión de la empresa privada y ya no concibe los servicios públicos como la concreción de unos derechos fundamentales que hay que salvaguardar de la lógica depredadora del mercado, sino que, por el contrario, entiende que la obligación de las administraciones es ir descentralizando y poniendo paulatinamente dichos recursos en manos de la iniciativa privada.

Es así como vemos que la administración se adapta cada vez más al papel de un supervisor y distribuidor de recursos públicos que, a través de incentivos y evaluaciones, debe fomentar la iniciativa privada en la sociedad en general y en los centros educativos en particular. En Catalunya, la ley de contratos público-privados entre sanidad, educación y servicios sociales (la Ley Aragonès, finalmente tumbada por sindicatos y movimentos sociales) es el último intento de impulso de esta lógica depredadora.

Pero, para entender este proceso también al nivel más biopolítico de la privatización endógena del sistema, es necesario comprender primero cómo desde de la propia administración se ha generado el marco de gobernanza y subjetivación ideal para el neoliberalismo. Y ese marco es el que se implementó en 2009 cuando los partidos de la izquierda que gobernaban la Generalitat impulsaron la Llei d’Educació de Catalunya (LEC). Ley pionera de estos procesos a cuya generalización al conjunto del Estado español hemos asistido con la aprobación por el gobierno Rajoy de la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa): direcciones fuertes y gerenciales, contratación a dedo del profesorado, desmantelamiento de facto de la función pública, fusión de los centros privados-concertados y públicos bajo los parámetros de los primeros, incentivos y evaluaciones por resultados, destrucción de la visión integral de la red y competencia entre centros, concepción gerencial de la autonomía de centros…

Es en este contexto en el que la “innovación pedagógica” de fundaciones como Escuela Nueva 21 (patrocinadas por la Caixa y la Fundación Bofill, entre otras entidades) adquiere su carácter “salvífico” y performativo; poniendo a disposición de las escuelas públicas (de forma “desinteresada”) nuevos sellos de prestigio que les permitirán armarse con el “capital simbólico” suficiente para “revalorizarse” en esta nueva selva de competencia neoliberal en la que se ha convertido la misma red de escuelas públicas (y de paso introyectar la agenda empresarial en un ámbito tan estratégico como es el educativo).

En este caso, decíamos, es dentro del propio ámbito de gestión y titularidad pública donde emerge un mercado de matrículas y recursos que se convierte en una guerra de todos contra todos. Obligando a centros educativos, docentes y asociaciones de madres y padres a actuar como agentes privados, dentro de la misma red pública 6, en busca de oportunidades de mercado que permitan la supervivencia de sus respectivos centros y los sitúen en una posición más competitiva que otro centro público del mismo barrio o ciudad que no ha querido o no ha podido “tragar” con toda esta morralla ideológica.

Es por todo ello, y para moverse con éxito en esta nueva “utopía social”, que es necesario que desaparezcan ciudadanos, trabajadores y conflictos de clase y postular como ideal un nuevo y único proceso de subjetivación o un nuevo tipo antropológico: “el hombre-empresa” o, más eufemísticamente, “el emprendedor”. Ya sea un “pequeño emprendedor” buscándose la vida en una Favela de Sau Paulo, un rider rodando por las calles de Barcelona, un docente invirtiendo tiempo y salud para perfilarse en cursos absurdos de nuevos gurús educativos, el padre de un alumno invirtiendo en su futuro, un gerente de una gran multinacional o el “liderazgo pedagógico” de los nuevos cuerpos de dirección de los centros públicos en busca de recursos humanos y materiales en un contexto de desinversión estructural… En definitiva, todos somos “emprendedores” (o nos obligan a serlo).

Al mismo tiempo, todo este cambio axiológico y antropológico va ligado, como apuntábamos antes, a una nueva epistemología o praxeología sobre el mundo que nos rodea; en el que no importa el “qué” o el “por qué” del conocimiento; sino el “cómo” el individuo puede adquirir habilidades para conseguir informaciones y conocimientos prácticos. Habilidades y conocimientos para ser utilizados de forma provechosa para tener más ventajas que los demás en este marco de competencia generalizada que hay que preservar e impulsar en tanto que expresión más alta de la democracia y la libertad y realización “integral” del individuo. Así pues, todos somos “emprendedores” y, en caso contrario, tenemos que aprender a serlo en una escuela que debe reproducir lo más fielmente posible las condiciones de socialización que se dan bajo la “buena nueva” de la sociedad neoliberal: “El emprendedor no es un capitalista, no es un productor […] es un ser dotado de espíritu comercial, en busca de cualquier oportunidad de provecho que se le presente y de la que pueda sacar partido gracias a informaciones que posee y que los demás no tienen. Se define únicamente por su intervención específica en la circulación de mercancías” (Laval, Ch. Dardot, P. 2015. p. 146).

Y es aquí, en este tercer aspecto, el de la teoría del conocimiento, donde debemos poner el foco en las nuevas formas de configuración curricular y de los planes de estudio que dan cuerpo a toda una nueva epistemología centrada en los principios axiológicos y antropológicos descritos. No se puede comprender un texto si no se comprende su razón de ser, o como decía Freire, la lectura del mundo precede a la lectura de la palabra. Y el mundo descrito más arriba es la razón y la lógica que sustancia la nueva organización curricular del Departament d’Educació. Veamos cómo se articula todo esto en sus propias palabras: “La educación debe preparar a los alumnos para dar respuestas innovadoras en una sociedad cambiante y en constante evolución. […] Los niños deben aprender a pensar y actuar de manera integrada, considerando las interconexiones e interrelaciones entre los aprendizajes. Se debe promover, de manera transversal, la adquisición de hábitos y valores para resolver problemas y situaciones desde cualquiera de las áreas curriculares, se debe fomentar la iniciativa, la creatividad, el espíritu crítico y el gusto por aprender, y se debe desarrollar la capacidad del esfuerzo y la cultura del trabajo. […] La evaluación es auténtica cuando se basa en la capacidad del alumno para resolver problemas reales en contextos diversos. Transversal: porque se evalúan por primera vez las competencias: digital, aprender a aprender, autonomía, iniciativa personal y emprendimiento. […] Una Competencia básica es la capacidad de una persona de resolver problemas reales en contextos diversos integrando conocimientos, habilidades prácticas y actitudes, que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz y satisfactoria” 7.

Empecemos por una obviedad: un currículo educativo no comprende exclusivamente un plan de estudios o de contenidos de una determinada etapa educativa, materia o ámbito, sino que comprende los objetivos, los valores y las actitudes que debe movilizar, las metodologías o procedimientos y las formas de evaluación de éstos. El qué, el cómo y el para qué son tres elementos de un mismo proceso.

En este texto no tenemos tiempo ni espacio para entrar a describir los diferentes cambios y modificaciones curriculares que hemos vivido en los últimos tiempos, desde la asignatura de emprendimiento, educación financiera, la forma en que se han introducido las nuevas tecnologías o la “inteligencia emocional” … pero sí podemos poner sobre la mesa su lógica: adaptar todo el sistema educativo a las necesidades del mundo de la empresa y un mercado de trabajo dualizado. En él la franja baja de la población (y, por consiguiente, el grueso de las clases populares) tan solo “necesita” unas habilidades básicas para moverse en un contexto laboral precarizado y en constante cambio. Por consiguiente, los educandos “emprendedores”, una vez fuera del sistema público, deberán actualizarse en “la formación a lo largo de la vida”, que quedará ahora en manos de los nuevos nichos de mercado del sector privado y los contenidos formativos que se impartirán quedarán sujetos a las visiones “humanísticas” de las grandes empresas. No obstante, los conocimientos sustantivos y las visiones integrales del mundo y de la ciencia quedan reservados para aquellos sectores sociales que se lo puedan permitir. El resto (la inmensa mayoría) ya encontraremos los conocimientos, que “quedan obsoletos rápidamente”, en Internet (otra mistificación de la nueva lógica curricular, confundir información con conocimiento) o en cursos de formación continua que son exclusivamente funcionales a las necesidades del mercado de trabajo o la empresa de turno y que nos tendremos que pagar de nuestro propio bolsillo, una vez adquiridas las competencias básicas.

Decíamos que, en este sentido, los escritos del Departament d’Educació, aunque envueltos en una pátina humanística, son bastante transparentes. Volviendo al texto citado más arriba, se destaca todo el arsenal conceptual propio de este giro cognitivo: adaptación constante, innovación constante, adquisición de hábitos y valores para resolver problemas, acción eficaz, iniciativa y emprendimiento…

Todos estos inputs curriculares sitúan la educación en el nuevo marco cognitivo y epistemológico que señalábamos, en el que se establece una relación con el conocimiento, los valores sociales y personales puramente instrumental y, en última instancia, funcional al mercado de trabajo y sus nuevas formas de organización.

Si nos aproximamos a las teorías del conocimiento de algunos de sus impulsores históricos como Frederick Hayek o Ludvig von Mises, las semejanzas son más que evidentes: “Todos somos emprendedores, o más bien aprendemos a serlo, nos formamos mediante el funcionamiento del mercado en la disciplina de gobernarnos como empresas, el mercado es un proceso de aprendizaje continuo y de adaptación permanente. […] la libertad es la posibilidad de experimentar las propias facultades, de aprender, de corregirse para adaptarse. El mercado es un proceso de formación de sí. Tal sociedad se caracteriza por su ‘adaptabilidad’ y su norma de funcionamiento, el cambio perpetuo: el emprendedor va en busca del cambio, sabe actuar sobre él y explotarlo como una oportunidad. El nuevo ‘management’ de emprendedores, pretende extender y sistematizar el espíritu de empresa en todos los dominios de la acción colectiva, muy particularmente en el Servicio Público, haciendo de la innovación el principio universal de organización” (Laval y Dardot, 2015).

En esta “nueva razón del mundo” se pasa pues directamente del clásico “adiestramiento de los cuerpos” en el seno de la cadena de montaje a la “gestión de los espíritus”. En una especie de inversión dialéctica por parte de los dispositivos de poder político y empresarial, todas aquellas instancias que debían servir para construir la propia vida y personalidad con los demás y en sociedad son movilizadas como “competencias” en el ámbito de una racionalidad restringida y oportunista, cuyo único objetivo es la valorización del yo, por lo que la construcción de la propia vida se convierte en la construcción del hombre empresa (Casanovas, M. 2019).

Es decir, todas aquellas prácticas e instancias de la vida que nos definen y constituyen —creatividad, emociones, relaciones personales, conocimientos (aprender a ser, autonomía e iniciativa personal, inteligencia emocional, trabajo en equipo, convivir con los demás…)— deben ser vistas y vividas como oportunidades de revalorización de ese yo en constante competencia consigo mismo y con los demás. Oportunidades de revalorización en una nueva racionalidad que instituye, según estas pautas, la fragmentación en cápsulas práctico-instrumentales de los currículos escolares, de las formas de gobernabilidad autónoma y descentralizada de las empresas, de las administraciones públicas y de la vida social en general bajo el neoliberalismo contemporáneo.

“Una Competencia básica es la Capacidad de una persona de resolver problemas reales en contextos diversos integrando conocimientos, habilidades prácticas y actitudes, que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz y satisfactoria”

Departament d’Educació

Finalmente, vemos que la palanca performativa del giro respecto al conocimiento que están operando los actuales sistemas educativos en Catalunya, el resto del Estado y a nivel global para convertirse en una extensión natural de las necesidades del mercado es el famoso “enfoque por competencias”.

Este sistema de organizar y atomizar el currículo surge simultáneamente del mundo empresarial, para definir las necesidades de recursos humanos, y de la escuela pedagógica inspirada en el conductismo y el cognitivismo anglosajón. Sin embargo, muchas entidades, revistas especializadas o fundaciones del ámbito educativo, confunden (o juegan a la confusión) entre este enfoque y otros enfoques y autores que se enmarcan en la tradición de las pedagogías críticas, como puede ser el enfoque de la pedagogía constructivista.

Tal como explica Nico Hirtt 8, se trata de una auténtica mistificación, que ayuda, a través de las fundaciones citadas, los “think thanks” y desde el propio Departament, a construir los consensos necesarios para hacer más digerible a los docentes, y a la sociedad en general, este ataque constante a los pilares cognitivos de la educación pública.

En una primera aproximación, puramente epidérmica, veríamos que ambas escuelas pedagógicas hablan de trabajos por proyectos, de trabajar en red, de construir colectivamente el conocimiento, de acompañar al alumnado o personalizar, adaptar o contextualizar el currículo… Pero, a la que nos aproximamos un poco a los principios que las sustentan, vemos claramente que el sentido de estas prácticas es, en cada caso, totalmente diferente y antagónico.

Como señala Hirtt, mientras que, en el caso de la pedagogía constructivista, la resolución de una tarea o un problema es un camino a través del cual se van construyendo conocimientos más complejos y se desvelan ideas preconcebidas y errores fértiles y productivos; en el enfoque por competencias se actúa exactamente, al contrario, y resolver eficazmente la tarea deviene el objetivo final y el criterio de éxito del acto educativo.

En este contexto, el conocimiento interviene de forma accesoria como puro instrumento que no está dotado de importancia en sí mismo. No importa si no se entiende su naturaleza, lo importante es determinar si hemos sabido movilizarlo y utilizarlo para resolver la tarea o problema en cuestión. Esta metodología, propia del adiestramiento conductista, renuncia a enseñar la complejidad del mundo y a problematizarlo. Éste se acepta tal cual es y se buscan las estrategias de adaptación más efectivas. Como en el “hombre-empresa” que describíamos más arriba, el conocimiento y los sentimientos se enmarcan en una racionalidad restringida y adaptativa en la que sólo prima la eficacia y la productividad…

Decíamos que no son pocas las fundaciones y los gurús educativos que reivindican estas nuevas prácticas y formas curriculares como formas innovadoras de superación de la vieja escuela fordista con el fin de adaptarla a las necesidades de la sociedad del siglo XXI —aunque a estas alturas ya ha quedado claro que esto significa adaptarla a las necesidades de los causantes de la actual crisis económica, social y ecológica para que puedan seguir explotando recursos humanos y naturales sin que nadie les moleste demasiado—. Lo que más sorprende de esta supuesta superación de la escuela fordista es cómo nos está retrotrayendo a un neo-taylorismo rampante, tanto para alumnos como para docentes, sin que ello parezca que moleste demasiado a estos renovadores y visionarios de la escuela del siglo XXI, al contrario.

Tal como señala la socióloga del trabajo Danièle Linhart, el principio del taylorismo histórico de inicios del siglo XX se basaba en la idea de que todo “saber es poder”, de ahí que Taylor, en nombre de la “ciencia y el progreso”, transfiere sistemáticamente todo el saber de los talleres (de aquellos que lo poseen y lo ponen en práctica y perfeccionan) hacia las oficinas. El Objetivo de esta organización tayloriana era romper con los saberes, conocimientos y experiencias de los obreros para someterlos a formas operativas y plazos establecidos, decididos fuera de ellos y según los objetivos de la rentabilidad 9.

Dentro del marco de la gobernanza neoliberal actual esta lógica se traslada de forma actualizada a los centros educativos públicos. Con el retorno de las estructuras jerárquicas y el cuerpo segregado de direcciones (“liderazgo pedagógico”); con evaluaciones externas para hacer rankings y competencia entre centros; con el cambio permanente de técnicas y métodos evaluativos y procedimentales que van de arriba abajo (o directamente del mercado a la escuela), se quiere garantizar la docilidad y subordinación permanente de unos docentes abrumados burocráticamente 10 y la aceptación de las soluciones técnicas prefabricadas, estandarizadas e “innovadoras” que ahora salen de las fundaciones sin ánimo de lucro o del mundo de la empresa directamente, como el portafolios competencial … toda una serie de prácticas de manual del mundo del management empresarial que se aplican a alumnos y docentes y que impiden que estos y la comunidad educativa puedan ser sujetos de los procesos educativos, que puedan nombrar el mundo y sus necesidades desde su realidad para transformarlo.

A diferencia de la renovación pedagógica y curricular, con todos sus defectos y limitaciones, que da paso al modelo de escuela pública catalana tras el franquismo, y que se enmarca en un contexto de una ruptura constituyente (en el ámbito educativo) con el régimen anterior 11, donde los sectores populares (asociaciones de vecinos, ampas, docentes, sindicatos …) levantan una nueva institucionalidad democrática en el seno de la escuela pública (claustros de profesores y consejos escolares vinculantes) que termina con los antiguos cuerpos segregados de dirección, e incorporan la libertad de cátedra, formas de educación popular y democrática, formas de trabajo y elaboración horizontales y vinculantes, en el seno de las estructuras de la educación pública gracias a las cuales se elaboran los saberes y las prácticas de la renovación pedagógica. A diferencia de este modelo, decíamos, la actual gobernanza de la mano de la llamada Innovación pedagógica nos sitúa en un escenario de proletarización tanto de docentes como de alumnos. Ahí está, negro sobre blanco, el sentido último de la lógica de la aproximación por competencias:

“Se asiste en línea recta de los principios tayloristas a una desestabilización de los saberes en beneficio de las “competencias”, la capacidad de adaptación es un elemento primordial. Todos los discursos gerenciales insisten en la importancia crucial del saber estar, de la capacidad de adaptación, de las aptitudes, lo que se da en llamar “competencia”. Para insertarse rápidamente en un medio que cambia sin cesar, los diplomas, las calificaciones y los oficios ya no ofrecen garantía alguna de la adaptabilidad requerida en esta óptica; tanto el oficio como la experiencia son vistos como frenos a la adaptación, puntos de apoyo posibles para las aptitudes consideradas rígidas, fijadas y contrarias a la necesidad de fluidez y renovación. Los asalariados ya no tienen que contar con este tipo de recursos, deben aceptar la renuncia a los mismos y poner sin parar los contadores a cero” (Linhart, D. 2017)

En resumen, las formas de conductismo contemporáneo ya no son tan rudimentarias como el sistema de campanillas y perros de Pávlov, quizás ahora utilizan el coaching, la inteligencia emocional, la gamificación y los aplicativos de móvil… pero su espíritu de adiestramiento y de adaptación al mundo tal cual es permanece intacto.

Es comprensible que muchos de los que aceptan acríticamente todos estos cambios piensen legítimamente que, al fin y al cabo, esto al menos ayudará a que los educandos encuentren un trabajo y se adapten sin traumas al mundo que les ha tocado vivir de la mejor manera posible. El problema es que, al final, el proceso de adaptación a este mundo desigual acaba yendo en contra de los intereses y las necesidades más elementales de los propios educandos. Tal como señalaba Freire, “la pedagogía que, partiendo de los intereses de los opresores, hace del oprimido objeto de su humanitarismo, mantiene y encarna la propia opresión. Es el instrumento de la deshumanización” (Freire, P., 1997).

Si hacemos un repaso a las formas de educación y formación y a los contenidos que han conformado la historia de los de abajo en la lucha por su emancipación, estos no se han centrado exclusivamente en la emancipación a través del trabajo, como podría parecer leyendo de forma descontextualizada a autores como Makarenko o viendo la fascinación tecnocrática que suscita este tema en cierta progresía global, sino que también una auténtica pasión por lo “inútil” atraviesa históricamente todas las experiencias y los sueños de los de abajo en su lucha por la igualdad y la democracia —y, de hecho, tienen su fundamento antropológico en dicha “inutilidad”, que transformaría la misma naturaleza del propio trabajo y de la praxis social en una sociedad ecosocialista—.

Desde La noche de los proletarios de 1830 en Francia, que describe el filósofo Jacques Rancière, cuando los trabajadores pasan las noches en vela (para conseguir arrancarle tiempo al trabajo) haciendo poemas y pintando para humanizarse en actividades no subordinadas a la pura utilidad… a los obreros alemanes de los años 30 (ahora del siglo XX) de la novela de Peter Weiss La estética de la resistencia, que pasan las pocas horas que tienen libres en el museo intentando aprehender la pintura moderna y la escultura clásica… sin olvidar los ateneos barceloneses del siglo pasado donde los obreros leen con fruición todo tipo de literatura, organizan conferencias de pintura y hacen teatro y organizan salidas naturistas al mar y a la montaña… Esta pasión por lo “inútil” es también, como atestigua la mirada de los niños de la cita de Adorno que abre este prólogo, un componente básico de toda educación emancipadora, de toda liberación humana.

De hecho, con su compromiso por lo “inútil”, estos trabajadores rompen con la división social de la experiencia y alcanzan espacios y tiempos no sujetos a la lógica del trabajo asalariado y al mercado, esta conquista de espacios y tiempos no sujetos a la pura utilidad es la conquista que la aproximación por competencias no puede soportar. De ahí su desprecio por el conocimiento y por todo lo “inútil”.

Desde un punto de vista emancipador y transformador, los cambios curriculares y la renovación pedagógica en general siempre han emanado del mismo lugar: los sectores oprimidos en lucha. Ayer la clase obrera y sus instituciones crearon nuevas formas de nombrar y sentir el mundo al margen de la división social del trabajo y el conocimiento. Y muchas de estas formas se instituyeron en el seno de la escuela pública (un campo de batalla constante donde cristaliza la correlación de fuerzas entre los de abajo y los de arriba).

Hoy, como ayer, la renovación pedagógica y los nuevos contenidos curriculares en un sentido emancipador no vendrán ni de las administraciones (que de facto ya han externalizado su política educativa) ni de las fundaciones de bancos y cajas de ahorros, ni de Telefónica ni de Escola Nova 21.

Hoy como ayer, en un mundo injusto y desigual, los contenidos curriculares innovadores vendrán de las nuevas formas de conocimiento y de las aportaciones de los sujetos en lucha que lo quieran cambiar: docentes, científicos, alumnos y comunidad educativa que luchan por recuperar la democracia en los centros de primaria y en las universidades, para poner la ciencia y los conocimientos al servicio de las personas; del movimiento feminista y del movimiento contra el cambio climático; de quienes luchan contra el racismo o contra las privatizaciones y por los derechos sociales… de ahí saldrán las nuevas necesidades curriculares, las herramientas analíticas y los nuevos marcos institucionales y democráticos desde los que transformar la escuela, no para que ésta “se adapte a la sociedad del siglo XXI”, no para reproducir y ordenar lo que ya existe, no para adaptar currículos y procedimientos a las expectativas sociales que se tienen de determinados sectores sociales… sino para levantar una escuela que detenga, aunque sea por un pequeño lapso de nuestras vidas, la maquinaria infernal de la reproducción social y así podamos relacionarnos serenamente, en un clima de igualdad, con la pluralidad de saberes y experiencias de nuestro pasado y de nuestro presente. Para, de este modo, construir entre todas la posibilidad de un futuro en común que conjure la actual crisis civilizatoria y ecológica. Tal como apunta Luís Bonilla: “El cambio radical no se produce como un deseo desde la externalidad, sino que es inmanente a quien está en la ruta de cambiar, es decir, parte del sujeto social de cambio. En consecuencia, la educación no produce la transformación, sino que contribuye a crear las condiciones de posibilidad del cambio radical”.

1 Escola Nova 21: EduCaixa, junto al Centre UNESCO de Catalunya, la Fundació Jaume Bofill y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), impulsa el proyecto Escola Nova 21, una alianza de entidades y escuelas con el objetivo de propiciar acciones de cambio educativo en Catalunya. Para ver cómo este proyecto introduce la agenda neoliberal en la escuela véase: Morales-López, E. (2019), “Análisis discursivo e interpretación ideológica de los textos promocionales de la reforma educativa ‘Escola Nova 21’”. Universidad de la Coruña.

2 La Fundación Trilema ha comenzado recientemente a dirigir la revista Cuadernos de Pedagogía, referente histórico de la renovación educativa con más de 40 años de experiencia. La presidenta y fundadora de esta Fundación es Carmen Pellicer, teóloga y pedagoga que cuenta con el apoyo de José Antonio Marina. Trilema no se dedica sólo a comprar centros educativos, sino que (con sus amigos de la iglesia católica) está detrás de muchas de las editoriales que fabrican los libros de texto que se compran en los centros educativos. Ambos personajes son ideólogos de la LOMCE (la ley educativa más neoliberal y conservadora desde la restauración de la democracia) y han elaborado el “libro blanco del profesorado” para crear perfiles afines entre los docentes y satisfacer al mundo empresarial. Fuente: Pep Barceló, Seminari Itaca d’Educació Crítica. https://seminariiec.blogspot.com/

3 Casanovas, M. Caño, D. (2018) “El 155, la escuela pública catalana y ellos que la quisieron tanto”, Viento Sur n.º 157.

4 Véase a este respecto el extraordinario libro de Michel Ash y Francisco Louçã, Sombras. El desorden financiero en la era de la globalización, Ed. Sylone, Barcelona, 2019.

5 No es extraño, pues, que Milton Friedman viera el régimen de Pinochet en Chile como el “reino de la libertad en la tierra”, pues, más allá de la forma “contingente” de dictadura fascista que lo encarnaba, garantizaba la libertad absoluta del “soberano consumidor” una vez privatizados todos los derechos básicos.

6 Un estudio reciente de la FAPAC demuestra cómo Los padres y madres de alumnos pagan anualmente 4,3 millones de euros en donaciones a las escuelas e institutos públicos en Catalunya, unos 4.000 euros de media por cada AMPA. Este montante equivale al 17% de la partida de Educación para el funcionamiento de los centros. https://fapac.cat/la-fapac-presenta-un-estudi-pioner-sobre-la-contribucio-economica-de-les-families-al-sistema-educatiu-public/

7  http://xtec.gencat.cat/ca/curriculum/ (Traducido del catalán).

8 Hirtt, Nico (2009), “L’approche par compétences: une mystification pédagogique”, en L’école démocratique, n.° 39.

9 Linhart, D. (2017) “Rupturas y continuidades entre gestión moderna y lógica tayloriana”, Web Viento Sur [https://vientosur.info/spip.php?article13159].

10 Para una descripción más detallada de cómo se implementa esta carga burocrática actualmente en los centros educativos de Catalunya ver: Díez, X. “El arte de la guerra: la burocracia en la escuela” [https://blocs.mesvilaweb.cat/xavierdiez/?p=270741]

11 Ver: Casanovas, M. Caño, D. (2018) El 155, la escuela pública catalana y ellos que la quisieron tanto. Madrid: Revista Viento Sur nº 157

Bibliografía:

Adorno, Theodor, Minima moralia, Ed. Akal, Madrid, 2006.

Casanovas, Marc y Caño, David (2018), “El 155, la escuela pública catalana y ellos que la quisieron tanto”, en Viento Sur n.º 157.

Casanovas, Marc (2019), “Los trabajos y los días: cultura antagonista y capitalismo omnímodo”, en Viento Sur n.º 165.

Freire, Paulo, Pedagogía del oprimido, Ed. Siglo XXI, Madrid, 1997.

Freire, Paulo, Pedagogía de la indignación: cartas pedagógicas en un mundo revuelto, Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 2012.

Freire, P. la importancia de leer y el proceso de liberación, Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 1984

Hirtt, Nico, (2009) “L’approche par compétences: une mystification pédagogique”, en L’école démocratique, n° 39.

Laval, Christian y Dardot, Pierre, La nueva razón del mundo, Ed. Gedissa, Barcelona, 2015.

Internacional Situacionista, De la miseria en el medio estudiantil, Ed. Viejo Topo, España, 2008.

Linhart, D. (2017) “Rupturas y continuidades entre gestión moderna y lógica tayloriana”, en web de Viento Sur: [https://vientosur.info/spip.php?article13159]

Morales-López, E. (2019) “Análisis discursivo e interpretación ideológica de los textos promocionales de la reforma educativa ‘Escola Nova 21’”. Universidad de la Coruña [https://www.researchgate.net/publication/333485736_Analisis_discursivo_e_interpretacion_ideologica_de_los_textos_promocionales_de_la_reforma_educativa_Escola_Nova_21].

Rancière, Jacques, La noche de los proletarios, Tinta de Limón Ediciones, Madrid, 2017.

Weiss, Peter, La estética de la resistencia, Ed. Hiru, Hondarribia, 2013.

Fuente de la información  e imagen: https://www.elsaltodiario.com

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