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Redes horizontales de docentes: MRP 3.0

Por: Saray Marqués

Algunas sobreviven desde hace más de una década, ofreciendo a los docentes lo que en estudios como TALIS y PISA algunos echan en falta: Más conocimiento de lo que otros colegas hacen en sus clases, ‘feedback’ entre iguales, formación y colaboración a pie de aula. Son las redes horizontales de docentes.

A veces es PISA; otras, TALIS. Nos hablan de un docente español al que le cuesta abrirse, que le observen los colegas, recibir críticas para su mejora pedagógica. El ambiente es bueno, pero lo de trabajar en equipo es otra historia. El 87% no ha pisado el aula de un compañero, frente al 45% de media de la OCDE. Sin embargo, el “mi aula, mi reino” va cediendo frente al concepto de claustro virtual, cortesía de las redes horizontales de docentes.

A ellas se llega por la competencia o la madurez digital en tiempos del long life learning y del personal learning environment (“Dime con quién te conectas y te diré cómo aprendes”). Las primeras datan de hace poco más de una década, pero la lista es inabarcable: Novadors, EABE, Aulablog, Espiral, YoconEuterpe… por lo que esta pretende ser solo una aproximación al fenómeno de la mano de algunas de las personas que estaban ahí viéndolo nacer.

La red como refugio

Mediada la década de 2000, recuerda la profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia, Linda Castañeda: “En lo educativo, Twitter, Facebook, y otras específicas, que entonces eran el desierto, empiezan a moverse muchísimo… Las redes de profesores aparecen de forma muy explosiva. Y no es solo formación lo que buscan, o la que buscan va más allá de un curso: tiene que ver con estar juntos, con reconocerse, con trabajar desde el aula, con tener un sitio, con no estar solo”.

Entonces, continúa la experta, con una penetración de la tecnología en las aulas muy desigual, muchos de aquellos profesores se sentían el friki del centro, mientras que en la red daban con gente con la que se identificaban. Surgen las primeras redes y se organizan las primeras quedadas, que en algún caso cuentan con apoyo oficial, pero que se caracterizan sobre todo por su horizontalidad: son de y para docentes.

“La preocupación entonces era eminentemente metodológica, muy tecnológica, pero luego esto va cambiando”, señala Castañeda. Los encuentros lograban afluencias multitudinarias, de 400, 500 personas de las 17 CCAA. Se abrían las inscripciones y a la hora estaba todo lleno.

Hoy, aquel movimiento ha logrado perdurar, “con más visión crítica, sin tanta obnubilación por las posibilidades didácticas de la tecnología”. En Novadors, donde Castañeda participa, desde hace unos años cuentan con una conferencia plenaria no ya sobre innovación educativa sino sobre política educativa.

También cambian las circunstancias de sus miembros: “Muchos de esos llaneros solitarios han mutado en directores, jefes de estudios… Han decidido no esperar a que se mueva, sino moverlo ellos. Y tenemos personas que entraron tímidamente, con un blog pequeñito, y hoy son ponentes, divulgadores, formadores”.

¿La pertenencia a estas redes puede hacer sobredimensionar el fenómeno? “Seguimos siendo pocos porque no somos todos, pero cada vez somos más, y ya no nos preguntamos tanto cómo usar la pizarra digital sino qué tipo de aprendices estamos generando; el compromiso social y político se abren paso”, sentencia Castañeda, que ve estas redes como un movimiento de rebeldía y acompañamiento que reacciona frente al inmovilismo. Un arma de doble filo: “Lo apuntaba Francisco López Blanco, director del Grupo de Software Educativo en la Consejería de Educación de Extremadura, en el reciente congreso Transformación Digital Educativa: “Los innovadores ahora mismo son muy baratos para las instituciones, porque sacan tiempo de su tiempo personal, con un coste cero para el sistema, que luego los luce como profesores excepcionales, pero que en realidad está haciendo dejación de funciones en favor del papel cada vez más protagonista de fundaciones o empresas privadas que no deben sustituir al Estado”.

¿Los nuevos MRP?

Para Iñaki Murua no es tan peregrina la comparación de estas cibercomunidades de aprendizaje, como él prefiere llamarlas, con los Movimientos de Renovación Pedagógica (MRP). Con el toque, claro, de la tecnología, cada vez más sencilla y transparente, que permite romper los límites del espacio y del tiempo para dar con personas con tus mismas inquietudes: “Las cibercomunidades parten de intereses comunes, no nacen por obligación, –en procesos formativos formales también pueden surgir, pero pocas siguen vivas cuando el curso termina– igual que los MRP. Estás ahí porque quieres, no porque nadie te mande… Sí, las veo un tipo de agregado similar”.

¿Por qué un docente acaba en una de estas redes? Porque necesita sentirse parte de una comunidad. Pero cuidado con la apertura solamente a la externa: “Que tu claustro virtual no te lleve a olvidar que formas parte de un claustro real”, alerta Murua, que recuerda la metáfora de Dan Lortie de los centros educativos como cajas de huevos en que todos están en su sitio pero sin tocar al de al lado.

Fotografía: @itziarlopez_ / Aulablog

Que un docente recale en ellas viene dado, además, por otros factores que Murua enumera, como el grado de cultura de colaboración, un contexto facilitador –no suelen ayudar las jornadas inabarcables y las dificultades para conciliar vida laboral y familiar y cierta capacidad: “Que el ordenador no te dé calambre”–. Pero, aun con eso, en su investigación descubrió que persisten las resistencias: “Muchas personas siguen prefiriendo tomarse un café con alguien que compartir sus debilidades con otra persona que quizá trabaja en un centro público como el suyo, en una población y contexto similar, pero a quien no conocen. Cuesta todavía expresar el “no sé cómo se hace”. En otros casos, no se tiene conciencia de que lo que se hace merece la pena, como aquella maestra que dudaba sobre si contarle a un doctorando que se había puesto en contacto con ella cómo usaba WhatsApp con los alumnos. “A veces, el profesor no tiene ni tiempo ni ganas de compartir, porque cree que lo que hace es muy ‘normalito’”, prosigue el experto.

Los rasgos diferenciadores

Otro experto, en este caso en un MRP, Julio Rogero, ve más de un rasgo diferenciador con estas redes: “Nacen de la inquietud horizontal de muchos profesores, pero en su continuidad suelen buscar el reconocimiento, lógico y legítimo, de la Administración, y suelen ser redes referidas no a todo un proceso transformador del sistema educativo, sino a aspectos parciales, con gran dominio de lo tecnológico, o centrarse en metodologías llamadas nuevas aunque la mayoría no lo sean”. Por el contrario, “los MRP buscan la transformación global, hacia un sistema educativo emancipador y liberador, y creen que se puede y debe hacer desde el ámbito de lo público, que donde mejor se plasma es en el espacio de la escuela de titularidad pública, por lo que aspiran a la construcción de una escuela pública con un modelo y paradigma alternativo a los dominantes en este momento”.

Aparte, señala Rogero cómo es frecuente que en esas redes, nacidas de forma horizontal, intervengan cada vez más las grandes corporaciones. “Hay algunas que en otro tiempo defendían lo público y se han desvirtuado, y también pueden surgir nuevas porque lo impone la patronal para estar a la altura del mercado, que hoy exigen esas metodologías, no realmente porque el profesional sienta esa inquietud… Aunque también puede haber profesionales en la pública a los que estas redes les están ayudando a salir de la frustración que produce la rutina diaria, la imposición del currículo y formas de hacer muy controladas desde la inspección”, concede.

Si para Rogero una diferencia entre los MRP y las redes horizontales de docentes es la convicción en la defensa de la escuela pública, Charo Fernández, que fuera presidenta de Aulablog, menciona como una de sus proezas en estos 13 años “la capacidad de unir a gente de todo tipo, con mesas redondas en que una monja intervenía al lado de alguien de la marea verde, y todo el mundo hablaba de lo mismo, de mejorar el día a día del alumno; ahí nos encontramos todos”.

Otra de las proezas, para ella, es que siga llegando gente nueva. O que los ponentes acudan a los encuentros sin cobrar. Su germen fue una cita en Roa de Duero, del que surgió la Declaración de Roa para la incorporación de las TIC en el aula. “Nos conocíamos de los comentarios en los blogs. Éramos un grupito de profesores que veía que ahí había potencial, la mayoría ni teníamos internet en las aulas. Quisimos ponernos cara y Luis Barriocanal sugirió Roa”, comienza Fernández.

Aquello tuvo mucho más recorrido del que pensaban, y así han llegado hasta hoy, con unas características entre las que Fernández cita la “una organización muy desorganizada”: “Decimos que somos líquidos. Los nuevos lo ven todo tan desestructurado que al principio creen imposible que las cosas salgan”.

César Poyatos (Aulablog) asegura que si está ahí es “por crecimiento profesional y personal”, “por contar con un espacio de confianza y aprendizaje, donde compartir, construir de manera conjunta”, y porque los que empezaron siendo compañeros unidos por la innovación educativa han terminado siendo amigos.

Para él, la horizontalidad es lo que mejor define Aulablog, mayoritariamente conformada por docentes, pero abierta a personas de otros campos. “Funcionamos por nodos a escala local y nos reunimos una vez al mes para compartir recursos: puede ser un compañero o compañera que prepara una acción formativa, otro que quiere llevar a cabo en su aula un proyecto con móviles y no sabe cómo empezar, y nos explica sus objetivos, y le aportamos feedback. O puede que ya lo esté haciendo y quiera mejorar el año que viene”, explica Poyatos.

Aparte de estas sesiones, también hay eventos por todo el territorio (de gamificacióncoachingvisual thinkingescape room educativo…), y el encuentro anual. “Todos los que estamos queremos compartir y formarnos, la prueba está en que alguna institución nos ha ofrecido certificar esa formación y preferimos que no, que la gente que venga no lo haga por el sexenio, los créditos, el certificado”, proclama Poyatos, que insiste en la autogestión y autorregulación como clave de Aulablog.

Fotografía: Novadors

Todo cambia

Desde EABE, Lola Urbano habla de cambios: “EABE, Novadors, Aulablog, Espiral… movimientos en distintas zonas de España que han evolucionado de manera diferente y que tienen en común que todos ya no son como al principio”.

“Hoy gana la mercantilización de la educación incluso cuando no nos damos cuenta. Desde mi punto de vista de escuela pública resulta agotador participar en ese juego y, al mismo tiempo, no tener autonomía para poder jugar en igualdad de condiciones con las escuelas privadas, concertadas o no”, apunta.

En su día, “estos movimientos nacieron para dar cabida a un montón de gente que necesitábamos un sitio seguro donde dar rienda suelta a nuestras capacidades y posibilidades de cambio, y también al deseo de tener una educación de calidad real. Un sitio donde aprender a gestionar todo eso sin la presión de la Administración ni de los colegas”. Hoy, “los frikis de entonces hemos mutado en equipos directivos más sumisos de lo que quisiéramos y en equipos directivos que cambian cosas que pareciera que no se podían cambiar… Sí se puede, aunque no luzca mucho ni lo sepa nunca nadie”.

Por su parte, Toni Solano, otro friki entonces hoy director, recuerda el panorama de las tecnologías educativas –“bastante desolador”– de hace poco más de una década –“recursos digitales escasos, pocas experiencias de éxito, docentes aislados que tenían que autoformarse, nulo reconocimiento de las administraciones”– y cómo “encontrar a colegas en las redes que compartían recursos, experiencias, hallazgos y dudas resultó fundamental para muchos docentes que eran minoría en sus claustros”.

No ve tan alejados Solano los mundos de esas redes y de los MRP, dado que “muchos de los profes que conozco están en uno y otro”, y percibe como elemento aglutinante en los orígenes la blogosfera educativa: “Fueron movimientos que surgieron de la interacción entre docentes, no de los intereses de empresas o instituciones. Casi todos sus miembros fundacionales tenían o tienen un blog en el que compartir sus reflexiones, y los premios Espiral Edublogs jugaron un importante papel como catalizador”.

Algunos de esos blogs dejaron de actualizarse hace tiempo, pero muchos de esos “ilusionados de hace 10 años” siguen estando convencidos de que “la aparición de internet y los avances en conectividad y portabilidad van a marcar un antes y un después en los procesos de enseñanza-aprendizaje”: “No nos resignamos a señalar exclusivamente como culpables del fracaso a elementos externos a la escuela, y por ello hemos asumido nuevas responsabilidades, intentando que ese cambio social y tecnológico vaya acompañado de un cambio metodológico”.

Al retrotraerse, Solano repara en la generosidad de los primeros tiempos: “Todos compartíamos recursos en abierto y de manera altruista. En eso quizá hayamos perdido con la entrada de empresas que pugnan por colocar sus productos en las aulas y buscan a cabezas visibles para ello…”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/11/redes-horizontales-de-docentes-mrp-3-0/

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Reclutar a las mejores para la docencia sigue siendo el gran reto para España

Europa/España/13 Junio 2018/Fuente: El diario la Educación.

La OCDE vuelve a insistir en la importancia del personal docente en la mejora de la educación. También en lo relativo a la equidad.

Y lo hace de nuevo apelando a la necesidad de reclutar a aquellas personas que estén mejor preparadas, sobre la premisa de aquel informe McKensey en el que se afirmaba que ningún sistema educativo es mejor que sus docentes.

Desde hace años se viene escuchando esto. Pero no es el único factor que influye en la calidad de la educación. Además, queda por dirimir todavía cómo se consigue reclutar a las personas mejor preparadas hacia la educación. Esto es lo que ha intentado resolver la OCDE, en parte al menos, con el estudio Effective Teacher Policies: Insights from PISA.

Andreas Schleicher, responsable de Educación y Competencias de la OCDE presentó algunas de las conclusiones que aparecen en el informe en una rueda de prensa en Madrid. Entre ellas, por supuesto, que las políticas públicas pueden influir en la atracción que los y las jóvenes sientan hacia la docencia. En particular, las personas con un buen nivel de estudios. También aquellas que no se conforman con la formación inicial, sino que seguirán mejorando su currículo a lo largo de la carrera.

Según Schleicher, el salario docente es un elemento que, aunque puede ser llamativo, no parece conseguir mejorar las expectativas de las y los futuros docentes. No es la motivación, al menos, suficiente para que “los mejores” decidan acabar enseñando. De hecho, aseguró Schleicher, en el caso de España, el salario atrae a jóvenes con menor preparación para la enseñanza. Al contrario de lo esperado.

Según el responsable del informe PISA, otras son las motivaciones. Entre ellas, que la profesión suponga y ofrezca retos personales e intelectuales. Puso el ejemplo de los docentes japoneses. Cuando alguno quiere obtener mejoras e incentivos, se le invita a, previamente, ir a una escuela con bajo rendimiento. El objetivo es conseguir la movilidad de las personas con mejor experiencia y conocimiento precisamente a los centros que más ayuda necesitan.

Según Schleicher, es una política totalmente opuesta a la que se sigue en España, en donde el personal docente con mayor experiencia está en los centros que menos necesitan de apoyos para mejorar las condiciones de aprendizaje de su alumnado.

La mayor preparación del profesorado no se refiere a únicamente que accedan a la profesión los mejores expedientes académicos, que también. Tiene una relación directa con el desarrollo profesional a lo largo del ejercicio de la docencia. Esto pasaría por la observación de las clases de los compañeros, así como el ser observado por otros, la formación entre iguales o el apoyo de una dirección comprometida con la formación de sus docentes.

Schleicher ha asegurado que aunque en España los docentes están comprometidos con la idea de una metodología más participativa en las clases, en la que el alumnado es responsable y artífice de su propio aprendizaje al tiempo que la maestra o el maestro sirve de guía, en realidad, a la hora de dar clase, las y los profesores españoles no aplican estos principios. Lo achaca, entre otras cosas, precisamente al hecho de que en España son muy pocos quienes se enfrentan a ser vistos por otros, a mirarse en el espejo de otras prácticas y a reflexionar junto a los y las compañeras sobre la tarea que realizan.

El perdonal docente en todos los países tiene un nivel medio en matemáticas. España es el último de la lista. Fuente: OCDE

A esto se suma que la falta de estabilidad de las plantillas también tiene un impacto negativo en los resultados del alumnado. Algo que en España, tras los años de la crisis, se ha podido comprobar, con un aumento de la interinidad de hasta cerca del 30% del personal docente. Algunos centros, de hecho, cambian prácticamente a toda su plantilla.

Junto a esto, el hecho de que entre las personas jóvenes, la docencia no es una profesión especialmente interesante. Según explicó Andreas Schleicher, preguntaron a las chicas y chicos de 15 años qué querrían ser a los 30. La docencia no estaba entre sus profesiones predilectas. Curiosamente, la profesión sí es mejor vista en aquellos países con mejores resultados en PISA.

Cómo mejorar la equidad

Atraer a los mejores docentes no solo supone que se mejoren los resultados académicos generales. También tienen una gran importancia en la equidad, en el acceso de las personas en situaciones más complicadas a mayores oportunidades de aprendizaje con las que tener una vida más plena.

“Las personas que pertenecen a familias ricas tienen más oportunidades, puertas abiertas aunque no tengan grandes resultados académicos. Sin embargo, decía Andreas Schleicher, quienes vienen de familias desfavorecidas solo tienen una oportunidad: la buena escuela. Por eso es importante que todos tengan una buena educación”.

Esta es una de las cuestiones por las que atraer a los mejores a la enseñanza se convierte en algo fundamental. Pero hay otras políticas que también influyen en este sentido. Según los datos explicados por Schleicher, habitualmente en las escuelas “más privilegiadas”, las clases tienen más alumnado. “España es una excepción”, explicó. Aquí, los centros más desaventajados tienen las clases mayores. “Son los niños con más desventajas quienes necesitan clases más pequeñas y más atención”, justo al contrario de lo que se está haciendo.

Y junto a esto, la formación del personal de estos centros. “Hemos dirigido recursos a donde hacía falta: más docentes, pero en calidad (de dichos docentes) no lo hacemos bien”, ha dicho el experto. En este sentido también pesa una evaluación de lo que sucede en las clases, pero no desde una sola fuente, como puedan ser las notas de niñas y niños. Vuelta aquí a la necesidad de que otros docentes vean nuestro trabajo y nosotros el suyo, que haya oportunidad de hablar con otros compañeros.

“También pasa con la experiencia”. Precisamente es en los centros más desaventajados en donde hay docentes con menor experiencia de trabajo. Por lo general, quienes más tiempo llevan en la educación tienden a buscar centros más fáciles en los que trabajar, de manera que aquellos que más necesitan de su experiencia no la tienen al alcance. Algo que ya habían constatado en Save the Children en uno de sus últimos estudios sobre equidad y sistema educativo.

Una mayor autonomía de los centros a la hora de la contratación de su profesorado, según el director de PISA, sería interesante. Son los colegios e institutos quienes conocen las necesidades de su alumnado.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/12/reclutar-a-las-mejores-para-la-docencia-sigue-siendo-el-gran-reto-para-espana/

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Salvar el pacto por la educación

Por: Julián de Zubiría

Aunque Sergio Fajardo no alcanzó la segunda vuelta, el pedagogo Julián De Zubiría le propone al próximo presidente incorporar una de sus principales propuestas para impulsar el desarrollo nacional.

Culminó la primera vuelta y el candidato con mayor posibilidad de liderar la anhelada transformación educativa no alcanzó a llegar a la segunda. Sus cerca de 4,6 millones de votos son una muestra de la fuerza que comienza a tomar la esperanza en un país que lleva décadas de convivencia con la cultura del “vivo”, la cizaña y la desconfianza.

Sergio Fajardo, en campaña, levantó algunas de las ideas más importantes para enfrentar los graves problemas de la educación en nuestro país: fortalecer la educación inicial, aumentar en un 50% los recursos del sector, cerrar las enormes brechas entre la educación urbana y la rural, y trabajar la ética, la cultura de paz y la formación de mejores ciudadanos. Son propuestas indispensables si queremos salir del subdesarrollo.

El país perdió la oportunidad de elegir a alguien que trabaje para enfrentar los problemas generados por la cultura mafiosa que hemos heredado de la guerra y el narcotráfico, y que priorice la educación como motor del desarrollo. Aun así, quien llegue a la presidencia tendrá que llevar a cabo una de sus propuestas de campaña. Se trata de garantizar un gran pacto para que de manera conjunta el país nacional y el país político se comprometan en la construcción de una política pública educativa de largo aliento en Colombia, que retome los desafíos establecidos en el Plan Decenal de educación 2017-2026. Se trata de aumentar la inversión en ciencia y de comprometer los esfuerzos de todo el país en torno al derecho y la calidad de la educación que reciben hasta hoy diez millones de niños y jóvenes en Colombia.

Paradójicamente, la propuesta política que tuvo más votos en Colombia fue la que presentó el programa educativo de menor nivel de elaboración, sustentación y desarrollo. Fue la única que no elaboró un diagnóstico del sector, una síntesis de las variables involucradas, ni un análisis del estado del derecho y de la calidad en cada uno de los niveles del sistema educativo. Elaboró un listado de acciones sueltas pensadas al fragor de la campaña y carentes de sustentación. No hay duda, Iván Duque, no ha estudiado el tema educativo. Por el contrario, tomaron fuerza a nivel directivo de la campaña, sectores de fanáticos religiosos que desconocen la diversidad de las familias actuales y que presionan por retroceder en derechos, garantías y libertades.

Al triunfar en la campaña, en su primera declaración pública, el candidato Duque informó que volveríamos a las clases de cívica y urbanidad, como si una medida tan simplista fuera la solución al problema generado por una cultura mafiosa que convenció a una parte del país de que “sin tetas no hay paraíso” y que “todo vale” si de lo que se trata es de alcanzar los fines.

Hay que desconocer mucho de educación para creer que los problemas éticos se disminuyen con cátedras aisladas y que los embarazos de niñas se eliminan poniéndolas a trabajar.  De la misma manera, y en un acto de irresponsabilidad pocas veces visto, en campaña incorporó la tesis de Alejandro Ordóñez: “Menos condones y más valores”, una consigna que no es propia de un estadista y que podría generar muy graves consecuencias en enfermedades de transmisión sexual y en las ya altas tasas de embarazo juvenil.

A cualquier demócrata debe producirle enorme miedo que personajes que días atrás invitaban a la quema de libros, pueden convertirse, de la noche a la mañana, en nuevos ministros de educación o que extremistas religiosos asuman el ministerio de la familia o el de justicia, y que, en políticas de justicia, cultura y familia, retornemos a soluciones de siglos pasados a problemas del siglo XXI. Es lo contrario a la fuerza de la esperanza. No hay que olvidar el dicho popular: “Cuando el pasado te llame, no lo atiendas… no tiene nada nuevo para decirte”.

En Colombia, un grupo cada vez mayor de niños y jóvenes llega a la escuela. No hay duda de que hemos avanzado al respecto. Sin embargo, en calidad prácticamente estamos en el mismo nivel que alcanzamos en el año 2000. Los niños siguen sin aprehender a pensar, leer críticamente y convivir. La explicación es muy sencilla: Desde el año 2000 no se ha realizado ninguna reforma importante que toque los factores esenciales asociados a la calidad de la educación.

Hemos tenido una clase política miope para entender el decisivo papel de la ciencia y de la educación en el desarrollo. Por ello, no invierte, ni se la ha jugado por la educación ni por la ciencia. A pesar de que acabamos de ser admitidos en la OCDE, la inversión en ciencia para el 2018 apenas alcanza el 0,26%, una de las más bajas del mundo; y Colciencias, la entidad impulsora de la investigación, ha tenido ocho directores en los últimos ocho años. Las cifras hablan solas.

Durante los dos gobiernos de Álvaro Uribe (2002 – 2010) el problema fue muchísimo más grave ya que es el periodo en el que más aumentaron las desigualdades entre los colegios privados de élite y los colegios públicos, particularmente los rurales. Dicho de otra manera, durante sus dos gobiernos, la educación cumplió el papel contrario que debería cumplir: En lugar de disminuir las inequidades, el sistema educativo agravó, año a año, las inequidades sociales, como puede verse comparando los resultados obtenidos por los estudiantes de los colegios privados y los públicos (ver al respecto la gráfica No. 1). Una verdadera tragedia para la democracia y para los millones de familias en los estratos más bajos de la población.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-propuesta-de-educacion-de-sergio-fajardo-para-segunda-vuelta/569576

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Corea del Sur: el país donde los universitarios van a clases para encontrar pareja y tener hijos

Asia/Corea del sur/31 Mayo 2018/Fuente: La opinión

Corea del Sur es uno de los países con menor natalidad del mundo, con lo que el gobierno busca soluciones

En un aula de la Universidad Dongguk en Seúl, la profesora Eun-Joo Lee pide a sus alumnos que dibujen una botella y luego una bicicleta.

Pero no se trata de una clase de arte.

Estamos en un curso de “matrimonio y familia” y, según Lee, la forma como las personas dibujan dice mucho sobre su feminidad o masculinidad.

Si una mujer hace una bicicleta comenzando desde el frente, puede indicar rasgos masculinos.

Esto no es algo negativo, sino simplemente una característica de la personalidad.

La profesora Lee también muestra a los estudiantes anuncios de juguetes europeos que desafían los estereotipos de género, como imágenes de niños pequeños que empujan coches de bebés y niñas jugando con herramientas.

La clase tiene como objetivo ayudar a los jóvenes a entender mejor las relaciones y, tal vez, a encontrar la pareja adecuada.

Esto es parte de un esfuerzo que realiza Corea del Sur para abordar un grave problema: los jóvenes no se están casando y los que sí, no tienen muchos hijos.

Es un tema complicado en una nación con una larga historia de roles de género tradicionales, que solo comenzó a cambiar con el boom económico de la década de 1960.

La idea de que las mujeres coreanas deben ser amas de casa y que los hombres deben sustentar la familia económicamente, sigue teniendo un gran impacto en los jóvenes.

Corea del Sur registró el año pasado su peor índice de natalidad en la historia con 1,05 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de 2,01 necesario para mantener estable a la población.

Y esto ocurre a pesar de que el gobierno invirtió miles de millones de dólares en iniciativas para incrementar la fertilidad en la última década, incluyendo aumentar la licencia por paternidad y pagar por tratamientos de infertilidad.

En Corea del Sur surgió una nueva frase: la generación Sampo. La palabra “sampo” significa “renunciar a tres cosas”: cortejo, matrimonio y crianza de hijos.

Para Lee, este fenómeno se da en parte, porque los jóvenes están luchando por conseguir trabajo y ser financieramente independientes en una economía afectada por el lento crecimiento y el desempleo.

“La gente a mi alrededor no quiere casarse porque cuesta mucho criar bebés y enviarlos a la escuela”, dice Ji-Won Kim, de 24 años, una de las estudiantes de Lee.

“Modernidad comprimida”

Otro estudiante, Ji-Myeong Kim, de 24 años, quiere casarse, pero su novia necesita seguridad en torno a las actitudes de su familia.

En décadas pasadas, se esperaba que las mujeres coreanas recién casadas dejaran a sus familias y se integraran en el hogar de sus maridos en la posición más baja de la jerarquía hogareña. Kim tuvo que dejarle claro que su familia no se apega a las formas tradicionales.

Jean Yeung, profesor y director del Centro para la Investigación de la Familia y la Población en la Universidad Nacional de Singapur, señala que países como Corea y Singapur comparten una “modernidad comprimida”, un período de rápidos cambios sociales que acompañó importantes avances económicos.

“Los cambios que en Europa tomaron tal vez un siglo o más, demoraron solo dos o tres décadas en Asia”, dice.

“En muchos sentidos, la economía, la educación y el papel de la mujer cambiaron tan rápidamente que las instituciones y las normas sociales no pudieron mantenerse”.

Muchas mujeres “no quieren preocuparse por criar a sus bebés en una cultura corporativa que hace poco para las madres que trabajan”, asegura también Lee.

Peter McDonald, profesor de demografía en la Universidad de Melbourne, dice que la vida familiar de una persona es de poca o ninguna importancia para los empresarios.

“El este de Asia se caracteriza por la expectativa de los empleadores de largas horas de trabajo y una dedicación prioritaria a su empleo”, dice.

Otro impedimento potencial entre las mujeres para el matrimonio es la disparidad de género en la división del trabajo doméstico.

Según un informe de 2015 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los hombres coreanos invierten, en promedio, solo 45 minutos al día en tareas domésticas, menos de un tercio del promedio de los países de la OCDE.

En el curso de matrimonio y familia, los estudiantes trabajan con parejas en varios ejercicios.

Los estudiantes los llaman “citas obligatorias”Lee prefiere decirles “juego de parejas”.

Las parejas realizan tareas que puedan enfrentar en una relación real en el futuro, como citas, planear una boda o hacer un contrato de matrimonio que abarque todo: desde la división de tareas domésticas a estilos de crianza de los hijos.

La educación sexual también es parte del curso.

Explicar sobre la menstruación a estudiantes de veintitantos años puede parecer extraño, pero Lee dice que las escuelas se enfocan en enseñar cómo evitar el embarazo en lugar de dar información para sentirse más seguros en torno al sexo y el control de la natalidad.

Aún queda por ver si este tipo de educación puede ayudar a aumentar los nacimientos.

Corea del Sur también trató de ser creativo en sus propias iniciativas.

En 2010 ordenó a los empleados del Ministerio de Salud, Bienestar y Asuntos Familiares de Seúl que se fueran a casa temprano un miércoles al mes. Pero eso no motivó a los trabajadores a irse a casa para procrear.

McDonald opina que los esfuerzos de Corea del Sur para aumentar la fertilidad son inútiles sin cambios sociales más amplios.

Para los estudiantes, el curso trata tanto de conocerse a sí mismos como de adoptar una actitud positiva hacia la vida familiar.

“Pensé que la forma en que interactuaba con mi novia era normal, pero la prueba de personalidad que tomé demostró que soy una persona obsesiva”, admite Ji-Myeong Kim.

Lee dice que a los estudiantes no les enseña “a encontrar a una persona perfecta, sino a encontrar qué tipo de persona les conviene más”.

Pero algunos todavía tienen dificultades para romper con las expectativas de los padres.

“Mi madre me dice que necesito casarme con un hombre con una estabilidad económica decente, de una familia armoniosa, que sea buena persona y tenga consideración por los demás”, dice Ji-Won Kim.

“Prefiero la estabilidad financiera a la apariencia”, dice mientras se ríe. “Mi madre dice que las apariencias no importarán una vez que te cases”.

Fuente: https://laopinion.com/2018/05/26/corea-del-sur-el-pais-donde-los-universitarios-van-a-clases-para-encontrar-pareja-y-tener-hijos/

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El muro de Trump en la educación

Por: elperuano.pe/Emmma Barrios/30-05-2018

“La educación es el principal medio para el ascenso social”, se afirmaba en el Perú en los años ochenta, cuando la educación superior alcanzaba alrededor del 24% de la población. Treinta años después logramos que 34% de ciudadanos alcance este derecho fundamental. Si nos comparamos con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) vemos que solo estamos a la mitad del camino. La experiencia muestra que para alcanzar mayores niveles de competitividad, los ciudadanos que acceden a la educación superior, técnica y universitaria deben estar por encima del 60%. 

¿Cómo alcanzaron estos niveles de acceso países con climas extremos, complejidad geográfica social y cultural? Una de las herramientas de política de democratización fue la educación a distancia, que se impulsó hace más de cien años para romper las barreras geográficas, usando las tecnologías disponibles en ese momento, primero textos impresos, luego la radio, la televisión, casetes, CD, satélite y hoy internet.

La actual ley universitaria, si bien reconoce claramente la educación en modalidad presencial, semipresencial y a distancia (art. 39), se contradice en el artículo 47, al plantear que las carreras universitarias requieren 50% de presencialidad, levantando así un nuevo muro a las diferentes poblaciones que acceden a la educación superior formal a través de la educación a distancia y virtual.

¿Cómo se explica este retroceso de 40 años en las políticas educativas y el desconocimiento de la evolución de las tendencias educativas mundiales en la era de internet? La respuesta es que al no haber muro los “chicos malos” se filtran , exactamente el mismo discurso que justifica la construcción del muro de Trump. La legítima preocupación por la calidad educativa ha llevado a la falacia de considerar que la presencialidad garantiza la calidad. Una vez más, se busca seguridad en lo tradicional, desconociendo por qué las mejores universidades del mundo optaron por abrirse a través de la educación virtual.

Hoy, la educación a distancia ya no solo tiene por función democratizar o vencer las deficiencias de los sistemas convencionales que dejan fuera a personas con discapacidad, entre otros, sino, muy por encima, brinda la oportunidad de estudiar a lo largo de la vida, como fue el mandato de Unesco.

Más aún, si según el INEI (Encuesta de Egresados, 2014), las limitaciones económicas y la necesidad de trabajar son las principales razones por las que los universitarios abandonan los estudios, las oportunidades que hoy brindan los nuevos enfoques pedagógicos, metodologías activas y experienciales, aunado a las oportunidades de la tecnología, han logrado romper tantas barreras que, construyendo nuevas, más bien perdemos extraordinarias oportunidades de desarrollar la capacidad de autonomía y autogestión de nuestros ciudadanos.

*Fuente: http://www.elperuano.pe/noticia-el-muro-trump-la-educacion-66746.aspx

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Entrevista a Vera Sacristán sobre el informe: ¿Quién financia la universidad? Comparación entre comunidades autónomas en España, Europa y la OCDE, 2009-2015 (y II)

“La sociedad debe tomar conciencia de las graves consecuencias de la situación actual de sus universidades y movilizarse para enderezarla”
Por: Salvador López Arnal
El viejo topo
Vera Sacristán Adinolfi (Barcelona, 1958) es profesora de matemáticas de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC); su especialidad es la geometría computacional. Fue vicerrectora de Personal de la UPC (2002-2006) y miembro del grupo de trabajo sobre Personal Docente e Investigador de la Comisión Académica Sectorial de las Universidades Españolas, organismo de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas. Ha publicado diversos artículos e informes sobre política universitaria y ha coordinado un libro sobre el mismo tema. Se encuentra entre las personas que fundaron el Observatorio del Sistema Universitario (OSU), un organismo que tiene por objetivo el análisis documentado y crítico para la mejora del sistema universitario en España, y actualmente es su presidenta.

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Nos habíamos quedado en este punto. España, afirma usted, se sitúa como el sexto país de la UE (de un total de 28) que gasta una proporción más pequeña de su riqueza en sus universidades (el 1,08% de su PIB). Sólo Eslovenia, Eslovaquia, Italia, Hungría y Luxemburgo gastan una proporción de su PIB inferior. ¿No sorprenden también esas cifras en el caso de Italia y Luxemburgo? ¿Siempre ha sido así o la situación se ha acentuado-complicado en los últimos años?

No lo digo yo, lo dice la OCDE. El caso de Luxemburgo es atípico, pues dedica mucho dinero a su universidad. Lo que ocurre es que su PIB es tan alto que esa gran cantidad que dedica resulta ser una proporción pequeña de su inmenso PIB. Por eso muchas veces no se tiene en cuenta Luxemburgo en este tipo de estudios, ya que distorsiona las medias de la OCDE. El caso de Italia, en cambio, es preocupante: hace ya años que infra financia sus universidades.

Dos comparaciones, por arriba y por abajo. ¿Qué porcentaje de su PIB dedica Alemania a la financiación de sus universidades públicas? ¿Se ha incrementado o disminuido en este último período? Le pregunto lo mismo para el caso de Portugal.

Por lo que se refiere al total de gasto de las universidades, España gastó en 2014 el 1,08% de su PIB, Alemania el 1,23% y Portugal el 1,36%. Cinco años antes, en 2009, los porcentajes eran 1,11% en España y 1,16% en Alemania. La OCDE no ofrece datos de Portugal para 2009.

En cuanto a la financiación pública, los últimos datos de que disponemos los acaba de suministrar el Public Funding Observatory de la European University Association. Corresponden a 2016 e indican que la financiación pública universitaria en Alemania representa el 0,96% de su PIB, y ha estado subiendo año tras año de forma sostenida, sin interrupciones. En Portugal es el 0,38% y, tras un descenso notable en el período 2010-2013, también está subiendo cada año desde entonces. En España el porcentaje es el 0,65% y lleva cayendo desde 2009 salvo por un repunte de 1 punto porcentual entre 2014 y 2015.

¿Su estudio da pistas sobre la excelencia de la calidad de la enseñanza en una universidad u otra? Podría decirse, aunque no lo diga yo, que las familias catalanas o valencianas pagan más tasas porque la enseñanza que reciben es de mejor calidad.

En nuestro estudio no hemos analizado esta cuestión. Sin embargo, a este respecto caben algunas observaciones básicas. En primer lugar, que los ingresos constituyen, probablemente, el elemento más relevante a la hora de configurar una universidad de calidad, puesto que de ellos dependen los medios materiales y humanos con los que cuenta la universidad para llevar va cabo su tarea docente e investigadora. Pero no son el único, puesto que la organización de la universidad y la selección de su personal docente e investigador también juegan un papel importante. En todo caso, el papel que jueguen los ingresos en la calidad de una universidad depende del total de los ingresos y no de qué parte de éstos sea aportada por sus estudiantes en forma de tasas y precios de matrícula.

A día de hoy (o, mejor dicho, en la última fecha de la que existen datos públicos disponibles, que es 2015) las universidades mejor dotadas económicamente están en La Rioja (10.000 € de ingresos totales por estudiante), Cantabria (9.954 € por estudiante) y el País Vasco (9.934 € por estudiante). Las comunidades en las que los estudiantes pagan más en promedio (destacadamente, Cataluña y la Comunidad de Madrid, seguidas de la Comunidad Valenciana, Castilla y León y Aragón) no se cuentan entre las de mayores ingresos totales por estudiante.

Tras su investigación, tras los resultados obtenidos, ¿cree usted que las luchas que se han llevado a cabo estos últimos, por parte de estudiantes y profesores, han sido útiles? ¿Se ha conseguido algo? ¿Qué si su respuesta fuera positiva?

Claro que sí. Cada vez que en España habido una protesta universitaria en los últimos años, las autoridades han reaccionado modificando sus planes iniciales.

¿Recuerda los encierros de estudiantes de 2008? Algunos duraron meses, como el de la Universidad Complutense o el de la Universidad de Barcelona. Unos acabaron pacíficamente, otros no, y esto último es lo único que se suele recordar. Sin embargo, al finalizar el curso ocurrieron dos cosas muy novedosas. Por un lado, el Ministerio de Educación puso en marcha las llamadas “becas salario”. A pesar de que su dotación fue escasa, era la primera vez que un gobierno reconocía que quien estudia debe ser compensado por ello. Por otro lado, aquel año la Comisión de Política Universitaria, en la que participan todos los consejeros autonómicos con competencias sobre universidades junto con el ministerio, acordó no subir los precios de matrícula por encima del IPC. Es el único año, de una larga serie, en que esto ocurrió.

Y ¿qué pasó cuando, en 2013, los estudiantes de Cataluña empezaron a protestar cuando descubrieron que los precios de matrícula de las ingenierías habían subido, a pesar de que el gobierno de la Generalitat había afirmado que todos los precios estaban congelados? El Parlament se hizo eco de su protesta y el Govern tuvo que rectificar (aunque lo cierto es que no modificó los precios, sino que introdujo una nueva modalidad de disminución de precios que denomina “beca equitat”).

A base de protestas, la Comunidad de Madrid ha acabado bajando los precios de las matrículas universitarias (lleva ya dos años haciéndolo), Cataluña ha incrementado su sistema de disminución de precios y Andalucía ha puesto en marcha un sistema de bonificación del 99% del precio de los créditos aprobados en primera matrícula.

Son victorias muy modestas que, sin embargo, indican dos cosas: que las movilizaciones obtienen resultados y que, hasta ahora, la correlación de fuerzas no ha sido suficientemente favorable a los defensores de una universidad pública gratuita y mejor financiada.

¿Me corrige si me equivoco? ¿Las denominadas “clases medias” han hecho un importante esfuerzo en el período estudiado para que sus jóvenes pudieran seguir cursar carreras universitarias (especialmente en comunidades como Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana)?

Los estudiantes universitarios y sus familias han hecho un esfuerzo económico muy considerable. En un estudio que hicimos hace unos años ya, calculamos el precio de una carrera completa, teniendo en cuenta el porcentaje medio de créditos que los estudiantes repiten en cada carrera (no hay que olvidar que las matrículas se encarecen todavía más conforme se repiten asignaturas), el precio de la emisión del título universitario al finalizar los estudios,… en fin, teniendo en cuenta todo lo que en promedio, llega a pagar un estudiante a su paso por la universidad. En Cataluña, descubrimos que alguna carrera había casi cuadruplicado su precio, y una gran mayoría lo había más que duplicado entre el curso 2007-08 y el 2013-14.

Parece razonable pensar que, en algunos casos, jóvenes de origen obrero no han accedido a carreras universitarias y se han decantado por ciclos formativos de grado superior por razones no académicas. ¿Sabemos en cuántos casos?

Desde 1960, el crecimiento de la universidad española ha sido exponencial: hasta los años 90, el número de estudiantes casi se duplicaba cada década. El máximo se alcanzó el curso 1999-2000, con casi 1.600.000 estudiantes. A mediados los años 80 del pasado siglo, justo tras la aprobación de la primera ley universitaria de la democracia, la tasa de escolarización universitaria de los jóvenes de entre 18 y 24 años de edad era del 19%. El curso pasado fue del 47,6%. Hemos asistido, pues, a un proceso enorme de democratización del acceso a la universidad.

Sin embargo, en el año 2010, ya antes del importante aumento de los precios de matrícula de 2012, el acceso a la universidad estaba social y económicamente muy sesgado. Los hijos de los trabajadores manuales constituían el 26,9% de los estudiantes universitarios, mientras que los trabajadores manuales constituían el 47,8% de los varones de entre 40 y 60 años (esto es, de los padres potenciales de estudiantes universitarios). En el otro extremo, los hijos de profesionales eran el 25,2% del estudiantado universitario, mientras que los profesionales tan sólo conformaban el 11,9% de la población masculina de entre 40 y 60 años.

Cabe suponer que el incremento substancial de los precios de matrícula no habrán ayudado a equilibrar los datos anteriores, pero no dispongo de datos actualizados.

En el apartado de conclusiones, señala usted hablando de 2009: “La financiación pública por estudiante varió entre los 5.406€ de Extremadura y los 10.301€ del País Vasco. En relación con el PIB, destacaron de nuevo la Com. Valenciana (1,08%) y Andalucía (1,01%). El valor más bajo se dio en Illes Balears (0,31%), seguida de Navarra (0,34%)”. ¿Cómo pueden explicarse estas enormes desigualdades? ¡Casi el doble en el caso de Extremadura y el País Vasco!

Precisamente, en el informe analizamos los ingresos de cada tipo no sólo en su totalidad, sino también por estudiante y como porcentaje del PIB, con el objetivo de entender si las diferencias tienen que ver con el tamaño de las universidades en cada comunidad autónoma o con su riqueza. Lo que constatamos es que la financiación pública es muy distinta por CCAA también cuando se analizan los importes por estudiante (el País Vasco casi duplica a Extremadura) o como porcentaje del PIB (la Comunidad Valenciana más que triplica a Baleares). Semejantes desproporciones se explican, en parte, por motivos de riqueza relativa y, en parte, por las decisiones políticas de priorización de los distintos gobiernos autonómicos.

¿Vivimos en un país justo, que no puede hacer más de lo que hace, en estos asuntos de la financiación pública de las universidades y de las aportaciones de las tasas familiares?

La comparación con el resto de países Europeos indica que en España se podría hacer mucho más. Recomiendo consultar los datos que anualmente publica la Comisión Europea sobre precios universitarios y ayudas al estudio. Las veces que los hemos analizado desde el Observatorio del Sistema Universitario hemos constatado no sólo que España está evolucionando hacia precios muy altos en comparación con el resto de Europa, sino que, además, el sistema de ayudas al estudio en forma de becas es débil y el resto de ayudas que se dan en Europa son aquí inexistentes (becas salario, desgravaciones fiscales, subsidios, alojamiento subvencionado, comedores subvencionados, tarifas especiales o gratuidad del transporte público).

¿Prolongará su estudio? ¿Veremos publicado un informe sobre fuentes de financiación en el período 2016-2020 pongamos por caso? ¿Está estudiando otras cuestiones?

Es muy difícil prever ahora lo que estaremos analizando dentro de cinco años. Nuestros planes de trabajo actuales se centran en tres temas: la equidad en el acceso a los estudios universitarios, la proliferación de estudios de grado y la situación de las universidades privadas en España. De todos modos, solemos ir adaptando los planes a medida que observamos que se producen novedades en el ámbito universitario, con el objetivo de ofrecer datos sobre los temas más candentes.

Voy finalizando. Como usted sabe, una parte muy sustantiva del profesorado de las universidades españolas, los profesores no titulares, están en una situación precaria o muy precaria. Sus condiciones laborales son duras y el trabajo intenso. ¿No es posible una política universitaria que les tenga más en cuenta? ¿Quiénes han tomado las decisiones que han conducido, que siguen conduciendo a su proletarización? ¿Su situación no le recuerda a los antiguos PNN,s?

La precarización de las plantillas de profesorado en las universidades españolas es una evidencia: los contratos temporales y los contratos a tiempo parcial llevan, desde hace ya años, una trayectoria ascendente. Ello es el resultado de varios factores. Por una parte, el gobierno de España ha impuesto tasas de reposición nulas o muy bajas durante varios años. Aún hoy, es ilegal que las universidades repongan las bajas y jubilaciones de los años pasados. Por otra parte, los gobiernos de algunas comunidades autónomas han añadido ulteriores restricciones y, en todo caso, han reducido la financiación de las universidades. De hecho, algunas universidades incluso han despedido profesorado, bajo la forma de no renovación de contratos. En estas circunstancias, muchas universidades han optado por contratar de la forma más barata posible, que en la universidad es a tiempo parcial.

En un informe que publicamos hace poco más de un año, en el que analizábamos la evolución de las plantillas de profesorado en las universidades públicas catalanas, se encuentran muchos más detalles sobre los cambios ocurridos en este aspecto. Una de las cosas que destacábamos en él, además de la cuestión de la precarización de las condiciones de trabajo, es la falta de renovación generacional. Durante casi una década, las universidades españolas no han podido contratar profesorado joven, en fase de tesis doctoral o en fase postdoctoral, con el que alimentar y renovar sus grupos de investigación y su actividad docente. La pérdida de toda una cohorte de personas bien formadas para nuestras universidades puede acarrear consecuencias graves para la calidad de la universidad en un futuro cada vez más próximo.

En todo caso, para revertir esta situación se requieren dos cosas: voluntad política y financiación.

¿Quiere añadir algo más? ¿Algo que quiera destacar?

A diferencia de otras crisis, las medidas adoptadas en el marco de esta última han inducido cambios que no parecen reversibles a corto plazo. Nuestras universidades públicas se encuentran infrafinanciadas. Tanto la reducción de la financiación pública como el incremento de los precios de matrícula han sido substanciales, produciendo un cambio en la estructura de los ingresos de las universidades públicas españolas.

Todo ello, claro está, no es bueno para el estudiantado ni para el personal de la universidad. Pero, sobre todo, no es bueno para la sociedad española y su futuro, porque un país que quiera ser avanzado cultural, social y económicamente necesita una universidad de calidad, de cuya docencia pueda beneficiarse quien tenga la capacidad y la motivación para hacerlo y cuya investigación contribuya al aumento de la productividad, el bienestar y la sostenibilidad. Al conjunto de la sociedad le conviene tomar conciencia de las graves consecuencias de la situación actual de sus universidades y movilizarse para enderezarla.

Remarco esto último que ha señalado. Muchas gracias.

Fuente: El Viejo Topo, n.º 363, abril de 2018.

Nota de edición:

 Primera parte de esta entrevista: Entrevista a Vera Sacristán sobre el informe: “¿Quién financia la universidad?» (I). “La disminución de la financiación pública de las universidades ha sido muy fuerte en España, entre 2009 y 2015 un 27,7 % en términos reales” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=241632

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La OCDE aboga por «conectar» universidades y mercado laboral para no generar «rebeldía» en jóvenes

OCDE/ 22 de mayo de 2018/Fuente: http://www.europapress.es

El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría, ha apostado por «poder conectar» los sistemas de la educación superior con el mercado laboral para evitar que los jóvenes sufran «frustración», que les lleve a la «rebeldía», tras terminar su formación y encontrarse con un panorama «con muy pocas oportunidades». Según sus palabras, esa falta de acceso a un puesto de trabajo tiene como resultado «frustración», «rebeldía» e incl …

Según sus palabras, esa falta de acceso a un puesto de trabajo tiene como resultado «frustración», «rebeldía» e incluso «rechazo a la democracia», pues esa «fragmentación» a nivel económico «provoca fragmentación de nivel social o político».

En esta línea, ha puesto como ejemplo los resultados que registraron la consulta para el ‘Brexit’ en Reino Unido, las elecciones en Estados Unidos, o «los siete meses para formar gobierno en Holanda, cinco en Alemania».

Incluso, Ángel Gurría, durante su intervención en la inauguración del Encuentro Universia en Salamanca, ha hecho referencia a los últimos resultados en las elecciones italiana o la «mayor fragmentación en cuanto a la voluntad electoral» en España. El secretario general de la OCDE, ya en alusión a la Universidad de Salamanca y a los asuntos a tratar en Universia, ha reseñado que «cada universidad es distinta, es diferente, es original, es única, pero las claves del éxito o del fracaso de las universidades tienen muchos elementos comunes».

Sobre esos aspectos que comparten las instituciones académicas, Ángel Gurría ha puesto de relieve los modelos de financiación; los sistemas de rendición de cuentas, con «más autonomía pero siempre más necesidad y obligación de rendir cuentas»; o los modelos de gobernanza y de selección del profesorado, con sistemas «abiertos y transparentes».

«Las universidades son las fábricas de habilidades, competencias y destrezas de nuestros jóvenes», ha apuntado el representante de la OCDE durante la apertura del encuentro Universia, al que asisten más de 600 rectores y representantes de universidades de 26 países diferentes.

Fuente de la Noticia:

http://www.europapress.es/sociedad/educacion-00468/noticia-ocde-aboga-conectar-universidades-mercado-laboral-no-generar-rebeldia-jovenes-20180521134033.html

 

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