Asia/China/28-06-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com
El Comité de Trabajo para la Acreditación de la Educación Médica (WCAME, por sus siglas en inglés) del Ministerio de Educación, la agencia que se encarga de acreditar los programas de educación médica en China, ha recibido el estatus de reconocimiento de la Federación Mundial para la Educación Médica (WFME, por sus siglas en inglés).
Este reconocimiento muestra que el campo de educación médica del país, que ha establecido estándares y un sistema de acreditación con la equivalencia fundamental internacional, ganó el reconocimiento internacional por la calidad de su acreditación de educación médica, indicó el Ministerio de Educación.
La WFME, fundada conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Médica Mundial, desempeña un papel importante en el desarrollo de los estándares de la educación médica y la promoción de la reforma de la educación médica.
Sólo cuando una agencia de acreditación de educación médica sea reconocida por la WFME, sus decisiones de acreditación pueden ser reconocidas y los graduados de sus escuelas médicas acreditadas pueden ser recibidos por el sector sanitario mundial, subrayó el ministerio.
Un funcionario del ministerio elogió el otorgamiento del estatus de reconocimiento de la WFME como otro hito para la educación superior de China luego de que la educación de ingeniería del país recibió la acreditación del Acuerdo de Washington hace cuatro años.
En la reunión anual de 2016 de la Alianza de Ingeniería Internacional en Kuala Lumpur, la capital de Malasia, China, representada por la Asociación de Ciencia y Tecnología de China, se convirtió en miembro pleno del Acuerdo de Washington, un acuerdo internacional entre los órganos responsables de acreditar los programas de licenciaturas de ingeniería.
El Acuerdo de Washington reconoce la equivalencia sustancial de los programas de licenciaturas de ingeniería acreditados por sus organismos miembros y es importante para los ingenieros chinos competir internacionalmente.
Esperamos todos la llamada “normalización” y miramos, esperanzados, las tentativas de salida de crisis en los países que nos han precedido en la cuarentena con la conciencia de que cada gobierno ha tenido su gestión nacional de la pandemia dentro de los parámetros de la OMS y que cada país sale del confinamiento según su propia idiosincrasia.
Ayer habló el presidente de una reapertura gradual que, de primera impresión, deja las puertas abiertas a algún nivel de confusión. Si no hemos sido capaces de controlar las medidas de aislamiento social y el toque de queda a cabalidad, ¿qué posibilidad tendremos de controlar la “covidianidad” sin dar pie a un cierto caos?
El encierro en casa ha provocado que una gran parte de la población ha tenido que habituarse a una realidad desconocida. Una situación nueva a la que se le está haciendo frente y a la cual la sociedad dominicana ha respondido de manera diferente según los estratos sociales y las diferentes condiciones de vida.
Este confinamiento ha desencadenado graves preocupaciones sobre el futuro de la economía local y global, a la par de las angustias sanitarias.
Estos temores no se acabarán con la llamada normalización y parte de ellos tienen que ver con el peligro real que seguirá existiendo en ausencia de una vacuna y de remedios efectivos contra el COVID-19.
Al salir a la calle no sabremos si la persona que está cerca está contagiada o si un objeto que estamos agarrando ha estado en contacto con el virus.
En el futuro inmediato por forrados que estemos con lentes, viseras, máscaras y guantes, y aunque guardemos el distanciamiento físico de dos metros, lo que se vislumbra es que encararemos a los demás con algo de paranoia o, por lo menos, con temor y desconfianza.
Esto ha conllevado que en España y Francia se hable en estos días del “síndrome de la cabaña”, que hace que la gente en el momento de la liberalización tenga miedo a hacer contactos con otras personas fuera de la casa, a trabajar fuera del hogar, a relacionarse, etc. y muchos prefieran quedarse encerrados todavía.
Pero cuando hablamos de normalización, lo que más nos debería interpelar es saber hacia dónde nos dirigimos con esta nueva etapa.
¿Será posible volver a la misma vida que teníamos hace dos meses, a una sociedad regida por un capitalismo puro y duro, a un individualismo despiadado y a un modelo neo liberal de sálvese quien pueda, o se vislumbrará la posibilidad de establecer una sociedad que tendrá como ejes la cooperación y la solidaridad de todos con todos, donde no se estigmatice por rumores infundados y no se discrimine por motivos de nacionalidad, religiosos o étnicos?
Como lo señaló el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al conmemorar el aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial y el nacimiento de las Naciones Unidas, el mundo debe «recordar las enseñanzas de 1945 y, unidos, buscar la forma de acabar con la pandemia y de construir un futuro de paz, seguridad y dignidad para todos».
La crisis del Covid 19 nos recuerda que la atención médica es un derecho humano universal que no podemos desatender como es lo característico en los modelos neo liberales, que los estados deben regular los mercados, y que debemos hacerle frente a la racionalidad económica con un sentido social y ecológico.
¿En qué mundo queremos vivir cuando todo esto termine? Esa es la pregunta clave. La pandemia nos ha permitido darnos cuenta en tiempo real de nuestra interdependencia planetaria: ricos, pobres, blancos, negros, jóvenes y ancianos, así como de nuestra fragilidad individual y colectiva.
A este respecto, he recogido aquí y allá algunas ideas sueltas que dejo para la reflexión.
Recordemos que, si partimos de los derechos humanos, esto nos ayudará a responder a las prioridades inmediatas mientras desarrollamos, al mismo tiempo, estrategias con visión de futuro.
No es encerrándonos en nuestras ideas preconcebidas que contribuiremos al cambio social, sino abriéndonos y participando con voluntad de servicio.
Coloquemos la solidaridad por encima de la eficiencia, obviando un consumo desenfrenado que, al destruir el planeta, conduce a la pérdida de la humanidad.
El presidente brasileño echa mano de ‘fake news’ para atacar a la organización. Desde el principio de la pandemia, Bolsonaro se ha enfrentado a la OMS por su defensa de las medidas de aislamiento social.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, echó mano de ‘fake news’ en su particular guerra contra la Organización Mundial de la Salud (OMS). La madrugada de este viernes publicó en Twitter críticas a la organización por supuestamente incentivar la masturbación y el sexo entre niños, sin citar ninguna fuente ni documento oficial. Poco después, dio marcha atrás y borró el tuit.
«Esta es la OMS que muchos dicen que tengo que seguir en el caso del coronavirus. ¿Entonces deberíamos seguirla también en sus directrices para las políticas educativas?», se preguntaba Bolsonaro, que añadía que, para los niños de 0 a 4 años la entidad recomienda «satisfacción y placer al tocar el propio cuerpo (masturbación)» y que «jueguen a los médicos» para expresar sus deseos y necesidades.
Según el presidente brasileño, entre los 4 y los 6 años la OMS recomienda «masturbación en la primera infancia» y «relaciones entre personas del mismo sexo», y un poco más adelante, para los niños de 9 a 12 años, la primera experiencia sexual.
Las noticias falsas de contenido sexual no son algo nuevo en el presidente Bolsonaro. Durante la campaña electoral de 2018 su entorno difundió ampliamente en WhatsApp y en las redes sociales el bulo de que su rival, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT) quería distribuir a los niños biberones en forma de pene.
Tampoco son nuevas las críticas a la OMS en plena pandemia del nuevo coronavirus por su defensa de la necesidad del aislamiento social para frenar la expansión del virus. Además, Bolsonaro manipuló el discurso del director de la entidad, Tedros Ghebreyesus en varias ocasiones para sostener su discurso de que hay que reactivar la economía y volver a trabajar lo antes posible.
El 31 de marzo, en un discurso a la nación, insinuó que Ghebreyesus le daba la razón al decir que los países pobres tienen circunstancias diferentes porque muchos trabajadores informales tienen que salir a la calle para poder comer, pero omitió la parte en que la decía que «es vital» que los gobiernos den a esos trabajadores las condiciones de poder realizar el confinamiento en sus casas.
La semana pasada, Bolsonaro insistió en los ataques directamente al director de la OMS, diciendo que no tenía credibilidad: «Me estoy enfrentando a procesos dentro y fuera de Brasil, siendo acusado de genocidio, por haber defendido una tesis diferente a la OMS. Hablan mucho de seguir a la OMS… ¿el director-presidente de la OMS es médico? ¡no es médico! ¿lo sabíais?«, decía a sus seguidores en un vídeo en directo en Facebook.
Ghebreyesus es biólogo, tiene un doctorado en salud pública y fue ministro de Salud y Relaciones Exteriores de Etiopía, además de acumular una vasta experiencia en el área de salud. Hace unos días, cuando fue preguntado por las críticas de Bolsonaro se limitó a decir que los países que han seguido las recomendaciones de la organización están en una situación menos dramática.
Para algunos miembros del Gobierno, la OMS es vista con aún más escepticismo. El ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, escribió que detrás de la pandemia hay un plan para implantar el comunismo a nivel mundial. El anterior ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, fue destituido tras semanas intentando convencer a Bolsonaro de la necesidad de implantar medidas de confinamiento, y su sucesor, Nelson Teich, todavía no ha presentado un plan claro contra la pandemia. Bolsonaro dijo ayer que está dando directrices al ministro para que permita abrir «rápidamente» la economía.
Mientras tanto, Brasil sigue en la curva creciente de casos y ya cuenta más de 5.400 muertos y 78.000 contagiados de covid-19. Algunas ciudades, como Manaos, Fortaleza, São Paulo y Río de Janeiro ya están con sus hospitales y cementerios al borde del colapso.
En una carrera contrarreloj para detener la propagación de la COVID-19 en uno de los países más poblados del mundo, la All India Primary Teachers Federation ha instado a las autoridades públicas locales y nacionales a que adopten medidas más eficaces.
India lucha activamente contra la propagación de la COVID-19 para salvar y proteger vidas. El Gobierno ha adoptado medidas importantes, en particular el confinamiento de todo el país y la introducción de normas de distanciamiento social. Además, ha pedido que se apliquen medidas de salud y seguridad, como el lavado de manos con jabón y el cumplimiento de las directrices de la Organización Mundial de la Salud.
Movimiento de trabajadores/as migrantes
Ram Pal Singh, presidente de la All India Primary Teachers Federation (AIPTF), advierte de que, a pesar de estas medidas, la situación en el terreno es nefasta y podría convertirse en una catástrofe. Singh también es miembro del Consejo Ejecutivo de la Internacional de la Educación (IE).
Desde que se anunciara el 24 de marzo el inicio del confinamiento, que durará 21 días, millones de trabajadores/as migrantes están regresando a sus aldeas. Según el dirigente sindical, muchos de ellos han perdido el empleo o han sido maltratados por sus empleadores.
No se ha informado sobre la situación educativa
Aunque reconoce que el confinamiento es necesario, Singh explicó que su impacto en la economía, la vida de las personas y la educación es preocupante. Añadió que las escuelas y los establecimientos educativos se habían cerrado sin previo aviso ni planificación. Esto ha dejado a los/las estudiantes, docentes, personal de apoyo educativo y familias sin información, orientaciones ni directrices de las autoridades públicas que garanticen la continuidad de la educación de calidad.
Repercusiones para la educación en las zonas rurales y remotas
En relación con la transición a plataformas en línea, Singh destacó que la mayoría de las escuelas públicas no están equipadas adecuadamente para la enseñanza a distancia. Además, los/las docentes carecen de acceso a plataformas de aprendizaje, materiales de enseñanza y de aprendizaje y apoyo en línea, a pesar de su voluntad y motivación para aprender y garantizar la continuidad de la educación de sus estudiantes.
Por desgracia, esta situación hace que los/las estudiantes tengan demasiado tiempo en sus manos o tengan que seguir los libros de texto solos o con la ayuda de sus padres y amigos/as.
“Mientras que en las zonas urbanas todavía hay esperanzas de que los/las estudiantes continúen el proceso de aprendizaje, la situación educativa de los/las estudiantes que asisten a escuelas públicas en zonas rurales y remotas es muy desalentadora”, señaló Singh.
Apoyo financiero
A través de sus afiliadas estatales, la AIPTF ha solicitado a los/las docentes que donen el salario de un día para ayudar a las personas afectadas por el coronavirus. “Los/las afiliados/as de la AIPTF en Haryana, Uttar Pradesh, Maharashtra, Uttarakhand, Jharkhand y Tamil Nadu ya han hecho estas contribuciones. El sindicato también está dando alimentos, mascarillas y jabón a los/las trabajadores/as migrantes y jornaleros/as en la medida de lo posible”.
Llamamiento de la AIPTF a las autoridades públicas
La AIPTF ha instado al Gobierno central y los gobiernos estatales a:
Garantizar urgentemente la seguridad y salud del personal sanitario de primera línea, proporcionar a los/las trabajadores/as involucrados en las respuestas contra la COVID-19 equipos de protección personal, hacer más pruebas y crear una infraestructura de asistencia sanitaria adecuada y segura.
Proteger los intereses y los derechos humanos de los/las trabajadores/as migrantes, incluidos los/las educadores/as, los/las jornaleros/as y otros grupos vulnerables, así como proporcionar alimentos y albergues seguros durante el brote.
Garantizar la seguridad, la salud y el bienestar de los/las estudiantes, los/las docentes y el personal de apoyo educativo; adoptar medidas eficaces para reducir el impacto del cierre de las escuelas mediante el aprendizaje a distancia y la utilización de la radio y la televisión públicas en consulta con los/las docentes y sus sindicatos.
Considerar la pandemia de COVID-19 como una advertencia para los gobiernos acerca de la necesidad de contar con servicios públicos sólidos y financiados y equipados adecuadamente, en particular los sistemas de atención de salud y educación, que están al frente de la lucha contra la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias.
Muchos países colaborando unidos para frenar o prevenir la escalada de contagios por coronavirus. La estrategia que señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el distanciamiento social y la solución es mantenerse en el hogar y desde ahí continuar con las labores. Los planteles educativos en México de todos niveles, se unen a la estrategia de cese temporal de operaciones escolares presenciales, desde un escenario de la buena salud, hasta nuevo aviso, mientras tanto ofrecen los servicios educativos a distancia o por televisión (González, 2020b).
La modalidad de trabajo es a distancia porque entre algunas de sus características más visibles es que las mediaciones pedagógicas y las intervenciones son sincrónicas, es decir, en tiempo real y que también, cuando no se tiene una plataforma especial con los contenidos del estudio previamente cargados (García-Aretio, 2002; 2020).
Ante las posturas de distanciamiento social y permanencia en casa todos los protagonistas del sistema educativo en modalidad presencial ponen manos a la obra a través del ordenador o del teléfono inteligente porque es el medio de comunicación principal, ante el cambio temporal de las aulas a los hogares.
Por la salvaguarda de la salud de la comunidad educativa, las y los maestros, investigadores y expertos en educación, contribuyen con un compromiso incansable, prueban diversas estrategias de comunicación y con ello aumentan sus tiempos de labor. Tal es el caso, de la explicación a los temas o los planteamientos de las actividades y evaluaciones donde en ocasiones se recurre a la grabación del video, la edición y publicación para compartirlo a consulta de los estudiantes.
La fortuna es que se tienen avances de conocimientos en el uso de la tecnología y voces académicas que muestran rutas de mejora con ejemplos e iniciativas. Tal es el caso de académicos e investigadores representativos de universidades mexicanas, continuamente presentes en redes sociales, desde el inicio de la contingencia, quienes ofrecen a distancia material y mensajes para la comunidad; con ello proporcionan tranquilidad, orientan y trazan líneas de ayuda ante posibles dificultades.
Algunas voces de profesionales con trayectoria educativa y experiencia, ante el escenario actual recomiendan, que además de cuestionarse sobre lo que se sabe, también indagar sobre lo que se siente, ser pacientes, hacer visible lo cotidiano, colocar el conocimiento al servicio de la humanidad, no solo para servir a la ciencia (Santos, 2020, 2018, 2017, 2010). Además, valorar la experiencia, al balance de los ambientes, la actividad escolar presencial y confinamiento en el hogar entretejiendo elementos como acompañamiento, ausencia, sanas distancias (Gil, 2020); y mensajes que sugieren oportunidades para trazar nuevos rumbos en la cultura (García, 2020).
El coronavirus nos ha puesto a operar a una mayoría desde un entorno familiar y es más visible, el cuidado de uno mismo, el cuidar de otros, del medio, a valorar la ciencia y la vida por encima de cualquier otro interés (Rueda, 2020). También ante el escenario surgen interrogantes, iniciativas como la que nace en España para que los pacientes con contagio en el hospital reciban cartas para llevar mejor su asilamiento (Cortés, 2020).
La innovación es un planteamiento común en el ámbito educativo ante la expectativa de mejorar las experiencias formativas de todos los protagonistas y se sabe que involucra incertidumbre. Una experiencia formativa que puede considerarse, un recuerdo del año pasado, el 30 de marzo de 2019, algo significativo para más de 1,200 estudiantes, de entre 5 y 13 años, acompañados de familias y docentes, quienes se dieron cita en el sexto campeonato nacional de cálculo ALOHA mental arithmetic, celebrado en la ciudad de Querétaro, para comprobar sus avances al resolver operaciones con cálculo mental.
Fue así que, más de 13 estudiantes en menos de 5 minutos resolvieron poco más de 70 operaciones en forma mental, lo que les hizo candidatos a asistir a China, a un nuevo certamen de la misma naturaleza con niños de todo el mundo. Para sufragar el arribo al país asiático en las redes solicitaron, apoyo o patrocinios, trabajaron cada día para llegar con resultados (Neria, 2020; Sociedad, 2020).
A su regreso a México, los titulares de periódicos como El Excélsior, El Sol de México, el Independiente de Hidalgo, expresaron reconocimiento a las niñas y niños que desde el inicio participaron, a todos los profesores de las escuelas que los prepararon y a los padres de familia, acentuando la prueba posterior se hizo con niños de otros países, considerados los mejores en cálculo mental y aplaudieron el logro de los estudiantes de Hidalgo al quedar entre los tres primeros lugares en cálculo aritmético en China.
Por su parte, el responsable de Aloha de la delegación infantil hidalguense, el Mtro. Froylan Ángeles Contreras, relata a un año de la experiencia, en unas líneas, que los estudiantes mostraron una mejoría en su autoestima, avances en materia educativa y un aumento en la sensibilidad al colaborar con pares, con profesorado, con familia, y con la comunidad por el apoyo emocional y/o con recursos para el logro. Añadió que con las familias se fortalecieron aún más los lazos, el apoyo y la confianza al comprobar que los estudiantes lograron resolver operaciones básicas con facilidad, velocidad y precisión. De igual manera, señala que las y los maestros, además de comentar lo anterior, expresaban que los estudiantes tenían mayor disposición, se concentraban mejor, estaban más atentos.
El Mtro. Contreras, finaliza comentando que son bases y quizá avances a los compromisos esperados por los estudiantes, la sociedad y la educación, y agrega como necesario continuar con este acompañamiento. Así también, añade que por el momento la preparación se ofrece y se practica desde el hogar y a distancia, prioritaria para la buena salud de todos y cumplir los comunicados oficiales.
Con esta remembranza, conviene destacar unas palabras de la profesora investigadora, Bertha Ivonne Sánchez, cuyas líneas de investigación se relacionan con las matemáticas. Al respecto, señala la importancia de continuar con experiencias educativas que involucran no solamente la parte del cálculo y habilidades mentales, sino que representan una gran oportunidad para que las niñas y los niños tengan un crecimiento emocional, aunado al involucramiento de los padres de familia y el apoyo de la comunidad. Así también, la Dra. Sánchez, agrega que nuestra función como educadores es formar académicamente a los estudiantes y, además, preparar personas capaces de desarrollarse adecuadamente en la sociedad. Acentúa que la educación emocional es muy importante en estos momentos donde deberemos adaptarnos al cambio.
Que vivimos tiempos difíciles es indudable, la emergencia sanitaria nos ha puesto en un escenario en el cual estamos aprendiendo como individuos, como comunidad educativa, como sociedad, a integrar elementos desconocidos o lejanos para algunos, con la intención de salir adelante. Las voces académicas y sociales se pronuncian acertadamente por la salud como necesaria para cualquier continuidad y reconocen en otros escenarios, analizar las posibles iniciativas que saltan a favor de los avances educativos y de sus protagonistas.
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Biólogo, máster y curso de doctorado en inmunología, doctorado en muerte celular, postdoctoral en Inmunología y metabolismo, y segundo postdoctoral en cáncer. Desde hace algo más de tres años lleva la plataforma de divulgación científica Ciencia mundana.
Buenos días. Como todo fluye, más rápidamente tal vez de lo que sostuvieron Heráclito y J. L. Borges, déjame señalar la fecha de la entrevista: 20-21 de abril.
Te robo de nuevo tiempo y dedicación a las muchas tareas que tienes entre manos. Gracias por ello.
Déjame empezar por unas preguntas que vuelven a inquietar a muchos ciudadanos. La primera: más allá de los problemas de recuentos (algunos de ellos nada inocentes), y sin olvidarme de situaciones como las de Italia, Bélgica, algunos estados de USA, Nueva York por ejemplo, ¿cómo se explica la alta tasa de mortalidad española por la COVID-19? Un argumento que suele esgrimirse, no con mala intención, es el de Grecia. Su sistema público de salud estaba por los suelos (peor que los nuestros) tras las múltiples agresiones sufridas e impuestas por la troika. Sin embargo, a pesar de ello, su índice de mortalidad y afectación es mucho menor que el nuestro por ejemplo. ¿A qué puede ser debido?
Hay aspectos de la tasa de mortalidad que aún no quedan claros. Está claro que conocer el número de contagiados sería un primer paso. Pero tenemos que hablar de dónde se han producido la mayoría de los muertos. El epicentro de la mortalidad han sido las residencias de ancianos. Más de 11.000 personas han muerto por Covid-19 en nuestras residencias. Esa cantidad, dividida por 18 mil, nos da el 60% de los fallecidos. Más allá de que desconocemos el alcance real de la epidemia, y por tanto la verdadera tasa de mortalidad, la realidad es que miles de personas mayores han muerto prematuramente abandonadas por el sistema en las residencias. Las razones son claras: privatización de un servicio esencial, precarización del personal, falta de previsión, desmantelamiento de la atención primaria y hospitalocentrismo.
A menudo los hospitales no han admitido que se traslade a los enfermos de las residencias, y no se les han dado medios para detectar, aislar y cuidar a esas personas.
En el caso del País Vasco, por ejemplo, los sindicatos y las asociaciones de familiares han tenido que denunciar a los responsables de las diputaciones forales (del PNV) porque no se estaban haciendo públicos los muertos por COVID-19 al ministerio de Sanidad, y han aparecido de repente 500 muertos. Las reivindicaciones, ¡a principios de abril!, eran más medios de protección, tests para todo el personal, formación en prevención, medicalización de las residencias (con su formación aparejada), planes de desinfección, etc.
Las escenas de la UME desinfectando residencias y asesorando en higiene al personal, o sea, la militarización de los cuidados, tendría que ponernos los pelos como escarpias.
En términos generales, los expertos en “salubrismo” y Salud pública lo tienen claro, el desmantelamiento de la atención pública, la privatización y externalización de la sanidad, son los principales causantes de la gran mortalidad.
Cuando hablas de hospitalocentrismo, ¿a qué te estás refiriendo? ¿Podrías definir este concepto crítico?
Es un concepto que cojo de salubristas como Javier Padilla, que se refiere a que el centro de gravedad de la atención sanitaria se desplaza a los centros hospitalarios y se adelgaza la atención primaria. En el caso de la pandemia está claro que los hospitales fueron fuente de contagio, y que mucha de su saturación se podría aliviar en los centros de atención primaria. Pero no soy ni de lejos experto en esto.
Cito una afirmación tuya que es especialmente grave en mi opinión: “A menudo, los hospitales no han admitido que se traslade a los enfermos de las residencias, y no se les han dado medios para detectar, aislar y cuidar a esas personas.” ¿Dónde ha pasado? ¿Puedes darnos algún ejemplo? ¿Alguna referencia?
En concreto son denuncias anónimas de trabajadoras del País Vasco, pero es obvio, de esas 11.000 personas muertas en residencias, muchas no se han llevado a los hospitales a morir. Durante varias semanas se estuvo hablando del criterio de exclusión en UCI, las personas más vulnerables tenían más probabilidades de quedarse sin cama y respirador. La misma lógica se da con los ancianos y ancianas.
La OMS alertó a España recientemente, el pasado 15 de abril, de que no debíamos confiarnos, que aún no se ha pasado por lo peor del virus. ¿Aún no? ¿Cuándo puede llegar ese momento? ¿Qué sería entonces lo peor?
No sé en qué se basan para afirmar algo así. Sobre todo porque después de dos meses seguimos sin datos de la incidencia de la epidemia en nuestro país. La dependencia enorme de nuestro sistema sanitario de la empresa privada ha hecho que aún no se estén haciendo pruebas serológicas sistemáticamente y con un plan epidemiológico. Llevan semanas diciendo que “están en ello”.
Por otro lado, los virus nuevos son más letales y con el tiempo van seleccionándose los menos letales. Básicamente por probabilidades de transmisión. Las variantes SARS-Cov-2 más letales se transmitirán menos.
Esta misma semana dos artículos confirman lo que ya se sospechaba, que la mayoría de los contagiados pasan desapercibidos. En Science se ha publicado uno estimando que el 86% de los casos en Wuhan pasaron desapercibidos y otro, que aún no se ha revisado, en el que se estima que los casos en una región de California son entre 50 y 85 más altos de los diagnosticados.
Esto es un arma de doble filo. Por un lado, la capacidad de propagación es mayor, en el caso de curvas ascendentes como la estadounidense, pero por otro hay más gente con una potencial inmunidad al virus como sería en Europa.
Como ves, cualquier atrevimiento a predecir el futuro es pura especulación. Pero supongo que la OMS lo dice para que los gobiernos y la sociedad no se confíen.
Tal vez sea esa la razón. El doctor Zhang Wenhong, que encabeza la lucha contra el coronavirus en la ciudad de Shanghái, ha señalado hace unos días que, en su opinión, dentro de medio año el mundo se verá obligado a resistir un nuevo brote del covid-19. ¿Es probable? ¿Se puede afirmar una cosa así sólidamente?
Leo las entrevistas y es una opinión, por supuesto muchísimo más fundada que la mía. Básicamente porque no encuentro las justificaciones epidemiológicas o biológicas por las que se repetirá el brote del mismo modo. Me parece especulativo y alarmista, sobre todo porque ahora estamos algo más preparados.
Representantes de la OMS han recordado que siguen sin tener respuesta a la pregunta de si los pacientes recuperados del covid-19 pueden volver a contagiarse o desarrollar inmunidad al nuevo coronavirus. Otra cuestión que también les preocupa es si el SARS-CoV-2 desaparece por completo del organismo de los pacientes considerados «curados», los que han dado negativo en las pruebas finales. Se conjetura que el coronavirus puede ser capaz de quedarse ‘dormido’ (por así decir) y volver a activarse más tarde. ¿Qué puedes decirnos de estas cuestiones? Lo que está sucediendo en China parece confirmar la posibilidad de un nuevo contagio en pacientes recuperados.
En España seguimos en una ventana de entre 2 y 20 millones de personas contagiadas. Si son “solo” dos, entonces sí, aún no hemos pasado lo peor ni de lejos, si son 20, entonces tenemos muchísima más inmunidad de grupo, o no, porque la misma OMS pone en duda que:
1- Exista un suficiente porcentaje de la sociedad inmunizado para la llamada inmunidad de rebaño,
2- Tener anticuerpos contra el virus (haberlo pasado) genere inmunidad,
3- Se pueda hacer, en consecuencia, un pasaporte inmunológico que permitiera salir con normalidad a las personas seropositivas. (Sin mencionar los graves problemas éticos y legales que eso plantea)
Lo que yo estoy viendo es que el virus induce una fuerte respuesta serológica. También lo he hablado con algún compañero que está trabajando en esto y confían en que esa respuesta sea a largo plazo, o sea, que produzca memoria inmunológica. Pero temen que la espícula pueda mutar y entonces esa memoria no sea eficiente, ni una vacuna por cierto. Sin embargo, las respuestas inmunológicas naturales (a diferencia de las vacunas) son policlonales. O sea, de alguna manera el sistema inmune genera una fotografía tridimensional del virus y ataca por varios flancos, unos más eficientes que otros. Y esto es único en cada persona, como un copo de nieve, no hay dos respuestas iguales.
Así que, en mi opinión y la de otros expertos, si hay olas estacionales no serán tan virulentas como esta.
Con respecto a si se puede quedar “durmiente”, tampoco veo una explicación biológica. Los coronavirus son virus ARN que son capaces de replicarse sin pasar a ADN a diferencia de los retrovirus que sí “retrotranscriben” su material genético ARN a ADN lo que le permite integrarse en el genoma de la célula huésped. En el caso del VIH eso le permite pasar años “escondido”. En el SARS-Cov2, el tipo de célula que infecta y su dinámica molecular hace difícil que pueda quedarse escondido. Pero está por probar, claro.
¿Y por qué es tan virulento este coronavirus? La OMS, por boca de su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha afirmado que el covid-19 era 10 veces más mortífero que la pandemia de gripe de 2009.
¿A qué nos referimos con virulencia? Si es al número total de muertes, pues sí. Pero eso no depende de la biología del virus únicamente, sino de otros factores. Por ejemplo:
4. Y lo que ya hemos hablado, sistemas sanitarios privatizados y/o enclenques, hospitalocéntricos,
Y luego, sí, la biología. Nuestro sistema inmune no tiene ninguna experiencia con un virus así, y los más envejecidos reaccionan de manera desproporcionada, desequilibrada, generando neumonía.
Otra información de estos últimos días (del portal especializado Stat): el antiviral remdesivir, desarrollado por Gilead Sciences Inc., parece que podría curar los síntomas de los afectados por covid-19 en menos de una semana. Las pruebas se han llevado a cabo con pacientes en un hospital de Chicago (Illinois, EE.UU.). La Universidad de Medicina involucró, ignoro con qué protocolos, a 125 personas afectadas por covid-19, 113 de ellos en estado grave, en dos ensayos clínicos. Desde que se inició el tratamiento, se observó una disminución rápida de la fiebre y de los síntomas respiratorios en casi todos los pacientes tratados. Fueron dados de alta, como te decía, en un plazo no superior a siete días. ¿Hay aquí alguna línea de esperanza o estamos en el ámbito de las especulaciones-negocios?
Otro tema interesante con muchas aristas.
Si volvemos a los nucleótidos de los que hablábamos al principio (A, U, G, C), el remdesivir es un análogo de la A (Adenina), y cuando el virus, en su replicación, incorpora la A del remdesivir (que tiene una modificación) a la cadena en vez de la A nativa, hace que esa replicación se aborte. Entonces, en una situación como en la del ensayo, en la que todas las personas tratadas están muy mal, con una carga y replicación vírica enorme, la avidez por la Adenina es muy grande, así que es lógico que el fármaco reduzca la carga viral, la fiebre, y al final reduzca los síntomas.
Sin embargo, no se pueden lanzar las campanas al vuelo.
Primero, el ensayo no tiene grupo control. O sea, a todos los pacientes se les dio el fármaco. Y eso es un problema, porque no sabemos si en ese grupo de ciento y pico personas el proceso natural de la enfermedad hubiera sido el mismo que sin el tratamiento. Eso, sumado al inevitable efecto placebo. Esos pacientes sabían que estaban siendo sometidos a una terapia experimental, y eso levanta mucho el ánimo.
Por otro lado, cuando se analiza la publicación del ensayo clínico, nada menos que en la revista The New England Journal of Medicine, muy prestigiosa, se ve que bastantes autores recibieron dinero de Gilead, y escribieron el protocolo del ensayo después de llevarlo a cabo.
Pero bueno, si nos basamos en la evidencia general, hay evidencias que hacen pensar que efectivamente este tratamiento funciona.
Lo más importante es tener claro con este y otros antivirales que en el caso de que se pruebe su eficacia es un fármaco paliativo, que no está mal, pero en ningún caso va a evitar la expansión del virus. Y esto es muy importante en las circunstancias actuales. Me explico.
Te lo agradecería
Gilead (tremendo nombre) es la farmacéutica que compró la empresa que había descubierto el famoso Sofosbuvir contra la hepatitis C, y se hizo de oro. No olvidemos que este tipo de multinacionales farmacéuticas están recibiendo millones de euros de dinero público para sus investigaciones. Y han puesto en marcha toda la maquinaria técnica y propagandística. Quieren forrarse. Y aquí está el principal problema: los accionistas, los que mandan, no quieren el mejor tratamiento posible para la humanidad sino los mejores resultados en bolsa. Aunque muchas veces esos intereses coinciden, ojo.
Y esta es la evolución de sus acciones en los últimos seis meses en plena caída de la bolsa:
Entonces tenemos un medicamento muy caro, paliativo, que en el mejor de los casos va a evitar que un puñado de “ricos” eviten morir de Covid-19.
Según la OMS, también es una información de estos últimos días, tres vacunas del covid-19 están en ensayos clínicos y otras 70 en desarrollo. Eso sí, una portavoz de la organización, la doctora Margaret Harris, ha advertido de que una vacuna contra el coronavirus tardará al menos 12 meses en llegar. A grandes rasgos, ¿es esta la situación en el asunto de las vacunas? ¿No son muchos intentos dispersos? ¿Por qué no juntar fuerzas? ¿Alguna aportación de algún equipo de investigación español?
Está claro que hay una competencia feroz entre potencias y entre capitales. No por nada la tecnociencia es uno de los elementos principales del imperialismo contemporáneo. Y esta competencia no es solo Huawei o la guerra espacial, sino también la biotecnomedicina. La potencia que primero alcance la vacuna hará como Alemania con las mascarillas, la priorizará para su población, sus trabajadores, para tener ventaja competitiva con el resto.
En un mundo ideal la cooperación entre grupos y potencias se debería dar para alcanzar determinados objetivos tecnológicos como una vacuna. Sobre todo, en las cuestiones más oscuras y patentadas como los adyuvantes, los datos preclínicos y en animales, etc. Los pobres laboratorios públicos están probando cosas que ya han sido descartadas por otros grupos públicos y privados pero que no son publicadas. La cooperación en ciencia en general es baja o inexistente en algunos ámbitos, y el sistema corrupto de incentivos hace que se fomente la competencia y se vuelva a tropezar una y otra vez con las mismas piedras sin que el resto del mundo se entere.
Y no hablemos del racismo institucionalizado en la ciencia, que bien muestra Angela Saini en Superior: The Return of Race Science. Hay médicos franceses que abiertamente hablan de que se tendrían que ensayar las vacunas en los negros.
En España hay varios grupos que se dedican a investigar vacunas contra virus y están trabajando mucho en la vacuna contra el SARS-Cov2. Pero están en pañales, por más que el ministro Duque haga un ridículo espantoso al afirmar “Vimos desarrollos muy avanzados. Me pareció que allí teníamos un candidato a vacuna o, si no, lo tendremos la semana que viene”.Que lo de la semana que viene no deja de ser un lapsus, pero es significativo.
Insisto un poco más en el tema. Según parece, la multinacional Johnson & Johnson (JNJ), nada menos que la tercera compañía farmacéutica más grande del mundo, planea comenzar próximamente la producción “a riesgo” de su vacuna de prueba COVID-19 (Creo que planea producirla en los Países Bajos y en una instalación renovada que posee en USA). ¿Qué es una producción “a riesgo”? ¿A riesgo de quién?
Me da la risa. A riesgo supongo que se refieren a que van a empezar a producirla sin estar probada y aprobada. ¿Alguien se cree que no han hecho números? Repito: tienen beneficios estratosféricos, están siendo subvencionados con nuestros impuestos, imponen precios desorbitados a nuestros sistemas sanitarios y después se atreven a hacerse los héroes diciendo que van a producir la vacuna “a riesgo”. Como poco, el impacto en su imagen de algo así es muy grande. Puro marketing.
Se ha suspendido estos días en Brasil, tras la muerte de 11 pacientes, un ensayo para combatir el coronavirus con cloroquina. Las personas que tomaron dosis altas presentaron arritmias cardíacas. ¿Qué pasa con la cloroquina? ¿No se habló de este fármaco como un buen método para enfrentarse al COVID-19?
La cloroquina (CQ) es probablemente uno de los fármacos más antiguos, junto con el ácido acetilsalicílico (aspirina). La quina también sirvió como argumento original para desarrollar el cuento de la homeopatía. Lo que hace este compuesto es impedir la acidificación de unas vesículas de las células necesaria para la “autodigestión” o autofagia. No recuerdo el mecanismo, pero impide la proliferación de los parásitos intracelulares como Plasmodium falciparum, el protozoo que causa la malaria. Los indígenas peruanos la utilizaban para ello.
En el caso del Covid todo empezó con un par de artículos que indicaban que la CQ reducía la proliferación del virus. Que para liberar su ARN en la célula necesita que unas vesículas se acidifiquen, algo que evitaría la CQ. Y como suele pasar, a unas concentraciones que matarían a cualquiera, no solo al virus. La propaganda hizo el resto. Se empezaron rápidamente ensayos clínicos. En apenas un mes se ha pasado de 6 a 43 ensayos clínicos. Los primeros miraban carga viral y no resultado clínico; tenían muy pocos pacientes, con gran porcentaje de bajas. Un desastre.
Y efectivamente, la cloroquina es letal cuando por ejemplo se toma con el fármaco contra la diabetes Metformina, y tiene una toxicidad cardíaca enorme. Así que por eso es muy importante que antes de ponerse a probar fármacos, así a lo loco, se hagan los oportunos ensayos de toxicidad. No es lo mismo que la tome una persona joven contra la malaria que una anciana.
Pero donde más indigna este alboroto mediático (hype, como dicen en inglés) es en el asunto Didier Raoult, director de la unidad de investigación en enfermedades infecciosas en Marsella. Este investigador hizo un ensayo con 26 personas, sin los más mínimos controles, no solo no tenía grupo control sino que a 16 de ellos los trató en clínicas distintas. Después hizo algunos “ajustes” como quitar algunos pacientes, se utilizaron distintas técnicas según pacientes para evaluar la carga viral, y publicó finalmente los resultados en una revista que él controla. ¡De nuevo en 24 horas!
A continuación, se puso en marcha la maquinaria mediática y su abogado anunció la cura milagrosa en la cadena de televisión Fox, y de ahí a Trump, que anunció en un tweet que era uno de los hitos más importantes de la historia de la medicina. Las consecuencias no se hicieron esperar. La cloroquina se agota en las farmacias, la gente con diabetes muere por toxicidad. El uso de esos dos fármacos, CQ y el antibiótico Azithromicina, aumentan muchísimo el riesgo de infarto al causar arritmias letales. Los pacientes españoles de Muface autorecetándose CQ, desabastecimiento para otros tratamientos donde sí se ha probado eficacia (Artritis o Lupus).
La falta de ética de muchos investigadores es enorme. Raoult en febrero, antes de que empezara el “ensayo” dijo “Así, es posible el uso de la CQ tanto como profilaxis como en el tratamiento de la infección por coronavirus que será pronto evaluado por nuestros colegas chinos”. Esto último nunca sucedió. Los ensayos se suspendieron, excepto uno que muestra que no hay diferencias entre pacientes tratados y no tratados, ahí sí se hizo bien: grupo placebo y al azar.
Pero la bola de nieve no se detiene y de nuevo la cloroquina se convierte en la excusa de otra homeopatía, esta vez impulsada por el sistema científico.
¿Hay novedades sobre el origen de este coronavirus? Hace unos días, es un ejemplo entre otros, aparecía en la prensa esta información: un análisis genético del SARS-CoV-2 -y otros coronavirus relacionados- sugiere que la pandemia pudo haberse originado en el aparato digestivo de perros callejeros antes de pasar a los humanos. La conjetura proviene, según creo, de las investigaciones del profesor de biología de la Universidad de Ottawa Xuhua Xia. Su estudio fue publicado en la revistaMolecular Biology and Evolution el 14 de abril. Según Xia, un grupo de perros callejeros comieron murciélagos infectados y de ahí surge todo.
Me alegra de verdad que me hayas hecho estudiar este hecho, porque yo también había visto el titular y me había quedado con esa información. Al final no es un hecho muy descabellado, ¿verdad? En la búsqueda del culpable chino, la secuencia lógica: murciélago – perro – humano que come perro se infecta y es responsable de la epidemia. Es lo suficientemente atractivo para el occidental como para ser viral y atraiga los tan deseados “clics”.
Pero me he puesto a leer sobre el estudio y es muy interesante. Y es que solo un puñado de personas (y no estoy entre ellas) en el mundo pueden realmente analizar críticamente lo que ahí se dice, más allá de creerse lo que el único investigador del estudio concluye. Pero bueno, esa tendría que ser la labor del periodismo, contrastar los datos. Por ejemplo, yo tengo los conocimientos de biología básicos para entender el contexto, no la experiencia para criticar las conclusiones de Xia, pero sí para entender lo que dicen otros expertos.
Lo primero que se plantea es que nada de lo que Xia escribe en su artículo justifica los titulares que generan alarma y están haciendo que muchísimos perros estén siendo sacrificados.
Toda la conjetura se basa en los CpG, que son dinucleótidos de Citosina y Guanina, seguidos y separados por un fosfato (p). O sea, las “letras” de la secuencia genética de un virus ARN son cuatro: Adenina, Citosina, Guanina y Uracilo. Imaginemos que de todas las combinaciones hay una que es una C y después una G. Pues bien, nuestras células son capaces de detectar secuencias de ARN con alta proporción de CpG, provocando la activación del sistema inmune antiviral. Por ello, muchos virus, por selección natural, tienden a reducir la proporción de CpG para así evitar al sistema inmune. Aunque tampoco se entiende muy bien los mecanismos por los que más o menos CpG generan más respuesta y si siempre es así. Pero esa es la hipótesis.
Xia coge las secuencias de SARS-Cov-2 (Beta-coronavirus), las compara con secuencias de coronavirus presentes en el intestino de perros, que son de otra familia, alfa-coronavirus, (ha mezclado literalmente churras con merinas) y dice, mirad, tienen una proporción parecida de CpG, eso es porque el SARS-Cov-2 se ha adaptado al intestino de perros, no cualesquiera, a los perros callejeros.
Hay algunas razones más, pero no me quiero extender con aspectos técnicos. Lo importante es que como viene siendo habitual ni las revistas científicas ni el periodismo han hecho su trabajo. Es un estudio de mera correlación (churras y merinas pueden ser blancas) que no explica absolutamente nada y que, además, ha obviado intencionalmente factores como la variabilidad en CpG en todas las familias de virus, lo que hace que las diferencias entre SARS sea realmente insignificante.
Mala ciencia, especulación y propaganda.
¿Quieres añadir algo más?
Estoy notando que se están agudizando dos tendencias. Por un lado, el autoritarismo, por llamarlo de algún modo. La militarización del estado de alarma con muchos abusos policiales y restricción de los derechos humanos. Por otro, la fe en el solucionismo tecnológico. Es cierto que se oyen voces que plantean que cuando esto termine tendremos que reivindicar más sanidad pública universal. Sin embargo, hay un fuerte esfuerzo mediático para hacer creer que la pandemia se va a solucionar con medicamentos y vacunas. Solo hay que ver a Jesús Calleja entrevistando a científicos y científicos convertidos en charlatanes. Ese catedrático, José María Fernández, y dueño de la empresa Pharmamar, está pidiendo junto con Calleja que se quiten los controles para aprobar en seres humanos nuevos fármacos. Pero es que ese “fármaco”, lo entrecomillo porque aún no ha servido como tal, ha sido rechazado dos veces por la Agencia europea del medicamento porque no compensa el riesgo. Ahí hay más propaganda liberal y negocio que ciencia.
Si las ayudas tecnológicas vienen, están basadas en la evidencia científica, son universales y gratuitas, bienvenidas. Pero si van a servir, como parece, para apuntalar la desigualdad internacional, mala “solución”. Hay que reforzar el sistema científico, y una parte sería con más financiación, pero alimentar un sistema corrupto como el actual solo va a profundizar en la desigualdad del reparto.
Gracias, muchas gracias. No abuso más. Estos días pasados, ¡el 14 de abril!, falleció Albert Escofet, un compañero de larguísimo recorrido de lucha y entrega social que no sé si llegaste a conocer. ¿Te importaría que dedicáramos a su memoria esta entrevista?
Recientemente el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo: «Por favor, pongan la politización del COVID-19 en cuarentena. Si queremos ganarle, no debemos perder el tiempo apuntando con el dedo», y afirmó que «la unidad es la única opción para derrotar este virus».
Desgraciadamente en el país el COVID-19 está politizado. Lo han politizado el gobierno y los partidos políticos. Por un lado, el gobierno que considera tenerlo todo bajo control adoptando un protagonismo hegemónico y excluyente. Por otro, una oposición política dividida y debilitada, incapaz de obligar al gobierno a dar un giro a las políticas yestrategias de prevención y control del COVID-19, garantizando los recursos que sean necesarios. Las caridades dedonantes deben ser acogidas, pero están en segundo lugar.
Gobierno y oposición tendrán que dividirse la responsabilidad por los muertos. Y también a nosotros nos tocará una parte si permanecemos indiferentes y en silencio mientras el número de muertes aumenta y también el dolor y el sufrimientode las familias.¿A quién responsabilizaremos? Todos seremos culpables, incluyendo a los legisladores.
La situación del COVID-19 en el país es más grave de lo que se nos dice. Las cifras y el avance acelerado del virus son un claro ejemplo de esto. Según el epidemiólogo y salubrista Carlos Manuel Félix Cuello, Coordinador del Programa Control de Infecciones del Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral, del Distrito Nacional, “las autoridades no han sabido manejar la enfermedad yhan centrado sus esfuerzos en una dirección incorrecta. La situación se le ha ido de las manos”. (Diario Libre, 8.04.2020). ¡Debe haber una sincerización ética de la situación, las medias verdades agrandan los efectos del COVID-19.
Pareciera, entonces,que “estamos en manos de nadie”.Nos encaminamos a un aterrador “sálvese quien pueda”.Estamos ante un momento muy delicado de la pandemia en el que se deben tomar decisiones acertadas y con la debida celeridad. Ni el gobierno ni la oposición política puedenhacerlo solos. ¡Se salvarían muchas vidas si lo reconocieran!
La preocupación es doble. Estamos frente a un segundo virus: elvirus político. A la crisis del COVID-19 viene a sumarse el trauma político de la suspensión de las elecciones de febrero pasado y la incertidumbre de las elecciones de mayo, que ponen peligro la salud y la vida de la democracia dominicana. ¡Hay muchas cosas de esta crisis que deben ser aclaradas y sometidas al tamiz de la transparencia.
Hay dos grandes crisis. Y la segunda crisis, la política, no puede dejarse solamente en manos del gobierno ni de la Junta Central Electoral ni de los partidos políticos. Lo que suceda en el país en el ámbito político, económico y socialdurante la pandemia y después de ella, tampoco puede dejarse en manos de los políticos y del gobierno.
No se trata de buscar “soluciones de cúpulas”. Sino decisiones provenientes de un esfuerzo colectivista, inclusivo y abierto a todos los sectores. La politización por parte del gobierno y de los partidos puede obstaculizar y patologizar una necesaria comunidad de solidaridad. ¡Hay pruebas de reiteradas exclusiones en momentos de crisis!
Se requiere, con urgencia, tomar las medidas económicas adecuadas para limitar las consecuencias económicas de la pandemia sobre las personas, sobre todolas más desfavorecidas. El sector privado debe estar también a la altura de las circunstancias, ayudando con recursos y aportando recursos humanos y logísticos. El Estado tiene la obligación de proveer todos los recursos necesarios. Y no como un favor del gobierno.
La crisis de la pandemia del COVID-19 en el país se da en un momento de profunda debilidad del gobierno del presidente Medina. Con instituciones gubernamentales ineficientes y muchas de ellas penetradas por la corrupción; que no ha conseguido encauzar las demandas sociales de las clases más necesitadas,precisamente en una de las áreas que más pone a prueba esta crisis: los servicios públicos, y especialmente el sanitario.
El afrontamiento “asistencialista y populista” del COVID-19 por parte del gobierno de Danilo Medina constituye una prueba visible de politización inescrupulosa enfocada en conseguir votos paralas próximas elecciones presidenciales y congresuales, todavía inciertas.
El manejo de la crisis generada por COVID-19 constituye también una prueba para el liderazgo del presidente Medina, cuya popularidad y respaldo social no pasanpor su mejor momento. ¿Cuándo va a salir el presidente Medina de su mutismo y aparecerá en público paratestimoniar su solidaridad visible con el pueblo como primer mandatario de la nación?
Los partidos políticos, a su vez, también exhiben una desaforada politización proselitista frente al COVID-19. Su “solidaridad” se ve contaminada porsus respectivas campañas partidarias de cara a los próximos comicios presidenciales y congresuales, capitalizados por candidatos y partidoscon un “paternalismo” simulado para ganar puntos políticos a costa de la tragedia. Otros, de manera irresponsable, simplemente guardan un silencio cómplice.
Crear “alianzas y pactos” para afrontar las dos crisis. La delCOVID-19 y la crisis política (y también la crisis económica), tal como lo ha propuesto el líder del PRM, es una propuesta pertinente, necesaria y vigorosa que debemos hacerla de todos. El gobierno debe despojarse de su protagonismo excluyente para facilitarla. ¡Es una obligación moral!
El gobierno, como expresión sincera de una “no-politización mezquina”,debe dar el primer paso parapropiciar el acercamiento colaborativo y responsable de todos los ciudadanos y de todosliderazgos nacionales, sin exclusión. Sumados a la participación ineludible delos partidos políticos, los empresarios, las iglesias, las universidades, el sector sindical, los intelectuales, los medios y las organizaciones comunitarias y profesionales. ¡Y deberá hacerlo con una urgencia ética para salvar vidas, aquí y ahora!
La politización parcializa, desenfoca, divide y embrutece política y emocionalmente. Dificulta, retarda y contamina la responsabilidad por el otro y el compromiso con la contribución individual e institucional para enfrentar la pandemia del COVID-19,que acorrala al país y lo pone en situación de alta emergencia con resultados impredecibles.
Pensemos como país. Pensemos para el país. Obremos con responsabilidad. No perdamos más tiempo. Las muertes aumentan. El COVID-19 nos está ganando la batalla. Detengamos las muertes. Salvemos vidas. Dejemos a un lado la nefasta politización que cobra vidas, que causa muertes. ¡Queda en las manos yen la conciencia de todos!
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