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Balance de 2020 y retos de 2021

Por: Dinorah García Romero

Por otra parte, el año 2021 presenta retos, cuya atención es impostergable. Requieren voluntad política del Gobierno dominicano y corresponsabilidad ciudadana. Cabe destacar el reto de una mayor y mejor observancia de la normativa del Ministerio de Salud Pública, MSP; de la Organización Panamericana de la Salud, OPS y de la Organización Mundial de la Salud, OMS.

El año 2020 ya está en el tramo final. Este período se ha dejado sentir con fuerza en los diferentes sectores y actores de la sociedad, tanto en el mundo como en el ámbito local. En general, ha sido una etapa compleja y aleccionadora. Su complejidad viene dada, especialmente, por la presencia de la pandemia COVID-19. Esta enfermedad ha generado, y continuará provocando, cambios sociales personales, locales y mundiales; institucionales y culturales. Ha sido un tiempo en el que, sin quererlo, hemos tenido que empezar a pensar y a actuar violentando tradiciones y prácticas habituales que nos llenaban de gozo, de satisfacción. En el 2020, muchas tareas sufrieron cambios drásticos: se han reducido las fiestas de familias extensas; los encuentros y fiestas sociales; el diálogo con expresiones libres de mascarillas; los abrazos y la proximidad física. El virus del año ha restringido la diversión nocturna; y la libre circulación vespertina y nocturna. De igual modo, ha urgido a dialogar en tono bajo, para evitar la expansión del contagio y la letalidad.

El año que finaliza no ha sido un tiempo fallido. Ha posibilitado el avance en muchos aspectos. A nivel mundial, se celebra la celeridad con la que se han obtenido vacunas para enfrentar el impacto del coronavirus. A nivel local, hemos de celebrar el inicio de una fase en la que parece que el Poder Judicial se respetará a sí mismo y actuará conforme a los dictados de la Constitución de la República y los principios de los derechos humanos. En este 2020, a nivel local, hemos de destacar el fortalecimiento de la conciencia y corresponsabilidad ciudadana, cuyo indicador más relevante se vincula con la vigilancia permanente del curso de acción de la corrupción y de la impunidad en la República Dominicana. Es un seguimiento inteligente y crítico, para controlar a los depredadores del Estado Dominicano. Ha sido el año de la educación preuniversitaria virtual y de la educación superior híbrida, despertando capacidades dormidas; movilizando la creatividad de los docentes y de los estudiantes. Este año ha propiciado oportunidades para repensar la práctica; sustantivar lo esencial; priorizar la vida y acentuar el cuidado personal y colectivo. El 2020 ha sido una época de reaprendizaje continuo y de búsqueda del sentido trascendente de la realidad pandémica.

Por otra parte, el año 2021 presenta retos, cuya atención es impostergable. Requieren voluntad política del Gobierno dominicano y corresponsabilidad ciudadana. Cabe destacar el reto de una mayor y mejor observancia de la normativa del Ministerio de Salud Pública, MSP; de la Organización Panamericana de la Salud, OPS y de la Organización Mundial de la Salud, OMS. Si continúa el cumplimiento discrecional por parte de los ciudadanos de las medidas sanitarias, la República Dominicana afrontará problemas graves, con repercusión para los que respetan la normativa y para los que las violan de forma sistemática. Asimismo, el año entrante nos presenta el reto de una educación virtual más consistente, fundamentada e incluyente. Este reto demanda, al mismo tiempo, atención especializada a la salud, al trabajo; y a la persona de los estudiantes y de los maestros, quienes han de renovar sus aprendizajes, para no reproducir de forma instrumental y rutinaria acciones y procesos básicos en el acto de enseñar.

El nuevo año también nos reta, personal y colectivamente, para que aprendamos a priorizar lo esencial. Nos reta, para que posibilitemos un bienestar común, a alejarnos del afán de parecer, negando la posibilidad de ser y de compartir los valores que poseemos. El país requiere un compromiso sostenido de cada ciudadano, para que entre todos potenciemos el desarrollo educativo, social, económico y cultural. En esta tarea nadie tiene vacaciones; es una responsabilidad ineludible desde el ámbito en el que nos desenvolvemos. Para actuar en esta dirección, es necesario una toma de conciencia colectiva de la necesidad del esfuerzo compartido, si queremos que la nación avance y, al mismo tiempo, favorezca la humanización de la sociedad y de sus instituciones. Acojamos el año 2021 como una ocasión nueva para aportar lo mejor de nosotros mismos, al tiempo que valoramos las potencialidades de las personas con las que damos pasos para buscar y construir el bien personal y social.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/balance-de-2020-y-retos-de-2021-8896375.html

Imagen: Free-Photos en Pixabay

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Información e infodemia

Por: Elisabeth de Puig

Resulta más difícil fomentar la actitud crítica ante la manipulación de los hechos y los análisis intencionados cuando existe una clara tendencia a adiestrar el pensamiento de la audiencia para que no tenga juicio propio sobre la información que consume.

Vaya paradoja: es en la era de la mayor interconexión entre los seres humanos que la desinformación ha aumentando en el mundo hasta tomar proporciones dramáticas por su propagación viral por las redes sociales.

A raíz de la pandemia de Covid 19 se ha forjado un nuevo concepto: el de infodemia, que deriva de las palabras información y epidemia, y que ha sido oficializado por la OMS en febrero 2020

Nunca antes la humanidad había tenido acceso a tanto volumen de información, lo que no significa que estemos mejor informados. Más bien, es mucho más complicado ahora saber si lo que leemos es verdad o no.

La función de los medios de comunicación tradicionales era y sigue siendo la de presentar un amplio abanico de perspectivas, para que a partir de ahí los ciudadanos puedan construir su propia percepción de la realidad.

Sin embargo, en el momento que se estimula una participación activa de todos y todas en las redes sociales con el desarrollo de una velocidad de propagación impensable hace solo algunos años, nuestra época se caracteriza también por la falta de una actitud crítica y la poca calidad de los análisis sobre las informaciones

En 2020, para más de la mitad de la población del mundo desarrollado la primera fuente de acceso a las noticias y opiniones son el internet y las redes sociales. Se han quedado atrás los libros, la televisión, la radio y la prensa escrita.

Como las noticias falsas provienen, sobre todo, de las redes, es función del periodista alejarse de ellas y ofrecer cada vez más conocimientos, análisis y filtro.

De manera general es bueno entender que la desinformación busca encajar de manera directa con nuestros gustos, creencias, miedos o deseos, mientras que la información se dirige a nuestro ser racional y a nuestro conocimiento.

Se debe considerar que muchas de las noticias falsas no son inocentes y utilizan el conocimiento de la psique humana para impactar en un sentido o en el otro.

Resulta más difícil fomentar la actitud crítica ante la manipulación de los hechos y los análisis intencionados cuando existe una clara tendencia a adiestrar el pensamiento de la audiencia para que no tenga juicio propio sobre la información que consume.

La situación presente da pie cada vez más a que el usuario asuma como verdad cualquier noticia presentada de una manera que coincida con su ideología, sus valores y sus principios.

Por todas estas razones, cuando se difunden mentiras para favorecer a determinadas organizaciones o a partidos políticos, la desinformación electoral pone en riesgo la democracia; cuando se trata de noticias falsas y alarmistas sobre migrantes, minorías, casos de corrupción, como sobre el Covid 19, estas falsas noticias pueden ser letales. 

¿Cómo tratar de mitigar estos peligros que las mismas plataformas en línea no están en capacidad de controlar? Han surgido “fact-checkers”, o verificadores de hechos y de datos. El Fact-Checking Network (IFCN), perteneciente al Poynter Institute, reúne a más de 100 profesionales de 45 países dedicados a analizar la información.

Cada uno de nosotros tiene su grado de responsabilidad como consumidor y reproductor de noticias; lo menos que podemos hacer en caso de dudas es comprobar la fuente de la que proviene la noticia, su autor, el día y, si es necesario, hacer una breve búsqueda por internet y controlar el click automático y compulsivo que nos hace compartir tal o tal noticia.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/informacion-e-infodemia-8890810.html

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Principales consecuencias del uso de la mascarilla y cómo combatirlos

Los expertos recomiendan no utilizar maquillaje bajo la mascarilla, limpiar e hidratarse a menudo la piel con cremas adecuadas y descansar en su uso cada 45 minutos.

Las mascarillas tras un tiempo de dudas, se han convertido en obligatorias y en una necesidada para disminuir la transmisión del virus Covid-19 y salvar vidas, según la mayoría de los expertos en salud pública.

El uso de mascarillas, quirúrgicas, FFP2, etc. en lugares públicos reduce la propagación de la COVID-19 y forma parte de las medidas de prevención y control sanitario que ha establecido la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Forman parte de nuestros hábitos diarios y es fundamental a la hora de combatir la dispersión del virus está generando problemas secundarios a los usuarios, como irritaciones cutáneas, sensación de ahogo o aumento de los niveles de estrés. Con la llegada del calor estos síntomas, incluso, se ven agravados.

Irritaciones cutáneas

Enrojecimiento de la piel, picor y desarrollo de enfermedades como la dermatitis perioral, la rosácea y la acneiforme, son algunas de las principales consecuencias del uso de la mascarilla, lesiones que se ven agravadas en función del tiempo de uso de la misma, el aumento de las temperaturas, el roce que se produce al hablar y los materiales con los que está fabricada.

Los expertos recomiendan no utilizar maquillaje bajo la mascarilla, limpiar e hidratarse a menudo la piel con cremas adecuadas y descansar en su uso cada 45 minutos. En este sentido, Alberto Cantero, CEO de Gamma Solutions Health, la compañía española que comercializa en exclusiva la mascarilla portuguesa que inactiva el COVID-19, explica que “los fabricantes ya se han percatado de la necesidad de tener en cuenta estos efectos secundarios”. Por este motivo, afirma que “las mascarillas, en primer lugar, deben protegernos y proteger a los demás; pero también deben permitir una respirabilidad adecuada y ser respetuosas con la piel. Nosotros apostamos por mascarillas que, además de combatir el COVID-19, mejoran la experiencia del usuario implementando en ellas propiedades como la Vitamina E, Ubiquinol Q10, alcanfor, equinácea o aceite de cannabidiol, este último especialmente utilizado para combatir el estrés.”

Insuficiencia respiratoria

Precisamente la sensación de falta de aire mientras se utiliza la mascarilla es la más común de las complicaciones. El usuario pueda experimentar un ligero agobio e incluso dolor de cabeza o migrañas, que en muchos casos se agrava en función de la temperatura del ambiente y la sensación de calor. Por eso según Cantero, “todas las mascarillas en el mercado tienen que superar una serie de tests de eficacia y respirabilidad para su comercialización. Esta última se mide a través de la denominada fracción respirable que corresponde con la fracción que respiramos y puede alcanzar nuestros alveolos”. Algo que constata el informe Emisión y exposición a SARS-CoV-2 y opciones de filtración realizado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA), CSIC, que establece que esta fracción debe estar comprendida entre – 0 µm – 4 µm.

Aumento de los niveles de estrés

Además, según el Informe Las consecuencias psicológicas de la COVID-19 y el confinamiento, publicado por la Universidad del País Vasco, con la aparición del COVID-19 y las medidas de distanciamiento social y sanitarias, han aumentado los casos de ansiedad en la población. El citado estudio señala que “el miedo a la infección por virus y enfermedades, la manifestación de sentimientos de frustración y aburrimiento, no poder cubrir las necesidades básicas y no disponer de información y pautas de actuación claras o la presencia de problemas de salud mental previos o problemas económicos” son algunas de las causas de ese estrés, que en muchos casos se ven agravadas por el uso de la mascarilla y la sensación de ahogo.

Por otra parte, el CEO de Gamma Health recuerda que “los especialistas recomiendan hacer ejercicio, dormir las horas necesarias, evitar el consumo de alcohol y estupefacientes, beber agua y mantener una dieta saludable para lidiar con el estrés y, si es necesario acudir a un profesional”.

Fuente e imagen: https://www.diariocritico.com/salud/principales-consecuencias-del-uso-de-la-mascarilla-y-como-combatirlos

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Pobreza multidimensional impacta a primera infancia en Panamá

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Entrevista al epidemiólogo Manuel Franco: “Aunque moleste esta palabra, la desigualdad es gasolina para la pandemia”

Por:  Ramón Ferrer, Álvaro Lorite


Manuel Franco Tejero se reunió ayer, 1 de octubre, junto a 19 personas de ciencia, con el ministro Illa, máximo responsable de la gestión sanitaria de la pandemia provocada por el covid-19. Franco Tejero es epidemiólogo y actualmente forma parte de la Universidad de Alcalá de Henares y de la Johns Hopkins de Baltimore. El investigador señala las desigualdades en las ciudades como uno de los focos a los que prestar atención y reflexiona en torno a la importancia de los espacios públicos al aire libre.

[Transcribimos algunas partes de la entrevista, realizada antes de la reunión con el ministro. Para escucharla al completo, hay un enlace al final del texto]

Eres una de las veinte personas que compone el gabinete para evaluar cómo se está gestionando la pandemia y asesorar al ministro Illa. ¿En qué consiste vuestro trabajo?

Más que asesorando, somos 20 investigadores e investigadoras que llevamos desde verano pidiendo al gobierno central y a las autonomías que se haga una evaluación profunda e interdisciplinar. Por desgracia, somos de los países europeos con un problema de salud pública mayor. Esto merece una evaluación que nos sirva para entender qué se ha hecho bien y qué se ha hecho mal. Lo que aprendemos en Madrid puede aplicarse en otras ciudades del mundo. Este tipo de evaluaciones que ya se hacen en la OMS, en el Reino Unido o en Australia te da muchas claves y experiencias extrapolables. No se trata de culpabilizar a nadie ni competir, sino de cooperar y generar las herramientas que necesitamos para el futuro.

Estamos en la plaza de Olavide, Chamberí, que has señalado como uno de tus lugares favoritos de la ciudad. Un espacio abierto en medio de la urbe.

Yo he vivido toda mi vida en tres casas que rodean a este parque, al que obviamente quiero mucho. Es un reflejo de cómo ha ido cambiando la ciudad en los últimos 46 años. Nací en una de las bocacalles de esta plaza y mi familia ha trabajado en trabajos esenciales y manuales desde hace 120 años. Hemos sido partícipes de los cambios sociales y urbanísticos que se han dado. Durante los 80 y los 90 era un lugar que podría resultar hasta peligroso. Ahora tanto niños como personas mayores pueden disfrutar de este lugar verde y agradable. Esto es un servicio a un lugar con una densidad de población muy alta. Dar servicio a grupos de población muy diferentes es lo que hace que el urbanismo sea bueno. Chamberí hoy en día es un distrito muy privilegiado. Y este privilegio, respecto al covid-19 se basa en que podemos teletrabajar.

Te has definido como amante y defensor de los parques como espacios en las ciudades. Hay estupefacción e incomprensión por parte de quienes viven en las zonas confinadas ante el hecho de que cierren los parques.

Ver los parques como un lugar inseguro que hay que cerrar es de una miopía y una ignorancia tremenda. Los espacios públicos abiertos son los lugares más seguros. Lo que es inseguro es el lugar cerrado. Los lugares cerrados donde se concentra la gente, los interiores de bares, restaurantes o casas de apuestas son los lugares a evitar. Tenemos que ganar el espacio público abierto.

Esto siempre hay que verlo desde el punto de vista de las desigualdades. En una situación en la que una parte sustancial de la ciudad de Madrid, que son siempre las mismas áreas vulnerables, se está viendo gravemente afectada, lo que nos señalan los estudios es que esas personas son las que más necesitan el espacio público seguro. Son las que viven ocho personas en apartamentos de cuarenta metros cuadrados. Me parece tremenda esa falta de conocimiento.

Aquí tienes gente desde las seis y media de la mañana hasta las tres de la mañana. A las seis y media hay gente paseando al perro, después llegan los estudiantes que se juntan un rato antes de ir a clase, luego viene la gente a tomar un café, nosotros estamos ahora aquí trabajando, luego viene la gente que trabaja a tomar el menú del día, después grupos de ancianos de una residencia a tomar el sol. Por la tarde vienen los niños con sus padres y madres y a la noche vuelven los adolescentes y toman la plaza. Eso es fantástico.

¿En qué momento estamos, según el corpus teórico de la pandemia y la salud pública? ¿Y por qué lo estamos pasando peor aquí que en países de nuestro entorno? Teníamos la sensación de tener una sanidad pública puntera en Europa. Además, parece que estamos descubriendo la importancia de la atención primaria, a diferencia del sistema francés, donde los hospitales son el gran pilar. ¿Qué ha pasado?

Esa es la pregunta del millón. Somos de los países más afectados del mundo y veníamos de esa ilusión de tener un sistema sanitario público potente. Hay muchas razones que señalan el camino que nos ha traído a esta situación tan difícil. Es una situación extrema desde el punto de vista de la salud, pero también para la economía y lo social. Todavía no hemos visto todas las consecuencias. Una razón es la austeridad y los recortes brutales en recursos públicos. Es muy importante diferenciar la salud pública de los servicios sanitarios. Venimos de una década en la que la salud pública y la atención primaria han sido carcomidas e infrafinanciadas, esto es fundamental. Pero es que tenemos un país muy desigual. Ya sé que hay muchas personas a las que no les interesa escuchar esa palabra, pero es clave para describir nuestras ciudades y nuestro país. Es una realidad que se dibuja en el mapa que está trazando el covid-19 en las ciudades y hay gobiernos que lo ignoran deliberadamente. También somos un país muy envejecido. Las personas mayores son las que más riesgo tienen, tenemos la tormenta perfecta.

Además, los servicios sociales, que gestionaban las residencias de ancianos y también han sido recortados y subcontratados en varios niveles, han dejado a esa población absolutamente desvalida. Cuando salgan todas las cuentas, es probable que la mitad de los fallecimientos hayan sido en estas residencias, lo cual es una barbaridad. Este es el sustrato que teníamos.

Por tratar de abordar un marco más amplio, también ha habido epidemiólogos que han señalado el consumo de carne desmedido como una de las causas que nos han traído a donde estamos. Señalaban que estamos situando las explotaciones ganaderas intensivas en zonas de naturaleza salvaje.

Hay ya muchos estudios y evidencia al respecto. Recomiendo el reportaje en el que he participado como entrevistado y asesor científico, que se llama Pandemia en la gran ciudad, que narra tres historias en San Nicasio de Leganés, el Bronx (Nueva York) e Itzapalapa (México DF). Esta idea surge de un artículo que escribí en el que señalaba que para controlar las pandemias en las ciudades hay que fijarse más y mejor en las zonas donde más se necesita. Ahí, Saskia Sassen, una gran socióloga urbana a nivel mundial, decía que más allá de la desigualdad que caracteriza a las grandes ciudades, tenemos que estudiar cómo las ciudades hemos ganado espacio a la naturaleza virgen. Ganar espacio quiere decir destruir y modificar esos ecosistemas y acercarnos de una manera más peligrosa, nueva y artificial y al mundo animal. La naturaleza nos lo devuelve, en este caso en forma de coronavirus. Y ya hay muchas evidencias que señalan que el virus viene de ganarle terreno a la naturaleza de forma desmedida y sin control, aunque quede mucho por investigar al respecto.

Fuente: El Salto

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La OMS alerta del aumento de virus capaces de pasar de animales a humanos


El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha alertado del incremento de nuevos virus capaces de dar el salto de animales a humanos, según lo declaró en una rueda de prensa celebrada este viernes en Ginebra (Suiza). «Desde el cambio de milenio el SARS, el MERS, el H1N1, […]


El organismo asegura que habrá «otra llamada enfermedad X», debido a la disminución de los espacios silvestres por la actividad humana

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha alertado del incremento de nuevos virus capaces de dar el salto de animales a humanos, según lo declaró en una rueda de prensa celebrada este viernes en Ginebra (Suiza).

«Desde el cambio de milenio el SARS, el MERS, el H1N1, el Zika y el Ébola han demostrado la creciente aparición de virus que dan el salto zoonótico de animales a humanos«, explicó Adhanom Ghebreyesus.

En este sentido, indicó que la probabilidad de que un nuevo patógeno se propague de animales a personas aumenta debido a la reducción de los espacios silvestres a causa de la actividad humana, a lo que se añade el problema del aumento de la temperatura por el cambio climático.

Invertir para prevenir

«Sabemos con certeza que en el futuro habrá nuevos virus y otra llamada enfermedad X», dijo el máximo representante de la OMS. «Pero también tenemos las herramientas y sabemos que la única manera de afrontar estas amenazas globales es siendo una comunidad global, unida en solidaridad y comprometida con la cooperación a largo plazo», añadió.

Adhanom Ghebreyesus admitió que el covid-19 nos ha enseñado que, a nivel colectivo, «el mundo estaba lamentablemente mal preparado». No obstante, hizo hincapié en que «con humildad y unión» se puede planificar a largo plazo e invertir en salud y preparación. «Esto no es caridad, es una inversión en nuestro futuro colectivo», subrayó.

Asimismo, recordó que la actual pandemia ha demostrado que «los sistemas de salud pueden verse completamente abrumados y los servicios esenciales pueden colapsar», más allá de que los países sean ricos o pobres.

Momento crítico

El jefe de la OMS considera que «desarrollar una memoria muscular» sobre la base de los brotes anteriores es clave para responder a una pandemia, al tiempo que precisa que es necesario que todos los países trabajen juntos e inviertan para garantizar que no vuelva a ocurrir una pandemia de tal magnitud y gravedad.

Por ello ha pedido a los líderes mundiales que pongan en marcha medidas específicas que ya se han demostrado efectivas para contener la propagación y asegurar que los sistema de salud y los trabajadores estén protegidos. Asimismo, ha instado a la población a seguir las recomendaciones sanitarias.

«Es un momento crítico», reconoció Adhanom Ghebreyesus. «Asegurémonos de que las recomendaciones se toman en serio y, en conjunto, nuestros sistemas de alerta temprana y vigilancia mejoran para que podamos frenar los brotes de manera rápida y eficaz», concluyó.

Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/367174-oms-aumento-nuevos-virus-animales-personas

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Mundo, ONU: Cerrar las escuelas es la ‘última opción’

Mundo/20-09-2020/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

La ONU, a través de Unicef, la Unesco y la OMS, pidió ayer que el cierre de las escuelas sea considerado por los gobiernos una opción “de un último recurso y temporal», afirmó en una conferencia de prensa con el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Ahora debería garantizarse la continuidad de la enseñanza y aplicar en los centros las medidas que permitan una reapertura de forma segura, siempre que se tome en cuenta el avance local de la epidemia, la capacidad de las instituciones educativas para aplicar medidas sanitarias y el impacto de esa decisión en el bienestar y la educación de los niños. La recomendación fue hecha, además, junto con la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, y la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.

«Cuanto más tiempo pase, mayores serán las consecuencias, especialmente para niños de entornos desfavorecidos«, destacó Azoulay. EFE

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/noticia/1102327829/onu-cerrar-las-escuelas-es-la-ultima-opcion

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