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Soraya Calvo: «La educación sexual no es ideología»

  • Charlamos con Soraya Calvo, maestra, pedagoga, sexóloga y doctora en Equidad e Innovación Educativa por la Universidad de Oviedo, acerca de las enormes carencias de la educación sexual que reciben niñas, niños y jóvenes en las aulas españolas y la importancia de subsanarlas para favorecer relaciones sexuales y afectivas saludables.

En una etapa más que convulsa desde el punto de vista político, donde los discursos abiertamente racistas, sexistas y homófobos ganan terreno y llegan, incluso, a campar a sus anchas en las instituciones, es cada vez más palpable el retroceso en materia de libertad educativa. Asistimos pues impasibles a cómo la educación sexual es denostada, desprestigiada y tachada poco menos que de perversión. Soraya Calvo es, además de maestra, pedagoga y sexóloga, doctora en Equidad e Innovación en Educación por la Universidad de Oviedo y defiende, sin pelos en la lengua, la necesidad de un mayor peso de la educación sexual, tanto en colegios como en institutos, al considerarla una herramienta fundamental para el correcto desarrollo de niños y adolescentes.

¿Qué entendemos por “educación sexual”?

Lo primero de todo, es necesario comprender a qué nos referimos con “sexual”. Sexual no es solamente genital, no nos referimos en exclusiva a las prácticas eróticas. Nos referimos a todo lo que tiene que ver con el desarrollo de la sexualidad: lo afectivo, lo emocional, las relaciones de pareja, el autoconcepto, la autoestima… Es mucho más que lo puramente erótico.

Durante muchos años se ha empleado el término de “educación afectivo-sexual” para que la palabra parezca menos fuerte. Una especie de eufemismo. De forma que la sociedad comprende y asume que lo sexual se relaciona con la penetración, con el coito… Pero, insisto, “sexual” no es sinónimo de “genital”. Se puede hacer educación sexual sin hablar de coito en ningún momento.

¿Desde cuándo se imparte educación sexual en los centros educativos españoles?

La educación sexual, como tal, lleva en el currículo desde los años 90. Como contenido curricular, se implementa de la mano de la LOGSE de un modo transversal, es decir, que se debe abordar desde todas las áreas. Con las diferentes legislaciones que se han desarrollado hasta la actualidad ha sufrido algunos cambios pero, en síntesis, se ha mantenido. Otra cosa es si se lleva o no a la práctica…

¿A qué te refieres con eso de “si se lleva o no a la práctica”?

La principal dificultad es que, al ser transversal, la educación sexual no es evaluable. Además, se supone que se debe trabajar desde todas las asignaturas. Pero lo cierto es que no hay procedimientos e indicaciones claras y concretas hacia el profesorado acerca de dónde y cómo trabajarlo, lo que va a provocar que el hecho de que se imparta o no educación sexual de una forma adecuada en los colegios e institutos quede en manos de los propios docentes. Es decir, al no estar incorporada dentro de una asignatura específica, buena parte del profesorado no la incluye dentro de sus programaciones de aula. Esto es un problema, porque provoca que haya centros en los que se trabaje en profundidad y otros en los que no.

Otra cuestión problemática es que, en muchos casos, se cede la responsabilidad de impartir estos contenidos a entidades externas al centro. Aunque hay colegios e institutos que disponen de sus propios programas, los menos, en la mayoría de los casos se acude a distintas asociaciones, a organizaciones dependientes de los ayuntamientos y las comunidades autónomas, e, incluso, a entidades privadas. Esto es otro problema, porque hay centros educativos con mayor capacidad para financiar estos servicios y otros que tienen menos.

¿Quién es el destinatario de la educación sexual?

Son contenidos que, de acuerdo con el currículo, deberían abordarse en toda la educación obligatoria. Es decir, desde la educación primaria y, por supuesto, con un foco importante en secundaria. En la práctica, se aborda en la ESO, sobre todo en los cursos superiores. Es lógico que se ponga el foco en secundaria, puesto que es cuando se comienza a pensar y hablar de relaciones eróticas, a mantener este tipo de encuentros con otras personas, a tener las primeras relaciones con penetración, y, por consiguiente, surgen dudas al respecto de todo lo que tiene que ver con la erótica.

No obstante, la sexualidad comienza en el momento en que nacemos e implica aspectos tales como la identificación de la propia identidad, la forma en que me relaciono con mis iguales en la guardería y en educación infantil… Es posible hacer educación sexual desde los primeros años de escolarización: el conocimiento del cuerpo, los estereotipos de género, los roles que se atribuyen a la identidad, cuestiones sobre orientación sexual… Por ejemplo, es ya en la etapa de primaria cuando comienzan a surgir distintas cuestiones relacionadas con la identidad. Esto también es educación sexual, al igual que hablar de homofobia, de transfobia… Lógicamente, debe ir graduándose en función del momento experiencial de las personas.

No podemos pedir a los docentes que aborden cuestiones de educación sexual con sus alumnos si no están formados para ello

Mencionas una gran cantidad de contenidos que se podrían abordar en educación sexual. No obstante, ¿se trabajan todos estos aspectos en la práctica?

En el currículo hay contenidos que se pueden relacionar con todos estos aspectos que he mencionado y que se pueden trabajar en distintas asignaturas. Pero, como te decía, no hay una pauta clara…

A nivel internacional, organizaciones como la Unesco o la OMS plantean programas e indicaciones acerca de cómo trabajar la educación sexual desde la etapa de infantil. Estas entidades, sin embargo, no tienen capacidad de legislar. España, como estado integrado en ellas, sí tiene capacidad jurídica para hacerlo. De hecho, lo tiene muy fácil para incorporar estas cuestiones dentro de su política educativa. Y no lo está haciendo.

Al no estar articulado legalmente de manera explícita en el currículo, como mencionaba al principio, depende del grado de implicación de los profesores y de los programas que existan en los diferentes centros. No hay un marco teórico que permita determinar cuáles son los contenidos que se deben abordar con respecto a la educación sexual en el contexto educativo español. Existen, eso sí, muchísimos programas externos que establecen qué contenidos abordar y cómo hacerlo. Pero todo va a depender de cada centro. Es, en definitiva, un problema de equidad: hay centros en los que se trabaja muy bien porque los profesores y los equipos directivos están muy involucrados y otros en los que ocurre todo lo contrario.

Por tus palabras, imagino que se podría hacer mucho más al respecto…

¡Pues claro! ¡Se podría hacer todo! Ahora mismo se está haciendo lo mínimo. Se está plantando una semilla en uno de cada ocho centros.

Además de una cuestión de política educativa, también se trata de una cuestión de formación del profesorado. En la mayoría de los planes docentes que regulan la formación que reciben los maestros y las maestras, además, por supuesto, de los profesores de secundaria y bachillerato, no hay asignaturas que trabajen la cuestión de la educación sexual. En alguna universidad sí, pero es la excepción. Esto es una dificultad añadida, porque no es posible pedir que se aborde en la escuela un contenido que ni siquiera el profesorado ha visto mientras se formaba para ejercer como tal.

La formación para la educación sexual en nuestro país se limita a másteres muy específicos en sexología o a cursos muy concretos de alguna entidad, ya sea pública o privada. Es, de nuevo, un problema de equidad. Si planteamos que la educación debe ser igual para todo el mundo y que debe plantear unos principios mínimos de actuación para toda la población, no tiene ningún sentido que esto se trabaje en unos lugares sí y en otros no.

Si un profesor no se siente lo suficientemente seguro para abordar esto en el aula y, además, el currículo no lo exige, es muy fácil que se obvie. Son, sin duda, los dos pilares fundamentales que subsanar para limar las carencias de la educación sexual y que esta se integre de manera definitiva en el sistema público. Si esto no es así, estaremos fallando a los principios de equidad y justicia social.

¿A qué retos se enfrenta la educación sexual?

Para mí, el principal es evitar la violencia de género. Otras cuestiones como la prevención de infecciones de transmisión sexual y de embarazos no deseados a través de la promoción en el uso de métodos anticonceptivos, por supuesto, también se deben trabajar en la escuela porque existe poca concienciación social al respecto. Menos, incluso, que antes. No obstante, quizá se vinculen más a la educación para la salud que a la educación sexual. En cualquier caso, el principal reto sería, sin ninguna duda, combatir la violencia machista. Para ello se debe fomentar la construcción de relaciones equilibradas entre las personas. De esta forma, descenderá el número de situaciones relacionadas con la violencia de género..

¿Es necesaria, por tanto, una educación sexual, con perspectiva de género?

¡Por supuesto! Tan necesaria que no entiendo la existencia de la educación sexual sin perspectiva de género. Para mí, la educación sexual debería tener una perspectiva de género de base. Si no la tiene, estaremos haciendo otra cosa, pero no educación sexual.

Sin una adecuada educación sexual estamos fallando

a los pilares de la equidad y la justicia social

¿En qué medida puede contribuir la educación sexual a paliar aspectos negativos o “riesgos” en las relaciones de pareja como pueden ser los celos, el control, la falta de interés, empatía e implicación o, en los casos más extremos, la violencia física y psicológica?

La educación sexual sería un agente más trabajando en pro de evitar este tipo de desequilibrios de comunicación y relacionales, que son cotidianos y que, en muchos casos, tendemos a normalizar. Solo así es posible alcanzar relaciones conscientes. Hablo de “relaciones conscientes” porque muchas veces se usan los conceptos de “relación sana” o “relación tóxica” y estos no son del todo preciosos. Al menos, a mí no me lo parecen, en la medida en que todos y todas somos tóxicos en alguna ocasión, fruto del contexto social y mediático en el que nos hemos desarrollado. Por supuesto, también contribuiría a poner fin a estos casos más graves de violencia, tanto física como psicológica.

Es cierto, la educación sexual plantearía una base importante. Pero no es la panacea. Debemos tener siempre presente que el sistema educativo no es, en muchos casos, lo más significativo. Sobre todo, en el caso de gente joven. Tendemos a hablar de lo que se puede hacer en el aula como algo mágico, casi milagroso, pero no es así. La escuela hace lo que puede, pero tiene un límite espacial, temporal y contextual muy concreto. Hay otros muchos agentes que influyen. Por ejemplo, discursos políticos que, en los últimos tiempos, defienden abiertamente la xenofobia, la homofobia… Y que calan entre la población.

También los medios de comunicación y otros productos mediáticos como películas, series, influencers o youtubers son claves formativas no formales que pueden modelar los comportamientos y actitudes de las personas jóvenes y también adultas. Se habla mucho de los mitos del amor romántico y de las películas antiguas de Disney, pero también se reproducen actitudes y comportamientos que son del todo negativos en productos relativamente más modernos. Se me ocurre, por mucho que nos guste a todos, la serie Friends y la relación que mantienen Rachel y Ross. Sin embargo, lo normalizamos y nos parece hasta gracioso. También en la música. Se critica mucho el reggaetón, y con razón, pero el metal o el rock clásico hacen lo mismo. Estos géneros también incluyen componentes machistas al tratar a la mujer como un juguete.

Se trata, en definitiva, de una cuestión cultural. Es por ello que necesitamos que todos los citados sean agentes positivos y contribuyan a construir relaciones saludables. Poco podemos hacer desde la escuela si no hay un verdadero compromiso por parte de toda la sociedad.

¿Son tan comunes este tipo de actitudes y comportamientos en las relaciones de pareja, sobre todo, entre los más jóvenes?

¡Por supuesto! Tan comunes como que aprendemos a relacionarnos así. Y no solo se manifiestan entre la gente joven. Está muy de moda atribuir estos aspectos negativos que comentas a relaciones adolescentes, pero lo cierto es que también se reproducen en relaciones entre jóvenes y, por supuesto, en la edad adulta. Es, por desgracia, algo común a toda la población.

Se trata de una consecuencia más del sistema capitalista en el que vivimos. En Modernidad líquida, Bauman aborda la cuestión de las relaciones y del amor exponiendo cómo las relaciones interpersonales en el mundo actual se van encadenando una tras otra de forma consumista. Es lo que llama “el consumo de las personas”. Un claro ejemplo de esto es una herramienta muy de moda entre los jóvenes y los adolescentes como Tinder. Una herramienta que, por si misma, puede ser positiva y que, sin embargo, favorece una ilusión de existencia casi infinita de personas con las que poder establecer relaciones esporádicas, sin necesidad de involucrarte a nivel emocional. Relaciones superficiales. De usar y tirar. Relaciones de consumo. Es la idea capitalista de la competencia, de aspirar siempre a algo mejor porque siempre hay algo mejor.

Del mismo modo, los celos, el control o la violencia no solamente operan en relaciones de pareja, sino en la práctica totalidad de las relaciones de la vida: con la familia, con los amigos, en el trabajo… Por ello, quizás más que educación sexual, la actuación de la escuela a este respecto debería llamarse “educación comunicacional”.

¿Quién ejerce, por norma, este tipo de comportamientos y actitudes negativas en las relaciones de pareja?

En la sociedad en la que vivimos existe, en general, violencia. Eso es así. Lo que no quita para que la cuestión del patriarcado, la idea preconcebida de la masculinidad y la exigencia de esta sea lo que provoca, en la mayoría de las situaciones, la violencia. Lo verdaderamente violento, lo que reproduce y perpetúa las dinámicas machistas en las relaciones interpersonales, incluidas, por supuesto, las relaciones de pareja, como mencionaba, es el proceso de masculinidad tan característico del patriarcado.

Al margen de esto, evidentemente, pueden producirse episodios violentos entre las personas en general. La violencia supera la dicotomía hombre-mujer. Pero el problema estructural, que va más allá de las relaciones de pareja para afectar a todas las relaciones humanas, es la de género: la masculinidad operada en torno a los hombres contra lo «no masculino». Es esta la que da lugar a asesinatos.

¿Son más comunes estos comportamientos en la actualidad o es que simplemente antes se normalizaban y ni siquiera se veían como algo negativo?

Las investigaciones sobre este tema ponen el foco en que ahora estos comportamientos son más explícitos y, por ende, más comunes. Personalmente creo que no es que sean más comunes en la actualidad, sino que ahora se detectan, por suerte, más rápido. Esto debería dejarnos un sabor agridulce en la boca. Por un lado, hemos progresado en cuanto a la detección. Es decir, la gente los detecta más rápidamente, se les da visibilidad, las mujeres que lo sufren pueden hablar de ello y denunciarlo con mayor facilidad… Sin embargo, esto también nos da a entender que parece que no avanzamos, que la situación no mejora, que esta pesadilla no se acaba… Se detecta más y más rápido, sí, pero sigue existiendo de forma bastante explícita. Lo que da a entender que no se está trabajando bien porque las mujeres seguimos muriendo a manos de nuestras parejas.

No hay datos ni estadísticas que nos indiquen que se haya producido un incremento ni una disminución de este tipo de comportamientos porque los estudios al respecto son actuales. No se puede saber a ciencia cierta cuántos casos de violencia machista se registraban hace 40 años, cuando no estaba reconocido socialmente, cuando no se hablaba de ello, cuando se convivía con ello como algo normal y  no se denunciaba…

No se puede entender la educación sexual sin perspectiva de género

¿Se están generando cánones y pautas de comportamiento a nivel sexual en jóvenes a través de aspectos como la pornografía? ¿Guardan relación con estas violencias de las que hablábamos?

La pornografía no es algo nuevo. Hay niños de primaria que ya consumen pornografía. Nos puede gustar más o menos, pero creo que la pornografía va a seguir estando ahí. Los adolescentes, sobre todo, van a seguir consumiéndola y no vale de nada ignorarla, hacer como que no existe o, incluso, prohibirla. Se trata de trabajar en torno a ella. Es decir, hacer ver a los niños y a las niñas que lo que ahí se ve es mentira, que es una ficción, una producción, un montaje como puede ser cualquier película de superhéroes. Su objetivo no es educar, sino vender. De ahí que sea fundamental trabajar con ella y desmontarla como un producto que, por muchas cuestiones, no es ético. Se trata de saber qué conocen los alumnos sobre sexualidad a través de la pornografía, cuáles son las ideas que han adquirido a través de su consumo y, a partir de ahí, ponerlas en tela de juicio para que sean ellos mismos quienes las terminen cuestionando y rechazando.

¿Y qué papel juegan las redes sociales a este respecto? ¿Cómo se podría trabajar la educación sexual a través de ellas?

Con las redes sociales pasa algo parecido a lo que comentábamos al hablar de pornografía. Son algo que está ahí. Es inevitable que los niños y adolescentes las usen porque son un medio de comunicación significativo. Son herramientas de acercamiento, de encuentro, de disfrute y de vivencia común. El gran problema aquí es cómo gestionarlas para que se haga un uso adecuado de ellas. Si conseguimos esto, son muy útiles. Sirven para charlar con amigos, quedar, leer, jugar, ligar, informarse… Pero claro, también puede hacerse un mal uso de ellas: propagar rumores, acosar… Por este motivo se hace tan necesaria una educación mediática que, por supuesto, debe ir estrechamente ligada a la educación sexual, ya que ambas abordan contenidos comunes como lo afectivo, lo emocional, las relaciones de pareja, el autoconcepto o la autoestima entre muchos otros. Las cuestiones relativas a las nuevas tecnologías, la comunicación y todo lo que tiene que ver con la sexualidad requieren un enfoque multidisciplinar para ser trabajadas y entendidas de un modo adecuado.

¿Se está produciendo una “puritanización” de la educación sexual en los últimos años? ¿Se trataban antes con mayor libertad estos temas en la escuela?

No solamente se está produciendo esa “puritanización” de la que hablas sino que, además, hay cada vez más miedo como consecuencia de determinadas políticas que estamos viendo últimamente en el contexto político español. Parece que hoy se puede hacer un discurso político contra los derechos humanos, pero no se puede hablar de sexualidad en el aula. Me parece una incoherencia absoluta.

El otro día estaba trabajando con mis alumnos y alumnas sobre este tema y veíamos cómo en los años 90 había guías super actualizadas, super interesante y basadas en cuestiones totalmente científicas que, ahora mismo, no se podrían publicar. ¡Hace ya más de 30 años de esto! Es muy grave.

Además, es muy perverso. Cada vez se muestra más el cuerpo como un elemento de consumo. No hace falta más que ver redes sociales como Instagram o TikTok para darse cuenta de ello. Parece que se puede usar el cuerpo para el consumo, pero no para ser trabajado desde una perspectiva educativa.

Otro ejemplo son las campañas que se hacían en la televisión de los 90. “Póntelo, pónselo” tuvo una repercusión enorme y consiguió grandes éxitos con respecto a la gestión de la salud sexual. Ahora parece que mostrar o dar un condón en clase es poco menos que invitar al alumno a que mantenga relaciones sexuales automáticamente. Esto no funciona así. La educación sexual debería hablar sin ningún tipo de pudor de estas cuestiones porque no estamos hablando de ideología. Muchas veces se trata de cuestionar la educación sexual aludiendo a que es ideología o moral, con el tema del pin parental, por ejemplo, y no es así. Se basa en elementos científicos y tiene una base empírica igual que cualquier otro ámbito del conocimiento.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/05/13/soraya-calvo-la-educacion-sexual-no-es-ideologia/

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La Covid, los gobiernos de la UE y las multinacionales farmacéuticas

Por: Ángeles Maestro

En un escenario de profunda crisis general, de hegemonía capitalista en la lucha de clases y cuando el espacio para las reformas hace tiempo que se agotó, se constata que, a pesar de que la pandemia reveló las dramáticas insuficiencias de la sanidad pública, los recursos públicos se han destinado exclusivamente a la empresa privada.
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Educación errada

Por: Dinorah García Romero 

Tiempo de apoyar a los jóvenes con orientaciones que los convenzan y comprometan con el cuidado personal y colectivo.

La juventud dominicana ha experimentado avance en diferentes órdenes. Se destaca la capacidad que manifiestan en actividades académicas, en acciones de emprendimiento y en acciones de voluntariado, como el de la Defensa Civil. Conocemos su audacia y su capacidad de afrontar riesgos para salvar vidas, bienes y recursos en situación de desastre o peligro. Pero al mismo tiempo constatamos que la COVID-19 no le asusta nada. Su comportamiento resulta preocupante, por la facilidad con la que aparcan la mascarilla, acortan cada vez más, la distancia social y se organizan para celebrar fiestas clandestinas que implican un desbordamiento del comportamiento; y un rechazo total a las medidas de protección y cuidado que demanda la pandemia que impacta al mundo y, por tanto, a la República Dominicana. Los jóvenes poseen tanta vitalidad y energía que se consideran inmunes a las enfermedades y a la diversidad de riesgos propios de un período complejo e incierto como el que vivimos.

Celebramos su capacidad de mirar más allá del peligro; pero resulta inquietante su temeridad y, sobre todo, el olvido de la responsabilidad que tienen del cuidado de aquellos con los que conviven, y se relacionan. Producto de esta insensatez, han provocado contagios en familiares, amigos y relacionados. Otro aspecto importante es que no le temen a la muerte. Están informados, pero les hacen caso omiso a las orientaciones de Salud Pública, de la Organización Mundial de la Salud, OMS y, mucho menos, a sus propios familiares que persisten en su cuidado para liberarlos de las garras de un virus que ha demostrado que no tiene límites para provocar el sufrimiento prolongado y, especialmente, la muerte.

Necesitamos construir nuevas estrategias comunicativas que sean efectivas para que los jóvenes se den cuenta del alto riesgo que corren ellos y todos los que están en su entorno. Ante la situación presentada, nos atrevemos a preguntarnos si la educación que reciben los jóvenes es un proceso fallido. Una educación errada trae como consecuencia el comportamiento juvenil que impacienta. Esta realidad es un factor más para que la educación preuniversitaria y de educación superior examine a profundidad qué hace, cómo lo hace, desde cuáles perspectivas está haciendo educación y hacia qué horizonte se encamina. El comportamiento de muchos jóvenes nos está diciendo cuán inconsistente es la formación que reciben y cuál es el vacío de comprensión y compromiso ciudadano. Es una prueba más del vacío de las Ciencias Sociales en la formación de los jóvenes.

Las Ciencias Sociales influyen de forma decisiva en la formación del pensamiento; y en la comprensión holística y crítica de la realidad en la que interactúan los sujetos. Este vacío en la mentalidad de una amplia mayoría de los jóvenes, provoca el desorden humano y social que exhiben en la pandemia. Es necesaria una vuelta a la formación incluyendo las Ciencias Sociales. Dejarlas como asunto opcional y hasta coyuntural es un retroceso que le está costando caro a las personas y a la sociedad dominicana. Se impulsa una educación errada para priorizar un pragmatismo que paraliza. Es una educación errada porque la formación en valores se le está dejando a la calle, a las redes sociales. ¡Atención! Soy de las personas que piensan que la calle en múltiples ocasiones ofrece oportunidades y fenómenos que son educativos; de igual manera, las redes sociales hacen puntualmente aportes significativos. Pero los procesos educativos fundamentales no pueden depender de lo que aporten estos entornos.  Los procesos de formación en valores son complejos y requieren acompañamiento sistemático; contraste de lo que se propone y de lo que ocurre en la vida cotidiana. Es tiempo de apoyar a los jóvenes con orientaciones que los convenzan y comprometan con el cuidado personal y colectivo. Revisemos la educación que estamos promoviendo para revertir el comportamiento de los jóvenes en tiempos de pandemia y más allá

Fuente: https://acento.com.do/opinion/educacion-errada-8947166.html

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La OMS pide a los países europeos que vacunen a los presos y al personal de las cárceles

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los países europeos vacunar contra el coronavirus a los presos y a las personas que trabajan en las cárceles, ya que en estos lugares existe un mayor riesgo de transmisión de la enfermedad.

Y es que, tal y como ha señalado el organismo en un artículo publicado en la revista ‘Lancet’, en las prisiones las personas viven muy cerca unas de otras y tienen acceso limitado a pruebas y equipo de protección personal. Además, en comparación con la comunidad en general, tienen una carga «desproporcionadamente mayor» de comorbilidades, incluidas las enfermedades no transmisibles (ENT), lo que aumenta sus posibilidades de padecer de forma grave el Covid-19.

En el Día Mundial de la Salud de 2021, celebrado el 7 de abril, la OMS pidió a los líderes que aborden las inequidades en salud y garanticen que todos tengan acceso a servicios de salud de calidad, cuando y donde los necesiten. Un aspecto que es «especialmente relevante» para los centros penitenciarios.

«Aunque existen buenas prácticas en muchos países de la Región de Europa de la OMS, la diversidad de criterios adoptados entre y dentro de los países pone en riesgo la igualdad de protección de la salud. Es esencial comprender que la pérdida de la libertad no debe conducir a la pérdida de la salud», ha dicho el director de la División de Programas de Salud de los Países de la OMS/Europa, Nino Berdzuli.

En este sentido, la directora interina de la Oficina Europea de la OMS para la Prevención y el Control de Enfermedades No Transmisibles (Oficina de ENT) y directora del programa, Alcohol, Drogas Ilícitas y Prison Health, Carina Ferreira-Borges, ha recordado que muchas personas tienen su primer contacto con la atención sanitaria una vez ha abandonado la cárcel.

Por ello, el organismo ha subrayado la necesidad de garantizar que todos los centros de detención tengan la capacidad y los recursos suficientes para brindar acceso universal a una atención médica de calidad. Un ejemplo de esta inequidad es el acceso a la detección del cáncer, que «inevitablemente» afecta a la incidencia y la prevalencia.

De hecho, se ha sugerido que la prevalencia del virus del papiloma humano y el cáncer de cuello uterino invasivo es mayor en la prisión en comparación con la población en general, como resultado de la exposición «desproporcionada» a factores de riesgo como múltiples parejas sexuales, pero, también, del acceso deficiente a los servicios de prevención de la salud, incluido el acceso a programas nacionales de detección y vacunación.

Finalmente, la OMS ha recordado que los presos tienen un exceso sustancial de mortalidad por una variedad de causas, explicadas solo en parte por la privación de atención médica, especialmente las muertes causadas por sobredosis de drogas. Las personas detenidas mayores de 50 años experimentan una mayor carga de ENT que sus pares de la comunidad de edades similares.

Fuente e imagen: www.abc.es

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Covid-19: tiempo para reflexionar

Por: Asa Cristina Laurell

Durante las últimas semanas la pandemia ha dado un respiro a los mexicanos, a los directamente involucrados en su combate y a la población en general. El sistemático avance de la vacunación también alienta. Todavía no sabemos cuál va a ser la repercusión de la fuga del encierro a la playa durante la Semana Santa. Este compás de espera debe ser aprovechado para sistematizar y evaluar equilibradamente las experiencias vividas y conocimientos adquiridos durante la pandemia.

Es necesario analizar varias de sus vertientes después de más de un año de experiencias. Conviene hacerlo así porque generalmente están mezcladas en la narrativa sobre la emergencia. En este sentido habría que evaluar e incluir por lo menos las siguientes cuestiones: la epidemiología del SARS-CoV-2, el proceso de atención y la nueva comprensión de lo clínico, conocimientos nuevos sobre el virus y la política de salud. Es una separación conceptual, pero sirve para sacar aprendizajes tanto para las autoridades de salud y la práctica clínica como para el público.

El conocimiento epidemiológico de la SARS-CoV-2, entendido como su comportamiento en los colectivos humanos específicos, ha avanzado mucho. Queda fuera de duda el uso del cubrebocas. Sabemos hoy que las principales características del paciente que condicionan un alto desenlace mortal son edad avanzada y sexo masculino, así como condiciones socioeconómicas precarias. También está probado que es un virus que muta con cierta frecuencia y da origen a variantes nuevas con distintas características en cuanto a su contagiosidad y la gravedad del cuadro clínico; por tanto, de la letalidad.

Cuando se prolongan los procesos de vacunación, por falta de acceso a las vacunas o de recursos para comprarlas, hay nuevas mutaciones y una posposición de la inmunidad de rebaño. A nivel mundial este retraso de la vacunación es obsceno y fatal para todos, tanto para los países que no acceden a las vacunas como para los países ricos. Por ello, los organismos supranacionales como la OMS y la ONU, un grupo importante de países del Sur y algunos OSC pregonan que las vacunas deben ser un bien público, fuera de la esfera de las ganancias privadas. Un último pronóstico epidemiológico es que el Covid-19 es una nueva enfermedad que permanecerá con un comportamiento endémico.

A los investigadores hay que recordarles dos principios básicos de la investigación epidemiológica frecuentemente olvidados. El primero es que la calidad de los datos es determinante para los resultados obtenidos; se aplica el dicho de “si entra basura, sale basura”. Este tema tiene particular importancia en México, donde la autoridad sanitaria reconoce que los datos son subestimados, tanto el número de contagiados como los fallecidos por Covid-19 y no en la misma proporción. El segundo principio es que una asociación estadística no comprueba una relación causal, principio crecientemente olvidado en cuanto avanzan las técnicas estadísticas.

La experiencia clínica adquirida en el tratamiento de millones de enfermos y contagiados y la presencia de muchos grupos de investigación han permitido avanzar en la comprensión de cómo orientar la atención de los pacientes. Este nuevo conocimiento abarca por lo menos dos temas básicos. El primero es cuáles son los criterios para hospitalizar inmediatamente a un paciente o, por el contrario, para tratarlo en su casa. Se ha tenido una letalidad alta, pero ahora una revisión dirigida permite clasificar el riesgo preciso del paciente. Hoy existe cierto consenso respecto de los criterios para el internamiento temprano, qué medicamentos usar y el éxito del tratamiento en cuidados intensivos con especialistas. También hay seguimiento y desarrollo del tratamiento domiciliario con entrega de un paquete y supervisión sistemática con un protocolo y una “televisita” hecho desde las unidades de atención de primer nivel y un enlace directo del enfermo con su médico. Estos nuevos conocimientos han demostrado tener un impacto importante sobre la letalidad.

Es necesario incorporar todos estos elementos en la nueva política de salud formulada por los gobiernos. Esto pasa por una revisión autocrítica de las políticas de salud instrumentadas hasta ahora respecto a la pandemia. Tarea especialmente urgente es la educación amplísima de la población sobre las características de Covid-19 para que tenga elementos objetivos de juicio sobre el tema, que es la única vacuna eficaz contra la infodemia. Sirve además para aprovechar de manera positiva el gran interés por la salud que ha despertado la pandemia.

Fuente: La  jornada

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“El plan para el retorno a la atención presencial se ha venido adelantando”: ICBF. Colombia

América del Sur/Colombia/26-03-2021/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar respondió a El Espectador los planes para reabrir los Centros de Desarrollo Infantil y Hogares Comunitarios que beneficiaban a niños de 0 a 6 años.

Tras haberse cumplido un año desde que los Centros de Desarrollo Infantil y Hogares Comunitarios no dan servicios presenciales de nutrición, cuidado y educación a niños de 0 a 6 años y como respuesta al artículo “La tragedia de no abrir los jardines del ICBF” donde se expusieron las principales afectaciones del cierre y la pertinencia de volver a habilitar estos espacios, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar respondió a El Espectador los planes que ha llevado a cabo para continuar con la atención en la pandemia y la apertura del modelo de alternancia y atención presencial que espera poner en marcha en 29 departamentos.

¿Con cuántos Centros de Desarrollo Infantil cuenta Colombia y cuántos han reabierto hasta el momento tras el cierre por la pandemia?

Desde 2020, en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar pusimos en marcha un plan para reiniciar la atención presencial bajo el esquema de alternancia en las unidades de servicio para la primera infancia en el país. El plan se inició con la puesta en marcha de 11 pilotos de apertura presencial en Centros de Desarrollo Infantil, Hogares Infantiles y Hogares Comunitarios de 6 departamentos, con la atención de cerca de 500 niños y niñas. Esa fue una experiencia con resultados exitosos que además tuvo todo el apoyo del Ministerio de Salud y del Banco Mundial.

El plan del ICBF para el retorno a la atención presencial se ha venido adelantando con el consentimiento de las familias y la participación de muchos otros actores de la comunidad, entre ellos las madres comunitarias, agentes educativos, autoridades locales y de salud. Llevar a los niños y niñas a las unidades es una decisión voluntaria, informada y participativa que contempla todos los protocolos de bioseguridad para los niños entre 2 y 5 años, cumpliendo además con la recomendación de la OMS de no llevar a los más pequeños debido a los riesgos que corren. Hasta el momento, 176 unidades de servicio han iniciado la atención presencial bajo el esquema de alternancia en 16 departamentos: Antioquia, Arauca, Bolívar, Caldas, Caquetá, Cesar, Chocó, Córdoba, Cundinamarca, Meta, Quindío Risaralda, San Andrés, Santander, Sucre y Valle del Cauca. Al final del mes, tendremos atención presencial en alternancia en casi 600 unidades, de 29 departamentos.

¿Es verdad que cambiaron la plataforma de inscripción para los prestadores del servicio?

El ICBF implementó este año BETTO, una herramienta que utiliza inteligencia artificial para hacer un proceso de selección de los operadores para la primera infancia con transparencia y calidad. Tenemos que garantizar la mejor atención para el desarrollo integral de la niñez colombiana y ese es el objetivo. BETTO seleccionó operadores previamente habilitados en el Banco de Oferentes de primera infancia que ya existía, a partir de criterios específicos como la experiencia en el territorio, la calidad basada en la buena calificación por la prestación del servicio y la disminución del puntaje en caso de sanciones previas.

¿En qué consiste el programa implementado durante la pandemia “Mis Manos te Enseñan”?

Lo primero que hicimos para garantizar la continuidad en el desarrollo físico, cognitivo y socioemocional de la primera infancia fue flexibilizar los servicios del ICBF. Parte de eso es Mis Manos te Enseñan, un ecosistema al servicio de la educación inicial. Sabemos que la primera infancia es una etapa fundamental en la vida de un ser humano y una oportunidad en el desarrollo que no se repite jamás. Precisamente por eso pusimos en funcionamiento esta estrategia, para garantizar la continuidad en la atención de 1.7 millones de niñas y niños entre 0 y 5 años ante el cierre obligado de los servicios presenciales por causa del COVID-19.

Mis Manos te Enseñan no es solo una plataforma digital, es un conjunto de posibilidades que lleva a los hogares contenidos y actividades para potenciar el desarrollo integral de los niños y niñas, y contribuir con la garantía de sus derechos, a pesar de las medidas de aislamiento preventivo. La implementación de Mis Manos te Enseñan incluyó la entrega de cerca de cinco millones de kits pedagógicos a las familias. De la mano de las madres comunitarias y agentes educativos se hizo todo el acompañamiento pedagógico y psicosocial requerido, a través de llamadas telefónicas, chats de WhatsApp, televisión e incluso emisoras comunitarias que nos permitieron seguir atendiendo a los niños y niñas, inclusive en las zonas más apartadas del país.

¿Creen que este programa, y las llamadas telefónicas que involucra, han podido suplir adecuadamente el programa integral presencial?

Este modelo de atención no se limita a las llamadas telefónicas. A todos los elementos que conforman el ecosistema de Mis Manos te Enseñan y que ya mencioné, se suma la entrega de casi 17 millones de canastas para garantizar la seguridad alimentaria de 1.7 millones de niños y niñas de la primera infancia. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hizo una evaluación independiente a Mis Manos te Enseñan. Los resultados muestran que tanto los hogares como el talento humano expresaron una alta satisfacción con los servicios de la plataforma.

El 87,4% de los encuestados expresó su satisfacción frente a la atención del ICBF a la primera infancia. El 94,1% consideró que las canastas alimentarias son suficientes y de calidad y cerca del 90% reportó que el kit pedagógico ha sido una herramienta útil para continuar con el aprendizaje desde el hogar. Estos resultados están soportados por los reconocimientos que la estrategia ha recibido, entre ellos el de la OCDE y Harvard, destacando la Estrategia como uno de los únicos casos de estudio de referencia en el mundo sobre continuidad de la educación inicial (0 a 5 años) durante la pandemia y el Premio Nacional de Alta Gerencia.

¿Cómo han seguido realizando actividades como el seguimiento de talla y peso, o el esquema de vacunación, mientras estos centros están cerrados? La toma de medidas antropométricas también tuvo que adaptarse a la pandemia. El seguimiento al estado de salud de los usuarios que no fueron identificados con desnutrición, se realiza a través de los acompañamientos telefónicos pedagógicos, donde además se identifican posibles situaciones que afecten la salud física o emocional de los niños. Para los casos de las niñas y niños con diagnóstico de desnutrición aguda moderada o severa se hacía un seguimiento telefónico a su estado de salud por parte del nutricionista, para darle continuidad. Este año se está haciendo el seguimiento nutricional y toma de medidas antropométricas de manera presencial al 100% de las niñas y niños vinculados a los servicios de educación inicial para la primera infancia.

¿En qué consiste el mercado que le están mandando a niños y niñas, y cómo han garantizado que efectivamente llegue a ellos?

Desde que comenzó la pandemia, hemos entregado casi 17 millones de canastas nutricionales que aseguran el 100% del valor calórico que necesitan los niños para su edad y además nos permiten contribuir con la seguridad alimentaria de sus familias. Todas las canastas entregadas cumplen con las especificaciones técnicas en cuanto a las recomendaciones nutricionales para las mujeres gestantes, niñas y niños. Estos alimentos promueven el acceso y consumo de alimentos en cantidad, calidad e inocuidad, para lo cual, se entrega a las mujeres gestantes, niñas y niños una canasta alimentaria mensual. En esta tarea ha sido clave el apoyo de las fuerzas armadas y de la empresa privada que durante el tiempo de las restricciones nos ayudaron a llegar a los lugares más apartados del país.

Además de la entrega de canastas, todas el ICBF hace búsqueda activa de niñas y niños en riesgo o estado de desnutrición y mujeres gestantes con bajo peso, en el marco de la Alianza contra la Desnutrición que lidera la Primera Dama, María Juliana Ruiz. En 2020, profesionales de 20 Unidades de Búsqueda Activa (UBA), conformadas por nutricionistas, enfermeras, trabajadoras sociales y gestores comunitarios se desplazaron a los territorios, valorando a niños y niñas menores de 5 años y mujeres gestantes. Por supuesto, su labor continúa.

7. ¿De qué se trató el piloto de reapertura que hicieron junto al Banco Mundial y Unicef? ¿Les indicó este programa que los centros ya estaban listos para abrir?

Entre noviembre y diciembre de 2020 desde el ICBF se implementaron los Pilotos de Atención Presencial Excepcional (PAPE) en 11 Unidades de Servicio de primera infancia ubicadas en 6 departamentos de Colombia: Antioquia, Atlántico, Bolívar, Guaviare, Nariño y Valle del Cauca. Fueron atendidos cerca de 500 niñas y niños bajo el esquema de alternancia. Los pilotos se basaron en lineamientos de reapertura de otros países, así como en la consulta regional a más de 163.000 personas entre familias, niñas y niños, agentes educativos, madres comunitarias, operadores y académicos. No se reportaron eventos de contagio masivo gracias a la efectividad en el cumplimiento de las medidas de bioseguridad y la activación inmediata de protocolos ante casos sospechosos o confirmados.

¿Tiene el Instituto el suficiente presupuesto para atender a los niños de primera infancia? El ICBF tiene destinado para la vigencia 2021 un presupuesto de $4.6 billones para garantizar la atención de 1.7 millones de niñas, niños de la primera infancia y mujeres gestantes, en todos los servicios de educación inicial tanto bajo el esquema de alternancia como con la atención remota con Mis Manos Te Enseñan. Nuestra prioridad es y ha sido siempre la de atender ininterrumpida e incansablemente a todos y cada uno de las niñas y niños que hacen parte de nuestros servicios para la primera infancia.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/el-plan-del-icbf-para-el-retorno-a-la-atencion-presencial-se-ha-venido-adelantando/

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Un año de COVID: Informe demoledor de la Organización Mundial de la Salud sobre las políticas en los países occidentales

Fuentes: De Wereld Morgen

La Organización Mundial de la Salud expone en un informe tajante el cúmulo de fallos. Describe cómo los gobiernos y las organizaciones de salud pública de todo el mundo han sido lentos e ineficaces a la hora de responder al coronavirus. Sorprende la torpeza de muchos países occidentales.

Sin preparación

El informe, elaborado por un grupo de expertos,icomienza afirmando que el mundo no estaba preparado para esta pandemia. Sin embargo, durante décadas se había predicho que era inevitable una pandemia viral de este tipo.

Hace cinco años la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que había una necesidad urgente de investigar más sobre los coronavirus. Para los gigantes farmacéuticos esa investigación no era rentable en aquel momento y, por lo tanto, apenas se realizó. El afán de lucro primó sobre el interés general.

Ignorar las advertencias

Entonces llegó la pandemia. A principios de enero de 2020 se descubrió un nuevo coronavirus en Wuhan. El 24 de enero quedó claro que este virus podía transmitirse de persona a persona y que además era muy contagioso. Una semana después, el 30 de enero, la OMS declaró una emergencia médica internacional.

Algunos países no esperaron a esa declaración y pasaron inmediatamente a la acción. Así es como Vietnam ya introdujo el distanciamiento social y el endurecimiento de los controles fronterizos desde mediados de enero. Ya el 12 de enero (¡!) Taiwán envió a dos epidemiólogos a Wuhan para estudiar el virus. Desde principios de febrero en muchos aeropuertos de África se examinó sistemáticamente a los viajeros extranjeros

Tanto la OMS como otros organismos emitieron repetidas advertencias señalando la gravedad de la situación. Pero la mayoría de los países occidentales pensaban que eran inmunes. “Demasiados países desatendieron esa señal”, dice el informe.ii

Los países occidentales sólo tomaron medidas reales a partir de mediados de marzo, después del desplome de los mercados bursátiles (el 12 de marzo). Según el grupo de expertos, “solo unos pocos países aprovecharon plenamente la información disponible para responder ante las pruebas de una epidemia emergente”.

Un tiempo precioso perdido

De este modo, se perdió un tiempo especialmente valioso, al menos un mes y medio. Sin embargo, cada día cuenta en el inicio de una epidemia. En la fase inicial de la primera ola, es decir, antes de que se impusieran las medidas de protección, el virus se multiplicó por diez cada diez días. Es decir, si los gobiernos occidentales hubieran intervenido diez días antes, la tasa de infección (la curva) y el número de muertos habrían sido diez veces menores.

Debido a esta reacción tardía las salas de la UCI se llenaron rápidamente a expensas de otros pacientes que requerían operaciones urgentes, lo que también incrementó el número total de muertes. La consecuencia queda clara en el gráfico.iii Richard Horton, redactor en jefe de la célebre revista médica The Lancet, concluye que la mayoría de las muertes por COVID en Bélgica se podrían haber evitado.

El informe también reprocha a las autoridades sanitarias su lentitud a la hora de responder a los primeros indicios de que personas sin síntomas también podrían difundir el nuevo coronavirus. Sin embargo, informes de China y Alemania ya habían documentado este fenómeno en una fase temprana. Pero las principales autoridades sanitarias, incluida la propia Organización Mundial de la Salud, dieron consejos contradictorios y a veces engañosos.

Políticas torpes

La mayoría de los gobiernos occidentales se negaron a aprender de las experiencias de los países que habían sido los primeros en verse afectados. Medidas evidentes como el distanciamiento social o el uso de mascarillas se convirtieron en nuestras regiones en temas de debate político. Se descartaron los confinamientos porque no encajaban con nuestros “valores occidentales”… hasta que, por supuesto, no tuvimos otra opción.

En muchos países faltaron suministros esenciales al principio de la pandemia, como mascarillas, ropa protectora, oxígeno, respiradores, etc. El libre mercado no es aparentemente eficiente para hacer frente a una crisis sanitaria imprevista. Años y años de austeridad neoliberal también hicieron que faltara personal sanitario (suficientemente formado): quedó dolorosamente claro en nuestras residencias para personas mayores.

Salvo excepciones, los gobiernos no han logrado establecer un sistema eficaz de pruebas, detección y aislamiento necesario para controlar el COVID-19. En Bélgica este sistema aún no está a punto.

No hay confianza en el gobierno

En Occidente la desconfianza de la población hacia sus gobiernos era ya bastante elevada. La torpeza de las políticas relacionadas con el COVID no hizo más que aumentar esta falta de confianza. Sin embargo, esa confianza es esencial para lograr buenos resultados en una lucha contra una pandemia, algo que también nos enseñan las experiencias de los países asiáticos.

Como resultado de esta desconfianza, se reduce el cumplimiento de las medidas, proliferan las teorías conspirativas y abundan las ideas erróneas. Lo primero lleva a más infecciones y a una prolongación de las medidas de seguridad. Los otros dos factores hacen que las dudas sobre las vacunas sean alarmantes en muchos países.

El informe de la OMS lo resume así: “En algunos países la crisis de la COVID-19 ha puesto de relieve un déficit de confianza entre las personas, las instituciones y sus líderes. La falta de confianza también ha alimentado ‘la infodemia’iv y ha creado un círculo vicioso de desinformación y respuestas inadecuadas. Ese profundo déficit de confianza en combinación con el uso que se hace de las redes sociales […] y las repercusiones que esto conlleva muestran también el fracaso de una respuesta analógica [medios clásicos, n.d.r.] en una era digital”.

¿Tu dinero o tu vida?

Según el informe, los gobiernos se guiaron y se guían demasiado por consideraciones económicas, con la idea de que unas medidas demasiado estrictas perjudicarían demasiado a la economía. Un error.

“Una observación del Grupo previa a la realización de su estudio es que los resultados económicos han sido mejores en aquellos países que han aplicado debidamente medidas estrictas de control de la salud pública, que son, a su vez, los países en los que también se han registrado unos resultados sanitarios […] sustancialmente mejores que los resultados de los demás. El mismo patrón parece aplicarse al ritmo de recuperación: aquellas medidas de salud pública más estrictas vienen acompañadas de recuperaciones económicas más sólidas.”

La falta de una política firme ha provocado meses de (semi)confinamientos e incertidumbre en los mercados, lo que el año pasado costó a la economía mundial un 7%, es decir, 6 billiones de dólares. “Este es claramente un caso en el que la inversión de unos miles de millones puede suponer un ahorro de billones”, concluye el informe.

La debacle de las vacunas

En el pasado Tedros, Secretario General de la OMS, había expresado en repetidas ocasiones su enfado por el comportamiento acaparador de los países ricos con respecto a las vacunas. Mientras que los países ricos tendrán suficientes dosis este año para vacunar a sus ciudadanos de tres a cinco veces, una gran proporción de la población de los países más pobres no verá ninguna dosis.

El informe de la OMS es especialmente tajante al respecto: “No será posible aprovechar al máximo el potencial que ofrecen las vacunas si se deja que los criterios para determinar quién accede a ellas vengan dictados por el poder económico y los estrechos intereses nacionales […]. No podemos permitir que arraigue el principio de que resulta aceptable que los países de ingresos altos puedan vacunar al 100 % de su población, mientras los países más pobres deben arreglárselas con una cobertura de apenas el 20 %. El hecho de que una persona haya ido a nacer en Liberia, en Nueva Zelanda o en cualquier otro lugar no debería ser el factor que determine su lugar en la lista de las vacunación”.

Gráfico: ¿Cuándo se podrá disponer ampliamente de las vacunas contra el coronavirus?

El nacionalismo de las vacunas también es miope. En palabras de Tedros: “Cuanto más esperemos a proporcionar vacunas, pruebas y tratamientos a todos los países, más rápido se afianzará el virus, más cepas surgirán, más probable será que las vacunas actuales sean ineficaces y más difícil será la recuperación de todos los países. Nadie está a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo.”

El informe confirma esta opinión: “Solo la aplicación de principios de universalidad y equidad podrá hacer que el mundo salga unido de esta crisis”.

Mea culpa

El panel también hace autocrítica. La propia OMS no emprendió reformas fundamentales para prepararse para una pandemia. Pero el problema es más profundo. A la institución “le ha faltado poder para hacer el trabajo que se espera de ella”. Funciona sobre la base del consenso de los gobiernos nacionales y no tiene poder para hacer cumplir las normas. Según el informe, existe una enorme diferencia entre lo que se espera de la organización y la cantidad de dinero que recibe.

Todo esto “ha dejado al mundo peligrosamente expuesto, como demuestra la pandemia de COVID-19. Las consecuencias de esta pandemia deben servir para aprovechar una de esas oportunidades que se presentan una sola vez por generación: la de que los Estados miembros reconozcan como algo que redunda en beneficio común el hecho de que el sistema internacional disponga de un conjunto de herramientas debidamente reforzadas para cumplir firmes funciones de alerta de pandemia y contención de brotes”.

* * *

La coronapandemia es la mayor crisis sanitaria de los últimos cien años. Todas las crisis ponen a prueba la resistencia y la preparación de una sociedad. Para la mayoría de los países occidentales los resultados de esta prueba son devastadores.

Esperemos que esto nos ayude a deshacernos de nuestro obstinado sentimiento de superioridad hacia el resto del mundo. Pero más importante aún es que aprovechemos esta crisis para reflexionar detenidamente sobre dónde y por qué salieron mal las cosas, y qué se necesita para evitar una debacle semejante en el futuro.

El informe de la OMS confirma los análisis de Richard Horton, Michel Collon y otros.v Es sorprendente que los principales medios de comunicación no cubran o apenas cubran estas voces y se nieguen a abrir el debate fundamental sobre las políticas del COVID. Todavía queda mucho trabajo por hacer.

Traducido del neerlandés por Sven Magnus

Fuente: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2021/03/12/een-jaar-covid-vernietigend-rapport-van-de-wereldgezondheidsorganisatie-over-de-aanpak-in-de-westerse-landen/

Notas:

i El informe se presentó el 19 de enero. Fue preparado por un Panel de la Organización Mundial de la Salud, encabezado por Helen Clark, exprimera ministra de Nueva Zelanda y por Ellen Johnson Sirleaf, exresidenta de Liberia. El texto completo se puede leer aquí.

ii Por supuesto, el informe no habla explícitamente del fracaso de los «países occidentales». Pero si se consideran los países a los que se aplican las críticas del informe, se llega automáticamente a esa conclusión.

iii Fuente: The Economist; Worldometers.

iv El término ‘infodemia’ procede de la Organización Mundial de la Salud. Se trata de una abundancia de información, tanto on line como off line, con el objetivo de imponer una visión dominante. “Incluye los intentos intencionados de difundir información errónea para socavar la respuesta de salud pública y promover agendas alternativas de grupos o individuos.”

v Richard Horton, ‘La catástrofe de COVID-19. What’s Gone Wrong and How to Stop it Happening Again’, Polity 2020; Michel Collon, ‘Planète Malade – Enquête & Entretiens’, Investig’Action 2020.

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