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Cómo explicar a un niño la pandemia de coronavirus

Por: news.un.org.

 

La epidemia de coronavirus COVID-19 ha provocado que millones de niños no puedan asistir a la escuela, practicar deporte o realizar cualquier tipo de actividad extraescolar comunitaria. Al pasar más tiempo del habitual en sus hogares, los menores también se ven expuestos a un vertiginoso aumento de estímulos audiovisuales relacionados con la pandemia.

Esta situación les puede ocasionar dificultades para comprender lo que ven en Internet o en las pantallas de televisión, escuchar las conversaciones de otras personas, y pueden ser especialmente vulnerables a los sentimientos de ansiedad, estrés y tristeza.

Por esa razón, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia ha publicado una serie de consejos sobre cómo hablar a sus hijos sobre el coronavirus y poder tener una conversación franca que les ayude a comprender y enfrentarse a esta delicada situación.

UNICEF recomienda empezar la conversación preguntando a sus hijos qué saben sobre la enfermedad. Si son muy jóvenes y todavía no son conscientes de la aparición del brote puede que no sea necesario plantear el tema, pero es un buen momento para recordarles medidas básicas de higiene.

Es de suma importancia no minimizar o evitar las posibles preocupaciones que puedan tener. Comprenda sus sentimientos y tranquilíceles explicando que es natural sentirse asustado ante este tipo de situaciones. Aparte de prestarles la máxima atención, también es necesario que comprendan que pueden hablar sobre el tema con usted o con sus profesores cuando quieran.

Los dibujos, los cuentos u otras actividades pueden ayudar a iniciar una discusión.

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OPS
La Organización Panamericana de la Salud vacuna niños y adolescentes contra el sarampión y la difteria en América del Sur.

Honestidad, ante todo

Los niños tienen derecho a saber la realidad y estar informados, mientras que los adultos tienen la responsabilidad de protegerlos de las aflicciones. Habrá que usar un lenguaje apropiado a la edad del niño, observar cómo reacciona y ser conscientes de su nivel de ansiedad.

Si se desconocen las respuestas, no hay que inventárselas. Una de las opciones más recomendable es buscar las soluciones en las páginas de internet de organizaciones especializadas como la Organización Mundial de la Salud o UNICEF junto a sus hijos. A su vez, es importante explicarles que no todas las informaciones en el ciberespacio son correctas y que hay que acudir a fuentes expertas en la materia

Aprender a protegerse puede ser divertido

Una de las mejores maneras de mantener a los niños a salvo del coronavirus y otras enfermedades consiste simplemente en lavarse las manos de forma regular. En internet, existen recursos como videos con canciones bailes para aprender estas simples tareas de forma divertida.

También es recomendable enseñarles cómo cubrirse con el codo al toser o estornudar, explicarles que es mejor no acercarse demasiado a las personas que tienen esos síntomas y pedirles que nos cuenten si sienten que tienen fiebre, tos o dificultades para respirar.

Ante todo, seguridad

En nuestro entorno cotidiano, los niños están expuestos a una gran cantidad de imágenes y puede ser confuso distinguir entre ficción y realidad, creando una falsa situación de peligro inminente.

Un modo de afrontar el estrés es jugar con ellos y tranquilizarlos. Es importante mantener las mismas rutinas y horarios tanto como sea posible, especialmente antes de ir a dormir, o crear otras nuevas en un espacio diferente.

Si hay un brote de coronavirus en nuestro entorno, se les ha de recordar que probablemente no se contagiarán, que un alto número de personas no sufren síntomas graves y que hay muchas personas trabajando para mantenerlos a salvo.

Combatir la discriminación racial

El brote de coronavirus ha diseminado muchas noticias de discriminación racial a nivel global, por lo que es importante comprobar que sus hijos ni sufren ni colaboran con esta amenaza.

Es importante explicar que el coronavirus no está relacionado con el aspecto de una persona, su procedencia o el idioma que habla. Si se les ha insultado o acosado en la escuela, deben sentirse seguros y contárselo a un adulto en quien confían.

Hay que recordarles que la escuela ha de ser un espacio seguro, que el acoso es una conducta incorrecta y que todos debemos contribuir a fomentar la amabilidad y el apoyo mutuo.

Ayuda externa

Asimismo, se destaca la importancia de enseñar a los niños que la gente se ayuda mutuamente con actos de bondad y generosidad.

Para ello, se pueden compartir las experiencias de los profesionales de la salud, científicos y jóvenes que trabajan para detener el brote y mantener segura a la población.

Cuídate

La ayuda a los hijos comienza con uno mismo. Si usted está tranquilo y en control de la situación ante las noticias sobre la enfermedad, los niños percibirán este tipo de respuesta.

En caso de estar nervioso o preocupado, tómese un tiempo para usted mismo y acérquese a otros familiares, amigos o personas de confianza en su comunidad. Dedique tiempo a hacer cosas que le ayuden a relajarse y recuperarse.

Prudencia con las conversaciones personales

Es importante no dejar a los niños angustiados. Al finalizar una conversación, intente medir su nivel de ansiedad observando su lenguaje corporal, estudie si usa su tono de voz habitual y vigile su respiración.

Recuerde a sus hijos que pueden tener otras conversaciones difíciles con usted en cualquier momento. Recuérdeles que usted se preocupa, que está escuchando y que está disponible siempre que se sientan preocupados.

Fuente de la reseña: https://news.un.org/es/story/2020/03/1471422

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Cuarentena útil: Cuento en 10 lenguas originarias es la primera entrega de estrategia “Aprendo en casa”

América del Sur/ Perú/ 24.03.2020/ Fuente: diariocorreo.pe.

Está disponible en awajún, ashaninka, aimara, shipibo-konibo, yanesha, wampis, shawi y quechua en sus variantes collao, chanka y central

Desde hoy, y como parte de la estrategia “Aprendo en casa”, los escolares que hablan diversas lenguas originarias y asisten a escuelas interculturales bilingües pueden escuchar el cuento “Los niños contra el coronavirus” a través del canal de Spotify del Ministerio de Educación y pronto, a través de Radio Nacional y otras emisoras de alcance regional.

El texto ha sido grabado en las lenguas awajún, ashaninka, aimara, shipibo-konibo, yanesha, wampis, shawi y quechua en sus variantes collao, chanka y central.

Según el registro de instituciones educativas de educación intercultural bilingüe, hay más de 21 mil estudiantes pertenecientes al pueblo ashaninka, de los cuales 7193 tienen entre 3 y 5 años, y 14 267 entre 6 y 11 años.

Asimismo, hay 328 322 estudiantes que hablan quechua en sus diferentes variantes, de los cuales 93 877 tienen entre 3 y 5 años, y 234 445 entre 6 y 11 años.

El pueblo aimara tiene cerca de 29 mil estudiantes; el awajún, más de 18 mil; el pueblo shipibo-konibo cuenta con 10 111 estudiantes, y el shawi, con 6467 alumnos.

En el país hay cerca de 27 mil instituciones que ofrecen el servicio de educación intercultural bilingüe, según el Minedu.

Como se sabe, el ministro de Educación, Martín Benavides, anunció en la víspera la puesta en marcha de la estrategia Aprendo en casa, que busca brindar herramientas de aprendizaje a las familias durante el periodo de emergencia.

Esta estrategia de educación a distancia combinará la difusión de contenidos por medios digitales, televisión y radio para tener una mayor cobertura y tendrá carácter inclusivo, pues también se desarrollará en 10 lenguas originarias y el lenguaje de señas.

Fuente de la noticia: https://diariocorreo.pe/peru/cuarentena-util-cuento-en-10-lenguas-originarias-estrategia-aprendo-en-casa-minedu-coronavirus-clases-escolares-noticia/

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Sindicato docente pide cerrar la totalidad de centros educativos en España

Europa/ España/ 23.03.2020/ Fuente: www.lavanguardia.com.

 

El sindicato docente STES ha exigido al Gobierno que cierre la totalidad de los centros educativos de España y también que haga un plan de repatriación voluntario de los profesores españoles que se encuentran en el extranjero mientras dure la pandemia del coronavirus.

STES ha denunciado este lunes en un comunicado que los profesores de algunas comunidades autónomas aún están obligados a acudir a su centro de trabajo a pesar de que se ha interrumpido la formación presencial, como es el caso de Castilla y León.

Ante esta situación, el sindicato considera que si el Ministerio de Educación no interviene, estará permitiendo que se ponga en riesgo la salud de estos profesionales y contribuyendo a que se mantengan abiertos posibles focos de infección.

Por tanto, STES ha solicitado que el Gobierno incluya en la prórroga del estado de alarma el cierre total de todos los centros educativos de toda España.

«No encontramos ninguna justificación pedagógica, sanitaria ni de cualquier otro tipo que haga necesario el desplazamiento diario de miles de personas», ha destacado.

Asimismo, el sindicato ha pedido al Ministerio de Educación que asista al profesorado español en el extranjero y planifique su repatriación con carácter voluntario, ya que pueden teletrabajar desde territorio español mientras dure la pandemia. EFE

Fuente de la noticia: https://www.lavanguardia.com/vida/20200323/4847920258/sindicato-docente-pide-cerrar-la-totalidad-de-centros-educativos-en-espana.html

 

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Coronavirus: lecciones para el mundo desde Italia, el nuevo epicentro de la pandemia

Europa/ Italia/ 23.03.2020/ Fuente: www.nytimes.com.

Mientras las infecciones por el coronavirus en Italia rebasaban los 400 casos y las muertes llegaban a las decenas, el líder del gobernante Partido Demócrata publicó una fotografía en la que brindaba por “un aperitivo en Milán”, e invitaba a la gente a “no cambiar nuestros hábitos”.

Eso fue el 27 de febrero. Menos de 10 días después, cuando el conteo llegó a 5883 infecciones y 233 muertes, el jefe del partido, Nicola Zingaretti, publicó un nuevo video, esta vez para informarle a Italia que él también tenía el virus.

Ahora Italia tiene más de 53.000 infecciones registradas y más de 4800 muertes, y el ritmo de contagio se sigue acelerando, pues más de la mitad de los casos y fallecimientos se registraron la semana pasada. El sábado, los funcionarios reportaron 793 muertes más, el incremento más grande que se ha visto en un solo día hasta el momento. Italia ha superado a China como el país con el mayor número de víctimas, lo cual lo convierte en el epicentro de una pandemia en movimiento.

El gobierno ha desplegado al Ejército a fin de imponer un cierre de emergencia en Lombardía, la región al norte de la nación que está al centro del brote, donde se han acumulado cuerpos en las iglesias. La noche del viernes, las autoridades reforzaron el bloqueo nacional con el cierre de parques y la prohibición de actividades al aire libre, como salir a caminar o correr lejos de casa.

La noche del sábado, el presidente del Consejo de Ministros, Giuseppe Conte, anunció otra medida drástica en respuesta a lo que llamó la crisis más difícil que ha enfrentado el país desde la Segunda Guerra Mundial: Italia cerrará sus fábricas y todas las líneas de producción que no sean indispensables, un enorme sacrificio económico que pretende contener el virus y proteger vidas humanas.

“El Estado está aquí”, dijo Conte en un esfuerzo por tranquilizar a la ciudadanía.

La tragedia de Italia ahora destaca como una advertencia para sus vecinos europeos y Estados Unidos, donde el virus se está propagando con la misma velocidad. Si algo podemos aprender de la experiencia de Italia es que las medidas de aislamiento de áreas afectadas y restricción al movimiento de la población en general tienen que implementarse de inmediato, con absoluta claridad, y cumplirse de manera rigurosa.

Si bien ahora han establecido algunas de las medidas más estrictas en el mundo, las autoridades italianas no emprendieron muchas de esas acciones a tiempo durante el contagio, cuando era más apremiante, en aras de preservar las libertades civiles al igual que la economía.

Los intentos graduales de Italia para frenar la propagación —primero mediante el aislamiento de localidades, luego de regiones y, a la postre, del país, en un bloqueo deliberadamente poroso— siempre estuvieron rezagados respecto de la trayectoria letal del virus.

ImageLa zona Navigli en Milán, habitualmente bulliciosa, estaba casi vacía durante la cuarentena de este mes.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

“Ahora lo estamos persiguiendo”, dijo Sandra Zampa, subsecretaria del Ministerio de Salud, quien comentó que Italia hizo lo mejor que pudo con la información que tenía. “Hicimos cierres graduales, así como lo está haciendo toda Europa. Francia, España, Alemania y Estados Unidos están haciendo lo mismo. Cada día bloqueamos otro poco, renunciamos a una parte de la vida normal. Porque este virus no permite que llevemos una vida normal”.

Algunos funcionarios se dejaron llevar por pensamientos mágicos, y fueron reacios a tomar decisiones difíciles antes. Mientras tanto, el virus se alimentaba de esa autocomplacencia.

Otros gobiernos más allá de Italia ahora corren el riesgo de seguir sus pasos, repetir sus mismos errores y engendrar una catástrofe parecida. Y, a diferencia de Italia, que tuvo que adentrarse en un territorio desconocido para una democracia occidental, esos gobiernos no tienen tantos pretextos para justificarse.

Por su lado, los funcionarios italianos han defendido su respuesta, enfatizando que esta crisis no tiene precedentes en la era moderna. Afirman que el gobierno respondió con celeridad y capacidad, pues de inmediato llevó a la práctica los consejos de sus científicos y tomó medidas drásticas y económicamente devastadoras con más rapidez que sus contrapartes europeas.

Sin embargo, al analizar el registro de sus acciones sobresalen oportunidades desperdiciadas y tropiezos cruciales.

En los críticos primeros días del brote, Conte y otros altos funcionarios quisieron restarle importancia a la amenaza, lo cual creó confusión y una falsa sensación de seguridad que permitieron que el virus se propagara.

Atribuyeron la elevada cifra de infecciones en Italia a las pruebas diagnósticas excesivas de gente que no tenía síntomas en el norte, lo cual, según ellos, solo infundió el pánico y dañó la imagen del país en el extranjero.

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En el Palazzo Marino, sede del municipio de Milán, se colocaron sillas al aire libre y a una distancia segura antes de una reunión.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

Incluso cuando el gobierno italiano llegó a la conclusión de que un cierre universal era necesario para combatir el virus, no comunicó la amenaza con la vehemencia suficiente como para persuadir a los italianos de apegarse a las reglas, las cuales parecían estar plagadas de escapatorias.

“No es sencillo hacer esto en una democracia liberal”, explicó Walter Ricciardi, miembro del consejo administrativo de la Organización Mundial de la Salud y consejero principal del Ministerio de Salud, quien arguyó que el gobierno italiano actuó conforme a la evidencia científica que estaba a su disposición.

Dijo que el gobierno italiano se había movido con más velocidad y tomó la amenaza mucho más en serio que sus vecinos europeos o Estados Unidos.

Sin embargo, reconoció que el ministro de Salud había batallado para convencer a sus colegas del gobierno de que se movieran más rápidamente y que las dificultades de navegar la división de poderes de Italia entre Roma y las regiones resultaron en una cadena de mando fragmentada y mensajes inconsistentes.

“En tiempos de guerra, como una epidemia”, ese sistema presentaba graves problemas, dijo, y agregó que tal vez retrasó la imposición de medidas restrictivas.

“Los hubiera hecho 10 días antes, esa es la única diferencia”.

En el caso del coronavirus, 10 días pueden ser una vida entera.

El 21 de enero, mientras los altos funcionarios chinos advertían que quien escondiera casos de infección del virus “quedará eternamente clavado al pilar de la vergüenza histórica”, el ministro de Cultura y Turismo de Italia recibió a una delegación china para un concierto en la Academia Nacional de Santa Cecilia que conmemoraba la inauguración del Año de Cultura y Turismo China-Italia.

Michele Geraci, el exsubsecretario del Ministerio de Desarrollo Económico de Italia y potenciador de las relaciones más estrechas con China, compartió un trago con otros políticos, pero miró a su alrededor con preocupación.

“¿En serio queremos hacer esto?”, dice que les preguntó. “¿Deberíamos estar aquí hoy?”.

En retrospectiva, la respuesta de los funcionarios italianos sin duda es no.

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En San Fiorano, una de las ciudades originales de la “zona roja” que fueron bloqueadas, los residentes vieron al primer ministro Giuseppe Conte anunciar restricciones de viaje en toda Italia.
Credit…Marzio Toniolo, vía Reuters

Zampa, la actual subsecretaria del Ministerio de Salud, dijo que ahora se da cuenta de que debió haber cerrado todo de inmediato. Pero en aquel momento, la decisión no era tan evidente.

A los políticos de todas las ideologías les preocupaba la economía y alimentar al país, y les costaba admitir su vulnerabilidad ante el virus.

Lo más importante, a decir de Zampa, es que Italia veía el ejemplo de China, no como una advertencia práctica, sino como una “película de ciencia ficción que no tenía nada que ver con nosotros”. Y cuando brotó el virus, Europa “nos miró de la misma forma en que nosotros veíamos a China”.

Sin embargo, en enero, algunos funcionarios de derecha ya estaban instando a Conte, su exaliado y ahora adversario político, para que pusiera en cuarentena a los niños en edad escolar que estaban llegando a las regiones del norte de sus vacaciones en China, una medida que pretendía proteger las escuelas. Muchos de esos niños eran de familias de inmigrantes chinos.

Muchos liberales criticaron la propuesta, tildándola de alarmismo populista. Conte rechazó la propuesta y respondió que los gobernadores del norte debían confiar en el criterio de las autoridades de educación y de salud, quienes, dijo, no propusieron tal cosa.

No obstante, Conte también demostró que estaba tomando en serio la amenaza del contagio. El 30 de enero, interrumpió todos los vuelos desde y hacia China.

“Somos el primer país en Europa que ha adoptado una medida de precaución como esta”, afirmó.

En el transcurso del mes pasado, Italia respondió a las amenazas del coronavirus a toda prisa. Dos turistas chinos enfermos y un italiano que había regresado de China fueron tratados en un destacado hospital para enfermedades infecciosas en Roma. Una falsa alarma hizo que las autoridades confinaran a los pasajeros de un crucero que atracó a las afueras de Roma.

El 18 de febrero, cuando un hombre de 38 años llegó a la sala de emergencias de un hospital en Codogno, una pequeña localidad en la provincia de Lodi en Lombardía, con síntomas graves de influenza, el caso no fue motivo de alarma.

El paciente se rehusó a internarse en el hospital y se fue a casa. Su condición empeoró, a las pocas horas regresó al hospital y fue ingresado en el área de medicina general. El 20 de febrero, lo enviaron a cuidados intensivos, donde dio positivo en su prueba del virus.

El hombre, quien se dio a conocer como el “paciente uno”, había tenido un mes muy ocupado. Estuvo presente en al menos tres cenas, jugó futbol y participó en una carrera con un equipo, todo esto lo hizo al parecer en un estado contagioso sin manifestar síntomas graves.

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El mes pasado  llegaron nuevas camas al hospital de Codogno, cerca de Lodi en el norte de Italia.
Credit…Luca Bruno/Associated Press

Ricciardi afirmó que Italia había tenido la mala suerte de tener a un superpropagador en un área densamente poblada y dinámica que además acudió al hospital no una, sino dos veces, por lo que contagió a cientos de personas, entre ellas médicos y enfermeros.

“Estuvo sumamente activo”, dijo Ricciardi.

Pero tampoco había tenido ningún contacto directo con China, y los expertos sospechan que contrajo el virus de otro habitante europeo, lo cual quería decir que Italia no tenía un paciente cero que se pudiera identificar ni una fuente de contagio que se pudiera rastrear para ayudar a contener el virus.

A estas alturas, el virus ya había estado activo en Italia durante semanas, según los expertos, y fue transmitido por personas que no tenían síntomas y a menudo lo confundían con una gripe. Se esparció por toda Lombardía, la región italiana que más comercia con China y que también contiene a Milán, la ciudad más dinámica del país en cuanto a cultura y negocios.

“Aquel a quien llamamos ‘paciente uno’ seguramente era el ‘paciente 200’”, comentó el epidemiólogo Fabrizio Pregliasco.

El domingo 23 de febrero, se registraron más de 130 infecciones, por lo que Italia acordonó once localidades con puestos de control militares y policiales. Los últimos días del Carnaval de Venecia fueron cancelados. En la región de Lombardía, cerraron las escuelas, los museos y los cines. Los milaneses hicieron compras de pánico en los supermercados.

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Desinfección alrededor de la estación central de trenes de Milán la semana pasada.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

Sin embargo, aunque Conte elogió de nuevo a Italia por su mano dura, también buscó restarle importancia al contagio, pues atribuyó las altas cifras de infección a las pruebas excesivas en Lombardía.

“Hemos sido los primeros en implementar medidas de control muy rigurosas y precisas”, declaró en un discurso para la nación. “Tenemos más casos de infección porque hicimos más pruebas”.

Al día siguiente, la cifra rebasó las 200 infecciones, murieron siete personas y el mercado bursátil se desplomó. Conte y sus asesores de salud redoblaron los esfuerzos.

Culpó al hospital de Codogno por la propagación, diciendo que había manejado las cosas de una “manera no completamente adecuada” y argumentó que Lombardía y Véneto, otra región del norte, estaban exagerando la gravedad del problema al desviarse de las pautas globales y evaluar a personas que no presentaban síntomas.

Mientras los funcionarios de Lombardía luchaban por liberar las camas de los hospitales, y el número de personas infectadas aumentó a 309 con 11 muertos, Conte dijo el 25 de febrero que “Italia es un país seguro y probablemente más seguro que muchos otros”.

El viernes, la oficina de Conte ofreció una entrevista con la condición de que pudiera responder preguntas por escrito. Cuando se le enviaron preguntas, incluidas aquellas sobre sus declaraciones pasadas, se negó a responder.

El consuelo que daban los líderes confundía más a la población italiana.

El 27 de febrero, Zingaretti publicó su fotografía del aperitivo. Ese mismo día, el ministro de Relaciones Exteriores del país, Luigi Di Maio, exdirigente de uno de los partidos gobernantes, el Movimiento Cinco Estrellas, sostuvo una rueda de prensa en Roma.

“En Italia, pasamos del riesgo de epidemia a una ‘infodemia’”, declaró Di Maio, para luego desacreditar la cobertura mediática que realzó la amenaza del contagio, y agregó que solo “el 0,089 por ciento” de la población italiana estaba en cuarentena.

En Milán, a unos pocos kilómetros del epicentro del brote, el alcalde, Beppe Sala, publicitó una campaña de “Milán no se detiene”, y reabrió el Duomo, la histórica catedral de la ciudad que atrae a turistas de todo el mundo. La gente salió de sus casas.

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Un bar atestado en Milán en febrero, donde se organizó una campaña para alentar a la población a salir.
Credit…Andrea Mantovani for The New York Times

No obstante, en el sexto piso de la sede del gobierno regional en Milán, Giacomo Grasselli, coordinador de las unidades de cuidados intensivos en toda Lombardía, vio que las cifras aumentaban y pronto se dio cuenta de que sería imposible atender a todos los enfermos si no frenaban las infecciones.

Su equipo especial de trabajo se movilizó para enviar a los enfermos a unidades de cuidados intensivos en los hospitales más cercanos y abastecer los recursos necesarios faltantes. En una de sus juntas diarias con unos 20 funcionarios políticos y de salud, Grasselli le informó al presidente de Lombardía, Attilio Fontana, sobre las cifras crecientes.

Un epidemiólogo les mostró las curvas de infección. El respetado sistema de salud de la región estaba frente a una catástrofe. “Necesitamos hacer algo más”, declaró Grasselli ante los presentes.

El gobierno empezó a proporcionar más asistencia económica, a la que después sumó un paquete de ayuda de 25.000 millones de euros (28.000 millones de dólares), pero la nación se dividió entre los que reconocían la amenaza y los que no.

Zampa dijo que fue más o menos en ese momento que el gobierno se enteró de que las infecciones en el poblado de Vò, el epicentro del virus en la región de Véneto, no tenían ningún vínculo epidemiológico con el brote de Codogno.
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Un puesto de control policial en Viale Porpora en Milán en medio de un encierro en Italia este mes.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

También comentó que el ministro de Salud, Speranza, y Conte deliberaron al respecto y ese mismo día decidieron cerrar gran parte del norte de la nación.

En una conferencia de prensa sorpresa a las dos de la mañana del 8 de marzo, cuando 7375 personas ya habían dado positivo en las pruebas de coronavirus y 366 habían fallecido, Conte anunció la medida extraordinaria de restringir el movimiento de aproximadamente una cuarta parte de la población italiana en las regiones del norte que representan el motor económico del país.

“Estamos frente a una emergencia”, declaró Conte en ese momento. “Una emergencia nacional”.

Un borrador del decreto, filtrado a los medios de comunicación italianos el sábado por la noche, empujó a muchos residentes de Milán a apresurarse a la estación de trenes en multitudes e intentar abandonar la región, causando lo que muchos consideraron más tarde una peligrosa ola de contagio hacia el sur.

Sin embargo, al día siguiente, la mayoría de los italianos todavía estaban confundidos sobre la gravedad de las restricciones.

Para aclarar el problema, el Ministerio del Interior emitió formularios de “autocertificación” que permitirían a las personas viajar dentro y fuera del área cerrada por trabajo, salud u “otras” necesidades.

Mientras tanto, de manera independiente, algunos gobernadores ordenaron que la gente que llegara de las zonas recién bloqueadas se pusiera en cuarentena. Otros no lo hicieron.

Las restricciones más extensas en Lombardía también acabaron, en la práctica, con la cuarentena en Codogno y otras localidades de la “zona roja” vinculadas con el brote original. Los puestos de control desaparecieron. Los alcaldes locales se quejaron de que sus sacrificios habían sido para nada.

Un día después, el 9 de marzo, cuando los casos positivos escalaron a 9172 y el total de muertes se disparó a 463, Conte endureció las restricciones y las extendió a todo el territorio nacional.

Pero para entonces, según los expertos, ya era demasiado tarde.

Italia sigue pagando el precio de esos primeros mensajes contradictorios de científicos y políticos. La gente que ha muerto recientemente en asombrosas cantidades —más de 2300 en los últimos cuatro días— se infectaron en su mayoría durante la confusión de hace una o dos semanas.

Roberto Burioni, un destacado virólogo de la Universidad San Raffaele de Milán, dijo que la gente se había sentido segura para seguir con sus rutinas habituales y atribuyó el aumento en los casos la semana pasada a “ese comportamiento”.

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Militares italianos custodiaban una barrera de camino al pueblo de Vo’Euganeo.
Credit…Claudio Furlan/LaPresse, vía Associated Press

El gobierno ha instado a la unidad nacional en la obediencia a sus medidas restrictivas. Pero el sábado, cientos de alcaldes de las zonas más afectadas dijeron al gobierno que esas medidas eran fatalmente insuficientes.

Los líderes del norte están desesperados por que el gobierno tome medidas enérgicas más duras.

El viernes, Fontana se quejó de que las 114 tropas desplegadas por el gobierno eran insignificantes y que deberían enviar al menos mil. El sábado cerró oficinas públicas, sitios de trabajo y prohibió correr. Dijo en una entrevista que el gobierno necesitaba dejar de jugar y “aplicar medidas rígidas”.

“Pienso que si hubiéramos cerrado todo al principio durante dos semanas probablemente ahora estaríamos cantando victoria”, dijo

Su aliado político, Lucca Zaia, presidente de la región Veneto, se adelantó al gobierno nacional con sus propias restricciones y dijo que Roma necesitaba imponer “un aislamiento más drástico” que incluyera el cierre de todas las tiendas y la prohibición de actividades públicas que no sean ir al trabajo.

“Los paseos a pie deberían prohibirse”, dijo.

Zaia tiene algo de credibilidad en el tema.

Mientras que las nuevas infecciones han proliferado en todo el país, han disminuido significativamente en Vò, una ciudad de aproximadamente 3000 personas que fue una de las primeras en cuarentena y que tuvo la primera muerte por coronavirus del país.

Algunos expertos gubernamentales atribuyeron ese cambio a la estricta cuarentena que había estado vigente durante dos semanas. Pero Zaia también ordenó que allí se realizaran pruebas generalizadas, en un desafío a las directrices científicas internacionales y al gobierno nacional. El gobierno ha argumentado que evaluar a las personas sin síntomas es un desperdicio de recursos.

“Al menos esto reduce la velocidad del virus”, dijo Zaia, argumentando que las pruebas ayudaron a identificar personas asintomáticas potencialmente contagiosas. “Y reducir la velocidad del virus le da un respiro a los hospitales”.

Si no, la abrumadora cantidad de pacientes afectaría los sistemas de atención médica y causaría una catástrofe nacional.

Fuente de la noticia: https://www.nytimes.com/es/2020/03/22/espanol/coronavirus-lecciones-italia.html

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George Galloway: El capitalismo está a un virus de un desastre existencial, y solo el dinero de sus víctimas puede salvarlo

Por: George Galloway

Franklin D. Roosevelt y John Maynard Keynes han sido golpeados por Donald Trump, Boris Johnson y Emmanuel Macron, la nueva trinidad santa del capitalismo dirigista.

De acuerdo con las leyes de la economía capitalista, una aerolínea que no puede ocupar sus asientos debe ir al muro. Si el gusto del público por los cruceros oceánicos se disipa por la moda o la pandemia, la compañía de cruceros se sumerge en las olas, se hunde o nada.

John Maynard Keynes y Franklin D. Roosevelt desafiaron eso en la Gran Depresión de la década de 1930, decidiendo que el destino de las naciones no podía dejarse solo a manos invisibles de las fuerzas del mercado, sino que, si no era un corazón, al menos un cerebro debía aplicarse. Esa contabilidad no era economía.

Los descendientes de Keynes y FDR normalmente no se encontrarían ni en el Partido Conservador Británico ni en el Partido Republicano. Reagan y Thatcher deben estar revolviéndose en sus tumbas. Porque esta semana la ortodoxia capitalista prevaleciente se volvió de cabeza y sumas deslumbrantes de dinero público fueron salpicadas no por Sanders o Corbyn o Melenchon, sino por sus polos opuestos cuyas carreras enteras se han basado en denunciar el más mínimo keynesianismo como socialismo. o incluso el comunismo.

A menos que uno crea que los tres han experimentado una conversión damasquinada, se puede decir con seguridad que la escala del rescate es igual a la escala de la amenaza percibida al capitalismo por la epidemia de coronavirus. Donald Trump se está preparando para firmar cheques de $ 1,000 a » todos los estadounidenses». «Macron, asediado y pensando en la Bastilla cada mañana que se despierta, gastará el equivalente al 20 por ciento del PIB de Francia en 2019 para vencer a este nuevo enemigo invisible y esquivo.

Cuando los cerdos de Animal Farm se metamorfosearon en el opuesto de sus seres anteriores, comenzaron a cantar “ cuatro patas bien, dos patas mejor. Para la Santísima Trinidad, la igualdad siempre fue buena, pero algunas serían más iguales que otras. » Bien público, privado mejor » era su mantra.

Pero la magnitud de la amenaza a la salud pública planteada por la pandemia demuestra más allá de la contradicción que lo privado no es mejor que lo público, una economía que es principalmente privada no puede satisfacer las necesidades de la raza humana cuando llegan los peligros existenciales.

Esto no es nuevo, aunque puede haber sido olvidado.

La alianza en tiempo de guerra de la URSS, Gran Bretaña y Estados Unidos no podría haber prevalecido si se hubiera seguido el ejemplo de Milo Minderbinder en Catch-22 . Milo, un capitalista en su núcleo, alquiló sus propios bombarderos de la USAF al enemigo para bombardear su propio lado. Bueno, los negocios son los negocios.

Solo los estados centralizados fuertes con economías de comando pueden librar una guerra total, y la especulación, el acaparamiento y la compra a granel de pánico se consideran con razón delitos. La URSS ya tenía uno; Gran Bretaña y Estados Unidos tuvieron que serlo durante todo el tiempo. Bajo el capitalismo, si las personas no pueden ir a trabajar y ganar dinero, o comer fuera, entretenerse o comprar, todas las empresas privadas que dependen de estas cosas deben fallar. Eso es contabilidad. Sin embargo, la economía requiere amortiguadores para que la capacidad económica, que será más difícil de recuperar que proteger, no se pierda para siempre. Y la política es el arte de garantizar que un choque nunca sea tan apocalíptico como para aumentar la posibilidad de que la gente no se levante, especialmente durante los idus de marzo …

Por supuesto, dentro de este episodio de socialismo, hay muchas huellas, mucho más grandes que las de un cerdo, de algunas más iguales que otras; a Sir Richard Branson, por ejemplo, le irá mucho mejor que al conductor de Rickshaw en Piccadilly Circus. Sin embargo, muestra que en la tercera década del siglo XXI, después de 250 años de hegemonía, el capitalismo nos ha dejado dos cheques de pago lejos de la penuria y un virus lejos del desastre existencial. Y solo el dinero de sus víctimas puede salvarlo.Boris Johnson, quien hace solo cuatro meses caracterizó las políticas económicas de su oponente laborista como un comunismo imprudente al estilo soviético, anunció un gasto público EXTRA mayor que todo el PIB de Portugal de 2019. Un paquete de £ 350 mil millones que él y su canciller dijeron repetidamente era simplemente el comienzo. Haremos » lo que sea necesario,«Dijeron, siete veces entre ellos. Préstamos sin intereses, préstamos a tasas atractivas, vacaciones hipotecarias, la protección de empresas no aseguradas lo suficientemente imprudente como para no haber solicitado indemnización por pandemias, la eliminación de las tasas comerciales para pubs, restaurantes, comercios minoristas y empresas de servicios. Implicado es subsidio para aerolíneas privadas, aeropuertos privados; bajo revisión es la difícil situación de los inquilinos, trabajadores asalariados por hora, aquellos en la economía del concierto. Los despiadados Tories incluso encontraron millones para los indigentes para que pudieran ser sacados de las calles y se les diera un espacio en el que pudieran » autoaislarse «.

Por supuesto, dentro de este episodio de socialismo, hay muchas huellas, mucho más grandes que las de un cerdo, de algunas más iguales que otras; a Sir Richard Branson, por ejemplo, le irá mucho mejor que al conductor de Rickshaw en Piccadilly Circus. Sin embargo, muestra que en la tercera década del siglo XXI, después de 250 años de hegemonía, el capitalismo nos ha dejado dos cheques de pago lejos de la penuria y un virus lejos del desastre existencial. Y solo el dinero de sus víctimas puede salvarlo.

Fuente e Imagen: https://www.rt.com/op-ed/483417-virus-capitalism-existential-disaster/

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México: Albergues de migrantes, a su suerte ante la pandemia

América del Norte/México/22-03-2020/Autor(es/as) : L. Ramos, E. Henríquez y R. Villalpando/Fuente: www.jornada.com.mx

Ninguna autoridad les ha indicado qué medidas tomar.

Albergues de migrantes en las fronteras norte y sur del país comenzaron a aplicar medidas para evitar la propagación del coronavirus Covid-19, como protocolos de prevención, cancelación de recepción de documentos, así como dotación de equipo para detectar casos sospechosos y entrega de productos de higiene para hacer frente a la contingencia.

Encargados de algunos de los refugios afirmaron que ningún representante del gobierno federal les ha dado indicaciones sobre cómo actuar ante la pandemia con población migrante y refugiada, y que tampoco existe información internacional sobre el tratamiento que se debe dar a personas desplazadas en medio de una pandemia.

Ante la emergencia internacional a causa de la propagación del Covid-19, la Casa del Migrante de Saltillo, en Coahuila, creó el primer protocolo de prevención para el nuevo coronavirus, dada la alta movilidad de personas provenientes de varios países en esa estancia.

Alberto Xicoténcatl Carrasco, director del recinto, informó que el documento fue elaborado luego de hacer diversas consultas con organizaciones de la sociedad civil que trabajan con migrantes y refugiados en el sur, centro y norte de México. Señaló que ningún funcionario federal se ha comunicado para advertir qué medidas y acciones deben aplicarse en albergues.

Según datos oficiales de personas infectadas, se puede establecer que las personas migrantes de Centroamérica no son, hasta ahora, potenciales portadores del virus.

Sin embargo, la repatriación hacia México de indocumentados que intentan ingresar a territorio estadunidense coloca a la población en riesgo de contagio, sobre todo en las ciudades cercanas a aeropuertos, industrias y polos económicos donde se efectúan viajes internacionales.

Otro factor a considerar ante esta pandemia es la cercanía con Nuevo León, estado con alto ingreso de personas de otros países y con mucha movilidad hacia Saltillo, capital de Coahuila.

Aunadas a las medidas de higiene que implementarán en la Casa del Migrante, bajo la supervisión de la Jurisdicción Sanitaria 8, se llevará a cabo un registro sintomático de todas las personas refugiadas para identificar posibles casos de infección por Covid-19.

Además, las personas que tengan que ir a firmar cada semana al Instituto Nacional de Migración serán trasladadas por conductores y regresados al refugio para evitar el uso de transporte público.

Xicoténcatl Carrasco dijo que dicho documento se irá actualizando de acuerdo con las recomendaciones de la autoridad y a la prevalencia del Covid-19.

En tanto, como medida para prevenir posibles contagios del coronavirus, los albergues para migrantes Belén y Jesús El Buen Pastor, ubicados en Tapachula, Chiapas, informaron que suspendieron la recepción de indocumentados a sus instalaciones.

Puntualizaron que mientras pasa la emergencia, mantendrán la atención a los indocumentados que ya se encuentran en los refugios.

El sacerdote César Cañaveral Pérez, director del albergue diocesano Belén, dio a conocer que los servicios de recepción de migrantes o solicitantes queda suspendido en lo que termina la emergencia.

Precisó que únicamente se atenderá a las alrededor de 350 personas que están en el refugio. Representantes de la casa Jesús El Buen Pastor, que dirige Olga Sánchez Martínez, también decidieron interrumpir el ingreso de migrantes; el miércoles se instalaron dos centroamericanos.

No se permitirá el ingreso de más indocumentados, pero serán atendidos unos 500, la mayoría hondureños, alojados en sus instalaciones..

Mientras, en una reunión del comité técnico para atender el problema del Covid-19 en Ciudad Juárez, Chihuahua, las autoridades determinaron dotar a los 17 albergues de migrantes que hay en esa localidad de termómetros infrarrojos para detectar casos sospechosos.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/03/20/estados/025n1est
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Opinión: Frente al Coronavirus, educarnos

Por: Andrés García Barrios

Educarnos tanto personalmente como socialmente, y de manera rápida, es el reto que nos toca ahora.

Como toda crisis de salud, la pandemia del coronavirus (COVID-19) nos pone de frente a los temas cruciales de la vida, entre ellos el de la educación. En este caso, se trata de una educación o re-educación personal y colectiva que nos permita enfrentar juntos un evento de la naturaleza para el que estamos escasamente formados e informados. Educarnos tanto personalmente como socialmente, y de manera rápida, es el reto que nos toca ahora.

Para hablar de ello elegiré a dos autores cuyos puntos de vista confluyen en el tema. Primero me permitiré retomar la perspectiva del psicoanalista Erick Fromm de la que hablé hace unas semanas en este mismo espacio. Trata en torno a cuatro elementos que él considera los fundamentos del amor, y que yo me permito adaptar al tema ―sin duda amoroso― de educar. Quiero añadir también la perspectiva del filósofo español Fernando Savater, que también ha reflexionado acerca de la relación entre el amor y la educación, y cuyo pensamiento adquiere su máxima dimensión justamente en momentos de crisis sociales como la actual.

Savater funda su teoría de los valores éticos en lo que él llama amor propio, dejando claro que el cuidado de los demás es la forma más eficaz de quererse a uno mismo. Nos recuerda que todos dependemos de todos, y estamos entreverados en una red de relaciones tan estrecha, que cuidar el bien del prójimo recae en última instancia en nuestro propio beneficio. La educación, ocupada en guiar al otro en la búsqueda de su bienestar, se vuelve siempre en nuestro propio bien. En un momento como el actual, en que esa red de relaciones se estrecha tanto ―al grado de que lavarnos las manos puede evitar que alguien enferme gravemente―, el círculo virtuoso que el español plantea se vuelve evidente.

Hoy más que nunca, debemos ser educados con los demás; para explicar lo que quiero decir, voy a retomar los cuatro componentes del amor que Fromm describe: cuidado, conocimiento, responsabilidad y respeto.

Que el cuidado es necesario, salta a la vista: finalmente, de lo que se trata es de cuidarnos a nosotros y a los demás (lo cual, savaterianamente, resulta lo mismo); es decir, ejecutar los actos necesarios para evitar la enfermedad, y si la adquirimos, o alguien a nuestro alrededor la adquiere, hacer lo necesario para curar y para no contagiar a otros.

Lo anterior se complica cuando pensamos en el segundo componente de la educación: el conocimiento. ¿Cuáles son las mejores prácticas para lograr esos objetivos? Conocerlas no es fácil; lo que llamamos “conocimiento” da una sensación de certidumbre pero en realidad es algo sumamente inexacto. Podemos entrar en filosofías sobre los límites últimos del conocer, pero por el momento no es necesario: basta con echar un ojo a nuestras prácticas e instrumentos cotidianos de adquisición y transmisión de información para darnos cuenta de lo limitados que estamos. Ahora más que nunca surgen “grandes expertos” en todos los campos del “conocimiento”, que recomiendan esto o lo otro, y que nos convencen según sea la tendencia de nuestro pensamiento: confiar en la ciencia nos hará seguir sus recomendaciones; otra postura nos llevará a creer en la voluntad de un poder superior; adherirnos a la teoría del complot nos hará permanecer indiferentes a las medidas de salud, etc. Estos criterios personales se toparán, además, con una inmensa variedad de medios de información llenos de contradicciones entre sí, y con muchas imprecisiones, casi todos pregonando que dicen la verdad. ¿Cuál es la página de internet más confiable, el periodista más objetivo o nuestro amigo o familiar mejor informado?

En la crisis actual, la elección del conocimiento que seguiremos para cuidarnos, implica una gran responsabilidad, no sólo ―como hemos visto― sobre nuestra propia salud sino también sobre la de los demás. Esa responsabilidad se duplica cuando, colocándonos en la posición de quien enseña, exponemos nuestra forma de pensar como conocimiento confiable. En este caso, la responsabilidad se convierte en ―como dice el psicoanalista alemán― “responder por el otro”, lo cual, hablando de coronavirus, es serio, porque puede tratarse de responder por la vida del otro.

Es aquí, creo ―en este dar a conocer nuestra forma de pensar sobre las mejores prácticas de cuidado―, donde cabe el cuarto elemento del que Fromm habla: el respeto. Éste, según él, es el reconocimiento de que la otra persona es distinta a mí y que debo asumir siempre su libertad de ejercer el propio criterio. En momentos en que la acción colectiva es imprescindible, el respeto es la base para que la comunicación fluya entre la gente. Para enseñar algo a alguien ―sean nuestros hijos, alumnos o conciudadanos― no hay mejor punto de partida que el respeto, cuya dimensión esencial es no intentar imponerse sobre el otro.

Aquí, quisiera destacar cierto matiz que se esconde debajo del intento de dominar lo que otro piensa. Quizás a algún lector le parezca frívolo dar importancia al siguiente asunto, y sin embargo me atrevo a sugerir que estemos atentos a él, por si alguna razón me asiste. Me refiero a la gratificación que muchos sentimos cuando conseguimos impresionar a alguien con lo que sabemos. Gratificación trivial, quizás, pero para algunos tan importante que puede llevarnos a propagar la más infundada e incluso escandalosa información sin haberla analizado y confirmado de manera seria. Después de todo, es más fácil impactar a alguien con nuestras ideas por lo que le ofrecen a la imaginación que por lo que aportan al razonamiento lógico. Las redes sociales, transporte ideal para cualquier material en crudo, son el mejor aliado en esto.

Todo lo contrario ocurrirá si atendemos al cuidado, el conocimiento, la responsabilidad y el respeto, entendidos como amarnos y educarnos unos a otros frente a la crisis. Esta actitud hará que nuestras decisiones no se conformen con un primer vistazo al propio criterio o al criterio ajeno, ni con propagar información que no hemos revisado con seriedad.

Yo mismo, ahora, asumiendo mi papel de educador (que en la crisis actual, como digo, todos desempeñaremos inevitablemente), daré mi punto de vista. Primero: ya que hablé de quienes creen en un poder superior, puedo decir ―siguiendo a Fromm, para quien razón y espiritualidad son un continuo― que toda adquisición de conocimiento sobre los cuidados frente al COVID-19, hecha de manera responsable y transmitida respetuosamente, conllevará necesariamente una trascendental esperanza.

Segundo: convengo que en materia de salud me adhiero al conocimiento científico; si no fuera suficiente con la confianza que le tengo a su método por sobre otras formas de conocimiento en este tipo de temas, bastaría con un argumento lógico: dado que es gracias a la ciencia que todos nos hemos enterado del coronavirus, que hablamos de él y estamos atentos a su evolución, y que es sólo por la confianza que le tenemos al conocimiento científico que aceptamos cuidarnos de no adquirir la enfermedad ni propagarla, sólo por eso sugiero que sigamos guiándonos por lo que la ciencia descubra y recomiende, y actuemos de principio a fin sobre sus bases, difundiéndolas entre todos aquellos que quieran escucharnos.

Acorde con esto, y para despejar el punto de cuál sea la información “científica” más confiable que hay en este momento, comento que en entrevista con el Dr. Julio Frenk ―ex Secretario de salud de México y actual Rector de la Universidad de Miami―, me ha explicado que “la fuente más autorizada es la página de Internet de la OMS, donde la información está disponible en español. Otro recurso fundamental es la página de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, que también ofrece información en español.”

Me uno a la recomendación del Dr. Frenk porque conozco sus frommianas y savaterianas cualidades como científico y maestro.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/coronavirus-educacion-opinion
Imagen: Pete Linforth en Pixabay
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