Page 167 of 170
1 165 166 167 168 169 170

Un estornudo que sacude al mundo: algunas consideraciones en torno al coronavirus, la crisis civilizatoria y el colapso global

Por: Francisco Javier Velasco Páez.

 

En 1912, luego de un publicitado y festivo bautizo, el enorme “Titanic”,   considerado por muchos como insumergible, celebrado en su momento como uno de los artefactos más sofisticados y poderosos  jamás creados por el ingenio humano, naufragó en su viaje inaugural frente  a las costas de Terranova. En el año de  1986, mientras veía por televisión en Montreal el lanzamiento en vivo y directo del “Challenger”, quedé de repente estupefacto al contemplar, conjuntamente con millones de espectadores en distintas partes del planeta, la explosión del transbordador espacial cuando había transcurrido poco más de un minuto de su despegue. Mientras una lluvia de escombros ardientes descendía a la manera de un gran fuego de artificio, me vino a la mente la tragedia del “Titanic. Explosión debida a una fuga en el sistema de propulsión para el caso del transbordador y choque con un iceberg en lo que concierne al gran trasatlántico, fueron ambas causas que en lo concreto revelaron la ilusión de una modernidad que se jactaba de su control sobre los imponderables y las fuerzas naturales. Todas dos constituyen alegorías de una catástrofe en curso que muestra en los actuales momentos una de sus caras más siniestras con la expansión inexorable de una pandemia causada por un virus.

Tal y como ya lo están demostrando los hechos que nos agobian en el presente, la crisis del Coronavirus trasciende el ámbito sanitario, es parte de una historia y una circunstancia  mucho mayor y más compleja. Tiemblan los mercados bursátiles, se paraliza la producción, se conventualiza la vida en las ciudades, se resquebrajan los discursos políticos, se incrementa el descrédito de las élites, todo ello en un mar de dinámicas entrópicas.  La estela de asombro, pánico, desamparo, incertidumbre, controversia, desestabilización, sufrimiento, muerte, caos y repliegue social que va dejando el Coronavirus en su avance, arroja luz sobre lo mucho que se ha degradado el mundo. Así lo muestra también el hecho de que, en menos de un año,  se incendió la Amazonía y ardieron vastas extensiones de bosques en Siberia, África y Australia, se fundió el permafrost en Groenlandia y se redujeron en una proporción significativa y ascendente los hielos polares y los glaciares en todo el mundo. Igualmente son indicadores de esta situación las múltiples y multitudinarias expresiones de protesta que han tomado las calles de diversas ciudades en Chile, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Colombia, El Líbano, Afganistán, Irán, Irak, Francia y China desde finales del año pasado.

Diversas hipótesis han surgido para tratar de explicar el origen del Coronavirus. Así por ejemplo hay quienes aseguran que se trata de una creación artificial surgida de oscuros laboratorios de guerra biológica que pudo haberse escapado de control.  Otros señalan que se trata de un arma de guerra utilizada por el establishment de los Estados Unidos para frenar la incesante expansión de China como superpoder mundial, argumento este que es retomado por quienes sostienen que, por el contrario, el Coronavirus es una suerte de Caballo de Troya chino contra el poder estadounidense y sus aliados occidentales. En lo personal no nos convencen ninguna de estas versiones, aunque reconocemos que tienen su dosis de realismo. En todo caso, de ser cierta cualquiera de ellas, revelaría igualmente una situación terminal, la aproximación a un “fin de fiesta” civilizatorio cuyo vértigo nos succiona actualmente.

Nos inclinamos más por la perspectiva según la cual el Coronavirus es el resultado de  la descomposición de ecosistemas, de cosas que, en un afán de dominio, sociedades humanas  han hecho a la naturaleza. Esta última, en retorno, se vuelve contra los humanos para espantarnos de maneras aún desconocidas en su mayoría. Un ejemplo crítico es el modelo de enfermedades infecciosas que muestran la mayoría de epidemias como el SIDA, el Ébola, el SARS, el Nilo occidental  y cientos de otras que han ocurrido en los últimos tiempos. La carencia de una sabiduría sistémica en nuestras relaciones con el mundo natural  nos conduce a una situación de impotencia ante lo desconocido. El Coronavirus se presenta simultáneamente con grandes amenazas como el calentamiento global o el cortocircuito de una economía impuesta globalmente por un reducido grupo de bancos y corporaciones (desde hace varios años, antes de la aparición del nuevo coronavirus, ya se habían manifestado indicadores de crisis preocupantes en el sistema económico mundial). La pandemia puede asociarse a ciertos animales como los murciélagos o las serpientes, tal y como parecen indicarlo ciertas investigaciones. Pero no son esos animales, dicho sea de paso de gran importancia ecológica, los causantes del mal. En todo caso, la atención debería centrarse en la forma como son tratados esos animales en el contexto de determinadas actividades humanas y cómo  nos relacionamos los humanos entre nosotros mismos.

En algunas ocasiones, virus como aquel cuya deriva nos ocupa en este texto, se transmiten de humano a humano. Puede ocurrir que por vía respiratoria, cuando un animal tose o estornuda, se infecta una persona o un grupo de ellas que se encuentra en su cercanía. Otras veces, el asunto resulta de la contaminación del agua o de los alimentos por la saliva o las heces animales y humanas. También sucede como consecuencia del descuartizamiento de animales para consumo humano, de la manera como son manejadas y expuestas las piezas en los mercados. Podría pensarse además en vías relacionadas con experiencias de laboratorio que involucran animales, muchas veces sometidos a penurias, mutilaciones y crueles inoculaciones. Sea como sea, el asunto remite a ciertas maneras de hacer las cosas que forman parte de modos de vida particulares, modos de existencia en los territorios que se han hecho hegemónicos en el conjunto del  planeta.

La propagación extremadamente rápida del Coronavirus deriva de un mundo que vive en intercambio permanente, en el que la puesta en cuarentena durante algunos días o semanas provoca catástrofes económicas a escala continental o planetaria. La sociedad de flujo y conectividad se bloquea. El mundo globalizado, con todo su arrogante despliegue tecnológico, inesperadamente descubre su gran vulnerabilidad y teme por un posible colapso.

Distintas civilizaciones han sucumbido en el pasado, todas ellas han tenido un alcance limitado en términos geográficos. No obstante, en la actualidad se multiplican los signos y expresiones particulares de una crisis sistémica de carácter global que, no necesariamente implica el fin de la humanidad (aunque esa posibilidad está presente con fuerza) pero sin duda alguna de  la civilización dominante de alcance planetario. Son indicadores típicos de un desplome societal o, en un sentido más amplio, civilizatorio, pero en proporciones nunca antes igualadas. El carácter sistémico de la crisis refiere al hecho de que los estrechos vínculos existentes entre diferentes elementos o factores desatan efectos de ruptura en cascada más o menos irreversibles. Citemos como ejemplo el propósito de resolver una crisis energética mundial con el uso masivo de biocombustibles sin por ello disminuir el consumo energético; en ese caso, muy probablemente se pondría a la disposición de tal propósito la casi totalidad de tierras fértiles disponibles en el planeta, lo cual supondría (debido a la deforestación masiva) un colapso ecosistémico de gran magnitud, un notable incremento del calentamiento global y un aumento exponencial del hambre en el mundo.

El desenlace de la crisis toma tiempo. Vale decir, el derrumbe generalizado del orden existente no ocurre de manera sorpresiva y en un momento particular (salvo en una situación similar a la de una guerra nuclear, aparentemente poco probable en este contexto aunque no imposible). Se trata de un largo proceso no lineal, temporalmente y espacialmente desigual. Vistas así las cosas, conviene señalar que la destrucción de la biodiversidad actualmente en pleno desarrollo hace mucho que comenzó. Lo mismo puede decirse del cambio climático,  de diferentes aspectos de la crisis económica,  de la disputa geopolítica o de la protesta anti-sistémica.

Considerando la calamitosa situación actual no debemos ocultar la realidad. El fin relativamente cercano de un sistema-mundo depredador es una posibilidad creíble. Problemas relativos a la salud, la alimentación, el ambiente, la política, la geopolítica y la economía, convergen para señalarnos que estamos llegando a un punto de inflexión en el que se juega nuestro destino como especie y/o como espectro de sociedades. En el mismo momento en el que el mundo se encuentra de rodillas ante la pandemia, América Latina sufre por una fuerte incidencia de dengue y una exacerbación del extractivismo, el Medio Oriente y el Mediterráneo son escenarios de una terrible crisis migratoria, en los Estados Unidos se dispara la venta de armas en medio de una paranoia social, al tiempo que la dinámica del Antropoceno nos arrastra brutalmente. El declive es evidente y nada será igual en el futuro cercano.

La encrucijada civilizatoria en la que nos encontramos exige de nosotros una ruptura radical con el sistema de cosas imperante. Se trata de tener la voluntad política y social suficiente para formular las preguntas significativas e identificar los verdaderos problemas y sus causas. Hablamos, entre otras cosas, de un cambio de modelo económico y de patrón energético, de justicia social, ambiental, climática, fiscal y migratoria, de una democracia más profunda y directa, de equidad, moderación en el aprovechamiento de recursos y respeto a la diversidad, de descarte del antropocentrismo, de la emergencia y/o reforzamiento de valores de simplicidad, ayuda mutua y vida colectiva. Es indispensable movilizar a la sociedad, a los ciudadanos  organizados. Para eso se necesitan nuevos relatos, ajenos a las lógicas corporativas y estado-céntricas, visiones alternativas al sistema imperante que simultáneamente sean tangibles y positivas. No es suficiente con tomar posición contra una concepción de la sociedad, hace falta proponer para cambiar de rumbo y agitar las energías.  Desde ahora debemos construir nuestra resiliencia activa, diversificada, autónoma  y adaptativa, plantar las semillas de una nueva constelación civilizatoria que, con una estrategia de transición, vaya actuando sobre lo concreto, por ejemplo propiciando la autonomía y la sostenibilidad de los territorios a diferentes escalas (familiar, local, regional, etc.) y en varios sectores (alimentación, energía, salud, vivienda, etc.). Una coordinación en una escala mucho mayor debe ocuparse de asuntos más globales, como por ejemplo los efectos del cambio climático y la seguridad sanitaria. Todo ello en un contexto de diversificación energética que implique el abandono progresivo de la matriz centrada en los  combustibles fósiles. Los medios técnicos a ser desplegados en este marco particular deben dar prioridad a las soluciones low-tech, es decir a herramientas y máquinas simples, económicas, multipropósito, reparables y conviviales. Son todas alternativas reales, de ningún modo completas y excluyentes de otras posibilidades y experiencias que, desde abajo y en los territorios, se construyen día a día  en distintas latitudes.

La crisis detonada por el Coronavirus nos confronta con la necesidad de actuar colectivamente con audacia y clarividencia, no en vano el sentido etimológico del término “apocalipsis” es la revelación. Los canales de Venecia que súbitamente se han hecho transparentes y se han repoblado de peces, nos revelan que  las posibilidades de reconstruir el mundo de una manera emancipatoria están a la orden del día.

Fuente del artículo: http://www.ecopoliticavenezuela.org/2020/03/19/un-estornudo-que-sacude-al-mundo-algunas-consideraciones-en-torno-al-coronavirus-la-crisis-civilizatoria-y-el-colapso-global/

Comparte este contenido:

Venezuela: AVEC utiliza recursos para garantizar la educación en cuarentena

América del Sur/ Venezuela/ 24.03.2020/ Fuente: www.descifrado.com.

 

Luego de decretarse la cuarentena a nivel nacional, debido a la pandemia del nuevo coronavirus, la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC) ha comenzado a implementar diferentes estrategias para mantener el proceso educativo en los niños y jóvenes de manera prudente, efectiva y correcta.

Alexis Moreno, director regional de Fe y Alegría, comentó que el compromiso principal en estos momentos es la prevención, por lo cual han seguido las recomendaciones de los órganos con competencias, y así brindar mayor seguridad al personal y niños que pertenecen a estas escuelas.

“Hemos convertido el tema del COVID-19 como el contenido a estudiar en todas las casas“, agregó.

– Publicidad –

Resaltó que el compromiso de los profesores es sumamente serio, y por ende, se están buscando todas las formas posibles para mantener el proceso educativo de manera efectiva.

De interés: Bloomberg: Venezuela cerrará bombas mientras se agota el gas y crece un brote viral

“Hemos utilizado todos los recursos que están a disposición“, detalló.

Además, indicó que el proceso es difícil, ya que requiere de un cambio en la estructura de trabajo, y más aún, tomando en consideraciones las fallas existentes en las telecomunicaciones del país, pero que a medida de que pasan los días, los docentes y representantes van enlazando mejor las formas para poder cubrir todo lo requerido.

Moreno resaltó que los profesores están en contacto con los representantes y estudiantes de diferentes formas: Vía Whatsapp, Facebook, Twitter, mensaje de texto o llamada telefónico. Con el único objetivo de mantener una comunicación constante que facilite el proceso educativo.

Precisó que en la primera semana de cuarentena, algunas escuelas pertenecientes a AVEC, han reportado un 75% de contacto con los representantes, lo que considera una cifra importante para unos primeros días que requiere de entendimiento y costumbre entre ambas partes.

En cuanto al proceso de evaluación, comentó que es totalmente dinámico, ya que se busca conseguir los mecanismos más apropiados para que el estudiante aproveche los días en casa.

Ante esto, mencionó que tiene esperanzas de que el año escolar pueda salir hacia adelante, superando todas las dificultades que se están presentando a nivel externo.

Fuente de la noticia: http://www.descifrado.com/2020/03/23/avec-utiliza-recursos-para-garantizar-la-educacion-en-cuarentena/

Comparte este contenido:

Cómo explicar a un niño la pandemia de coronavirus

Por: news.un.org.

 

La epidemia de coronavirus COVID-19 ha provocado que millones de niños no puedan asistir a la escuela, practicar deporte o realizar cualquier tipo de actividad extraescolar comunitaria. Al pasar más tiempo del habitual en sus hogares, los menores también se ven expuestos a un vertiginoso aumento de estímulos audiovisuales relacionados con la pandemia.

Esta situación les puede ocasionar dificultades para comprender lo que ven en Internet o en las pantallas de televisión, escuchar las conversaciones de otras personas, y pueden ser especialmente vulnerables a los sentimientos de ansiedad, estrés y tristeza.

Por esa razón, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia ha publicado una serie de consejos sobre cómo hablar a sus hijos sobre el coronavirus y poder tener una conversación franca que les ayude a comprender y enfrentarse a esta delicada situación.

UNICEF recomienda empezar la conversación preguntando a sus hijos qué saben sobre la enfermedad. Si son muy jóvenes y todavía no son conscientes de la aparición del brote puede que no sea necesario plantear el tema, pero es un buen momento para recordarles medidas básicas de higiene.

Es de suma importancia no minimizar o evitar las posibles preocupaciones que puedan tener. Comprenda sus sentimientos y tranquilíceles explicando que es natural sentirse asustado ante este tipo de situaciones. Aparte de prestarles la máxima atención, también es necesario que comprendan que pueden hablar sobre el tema con usted o con sus profesores cuando quieran.

Los dibujos, los cuentos u otras actividades pueden ayudar a iniciar una discusión.

[Descarga nuestra aplicación Noticias ONU para IOS o Android. O subscríbete a nuestro boletín.]

OPS
La Organización Panamericana de la Salud vacuna niños y adolescentes contra el sarampión y la difteria en América del Sur.

Honestidad, ante todo

Los niños tienen derecho a saber la realidad y estar informados, mientras que los adultos tienen la responsabilidad de protegerlos de las aflicciones. Habrá que usar un lenguaje apropiado a la edad del niño, observar cómo reacciona y ser conscientes de su nivel de ansiedad.

Si se desconocen las respuestas, no hay que inventárselas. Una de las opciones más recomendable es buscar las soluciones en las páginas de internet de organizaciones especializadas como la Organización Mundial de la Salud o UNICEF junto a sus hijos. A su vez, es importante explicarles que no todas las informaciones en el ciberespacio son correctas y que hay que acudir a fuentes expertas en la materia

Aprender a protegerse puede ser divertido

Una de las mejores maneras de mantener a los niños a salvo del coronavirus y otras enfermedades consiste simplemente en lavarse las manos de forma regular. En internet, existen recursos como videos con canciones bailes para aprender estas simples tareas de forma divertida.

También es recomendable enseñarles cómo cubrirse con el codo al toser o estornudar, explicarles que es mejor no acercarse demasiado a las personas que tienen esos síntomas y pedirles que nos cuenten si sienten que tienen fiebre, tos o dificultades para respirar.

Ante todo, seguridad

En nuestro entorno cotidiano, los niños están expuestos a una gran cantidad de imágenes y puede ser confuso distinguir entre ficción y realidad, creando una falsa situación de peligro inminente.

Un modo de afrontar el estrés es jugar con ellos y tranquilizarlos. Es importante mantener las mismas rutinas y horarios tanto como sea posible, especialmente antes de ir a dormir, o crear otras nuevas en un espacio diferente.

Si hay un brote de coronavirus en nuestro entorno, se les ha de recordar que probablemente no se contagiarán, que un alto número de personas no sufren síntomas graves y que hay muchas personas trabajando para mantenerlos a salvo.

Combatir la discriminación racial

El brote de coronavirus ha diseminado muchas noticias de discriminación racial a nivel global, por lo que es importante comprobar que sus hijos ni sufren ni colaboran con esta amenaza.

Es importante explicar que el coronavirus no está relacionado con el aspecto de una persona, su procedencia o el idioma que habla. Si se les ha insultado o acosado en la escuela, deben sentirse seguros y contárselo a un adulto en quien confían.

Hay que recordarles que la escuela ha de ser un espacio seguro, que el acoso es una conducta incorrecta y que todos debemos contribuir a fomentar la amabilidad y el apoyo mutuo.

Ayuda externa

Asimismo, se destaca la importancia de enseñar a los niños que la gente se ayuda mutuamente con actos de bondad y generosidad.

Para ello, se pueden compartir las experiencias de los profesionales de la salud, científicos y jóvenes que trabajan para detener el brote y mantener segura a la población.

Cuídate

La ayuda a los hijos comienza con uno mismo. Si usted está tranquilo y en control de la situación ante las noticias sobre la enfermedad, los niños percibirán este tipo de respuesta.

En caso de estar nervioso o preocupado, tómese un tiempo para usted mismo y acérquese a otros familiares, amigos o personas de confianza en su comunidad. Dedique tiempo a hacer cosas que le ayuden a relajarse y recuperarse.

Prudencia con las conversaciones personales

Es importante no dejar a los niños angustiados. Al finalizar una conversación, intente medir su nivel de ansiedad observando su lenguaje corporal, estudie si usa su tono de voz habitual y vigile su respiración.

Recuerde a sus hijos que pueden tener otras conversaciones difíciles con usted en cualquier momento. Recuérdeles que usted se preocupa, que está escuchando y que está disponible siempre que se sientan preocupados.

Fuente de la reseña: https://news.un.org/es/story/2020/03/1471422

Comparte este contenido:

Cuarentena útil: Cuento en 10 lenguas originarias es la primera entrega de estrategia “Aprendo en casa”

América del Sur/ Perú/ 24.03.2020/ Fuente: diariocorreo.pe.

Está disponible en awajún, ashaninka, aimara, shipibo-konibo, yanesha, wampis, shawi y quechua en sus variantes collao, chanka y central

Desde hoy, y como parte de la estrategia “Aprendo en casa”, los escolares que hablan diversas lenguas originarias y asisten a escuelas interculturales bilingües pueden escuchar el cuento “Los niños contra el coronavirus” a través del canal de Spotify del Ministerio de Educación y pronto, a través de Radio Nacional y otras emisoras de alcance regional.

El texto ha sido grabado en las lenguas awajún, ashaninka, aimara, shipibo-konibo, yanesha, wampis, shawi y quechua en sus variantes collao, chanka y central.

Según el registro de instituciones educativas de educación intercultural bilingüe, hay más de 21 mil estudiantes pertenecientes al pueblo ashaninka, de los cuales 7193 tienen entre 3 y 5 años, y 14 267 entre 6 y 11 años.

Asimismo, hay 328 322 estudiantes que hablan quechua en sus diferentes variantes, de los cuales 93 877 tienen entre 3 y 5 años, y 234 445 entre 6 y 11 años.

El pueblo aimara tiene cerca de 29 mil estudiantes; el awajún, más de 18 mil; el pueblo shipibo-konibo cuenta con 10 111 estudiantes, y el shawi, con 6467 alumnos.

En el país hay cerca de 27 mil instituciones que ofrecen el servicio de educación intercultural bilingüe, según el Minedu.

Como se sabe, el ministro de Educación, Martín Benavides, anunció en la víspera la puesta en marcha de la estrategia Aprendo en casa, que busca brindar herramientas de aprendizaje a las familias durante el periodo de emergencia.

Esta estrategia de educación a distancia combinará la difusión de contenidos por medios digitales, televisión y radio para tener una mayor cobertura y tendrá carácter inclusivo, pues también se desarrollará en 10 lenguas originarias y el lenguaje de señas.

Fuente de la noticia: https://diariocorreo.pe/peru/cuarentena-util-cuento-en-10-lenguas-originarias-estrategia-aprendo-en-casa-minedu-coronavirus-clases-escolares-noticia/

Comparte este contenido:

Sindicato docente pide cerrar la totalidad de centros educativos en España

Europa/ España/ 23.03.2020/ Fuente: www.lavanguardia.com.

 

El sindicato docente STES ha exigido al Gobierno que cierre la totalidad de los centros educativos de España y también que haga un plan de repatriación voluntario de los profesores españoles que se encuentran en el extranjero mientras dure la pandemia del coronavirus.

STES ha denunciado este lunes en un comunicado que los profesores de algunas comunidades autónomas aún están obligados a acudir a su centro de trabajo a pesar de que se ha interrumpido la formación presencial, como es el caso de Castilla y León.

Ante esta situación, el sindicato considera que si el Ministerio de Educación no interviene, estará permitiendo que se ponga en riesgo la salud de estos profesionales y contribuyendo a que se mantengan abiertos posibles focos de infección.

Por tanto, STES ha solicitado que el Gobierno incluya en la prórroga del estado de alarma el cierre total de todos los centros educativos de toda España.

«No encontramos ninguna justificación pedagógica, sanitaria ni de cualquier otro tipo que haga necesario el desplazamiento diario de miles de personas», ha destacado.

Asimismo, el sindicato ha pedido al Ministerio de Educación que asista al profesorado español en el extranjero y planifique su repatriación con carácter voluntario, ya que pueden teletrabajar desde territorio español mientras dure la pandemia. EFE

Fuente de la noticia: https://www.lavanguardia.com/vida/20200323/4847920258/sindicato-docente-pide-cerrar-la-totalidad-de-centros-educativos-en-espana.html

 

Comparte este contenido:

Coronavirus: lecciones para el mundo desde Italia, el nuevo epicentro de la pandemia

Europa/ Italia/ 23.03.2020/ Fuente: www.nytimes.com.

Mientras las infecciones por el coronavirus en Italia rebasaban los 400 casos y las muertes llegaban a las decenas, el líder del gobernante Partido Demócrata publicó una fotografía en la que brindaba por “un aperitivo en Milán”, e invitaba a la gente a “no cambiar nuestros hábitos”.

Eso fue el 27 de febrero. Menos de 10 días después, cuando el conteo llegó a 5883 infecciones y 233 muertes, el jefe del partido, Nicola Zingaretti, publicó un nuevo video, esta vez para informarle a Italia que él también tenía el virus.

Ahora Italia tiene más de 53.000 infecciones registradas y más de 4800 muertes, y el ritmo de contagio se sigue acelerando, pues más de la mitad de los casos y fallecimientos se registraron la semana pasada. El sábado, los funcionarios reportaron 793 muertes más, el incremento más grande que se ha visto en un solo día hasta el momento. Italia ha superado a China como el país con el mayor número de víctimas, lo cual lo convierte en el epicentro de una pandemia en movimiento.

El gobierno ha desplegado al Ejército a fin de imponer un cierre de emergencia en Lombardía, la región al norte de la nación que está al centro del brote, donde se han acumulado cuerpos en las iglesias. La noche del viernes, las autoridades reforzaron el bloqueo nacional con el cierre de parques y la prohibición de actividades al aire libre, como salir a caminar o correr lejos de casa.

La noche del sábado, el presidente del Consejo de Ministros, Giuseppe Conte, anunció otra medida drástica en respuesta a lo que llamó la crisis más difícil que ha enfrentado el país desde la Segunda Guerra Mundial: Italia cerrará sus fábricas y todas las líneas de producción que no sean indispensables, un enorme sacrificio económico que pretende contener el virus y proteger vidas humanas.

“El Estado está aquí”, dijo Conte en un esfuerzo por tranquilizar a la ciudadanía.

La tragedia de Italia ahora destaca como una advertencia para sus vecinos europeos y Estados Unidos, donde el virus se está propagando con la misma velocidad. Si algo podemos aprender de la experiencia de Italia es que las medidas de aislamiento de áreas afectadas y restricción al movimiento de la población en general tienen que implementarse de inmediato, con absoluta claridad, y cumplirse de manera rigurosa.

Si bien ahora han establecido algunas de las medidas más estrictas en el mundo, las autoridades italianas no emprendieron muchas de esas acciones a tiempo durante el contagio, cuando era más apremiante, en aras de preservar las libertades civiles al igual que la economía.

Los intentos graduales de Italia para frenar la propagación —primero mediante el aislamiento de localidades, luego de regiones y, a la postre, del país, en un bloqueo deliberadamente poroso— siempre estuvieron rezagados respecto de la trayectoria letal del virus.

ImageLa zona Navigli en Milán, habitualmente bulliciosa, estaba casi vacía durante la cuarentena de este mes.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

“Ahora lo estamos persiguiendo”, dijo Sandra Zampa, subsecretaria del Ministerio de Salud, quien comentó que Italia hizo lo mejor que pudo con la información que tenía. “Hicimos cierres graduales, así como lo está haciendo toda Europa. Francia, España, Alemania y Estados Unidos están haciendo lo mismo. Cada día bloqueamos otro poco, renunciamos a una parte de la vida normal. Porque este virus no permite que llevemos una vida normal”.

Algunos funcionarios se dejaron llevar por pensamientos mágicos, y fueron reacios a tomar decisiones difíciles antes. Mientras tanto, el virus se alimentaba de esa autocomplacencia.

Otros gobiernos más allá de Italia ahora corren el riesgo de seguir sus pasos, repetir sus mismos errores y engendrar una catástrofe parecida. Y, a diferencia de Italia, que tuvo que adentrarse en un territorio desconocido para una democracia occidental, esos gobiernos no tienen tantos pretextos para justificarse.

Por su lado, los funcionarios italianos han defendido su respuesta, enfatizando que esta crisis no tiene precedentes en la era moderna. Afirman que el gobierno respondió con celeridad y capacidad, pues de inmediato llevó a la práctica los consejos de sus científicos y tomó medidas drásticas y económicamente devastadoras con más rapidez que sus contrapartes europeas.

Sin embargo, al analizar el registro de sus acciones sobresalen oportunidades desperdiciadas y tropiezos cruciales.

En los críticos primeros días del brote, Conte y otros altos funcionarios quisieron restarle importancia a la amenaza, lo cual creó confusión y una falsa sensación de seguridad que permitieron que el virus se propagara.

Atribuyeron la elevada cifra de infecciones en Italia a las pruebas diagnósticas excesivas de gente que no tenía síntomas en el norte, lo cual, según ellos, solo infundió el pánico y dañó la imagen del país en el extranjero.

Image

En el Palazzo Marino, sede del municipio de Milán, se colocaron sillas al aire libre y a una distancia segura antes de una reunión.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

Incluso cuando el gobierno italiano llegó a la conclusión de que un cierre universal era necesario para combatir el virus, no comunicó la amenaza con la vehemencia suficiente como para persuadir a los italianos de apegarse a las reglas, las cuales parecían estar plagadas de escapatorias.

“No es sencillo hacer esto en una democracia liberal”, explicó Walter Ricciardi, miembro del consejo administrativo de la Organización Mundial de la Salud y consejero principal del Ministerio de Salud, quien arguyó que el gobierno italiano actuó conforme a la evidencia científica que estaba a su disposición.

Dijo que el gobierno italiano se había movido con más velocidad y tomó la amenaza mucho más en serio que sus vecinos europeos o Estados Unidos.

Sin embargo, reconoció que el ministro de Salud había batallado para convencer a sus colegas del gobierno de que se movieran más rápidamente y que las dificultades de navegar la división de poderes de Italia entre Roma y las regiones resultaron en una cadena de mando fragmentada y mensajes inconsistentes.

“En tiempos de guerra, como una epidemia”, ese sistema presentaba graves problemas, dijo, y agregó que tal vez retrasó la imposición de medidas restrictivas.

“Los hubiera hecho 10 días antes, esa es la única diferencia”.

En el caso del coronavirus, 10 días pueden ser una vida entera.

El 21 de enero, mientras los altos funcionarios chinos advertían que quien escondiera casos de infección del virus “quedará eternamente clavado al pilar de la vergüenza histórica”, el ministro de Cultura y Turismo de Italia recibió a una delegación china para un concierto en la Academia Nacional de Santa Cecilia que conmemoraba la inauguración del Año de Cultura y Turismo China-Italia.

Michele Geraci, el exsubsecretario del Ministerio de Desarrollo Económico de Italia y potenciador de las relaciones más estrechas con China, compartió un trago con otros políticos, pero miró a su alrededor con preocupación.

“¿En serio queremos hacer esto?”, dice que les preguntó. “¿Deberíamos estar aquí hoy?”.

En retrospectiva, la respuesta de los funcionarios italianos sin duda es no.

Image

En San Fiorano, una de las ciudades originales de la “zona roja” que fueron bloqueadas, los residentes vieron al primer ministro Giuseppe Conte anunciar restricciones de viaje en toda Italia.
Credit…Marzio Toniolo, vía Reuters

Zampa, la actual subsecretaria del Ministerio de Salud, dijo que ahora se da cuenta de que debió haber cerrado todo de inmediato. Pero en aquel momento, la decisión no era tan evidente.

A los políticos de todas las ideologías les preocupaba la economía y alimentar al país, y les costaba admitir su vulnerabilidad ante el virus.

Lo más importante, a decir de Zampa, es que Italia veía el ejemplo de China, no como una advertencia práctica, sino como una “película de ciencia ficción que no tenía nada que ver con nosotros”. Y cuando brotó el virus, Europa “nos miró de la misma forma en que nosotros veíamos a China”.

Sin embargo, en enero, algunos funcionarios de derecha ya estaban instando a Conte, su exaliado y ahora adversario político, para que pusiera en cuarentena a los niños en edad escolar que estaban llegando a las regiones del norte de sus vacaciones en China, una medida que pretendía proteger las escuelas. Muchos de esos niños eran de familias de inmigrantes chinos.

Muchos liberales criticaron la propuesta, tildándola de alarmismo populista. Conte rechazó la propuesta y respondió que los gobernadores del norte debían confiar en el criterio de las autoridades de educación y de salud, quienes, dijo, no propusieron tal cosa.

No obstante, Conte también demostró que estaba tomando en serio la amenaza del contagio. El 30 de enero, interrumpió todos los vuelos desde y hacia China.

“Somos el primer país en Europa que ha adoptado una medida de precaución como esta”, afirmó.

En el transcurso del mes pasado, Italia respondió a las amenazas del coronavirus a toda prisa. Dos turistas chinos enfermos y un italiano que había regresado de China fueron tratados en un destacado hospital para enfermedades infecciosas en Roma. Una falsa alarma hizo que las autoridades confinaran a los pasajeros de un crucero que atracó a las afueras de Roma.

El 18 de febrero, cuando un hombre de 38 años llegó a la sala de emergencias de un hospital en Codogno, una pequeña localidad en la provincia de Lodi en Lombardía, con síntomas graves de influenza, el caso no fue motivo de alarma.

El paciente se rehusó a internarse en el hospital y se fue a casa. Su condición empeoró, a las pocas horas regresó al hospital y fue ingresado en el área de medicina general. El 20 de febrero, lo enviaron a cuidados intensivos, donde dio positivo en su prueba del virus.

El hombre, quien se dio a conocer como el “paciente uno”, había tenido un mes muy ocupado. Estuvo presente en al menos tres cenas, jugó futbol y participó en una carrera con un equipo, todo esto lo hizo al parecer en un estado contagioso sin manifestar síntomas graves.

Image

El mes pasado  llegaron nuevas camas al hospital de Codogno, cerca de Lodi en el norte de Italia.
Credit…Luca Bruno/Associated Press

Ricciardi afirmó que Italia había tenido la mala suerte de tener a un superpropagador en un área densamente poblada y dinámica que además acudió al hospital no una, sino dos veces, por lo que contagió a cientos de personas, entre ellas médicos y enfermeros.

“Estuvo sumamente activo”, dijo Ricciardi.

Pero tampoco había tenido ningún contacto directo con China, y los expertos sospechan que contrajo el virus de otro habitante europeo, lo cual quería decir que Italia no tenía un paciente cero que se pudiera identificar ni una fuente de contagio que se pudiera rastrear para ayudar a contener el virus.

A estas alturas, el virus ya había estado activo en Italia durante semanas, según los expertos, y fue transmitido por personas que no tenían síntomas y a menudo lo confundían con una gripe. Se esparció por toda Lombardía, la región italiana que más comercia con China y que también contiene a Milán, la ciudad más dinámica del país en cuanto a cultura y negocios.

“Aquel a quien llamamos ‘paciente uno’ seguramente era el ‘paciente 200’”, comentó el epidemiólogo Fabrizio Pregliasco.

El domingo 23 de febrero, se registraron más de 130 infecciones, por lo que Italia acordonó once localidades con puestos de control militares y policiales. Los últimos días del Carnaval de Venecia fueron cancelados. En la región de Lombardía, cerraron las escuelas, los museos y los cines. Los milaneses hicieron compras de pánico en los supermercados.

Image

Desinfección alrededor de la estación central de trenes de Milán la semana pasada.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

Sin embargo, aunque Conte elogió de nuevo a Italia por su mano dura, también buscó restarle importancia al contagio, pues atribuyó las altas cifras de infección a las pruebas excesivas en Lombardía.

“Hemos sido los primeros en implementar medidas de control muy rigurosas y precisas”, declaró en un discurso para la nación. “Tenemos más casos de infección porque hicimos más pruebas”.

Al día siguiente, la cifra rebasó las 200 infecciones, murieron siete personas y el mercado bursátil se desplomó. Conte y sus asesores de salud redoblaron los esfuerzos.

Culpó al hospital de Codogno por la propagación, diciendo que había manejado las cosas de una “manera no completamente adecuada” y argumentó que Lombardía y Véneto, otra región del norte, estaban exagerando la gravedad del problema al desviarse de las pautas globales y evaluar a personas que no presentaban síntomas.

Mientras los funcionarios de Lombardía luchaban por liberar las camas de los hospitales, y el número de personas infectadas aumentó a 309 con 11 muertos, Conte dijo el 25 de febrero que “Italia es un país seguro y probablemente más seguro que muchos otros”.

El viernes, la oficina de Conte ofreció una entrevista con la condición de que pudiera responder preguntas por escrito. Cuando se le enviaron preguntas, incluidas aquellas sobre sus declaraciones pasadas, se negó a responder.

El consuelo que daban los líderes confundía más a la población italiana.

El 27 de febrero, Zingaretti publicó su fotografía del aperitivo. Ese mismo día, el ministro de Relaciones Exteriores del país, Luigi Di Maio, exdirigente de uno de los partidos gobernantes, el Movimiento Cinco Estrellas, sostuvo una rueda de prensa en Roma.

“En Italia, pasamos del riesgo de epidemia a una ‘infodemia’”, declaró Di Maio, para luego desacreditar la cobertura mediática que realzó la amenaza del contagio, y agregó que solo “el 0,089 por ciento” de la población italiana estaba en cuarentena.

En Milán, a unos pocos kilómetros del epicentro del brote, el alcalde, Beppe Sala, publicitó una campaña de “Milán no se detiene”, y reabrió el Duomo, la histórica catedral de la ciudad que atrae a turistas de todo el mundo. La gente salió de sus casas.

Image

Un bar atestado en Milán en febrero, donde se organizó una campaña para alentar a la población a salir.
Credit…Andrea Mantovani for The New York Times

No obstante, en el sexto piso de la sede del gobierno regional en Milán, Giacomo Grasselli, coordinador de las unidades de cuidados intensivos en toda Lombardía, vio que las cifras aumentaban y pronto se dio cuenta de que sería imposible atender a todos los enfermos si no frenaban las infecciones.

Su equipo especial de trabajo se movilizó para enviar a los enfermos a unidades de cuidados intensivos en los hospitales más cercanos y abastecer los recursos necesarios faltantes. En una de sus juntas diarias con unos 20 funcionarios políticos y de salud, Grasselli le informó al presidente de Lombardía, Attilio Fontana, sobre las cifras crecientes.

Un epidemiólogo les mostró las curvas de infección. El respetado sistema de salud de la región estaba frente a una catástrofe. “Necesitamos hacer algo más”, declaró Grasselli ante los presentes.

El gobierno empezó a proporcionar más asistencia económica, a la que después sumó un paquete de ayuda de 25.000 millones de euros (28.000 millones de dólares), pero la nación se dividió entre los que reconocían la amenaza y los que no.

Zampa dijo que fue más o menos en ese momento que el gobierno se enteró de que las infecciones en el poblado de Vò, el epicentro del virus en la región de Véneto, no tenían ningún vínculo epidemiológico con el brote de Codogno.
Image

Un puesto de control policial en Viale Porpora en Milán en medio de un encierro en Italia este mes.
Credit…Alessandro Grassani para The New York Times

También comentó que el ministro de Salud, Speranza, y Conte deliberaron al respecto y ese mismo día decidieron cerrar gran parte del norte de la nación.

En una conferencia de prensa sorpresa a las dos de la mañana del 8 de marzo, cuando 7375 personas ya habían dado positivo en las pruebas de coronavirus y 366 habían fallecido, Conte anunció la medida extraordinaria de restringir el movimiento de aproximadamente una cuarta parte de la población italiana en las regiones del norte que representan el motor económico del país.

“Estamos frente a una emergencia”, declaró Conte en ese momento. “Una emergencia nacional”.

Un borrador del decreto, filtrado a los medios de comunicación italianos el sábado por la noche, empujó a muchos residentes de Milán a apresurarse a la estación de trenes en multitudes e intentar abandonar la región, causando lo que muchos consideraron más tarde una peligrosa ola de contagio hacia el sur.

Sin embargo, al día siguiente, la mayoría de los italianos todavía estaban confundidos sobre la gravedad de las restricciones.

Para aclarar el problema, el Ministerio del Interior emitió formularios de “autocertificación” que permitirían a las personas viajar dentro y fuera del área cerrada por trabajo, salud u “otras” necesidades.

Mientras tanto, de manera independiente, algunos gobernadores ordenaron que la gente que llegara de las zonas recién bloqueadas se pusiera en cuarentena. Otros no lo hicieron.

Las restricciones más extensas en Lombardía también acabaron, en la práctica, con la cuarentena en Codogno y otras localidades de la “zona roja” vinculadas con el brote original. Los puestos de control desaparecieron. Los alcaldes locales se quejaron de que sus sacrificios habían sido para nada.

Un día después, el 9 de marzo, cuando los casos positivos escalaron a 9172 y el total de muertes se disparó a 463, Conte endureció las restricciones y las extendió a todo el territorio nacional.

Pero para entonces, según los expertos, ya era demasiado tarde.

Italia sigue pagando el precio de esos primeros mensajes contradictorios de científicos y políticos. La gente que ha muerto recientemente en asombrosas cantidades —más de 2300 en los últimos cuatro días— se infectaron en su mayoría durante la confusión de hace una o dos semanas.

Roberto Burioni, un destacado virólogo de la Universidad San Raffaele de Milán, dijo que la gente se había sentido segura para seguir con sus rutinas habituales y atribuyó el aumento en los casos la semana pasada a “ese comportamiento”.

Image

Militares italianos custodiaban una barrera de camino al pueblo de Vo’Euganeo.
Credit…Claudio Furlan/LaPresse, vía Associated Press

El gobierno ha instado a la unidad nacional en la obediencia a sus medidas restrictivas. Pero el sábado, cientos de alcaldes de las zonas más afectadas dijeron al gobierno que esas medidas eran fatalmente insuficientes.

Los líderes del norte están desesperados por que el gobierno tome medidas enérgicas más duras.

El viernes, Fontana se quejó de que las 114 tropas desplegadas por el gobierno eran insignificantes y que deberían enviar al menos mil. El sábado cerró oficinas públicas, sitios de trabajo y prohibió correr. Dijo en una entrevista que el gobierno necesitaba dejar de jugar y “aplicar medidas rígidas”.

“Pienso que si hubiéramos cerrado todo al principio durante dos semanas probablemente ahora estaríamos cantando victoria”, dijo

Su aliado político, Lucca Zaia, presidente de la región Veneto, se adelantó al gobierno nacional con sus propias restricciones y dijo que Roma necesitaba imponer “un aislamiento más drástico” que incluyera el cierre de todas las tiendas y la prohibición de actividades públicas que no sean ir al trabajo.

“Los paseos a pie deberían prohibirse”, dijo.

Zaia tiene algo de credibilidad en el tema.

Mientras que las nuevas infecciones han proliferado en todo el país, han disminuido significativamente en Vò, una ciudad de aproximadamente 3000 personas que fue una de las primeras en cuarentena y que tuvo la primera muerte por coronavirus del país.

Algunos expertos gubernamentales atribuyeron ese cambio a la estricta cuarentena que había estado vigente durante dos semanas. Pero Zaia también ordenó que allí se realizaran pruebas generalizadas, en un desafío a las directrices científicas internacionales y al gobierno nacional. El gobierno ha argumentado que evaluar a las personas sin síntomas es un desperdicio de recursos.

“Al menos esto reduce la velocidad del virus”, dijo Zaia, argumentando que las pruebas ayudaron a identificar personas asintomáticas potencialmente contagiosas. “Y reducir la velocidad del virus le da un respiro a los hospitales”.

Si no, la abrumadora cantidad de pacientes afectaría los sistemas de atención médica y causaría una catástrofe nacional.

Fuente de la noticia: https://www.nytimes.com/es/2020/03/22/espanol/coronavirus-lecciones-italia.html

Comparte este contenido:

George Galloway: El capitalismo está a un virus de un desastre existencial, y solo el dinero de sus víctimas puede salvarlo

Por: George Galloway

Franklin D. Roosevelt y John Maynard Keynes han sido golpeados por Donald Trump, Boris Johnson y Emmanuel Macron, la nueva trinidad santa del capitalismo dirigista.

De acuerdo con las leyes de la economía capitalista, una aerolínea que no puede ocupar sus asientos debe ir al muro. Si el gusto del público por los cruceros oceánicos se disipa por la moda o la pandemia, la compañía de cruceros se sumerge en las olas, se hunde o nada.

John Maynard Keynes y Franklin D. Roosevelt desafiaron eso en la Gran Depresión de la década de 1930, decidiendo que el destino de las naciones no podía dejarse solo a manos invisibles de las fuerzas del mercado, sino que, si no era un corazón, al menos un cerebro debía aplicarse. Esa contabilidad no era economía.

Los descendientes de Keynes y FDR normalmente no se encontrarían ni en el Partido Conservador Británico ni en el Partido Republicano. Reagan y Thatcher deben estar revolviéndose en sus tumbas. Porque esta semana la ortodoxia capitalista prevaleciente se volvió de cabeza y sumas deslumbrantes de dinero público fueron salpicadas no por Sanders o Corbyn o Melenchon, sino por sus polos opuestos cuyas carreras enteras se han basado en denunciar el más mínimo keynesianismo como socialismo. o incluso el comunismo.

A menos que uno crea que los tres han experimentado una conversión damasquinada, se puede decir con seguridad que la escala del rescate es igual a la escala de la amenaza percibida al capitalismo por la epidemia de coronavirus. Donald Trump se está preparando para firmar cheques de $ 1,000 a » todos los estadounidenses». «Macron, asediado y pensando en la Bastilla cada mañana que se despierta, gastará el equivalente al 20 por ciento del PIB de Francia en 2019 para vencer a este nuevo enemigo invisible y esquivo.

Cuando los cerdos de Animal Farm se metamorfosearon en el opuesto de sus seres anteriores, comenzaron a cantar “ cuatro patas bien, dos patas mejor. Para la Santísima Trinidad, la igualdad siempre fue buena, pero algunas serían más iguales que otras. » Bien público, privado mejor » era su mantra.

Pero la magnitud de la amenaza a la salud pública planteada por la pandemia demuestra más allá de la contradicción que lo privado no es mejor que lo público, una economía que es principalmente privada no puede satisfacer las necesidades de la raza humana cuando llegan los peligros existenciales.

Esto no es nuevo, aunque puede haber sido olvidado.

La alianza en tiempo de guerra de la URSS, Gran Bretaña y Estados Unidos no podría haber prevalecido si se hubiera seguido el ejemplo de Milo Minderbinder en Catch-22 . Milo, un capitalista en su núcleo, alquiló sus propios bombarderos de la USAF al enemigo para bombardear su propio lado. Bueno, los negocios son los negocios.

Solo los estados centralizados fuertes con economías de comando pueden librar una guerra total, y la especulación, el acaparamiento y la compra a granel de pánico se consideran con razón delitos. La URSS ya tenía uno; Gran Bretaña y Estados Unidos tuvieron que serlo durante todo el tiempo. Bajo el capitalismo, si las personas no pueden ir a trabajar y ganar dinero, o comer fuera, entretenerse o comprar, todas las empresas privadas que dependen de estas cosas deben fallar. Eso es contabilidad. Sin embargo, la economía requiere amortiguadores para que la capacidad económica, que será más difícil de recuperar que proteger, no se pierda para siempre. Y la política es el arte de garantizar que un choque nunca sea tan apocalíptico como para aumentar la posibilidad de que la gente no se levante, especialmente durante los idus de marzo …

Por supuesto, dentro de este episodio de socialismo, hay muchas huellas, mucho más grandes que las de un cerdo, de algunas más iguales que otras; a Sir Richard Branson, por ejemplo, le irá mucho mejor que al conductor de Rickshaw en Piccadilly Circus. Sin embargo, muestra que en la tercera década del siglo XXI, después de 250 años de hegemonía, el capitalismo nos ha dejado dos cheques de pago lejos de la penuria y un virus lejos del desastre existencial. Y solo el dinero de sus víctimas puede salvarlo.Boris Johnson, quien hace solo cuatro meses caracterizó las políticas económicas de su oponente laborista como un comunismo imprudente al estilo soviético, anunció un gasto público EXTRA mayor que todo el PIB de Portugal de 2019. Un paquete de £ 350 mil millones que él y su canciller dijeron repetidamente era simplemente el comienzo. Haremos » lo que sea necesario,«Dijeron, siete veces entre ellos. Préstamos sin intereses, préstamos a tasas atractivas, vacaciones hipotecarias, la protección de empresas no aseguradas lo suficientemente imprudente como para no haber solicitado indemnización por pandemias, la eliminación de las tasas comerciales para pubs, restaurantes, comercios minoristas y empresas de servicios. Implicado es subsidio para aerolíneas privadas, aeropuertos privados; bajo revisión es la difícil situación de los inquilinos, trabajadores asalariados por hora, aquellos en la economía del concierto. Los despiadados Tories incluso encontraron millones para los indigentes para que pudieran ser sacados de las calles y se les diera un espacio en el que pudieran » autoaislarse «.

Por supuesto, dentro de este episodio de socialismo, hay muchas huellas, mucho más grandes que las de un cerdo, de algunas más iguales que otras; a Sir Richard Branson, por ejemplo, le irá mucho mejor que al conductor de Rickshaw en Piccadilly Circus. Sin embargo, muestra que en la tercera década del siglo XXI, después de 250 años de hegemonía, el capitalismo nos ha dejado dos cheques de pago lejos de la penuria y un virus lejos del desastre existencial. Y solo el dinero de sus víctimas puede salvarlo.

Fuente e Imagen: https://www.rt.com/op-ed/483417-virus-capitalism-existential-disaster/

Comparte este contenido:
Page 167 of 170
1 165 166 167 168 169 170