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México: Covid-19: Más violencia feminicida, ninguna estrategia que la frente

Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa

Durante los 9 meses de pandemia, el tema del incremento de la violencia de género por el confinamiento de las mujeres y niñas en sus casas, nunca estuvo en la agenda del gobierno, ni siquiera en las discusiones del Consejo General de Salubridad para la atención de la emergencia sanitaria como lo afirmó en su momento el canciller Marcelo Ebrard.

Cimacnoticias se dio a la tarea de investigar durante este tiempo si existe una estrategia del gobierno federal para atender y evitar que la violencia contra las mujeres y niñas aumente por el confinamiento durante la pandemia y la respuesta fue negativa. En esta segunda parte del reportaje “Covid-19: Más violencia feminicida, ninguna estrategia que la frente”, constatamos que el tema no existe para el gobierno, sino que reaccionó con acciones aisladas para responder los cuestionamientos internacionales y de las organizaciones feministas.

Ir a la primera parte

Como se documentó en la entrega pasada, los organismos internacionales, particularmente el Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI) y la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la OEA, advirtieron desde marzo pasado a los Estados sobre el posible incremento de la violencia contra las mujeres por el confinamiento.

Para esta segunda entrega solicitamos vía transparencia, información a la Secretaría de Salud, de Relaciones Exteriores, a la Oficina de la Presidencia, a la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Hacienda, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y al Instituto Nacional de las Mujeres, que sustentara la declaración del canciller Marcelo Ebrard sobre la existencia de un plan con perspectiva de género para atender la problemática. Como respuesta, la Secretaría de Salud remitió las actas de las reuniones del Consejo General de Salubridad en las que se observa que la violencia contra las mujeres nunca fue tema de discusión.

La dependencia también señaló que la declaración de Ebrard: “se obtiene de la asistencia del Secretario de Relaciones Exteriores a diversas reuniones de trabajo con los integrantes del Gabinete Presidencial (entre los que se encuentran diversos representantes del Sector Salud), en el que se presentan datos e información con motivo de la preparación del plan para enfrentar la pandemia”.

Por su parte, la SRE respondió: “Dichas unidades administrativas manifestaron que tras realizar una búsqueda exhaustiva en sus archivos físicos y electrónicos, no/no se localizó un Plan de Acción que incluya la perspectiva de género derivado de las acciones implementadas por la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la OEA, por tal motivo, no es posible proporcionar información que dé respuesta a lo solicitado”.

No obstante, la cancillería adjuntó una lista de acciones que informó a la CIM –el único foro político hemisférico para los Derechos Humanos de las mujeres– sobre las acciones que ha desplegado para prevenir la violencia contra las mujeres durante la pandemia; la gran mayoría son conversatorios, diálogos virtuales, webinares y la publicación de algunos documentos.

Conoce aquí las acciones que México reportó a la CIM

Violencia contra las mujeres fue “agenda periférica”

Cuestionada en entrevista sobre las acciones de los gobiernos del mundo y en particular de México, para hacer frente a este tema durante la pandemia, la Secretaria Ejecutiva de la CIM, de la OEA, Alejandra Mora Mora, consideró que una de las razones en el fracaso de las acciones de los gobiernos fue que “el tema de violencia contra las mujeres no se ha colocado en los comités centrales de crisis en lo cotidiano sino que se ha visto como una agenda periférica que de vez en cuando anuncia la ministra de la mujer”.

Lo que se esperaba, dijo, es que los Estados entendieran que el diseño de toda la política pública no podía ser neutra ni dejar de contemplar que las mujeres y hombres tienen impactos distintos frente a la toma de decisiones. Por ejemplo, declarar esenciales los servicios de atención a víctimas de violencia (que sí hizo México) migrar a la digitalización los servicios de procuración de justicia para que las víctimas pudieran presentar sus denuncias; y garantizar medidas interseccionales, es decir, que observaran las diferencias entre las mujeres, como el origen étnico, la edad, el color de la piel, entre otras.

No obstante, los Estados tuvieron un error crucial: las mujeres no están tomando las decisiones sobre los temas de la pandemia, sino que a ellas se les delegó la agenda de la violencia contra las mujeres mientras los hombres, que son mayoría entre quienes toman decisiones, se mantuvieron al margen.

Por el contrario, observó Mora Mora, en ocho países del mundo que han gestionado de mejor manera la pandemia hay mujeres presidentas. “Eso tiene que ver con esos liderazgos de mujeres en los que el cuidado y la empatía son necesarios en este tiempo de crisis y son mejor manejados por las mujeres porque históricamente lo hemos hecho, no porque los hombres no puedan hacerlo”, observó.

En el caso específico de México, la funcionaria aclaró que el MECSEVI tuvo que pronunciarse por los recortes a los Refugios para mujeres durante la pandemia, y se solicitó a nuestro país que se incrementara el recurso para su funcionamiento en el presupuesto de 2021; no obstante, reconocen que México tiene una buena ministra de la mujer (refiriéndose a la titular del Inmujeres, Nadine Gasman) “que entiende lo que está pasando en la situación de las mujeres y tienen un instituto fuerte”.

Pese a esto, luego de 9 meses, “lo que dijimos que iba a pasar pasó: el confinamiento exacerbó la violencia, impidió salir a las mujeres rápidamente a pedir ayuda y las decisiones gubernamentales no tenían la mirada de las mujeres”

Alejandra Mora Mora

No sólo se profundizaron las formas de violencia persistentes sino que se registraron nuevos patrones de violencia, entre ellos el aumento de los riesgos digitales para las niñas y niños, agresiones contra las mujeres del personal de salud que participa en la primera línea de atención de la pandemia; aumento de la violencia sexual contra niñas y niños; y el aumento en la carga de trabajo de cuidados para las mujeres en los hogares.

“En tiempos extraordinarios, las medidas son extraordinarias. No se podía creer que la forma de atención de la violencia podía ser la misma que antes del Covid, cuando ya había un diagnóstico malo al respecto”.

Alejandrra Mora Mora

En México, de enero a septiembre de 2020 hubo 2 mil 874 víctimas de muertes violentas de mujeres (feminicidio y homicidios dolosos), esto son 9 casos más que en el mismo periodo pero de 2019 cuando se registraron 2 mil 865 víctimas. Por otra parte las llamadas de emergencia al 911 por violencia de género tuvieron un aumento del 47 por ciento al pasar de 16 mil 849 en 2019 a 178 mil 31 en 2021. Asimismo, la Red Nacional de Refugios reportó que en abril de 2020, segundo mes del confimaniento, se registraron 3 mil 947 atenciones, esto es mil 911 más que en marzo y 916 más que en abril de 2019.

Para medir la violencia durante la pandemia el MESECVI considera 3 indicadores: 1) el aumento de solicitudes de auxilio o acompañamiento para víctimas, que en algunos países creció hasta 80 por ciento; 2) la cantidad de denuncias ante el poder judicial, que no creció por la imposibilidad de movilización de las mujeres y la poca flexibilización de requisitos; y 3) casos de feminicidio.

Mora Mora explicó que la situación de violencia de género no es igual para todos los países, ya que estos indicadores se comportan distinto en cada país. No obstante, el MESECVI observó en su informe “La violencia contra las mujeres frente a las medidas dirigidas a disminuir el contagio del COVID-19” que en las Américas algunos países y gobiernos locales dieron cuenta de un incremento de hasta 80 por ciento en las llamadas a las líneas telefónicas que brindan atención y orientación en casos de violencia. Al mismo tiempo, las llamadas a líneas telefónicas por parte de hijas o hijos o familiares de mujeres víctimas de violencia también aumentaron con la cuarentena.

Varios países reportaron que a pesar de la disminución general de la criminalidad, se registró un aumento en los casos de violencia en el hogar, abuso sexual en niñas, casos de feminicidio consumados o frustrados, y casos de agresores liberados de prisión como medida para contener el COVID-19 que asesinaron a sus exparejas luego de su liberación.

Tras conocer estos nuevos patrones de violencia, el MESECVI alertó que lo más importante en este momento de la pandemia es que los gobiernos se centren en la prevención ya que todos los ejercicios de poder abusivos aún tienen como fondo la prevalencia de estereotipos.

Para ello, el MESECVI recomendó a los países en esta nueva etapa de Covid-19, aumentar la capacidad de albergues y refugios; digitalizar los servicios de atención; generar equipos de reacción inmediata, interseccionales e integrales (lo que precisó, sí se hizo en Costa Rica y Argentina); articular mejor la defensoría de Derechos Humanos; generar mejores estadísticas sobre la violencia contra las mujeres; y hacer una declaratoria de emergencia sobre cómo los cuidados están recayendo en las mujeres.

“No podemos seguir extendiendo los tiempos de las mujeres porque nosotras vamos a terminar confinadas en la casa y el mundo remunerado será sólo de hombres, y la reconstrucción de una sociedad no se hace sólo con la mitad de la población. Es una oportunidad para replantear las desigualdades, no puede ser que ésta no sea una lección de vida”, concluyó Mora Mora.

Conoce las respuestas que dieron las dependencias sobre las acciones que realizaron en estos 9 meses de pandemia para atender la violencia contra mujeres y niñas.

Por su parte, la Conavim –encargada de la política nacional para prevenir la violencia contra las mujeres– remitió una lista de acciones que reportó cada una de las entidades para atender a las víctimas de violencia. Todos los estados reportaron acciones distintas entre sí, las cuales van desde elaboración de infografías hasta emisión de comunicaciones interinstitucionales.

Aquí puedes consultar las acciones que reportó a la Conavim cada entidad para atender la violencia contra las mujeres

Fuente e imagen:  CIMAC Noticias

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Estados Unidos: ¿Qué hay en la lista de deseos de todo educador para estas vacaciones?

¿Qué quieren los educadores para 2021? Lo mismo que quiere la mayoría. Queremos que esta pandemia termine y que nuestros estudiantes estén de regreso en las aulas, en condiciones seguras. Sin embargo, lo que no queremos es volver a la normalidad. En Florida, lo normal ha significado décadas de falta de fondos y sobre gestión de las escuelas públicas, todo lo cual empeoró las cosas cuando llegó el COVID-19.

La pandemia ofrece una oportunidad para un restablecimiento completo sobre cómo este estado aborda la educación pública y sobre cómo trata a los maestros y al personal de apoyo que han trabajado tan duro para que los niños la superen.

Quienes ingresan a la educación lo hacen con una clara dedicación y amor por los niños. Los conductores de autobuses, los monitores de autobuses, los conserjes, los trabajadores de la cafetería, los paraprofesionales (asistentes de maestros), el personal de recepción, los trabajadores de mantenimiento y los maestros quieren que cada uno de «sus hijos» tenga éxito. En marzo, fueron los educadores quienes dieron un giro al sistema de escuelas públicas.

 

El personal de apoyo pone en riesgo su salud para preparar y entregar comidas, paquetes de trabajo y tecnología a los niños. Los maestros reelaboraron las lecciones en persona para el aprendizaje a distancia, ayudaron a los padres y se aseguraron que los niños estuvieran seguros.

Cuando las escuelas físicas abrieron en agosto, esas mismas personas recaudaron fondos para estaciones portátiles de lavado de manos y gastaron su propio dinero en artículos de limpieza. A algunos se les pidió que hicieran lo imposible: enseñar a algunos estudiantes a través de la pantalla de una computadora y al mismo tiempo enseñar a otros en persona, en el aula. Ellos perseveraron, haciendo todo lo posible por los niños y las familias.

Entonces, esto es lo que está en la lista de deseos de cada educador para un mejor 2021 para estudiantes, educadores y escuelas públicas:

  • El apoyo y los recursos necesarios para realizar el trabajo. Fue absurdo cuando los legisladores llamaron a 2020 “El año del maestro” sin dejar de socavar el trabajo de los educadores.
  • Garantías de que podemos defender a nuestros estudiantes sin temor a represalias. Los estudiantes salen perdiendo cuando los maestros temen que sus contratos no se renueven si hablan.
  • Que cada niño tenga acceso a todo lo que necesita para tener éxito. Esto comienza con un programa de prekindergarten totalmente financiado. Es imperativo que los estudiantes, independientemente de los ingresos familiares, reciban todas las herramientas necesarias para el jardín de infantes. Los distritos estatales y locales deben realizar esta inversión.
  • Ser respetados como profesionales y reconocidos como la máxima autoridad en nuestra profesión. Nos lo hemos ganado, pero los legisladores en todos los niveles toman decisiones sin la participación de las personas que mejor saben.
  • Saber que se valora nuestro trabajo y recibir una justa compensación. Enfrentar a los nuevos educadores contra los veteranos, o los maestros contra el personal de apoyo, o implementar un esquema de pago con el objetivo de mantener bajos los salarios, solo aleja a las personas de la profesión.
  • El fin de las pruebas excesivas. Esto no significa que debamos eliminar las pruebas, sino que debemos utilizar las pruebas para promover el aprendizaje, no para penalizar a los niños, los maestros y las escuelas.
  • Para que todos reconozcan que este no es un año escolar normal. No necesitamos dar hasta tres o cuatro semanas de instrucción para poder administrar exámenes de gran importancia. Necesitamos enfocarnos en las necesidades académicas y emocionales de los estudiantes.

Estamos aprendiendo mucho durante esta pandemia, pero una de las lecciones más importantes que se nos ha enseñado es que cuando los padres y los educadores trabajan juntos, pueden suceder cosas increíbles. Hagamos que sea un año nuevo increíble para nuestros estudiantes y las escuelas públicas del vecindario.

* Andrew Spar es presidente de la Asociación de Educación de Florida, que representa a más de 150.000 maestros y profesionales del personal educativo de PreK-12, profesores de educación superior y estudiantes graduados, estudiantes que se preparan para convertirse en maestros y empleados de educación jubilados.

Fuente: https://www.diariolasamericas.com/florida/que-hay-la-lista-deseos-todo-educador-estas-vacaciones-n4212888

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Uruguay, otro de los países de la región que sigue sin elegir una vacuna contra la COVID-19

El presidente del país asegura que no quiere “especular” y hará la pública la decisión “en el menor tiempo posible”.

Uruguay todavía mantiene la incertidumbre respecto a cuál será la vacuna que utilizará el país para combatir la pandemia de la COVID-19, en un momento en el que ya varios países de la región han hecho pública su decisión.

En contrapartida a lo que ocurre con sus vecinos, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, dijo durante su última rueda de prensa, el 16 de diciembre, que Uruguay busca «la mejor vacuna en el menor tiempo posible» y que, de momento, no hay ninguna descartada.

«Las novedades son medianamente positivasCuando tengamos un dato específico y digamos ‘tal vacuna, tantas dosis para tanta cantidad de población’ lo anunciaremos. Lo otro sería especular«, indicó en aquella comparecencia en la Torre Ejecutiva.

Pese a los intentos de Efe por contactar, este miércoles, con científicos, expertos y miembros del Ministerio de Salud Pública (MSP), todos declinaron hablar y remitieron a las autoridades máximas -como el ministro, Daniel Salinas- para que sean ellas quienes hablen públicamente.

Esto ocurre en la misma jornada en que el semanario local Búsqueda informó de que el coordinador de Relaciones Internacionales y Cooperación del MSP, Franco Alaggia, habría sido cesado por Lacalle Pou después de que aquel rechazara, sin consultar, la vacuna de Pfizer.

Según la publicación, el coordinador envió un correo electrónico de manera «unilateral e inconclusa» a los representantes del laboratorio para informarles de que el país suramericano no estaba interesado en su vacuna.

La comunicación de Alaggia habría sido en noviembre y, según explicó el semanario, se habría tratado de un evento «desafortunado», aunque esto no impidió que el presidente lo cesara del cargo.

Fuentes de Presidencia y del MSP consultadas por Efe expresaron que las autoridades no harían aclaración alguna sobre este episodio.

Aunque todavía no se sepa qué opción será la que el Gobierno decida utilizar, la prensa local estima que la preferida de las autoridades sería efectivamente Pfizer y sostiene que estudian las mejores opciones para la refrigeración que se necesita.

Por otra parte, Uruguay ya está suscrito a un acuerdo entre varios países en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para un ‘pool’ de compra con el fin de acceder rápidamente a unas 750.000 dosis de la vacuna contra la COVID-19 para inmunizar al 20 % de su población.

Una excepción en la región

Aunque Uruguay estuvo durante varios meses un paso por delante de sus vecinos debido al control de la pandemia y a los pocos casos registrados, lo cierto es que en las últimas semanas aumentó el índice de positividad y, en lo que se refiere a la vacunación, permanece por detrás.

Un vuelo de Aerolíneas Argentinas partió este martes rumbo a Rusia para llevar al país la Sputnik V y, además, el Gobierno argentino anunció que en los próximos meses también adquirirá la Pfizer.

Chile, por su parte, será el primer país de Latinoamérica en aplicar la vacuna a su población -también optó por la Pfizer– mientras que Brasil cuenta con la vacuna china Sinovac.

Otros países como Colombia o Ecuador también han optado por Pfizer mientras que Venezuela iría por Sputnik V.

Sin embargo, Uruguay sigue deliberando y manejando opciones, aunque las autoridades dicen que en breve habrá un veredicto, como sostuvo el presidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Leonardo Cipriani, quien declaró este miércoles a radio Sarandí que ya está «la luz al final del túnel» con la vacuna.

Desde que el pasado 13 de marzo se decretó la emergencia sanitaria en Uruguay, el país suramericano acumula 14.001 casos positivos (4.754 activos, 59 de ellos en cuidados intensivos) y 120 fallecidos.

 Fuente: https://rpp.pe/mundo/latinoamerica/uruguay-otro-de-los-paises-de-la-region-que-sigue-sin-elegir-una-vacuna-contra-la-covid-19-noticia-1311440

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Mundo: El VIH infectó a un nuevo niño o adolescente cada 100 segundos en 2019

 A pesar de los esfuerzos de prevención y tratamiento, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) infectó cada cien segundos a un nuevo niño o adolescente menor de 20 años en 2019, según un informe presentado este miércoles por Unicef en Johannesburgo

«A los niños se los está dejando atrás», advirtió el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) al divulgar este estudio, que se difunde anualmente en la antesala de la celebración del Día Mundial de la Lucha contra el Sida (1 de diciembre) y que en esta ocasión se tituló «Reimaginando una respuesta resiliente contra el VIH para los niños, adolescentes y embarazadas que conviven con el VIH».

 

De acuerdo a los datos recopilados por Unicef, unos 110.000 niños y adolescentes murieron en 2019 por causas relacionadas con el sida (Síndrome de Inmuno-Deficiencia Adquirida), enfermedad de la que es precursor el VIH.

De ellos, unos 79.000 tenían edades comprendidas entre los cero y los nueve años y 34.000 pertenecían a la franja de entre los 10 y los 19 años de edad.

Estos datos de mortandad relacionada con el sida son algo mejores que los de 2018, pero aún así arrojan una media de más de 300 fallecimientos al día.

En el lado positivo, las opciones de supervivencia para los menores a los que se les transmitió el virus durante la gestación siguieron creciendo y, en las últimas dos décadas, la mortalidad ligada a este tipo de infecciones bajó un 53 %.

Esto es debido a mejoras en cuanto a la detección y al tratamiento, tanto para las madres como para sus bebés.

«Los niños pequeños infectados con el VIH al nacer tienen ahora más posibilidades de llegar a la adolescencia y la edad adulta. Pero incluso aunque la proporción (de fallecimientos en comparación con el número de transmisiones) ha disminuido, las muertes entre niños menores de 5 (años) todavía supone la mayoría de las muertes de los menores entre los cero y los 19 años», puntualiza Unicef.

CASI 3 MILLONES DE MENORES CONVIVEN CON EL VIH EN TODO EL MUNDO

El número de menores que convivían con el VIH en 2019 ascendió a unos 2,8 millones en todo el mundo, de los cuales 1,1 millones eran menores de 9 años.

Sólo un poco más de la mitad de la infancia afectada, sin embargo, tenía acceso a fármacos antirretrovirales.

«Los esfuerzos de prevención y tratamiento para los niños quedan entre los más bajos entre las poblaciones clave afectadas. En 2019, un poco más de la mitad de los niños tenían acceso a los tratamientos que salvan vidas, una cobertura significativamente rezagada tanto respecto a la de las madres (85 %) como de todos los adultos que viven con el VIH (62 %)», recalca Unicef.

El Fondo de la ONU para la Infancia subraya también que el impacto y el tratamiento del virus en la infancia sigue siendo muy dispar a nivel geográfico.

África subsahariana sigue siendo la región más afectada, ya que es hogar de nueve de cada diez niños y adolescentes que en 2019 convivían con el VIH.

Respecto a la disponibilidad de tratamiento, entre las zonas más afectadas por la epidemia, Oriente Medio y el Norte de África tienen los mejores niveles de cobertura pediátrica de los medicamentos antirretrovirales (81 %), seguidos del sur de Asia (76 %) y el sur de África.

Los peores datos en esta materia se registran en Latinoamérica y el Caribe (46 %) y en África occidental y central (32 %).

También hay disparidad por sexos, ya que entre las niñas y adolescentes hay más infecciones que entre los varones.

«La vulnerabilidad sigue oscilando gravemente en contra de las chicas, que suponen tres de cuatro de las nuevas infecciones entre adolescentes. La proporción es incluso mayor, cuatro de cada cinco (82 %) en África subsahariana, hogar de los países con las mayores prevalencias (de VIH) del mundo», describe la agencia de la ONU.

LA PANDEMIA DE CORONAVIRUS COMPLICA LA PANDEMIA DE VIH/SIDA

Aunque todavía no haya datos finales, para este 2020 resulta ya claro que la pandemia de covid-19 ha complicado la lucha contra esta otra gran pandemia que amenaza al mundo desde hace cuatro décadas, la de VIH/sida.

«Todavía no hay vacuna contra el VIH. Los niños todavía quedan infectados a tasas alarmantes y todavía mueren por el sida. Esto ocurría incluso antes de que la covid-19 interrumpiera tratamientos vitales contra el VIH y servicios de prevención, poniendo incontables vidas adicionales en riesgo», declaró Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef, en un comunicado sobre el estudio.

Los confinamientos y las nuevas prioridades sanitarias con recursos escasos han dificultado tanto el tratamiento como los nuevos diagnósticos y la recolección de datos.

«La covid-19 empeoró el lento progreso, exponiendo además las desigualdades en el acceso a servicios de VIH críticos para los niños, adolescentes y mujeres», expone el texto del estudio.

Con las reaperturas de los países hubo un «rebote» de las medidas, pero a fecha de hoy los renovados esfuerzos aún están lejos de llegar a los objetivos pediátricos fijados para 2020.

Este frenazo pone seriamente en peligro la meta global de erradicar el sida como amenaza pública de salud para 2030.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/20201125/49691644535/el-vih-infecto-a-un-nuevo-nino-o-adolescente-cada-100-segundos-en-2019.html

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Lecciones de la pandemia para educar a los futuros profesionales de la salud

Expertos de diversas universidades entregaron los cuatro aspectos en los que consideran deben mejorar las instituciones de educación superior en la formación de los profesionales de esta área.

La pandemia ha golpeado a las sociedades de todo el mundo y ha tenido importantes implicaciones para los sistemas de salud y para el colectivo sanitario, razón por la que desde ya muchos expertos se replantean cómo se debe reorganizar la asistencia sanitaria y también la enseñanza.

En este contexto, el clúster global de universidades del objetivo de desarrollo sostenible (ODS) 3 (salud y bienestar), liderado por el eHealth Center de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e impulsado por la Asociación Internacional de Universidades (IAU, por la sigla en inglés), analizó el impacto de la pandemia en el modelo sanitario y propuso algunos cambios que considera debe llevarse a cabo en la educación superior para adaptarse a los cambios sociales y tecnológicos y mejorar así la formación de los profesionales sanitarios del futuro.

“La covid-19 ha puesto sobre la mesa la importancia de la salud como derecho universal, de manera que las lecciones aprendidas de la pandemia pueden ayudar a repensar cómo enseñamos, cómo preparamos a los profesionales de la salud”, destaca Albert Barberà, director del eHealth Center de la UOC.

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“Esta pandemia ha mostrado la interrelación entre la salud humana y la económica, así como el impacto que tienen las desigualdades socioeconómicas y la inequidad en la salud. Ante esta situación, la colaboración internacional es clave para poder enfrentarse a los desafíos globales y hacer realidad la Agenda 2030», explica Pam Friedman, presidenta de la IAU e impulsora del clúster del ODS 3.

Esta interdependencia es uno de los aprendizajes de los países que en los últimos años han estado más expuestos a diferentes epidemias, como el ébola, el cólera o el VIH. En palabras de David Serwadda, profesor de la Universidad de Makerere (Uganda) y miembro del clúster, “hay que conseguir que los estudiantes sean conscientes de que las epidemias no solo son problemas locales o regionales, sino que tienen alcance internacional. Cuando nos llegan noticias sobre una epidemia en África u Oriente Medio, los futuros profesionales de la salud deben ser conscientes de que puede llegar a su comunidad. Lo que parece ser un problema lejano, en realidad nos está mirando directamente desde miles de kilómetros de distancia”.

2. Educación interdisciplinaria e interprofesional

Entender la salud como un fenómeno planetario obliga a que el currículo de los futuros profesionales de la salud se abra a otras disciplinas. “La prevención de la transmisión de virus no es solo un problema médico: también implica hacer frente al cambio climático y preservar la biodiversidad y los ecosistemas naturales. De esta manera, una formación interdisciplinaria en salud pública y ciencias ambientales es necesaria para evitar futuras crisis sanitarias y, por tanto, es clave para la formación de los estudiantes”, explica Marta Aymerich, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud y vicerrectora de Planificación Estratégica de la Universitat Oberta de Catalunya.

Además, el grupo de expertos también destaca el impacto de la evolución del sistema de salud desde una asistencia eminentemente hospitalaria a una atención basada en las personas y en la población. “Esta transformación obliga a un cambio en los planes de estudios que refuerce una formación centrada en la atención comunitaria y también un aumento de la colaboración con profesionales de otros ámbitos de la salud, como la enfermería”, resaltó Aymerich.

3. Aprender a lidiar con la incertidumbre

El Gobierno prepara el pago de una bonificación para los profesionales de la salud que estuvieron ayudando durante la pandemia.

En este entorno en el que el trabajo con la comunidad y con otros profesionales será cada vez más importante, los expertos recomiendan reforzar la enseñanza de competencias sociales, como el trabajo en equipo, las habilidades de liderazgo y de comunicación y la gestión de las emociones. “Los trabajadores sanitarios se han enfrentado a altos niveles de estrés y a decisiones complicadas durante la pandemia. Por eso más que nunca es necesario enseñar la capacidad de gestionar el estrés y enfrentarse a la incerteza. Los trabajadores de la salud deben poder adaptarse a circunstancias que cambian rápidamente”, señala Maria Niemi, profesora asociada del Instituto Karolinska (Suecia) y también miembro del clúster.

4. Más salud digital y aprendizaje en línea

El uso de la tecnología para el aprendizaje y la atención médica es otro de los aspectos que se han acelerado durante la crisis sanitaria y en el que los expertos hacen hincapié. Los profesionales de la salud tienen que formarse mucho más que antes en salud digital para saber, por ejemplo, cuáles son las aplicaciones médicas más efectivas, cómo usar las redes sociales para la promoción de la salud o cómo aplicar la ciencia de datos para tomar decisiones médicas, “se trata de un conocimiento que se aprende practicando, por lo que el aprendizaje en línea debe integrarse en la educación sanitaria”, destaca Marta Aymerich.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/lecciones-de-la-pandemia-para-educar-a-los-futuros-profesionales-de-la-salud/202054/

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Más del 60% de los venezolanos menores de 17 años que vive en Perú no va a la escuela

Un informe de Unesco reporta que solo el 1% de jóvenes migrantes tiene acceso a educación superior en el país sudamericano.

Un informe de la Unesco revela que más del 60% de venezolanos en edad escolar no está matriculado en Perú, el país con más solicitudes de refugio de venezolanos en el mundo, cuyo Gobierno impulsó una política migratoria que facilitó el ingreso en 2017 y 2018, pero que endureció el año pasado, al imponer una visa para personas de esa nacionalidad. Tomando como cifras de 2018, el estudio Derecho a la educación bajo presiónde la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de Unesco, muestra que de los venezolanos que han conseguido ingresar, el 68% manifestó como su mayor preocupación alimentación, mientras que el acceso a la educación aparece en décimo lugar.

Un 74% de los niños de la diáspora venezolana en el país andino no asiste a educación inicial, un 54% no va a primaria y un 60% no está matriculado en secundaria. Unesco señala que aunque en Lima antes de la pandemia había 339 colegios habilitados para recibir a migrantes, el Ministerio de Educación calcula que, en la capital, 37.400 venezolanos no están cubiertos por el sistema educativo.

Sin embargo, el acceso a la educación superior es mucho más complicado. Mariana termina la secundaria este mes en Lima y su madre, una migrante venezolana con empleo formal, le ha hecho notar que el dinero no alcanza para inscribirla en una academia preuniversitaria. La adolescente no sabe aún dónde buscar una opción gratis en los próximos meses para estudiar. Ella se encuentra entre el 99% de los migrantes venezolanos de 17 a 25 años que en Perú no tienen acceso a la educación superior, un problema que se ha agravado durante la pandemia.

Según la plataforma de coordinación de migrantes y refugiados de Venezuela, hasta agosto había en Perú más de un millón de venezolanos, y 394.195 peticiones de refugio de personas de esa nacionalidad. Una encuesta de OIM, Unicef y Unesco refiere que el 63% de los venezolanos consultados en un control migratorio de la frontera norte de Perú no fue admitido. Unesco indica que una parte de ellos intenta entrar de manera ilegal.

A mayo de 2020, cuando el desempleo empezó a aumentar debido al confinamiento y la pandemia del nuevo coronavirus, había 80.541 escolares venezolanos matriculados en Perú, el 88 % en colegios públicos y el 11 % en privados. El chef Rómulo Landaeta llegó a Lima con su esposa y dos hijos en 2017. “Antes de la pandemia trabajaba como mesero en un restaurante en Lima Norte, ganaba unos 340 dólares mensuales, sumando propinas; pero el establecimiento cerró. Tengo un hijo de 15 y una de cuatro años y tuve que retirar a mi hija de un colegio inicial privado”, comenta a EL PAÍS en una avenida, mientras vende tapabocas. Landaeta encontró como solución los contenidos del sistema Aprendo en casa y él mismo revisaba las tareas de su hija.

El informe de Unesco, basado en 69 documentos y las opiniones de funcionarios del ministerio de Educación de Perú, especialistas y representantes de la sociedad civil, abarca la realidad educativa desde enero de 2017 hasta febrero de 2020, antes del impacto de la pandemia en el sector.

Estrategia diferenciada

Unesco destaca la necesidad de ampliar a otras regiones del país el programa Lima aprende, que identificó escuelas que podían recibir a escolares venezolanos —evitando las que tuvieran infraestructura inadecuada— e invirtió en ellas casi cinco millones de dólares.

Angélica Zevallos, una de las funcionarias que puso en marcha Lima Aprende, indica que en el primer año —2019— abrieron 10.000 vacantes para educación inicial y primaria de escolares venezolanos, y en 2020 hubo 16.000 vacantes adicionales, incluyendo secundaria.

Zeballos explica que el financiamiento, además del pago a los profesores y auxiliares, incluyó el personal de limpieza y guardianía, y los gastos de luz, agua y material educativo. El presupuesto cubrió también el costo de diez equipos interdisciplinarios e itinerantes de convivencia escolar, cada uno integrado por dos psicólogos, un trabajador social y un docente, anota la especialista. Con ellos trabajaban para lograr escuelas interculturales e inclusivas.

Desde 2013, el Ministerio de Educación peruano registra denuncias de acoso escolar en la web Sí se ve, que clasifica agresiones psicológicas, físicas o sexuales, precisa en qué distrito ocurrieron, quién fue el agresor y el “motivo”. En las estadísticas hasta noviembre pasado, cientos de casos de agresión tuvieron como causa “el lugar de origen del escolar”; en 49 de ellos, la violencia, humillación o discriminación ocurre “por ser de otro país”, y en muchas ocasiones, el agresor es el personal del colegio.

Lima Aprende capacitó a docentes y directores de las 120 escuelas con mayor población extranjera de la capital en prácticas de autocuidado, resolución de conflictos y prevención de la violencia y discriminación, comentó Zevallos. “Para ello se consideró la información recogida en la plataforma Sí se ve sobre casos reportados de violencia escolar”, agrega.

La funcionaria informó a Unesco que el trabajo de los equipos itinerantes de convivencia escolar en las escuelas fue muy valorado por los directores y docentes, pero no pudieron continuar en 2020, debido a recortes presupuestarios originados por la pandemia.

Unesco consultó al ministerio de Educación, como complemento al reporte, sobre las variaciones en la matrícula por causa de la crisis sanitaria y económica. Aunque el año escolar empieza en Perú en marzo, en mayo el sistema educativo público reabrió la matrícula para los niños que tuvieron que abandonar las escuelas privadas por razones económicas. Recibió entonces 110.000 nuevos escolares en el sistema público, de los cuales más de 4.000 eran de niños, niñas y adolescentes extranjeros, destaca Zevallos.

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