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Destrucción de hábitats y pandemias: enseñanzas de 2020 sobre nuestra relación con la naturaleza

¿Hemos aprendido algo en 2020 sobre la relación que tiene la destrucción de la naturaleza y la aparición de pandemias? Puede que aún sea muy pronto para responder a esta pregunta, pero los expertos lo tienen claro: si seguimos destruyendo hábitats a la velocidad a la que lo estamos haciendo, la del Covid-19 no será la última pandemia a la que nos tendremos que enfrentar.

Tras un 2019 marcado por marchas contra el cambio climático en todo el planeta, 2020 llegó con decenas de planes y objetivos para la agenda ambiental: comenzaba la década de la ONU de Acción para el Desarrollo Sostenible y Cambio Climático; en octubre se iba a celebrar la cumbre mundial sobre biodiversidad en la ciudad china de Kunming; y en noviembre casi 200 países se tenían que reunir en Escocia durante la COP26, la cumbre sobre cambio climático de la ONU, para ratificar y aumentar sus ambiciones para conseguir el objetivo del Acuerdo de París de 2015 de mantener las temperaturas globales por debajo del 1,5 grados con respecto a la era preindustrial.

Pero la pandemia de Covid-19 supuso un frenazo en seco y todo quedó pospuesto hasta 2021. Las agendas de los gobiernos se centraron en tratar de controlar un virus que se expandía a gran velocidad por el planeta y los presupuestos se desviaron a planes de ayuda y rescate de familias y negocios, que vieron cómo sus ahorros y modos de subsistencia se desvanecían a raíz de los cierres y confinamientos impuestos.

Dos fotos de los Alpes italianos muestran el antes y el después de la contaminación del aire en Milán, Italia. La primera fue tomada el 8 de enero, antes de la pandemia, y la segunda el 17 de Abril de 2020.
Dos fotos de los Alpes italianos muestran el antes y el después de la contaminación del aire en Milán, Italia. La primera fue tomada el 8 de enero, antes de la pandemia, y la segunda el 17 de Abril de 2020. © REUTERS / Flavio Lo Scalzo

Estas restricciones obligaron a hacer una pausa y a bajar el ritmo de vida frenético, a reducir los viajes y el consumo desenfrenado a los que una parte de la población está acostumbrada, sobre todo en países industrializados. De ahí que un grupo de científicos haya denominado a esta época entre marzo y mayo de 2020 como ‘antropausa‘. Una palabra que surge de la combinación del prefijo griego antropo, que significa humano, y pausa.

Una reactivación basada en la naturaleza es necesaria para garantizar nuestra supervivencia

No sabemos si los cambios en los modos de vida a los que hemos tenido que adaptarnos durante estos meses serán duraderos, pero lo que sí está claro es que el patrón de crecimiento y desarrollo económico que la mayoría del planeta tiene como modelo es insostenible ambientalmente. Una economía basada en la quema de combustibles fósiles y en la destrucción de hábitats —ya sea por deforestación, pesca ilegal, sobreexplotación de recursos o la introducción de especies invasivas— acelerará el cambio climático, el calentamiento global y la aparición de nuevas pandemias en el futuro.

Según la ONU, dos tercios de las enfermedades e infecciones que estamos viendo, y que cada vez son más comunes, provienen de los animales silvestres, así que la protección de estos y de sus hábitats originales es esencial para que se mantengan alejados de los humanos.

La directora ejecutiva de ONU Medio Ambiente, Inger Andersen, le pide a los Gobiernos que, una vez se solucione la crisis sanitaria global, los esfuerzos para reactivar la economía se dirijan hacia inversiones «más ecológicas, limpias y sostenibles» porque, según Andersen, «la salud de las personas y la salud del planeta son una y la misma cosa y ambas pueden prosperar en igual medida».

Sin embargo, los paquetes de estímulo económico que los países están anunciando dejan mucho que desear. Según las cifras recopiladas por la consultora Vivid Economics, de 21 economías clave en el mundo, tan solo la Comisión Europea (UE), Francia, Alemania y Reino Unido tienen planes de recuperación económica que califican como «verdes».

En declaraciones a France 24, el Dr. Jeff Parrish, director global de océanos, tierra y agua para la organización The Nature Conservancy (TNC), asegura que «el costo de no hacer nada —en términos de salud para el planeta y para la economía— es mucho mayor» al de invertir dinero en planes de reconstrucción verde tras la pandemia. «De hecho, el Foro Económico Mundial revela que la mitad del PIB global depende de la naturaleza de manera moderada o alta».

Una afirmación con la que coincide Ana Hernández Salgar, presidenta de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES). La relacionista internacional colombiana afirmó que «la naturaleza en sí misma tiene múltiples valores importantes para que el ser humano pueda sobrevivir como especie y al tiempo desarrollarse (…) Los ecosistemas proveen trillones de dólares anuales para soportar los procesos industriales (…) ¿qué haríamos de la industria sin las materias primas? Si acabamos con la naturaleza, acabamos con el sustento de la economía».

Según TNC, «para revertir el declive de la biodiversidad antes de 2030, tenemos que invertir entre 722.000 y 967.000 millones de dólares por año» en actividades que beneficien a la naturaleza. En 2019 la cifra fue de unos 135.000 millones de dólares. La diferencia de presupuesto se podría reducir si se eliminan subsidios a sectores nocivos para el medio ambiente como lo son la agricultura, la pesca o la tala de madera.

De hecho, según el estudio, se podría cubrir con tan solo el 1 % del PIB mundial, o lo que es lo mismo, con el dinero que el planeta se gasta en cigarrillos o en gaseosas en un solo año. Para Parrish la clave está en hacer una «reinversión en nuestro planeta. Cuando lo logremos, la recompensa se verá plasmada en una resiliencia natural que nos beneficia a todos: alimentación sostenible, seguridad hídrica y económica, un clima más estable y un riesgo reducido de pandemias».

Será la naturaleza la que determine cuánto tiempo podremos coexistir

Según Carlos Duarte, biólogo español que forma parte del grupo de científicos que acuñó el término ‘antropausa’, el ser humano no entiende «que la ventana de oportunidad en la que la acción puede ser efectiva para revertir el impacto sobre ecosistemas y especies se está cerrando. La sensación de urgencia que tenemos con respecto al clima debería trasladarse a la pérdida de biodiversidad».

La pandemia de Covid-19 deja más claro aún el mensaje de que la salud de los ecosistemas y la salud humana están totalmente interconectadas. Y, como dice Christine K. Johnson, epidemióloga de la Universidad de California Davis, «somos la especie dominante en el planeta y hemos alterado los ecosistemas en beneficio propio durante siglos pero, al final, será la naturaleza la que determine cuánto tiempo podremos coexistir».

Con esfuerzos conjuntos en varias áreas será posible revertir la curva del descenso de la biodiversidad
Con esfuerzos conjuntos en varias áreas será posible revertir la curva del descenso de la biodiversidad © France 24

Para Ana María Hernández el gran aprendizaje de esta pandemia es que «la unión hace la fuerza y que los mejores objetivos son los que son alcanzados con acciones concretas que se logran entre todos».

2021 marca el inicio de la Década de la ONU para la Restauración de Ecosistemas. Esperemos que el cambio de año señale también un nuevo comienzo que permita hacer cambios urgentes y contundentes para mejorar nuestra relación con la naturaleza y que nos demos cuenta de que, como dice Carlos Duarte, el humano es «una especie más» de la biosfera que está «expuesta también a impactos graves».

Consecuencias ambientales directas del Covid-19

La reducción de actividad humana durante la pandemia ha tenido varios impactos en la naturaleza.

  • Descenso temporal en la contaminación del aire: cuando la pandemia estaba en su punto cumbre, en abril, las zonas con las restricciones más estrictas eran responsables del 89 % de las emisiones globales, así que los gases de efecto invernadero (GEI), que contribuyen al calentamiento global, disminuyeron considerablemente. Sin embargo estas reducciones fueron temporales: en los primeros seis meses del año el CO2 cayó en un 8,8 %, una cifra que en agosto, tras la reapertura parcial de varios países, bajaba al 6,5 % y que en octubre decrecía aún más, hasta representar el 5,5 % de reducción en las emisiones de dióxido de carbono a nivel global comparado con 2019.
Las emisiones globales de CO2 cayeron un 5,5 % con respecto a 2019 entre enero y octubre.
Las emisiones globales de CO2 cayeron un 5,5 % con respecto a 2019 entre enero y octubre. © France 24
  • Sin embargo, esta reducción no cambiará la cantidad de CO2 que se concentra en la atmósfera. La Organización Meteorológica Mundial en su último informe sobre gases de efecto invernadero, publicado en noviembre, asegura que «las estimaciones preliminares indican una disminución de las emisiones anuales mundiales de entre el 4,2 y el 7,5 %. A escala mundial, una reducción de las emisiones de esa magnitud no permitirá reducir la concentración del dióxido de carbono atmosférico. Así pues, la concentración de ese gas seguirá aumentando, aunque a un ritmo ligeramente menor».
  • Aumento de la contaminación plástica con el uso masivo de tapabocas y guantes: mientras que la contaminación del aire se redujo durante un tiempo, la terrestre aumentó con toneladas de desechos plásticos como guantes o tapabocas desechables que se han impuesto en el mundo entero como manera de prevenir los contagios. La lucha contra este material dejó de ser prioridad durante la pandemia y se sufrió un retroceso en los avances hechos hasta el momento en cuestión de leyes contra las bolsas plásticas o elementos de un solo uso.
  • El renacimiento de la bicicleta en las ciudades de Europa y América Latina: la reducción del tráfico motorizado hizo que los ciclistas pudieran volver a las calles con mayor seguridad y fluidez. La bicicleta se convirtió en la manera perfecta de movilizarse por las ciudades respetando las medidas de bioseguridad contra el coronavirus. A raíz de la pandemia, varias ciudades rediseñaron y ampliaron los kilómetros de vías disponibles para peatones y ciclistas, algo que incrementó el uso de bicicletas en todo el mundo. Según Nicolás Estupiñán, secretario de Movilidad de Bogotá, una ciudad en la que el «80% del espacio público lo ocupa el 15% de los viajes en vehículo particular», esta emergencia sanitaria «ha demostrado que es una oportunamente para redistribuir el espacio público».
El uso de la bicicleta como medio de transporte aumentó durante la pandemia de Covid-19.
El uso de la bicicleta como medio de transporte aumentó durante la pandemia de Covid-19. © France 24
  • Consecuencias mixtas para la protección de los animales salvajes: la teoría de que el virus surgió en un mercado de animales vivos en la ciudad de Wuhan llevó a países como China y Taiwán a regular o prohibir el comercio y venta de especies salvajes. Sin embargo, la falta de recursos económicos por una caída del turismo y la falta de personal por los confinamientos hicieron que hubiera menos vigilancia en parques o zonas protegidas, algo que derivó en un aumento de la caza y la pesca ilegal.

Fuente: https://www.france24.com/es/programas/medio-ambiente/20201217-medio-ambiente-pandemia-relacion-naturaleza

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ONG advierte aumento de violencia contra migrantes venezolanas

La crisis política, social y económica de Venezuela ha provocado que 5,4 millones de personas hayan abandonado el país desde 2015.

La pandemia ha disparado la violencia contra las niñas y adolescentes venezolanas, tanto las que viven en su país como las que se han visto obligadas a migrar por la crisis, denunció este viernes una organización humanitaria con sede en Panamá.

“La violencia basada en género y violencia sexual contra las venezolanas ha aumentado tanto en Venezuela como en los países de acogida”, indicó Plan Internacional, cuya sede regional está en Panamá, en un comunicado en conmemoración del día internacional del migrante.

Según esta organización, la crisis política, social y económica de Venezuela ha provocado que 5,4 millones de personas hayan salido del país desde 2015.


De esa cantidad, un 25% son niños y adolescentes y uno de cada cuatro viaja separado de su familia o sin acompañante. La mayoría de los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo se encuentran en Colombia, Ecuador y Perú.

Plan Internacional indica que son las niñas, adolescentes y mujeres venezolanas “las que están en mayor riesgo de sufrir a corto y largo plazo las consecuencias de esta crisis”.

El acceso a la educación y a una vivienda segura son otras de las dificultades que atraviesan las niñas migrantes venezolanas.

Las principales amenazas a las que se enfrentan, según esta ONG, son la violencia de género y la violencia sexual, explotación laboral, discriminación y xenofobia, además de falta de acceso a puestos de trabajo y a servicios básicos y humanitarios.

La mayoría de las supervivientes venezolanas de delitos sexuales en Colombia son niñas de entre 6 y 11 años de edad, seguidas de las adolescentes de 12 a 17 años, denunció Plan.

En Ecuador y Perú, también están en riesgo de sufrir “la creciente explotación sexual y tráfico de personas”, añade el comunicado.

Además, el acceso a la educación y a una vivienda segura son otras de las dificultades que atraviesan las niñas migrantes venezolanas.

“Lamentablemente, esto no ha hecho más que acentuarse durante la pandemia”, señaló Anyi Morales, Coordinadora del Programa Regional de Respuesta a la Crisis de Venezuela de Plan Internacional.

Violencia en Bogotá

Por otro lado, la pandemia también ha dejado a decenas de mujeres afectadas por la violencia intrafamiliar en Bogotá. La concejala de la Alianza Verde María Clara Name reveló en la Comisión de Gobierno del Concejo de la capital cifras preocupantes que ha dejado el encierro como consecuencia de la covid- 19 y que, según ella, debe llevar al Distrito a tomar medidas urgentes.

Tres mujeres reportan ser víctimas de violencia intrafamiliar cada hora en la capital, según la dirigente, basada en estadísticas de Medicina Legal y la Secretaría de Salud que abarcan desde enero hasta octubre de 2020.

Lo alarmante es que 8 de 10 casos de violencia reportados por las mujeres se presentaron en el interior de sus viviendas, es decir, el encierro, y sus casas se convirtieron en el principal epicentro de la violencia.

Desde el 20 de marzo pasado, cuando los bogotanos permanecieron en sus hogares ante el temor del coronavirus, el número de llamadas de mujeres a la Línea Púrpura (creada exclusivamente para que las damas denuncien y soliciten asesoría), se dispararon.

Antes de marzo se recibían entre 70 y 80 llamadas durante una semana, pero después de ese mes, cuando la pandemia se intensificó, superó las 297. Y los contactos de asesoría del WhatsApp pasaron de 70 a 215.

“En el 82 % de los casos de violencia entre pareja, la víctima es una mujer”, destacó la dirigente. Las localidades con mayor número de casos de violencia registradas son Kennedy, Ciudad Bolívar, Bosa, Engativá, Suba y Los Mártires, entre otras.

Fuente: https://www.semana.com/mundo/articulo/ong-advierte-aumento-de-violencia-contra-migrantes-venezolanas/202020/

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Adolescentes, redes sociales y fotos con contenido sexual: ¿Puede ser eso una forma de feminismo?

Durante la pandemia, las redes sociales pasaron a ser el único espacio de interacción entre miles de adolescentes. Sin embargo, junto a su popularidad, crecen los riesgos para quienes se exponen en ellas compartiendo contenido explícito. Muchas lo hacen bajo la premisa del empoderamiento físico, pero ¿es realmente un empoderamiento o una necesidad de ser validadas por un otro? ¿Cómo protegerlas si no existe una educación sexual integral en los colegios para entregarles herramientas?

Durante la pandemia, las redes sociales pasaron a ser el único espacio de interacción para miles de adolescentes. Según la consultora Criteria, producto del confinamiento el uso promedio semanal de estas plataformas creció de 18 a 22 horas entre los chilenos. Así lo confirma el estudio elaborado por Statista, donde se detalla que el número de publicaciones realizadas en redes sociales en el país creció un 53% en marzo de 2020 con respecto al mismo mes del año pasado y que el país se posicionó en el primer lugar en el uso de redes sociales en América Latina.

Este abrupto crecimiento vuelve inevitable considerar la población adolescente, que se encuentra justo en la etapa crucial de búsqueda de identidad, para lo que es fundamental que compartan con sus pares. “Las redes sociales y las nuevas tecnologías llegaron para quedarse, y cada vez con un desarrollo más rápido. Esto a los adultos nos cuesta seguirlo, pero a los niños, niñas y adolescentes, no. Ellos nacieron con esta modalidad instalada y ahora en pandemia, esta ha sido la única manera para relacionarse con sus pares”, cuenta Carolina Carrera, psicóloga de Corporación Humanas. “Aquí es cuando ocurre una paradoja, sobre todo entre las adolescentes mujeres, quienes, desde el feminismo defienden su derecho a la autonomía del cuerpo; existe una sobre exposición del cuerpo en redes, lo que a veces puede ser muy complejo en términos de salud mental. Todo esto para decir ‘esto es feminismo’, cuando no necesariamente lo es. El feminismo no es solamente exponerse a través de las redes, tiene que ver con las cosas que uno cree, con una acción política y con transformaciones sociales mucho más profundas. Esta paradoja termina devolviéndonos al inicio: aparece el cuerpo de la mujer desde un modelo impuesto por el patriarcado, cosificado por ser mujer”, agrega.

Belén Fonseca es profesora de cuarto medio en un colegio particular subvencionado de Quilicura. Pese a que en reiteradas ocasiones ha manifestado su preocupación por este tema entre sus pares y las autoridades de la institución, es poco lo que la han escuchado. “Esto lo veo entre mis alumnas de Cuarto Medio, pero también trabajé con Séptimos y Octavos Básicos y pasaba lo mismo. Compartían contenido más allá de lo sugerente, en muchos casos muy explícito. Esto es propio de la adolescencia porque es cuando se empieza a ser activo sexualmente, pero lo complejo es que, desde la docencia, no sé desde dónde nos afirmamos para educar si no existe una educación sexual feminista en los colegios. Yo he propuesto talleres, pero no han sido bien recibidos. Hace poco hubo una estudiante que quedó embarazada, pero fue tratado como un caso aislado. Mis estudiantes están activos sexualmente desde muy chicos y no hay ninguna preocupación de eso, ni del uso de las redes, ni de la hipersexualización de los adolescentes”, cuenta.

A mediados de diciembre, Carolina Muga se graduó de cuarto medio. El 3 de noviembre cumplió 18 años, pero tiene redes sociales desde los ocho. “Es muy común ver fotos de niñas en ropa interior, semi desnudas o mostrando partes del cuerpo. Pasa en todos los grupos de amigas. Muchas publicaciones están bordeando la pornografía infantil y creo que no estamos conscientes de los peligros que conlleva el hecho de que todo ese contenido queda en la red”, dice.

En esta misma línea, Carrera señala que “lo que las jóvenes no se dan cuenta es que las redes sociales son como una plaza pública. Muchas veces, tampoco hay sororidad entre ellas mismas o se cae en el discurso de los chicos y en el mismo juego del que se quiere salir. Entonces, construir identidad desde las redes sociales es muy complicado. No hay que estar en contra de ellas porque no se puede, son parte de la cotidianidad. Pero, hay que enseñar a usarlas y proveer herramientas”.

Fue en octubre de este año que la Cámara de Diputados rechazó el proyecto de ley de Educación Sexual Integral que buscaba una profundización de la enseñanza de educación sexual dependiendo de la etapa del y la menor, enmendando así la brecha que existe actualmente en el sistema. Por otra parte, en 2015, el Ministerio de Educación lanzó un plan de “Educación para la igualdad de género”, que contemplaba la promoción de la igualdad y el desarrollo integral de hombres y mujeres en el sistema educacional en un periodo de tres años, estableciendo mecanismos y competencias para propuestas para la inclusión de la perspectiva de género en la reforma educacional.

Sin embargo, según detalla el Informe Anual sobre DD.HH. en Chile, elaborado por la UDP en 2018, si bien en el país se ha superado la desigualdad de acceso a la educación entre mujeres y hombres, “siguen operando patrones que reproducen las representaciones tradicionales de género y de esa forma la desigualdad e inequidad. Esto se evidencia en las trayectorias educativas de las y los estudiantes, sus resultados, las opciones vocacionales marcadas por los estereotipos asociados a funciones femeninas y masculinas, la violencia de género, la discriminación y el embarazo adolescente, entre otros aspectos”.

Se hace urgente abordar temáticas de sexualidad y género en el sistema educativo. Más aún, en tiempos en que las plataformas sociales han permeado por completo en la vida de niños, niñas y adolescentes. Actualmente, de 4.5 mil millones de usuarios en internet en el mundo, 3.8 están es redes sociales. Esto es casi el 50% de la población global, según datos revelados por Hootsuite en 2020. El estudio señala que, en promedio, el usuario de internet pasa seis horas y 43 minutos en línea al día. El equivalente a 100 días al año de conexión. Si restamos las ocho horas en promedio que le dedicamos a dormir, significa que actualmente pasamos más del 40% de nuestro día hábil usando internet. Asimismo, señala que, dentro de las redes sociales más utilizadas, Facebook continúa liderando, seguida por WhatsApp, Messenger e Instagram. Esta última cuenta con más de 1.000 millones de usuarios activos, dentro de los cuales un 6,1% se encuentra en el rango de 13 a 17 años, lo que equivale a 56,6 millones de usuarios.

Más abajo se encuentran otras dos nuevas aplicaciones, ambas creadas en 2016, TikTok y OnlyFans. La primera es una App que nació en China y que se convirtió en la más descargada en Estados Unidos en 2018. Debido a su popularidad, y a que fue foco de una guerra comercial entre China y Estados Unidos, esta plataforma ha sido llamada la “red social de la pandemia”, periodo en el que alcanzó los 2.000 millones de descargas. OnlyFans, por su parte, cuenta con 50 millones de usuarios registrados y 700.000 creadores de contenido. Esta plataforma digital es un modelo de negocio atractivo, en el que la compañía se queda con un 20% de comisión por cada suscripción, y donde los usuarios deben pagar para ver el contenido que se comparte. Es por eso que se ha convertido en la más grande competencia de compañías que distribuyen material pornográfico.

“Solo te venden el falso empoderamiento y la cosificación de los cuerpos femeninos. Seguimos con la dinámica de que la mujer es objeto de deseo para complacer a un hombre. Hay una idea de amor propio que es falsa, es casi una romantización de la pornografía, que se hace aún más grave cuando son menores de edad”, dice Fonseca. “Tengo conversaciones con mis alumnas y ellas reclaman porque a veces reciben comentarios “degenerados”, pero están todo el rato en esta lógica de necesitar ser validadas, y eso no hace más que perpetuar las ideas patriarcales. Lo difícil es cómo abordar el problema, porque sabemos que el colegio es un espacio de reproducción del discurso y de las relaciones de poder. No hay una pedagogía feminista, ni una educación sexual integral clara”, explica.

“Se habla de la censura, pero el feminismo no quiere censurar a nadie. Es cuestionarnos lo que a veces se puede disfrazar de empoderamiento y cómo seguimos cayendo en la cosificación de nuestros mismos cuerpos. Si bien existe la libertad de lo que hacemos y no hacemos con ellos, al final igual estamos contribuyendo al sistema capitalista y al patriarcado”, señala Muga. “Las redes sociales también generan un espacio delicado para la salud mental, por la competencia, por las comparaciones, por el uso de filtros. Esto genera problemas de autoestima”, agrega.

Por su parte, Carrera señala que la falencia es del sistema completo. “Hay que enseñar cuáles son los peligros y cómo cuidarse. Recordar que esto es como una plaza pública, donde puedes subir una foto semidesnuda o incluso desnuda, pero no sabes hasta dónde puede llegar esa foto, porque no hay control. Se cree tener el control porque creemos saber a quiénes aceptamos y a quiénes no, pero eso no es así. Entonces después vienen todos los efectos que podría causar el hecho de que estas fotos circulen o generen burla, bullying o funas. Incluso, hacerlo y luego arrepentirse. Pero ahí ya se perdió el control. Este contexto tiene que ser dado por el colegio, por las familias y por los adultos. También tenemos que dar el ejemplo. Al final el Estado y los privados también son responsables, porque entregamos una tecnología, la pusimos a disposición, pero sin tener en cuenta los alcances que podía tener en los adolescentes”.

Fuente: https://www.latercera.com/paula/adolescentes-redes-sociales-y-fotos-con-contenido-sexual-puede-ser-eso-una-forma-de-feminismo/

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Año escolar Perú 2021: cuándo empezarán, modalidades y todo lo que se sabe antes de su inicio el próximo año

El año escolar 2021 comenzará el 15 de marzo de manera gradual, flexible y segura en modalidades que pueden ser virtual o presencial.

Si bien el 2020 ha sido un año difícil para todos debido a la pandemia del nuevo coronavirus, también lo fue en el sector educación. Las formas de educar y estudiar dieron un giro total este año. Las clases presenciales pasaron a ser virtuales y los alumnos de todos los rincones del Perú se tuvieron que adaptar a esta nueva forma de aprender.

Sobre el año escolar 2021 se tiene muchas expectativas. En ese sentido, el ministro de Educación, Ricardo Cuenca, dio a conocer lo que se tiene pensado hacer con la enseñanza de los estudiantes peruanos el próximo año, según la situación de la pandemia del covid-19 en las regiones del país.

Cabe precisar que a la fecha se registran 995.899 infectados y 37.034 fallecidos por covid-19 en nuestro país, según las cifras del Ministerio de Salud (Minsa).

¿Cuándo inicia el Año escolar 2021?

El ministro de Educación, Ricardo Cuenca informó en la última conferencia de prensa encabezada por el presidente de la república Francisco Sagasti, que el año escolar 2021 se iniciará el próximo 15 de marzo y se hará de manera gradual, flexible y segura en modalidades que pueden ser virtual o presencial, según la situación de la pandemia del Covid-19 en el país.

Año escolar 2021: ¿Clases presenciales o virtuales?

Cuenca señaló que el reinicio de clases será de forma flexible porque la experiencia epidemiológica aprendida demuestra que no todos los lugares del país se comportan de la misma manera frente a la pandemia del coronavirus.

Asimismo, afirmó que lo más probable es que las clases sean dictadas en la modalidad semipresencial, dependiendo de cómo se encuentre cada zona del país.

“El Ministerio de Educación, junto con el Ministerio de Salud, ha elaborado un conjunto de protocolos que incluyen las medidas generales, como el uso de mascarillas, el lavado de manos, la distancia social, así como alertas inmediatas ante la falta de un niño o un docente a la escuela”, subrayó en Palacio de Gobierno.

En un comunicado, el sector Educación brindó alcances sobre cómo será la implementación del Currículo Nacional en el contexto de la emergencia sanitaria generada por el COVID-19.

En cuanto al proceso de matrícula, el Minedu destacó que este puede realizarse de manera presencial o remota. Sin embargo, dada la situación de emergencia sanitaria, se recomienda priorizar los procesos de matrícula a través de dispositivos electrónicos y medios digitales, dependiendo de las condiciones y necesidades de cada estudiante y colegio.

Sobre “Aprendo en casa”, se sabe que durante el año escolar 2021, el Minedu seguirá poniendo a disposición de las familias los contenidos, a través de radio, web y televisión.

Protocolos

Ricardo Cuenta, anotó que o principal, es la salud de las personas, y ante cualquier indicio de un posible riesgo para la vida de los estudiantes o de los docentes, aseguró que se volverá al esquema de educación virtual.

“Ante la primera alerta de un riesgo mínimo en la vida de cualquier niño, niña, joven o docente, estamos preparados para volver a actuar y retomar el modo remoto de la educación. Así que tengan la absoluta seguridad de que lo principal es la salud de todos”, aseveró ante las preguntas de la prensa.

Por otro lado, la presidente del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, anunció que se ha instalado un grupo de trabajo encargado de planificar el retorno del año escolar 2021, el cual, agregó, se realizará de manera gradual, flexible y segura.

“Tiene que ser un proceso que se adapte a las realidades y particularidades de nuestros respectivos territorios y de nuestros respectivos estudiantes”, dijo en la conferencia de prensa.

De igual forma, dijo que se ha aprobado las orientaciones para las instituciones educativas para el retorno a clases en el 2021. “Esto se hará a las disposiciones y recomendaciones de las instancias que correspondan en trabajo articulado salud, educación y gobiernos descentralizados”, señaló.

Fuente: https://elcomercio.pe/respuestas/ano-escolar-peru-2021-cuando-empezaran-modalidades-y-todo-lo-que-se-sabe-antes-de-su-inicio-el-proximo-ano-coronavirus-minedu-covid-19-aprendo-en-casa-revtli-noticia/

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Pandemia y manipulación mediática

Iñaki Barrutia

En estos tiempos convulsos de emergente información relacionada con la pandemia, entre los y las negacionistas y la sumisión futurista que describía Houellebeck, debemos optar por dar espacio al pensamiento crítico.

En 1986 apareció un documento “Armas silenciosas para guerras tranquilas” cuya autoría se atribuyó al grupo Bilderger que reúne a un grupo de personas poderosas en todos los ámbitos. La temática que aborda se centra en la siguiente cuestión: ¿Hasta dónde pueden las sociedades resistir hasta rendirse, sin necesidad de una guerra?. Habla de la necesidad de “crear y utilizar nuevas armas tan sutiles y sofisticadas en su funcionamiento y apariencia pública que sean silenciosas”. Al hilo de este documento, hace una década Noam Ckomsky elaboró un decálogo sobre las estrategias que el poder y los medios de comunicación emplean para manipular a las comunidades.

La incertidumbre y la inseguridad debido a la covid-19, nos obliga a estar atentos y ser críticos con la información que consumimos; se hace necesario analizar las noticias que nos empachan desde los medios de comunicación con el cedazo intelectual de Chomsky. Me refiero a hacerle a la pandemia una prueba para validar e identificar los objetivos que subyacen a las formas comunicativas y a las medidas adoptadas por los gobiernos. Un sano ejercicio de resistencia a la manipulación sería aplicar las advertencias de Chomsky a la situación de pandemia actual y a las actitudes políticas predominantes.

El primer elemento a identificar es la estrategia de distracción que consiste en desviar la atención de la gente de los problemas importantes y de las decisiones que adoptan nuestros gobernantes, con la inundación de otro tipo de información. En el caso de la covid-19 se habla mucho de los contagios y de la irresponsabilidad de las personas, para ocultar los problemas importantes. Estos serían a largo plazo el deterioro del medio ambiente y a corto plazo la privatización progresiva de la sanidad pública y su deterioro, la pérdida de derechos laborales; así como la ausencia de presupuestos para revertir esta situación.

El siguiente elemento que indica este lingüista es crear problemas y después ofrecer soluciones. Se dice que la pandemia desaparecerá, pero el control social derivado de ella se quedará con la consecuente pérdida de libertades. Para ello pueden permitir que se intensifique la violencia urbana promovida por la extrema derecha, para que la gente solicite mayor autoridad y leyes de seguridad que reduzcan nuestras libertades. Asimismo, una supuesta crisis como la del 2008, en la que los ricos multiplicaron sus ganancias, sirvió para que la gente fuese aceptando la pérdida de derechos laborales y la degradación de los servicios públicos. El problema de la gripe aviar con el Tamiflu y el actual virus con su correspondiente vacuna quizás también podría entrar en este supuesto. El foco mediático actual está en la solución, la vacuna.

Otra estrategia que enumera es la de la gradualidad. Para que se acepten medidas inaceptables, que llevan a la precariedad, al desempleo masivo, y a las privatizaciones, hay que hacerlo con cuentagotas, año tras año, como la crisis del 2008 a la que se suma la actual. También es otra técnica para neutralizar la contestación diferir la adopción de medidas, porque para la gente es más fácil aceptar un sacrificio futuro que uno inmediato. Vamos a salvar las navidades para poder reunirnos, aunque el paro, la pobreza, el medio ambiente y las desigualdades sociales sean los problemas fundamentales. En muchas ocasiones se envían globos sonda que más que para testar la reacción de la gente, son para prepararlos para una aplicación futura.

Impactar en lo emocional para bloquear la reflexión racional es otra estratagema interesante que invoca Chomsky. En la pandemia, permanentemente se habla de los afectados, de los muertos habidos, provocando una inundación de nuestra área emocional. Utilizar la vía emocional abre la puerta a nuestro inconsciente para implantar ideas, deseos, miedos o inducir a determinados comportamientos. En esta pandemia el sentido “cívico” de algunas personas les ha transformado en policías civiles, llegamos a justificar la violencia contra los transgresores de normas, y muchas personas bloqueadas por los miedos han transformado su vida en un ritual de compulsiones. Mientras tanto se habla muy poco de la necesidad de un cambio de paradigma de la producción, del cambio climático, de la degradación de la sanidad pública.

La pandemia la superaremos pero el futuro de los y las jóvenes está en riesgo por el cambio climático, por la pérdida de derechos laborales que no se recuperaran sino mediante la lucha; y estructuras protectoras como la enseñanza y la sanidad recuperaran su calidad si presionamos. Cuantos minutos de las noticias se dedican a estos temas tan importantes y determinantes para el bienestar futuro, comparados con la cuantificación continua y permanente de los datos de la pandemia. Bloqueados por el miedo la población en general no realiza un análisis a largo plazo y la mirada general cortoplacista se sitúa en la superación de la pandemia y de nuestras libertades individuales.

Otro artificio eficaz para manipular las mentes es mantener al público en la ignorancia y la mediocridad; asegurándose que la educación que se imparte a las clases inferiores sea lo más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia en la formación entre las clases superiores y las inferiores aumente y se haga inalcanzable. La educación en tiempos de pandemia ha estado condicionada al uso de los recursos telemáticos que hace más elitista la formación. Quizás el próximo año la enseñanza privada ofrezca con ayuda del dinero público, y de cara a las nuevas matrículas, aulas “sanitariamente” más seguras.

Reforzar la auto-culpabilidad también es una técnica de manipulación. Si hacemos creer a la gente que es la responsable de su propia desgracia por su insuficiente inteligencia, capacidad o esfuerzo; hemos asegurado la autoinculpación. En lugar de rebelarse contra el sistema económico, la persona se auto-devalúa y culpa entrando en un estado depresivo al que caracteriza la inhibición; y sin acción no hay revolución. No tenemos más que comparar el tiempo que los medios dedican a responsabilizarnos y a criminalizar a la juventud; y el silencio estruendoso sobre la responsabilidad de las políticas gubernamentales.

Lo que preocupa a la población es su salud. ¿Cuánto ha aumentado en los presupuestos para aumentar la plantilla de las sanitarias? Lo que preocupa a la población es el cambio climático. ¿Cuánto presupuesto se va a invertir para revertir esta situación de desastre ecológico? Mientras tanto se debate muy poco sobre la idoneidad y/o necesidad del gasto vergonzoso de miles de millones para el tren de alta velocidad. ¿Cuánto tiempo invierten los medios de comunicación para informar sobre estos temas?

No será fácil ejercer con honestidad la profesión de periodismo; es indudable la presión que la política en el poder ejerce sobre la prensa; y las dificultades para ejercer libremente la labor de informar. La censura más sutil y eficaz es la autocensura, que incorpora a la información el sesgo que armoniza con la línea editorial. Ante dos versiones contradictorias, una gente dice que llueve y otras que no, muchos periodistas dan una sola versión, y algunos se conforman con repetir las dos versiones. El periodismo ético, de investigación, se moja, sale al balcón y, mojado o seco, verifica e informa.

Iñaki Barrutia. Psicólogo Clínico

https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/pandemia-y-manipulacion-mediatica

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La reapertura de las escuelas, un debate público

Por: Maestra Erica Franco Lavín

    Las declaraciones en torno a la reapertura de escuelas se ha vuelto parte del debate público. Los 8 meses de confinamiento que iniciaron desde el mes de marzo con el cierre total de las escuelas en todos los niveles educativos, representó una de las medidas más importantes para evitar el contagio del COVID-19. Esta acción se convirtió en un parteaguas en el sistema educativo: no existe antecedente de un cierre masivo de escuelas en nuestro país, pues la emergencia de salud no dejó otras opciones y se tuvo que improvisar, adaptar, reorganizar, romper paradigmas y avanzar con los recursos que se tenían a la mano para continuar con la labor educativa a distancia.

    Las estrategias diseñadas desde la Secretaría de educación a lo largo de estos meses se basaron en el desarrollo gradual de la pandemia, tomando como referente el semáforo epidemiológico que el sistema de salud estableció como parámetro para regular la dinámica social, económica y educativa; con base a esto se informó que sería hasta que el semáforo estuviera en verde cuando se regresaría a clases de manera presencial.

    Hoy son tres estados que han pasado a esta categoría, Campeche, Chiapas y Veracruz, sin embargo las declaraciones de las autoridades estatales de estas entidades han sido prudentes, considerando que una decisión sobre este tema no puede darse de  manera simplista y apresurada, no puede basarse solo a partir de su pase a semáforo verde, aunque por el  contrario, otros  estados como Jalisco se aventuran a declarar que es muy probable un regreso paulatino a las escuelas a partir del 25 de enero, a pesar de que su estado se encuentra en semáforo naranja considerado de alto riesgo en cuanto a contagios.

     El regreso a clases presenciales y por ende la reapertura de escuelas da pie a un debate público, generando voces de encuentro y desencuentro. El tema se vuelve polémico y desde diversas aristas se analizan los pros y contras; a partir del contexto de cada alumno, docentes y padres de familia se generan dudas e inquietudes, mientras que las autoridades educativas estatales y federales emiten declaraciones diversas y ambiguas que llegan a reflejar una falta de coordinación.

     El punto medular sobre el regreso a clases presenciales y la reapertura de las escuelas no tendría que girar en torno a una fecha, sino a las condiciones mínimas que deben existir para dicho regreso: tener claro esto permitiría dar certeza a todos los que integran la  comunidad educativa, despejaría dudas e incertidumbres, se generaría la confianza para dar ese paso, algo que hoy no existe, pues el rezago en que se encuentran la mayoría de los planteles en cuanto a su infraestructura solo aumenta el temor entre docentes y directivos, pues se sabe que no se tienen las condiciones necesarias para poder abrirlas, pero sobre  todo porque las autoridades educativas y gubernamentales no han diseñado un proyecto integral donde explícitamente se aborden las acciones previas a la reapertura y en  sus declaraciones ante los medios tampoco asumen compromisos para destinar mayores recursos o financiamiento.

    Las 9 acciones emitidas por la SEP en el mes de mayo contemplaban en términos generales la formación de comités participativos de salud escolar, el uso de cubrebocas, sana distancia, uso de espacios abiertos, acceso a agua y jabón y modalidad de clases alternada por apellidos. Pero  hoy sabemos que  esto no será suficiente, porque el impacto de la pandemia requiere acciones mayores y, ante esto, resulta preocupante que durante todos estos meses de confinamiento no se ha programado ni operado un diagnóstico sobre las condiciones en que se encuentran actualmente los planteles escolares. Se tuvieron 8 meses para poder establecer un proyecto amplio que permitiera realizar una investigación profunda para conocer  las inquietudes y las necesidades que existen en las escuelas y así, de manera conjunta  emprender acciones de largo alcance para subsanar estas carencias.

    La planeación para la reapertura de las escuelas debe contemplar la orientación y capacitación a docentes, estudiantes y padres de familia por personas profesionales del sector salud, el acompañamiento debe ser permanente, se debe considerar  la  existencia de  personal suficiente para poder llevar a cabo las clases  presenciales de manera segura, sin que se dé una sobrecarga de actividades y nuevas responsabilidades a los docentes. Una prioridad debe ser también la dotación de insumos y el equipamiento requerido para la protección de los estudiantes y profesores, algo que las autoridades tienen la obligación de garantizar.

             La fase operativa para retornar  a las escuelas será la más compleja, tendrá que ser a partir de programas pilotos, las escuelas tendrán que ser monitoreadas constantemente, rediseñando y corrigiendo las acciones que no reflejen resultados favorables; los protocolos establecidos deben ser ejecutados con responsabilidad y seriedad, ya que muchas veces suelen terminar en simples documentos cuyo único valor radica en haber sido anunciados con bombo y platillo en una conferencia de prensa pero terminan siendo normatividad de escritorio y carga burocrática.

      El análisis en torno al regreso a clases presenciales es por demás extenso, no puede reducirse a una fecha y mucho menos a un discurso unilateral y de imposición: está en riesgo la salud de millones de estudiantes y docentes, por lo que será una labor titánica diseñar un proyecto para la reapertura de las escuelas con la pandemia aún latente. El camino para el regreso a clases presenciales se divisa largo, con muchos obstáculos y no podemos transitarlo rápidamente como algunos lo proclaman.

      El consenso entre los que integran la comunidad educativa será un punto de partida  imprescindible. Son ellos los que estarán en las escuelas y no puede tomarse una decisión sin considerarlos. Resolver el rezago y abandono en infraestructura que por décadas han tenido las escuelas en tan corto tiempo es un gran reto, sin embargo, los problemas se vuelven  oportunidades, sobre todo para las autoridades quienes tienen la posibilidad de transformar nuestros centros educativos en espacios verdaderamente dignos, seguros y aptos para cuando tengamos que retornar a las aulas.

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Pensamiento crítico y pandemia

Una de las principales características del pensamiento crítico ha sido su incomodidad, su capacidad para perturbar los lugares comunes, cuestionar saberes establecidos y sacudir la modorra de la inercia. Siempre fue un pensamiento a contracorriente, rebelde e insumiso.

Marx se dedicó a poner patas arriba, o boca abajo, la herencia teórica de Hegel. Lenin se empeñó en desobedecer a Marx, quien aseguraba que la revolución vencería primero en los países más avanzados industrialmente. Mao y los vietnamitas rechazaron las insurrecciones urbanas por la guerra campesina prolongada. Fidel y el Che fueron herejes respecto a los partidos comunistas que dominaban el escenario de las izquierdas.

El tan elogiado Walter Benjamin fue implacable con la idea de progreso y, más recientemente, los ecologistas cuestionan el desarrollo, mientras las feministas rehúsan las organizaciones verticales y los caudillos patriarcales.

El EZLN, por su parte, recoge aciertos y evita errores de revoluciones anteriores, por lo que hace a un lado la guerra para seguir transformando el mundo y defendiendo (por todos los medios) los territorios donde el pueblo manda ejerciendo su autonomía.

¿En qué situación se encuentra el pensamiento crítico en plena pandemia? ¿Cuáles deberían ser los puntos centrales de su análisis? ¿Quiénes lo formulan en este periodo?

Intentaré responder en pocas líneas.

La primera es que el pensamiento establecido, enunciado por academias, partidos y autoridades intelectuales, está en plena decadencia, un proceso enlazado con las crisis civilizatoria y sistémica en curso. Quizá por ser parte de una civilización moderna, urbana, occidental, colonial y patriarcal. O sea, por haberse rendido al capitalismo.

El grueso de los llamados intelectuales se dedican a justificar los errores y horrores de los partidos de la izquierda electoral, más que a criticarlos, con el triste argumento de que no quieren favorecer a la derecha. Si criticar a la izquierda fuera eso, Marx y Lenin deberían ser despachados por derechistas, ya que dedicaron algunas de sus mejores obras a cuestionar a sus compañeros de ruta.

La segunda es que el pensamiento crítico debe quitar el velo de las causas estructurales y de larga duración de la situación que vivimos. No entretener audiencias con argumentos falaces. Ser capaces, por ejemplo, de vincular la pandemia con el modelo neoliberal extractivo, la brutal especulación financiera y la cuarta guerra mundial contra los pueblos, en vez de atribuir los fracasos, y los éxitos en el combate al virus, a tal o cual gobierno. A eso le llamo entretener en vez de analizar.

Además, el pensamiento crítico no debe conformarse con diagnósticos. Estamos desbordados de jucios del más diverso tipo, muchos de ellos contradictorios. Años atrás se mentaba el pico del petróleo ( peak oil) como clave de bóveda del fin de la civilización capitalista. Mucho antes, se aseguraba que el sistema caería víctima de inexorables leyes económicas.

Cada día aparecen diagnósticos que colocan los límites del sistema en el medio ambiente, el agotamiento de recursos, y un largo etcétera de supuestas causas objetivas que no hacen más que eludir el conflicto social como única forma de poner freno y derrotar al capitalismo. Ya lo dijo Benjamin: si el sistema cayera por razones objetivas, la lucha no tendría el menor sentido.

La tercera me parece la más importante. Hasta hoy los encargados de emitir pensamiento crítico eran varones, blancos, académicos y de clase media-alta. Por supuesto el tipo de ideas que divulgaron eran eurocéntricas, patriarcales y coloniales, aunque debe reconocerse que no por eso estaban todas erradas. Sólo debemos pasarlas por el tamiz de los pueblos, las mujeres y los jóvenes.

Ahora quienes emiten el pensamiento crítico no son ya personalidades, sino pueblos, colectivos, comunidades, organizaciones y movimientos. ¿Quiénes son los representantes teóricos del pueblo mapuche o de los pueblos indígenas del Cauca colombiano? ¿Quiénes encarnan las ideas de los movimientos feministas y de mujeres antipatriarcales?

Todavía hay quienes creen que el pensamiento zapatista fue obra del subcomandante Marcos y ahora del subcomandante Galeano. Nunca aceptarán que son pensamientos nacidos de experiencias colectivas que son comunicados por voceros elegidos abajo. Nunca aceptarán que el vocero actual es el subcomandante Moisés.

Esta es la realidad del pensamiento crítico actual. Desvaríos arriba, creatividad abajo. Como la vida misma. No hay nada esencialista en esto. El conocimiento vivo surge entre quienes luchan. Sólo quienes están transformando el mundo pueden conocerlo a fondo, entre otras cosas porque les va la vida en ello, porque no pueden hacerse la menor ilusión con los de arriba, mucho más allá del color político y del discurso que emitan.

Benjamin lo dijo con absoluta claridad: El sujeto del conocimiento histórico es la clase oprimida misma, cuando combate.

Fuente: https://www.nodal.am/2020/12/pensamiento-critico-y-pandemia-por-raul-zibechi/

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