Ciudad de México | Desinformémonos. Familiares, madres buscadoras y colectivos lanzaron la campaña «Vota por las personas desaparecidas», para visibilizar la crisis de desapariciones en el país «que se ha intentado invisibilizar en el proceso electoral».
«Si has tomado la decisión de anular tu voto en estas elecciones federal 2024 a la Presidencia de la República porque consideras que las opciones de los partidos políticos no representan una opción digna, te invitamos a que te sumes a nuestra campaña “Vota por las personas desaparecidas”», se lee en el sitio web habilitado para la campaña.
Para participar, se utilizará el apartado «candidatos no registrados» de las boletas electorales, ubicado al final con la leyenda «Si desea votar por algún/a candidato/a no registrado/a, escriba en este recuadro el nombre completo». Ahí deberá escribirse el nombre de la persona desaparecida que el ciudadano elegirá del listado de «candidaturas por la dignidad». Posteriormente, se puede tomar una fotografía y mandarla al correo votaxdesaparecidos@gmail.com o por medio de alguna de las redes sociales de los colectivos de búsqueda.
«La intención es hacer un conteo del ejercicio y publicar las boletas, lo cual se hará garantizando el anonimato de todas las personas», explicaron las familias. Añadieron que la razón de no colocar el nombre de la persona desaparecida en cualquier lugar de la boleta es que, a pesar de que los efectos prácticos entre anular el voto y votar por una persona candidata no registrada son los mismos, «la diferencia radica en que las personas funcionarias de casilla están obligadas a registrar los nombres de las candidaturas no registradas, es decir, los nombre de las personas desaparecidas aparecerán en los conteos oficiales haciendo que estas sean visibilizadas».
En el sitio habilitado para la campaña también se encuentran materiales gráficos y de difusión, con grabados, pancartas y fotos intervenidas para invitar a la población al #VotoDignamente.
Este año la organización de la caminata por las personas desaparecidas en San Luis Potosí no recayó sólo en sus familiares. Por primera vez otros grupos convocaron y realizaron el programa con la intención de solidarizarse y brindarles un abrazo cálido.
SAN LUIS POTOSÍ.- “En los intersticios del mandamiento que ordena ‘honrarás a tu padre y a tu madre’, estas madres, estos familiares, nos revelan un imperativo profundamente doloroso: buscarás a tus hijos y a tus seres queridos hasta los confines del tiempo y del espacio, más allá de la propia vida”, la voz de Cristina, o More como se le conoce por estos rumbos, se escuchaba entrecortada, una mezcla de la emoción y el megáfono que utilizaba.
Este año, More ayudó a la organización de la marcha para conmemorar el Día Internacional de la Víctima de Desaparición Forzada en San Luis Potosí. Una fecha importante para las familias del colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros, el único grupo de búsqueda de desaparecidos en el estado. Como cada año, las actividades del 30 de agosto son para concientizar a la sociedad y hacerlos cómplices de su lucha, de su dolor y de su gran amor por sus familiares ausentes. Pero esta vez fue algo distinto, porque la organización se realizó desde otros espacios (Cristina y la organización civil Educación y Ciudadania, Educiac, realizaron el programa y la convocatoria) buscando quitar una carga a los familiares del colectivo y brindando un abrazo cálido a todos ellos.
Pasadas de las once de la mañana, en la esquina de la avenida Venustiano Carranza y Reforma, se congregaron más de sesenta personas: familiares de víctimas de desaparición, personas solidarias con la causa y reporteros.
Doce personas, cada una con una letra que completaba la leyenda: “¿Dónde están?”, comenzaron a caminar, gritando la interrogante que portaban. Seguían a la gran manta del colectivo: una lona tapizada de fotos, más de 70 rostros que hacen falta y se buscan.
Un contingente vestido de blanco en su mayoría, y portando un cubrebocas con las fotos de los desaparecidos sobre una mariposa monarca; cargaban mantas y póster con sus familiares extraviados, velas y flores. Inundaron de color, esperanza y amor una de las vías principales de la ciudad. Conforme se desplazaban, sus pasos eran marcados por pétalos de rosas rojas: por ahí pasaron las buscadoras y sus cómplices de lucha.
“Me dicen que por buscar”, se escucharon las primera tonada de un huapango, “ahora, a mí me andan buscando». El cantar de Eloisa, actriz de teatro, era un lamento. «Que por tanto preguntar los estoy atormentando”. El nudo en la garganta se hizo más profundo y constante.
El contingente llegó a la primera esquina y comenzó el pase de lista de los familiares desaparecidos: “Enrique de la Torre Netro. ¡Presente!”. Mientras, el contingente se apoderó del carril derecho de la vía. “Rafael Rodríguez García. ¡Presente!”. Los automovilistas que circulaban sobre el carril izquierdo miraban con sorpresa. “Cesar Alberto Sanchez Landaverde. ¡Presente!”. Bajaban la música de sus autos y se unían por escasos segundos a la manifestación. “Román Castillo Briseño. ¡Presente!”.
“Domingo Ramírez Santiago. ¡Presente! Sobre la banqueta, se colocó una ofrenda a los ausentes. “Martín Ortega Huerta. ¡Presente! Un ramo de flores blancas al centro. “Francisco Javier Hernández Perez. ¡Presente!Rodeado de un puño de semillas de arroz y de frijol. “Eugenio Flores Hernández. ¡Presente! Y una veladora al frente de todo. “Ramiro Torres Madrid. ¡Presente! Un regalo de vida para ellos, los que nos faltan.“Daniel Elías Mendiola. ¡Presente! ”Una luz para que encuentren el camino a casa. “Gerardo Uribe Rodríguez. ¡Presente!
Milynali Piña Pérez. ¡Presente!. Este ritual, se repitió en las cinco esquinas recorridas. José Arturo Domínguez Pérez ¡Presente!. ¡Nos hacen falta!”.
Tras 15 minutos de recorrido, el contingente se topó con otra manifestación. Era una marcha por la paz, supuestamente, apartidista y organizada por ciudadanos de pie. Más de 100 personas que parecían uniformadas, con pancartas y mantas impresas con el mismo diseño, gritaban eufóricamente: “¡Fuera, Nava!”. Era una manifestación contra la inseguridad que se vive en la capital del estado, donde se pedía la renuncia del presidente municipal.
Violencia e inseguridad que no han frenado desde hace más de 10 años. Dolor, indignación y un reclamo de justicia que se sentía con más fuerza en el contingente de familias de desaparecidos, quienes comenzaron a gritar: “Si la sociedad se uniera, pero se uniera de veras, temblarían los poderosos desde el cielo hasta la tierra”. Los manifestantes por la paz, que en un principio gritaban «¡Únanse!», enmudecieron.
Lupita Mendiola, hermana de Daniel Elías Mendiola, desaparecido el 7 de noviembre del 2012 sobre la carretera de Ciudad Mante, Tamaulipas, mencionó que al ver la otra manifestación: “sentí que nosotros estamos en una verdadera lucha. Nos hablaron muchos políticos, que ahora están en campaña, para preguntarnos si se podían unir, y le dijimos que no. ¿Por qué ahora que vienen elecciones? ¿Por qué ahora quieren entrar al tema? ¿Por qué ahora? Sentí ganas de gritar más fuerte porque, quizá, a ellos les regalaron las pancartas o algo más para marchar, pero nuestra lucha es desde el corazón porque los estamos buscando y los queremos con nosotros”.
Muchos políticos han querido validar sus carreras con la lucha y persistencia del colectivo. Pero ellas no han dejado que su batallas se manchen con intereses de partidos políticos o propuestas sin fondo.
Comenzó a sonar la última canción del recorrido, justo antes de llegar a la plaza del barrio de Tequisquiapan: “Yo no nací sin causa. Yo no nací sin fe. Mi corazón pega fuerte para gritar a los que no sienten. Y así perseguir a la felicidad”.
Fueron cinco cuadrasrecorridas, donde familias, parejas e individuos observaron con atención las mantas, escucharon los cánticos y los pases de lista. Un kilómetro donde muchas personas se solidarizaron con las familias del colectivo, todo a través de miradas y atención.
“Fue un buen momento para hacernos presentes ante la sociedad. Que la sociedad vea, escuche y conozca que hay muchas personas desaparecidas y mucho dolor en las familias que buscan” comenta Rosa Laura Martínez, esposa de Fidel Barragán desaparecido el 17 de marzo del 2010. “Que sepan que necesitamos el apoyo de la sociedad porque nadie está exento de que le pase esto. Incluso nosotros, no estamos exentos de volver a sufrir una cosa como esta (la desaparición de un ser querido). Necesitamos de todos para pedir justicia y que estas situaciones paren”. Fidel fue uno de los 33 pasajeros desaparecidos en el camión Pirasol, mientras circulaba por la carretera de Tamaulipas hacia la frontera norte.
Acompañar y solidarizarse con la búsqueda es algo que está en nuestras manos. Para Tere Medina, compartir las fichas y transmitir la información sobre desaparición en redes sociales es secundar a la familia de un desaparecido, es ayudarlas a dar un paso más para poder encontrar información de su ser querido. Tere busca a su hija y a su yerno, Perla Guadalupe Padron Castillo y José Alberto Gallegos Torres, víctimas de desaparición forzada en la ciudad de Rioverde, San Luis Potosí, desde 14 de junio del 2013.
En esta manifestación se demostró que “los desaparecidos son de todos, porque todos permitimos que esta crisis pasará y seguimos permitiéndolo al ser omisos y al ser indiferentes con esta lucha”, mencionó Edith Pérez, que busca a sus dos hijos, José Arturo y Alexis Domíngez Pérez; a sus sobrinos Milynali Piña Pérez y Aldo de Jesús Pérez Salazar; y a su hermano Ignacio Pérez Rodríguez, que desaparecieron mientras circulaban por la carretera de Mante, Tamaulipas, el 14 de agosto del 2012.
El contingente entró a la plaza de Tequisquiapan y se instaló en el centro, rodeado el Monumento a la Madre con mantas de los hijos, hermanos y esposos desaparecidos.
Comenzó a sonar el tambor y los primeros versos de la canción Cielo Rojo retumbaron por toda la plaza: “Sola sin tu cariño, voy caminando, voy caminando y no sé qué hacer” dos decenas de flores blancas y cuatro veladoras fueron colocadas frente a la manta del colectivo. “Ni el cielo me contesta, cuando pregunto por ti, mi bien”. Cristina comenzó a soltar los pétalos de rosa que quedaban sujetos a su falda, mientras danzaba. “No he podido olvidarte, desde la noche, desde la noche, en que te perdí”. Todo en aquel acto era dolor profundo, lamento, incertidumbre.
“Deja que yo te busque, y si te encuentro, y si te encuentro, vuelve otra vez”. Rosa Laura recordó que los primeros días sin saber de Fidel, fueron los momentos más difíciles de todos y esa canción la acompañaba en su dolor.
Los familiares portaban a sus desaparecidos en el cubrebocas de mariposa monarca. Aunque la contingencia sanitaria no permitiera el contacto físico, el grupo se mantenía unido, la lucha de las familias se había convertido en una lucha y un sentir colectivo.
Resonó el último poema de la tarde: “Saben ustedes, como el poeta, que la huella de la mariposa no desaparece, precisamente porque no se ve. Adivinan que en lo cotidiano resplandece lo eterno”, recitó Cristina, era un poema del palestino Mahmud Darwish. “La huella de la mariposa no se ve. La huella de la mariposa no desaparece… Hasta encontrarlos”.
Fuente e imagen: https://piedepagina.mx/la-solidaridad-crece-en-la-busqueda-de-personas/
El 13 de julio Karla Quintana, titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, Olga Sánchez Cordero, titular de SEGOB, y Alejandro Encinas, subsecretario de derechos humanos, presentaron la nueva plataforma digital que incluye las cifras disponibles del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). Los datos se pueden organizar a través de filtros por entidad, municipio, colonia, edad y sexo de la persona desaparecida, nacionalidad, características de la víctima o fecha de la desaparición, entre otras posibilidades.
Sin duda, este registro representa un avance, ya que hasta ahora sólo contábamos con presentaciones de power point con información agregada (link último ppt) y las bases de datos en Excel se dejaron de publicar el 30 de abril de 2018, luego de la extinción del anterior registro, el RNPED. No obstante, en la nueva página no ha sido publicada la base de datos originaria de la cual se alimenta la plataforma web, faltan los datos actualizados de muchas fiscalías, como la de Guanajuato, y finalmente no parece muy clara la manera como se obtiene la cifra final de personas desaparecidas y no localizadas según las distintas fuentes u orígenes del reporte o de la denuncia (fiscalías, reportes, CNB, otras).
¿Cuáles son los datos que, al corte del 13 de julio de 2020, son relevantes para Guanajuato? El sistema arroja la cifra de 839 personas desaparecidas y una no localizada, lo cual da un total de 840 personas cuyo paradero se desconoce en la entidad desde 1964 a la fecha. Aproximadamente el 80% son hombres y el 20% mujeres.
112 tienen menos de 18 años: para menores de edad la relación se invierte, ya que el 55%, la mayoría, de las personas desaparecidas son mujeres y 45% son hombres. El hecho de que, entre menores de edad, desaparezcan más mujeres que hombres nos habla de patrones de género en la desaparición, con hipótesis ligadas a la trata, a los conflictos intrafamiliares, al abandono y, más en general, a relaciones de poder de tipo patriarcal ejercidas sobre niñas y adolescentes.
Cabe recordar que, en Guanajuato, tras la aprobación en mayo de la Ley de Búsqueda de Personas y diferentemente de lo que establece la Ley General en Materia de Desaparición, fue eliminada la categoría de “persona no localizada”, así que en todos los casos se trata de personas desaparecidas. El caso que aparece en la estadística estatal debe de referirse a una persona que, según el registro nacional y la plataforma, con base en la Ley General, está sin localizarse desde hace menos de 3 días (72 horas) y no se ha presumido o corroborado la comisión de un delito. Si no es localizada, el sistema debe de incluirla entre las personas desaparecidas y la fiscalía debe abrir una carpeta de investigación.
De hecho, una ventaja de la nueva plataforma es que se va actualizando en tiempo real con datos de fiscalías estatales, de la federal y de la Comisión de Búsqueda, así como de los reportes de desaparición que cualquier persona puede enviar por internet a través de la página de la propia CNB.
El dato sobre personas desaparecidas en Guanajuato ha ido cambiando a lo largo del tiempo, como es natural esperarse. El 30 de abril de 2018, según el anterior RNPED, había 615 desaparecidos del fuero común y 6 del fuero federal en la entidad, mientras que el 6 de enero de 2020, la CNB presentó la cifra de 672, aunque detalló que la Fiscalía General del Estado tenía un “semáforo rojo” en la actualización y entrega de los datos. Y lo mismo dijo Alejandro Encinas durante la presentación del informe más reciente el lunes pasado, es decir, las cifras para Guanajuato siguen siendo indicativas y no concluyentes, así que para realizar análisis de contexto detallados y precisos habrá que exigirle a la fiscalía y a la Comisión Estatal de Búsqueda, y por lo pronto recurrir a otras fuentes y “aproximaciones”. Esto, aunado a la opacidad de las autoridades guanajuatenses sobre fosas clandestinas, no nos acerca, desde luego, a la verdad y la justicia para las y los desaparecidos.
A nivel nacional 73,239 personas resultaban desaparecidas, a las 19 horas del 13 de julio. Como la cifra se renueva en tiempo real, un día después ya se registran 73,248 personas. 840 pertenecen a Guanajuato. Históricamente, desde que se tiene registro a la fecha, 12,175 personas fueron localizadas con vida en la entidad y 263 sin vida, por un total de 12,438 personas. Los municipios con más casos son: Celaya (112), León (81), Irapuato (48), Pénjamo (43), Apaseo el Alto (30), Cortazar (26), Guanajuato (26), Salamanca (18) y Villagrán (17).
La plataforma de CNB señala un pico de las desapariciones en la entidad en 2017 con 156 casos, es decir 156 personas que fueron desaparecidas en 2017 y de las que, a la fecha, se desconoce su paradero. Esto podría deberse al incremento de las dinámicas violentas entre grupos criminales, así como a la militarización de la seguridad pública, que hemos experimentado ese año.
Se detecta también que para los hombres el rango de edad de 24 a 29 años es el que presenta mayor incidencia de la desaparición, mientras que para mujeres es de 15 a 19 años, lo que hace suponer un patrón de vulnerabilidad a la desaparición ligado al género y a la niñez/adolescencia. Al respecto, esta situación ha de monitorearse constantemente a nivel estatal, municipal y de comunidades, ya que las redes de trata, por ejemplo, son dinámicas y pueden tener allí nodos, puntos de tránsito, sitios de explotación, casas de seguridad y dispositivos de control, locales e interestatales, para las mujeres privadas de la libertad.
Estos datos no varían mucho respecto de los que se tenían hasta el 30 de abril de 2018, lo cual hace suponer que no ha habido actualizaciones significativas. Los datos que FGE entrega vía Unidad de Transparencia, por otro lado, dan los totales de personas no localizadas y desaparecidas por municipio, pero no dicen cuántas han sido localizadas, pues tan solo refieren un porcentaje de personas localizadas sobre el total del estado y no por municipio. En enero de 2020, eran al menos 1,040 las personas desaparecidas en Guanajuato, según la información proporcionada por FGE.
En general, son datos mal organizados, casi inútiles para fines de comprensión histórica y de contexto del fenómeno. Además, desde hace más de cuatro meses, debido a la contingencia del Covid-19, la plataforma de transparencia no entrega respuestas a las solicitudes de información pública, así que los datos que se obtuvieron en 2019 y a principios de este año difícilmente podrán compararse con esta nueva información de la CNB (ver artículos en PopLab en octubre de 2019 y enero de 2020). La presencia de elevadas cifras negras de delitos, de subregistro y/o mal registro de casos y expedientes son realidades endémicas en México y Guanajuato, así que hay que tomar las cifras con precaución, esperando que lo más pronto posible estén listos y disponibles para su consulta pública los registros estatales de personas desaparecidas y de fosas clandestinas y comunes previstos por la Ley de Búsqueda.
El 15 de julio la organización para la defensa de la libertad de expresión e información, Article19, publicó un comunicado en que, aun reconociendo los avances en el registro nacional, decenas de organizaciones a nivel nacional destacan que “la metodología y base de datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas debe ser publicada para garantizar el derecho a la información y a la verdad”, y especifican que “un pendiente inaplazable es transparentar la metodología del RNPDNO y publicar la base de datos en formato abierto para la rendición de cuentas, verificación, contraste de la información y respeto al principio constitucional de máxima publicidad”.
En 2018 el Equipo Argentino de Antropología Forense fue distinguido por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales y la Universidad Nacional de Quilmes con el Premio Latinoamericano Juan Gelman por su compromiso con las ciencias sociales y la defensa de los derechos humanos. Ciencia por la verdad es parte de ese reconocimiento y conmemora los 35 años de trabajo en la búsqueda y restitución de la identidad de miles de personas desaparecidas tanto en Argentina, como en América Latina y en el resto del mundo. El libro recopila 35 historias que, como un tejido, se unen unas a otras para dar cuenta de una experiencia colectiva guiada por la comunicación con los familiares, el rigor científico y el intachable trabajo de más de una generación.
Autores (as): Equipo Argentino de Antropología Forense
Editorial/Editor: CLACSO. Universidad Nacional de Quilmes.
Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1798&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1362
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